Escena de Héctor Lavoe y Puchi
Escena de Héctor Lavoe y Puchi
Escena de Héctor Lavoe y Puchi
(Suena una canción y Puchi empieza a bailar, Héctor la ve y se ríe. Ella se voltea lo ve y se ríe
pero aún está bailando, sigue bailando y le pregunta: ‘’ ¿Te gusta?’’ dos veces)
Héctor: (bromeando) Mami, ¿Puedes mover el trasero para ver el de ella?, por favor.
Puchi: Puedes tocar este (dice mientras se le acerca brincandito con un baile y siempre
sonriente) Puedes tocar este. Este es tuyo, este es tuyo. De ese te olvidas.
Puchi: (Para, voltea e insinuante le dice) ¿No quieres cambiar de canal? (Héctor la intenta
evitar con la mirada y frunce los labios) ¿Eh? ¿Quieres mirar tv? ¿Eso quieres? (Mientras va
subiendo poco a poco, gateando por la cama hasta llegar a él) ¿Quieres mirar a Iris Chacón? ¿A
Iris Chacón? (Hace un movimiento como de baile con los hombros y lo besa *solo dos veces*)
¿No quieres mirar ‘’el Show de Puchi’’? (Mientras le desabrocha el pantalón le pregunta)
¿Crees que esto acabará?
Puchi: Esto.
Héctor: Acaba de empezar, ¿no? Yo siempre quise a alguien como tu Puchi. Siempre. (Ella
sonríe de amor y le da *solo dos besos*). Espera, tengo una sorpresa (Pucho acostada en la
cama. El busca cocaína y le dice) ¿Ah, si ‘’El Show de Puchi? ¿Ah, si ‘’El Show de Puchi?
(Bailando).
Puchi: (Lo aparta un poco molesta, se sienta en la cama, muy sutilmente, más bien ofendida)
No, no, no, no. ¿Estás loco? Vamos, sabes que no me gusta. Guárdalo.
Puchi: Hola? Llegué. Héctor… Hello? (Ve una pistola y cocina en un mueble de madera, acto
seguido busca a su hijo). Tito? (Está en su cuarto. Sigue buscando a Héctor, va a la cocina,
cierra el gas y finalmente lo encuentra en el baño drogado, con una inyectadora y liga en el
brazo. Al rato discuten.)
Puchi: Tú también pudiste haberlo empezado. Está comiendo solo a las 10:00 pm.
Héctor: Basta.
Héctor: Suficiente.
Puchi: (Agarrando la pistola y la droga) Dejas esto afuera. ¿Qué? ¿Ahora crees en esta mierda?
Puchi: (Aun más molesta) ¿Ahora crees en ese maldito tipo de la tapa de la disco? ¿Y ni
siquiera puedes guardarla?
Héctor: Si de acuerdo.
Puchi: Ni siquiera… (Mientras camina de espalda a él) Tu padre no te odia, tu madre no está
muerta. Y tú hermano está en Harlem, consiguiendo droga en algún lado.
Héctor: (La acorrala) ¿Sí? Suficiente. ¿Quién carajo crees que eres? ¿Quieres ser hombre?
¿Quieres ser un maldito hombre? Se hombre, pues.
Héctor: (Ya medio calmado, más resignado igual que ella) Te diré, algo. Y finalmente, vas a
escuchar, ¿ok? ¡MUERETE! ¿Qué te parece?
Puchi: (Ríe como loca furiosa. Agarra el teléfono y llama a recepción) ¿Portero? No le de las
llaves, esta borracho. Gracias. (Queda destrozada y muy mal en su casa. Llorando)
Puchi: Héctor, yo solo… Solo quiero que digas que trataras de hacerlo funcionar. Quiero que
digas que pasarás más tiempo con Tito. Quiero que digas que abandonaras todas las drogas. Y
quiero que digas que me amas, porque yo te amo papi, y quiero que estemos juntos. ¿Es
demasiado? ¿No es lo que quieres?
Héctor: Sabes, lo cómico es que… No soy el único que mete la pata aquí Puchi. Yo no puedo
prometerte todo eso en una noche. No puedo. Te estaría mintiendo, mami. Y tú tampoco
puedes, no puedes sentarte ahí, seria, y decirme que estas lista para prometer todo eso
tampoco. No hay modo. No me gusta hablar de lo que me duele. Así soy yo. Y tú lo sabes, a ti
tampoco te gusta. Mira (la agarra por la cara, suavemente, ella llora desconsoladamente)
Mírame. (Se acarician las narices).