1.4 - Las Rupturas Epistemológicas Del Pensamiento Freudiano

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10

LAS RUPTURAS EPISTEMOLÓGICAS DEL PENSAMIENTO FREUDIANO

Algunas consideraciones generales

Si compartimos la idea de que el desarrollo de la ciencia no se da en forma lineal o acumulativa,


como resultado de la resolución de enigmas, sino que se produce, por lo que señala T. Khun en
su primer trabajo, a través de revoluciones científicas, será cierto entonces que el psicoanálisis
produce una revolución en el campo de la ciencia originando un nuevo paradigma que no sólo
influirá en el campo de la psicología sino que la trascenderá.

El objetivo de este trabajo introductorio es el de dar cuenta de algunas de las influencias que
recibe Freud y paralelamente, el de señalar las rupturas epistemológicas que produce su
desarrollo teórico con el saber de su época. También, articular los conceptos más importantes
de su obra, acudiendo a su palabra en diferentes artículos pero teniendo en cuenta que dichas
citas son el resultado de una selección no caprichosa aunque seguramente subjetiva.

Sigmund Freud fue el fundador de una corriente de pensamiento que colaboró en poner en tela
de juicio algunos de los supuestos básicos desde los que partía y descansaba el saber de la
moderna cultura occidental, aunque su libro La interpretación de los sueños (1900) - trabajo
fundacional de la teoría psicoanalítica en el que se expresan sus primeras hipótesis- tardó varios
años en vender su primera edición de 600 ejemplares.

Fue así ignorado por los científicos en general o, en el mejor de los casos, duramente criticado.
Sin embargo, apoyándose en la seguridad de sus investigaciones, poco a poco comenzó a ser
escuchado aunque no siempre bien comprendido.

En sus primeros trabajos utilizó los términos análisis y análisis hipnótico para dar cuenta de una
nueva forma de abordaje de los fenómenos psicológicos. El término psicoanálisis empieza a
figurar en dos trabajos escritos en 1896, siendo en Nuevas observaciones sobre la neuropsicosis
de defensa en donde puntualiza que es el único método que permite "hacer consciente lo
inconsciente". Años después precisará:
"Llamamos psicoanálisis al trabajo mediante el cual traemos a la conciencia (1) del enfermo
lo psíquico reprimido (2) en él".

Pero si lo psíquico está referido a lo mental ¿por qué análisis? Freud señala en un artículo
titulado Los caminos de la terapia psicoanalítica (1919) que análisis significa descomposición,
asociación, sugiriendo la actividad del químico en el laboratorio. Esta técnica le permite partir de
la consideración de los síntomas psíquicos como manifestaciones altamente compuestas para
llegar así a los elementos de su composición: motivaciones, mociones pulsionales (3), pudiendo
dar explicación a manifestaciones no patológicas como sueños, actos fallidos y tendencias
sexuales cuyas causas permanecían ignoradas por el propio sujeto. Sin embargo, establece que
esta comparación con la química tiene ciertos límites, ya que, por ejemplo, cuando se desarticula
un síntoma (4), al liberar una moción pulsional de un conjunto de relaciones, ésta no permanece
aislada sino que pasa a formar parte de un nuevo conjunto.

La definición más abarcativa que da Freud a lo largo de su obra con respecto a su teoría es la
siguiente:

Psicoanálisis es el nombre de:


"Un método de investigación de los procesos mentales prácticamente inaccesibles de otro modo".
"Un método basado en la investigación para el tratamiento de trastornos neuróticos (5)."

1
"Una serie de concepciones psicológicas adquiridas por este medio y que en conjunto van en aumento
para formar progresivamente una nueva disciplina científica." Enciclopedia (1922).

No es casual en esta definición su insistencia en el tema de la investigación, ya que su


elaboración teórica se nutre y se contrasta permanentemente en la actividad clínica y no de la
especulación como punto de origen. La teoría no es un añadido contingente, ya que es
constitutiva del objeto mismo. El inconsciente como y equivalente a las funciones digestivas,
respiratorias, etc., sino que trasciende lo biológico. El concepto de pulsión, a diferencia del de
instinto, se impone como un concepto límite entre las concepciones biológica y psicológica.

