Daniel Completo

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Escuela de Laicos

D a n i e l
PR. ROGER RUIZ
Daniel 2
EL SUEÑO DE NABUCODONOSOR de una gran imagen, y la explicación inspirada de Daniel,
ofrecen evidencia fundamental de la inspiración de la Escritura. En 184 palabras hebreas Daniel
describe el curso de la historia desde sus días hasta el fin del mundo, y conforta al pueblo de Dios,
al asegurarle que cuando los grandes imperios del mundo hayan cumplido su tiempo, el Mesías los
derribará para establecer el reino eterno de Dios,
Información
El capítulo se inicia con un acertijo cronológico. El versículo 1 declara que Nabucodonosor tuvo
el sueño en su segundo año, mientras que el capítulo 1 nos dice que el entrenamiento de Daniel y
sus amigos duró tres años (Dan. 1:5). Siendo que al final del capítulo los cuatro hebreos son
promovidos a posiciones de liderazgo, su período educacional parece haber llegado a su fin. El
rompecabezas se resuelve si seguimos la sugerencia de E. J. Young, de que el entrenamiento
comenzó durante el año de la ascensión de Nabucodonosor, contando los tres años de acuerdo al
principio de cálculo inclusivo, que considera una fracción del año como el año completo.'

Años de entrenamiento Anos de


de Daniel Nabucodonosor
Primer año Año de ascensión
Segundo año Primer año
Tercer año Segundo año

El idioma arameo—El segundo capítulo nos introduce a la lengua aramea, que Daniel usa desde
Daniel 2:4 hasta el final del capítulo 7. En el capítulo 8 Daniel vuelve al hebreo. Los arameos del
norte de Siria y del noroeste de Mesopotamia hablaban arameo, una lengua semítica
estrechamente relacionada con el hebreo. Aunque los estados arameos perdieron su
independencia cuando los asirios conquistaron sus territorios en el siglo octavo antes de Cristo, la
lengua aramea se diseminó lentamente por el antiguo Cercano Oriente, reemplazando al acadio
como el idioma del comercio y la diplomacia en los imperios persa y babilonio.
¿Por qué escribió Daniel una parte de su libro en arameo, y la otra en hebreo? Sabemos que
empezó a escribir en arameo en el momento en que los caldeos se dirigieron al rey en ese idioma
(Dan. 2:4). Quizá continuó escribiendo en arameo hasta que terminó ese día. Más tarde, cuando
comenzó a escribir de nuevo (Dan. 8:1), retomó el hebreo.
Sueños—Como en el mundo antiguo se consideraban los sueños como revelaciones de los
dioses, las cortes reales de Mesopotamia y Egipto tenían intérpretes profesionales de sueños. Con
frecuencia la gente dormía cerca de los templos o lugares santos, con la esperanza de recibir un
mensaje de sus dioses. Posiblemente, a causa de esta preocupación babilónica por los sueños, Dios
escogió ese medio para comunicarse con Nabucodonosor.
Caldeos— El término se refería originalmente a un grupo de tribus de la Baja Mesopotamia que
fundaron el imperio Neobabilónico. Con el tiempo, toda Babilonia recibió el nombre de Caldea (Jer.
50:10; 51:24). En el libro de Daniel, el calificativo étnico se ha convertido en el título de los
consejeros reales que ejercían como sacerdotes. "El término caldeo, con este sentido, no sólo se
encuentra en Daniel sino también en las obras de Heródoto, Estrabón y Diodoro de Sicilia, y en las
inscripciones de Palmira".2
Cuatro Metales—El simbolismo de los cuatro metales existía en el mundo antiguo desde mucho
antes de los tiempos de Daniel. El poeta griego Hesíodo (hacia el año 800 a.C.), en su libro Los
trabajos y los días, utilizó oro, plata, bronce y hierro para representar las eras de la historia
humana. Sin embargo, existen diferencias significativas entre el libro de Daniel y la obra de
Hesíodo: 1. Hesíodo insertó una "era de héroes" entre las eras de bronce y de hierro. Es decir,
estableció "cinco épocas entre el tiempo de la inocencia del hombre, y sus días: oro, plata, bronce,
la era de los héroes y hierro". 2. En la obra de Hesíodo tenemos una secuencia de cinco imperios
temporales, mientras que en Daniel 2 un quinto imperio de duración eterna sigue a los cuatro
imperios mundiales3. Las predicciones de Hesíodo no conducen a un final escatológico, mientras
que en Daniel 2 todo lleva a eso.
Algunos intérpretes han concluido que Daniel 2 se basa en el esquema de cuatro imperios
mundiales de Hesíodo. G. E Hasel, sin embargo, sugirió que la correspondencia entre Hesíodo y
Daniel 2 más bien refleja una tradición común, de la que ambos (Hesíodo y Dios) "se apropiaron
cada uno a su modo".4
Explicación
La crisis en el palacio de Nabucodonosor (Dan. 2:1-13)—Contemplando el futuro de su reino
(vers. 29), Nabucodonosor tuvo un sueño turbador. Al despertar mandó llamar a los magos (una
mejor traducción sería escribas o eruditos), los astrólogos (encantadores o magos), los hechiceros
(quienes practicaban la brujería) y a los caldeos (sacerdotes o sabios), y les pidió que le dijeran lo
que había soñado. En respuesta al pedido de ellos de que les relatara el sueño, para así poder
interpretarlo, les dijo: "El asunto lo olvidé; si no me mostráis el sueño y su interpretación, seréis
hechos pedazos" (vers. 5). Si bien esta reacción puede sonarnos terrible, tales crueldades eran
comunes en el mundo antiguo, cuando los monarcas tenían el poder absoluto.
Algunas versiones, siguiendo la Septuaginta (la traducción al griego del Antiguo Testamento),
traducen como "el asunto se me ha ido", entendido generalmente como que el rey había olvidado
el sueño. Las traducciones modernas, siguiendo el texto hebreo, lo traducen como "mi decisión es
firme". Sea lo que haya dicho, ambas afirmaciones deben haber sido ciertas. Como el rey había
olvidado los detalles del sueño, usó este hecho para probar a sus consejeros. Si sólo hubiera
olvidado el sueño completamente, difícilmente le habría preocupado. Elena G. de White da cierta
luz en relación con este asunto: "El Señor, en su providencia, tenía un sabio propósito en mente al
dar a Nabucodonosor este sueño. Y luego haciendo que olvidara los detalles, con el propósito de
que retuviera la fuerte impresión que había hecho sobre su mente. Dios deseaba exponer las
pretensiones de los sabios de Babilonia".5
Los magos, astrólogos, hechiceros y caldeos tuvieron que admitir que sólo un poder
sobrenatural podía decirle al rey lo que pedía. Al hacerlo, prepararon el camino para que Daniel, tal
como el relato lo indica, le asegurase al rey que el Dios de Israel era el único que podía hacerle
frente al reto que proponía.
Crisis en la casa de Daniel (Dan. 2:14-23)—El hecho de que el rey no llamara a Daniel y a sus
amigos indica el rango inferior que tenían en la corte para ese entonces. Sin embargo, el decreto
de muerte también los incluía. A lo largo del libro de Daniel la muerte amenaza repetidamente al
pueblo de Dios. Esto es de especial relevancia para los creyentes que viven en el tiempo del fin,
quienes también tendrán que enfrentar la amenaza de muerte de Apocalipsis 13:13-18.
Cuando Arioc, el ejecutor real, se colocó frente a la puerta de Daniel, los cuatro jóvenes hebreos
enfrentaron una enorme crisis donde la muerte los miraba fijamente. La respuesta de Daniel a
Arioc es un ejemplo de cómo los hijos de Dios deben reaccionar ante un momento de crisis. Daniel
permaneció calmado y mostró sabiduría y discreción. Además, demostró gran valor y fe. Dios,
quien había manifestado su poder al inicio de su entrenamiento, no lo desampararía ahora. Con la
ayuda divina y sus propias capacidades diplomáticas, Daniel logró que se pospusiera la sentencia y
concertó una audiencia con el rey. Nabucodonosor estuvo obviamente feliz de aplazar la ejecución,
pues estaba ansioso por conocer el significado del sueño que Daniel había prometido darle (vers.
16).
Después de su entrevista con el rey, Daniel fue a casa para realizar una vigilia de oración con sus
amigos. Note cómo Daniel comienza su oración: "Sea bendito el nombre de Dios." En el Antiguo
Testamento, la gente bendecía al Señor frecuentemente (Juec. 5:9; Neh. 9:5; Sal. 103:1; 134:1). Las
palabras en hebreo y arameo para "bendecir" también pueden traducirse como "alabar", siendo
ése el significado de los versículos 19 y 20. La ferviente oración de los jóvenes pidiendo ayuda de
Dios, recibió una respuesta casi inmediata. En una visión nocturna Daniel vio, no sólo el sueño de
Nabucodonosor, sino también su significado. Antes de correr hacia el palacio, Daniel realizó una
reunión de oración y agradecimiento. En contraste con la astrología fatalista de los caldeos, la
alabanza de Daniel ponía énfasis en que una mente divina controla la historia. "Él... quita reyes, y
pone reyes" (vers. 21).
El sueño de Nabucodonosor (Dan. 2:24-35)—Finalizado
Después de la sesión de oración en su casa, el profeta mostró primero su preocupación por los
consejeros reales de Babilonia. Pidió a Arioc que les perdonara la vida (vers. 24), un testimonio del
carácter altruista de Daniel. A pesar de que acababa de recibir la información relativa al sueño de
Nabucodonosor, y ansioso por decírsela al rey, no estaba tan ansioso por su propio futuro como
para dejar de pensar en los demás.
Entonces, cuando estuvo frente del rey, valientemente le dijo a Nabucodonosor que ningún ser
humano podía saber lo que el rey había soñado (vers. 27), pero que había un Dios en el cielo que
podía revelar tales secretos. Los babilonios adoraban a las estrellas del cielo como representantes
de sus dioses. Daniel explicó al rey que el Dios de los hebreos era el Creador y Gobernante del
universo, y que él le había revelado el sueño y su interpretación.
El propósito del sueño, dijo Daniel, era informarle al rey lo que ocurriría en los "postreros días"
(vers. 28). La expresión "postreros días" aparece de nuevo en Daniel 10:14, cuando un ángel le dice
al profeta que ha venido a hacerle entender lo que le ocurrirá a su pueblo en los postreros días. Un
estudio de esta expresión fuera del libro de Daniel nos aclara que "postreros días" puede referirse
a varios períodos de tiempo en la historia. El primer sitio donde esta frase aparece es en Génesis
49:1, cuando Jacob mira hacia el futuro al final de su vida, y bajo inspiración profética, predice
grandes eventos en la historia de sus hijos y de sus descendientes. Es decir, los "postreros días" en
este texto se refieren al período de tiempo que abarca desde la conquista de Canaán hasta la
aparición del Mesías.
Moisés declara en Deuteronomio 31:29 que después de su muerte los hijos de Israel se
corromperían totalmente y que ese mal les vendría en los "postreros días", una profecía cumplida
en el tiempo de los jueces (Juec. 2:11-16) y los reyes (Jer. 7:28-34), cuando Israel apostató
repetidamente a gran escala. Por lo tanto, los "postreros días" en este texto se refieren al período
de los jueces y los reyes. Jeremías 23:20 y 30:23 aplican el término "postreros días" a la caída de
Jerusalén en el 586 a.C. En Jeremías 48:47 y 49:39 se refiere a la época de la restauración persa.
Otros pasajes, especialmente Isaías 2:2, Miqueas 4:1 y Oseas 3:5 consideran el tiempo del reino
mesiánico como los "postreros días". De este modo, es el contexto quien debe decidir a qué era
específica se refiere el término para cada caso. Una mejor traducción de "postreros días" podría
ser "en el futuro" o "en los días por venir", como se ha hecho en las versiones DHH y NVI. Por lo
tanto, en Daniel 2:28, los "postreros días" se refieren al "futuro que comenzó en el tiempo de
Daniel y se extiende hasta el tiempo de la segunda venida de Cristo, simbolizada por la piedra o
último reino".
La descripción de la poderosa imagen que vio Nabucodonosor en su sueño menciona los
metales que componen cada parte de la estatua: la cabeza de oro, el pecho y los brazos de plata, el
vientre y los muslos de bronce y las piernas de hierro con pies de hierro y barro mezclados. Sin
embargo, el énfasis está en la piedra cortada de la montaña y su efecto en la estatua. Ésta derriba
la estatua con una fuerza increíble, convirtiéndola en polvo, y cubriendo luego toda la tierra.
Daniel describe el sueño demostrando gran habilidad literaria y economía de palabras. "No hay
una sola palabra superfina en la descripción de Daniel. Es una obra maestra del arte de la
descripción verbal".7 En ningún momento Daniel se detuvo para preguntar: "¿Estoy en lo correcto,
rey Nabucodonosor? ¿Fue esto lo que usted vio?" Su voz resonó con la convicción de un hombre
que ha estado en contacto con Dios. Él había escuchado la voz de Dios, y hablaba ahora con su
autoridad.
El sueño interpretado (Dan. 2:36-45) —El rey Nabucodonosor debe haberse emocionado al
escuchar a Daniel relatar el sueño. Ahora estaba ansioso de escuchar su significado. Al dirigirse al
rey con el acostumbrado título de "rey de reyes", no buscaba el favor del monarca. En pocas
palabras, lo que le estaba diciendo era que su posición en el trono no era a causa de su poder o sus
méritos, sino de la voluntad del Dios del cielo, quien lo había puesto allí (vers. 37 y 38).
Seguidamente procedió a interpretar el sueño:
La Imagen de Daniel 2

Fuente: Biblestudien, (n.p.: Siebenten-Tags-Adventisten in Deutschland, n.d.)

1. "Tú eres aquella cabeza de oro" (vers. 38). Nabucodonosor representaba al Imperio
Babilónico. El libro de Daniel usa los términos reyes y reinos como intercambiables. En los días de
Nabucodonosor, Babilonia era sin duda la ciudad más grande y rica de toda la tierra. Por eso la
Escritura la llama "la ciudad codiciosa de oro" (Isa. 14:4; ver también Jer. 51:7; Apoc. 18:16).
La historia de Babilonia es la historia del gran conflicto entre Cristo y Satanás. La primera
resistencia nacional contra Dios registrada en la Escritura vino de Babilonia (Gen. 11), y en el último
libro de la Biblia permanece Babilonia como el símbolo de la oposición contra Cristo (Apoc. 14:8;
16:19; 17:5). La Babilonia histórica era algo así como una falsificación del Jardín del Edén. Tenía
también un río fluyendo a través de ella, y sus jardines colgantes eran considerados por los
antiguos como una de las maravillas del mundo. A la cabeza de Babilonia estaba un monarca con
poder absoluto sobre la vida y la muerte que, en contraste con Dios, usaba su poder
caprichosamente.
Babilonia, construida por Nimrod (Gen 10:10), tuvo tres períodos de gloria: 1. Bajo Sargón I
(2300 a.C.), cuando se convirtió en el primer imperio mundial de la historia. 2. Bajo Hamurabi
(1729-1686 a.C.), famoso por el Codex Hammurabi 3. Bajo Nabopolasar (626-605 a.C.) y su hijo
Nabucodonosor (605-562 a.C.) quien hizo de Babilonia una de las ciudades más grandiosas del
mundo antiguo. De acuerdo a Heródoto, los constructores de Babilonia usaron oro en abundancia
para ornamentar la ciudad.
"En el templo de Babilonia hay un segundo altar más bajo, en el que una gran figura de Bel
hecha de oro se sienta en un trono dorado, sobre una base de oro y con una mesa de oro a su lado.
Se decía entre los caldeos que para hacer todo esto se utilizaron más de 22 toneladas de oro... En
el tiempo de Ciro también había en este edificio sagrado una estatua de oro sólido de un hombre
de unos quince pies de alto —Esto según el testimonio de los caldeos, ya que yo nunca la vi".8
2. "Otro reino inferior al tuyo ..." (vers. 39). Medo-Persia y Grecia reciben sólo un tratamiento
superficial. Daniel se concentra principalmente en el primero y el último imperios. Medo-Persia
(539-331 a.C.) no me inferior ni en tamaño ni en duración a Babilonia, pero sí me claramente
inferior en lujo, magnificencia y en la complejidad de su civilización. La referencia a la plata alude al
hecho de que los persas usaban este metal en su sistema tributario. Cada sátrapa pagaba sus
tributos en talentos de plata, excepto los de la satrapía hindú, los más ricos de todos, que pagaban
en oro.9
3. "Un tercer reino de bronce" (versículo 39). El tercer reino era Grecia(331-168 a.C.). Alejandro
el Grande conquistó Medo-Persia (336-323 a.C.). Los griegos empleaban comúnmente el bronce en
los negocios (Eze. 27:13) y en la guerra. Los soldados griegos se distinguían por sus armaduras de
bronce. Sus cascos, escudos y sus hachas estaban hechos de este metal. Heródoto nos dice que
Psamético I de Egipto vio en la invasión de los piratas griegos el cumplimiento de una profecía
conocida como "Los hombres de bronce venidos del mar".10
4. "El cuarto reino será fuerte como hierro" (vers. 40). El cuarto reino era el Imperio Romano
(168 a.C.-4?6 a.C.). Como artesanos, podían usar un martillo de hierro para trabajar el oro, la plata
y el bronce. Así, como la profecía lo había predicho, el cuarto reino sería más fuerte que todos sus
predecesores. Sabemos por la historia que las legiones de hierro de Roma aplastaron y demolieron
cualquier resistencia. Roma conquistó todos los reinos helenísticos. La primera en caer fue
Macedonia, en el 168 a.C. Ese año, el general romano Paulus derrotó a Perseo, rey de Macedonia,
en Pidna; y cuando la reina Cleopatra de Egipto se suicidó el año 30 a.C., el último de los reinos
helenísticos se convirtió en una provincia romana. Roma gobernó más territorios que los imperios
anteriores, y en comparación a éstos, que duraron aproximadamente 200 años cada uno, el
imperio romano duró más de 600 años. Fue venciendo una parte del mundo antiguo después de
otra, e instauró en todas sus provincias un sistema de gobierno que se convirtió en modelo para los
estados europeos de los siglos venideros.
5. "Los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro" (vers. 41).
La última parte de la estatua recibe la mayor atención (vers. 1-43). El simbolismo en estos
versículos sugiere que Roma, el imperio de hierro, se dividiría y deterioraría, pero que una forma
debilitada y cambiada de este cuarto imperio continuaría, uniendo así la brecha entre el cuarto
reino y el reino universal representado por la piedra. Al estudiar la historia vemos cómo varias
fuerzas dividieron, desgastaron y transformaron al poderoso Imperio Romano durante varios
siglos. De la unidad política más fuerte y unificada del mundo, Roma pasó a ser la más débil y
dividida. En el año 476 d.C. Odoacro, líder de los mercenarios germánicos al servicio de Roma,
depuso al último emperador romano, Rómulo Augústulo. En los años siguientes, las tribus
germánicas que invadieron el norte, desgastaron el área occidental del Imperio. Aunque el Imperio
Romano oriental continuó por varios siglos más, con el tiempo también fue conquistado y
repartido. De las ruinas del una vez poderoso Imperio Romano surgieron muchas de las naciones
de Europa, unas fuertes, otras débiles, repartidas desde el Mar Negro hasta el Atlántico.
El texto nos dice que habrá intentos por unificar a esas naciones "por medio de alianzas
humanas", pero que no se unirán (vers. 43). Esta unión por medio de alianzas humanas alude a los
casamientos entre las diferentes casas gobernantes de Europa. Entre éstas estaban los Hapsburgo,
famosos por el lema "Bella gerant alii, tu felix Austria nube (Otros irán a la guerra, tú, feliz Austria,
cásate)". Ellos adquirieron muchos territorios a través de casamientos políticos. Al principio del
último siglo las casas reales europeas estaban estrechamente relacionadas unas con otras a través
de los matrimonios. George H. Merrit escribió en 1914 que "Europa en guerra puede catalogarse
como un pleito entre una gran familia. Las casas reales, especialmente las de los países más
involucrados con la guerra, son prácticamente todas de la misma estirpe germánica y casi de una
misma sangre. Ha habido tantos casamientos entre estas casas, que la sangre germánica domina
cada trono europeo, a excepción de los pequeños reinos de Serbia y Montenegro"."
A pesar de los matrimonios y tratados políticos, nada ha podido unir de nuevo a Europa
exitosamente ni permanentemente desde los días del Imperio Romano, aunque muchos lo han
intentado, como Carlomagno, Carlos V de España, Napoleón y Hitler. Todos fracasaron. ¿Podrá el
Mercado Común Europeo y el concepto de moneda única negar este cuadro? ¡No! Por muchos
acuerdos que firmen estas naciones para facilitar el comercio y los negocios, permanecerán
siempre separadas como entidades culturales, lingüísticas y territoriales individuales. La pluma
inspirada nos dice que "No necesitamos y no podemos esperar unión entre las naciones del
mundo. Nuestra posición en la imagen de Nabucodonosor está representada por los dedos de los
pies, en estado de división y de un material deleznable que no puede mantener su cohesión".12
El elemento final de la visión de Nabucodonosor es la piedra "no cortada con mano" (vers. 45).
De acuerdo con la Escritura, la piedra representa a Jesucristo (1 Cor. 10:4; Isa. 28:16; Lúe.
20:17,18), y el hecho de que golpee los pies y los dedos de la imagen y no la cabeza, el cuerpo o las
piernas, se debe a que el impacto representa el segundo advenimiento de Cristo. "En los días de
estos reyes" (vers. 44) se refiere a las naciones europeas que surgirían del Imperio Romano y que
aún existen hoy en día. El quinto reino de la visión es el último reino de la tierra: "que no será
jamás destruido... y ... permanecerá para siempre" (vers. 44).
La respuesta del rey (Dan. 2:46-49)—Al final de su explicación, Daniel había convencido al rey
que el sueño tema origen en una fuente sobrenatural. Nabucodonosor reconoció al Dios de Daniel
como el gobernante del universo. Además, el rey vio su propio lugar en la historia del mundo y
entendió que su autoridad estaba bajo el control del Dios que se la había dado (vers. 37 y 47).
El texto nos dice que el rey convirtió a Daniel en un hombre prominente (vers. 48). Sin embargo,
en su hora de triunfo, Daniel no olvidó a aquellos que se habían unido con él en oración. Tan
pronto como se decidió su posición, pidió al rey que colocara a sus tres amigos como
administradores de los asuntos de la provincia en la que Nabucodonosor lo había puesto como
gobernador. A simple vista este pedido podría parecer simple, pero debemos considerar que es
muy probable que varios nativos de Babilonia tuvieron que abandonar sus posiciones para
cedérselas a unos judíos desconocidos. En la providencia de Dios, los compañeros de oración de
Daniel ahora compartían su promoción. A diferencia del jefe de los coperos en la historia de José
(Gen. 40:23), Daniel no olvidó a sus amigos.
Aplicación
Daniel 2 nos revela mucho acerca de la función de Dios en la historia del mundo, y contiene
varias lecciones espirituales para hoy
1. El poder de la oración en grupo—Cuando Daniel regresó a casa de su visita al palacio real,
habiendo obtenido un indulto temporal, invitó a sus amigos a unírsele en oración. Muchas manos
juntas no sólo son buenas cuando se trata de algún trabajo físico, sino también al orar. "Si dos de
vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren" dijo Jesús, "les
será hecho por mi Padre que está en los cielos" (Mat. 18:19). "Cristo muestra aquí que debe haber
unión con los demás, incluso en nuestros deseos por alcanzar un objetivo determinado. Se da gran
importancia a la oración unánime, a la unión de propósito".13 A través de toda la Escritura
descubrimos la verdad de estas palabras. Ester pidió a sus sirvientes y a todos los judíos en Susa
que ayunaran y oraran con ella antes de ir a ver al rey (Est. 4:16). Jesús pidió a sus discípulos velar y
orar con él en el Jardín de Getsemam" (Mat. 26:41). Antes del derramamiento del Espíritu Santo,
los discípulos se encontraban unidos en oración (Hech. 1:14), y la liberación de Pedro de la prisión
se dio como respuesta a las oraciones unidas de la iglesia primitiva (Hech. 12:5).
2. El poder de la oración ferviente—La oración de los jóvenes hebreos involucraba asuntos de
vida o muerte y era ofrecida con fe (Sant. 1:6), en sumisión a la voluntad de Dios y por un motivo
justo. Ellos pidieron a Dios el perdón de vidas humanas y que su nombre fuera glorificado. Dios
escuchó y contestó su oración porque "la oración eficaz del justo puede mucho" (Sant. 5:16).
3. Las bendiciones de la oración—La oración de los cuatro jóvenes hebreos no sólo salvó sus
propias vidas, sino también la de los magos, los astrólogos, los hechiceros y los caldeos en
Babilonia. Además, produjo paz mental en el perturbado rey Las oraciones y la presencia de
personas piadosas a menudo traen bendiciones a otros, incluso a los no creyentes. Por ejemplo,
Dios bendijo la casa de Potifar a causa de la presencia de José en ella (Gen. 39:5), y cuando una
feroz tormenta hizo naufragar a una embarcación romana en la costa de Malta, nadie pereció,
debido a que el apóstol Pablo se encontraba a bordo (Hech. 27:24).
4. El valor de la profecía—Daniel 2 es una de las grandes profecías de la Biblia. Además de
predecir el futuro, la profecía procura edificar y confortar a los creyentes (1 Cor. 14:3). La profecía
divina demuestra que nuestro mundo es una nave bajo control, en vez de un iceberg a la deriva.
Nos asegura que no estamos solos en un universo sin sentido y que hay un Dios en el cielo que
provee para cada persona. Daniel 2 también nos enseña que cada cosa y cada ser humano en esta
tierra en algún momento perecerá, a menos que se vincule con Dios. Todos vamos camino hacia la
nada eterna a menos que nos aferremos de la mano de Dios.

