Apuntes Adolescentes
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Apuntes Adolescentes
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vida-en-la-adolescenc
María Piedad Puerta - Boletín Crianza Humanizada U de A.
28.10.2011
Desde que el ser humano tiene conciencia de sí mismo suele formularse preguntas con
respecto al por qué y al para qué de su existencia, que lo conducen a trazarse metas y a
querer proyectarse hacia el futuro en la búsqueda de respuestas y de su realización
personal.
Eso sólo es posible a partir de la adolescencia; por tal motivo es en esta etapa en la que
el ser humano está en condiciones apropiadas para concebir un proyecto de vida, que
lógicamente estará anclado en toda su vida anterior.
Cuando un joven concibe un proyecto para encaminar su vida, ese ejercicio ya es una
contribución importante para su desarrollo integral, en la medida en la cual lo obliga a
incrementar la conciencia que tiene de sí mismo y a darle dirección y orden a su
existencia.
Igual que en el diseño de cualquier otro proyecto, en este caso se requiere tener en
cuenta unos pasos básicos mínimos.
Implica hacer un recorrido honesto, generoso, exigente, crítico y valorativo por lo que
ha sido la propia vida, buscando identificar las características personales, cuáles de ellas
pueden considerarse como fortalezas y cuáles como debilidades. En esta tarea puede ser
de gran ayuda hacer una especie de autobiografía, para lo cual se pueden formular
preguntas tales como:
Una vez obtenida esta información, debe analizarse para encontrar qué es necesario
cambiar, qué no se puede o no se debe cambiar y por qué, y qué aspectos del desarrollo
se deben impulsar o fortalecer.
2. Objetivos y metas
Para este momento es importante que se pregunte cuáles son sus sueños en las áreas de
su vocación, sus relaciones, su bienestar material y físico y su vida espiritual. Las
respuestas a esas preguntas lo conducirán a descubrir qué es lo que quiere hacer con su
vida, cómo, por qué, para qué y en qué medida quiere hacerlo, así como lo que son en
esencia sus objetivos y metas.
3. Plan de acción
Para hacer este plan es fundamental que se formule preguntas sobre las condiciones y
recursos que le ofrece el medio para lograr la realización de sus sueños y la forma
apropiada de aprovecharlos; los obstáculos en el medio en el cual vive y la forma de
superarlos; las características y recursos personales con que cuenta y la forma de
emplearlos; el tiempo que requiere y está dispuesto a invertir para cada acción y el lugar
o lugares en donde quiere y puede realizarlas.
4. Indicadores de logro
Los indicadores de logro le permiten saber en cada momento cuánto y en qué dirección
ha avanzado en su proyecto, cómo se siente al respecto, qué significado tiene eso en su
vida y qué necesita modificar y por qué razón.
El proyecto debe reestructurarse y reencuadrarse cada vez que sea necesario, de tal
modo que al tener en cuenta los componentes mínimos cuando se trata de darle
dirección a la propia vida, de una forma organizada coherente y productiva, éstos sean
el estímulo para la creatividad de aquellos que pretendan estructurar o remodelar su
proyecto de vida.
El Grupo Orion de Oslo hace una propuesta interesante de aplicación desde la niñez
principios de interacción emocional y de mediación cognitiva en las relaciones adulto–
niño, es decir, establecer las relaciones de crianza de manera humanizada. Se trata de
herramientas sencillas que pueden contribuir a la sana estructuración de la personalidad
del niño; a facilitar y fortalecer sus relaciones y a sentar las bases de una conciencia
ética y de un pensamiento reflexivo y creativo, condiciones indispensables para
posibilitar la creación del proyecto de vida. Esos principios son:
La primera, por la cual cada uno de los dos (niño y adulto) se constituye en el objeto de
atención para el otro, permitiendo con ello un diálogo de reciprocidad emocional que
es básico para la estructuración del afecto y de las relaciones interpersonales, para el
reconocimiento de sí mismo y de los demás, y, con esto, para la estructuración de la
personalidad.