El interés del psicoanálisis para la historia de la civilización surge en la comparación de la


infancia del individuo con la historia primitiva de los pueblos, permitiendo un nuevo instrumento
de trabajo y planteando así nuevos interrogantes. Es posible, entonces, aplicar la concepción
psicoanalítica obtenida en el estudio de los sueños y las neurosis a los productos de las fantasías
de los pueblos, tales como mitos y fábulas. Mientras que las fantasías impiden la aparición de
la angustia (6), los mitos se construyen frente a hechos que la han producido; en tanto haya un
vacío, el mito es una construcción que alivia.

Con respecto a la pedagogía, Freud señala que cuando los educadores se hayan familiarizado
con los resultados del psicoanálisis, les será más fácil reconciliarse con determinadas fases de
la evolución infantil, y no correrán el peligro de exagerar la importancia de impulsos asociales
del niño, ya que la represión violenta desde el exterior no produce nunca la desaparición ni el
vencimiento de tales pulsiones, sino que por el contrario puede iniciar una tendencia a ulteriores
enfermedades neuróticas.

Por otra parte, el psicoanálisis resuelve también satisfactoriamente algunos de los problemas
entre el arte y el artista, así como otros hechos culturales y sociales.
“La investigación psicoanalítica descubre en la vida psíquica del individuo humano hechos que
nos permiten resolver más de un enigma de la vida colectiva de los hombres, o por lo menos fijar
su verdadera naturaleza." Freud, S.: Lecciones introductorias al psicoanálisis (1916).

Debemos destacar que Freud no creía que el psicoanálisis estaba destinado a una nueva
concepción del mundo o que desde su teoría podía explicarse todo; sólo la consideraba como
un aporte más al conocimiento científico. Aun con sus diferencias, estaba fuertemente
determinado por el espíritu de la época. Propiciaba, por lo tanto, una filosofía de la vida basada
en la ciencia y no en la metafísica y en la religión.

Freud instaura una psicología subjetivista, abriendo un espacio en la ciencia para las diferencias.
Hay un rescate del sujeto, pero éste no es un sujeto aislado. En la introducción del artículo
Psicología de las masas y análisis del Yo (1920/21) señala:
"En la vida anímica individual aparece integrado siempre, efectivamente, el otro, como modelo,
objeto, auxiliar o adversario, y de este modo la psicología individual es al mismo tiempo y desde
un principio psicología social, en un sentido amplio pero plenamente justificado".

Durante los años en que desarrolló su obra no dejó nunca de replantear sus elaboraciones
teóricas y sus aplicaciones, las que giraron sobre una idea vertebral: su conceptualización del
inconsciente y los procedimientos de investigación para develar su discurso.

2
Su formación científico-cultural

Sigmund Freud nace en 1856 en Freiberg, Moravia, bajo el imperio austrohúngaro. A los tres
años va a vivir a Viena, ciudad en la que pasa la mayor parte de su vida. Cuando en 1937 los
nazis ocupan Austria, Freud se ve obligado a refugiarse en Inglaterra. En 1939 muere en
Londres.

En el año 1859, cuando Freud se instala en Viena, Charles Darwin publica su trascendental libro
El origen de las especies, marcando un hito importante en el desarrollo científico. Sus estudios
e investigaciones señalan, a diferencia de otras teorías como la de Lamarck, Chambers, Spencer
y los naturphilosophen alemanes, la no existencia de una meta ya establecida tanto por Dios o
por la naturaleza. Lamarck, quien tendrá cierta influencia en posteriores conceptos del
psicoanálisis (fantasías originarias y el inconsciente colectivo de Jung) sostenía la transmisión
hereditaria de los conocimientos en la especie y la existencia de una tendencia interna de
adaptación. Darwin, contrariamente, va a hablar de una selección natural. Sus trabajos, aunque
fueron fuertemente resistidos en su momento, revolucionaron la concepción que el ser humano
tenía acerca de sí mismo.