Referencias

1.E.J.Young. The Prophecy of Daniel [La profecía de Daniel](Grand Rapids; Eerdmans Pub., 1977), p.
56.
2. Diccionario bíblico adventista del séptimo día (Washington. D. C.: Review and Herald, 1979), p.
198.
3. Joyce G. Buldwin. Daniel, TOTC (Downers Grove, Ill.: Inter-Varsity Press, 1978), p. 97.
4. Gerhard F. Hasel. The Four World Empires of Daniel 2 Against its Near Eastern Environment [Los
cuatro imperios mun-
diales de Daniel 2 en el ambiente del Cercano Oriente] Journal for Study of the Old Testament 12
(I979): 20. Tenemos una situa-
ción similar en el caso de las leyes mosaicas. Dios adaptó muchas de las de leyes ya existentes en
Mesopotamia. p-e,. del código de
Hamurabi. Ver I. M. Price, 0. R. Sellers,y E. L Cansón, The Monuments and the Old Testament
(Chicago: Judson Press, 1958), pp.
187-195.
5. E. G. de White, Youth's Instructor (Sept. 1,1903).
6. Gerhard PfandI, "Daniel's Time of the End" (El tiempo del fin de Daniel] Journal of the Adventist
Theological Society 1.1
(1996):151.
7. H. C. Leupold, Expositum of Daniel's [Exposición de Daniel] (Grand Rapids: Baker Book House,
1949), pp. 110,111.
8. Herodoto, i,183, librería Clásica Loeb, 1:227.
9. Ibíd.,iii.94, Loeb,2:123.
10. Ibíd. ii. 152, loeb, 1:463-465.
11. George H. Merrit, "The Royal Relatives of Europe" [Los parientes reales de Europa] en The
World's Work [La obra del
mundo] (Oct. 1914); 594.
12. E. G. de White, Testimonios para la iglesia (Asociación Publicadora Interamericana, 2004), tomo
1, p. 322.
13. White, Testimonies, vol. 1, p. 429.
Daniel 7
ALGUNOS OPINAN que la única contribución adventista a la teología bíblica es la manera en
que los adventistas del séptimo día entienden el juicio previo al advenimiento, o juicio
investigador, basados en Daniel 7:9-14.' Ciertas denominaciones han compartido otras creencias
fundamentales de la iglesia, pero sostienen que esta doctrina es sólo un intento de "compensar
errores en la interpretación profética".2 Un estudio del tema, no obstante, mostrará que los
adventistas no son los únicos que enseñan el concepto de un juicio anterior al advenimiento y que
éste cuenta con un fuerte apoyo bíblico.
Información
El Anciano de días (Dan. 7:9)—Éste es el único versículo de la Biblia que describe a Dios el Padre
en forma humana. Lo representa como un juez humano de gran edad y sabiduría sentado en su
tribunal. El manto blanco, que simboliza la absoluta pureza moral del juez divino (Isa. 1:18), nos
recuerda los vestidos blancos de los 24 ancianos que rodean el trono de Dios (Apoc. 4:4) y los que
vestirán los santos algún día (Apoc. 3:5). El cabello blanco simboliza sabiduría y ancianidad,
características que lo calificarían como juez en el mundo de la Biblia (Lev. 19:32; Job 32:7). La
descripción del trono de Dios como una llama de fuego, con ruedas ardientes, representa los
juicios divinos (Sal. 50:3, 4).
El Hijo del Hombre (Dan. 7:13)—En Ezequiel, Dios utiliza la frase "hijo de hombre" más de 70
veces para dirigirse al profeta (Eze. 2:1; 3:1, 3, 4, 10, etc.). Destaca las limitaciones de la humanidad
de Ezequiel en contraste con la ^.majestad divina.
Los comentadores han interpretado el "Hijo de Hombre" en Daniel como el Alcángel Miguel,3 la
personificación del pueblo de Dios, la nación judía,4 y el Mesías. La posición mesiánica es la más
antigua y la más común entre judíos v cristianos.'1 En el libro de Enoc, escrito en la parte final del
período intertestamentario, el "Hijo de Dios" es una figura mesiánica "a quien pertenece la
justicia", quien depone a los "reyes y poderosos de sus cómodas sillas",6 y quien trae consigo el fin
de la era presente. Los evangelios presentan al "Hijo del Hombre" como el título favorito de Jesús
al referirse a sí mismo. Lo utilizó más de 80 veces para identificarse como (1) el Hijo del Hombre
terrenal que obra en el presente (Mar. 2:10, 28), (2) el Hijo del Hombre quien sufrirá, morirá y
resucitará (Mat 17:22, 23; 20:18, 19), y (3) el Hijo del Hombre quien regresará en gloria
escatológica (Mat. 24:30; 26:64).7 La manera en que Jesús empleó el título, recordó a sus lectores
el "Hijo de Hombre" de Daniel, quien recibe dominio, gloria y un reino eterno (Dan. 7:14).
Explicación
Daniel 7 consiste esencialmente de una visión, su interpretación y la reacción del profeta a la
visión. Un prólogo (vers. 1, 2) y un epílogo (vers. 28) enmarcan el capítulo. La visión (vers. 2-14)
representa cuatro bestias, con el énfasis en la cuarta bestia, la cual tiene diez cuernos de los cuales
surge otro cuerno pequeño. El cuerno pequeño se torna en la oposición principal al "Altísimo" y los
santos en el resto del capítulo. Aunque las actividades del cuerno pequeño continúan aquí en la
tierra, la atención de Daniel es dirigida a una escena celestial de juicio (vers. 9-14) que condena al
cuerno pequeño, vindica a los santos y otorga dominio, gloria y un reino a "uno como Hijo de
hombre" (Dan. 7:13).
El pasaje sobre el juicio en Daniel 7:9-14 contiene tres escenas: (a) un juicio en el cielo en los
versículos 9 y 10; (b) el fin de la cuarta bestia, es decir, el resultado del juicio en los versículos 11 y
12; y (c) la recepción del reino por el Hijo del Hombre (Cristo) en los versículos 13 y 14.
El Juez se sentó, y los libros fueron abiertos (Dan. 7:9, 10)—Muchas personas disfrutan de
escenas de juicios, siempre y cuando a ellas no les toque estar sentadas en la silla del acusado.
Generalmente, el cuadro de un juez en el tribunal evoca las ideas de un crimen cometido y un
castigo que se aplica. La mayoría de las personas, por lo tanto, sienten aprensión cuando se les
pide que formen parte de un jurado o que testifiquen. Las Escrituras, no obstante, "ven el juicio
desde el punto de vista del oprimido, la víctima sufriente, y por lo tanto lo colocan en el contexto
de la salvación y la victoria sobre el opresor y el mal". Como resultado, la Biblia a veces describe a
los jueces como libertadores o salvadores (Jue. 3:9,15; 18:28).
El concepto de un juicio investigador, como lo enseña la Iglesia Adventista, tiene un claro
fundamento bíblico. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, repetidamente
encontramos juicios investigadores. Desde el mismo comienzo de la relación de Dios con los
pecadores en Génesis 3, surge un modelo de proceso judicial. Primero viene la investigación:
"¿Dónde estás tú?" "¿Quién te enseñó...?" "¿Has comido del árbol?" (Gen. 3:9-11). Después de
investigar, Dios anuncia el veredicto en los versículos 14-19. Encontramos una situación similar en
la manera en que Dios trata a Caín (Gen. 4:9, 10) y en su trato con Sodoma y Gomorra. Casi todo el
pasaje de Génesis 18 y 19 describe las investigaciones y deliberaciones de Dios previas a su acto
castigador. El hecho de que el Nuevo Testamento proyecte el juicio sobre Sodoma y Gomorra
como un "ejemplo" o "símbolo" del juicio final de Dios es revelador (2 Ped. 2:6; Jud, 7). Los escritos
de los profetas de Israel representan cómo Dios reúne a Israel o las naciones ante su tribunal,
cómo hace una investigación, cómo se declaran los hechos, cómo comparecen los testigos y
finalmente cómo se pronuncia un veredicto (ver Isa. 5:1-7; 43:8-13, 22-28). La secuencia es
siempre la misma: pecado, investigación y juicio."
El concepto de un juicio investigador previo al advenimiento aparece también en el Nuevo
Testamento. La parábola de la fiesta de bodas en Mateo 22 es un ejemplo clave. "Y entró el rey
para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda" (Mat. 22:11). La
inspección que el rey hace de los convidados representa un proceso de investigación que decidía
cuáles de los invitados podían quedar y cuáles no. En este sentido es un cuadro del juicio
investigador previo al advenimiento que está ocurriendo ahora.
Otros pasajes del Nuevo Testamento que presuponen un juicio previo al advenimiento son Juan
5:28-29, en el cual Juan menciona una resurrección para vida y una resurrección para condenación,
y Apocalipsis 20:4-6. La mayoría de los exégetas bíblicos concuerdan en que Apocalipsis 20 enseña
dos resurrecciones literales de los muertos separadas por mil años. En el sentido de que
únicamente los "bienaventurados y santos" se levantan en la primera resurrección, debe haber
ocurrido un juicio previo para determinar quién participará de ella. Teólogos no adventistas
también han reconocido esto. El luterano Joseph A. Seis, por ejemplo, escribió: "La resurrección y
los cambios que ocurren en 'un abrir y cerrar de ojos' para los vivos, son en sí mismos los frutos y
representaciones de un juicio precedente. Son las consecuencias de adjudicaciones ya hechas. En
términos estrictos, los hombres no son levantados ni trasladados para ser traídos a juicio. Las
resurrecciones y traslaciones con producto de un juicio ya ocurrido sobre los muertos como
muertos y los vivos como vivos. 'Los muertos en Cristo resucitarán primero', porque ya se ha
juzgado que están en Cristo, y los santos vivos son arrebatados con ellos en las nubes, porque ya se
ha juzgado que son santos y dignos de obtener ese mundo".10
En Apocalipsis 14, el mensaje del primer ángel, "temed a Dios, y dadle gloria porque la hora de
su juicio ha llegado" (Apoc. 14:7), precede la cosecha de la tierra (vers. 14-20). La secuencia de
eventos en este capítulo claramente indica que el juicio del que se habla en el versículo 7 ocurre
antes de la ejecución del juicio en ocasión de la segunda venida de Cristo en los versículos 14-20."
Así es que encontramos el concepto de un juicio investigador según se lo presenta en Daniel 7 —
previo a la segunda venida— a lo largo de las Escrituras.
La hora y propósito del juicio (Dan. 7:11, 12)—Es importante reconocer que el juicio en Daniel
7 ocurre mientras el cuerno pequeño está activo sobre la tierra. Al final del versículo 8, Daniel
escucha las palabras "pomposas" del cuerno pequeño. Entonces su atención se torna hacia la
escena del juicio celestial (vers. 9, 10). Pero luego de describir la escena del juicio, Daniel dedica
nuevamente su atención a lo que el cuerno declara. El texto dice "yo entonces", o sea, mientras
contemplaba la escena celestial, ocurría la proclamación del cuerno pequeño sobre la tierra.
Tres pasajes en Daniel 7 se refieren específicamente al juicio (vers. 9-14, 21, 22 y 26). Debido a
que las acciones del cuerno pequeño claramente intersectan con el juicio celestial, y por lo menos
temporalmente, coinciden con él, este juicio no puede ser el juicio final de Apocalipsis 20. Más
bien, debe ser un juicio preliminar que ocurre en el cielo previo a la segunda venida, tal como los
adventistas del séptimo día siempre han enseñado.
Una interpretación tal no se limita a los adventistas del séptimo día. El autor católico E
Düstewaid, por ejemplo, escribió: "Sin duda alguna, el profeta Daniel describe aquí el juicio de Dios
concerniente a los poderes hostiles. El juicio termina con la condenación total de los imperios del
mundo y el triunfo de la causa de Dios. Sin embargo, lo que se describe aquí no es, como muchos
intérpretes del pasado (Theodoret y otros) han supuesto, el juicio general del mundo; no es el
juicio de Dios aquí en la tierra, sino que el lugar del juicio se encuentra en el cielo. El contexto
indica que es un juicio preliminar que luego se confirma en el juicio general del mundo".'2 El
intérprete protestante T. Robinson vio esta distinción en el siglo XIX cuando escribió su comentario
sobre Daniel. "Como ya se ha observado, éste no es el juicio general al fin del reino de Cristo sobre
la tierra, o, según se entiende comúnmente la frase, al fin del mundo. Más bien parece ser un juicio
invisible que ocurre dentro del velo y se revela por sus efectos especiales y la ejecución de su
sentencia. Por ser ocasionado por las grandilocuentes expresiones del cuerno pequeño y ser
seguido por el despojo de su dominio, puede parecer que ya ha pasado. Pero, debido a que es
evidente que la sentencia no ha sido totalmente ejecutada, puede ser que se encuentre en sesión
ahora mismo".13
¿Cuál es el propósito de este juicio en Daniel 7? Observamos que se abren libros y se los estudia
(vers. 10). En el Antiguo Testamento encontramos referencias al "libro de los vivientes" (ver Sal.
69:28), el "libro de memoria" (ver Mal. 3:l6), y el "libro" de Dios (ver Éxo. 32:32; Sal. 56:8). El
mismo pensamiento ocurre en la literatura del judaísmo tardío (1 Enoc 47:3) y en el Nuevo
Testamento (Fil. 4:3; Apoc. 3:5; 20:12; 21:27). La pregunta importante es: ¿Quién es juzgado en
base a estos libros? Por el contexto concluimos que este juicio incluye:
1. El pueblo de Dios. Aunque la Reina-Valera traduce Daniel 7:22 como "se dio el juicio a los
santos del Altísimo" (Dan. 7:22), varias versiones lo vierten "se hizo un juicio en favor de los santos
del Altísimo" (RSV, NIV). Esto indica que los santos son de algún modo el tema de la audiencia, un
hecho que no es reconocido fuera de la Iglesia Adventista, aunque no debiera sorprendernos.
Debido a que la mayoría de los cristianos creen en la inmortalidad del alma, suponen que el estado
futuro de una persona se decide en el momento en que ésta muere. Un juicio previo al
advenimiento, por lo tanto, que rinde una decisión final respecto a si una persona es salvada o no
concuerda con su paradigma. Ven a los muertos ya en el cielo o el infierno (o para los católicos, el
purgatorio). Por lo tanto, los cristianos, en general, no aceptan un juicio anterior al advenimiento,
aunque el contexto de Daniel 7 claramente lo exige.
2. El cuerno pequeño. Debido a que el contexto de la escena del juicio se refiere repetidamente
al cuerno pequeño (vers. 8 y 11), el juicio, por lo tanto, de alguna manera debe también incluirlo.
"La evidencia contextual interna sugiere que los santos y el cuerno pequeño comparten igualmente
en el veredicto del juicio previo al advenimiento".14 Los santos en el sentido de que ellos reciben
el reino (vers. 27), y el cuerno pequeño en el sentido de que se le quita el dominio. Por lo tanto, la
vindicación de los santos (vers. 22), implica la condenación del cuerno pequeño.
Aunque algunos intérpretes no adventistas, tales como Düsterwald y Robinson, han visto un
juicio previo al advenimiento en Daniel 7, lo han limitado a un juicio del cuerno pequeño, mientras
que los adventistas incluyen tanto a los santos como el cuerno pequeño como los objetos del
juicio.
El propósito principal del juicio investigador que precede al advenimiento es la confirmación
final de la salvación y la vindicación del pueblo de Dios (vers 22). Pero más allá de la vindicación de
los santos y la condenación del cuerno pequeño, el juicio previo al advenimiento también
corrobora la justicia de Dios en sus tratos con la humanidad. Cuando los seres no caídos en el
universo examinan los registros de los santos durante el juicio previo al advenimiento, resolverán
que Dios ha sido ciertamente justo y misericordioso en cada instancia. De esta manera será
exonerado el carácter de Dios, el que ha estado en el centro del gran conflicto entre Cristo y
Satanás.
El Hijo del Hombre recibe el reino (Dan. 7:13, 14)—Muchos intérpretes de Daniel perciben la
llegada del Hijo del Hombre en las nubes del cielo como una referencia a la segunda venida de
Cristo.15 Sin embargo, la escena aquí descrita no se refiere a la segunda venida, porque el Anciano
de días no está en la tierra sino en el cielo. "Él viene hacia el Anciano de días en el cielo para recibir
el dominio y la gloria, y un reino, que le será dado a la conclusión de su obra de mediador. Es esta
venida, y no su segundo advenimiento a la tierra, la que la profecía predijo que había de realizarse
al fin de los 2.300 días, en 1844".16
Aplicación
"Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" (I-leb.
9:27). Al igual que la muerte le toca a cada ser humano, cada uno ha de enfrentar el juicio final,
"porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo" (2 Cor. 5:10).
Aunque somos salvos por la fe en Cristo (Efe. 2:8), todavía somos juzgados por nuestras obras
(Ecle. 12:14; Mat. 12:36). No obstante, si hemos aceptado a Cristo como nuestro Señor y Salvador
no tenemos nada que temer en el juicio, porque Jesús ha llevado nuestros pecados en la cruz y ha
muerto en nuestro lugar. Pablo dice que el Padre "por nosotros lo hizo pecado [a Jesucristo], para
que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Cor. 5:21), y que "ahora, pues, ninguna
condenación hay para los que están en Cristo Jesús" (Rom. 8:1).
Zacarías 3 demuestra gráficamente esta verdad maravillosa. Cuando Satanás se opuso a Josué
ante el Señor, Dios le dijo a sus ayudantes: "Quitadle esas vestiduras viles". Entonces Josué recibió
ropas nuevas y un turbante limpio (vers. 4, 5). Las vestiduras sucias, que representan los pecados
de cada persona, no fueron quemadas o enviadas a la tintorería, sino que Jesús se las puso y
entonces fue a la cruz a pagar el castigo (Rom. 5:8).
El juicio previo al advenimiento en Daniel 7 es la primera fase del juicio final.
Investigará y decidirá los casos de "todos los que entraron alguna vez en el servicio de Dios".17
Entonces, a su segunda venida, Dios revelará las decisiones alcanzadas en el juicio previo al
advenimiento y sus santos recibirán el reino (Dan. 7:27). Durante el milenio los justos juzgarán a
los malvados (Apoc. 20:4;
1 Cor. 6:2, 3), y después del milenio los impíos y Satanás con todos sus seguidores recibirán el
castigo final: la muerte eterna (Apoc. 20:11-15). Juntas, estas fases del juicio constituyen el juicio
final, cuya culminación será la vindicación del amor y la justicia de Dios por toda la eternidad.
Referencias
1. Leroy Edwin Froom, Movement of Destiny [Un movimiento con un destino) (Washington, D.
C.: Review and Herald, 1971), p.541.
2. Walter R. Martin, The Truth About Seventh-day Adventism [La verdad acerca del adventismo
del séptimo día] (Grand Rapids; Zondervan, 1960), p. 182.
3. Lacocque, The Book of Daniel [El libro de Daniel], pp, 133,134. Para leer sobre las varias
interpretaciones de la identidad del "Hijo del Hombre", ver Arthur J, Ferch, The Son of Man in
Daniel Seven [El Hijo del Hombre en Daniel 7), Andrews University Seminary Doctoral Dissertation
Series (Berrien Springs, Mich.: Andrews University Press, 1979), p. 95, n. 2.
4. J, A. Montgomery, The Book of Daniel [El libro de Daniel], ICC (Edinburgh: T. and T. Clark,
1979), P. 323.
5. Ibíd, pp. 320, 321,
6.1 Enoc 46:3, 5, en James Charlesworth, Old Testament Pseudepigrapha [Pseudoepigrafía del
Antiguo Testamento), (Carden City, N.Y: Doubleday, 1983), p. 34.
7. D. E. Aune, "Son of Man" [Hijo del Hombre], The Intemational Standard Bible Encyclopedia
(Grand Rapids: W. B. Eerdmans, 1988), 1, 4, p. 576.
8. Jacques B, Doukhan, Secrets of Daniel [Secretos de Daniel], (Hagerstown, MD: Review and
Herald, 2000), p. 112.
9. Para otros ejemplos de juicios investigadores en el Antiguo Testamento, ver William H, Shea,
Selected Studies on Prophetic Interpretation [Estudios .selectos sobre la interpretación profética],
DARCOM (Silver Spring, MD: Biblical Research Institute, 1992), pp. 1-29; Eric Livingstone,
"Investigative Judgment—A Scriptural Concept" [El juicio investigador: un concepto bíblico],
Ministry (Aprill992);pp, 12-14.
10. J. A. Seiss, The Apocalypse [El apocalipsis, (Grand Rapids: Zondervan, 1973), p. 131,
11. Samuel Bacchiocchi, "The Pre-Advent Judgment in the New Testament" [El juicio previo al
advenimiento en el Nuevo Testamento), Adventista Affirm (Otoño 1994), pp. 37-44, contiene
ejemplos adicionales.
12. E. Dusterwald, Die Weltreiche und das Gottesreich (Freiburg: Herder'shce Verlagasbuch-
handlung, 1890), p. 177, Traducido por G. Pfandl.
13. T. Robinson, Daniel, Homiletical Commentary (Nueva York: Funk andWagnalls, 1892), 1.19,
p. 139. También S. P. Tregelles, Remarks on the Prophetic Visions in the Book of Daniel
[Comentarios sobre las visiones proféticas en el libro de Daniel], 8a edicción (Chelmsford; The
Sovereign Grace Advent Testimony, n.d.), pp. 36-38.
14. Norman Gulley, Christ is Coming! [Cristo viene], (Hagerstown, MD: Review and Herald,
1998), p- 413. Ver también Arthur J. Ferch, "ThePre-Advent Judgment—Is it Scriptural?" [¿Es
bíblico el juicio previo al advenimiento?], Australasian Record (Aug. 28, 1982): 5-7.
15. Bert H. Hall, "Daniel", The Wesleyan Bible Commentary (Grand Rapids: W. B, Eerdmans,
1968), t. 3, p. 535; D. K. Campbell, Daniel: Decoder of Dreams [Daniel: descifrador de sueños],
(Wheaton, Ill: Víctor Books, 1977), p. 84. W. G. Heslop, Diamonds from Daniel [Diamantes de
Daniel], (n. p., Nazaren Publishing House, 1937), p. 104.
16. Elena G. de White, El conflicto de los siglos, pp. 533, 534.
17 Ibíd. ,p.534.
Daniel 8
EN LOS CAPÍTULOS 2 Y 7 Dios le dio a Daniel dos vislumbres del futuro. Luego en Daniel 8, el
Señor le concedió una tercera. Vimos paralelismos entre los cuatro imperios metálicos de la visión
de Nabucodonosor y las cuatro bestias en la visión de Daniel. Además, Daniel 7 añadió nuevos
elementos al bosquejo de la historia que presenta el capítulo 2, tales como el surgimiento y
actividades del cuerno pequeño. La visión del capítulo 8 coincide notablemente con las visiones
previas, a la vez que les añade bastante información adicional. El relato se torna cada vez más
detallado. El protagonista en la visión de Daniel 8 nuevamente es el cuerno pequeño. Siete de 27
