Violación
Violación
Violación
26/04/2011
457-2010
DOCTRINA
La Sala de apelaciones no viola ningún precepto legal de influencia decisiva, cuando ha
establecido cabalmente que el A quo, ha realizado la correcta aplicación de la ley
sustantiva, encuadrando los hechos en el delito de violación, de conformidad con los
medios de prueba incorporados al debate. Este es el caso, cuando un imputado reclama
que su acción es propia del delito de estupro, pero de lo probado, se encontró que existió
violencia, hostigamiento y acoso contra la víctima, de manera tal, que es inaceptable la
tesis relativa a que hubo consentimiento en los episodios sexuales. Comportamiento que
perfectamente encuadra en el ilícito de violación.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CÁMARA PENAL: Guatemala, veintiséis de abril de
dos mil once.
Se tiene a la vista para resolver el recurso de Casación por motivo de forma y fondo
interpuesto por el procesado Álvaro Alberto Interiano Hernández, contra la sentencia
dictada por la Sala Tercera de la Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y
Delitos contra el Ambiente, el uno de septiembre de dos mil diez, en el proceso penal
incoado en su contra por el delito de violación, cuyos datos de identificación personal
constan en autos. Además del imputado intervienen en el proceso: su abogado defensor
César Ronualdo Monterroso Monzón; el Ministerio Público actúa a través de la Agente
Fiscal Miriam Elizabeth Álvarez Illescas; no existe querellante adhesivo, actor civil, ni
tercero civilmente demandado.
I. ANTECEDENTES
A) Del hecho acreditado: “a) Que la agraviada (…) de dieciséis años de edad, desde el
mes de enero de dos mil ocho, laboraba como empleada doméstica en el inmueble
residencia del acusado ubicado en la veintiocho calle B once guión catorce de la zona
siete Colonia Bethania de esta ciudad capital. b) Que desde la fecha en que empezó a
laborar como doméstica, el acusado la molestaba, diciéndole que estaba enamorado de
ella, y fue hasta el día tres de junio de dos mil ocho, que la agraviada (…) se encontraba
lavando ropa y llegó el acusado y le dijo que fuera al segundo nivel de la vivienda, al
ingresar al dormitorio el acusado se encontraba desnudo, cuando ella se negó a
desnudarse, usando fuerza suficiente la tiró en la cama y tratando ella de defenderse le
quitó la ropa, se subió encima de ella y comenzó a besarla, acariciarla y por la fuerza
introdujo el pene en la vagina; c) La conducta anteriormente descrita, la repitió
nuevamente el catorce de julio del año dos mil ocho, siendo aproximadamente las diez
horas, el acusado la llevó por la fuerza a la agraviada (…) al dormitorio de la residencia y
usando fuerza suficiente la tiro en la cama, quitándole la ropa y le penetró la vagina con el
pene; amenazándola que no fuera a decir nada de lo sucedido. d) Como consecuencia de
la conducta realizada por el procesado en contra de la agraviada, resultó embarazada,
habiendo dado a luz una niña.”
B) De la sentencia del Tribunal de juicio: al resolver por mayoría, con el voto razonado de
un juez, declaró “l) Que ALVARO (sic) ALBERTO INTERIANO HERNÁNDEZ, es autor
responsable del delito de VIOLACIÓN EN FORMA CONTINUADA, (sic) cometido contra
la LIBERTAD Y SEGURIDAD SEXUAL de (…) le impone la pena OCHO AÑOS DE
PRISIÓN INCONMUTABLES, PENA YA AUMENTADA EN UNA TERCERA PARTE (…)
suspende al acusado en el goce de sus derechos políticos…”
Condenó razonando que, los hechos que integran la acusación fueron comprobados por
la prueba producida y valorada positivamente en el debate, tomando en cuenta lo
declarado por la agraviada, que tiene correspondencia con los dictámenes médico
forenses y psiquiátrico-forense, dentro de los cuales se establece que existió violencia
física, psicológica y sexual, así como actos de acoso y hostigamiento sexual, y como
resultado del hecho quedó en estado de gravidez; dando a luz a una niña, a quien al
realizarle la prueba respectiva se determinó que es hija del imputado. De todo lo anterior,
se estableció que el acusado es el autor directo del delito de violación.
En cuanto a la segunda infracción por motivo de forma, denuncia como normas infringidas
los artículos 14 Constitucional, 3, 186, 234, 364 y 385 del Código Procesal Penal, ya que
fue valorado positivamente el dictamen del perito Luis Castro de León Zea, el cual se
basó en el relato extrajudicial de los hechos narrados por la víctima, por lo que no estuvo
sujeto al control del juez y los sujetos procesales. Denuncia igualmente la valoración
sobre el oficio suscrito por Onélia Calderón Monjaras de Vásquez, ya que del mismo no
puede extraerse ninguna información que coadyuve con el esclarecimiento del caso. Y por
último alega que el dictamen de José Antonio Lorente Acosta, no fue ofrecido como
prueba y sin embargo oficiosamente fue valorado.
Sobre la inobservancia del artículo 186 del Código Procesal Penal resolvió que, el tribunal
de sentencia le otorgó valor probatorio al dictamen y declaración del perito Psiquiatra Luis
Carlos de León Zea, porque dicho medio de prueba era necesario para explicar el
desarrollo de la madurez de la agraviada y sí existía algún tipo de trastorno psicológico
por el hecho del que fue víctima. Y que no tenía ningún impedimento de conformidad con
el artículo 228 del Código Procesal Penal. Estableciendo, que la incorporación de ese
medio de prueba se encuentra conforme al debido proceso y a las reglas de la sana
crítica razonada.
Con relación a la inobservancia del artículo 3 del Código Procesal Penal, la Sala encontró
que, el tribunal sentenciante valoró positivamente el oficio suscrito por Onélia Calderón
Monjaras de Vásquez, ya que coadyuva al esclarecimiento del hecho, toda vez determina
la paternidad del sindicado en la hija de la víctima, al establecerse un índice de
probabilidad paterna del noventa y nueve coma noventa y nueve por ciento, y en
consecuencia se corroboró lo dicho por la agraviada.
En relación a que el dictamen no fue ratificado por el perito José Antonio Lorente Acosta,
esto tiene razón de ser, pues dichas pruebas de ADN fueron realizadas en el Laboratorio
de la Universidad de Granada España, y eso hizo a los juzgadores considerar innecesario
que el perito viniera desde ese país a ratificar el contenido del mismo, paralelo a que el
dictamen no fue redargüido de nulidad o falsedad, por ello, no existe vulneración a dicho
peritaje.
El acusado plantea recurso de casación por motivo de fondo, señalando como casos de
procedencia los numerales 2 y 5 del artículo 441 del Código Procesal Penal. Para el
primero denuncia como norma violada el artículo 17 Constitucional, artículos 1, 10 y 176
del Código Penal.
Argumentos: el error de derecho cometido por la Sala, fue tipificar aquella conducta
consistente en: el acceso carnal, con mujer honesta, menor de dieciocho años pero mayor
de diecisiete, como delito de violación contenido en artículo 173 del Código Penal. El
tribunal de alzada no consideró si existió o no dolo conforme el artículo 11 del Código
Penal; es decir, si tuvo o no la intención de provocar el daño gravoso que se reclama,
violando con ello en su perjuicio el contenido de este artículo.
Para el segundo denuncia como norma violada el artículo 17 Constitucional, 1, 10, 11, 173
y 176 del Código Penal, pues la conducta humana demostrada durante el proceso penal,
fue un estupro; y que el Ministerio Público no consiguió demostrar que el acceso carnal
fue a la fuerza o con violencia, como para ser tipificado como violación, por ello arguye
que el artículo 173 ibid fue indebidamente aplicado. Solicita se le imponga la pena
establecida para el delito de estupro mediante inexperiencia o confianza.
CONSIDERANDO
-I-
La diferencia sustancial que existe entre los delitos de estupro y violación, es la violencia
con que se desarrolla este último, que puede ser física o moral. La violencia física
consiste en la fuerza material que utiliza el sujeto activo para lograr su objetivo, en tanto la
moral consiste en la intimidación, poner miedo en el ánimo de una persona que doblegue
su voluntad, o llevarla a una perturbación angustiosa por un riesgo o mal que realmente
se amenace o se finja. En tanto en el estupro, existe un elemento consensual cualificado
por un engaño o el aprovechamiento de la inexperiencia de la víctima, o bien una
alteración de la verdad que produce en la menor error, confusión o equivocación que le
lleva a acceder a la pretensión erótica (De Mata Vela y De León Velasco (2004).