Freud tomará dichos aportes como una de las tres heridas narcisistas que históricamente sufre
el hombre. La primera aparece cuando descubre que la Tierra no es el centro del universo,
perdiendo así el lugar jerárquico que se había asignado. La segunda estará referida a los aportes
de Darwin: el sujeto humano pasa a ser un objeto más de estudio de la naturaleza, siendo el
resultado de la evolución de las especies. La tercera herida narcisista es el descubrimiento del
inconsciente, ya que a diferencia de lo que se pensaba no somos íntegramente racionales; la
mayor parte de las motivaciones de nuestras conductas nos es desconocida.

Hacia 1860, G. Fechner, hombre de ciencia, filósofo alemán e iniciador de la psicología


experimental, demostró que los fenómenos mentales eran pasibles de ser abordados
científicamente y medirse cuantitativamente. Recordemos que el paradigma científico de aquel
momento era el de las ciencias naturales. El trabajo de este pensador -y otros posteriores-
facilitan la entrada de la psicología al campo del conocimiento científico, donde comenzó a
despertar interés.

Una publicación de Fechner en 1873, titulada "Algunas ideas sobre la historia de la creación y
evolución de los organismos" será citada por Freud en 1920 por coincidir en esencia con la
concepción de placer y displacer deducida por la teoría psicoanalítica.

Los aportes de la física contribuyen en la construcción del edificio de la ciencia. A mediados de


siglo, Hernán von Helmholtz formuló el principio de la conservación de la energía, señalando
que la misma, al igual que la masa, es cantidad y que puede transformarse pero no ser destruida.
Desarrolla de este modo lo que se considerará como el "campo de la dinámica"; la energía,
cuando desaparece en una parte del sistema, tiene que aparecer en otra parte del mismo. Esto
llevó a pensar en una nueva visión del ser humano estudiándolo y comprendiéndolo como un
sistema de energía.

En 1873, Freud comienza sus estudios de medicina, decisión que toma por la lectura de un
ensayo goethiano “La Naturaleza", pues hasta ese entonces pensaba seguir abogacía. Se recibe
tardíamente, en 1881, por dedicarse de lleno a trabajos de investigación. Su primera
investigación versó sobre el estudio de las anguilas de rio en la estación zoológica de Trieste,
dirigida por Carl Claus, quien motivó a Freud a que realizara su primera publicación científica.
En ella señala la posibilidad de que la diferenciación sexual de las anguilas no estuviera
determinada genéticamente (intersexualidad), sin advertir en aquel momento la importancia

3
posterior que tendrá para él la temática sexual. Luego realiza investigaciones en el Instituto de
Fisiología dirigido por el destacado investigador Ernst Brücke, donde desarrolla una brillante
carrera de investigación y gana en 1885 un concurso como docente de neuropatología. En 1886
la facultad lo beca para continuar sus estudios en París y Freud elige la Clínica de la Salpetriére.
Se interesa allí por los trabajos sobre la histeria dirigidos por el médico Jean M. Charcot y
descubre el aspecto psicológico de la neuropatología y también la técnica de la hipnosis. Tanto
esta última experiencia como las novedosas conceptualizaciones sobre fisiología dinámica de
Brücke (quien sostenía que el organismo vivo es un sistema dinámico al que se le pueden aplicar
las leyes de la física y de la química), marcarán un camino a seguir en sus posteriores
investigaciones. Tomando los aportes de Brücke pero extendiéndolos a lo psicológico, configura
un hecho trascendental cuando construye una psicología dinámica que intenta dar cuenta del
conflicto psíquico.

A partir del trabajo realizado con el destacado medico clínico A. Breuer sobre un caso de histeria
y por las experiencias posteriores con sus pacientes, Freud nota que los mismos manifestaban
conscientemente la búsqueda de una solución a sus dolencias; pero por otro lado se hacían
evidentes otras fuerzas que se resistían a ello. Así llega a la conclusión de que los síntomas
neuróticos son el resultado de motivaciones inconscientes ocultas para el paciente. Elaborará
poco a poco la conceptualización de un aparato psíquico dividido en Sistemas: Consciente-
Preconsciente, y sistema Inconsciente, tomando el término aparato no sólo en el sentido medico
sino fundamentalmente del concepto original de la física.