La segunda, que sucede cuando ambos, adulto y niño, comparten el mismo objeto de
atención en torno al cual llevan a cabo el diálogo; es la oportunidad por excelencia
para contribuir al desarrollo de la capacidad cognitiva del niño, de su reflexión, su
creatividad, su conciencia crítica, su capacidad para establecer relaciones de
proyección mental, su autonomía y su autorregulación, y con ello, su conciencia ética.
Emplear cotidianamente estos principios en la relación adulto–niño permite hacer un
aporte muy significativo para que éste vaya desarrollando las características que se
constituyen posteriormente en condiciones indispensables para que pueda estructurar su
proyecto de vida en la adolescencia. Estos principios hacen innecesario que el adulto
asuma las responsabilidades y derechos que le competen al adolescente en este sentido y
posibilitan que él tome las riendas de su propia vida.
Proyecto de vida
JULIO AYALA[1]
1. Introducción.
Adolescencia: deriva del verbo “adoleceré”, del latín, que significa “crecer”.
Adolescencia es participio activo de dicho verbo, “adoleceré”. Entonces
tenemos que adolescencia sería “aquel que está creciendo” [3]
Transición: deriva de “transitio” (del latín), que significa “acción de pasar más
alla´”. Derivado de “transido”, cuyo significado es “consumido de alguna penalidad o
angustia”. Al principio se empleaba sólo para expresar “transido de frío”, “transido de
hambre”, “transido de dolor”, como uso figurado del participio “transir”, que significa
“morir”. Entonces “transición” en el proceso adolescente, sería “el momento doloroso
en que algo muere para pasar a otro momento”.
Crisis: deriva del griego “krisis” que significa “desición”. A su vez “crisis” deriva de
“krino” que quiere decir: “yuo decido, distingo, separo, juzgo”. También “crisis”
significa “mutación grave que sobreviene en una enfermedad para mejoramiento o
empeoramiento”, “momento decisivo en un asunto de importancia”. De “krisis” deriva
también la palabra “criterio”: “juicio, facultad de juzgar”. También la palabra “crítico”:
“que juzga, decide”. La adolescencia el momento de decidir, distinguir, juzgar.
El adolescente, “el que está creciendo” es, pues, aquel que está pasando un periodo de
transición y de crisis. Vale decir, un tiempo de duelo porque algo muere en él, en este
caso muere la infancia, para pasar poco a poco a otro momento, la adultez. Es un tiempo
decisivo, un momento en que el adolescente empieza a tomar decisiones, a juzgar e
incluso a criticar.
* Internos:
* Externos:
– Sociales (el adolescente recibe señales contradictorias: por momentos se lo trata como
a un adulto y en otros como un niño, etc.)
– Económicos (los adultos pueden controlar el manejo del dinero y así controlan la
conducta del adolescente y/o en ocasiones ceden mucho y en otras son estrictos, etc)
– el cuerpo adulto
– el rol adulto
Estos cambios, pérdidas y duelos requieren del acompañamiento de los adultos, padres,
docentes, etc. Sólo se crece con otros, mejor comunitariamente. En este sentido, tanto la
familia como la Escuela adquieren una gran importancia y cada vez más, en la medida
que en esta pos-modernidad hay una severa escasez y una gran ausencia de adultos,
personas maduras, referentes significativos en la vida de los niños y adolescentes. Nadie
crece solo, el yo requiere de un tu para crecer.
4. La Familia y la Escuela.
Muchas son las vicisitudes propias del proceso adolescente que este tiene que sortear.
Aquí menciono sólo algunas de ellas y que tienen relación con la convivencia con los
adultos.
– salir de la niñez,
Este desarrollo y crecimiento del adolescente exige al adulto fidelidad a sus valores e
ideales, compromiso y testimonio.
Por otro lado, muchos adolescentes (y también adultos) poseen, “adoran” algunos
objetos que se convierten en verdaderos ídolos: los celulares, los jueguitos electrónicos,
el dinero, las ropas y calzados de marca, etc. Es la “idolatría”, la que a la larga puede
conducir a la crisis de sentido (pesimismo, escepticismo, sensación de vacío, etc.) o al
endurecimiento del corazón, propio del fanático que niega la realidad para poder seguir
creyendo en sus ídolos. La verdad es que terminan siendo poseídos por lo que poseen y,
aún así, no paran de consumir.
