El Existencialismo
El Existencialismo
El Existencialismo
1. Definición:
Sin embargo, no sería hasta el siglo XIX cuando la filosofía empezara a organizar teorías
en relación a estas cuestiones de manera más enfática. Es a partir de pensadores como
Soren Kierkegaard y Friedrich Nietzche que tales elementos empiezan a ser puestos en
el centro de atención de la filosofía desde un nuevo punto de vista: para estos pensadores
existencialistas, la discusión sobre la mera existencia del ser humano como ser que siente
y que vive debía ser el elemento central de todo pensamiento filosófico. El existencialismo
estuvo representado en el siglo XX por otros pensadores de gran importancia tales como
Martin Heidegger, Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Albert Camus, entre otros.
A diferencia de lo sostenido por otras corrientes filosóficas previas, el existencialismo, tal
como lo dice su nombre, empezó a prestar atención a la existencia misma del ser humano
más que a su esencia, al considerar que la primera es la que precede a la segunda. Para
los existencialistas, el ser humano no era nunca reductible a simples parámetros
generalizadores si no que, como lo dice el verbo existiere en latín, el hombre existe o se
destaca del resto por sus cualidades únicas, especialmente por su libertad para hacer de
sí mismo lo que él desee. Si el hombre renuncia a esa libertad, la existencia se vuelve
una pura fachada. Para el existencialismo, esa renuncia puede estar representada por la
sumisión a estructuras de pensamiento dadas tales como la religión o la creencia en el
poder institucional social.
2. Entre sus principales características tenemos:
1. Individualismo Moral
La mayoría de los filósofos desde Platón ha mantenido que el bien ético más elevado es
el mismo para todos: en la medida en que uno se acerca a la perfección moral, se parece
a los demás individuos perfectos en el plano moral. El filósofo danés del siglo XIX Soren
Kierkegaard, el primer escritor que se calificó de existencialista, reaccionó contra esta
tradición al insistir en que el bien más elevado para el individuo es encontrar su propia y
única vocación. Como escribió en su diario: "Tengo que encontrar una verdad que sea
verdadera para mí... la idea por la que pueda vivir o morir". Otros escritores
existencialistas se han hecho eco de la creencia de Kierkegaard de que el individuo ha
de elegir el camino propio sin la ayuda de modelos universales y objetivos. En contra de
la idea tradicional de que la elección moral implica un juicio objetivo sobre el bien y el
mal, los existencialistas han afirmado que no se puede encontrar ninguna base objetiva,
racional, para defender las decisiones morales. También durante el siglo XIX, el filósofo
alemán Friedrich Nietzsche sostuvo que el individuo tiene que decidir qué situaciones
deben ser consideradas como morales.
2. Subjetividad
3. Elección y compromisos
4. Temor y angustia
Kierkegaard mantenía que es crucial para el espíritu reconocer que uno tiene miedo no
sólo de objetos específicos sino también un sentimiento de aprehensión general, que
llamó "temor". Lo interpretó como la forma que tenía Dios de pedir a cada individuo un
compromiso para adoptar un tipo de vida personal válido. El concepto de angustia posee
un papel decisivo y similar en las obras del filósofo alemán Martin Heidegger; la angustia
lleva a la confrontación del individuo con la nada y con la imposibilidad de encontrar una
justificación última para la elección que la persona tiene que hacer. En la filosofía de
Sartre, la palabra "náusea" se utiliza para el reconocimiento que realiza el individuo de la
contingencia del Universo, y el término "angustia" para el reconocimiento de la libertad
total de elección a la que hace frente el hombre en cada momento.