A partir del trabajo realizado con el destacado medico clínico A. Breuer sobre un caso de histeria
y por las experiencias posteriores con sus pacientes, Freud nota que los mismos manifestaban
conscientemente la búsqueda de una solución a sus dolencias; pero por otro lado se hacían
evidentes otras fuerzas que se resistían a ello. Así llega a la conclusión de que los síntomas
neuróticos son el resultado de motivaciones inconscientes ocultas para el paciente. Elaborará
poco a poco la conceptualización de un aparato psíquico dividido en Sistemas: Consciente-
Preconsciente, y sistema Inconsciente, tomando el término aparato no sólo en el sentido medico
sino fundamentalmente del concepto original de la física en el sentido de trabajo, de
transformación de energía. Según esta nueva conceptualización, el sujeto intentará mantener la
cantidad de excitación o energía contenida en un nivel tan bajo o constante como sea posible,
lográndolo mediante la descarga o evitando aquello que pudiera aumentarla.

A este trabajo de lo psíquico lo denominará posteriormente "principio de constancia". La


diferenciación en sistemas del aparato psíquico permite comprender el pasaje de energía libre
a energía ligada. La energía libre es la que fluye libremente en el inconsciente de una
representación a otra buscando su descarga. El pasaje al sistema preconsciente-consciente le
permite ligarse a una representación, posibilitando distintas vías posibles para su descarga,
siendo ésta una de las formas de comprensión del fenómeno psíquico desde el modelo
económico.

El pensamiento generalizado de aquella época partía de una concepción iniciada por el


Iluminismo, la que se fundaba en la razón y en el conocimiento científico para arribar a la verdad:
"Sapere Aude", Ten valor de servirte de tu propia razón (Kant). Pero el amplio espectro cultural
contemplaba otras formas de pensar, por ejemplo ciertas corrientes de la literatura se inclinaban
por lo emocional, la sensibilidad y lo instintivo, como caminos de acceso a la verdad.

En el libro La literatura en Freud de S. Kobrin, se señala la notable influencia del romanticismo


alemán en él. Esta corriente literaria estuvo ligada a la exaltación de los aspectos profundos y
oscuros de la conciencia, a la aparición de la idea del inconsciente, a la revaloración de los

4
sueños y a la resignificación del concepto de locura. Será por medio de los sueños, mitos y
poesías que intentarán conectarse con cósmico absoluto.

Cercano a esta corriente podemos citar a Goethe de quien fuera lector el joven Freud. Dice
Goethe en relación con el concepto de inconsciente: "El hombre no puede permanecer mucho
tiempo en el estado consciente; debe resumergirse en el inconsciente, porque allí vive la raíz de
su ser" (cita de S. Kobrin).

Freud, en uno de sus últimos artículos, se refiere a aquellas aproximaciones previas a la


formulación de dicho concepto psicoanalítico:
"El concepto de inconsciente ha estado desde hace tiempo llamando a las puertas de la
psicología para que se le permita la entrada. La filosofía y la literatura han jugado con frecuencia
con él pero la ciencia no encontró cómo usarlo. El psicoanálisis ha aceptado el concepto, lo ha
tomado en serio y le ha dado un contenido nuevo." Freud, S.: Algunas lecciones elementales
del psicoanálisis (1938).

En efecto, como la ciencia estaba tan preocupada por la medición, la experimentación y la


objetividad, los aspectos más irracionales del ser humano sólo eran abordados por la literatura.
Cada época histórica está determinada por una particular forma de construir la realidad, de
valorar los aspectos del acontecer social, de seleccionar lo que considera prioritario. Este
estructurante originario, que determina el pensar y el hacer, es el "imaginario social". Concepto
que nos permite dar cuenta de la particular red de significaciones del incipiente desarrollo de la
modernidad; es a partir del siglo XVIII cuando claramente comienza a establecerse una nueva
forma de ver la realidad y el ser humano. De la certeza de la religión y del saber especulativo de
la filosofía se pasa a la búsqueda de la "certeza" a través ciencia. Pero la filosofía racionalista
que se constituye a partir del cogito cartesiano marcará los límites de este nuevo saber.

Las nuevas estructuras económicas y sociales favorecen el desarrollo de la individualidad, la


que venía construyéndose desde el Renacimiento, y dan paso a la subjetividad moderna. La
razón será el instrumento para controlar el hacer y el sentir del sujeto ofreciéndole el camino de
su desarrollo personal y de su felicidad.