Nuestra observación nos dice que también hay un vacío de autoridad, tanto en la familia
como en la escuela. Y es así como la omisión de la autoridad (paterna o docente) trae
consecuencias graves para la vida del adolescente y de la sociedad, al igual que el
autoritarismo de algunos adultos.
Aquí recuerdo el fragmento de un poema (sin título como todos sus poemas) del citado
Silvio Codas Gorostiaga, quien no era poeta (cuya hija, Elena Codas, publicara estos
poemas). Dicho fragmento dice así:
a la intimidad reflexiva
y la convivencia projimizada.
En este contexto de la vida sin sentido, los adolescentes pierden los límites, falta el
autodominio y se producen los desbordes individuales, grupales y hasta masivos. Como
decía César Medina, distinguido colega, de feliz memoria: “(…) todo tipo de maltrato
va en aumento y pareciera que se va volviendo normal, hasta da la impresión de
constituirse en una cierta satisfacción con el mal, en un puro goce con la maldad y la
destructividad (…)”.
Por otro lado, cada vez contamos con menos adultos maduros, tanto padres y madres en
las familias, como profesores en los colegios. Tanto es así que en la especialidad, hoy
día, estamos hablando cada vez menos de adultos y cada vez más de pos-adolescentes,
aquellas personas que por diferentes razones han dejado de crecer y madurar y se han
quedado en el egoísmo, el egocentrismo, el individualismo, la indiferencia, la avaricia,
en la incapacidad de dar y darse. Además, casi siempre son personas autoritarias y/o
abandónicas. Viven como auténticos discapacitados, cuando muchos y verdaderos
discapacitados dan testimonios de una vida digna, madura y donada a los demás.Dice
Silvio Codas Gorostiaga:
Cada vez también los vínculos familiares son más flojos, al igual que en las aulas con
los profesores. Muchas veces, estos desconocen los nombres de sus alumnos, y así
recíprocamente. No hay relacionamiento ni tiempo para escuchar y educar. A lo más, se
llega a instruir, lo cual consideramos importante, pero insuficiente. Sin embargo, el
adulto que deja de defenderse contra “el empuje creativo e innovador del adolescente”,
el adulto abierto porque reconoce que puede seguir creciendo con el otro, en este caso el
adolescente, también es capaz de soportar las preguntas, puede escuchar y tener una
mirada más amplia, puede ver “lo esencial que es invisible a los ojos”, según el zorro de
“El Principito”, para hablar o hacer, por saber, querer y poder. Yo diría por vocación.
Estos adultos son los que pueden tener la fructífera experiencia de encuentro con el
adolescente de hoy (no con el adolescente del estereotipo antes mencionado o el del
prejuicio del adulto). Estos adultos maduros son personas que logran construir una
relación con el adolescente, entonces ambos -adultos y adolescentes- crecen en esa
relación yo-tú y son capaces de construir un nosotros comunitario.
Pero no todo está perdido, también depende del nivel de nuestro compromiso y de
nuestras propuestas para aportar lo diferente. La excelencia no está precisa y
exclusivamente en lo académico sino, por sobre todo, en las relaciones interpersonales,
en el estilo de convivencia, en los valores vividos.
El proyecto de vida.
– Saber cuál es su valor como persona, pues esta es la primera vocación, la llamada a
ser persona plena, en la realización de unos valores, con otros.
– Saber cuál es el significado de su vida. Porque sólo así el adolescente puede definir el
sentido de su vida.
– La necesidad de elaboración personal del proyecto de vida nace siempre a partir de las
condiciones culturales, ambientales, socioeconómicas concretas en las que vive la
persona y de su espontaneidad y creatividad.
Sexualidad adolescente
A medida que las personas dejan la niñez y se convierten en adolescentes y adultos, los
cuerpos se desarrollan y cambian, y también lo hacen las emociones y los sentimientos.
