Creede - Renata Barrios
Creede - Renata Barrios
Creede - Renata Barrios
“El Viaje”
Era un jueves por la noche, y yo estaba en casa comiendo pizza y viendo la TV, no
había nada en particular para ver, solo cambiaba los canales sin siquiera ver que estaban
pasando. Desistí y paré en un canal de documentales, era una investigación sobre el
descubrimiento de un fósil en África. Mire el reloj negro y plateado que tenía en la
muñeca, eran las 11:46 p.m., luego giré la cabeza hacia mi hermana que hablaba con su
novio en la pequeña salita de a lado, estaban sentados en el gran sofá marrón. No podían
existir dos personas que se amen más que ellos, salvo mis padres antes de que papá
fallezca, claro. Habían pasado ya muchos años de su muerte, su nombre era Robert
Cardelli, aún dolía pensar en él, pero sabía que estaba en un lugar mejor. El noviazgo de
Allison y Jake era un gran ejemplo a seguir, si alguna vez me enamoraba claro, fueron
muchos años amigos, se conocieron en un restaurante, él era el mejor amigo del novio
de su mejor amiga y por ahí fue la mano… Luego de 3 años de noviazgo seguía
pareciendo que solo eran unos meses para ellos, sus miradas siempre centelleaban
cuando se cruzaban, todavía tenían esa chispa de primer amor, es que, era el primer
amor de mi hermana, y dentro de unos días se casan, ¿quién iba a imaginarlo?, pasó
todo tan rápido…
Miré una vez más la pantalla del televisor, tomé el control y lo apagué de golpe.
- Me voy a dormir- dije mirando a mi hermana y a su futuro esposo.
- Noo!- gritó Allison – Eso significa que Jake se debe ir! Quédate un poco más
Janelle! Por favor…- agrandó sus ojos en forma de súplica de perrito lastimado.
- Jake, creo que es la hora de las despedidas. – Dije en un tono casi cantado. Los
dos me miraron enojados, yo solo solté una pequeña risita. – Adiós Jake!
- Adiós Janelle! - dijo Jake levantándose y dirigiéndose a la puerta principal.
Sabía que sus despedidas no eran así de cortas con Allison, así que seguí mi camino,
tratando de esquivar todas las cajas que estaban en todas partes por la mudanza.
Subiendo las escaleras, atravesando el corredor de paredes naranja claro a la que estaba
acostumbrada, había cuatro puertas de madera en el pasillo del segundo piso, dos a la
derecha, uno al final del pasillo y otro a la izquierda. La primera a la derecha era el
cuarto de Allison, la siguiente de mi abuelo, Juan Méndez, la del final del pasillo era un
baño que compartíamos Allison y yo (ya que mi abuelo tenía su propio baño en su
habitación), y la puerta de la izquierda era mi habitación, el único lugar donde podía ser
yo misma. Abrí la puerta, las paredes del mismo color que toda la casa, con un armario
pequeño a la izquierda, un estante y una mesa donde estudiaba en la pared de donde
estaba la puerta y finalmente mi cama pegada a la pared delante de la puerta (por donde
entraba) bajo una pequeña ventana. No tenía muchas cosas solo una vieja radio y una
lámpara azul en una pequeña mesita a lado de mi cama, pero ahora todo estaba lleno de
cajas y casi todo estaba guardado o empaquetado. Fui cansada y me tiré en la cama
abrazando a la almohada. Desde que había nacido, aquella casa fue mi hogar, paredes
llenas de historias de mi infancia, de tiempos felices donde mi papá jugaba a las
muñecas conmigo, ¡debió ser el único padre en el mundo que jugó a las muñecas con su
hija!, tan solo con recordar su rostro sonreía. Mi madre luego que mi padre falleció fue
a Colorado, Estados unidos, a buscar un trabajo y mandarnos dinero para poder pagar
los estudios de mi hermana y los míos, la echaba de menos, pero pronto la vería, ya que
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como Allison se casaba vendría a la boda y luego nos mudaríamos con ella, el abuelo y
yo. Habíamos vivido con mi abuelo desde que mi madre viajó, mi familia era una
mezcla de varias nacionalidades, mi abuelo era argentino como mi madre, mi papá era
estadounidense, hijo de una familia italiana y Allison y yo habíamos nacido en
Paraguay, el país donde vivíamos. No me gustaba tanto la idea de dejar mi país para ir a
otro, especialmente para ir a un pequeño pueblo en medio de la nada. Cuando era
pequeña fui por primera vez, tenía como unos 10 años, y lo que nunca pude olvidar,
aparte de todas las rocas y montañas, era a un niño que había conocido allí. Nunca pude
saber su nombre, pero me salvo de romperme, en cuatro, las piernas.
Me estaba quedando dormida entonces salte de la cama y fui hacia una de las cajas que
estaba abierta y tomé la ropa con la que solía dormir, unos shorts y una remera blanca,
me los puse y volví a la cama, me arropé y caí en un profundo sueño.
Esa noche en mi sueño recordé lo que había pasado hace siete años cuando conocí a ese
niño, había salido a explorar la zona yo sola y mientras jugaba en un árbol, en el que
estaba trepada, la rama se quebró y caí de espaldas con el gran tronco encima de mis
piernas y golpeé mi cabeza contra una roca que estaba en el suelo, recuerdo que grite
tanto, pero estaba tan lejos que nadie podía escucharme. Hasta que un niño un poco más
grande que yo, vino corriendo de entre los árboles, parecía un poco confundido, pero
seguí gritando. Empecé a marearme, no entendía lo que pasaba, solo sentí que puso sus
manos en mis piernas, como buscando algo, y luego el peso en mis piernas se fue, pero
fue suplantado por un fuego que quemaba, grite mas fuerte y el niño se desesperó y me
levantó en sus brazos, miré su rostro pero veía todo nublado, lo único que recuerdo son
sus ojos, eran grises y parecían entender el dolor que sentía, el fuego que sentía
arrasarme, se empezaron a cerrar mis ojos entre lagrimas y me desperté en un hospital
con mis piernas enyesadas.
Escuche de pronto una música, era el despertador, con los ojos aún cerrados estiré la
mano y apreté el botón para hacer que se calle de una vez. Me levanté y fui a darme una
ducha rápida que terminó larga, al salir me sequé el pelo con el secador lo mas rápido
posible y me puse el uniforme del colegio, no se para que me iba, total era el último día
que iba a asistir, luego llegaba el fin de semana y con él mi madre en el aeropuerto. Me
dirigí a la mesa de estudios y tomé mi mochila y un sujetador para el cabello y lié mi
largo y totalmente ondulado cabello castaño claro en un rodete y salí corriendo a la
cocina de abajo, tomé un poco de jugo y lo puse en un pequeño termito y una tostada y
salí como un rayo a la calle.
- ¡Hasta luego abuelo! – grite al salir.
- ¡Que te vaya bien Janelle! – escuche decir a mi abuelo que estaba desayunando
en la pequeña cocina de nuestra casa blanca con techo negro y ventanas grandes.
Corrí hasta que llegué al Colegio, por suerte vivía solo a cuatro cuadras del instituto, al
llegar observé a los demás estudiantes que llegaban al edificio gris, parecía un castillo
embrujado, solo le faltaba que esté lloviendo y alguien se esté riendo con una risa
malvada, pero los pájaros negros si estaban en los árboles secos y volando en todas
partes. Me apuré más y entré al edificio detrás de una niña que pensaba que estaba
yendo a los Academy Awards, caminé por el pasillo y subí las escaleras, a medida que
caminaba recordaba cada momento que había pasado en ese colegio, realmente era un
lugar perfecto para filmar una película de terror pero había superado los escalofríos que
producía el lugar y solo pensé en cada resbalón, cada risa, cada desilusión con cada
nota… Me di cuenta que extrañaría ese edificio.
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Llegué al segundo piso y camine por el pasillo hasta llegar a la segunda puerta de la
derecha, entré al salón y me senté en mi lugar habitual a lado de mi amiga de infancia.
- Hola Cristina – saludé – ¿qué tal?
- Oh! Hola Janelle ¡todo muy bien! – sacó un mechón de su cabello negro del
rostro y lo puso detrás de su oreja, lucía entusiasmada – pero dime, ¿como estas
tu? El lunes viajas, ¿verdad?
- Ah... Sip, Mañana llega mamá y el domingo es la boda. – miré hacia abajo de
forma alegre pero a la vez triste.
- Y.. ¿Dónde exactamente se mudan? Quiero decir, ¿a que parte específicamente
de Estados Unidos? – realmente estaba animada, no paraba de sonreír mientras
hablaba, no entiendo porque se preocupaba realmente, no éramos amigas tan
cercanas, solo nos conocíamos hace tiempo.
- Nos mudamos a Colorado, mi mamá ya esta viviendo allí, es dueña y maneja
una tienda en un pueblo.
El profesor López llegó y todos se pararon para recibirlo, era una costumbre de respeto
pararse cuando alguna autoridad del colegio ingresaba a algún salón del instituto.
- Buenos días alumnos, pueden sentarse. Bueno, bueno, bueno... – decía mientras
acomodaba sus cosas en el asiento del profesor y rascaba su cabeza – Creo que
es un hermoso día para las matemáticas. Abran sus libros en la página 97 por
favor.
Nada mejor para despertarte que matemáticas a primera hora… No se quién se encargó
de los horarios pero creo que estaba un poco loco…
Pasé toda la mañana como un zombi, todos parecían emocionados con el viaje, pero yo
no entendía porque. Me tendría que mudar a un pueblito en medio de la nada, lleno de
rocas, tierra, cuevas mineras y noches heladas. No tenía nada emocionante, además
tendría que ir al colegio de allí, y pasar mi penúltimo año de nuevo, ya que el año
escolar en Estados Unidos recién empezaba y yo ya estaba en la mitad.
Sonó el cambio de hora y corrí a la próxima clase, era de biología, fui y me senté hacia
el fondo, donde nadie me pueda hablar, el profesor Díaz ya estaba en el salón, y empezó
la clase en cuanto todos ingresaron.
- Buenos días, buenos días, hoy hablaremos sobre las teorías del Origen humano,
pagina 56 por favor.
Por suerte era un tema que ya habíamos dado, solo era un repaso. Pasé esas dos horas
pensando de donde vinimos, si cual teoría me convencía mas, si habíamos evolucionado
o si alguien realmente nos había creado, estaba entre esas dos teorías. Será que ahora
hemos llegado alguna etapa solamente de la evolución y debemos pasar a la siguiente
ahora?
El profesor seguía explicando a sus defensores, a otras teorías y a la vez poniéndonos
dudas sobre algunas. Yo ya había descartado algunas teorías, solo me quedé con esas
dos. Tomé mis anotaciones, y sin darme cuenta, llené toda una pagina y tuve que pasar a
la siguiente, no se porque me interesaba tomar tantos apuntes, era mi último día, pero
nunca antes me había interesado en algo así como este tema, así que solo seguí
escribiendo, y pensando, y llenándome con toda la información que podía retener.
Estaba tan concentrada en esta clase que no quería que acabara, especialmente porque
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en ese momento nadie me hablaba sobre el viaje, este era mi momento, nadie
interrumpiría, nada de interrogaciones, solo podía pensar en lo que en ESE momento me
interesaba: ¿¿¿De donde venimos???
Sonó la campana, había olvidado que después de todo si había algo que podía
interrumpir mi momento, me quedé sentada un momento molesta con la estúpida
campana, miré como se retiraban todos de la clase y luego tomé mis libros y salí a toda
velocidad al pasillo, no quería que me sigan preguntando por el viaje, solo quería llegar
a la cafetería y almorzar tranquilamente, no me importaba si me tenía que sentar sola,
solo quería un poco de paz.
Fui a la fila, mientras esperaba, no me di cuanta que Lisa estaba atrás, lastimosamente
giré y empezó a hablar sin parar.
- Hola Janelle! Que tal? Supe que te irás a vivir a Estados unidos!, y a que parte?
Tendrás que repetir el año? Te mantendrás en contacto verdad? – abrazaba un
libro mientras sonreía y a la par hablaba.
- Oh... Hola Lisa, sip me voy a Colorado. – tenía la voz desesperada – y creo que
si tendré que repetir el año… - de verdad no quería hablar del tema.
- Ayyy! Pero que fastidio! Tener que repetirlo todo de nuevo- arrugó su nariz –
Pero por lo menos podrás conocer a chicos nuevos hmm verdad? – me dio un
golpecito con el codo queriendo ser simpática a la par que mostraba sus frenillos
en una sonrisa.
- Emm.. creo que si… - dije mientras agradecí que llegó mi turno para elegir la
comida. Tomé una pizza y una soda del mostrador y me dirigí a buscar algún
lugar para poder sentarme sola, miré por toda la cafetería y hallé el lugar
perfecto, casi corrí al asiento para que nadie lo tome primero.
- Te veo luego Janelle! – grito Lisa levantando su mano y recordé que la había
dejado plantada.
- Si, claro Lisa!- grité de espaldas.
Llegué a la mesa y me senté, por suerte la mayoría notó que quería estar sola y nadie se
sentó en mi mesa. Era un poco triste, ya que era mi último día y yo no quería estar con
nadie, es decir, notaba las expresiones de algunos de mis amigos que me extrañarían,
pero nunca tuve amigos bien cercanos, prácticamente para mi eran conocidos, en
realidad nunca tuve una mejor amiga o algo así, no se, creo que solo me daba esa
impresión sus rostros y tal vez realmente no les importaba que no me verían mas. En fin
todavía quedaban 3 horas de colegio y al fin sería libre! Tomé un pedazo de la pizza y
empecé a comer, no sabía que tenía tanta hambre, devoré la pizza en un segundo, y
luego decidí llenarme con el resto de la soda. Terminé y tomé mi bandeja y la puse en
su lugar, y fui a mi próxima clase.
Si! Clases de literatura! En esta clase estaban exponiendo algunos compañeros y podría
tan solo relajarme, ya que la profesora Gamarra solo prestaba atención a los expositores
y tendría tiempo de poder mirar en la ventana, dormir, o garabatear en mi cuaderno.
Entré a la clase y ocurrió algo que no me esperaba…
- Feliz Viaje Janelle!!! – gritaron todos. Se habían enterado casi todos en el
colegio y decidieron hacerme una fiesta de despedida, nooooo! Ahora sería el
centro de atención, justo lo que no quería que pasara!
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- Ohhh! Gracias todos! – disimulé mi angustia – realmente los extrañaré, gracias
por esta sorpresa!
- Ayyy querida, no hay problema Lisa vino y me contó sobre tu viaje y entre
algunos decidimos hacerte esta pequeña fiestita de despedida, realmente te
vamos a extrañar.- la profesora se acercó a abrazarme y casi quedé sin aire,
realmente parecía que me iba a extrañar. – Eres una de mis mejores alumnas
Janelle, lo sabes?- me apretó mas fuerte
- Emm si... gracias- me liberó al fin de sus brazos- pero como lograron traer un
pastel en tan poco tiempo? – estaba alarmada y avergonzada. Todos me estaban
mirando, odiaba cuando pasaba eso.
- La señora de la cafetería la preparó en la segunda hora, yo le encargué
específicamente para tu despedida- se acercó Cristina a ofrecerme un pedazo.
- Gracias - tomé un platillo – Mmm.. de chocolate… - al fin algo que me
agradaba- Gracias Cristina, no debías haberte molestado, enserio - metí un
pedazo de torta en la boca y saboreé el chocolate.
- No hay de qué Janelle, somos amigas desde 4to grado no podía solo decirte
adiós.
- Ni nosotros tampoco - interrumpió Lisa otra vez mostrando sus frenillos en su
típica sonrisa en que se le veían todos los dientes.
Tragué el pedazo de torta y continué,
- Gracias, enserio, ha sido muy lindo lo que hicieron por mi – parecía haberlos
convencido a pesar de que me sentía realmente fuera de lugar, como si el techo
se caería sobre mi en cualquier momento.
- Bueno, bueno- interrumpió al fin la profesora Gamarra- No crean que se
salvaron los que deben exponer hoy, todos a sus lugares, tomen un pedazo de
torta y se sientan mientras que escucho a los expositores.
Todos gruñeron pero fueron a tomar un pedazo de torta y se sentaron en sus asientos,
me quedé a mirar el paisaje, y luego de un instante fui a mi asiento también, ahí seguí
saboreando esa torta, realmente estaba deliciosa, era totalmente de chocolate, la señora
de la cafetería tenía un don.
Empezó la exposición y al mismo tiempo me di cuenta que acabé con mi pedazo, y que
también acabaron con la torta. Así que abrí mi cuaderno en una página en blanco y
empecé a dibujar, a enfrentar la realidad me dije, y comencé a dibujar el pueblo tratando
de recordar como era, con grandes montañas que la rodeaban totalmente, casi desierta
en algunas partes, pero en otras llenos de árboles, pinos y nubes en todas partes ya que
siempre había niebla.
Me habían dicho que sabía dibujar, que debería tomar clases para perfeccionarme pero
nunca tuve tiempo. Borroneé algunas veces y di sombra con mis dedos a algunos
detalles y luego terminé. Me recosté en mi asiento y admiré mi dibujo, un pequeño
riachuelo que fluía cerca de una de las minas y el pueblo a lo lejos rodeado de montañas
con árboles. Cerré los ojos para imaginarme el lugar, pero al cerrarlos lo único que vi
fue un rostro hermoso, borroso, y unos ojos celestes que me quemaban al mirar, abrí los
ojos bruscamente, casi grité, parecía como si me despertara de una pesadilla, tenía la
respiración agitada y Cristina que estaba alado mío me miraba confundida.
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- Te sientes bien Janelle? – se acercó hacia mi asiento y puso su mano en mi
hombro.
- Emm... Si… Solo estaba pensando en... nada… estoy bien tranquila…
- Estas segura? Porque estás azul Janelle… - Miró mi rostro asustada
- Si estoy bien, tranquila. – Fingí una sonrisa y me senté bien en la silla.
- Ok… - Giro la cabeza a mirar la exposición de Lisa, que estaba hablando sobre
El jugador de Dostoyevski, que era el libro que se estaba desarrollando en esta
etapa.
Mi estúpida piel, a pesar de ser un tono oliváceo, siempre revelaba todo lo que sentía,
cuando me avergonzaba me ponía roja como un tomate, cuando me sentía nerviosa se
volvía violeta, cuando me sentía asustada o enferma en azul, esta vez se puso azul por la
primera opción. Esos ojos que había visto me hicieron sentir extraña, fue una sensación
rara.
Lisa terminó su exposición y la profesora giró a mirar el salón.
- Estudiantes, terminamos por hoy, la semana que viene reanudaremos las
exposiciones.- tomó su carpeta y se levantó- Y muy feliz viaje Janelle, te
extrañaremos- soltó una sonrisita bajo sus gruesos lentes que tenía sobre la nariz.
En ese instante sonó la campana y todos juntaron sus cosas y casi corrieron a la otra
clase para la última hora. Tomé mi cuaderno, me levanté del asiento y caminé hacia la
profesora que miraba salir a los alumnos.
- Gracias Profesora Gamarra por la despedida- sonreí - fue un gesto muy lindo de
su parte.
- No hay porque Janelle, quería que te lleves un buen recuerdo de tu colegio y tus
compañeros.
- Y también llevo uno muy bueno de mi profesora.- se sonrojó a pesar de su
bronceada piel
- Ohhh... gracias Janelle, espero que vuelvas alguna vez a visitarnos.-
comenzamos a caminar por el pasillo.
- Y veremos cuando se de la oportunidad – miré mi reloj sin darme cuenta.
- Si, esta bien, pero bueno no te quiero retrasar a tu clase de Educación Física. Ve
rápido!
- Esta bien, gracias profesora Gamarra, la extrañaré, Adiós- levanté la mano para
despedirme mientras que iba caminando por el pasillo en reversa.