La ruptura con la filosofía racionalista

Pese a su imperio, la razón sufrió varias heridas por no poder cumplir con todo aquello
que prometía.
"Experimentamos la impresión de que la civilización es algo que fue impuesto a una mayoría
contraria a ella por una minoría que supo apoderarse de los medios de poder y coerción. Luego,
no es aventurado suponer que estas dificultades no son inherentes a la esencia misma de la
cultura desarrollada hasta ahora.
…Mientras en el dominio de la naturaleza ha realizado la humanidad continuos progresos y
pueden esperarse aún mayores, no puede hablarse de un progreso análogo de las relaciones
humanas.
…Los límites de la educabilidad del hombre supondrán también los de la eficacia de tal
transformación cultural, Freud, S.: EL porvenir de una ilusión (1927).

Las primeras críticas a los valores de la modernidad comienzan a fines del siglo XIX. Tanto P.
Ricoeur como M. Foucault, pese a ser filósofos de posiciones muy distintas, comparten la idea
de que las tres grandes obras que cuestionan el pensamiento moderno son: El Capital de K.
Marx (1867), El nacimiento de la tragedia de F. Nietzsche (1878) y La interpretación de los
5
sueños, de S. Freud (1900). Estos tres grandes "maestros de la sospecha" llevan a cabo la
desmitificación de la razón y despejan el horizonte para dar paso a una palabra más auténtica,
no sólo a través de la crítica sino también por la invención de un arte de interpretar. Descartes
triunfa desde la duda sobre la cosa, por la evidencia de la conciencia; ellos triunfan desde la
duda sobre la conciencia por una exégesis del sentido (J. Carvallo).

Para el pensamiento marxista el materialismo es el alma con el que se trata de abolir la filosofía,
que estaría al servicio de la burguesía (que identifica con el idealismo). Para Marx será la
realidad social la que determine la conciencia de los seres humanos.

Por otro lado, Nietzsche denunciará la fragmentación de la realidad, cuestionando la noción de


verdad y de mundo verdadero, poniendo en tela de juicio los ideales morales vigentes. Freud
dirá que su intuición se anticipó a los descubrimientos del psicoanálisis: nadie hasta él había
sido tan consciente de la dualidad de la conducta humana.

P. Ricoeur, en Hermenéutica y psicoanálisis, nos explica que la filosofía parte de que las cosas
son dudosas, que no son tal como se nos aparecen, pero de lo que no duda es de que la
conciencia sea tal como se aparece a sí misma. En ella coinciden sentido y conciencia de
sentido, pero si la conciencia no es entonces lo que cree ser debe instituirse una nueva relación
entre lo manifiesto y lo latente. Esta nueva relación correspondería a aquella que la consciencia
había instituido entre la apariencia y la realidad de la cosa.

La conciencia, fuente de conocimiento y autodominio, se tornará para Freud casi tan oscura
como el inconsciente mismo, dejando caer la ilusión de la plena conciencia de sí.
"...las fuerzas irracionales de la naturaleza humana son tan fuertes que las fuerzas
racionales tienen escasas posibilidades de éxito. La mayoría de los hombres se sienten
cómodos viviendo con sus engaños y supersticiones en lugar de la verdad." Freud, S.: El
porvenir de una ilusionan).

La razón, entonces, para el psicoanálisis deja de ser la única vía posible para dar cuenta del
sujeto y su mundo, y se interna para explorar y dar a luz a los aspectos más irracionales, fuentes
ocultas de motivación de la conducta humana.

A diferencia de Descartes, quien sostenía "pienso, luego existo", J. Lacan en sus Escritos wa a
sostener desde el psicoanálisis "pienso donde no soy, y soy donde no pienso".

Pero el psicoanálisis no deja de tener en cuenta la conciencia. Freud nos va a decir que la
conciencia es engañosa pero es lo único con que contamos para descubrir el discurso del
inconsciente, verdadero estructurante originario del sujeto. El psicoanálisis provoca un cierto
malestar en la filosofía. El discurso pasa a ser otro después de su obra. Los fantasmas que
rodeaban a la filosofía racionalista ya no pueden obviarse. Freud rescatará al sujeto allí donde
el sinsentido y la contradicción cobran una singular significación.

