M14 U1 S3
M14 U1 S3
M14 U1 S3
LICENCIATURA EN DERECHO
MÓDULO 14
ALUMNO:
PROFESOR:
Fecha
Una persona física o jurídica es sujeto de derecho si su conducta es descrita por un ordenamiento
jurídico determinado (en este caso, el Derecho Internacional Público). Es decir, la teoría pura del
Derecho (Akehurst, 1982: 35) considera sujetos del orden jurídico internacional a toda entidad o
individuo que sea destinatario directo de una norma jurídica internacional.
Por su parte, Becerra (1997: 32) menciona que “el requisito de sujeto de Derecho Internacional está
sujeto a la realidad de que sean competentes en las relaciones internacionales, y únicamente los
Estados están calificados para ejercer esta atribución”.
Los sujetos de Derecho Internacional, en esencia, son los Estados, las instituciones internacionales,
la comunidad, los grupos de liberación nacional y regional, y las masas internacionales, que tienen
derechos y obligaciones.
Para la concepción tradicional los Estados políticos, son los sujetos naturales y originarios
plenamente identificados, sin que existan otros con iguales características. De conformidad con la
Convención Panamericana de Montevideo sobre Derechos y Obligaciones de los Estados, de 1933,
los sujetos de Derecho Internacional Público están integrados por:
Una población
Un territorio determinado
Un gobierno
Indicaciones
Elementos que componen a los entes tratados como sujetos del Derecho Internacional.
Proceso de reconocimiento del o los Estados llevado a cabo a partir de una o varias
teorías del reconocimiento.
Derechos y obligaciones del nuevo o los nuevos entes sujetos al Derecho Internacional
Público.
Organismos internacionales en los que ha o han participado el o los Estados y el objeto
de su participación.
URL: https://prezi.com/view/WyjmqYP8Vw3E5ipfe5Lz/
Actividad 1.
Elementos que componen a los entes tratados como sujetos de derecho internacional.
De acuerdo con la teoría clásica del Estado, ésta desarrolló la “teoría de los tres elementos”, que
son: territorio, población y poder.
El territorio.-
El territorio del Estado se define como la porción de tierra que pertenece a un determinado Estado.
Verhoeven lo conceptualiza como un “conjunto de espacios geográficos en donde el sistema jurídico
nacional de un Estado es válido”. El territorio de un Estado se acota por tres tipos de fronteras: de
tierra, de mar y de aire:
• Frontera de mar: Se sujeta a la Convención Internacional del Derecho del Mar, del 10 de diciembre
de 1982. Según esta Convención, aunque es una regla general internacional, se aplica al caso
mexicano de manera particular; así, el espacio marino donde el Estado fronterizo ejerce soberanía
plena (mar territorial) es un espacio de 12 millas marinas a los largo de las costas. De la misma
forma, se halla un espacio de 200 millas marinas a lo largo de las costas, al que se conoce como
zona económica exclusiva, en donde el Estado adyacente tiene capacidad exclusiva de explotar los
recursos marítimos.
• Frontera de aire: Aunque se suele mencionar una distancia de entre 80 y 100 kilómetros de altura,
no existe acuerdo.
La población.-
El poder.-
El poder es la capacidad o facultad para hacer determinadas cosas. Benavides lo define como “la
capacidad de la organización estatal de establecer y hacer funcionar la soberanía política interna y
de actuar de manera independiente en el marco del Derecho Internacional Público”. (UnADM, 2018)
Cuanto más difícil sea la valoración de un territorio como Estado y cuanto más fuertes sean las
exigencias sobre su calidad de Estado, mayor será el significado del reconocimiento como Estado
por parte de la comunidad.
Una nueva tendencia en la práctica estatal se inclina por el reconocimiento vinculante con
determinados criterios cualitativos. De especial interés son las directrices del Ministerio de
Relaciones de la Unión Europea para el reconocimiento de nuevos Estados en Europa oriental y en
la Unión Soviética. De acuerdo con ésta, el reconocimiento presupone:
- Garantías para los derechos étnicos y los grupos nacionales y las minorías en concordancia
con las obligaciones que surgen en el marco de la CSCE, hoy: OSCE.
- Respecto a la inviolabilidad de todas las fronteras, las cuales solo podrán ser modificadas
por vías pacíficas y a través de convenio.
La personalidad jurídica puede ser examinada desde dos puntos de vista; en sentido ampliado, los
sujetos del Derecho Internacional son los que tienen un vínculo de prerrogativas y obligaciones
respecto a la comunidad internacional dentro de un ordenamiento vigente; en cambio, en sentido
estricto, es la que ordena una intervención más dinámica en la creación de nuevos sucesos de
derecho, de donde aparecen nuevos derechos y obligaciones, al menos para el mismo individuo.