- Si, yo también, adiós Janelle!- Giró en dirección contraria y caminó hacia la
salida.
Giré y caminé hacia el patio, ya que solíamos tener Educación Física ahí cuando no
llovía.
El sol estaba ardiente, no había ni una sola nube, la profesora ya me estaba esperando,
corrí hacia ella, y vi como mis demás compañeros ya estaban trotando alrededor de la
cancha de soccer, me miró y señalo a los demás estudiantes.
- Cinco vueltas y luego camina una vuelta Cardelli.
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- Está bien. – fruncí el ceño y caminé a la cancha.
Odiaba correr, prefería algún deporte como el soccer, ahí siempre me escondía y solo le
tenía que pegar a la pelota cuando venía hacia mi, lo cual casi no pasaba con mis otras
compañeras deportistas en el frente. Comencé a trotar, el sol quemaba mi piel, entonces
me remangué las mangas cortas de mi remera dejando al descubierto mis hombros. Era
una mala idea ya que me achicharraría, y para lo peor no quedaría bronceada sino roja
por no tener un protector solar. Pero bueno, sin darme cuenta iba en la tercera vuelta,
dos más…
Comencé a imaginarme mi encuentro con mi madre en el aeropuerto, correríamos y nos
abrazaríamos, ella tiraría sus maletas al ver a mi hermana y correría a abrazarla hasta
que no pueda respirar, mi niñita! Gritaría… ahora Allison ya no era una niñita, se iba a
casar el domingo, y ya no la vería más ya que se quedaría a vivir aquí y yo con el abuelo
nos mudaríamos con mamá a Colorado. Realmente extrañaría cada pelea que teníamos,
cada momento embarazoso que les hacía pasar a Jake y ella, cada risa que tuvimos, cada
momento que estuvimos juntas… Rayos!! Si que la voy a extrañar!
Llegué al final de mis cinco vueltas y empecé a caminar, di una vuelta caminando y
cuando terminé fui con la profesora.
- Terminamos por hoy chicas, vayan a asearse y luego se pueden retirar. – tomó
su bolígrafo y anotó algunos tiempos- Oh! Y buen viaje Janelle!
- Gracias profesora! Adiós! – giré hacia el baño.
Por fin acabó este día. Caminé hacia el baño y entre, habían muchas chicas adentro, ya
que era la salida. Fui y me lavé la cara, a diferencia de muchas chicas no usaba casi
maquillaje, solo en eventos especiales, aunque realmente encontraba molestoso tener
que pintar mi cara, solo me pintaba los ojos con lápiz negro, nada más, me ponía eso ya
que era aprueba de agua y entonces no se salía ni manchaba toda mi cara como otras
chicas que debían lavarse la cara y volver a maquillarse toda su cara de nuevo. Me
sequé la cara con una toalla y me dirigí a la puerta delantera para ir a mi dulce hogar.
Caminé por el pasillo, mientras muchos me miraban y otros saludaban.
- Adiós Janelle!
- Te extrañaremos!
- Visítanos cuando puedas!
- Mantente en contacto!
- Adiós!, Adiós!, Adiós! – todos se despedían de mi, con sonrisas mientras salía.
- Adiós a todos! – salude antes de salir por la puerta delantera.
Caminé hacia la calle, mirando cada detalle de aquel camino que había sido rutinario
cada día para mí. No quería olvidarme de nada. Las veredas con pisos grises, los
jardines de las casas, los negocios en las esquinas, las flores, los árboles, el canto de los
pájaros. Todo esto perdería, nunca más lo vería. Me paré en la vereda de enfrente a casa
y memoricé cada detalle del que siempre sería mi hogar. El jardín de enfrente siempre
con un verde tan vivo y lleno de flores que mi abuelo cuidaba cada día, jazmines, y el
rosal que se acomodaba en la pared del costado izquierdo y llegaba hasta la ventana de
mi habitación y recorría su camino hasta la gran puerta de madera de entrada en la
derecha, las ventanas grandes en cada lado, dos a la izquierda y otras dos a la derecha, el
techo con tejas negras casi tocando el cielo.
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El abuelo abrió la puerta de pronto, y salió.
- Janelle! Ven! Apúrate tu madre está al teléfono!- movía sus manos para que
entre- Quiere hablar contigo y Allison antes de tomar el avión.
- Ya voy! Ya voy!- me apuré y subí los cuatro escalones de la entrada, corrí a la
sala esquivando las cajas esparcidas en todas partes.
- Si mamá, entonces llegarás a las 3 de la tarde…- Allison ya estaba al teléfono.
- Es mi turno! Ya hablaste mucho con ella- le supliqué.
- Bueno, bueno, aquí hay otra personita que quiere hablarte.- echó una risita-
adiós mamá nos vemos pronto!- me pasó el teléfono.
- Mamá! Te extraño!- dije casi gritando.
- Ayyy... hija… Yo también las extraño tanto! Pronto nos veremos y luego te
tendré todos los días!- su voz sonaba emocionada con la idea.- Te encantará
aquí!
- Dices eso solo para convencerme, no me importa el lugar, solo quiero estar
contigo- mi voz se quebraba un poco.
- Eso es lo que importa que al fin estaremos todos juntos, a excepción de tu
hermana claro, que ya comenzará su vida propia.- se le quebró la voz totalmente,
estaba tan emocionada con lo de la boda.- no puedo creer que mi hijita se vaya a
casar!- rió.
- Si, Allison está con todos los preparativos, está tan feliz, solo quiere que sea el
domingo!- miré hacia Allison que estaba con su cuaderno en donde tenía toda la
boda planificada, siempre lo tenía todo organizado.
- Me imagino! Ella siempre planificando todo, apuesto que tiene algún cuaderno o
carpeta donde anota todo- echó una pequeña carcajada y miré a Allison con su
cuaderno y reí con ella.- Bueno querida, están llamando a mi vuelo…
- Si, ve! Quiero que ya estés aquí, así que sube corriendo a tu avión!- sonreí.
- OK…- rió al mismo tiempo.- Llegaré el sábado a las 3 de la tarde, ya le indiqué
a tu hermana todas las instrucciones.- respiró- Te amo hija, nos vemos pronto si?
- Yo también te amo mamá, si claro, nos vemos pronto, adiós.
- Adiós hija.- colgó.
Corté el teléfono, y fui a la cocina donde estaba el abuelo, leyendo el periódico.
- Abuelo, crees que será diferente en colorado?
- A que te refieres?- me miró entre las hojas del periódico.
- A que no veremos más a Allison ni a Jake, y que pasa si no me gusta el lugar? Si
la gente es mala?- abrí los ojos como en alerta.
- No te preocupes Janelle- bajó el periódico y sonrió ante mis preguntas.-
Recuerdas que ya fuiste antes, y te encantaba jugar en los bosquecillos, hasta te
rompiste la pierna una vez- rió burlonamente- y con respecto a Allison y a Jake,
nos visitarán cada tanto. Ya verás que te encantará Creede!
- Si claro- di media vuelta y me dirigí subiendo las escaleras a mi habitación.
8
Tiré mi mochila en el piso, que estaba lleno de cajas con ropa y otros objetos, a lado de
mi escritorio y me tiré en la cama sacándome la corbata del uniforme. Permanecí
mirando el techo un momento, pensando en aquel lugar semi-desierto con algunos
bosquecillos y montañas imponentes. Creede está en la boca de un cañón, se abre desde
el este de la ciudad, pero el pueblo en sí está rodeado por las paredes del cañón. Solía
ser un pueblo minero, que ahora dependía del turismo en verano. Hay algunas pequeñas
tiendas en el pueblo, una de ellas la de mamá. La cadena de supermercados más cercana
estaba en Monte Vista a 52 millas, Wal-mart a 69 millas en Alamosa y Sam’s Club 191
millas en Pueblo.
Me senté en la cama y solté mi cabello que seguía atrapado en un rodete. Casi nunca
me ataba el cabello, solo cuando no tenía ganas de nada me lo ataba.
Creede, Colorado. Ese era mi destino. Probablemente el lugar donde viva toda mi vida y
tal vez muera.
-Nooooo!!- me dije en voz alta.- Iré a vivir allí con mamá y el abuelo solo un tiempo
luego volveremos de alguna manera a Paraguay.
Fruncí el ceño enojada, luego me di cuenta que si alguien me estuviera viendo en este
momento diría que estoy loca porque hablo sola. Sonreí de vuelta. Y me levanté y me
saqué el tonto uniforme, la camisa blanca y los zapatos tan molestosos con la pollera
escocesa verde, y me puse un cómodo short y una remera negra que hacía que me viera
mas pálida que de costumbre.
Seguí con la mudanza, tomé otra caja y comencé a poner mas ropa en ellas, cada minuto
que pasaba trataba de imaginarme como sería mi vida en aquel lugar. Serán todos
diferentes? Que pasa si no le agrado a nadie en el colegio? Y si mi ingles es malo y
todos se burlan de mi? No creo que pase eso ya que soy la mejor de la clase en ingles,
pero es una opción.
Tomé una remera lila que tenía las mangas de un tono más oscuro la doblé y la metí en
otra caja, era mi remera favorita, ya que recordaba que a mi padre le encantaba un
vestidito que usaba cuando era niña que era de ese color, así que el lila siempre me
recuerda a mi padre, di la vuelta hacia el armario para tomar otra ropa, pero me di
cuenta que ya había guardado todo. Dejé la última caja que había terminado de guardar,
abierta, ya que necesitaría ropa para el fin de semana, giré y fui hacia el escritorio donde
estaban mis Cds , tomé uno que había comprado la semana pasada. No había tenido
tiempo de escucharlo, así que decidí despedir el fin de semana con música acústica.
Metí el Cd en la radio y me senté en la cama a observar el desastre que la mudanza
había provocado en mi habitación, habían cajas en todas partes, la mitad de mis cosas
estaban en el piso envueltas, solo faltaban 2 días para irme por siempre de casa, de mi
hogar, del lugar donde siempre estarán todos mis recuerdos, de todos los momentos que
estuve con mi padre, de todas las peleas que tuve con Allison, de los consejos del
abuelo que cargaban las paredes, de las historias que mamá me contaba antes de dormir,
de mis risas, llantos, enojos y alegrías. No se si Creede, algún día, pueda tomar el lugar
que esta ciudad tuvo para mi. Paraguay había sido mi hogar desde que había nacido,
estaba acostumbrada al calor intenso, casi insoportable, pero que caracteriza al país, a
sus costumbres, sus fiestas, su historia, sus plantas medicinales que curan desde dolor
de estómago hasta cicatrizar heridas, algunos incluso producen sueño en las noches que
no se puede dormir. Sus mitos, leyendas, cada uno de ellos quedarían en mi memoria.
La música empezó a sonar lentamente, la guitarra punteaba y se oía una voz que
murmuraba una frase, la voz era de un hombre, era suave y a la vez fuerte. Cerré los
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ojos, y recosté mi cabeza en la almohada, dormité unos segundos hasta que de pronto se
escucharon tres golpecitos en la puerta que se abrió, abrí los ojos y vi que mi abuelo
metió la cabeza. Sus ojos siempre revelaban lo que pensaba, algo que, según mi
hermana, había heredado.
- Janelle- entró en la habitación- no vas a cenar esta noche?- se sentó preocupado
en el borde de la cama.
- No se abuelo, estoy muy cansada- me toqué la cabeza y luego pasé la mano por
la cara cerrando los ojos- creo que solo voy a dormir.
- Estas segura?- abrió los ojos y inclinó un poco su cabeza a la izquierda tratando
de adivinar- porque Allison preparó un plato especial- se rió.
- Si claro, como si fuera que voy a comer algo de lo que Allison prepara- eché una
carcajada- te vas a animar a probar lo que cocinó?
- Y creo que tendré que hacerlo, si no abro los ojos mañana, sabes porque fue- lo
miré enojada, no me gustaba que hable así- Tranquila te dejaré mi colección de
discos clásicos- sonrió.
- Ja-ja-ja, no hables mas así, sabes que no me gusta.
- Esta bien, esta bien, no me voy a morir nunca, viviré eternamente.
- Andas muy chistosito últimamente abuelo- sonreí a pesar de su mal chiste.
- El único chiste va a ser cuando Jake tenga que comer lo que le prepare Allison -
Se puso de pie.
- Si, pobre Jake- reímos a la par.
- Bueno, ya que vas a dormir me iré abajo. Buenas noches Janelle- se inclino y
besó mi mejilla- que duermas bien- se alejó con su paso lento de costumbre
hacia la puerta.
- Buenas noches abuelo- cerró la puerta.
Prendí la lámpara y apagué la luz del dormitorio, intenté concentrarme de nuevo en la
música. Me saqué el reloj de mi muñeca y lo puse en la mesita que estaba a mi lado,
apagué la lámpara y cerré los ojos.
Esa noche soñé que estaba en el pueblo, sentada en una roca mirando el pequeño
riachuelo que me encantaba cuando era niña, miré mi reflejo en las cristalinas aguas y
pude ver mi rostro, pero luego se convirtió en el rostro de mi madre, no entendí por que,
solo quedé horrorizada mirando la imagen que reflejaba elriachuelo, me toqué la cara y
comprendí que me estaba convirtiendo en mi madre, que iría a vivir a Creede y tal vez a
envejecer en Creede y tal vez hasta a morir en Creede. No va a pasar eso! Nunca!
Nunca! Desperté de pronto gritando NOOOOO!!!!!
Me senté en mi cama tratando de reponerme, deseando que nadie me haya escuchado
para no tener que dar explicaciones del grito que me mandé. Me froté los ojos y puse los
pies en el piso, después me di cuenta de que día era, sábado.
- Mamá vuelve hoy!!! - grite emocionada.
Tomé mi reloj y me lo puse en la muñeca.
Corrí a las escaleras y bajé a la cocina, con pasos rápidos, prácticamente bailando,
nunca estuve tan feliz! Al fin vería a mamá después de un año!
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El abuelo estaba parado cerca de la mesada de la cocina y Allison ya estaba despierta
sosteniendo el teléfono en su oreja con una mano y con la otra sosteniendo un vaso con
jugo de naranja mirando en la mesa su cuaderno de planificación. Yo solía molestarla
diciéndole que era el cuaderno de la Operación Boda.
- Entonces, el catering llegará a las 5 en el local… Aja... si claro, el menú ya le
mandé por fax a la oficina.
- Empezó temprano – dije al abuelo que estaba preparando el café.
- Si creo que esta bien, así tiene algo con que entretenerse, después de la boda
estará aburrida.- reímos los dos juntos. – te sirvo café?
- Si, por favor, mi cuerpo pide por cafeína!- me senté en la mesa.
- Creo que cuando eras pequeña nunca tuve que acostumbrarte al café- me entregó
una taza cargada de café hasta la mitad- mírate! Eres una adicta!
- Si claro…- Sonreí hasta que miré mi taza - Porque solo hasta la mitad el café?
- Porque debes tomar leche también! Tu madre me asesinaría si sabe que tomas
café negro.
- Pero si ella llega esta tarde, vamos solo por última vez! Además para que quiero
leche? No me ves? Creo que soy leche!- sonrió.
- Eres una personita muy persuadidora, solo por última vez.- llenó de café mi taza.
En ese momento Allison gritó.
- Nooooooooooo!!!! No pueden hacer eso! No solo déjelo, ahora mismo voy para
allá.- cortó tomando su cartera y su cuaderno refunfuñando algo.
- Que pasa querida?- preguntó el abuelo alarmado.
- Hubo una equivocación con el vestido y tengo que ir a ver si lo hicieron bien, no
puedo creerlo la boda es mañana y se equivocan con el vestido- se dirigió a la
puerta- Volveré al medio día! Adiós!
- Adiós Allison! Suerte!
Allison dio un portazo al salir.
- Vaya!, parece que está nerviosa!- abrí los ojos y miré al abuelo.
- Si, sabes que tienes los mismos ojos que tu abuela?
- Enserio?, abuelo… porque nunca hablas de ella?- bajé mi taza en la mesa.
- Bueno, me trae malos recuerdos… aunque ninguno fue con Caroline, los malos
recuerdos que tengo son con respecto a mí.
- A que te refieres?- tomé un sorbo de mi café que estaba caliente pero riquísimo,
realmente era una adicta a la cafeína!
- Bueno cometí muchos errores cuando conocí a tu abuela, pero haberla conocido
fue lo mejor que me ha pasado en la vida, no lo cambiaría por nada en el mundo,
no me arrepiento de ninguno de los errores que cometí ya que hicieron que
pueda estar con tu abuela, pero… En otro momento te lo cuento mejor…
- Noo! Cuéntamelo abuelo quiero saber! Aparte tú fuiste el que comenzó con el
tema…
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- Cuando llegue el tiempo sabrás todo, y… yo solo dije que tienes los ojos de tu
abuela!- sonrió.
- Si, claro- bebí mas del café- y como eran sus ojos, es decir, en que se parecen a
los míos?
- Tienen la misma forma, ojos grandes, casi saltones, pero al mismo tiempo,
perfectos, pestañas largas y pupilas pardos.
- Wow! Parece que tengo lindos ojos entonces- reímos juntos.
- Si, te pareces mucho a ella.
- Vaya es todo un halago, gracias abuelo!- bebí hasta que se acabó el café de mi
taza.
- Si bueno, por lo menos puedo recordarla cada vez que te veo!- sonrió- bueno,
creo que terminaste de desayunar- se levantó de la mesa y tomó mi taza con la
de él y fue a limpiarlas.
Mi abuelo había conocido a la abuela en Estados unidos, ella era de Colorado y
vivieron mucho tiempo allí (De ahí que mamá fue a Colorado también a trabajar),
pero cuando estuvo embarazada de mamá vinieron a Argentina con la familia del
abuelo y se quedaron allí hasta que la abuela falleció, desde ese día el abuelo es mas
reservado en casi todo, la abuela era todo para el y cuando la perdió se dio cuenta
que debía acompañar a su hija, ya que era lo único que le quedaba de su Caroline,
mi abuela.
- Bueno, creo que iré al patio un rato a tratar de memorizar el jardín. – me levanté
de la mesa.
- Porqué no sacas unas cuantas fotos de la casa o de lo que quieras para recordarla
cuando lleguemos a colorado?- estiró la mano tomando una cámara nueva.
- Abuelo! Cuando te compraste esta cámara?! Es una profesional!- exclamé
asombrada por aquella cámara negra que solo en las películas vi.
- Emm… Creo que fue ayer- dijo poniendo una mano en la barbilla para pensar-
en realidad la compré para mi nieta que va a mudarse a Colorado para que
pudiera capturar todos los recuerdos que tenga.
- Mentira!!! Es enserio!- corrí a abrazarlo.- Gracias Abuelo!!!
- Si! Bueno no hay de que Janelle, eres mi nieta y quería hacerte un regalo, bueno
ahora ve y captura cada detalle que quieras recordar.- besó mi cabello.
- Gracias abuelo! Ahora mismo voy a salir!- tomé la cámara y corrí al patio.
Al salir por la puerta trasera, tomé la cámara y la puse en mis ojos y comencé a
fotografiar todo lo que se me cruzaba. Las flores, la hiedra que recorría toda la muralla,
los árboles enormes que albergaban a cientos de pájaros y hasta saqué fotos del cielo
para compararlo luego con el de Creede. Volví a entrar a la casa corriendo y continué
con la cámara guardando cada rincón en su memoria, las escaleras, la sala, la cocina, la
sala de TV, el comedor, el pasillo del segundo piso, la habitación de Allison, la del
abuelo, mi habitación y hasta fotografié el baño. Luego fui al frente y capturé a mi casa
en una imagen, de cada posible posición y detalle, fotografié el frente de la casa, el
jardín con los jazmines, las ventanas grandes de madera, la puerta, hasta de los cuatro
escalones. Saqué luego fotos del barrio, caminé cuatro cuadras y fotografié al colegio, a
sus árboles secos con miles de pájaros negros y luego al volver a casa del camino que
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siempre había tomado para volver a casa cada día. Al llegar a mi futura ex casa entré y
miré las imágenes que había fotografiado. Creo que ya había llenado la memoria de la
cámara, así que fui a la computadora que estaba en la sala y me senté en la silla
acolchonada a cargar las imágenes en la memoria del computador, descargué todas las
imágenes y luego fui a tirarme en el sofá enfrente de la TV. Cerré los ojos un momento
tratando de descansar de mi larga caminata del día.
Capitulo 2.
“Mamá”
Al cabo de unos minutos, miré mi muñeca buscando la hora y vi que eran las 12:30. Me
levanté y fui a buscar al abuelo en la cocina pero no estaba, raro porque siempre
cocinaba antes de que llegue Allison para no tener que soportar la comida que ella
preparaba… Miré en la sala, luego en el comedor, la mesa estaba puesta, pero no había
rastros del abuelo. Subí las escaleras y fui a su habitación. Golpeé su puerta y escuché
una voz.
- Adelante! – abrí la puerta y entré en la habitación, el abuelo estaba terminando
de empacar sus cosas para la mudanza.
- Así que aquí estabas!- dije aliviada.
- Pues claro, donde quieres que esté? En la playa?- sonrió.
- La verdad me preocupé, no te vi en la cocina y pensé que tendríamos que comer
algo que prepare Allison.- reí.
- Hablando de Allison debería estar llegando. – Tomó una caja cargada de ropa y
la cerró.
- Pues vamos antes que se dirija a la cocina!- salimos de su habitación y bajamos
a la cocina.
- Bueno, que te parece una pasta con salsa de tomates?- preguntó ansioso por
empezar a cocinar, le fascinaba cocinar al abuelo.
- Si!- de pronto se escucho la puerta de entrada abrirse. – Parece que Allison ha
llegado- Allison entró a la cocina exhausta.
- Al fin he llegado- exclamó – que hay para comer?
- Bueno, ahora empezaremos a hacer pasta, porque no vas a la sala a descansar
mientras cocino?- el abuelo tomó una olla con una mano y con la otra una
cuchara de madera. – Porqué no la acompañas Janelle?
- Está bien. – me levanté y acompañé a Allison al sofá.
Nos Sentamos y suspiramos al mismo momento, nos miramos y sonreímos al darnos
cuenta.
- Enciende la TV.- me sugirió Allison mientras que apretaba su frente con su
mano derecha.
Tomé el control remoto y encendí el televisor, estaban pasando las noticias, Allison se
recostó sobre una de las almohaditas del sofá y cerró los ojos, no estábamos prestando
atención a la TV.
- Largo día no?
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- Ni te imaginas Janelle…- Abrió los ojos y me miró cansada. – Y todavía no
termina.
- Si mamá llega a las tres, verdad? – pregunté ansiosa
- Si, lo único bueno que va a pasar.- suspiró.
- Porque dices eso? No te acuerdas que mañana es tu boda?
- Si, estoy ansiosa por mañana pero quiero que ya acabe el día.
- Si te entiendo, pero ahora solo quiero que sean las tres para ver a mamá- sonreí
de oreja a oreja mostrando todos los dientes- y que pasó con tu vestido? Se
solucionó el problema?
- Si, por suerte… confundieron los vestidos con otra chica, por suerte fui e
identifiqué cual era el mío. Si no iba tal vez me mandaban el de ella.
- Uuff… por suerte fuiste, creo que ninguna de las dos hubiera estado contenta
mañana al descubrir que sus vestidos estaban equivocados.
- Si, por lo menos ya está todo arreglado, solo falta ir a recoger a mamá después
de almorzar y esperar hasta el día de mañana!- comenzó a sonreír como si fuera
una niña que le habían regalado un dulce.
- Estas emocionada por mañana?- pregunté sonriendo.
- Ya lo creo, no puedo dejar de pensar que al fin ha llegado el momento, tengo
miedo de llorar y arruinar todo mi maquillaje cuando me pare delante del altar.
- Tendré un pañuelo cerca.- bromeé.
- Te agradecería que lo tengas!- reímos juntas.
Nos detuvimos de hablar un momento y miramos la pantalla del televisor. El periodista
estaba hablando de algunos hechos raros en Estados unidos.
- Han habido algunos casos raros de desaparición los últimos meses de jóvenes y
adolescentes en varios estados del país. Se cree que se trata de un grupo de
secuestradores, pero lo que descalifica esa posibilidad es que no hay ningún
rastro de pedido de rescate, tampoco se ha encontrado evidencia de posibles
asesinatos, solo se sabe que hoy un grupo de padres no tienen a sus hijos e hijas
en sus hogares…
El periodista continuó hablando, luego trató de obtener respuestas de un detective que
pasó casi corriendo hasta lograr entrar en el edificio de la policía.
Me acerqué a Allison.
- Vaya, ahora si que tengo miedo de ir a Estados unidos… - abracé una almohada
– que pasa si desaparezco o algo así cuando nos mudemos allí? – me puse
nerviosa, pero de miedo.
- Janelle – me sacó la almohada – no creo que estos secuestradores encuentran
nada espectacular para hacerte desaparecer. – rió y me tiró la almohada en la
cara.
- Y que pasa si son aliens?! – abrí los ojos todo lo que pude – si están
experimentando con jóvenes?
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- Pues entonces lleva tu cámara nueva – señaló en la mesa del comedor
mostrándome la cámara con su dedo - y sácales unas fotos, quieres?
- Así que ya te enteraste de mi nuevo obsequio?- pregunte orgullosa.
- Sip, eres una consentida! – le saqué la lengua y ella rió. – bueno ya que tienes
esa cámara te nombro fotógrafa oficial de la boda- sonrió.
- Pero… ya contrataste a otros fotógrafos…
- Si, pero quiero ver otro tipo de fotos, de alguien que me conoce y sabe que es lo
que realmente me gusta. Quiero tener fotos de tu perspectiva.
- Ah.. bueno.. entonces ya que voy a ser una de las fotógrafas oficiales… cuánto
me vas a pagar? – levanté una ceja.
- Un beso, un abrazo y mi gratitud eterna!- me abrazó dejándome sin respirar.
- Emm.. Allison.. no puedo... res...pirar... – me soltó- Ja-ja-ja… Me conformo con
que me debas un favor, sabes?
- Está bien…- escuchamos un grito del abuelo y las dos giramos las cabezas hacia
el comedor.
- Niñaaas! Ya está el almuerzo! –entró en el comedor con una bandeja de
spaghetti con salsa de tomates que olía impresionantemente rico.- Vamos
apúrense! Se enfría, y además vamos a tardar una hora en llegar al aeropuerto y
debemos estar ahí para las 2:30!
Allison se levantó y se dirigió a sentarse en la mesa, yo apagué el televisor y la seguí
sentándome en mi lugar, a la derecha del abuelo, que se sentaba en la punta de la mesa
rectangular de vidrio.
- bueno, quien va a dar las gracias?- el abuelo se sentó.
- Yo las daré- dije mientras que juntaba mis manos, Allison y el abuelo me
siguieron. – Querido Dios, te damos gracias por las bendiciones que nos has
dado, gracias por la comida que vamos a comer y te pedimos que las bendigas y
te entregamos la llegada de mamá para que su vuelo llegue todo bien, en el
nombre de Jesús, Amén.
- Amén- repitieron juntos Allison y el abuelo.
- Bueno, a comer!- dijo el abuelo mientras comenzaba a servir los platos – vaya al
fin vuelve tu madre, la extrañé mucho, aunque ahora creo que la veremos todos
los días, no Janelle?
- Sip, será maravilloso poder estar con ella todos los días.- tomé mi tenedor y
comencé a comer el spaghetti.
- Y yo veré todos los días a Jake!- Allison hizo una dancita con sus cubiertos.
- Siiii!- me burle de ella, mientras tomaba mi vaso para servir jugo.
- Bueno, luego podrán molestarse entre las dos, ahora lo que importa es que
debemos pasar una linda tarde todos juntos cuando vuelva tu madre.
- Sii!, bueno mejor nos apuramos por que son la 1:00! – Allison insistió mientras
metía una enorme porción de la pasta en su boca.
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- Si, es cierto.- El abuelo se metió un pedazo enorme también en la boca.- Janelle
apúrate tu también!
- Bueno, bueno! Ya me apuro! – tragué todo el spaghetti que tenía en la boca.
Comimos lo más rápido posible, ni siquiera hablamos como es de costumbre. Solo
cuando Allison terminó se acabó el silencio.
- Terminé.- se levantó tomando su plato y sus cubiertos para llevarlos a la cocina.
- Yo también- dijo el abuelo siguiéndola a la cocina con su plato. – Janelle apúrate
que no vamos a llegar!
- Ya! Ya termino! – dije tratando de que no se me salga la comida de la boca
mientras masticaba tan rápido como podía.
Tragué el último bocado que tenía en la boca y Allison ya estaba parada esperando que
termine para llevar mi plato a lavarlo.
- Ya terminé.- dije mientras Allison ya retiró mi plato de la mesa y fue a la cocina
a lavarlo.
- Bueno, entonces ve al auto y lleva al abuelo también!
- OK!- me levanté y me dirigí a la puerta, el abuelo estaba atrás siguiéndome. –
Abuelo ve tu adelante con Allison, yo iré atrás si?
- Está bien. – bajó de las escaleras de la entrada siguiendo mis pasos.
Fuimos y nos sentamos en el auto mientras Allison llaveaba la puerta, y se acercaba al
auto.
- Bueno los cinturones niñas- dijo el abuelo poniéndoselo él.
- OK.- repetí para hacerle saber que había escuchado.
Allison abrió la puerta del vehículo negro que había comprado con sus ahorros que tenía
desde que había terminado el colegio. Amaba ese auto, si algo le pasaba se ponía
histérica, su Hyundai año 98 había sido su forma de decir que se había independizado y
era como un símbolo majestuoso para ella.
Encendió el motor y retrocedió para salir del garaje de enfrente de la casa, enseguida
estuvimos en la calle y comenzamos a ir por el camino que conducía al aeropuerto
Silvio Petirossi.
Me recosté detrás del abuelo y apoyé mi cabeza por la ventana mirando el camino,
observando a la gente que pasaba y mirando las casas, me encantaba imaginarme cual
sería mi habitación si viviera en una de ellas. Íbamos tranquilos por la ruta, el camino
estaba despejado, miré mi reloj, las 1:28. Realmente nos apuramos para salir, habíamos
tardado menos de 30 minutos en comer, normalmente pasamos horas sentados a la mesa
ya que hablamos y compartimos lo que hicimos en el día. Me gustaba esa relación que
teníamos como familia, solo que ahora todo cambiaría, mamá por fin estaría con
nosotros pero Allison se iba. Miré a Allison que estaba concentrada en el camino y
finalmente rompí el silencio que me estaba por matar.
- Enciendan la radio – dije mientras tomaba la cartera de Allison y sacaba su
celular para tratar de entretenerme con los juegos que venían en el aparato.
El abuelo encendió la radio y primero se oían voces de un informativo, luego comenzó a
cambiar emisoras hasta que se decidió por una que estaba pasando una música estilo del
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oeste con guitarras y la voz de un hombre, pero era bastante moderno, con batería y
algunos efectos computarizados en algunas partes. Mi abuelo le encantaba la música
moderna, no entendía como a un hombre mayor le gustaba este tipo de músicas, incluso
tenía varios CDs de músicas contemporáneas. Debe ser el único hombre de 65 Años que
los escucha. Sonreí al imaginar al abuelo en un concierto lleno de gente con
encendedores en las manos y humo en todas partes escuchando de fondo guitarras,
voces graves y una batería.
Avanzamos por el camino, pasamos por muchos lugares. Me mantuve entretenida con el
juego del celular que era como una especie de Mario Bros, estaba en un nivel que no
podía pasar, estaba en el quinto intento y volví a perder. Di un pequeño grito nervioso y
metí frustrada el celular de nuevo en la cartera de Allison y miré a la ventana frustrada.
Estábamos llegando al parque Ñu Guazú, que estaba antes del aeropuerto.
- Ya estamos llegando Janelle – dijo el abuelo mientras marcaba el tiempo de la
música con sus manos en la rodilla.
- Al fin!- suspiré.
- Si luego tenemos que esperar que llegue mamá, así que ten paciencia – Allison
seguía concentrada en el camino.
- Aaay! Ya quiero que llegue mamá! – dije emocionada frotándome las dos manos
como gesto de ansiedad.
- Si yo también quiero ver a mi hija! – continuó el abuelo.
- Nos estamos acercando.- nos indicó Allison soltando el volante con una mano
para señalar el aeropuerto que se veía a lo lejos.
El camino que había estado tranquilo de pronto se llenó de bocinazos y de voces de
gente molesta por el tráfico causado en la entrada del aeropuerto. Al cabo de unos
cuantos minutos hallamos un lugar para estacionar después de dar varias vueltas.
Allison estacionó y nos bajamos del auto.
- Apúrense! Apúrense! – decía el abuelo acelerando el paso.
- Abuelo! – miré el reloj – son las 2:25! Todavía faltan 35 minutos para que mamá
llegue si es que no se atrasa su vuelo!
- No importa igual vamos rápido – aceleramos el paso- quiero encontrar algún
lugar para sentarme, ya saben que siempre están todos los asientos ocupados.
Seguimos caminando hasta que atravesamos la puerta de vidrio de la entrada, el
aeropuerto estaba llenísimo, había gente en todas partes, caminamos hasta un mostrador
donde se encontraba una señora pelirroja, con una nariz que me asustó de tan perfecta
que era, llevaba puesta una camisa de su uniforme, y el cabello rojizo sostenido atrás
por una pinza negra
- Bienvenidos al aeropuerto Silvio Petirossi, en que les puedo ayudar?
- Si, queríamos saber por que puerta va a llegar el vuelo de Colorado a Asunción?
– Allison se apoyó en el mostrador con su cartera marrón bajo el brazo
izquierdo.
- Si, espere un momentito- la señora comenzó a teclear en la computadora que
tenía delante- si colorado/Asunción, llegará a las 3:00 por la puerta 5.
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- Muchas gracias- Allison dio una vuelta buscando la escalera mecánica para subir
al segundo piso donde llegaban los vuelos.
El abuelo y yo la seguimos, hasta que llegamos a la puerta 5, por suerte allí no había
tantas personas, solo siete personas sentadas en las sillas y otras tres paradas.
- Vamos a sentarnos en aquellas sillas- indicó el abuelo apuntando con el dedo los
asientos.
Nos sentamos y comenzamos a esperar. Vimos como la gente paseaba por todo el
aeropuerto, había un hombre que tenía los ojos verdes que miraba de una manera
extraña al abuelo, como si lo conociera, el abuelo no se dio cuenta.
- Bueno ya me cansé de esperar- el abuelo se levantó- quieres algo para comer
Janelle?
- Algún postre podría ser?- pregunté con una sonrisa pícara que fue respondida
por otra del abuelo.
- Claro que si, no tuvimos tiempo ni de comer bien, así que postre será! Quieres
postre también Allison?
- Si por favor! Mi cuerpo pide azúcar! Me estoy durmiendo!
- Está bien, enseguida regreso – se dirigió hacia un lugar de comida al otro lado
del aeropuerto donde se encontraba el patio de comidas.
- Ya quiero que llegue mamá!- Allison pasó la mano por su cabello que le llegaba
hasta los hombros, la luz del techo realzaba los destellos dorados de su cabello
rubio. – que hora es?- miré de nuevo el reloj en mi muñeca.
- Son las 2:50, en diez minutos llega el vuelo de mamá, seguro debe estar
cansada… pero igual vamos a abrazarla hasta que no pueda respirar!
- Creo que eso es lo que ella va a estar haciendo cuando tu cara se ponga azul.-
rió.
El abuelo se estaba acercando con tres barras de chocolate y una caja de bombones.
- Uuy, yo quiero la caja de bombones!- grito Allison cuando el abuelo se sentó a
mi lado.
- No, no, no… ese es un regalo para tu madre, toma el chocolate blanco que tanto
te gusta y tu el chocolate negro amargo Janelle, no se como te gusta, es muy
fuerte querida.- dijo poniéndonos los dulces en nuestras manos.
- A mi me encanta abuelo, se siente el verdadero sabor a chocolate - sonreí
mientras trataba de abrir el envoltorio, luego miré de reojo al hombre de los ojos
verdes que seguía mirándonos.
- Bueno, y para mi, chocolate negro con leche. Falta poco para que llegue el
vuelo?
- Si, solo diez minutos- mordí el chocolate.
Miré hacia la pared, donde se encontraba apoyado hace unos minutos aquel hombre de
ojos verdes que observaba a mi abuelo, pero ya no estaba. Me extrañó porque solo hace
un momento lo vi todavía mirándonos, parecía como si hubiera desaparecido.
Permanecimos sentados hasta que terminamos de comer los chocolates, cuando estaba
saboreando el ultimo trozo en mi boca, cerré los ojos. De pronto escuché la voz de una
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mujer que anunciaba la llegada del vuelo 416 arribando de Colorado a Asunción, abrí
los ojos de golpe y me puse de pie al mismo tiempo que las otras personas que estaban
sentadas y me dirigí hacia la puerta por donde saldría mi madre para que me viera.
Allison me siguió con el abuelo que sostenía la caja de bombones.
Vi tras la ventana grande cuando el avión aterrizó, y abracé a Allison por la emoción del
momento quien me devolvió el abrazo de la misma forma, todos estábamos ansiosos de
ver a mamá cruzar la puerta 5 del aeropuerto, se sentía como si mamá fuera una
cantante de rock a quien iba a conocer.
Al cabo de unos minutos cortos que parecieron largos, la gente comenzó a salir por la
puerta, se encontraban con las otras personas que los esperaban o se iban solos. Me puse
de puntillas para ver mejor cuando mamá llegaba, todos estábamos mirando hacia la
puerta y de pronto sentí un golpecito en mi hombro, me di la vuelta.
- Hijaaa! – gritó mamá al mismo tiempo que me abrazaba de la forma que tantas
veces me había imaginado.
- Mamaaaá! Te extrañé tanto! – nos quedamos abrazadas unos minutos hasta que
Allison se hizo notar.
- Bueno es mi turno! Yo soy la que luego apenas la veré! Además soy la mayor!-
me empujó y abrazó a mamá. Me hice a un lado mientras observaba la imagen.
- Mi Allison!, mi hijita que se va a casar mañana! No puedo creerlo!- se le quebró
la voz – creo que ya voy a llorar ahora!- sonreímos todos.
- Mamá, no sabes cuanto te eché de menos! Tienes que ver todos los planes que
tengo para mañana! Mira traje mi cuaderno para que veas como estará
organizado todo- sacó su cuaderno de operación boda de la cartera, mamá me
miró y sonreímos entre las dos.
- Ya me parecía que tendrías algún cuaderno de planificación.- el abuelo tosió
para que se fijen en el.
- Papá!- grito mamá al ver al abuelo- papá!- le abrazó fuertemente.
- Mi querida Rita!- mostró su regalo- mira te compramos un regalo de bienvenida
son bombones, se que te encantan!
- Gracias! No se hubieran molestado! Hay los extrañé tanto- nos abrazamos entre
los cuatro y comenzamos a caminar hacia las escaleras mecánicas.
- Mamá, que tal el viaje?- preguntó Allison mientras bajábamos por las escaleras.
- Muy bien, cansador, pero muy bien, debemos ir a buscar mi maleta abajo no?
- Si, las maletas están abajo en la cinta.
- Hay querida, y como está Jake?, que tal todos los preparativos?
- Jake esta bien, los dos estamos ansiosos por mañana.
- No puedo creer que mañana te casas… ven aquí te daré otro abrazo!- llegamos al
piso de abajo y se abrazaron.
- Me da tanta rabia que recién hoy pude venir, quería estar más tiempo con
ustedes antes de la boda, pero no había vuelos.
- No importa mamá, lo bueno es que ya estás con nosotras, y quiero advertirte que
tendrás que pasar la noche en mi habitación conmigo.- Allison sonrió.
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- No me importa, estoy tan feliz, será la última noche que tendré con mi niñita, te
leeré algún cuento si?- reímos entre los cuatro.
- No tengo problema con eso.- sonrió Allison.- caminamos hasta que llegamos
donde se recogían las maletas, por suerte la de mamá llegó rápido porque solo
traía un solo bolso, el abuelo tomó la maleta y nos dirigimos a la salida.
- Dejamos el auto un poco lejos- advirtió el abuelo.
- Sigues con el mismo auto Allison?
- Si, es mi orgullo!- bromeó Allison, pero era verdad….
Caminamos y llegamos al auto, mamá se sentó a lado mío en el asiento trasero detrás de
Allison y comenzamos el viaje de vuelta a casa.
Llegamos a la ruta y sabiendo que el viaje era de una hora quise conocer más del lugar
donde me iría a vivir, así que, me voltee para hablar con mamá.
- y mamá?, que tal es Creede?- pasé la mano por mi cabello mirando las puntas
que llegaban hasta mi cintura.
- Ayy.. querida.. te va a encantar, se que no es como aquí, pero tiene unos paisajes
hermosos, ni te imaginas como es invierno, lo cual verás muy pronto ya que
pasaremos las festividades allí.
- Enserio?, no recuerdo como era la nieve. Y creo que luego la odiaré – refunfuñé
para mí, mirando a la ventana.
- Que dijiste querida? No te escuché bien.
- No nada.. y te quería hacer una pequeña preguntita…
- Si?
- Bueno, ya que tu trabajas en la tiendo.. y yo.. bueno.. es que.. tu sabes que.. el
colegio.. y.. este..
- Querida, solo dímelo!- me acarició el brazo.
- Bueno.. estaba pensando que tal vez quisiera movilizarme yo sola por la ciudad
y..
- Ayy Janelle.. era eso? Tranquila.. me estás preguntando si puedes tener un auto?
- Emm.. si.. – abri mis ojos tratando de mirarla con lastima.
- No te preocupes.. creo que lo vas a necesitar ya que vivimos, es decir vas a vivir
al norte de Creede.
- Pero la casa estaba en el centro de creede.. cuándo te mudaste?
- Bueno era una sorpresa pero, hace unos meses atrás, cuando me enteré lo de la
boda- acarició el brazo de Allison que estaba atenta al tráfico en el asiento de
adelante- supe que tendrían que mudarse conmigo, y..
- Y… que mamá?
- Bueno, compré una casa mas grande al norte de Creede, hacia donde están los
bosques.- su rostro pareció iluminado por la alegría- será genial no?!
- Vaya mamá!- no creía que sería tan emocionante, es decir, wow.. bosques y
montañas..- enserio hiciste eso?!
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- Si..! se que te encantará, el paisaje es hermoso… Y… vas a necesitar un
transporte para ir al colegio y a otras partes de la ciudad.. entonces..
- Entonces que mamá?.. – me estaba emocionando.. tal vez.. quizás.. haya algún
auto en mi destino!
- Entonces.. tendrás el jeep!
- El jeep..??- oh no.. recordaba el jeep de mamá, me gustaba en cierto modo, pero
no era lo que esperaba, me imaginaba con algún auto mas nuevo.
- Recuerdas el jeep verdad Janelle? Te encantaba jugar con el tapizado marrón.
- Si.. pero.. y tu como te vas a movilizar si es que yo me quedo con el jeep?
- Bueno, pensé en eso también y me compré un pequeño auto, ya que mi único
viaje será de la casa al centro, donde está la tienda.
- Vaya… - traté de cambiar de tema, no me quería imaginar en que estado estaría
el jeep ahora, es decir, ya era viejo cuando era niña…- y el abuelo te ayudará a
administrar el lugar, verdad abuelo?
- Si, me encantará poder pasar más tiempo con mi hija- dijo tosiendo en forma de
sarcasmo, sonrió mientras mamá arrugaba su nariz.
- Si claro..- dijo mamá fingiendo estar enojada. – se que me extrañaste, no intentes
encubrir tus sentimientos paternales. – reímos todos.
Miré en la ventana los árboles en los costados de las aceras.
- Penúltimo día- suspiré, mamá me abrazó.
- Tranquila querida, sé que te adaptarás a Creede, hay muchos lugares hermosos
para conocer allí, y el colegio es muy bueno.- volví a suspirar con tristeza, pero
traté de disimularla con una pequeña sonrisa.
- Si. Sé que será un lugar hermoso mamá.
Miré de nuevo por la ventana y reconocí la calle, estábamos llegando a casa. Allison
volteó mientras maniobraba con el auto en la entrada de casa, dirigiéndose al garaje.
- Llegamos!- sonrió Allison.
- No puedo creer que he vuelto. – dijo mamá emocionada, llevándose la mano a la
boca. – Wow!!! No puedo creer como creció el rosal de la abuela!- abrió los ojos
mientras bajábamos del vehículo – creció adornando toda la casa! Está
bellísimo!
- Si... el abuelo las supo cuidar, verdad?- dije orgullosa de mi abuelito.
- Bueno, este... solo las regué y corté alguna que otra vez...- el abuelo se sonrojó.
- Papá! Tu cuidaste el jardín!- exclamo asombrada mamá.
- Pues si..
- Vaya! Pensé que habían contratado a alguien, definitivamente tienes un talento.
Nos quedamos observando la casa, hasta que de pronto el abuelo se inquietó.
- Bueno, bueno. Vamos todos para adentro que así les preparo una cena
inolvidable.- dijo el abuelo mientras subía las escaleras encantado con la idea que se
le había ocurrido.
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- Espera que tengo las llaves en la cartera- dijo Allison mientras revolvía su cartera
negra de charol.
- Mamá antes de que entremos quiero advertirte que todo está un verdadero desastre,
es decir, todo está empaquetado y en cajas.
- Ayy Janelle, no importa, sé que tienen todas las cosas en cajas y ahora que me lo
dices me recordaste que mañana a la mañana debemos mandar las cosas. Así que
antes de todos los preparativos debo ir a llevar con tu abuelo las cajas para
Colorado.
- Pero y quien las va a recibir?
- Linda, te acuerdas de ella? Solía cuidarte cuando ibas a Creede de vacaciones.
- Oh si..- Dijo Allison mientras ya abría la puerta de casa y entrábamos- Yo la
recuerdo, era tu amiga , no mamá?
- Si, es una muy buena amiga.- sonrió.
- Si ya la recuerdo, comenzó a cuidar de Janelle después de aquella vez que se
rompió la pierna verdad?
- Si! Fue ahí cuando supimos que no podía andar sola por ahí..- dijo sarcásticamente
mientras me abrazaba.
- Si mamá, cuando eso era una pequeña niña que corría por todas partes, pero creo
que en mi infancia ya he corrido todo lo que tenía que correr, así que no te
preocupes, ahora me paso todo el día tirada en el sofá como una lechuga, la única
diferencia es que no soy verde- sonreí.
- Si, eso es lo que tu crees- dijo Allison mientras iba a sentarse al sofá.
- Bueno niñas, recién llegué y ya están con discusiones sarcásticas, parece como si
nunca me he ido.
Me di cuenta que mamá todavía seguía con la maleta cuando la puso en el piso,
entonces la tomé y caminé hacia las escaleras.
- Mamá, ven te llevo la maleta en el cuarto de Allison, acompáñame así puedes
recordar la casa.
- Si! Vamos!- dijo mamá todavía emocionada.
Mamá subió las escaleras y yo la seguí observando su cabello chocolate que le llegaba
por los hombros.
- Cuando te cortaste el cabello?- pregunté mientras abría la puerta de la
habitación.
- Oh! Te diste cuenta!- pasó la mano por un mechón – la semana pasada, quería
verme diferente para la boda, entonces decidí que era momento de un extreme
makeover- sonrió mientras trataba de decirlo como una de las personas que
aparecen en los programas de televisión, la acompañé sonriendo.
Entramos en la habitación que estaba casi vacía, ya que Allison ya bajó sus cajas a la
sala para que haya espacio para un colchón en el piso.
- Bueno creo que te toca dormir en mi cama mamá, porque ni sueñes que luego de
pasar por 24 horas de vuelo te vayas a dormir en el piso…- volteé para llevar su
maleta a mi habitación.
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- Pero claro que no!.- tomó la maleta de mi mano y la bajó en el piso.
- Mamá! Como vas a dormir en el piso?!
- Tranquila en todo caso trataré de convencer a tu hermana y compartiremos la
cama– acarició mi rostro- tiene una cama bastante grande como para que las dos
entremos.
- Esta bien… - fruncí el seño.
- Querida lo que si apreciaría es que me prestes alguna toalla, porque olvidé traer
la mía.
- Está bien, enseguida te la traigo.
- Me tomaré una fría ducha y luego bajaré a pasar la noche en familia, ok?
- Ok, avisaré al abuelo para que me deje preparar mis famosas pizzas Cardelli.
- Si!- aplaudió- pero no dejes que tu hermana se acerque a la cocina- sonrió.
- No te preocupes, estará bien ocupada con las últimas llamadas para la boda de
este día.
Me dirigí a las escaleras y bajé a la cocina.
- Abuelo, quiero preparar algunas pizzas para recibir a mamá, así tenemos una
noche de pizzas como antes, recuerdas?
- Oh si!, tu madre adoraba el mozzarella de las pizzas con pepperoni- dijo
mientras se servía un poco de jugo- buen, bueno, entonces te dejo la cocina para
que hagas de las tuyas.
- Gracias abuelo!- dije mientras abría una alacena y sacaba la harina.
- No hay de que – salió de la habitación dirigiéndose a la televisión.
Empecé a sacar varios ingredientes, huevos, un poco de leche, y agua para la masa, lo
mezclé y comencé a amasar. Estiré la masa y formé dos masas para pizzas, metí el
primero al horno y empecé a sacar la salsa de tomate,, el queso mozzarella, pepperoni y
aceitunas. Odiaba los tomates en rodajas en las pizzas así que, no los puse. Me senté a
esperar que se cocinara la masa, dentro de unos días estaría en Creede. No quería ir, era
un pueblito en medio de la nada, sería uno se esos lugares donde no existen secretos,
donde todo se sabe, no creo que ni exista gente joven en tal lugar, y lo peor casi siempre
hace frío, y hay nieve en todas partes, no se si podré resistir mis dos últimos años de
colegio allí, por suerte ya he planeado mis años de universidad, bien lejos. Espero que
me vaya bien en el colegio y los métodos de enseñanza no sean tan difíciles, necesito
ganar alguna beca…
- Janelle, ya chequeaste la pizza?- Allison entró en la cocina.
- La pizzaa!
Corrí al horno y saqué justo a tiempo la masa de la pre pizza.
- Menos mal que llegué osino tendríamos que ordenar comida china- Tomó una
rebanada de pan que estaba en un pequeño recipiente en medio de la mesa.
- No comas todavía- dije mientras que sacaba el pan de la boca de Allison
- Pero todavía tardarás- me sacó el pan de la mano.
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- Pero si comes el pan de más no entraras en tu vestido mañana- volví a sacarle el
pan y lo puse en el recipiente de la mesa.
- Simpática, tengo hambre, no puedes apurarte.
- Y tu que te crees..?- comencé a preparar la primera pizza- Si mañana no era el
último día que te tendría cerca te tiraría el tomate en tu cara!- sonreímos.
- Si quieres te ayudo- la mire con una cara asustada
- Nooo!- me pegó con una cuchara- está bien, pon esta otra masa en el horno y
luego ven a poner las aceitunas a esta otra si?
- Ok, vas a ver que lo haré bien
- Eso espero- sonreí con picardía.
Mamá entró en la habitación y fue directo a sentarse cerca de la mesa lucía exhausta
pero trataba de fingir su cansancio.
- Oh! Allison está cocinando! Puedo ayudar?
- Si- dije mientras que me sentaba en otra silla a lado de Allison- Pon pepperoni
en la pizza con Allison.
- Ah! Ya veo porque estás en la cocina, solo debes colocar aceitunas no Allison?-
sonrió mostrando todos sus dientes.
La sonrisa de mamá es hermosa, tiene una dentadura perfecta y cuando sonríe lo
hace como si le viniera del corazón, es una risa tan honesta y pura que a cualquiera
le contagia su picardía, quisiera poder sonreír como ella o parecerme tan solo un
poco a ella, me dijeron que más le parezco a mi abuela, que es algo bueno pero
quisiera parecerme mas a mamá y especialmente a papá.
- Cariño saca ya la otra masa, no sea que se cocine demasiado- dijo mamá
mientras que sacaba más pepperoni del paquete.
- Ah si! Enseguida la saco.
Me levanté de la silla y saqué la masa estaba cocinada perfectamente, mamá tenía
un talento en cocinar, y creo que no era la única que lo decía, en la tienda de Creede
todos la idolatran por sus comidas, tanto que creo que el próximo negocio que abrirá
será un comedor.
- Hoy el abuelo no cocinará tendrá que aguantarse y no entrar a la cocina- dijo
Allison mientras que comenzó a ponerle el queso a la otra masa.
- Allison..- dije fijándome en lo que hacía
- Que?
- Primero se pone la salsa de tomate- sonreí mientras sacaba el queso que había
puesto en la masa.
- Ayy Dios! Cuando aprenderé a cocinar algo!
- Tranquila querida solo estas nerviosa por mañana- mamá comenzó a poner la
salsa- tu cocinas bien- sonrió
- Mamá!- gritó Allison- ni tu te crees lo que dices!- reímos todas.
- Bueno pásame la pizza la pongo para que se caliente- mamá me pasó la bandeja
y la metí en el horno.
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- Bueno está casi todo listo, voy a llevar el jugo a la sala- Allison se paró y sacó la
jarra de la heladera dirigiéndose luego a la sala con el abuelo que miraba las
noticias.
Quería preguntar algo a mamá de cómo sería Creede pero no me animaba ya que
siempre se me escapaba algo que la hacía decaer respecto al viaje. De igual manera
quería hablar con ella así que mejor empiezo a sacarle el tema.
- Mamá, que tal te va en la tienda?
- Bastante bien, gano lo suficiente como para mantenernos a los tres cuando
vayamos ya que solo hay dos tiendas- sonrió.
- Oh.. que bueno!- fingí emoción ya que solo quería sacarle información de cómo
era la ciudad ahora.
- Sabes, ha mejorado mucha la ciudad, hay mas gente, no es como hace unos
años- me miró sacándose el cabello de la cara prácticamente diciéndome que
había descubierto mi plan de sacarle información.
- Que suerte- miré a otro lado y luego decidí decirle la verdad- esta bien, me
atrapaste, solo quiero saber si no es un pueblo aburrido donde solo hay gente
anciana y nieve.
- Ayyy hija, no has cambiado en nada, el pueblo no es como lo recuerdas, hay
muchos jóvenes de tu edad ahora, estoy segura que harás muchos amigos, ahora
que recuerdo quiero presentarte a la hija de mi amiga que al mismo tiempo su
madre fue amiga de tu abuela, se llama Jamie Ross, creo que se llevarán muy
bien te parece mucho.
- Enserio? Que bueno por lo menos tendré alguien a quien hablar- me levanté a
sacar la primera pizza y metí la que estábamos terminando con mamá.
- Creo que ya la conociste en una de las veces que viniste a visitarme, pero eras
muy pequeña así que ahora la conocerás.
- Genial, es de mi misma edad?
- Si y será tu compañera en el instituto.
- Oh, si casi lo olvido, mamá cuéntame sobre el instituto, descríbeme como es
- Sabía que me preguntarías sobre eso-sonrió- bueno es un edificio bastante
simple, es rojo, y tienen muy buenos profesores, creo que uno hasta tiene una
buena pagina en internet donde apunta las tareas que da a sus alumnos. Es una
muy buena institución.
- Oh, está bien y volviendo a Jamie, como es la historia de amistad por
generaciones?
- Oh, si- sonrió- es prácticamente algo de generaciones, su mamá es mi amiga,
Linda, y la mamá de Linda fue amiga también de tu abuela, ella creo que se
llamaba Julia- dudó un poco- si, su nombre era Julia, creo que ahora te toca a ti y
a Jamie. Ella está ansiosa de conocerte, siempre le hablo de ti y espera hace un
tiempo que puedas venir a vivir a Creede.
- Enserio?, bueno tendré una nueva amiga, al fin- suspire.
- Porque dices eso querida?- me acarició la cabeza.
25
- Pues, tu me conoces, no soy tan amistosa con todos y.. pues.. no tengo una
amiga íntima, una mejor amiga.
- Bueno ahora tienes la oportunidad de ser quien eres en una nueva ciudad y estoy
segura que harás no una amiga sino muchas.
- Gracias mamá- la abrasé- la pizza ya debe estar- me levanté y saqué la última
pizza del horno.
- Bueno vamos a la sala así cenamos todos juntos, hay alguna película ara ver?
Extraño tanto las noches de pizza y películas.
- Si! Yo también creo que Allison alquiló una, y hablando de eso mañana debo ir
a devolverla.
Fuimos y nos sentamos todos en el sofá de la sala mientras que Allison colocó la
película en el Dvd y empezó. No entendí mucho la película trataba sobre la segunda
guerra mundial y algunos judíos que lograron escapar a los bosques y vivir allí,
estaba tan preocupada por el lunes, el día del viaje. No quería demostrarlo pero esta
aterrorizada de ir a un colegio nuevo donde no conocería a nadie, bueno, conocería a
Jamie, pero lo más probable es que no esté en tantas clases con ella. Encima mamá
había comprado aquella casa al norte de Creede, recordaba esa casa, era de dos pisos
rodeada de un pequeño bosque de pinos y de un paisaje de montañas que casi
siempre estaban con nieve, era un poco lejos del centro de Creede, pero que mas da
por lo menos tendré privacidad lejos de todos, me pregunto cual será mi habitación,
o si tendrá calefacción la casa, es decir era bastante vieja, por lo menos así la
recuerdo, no creo que mamá la compre si estaba en mal estado, debe haberse
mejorado, y ahora que recuerdo, no tengo ropa para el frío, tendré que recordarle a
mamá que me debe comprar ropa apenas lleguemos. La película transcurría y la
pizza estaba riquísima, algo que estaba feliz de haber heredado de la familia de papá
es el gran arte culinario Italiano, aunque estoy segura que el saber cocinar era de
parte de las dos familias. Abracé a la almohada que tenía cerca, y me di cuenta que
me estaba quedando dormida, miré mi reloj y eran las 10:30 Pm.
- Allison es tarde no quieres quedarte con ojeras mañana verdad?
- Shhh!- Allison estaba atenta a la película- ya termina! Solo sube a dormir tu.
- Ok- me levanté- pero tu lavas los platos, no tu abuelo, estas castigado!- sonreí.
- Yo te acompaño hija- mamá se levantó- estoy agotada por el viaje.
Subimos las escaleras y me despedí de mamá en la puerta de mi habitación.
- Buenas noches mamá
- Buenas noches hija- dijo mamá dándome un beso en la frente.
Di la vuelta y entré a mi habitación, me puse mi ropa con la que usualmente dormía
y me tiré en mi almohada.
Capitulo 3
“La Boda”
26
Estaba en un bosque cerca de una montaña, y corría tocando las puntas de las ramas de
los pinos, parecía que quería escapar, hacía frío, no entendía donde estaba, solo sabía
que no quería estar en ese lugar. De pronto sentí algo tibio en el rostro.
- Querida, ya debes despertarte, hoy es la boda de Allison!- mamá me rozó con
sus dedos mi mejilla.- querida estas helada!- exclamo con desespero frotándome
los brazos.
- Buenos días mamá, tranquila no es nada, suelo estar fría casi siempre- sonreí
mientras que me levantaba de la cama.
Sabía que eso no era verdad, pero no quería preocupar a mamá, ya tendríamos
tiempo para que se enfoque en mi, ahora es el momento de Allison.
- Pero hija, estas segura que no te pasa nada?
- Si, tranquila. Todo está bien- me paré y me até el cabello- bueno que te parece si
vamos a ayudar a Allison
- Esta bien, si tu lo dices, vamos a la cocina que están desayunando todos.
Me puse mi reloj, como de costumbre y me dirigí rápidamente al baño, me lavé la
cara y me sequé con la toalla, era algo que típicamente hacía al despertarme, volví al
pasillo, mamá me estaba esperando y al acercarme a ella bajamos las escaleras a la
cocina. Allison estaba con el teléfono de la casa y su celular en las dos manos,
totalmente nerviosa por esta tarde.
- Buenos días mi pequeña hijita que se convertirá en una mujer lejos de su mami!-
mamá abrazó a Allison, sonreí.
- Buenos días mamii!
- Hija, ya se que estás nerviosa pero suelta esos teléfonos, pasemos un lindo día
si?
- Pero.. y el catering.. y el vestido a que hora vendrá? Y...- mamá tomo los
teléfonos y los puso en la mesada de la cocina.
- Ahora desayunaremos en familia, luego veremos lo del catering y el vestido.
El abuelo entró a la cocina.
- Pero buenos días!, veo que lograste sacarle los teléfonos a Allison!- el abuelo
sonrió.
- Es el trabajo de una madre.- sonrió mientras preparaba café.
- Bueno, hoy es un día importante, ya sabes donde será la luna de miel o Jake
sigue sin decírtelo?- preguntó el abuelo.
- Bueno, eso es lo único que realmente me pone nerviosa no poder controlar,
sabiendo que Jake se está encargando de eso me está volviendo loca!- Exclamo
Allison con nerviosismo.
- Ayy Allison, ya verás que Jake te dará una gran sorpresa- tomé mi taza y me
senté a esperar el café.
- Solo espero que no lo haya programado para ir a algún lugar patético, ya sabes
como es Jake…- Allison pasó su mano por sus rubios cabellos.
27
- Bueno, volviendo a la boda, a que hora debes ir a la peluquería?- mamá trajo la
jarra de café y me sirvió en mi taza llenándola por completo.
Miré al abuelo de manera burlona, mamá no lo hubiera matado para nada por el
café, ella era igual de adicta que yo! Sonreí al abuelo quien al mismo tiempo bebió
el café que se había servido.
- Bueno, tengo cita para las 4 ya que la boda es a las 7 quiero tomar todas las
precauciones posibles- dijo Allison, mientras bebí el café que tenía en mi taza
con dibujos de flores negras.
Era una taza hermosa, me encantaba. El abuelo me la había regalado, ya que sabía
que me gustaban las flores de un color oscuro, especialmente si son negras, ya que
parecen irreales, yo por lo menos nunca había visto una flor negra por naturaleza,
así que me gustaba pensar que alguna vez veré una.
- Y de la decoración de la fiesta, quien se encarga? Mamá estaba atenta a cada
detalle de la boda.
- La Tía Sandra, ya que tiene su agencia de decoración me lo obsequia como
regalo de bodas, espero que sea lindo porque me voy a deprimir si no me gusta.-
bebió el resto de su café.
- Entonces tu no sabes como será la decoración?- preguntó mamá mientras que
acomodaba su taza en la mesa.
- Nop, es una sorpresa.
- Tranquila Allison, la Tía Sandra tiene buen gusto- dije al terminar el resto del
café en mi taza.
- Bueno que hora es?- preguntó Allison, se notaba que estaba ansiosa.
Miré mi reloj de muñeca y eran las 10:17 Am
- Son las 10 Allison, tranquila que te parece si vamos a pasear? Así le mostramos
el barrio a mamá.
- Está bien, así trato de concentrarme en algo más.
- Abuelo, podrías..?
- Tranquilas niñas el abuelo amo de casa lavará todo, vayan a divertirse.
- Gracias abuelo!
- Eres el mejor!
- Si ya lo se, ya lo se…
El abuelo se levantó y comenzó a lavar las tazas, mamá y Allison se adelantaron ya
que se habían cambiado de ropa antes de desayunar, así que fui corriendo a mi
habitación y me puse una remera azul y unos jeans un poco más oscuros.
Al bajar las escaleras, me imaginé que dentro de dos días estaría bajando las
escaleras de la nueva casa en Creede. Me sentí un poco triste, pero era una decisión
ya tomada, así que me debía adaptar a la situación. No podía quedarme a vivir aquí
sola, así que Creede, allá vamos!
28
Llegué a la puerta de entrada, mamá y Allison me estaban esperando, comenzamos a
caminar hasta que al salir a la calle me di cuenta que Allison tenía en sus manos la
cámara que el abuelo me había regalado.
- Allison, quien te dio permiso para usar mi cámara?
- Ay.. Pensé que sería lindo tomarnos fotos antes de la boda con mamá, así
pueden recordar todo este día.
- Es una buena idea. Janelle, no pelees hoy con tu hermana, es el último día que
estaremos juntas, esta noche ya se irá a su luna de miel, y después a la mañana
siguiente ya nos iremos a Colorado, y luego no la veremos más…- mamá
comenzó a lloriquear.
- Mamá! Todavía no es siquiera la boda!- Allison la abrazó mientras que mamá se
secaba las lágrimas.
- Es cierto, no voy a llorar, me propongo a aguantarme hasta el momento de tu
boda, después no seré responsable de mis acciones.- sonreímos.
- Tranquila, no voy a pelear con Allison que les parece si nos sacamos fotos en
frente a la casa?
- Está bien- Allison se puso a lado de mamá.
Mamá abrazó la cintura de Allison y di unos pasos atrás para tomar la fotografía.
- Bueno ahora es mi turno- dije mientras daba la cámara a Allison.
Me puse a lado de mamá, teníamos la misma estatura, no tan altas, claro, pero
éramos felices siendo bajitas.
Allison tomó la fotografía y luego me la volvió a entregar.
- Ahora una de las tres- dije mientras nos abrazamos
Tomé la foto con mucho esfuerzo para que salgamos todas.
- Bueno, ahora vamos a recorrer el barrio, quiero ver si ha cambiado algo.-
Mamá comenzó a caminar, pude ver que cerró los ojos y suspiró. Debía haber
extrañado tanto estas calles, aunque no se, tal vez le traían malos recuerdos, de
cuando papá y ella… Eran la mejor pareja, cada atardecer salían a pasear por estas
mismas calles, luego volvían a casa y se sentaban en la entrada a mirar el cielo, las
estrellas, la luna, algo que sin duda, se me había quedado grabado en la memoria.
Asociaba el cielo con mi padre, siempre miraba la luna y sonreía. Recuerdo que una
vez me había llevado a un planetario, era uno de los tantos recuerdos nostálgicos
que tenía de mi padre, el mejor papá.
Ally y yo seguimos a mamá, fuimos caminando y observando el vecindario.
Mamá estaba entusiasmada con la boda al igual que Allison, así que las dejé que
caminen tranquilas a un costado, mientras tenía tiempo para pensar con tranquilidad,
ya que dentro de unas horas no habría tiempo ni para recordar algo.
No le había dicho nada a Allison pero sabía que la decoración estaría hermosa,
porque la Tía Sandra me había contado todos los detalles, el salón estaría hermoso,
al igual que la iglesia, ya que estaban situados uno al lado del otro, el tema central
eran las rosas y al salir teníamos preparado pétalos de rosas para lanzarles cuando
salían.
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Estaba segura que la boda sería un éxito, lo que me preocupaba era lo que pasaría
después de la boda, de la fiesta y de la noche. Volar a Colorado, ese era mi temor,
aunque nadie sabía, me aterrorizaba volar. Tan solo imaginarme estar a miles de
pies sobre la tierra y luego tener que volar un poco sobre el mar, no creo que pueda,
tal vez si bebo algún tranquilizante antes de subir, si eso haré antes de subir me
tomaré un tranquilizante, o tal vez algo para dormir, si eso estaría mejor, así duermo
todo el viaje. De pronto me di cuenta que mamá fue y me abrazo mientras que
seguíamos caminado.
- Hija, se que estás preocupada por el viaje, por mudarte a un lugar nuevo y dejar
a todos tus amigos, pero todo saldrá bien.
- Si, ya lo se mamá, a parte, prefiero estar contigo.- la abracé
Miré mi reloj y marcaban que ya eran las 12:30 y debíamos volver para almorzar.
Habíamos caminado y entretenido con cualquier detalle que no pensamos en la hora.
- Mamá! Son las 12:30! Debemos volver a almorzar
- Oh no! No nos dimos cuenta de la hora, estamos muy lejos?
- Bueno estamos a 12 cuadras de casa, creo que tardaremos 30 minutos, así que
apurémonos!- comenzamos a caminar de vuelta a casa.
- No puedo creer que perdí la noción del tiempo, encima justo hoy! Justo hoy!-
Allison repetía esa frase como si se reprochara a si misma.
- Bueno Allison, todavía falta para tu cita en la peluquería- dije mientras colocaba
la cuerda de la cámara alrededor de mi cuello.
- Si, pero debo llamar para que envíen el vestido a la peluquería y tengo que
llamar al chofer del auto para que venga a buscarme a las 6:30 de la peluquería
para llevarme a la iglesia, gracias a Dios que el salón de la fiesta es a lado…
Allison se estaba poniendo nerviosa, así que mamá fue y comenzó a calmarla, yo
solo seguí mi camino, mirando el cielo que estaba de un perfecto azul, respirando el
aire y escuchando cada sonido que emitían los pájaros.
Caminamos durante mucho tiempo, ya estábamos llegando cuando vemos el auto de
Jake en la entrada de casa. Allison, corrió a la casa, mientras mamá y yo nos
miramos con una sonrisa que afirmaba que las dos pensábamos en lo mismo.
- “El Amooor”- repetimos las dos al mismo tiempo que sonreíamos.
Caminamos hasta acercarnos a la casa, Allison estaba abrazando a Jake, que al ver
que llegamos a la casa, se acercó a saludar a mamá.
Corrí a el interior de la casa mientras que los demás seguían hablando en la puerta
de la casa, me dirigí directamente al baño a lavarme el rostro, estaba exhausta, no
creía que iba a soportar la boda y luego el viaje en avión. Me sequé la cara con una
toalla rosa y la puse en su lugar de nuevo. Baje las escaleras y encontré a toda la
familia en la sala, todos hablaban sin para era típico de mi familia, cuando mamá
llegaba estábamos en la misma sintonía.
- Vamos, preparé unos riquísimos ravioli a la bolognesa! – dijo el abuelo mientras
mostraba el camino al comedor.
Nos dirigimos a la mesa rectangular de madera y cada uno ocupó un lugar.
- Bueno, quien quiere dar las gracias?- dijo mamá mientras que juntaba las manos.
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- Bueno, como creo que será la última vez que estaremos todos juntos en nuestra
casa de Paraguay, lo haré yo- Allison tomó la mano de Jake, mientras cerraba
los ojos – “Querido Dios, te damos gracias por este momento, gracias por darnos
la oportunidad de estar todos juntos nuevamente, te pedimos que bendigas este
día, que todo salga de acuerdo a tus planes y también te pedimos que bendigas
estos riquísimos ravioli que el abuelo ha preparado con tanto amor, en el nombre
de Jesús, Amén”.
- Amén- repetimos todos.
Cada uno comenzó a servirse la comida, tomé la jarra de jugo de naranja y me serví
un poco en el vaso que tenía enfrente. Normalmente me quejaba del jugo de naranja,
no es que no me agradaba, sino que me molestaba la garganta casi siempre a la
noche cuando la tomaba, prefería el jugo de durazno, pero como todos estaban tan
felices, no quería arruinar la velada.
Mamá sirvió un poco de comida en mi plato y luego me lo entregó. Tomé los
cubiertos y metí un bocado en la boca, el abuelo se había pasado, el ravioli estaba
excelente. Miré a mí alrededor mientras comía, mamá estaba a mi lado, el abuelo, a
lado mío y en la punta de la mesa, estaba hablando con Jake quien estaba enfrente
de mamá y alado de Allison, todos a la par que hablaban y comían, sonreían, era una
escena de la perfecta familia feliz, solo que faltaba un integrante, aunque estaba
segura que realmente estaba en la otra punta de la mesa también sonriendo.
No podía creer que llegó este día. Allison se casaría y nos mudaríamos a Creede.
Pensando sobre la mudanza recordé que el abuelo debía haber enviado los muebles
y las cajas de ropas.
- Abuelo, te recordaste de enviar las cajas?
- Oh, si tranquila, mientras salieron a caminar vinieron los del camión de envíos y
ya se llevaron las cosas, estarán llegando al mismo tiempo que nosotros pasado
mañana.
- Oh, ok.- dije mientras tomé el vaso y bebí el jugo de naranja.
Seguí comiendo, no pensé que tenía tanta hambre, hasta que llegué al fondo del
plato, mamá sonrió al darse cuanta que me había sorprendido de pronto mi plato
vacío.
- Parece que alguien tenia hambre, que no le dan de comer a mi pobre hija?-
bromeó mientras me abrazaba.
Todos seguían conversando y yo simplemente me detuve a mirarlos hasta que todos
terminaron de comer.
- Que hora es?- pregunto Allison.
- Otra vez con la hora! - dijo al abuelo levantando los brazos al cielo
Miré mi reloj y eran las 2:30 pm.
- Emm... Allison, no te desesperes pero son las 2:30…
- Que?!?- Allison, se levantó de la mesa y corrió a buscar su cartera – mamá tengo
que llamar a los del vestido y luego a confirmar el horario del catering y juntar
mis cosas para luego ir a la peluquería!
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- Hija, tranquila, yo te ayudaré tu ve y has tus llamados y yo voy a buscar las
cosas que necesitas para ir a la peluquería. Acompáñame Janelle a buscar
nuestros vestidos y las cosas de tu hermana.
- Bueno, creo que es hora que me vaya- dijo Jake.
Allison, al escuchar a Jake, volvió a la cocina y le dio un beso en la mejilla.
- Discúlpame amor, son los últimos detalles, esta noche todo cambiara si?
- Está bien, nos vemos en el altar! – los dos sonrieron y se abrazaron.
- Nos vemos amor!
Jake se dirigió a la puerta y salió en su auto rojo a toda velocidad. El abuelo se
levantó y sacó la mesa, mamá y yo subimos las escaleras. Entré en mi habitación y
tomé mi vestido azul marino que colgaba solitario en el armario, tenía un escote V y
en la parte de la cintura tenía una cinta que luego me la ataría en forma de moño,
parecía uno de esos vestido estilo Marilyn Monroe, la metí dentro de un plástico
para que no se arrugara y luego salí al pasillo al mismo tiempo que mamá salía de la
otra habitación, con su vestido y un bolsón lleno de cosas. Bajamos las escaleras y
fuimos a la sala donde Allison estaba histérica con el celular. Nos sentamos en el
sofá y encendí el televisor mientras que esperábamos que se hicieran todas las
llamadas necesarias. Di el control mamá y empezó a recorrer varios canales sin
interés alguno. Yo no estaba atenta a lo que estaba pasando en ese momento, seguía
imaginando el viaje en avión y lo incómodas que serían las sillas, y a cuantos pies
estaríamos de la tierra y cada vez me ponía mas nerviosa, no deseaba tener que
volar, había pasado tanto de la última vez que había puesto un pie en un avión que
tenía miedo a que se estrellara o algo así, creo que he visto muchas películas, pero
que pasaría si el piloto perdiera el control, o si hubiera un ataque terrorista, o si
hubiera un asesino en serie a bordo, creo que Hollywood afecta al subconsciente de
las personas. Tomé un almohadón y lo abracé el viaje no era lo único que me
asustaba, el destino era lo que me aterraba, probablemente todos los jóvenes de el
pueblo se conocen des de que tienen pañales y al llegar seré un bicho raro, alguien
fuera de lugar, todos me observarían y sería el centro de atención, hasta ahora solo
tenía una esperanza de amistad, y ni siquiera sabía si me llevaría bien con Jamie,
que pasa si era una de esas chicas insoportables que solo fingen con los adultos ser
dulces y terminan siendo una peste para los demás adolescentes, una de esas niñas
perfectas que discriminan a los demás creyéndose perfectas y lastimando a todos.
Odiaba esa personas definitivamente si ella era así no me acercaría a ella, solo
espero que los demás futuros compañeros sean agradables, y que no me utilicen
como el nuevo juguete brillante. Solo quiero pasar desapercibida pero en Creede
creo que eso no iba a ser posible. Lo único que me alegraba del viaje sería que
tendría la oportunidad de al terminar el colegio buscar alguna universidad que me
acepte e irme lejos de Creede, aunque extrañaría a mamá y al abuelo, pero debo
independizarme alguna vez, así que creo que no está mal pensar de ese modo.
Estuve encerrada tanto tiempo en mis pensamientos que al darme cuenta de eso vi
que Allison cortaba el teléfono y venía hacia la sala.
- Oh Dios!, ya son las 3:00!, gracias por traer las cosas, vamos ya al auto.
- Papá, Jake te vendrá a buscar a las 5:00, debes estar preparado!- grito mamá
mientras salía al frente de la casa.
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- Está bien querida, bueno vayan!- se acercó a Allison y beso su frente – estaré a
tu lado mi niña.
- Gracias abuelo, te quiero.
- Yo también Allison. Bueno vayan, vayan, que se hará tarde!
Corrimos al auto y nos subimos con los vestidos y el bolsón de mamá. Fui al asiento
trasero mientras que mamá se sentó al lado de Allison, adelante. Saludamos al
abuelo que estaba en la puerta y nos encaminamos a la calle.
Mamá y Allison iban discutiendo sobre el peinado, mientras yo acomodaba los
vestidos para que no se arruguen. Continuamos el camino, de nuestra casa llegar al
centro tomaba 30 minutos, eso era lo único que agradecía de mudarme a Creede, ahí
todo está cerca, la escuela, las casas, la tienda de mamá, sería el alivio mas grande
poder dormir un poco más, aunque ahora que lo pienso la casa es al norte de Creede
así que no creo que el tiempo varíe demasiado, pero que no serían 30 minutos de eso
si estoy segura.
Miré por la ventana y vi que estábamos ya en el centro, los árboles en los paseos
centrales estaban llenos de flores, que caían en las veredas dejando una alfombra
rosada, la gente iba pasando, mirando las vidrieras y siguiendo el camino de su
propia vida. Miré por el otro lado y vi que estábamos llegando a la peluquería, era
un pequeño local muy conocido tenía un gran cartel que nombraba el nombre de la
peluquera: “Samantha Vega”, era amiga de Allison, así que estaba encantada y
completamente segura que podía confiar en ella. Aparcamos el auto y bajamos, al
entrar una campanita dio el aviso de nuestra llegada y enseguida una recepcionista
nos acomodó en unos sillones blancos de cuero, el salón era totalmente blanco y
algunas partes en negro, un estilo deco pero bastante elegante. Nos sentamos y tomé
una revista para entretenerme, hojeé varias páginas mirando las fotos, no presté
mucha atención.
De pronto una joven se acercó, tenía el pelo corto en puntas, bien maquillada y con
un peine fino y pequeño en la oreja, llevaba una blusa rosada y una falda negra el
rubio de su pelo no era natural pero le sentaba bien en su piel blanca.
- Allison! Querida amiga!- abrazó a Allison que se había puesto de pie – no puedo
creer que ha llegado el día de tu boda!
- Sam! Yo tampoco lo creo- sonrió- dentro de unas horas dejaré de ser soltera, y
solo dejo mi cabello en manos de alguien en quien confío, asi que directamente
pensé en ti.
- Ayy, gracias linda! Pero dime, tienes pensado ya el peinado?
- Bueno estaba pensando en algo bastante natural.
Mamá se levantó y saludó a Samantha.
- Hola que tal? Soy la mamá de Allison, y ella es su hermana Janelle- me levanté
y se la joven se acercó a saludarme.
- Oh es un gusto conocerlas a las dos. A ustedes las atenderá mi asistente,
tranquila que en ella pueden confiar, yo me robaré unas horas a Allison para
dejarla perfecta para la ceremonia.
- Está bien, esperamos o nos dirigimos a las sillas?- mamá estaba un poco perdida.
33
- Enseguida viene Sandra contigo y con la joven estará Cynthia, Pueden esperar
sentadas pero no tardarán.
- Esta bien, gracias.
Mamá sonrió a Allison y levantó los pulgares en sentido de aprobación a Allison
quien la imitó y luego se dirigió con Samantha a una de las sillas.
No pasaron 5 minutos cuando llegaron Sandra y Cynthia, que nos mostraron el
camino a las sillas para atendernos, mamá fue a otra habitación yo me quedé en la
sala que estaba a continuación de la recepción con Cynthia.
Era una mujer delgada, el pelo lacio y las puntas onduladas, de tez bronceada y
vestía con un vestidito celeste con flores blancas.
Me llevó a lavarme el pelo y luego a una silla con un espejo que ocupaba casi toda
la pared delante. Me preguntó que clase de peinado quería, si levantado o suelto,
solo respondí que quería algo sencillo, natural, sin producirme mucho.
- Que te parece si, ya que tienes ondulado el cabello, te lo alisamos y te dejamos
rulos en las puntas? Así..- tomó un mechón de su cabello y me lo mostró.
- Si, es perfecto, me agrada la idea.
- Y para darle algún detalle especial que prefieres una flor en la cabeza o prefieres
un cinta como vincha?
Me imaginé con una flor enorme en la cabeza y no me gustó la idea de tener una
planta enorme en la cabeza, así que opté por la cinta.
- Creo que una cinta.
- Está bien, que color es tu vestido? – me preguntó mientras abría un cajón y
sacaba varias cintas de colores distintos.
- Azul marino- respondí tomando uno del mismo color con un tono brilloso.
- Bueno, creo que será perfecto, la cinta bebé es la elección perfecta para un
peinado natural. Está bien empecemos.
Cynthia comenzó con su trabajo, separó mi pelo en varios mechones y tomó varios
peines de distintos tamaños, yo me dediqué a imaginarme la boda, las rosas en todas
partes, la cara de Allison al ver a Jake en el altar, las sonrisas de todos observando la
escena, el festejo de su boda, el primer baile de Jake y Ally, nunca pensé que
llegaría este momento, y pensar que mañana a esta hora estaré en un avión camino a
Colorado, mi destino durante los siguientes años de mi vida. Me pregunto si el frío
me hará quedar dura y al llegar al instituto no podré moverme y todos reirán de mi,
o si me resbalo en medio del estacionamiento, que haría si el jeep resbala y choco,
Ayy... Ese jeep quien sabe en que estado estará, lo único que recuerdo del vehículo
era que a mis ojos era un monstruo gigante, creo que era gris, lo que recuerdo era
que el tapizado era suave y acogedor, por lo menos espero que funcione la
calefacción. Dios! Como llegué al jeep! Definitivamente, con mi imaginación llego
a todas partes.
Miré mi reflejo en el espejo, la peluquera ya estaba terminando, había hecho un
trabajo estupendo, el cabello parecía un liso natural hasta la cintura donde cambiaba
súbitamente en unos rulos y bucles muy naturales, me levantó el cabello y me
colocó la cinta azul.
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- Que te parece?
- Bueno- toqué la cinta- no lo tienes en negro? Así combinará con mis zapatos-
dije.
- Mmm… creo que si, voy a ver.
Buscó un una gaveta y luego la cerró mientras que abría otra de al lado, de donde
sacó una cinta bebé negra y tomando una tijera cortó un trozo a la medida de mi
cabeza, me sacó la otra cinta y me colocó la nueva.
Miré el espejo y esta vez me gustó el resultado, aunque estaba muy despejada mi
cara, así que cuando se dio vuelta la peluquera, acomodé el peinado a como lo solía
usar.
- Bueno creo que tu estás lista para ir a maquillaje- dijo Cynthia mientras que me
mostraba con su mano donde debía ir.
- Si, muchas gracias, el peinado quedó muy lindo.
- De nada.
Me levanté de la silla y fui donde me dirigió Cynthia que debía ir, allí me esperaba
una maquilladora, era una mujer adulta, tenía el pelo teñido en un rubio amarillo
mezclado con reflejos, algo que por lo menos yo, jamás me hubiera hecho, pero
bueno, sobre gustos no hay nada escrito, estaba maquillada perfectamente, así que
estaba segura que no me iba a molestar lo que haga.
- Siéntate, por favor, tengo una agenda bastante larga para hoy, así que
empecemos.
Al parecer la mujer estaba nerviosa, así que solo hice lo que me dijo, me senté y
permanecía callada, hasta que ella me dirija la palabra.
- Bueno, como quieres el maquillaje?
- Y, quiero algo sencillo, que sea natural, no me gusta cargarme con mucho
maquillaje.
Se me había escapado la última frase, y al decir eso, la maquilladora se indigno y
puso una cara bastante aterradora, pensé que me echaría del lugar, pero solo siguió
con su trabajo.
- De qué color es tu vestido?- emitió la frase casi crujiendo sus dientes. De hecho
que ya no le iba a caer bien.
- Es azul y mis zapatos negros, será que me puede utilizar más el negro que el
azul?
La maquilladora abrió los ojos enojada, habrá dicho en su mente: “que se creerá esta
muchachita para mandarme a mi!”. Pero bueno, no quería que me haga algo que yo
no quería, así que no me importó la cara que puso, actué con normalidad y miré al
espejo.
La maquilladora comenzó su trabajo, me puso varios tipos de bases, o quien sabe
que fue, no entiendo casi nada de ese tema, lo único que se es que lo que me suelo
poner es un lápiz negro y máximo alguna sombra para resaltar los ojos cuando hay
algún evento, odio el maquillaje, se siente sudoroso, y siento que llevo la cara sucia,
prefiero estar con la cara lavada.
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Estuve durante mucho tiempo en esa sala, con la dulce maquilladora, a quien, en mi
mente, llamaba Helga, ya que ni su nombre me había dicho, seguí sus órdenes a
pesar de sus gruñidos, cerrando los ojos, abriéndolos de nuevo, cualquier cosa para
que no me grite y me saque a patadas del lugar.
Helga, estaba haciendo los últimos toques cuando me ordenó que abra los ojos y
pude ver mi reflejo en el espejo, el maquillaje que me había hecho era exagerado,
por lo menos para mi, tenía rubor, y el lápiz labial era un rosado que ni un muerto
usaría, y las sombras demasiadas cargadas, quería ponerme a llorar.
- Bueno, ya está puedes retirarte.
Me levanté de la silla enojada, a punto de estallar, parecía que lo había hecho a
propósito. Caminé hacia un sofá cuando vi que mamá estaba en una de las sillas y
me acerqué un poco donde se encontraba, estaba a punto de terminar su maquillaje,
conversaba con la maquilladora, y reían, por qué no me había tocado con esta que
parecía tan amable, en vez de haber pasado todo el tiempo con Helga. Me acerqué y
miré a mamá, estaba hermosa.
- Mamá, estás hermosa!
Tenía puesto un vestido color crema, su piel quedaba bastante bien con esa tela,
parecía tan frágil, el vestido era sencillo, con pequeñas mangas en los hombros y
llegaba hasta el final de sus rodillas. Su peinado era levantado, un rodete despejando
su rostro rosado.
- Oh! Janelle!, tu también, mira ese maquillaje!
- Oh, si claro, es hermoso…- notó mi tono sarcástico y se acercó.
- Hija solo ve al baño y arréglate como quieres- me susurró al oído.
- Buena idea, enseguida vuelvo.
Caminé y fui donde se encontraba el cartel con el dibujo de la sombra de una mujer,
abrí la puerta y agradecí que era solo para una persona. Tomé un poco de papel y me
saqué el lápiz labial, encontraría alguno mejor con la otra maquilladora que parecía
agradable, me saqué un poco de la sombra y el rubor, quedé perfecta, las sombras no
era exageradas y el rubor era ligero.
Salí del baño, y caminé donde estaba mamá todavía agradeciendo a la maquilladora
joven y agradable.
- Será que tienes algún lápiz labial de un tono rosa natural?- dije a la
maquilladora.
- - oh, si, no te preocupes, toma- me pasó un color que al ponerme quedó
perfecto- se que Sara es un caso serio, no se por que te mandaron con ella.
- Si, le pedí que lo haga natural y terminé cargada de bases y sombras.- sonreí.
- Janelle, te ahora estas perfecta, tu peinado me encanta, nunc a te hiciste algo así,
no puedo creer que ya eres una jovencita, ven aquí- abrió sus brazos en señal
para que me acercara.
- Ay mamá, te quiero! A pesar de tus comentarios incómodos.- sonreímos entre
las dos y también la maquilladora que observaba la escena.
- Bueno, hija que hora es? Tu hermana debe estar hermosa, como quisiera verla
ya!
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Miré mi reloj eran las 6:10, dentro de una hora era la boda, debíamos cambiarnos y
encontrar a Ally a tiempo!
- Mamá son las 6:10! Debemos encontrar a Allison y cambiarnos!, donde está el
bolsón con los vestido?
- Oh, Dios! Ya es tarde! Quien sabe si Allison ya está lista! Tu vestido está aquí,
toma ve a cambiarte mientras voy a buscar el mío.
- Está bien, iré al baño y luego trataré de encontrar a Ally.
Me dirigí de nuevo al baño con el vestido, entré y cerré la puerta, me fijé que el
baño era de color crema, con adornos un toque deco, bastante lindo como el resto
del lugar, no me había dado cuenta antes ya que no me dejaba ver las sombras que
tenía. Me saqué los zapatos y la ropa y me puse el vestido. Me había olvidado de los
zapatos afuera, así que tome toda mi ropa y salí afuera descalza.
Mamá se estaba acercando con su vestido y mis zapatos.
- Janelle, estás perfecta, pero olvidaste tus zapatos- me dio los zapatos que me
asesinarían por el resto de la noche.
- Gracias, casi camino descalza por el altar. – sonreí y mamá entró en el baño.
Puse toda mi ropa en el bolsón que había traído mamá y como tardaba fui y me
senté en el sofá. En el momento que me terminé de poner los zapatos, con tacos que
podría usarse como cuchillos, mamá salió del baño, vistiendo un traje hermoso, era
salmón con algunos detalles brillantes anaranjados, estaba hermosa.
- Que te parece?- me dijo mientras que posaba levantando las manos.
- Estas hermosa, en serio, pero ahora debemos encontrar a Allison.
- Si estoy de acuerdo. Vamos a preguntar en la recepción en que salón está.
- Está bien.
Caminamos con los bolsos a cuestas, cuando llegamos a la recepción, pasó una de
las peluqueras que tomó a mamá del brazo.
- Aquí están!, las estábamos buscando por todas partes!- dijo la joven mientras
nos dirigía a uno de los salones- Allison me mandó a buscarlas para que
aprueben su peinado y maquillaje.
- Oh, que coincidencia, estábamos buscándola a ella también, porque se hace
tarde.- dijo mamá mientras caminábamos.
De pronto vimos a Ally sentada delante de un espejo, su peinado y maquillaje era
hermoso, tenía el pelo semirecogido, con rosas pequeñas en algunas partes y su
maquillaje hermoso. Se acercó casi corriendo a mamá.
- Que te parece mamá? Está bien? No es demasiado mucho?
- Querida, estás perfecta, bellísima, no hay otra mujer mas bella que tu en este
momento.- se abrazaron y mamá comenzó a lloriquear.
- Mamá! No llores, se te saldrá el maquillaje!- dije.
- Te amo Allison- dijo mientras se alejaba de ella.
- Yo también mamá.
- Bueno, disculpen por interrumpir, pero, Ally te debes vestir, se hace tarde!
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- Oh si, vamos al baño.- dijo tomando su vestido que había llegado hace un rato y
colgaba de un perchero.
- No, pasen al otro salón, allí no hay nadie, y tendrán privacidad, el baño es muy
pequeño y no te podrás vestir cómodamente- dijo Samantha que estaba parada al
lado de Ally.
- Muchas gracias Sam! Eres lo máximo!
- Ya, ve a vestirte!
Caminamos y fuimos a otro salón, estaba vacío como había prometido Samantha.
Allison se sacó la ropa y se puso el vestido. No tenía palabras para describir lo
hermosa que estaba. Su vestido tenía un recorte princesa, y tenía bordados en la
parte del corsé, se puso los zapatos y se miró al espejo. Volví a mirar mi reloj, ya
eran las 6:50.
- Mamá! Faltan diez minutos para la boda!
- Dios mío, Allison vamos ya!
- Ya voy, no puedo creer que me pase esto, estamos retrasadas! El viaje a la
iglesia por suerte no es largo pero igual tardaremos 20 minutos en llegar.
Tomamos las cosas y caminamos a la entrada, Ally se despidió de Samantha y luego
salimos fuera del local, el auto ya estaba esperándonos, tenía un moño enorme en el
techo y rosas en todas partes, atrás, un cartelito preparado para después que decía:
“Recién Casados”. Nos subimos y el chofer comenzó el viaje. Mamá se puso a
hablar con Allison, mientras yo solo las miraba, parecían salidas de una revista.
El viaje duró un poco más de lo que Ally había previsto, el tráfico no estuvo en
nuestros planes, Allison estaba nerviosa, solo quería llegar.
- Tranquila Ally, la novia siempre llega tarde.- dije mientras la abracé.
- Si, pero yo nunca llego tarde!
- Ay Ally, tranquila, ya estamos cerca solo tres cuadras más.
- Que hora es?- preguntó ansiosa.
- Son las... siete y cuarto.
- Bueno, respira Allison, respira- se dijo a si misma.
El tráfico avanzó y el chofer pudo seguir el camino, al poco tiempo llegamos. Nos
bajamos y estaba oscureciendo. El decorado era hermoso, pero Allison no se fijó en
eso, solo se paró y tomó el ramo y anunció su llegada a los del cortejo, para que los
de la orquesta comiencen a tocar.
El cortejo avanzó dejando flores detrás, luego nuestro primo pequeño que llevaba
los anillos, luego me tocó el turno a mi, esperaba no tropezar.
Avancé lentamente, siguiendo la música, paso a paso. La gente me miraba
sonriendo, detrás de mí venía mamá con el tío Philip, seguí avanzando y vi a Jake en
el altar, estaba serio, camine y me ubiqué en el lugar de la dama de honor.
Toda la iglesia estaba decorada con rosas y pétalos de rosas, vi varias caras
conocidas que esperaban ansiosos a la llegada de la novia, mirando hacia atrás,
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buscándola con la mirada, pero nadie superaba a Jake, se ponía en puntillas para ver
si Ally llegó.
De pronto se escuchó la marcha nupcial y todos se pusieron de pié, no alcanzaba a
ver la puerta donde Ally tenía que aparecer. La música continuó y la gente comenzó
a susurrar, supuse que Ally ya estaba caminando y lo comprobé cuando Jake cambió
su rostro de seriedad a una sonrisa de oreja a oreja. Ally sonreía a la par y solo se
veían sus miradas de felicidad que se entrelazaban. El abuelo la acompañaba con
una seriedad que hasta los nobles lo admirarían, estaba con su traje tan elegante, de
pronto llegó a su parada y besó la mejilla de Allison, luego el pastor preguntó algo
que no escuche pero supuse que fue: “quien presenta a esta mujer?”, mientras que el
abuelo respondió: yo. Le puso el brazo junto al de Jake y le sonrió a los dos.
- Queridos familiares, amigos y demás presentes, estamos reunidos aquí para
celebrar el amor que se tienen estos dos jóvenes. Jacob Carlson y Allison
Cardelli.
El resto de la ceremonia ocurrió rápido, no me había dado cuenta y el pastor ya
estaba cerca de la parte final.
- Jacob Carlson, aceptas a Allison Marie Cardelli como tu esposa, en la salud
como en la enfermedad hasta que la muerte los separe?
- Si, acepto- Jake sonrió más de lo que ya estaba sonriendo.
- Ahora, Allison Marie Cardelli, aceptas a Jacob Carlson como tu esposo, en la
salud como en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
- Si, claro que lo acepto- todos sonreímos.
- Bueno los anillos.- dijo el pastor mientras que Jake tomaba uno de los anillos.
- Ally, mi amor, yo te prometo que te voy a amar, proteger, mimar, darte todo lo
que tengo y serte solo fiel a vos, eres el amor de mi vida, y no puedo esperar
pasar el resto de mi vida contigo. Te amo.- Jake puso el anillo en el dedo anular
de Allison.
- Jake, mi vida, yo te prometo que te voy a amar, proteger, mimar, y compartir
todo lo que tengo y soy, voy a serte fiel solo a vos, y no puedo esperar pasar el
resto de mi vida a tu lado. Te amo. – Ally puso el anillo en el dedo de Jake.
- Bueno, no me queda nada más que decir, Jake, Allison, en este momento, los
declaro marido y mujer. Jake, puedes besar a la novia.
Todos aplaudieron, los amigos de Jake dieron gritos, al mismo tiempo que las
amigas de Ally. Salieron caminando mientras que a la salida les esperaban pétalos
de rosas volando sobre sus cabezas.
Salimos caminando al salón donde se realizaría la recepción, el salón estaba
precioso, lleno de rosas en todas partes.
Me acerqué cuando pude a felicitar a Ally, que lucía tan hermosa y radiante.
- Al!- la abracé- te casaste! No puedo creerlo, ya eres toda una señora!- sonreí.
- Nelly! Estoy tan feliz! Todavía ni yo puedo creerlo, entonces es así es como se
siente estar en un cuento de hadas, no?
- Y al parecer, sip.- sonreí y la abracé.- y nada que ver con el tema… viste la
decoración?
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- Si, la vi, es perfecta, todo es hermoso, a mis ojos ahora la vida es perfecta, así
que creo que aunque no me gustara, estaría tan feliz.
- Bueno, pero lo importante es que te gusta y que serás feliz de ahora en adelante.
- Si, no tengo palabras para expresar toda la alegría que tengo encima, pareciera
que voy a explotar y de mi saldrán fuegos artificiales.
- Creo que es la perfecta explicación de lo que sientes.- sonreímos las dos.
- Algún día se que te sentirás de la misma manera, y me sonreirás desde lejos, así
que prepárate!
- Si, claro… Te quiero Al!
- Yo también Nelly!- nos volvimos a abrazar, luego me alejé ya que se había
formado una fila detrás de mío para felicitar a la novia y al novio.
Me acerqué a Jake que estaba riendo con sus amigos.
- Jake! Felicitaciones, ahora oficialmente eres de mi familia!
- Oh! Gracias Janelle! Estoy tan feliz!
- Más te vale! Esa de allí es mi hermana- señalé a Ally mientras que sonreía.
- Es la mujer de mis sueños, claro que voy a estar feliz, es ahora la razón de mi
existir.
- Así me gusta! Ahora si suenas como un cuñado!
- Si, claro Nelle…- sonreímos
- Bueno hablamos luego! Creo que me van a lastimar si no dejo que los demás te
feliciten.
- Está bien, nos vemos luego Nelle!
Fui a sentarme a lado de mamá en la mesa, estaba hablando con unos parientes, yo
solo me dediqué a tomar jugo de durazno, luego de fresas y piñas. Había jugos de
todos los sabores, pero mi favorito fue el de fresas.
El resto de la noche, fueron fotografías, mías y la de los fotógrafos profesionales,
me dediqué a fotografiar y a posar. Tuve que saludar a un montón de parientes que
ni conocía, pero en fin, era la boda de mi hermana, y sería una de las últimas veces
que la vería antes de encaminarme a mi destino, Creede. Comí un poco de la
comida, pato a la naranja y una ensalada de varias verduras, estaba delicioso. Luego,
después de que Jake y Ally partan la torta, devoré dos trozos, era de chocolate y
fresas, mi favorito.
Corrió un video de pronto, habían colocado una pantalla en una esquina del salón, se
veía a Ally cuando era bebé e intercaladamente fotos de Jake cuando también era
pequeño, sus primeras fotos cuando salían, luego con la familia, y de vuelta ellos
dos, sonaba una música romántica de fondo, miré a Ally y a Jake, estaban abrazados
mirando el video, estaban tan felices que no paraban de sonreír, luego me escuché
unos sollozos a mi lado, mamá estaba emocionada de vuelta, me acerqué y la
abracé.
- Ay querida, no puedo creer que tu hermana ya se haya casado- sollozó.
- Mamá, algún día debía crecer, no?
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- Si, ya lo sé, solo que parece ayer que le estaba cambiando los pañales!
- Mamá... Todavía tienes otra hija…
- Por suerte, y tu ya no te me escaparás, serás solo mía, verdad?
- si, claro mamá – Sonreí y nos abrazamos fuerte – Porqué no vas con Allison un
momento?
- Me parece una buena idea, iré a despedirme de mi pequeña..- se fue sollozando.
Era una escena bastante tierna, pero a la vez tan simpática, mamá llorando por que su
hija ya había crecido y Allison caminando sus propios pasos.
Me detuve a mirar a mi familia, el abuelo estaba sonriendo con los podres de Jake,
siempre tan cariñoso, el abuelo estuvo presente en nuestras vidas desde que papá
falleció, nunca lo vi siendo egoísta, toda su vida fue acompañarnos y brindarnos el amor
de un padre que no pudimos conocer más tiempo, el era mi ejemplo de humildad y
servicio de corazón. Mamá que abrazaba a Ally, a pesar de haber tenido que ir a otro
país para mantenernos, siempre fue la mejor madre, siempre llamando y tratando de
volver, logró estabilizarse y tener su propio negocio, ella sola, sin duda era un ejemplo
de valentía que siempre tendría presente en mi vida. Mi hermana Allison, siempre tan
correcta, con peleas o risas, siempre estuvo a mi lado, cuidándome como una mamá,
dándome consejos y hasta reprochándome por malas calificaciones, ella era mi ejemplo
de amor.
La noche pasó y llegó el momento en que Ally y Jake se irían, fuí y abracé a Allison.
- Te quiero Al! Prométeme que vendrás a visitarnos luego a Creede, si?
- Te lo prometo Nelly! Yo también te quiero.
Mamá vino corriendo y abrazó a Allison, mientras fui a despedirme de Jake.
- Jake, que tengan un buen viaje!
- Gracias Nelle! Pues ustedes también!
- Me puedes decir cual es el destino sorpresa para Ally?
- Bueno, todavía no le digas, pero es- se acercó para susurrarme al oído-
Bahamas.
- Allison se va a morir cuando se entere!
- Si espero que le guste!
- Bromeas! Le encantará!
Mamá vino a mi lado y abrazó a Jake, se despidió y luego se subieron al auto que ya
tenía sus maletas y sus demás cosas para el viaje sorpresa.
Se fueron lentamente mientras todos saludábamos, y leíamos el cartelito de “Recién
Casados”.
Transcurrió la noche, y despedimos a todos los invitados, mamá y yo estábamos tan
cansadas, solo quería ver mi camita, estaba feliz de que por suerte el viaje sería a la
tarde, pero igual temerosa, el solo hecho de irme a un lugar totalmente desconocido
donde no conocía a nadie, salvo a mi madre y al abuelo, me ponía nerviosa.
Volvimos a casa, era más de media noche, estaba exhausta, así que fui directo a mi
habitación y me puse la ropa de dormir, luego fui al baño a sacarme todo el
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maquillaje, me até el pelo y me eché a dormir. Me esperaba un largo día al
amanecer, así que necesitaría descansar por lo menos un poco.
Capitulo 3
Nuevos Comienzos.
Pasó tan rápida la noche, que sentí como si fuera que me acosté, cerré los ojos y
luego sentí que mamá se sentó en mi cama.
- Nooo! – dije casi gruñendo.
- Janelle, es hora de despertarte, ya son casi las 10 de la mañana..
Mamá me acariciaba el brazo mientras yo me tapaba la cara con la frazada, enojada
por que no había podido descansar absolutamente nada.
- No puede pasarme esto, no pude descansar nada mamá.
- Pero, por que?
- No se, solo que estoy cansada, siento como si fuera que pasó un minuto desde
que cerré los ojos.
- Ayy... Nelly, debes despertarte, debemos empacar todas las cosas que faltan,
sabes que hoy es el viaje, y si te despiertas ahora, te prometo que podrás dormir
todo el viaje en el avión sin que te moleste, si?- mamá sacó el edredón de mi
rostro.
- Mejora tu oferta- dije poniendo la almohada en la cara.
- Emm… podrás elegir tu habitación en la nueva casa.. que te parece?
Saqué la almohada de mi rostro.
- Está bien, elegiré la que tiene baño propio.- sonreí.
Mamá sonrió como si fuera que escondía algo, pero disimulé para que no cambie de
nuevo la oferta.
- Trato hecho, el meñique?
- Si.
Nos tomamos de los meñiques en forma de cumplir la promesa.
- Bueno, Nelly, ahora si, levántate y ve a la cocina que debemos desayunar y ya
empezar a guardar todo.
- Esta bien, ya voy.
Mamá se levantó y salió de la habitación.
Me senté en la cama, y estiré mis brazos, luego empecé a distinguir un olor familiar.
Panqueques! Si! Ahora si tendría la motivación para apurarme, era mi desayuno
favorito y hace años que no lo comía. Me levanté casi corriendo de la cama y fui al
baño, me lavé la cara y bajé las escaleras como un rayo.
Al entrar a la cocina vi al abuelo con la sartén que contenía mi preciado desayuno.
- Buenos días dormilona!- dijo el abuelo mientras bajaba un panqueque en el plato
que ya estaba con varios otros.
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- Pues, ahora si son buenos días!- sonreí.
- Pues como es el último día en Paraguay, pensé en comenzar el día con alegría, y
sé que los panqueques te ponen una sonrisa en el rostro.
- Pues, lo has logrado, ahora ven abuelo y siéntate que ya traigo el café.
- Gracias querida.
Tomé el café y le cargué un poco en su taza, luego en la mía y otra poco en el de
mamá, me senté y mamá entró en el cuarto.
Desayunamos tranquilamente, conversando y riendo recordando la noche anterior.
- Como estará Allison?
- Pues, feliz supongo mamá…
- Si, ya se eso, pero solo la tuve unos momentos y luego se fue.
- Ayy mamá, tranquila, nos vendrá a visitar en cuanto se instalen en la casa.
- Si, espero que les guste como le dejamos la casa, después de todo ese fue el
regalo que le dejó tu padre, esta casa a su nombre.
- Si, papá ya pensó en eso, es como si fuera que el sabía el futuro.
El abuelo se puso serio, creo que le dolía hablar de papá porque ponía mal también a
mamá. Así que decidí cambiar de tema.
- Pues, porqué no empezamos a guardar las cosas? ya que iremos a hacer el
papeleo y almorzaremos en el aeropuerto.
- Si me parece una bueno idea.- el abuelo se levantó tomando el plato vacío donde
hace unos instantes estaba lleno de deliciosos panqueques.
Nos levantamos y lavamos las tazas, luego nos organizamos para comenzar con la
cocina.
Guardamos todos los cubiertos, vasos, platos en cajas, luego continuamos con la
sala, el comedor y por último el piso de arriba.
Mamá guardó sus cosas en su valija y fue a ayudar al abuelo con las suyas.
Yo entré en mi habitación y guardé toda mis ropas en valijas, mis objetos
personales, libros, cortinas, las lámparas, cada cosa que todavía no había guardado
las puse en unas cajas, tomé una mochila y guardé las cosas que necesitaría para el
viaje, una remera para cambiarme, una camperita por si tenía frío, una pequeña
bolsa donde puse mi cepillo de dientes, un jabón, la pasta dental y una toallita, luego
mi peine, mi celular, y un mp3 para escuchar algo en el avión y no aburrirme,
también puse algunos libros, entre ellos mi favorito, Los Miserables, ya que
describía perfectamente como me sentía.
Miré a mí alrededor, todo envuelto en paquetes y cajas, ya nada estaba fuera de
lugar, esa misma tarde viajaría a los Estados Unidos, dejaría mi casa, mis amistades,
aunque no eran muchas, mis recuerdos, dejaría todo lo que alguna vez había
conocido y querido tanto. Todavía no me había ido y ya sentía que extrañaba esta
casa.
Tomé mis valijas, que no eran muchas, tres con exactitud, bajé las escaleras y las
puse en la sala con las demás valijas de mamá y el abuelo. Volví a subir para bajar
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las cajas con todos mis objetos personales y tomé mi mochila que ya estaba un poco
gastada y la puse en mi espalda. Después de varias subidas y bajadas a las escaleras,
terminé de vaciar la habitación. Me dirigí a la puerta de mi futura ex-habitación, me
apoyé contra el marco y miré el espacio vacío, toda una vida, recuerdos de llantos,
tristezas, sonrisas y alegrías, todo lo dejaría a tras para ir a una nueva vida, lo peor
de todo, dejaría todos los lugares que me recordaban a mi padre. Ya no podría mirar
la sala donde pasábamos horas tirados jugando, o viendo dibujitos en la televisión,
ya no podría mirar las paredes de mi habitación llena de recuerdos de cuentos,
abrazos o simplemente besos en la frente antes de dormir. Todo eso quedaría atrás, y
me mudaría a un lugar nuevo donde ningún recuerdo de mi padre existía, lo único
que podría saber era que varios años antes de haber nacido el vivió en ese país,
donde se enamoró de mi madre y donde se casaron, ningún otro rastro más existía
de él en ese territorio.
Escuché la voz de mamá que me llamaba desde la sala.
- Janelle! Vamos que se hace tarde! Baja y ayúdanos a subir las cosas en el taxi.
Di media vuelta y bajé las escaleras.
- Ya voy mamá- dije con tristeza disimulada.
Subimos las cosas al taxi, el conductor parecía un poco enojado ya que llenamos el
vehículo con nuestras valijas y cajas.
Emprendimos el viaje, íbamos con nuestras valijas en los regazos, el abuelo se sentó
enfrente y mamá y yo en el asiento trasero. El camino se hizo corto y al poco tiempo
llegamos al aeropuerto. Bajamos nuestras cosas y las subimos a unos de esos
carritos que hay en los aeropuertos, miré mi reloj ya era la una y unos minutos más,
no me interesaba ni mirar la hora.
Nos dirigimos al patio de comidas y nos sentamos a comer las típicas comidas
chatarras del aeropuerto. Al terminar el almuerzo en que me pasé disimulando
emoción por el viaje fuimos a dejar nuestras cosas el abuelo fue hacer el papeleo
mientras mamá y yo nos sentamos en algunos asientos a esperarlo.
Pasó como una hora y el abuelo al fin volvió con nuestros pasajes y las indicaciones.
Debíamos abordar en la puerta 3 en el vuelo 346, dentro de una hora, así que fuimos
y nos sentamos frente de donde partiríamos, vimos como la gente llegaba y salía
hasta que después de varios minutos se escuchó la voz de una mujer joven que
llamaba a abordar el vuelo 346 en la puerta 3, caminamos y nos pusimos en la fila,
luego entramos, me había tocado un asiento hacia la ventana y mamá y el abuelo
atrás mío, a mi lado viajaba un pequeño perro y al otro un joven quien parecía su
dueño, fue bastante agradable pero callado se encerró en un libro y casi no me
habló. El viaje no fue como lo esperaba, pensé que estaría nerviosa pero apenas
despegó el avión los nervios quedaron en Paraguay. Me pasé el viaje mirando la
ventana, leyendo y escuchando música.. Luego llegó la noche, apenas pude dormir,
solo descansaba unos minutos y me volvía a despertar. Era un sueño tras otro, todos
diferentes a los anteriores, algunos sobre el colegio, otros sobre Creede y luego
sobre mi papá. Hasta que ya no pude dormir, entonces me puse los auriculares y
presté atención a una película que estaban pasando en el avión.
El vuelo fue más largo de lo que imaginé, pasar 24 horas en un pequeño asiento fue
una tortura.
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El fin llegamos al aeropuerto de new york y de allí otra escala hasta Colorado,
fueron más horas hasta allí, hasta que al fin aterrizamos en Denver, estaba exhausta,
mi cara reflejaba el cansancio, no pude dormir absolutamente nada, al descender del
avión lo primero que hice fue ir al baño a lavarme la cara, estaba totalmente pálida y
tenía marcada las ojeras como si fuera que me habían golpeado.
Buscamos nuestras cosas, las valijas y cajas, y al salir por la puerta del aeropuerto lo
primero que pude ver era nieve.
- Genial, ya empezamos así- dije para mi misma, pero creo que mamá me escuchó
y disimuló.
- Mira Nelly! Allí está Linda!- caminó agitando su mano y fue a abrazarla.
La amiga de mamá era una mujer rubia, con rulos desordenados y al mismo tiempo
bien peinada, tenía ojos azules y parecía amigable, tenía un gran abrigo por la nieve
y gracias a Dios traía con ella tres abrigos más.
- Rita! Te extrañamos mucho!
- Ay Linda yo también los extrañé. – se giró hacia el abuelo y a mi que estábamos
detrás de ella- Ay casi lo olvido! Ellos son mi padre, Juan Méndez, y mi hija
Janelle.
- Un gusto conocerlos – Linda estrechó sus manos con el abuelo – y a ti por fin te
vuelvo a ver- se dirigió a mi con un gran entusiasmo.
- Linda, no creo que se recuerde de ti, hace como siete o más años que no viene
aquí.
- Es igual, tengo que corroborarlo.
- Lo siento, no la recuerdo- dije un poco avergonzada.
- No importa, dentro de poco estoy segura que no me querrás ni ver de tanto que
estoy con tu madre.- sonrió- pero tomen estos abrigos, que esta nieve apareció
de la nada, estaba segura que no traerían ningún abrigo así que me adelante y les
compre estos, pónganselos.
- Linda, muchísimas gracias, no te hubieras molestado, enserio.
- No hay de que Rita, eres mi amiga y los amigos están para este tipo de
situaciones.
- Está bien, muchas gracias Linda. Bueno en marcha, debemos iniciar la mudanza
lo antes posible.
- Pero, que es eso de mudanzas, no nada de eso, acaban de llegar y deben
descansar, van a ir derechito y lo único que arreglaran es sus camas, se echan
una siestita y luego hablaremos de mudanzas.
- Está bien. Bueno en marcha, vamos a la nueva casa!- mamá estaba emocionada
por haber vuelto.
Nos subimos en la pequeña camionetita de Linda con todos nuestros equipajes,
mientras que mamá y su amiga se ponía al tanto, sobre la boda, y los muebles
que habíamos enviado, yo miré a mí alrededor.
Definitivamente Paraguay había quedado atrás, así como el español, apenas
llegué y dejé atrás mi antiguo idioma, ahora el ingles sería mi único tipo de
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comunicación. Alrededor solo se veía nieve y bosques de pinos, montañas y más
nieve, todo estaba cubierto por el escalofriante hielo blanco, apenas había
llegado y ya lo odiaba, casi me congele el trasero cuando el viento pasó por
detrás de mí.
Para llegar a Creede eran 3 horas y un poco más desde Denver, casi fallecí en el
viaje, el frío invadía mi ser y congelaba cada parte de mi cuerpo.
Cuando al fin llegamos a Creede, pude observar que era más chico de lo que
recordaba, era como tres vecindarios juntos, esto iba a ser torturante.
Las calles estaban repletas de personas que caminaban siguiendo sus propias
vidas pero varias paraban y saludaban a mamá desde la calle, debía conocer a
varias personas, estaba segura ya que cualquiera que la conocía en un instante se
volvía su amigo o amiga. Pasamos por enfrente del Instituto, era como una gran
casa de madera pintada en roja y otras con su color natural. También por la
tienda de mamá que estaba en el centro mismo de Creede, en la calle quinta, era
un edificio de apartamentos pero en la planta baja estaba la tienda de mamá, era
sencilla, pero la mejor de Creede.
Como nuestra nueva casa no estaba en la ciudad, nos dirigimos al norte, donde
abundaban los bosques de pinos.
No podía negarlo, el paisaje era impresionantemente bello, rodeado de montañas
con nieve, parecía salido de una pintura.
Llegamos hasta donde se ubicaba nuestra casa. Salí del auto y tomé mis valijas
mientras observaba la casa donde pasaría mis días.
Era una casa de maderas Blancas, o por lo menos lo eran, estaba bastante dejada,
pero no tanto como la casa a unos metros que si estaba deteriorada, tenía dos
ventanas al frente en la planta de arriba y una bastante grande abajo donde se
veían el interior. Estaba llena de nieve y se veían rastros de plantas que crecían a
su alrededor. Me gustó, las casas que estaban al norte no eran como las que
estaban en la ciudad, estas eran más tenebrosas, y no se porqué me encantó que
sean así. Metimos las cosas dentro de la casa, para mi sorpresa Linda ya había
traído los muebles que habíamos enviado y los había acomodado perfectamente,
arregló la casa y la dejó como nueva, por lo menos por dentro. Se sentía tan
acogedor, en comparación con el paisaje espeluznante afuera, de mansiones
embrujadas y bosques aterradores.
Realmente me sentí totalmente diferente a como pensé que me sentiría, me sentí
como, en casa.
Mamá se sorprendió también por la sorpresa que Linda nos hizo y la abrazó
fuertemente, mientras trataban de prender fuego en la chimenea, porque si, había
una chimenea en la sala, subía explorar cual sería i habitación, no me había
olvidado de la promesa que me había echo mamá.
Subí las escaleras y había cuatro habitaciones, la primera tenía baño, luego miré
la segunda, también. Luego la tercera, también y la última, también. Mamá me
había engañado, todas las habitaciones tenían un baño. Así que fui a la
habitación que daba a la parte trasera, elegí esa porque solo dos tenían chimenea
personal y yo claro que no querría pasar frío en la noche con toda esa nieve
alrededor y porque estaba pintada de azul, mi color favorito aparte del negro.
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Así que fui, ya estaba puesto el mueble de la cama en el medio del a habitación.
Pero decidí acomodar la habitación como la antigua de Paraguay. Puse la cama
al costado donde la puerta de entrada daba enfrente, delante de la cama estaba la
chimenea y la mesita al costado de la cama, luego el escritorio lo puse del lado
izquierdo de la puerta de entrada y al otro lado del escritorio había un closet
enorme con un espejo de mi tamaño, la chimenea estaba en medio de la pared
pero al costado derecho se encontraba una gran ventana de vidrio que por mi
permanecería cerrada hasta que el frío se vaya.