versículos enfocan sus actividades.
Con Daniel 7:28 concluye la sección aramea del libro de Daniel, y en el capítulo 8 el profeta
continúa en hebreo. Incluso los símbolos empleados son diferentes de aquellos que se encuentran
en la sección aramea. Ahora no tenemos bestias salvajes, sino los animales usualmente
sacrificados en el santuario.
Información
El continuo (en hebreo, tamid)—La palabra hebrea tamid ocurre 104 veces en el Antiguo
Testamento, y la versión Reina-Valera la traduce "continuo" (Bng James la traduce "diario").
Empleada como un adjetivo o adverbio, tiene el significado de "continuo" o "perpetuo". Tamid
aparece mayormente en conexión con el servicio del tabernáculo en el que puede referirse a la
ofrenda quemada diariamente, de tarde y mañana (Éxo. 29:38,42), la lámpara que nunca se
extingue (Éxo. 27:20), el pan de la proposición "continuamente" sobre la mesa (25:30), o el mego
sobre el altar que nunca debe apagarse (Lev 6:13), etc. "En todas las instancias tamid denota
aspectos del servicio del tabernáculo o templo que estaban 'continuamente' en operación,
'regularmente' o 'diariamente', en comparación con ritos especiales celebrados únicamente en
temporadas específicas, tales como la Pascua o el Día de la Expiación.... El servicio 'continuo' en el
Antiguo Testamento representaba la continua provisión benéfica de Dios para el hombre, y
señalaba hacia el futuro al ministerio de Cristo en el santuario celestial que comenzó después de su
ascensión (Heb. 7:25)".)
El cuerno pequeño—La mayoría de los eruditos modernos de la Biblia interpretan el cuerno
pequeño de Daniel 7 y 8 como el rey sirio Antíoco IV Epífanes (175-163 a.C.). En 168 a.C. luego de
una campaña exitosa contra Egipto, Antíoco regresó a su país vía Judea y encontró una
insurrección en progreso. Eliminó la rebelión con una masacre en la que murieron 40.000 hombres
mujeres y niños judíos (2 Macabeos 5:12-14). Un año más tarde invadió nuevamente a Egipto. Sin
embargo, esta vez sufrió una humillante experiencia cuando, durante su marcha contra Alejandría,
el legado romano, Popilius Laenas le entregó una carta del senado romano que le ordenaba
abandonar Egipto. Para añadir a su vergüenza, Popilius Laenas dibujó un círculo alrededor de
Antíoco y demandó que respondiese antes de poner un pie fuera del círculo. Conociendo el
poderío de Roma, Antíoco tuvo que acceder. Entonces descargó su frustración contra los judíos.
Con el deseo de convertir a Palestina en una provincia siria, intentó obligar a los judíos a
"abandonar sus costumbres ancestrales y dejar de vivir según las leyes de Dios" (2 Macabeos 6:1).
Si no rechazaban su cultura enfrentarían la muerte. Entonces profanó el templo de Jerusalén al
dedicarlo al dios Zeus del Olimpo y sacrificar animales inmundos sobre su altar (2 Macabeos 6:1-5).
Su persecución de los judíos llevó a la rebelión de los macabeos y la re-dedicación eventual del
templo en el día 25 de Quisleu (diciembre) 164 a.C.
Los adventistas del séptimo día identifican el cuerno pequeño de Daniel 8 con la Roma pagana y
papal. Rechazan que el cuerno pequeño sea Antíoco IV por varias razones: (1) El cuerno pequeño
surgió de entre diez cuernos (Dan. 7:8), pero Antíoco IV no surgió de entre diez reinos helenísticos.
Él era el octavo rey en la dinastía seleucida que tuvo 28 reyes durante su existencia. (2) La visión de
Daniel muestra que tres cuernos son arrancados ante él (vers. 8). Antíoco IV no destituyó a tres
reyes. (3) El cuerno pequeño se hizo más grande que los otros cuernos (vers. 20). Es obvio que
Antíoco IV no fue mayor que los otros reyes de su tiempo. De hecho, la presencia del embajador
romano Popilius Laenas fue suficiente para causar que Antíoco IV se retirara de Egipto. (4) Los
santos fueron entregados en sus manos durante tres tiempos y medio (vers. 25). Según 1
Macabeos 1:57 y 4:52-54, la profanación del templo duró solamente tres años y diez días. (5) El
camero (Persia) se "engrandecía" (Dan. 8:4); el macho cabrío (Grecia) se "engrandeció
sobremanera" (vers. 8); y el cuerno pequeño creció aún más (vers. 9). En ningún momento Antíoco
IV fue mayor que Medo-Persia o Grecia.
Un estudio de los cuernos pequeños de Daniel 7 y 8 indica un fuerte paralelismo entre ambos:
(1) Ambos son pequeños al comienzo (Dan. 7:8; 8:9). (2) Ambos se engrandecen después (Dan.
7:20; ver 8:9). (3) Ambos son poderes que persiguen (Dan. 7:21, 25; 8:10,24). (4) Ambos se exaltan
a sí mismos y son blasfemos (Dan. 7:8, 20, 25; 8:10, 11, 25). (5) Ambos atacan al pueblo de Dios
(Dan. 7:25; 8:24). (6) Diversos aspectos de la actividad de ambos son delineados por tiempo
profetice (Dan. 7:25; 8:13,14). (7) Ambos se extienden hasta el tiempo del fin (Dan. 7:25, 26; 8:17,
19). (8) Ambos enfrentan una destrucción sobrenatural (Dan. 7:11, 26; 8:25).
Debido a que en Daniel 7 el simbolismo del cuerno pequeño señala claramente hacia el papado,
el cuerno pequeño de Daniel 8 debe referirse a la misma entidad. La única diferencia entre los dos
capítulos es que en Daniel 8 el cuerno pequeño simboliza la Roma pagana (Dan. 8:9, 10) al igual
que la Roma papal (vers. 11, 12).
Explicación
La visión de Daniel 8:1-14 es la culminación de las presentaciones simbólicas que aparecen en
el libro. Lo que sigue desde Daniel 8:15 hasta el fin del libro es suplementario a la visión del
capítulo 8. El fin del capítulo 8 nos dice que Daniel "no entendió" (vers. 27). En el capítulo 9, por lo
tanto, Daniel busca una comprensión adicional (vers. 3), y el ángel que lo visita lo exhorta a
"entender la visión" diciéndole: "Ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento" (ver los
versículos 22-25).
El carnero y el macho cabrío (Dan. 8:1-8)—En 548/547 a.C. Daniel es transportado en una
visión a Susa, la ciudad que se convertiría en la capital del Imperio Persa luego de la caída de
Babilonia. En el canal llamado Ulai ve un macho cabrío que derrota a un carnero. El versículo 20
explica el simbolismo: el carnero representa a Medo-Persia y el macho cabrío al reino griego de
Alejandro, quien es el cuerno notable entre los ojos del macho cabrío (vers. 5). En la cúspide de la
fuerza del macho cabrío, el gran cuerno se quiebra y aparecen otros cuatro cuernos en su lugar.
Los comentadores generalmente concuerdan en que los cuatro cuernos representan las cuatro
divisiones del reino griego después de la muerte de Alejandro el Grande.3
El origen del cuerno pequeño (Dan. 8:9)—La mayoría de los comentadores suponen que el
cuerno pequeño salió de uno de los cuatro cuernos, pero el contexto y los detalles literarios y
estructurales lo hacen poco probable.4 El versículo anterior concluye con las palabras, "en su lugar
[del cuerno notable] salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo". El
antecedente inmediato de "uno de ellos" es, por lo tanto, "los cuatro vientos", no los cuatro
cuernos. La expansión geográfica del cuerno pequeño (sur, oriente, la tierra gloriosa) sugiere que
su emergencia también pertenece al plano geográfico, o sea, proviene de uno de los cuatro puntos
cardinales. Además, el verbo yatza, utilizado para referirse a la "salida" del cuerno pequeño (vers.
9) contrasta con el verbo 'alah, empleado para referirse a la "salida" de los otros cuernos (vers. 3 y
8).
El autor no adventista A. Bloomfield también reconoce que el cuerno pequeño surge de uno de
los cuatro vientos del cielo: "El cuerno pequeño, se nos dice, ha de surgir de uno de los cuatro
vientos (v. 8). Cuál viento es, se lo indica inmediatamente: crecería mucho al sur, hacia el oriente y
hacia Palestina".5 Por lo tanto, debe originarse ya sea en el norte o el oriente. El poder que siguió a
los reinos griegos en el este y el sur fue Roma, y surgió del oriente. El imperio seléucida se convirtió
en una provincia romana alrededor del 65 a.C., Palestina fue incorporada al Imperio Romano en
6.3 a.C., y Roma se apoderó de Egipto el 30 a.C.
Pero, ¿dónde se encuentra la bestia a la cual pertenece el cuerno? Una posibilidad es que se
encuentra fuera del cuadro de la visión, por lo tanto Daniel no la ve. Una razón podría ser que los
animales que simbolizan a Medo-Persia y Grecia en Daniel 8 eran animales limpios, apropiados
para los ritos del templo, mientras que la "bestia terrible", como la que se emplea para simbolizar
a Roma en Daniel 7, habría sido una criatura inmunda. "Esto habría distorsionado la conexión entre
la visión y el santuario".6
Sin embargo, en el simbolismo bíblico, los cuernos representan poderes o naciones, y pueden
aparecer por sí solos sin los animales a los cuales pertenecen naturalmente. Zacarías 1:18, 19, por
ejemplo, dice cómo el profeta ve cuatro cuernos solos, y un ángel explica que "estos son los
cuernos que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén" (vers. 19).
En contraste con Daniel 7, en el que el cuerno pequeño (la Roma papal) surge de la cuarta,
bestia (Roma pagana), en Daniel 8 el cuerno pequeño representa a ambas. "Una parte del todo (el
cuerno) simboliza al todo (la cuarta bestia de Daniel 7). Encontramos apoyo para esta conclusión
en el hecho de que en Daniel 8 el cuerno pequeño participa en una conquista horizontal —va
contra el sur (Egipto), el oriente (Siria), y la tierra gloriosa (Israel)— lo que representa la actividad
de la Roma pagana (Dan. 8:9). Pero también se engrandece hacia el cielo (una expansión vertical
contra el pueblo de Dios y la función del Príncipe en el templo celestial): la obra de la Roma papal
(vers. 10-12). Este cuerno incorpora la actividad de la bestia y su cuerno según se la describe en
Daniel 7".7
El paralelismo entre las profecías en Daniel 2, 7 y 8 nos ayuda a entender el simbolismo del
cuerno pequeño en Daniel 8.
Símbolo Daniel 2 Daniel 7 Daniel 8
Babilonia Cabeza de oro león ------
Medo-Persia Pecho y brazos de plata Oso Carnero
Grecia Vientre y muslos de leopardo Macho
bronce cabrío
Roma Piernas de hierro Bestia Cuerno
espantosa pequeño
(Roma pagana y Peleó contra Cristo, echó por tierra el santuario y continuó
papal) hasta el tiempo del fin
Europa dividida Pies de hierro y barro Diez cuernos
Papado ----- Cuerno pequeño
Segunda Piedra cortada sin los santos
venida manos reciben el reino
Las actividades del cuerno pequeño (Dan. 8:9-12; 23-25)—Después de establecer el origen e
identidad del cuerno pequeño, podemos dedicar nuestra atención a sus actividades: (1) Puede
echar por tierra parte del ejército y de las estrellas. (2) Se exaltó a sí mismo tan alto como el
Príncipe de los ejércitos. (3) Quitó el continuo y el lugar del santuario de Dios. (4) Echó por tierra la
verdad.
(1) Echó por tierra parte del ejército y algunas de las estrellas
(Dan. 8:10, 24)—Éxodo 12:41 describe al ejército del Señor en términos de Israel. En la visión de
Daniel, el "ejército del cielo" se refiere al pueblo de Dios que permanece aquí en la tierra pero
tiene su ciudadanía en el cielo (Fil. 3:20). De esta forma se puede interpretar que el ejército del
cielo en Daniel 8:24 indica a la gente santa, y las estrellas probablemente representan a los líderes
de los ejércitos (verApoc. 1:20).
Los emperadores romanos persiguieron a los judíos al igual que a los cristianos. Cuando Roma
destruyó Jerusalén y su templo en 70 d.C., murieron más de un millón de judíos.8
Y durante los primeros dos siglos de la era cristiana los emperadores Nerón, Decio y Dioclesiano
asesinaron a miles de cristianos que rehusaron ofrecer incienso al emperador. El historiador de la
iglesia, Eusebio (siglo IV), nos cuenta: "No se puede dejar de admirar a aquellos que sufrieron
también en su tierra natal donde miles de hombres, mujeres y niños, despreciaron la vida presente
por causa de la doctrina de nuestro Salvador, y se sometieron a la muerte en varias formas.
Algunos, luego de haber sido torturados con raspados de la piel el potro, los azotes más crueles y
otras agonías innumerables que hacen temblar sólo de escucharlas, fueron sometidos a las llamas.
Algunos se hundieron y ahogaron en el mar, otros voluntariamente ofrecieron sus cuellos a los
verdugos otros murieron en medio de sus tormentos, algunos fueron consumidos por el hambre, y
otros fueron colocados en la cruz. Algunos ciertamente fueron ejecutados como lo eran los
malhechores; otros, más cruelmente, fueron clavados cabeza abajo y mantenidos vivos hasta que
finalmente perecían por el hambre sobre la cruz".9
2. Se exaltó a sí mismo al nivel del Príncipe de los ejércitos (Dan. 8:11, 25)—Los versículos 9 y
10 presentaron los movimientos del cuerno pequeño sobre un plano horizontal, mientras que los
versículos 11 y 12 muestran una dimensión vertical, lo que indica el cambio de actividades de la
Roma pagana a la Roma papal.10
En Josué, el comandante del ejército del Señor es un ser divino (Josué 5:14, 15). El Príncipe del
ejército del pueblo de Dios debe ser Aquel que es llamado "Mesías Príncipe" en Daniel 9:25,
"Miguel vuestro príncipe" en Daniel 10:21, y "Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos
de tu pueblo" en Daniel 12:1. En otras palabras, Cristo.
¿Cómo es que el cuerno pequeño se engrandeció contra Cristo? Al asumir abiertamente el
oficio de Cristo como mediador entre Dios y la humanidad, el papado se exaltó a sí mismo contra el
Príncipe del ejército y cumplió 2 Tesalonicenses 2:4.
3- Quitó el continuo y echó por tierra el lugar del santuario de Dios (Dan. 8:11)—¿Cómo me
que el papado quitó el sacrificio diario y echó por tierra el lugar del santuario de Dios? Al colocar la
intercesión humana en las manos de sacerdotes, [al establecer] el uso del confesionario y al
sacrificar nuevamente a Cristo en cada misa, el papado ha eclipsado el ministerio celestial de Cristo
en las mentes de los adoradores. Ya los creyentes no se acercan directamente a Cristo, sino que
van al sacerdote, a los santos o a Mana. Al sustituir el papel de Cristo en el santuario celestial por el
servicio del sacerdote aquí en la tierra, el cuerno pequeño ha "echado por tierra" simbólicamente
"el lugar de su santuario", y por lo tanto, lo ha profanado.
En el sacrificio de la misa, el sacerdote romano se transforma en un alter Christus, en otras
palabras, en "otro Cristo" en el sentido de que él sacrifica al Cristo verdadero sobre el altar y lo
presenta para la salvación de los fieles. Las últimas ediciones del Catecismo de la Iglesia Católica
muestra esto claramente:
"El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son, pues, un único sacrificio: "Es una y la
misma víctima, que se ofrece ahora por el ministerio de los sacerdotes, que se ofreció a sí misma
entonces sobre la cruz. Sólo difiere la manera de ofrecer'; Cristo, que se ofreció a sí mismo una vez
de manera cruenta sobre el altar de la cruz, es ofrecido e inmolado de manera no cruenta"."
Además, el sacerdote transforma la sustancia del pan y el vino en la sustancia misma del cuerpo
y la sangre de Cristo. "Entonces se lleva al altar, a veces en procesión, el pan y el vino que serán
ofrecidos por el sacerdote en nombre de Cristo en el sacrificio eucarístico en el que se convertirán
en su Cuerpo y su Sangre".12 En otras palabras, en obediencia a las palabras del sacerdote, Cristo
desciende sobre el altar en cada misa. El sacerdote jesuíta Franz Xaver Esser escribió: "Oh,
sacerdote, cuan sobrehumano y grande eres, eres como Cristo que ordenó a los vientos y al mar, y
quien caminó sobre las hinchadas olas... El sacerdote entra al cielo y toma al Hijo de Dios del
círculo cerrado del coro angelical y todos quedan impotentes, no pueden evitarlo".13
En el confesionario el sacerdote absuelve los pecados con la fórmula: "Te absuelvo de tus
pecados en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo". Es una llave maravillosa en las manos
del sacerdote. Dice el Catecismo: "Los obispos y los presbíteros, en virtud del sacramento de las
Santas Órdenes, tienen el poder de perdonar todos los pecados 'en el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo'".14
A través de tales enseñanzas es que el ministerio de Cristo en el santuario celestial ha sido
echado a un lado en la mente de muchos cristianos y su lugar ha sido tomado por sustitutos
engañosos. La misa y el confesionario alejan la mente de los creyentes cristianos de una continua
dependencia del ministerio mediador del Salvador en su santuario. Complejas ceremonias, todas
en el nombre de Cristo, oscurecen el ministerio de Cristo. "En vez de confiar en la Palabra inspirada
y en el ministerio personal del Espíritu Santo, se les enseña a los hombres a depender de una
iglesia infalible y un cuerpo pedagógico autoritativo, y a recibir doctrinas falsas tales como la
transustanciación, el purgatorio, la adoración de imágenes, la inmortalidad del alma, el sacrificio de
la misa, la inmaculada concepción, Nuestro gran Sumo Sacerdote quien nos invita a venir a su
trono de gracia y encontrar gracia para un oportuno socorro, encuentra que su intercesión
perpetua es echada a un lado y que otros medios de alcanzar la gracia, otros mediadores e
intercesores se interponen entre él y su pueblo... En el sistema [católico] romano su lugar es
ocupado por sacerdotes humanos que ofrecen sacrificios, perdonan pecados y confieren el Espíritu
Santo. La iglesia es llevada sobre los hombros del papa y el corazón de María, en vez de sobre los
hombros y el corazón de Cristo. La mayoría de estos principios falsos se han fortalecido a lo largo
de los siglos, pero ninguno de ellos puede remontarse ni siquiera en una forma primitiva a una
fecha anterior al quinto siglo d.C.".'5
4. Echó por tierra la verdad (Dan. 8:12)—Jesús dijo de sí mismo: "Yo soy la verdad" (Juan 14:6),
y respecto a la Palabra de Dios, dijo: "Tu Palabra es verdad" (Juan 17:17). Desde el siglo XII en
adelante, varios papas prohibieron el uso de la Biblia en el idioma vernáculo porque los valdenses y
luego los protestantes la utilizaron para oponerse a las enseñanzas de la iglesia.
El Concilio de Trento en 1546 decretó que nadie podía interpretar las Escrituras en forma
contraria a la opinión de la iglesia, porque la iglesia era juez del sentido correcto de las Escrituras.
"Nadie, confiando en su propia habilidad, debe —en materia de fe y de moral relacionada con la
edificación de la doctrina cristiana y forzando la sagrada Escritura según sus propios sentidos—
presumir de interpretar dicha sagrada Escritura en un sentido contrario al sentido de la santa
madre Iglesia —la cual ha de juzgar el sentido verdadero y la interpretación de las santas
Escrituras—el que ésta ha mantenido y mantiene; ni tampoco contrario al consentimiento
unánime de los Padres [de la iglesia]".16
Hoy, por supuesto, el cuadro ha cambiado. En 1943 el papa Pío XII publicó una encíclica que
animaba a los sacerdotes a estudiar y predicar de la Escritura, a asistir a las asociaciones católicas
dedicadas a propagar las Escrituras en lenguas modernas, y a animar a los laicos a leer diariamente
la Biblia.'7 Sin embargo, no significa que la Biblia es la norma absoluta de fe para la Iglesia Católica
en la actualidad. El Concilio Vaticano Segundo (1962-1965) declaró que "ella [la Iglesia] siempre ha
considerado y continúa considerando a las Escrituras, acompañadas por la santa Tradición, como la
regla suprema de su fe" y que "la teología sagrada depende de la Palabra escrita de Dios, tomada
juntamente con la Tradición sagrada, como un fundamento permanente".18 Así que mientras que
el liderazgo propone la lectura de la Biblia, los católicos aceptan la tradición como si estuviese al
mismo nivel que las Escrituras.
Cuando hablamos del cuerno pequeño, debemos distinguir entre la institución del "papado y las
personas que apoyan o siguen sus enseñanzas. Los miembros de la Iglesia Católica, incluso el papa,
son personas por las cuales Cristo murió. A lo largo de la historia una cantidad innumerable de
cristianos sinceros y devotos han sido miembros de la Iglesia Católica. Elena G. de White escribió:
"Hay cristianos verdaderos en cada iglesia que no conocen el origen del día de reposo
dominical, y creen que están observando el día que Dios santificó y bendijo. Esto se aplica incluso a
adoradores dentro de la Iglesia Católica; y mientras existe esta condición de ignorancia e
integridad, Dios acepta su sinceridad; pero cuando la luz cae sobre su camino, Dios requiere que se
pongan en armonía con su ley y que observen el día de reposo que él estableció"." Como Lutero,
Zuinglio y Calvino en los días de la Reforma, el pueblo de Dios en todas las iglesias cristianas en el
tiempo del fin escuchará la voz del cuarto ángel de Apocalipsis 18 que le dirá: "Salid de ella, pueblo
mío", y responderán uniéndose al pueblo remanente de Dios. En nuestro testimonio escrito y
hablado, por lo tanto, necesitamos ser cuidadosos y no ofender innecesariamente a las personas.
Nuevamente Elena G. de White nos ha dado un consejo sabio: "Al llevar el mensaje, no haga
ataques personales contra otras iglesias, ni siquiera la Iglesia Católica. En las diferentes
denominaciones, los ángeles de Dios ven a muchos que pueden ser alcanzados únicamente con el
mayor tacto. Por lo tanto, seamos cuidadosos con nuestras palabras".211 Aunque nunca debemos
hacer componendas con la verdad, siempre debemos estar al tanto que cada ser humano es en fin
de cuentas una persona por la cual Cristo murió y a la cual ama.

Referencias
1. Siegfried H. Horn, "El continuo", Diccionario bíblico adventista del séptimo día (Buenos Aires:
Asociación Casa Editora Sudamericana, 1997), pp. 246, 247.
2. G. F. Hasel, "The First and Third Years of Belshazzar (Dan. 7:1; 8:1") [los años primero y
tercero de Belsasar (Dan. 7:1; 8:1) AndrewsUniversity Seminary Studies 15 (1977), pp. 153-168.
3. Ver comentarios .sobre Daniel 7:1-7.
4. Ver Martin Proebstle, "A Text-Oriented Study of Daniel 8:9-14" [un estudio orientado por el
texto de Daniel 8:9-14], (tesis doctoral inédita, Andrew University 2003), pp. 100-105.
5. Arthur E. Bloomfield, The End of the Days (Minneápolis; Bethany fellowship, 1961), p. 165.
6. Ángel Manuel Rodríguez, Fulgores de gloria (Bogotá: Asociación Publicadora Interamericana,
2002), p. 55.
7. Ibíd. A diferencia del Dr, Rodríguez, yo veo las actividades de Roma pagana en los versículos 9
y 10, no sólo en el 9.
8. Josefo, "Las guerras de los judíos", Las obras de Josefo (VI.9.3).
9. La historia eclesiástica de Eusebio (Peabody Mass.: Hendrickson, 1998), 8.8.1.
10. Gerhard F. Hasel, "The Little Horn, the Heavenly Sanctuary, and the Time of the End: A Study
of Daniel 8:9-14" [El cuerno pequeño, el santuario celestial y el tiempo del fin: Un estudio de Daniel
8:9-141, Sympossium on Daniel, editado por Frank B. Holbrook (Washington, D. C.: Biblical
Research Institute), p. 401.
11. Catecismo de la Iglesia Católica, (Santo Domingo: Librería Juan Pablo II, 1992),#1367.
12. Ibíld., #1350.
13- Franz Xaver Esser, Zepter und Schüssel in der Hand des Priesters (Freiburg im Breisgau:
Herder & Co., 1924), p. 15. Traducido por G. Pfandi.
14. Catecismo de la Iglesia Católica, #1461.
15. Ernest Marter, Daniel Philosophy of History [La filosofía de la historia según Daniel],
(Bracknell, Inglaterra: Newbold College,1967),pp.78,79.
16.Philip Schaff, The Creeds of Christendom, 4 ed. (Nueva York: Harper, 1919), t. 2, p. 83)
17. Divino Afflante Spiritu, 30 de septiembre, 1943, citado en Don E Neufeld, ed., The Seventh-
Day Adventist Bible Student’s Source Book (Washington, D. C.: Review and Herald, 1962), pp.
155,156
18. Austin P. Flannery, Document of Vatican II [Documentos del Vaticano U], (Grand Rapids: W.
B. Eerdmans, 1975), p. 762, 763
19. Elena G. de White, Signs of the Times, 19 de noviembre, 1894.
20. Elena G. de White, Pacific Unión Recorder, 23 de octubre, 1902.
Daniel 8
LOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA creen que Daniel 8:9-14 se refiere al gran conflicto, o
conflicto especial, entre Cristo y Satanás. Interesa, en particular, el contraste entre el plan de
salvación de Dios y el sistema falsificado del cuerno pequeño. Este pasaje está en el centro mismo
de los mensajes proféticos de Daniel así como en el corazón de la doctrina adventista del
santuario. Es importante, por lo tanto, una comprensión correcta de los textos, para obtener una
perspectiva apropiada del mensaje del santuario y de los mensajes de los tres ángeles, el primero
de los cuales proclama que "la hora de su juicio ha llegado" (Apoc. 14:7).
Información
El servicio del santuario del Antiguo Testamento.—Después de su liberación de Egipto,
mientras los israelitas acampaban al pie del Monte Sinaí, Dios ordenó a Moisés que construyera un
santuario para él (Éxo. 25:8, 9) y que estableciera un ritual que sirviera como ilustración visible del
plan de salvación. El santuario mismo, rodeado por un gran atrio, tenía dos departamentos, el
lugar santo y el lugar santísimo, que corresponden a las dos fases del ministerio: el servicio diario y
el anual. El servicio diario se realizaba en el atrio y en el lugar santo; el servicio anual en el lugar
santísimo.
El servicio diario consistía de las ofrendas encendidas regulares de la mañana y de la tarde y de
las ofrendas que los israelitas traían durante el día. Todas señalaban a Cristo, el Cordero de Dios
(Juan 1:29). la ofrenda más importante era la ofrenda por el pecado. De acuerdo con levítico
4:2,13, 22,27, sin embargo, las ofrendas sólo podían ofrecerse por los actos o pecados de
ignorancia. La gente podía cometer pecado y no darse cuenta (Lev. 4:13; 5:2-4). Pero cuando lo
descubrían debían llevar una ofrenda. En casos de pecados conscientes o de presunción, en
Hebreos llamados cometidos "voluntariamente", el ofensor debía morir (Núm. 15:30, 31; Deut.
22:22). Esto le ocurrió al hombre al que hallaron juntando leña durante el sábado (Núm. 15:35, 36).
No quería decir, sin embargo, que a una persona no se le podían perdonar tales pecados. Los
pecados, por graves que fueran, podían ser perdonados, y lo eran, como ocurre ahora, mediante el
arrepentimiento y la restitución, como ocurrió en el caso de adulterio y asesinato de David (Sal.
51:16, 17). En tales casos el perdón no se recibía a causa de un sacrificio que llevaba el ofensor,
sino a causa de la cruz del Calvario. Se habría rebajado la enormidad del pecado y la concepción
que la humanidad tenía de la santidad de Dios si al hombre de Números 15 se le hubiera permitido
llevar un buey o un cordero por la deliberada transgresión de uno de los diez mandamientos. Por lo
tanto, "la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar el pecado" (Heb. 10:4). Tales
ofrendas no eran más que ilustraciones del verdadero sacrificio de Cristo. Sólo la muerte de
nuestro Señor en la cruz provee el remedio para quitar el pecado "una vez para siempre por el
sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado" (Heb. 9:26). La expresión "una vez para
siempre" en conexión con el sacrificio de Cristo tiene profundo significado. "Cristo padeció una sola
vez por los pecados" (1 Ped. 3:18); "Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de
muchos" (vers. 28); y "ahora, en la consumación de los siglos" (vers. 26). De este modo la doctrina
católica de que Cristo es sacrificado por nuestros pecados en cada misa es antibíblica.
Las ofrendas transferían simbólicamente los pecados de Israel al santuario, contaminándolo así.
Como resultado, se requería un servicio especial para purificar el santuario de los pecados que se
habían acumulado a través del año. Dios mandó que se hiciera una expiación por el santuario para
purificarlo "de las inmundicias de los hijos de Israel" (Lev. 16:19). El servicio especial tenía lugar el
día de expiación. En ese día, una vez al año, los levitas llevaban dos machos cabríos al santuario y el
sumo sacerdote echaba suertes sobre ellos, "una suerte para Jehová, y otra suerte para Azazel"
(vers. 8). El sacerdote sacrificaba el macho cabrío del Señor como una ofrenda por el pecado, y el
sumo sacerdote llevaba la sangre al lugar santísimo y la asperjaba allí ante el propiciatorio. El ritual
hacía expiación por el santuario y lo purificaba de los pecados del pueblo. Cuando el sumo
sacerdote terminaba de hacer la expiación del santuario, colocaba sus manos sobre el macho
cabrío emisario y confesaba sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel y lo enviaba por
medio de un hombre al desierto y allí lo soltaba (por eso se llamaba "emisario").
Es importante recordar que el macho cabrío emisario no debía ser sacrificado, por lo tanto, no
podemos considerarlo como una expiación por el pecado, pues sin derramamiento de sangre no
hay remisión por el pecado (Heb. 9:22). El macho cabrío emisario simbolizaba a Satanás quien, al
final, debe cargar con la responsabilidad, no sólo por sus propios pecados, sino por la parte de
responsabilidad que le toca por los pecados que ha hecho cometer a otros. "Mientras que el
holocausto señalaba a Cristo como sacrificio, y el sumo sacerdote representaba a Cristo como
mediador, el macho cabrío simbolizaba a Satanás, autor del pecado, sobre quien serán colocados
finalmente los pecados de los verdaderamente arrepentidos. Cuando el sumo sacerdote, en virtud
de la sangre del holocausto, quitaba los pecados del santuario, los ponía sobre la cabeza del macho
cabrío para Azazel. Cuando Cristo, en virtud de su propia sangre, quite del santuario celestial los
pecados de su pueblo al fin de su ministerio, los pondrá sobre Satanás, el cual, en la consumación
del juicio debe cargar con la pena final".'
En los casos en que la contaminación del templo era el resultado de la profanación por parte de
los enemigos de Dios o por la idolatría del pueblo, también era purificado, restaurado, y
santificado. Por ejemplo, cuando Ezequías accedió al trono, una de las primeras acciones que
emprendió fue la santificación y reconsagración del templo que su padre Acaz había profanado (2
Crón. 29:3-8). En el proceso los sacerdotes entraron al interior del templo "para purificarlo.
Sacaron toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehová, al atrio de la casa de Jehová"
(vers. 16). La palabra hebrea taher, que se usa aquí para referirse a la limpieza física del templo, es
la misma que se usa en Levítico 16:30 para la purificación espiritual o ritual del pecado del templo.
Explicación
En el capítulo anterior vimos que el cuerno pequeño de Daniel 8, que identificamos como la
Roma pagana y papal, persiguió al pueblo de Dios, usurpó el ministerio de intercesión de Cristo, y
echó por tierra el fundamento del santuario de Cristo y de la verdad.
La conversación (Dan. 8:13,14)—Habiendo observado las actividades del cuerno pequeño,
Daniel escucha a dos seres celestiales que hablan entre sí. Uno pregunta al otro: "¿Hasta cuándo
durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el
ejército para ser pisoteados? Y el dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el
santuario será purificado" (Dan. 8:13, 14). Algunos han cometido el error de limitar la presunta y su
respuesta a las actividades del cuerno pequeño. Interpretan el período de los 2.300 días como si
sólo se refiriera a la devastación causada por el cuerno pequeño. Pero la pregunta se aplica a toda
la visión que comenzó en tiempos de los persas, simbolizada por el carnero en sus inicios (vers. 3).
Literalmente la pregunta comienza con las palabras: "¿Hasta cuándo durará la visión?" Aunque la
pregunta hace una lista de las terribles actividades del cuerno pequeño, cosas que obviamente
dejaron asombrado al profeta, "la pregunta no es sobre cuánto tiempo profanará el cuerno
pequeño el santuario, sino sobre cuándo se cumplirá todo el contenido de la visión. La respuesta
indica que el cumplimiento de toda la visión demorará 2.300 días/años. Al final de ese período la
usurpación del cuerno pequeño de la obra sacerdotal del Mesías llegará a su fin con el día
escatológico de la expiación".2 En el siguiente capítulo veremos por qué los adventistas entienden
que 1844 es el fin de los 2.300 días/años y el comienzo del juicio previo al advenimiento.
La profecía de Daniel 8 se enfoca en el conflicto religioso entre el Príncipe del ejército y el
cuerno pequeño. En este conflicto "han existido dos planes rivales del ministerio del santuario y la
salvación, el original celestial y el sustituto terrenal. Han existido dos santuarios rivales y dos
sacerdocios rivales. Han existido dos sumos sacerdotes rivales que oficiaron en estos planes. En
algún punto de la historia de esta lucha debe llegar un momento para una decisión entre estos dos
planes y sus resultados. Debe llegar un momento de juicio que decidirá entre ellos. Este juicio es lo
que se presenta en el período de Daniel 8:14, los 2.300 días".5 Al final de los 2.300 días una
decisión final determinará cuál de estos dos planes ha sido el verdadero plan de salvación. Esto
incluye un examen de la naturaleza de cada plan y sus efectos sobre sus respectivos recipientes. El
juicio investigador que precede al advenimiento descrito en Daniel 7:9-14 se localiza
cronológicamente al final de los 2.300 días profetices.
La investigación que precede al advenimiento examina los registros de la vida de los creyentes.
En su conclusión se borran, o los pecados o los nombres, de los registros celestiales. Por medio de
este juicio el universo establece el verdadero plan de salvación y condena el esquema del cuerno
pequeño. El conflicto espiritual entre los dos sistemas queda decidido y Dios es justificado delante
del universo (Rom. 3:4). En otras palabras, el juicio previo al advenimiento no sólo justifica a los
santos, sino también a Dios, delante de los seres creados, incluyendo a Satanás y sus seguidores.
Como la tradición ha oscurecido la verdad acerca del ministerio de Cristo en el cielo, y el
protestantismo sólo ha recuperado parte de ella; ni Guillermo Miller ni ningún erudito
contemporáneo ha comprendido claramente a cuál santuario se refiere Daniel 8:14. En los años
que siguieron a 1844, sin embargo, los estudiosos de la Biblia se ocuparon especialmente de los
libros de Éxodo y Levítico en conexión con el libro de Hebreos, y la distinción entre el ministerio
"continuo" de Cristo en el templo celestial desde su ascensión y el ministerio "final" o "de clausura"
que realiza inmediatamente antes de su segundo advenimiento, lo cual hizo posible que
comenzaran a comprenderse.
"Desde entonces la doctrina del santuario ha sido vindicada, la verdad echada por tierra ha sido
levantada, y para aquellos que tienen el privilegio de conocer estas cosas, Jesús, su Príncipe, ya no
es sólo un sacrificio, sino también un misericordioso y fiel Sumo Sacerdote, y aún más, ha entrado
a la fase final de su obra y pronto sus enemigos serán puestos debajo de sus pies".4
El día de expiación — La purificación del santuario celestial de los pecados de los fieles
corresponde a la purificación del tabernáculo mosaico en el día de expiación (Lev. 16:30).
Es importante recordar que en el día de expiación los sacrificios matutino y vespertino
continuaban (Núm. 28:3, 4), del mismo modo que Cristo continúa su ministerio intercesor desde
1844 (Heb. 7:25), de otro modo ya no podría perdonar hoy los pecados de nadie. Sin embargo,
desde 1844, Cristo realiza, además de su ministerio de intercesión, un ministerio de purificación —
el juicio previo al advenimiento.
El objetivo principal de este juicio previo al advenimiento o purificación del santuario celestial
es borrar los pecados de los santos, pero esto no es todo. De acuerdo con el contexto de Daniel 8
no sólo los libros del cielo necesitan ser limpiados, sino Dios también debe arreglar el problema
causado por los ataques del cuerno pequeño (Dan. 8:11, 12).
Aquello que me simbólicamente echado por tierra, el sacrificio diario, la verdad, y el lugar de su
santuario, será restaurado figuradamente al final de los 2.300 años. ¿Cómo ha logrado Dios esta
restauración desde 1844? Primero, revocando el juicio terrenal contra los santos en los atrios
celestiales. Segundo, a través de la proclamación del mensaje del primer ángel acerca del
ministerio sumo sacerdotal de Cristo en el cielo (Apoc. 14:7).
De este modo, Daniel 8:14 nos enseña dos verdades vitales: (a) que desde 1844 el santuario
está siendo purificado de los registros de los pecados del pueblo de Dios que habían sido
transferidos allí a medida que los fieles creyentes, a través de los siglos, ponían sus pecados sobre
Jesús su divino portador del pecado, representante y sacerdote sustituto, y (b) que desde 1844 el
santuario ha sido restaurado a su lugar correcto a través de la proclamación del mensaje del
primer ángel.
La purificación del santuario — Muchas Biblias modernas no usan la palabra "purificado" en
Daniel 8:14. Más bien, hablan de una restauración o reconsagración del santuario. Por ejemplo, la
Revised Standard Versión (RSV) traduce el pasaje así: "El santuario será restaurado a su legítimo
estado".
La palabra hebrea nísdaq que se usa sólo aquí en todo el Antiguo Testamento significa "ser justo
o recto, estar correcto", y en su forma pasiva "ser hecho correcto, ser justificado". Por tanto, el
significado de su raíz permite el uso de la idea "ser puesto correcto" o "restaurado".
"Aunque las traducciones modernas de nisdaq, que se basan en el significado de su raíz, sirven
bien para darnos la idea de restauración de la verdad acerca del santuario, sin embargo, la antigua
forma de traducirla, "será purificado" nos da una verdad más profunda. Esta versión antigua de la
palabra tiene apoyo total, primero, por el hecho de que las traducciones griegas pre-cristianas de
sadaq (que ocurren unas 500 veces en el texto masorético del Antiguo Testamento) revela que se
comprendió que la palabra tiene un amplio rango de significados, de los cuales "será purificado" es
uno. En armonía con esto, tanto la Septuaginta como Teodocio traducen nisdaq como kathartizo,
"limpiar" en Daniel 8:14. (J. P.Justesen, AUSS, II {1964}, 53-61)".5
Los críticos han acusado a veces a los adventistas del séptimo día de basar su doctrina del
santuario en una traducción errónea de Daniel 8:14. Sin embargo, una sencilla comparación de
varias versiones muestra que traducen nisdaq como "purificado".