Como menciona Jiménez, algunas teorías aseguran que el Estado tiene personalidad jurídica
internacional formal y natural, tal como se indica a continuación:
• Tesis de Selle: Los individuos son los únicos sujetos de Derecho Internacional, toda vez que
el Estado, una vez eliminado, los ciudadanos son los únicos existentes. Sin embargo, el obstáculo
de esta teoría es que no demuestra la permanencia y estabilidad de los deberes de un Estado.
• Clases sociales de Korovi: Al extinguirse el Estado, surge una nueva clase política de
ciudadanos autoritarios con diversas prerrogativas. Esta doctrina fue rechazada por la URSS, toda
vez que argumentaba que los adinerados y empresarios serían la nueva clase dominante.
Organismos internacionales.
En la doctrina del derecho internacional no se ha logrado aún una definición fija de organizaciones
internacionales. No obstante los diferentes criterios, existe unanimidad sobre dos elementos
constitutivos:
- Una organización internacional, puede decidir sobre la estructura interna de sus propios
órganos y trasladarlos al exterior. (Herdegen, 2005)
Actividad 2:
Los Estados, todavía hoy, permanecen siendo los “guardianes de los portales de la personalidad
jurídica internacional”. El sistema jurídico internacional, que atribuye o refuta la personalidad a sus
participantes, a pesar de que indudablemente esté más abierto que nunca, continúa siendo un
sistema de exclusión en vez de ser un sistema abierto a la amplia participación.
El problema del reconocimiento de Estados siempre fue permeado por la controversia entre las
doctrinas rivales de los caracteres constitutivo y declarativo del reconocimiento.
Con base en la teoría constitutiva, el acto de reconocimiento es visto como precondición necesaria
para que subsistan las capacidades de un Estado. Su efecto práctico consiste en no atribuir
personalidad jurídica internacional al “Estado” no reconocido por la comunidad internacional. De esa
forma, se afirma que el reconocimiento “constituye” al Estado.
El principal punto de fuerza de la teoría es la indicación de que los Estados no son obligados a
entrar en relaciones bilaterales con ninguna otra entidad. La tesis se resume a dos aserciones: en
primer lugar, previamente al reconocimiento, la comunidad no posee los derechos o las obligaciones
que el derecho internacional relaciona con un estado de estatalidad plena. Además, el
reconocimiento es una materia de absoluta discreción política, diferente de un deber legal que se le
debe a la referida comunidad.
Otro exponente de la doctrina constitutiva del reconocimiento, Dionisio Anzilotti, defendía la tesis de
que las normas de derecho internacional son creadas por consenso de los Estados preexistentes.
Así, “un sujeto de derecho internacional comienza a serlo concomitantemente a la primera
El voluntarismo, corriente teórica prominente en la primera mitad del siglo XX, consideraba que el
nacimiento del Estado estaba subordinado a la voluntad de los Estados ya existentes de aceptar su
existencia, a través del instituto del reconocimiento, haciendo que la nueva entidad adquiriese
personalidad jurídica internacional plena.
La tesis constitutiva del reconocimiento levanta críticas por parte de la doctrina. Es difícil entender,
por ejemplo, cómo una entidad que todavía no tiene el carácter fundamental de la existencia jurídica
podría concluir un tratado que presupone su personalidad. En caso que una comunidad sea
reconocida como Estado por los Estados preexistentes, ¿cuál sería el fundamento jurídico que
justificaría su suscripción a un tratado internacional, que es el acto de reconocimiento en sí?
Además, otros dos argumentos pueden ser utilizados para el rechazo de la teoría constitutiva del
reconocimiento de Estados. En primer lugar, si el reconocimiento de Estados es determinante para
dar el status jurídico de Estado a una entidad, sería difícil de verificar un reconocimiento ilegal e
imposible de concebir un reconocimiento inválido.
En segundo lugar, conforme sostiene Kelsen, la existencia jurídica de un Estado “posee carácter
relativo. Un Estado existe jurídicamente apenas en sus relaciones con otros Estados. No existe una
existencia absoluta”. Crawford, en contrapartida, entiende esa consecuencia de la doctrina
constitutiva como “una ofensa al buen juicio”; en el mismo sentido, de acuerdo con Lauterpacht, la
relativización de la subjetividad jurídica del Estado.
“es una anomalía aberrante, un espectáculo grotesco que lanza un reflejo sombrío sobre el derecho
internacional”.A pesar de que la doctrina constitutivista asuma diversas formas, su núcleo no es
aceptable con base en el derecho internacional. Los Estados no pueden determinar, y
frecuentemente rechazan, el contenido de sus deberes legales en relación con otros Estados a
En diversas situaciones, tales hechos envuelven un litigio (judicializado o no), y la corte o el órgano
ejecutivo deben apreciar la cuestión de la estatalidad (o efectividad de gobierno) de una forma
arbitraria. El reconocimiento de Estados envolvería una elección o, como mínimo, una certificación.