Génesis del concepto de inconsciente y la ruptura con la psicología de la conciencia

En el último cuarto del siglo XIX se configuró una psicología científica que construyó su objeto
de estudio a partir del análisis de los hechos de conciencia. Esta psicología se caracterizaba por
ser experimental y centrarse en el estudio de las funciones. Si bien no se descartaba la
existencia de ideas latentes, por debajo del nivel de conciencia (subconsciente), a éste y a otros
fenómenos psíquicos se los dejaba de lado por considerarlos nimios o carentes de fuerza. A
fines de siglo algunos hombres de ciencia comenzaron a interesarse por el fenómeno de la
sugestión y en especial por la hipnosis, cuyos orígenes se rescatan de los trabajos realizados
6
por el médico vienés Mesmer (magnetismo animal o mesmerismo). Paralelamente el interés
popular se inclinaba por el ocultismo y el espiritismo, lo que fuera denominado por Pierre Richet
como metapsíquica. Comienza a generarse así una idea colectiva de que el psiquismo rebasa
el campo de la conciencia.

Sobre el término inconsciente podemos encontrar antecedentes pre-freudianos. Así como


citamos antecedentes en la literatura por parte del romanticismo alemán, desde la ciencia el
reconocimiento oficial del término fue adjudicado al médico y filósofo Pierre Janet, en cuya tesis
para el doctorado en letras (1889), y luego en el de medicina (1893), señala que en las regiones
inferiores del yo pueden aparecer segundas personalidades que le hagan ejecutar al individuo
actos cuya causa desconoce. Sin embargo, lo más importante para Janet es la "conciencia vigil",
que asegura en su fusión con lo real el estado normal del individuo. Por eso no duda de que la
disgregación de este poder de síntesis sea lo que abre la puerta a las manifestaciones
inconscientes, es decir, a las "formas inferiores de la actividad humana".

En sus investigaciones se propone penetrar en los procesos psíquicos de la histeria,


entendiéndola como una alteración degenerativa del sistema nervioso, que se manifiesta en una
innata debilidad de la síntesis psíquica, incorporando por lo tanto a sus ideas, la influencia de
las doctrinas dominantes en Francia sobre la herencia y la "degeneración". Mientras tanto, su
maestro Charcot sostenía que tanto la hipnosis como la histeria eran una condición morbosa del
sistema nervioso.

Paralelamente, en Nancy (Francia) Liebeault y Bernheim afirmaban, a diferencia de Charcot,


que la hipnosis no era un estado patológico sino un sueño ordinario inducido por sugestión.
Concluyeron, a partir de sus investigaciones que los sujetos no podían dar cuenta de que la
acción que ejecutaban había sido inducida durante la hipnosis (sugestión pos hipnótica) y sí
podían hacerlo si se insistía posteriormente para que recordaran.

Algunos años después de su experiencia con Charcot, Freud se dirige a la escuela de Nancy a
perfeccionarse en la técnica de la hipnosis.
"Fui testigo de las experiencias de Bernheim con los enfermos del hospital, adquiriendo intensas
impresiones de la posible existencia de poderosos procesos anímicos que permanecían sin embargo
ocultos a la conciencia." S. Freud, Autobiografía (1924).

El destacado médico clínico vienés J. Breuer había atendido en el año 1880 a una joven paciente
con un cuadro polisintomático de histeria. Su nombre, para a literatura psicoanalítica, será Ana
O. (aunque su verdadero nombre fue Berta Papenheim) a quien aplicó como método terapéutico
la hipnosis. Esto le permitió a la paciente hablar acerca de las causas relacionadas con sus
síntomas, temática que no recordaba sino a través de esta técnica. Breuer observa que al salir
a la luz estos sucesos juntamente con el afecto que ellos habían suscitado, los síntomas
desaparecían. Años después de dicho tratamiento, junto con Freud, presentan un trabajo
teorizando sobre la experiencia, denominando al método utilizado "hipnosis catártica" (Freud,
S., Breuer, J., Estudios sobre la histeria, 1895).