http://www.monografias.com/trabajos83/el-existencialismo/el-
existencialismo.shtml#ixzz49Q1kneSe
I) LA ELECCION
El carácter eminentemente antropológico de la Filosofía Existencial está manifiesto en la
Definición que Sartre nos da acerca de ella:
El existencialismo: es una doctrina que hace posible la libertad y la responsabilidad del
hombre, y que declara que toda la verdad y toda la acción implica un medio y una vida
humana. La existencia precede a la esencia: esto quiere decir que no hay una
naturaleza humana predeterminada. El hombre comienza por existir, surge en el mundo;
después se define. Empieza por ser nada y solo será después tal como haya logrado
hacerse no hay una naturaleza humana porque no hay Dios para concebirla. Solo existe
la libertad del sujeto que va creando obstáculos por el hecho de elegir y los va superando
o sustituyendo por otros nuevos: somos la resultante de este proceso dialéctico de
nuestra libertad: "Una vida es una infancia aderezada con todo tipo de salsas"
No hay ninguno de nuestros actos que escape a ello. La subjetividad se objetiva en los
actos. Cuando creamos al hombre que queremos ser, creamos al mismo tiempo una
imagen del hombre tal como consideramos "debe ser”. Así, soy responsable por mí
mismo y por todos: " Eligiéndome, elijo al hombre”. Esta profunda responsabilidad trae
aparejado el estado de angustia. Quien escapa a esta angustia ya esta responsabilidad
de elegirse y elegir en este acto a la humanidad, miente:
“Atribuye un valor universal a la mentira" y esta es su mala fe (2). En este caso Sartre
se aproxima a la idea Kantiana de la moralidad emanada del hombre como legislador
universal, desde su pura subjetividad. Sartre recupera la sentencia de Dostoievsky: " Si
Dios no existiera, todo estaría permitido”. Dios no existe, entonces todo está permitido,
es decir el hombre está "abandonado", no encuentra posibilidad de aferrarse a nada fuera
de sí. No encuentra "excusas". Dicho de otro modo: no hay naturaleza humana .como
esencia, como algo dado en sí, por ende no hay determinismo alguno. El hombre es ante
todo " libertad”. (Posibilidad) Nos encontramos entonces solos y sin excusas y con el
peso de una libertad absoluta: La idea sustancialista del ser es sustituida por l dinamismo
de la libertad y la acción. “Estamos condenados a ser libres" en otros términos: " El
hombre es el porvenir del hombre”, dice Sartre. Él se inventa a sí mismo, y es el resultado
de la historia de su libertad. Este porvenir no está, como hemos dicho, predeterminado ni
por Dios ni por la esencia humana. Es un porvenir virgen que le espera: "Este es su
desamparo".
" No hay moral general" : cuando uno elige inventa, " se inventa" .El desamparo implica
que nosotros elegimos nuestro propio ser, sin subterfugios, sin pretextos, pues nada me
justifica de antemano, yo busco ser fundamento de mí mismo en todos mis actos, los
valores son recreados por mí. "Nos limitaremos a contar con lo que dependa de nuestra
voluntad", dice Sartre, esto es: con el conjunto de probabilidades que hacen posibles
nuestra acción. No con los posibles sino solo con los que nuestra acción ha hecho
posible, esto es: "Obrar sin esperanzas". Solo me cabe la espera, como la resultante de
mis actos. La esperanza es en este punto, ilusión, autoengaño (mala fe). El hombre no
es nada más que su proyecto, no existe más que en la medida que se realiza, es solo el
conjunto de sus actos, por ello: "solo hay realidad en la acción". "Un hombre que se
compromete en la vida, dibuja su figura y fuera de ella no hay nada", afirma Sartre, sin
rodeos.
Sin embargo, el ser de lo que aparece (fenómeno) no es tal porque aparece ante alguien
sino que es él propio y por sí mismo: es un "ser en sí". Diferenciamos:
a) EL SER EN-SI: el ser es en sí, el ser es lo que es: (Ser: inmutable. Sin vacío, sin
contradicción), el en-sí es según el modo de ser lo que es: este libro, ese armario etc.
c) LA NADA: la nada viene a las cosas por el ser, pero este ser es un ser determinado,
y en el cual está planteada la nada como posibilidad de ser (esto ocurre en el ser del
hombre). "Si se puede dar la nada, no es ni antes ni después del ser, ni, en general, fuera
del ser, sino en el mismo seno del ser, en su coraz6n, como un gusano", nos dice Sartre.
EL SER PARA OTRO: el "para-sí" remite al ser Para-otro", la totalidad de mi ser humano
no puede percibirse sino en relación con los otros (con el ser del prójimo). El "cogito"
revela nuestra existencia, "La mirada revela la existencia del otro". Nos dice Sartre.
LAS RELACIONES CONCRETAS CON LOS OTROS: una conciencia frente a otra
puede adoptar dos actitudes: o bien se esfuerza en reducir a la otra a estado de objeto y
así afirmarse como libertad, ella; o bien someterse siendo libremente el objeto de la otra
conciencia. Entre estas dos actitudes media una relación dialéctica ya su término cada
actitud se conviene en la opuesta. (Trascendencia-trascendida, o bien trascendencia-
trascendente)
La libertad del otro es un obstáculo para la mía mediante la indiferencia reduzco esa
libertad de mi prójimo a su sola libertad-objeto como coeficiente de adversidad, (algo más
entre las cosas del mundo), "no imagino siquiera que puedan mirarme". La extremada
subjetividad que hay en la indiferencia, no encuentra al fin justificación alguna, pues en
la negación del otro como libertad, el para-sí no encuentra a quién entregarse y de este
modo experimentar la plenitud tan deseada en la indiferencia como en la antigua leyenda
de la Medusa, la mirada del para-sí petrifica todo hace de toda subjetividad ajena un puro
instrumento que se hace manifiesto como simple deseo del cuerpo. En el "Wenher" de
Goethe, el personaje vive la fantasía de la totalidad por vías de un amor que ni siquiera
es compartido. Leemos en esa instancia: Este vacío, este horrible vacío que siente mi
alma..! Muchas veces me digo: Si pudiera un momento, uno solo, estrecharla contra mi
corazón todo este vacío se llenaría".
EL DESEO
Solo es posible definir al deseo, en relación a su objeto trascendente. No obstante, no
puedo desear un puro objeto material sin un contexto relacional, "se desea una forma en
situación", subraya Sartre de este modo, el deseo pone al mundo (contexto), y desea el
cuerpo a partir del mundo dado. Así: deseamos un brazo o una pierna pero sobre un
fondo, que es la totalidad orgánica captamos al cuerpo del prójimo a partir de una
situación en el mundo, y ello es propio de esa relación figura y fondo, preeminente en la
función perceptiva, también el puro objeto material no está "en situación", como lo está
el cuerpo de mi prójimo ocurre que el deseo no es solo la revelación del cuerpo ajeno,
sino del mío también, por ende: "El deseo es conciencia que se hace cuerpo". En otros
términos: el deseo es " ganas”, que se traducen como turbación. Asimismo, "el deseo
es una tentativa de encarnación del cuerpo ajeno". Ello cobra significado en la caricia la
caricia no quiere ser simple contacto, sino "modelación". Al acariciar al otro hago "nacer'.
Su carne bajo mis dedos. En la caricia hago gustar mi carne por la suya, para obligarlo a
sentirse carne. La caricia es expresión de mi deseo, como el lenguaje lo es de mi
pensamiento, por ello: "acariciar aún con la mirada es también desear", afirma Sartre.
EL SADISMO
Esto se hace patente en los casos en que el otro "me cosifica". Con su tratamiento me
hace ser solo "algo" más entre las cosas del mundo por mi parte, proyecto entonces la
supresión de ese sometimiento proyecto un mundo en donde el otro no exista ello implica
un deseo de muerte, aunque más no sea simbólica odio al otro porque éste, en tanto
trascendencia - trascendente compromete mi libertad, la anula y no obstante, si él me
reconociera como persona, ello sería a consecuencia de su libertad y solo por ella mi
existir pende de su voluntad.