DERECHO PENAL GUATEMALTECO, PARTE GENERAL Y PARTE ESPECIAL.
Decimoquinta edición. Editorial Estudiantil Fénix. Guatemala, Guatemala Páginas 394-
406).
-II-
La sentencia de primera instancia, no podrá dar por acreditados otros hechos u otras
circunstancias que los descritos en la acusación y en el auto de apertura a juicio, o en su
caso, en la ampliación de la acusación, salvo cuando favorezca al reo. Pero, ese mismo
tribunal podrá dar al hecho una calificación jurídica distinta de aquella de la acusación o la
del auto de apertura a juicio, o imponer penas mayores o menores que las pedidas por el
Ministerio Público.
Al hacer el cotejo entre el recurso planteado (numeral 2 del artículo 441 del Código
Procesal Penal), y el fallo recurrido, se encuentra que, el tribunal de alzada no fue el que
determinó la responsabilidad penal del sindicado, pues se circunscribió a cumplir con su
función, derivado de ello, explica claramente porqué el tribunal de juicio, le dio o no valor
probatorio a los medios de prueba desarrollados en el debate. Como consecuencia,
declaró improcedente el recurso de apelación especial interpuesto por el imputado. Es
decir, la Sala, no ha tipificado conducta alguna en la que se pueda aducir que, ésta
cometió el referido vicio. Como ya se ha referido, la labor de acreditar hechos le
corresponde exclusivamente al tribunal de la cuasa, que dicho sea de paso, lo hizo bien.
Lógicamente, la Sala recurrida se encuentra constreñida tanto a los hechos probados
como los acreditados en juicio, convirtiéndose únicamente en contralor jurídico del A quo.
Para resolver el numeral 5 del artículo 441 del Código Procesal Penal, por indebida
aplicación, se establece que dicho error tiene lugar, cuando se aplica una norma legal de
manera errónea a determinado caso, existiendo naturalmente una norma aplicada y una
norma que se ha dejado de aplicar. Debe tenerse presente que el error se comete al
momento de realizar la elección de la norma y su consiguiente aplicación, lo cual resulta
muy distinto al contenido defectuoso que ésta pudiera tener. Para lo cual se debe acudir a
los mecanismos de la interpretación y/o la integración jurídica.
En el presente caso, los hechos determinados previamente por el A quo como producto
de la valoración conjunta de los medios probatorios desarrollados en el debate, permiten
establecer que efectivamente hubo violencia por parte del encartado contra la menor
víctima en dos episodios distintos. En efecto, los hechos que se pueden extraer de los
medios de prueba aportados, (dictamen y declaración del perito Psiquiatra Luis Carlos de
León Zea) evidencia un antecedente de hostigamiento y acoso por parte del sujeto activo,
lo cual, aunado al testimonio de la víctima permiten concluir en la forma como ocurrieron
los hechos los días tres de junio de dos mil ocho y catorce de julio del mismo año. De esa
cuenta, es inaceptable la tesis recursiva, relativa a que hubo consentimiento en los
episodios sexuales, y de ahí la notoria improcedencia en calificarlo como estupro. Lo
anterior en virtud que, al cualificarse la violación por la agresión ilegítima en el coito, y así
haberse demostrado por el tribunal sentenciador, la calificación jurídica de los hechos, sea
aceptable por esta Cámara.
LEYES APLICADAS
Artículos citados y: 1, 2, 12, 14, 17, 203 y 204 de la Constitución Política de la República
de Guatemala; 3, 4, 11, 11 Bis, 14, 17, 20, 21, 37, 43 numeral 7), 50, 160, 166, 437, 438,
439, 440 y 442 del Código Procesal Penal, Decreto 51-92 del Congreso de la República;
16, 57, 58 inciso a), 59, 74, 76, 79 inciso a), 141, 142, y 143 de la Ley del Organismo
Judicial, Decreto 2-89 del Congreso de la República.
POR TANTO