A partir de estas primeras teorizaciones y ya con la experiencia de sus propios pacientes, Freud
bosqueja algunas hipótesis, no todas compartidas por su colega, comenzando así a separarse
de él. En el mismo año (1895), un sueño con una de sus pacientes (Sueño de la inyección a
Irma), lo lleva a profundizar aún más en su historia clínica, lo que le permite empezar a sentar
las bases para su posterior obra La interpretación de los sueños y la teoría psicoanalítica.

Freud arriba así a una nueva y reveladora conceptualización del inconsciente, produciendo la
caída hegemónica de la conciencia en el estudio del psiquismo humano. Aquellos recuerdos

7
olvidados a los que no se les daba mayor importancia se considerarán como determinantes de
los fenómenos psíquicos, pero estos contenidos sólo accederán a la conciencia una vez
superado Un mecanismo denominado por él como represión. Este es un mecanismo por el cual
el sujeto desaloja de la conciencia aquello que puede tornarse displacentero a sus aspiraciones
conscientes.

Desde sus primeras teorizaciones Freud comienza a bosquejar el concepto de "determinismo


de la vida psíquica", aludiendo a que las vivencias y los actos del sujeto no son azarosos sino
que están ligados a una causalidad, por lo que los sueños, síntomas y actos fallidos serían una
forma enmascarada de acceso a la conciencia de motivaciones inconscientes, esto es, algunos
de los modos privilegiados del retorno de lo reprimido.

Partiendo del concepto de determinismo y causalidad (tomado de la física) abandona el método


catártico, ya que la asociación libre y el método de la interpretación suplían ampliamente la
técnica de la hipnosis y permiten acceder a temáticas más profundas y a posteriores
elaboraciones (7).

Por aquel entonces, la Psicología tradicional relacionaba el deseo con aquellas necesidades que
el individuo aspiraba satisfacer a través del ejercicio enérgico de su voluntad. Será a partir de
Freud que el deseo comienza a cobrar una nueva conceptualización. Aunque por momentos lo
utiliza desde su anterior acepción, el sentido estricto que cobrará para la teoría psicoanalítica lo
colocará en el orden de lo inconsciente y como motor del aparato psíquico. Será irreductible a
la necesidad dado que su origen no es a partir de un objeto real sino de la fantasía. Este origen
inconsciente lo lleva a pretender imponerse más allá de lo anhelado (consciente) por el sujeto o
de las imposiciones de la realidad externa, constituyéndose junto con la defensa en uno de los
dos polos del conflicto psíquico.

Se configura así una nueva teoría sobre el sujeto humano, claramente diferenciada desde su
posicionamiento inicial a la psicología, a la sociología o a la psiquiatría. Considera un sujeto
inconsciente que opera a través sus deseos y que a su vez está estructurado por ellos, pero de
los que no puede dar cuenta conscientemente. Su teoría hace ruptura con el concepto de
individuo (indiviso, no divisible) vigente, para partir de la consideración de una escisión básica
del sujeto (inconsciente/consciente), punto de partida de la predisposición universal a la
neurosis. Tal escisión da lugar así a un nuevo sujeto epistémico.

Con respecto a las consideraciones preliminares a Freud sobre el inconsciente, J. Lacan


comentará en el Seminario N° 11: "El inconsciente freudiano no es en absoluto el inconsciente
romántico de la función imaginativa. No es el lugar de las divinidades de la noche... A todos
estos inconscientes siempre más o menos afiliados con una voluntad oscura considerada como
primordial, con algo antes de la conciencia, Freud opone la revelación de que a nivel del
inconsciente hay algo homólogo en todos sus puntos con lo que sucede a nivel del sujeto: eso
habla y eso funciona de manera tan elaborada como a nivel de lo consciente, el cual pierde así
lo que parecía ser privilegio suyo".

