Este documento enfatiza la importancia de la predicación como una prioridad para Jesús y los testigos de Jehová. Jesús dedicó mucho tiempo y esfuerzo a predicar, incluso cuando las multitudes querían retenerlo para curar enfermos. Los testigos deben imitar a Jesús enfocándose en la predicación y preparándose adecuadamente. Aunque a veces enfrentan respuestas negativas, deben mantener una actitud positiva y responder con gentileza, confiando en que el valor de sus enseñanzas será evidente para quienes busqu
Este documento enfatiza la importancia de la predicación como una prioridad para Jesús y los testigos de Jehová. Jesús dedicó mucho tiempo y esfuerzo a predicar, incluso cuando las multitudes querían retenerlo para curar enfermos. Los testigos deben imitar a Jesús enfocándose en la predicación y preparándose adecuadamente. Aunque a veces enfrentan respuestas negativas, deben mantener una actitud positiva y responder con gentileza, confiando en que el valor de sus enseñanzas será evidente para quienes busqu
Este documento enfatiza la importancia de la predicación como una prioridad para Jesús y los testigos de Jehová. Jesús dedicó mucho tiempo y esfuerzo a predicar, incluso cuando las multitudes querían retenerlo para curar enfermos. Los testigos deben imitar a Jesús enfocándose en la predicación y preparándose adecuadamente. Aunque a veces enfrentan respuestas negativas, deben mantener una actitud positiva y responder con gentileza, confiando en que el valor de sus enseñanzas será evidente para quienes busqu
Este documento enfatiza la importancia de la predicación como una prioridad para Jesús y los testigos de Jehová. Jesús dedicó mucho tiempo y esfuerzo a predicar, incluso cuando las multitudes querían retenerlo para curar enfermos. Los testigos deben imitar a Jesús enfocándose en la predicación y preparándose adecuadamente. Aunque a veces enfrentan respuestas negativas, deben mantener una actitud positiva y responder con gentileza, confiando en que el valor de sus enseñanzas será evidente para quienes busqu
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*** Km 7/10 pág 1 La predicación es nuestra prioridad ***
LA PREDICACIÓN ES NUESTRA PRIORIDAD
1 Para Jesús, el ministerio tenía prioridad absoluta. Tanto se entregó a él, que recorrió a pie cientos de kilómetros por toda Palestina, para llegar a cuantas personas le fuera posible. Por la misma razón, mantuvo su vida sin complicaciones, de modo que pudiera dedicarle al servicio más tiempo y atención (Mat. 8:20). De hecho, cuando las multitudes quisieron detenerlo para que curara a sus enfermos, les dijo: "También a otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado" (Luc. 4:43). 2 ¿Por qué era tan importante el ministerio para Jesús? Por encima de todo, porque quería santificar el nombre de Dios (Mat. 6:9). También por el gran amor que le tenía a su Padre celestial: quería cumplir Su voluntad y obedecer todos Sus mandatos (Juan 14:31). Y además, porque tenía verdadero interés en la gente y quería ayudarla (Mat. 9:36, 37). 3 Cómo imitarlo. Es posible que a nosotros se nos haga muy difícil mantener el mismo enfoque de Jesús, por la cantidad de tiempo que nos roba el mundo y las muchas distracciones que nos ofrece (Mat. 24:37-39; Luc. 21:34). Por eso es necesario que nos aseguremos de las cosas más importantes y programemos tiempo para prepararnos para el servicio y salir con regularidad (Fili. 1:10). También debemos tratar de llevar siempre una vida senci-llay no usar el mundo a plenitud (1 Cor. 7:31). 4 Cuando no dispone de mucho tiempo, la persona prudente sabe determinar a qué darle prioridad. Por ejemplo, si se avecina una peligrosa tormenta, concentra su tiempo y energías en garantizar la seguridad de su familia y en advertirles a los vecinos. Lo demás puede esperar, ¿no es cierto? Pues bien, falta poco para que azote la tormenta de Armagedón (Sof. 1:14-16; 1 Cor. 7:29). De modo que si queremos salvar la vida propia y la de quienes nos escuchan, Pág. 11 debemos prestar constante atención a nosotros mismos y a nuestra enseñanza, sea dentro o fuera de la congregación (1 Tim. 4:16). Efectivamente, nuestra supervivencia depende de que el ministerio siga siendo nuestra prioridad. Km 7/10 pág. 7 “La sabiduría queda probada justa por sus obras” "LA SABIDURÍA QUEDA PROBADA JUSTA POR SUS OBRAS" 1 En ocasiones recibimos en el ministerio una respuesta negativa. Tal vez la persona nos malinterpreta o tiene información errónea sobre los testigos de Jehová, influida quizás por reportajes tendenciosos. En algunos lugares hasta nos tildan de "secta peligrosa". ¿Cómo se espera que reaccionemos? 2 Con actitud positiva. Jesús y otros siervos de Jehová del primer siglo a menudo fueron víctimas de incomprensión y falsas acusaciones (Hech. 28:22). Con todo, no permitieron que las críticas les hicieran sentir vergüenza del ministerio. Jesús, por su parte, dijo: "La sabiduría queda probada justa por sus obras" (Mat. 11:18, 19). Y siguió cumpliendo la voluntad de su Padre con entusiasmo, confiando en que el valor de las buenas nuevas sería evidente para quienes buscaran la verdad. Recordar que al propio Hijo de Dios lo trataron como a nosotros nos librará del desánimo. Pregunta 3 Jesús señaló que el mundo odiaría a sus seguidores tal como lo odió a él (Juan 15:18-20). Por consiguiente, no nos sorprenden los comentarios negativos ni la oposición. De hecho, es de esperar que se hagan más comunes a medida que se acaban los últimos días y la ira de Satanás se hace más intensa (Rev. 12:12). Nos alegra ver tal indicación de que al mundo de Satanás se le está acabando el tiempo. 4 Con gentileza. Ante una reacción negativa, siempre debemos responder con gracia y apacibilidad (Pro. 15:1; Col. 4:5, 6). Si la situación lo permite y la persona es sincera, quizás podamos preguntarle por qué piensa así o explicarle que existe mucha Pág. 12 desinformación sobre los testigos de Jehová. Nuestra respuesta tranquila pudiera hacer que la persona se cuestione lo que ha oído sobre nosotros y escuche la próxima vez que reciba la visita de un Testigo. Pero si está muy enojada, lo mejor tal vez sea despedirnos cortésmente. A fin de cuentas, estamos seguros de que, sin importar cómo nos vean los demás, para Jehová nuestro ministerio es de gran valor (Isa. 52:7). 1.