LXX "El santuario será purificado"


Teodocio "El santuario será purificado"
Reina Valera "El santuario será purificado"
KJV "El santuario será purificado"
NKJTV "El santuario será purificado"
Jerusalén "El santuario será purificado"
Dios habla hoy "El santuario será purificado"
Nueva Biblia española , "El santuario será purificado"
Nueva Versión Internacional "El santuario será purificado"
Reina Valera Revisada 1960 "El santuario será purificado"

La traducción de la Reina Valera revisada 1960 "el santuario será purificado" está lingüística,
contextual e históricamente bien justificada.
El diagrama de la página 101 muestra que la purificación del santuario en Daniel 8:14 es el
mismo evento llamado juicio pre-advenimiento en Daniel 7. En Daniel 7 la escena del juicio sigue a
las actividades del cuerno pequeño durante el período de 1.260 años. Daniel 8 muestra el
santuario purificado al final de los 2.300 días profetices después que el cuerno pequeño ha hecho
la guerra a Cristo y su santuario. Y en Daniel 7 los santos son entregados en manos del cuerno
pequeño durante tres tiempos y medio o 1.260 años, es decir, hasta 1798. Siguiendo las
actividades del cuerno pequeño, Daniel ve que un juicio tiene lugar en el cielo en el cual se pone fin
al poder del cuerno pequeño. De Daniel 8 (y 9) aprendemos que este juicio, que es equivalente a la
purificación del santuario, comenzó en 1844.
Aplicación
La idea de ponerse de pie ante un juez asusta a mucha gente. Sin embargo, la Biblia contiene
muchos textos que se refieren al juicio de Dios. Por ejemplo: "Por eso no se sostendrán los malos
en el juicio" (Sal. 1:5); "Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo"
(2 Cor. 5:10); Pues Dios juzgará toda obra, buena o mala, aun la realizada en secreto" (Ecl. 12:14);
"Pero yo les digo que en el día del juicio tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan
pronunciado" (Mat. 12:36). ¿Son estos textos buenas noticias para nosotros o son alarmantes?
¿Hay alguien que espere tranquilamente la hora de su juicio?
Pues, sí, el salmista esperaba ansiosamente el juicio. Lo anhelaba. En Salmo 82:8 ora así:
"Levántate, oh Dios, y juzga a la tierra, pues tuyas son todas las naciones". Quizá cuando nos han
hecho daño nos hemos visto tentados a orar, "levántate, oh, Dios, y juzga a esta gente impía". Pero
David no sólo pedía que Dios juzgara a los impíos del mundo, muchas veces pidió: "Júzgame, Señor,
conforme a mi justicia" (Sal. 7:8; 26:1; 25:24; 43:1, NVI). Parecía decir: "Apresúrate, Señor,
júzgame". ¿Por qué? ¿No comprendía la gravedad de su pecados (adulterio y asesinato)? Sí, David
comprendía: "Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado" (Sal. 51:5.
NVI).
Pero también se aferraba al mensaje de la justificación por la fe. Reconocía que, por
pecaminoso que fuera, la sangre del Sustituto podía cubrir y limpiar sus pecados. Por tanto, podía
exclamar gozoso: "Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran
sus pecados" (Sal. 32:1. NVI).
La Escritura sostiene consistentemente la seriedad del pecado y la certeza del juicio, pero
también revela repetidamente que el Cordero de Dios, el Sustituto de los pecadores, ha sido
aceptado en lugar de cada persona (Rom. 3:23-28) Cuando recibimos a Cristo, su justicia nos cubre,
nos absuelve, nos perdona y nos limpia, y por lo tanto no debemos temer el juicio (Rom. 8:1).
La importancia del juicio previo al advenimiento—En nuestro estudio de Daniel 7 y 8 hemos
descubierto que (1) los paralelos entre Daniel 7 y 8 indican que el juicio en Daniel 7 y la purificación
del santuario en Daniel 8 son uno y el mismo evento, y (2) el tema del juicio en Daniel 7 son el
cuerno pequeño (Dan. 7:8-11) y los santos (vers. 22). ¿Cuál es la importancia de la doctrina del
juicio que precede al advenimiento?
Primero, su significado histórico yace en el hecho de que provee una comprensión del chasco
de 1844. El reconocimiento de que Jesús comenzó en 1844 la segunda fase de su ministerio en el
cielo explica por qué no vino a la tierra el 22 de octubre de 1844 (Apoc. 10:9, 10).
Segundo, es teológicamente vital en el sentido en que este juicio sirve como el examen final de
la vida de aquellos que entrarán al reino. "De vez en cuando algunos de estos santos han sido
juzgados como culpables de varios crímenes por tribunales terrenales cuando en realidad estaban
sirviendo fielmente a Dios y al hombre. En el juicio previo al advenimiento estas sentencias injustas
de los tribunales terrenales serán abrogadas por los tribunales celestiales. De este modo Dios
vindicará a sus santos".''
Finalmente, el juicio previo al advenimiento proclamará la justicia y la misericordia de Dios a
través de todo el universo (Apoc. 15:3-4). Y vindicará el carácter de Dios que ha estado en disputa
con Satanás (Rom. 3:4).
Referencias
1. Elena G. De White, El conflicto de los siglos, p. 475.
2. Ángel Manuel Rodríguez, Fulgores de gloría (Bogotá: Asociación Publicadora Interamericana,
21)02), p, 55.
3. W. E. Shea, Daniel 7-22, The Abundant Life Bible Amplifier (Boise, Idaho: Pacific Press
Publishing Assn., 1996), P, 110
4. Ernest W. Marter, Daniel's Philosoply of History, y. 82.
5. Ibid.
6. W. H. Shea, "Theological Importance of the Pre-advent Judgment", en 70 Veeks, leviticus,
Nature of Prophecy, DARCOM, ed. Frank B. Hollmak (Washington, D. C.: Biblical Research Institute,
1986), p. 328.
Daniel 8-9
APROXIMADAMENTE 10 AÑOS habían pasado desde que Daniel había recibido la visión de las
2.300 tardes y mañanas registradas en el capítulo 8. Aunque un ángel le dijo: "Tú guarda la visión
porque es para muchos días" (Dan. 8:26), él ansiaba conocer el significado del largo período de las
2.300 tardes y mañanas. De acuerdo con la profecía de Jeremías (Jer. 29:10) el tiempo para el
retorno de los judíos a Jerusalén en 539 a.C. estaba cerca. Sin embargo, en su última visión el ángel
le había dicho que pasarían 2.300 días proféticos antes que el santuario fuera restaurado. Daniel,
sin duda alguna, temía que Dios intentara de algún modo prolongar el período de la cautividad. En
respuesta a estas preocupaciones el Señor envió a Gabriel para asegurarle que ése no era el caso.
Los primeros 490 de los 2,300 años, le dijo, tenían un significado especial para los judíos, porque
hacia el fin de ese período el Mesías prometido vendría.
Información
Una disputa pactual—Para captar el significado del discurso de Esteban en el año 34 d.C. como
el fin del período de los 490 años, es importante comprender el concepto de pleito de Yahweh del
Antiguo Testamento (Heb. rib). Un rib se refiere a una disputa, una controversia, que requiere un
juez para definirla. Particularmente en la literatura profética, un rib es un pleito a causa del pacto
entre Israel y Yahweh. Cuando los profetas actuaban como, reformadores y llamaban a Israel para
que volviera a la relación de pacto del Sinaí, lo hacían a través de un pleito o controversia pactual,
en el cual el profeta convocaba al pueblo a escuchar los cargos que Yahweh tenía contra ellos.
Un ejemplo de un pleito tal aparece en Miqueas 6:6-8. Los versículos 1 y 2 en los cuales la
palabra rib ocurre tres veces, invita a las montañas a servir como testigos. Con su conocimiento de
generaciones de transgresiones humanas y de las relaciones de Dios con Israel, se les convoca a
escuchar los cargos que Yahweh tiene contra su pueblo. En vez de acusarlos de deslealtad, Dios
pregunta a su pueblo qué les ha hecho para que lo hayan abandonado. "Pueblo mío, ¿qué te he
hecho?", dice. ¿Por qué habían dejado de obedecerle? Para mostrarles que no tenían razón para
un comportamiento tal, los profetas citan los poderosos actos de Dios en favor de su pueblo en el
pasado (Miq. 6:3-5). Él los libró de Egipto y los llevó con seguridad a través del desierto a Canaán.
Su relación de los hechos nos recuerda la fidelidad de Dios a la promesa de su pacto.
En los versículos 6-7 Miqueas expresa ahora la respuesta del pueblo. Si Yahweh no se agrada de
nosotros, ¿qué haremos? Preguntan. ¿Vendremos a él con becerros de un año —con ofrendas
escogidas? O ¿le daremos un millar de carneros y ríos de aceite? ¿Es la cantidad la que cuenta? "La
serie de preguntas hipotéticas se elevan a un histérico y espantoso crescendo hasta llegar a la
ofrenda máxima y final de un hijo como sacrificio".' La respuesta implícita a todas estas preguntas
es que Dios no requiere ninguna de estas cosas —lo importante no es lo que tenemos en nuestras
manos sino lo que hay en nuestros corazones. El sacrificio sin una relación apropiada con Dios y
con nuestro prójimo no tiene valor. El versículo 8 resume los elementos esenciales del pacto de
Dios con Israel —hacer justicia, amar misericordia, y caminar humildemente con él.
El mandato de restaurar y edificar Jerusalén—El ángel Gabriel dijo a Daniel que el punto de
partida de la profecía de los 490 años era el mandato para restaurar y edificar a Jerusalén. Los
libros de Esdras y Nehemías registran cuatro decretos relacionados con Jerusalén y su templo. Ciro
promulgó el primero en 538 a.C. (Esd. 1:2-4), Darío uno en 519 a.C. (Esd. 6:1-12), Artajerjes otro en
457 a.C. (Esd. 7:12-26), y la autorización que se le dio a Nehemías de reconstruir la muralla de
Jerusalén en 444 a.C. (Neh. 2). ¿Cuál de ellos es el decreto mencionado por Gabriel?
1. El decreto de Ciro el Grande en 538 a.C.- Esd. 1:2-4 contiene el texto del edicto de Ciro que
autoriza (1) el regreso de los exiliados a Jerusalén, (2) la reconstrucción del templo; y (3) las
provisiones para la reconstrucción del templo. Si bien los que regresaron celebraron gozosamente
el establecimiento de los fundamentos del templo (Esd. 3:10-13), su celo pronto se disipó cuando
surgió la oposición (Esd. 4:1-4) y suspendieron el programa de construcción (vers. 24). El punto
importante que debe notarse es que el decreto de Ciro no se refiere a la reconstrucción de la
ciudad, sino sólo del templo. Siendo que Daniel 9:25 especificaba claramente la reconstrucción de
la ciudad de Jerusalén el decreto de Ciro obviamente no califica como el punto de partida para la
profecía de los 490 años.
2. El decreto de Darío I en 519 a.C. —De acuerdo con Esdras 5:1, 2. Zorobabel y Josué, bajo la
influencia de los profetas Hageo y Zacarías, reinicia-ron el proyecto de restaurar el templo varios
años después que se había detenido. Sin embargo, cuando Tatnai, el gobernador de la región, vio
lo que los judíos estaban haciendo, escribió a Darío, pidiéndole que verificara la información que
había recibido de los dirigentes judíos (vers. 3-5). Después de investigar el asunto, que sacó a luz el
decreto de Ciro, Darío emitió otro documento confirmando el decreto de Ciro (Esd. 6:3-12). El
decreto de Darío es, básicamente, el mismo que el edicto de Ciro. De acuerdo con Esdras 6:15 el
pueblo de Jerusalén completó el templo en marzo del año 515 a.C. De nuevo, es importante notar
que el decreto de Darío se refería únicamente a la reconstrucción del templo y no a la de la ciudad
de Jerusalén.
3. El decreto de Artajerjes I en 457 a.C. —El decreto de Artajerjes incluía varios elementos
importantes: 1. Concedía permiso a los exiliados que quisieran regresar a Judea, que lo hicieran. 2.
Esdras debía investigar la condición espiritual del pueblo de Judá, con el propósito de poner sus
vidas en armonía con la ley de Moisés. 3. El dinero recibido del rey y sus consejeros junto con otros
fondos sería para apoyar el templo de Jerusalén y para suplir cualquier otra necesidad que hubiera.
4. El templo y su personal estaban excluidos del pago de impuestos. 5. Esdras debía establecer un
sistema judicial y civil basado en la Torah. El último punto implicaba que el rey restauraría la
autoridad de los judíos para gobernarse a ellos mismos sobre la base de la ley de Dios. Sin
embargo, el documento no dice nada directamente acerca de la reconstrucción de la ciudad.
Sin embargo, muchos intérpretes creen que el decreto de Artajerjes, registrado en Esdras 7, era
lo suficientemente amplio para permitir la reconstrucción de Jerusalén. El texto de una carta
registrada en Esdras 4 indica que los judíos, bajo el liderazgo de Esdras, reconstruyeron, de hecho,
la ciudad. Esdras 4:7-23 declara que un grupo de oficiales persas escribieron una carta a Artajerjes
para expresar su oposición a la reconstrucción de Jerusalén por los judíos. "Sea notorio al rey, que
los judíos que subieron de ti a nosotros vinieron a Jerusalén; y edifican la ciudad rebelde y mala, y
levantan los muros y reparan los fundamentos" (vers. 12). Esto indica claramente que Esdras debe
haber comprendido que su autoridad incluía la restauración de Jerusalén.
La respuesta del rey a la carta sugiere que Artajerjes había autorizado a los judíos a reconstruir la
ciudad. Si la reconstrucción de la ciudad no hubiera sido autorizada, las cartas enviadas a Artajerjes
y su respuesta, registradas en Esdras 4, habrían mencionado, si no enfatizado, la ilegitimidad del
proyecto. "El tema de la queja no es que la reconstrucción de Jerusalén y sus muros fuera contraria
a la ley, sino que el Emperador y el Imperio serían perjudicados si la ciudad y sus murallas fueran
completamente restauradas. La comunidad judía se describe como potencialmente rebelde. No es
la reconstrucción en sí misma la que se describe como una rebelión. Se le aconseja al rey que la
ciudad ya reconstruida se rebelaría y dejaría de pagar el tributo, los derechos de aduanas y el
peaje".2
La respuesta de Artajerjes, por lo tanto, no dice que la reconstrucción es ilegal. Dice
sencillamente que ha revisado la historia de Jerusalén y que confirmó que la ciudad ha sido en
realidad rebelde, y basado en ese hallazgo, ha ordenado que el proyecto sea detenido (vers. 19). La
reconstrucción debía posponerse para un tiempo en el futuro que sería determinado por el rey En
444 a.C. el mismo dio permiso a Nehemías para terminar la reconstrucción de la ciudad (Neh. 2).
4. El decreto de Artajerjes I en 444 a.C. —En el año 444 a.C. Nehemías, que era copero del rey
Artajerjes 1, recibió un informe de la situación de Jerusalén que lo afectó profundamente (Neh.
1:3, 4). Solicitó y obtuvo permiso del rey para ir a Jerusalén a completar la reconstrucción de la
ciudad y sus murallas que, como vimos, Esdras había comenzado en 457 a.C. Al llegar a Jerusalén
se las arregló para terminar la muralla en 52 días (Neh. 6:15), una indicación más de que mucha de
la obra de reconstrucción de los muros había ocurrido en el tiempo de Esdras en 457 a.C.
Si tomamos 444 a.C. como el punto de partida de la profecía de las 70 semanas, el fin de la
semana 69 (483 años 12 más tarde) situaría al Mesías en el año 3 9 d.C., una fecha muchos años
después de Cristo. Si, por otra parte, consideramos el año 457 a.C. como el principio de las 70
semanas, el Mesías aparece el año 27 d.C. (el bautismo de Jesús) y él es cortado (crucificado) 3
años y medio más tarde. Consecuentemente, el 457 a.C. provee el mejor punto de partida para las
70 semanas y la profecía de las 2.300 tardes y mañanas.
Explicación
Grandes cambios se habían producido desde la última visión de Daniel en el capítulo 8.
Babilonia ya no existía como imperio mundial, Medo-Persia gobernaba el mundo ahora, y Darío el
Medo se sentaba en el trono de Babilonia. Daniel, aunque ocupado con los asuntos de Estado, se
preguntaba: ¿Qué en cuanto a la cautividad de mi pueblo? ¿Cuándo lograrán volver a Jerusalén?
La oración de Daniel (Dan. 9:1-19)—A través de la oración y la súplica pidiendo perdón, Daniel
trató de convencer a Dios de que permitiera la inmediata liberación de su pueblo de la cautividad y
la restauración del santuario en Jerusalén. La respuesta a su oración llegó rápidamente en la forma
del ángel Gabriel (vers. 21), aunque lo que escuchó no era la respuesta que esperaba.
Dios todavía contesta las oraciones en muchas y variadas formas. Ellas pueden incluir la sanidad
de una enfermedad, el retorno de un hijo o una hija perdidos, o un aumento de sueldo en el
momento menos esperado. Y él escucha las oraciones no sólo de sinceros cristianos, sino también
de no cristianos sinceros y fervientes. Ranjit Singh era un hindú del norte de la India. Él y su esposa
habían sembrado 2.500 plantas de repollo en su huerta, pero sin lluvias, la continua sequía
amenazaba destruir su cosecha. Los Singh habían perdido su fe en los 300.000 dioses del
hinduismo a los cuales habían invocado durante toda su vida, pero ¿a dónde podía ir en busca de
ayuda?
"Entonces el Sr. Singh recordó haber escuchado a alguien decir que el Dios de los cristianos era
todopoderoso. Habló de eso con su esposa, y decidieron orar al Dios invisible pidiendo lluvia. 'Si el
Dios de los cristianos escucha nuestra oración y contesta, sabremos que él es el verdadero Dios',
dijo el Sr. Singh a su esposa. Por primera vez en su vida la pareja derramó su alma en oración
pidiendo ayuda a Dios. Esa noche llovió. Al siguiente día la pareja se quedó muda de asombro
cuando se dio cuenta que sólo había llovido en su terreno plantado de repollos, y en ninguna otra
parte de la aldea".3 Con el tiempo el Sr. Singh y su esposa aceptaron a Jesucristo como su Salvador
y fueron miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Un visitante celestial—A medida que estudiamos la profecía de Daniel 9 es importante que
recordemos los nexos entre éste y el capítulo previo: 1. El mismo ángel visitó a Daniel (vers. 21). 2.
Daniel recordó la visión anterior (vers. 21). 5. Daniel 9:23 repite el mandato a Gabriel en Daniel
8:16 para dar al profeta comprensión de la visión. 4. El elemento de tiempo no explicado en Daniel
8 es ahora el tema en Daniel 9 (Dan. 9:24).
Daniel 8 emplea dos palabras para "visión". Una es chazon (vers. 1, 2, 15, 15, 17, 26), y la otra es
mareh (vers. 16, 26, 27). La primera palabra se refiere a la visión como un todo, la segunda se
enfoca en el elemento de tiempo de las 2.300 tardes y mañanas. El ángel había explicado el
simbolismo de los animales y el cuerno pequeño en el capítulo 8. Lo que el profeta no comprendió
fue el significado de la "visión (mareh) de las tardes y mañanas" (Dan. 8:26). "Pero la visón (mareh)
me dejó pasmado, pues no lograba comprenderla". Por lo tanto, cuando Gabriel dice en Daniel
9:23: "Presta, pues, atención a mis palabras, para que entiendas la visión", no usa la palabra
chazon que se refiere a la visión como un todo, sino que emplea mareh.
Éste es un importante nexo entre los capítulos 8 y 9 que muchos no han reconocido. Uno que sí
lo discierne es el comentarista judío Rabbi Hersh Goldwurm quien, después de citar las palabras de
Gabriel en Daniel 9:23: "Entiende la visión", explica correctamente que "esto se refiere a la visión
de Daniel en el capítulo 8 en el cual la parte que le perturbaba tanto (vers. 14) se caracteriza en los
vers. 16-26 como una mareh".''
Daniel 9, por lo tanto, es una parte integral de Daniel 8. En el capítulo 9 Gabriel dirige al profeta
hacia atrás, hacia la parte inexplicada del capítulo 8 — la profecía de tiempo de las 2.300 tardes y
mañanas, i.e. días. El nexo entre estos dos capítulos se subraya cuando Gabriel, después de
referirse a la visión mareh (los 2.300 días), le dice a Daniel que 70 semanas están "cortadas" para
su pueblo. ¿Cortadas de qué? Obviamente, de los 2.300 días a los cuales Gabriel se había estado
refiriendo cuando mencionó la visión mareh de Daniel 9:23.
Si bien las versiones de la Biblia por lo general traducen el pasaje como "setenta semanas están
determinadas para tu pueblo", los eruditos bíblicos reconocen que el significado de la raíz del
término hebreo chatak, que aquí se traduce como "determinado", es "cortar" o "dividir". El
significado extendido es "determinar" o "conceder". La palabra sólo aparece en Daniel 9:24 en la
Biblia hebrea, aunque ocurre en otros escritos judíos tardíos predominantemente como "cortar".
Las 70 semanas son cortadas de los 2.300 años de Daniel 8:14 como un período "asignado a los
judíos con respecto a su papel como pueblo escogido de Dios".5
70 semanas (Dan. 9:24)—Una nota de pie de página en Daniel 9:24 en la RSV se refiere a "setenta
semanas de años, o 490 años (es decir, 70 x 7 años), después de los cuales el reino mesiánico
vendría". El hecho de que Jesús, el Mesías, apareció después de los 490 años muestra que
deberíamos comprender las 70 semanas de acuerdo con el principio día por año.
El pasaje enumera seis puntos en tres pares que debían ocurrir durante los 490 años. (1)
"Terminar la prevaricación", y "poner fin al pecado". Algunos creen que esto significa que Dios dio
a los judíos 490 años para decidir si querían servirle 21 a él o a ellos mismos.'' Otros lo ven como
una referencia a la cruz donde Jesús, a través de su sacrificio, puso fin a las relaciones rotas
(transgresión y pecado) entre Dios y la humanidad y nos reconcilió con Dios (2 Cor. 5:19).7 (2)
"Expiar la iniquidad" y "traer la justicia perdurable". El sacrificio expiatorio de Cristo logró esto en
la cruz. (3) "Sellar la visión y la profecía" y "ungir al santo de los santos". Para los judíos la visión y
la profecía terminaron a la conclusión de las 70 semanas con el apedreamiento de Esteban (Hech.
6:12-7:60). Indicaba el fin de su posición especial como nación.
¿Por qué fue tan significativo el apedreamiento de Esteban? ¿Por qué fue su martirio más
importante que el de otros en ese tiempo? El discurso de Esteban en Hechos 7 es paralelo al
discurso profetice de la "disputa sobre el pacto". Cuando el Espíritu Santo vino sobre él, recibió una
visión del cielo. De modo que, por definición, Esteban llegó a ser un profeta en ese momento. Al
ver su discurso a través de los ojos de los profetas del Antiguo Testamento, se convierte en otro
ejemplo en el cual un profeta divino trae un pleito pactual contra los representantes de la
comunidad del pacto de Dios. Su muerte, por lo tanto, no es simplemente la muerte de otro mártir.
Esteban es el último de los profetas del Antiguo Testamento que habla al pueblo judío como el
pueblo elegido de Dios. Pero al apedrearlo también silenciaron la voz profética que se les dirigió.
"Los profetas que siguieron a Esteban fueron profetas de la iglesia cristiana, no de la nación de
Israel".8
"Para ungir al santo de los santos" —los templos eran ungidos para inaugurar sus servicios (cf.
Éxo. 40:9). El ungimiento del santuario celestial predicho en este verso señala la inauguración del
ministerio sacerdotal de Cristo en el santuario celestial después de su ascensión (Heb. 9:21).
El Mesías príncipe (Dan. 9:25-27)—De nuestro estudio hemos aprendido que el punto de
partida de las 70 semanas o 490 años, y por lo tanto también de los 2.300 días profetices o años
literales, fue el año 457 a.C. "Hasta el Mesías príncipe", explicó Gabriel, "habrá siete semanas y 62
semanas" (Dan. 9:25). Este período de tiempo tiene dos secciones porque durante las primeras
siete semanas, o 49 años, (457-408 a.C. la ciudad de Jerusalén seria restaurada. Sabemos que
Nehemías terminó la construcción del muro en 444 a.C., pero como no tenemos registros
históricos con respecto a Jerusalén desde fines del quinto siglo a.C. no podemos verificar si la
construcción del muro terminó en 408 a.C. Sin embargo, no tenemos razones para dudar que el
número de años asignados en la profecía para la tarea sea correcto.
Las siguientes 62 semanas, o 434 años (408 a.C.-27 d.C., nos lleva hasta el año en el cual Jesús,
después de ser bautizado, llegó a ser el Ungido. En ese tiempo, "Dios ungió con el Espíritu Santo y
con poder a Jesús de Nazaret" (Hech. 10:38). Fue entonces, y no antes, que llegó a ser oficialmente
el Mesías. Después de su bautismo Jesús comenzó a predicar el evangelio del reino de Dios (Mar.
1;15) y confirmó el pacto como Daniel 9:27 predijo. "Cuando examinamos los primeros días del
ministerio de Cristo en busca de un evento para hacer o fortalecer un pacto, la presentación del
Sermón del Móntese destaca. Jesús tomó una selección de mandamientos del antiguo pacto y los
amplificó y los fortaleció, no los hizo a un lado (Mat. 5:21-48). Luego les añadió su nuevo
mandamiento (Mat. 6:19-7: II)".9
A mediados de la última de las 70 semanas (27-34 d.C.), exactamente como Gabriel le había
dicho a Daniel, el Mesías fue "cortado" o muerto, y el ritual o sacrificio diario y la ofrenda perdió su
significado (Dan. 9:27) —el tipo se encontró con el antitipo [es decir, el símbolo se encontró con la
realidad simbolizada] . Otros tres años y medio más tarde, con el apedreamiento de Esteban en el
año 34 d.C., las 70 semanas llegaron a su conclusión. "Así, con estas fechas terminales establecidas,
cada fecha intermedia cae en su lugar correcto como los dientes de una rueda bien diseñada
encajan uno en el otro, así las predicciones y los eventos armonizan perfectamente. Todo esto es
una prueba de inspiración, y prueba también la condición mesiánica de Jesús de Nazaret".10
(George McCready Price, The Greatest of the Prophets [Mountain View, Calif.: Pacific Press Pub.
Assn., 1955], p. 257.)
Al cerrar esta sección debemos mencionar que la aplicación de la semana número setenta al
futuro, como hacen los dispensacionalistas, es claramente imposible. Gabriel dice claramente que
el Mesías sería "cortado" durante la última semana. De hecho, lo precisa, diciendo "a la mitad de la
semana". Una consecuencia de la muerte del Mesías sería que "el pueblo de un príncipe que ha de
venir destruirá la ciudad y el santuario" (Dan. 9:26). En el año 70 d.C. las legiones romanas, bajo el
mando de Tito, cumplieron esta profecía.
Aplicación
Algunos han llamado a este capítulo la columna vertebral y joya de la corona de la profecía. Desde
la oración de Daniel hasta la confirmación de la profecía en Daniel 9:27, el capítulo rebosa de
lecciones prácticas. Desafortunadamente, debido a la limitación del espacio sólo podemos
considerar una o dos:
1. Su vida de oración—Daniel, el hombre de todas las épocas, fue primero y principalmente una
persona de oración. Ni su obra como estadista ni la "buena vida" en la lujosa corte de Babilonia
lograron distraerlo de su comunión diaria con Dios. ¿Somos así de fieles? La oración de Daniel
incluía aspectos de devoción, adoración (vers 4), confesión (vers. 5), acción de gracias (vers. 15),
y peticiones (vers. 16-19).
La mayor parte de su oración consiste en confesión de pecados. Si bien Daniel vivió una vida
ejemplar, se identificó libremente con su pueblo y el estigma de sus pecados: "Hemos pecado,
hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente y hemos sido rebeldes" (vers. 5); "tuya es,
Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro" (vers. 7); y "no obedecimos a la voz de Jehová
nuestro Dios" (vers. 29 10). También reconoció que Dios estaba actuando justamente al castigarlos
(vers. 14). La oración alcanza su crescendo en el vers. 19: "Oye, Señor, oh Señor, perdona; presta
oído, Señor, y hazlo" (vers, 19). Y Dios escuchó la oración y actuó enviando al ángel Gabriel.
2. El Mesías—El foco de la profecía en Daniel 9:24,27 es el Mesías, el tiempo de su aparición, su
vida y su obra así como su muerte. Sin embargo, ninguna cantidad de conocimiento intelectual de
esta profecía nos beneficiará a menos que aceptemos a Jesús como nuestro Salvador personal.
Este pasaje revela una salvación, no sólo de las consecuencias del pecado, sino del pecado mismo,
y, de acuerdo con el Nuevo Testamento, Dios lo ofrece gratuitamente a la humanidad. Sin
embargo, no podemos comprar una salvación tan grande —sólo podemos experimentarla a través
de una entrega a Jesús, quien dijo: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os
haré descansar" (Mat. 11:28).