La ruptura freudiana con algunos conceptos médicos de la época

Freud, médico neurólogo, con importantes y reconocidas investigaciones en el campo de la


medicina durante los primeros años de su vida profesional, poco a poco se aleja de algunas
conceptualizaciones básicas que sostenía la ciencia médica, cuando empieza a explorar el
campo de los fenómenos psíquicos. Uno de sus primeros trabajos sobre el tema, Proyecto de
una psicología para neurólogos, señala este momento de transición. La exigencia médico-
científica de su formación lo lleva a insertar los descubrimientos de los procesos psíquicos

8
primarios (inconscientes) y secundarios (conscientes) dentro de una concepción claramente
biológica, ya que los relaciona al sistema neuronal. Sin embargo, terminó desechando este
trabajo y no concluyéndolo. Es más, posteriormente no se refiere a él. Si lo retomarnos y
analizamos hoy, vemos que contiene en sí el núcleo de gran parte de los pensamientos del
desarrollo posterior de la teoría psicoanalítica freudiana.

Pero quizás, la ruptura que comienza a realizar Freud con la medicina tiene también otros
orígenes.

"De joven no ansiaba más que el conocimiento filosófico, y ahora estoy en camino de satisfacer
este anhelo al pasar de la medicina a la psicología." Freud, S.:Cartaa Fliess{ 1896).

Es así como a través de la escucha de sus pacientes, llega a determinar varias hipótesis que irá
confirmando posteriormente. Una de ellas es que los síntomas neuróticos son de origen
psíquico, postura diferente a la de la medicina que buscaba afanosamente el origen somático
de los mismos, pasando a denominar a las neurosis (enfermedad de los nervios) como
psiconeurosis.

"Allí donde los demás postulan un concomitante somático, nosotros postulamos la idea de un
inconsciente." Freud, S.: Esquema del psicoanálisis (1923).

El inconsciente como tal es un constructo teórico que permite dar cuenta del fenómeno psíquico;
no teniendo entonces una localización anatómica, el inconsciente freudiano tendrá un "carácter
psíquico".

Una de las diferencias con Breuer es que para Freud los contenidos que caen bajo represión
van a estar siempre referidos a una temática sexual. Pero no sólo al modo en que Charco:
asociaba a las histéricas con problemas de alcoba o como el saber popular que asociaba sólo
genitalidad a sexualidad. Freud va a abordar este concepto desde una significación más amplia.
Es así que lo va a entender como la búsqueda de placer que nos acompaña a lo largo de la vida,
cursando diferentes fases del desarrollo psicosexual hasta llegar a la genitalidad. Se mete de
lleno en un terreno hasta entonces vedado, la sexualidad infantil. Esta temática, junto con la
importancia que asignó al Complejo de Edipo (8), generó una reacción adversa en los círculos
culturales y científicos de la época, resistencia que, en menor escala, aún perdura a través de
diferentes modalidades.
"No deja de ser singular el hecho de que todos los autores que se han ocupado de las
investigaciones de las cualidades y las reacciones del adulto sobre la sexualidad hayan
dedicado más atención a aquellos tiempos que caen fuera de la vida del sujeto, a la vida de
sus antepasados, antes que a la vida infantil. Reconociendo así mucho más la influencia de
la herencia que a la niñez misma del sujeto. Freud, S.: Tres ensayos para una teoría sexual
(1905)-

El atravesamiento del complejo nuclear (Complejo de Edipo) determinará un tinte particular en


la sexualidad de cada sujeto. Si bien nacemos hombre o mujer, la masculinidad o la feminidad
será resultado fundamentalmente del transcurso de los primeros años de vida.

Frente a los modelos imperantes de sexualidad en cada Periodo histórico, el psicoanalista


deberá apuntar a la manera singular en que en cada sujeto y sus vínculos se despliega del
deseo, ya que para el psicoanálisis no hay un Saber "normativo y universal”.

La utilización de la técnica de la asociación libre instaurará una nueva modalidad en la relación


con el paciente, abriendo el camino para una dignificación del mismo, a través de la escucha del
analista, aun en los estados delirantes.

9
"La investigación psicoanalítica de la paranoia sería imposible si no nos permitiésemos ver que
los pacientes revelan espontáneamente, aunque alterado por la deformación, aquello que los
neuróticos ocultan como su más íntimo secreto." Freud, S.: Observaciones psicoanalíticas
sobre un caso de paranoia (1910).

Se produce así un corrimiento del saber médico imperante al saber del paciente. El
psicoanalista, a través de su técnica, sólo ayudará a develarlo.

10

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy