Jeff The Killer
Jeff The Killer
Jeff The Killer
Parece tener once años (un año menos que Jeff), lleva una
camiseta de Aeropostal y unos jeans azules algo rasgados.
“Bien, bien, bien. Parece que aquí hay algo de carne nueva”,
dice el chico de la patineta a Jeff y a su hermano, con un tono
de “amo del lugar” bastante irritante. Segundos después,
aparecen dos chicos más, uno bien delgado y el otro enorme
para su edad.
— ¿Tú? No, Jeff, tú sabes que fui yo. Por favor, déjame
asumir mi responsabilidad, lo necesito para estar en paz —
dijo Liu, con tono de súplica y convencimiento, y mientras se
entregaba a los policías, para ya no complicar más las cosas.
— ¡Liu, diles que yo hice todo, has que lo sepan! —gritó Jeff
desesperado, mientras su madre le ponía las manos en los
hombros.
Troy y Keith han gastado todas sus balas, así que cogen
cuchillos y suben al baño. Tumban a patadas la puerta y Troy
entra primero, intentando apuñalar a Jeff, que lo esquiva y lo
golpea en la cara con el estante, empleando todas sus
fuerzas, neutralizándolo. Keith es más ágil, y esquiva los
golpes de Jeff, pero comete el torpe error de dejar caer el
cuchillo, para agarrar a Jeff por el cuello y empujarlo contra la
pared, haciendo que un recipiente con lejía, ubicado en un
estante, se caiga y vierta su contenido, quemándolos a ambos
combatientes.
— ¿Qué pasa? ¿Qué tengo? ¿Por qué me ven así? —dijo Jeff
preocupado
“¡Jeff, tus ojos! ¡Mira tus ojos! ¿Qué has hecho? exclamó la
mujer, sumida en una aguda desesperación. Nuevamente,
Jeff responde en forma demencial: “No podía ver mi rostro,
no lo soportaba. Mis ojos siempre se cerraban cuando me
veía, pero me harté y me quemé los párpados. Oooooh,
¡ahora siempre veré mi nuevo rostro, ahora jamás volverá a
estar todo negro! ¡Negro, mamá, negro!”. La mujer lo mira
mientras se le humedecen los ojos, y empieza a retroceder,
atemorizada.
“¿Qué pasa, mamá?, ¿no soy bello?”, dice Jeff a su madre,
viéndola alejarse. “Claro que lo eres, hijo, solo voy a buscar a
tu padre para que vea tu nuevo aspecto”, dice ella y después
corre y cierra la puerta de su habitación, temiendo que Jeff
pueda incluso matarla.
— Pero mami me mintió, papá: ¿no ves que tiene miedo? Ella
cree que soy un monstruo, ella me ve como un monstruo. ¿Tú
también, verdad?
Por un momento, Liu pensó que todo era una pesadilla, hasta
que sintió la mano de Jeff en su boca, y lo vio alzar el cuchillo
con la otra mano. Entonces luchó desesperadamente, pero
Jeff lo dominó sin usar el cuchillo, y estando encima de él le
tapó de nuevo la boca, levantó el cuchillo y dijo: “Shhhhhhh,
shhhhhh, ve a dormir”. Esas fueron las últimas palabras que
Liu y muchos otros escucharon de Jeff, antes de que todo se
tornara negro y fueran a dormir, a dormir para siempre…
“CONCLUSIONES”