A muchas personas les lleva tiempo comprender quiénes son y en quiénes se están
convirtiendo. Parte de eso implica tener una mayor comprensión de los propios
sentimientos sexuales y hacia quiénes se sienten atraídas.
Durante los años de la adolescencia, las personas suelen darse cuenta de que tienen
pensamientos y atracciones sexuales. Para algunas, estos sentimientos y pensamientos
pueden ser intensos, y parecer confusos. Eso puede ser especialmente cierto en el caso
de las personas que tienen pensamientos románticos o sexuales respecto de alguien del
mismo sexo. Tal vez se pregunten, "¿qué significa eso?", "¿soy gay?".
Tener interés en una persona del mismo sexo no significa necesariamente que alguien es
gay; del mismo modo, tener interés en alguien del sexo opuesto no significa que la
persona es hetero. Es frecuente que los adolescentes se sientan atraídos por personas del
mismo sexo y del sexo opuesto, y que tengan pensamientos sexuales respecto de ellas.
Es una manera de rever los sentimientos sexuales que emergen.
Ser gay, bisexual o heterosexual no es una elección, de hecho, para la mayoría de las
personas, la orientación sexual surge sin ninguna experiencia sexual previa
Puedes ver las letras "LGBT" o ("LGBTQ") que se utilizan para describir la orientación
sexual. Esta abreviatura corresponde a "lesbianas, gais, bisexuales y transexuales" (o
"lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e indecisos").
A estas personas se las suele poner en el grupo de lesbianas y gais como una forma de
incluir a aquellas que no sienten que pertenecen a la categoría de "hetero".
¿Por qué algunas personas son hetero y otras gais? No hay una respuesta simple para
eso. La mayoría de los expertos médicos, incluidos aquellos que pertenecen a la
Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) y la
Asociación Estadounidense de Psicología (American Psychological Association, APA),
opinan que la orientación sexual abarca una combinación compleja de factores
biológicos, psicológicos y ambientales. Además, los científicos creen que los genes de
una persona y los factores hormonales innatos desempeñan un papel importante.
No hay nada malo en ser LGBT. Aun así, no todos están de acuerdo. Este tipo de
creencias pueden dificultar las cosas para los adolescentes LGBT.
Muchas personas LGBT pueden sentir que se espera que todos sean hetero. Por este
motivo, es posible que algunos adolescentes gais y algunas adolescentes lesbianas se
sientan que son diferentes de sus amigos cuando los heterosexuales que los rodean
comienzan a hablar sobre sentimientos románticos, citas y sexo.
Una encuesta realizada en 2012 por la Campaña de Derechos Humanos (Human Rights
Campaign) descubrió que el 92 % de los adolescentes LGBT habían escuchado cosas
negativas sobre ser lesbiana, gay, bisexual o transexual.
Los adolescentes LGBT tal vez piensen que deben fingir que sienten cosas que no
sienten para encajar en su grupo, su familia o su comunidad. Tal vez sientan que deben
negar quiénes son u ocultar una parte importante de sí mismos.
El miedo a los prejuicios, el rechazo o la intimidación pueden llevar a las personas que
no son heterosexuales a mantener en secreto su orientación sexual, incluso ante amigos
y familiares que podrían brindarles su apoyo.
Pero no todas las personas tienen los mismos sistemas buenos de apoyo. Si bien hay una
aceptación cada vez mayor de las personas LGBT, muchos adolescentes no tienen
adultos con quienes hablar acerca de la orientación sexual. Algunos viven en
comunidades o familias en las que ser gay no se acepta ni se respeta.
Las personas que sienten que deben ocultar quiénes son o que le temen a la
discriminación o la violencia pueden correr un riesgo más alto de tener problemas
emocionales, como ansiedad y depresión. Algunos adolescentes LGBT que no cuentan
con sistemas de apoyo pueden correr un riesgo mayor de abandonar la escuela, vivir en
la calle, consumir alcohol y drogas, y tratar de infligirse daños.