Uno de sus mayores defensores, Hans Kelsen, explica que el acto jurídico del reconocimiento es el
“establecimiento de un hecho, no la expresión de una voluntad”.
Solamente por el acto del reconocimiento la comunidad emerge jurídicamente en relación con el
Estado reconocedor. Solamente su existencia jurídica (o sea, su existencia como un Estado, un
sujeto) es de importancia para el derecho internacional; su existencia posee un carácter relativo en
este sentido. Un Estado existe legalmente apenas en relación con otros Estados. Para Kelsen, no
existe una “existencia absoluta”. A través del acto jurídico del reconocimiento, la comunidad
reconocida “es traída a la existencia jurídica” en relación con el Estado reconocedor. Por
consiguiente, las normas de la comunidad internacional se tornan aplicables a las relaciones entre
esos Estados, de esta forma, el reconocimiento posee un carácter esencialmente constitutivo. El
nuevo Estado inicia su existencia jurídica, por lo tanto, con la declaración de posición de Estado,
pero existe sólo para sí mismo, no en relación con otros Estados.
Hersch Lauterpacht, en términos amplios, conceptualizaba al Estado como un status previsto por
normas generales de derecho internacional, caracterizado por la ocurrencia de aspectos de hecho,
como un gobierno soberano, un territorio delimitado y una población, los cuales, pasados por la
verificación de los sujetos internacionales (a través del reconocimiento por parte de otros Estados),
constituyen el Estado. A su vez, Crawford defiende que el Estado consistiría en un status jurídico
previsto por el derecho internacional, adquirido a través de normas internacionales como el principio
de la efectividad y de la legalidad material de su formación (desarrollado especialmente en el
periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial), como el no uso de la fuerza y la observación del
principio de la autodeterminación de los pueblos.La rama internacional relativa a los procesos de
formación de los Estados fue gradualmente sometida a los principios de tutela de la paz, de los
derechos humanos, del respeto al Estado de derecho, a la democracia y al principio de la
autodeterminación de los pueblos.
Como un enfoque de cuño general, la tesis declarativa es a favor de un método objetivo del análisis
de las situaciones. De cualquier forma, la idea de que un problema envolviendo la condición de una
entidad estatal comprenda la mera confirmación de hechos es por demás simple; criterios legales
deben ser aplicados. Reforzando esa tendencia, Hedley Bull afirma que una comunidad que alega
ser soberana “pero no consigue ejercer ese derecho en la práctica no es un Estado propiamente
dicho. A pesar de que el reconocimiento no cree al Estado, éste debe ser llevado en
consideración...” en lo concerniente a la certificación de su status jurídico.
Por esa razón, se considera Estado a toda la organización político-territorial que obtenga un largo
reconocimiento por la comunidad internacional y, en consecuencia, participe como miembro de
organizaciones internacionales, concluya tratados, reciba y envíe representantes diplomáticos, o
sea, una entidad plenamente comprometida en la vida internacional. En cuanto se discute sobre la
naturaleza jurídica de las entidades que obtienen reconocimiento apenas parcial de la comunidad
internacional, automáticamente se recuerda los casos de Palestina y Kosovo, no se puede negar
que el reconocimiento desempeña un papel crucial para modelar el consenso entre los actores del
ordenamiento internacional.
En síntesis, ni las tesis realistas (que se ligan más a la teoría declarativa) ni las tesis antirealistas
(plano de fondo de la teoría constitutiva) pudieron establecer el argumento último, capaz de hacer
prevalecer una sobre la otra. Milano, por fin, esclarece que un abordaje anti-realista se revela más
en sintonía con la realidad del derecho internacional contemporáneo y es más útil para comprender
Un nuevo Estado se crea por fusión cuando dos o más Estados en ejercicio de su autonomía
deciden mezclarse en uno nuevo (ejemplos: la creación de la Federación NorteAlemana en 1867,
de la cual provino, en 1871 el Imperio Alemán; la unión de Egipto y Siria en las Repúblicas Árabes
Unidas en 1958). En el caso de la secesión, un territorio se separa de un Estado que ya existe y se
crea un nuevo Estado, o se incorpora a otro Estado (ejemplo: la separación de Panamá de Colombia
en 1903). (Herdegen, 2005)
¿Cómo se llevó a cabo el reconocimiento particular del o los entes en el caso dado?
La teoría de la regularidad. Aquí, el gobierno posee un dominio in jure, con derecho a ser
reconocido. O puede ser un gobierno anormalmente constituido (por fórmulas de fuerza); se sugiere
entonces el problema de la legitimidad constitucional interna. Las doctrinas que restringen el
reconocimiento de nuevos gobiernos a la legitimidad constitucional encuentran su origen en ideas
políticas, en donde el interés por el libre consentimiento de las administraciones está unido con una
visión propia de la solidez de las relaciones internacionales. (UnADM, 2018)