Referencias
1. Leslie C. Allen Joel, Obadiah. Jonah, and Micah, NICOT (Grand Rapids: W. M. Eerdmans, 1976), p.
370.
2. Arthur). Fcrch, "Commencement Date for the Seventy Week Prophecy", en 70 Weeks, Leviticus,
Nature of Prophecy, ed, Frank B. Holbrook (Washington, D. C.: Biblical Research Institute, 1986), p.
71.)
3. J. H. Zachary, "The God Who Sends Rain", In Great Prayers and Pray-ers of the Bible, Guia de
Estudio de la Biblia para adultos, enero-Marzo, 2001, p. 13.
4. Hersh Goldwurn. Daniel (Brookiyn, N. Y.: Mesorah Publications, 1979), p. 258.
5. Comentario bíblico adventista (Washington, D. C.: Review and Herald Pub. Assn., 1955), tomo 4,
pp. 876,877.
6. W. H. Shea, Daniel 7-12, p. 57.
7. Ángel Minuel Rodríguez, Fulgores de gloria (Bogotá; Asociación Publicadora Interamericana,
2002), p. 60.
8. Shea, Daniel 7-12, p. 59.
9. W. H. Shea, "The Prophecy of Daniel 9:24-27", en 70 Weeks, leviticus, Nature of Prophecy, E B.
Holbrook ed. (Washington, D. C.: Biblical Research Institute, 1986), pp. 95, 96.
10. George McCready Pnce, The Greatest of the Prophets (Mountain View, Calif.: Pacific Press Pub.
Assn., 1955), p. 257 257.
Daniel 10
LA ÚLTIMA VISIÓN en el libro de Daniel tiene tres secciones: (1) El prólogo en el capítulo 10; (2);
la visión propiamente dicha en Daniel 11:2-12:4; y (3) el epílogo en Daniel 12:5-13 que concluye, no
sólo el capítulo, sino todo el libro también. En esta visión, dada unos dos años después del retorno
de los judíos de Babilonia, Dios levantó el velo de la historia y le mostró a Daniel algunos de los
escenarios que estaban detrás del conflicto que se libraba entre las fuerzas del bien y del mal. En
Apocalipsis 12:7-9 encontramos un cuadro similar, Miguel y sus ángeles luchando con Satanás, el
dragón, y sus ángeles. Sin embargo, el resultado final jamás queda en duda —Miguel, es decir,
Cristo, vence a Satanás y libera a su pueblo.
Es un escenario que ha ocurrido y sigue aun hoy ocurriendo en este mundo. Durante los
disturbios de Ruanda en 1994, Phodidas, un adventista del séptimo día tutsi huyó de los milicianos
hutu. En la principal encrucijada de caminos en Kigali una banda de hombres lo identificó como
tutsi y le ordenó echarse junto al cadáver de un hombre que acababan de matar. Él se negó y
comenzó a orar:
"Señor, ha llegado el tiempo para que muestres tu protección. Muéstrales que yo soy tu siervo y
que tú eres mi Dios". Cuando uno de los milicianos vino con un machete levantado para matarlo,
Phodidas, con los ojos bien abiertos, oró:
"Señor, detenlo, en el nombre de Jesús, amén". En el momento en que lo dijo, el miliciano, que
ahora estaba a un metro de él, dio media vuelta y regresó al lugar de donde había venido. El
hombre parecía confuso. Otros dos milicianos trataron de matarlo, pero cada vez un poder
invisible los detuvo. Phodidas supo que Dios había enviado un ángel para protegerlo. Poco tiempo
más tarde la milicia le permitió, milagrosamente, continuar su camino.'
Información
En Daniel 11:2 Gabriel le dice al profeta: "Y ahora yo te mostraré la verdad. He aquí que aún
habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas". En el tiempo de la visión Ciro
(559-530) era el monarca reinante. Los siguientes cuatro reyes fueron: Cambises (530-522),
Gaumata o el falso Smerdis (522), Darío 1 (522-486), y Jerjes (486-465), Este último fue el que se
casó con Ester. Cuando los griegos destruyeron su flota en Salamina (480 a.C.) y derrotaron su
ejército en Platea (479 a.C.), los persas abandonaron la idea de conquistar Grecia. Ciento cincuenta
años más tarde los griegos, bajo Alejandro, conquistaron Persia.
Después de la muerte de Alejandro cuatro de sus generales dividieron el imperio entre ellos (ver
Dan. 7:6). Del Imperio Griego dividido surgieron dos dinastías: los seléucidas en Asia Menor, que
llegaron a ser los reyes del norte y los reyes del sur (los ptolomeos en Egipto). Los reyes
mencionados en Daniel 11:5-16, permanecieron en el poder hasta que los romanos tomaron sus
territorios en los siglos primero y segundo a.C.
La abominación asoladora —"El término hebreo sbiqqus, 'abominación', es un término común
del Antiguo Testamento que describe un 'ídolo, deidad' (por ejemplo, Deut. 29:17; 2 Rey 23:24; 2
Crón. 15:8; Eze. 37:23). Tales abominaciones idolátricas que se establecieron en el templo de
Jerusalén en tiempos del Antiguo Testamento, se dice que lo contaminaban, o lo manchaban (Jer.
7:30; Eze. 5:11). La palabra shamem, una forma de la cual se traduce como 'desolación' (más
literalmente, 'algo que hace desolar'), se usa para referirse a la devastación causada por un ejército
invasor (Jer. 12:11), una escena que crea una sensación de horror en una persona que lo
contempla (Jer. 18:16). El término, 'transgresión', en la expresión paralela 'prevaricación asoladora'
de Dan. 8:13, se usa para referirse a actos de apostasía y rebelión contra Dios (véanse Amos 2:4, 6;
Miqueas 1:5)".2
La frase "abominación desoladora" que se halla en Mateo 24:15 deriva del libro de Daniel
donde la frase, o variante de ella, aparece tres veces, es decir, Daniel 9:27; 11:31; y 12:11. En la
traducción griega del Antiguo Testamento (LXX) los tres pasajes son casi palabra por palabra
iguales. Sin embargo, Jesús, en Mateo 24:15 se refiere a Daniel 9:27, porque sólo allí está en un
contexto que habla de la destrucción de la ciudad de Jerusalén. Los romanos destruyeron Jerusalén
en el año 70 d.C., quemaron el templo, y en el año 130 d.C. construyeron allí un templo a Júpiter
en su lugar.
Martín Lulero identificó la abominación asoladora de Daniel 11 con el papado y sus doctrinas y
prácticas.3 En vista del paralelismo entre Daniel 8:11 en el cual, como vimos, el cuerno pequeño
quita el continuo, y Daniel 11:31, en el cual de nuevo el continuo es quitado pero además se
establece la abominación asoladora, parece lógico concluir que el poder que quita el continuo es el
mismo que establece la abominación asoladora. De aquí que los adventistas del séptimo día, como
Lutero y muchos otros comentaristas protestantes, crean que el papado y sus enseñanzas
constituyen el cumplimiento de estas profecías en la historia.
Explicación
La última visión en el libro de Daniel contiene la profecía de los eventos futuros más detallada
en todo el Antiguo Testamento. Hacemos bien en recordar, por lo tanto, que las grandes profecías
de Daniel se dan de acuerdo al principio de repetición y expansión. Ellas comienzan o en los días de
Babilonia (Daniel 2 y 7) o Medo-Persia (Daniel 8 y 12), pero todas culminan en el establecimiento
del reino de Dios. Las profecías de Daniel 2, 7, y 8 tratan de los mismos poderes. El capítulo 7
expande Daniel 2, y Daniel 8 expande Daniel 7. Podemos esperar, por lo tanto, que la visión de
Daniel 10-12 ensanche el bosquejo de Daniel 8.4 (La profecía de Daniel 9 es parte de la explicación
de la visión de Daniel 8.)
El prólogo de Daniel 10—La introducción a este capítulo registra que los eventos descritos
tuvieron lugar en el tercer año del rey Ciro. Su tercer año como rey de Babilonia sería el 535 a.C.
Daniel, nos informa el pasaje, había estado lamentándose y ayunando durante tres semanas. El
texto no da razón para ello, aunque del vers. 14 podemos inferir que el futuro de su pueblo debe
haber sido lo que le preocupaba. Al final de las tres semanas Daniel, en el río Tigris, recibió una
visión que le reveló el conflicto entre las fuerzas espirituales del universo.
Daniel 10, probablemente más que cualquier otro pasaje de la Escritura, expone las potencias
invisibles que gobiernan a las naciones. Leemos en la Escritura que los seres espirituales llevan a
cabo los propósitos de Dios en el mundo físico (Éxo. 12:23; 2 Sam. 24:l6), en el mundo moral (Luc.
15:10), así como en el mundo político. En este capítulo, sin embargo, no sólo aprendemos que
Israel tenía un campeón espiritual para protegerlo como nación y cuidar sus intereses (Dan. 10:21),
sino también que las naciones que se oponían a Israel tenían sus príncipes que eran antagonistas
de aquellos que velaban por Israel. De acuerdo con Efesios 6:12 los "príncipes" de las potencias
paganas eran los "gobernadores de las tinieblas de este siglo".
"En los anales de la historia humana, el crecimiento de las naciones, el levantamiento y caída de
los imperios, parecen depender de la voluntad y las proezas del hombre. Los sucesos parecen estar
determinados, en gran parte, por su poder, su ambición o capricho. Pero en la Palabra de Dios se
descorre el velo, y contemplamos detrás, encima y entre la trama y la urdimbre de los intereses,
las pasiones y el poder de los hombres, los agentes del Ser misericordioso, que ejecutan, silenciosa
y pacientemente los consejos de la voluntad de Dios".5
La visión (Dan. 11:2-12:4)—La erudición critica moderna considera que estos capítulos son una
descripción de las guerras entre los gobernantes seleucidas (rey del norte) y ptolomeos (rey del
sur), culminando en la carrera del rey sirio Antíoco IV Epífanes a quien veían como el principal
actor en los vers. 21-45. la erudición evangélica, por lo general, sigue este bosquejo, excepto que
del vers. 35 en adelante algunos ven en los actos de Antíoco Epífanes un presagio de las
actividades del anticristo de los últimos días, mientras que otros postulan una brecha de muchos
siglos entre los vers. 35 y 36 e interpretan que los últimos 10 versículos sólo se aplican a un futuro
anticristo.
Dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día este capítulo ha recibido diversas
interpretaciones. Las diferencias entre los diversos autores tienen que ver básicamente con la
pregunta: "¿En qué momento de la historia entran los romanos y el papado al escenario? El
Comentario bíblico adventista y M. Maxweil ven la entrada de los romanos en el vers. 14; R. A.
Anderson, G. M. Price, y W. H. Shea creen que los romanos entran en la escena en el vers. 16. J. B.
Doukhan cree que los romanos aparecen sólo brevemente en el vers. 4 y del vers. 5 pone al
papado como el rey del norte hasta el fin del capítulo. Maxweil aplica los vers. 21-45 al papado;
Shea dice que el papado entra a la historia en el vers. 23; Price en el vers. 30; y el Comentario
bíblico adventista y Anderson creen que no es sino hasta el vers. 31 donde uno puede discernir las
actividades del papado. La interpretación de los versículos individuales difiere en cada caso.
En vez de intentar decidir cuál de las interpretaciones parece ser la correcta, nos enfocaremos
en aquellos puntos en la historia que son claros y transparentes y que podemos apoyar usando el
principio "la Escritura interpreta la Escritura, y un pasaje es la clave a otro pasaje".6
Primero, al principio de Daniel 11 el ángel se refiere a reyes persas y griegos. El "rey valiente"
del vers. 3, cuyo reino se romperá hacia los cuatro vientos del cielo (vers. 4), es claramente
Alejandro el Grande. Vemos que esto se apoya en el paralelismo con Daniel 8:8 en el cual
Alejandro es el gran cuerno que me quebrado y en cuyo lugar "salieron oíros cuatro cuernos
notables hacia los cuatro vientos del cielo". Los cuatro cuernos simbolizan a los reinos helenísticos
que surgieron después de la caída del imperio de Alejandro.
El siguiente evento claramente identificable es la muerte del Mesías en el vers. 22. La palabra
para "príncipe" en este versículo es nagid. El libro de Daniel la usa sólo en otro lugar, es decir, en
Daniel 9:25, 26. En todos los demás casos Daniel emplea la palabra sar para "príncipe" (Dan. 8:11;
10:13, 20, 21, etc.). Sobre bases puramente lingüísticas, por tanto, el "príncipe del pacto" en Daniel
11:22 es el mismo "Mesías príncipe" quien "confirmará el pacto a muchos" (Dan. 9:25-27). Siendo
que Daniel 9:26, 27 y 11:22 se refieren obviamente a la crucifixión de Cristo bajo los romanos, el
Imperio Romano debe entrar al escenario de la historia en algún momento antes de Daniel 11:22.
El tercer evento que podemos interpretar por el método de comparar escritura con escritura es
el acto anunciado "y quitarán el continuo, y pondrán la abominación desoladora" en Daniel 11:31.
"Quitar el continuo" es exactamente la misma expresión que se usa en Daniel 8:11, la cual vimos
que se refería al acto de quitar el ministerio intercesor de Cristo en el santuario celestial a través
del sacerdocio papal. Y la "abominación desoladora" representa el vasto sistema de creencias y
prácticas que durante más de mil años condujo al pueblo lejos del ministerio sacerdotal de Jesús.
De este modo el papado aparece en este capítulo, o en el versículo 31o poco antes.
El cuarto asunto que nos da un marcador cronológico en la historia es la expresión "tiempo del
fin" en el vers. 40. La frase aparece sólo en el libro de Daniel, una en la visión de Daniel 8 (vers. 17)
y cuatro veces en conexión con la última visión de Daniel (Dan. 11:35, 40; 12:4, 9). Las visiones de
Daniel 8 y 11 alcanzan hasta el "tiempo del fin", en el cual, de acuerdo con Daniel 12:2, tiene lugar
una resurrección. Daniel 12:4 indica que justo antes del fin de la historia la gente estudiará las
visiones de Daniel del mismo modo que el profeta estudió la profecía de los 70 años (Dan. 9:2). Y
en el epílogo al libro de Daniel (12:5-13 el ángel le dice al profeta que cierre las palabra y selle "el
libro hasta el tiempo del fin". Luego el conocimiento de las visiones se incrementaría y la gente
comprendería su significado (vers. 4, 10). Por medio de la historia sabemos que en el siglo XK,
después del fin de los 1.260 años de Daniel 7:25, el conocimiento de las profecías de Daniel
aumentó dramáticamente. "Los días profetices de Daniel habían sido comprendidos como años
calendario sólo por siete escritores en el siglo XVI, y sólo por 12 en el siglo XVII, pero fueron
correctamente comprendidos por 21 de los 22 que escribieron en el siglo XVIII, y por más de cien
de los ciento nueve que escribieron acerca de Daniel entre 1800 y 1850".7 (Ernest Marter, Daniel's
Philosophy of History, p. 115; véase también Froom, tomo 2, pp. 528, 784, y tomo 3, p. 270.) Es
razonable, por tanto, concluir que el tiempo del fin comenzó con la caída del papado en 1798. Por
tanto, debemos buscar los eventos de Daniel 11:40 en adelante en el tiempo que media entre la
caída del papado en 1798 y la resurrección en el tiempo del fin.
El quinto punto que podemos comprender fácilmente es la resurrección al final de la visión
(Dan. 12:2). El texto declara: "Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán
despertados", es decir, serán resucitados, algunos para vida eterna y otros para condenación
perpetua. Es claro que ésta no puede ser la resurrección general que ocurrirá durante la segunda
venida de Cristo cuando sólo los justos resucitarán (1 Tes. 4:16, 17), ni la resurrección de los impíos
mil años más tarde (Apoc. 20:4-6). Debe ser, por tanto, una resurrección especial de algunos justos
y algunos impíos durante el tiempo de la séptima plaga (Apoc. 16:17-18). Esta resurrección especial
traerá a la vida a todos aquellos que han muerto en la fe del mensaje del tercer ángel. "Todos los
que murieron en la fe del mensaje del tercer ángel, salen glorificados de la tumba, para oír el pacto
de paz que Dios hace con los que guardaron su ley. 'Los que le traspasaron' (Apoc. 1:7), los que se
mofaron y se rieron de la agonía de Cristo y los enemigos más acérrimos de su verdad y de su
pueblo, son resucitados para mirarle en su gloria y para ver el honor con que serán recompensados
los fieles y obedientes".8
Estos cinco puntos nos proporcionan el bosquejo básico para Daniel 11. Todos los otros eventos
históricos mencionados en el capítulo deben acomodarse a este marco cronológico. Ésa, por
supuesto, no es de ninguna manera una tarea fácil, como nos indica la amplia variedad de
interpretaciones entre los comentaristas adventistas del séptimo día.
Aplicación
Daniel 10 nos enseña que la humanidad tiene libertad para oponerse a Dios. Aunque Satanás y
Cristo intentaron influir en la mente del rey, ninguno pudo forzarlo. ¡Dios demostró gran
condescendencia al admitir ser "resistido"! Pero lo mismo se aplica a cada uno de nosotros. Dios
decidió crear seres humanos que pudieran amarlo por su propia y Ubre voluntad, e incluida en esta
libertad estaba la posibilidad de la desobediencia y resistencia a su voluntad. Eso no significa que
Dios es responsable por el pecado en nuestro mundo —Satanás, Adán y Eva son los culpables. Pero
como parte del libre albedrio Dios tuvo que crear la posibilidad de pecar, pues de otra manera no
habría sido verdadera libertad. Un padre puede dar a su hijo la llave de su carro y el muchacho
puede dirigir el vehículo de modo que choque contra un árbol y le provoque la muerte. El padre
ciertamente no se proponía esto, pero al dar a su hijo la llave de encendido del motor también le
dio la posibilidad de usar el carro como un arma mortal.
Este capítulo nos enseña también que el gran conflicto entre el bien y el mal es una batalla real
entre las fuerzas del bien y del mal, que los ángeles son reales, pero que hay tanto ángeles leales
como ángeles caídos, y que pueden influir en los asuntos humanos. "Mientras Satanás estaba
procurando influir en las más altas potestades del reino medo-persa para que mirasen con
desagrado al pueblo de Dios, había ángeles que obraban en favor de los desterrados. Todo el cielo
estaba interesado en la controversia. Por intermedio del profeta Daniel se nos permite vislumbrar
algo de esta lucha poderosa entre las fuerzas del bien y las del mal".' ¿Estamos siempre
conscientes de la presencia de los ángeles en nuestra vida, y cómo influye este hecho en nuestras
palabras y acciones?