En este caso, el odio se hace extensivo a todo lo humano, es decir: a todo lo que es
conciencia y libertad, y que por ser tal, reduce mi ser al ser de un objeto. Destacaremos
a partir del ejemplo precedente, que cuando Sartre admite el fracaso del amor, lo hace
por entender que toda tentativa humana de plenitud resulta metafísicamente irrealizable.
Sin embargo, esta determinación del amor, no lo identifica alodio o a la indiferencia pues
estas actitudes evidencian no solo la limitación del para-sí, sino el fracaso en la inserción
del mismo en el mundo. Fracaso de la comprensión de) a intersubjetividad el amor a
diferencia de los otros dos, es como hemos dicho: proyecto de hacerse amar, y por tanto
aceptación del mundo, solicitud del mismo.
El mundo con sus utensilios solo me indican como un "cualquiera", como una
trascendencia indiferenciada (como el ser sin más).
Pero la existencia de objetos manufacturados en el mundo, supone la existencia de un
otro que es anterior a mí. Así, el ser-con (Mitsein de Heidegger) es imposible sin previo
conocimiento de lo que es el otro. "Soy con, de acuerdo, pero ¿con quién?, agrega Sartre
nótese la diferencia con Heidegger, para quien el ser con (Mitsein) es estructura
constitutiva del hombre y por tanto es anterior a la relación concreta para Sartre, en
cambio, el otro es antecedente, y ello porque la relación está siendo interpretada
psicológica mente lo hemos dicho ya: la conciencia es conciencia de algo, nace dirigida
a otro, en suma: no puede ser-con si no halla con quien ser lo el para-sí es mediatización.
Referencia a los otros, distanciamiento de sí mismo.
Actuar es modificar de algún modo la imagen del mundo la acción es siempre y por
principio intencional (con excepción de los casos llamados fortuitos). La condición
fundamental de toda acción es la libertad del ser actuante; y no hay acción que no
implique un motivo y un fin. Sin embargo, el motivo se comprende por el fin, esto es por
lo no existente en este sentido, el motivo me revela el no-ser de mi esencia, mi necesidad
de ser libre para realizar mi proyecto llegar a ser lo que aún no soy. Para el hombre, lo
hemos dicho, ser es "elegirse". El ser que es lo que es (en-sí), no puede ser libre pues
no tiene necesidad de elegirse.
El hombre entonces, "es lo que no es" y su libertad es lo que obliga a hacerse o como
dijimos en un principio: la existencia precede a la esencia. Ahora bien, los fines no son
recibidos por el hombre desde afuera, ni desde su naturaleza interior (esencia); sino que
él los elige, y por esta elección les confiere una existencia trascendente, como el límite
externo de sus proyectos. Se trata entonces, de coeficientes de adversidad, de
obstáculos de-superar, resultando angustiosa su imposibilidad de concreción; lo cual es
vivenciado como un "anonadamiento".