Todas las personas atraviesan por momentos en los que les preocupa la escuela, la
universidad, los deportes o los amigos y la integración. Además de estas preocupaciones
frecuentes, los adolescentes LGBT tienen una lista adicional de cosas en las cuales
pensar, por ejemplo, si deben ocultar quiénes son.
Obviamente, esto no les ocurre a todos los adolescentes gais. Muchos adolescentes gais
y muchas adolescentes lesbianas y sus familias no atraviesan más dificultades que
cualquier otra persona.
Para las personas de todas las orientaciones sexuales, aprender sobre el sexo y las
relaciones puede ser difícil. Tal vez sea de ayuda hablar con alguna persona sobre los
sentimientos confusos propios del crecimiento, ya sea uno de los padres u otro miembro
de la familia, un amigo cercano o un hermano, o un consejero escolar.
No siempre es fácil encontrar a alguien con quien hablar. Sin embargo, algunas
personas descubren que confiar en alguien que es de fiar (incluso si no están
complemente seguros de cuál será su reacción) resulta ser una experiencia positiva.
En muchas comunidades, hay grupos juveniles que pueden ofrecer oportunidades a los
adolescentes LGBT para que hablen con otras personas que enfrentan problemas
similares. Los psicólogos, psiquiatras, médicos de cabecera y consejeros capacitados
pueden ayudarlos a sobrellevar (de manera confidencial y privada) los difíciles
sentimientos que son propios del desarrollo de su sexualidad. Además, pueden ayudar a
que las personas encuentren formas de lidiar con la presión de los pares, el acoso y las
intimidaciones que tal vez enfrentan.
En los Estados Unidos y en gran parte del mundo, las actitudes respecto de la
orientación sexual se han modificado. Ser gay, por ejemplo, está dejando de ser "el gran
problema" que solía. Si bien no todos están cómodos con la idea de las diferencias en la
orientación sexual, una encuesta de la Campaña de Derechos Humanos descubrió que la
mayoría de los adolescentes LGBT son optimistas respecto del futuro.
La orientación, tendencia o inclinación sexual, se refiere a quien una persona se siente atraído
sexualmente y es un proceso personal que involucra muchas variables. “El desarrollo de la
orientación sexual es un proceso que comienza desde que se nace y culmina al término de la
adolescencia”, explica la doctora Ximena Sepúlveda, jefa de psiquiatría infantil y adolescencia
de Clínica Las Condes.
Ser gay, bisexual o heterosexual no es una elección, de hecho, para la mayoría de las personas,
la orientación sexual surge sin ninguna experiencia sexual previa.
Conocer la propia orientación sexual “es un proceso complejo y multifactorial”, señala la
especialista. La orientación sexual tiene que ver con quién es el objeto de atracción sexual,
amor y deseo, y las hormonas “juegan un papel muy bajo, ya que en la mayoría de la población
homosexual no se encuentran alteraciones hormonales”, indica.
“Lo aconsejo no porque sea algo modificable, sino más bien para poder acompañar en el
proceso, tanto al niño como a su familia. Es clave ir elaborando los sentimientos y
aceptándolos”, dice la doctora Sepúlveda. Sentirse diferente, discriminado o creer que hay
algo mal con uno mismo, puede ser un sentimiento muy común, y en algunos casos es
recomendable la ayuda de un experto para evitar que se presente un cuadro ansioso,
depresivo o conductual.
https://www.clinicalascondes.cl/BLOG/Listado/Adolescentes/adolescencia-orientacion-sexu
La búsqueda no cuenta
en enjambre marañoso.
La búsqueda es elección,
– Objetivos
– Motivaciones
– Medios para lograr los objetivos
– y Planificación.
As/21/05/2010
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[2] Dr. Codas Gorostiaga, Silvio, Poemas y antipoenas, Editorial DERVISH, Asunción,
Paraguay, Año 2000. Medico Neurocirujano, exdocente de la Facultad de Medicina de
la Universidad Nacional de Asunción. Amigo personal.
“Sé que cuando hablan de mí los adultos se ponen trágicos, voltean lo ojos y usan
siempre las mismas palabras: inmadurez y crisis. Y dicen que por eso es tan difícil que
me ‘integre socialmente’. Como si eso fuera lo ‘máximo’”, dice la adolescencia,
poniendo en al aire las comillas sobre la última palabra, y antes de volver a concentrarse
en los cordones de los tenis.
Es difícil conectar con esta adolescencia a la que a duras penas convenzo de que se
saque los audífonos de las orejas, para que pueda oírme. Acepta, pero con las manos en
los bolsillos, un mechón de pelo sobre los ojos y una actitud desafiante, me lanza
miradas de total desinterés.
Sin tomar aire si quiera, sigue con la perorata: “Soy una etapa normal de la vida de todo
el mundo; usted, por ejemplo, quien lo ve tan trajeado y tan serio, también fue como yo.
Así que por qué nos tratan a los adolescentes de inadaptados... Ya que me dio la
oportunidad de hablar, pregunte, man”, dice...
¿Quién es usted?
Pues nada... soy un fenómeno biológico. Pero también soy un fenómeno cultural y un
fenómeno social. Pero ustedes se la pasan pensando que soy un caldo de hormonas por
culpa del cual todo el tiempo estoy sufriendo cambios físicos y emocionales.
¿Cuál es pataletas? Párela, ¿si? , No es fácil darse uno cuenta de que ya no se es niño, y
que por eso pierde uno muchos beneficios, pero que tampoco se es grande para hacer
otras actividades. Somos un intermedio con pocas oportunidades. Súmele que tengo un
cuerpo que cambia todos los días, y que me hace sentir torpe y feo a veces; hasta la
cama me queda pequeña, pero la moda es para grandes. Por eso siento a veces que todo
mundo me mira, lo que me aburre a ratos. Complicado...
¡Y dele! Lo que pasa es que a estas edades empieza uno a experimentar emociones
nuevas y a darse cuenta de cosas que antes no importaban: por ejemplo, la situación
económica de la familia, los problemas sociales y las responsabilidades que me
achacan, y todo eso me atropella. También tengo miedos que a la gente como usted le
parecen pendejadas, por eso me callo y me aíslo. Nadie me entiende...
El asunto es de incomprensión...
O de desinterés. Vea: también tengo nuevas sensaciones en el cuerpo y siento gusto por
la gente y quiero gustar; me dan ganas de coquetear, de salir, de mostrarme, de conocer
y siento cosas que me hacen pensar que estoy enamorado, y suspiro y me aburro y
sueño y me alegro, pero ¿sabe qué? Muchas veces todo eso, que para mí es importante y
a lo que quiero dedicarle tiempo, para ustedes y para los papás es pendejada. Cómo va a
estar uno feliz, si justo cuando quiere uno salir con los amigos la mamá lo corta a uno
con este súper plan: “Báñese, que nos vamos para donde las tías”. A veeer... Claro,
como además soy muy sensible siento que el mundo se me revuelve, que todo me lo
imponen y ahí uno quiere que la mamá, con todo y las tías, desaparezca.
Para nosotros el sexo adquiere gran importancia, porque todas esas sensaciones de las
que le hablé tratan de abrirse campo como sea; eso no quiere decir que a toda hora
queramos estar en la cama. Frente a eso tenemos nuestras normas y valores, que no son
de otro mundo, son nuestros, pero a ustedes los escandaliza.
Si los adultos fueran menos mojigatos y cantaletudos, y desde chiquitos nos ayudaran a
relacionarnos naturalmente con una sexualidad pegada a los sentimientos, a la
autoestima, a los valores, a la toma acertada de decisiones, a nuestra forma de
relacionarnos con otras personas, probablemente no incurriríamos en riesgos
innecesarios.
En que nos den un espacio, en que entiendan que no hay adolescencia sino adolescentes,
y en que recuerden cómo fueron ustedes en la misma etapa. Así entenderán por qué nos
molesta tanto que nos traten como un “mientras tanto” entre la niñez y la adultez...