Referencias

1. phodidas Ndainyumugabe, Rwanda: Beyond Wildest Inagination, pp. 48,49.


2. Seiientb-day Adventist Encyclopedia, Rev. ed. (Washington, D. C.: Review and Heraid, 1976),
pp. 1, 2.
3. VSiisel.eRoy E. fmom, The Prophelw Faitli ofOur Fathers (Washington, D. C.: Review and
Heraid Pub. Assn.. 1948), tomo 2,pp.277,280.
4. l,n profecía de Daniel 9 es parte de la explicación de la visión de Daniel 8.
5. Elena G. de White, La educación, p. 173.
6. Elena G. de Whilc, Ecangelismo (Washington D. C,: Review and Heraid Pub. Assn., 1946), p.
581.
7. Ernest Marter, Damel's fhilosophy ofHistory, p. 115; véase también Froom, tomo 2, pp. 528,
784, y tomo 3, p. 270.
8. Elena G. de White, El conflicto de los siglos, p. 695. 9 Elena G. de White, Profetas y reyes, p.
418.
Daniel 12
SEGÚN DANIEL 12:1 la medianoche del mundo todavía está en el futuro. Fue un día fatídico
cuando el diluvio barrió con el mundo antediluviano convirtiéndolo en un abismo. Y fue un día
fatídico cuando Jerusalén cayó ante el ejército romano y más de un millón de judíos perecieron.
Fuego y diluvio, guerra y hambre han provocado muchos días de tinieblas en la historia del mundo.
Pero cuando venga el "día de angustia cual nunca fue" mencionado en Daniel, ya no habrá más
días fatídicos.
Obviamente, el diablo no se entregará sin lucha. La Edad Media fue testigo de un tiempo de
angustia "como nunca había habido antes", a causa de la persecución de la iglesia medieval en la
cual millones de inocentes y fieles cristianos perecieron (Mat. 24:21,22; Dan. 7:21,25; 8:10,12,24),
justo antes de la segunda venida de Cristo habrá otro tiempo de angustia en el cual las siete
últimas plagas caerán sobre aquellos que han oprimido al pueblo de Dios (Apoc. 6:10,11;
13:15; 16:1,2). Las siete últimas plagas se originan en el templo del cielo y siete santos ángeles
son los encargados de derramarlas sobre la tierra (Apoc. 15:6). Satanás ya no tiene restricciones, y
por lo tanto tendrá "total control sobre los impenitentes"; "como los ángeles de Dios dejen ya de
contener los vientos violentos de las pasiones humanas, todos los elementos de contención se
desencadenarán".'
Información
En años recientes algunos adventistas del séptimo día han comenzado a aplicar los períodos de
Daniel 12:5-13 al futuro. Rechazando la comprensión adventista tradicional que sitúa los tres
tiempos y medio, los 1.290 y los 1.335 días como períodos profetices del pasado, dicen que
deberíamos comprender estos lapsos como días literales que todavía están por venir. Según una
interpretación los 1.335 días comienzan con la ley dominical en Estados Unidos, y los tres tiempos
y medio, o 1.260 días con la ley dominical universal.2
Estas nuevas propuestas contienen varios problemas que hacen inaceptable tal interpretación:
1. Ven los tres tiempos y medio, o 1.260 días de Daniel 7:25 y 12:7 como dos diferentes
períodos de la historia, uno en el pasado y otro en el futuro. Esta interpretación viola uno de los
principios fundamentales de la hermenéutica bíblica, a saber: "la Escritura interpreta la Escritura,
un pasaje es la clave de otros pasajes".3 Si descartamos este principio, la profecía se convierte en
una vela de cera que puede doblarse en cualquier dirección que el intérprete quiera. Como hemos
dicho antes, la Escritura presenta las profecías de Daniel de acuerdo con el principio de repetición y
expansión. Podemos ver claramente esto al considerar las cuatro grandes profecías del libro que
comienzan en el tiempo del autor bíblico y terminan con el segundo advenimiento:

a. Daniel :2 Babilonia-segunda venida (reino de piedra)


b. Daniel 7 Babilonia-segunda venida (reino dado a los santos)
c. Daniel 8 y 9 Medo-Persia-segundo advenimiento (el cuerno pequeño
quebrado sin mano)
d. Daniel 10-12 Medo-Persia-segunda venida (resurrección)
Estas profecías paralelas cubren esencialmente el mismo período desde los días de Daniel hasta
el segundo advenimiento. Cada profecía enfatiza diferentes aspectos del período, subrayando el
hecho de que debemos interpretar las profecías de Daniel en armonía con el principio que dice: "la
Escritura interpreta la Escritura". Estos elementos comunes en diferentes capítulos del libro deben
referirse a las mismas cosas o eventos. Por ejemplo, el cuerno pequeño de Daniel 7 y 8 debe
representar el mismo poder histórico, no dos diferentes. Si el acto de "quitar el continuo" en
Daniel 8:11 se aplica a eventos en el pasado, lo mismo debe hacerse con el "quitar el continuo" de
Daniel 12:22; y si los tres tiempos y medio de Daniel 7:25 señalan el pasado, así deben
interpretarse los tres días y medio de Daniel 12:7. Hacerlo de otro modo es burlarse del principio
"la Escritura interpreta la Escritura" y dirigirse a una completa confusión.
2. Las reinterpretaciones actuales ven el pasaje de Daniel 12:5-13 como una nueva visión que
contiene profecías de tiempo para el futuro. Esta forma de ver las cosas ignora la estructura básica
de las visiones de Daniel en las cuales las explicaciones siempre siguen a las visiones mismas.
Visión Explicación
a. Daniel 2 vers. 31-35 vers. 36-46
b. Daniel 7 vers. 1-14 vers. 15-27
c. Daniel 8, 9 vers. 1-12 vers. 13-26; Dan, 9:24-27
d. Daniel 11:2-12; 4 Dan. 12:5-13