Hay que subrayar que el hacer es siempre "un apropiarse", aún en los casos en que el
sujeto se abandona ciegamente a los hechos, a la realidad práctica, ala facticidad. Pues
en dicho abandono consiste precisamente el proyecto de recuperación de sí mismo. El
sujeto que es absorbido por el orden condicionante de las cosas, intenta con el hacer, ser
el fundamento del mundo de esas cosas. Por esto, cuando dejo que la realidad se apropie
de! mí, vivo la ilusión de ser yo quien me estoy apropiando del ella. El hombre, afectado
por sus necesidades, otorga mayor realidad al mundo, vive esa alienación como si la,
deseara. Reservándose la secreta esperanza de que en su hacer logra fundar un nuevo
orden propio. Así, en el comportamiento social, las clases sometidas aspiran a invertir la
relación dialéctica amo-esclavo mediante la aceptación de la misma el proletario no
intenta disolverla, sino solo sustituir al capitalista alguna vez de este modo, en el
pensamiento de Sartre, siempre el Para-sí intentará ser, aquel por quien el ser de las
cosas se manifiestan con sentido respecto del móvil, diremos que si bien no es concebible
el acto sin móvil, éste solo n es la causa del hacer el móvil, el acto y el fin son estructuras
vinculadas, y cada una de ellas reclama con significación a las otras dos de esta manera,
entendemos el motivo como la captación objetiva de una situación, a la luz de cierto fin,
y siendo útil para alcanzar a este último y asimismo a móvil, como la captación del motivo
en cuanto al acto, diremos que no se limita a s mismo, sino que remite a estructuras más
profundas (como en Freud). El psicoanálisis busca la motivación de los actos, e un solo
éxtasis del tiempo humano: el pasado. Nosotros, dice Sartre, como Freud, no concebimos
un "azar determinista" en los actos; pero a diferencia d éste, concebimos el acto como un
retorno del futuro hacia el presente. Así: el complejo de inferioridad por ejemplo, surge
de la captación del coeficiente de adversidad que representa el mundo para nuestros
proyectos estos complejos determina en función de las posibilidades de realización de un
proyecto (futuro). A diferencia del Psicoanálisis de Freud, en el existencialismo, la
causalidad de los actos no debe ser buscada en el pasado. El futuro contiene el sentido
y la direccionalidad del proyecto original, y por tanto debe ser tenido en consideración:
"Solo a la luz del futuro tiene significación mi presente”. Dicho de otra manera, "La libertad
crea sus propios obstáculos". Yo no elijo nacer alto o bajo, esto es cieno. Pero sí elijo mi
cuerpo como bajo o débil si estoy proyectando ser atleta, más si mi proyecto es ser
escritor, mi cuerpo ya no resulta un obstáculo significativo. De allí que es menester ser
consciente para elegir, y es menester elegir para ser consciente".
Así, la inferioridad es una forma de mala fe, pues reside en un proyecto que disimula los
condicionamientos propios del para-sí, aquello que llamamos facticidad o contingencia
mi proyecto es un esbozo a la solución de mi ser; pero esa solución no es previamente
concebida para luego ser realizada, sino que se hace consciente en su realización y se
realiza en su autoconciencia por ello Sartre enfatiza: "Todo me revela a mí mismo mi
elección, es decir mi ser”. Esta plena identificación de la conciencia y la libertad es posible
en un ser solamente, que sea sujeto y devenir de sí mismo: el hombre. "Tomo conciencia
de mí, como hombre comprometido en talo cual empresa"... El acto no se distingue de mi
ser la angustia nos revela la libertad a nuestra conciencia, lo que es lo mismo que decir:
"Nada me viene que no sea elegido". Y esto me patentiza lo contingente de mi elección
en ella "nos aprehendemos a nosotros mismos como algo injustificable", la angustia es
definitivamente conciencia de nuestro extrañamiento, de nuestro contradictorio modo de
existir no siendo lo que somos ya a su vez siendo lo que no somos. Somos un por-venir,
sin que tengamos dominio alguno sobre él, pues el porvenir es solamente posible y jamás
llega a ser real. En su libertad el para-sí no inventa solamente sus fines primarios y
secundarios, sino también la significación que relaciona a unos con otros pues el para-sí
jerarquiza y valor.
Bibliografía y Linkografia:
http://www.frasesypensamientos.com.ar/historia/existencialismo.html
http://filosofia.idoneos.com/index.php/350148
http://www.monografias.com/trabajos83/el-existencialismo/el-
existencialismo.shtml#ixzz49Q1kneSe
http://www.monserrat.proed.unc.edu.ar/file.php/1/Filosofia_III_Enrique_Robles/Introduc
cion_al_existencialismo.pdf