Si bien es cierto que la visión de Daniel 11:2-12:4 es en sí misma una explicación de la visión de
Daniel 8, no debemos pasar por alto el hecho de que en Daniel 7, 8, y 10-12 las profecías de tiempo
se sitúan siempre dentro de la sección de explicación, no en las visiones mismas. En Daniel 7 la
visión termina en el vers. 14 y la profecía de tiempo aparece en el vers. 25. En Daniel 8 la visión
concluye en el vers. 12 y presenta la profecía de tiempo en el vers. 14. Finalmente, en Daniel 10-12
la visión termina en Daniel 12:4 y las profecías de tiempo siguen en Daniel 12:5-13. Interpretar
Daniel 12:5-13 como una nueva visión destruye la estructura literaria.
3. Este nuevo punto de vista ignora completamente las conexiones lingüísticas y gramaticales
entre la visión de Daniel 11 y la explicación de Daniel 12. Primero, debemos enfatizar que la visión
concluye en Daniel 12:4 con el mandato al profeta de "sellar el libro". Daniel 12:5-13 es un epílogo
de las visiones precedentes y, en cierto sentido, de todo el libro. No es una nueva visión con
diferente tópico, sino una explicación de ciertos elementos de la visión del capítulo 11. Esto es
evidente en la pregunta de Daniel 12:6: "¿Cuándo será el fin de estas maravillas?" La palabra
hebrea pala’ que se traduce "maravillas" puede traducirse también como "asombrosos eventos"4
o "algo terrible y espantoso".5 Siendo que el vers. 5 no se refiere a ningún evento terrible y
espantoso, "estas maravillas" sólo pueden referirse a los eventos descritos en la visión de Daniel
11. La palabra pala', de hecho, aparece en Daniel 11:36 donde se refiere a las blasfemias
pronunciadas por el rey del norte. Daniel 8:24 la emplea cuando habla del cuerno pequeño que
destruye causando "grandes ruinas [pala'}". Más aún, en Daniel 12:7, 8 el profeta escucha las
palabras "y cuando se acabe la dispersión del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas".
Pero como no las entiende, el profeta pregunta: "¿Cuándo será el fin de estas maravillas?" De este
modo, tres veces en Daniel 12:6-8 hallamos referencia a "estas cosas/maravillas". Cada vez indican
los eventos de la visión del capítulo 11. Esto indica claramente que Daniel 12:5-13 es parte de la
visión de Daniel 11:2-12:4 y no una nueva visión.
Por tanto, hallamos una fuerte conexión temática y lingüística entre los textos de Daniel 7:25 y
12:7:
Daniel 7:25: "Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo
quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley;y serán entregados en su mano
hasta tiempo, tiempos, y medio tiempo".
Daniel 12:7: "Y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la
mitad de un tiempo".
El ataque al poder del pueblo santo en Daniel 12:7 dura tres tiempos y medio y es el mismo
período de la persecución de los santos en Daniel 7:25 que también dura por tres tiempos y medio,
una evidencia más de que los tiempos de Daniel 12 no se refieren al futuro sino al pasado.
4. Berry, una de los principales proponentes de esta nueva forma de ver las cosas, comienza
tanto los 1.260 como los 1.290 días de Daniel 12 con la ley dominical universal:
Los 1.260 días, cree ella, terminan con el decreto universal de muerte, mientras que los 1.290
días continúan durante 30 días más. Ella explica los 30 días extra como dos períodos de 15 días
cada uno. Los primeros 15 días son la "hora" de Apocalipsis 17:12 (360 dividido por 24 da 15) y los
segundos 15 días son la "hora" a la cual se refiere Apocalipsis 18:10. El esquema es un gran enredo
de períodos hiérales y profetices. Primero, cuenta los primeros 1.260 días como hiérales; luego
considera los últimos 30 días de los 1.290 como dos horas proféticas que ella interpreta de acuerdo
con el principio "día por año". Esta mezcla de tiempo literal con el tiempo profetice, es clara
evidencia de la confusión que tiene en sus conceptos.
5. Finalmente, la interpretación que hace Berry de los "tiempos" mencionados en Daniel 12
también va contra las evidentes declaraciones de Elena G de White. En 1880 la señora White
escribió: "He dado testimonio desde el paso del tiempo en 1844, de que ya no habrá un lapso
definido de tiempo mediante el cual probar al pueblo de Dios. La gran prueba con respecto al
tiempo fue en 1843 y 1844; y todos los que han establecido lapsos de tiempo desde aquel gran
período marcado en la profecía, estaban engañando y siendo engañados".6 Es cierto que aquí
Elena de White habla acerca de poner fechas para la segunda venida de Cristo, lo que no hace el
nuevo punto de vista; sin embargo, no hallamos indicación en sus escritos de que algún tipo de
tiempo profetice desempeñaría alguna función en el futuro.
En una carta de 1850 Elena de White menciona un hermano de apellido Hewit de Dead River
quien creía que la destrucción de los impíos y el sueño de los muertos era una abominación y que
Elena de White era Jezabel. Ella entonces escribió: "Le mencionamos algunos de sus errores en el
pasado, que los 1.335 días habían terminado y otros numerosos errores suyos. Pero tuvo poco
efecto".7 Algunos creen que en su declaración ella coloca los 1.335 días en el futuro. Sin embargo,
en forma más general se entiende que la cita significa: "Le mencionamos algunos de sus errores en
el pasado, [le mencionamos] que los 1.335 días habían terminado y [le dijimos] numerosos errores
suyos". De otra manera, debemos preguntar, ¿por qué Elena de White reprendió a Hewit y no a su
esposo y todos los demás pioneros que enseñaban que los 1.335 días habían terminado? Por
ejemplo, Jaime White, en un artículo publicado en la Revíew and Herald en 1857, dijo que "las
evidencias son concluyentes de que los 1.335 días terminaron junto con los 2.300 días, con el
clamor de medianoche de 1844. Entonces el ángel [Apoc. 10:1-6] 'juró que el tiempo no sería
más'".8 Urías Smith declaró en la misma revista, en 1863: "Nosotros... fijamos los 1.290 días desde
el año 508; y como se habla de los 1.335 días en conexión con estos días [1.290], no puede
aducirse ninguna razón para que no comiencen en el mismo punto".9 El hecho de que Elena de
White en ninguna parte objetó estas declaraciones apoya la lectura de su párrafo como se
entiende generalmente. Al mismo tiempo, indica que ella misma situó los 1.335 días en el pasado.
En resumen, las evidencias de la Escritura y de los escritos de Elena G. de White no apoyan el
concepto de que las profecías de tiempo de Daniel 12 todavía están en el futuro. La interpretación
adventista que, en armonía con los principios historicistas de interpretación, coloca estas profecías
en el pasado, es todavía la mejor solución a los textos difíciles de Daniel 11 y 12.
Interpretación
La conclusión de esta larga visión (Dan. 12:1-4) describe la batalla final entre las fuerzas de Dios
y las de Satanás, y la liberación de los santos. Cuando Cristo aparezca en las nubes de los cielos
libertará a los justos muertos de sus tumbas donde han estado cautivos y librará a los santos vivos
de la muerte y el juicio de Dios en las siete postreras plagas. Pero la liberación sólo alcanza a
aquellos que fueron hallados escritos en el libro de la vida, el registro de los redimidos cuyos
pecados la sangre del Cordero ha borrado del libro de la vida.
En aquel tiempo (Dan. 12:1)—"Aquel tiempo" es el período que se acaba de mencionar en el
versículo anterior. La división de capítulos en este punto es desafortunada porque la visión del
capítulo 11 termina en Daniel 12:4, no en Daniel 11:45. Los primeros tres versos del capítulo 12
describen la conclusión del conflicto que se describió en todo el capítulo 11.
Se levantará Miguel (Dan. 12:1)—Los escritos judíos antiguos describen a Miguel como el más
elevado de los ángeles y lo identifican como "el ángel de Jehová" frecuentemente mencionado en
el Antiguo Testamento como un ser divino. Tales fuentes también sostienen que Miguel fue el
ángel que vindicó a Israel contra las acusaciones de Satanás en el tribunal celestial.'"
Miguel, que significa "Quién es como Dios", el único que se levanta en defensa de su pueblo, no
es otro que Jesucristo (I Juan 2:1,2;Heb. 4:14-16). ¿Cuándo se levantará Miguel? Cuando termine
su obra en el santuario celestial y haya terminado el juicio previo al advenimiento se levantará y las
puertas de la misericordia se cerrarán. "Vi que la cólera de las naciones, la ira de Dios y el tiempo
de juzgar a los muertos, eran cosas separadas y distintas que se seguían una a otra. También vi que
Miguel no se había levantado aún, y que el tiempo de angustia, cual no hubo nunca, no había
comenzado todavía. Las naciones se están airando ahora, pero cuando nuestro Sumo Sacerdote
termine su obra en el santuario, se levantará, se pondrá sus vestiduras de venganza, y entonces se
derramarán las siete postreras plagas"."
Un tiempo de angustia (Dan. 12:1)—La expresión "un tiempo de angustia cual nunca fue"
ocurre en Daniel 12:1 y en Mateo 24:21. Una se refiere al tiempo del fin y la otra a la Edad Media.
La frase "cual no la ha habido desde el principio del mundo, ... ni la habrá", en Mateo 24 es una
expresión idiomática que indica la naturaleza superlativa del evento y no debe tomarse
literalmente. Por ejemplo, 2 de Reyes 18:5 nos dice de Ezequías "En Jehová su Dios puso su
esperanza, ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de judá". Sin
embargo, pocos capítulos más adelante, en 2 de Reyes 23:25 describe a Josías como un rey muy
piadoso que "no hubo otro rey antes de él, que se convirtiese a Jehová de todo su corazón, de toda
su alma y de todas sus fuerzas... ni después de él nació otro igual". Si tomáramos la frase
literalmente, no diría la verdad de ninguno de los dos reyes. Así que expresiones como "cual no la
ha habido desde el principio del mundo... ni la habrá" o "no hubo otro como él, ni antes ni después
de él", son expresiones idiomáticas. En el caso del "tiempo de angustia" la frase idiomática se
refiere a la magnitud e intensidad de este período.
Y muchos de los que duermen ... serán levantados (Dan. 12:2)—El texto dice "muchos" serán
resucitados, algunos para vida eterna y otros para condenación eterna. Como ya se ha mencionado
en el capítulo anterior, el hecho de que tanto buenos como malos se levantarán indica que no
puede ser la resurrección general en la segunda venida. Más bien, es una resurrección especial de
algunos justos y algunos impíos en el tiempo de la séptima plaga (Apoc. l6: 17, 18).
"Los sepulcros se abren, y 'muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán
despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua' (Dan. 12:2).
Todos los que murieron en la fe del mensaje del tercer ángel salen glorificados de la tumba, para
oír el pacto de paz que Dios hace con los que guardaron su ley. 'Los que le traspasaron' (Apoc. 1:7),
los que se mofaron de la agonía de Cristo, y los enemigos más acérrimos de su verdad y su pueblo,
son resucitados para mirarlo en su gloria y para ver el honor con que serán recompensados los
fieles y obedientes".12
"Muchos correrán de aquí para allá" (Dan. 12:4)—Ésta es una expresión idiomática hebrea
para referirse a "investigar, o buscar" (cf. Jer. 5:1; Amos 8:12; Zac. 4:10). Cuando el Espíritu de Dios
quitara el sello al libro de Daniel después del comienzo del tiempo del fin, el conocimiento con
respecto a las profecías en el libro de Daniel aumentaría. Por la historia sabemos que esto es
exactamente lo que ocurrió en el siglo XK, después del fin de los 1.260 días en 1798.
El epílogo (Dan. 12:5-13)—Daniel todavía está a la orilla del río Tigris, donde estaba en Daniel
10:4. Ahora escucha una conversación entre dos figuras celestiales y con el tiempo se une a ella. El
pasaje es paralelo a Daniel 8:13,14 en varias maneras. Ambas tienen lugar a la orilla del río, ambas
involucran a dos seres celestiales anónimos, y ambas tienen que ver con la pregunta: "¿Hasta
cuándo?"
¿Cuándo será el fin de estas maravillas? (Dan. 12:6) —Como se ha indicando previamente, esta
pregunta se refiere a la visión del capítulo 11. Gabriel había dado a Daniel una larga explicación
para ayudarle a comprender lo que ocurriría con el pueblo de Dios. Ahora otros dos seres
celestiales aparecen, y uno de ellos, para información de Daniel, hace a Miguel, el Ser vestido de
lino, una pregunta. La respuesta en Daniel 12:7 define el tiempo del fin como el que sigue a los
1.260 días de supremacía papal y persecución. "En esta respuesta se le dio a Daniel, en realidad, la
otra mitad de la respuesta a la pregunta planteada por estos mismos seres celestiales en 8:13. Esa
pregunta se refería al acto papal de pisotear el ejército y el santuario celestial. En 8:14 la respuesta
dada fue que el santuario sería hollado hasta 1844. Ahora se da la respuesta de que el ejército
sería hollado hasta 1798. Y en la indagación de parte de Daniel, que sigue, y la respuesta de
Miguel, se dará la clave de la relación que hay entre estos dos períodos".''
1.1.290 días (Dan. 12:11)—"Y desde el tiempo en que es quitado el continuo sacrificio hasta la
abominación asoladora, habrá mil doscientos noventa días". El libro de Daniel menciona el acto de
quitar el tamid (el sacrificio diario) tres veces:

Daniel 8:11 No hay tiempo específico conectado con él.


Daniel 11:31 De nuevo no se da tiempo ni fecha.
Daniel 12:11 "Desde el tiempo ... 1.290 días".
Es importante notar el paralelismo entre Daniel 11:31 y 12:11.
Daniel 11:31: "Y se levantarán de su parte (el rey del norte) tropas que profanarán el
santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación
desoladora".
Daniel 12:11: "Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la
abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días".
Los dos textos se refieren claramente a los mismos eventos en la historia. Ahora, si Daniel 11:31
habla del pasado, lo mismo tiene que hacer 12:1. Y si ellos no tienen en mente el mismo evento, el
principio "Escritura interpreta Escritura" se torna improcedente.
En Daniel 8:11 vimos que "el continuo" representa el ministerio intercesor de Cristo en el
santuario celestial que la obra de los sacerdotes a través de la misa y el confesionario usurpó. Al
sacrificar a Cristo de nuevo en cada misa, el papado ha borrado del pensamiento humano el
ministerio celestial de Cristo. ¿Durante cuánto tiempo ha estado ocurriendo esto? En mayo de
1998 el papa Juan Pablo II emitió su carta pastoral Dies Domini en la cual pidió leyes dominicales.
En la misma carta habla acerca de la asistencia a la misa dominical. Muy temprano en la historia
del cristianismo, dice, se le tenía que recordar a la gente la asistencia a la misa. Algunas veces la
iglesia ha tenido que recurrir a preceptos canónicos específicos: "Este fue el caso en varios
concilios locales desde el cuarto siglo en adelante (como el Concilio de Elvira del año 300 d.C., que
habla, no de una obligación sino de penalidades después de tres ausencias) y más especialmente
del siglo sexto en adelante (como en el Concilio de Agde en 506). Estos decretos de concilios
locales condujeron a una práctica universal; el carácter obligatorio se consideró a veces muy
normal"."
Aquí el papa dice que particularmente desde principios del siglo sexto en adelante estatutos
universales hicieron obligatoria para el pueblo la asistencia a la misa. Como adventistas del
séptimo día también decimos que en el siglo sexto fue quitado el continuo y se estableció la
abominación desoladora. Nosotros comenzamos el período de los 1.290 días en el año 508. ¿Por
qué? Primariamente porque, deduciendo 1.290 de 1798, fecha que entendemos es el fin de los
1.260 y 1.290 años, nos lleva a 508.
¿Qué ocurrió en 508? En 496 Clodoveo, rey de los francos, se hizo católico romano. Todas las
otras tribus germánicas que habían desmantelado el Imperio Romano eran arrianas y, por lo tanto,
opuestas al papa de Roma. Clodoveo derrotó a los visigodos y llegó a ser el primer poder civil en
unirse con la creciente iglesia de Roma. La tradición, por lo tanto, llamó a Francia la hija mayor de
la Iglesia Católica Romana.
"Después de su gran victoria sobre los godos en 507 ... Clodoveo vino a Tours, probablemente a
mediados de 508, para hacer una celebración por la victoria... Según Gregorio de Tours, la
ceremonia comenzó fuera de las murallas de San Martín. En la catedral Clodoveo vistió una túnica
púrpura y una clámide, vestimenta que era parte del uniforme usual de los oficiales imperiales.
Añadió una diadema, montó un caballo, y marchó en procesión a la catedral de la ciudad, lanzando
oro y plata a los habitantes que se alineaban en las calles"." Algunos han visto el incidente como
"la primera coronación germánica de un emperador".'" La unión de los poderes civil y religioso (los
francos y el papado) en aquel tiempo fue un importante paso en "el establecimiento de la
abominación desoladora", la cual se refiere a las enseñanzas antibíblicas del papado y de su
imposición a través de la unión de la iglesia y el estado. Es una de las ironías de la historia que
Francia, el poder que ayudó al papado al principio de los 1.290 años, fue el mismo poder que
produjo su caída al final del período cuando Napoleón, en 1798, tomó al papa Pío VI prisionero.
2. 1.335 días (Dan. 12:12)—"Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y
cinco días". El pasaje no menciona ningún evento específico para el principio de los 1.335 días. El
contexto, sin embargo, parece implicar que comenzó al mismo tiempo que los 1.290 días. Si eso es
correcto, los 1.335 días terminaron en 1843-44 al tiempo de la predicación del mensaje del primer
ángel. (Fue también el último año de la profecía de los 2.300 años, el cual abarca del otoño de
1843 al otoño de 1844.)
El libro de Daniel no conecta la profecía de los 1.335 días con la actividad del poder
representado por el cuerno pequeño. Más bien, lo relaciona con una bendición especial para
aquellos que vivan al final del período de tiempo. Otra bendición para el tiempo del fin aparece en
Apocalipsis 14:13: "Bienaventurados de aquí en adelante los que mueren en el Señor".
En verdad eran bienaventurados los que vivieron en el tiempo de la expectación adventista
cuando el mensaje del primer ángel se esparció a través de Europa y América. Y bienaventurados
son aquellos que mueren en la fe del mensaje del tercer ángel en el tiempo del fin, porque ellos
tendrán parte en la resurrección especial que precederá al segundo advenimiento y la primera
resurrección.
Aplicación
En el capítulo 12 conocimos a los ganadores de almas, es decir, "los que enseñan la justicia a la
multitud" (Dan. 12:3). Es también el lugar en el cual encontramos el texto más claro del Antiguo
Testamento acerca de la resurrección (vers. 2). Aquí también el libro de Daniel indica la conclusión
del gran conflicto entre Cristo y Satanás a través de la palabra "libertado" (vers. 1).
Justicia—"Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que
enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad" (Dan. 12:3). La justicia en
la Escritura se refiere tanto al carácter como a la posición. En referencia al carácter, una persona
justa tiene una relación correcta con Dios y vive en conformidad con su ley (1 Juan 2:3, 4) que es un
trasunto de su carácter. En relación con la posición, la justicia es un estado de aceptación y
aprobación divina y libertad de la condenación (Rom. 8:1). Sin embargo, ¿cómo pueden los seres
humanos pecaminosos encontrar aceptación ante un Dios santo? ¿Cómo pueden los pecadores ser
justos ante su Hacedor? Sólo por la sustitución de una persona divina y justa en lugar de seres
humanos pecaminosos, a fin de que al aceptarlo, puedan ser considerados como justos a los ojos
de la ley divina. "Si os entregáis a él y le aceptáis como vuestro Salvador, por pecaminosa que haya
sido vuestra vida, seréis contados entre los justos, por consideración hacia él. El carácter de Cristo
reemplaza el vuestro, y sois aceptados por Dios como si no hubierais pecado".'7
Resurrección—La resurrección al fin del tiempo es uno de los pilares de la fe cristiana. La
resurrección de Cristo es el objeto de nuestra fe, porque sin ella, según Pablo declara, nuestra fe es
vana (1 Cor. 15:17). Nuestra propia resurrección es el objeto de nuestra esperanza (Hech. 23:6).
Cada vez que sepultamos a un ser amado, la esperanza de la resurrección nos da fortaleza y valor
para soportar el dolor (1 Tes. 4:14,18). Fue esta esperanza la que capacitó a los mártires para hacer
frente a la ira de sus perseguidores, y es esta esperanza lo que ha sostenido a otros millones que
han sufrido por su fe desde entonces.
Liberación—La Escritura siempre recuerda a Dios como el único que libertó a Israel de la
esclavitud de Egipto (Éxo. 3:8; Hech. 7:34). Él los libró de mano de los madianitas (Juec. 8) y de los
filisteos (2 Sam. 5:25). Dios libertó a Jerusalén de mano de los asirios (2 Rey 19:35) y de Babilonia
(Esd. 1:3). En el libro de Daniel escuchamos de la liberación de Sadrac, Mesac y Abed-nego del
horno de fuego (Dan. 3) y la liberación de Daniel del foso de los leones (Dan. 6). Y en Daniel 12:1
leemos de nuevo que Dios libra a su pueblo, esta vez no de las garras de los potentados o de la
boca de los leones sino de Satanás mismo. Durante mucho tiempo han sido los santos del Altísimo
peregrinos y extranjeros en tierra extraña. Han sido perseguidos y martirizados, y desde sus
tumbas han estado clamando a Dios por liberación (Apoc. 6:9-11). Cuando el Rey de reyes
descienda sobre las nubes, finalmente el día de su liberación habrá llegado.

Referencias
1. Elena G. de White, El conflicto de los siglos, p. 672.
2. Manan G.. Berry. Warning! (Brushton, N. Y.: Teach Services, 1990), p. 154.
3. Elena G.. de White. Evangelismo. p. 581.
4. Ernest C. Lucas. Daniel. Apollos Old Testament Commentary (Leicester, England; InterVarsity
Press, 2002), p. 296.
6. James White. Life Sketches: Ancestry: Early Life, Christian Experiences and Extensive labors of
Elder James White, Mrs. Ellen White (Battle Creek, Mich.: Steam Press, 1880), p. 221.
7. Elena G. de White, Manuscript Release (Silver Spring, Md.: E. G. White Estate, 1990), tomo 6,
p. 251.
8. James White. "The Judgment". Review and Herald, Ene 29, 1857. p. 100.
9. Urias Smith, "Short Intreviews with Correspondents", Review and Herald, 24 de febrero de
1863. Tengo una deuda con Alberto R. Timm por las fuentes de Elena de White y los pioneros. Él
publicó un artículo sobre el tema en portugués bajo el título "Os 1290 e 1335 días de Daniel",
Ministeria (Brasil). (May-June 1999), p. 16-18.
10. Véase Talmud Yoma 37: Midrash Rabbah, sobre Génesis 18:3 y Éxodo 3:2, y 12:29.
11. Elena G. de White, Primeros Escritos, p. 36,
12. Elena G. de White, El Conflicto de siglos, p. 695.
13. Ernest W. . Marter, Daniel's Phylosophy of History, p. 115.
14. El papa Juan Pablo II. "Dies Domini" (Mayo 31,1998), sección 47, disponible en el Vaticano.
15. Herwig Wolfram, The Román Empire and Its Germanic Poeples (Berkeley, CA: University of
California Press, 1997), pp. 221,222.
16. Ibíd.
17. Elena G. de White, El Camino a Cristo, p. 62.
Notas
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Notas
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Notas
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