Volví abajo y le comuniqué a mamá que ya había elegido mi habitación, le dije
cual y solo escuché una risita, ella había supuesto que elegiría esa. Tomé mis
valijas y mi colchón con mis cajas y las fui subiendo de a poco, hasta que
terminé de desempacar mi habitación, estaba casi igual que mi antigua
habitación solo que con detalles nuevos. Puse todo el juego de sábanas y
también frazadas en la cama y me senté a mirar mi nuevo rincón personal.
Me gustaba era bastante mi estilo, no me había dado cuenta hasta que noté que
al otro costado de la chimenea había un mueble como de mini biblioteca, al fin
tendría un lugar donde podría tener en orden mis libros, en seguida puse mi
colección completa de libros en el librero, al otro costado de donde estaba la
mini biblioteca estaba la puerta del baño, entré, había una bañera que también
tenía ducha, tapada por una puerta corrediza, luego el inodoro y enfrente el
lavatorio con un espejo arriba, abrí el espejo y había un lugar donde podía poner
mi cepillo, dentífrico, jabón y esas cosas, era como un botiquín, salí y miré la
pieza, aun faltaba algo, no sé que podría ser, observé hasta que me di cuenta de
cual era el detalle faltante.
Corrí abajo y traje una alfombra que había guardado durante años que antes no
entraba en mi habitación y la subí arriba, la puse delante de la chimenea, quedó
perfecta ahora solo me faltaba una silla para poder sentarme a leer tranquila.
Pero le pediría a mamá alguna que tenga en la tienda mañana. Me senté en la
cama, estaba perfecto, todo me recordaba a mi antigua habitación, estaba todo,
menos los recuerdos de papá, pero para tener algo de él traje un retrato con su
foto y lo puse en mi mesita al lado de mi cama.
Mamá entró de pronto en la habitación, también había terminado de acomodar
sus cosas en la suya, era la habitación del frente, no tenía chimenea pero le
gustaba la ventana, el abuelo tomó la habitación también del frente pero que si
tenía chimenea, bastante rápido fue el abuelo.
- Pero vaya terminaste de acomodar tus cosas bastante rápido!
- Si, aunque todavía no metí mis ropas en el closet.
- Tendrás tiempo para eso luego, porque no duermes un poco? Te garantizo que
cuando despiertes el resto de la casa ya estará listo.
- Está bien, me pondré la ropa abrigada que tenga y dormiré, y hablando de ropa,
necesito más ropa abrigada y una silla cómoda para poner frente a mi chimenea,
siiii??- pregunté mirándola con ojos de perrito.
- Ya veremos lo de la silla, lo de la ropa mañana mismo iremos a comprarla, está
bien?
- Ok.
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- Quieres que te prenda la chimenea, está helando aquí.
- Ok - dije mientras que sacaba de una valija una ropa abrigada más cómoda.
Mamá prendió el fuego como si nada, luego salió y cerró la puerta, me cambié la
ropa y pensé que luego no iba a querer guardar el resto de la ropa así que comencé a
meter la ropa en algunos cajones del closet y otros en los percheros del otro costado
del closet.
Después de unos minutos terminé y metí mis valijas en la parte de abajo del closet,
finalmente terminé por completo de ubicarme en mi habitación, me acosté en la
cama y dormité unos momentos, hasta que me quedé profundamente dormida.
Me desperté de pronto, no recordaba que había soñado, solo sentí que estaba
calentita, por suerte elegí la habitación con chimenea, me senté en la cama y luego
me paré y me puse mis pantuflas, fui ala habitación de mamá, estaba totalmente
arreglada, luego al del abuelo también estaba arreglada, luego a la habitación que
faltaba, y la habían arreglado como una habitación para huéspedes, como no
encontré a nadie bajé, los encontré en la sala sentados frente a la chimenea tomando
un café.
- Así que aquí estaban- dije mientras que se dieron la vuelta a mirarme.
- Oh ya te levantaste querida! Ya viste como arreglamos la casa?
- Si, está casi igual a la de Paraguay! Me encanta!
- Si pensé que te gustaría así, mañana vendrán unos amigos e instalaran la Tv aquí
en la sala juntó a la chimenea, tienes hambre?
- Emm... Sip
- Ok, ven siéntate y te traigo un pedazo de torta, Linda nos regaló una torta que
está exquisita.
- Oh, enserio, pues tráeme un pedazo! - me senté en el sofá junto al abuelo, que
estaba atento a la conversación pero se mantenía en silencio.
- Si, ya te lo traigo- dijo mientras que volvía con un plato de torta que se veía
realmente sabrosa- y con respecto a la silla queme pediste, creo que tengo una
perfecta en la tienda, es de madera y combinará con el piso de madera.
- Enserio? Será perfecta, quiero una donde me pueda relajar ante mi chimenea,
leyendo libros.
- Oh si, tu habitación es la que tiene el mueble de una pequeña biblioteca verdad?
- Si, es perfecta, entran todos mis libros y hay lugar para más.
- Que bueno, entonces creo que es una indirecta para comprarte más libros, no es
así?
- Yo no dije nada… - sonreí pícaramente mientras devoraba el pedazo de torta.
La tarde transcurrió tranquila, recorrí la casa, era igual ala de Paraguay, la cocina, el
comedor y la sala, todo en la planta baja era igual, solo que más grande y con más
espacio, el único gran cambio era en la planta de arriba, las cuatro habitaciones, los
baños personales, las chimeneas y mi querido librero.
Llego la noche y pedimos pizza, todavía no teníamos nada de comida en la casa,
solo la torta que Linda nos dejó en la heladera.
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Cenamos tranquilos y luego nos fuimos a descansar bien. Fui a mi nueva habitación
calentita y miré desde mi cama como caía la nieve, había mucho viento y los pinos
se movían de un lado al otro. Me tapé con la frazada, prendí la lamparita de mi
mesita de luz y apagué la luz grande, tomé la foto de papá y la observé.
Sus ojos marrones me miraban la volví a poner en la mesita y apagué la lamparita,
cerré los ojos y traté de dormir, está vez tardé en conciliar el sueño, pues el viento
emitía un sonido como el del búho, hasta que al fin el sueño me alcanzó.
Me desperté de golpe, eran las 6 en punto, fue como un reloj interno ya que había
olvidado por completo poner el despertador.
Me levanté y me puse una ropa abrigada, ya que después de todo sería mi primer día
de clases con nieve. Mi habitación estaba calentita, las llamas de la chimenea me
habían protegido de la cruda noche helada. En mi ventana pude ver que no estaba
nevando pero todo seguía blanco, el vidrio se había congelado, mala señal, significa
que hace demasiado frío para ser verdad. Después de todo estaba acostumbrada al
calor, yo nunca había vivido en algún lugar donde cae nieve, tardaría en adaptarme
pero eventualmente lo haría.
Solté mi cabello y me puse una hebilla negra atajando mi flequillo de costado.
Al abrir la puerta me di cuanta que hacía mas frio de lo que pensaba, así que volví y
me puse toda la ropa abrigada que encontré, un esquimal se burlaría de mi de tanta
ropa que llevaba encima, pero que me importa, prefiero verme ridícula que morir
congelada.
Bajé las escaleras, fui a la cocina, nadie se había levantado aún. Tomé la iniciativa y
preparé café y unas tostadas, al sentarme en la pequeña mesa de madera puesta a un
costado de la cocina hacia la ventana grande, mamá apareció en la puerta.
- Oh, ya estás despierta!, Buenos días! A que se debe que estás levantada tan
temprano?
- Buenos días mamá, no pude dormir más, así que me vestí con todo lo que tenía y
bajé.
- Si, parece que necesitas más ropa para este clima- miró sonriendo mi atuendo.
- Pues si, te dije que no tenía ropa para la nieve.
- Te prometo que cuando vuelvas del Instituto iremos a comprarte más ropa
- Está bien.
Desayunamos en silencio, mamá esta emocionada con mi primer día, lo único que
deseaba es que no me quiera llevar y tomar fotografías con mis “nuevos amiguitos”.
Terminé de desayunar y subí a cepillarme los dientes, me miré en el espejo y
acomodé mi cabello hacia atrás, mi campera gris me cubría totalmente, había
decidido vestirme discreta, no quería llamar la atención para nada, así que solo me
había puesto unos jeans, varias remeras mangas largas debajo y por último una
camisita lila. Todo estaba perfecto, menos mi cara que lucía decrépita, así que me
puse el lápiz negro que tenía para darle un poco de color a mi rostro, solo un poco,
nunca fui una de esas chicas bronceadas, ni siquiera me podía poner al sol mucho
tiempo porque me quedaba como un tomate, mi piel era única, blanca como la nieve
que rodeaba este pueblo.
Bajé y vi que mamá estaba sentada en la sala.
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- Janelle, te tengo una sorpresa, bueno .. no es tanto una sorpresa porque ya te lo
comenté antes de la boda de tu hermana, pero..
- Ya mamá, que es?
Mamá caminó hacia la puerta de entrada.
- Acércate y mira afuera.
Fueron sus únicas palabras.
Me acerqué y miré por la ventana, mientras mamá abría la puerta.
- No! Remodelaste por completo el jeep!- grite mientras observaba aquel vehículo
casi irreconocible.
Mamá abrió la puerta y salimos afuera en la nieve, hacía un tremendo frío, pero ni
me importó por el regalo de mamá.
- Si, necesitaba algunos arreglos y entonces pensé que podía verse bien por fuera
también.
- Gracias mamá! Wow! Enserio es increíble, no pensé que me gustaría, pero está
perfecto!
- Me alegro que te guste querida, así no tienes que estar preocupándote de que tu
mami te lleve a todas partes.- sonrió.
- Gracias mamá, enserio, incluso va con mi estilo!- sonreí mientras abría la puerta
del vehículo.
El jeep había cambiado, pero todavía se podía ver su esencia. Era más pequeño de lo
que recordaba, no era uno de esos jeeps enormes, era para solo dos personas, con un
parachoques sencillo y de color negro y gris, era perfecto.
Subí de golpe al asiento delantero, mamá trajo mi mochila que ella me había
suplicado preparar, “para recordar cuando era un bebé” dijo.
- Bueno, hija mira, ya conoces el camino pero ten cuidado por que la nieve es un
tanto resbalosa.
- Ok mamá, y tranquila que tengo mi registro de conducir aquí.
Había sacado mi registro en Paraguay, pero mamá se encargó de los papeles y me
sacó uno nuevo para Colorado.
- Bueno ya me iré al Instituto mamá, luego voy por la tienda, si?
- Está bien querida, te espero con una tarjeta de crédito y muchas ganas de
comprar ropa!- sonreímos.
Encendí el motor, salió un humo un tanto oscuro pero luego se volvió normal.
Retrocedí y me puse en marcha para la carretera.
- Chau mamá! Nos vemos!
- Adiós Janelle, que tengas un buen día!
Conduje por la carretera, eran muy pocas las casas que estaban ubicadas en la zona
norte de Creede, pero había una que se encontraba totalmente deshabitada, mucho
más lejos que nuestra casa, la vi apenas al salir, cuando miré para los dos lados y
luego me di cuenta de que estaba en un pueblo casi fantasma. La misteriosa casa
estaba ubicada alrededor de grandes árboles de pinos, casi dentro del bosque, lucía
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aterradora pero al mismo tiempo era muchísimo más bonita que todas las demás
casas.
Blanca, con una entrada imponente, y con grandes ventadas, lástima que no era
nuestra, me pregunté quien la compraría, ya que no parece ser de nadie, tendría que
ser alguien con bastante efectivo. No cualquiera compra una casa así.
Seguí el camino hasta que llegué al pueblo, ya había visto donde estaba el instituto
así que no me perdí, por suerte.
Entré en el estacionamiento habían algunos vehículos bastante lindos, pero no eran
lujosos, todos normales como el mío, no llamaba la atención, eso era bueno.
Aparqué en un lugar vacío y me bajé del jeep con cuidado, no quería resbalarme y
que se burlen en mi primer día.
Caminé hacia el edificio rojo, abrí la puerta de vidrio y caminé hacia la puerta que
decía secretaría. Entré y había un tierna viejecita que parecía ser la secretaria.
Me dio las indicaciones necesarias y mi horario de clases, le di las gracias y luego
salí al pasillo donde había un montón de jóvenes, algo que no me esperaba en un
pueblo tan pequeño.
Caminé hasta mi primera clase, era de química. Crucé la puerta y vi que la clase no
era tan grande, estaban las mesas de laboratorio y habían muchos objetos de vidrios
con mezclas y elementos químicos.
El profesor estaba sentado en su escritorio fui con él y me presenté, me acompañó
hasta uno de los asientos y me dijo que no me preocupara que no me avergonzaría,
me cayó bien, era joven, moreno y bastante simpático.
En mi asiento se encontraba una chica que me sonreía, su cabello pelirrojo ondulado
le llegaba un poco más de los hombros, tenía los ojos azules y la piel blanca, como
la mía, por suerte aquí no soy la única, en Asunción siempre era la mas blanca.
Me senté a su lado, y acomodé mi mochila que era más como un bolso negro.
- Hola! Eres Janelle no es así?- me miró mientras se puso detrás de la oreja un
mechón rojo que le venía en la cara.
- Hola.. Si, soy yo, como sabes mi nombre?- dije con voz un poco temblorosa.
- Mi mamá es la amiga de tu mamá, Soy Jamie, creo que te habló de mi, trabajo
en la tienda de tu mamá también.- dijo con mucho entusiasmo.
- Oh! Si, que tal Jamie? Si, mamá me habló de ti y de tu mamá, fue muy lindo lo
que hicieron con tu mamá de acomodar la casa para cuando volvimos.
- Oh.. Me alegra que les haya gustado, y que te parece Creede hasta ahora?
- Pues, es algo diferente a Asunción..- sonreí- no cae nieve a menudo allí.
- Si es cierto, que tal con el frío?
- Pues creo que me acostumbrare.
La campana de entrada sonó y todos se sentaron en sus lugares, mientras que el
profesor empezó con la clase.
Todos me miraban raro, pero bueno era la gran novedad del pueblo, no me
sorprendía la curiosidad que tenían, lo máximo que seguro ocurría era la época de
turistas.
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Jamie me cayó bastante bien, era totalmente diferente a las chicas de mi antigua
institución, me parecía bastante, pero al mismo tiempo era tan diferente a mi.
El día prosiguió y le siguieron ingles y matemáticas, Jamie no me acompañó en las
siguientes clases pero vi que coincidíamos en las últimas clases de vuelta, luego al
fin llegó el almuerzo.
Me encontré con Jamie en la cafetería, tardamos un poco en la fila para comprar la
comida pero luego me enfrenté a un miedo, donde me sentaría?
Jamie, por suerte, me indicó la mesa donde solía comer, se encontraban 3 jóvenes
más, un muchacho alto y rubio, otro mediano con el pelo negro un poco largo y una
chica con rulos rubios alborotados y bien acomodados al mismo tiempo.
- Hola chicos, que tal? Ella es Janelle.- Jamie me presentó mientras los jóvenes
me observaban mirando cada detalle.
- Hola- saludé temblorosamente, tenía miedo de echar la comida de mi bandeja
entonces la puse en la mesa al lado de Jamie que se había sentado.
- Ellos son, Ben- señaló al rubio- Rebecca- señaló a la chica que me saludó
amistosamente- y Cameron- señaló al chico de pelo negro.
- Hola que tal?- dije mientras que tomaba mis cubiertos.
- Hola- dijo el chico de pelo negro- y que tal todo? Que te parece nuestro pueblo?
Cameron tenía un acento ingles. A lo mejor no era la única extranjera aquí, por
suerte…
- Pues, me encanta- fingí tan bien que nadie se hubiera imaginado que mentía- ya
me estoy acostumbrando a la nieve. Eres británico?
- Si, pero vivo aquí desde que tengo 12 años, igual el acento nunca se va de un
británico- sonrio.
- Oh, y de donde vienes?- preguntó Rebecca
- De Paraguay- dije mientras tomaba la soda que había comprado.
- Enserio? Y como es allí?- Cameron estaba entusiasmado. Parecía un chico
agradable, sería un buen amigo.
- Pues, casi siempre hace calor, y cuando digo calor es enserio, es como vivir en
un sauna.- sonreí.
- No me imagino vivir en un lugar sin nieve- dijo Ben, parecía bastante serio,
estaba tomando una de las manos de Rebecca, debía ser su novio.
- Si, es bastante diferente.- dije en tono despacio.
Las preguntas continuaron, Cameron y Rebecca parecían ser buenos amigos, Ben
era muy callado, pero no encontraba nada malo en él, no parecía ser engreído solo
tímido. Cameron era un chico bastante despierto, tenía su cabello de costado, bien
parecido, ojos grandes y una personalidad bien abierta.
Jaime era totalmente diferente a Rebecca, que era reservada, pero amigable, bien
maquillada y un poco más alta que yo, Jamie a penas se maquillaba, creo que solo
tenía polvo, pero ni siquiera lo necesitaba, tenía pestañas largas y era bastante alta.
Su personalidad complementaba la mía, enseguida me di cuenta que tal vez, podría
ser esa amiga que nunca tuve.
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Terminamos de almorzar y nos levantamos de la mesa, nos dividimos en dos,
Rebecca y Ben tenían la misma clase, Cameron, Jamie y yo teníamos biología y
luego filosofía.
Caminamos hasta llegar a las clases y me volví a sentar con Jamie.
Durante toda la lección, la Sra. Green se pasó preguntándome cosas delante de toda
la clase, me sentí totalmente incomoda, tanto que Jamie se dio cuenta y me alentó
escribiendo en una hoja, “Tranquila, ella suele ser un poco fastidiosa”.
Era una lástima ya que biología había sido una de mis clases favoritas en Paraguay,
ahora sería arruinada por una profesora “fastidiosa”, sonreí al leerlo
Pronto la clase de Biología se terminó y solo quedaba Filosofía.
Al llegar a esa clase, todos se sentaban en mesas separadas, Jamie se sentaba en el
costado y las otras mesas ya estaban ocupadas así que vi que había una silla libre en
el medio, me senté y vi que Cameron se sentó a mi lado.
Tomé mis anotaciones, estaba cansada, y el Sr. Banner por más que me agradó, me
aburría, estaban hablando del mito de la caverna.
Me dio pena que recién estaba empezando de nuevo el segundo año, pero bueno por
lo menos ya me sabía algunos temas, mejor dicho, varios temas, creo que me irá
bien en este año…
No me di cuenta de que el tiempo había pasado tan rápido después de todo, y de
pronto la campana anunció el fin de la jornada.
Me levanté y junté mis libros, Jamie se puso a mi lado enseguida, al igual que
Cameron, caminamos por el pasillo y luego salimos al estacionamiento.
- Y que harás después Janelle?- preguntó Jamie, mientras buscaba sus llaves del
bolsillo.
- Y ahora iré a la tienda con mamá, y luego a comprar mas ropa abrigada.- sonreí.
- Oh, entonces te veré en la tienda luego.
- Y tu Cameron que harás?- pregunté para que no se sienta excluido.
- Pues, creo que solo iré a casa y terminaré mi tarea de Algebra.
- Oh.. está bien.- dije mientras me encaminaba hacia mi jeep.
- Nos vemos!- grito Cameron mientras corría hacia un Toyota blanco semi-nuevo
que supongo que era de él, ya que entró y encendió el motor, a menos que lo
estaba robando. Sonreí en mi mente.
- Nos vemos! Y nos vemos dentro de un rato Jamie!
- Si, nos vemos!- dijo Jamie desde su Chevrolet gris.
Abrí la puerta del jeep y me senté, encendí la calefacción que recién me había dado
cuenta que funcionaba, y calenté mis manos que se habían congelado. Luego
encendí el motor y me dirigí a la tienda de mamá, solo a unas cuadras, pero bueno,
tenía el vehículo…
Al llegar a la tienda de mamá, bajé del vehículo con mi mochila, el viento se sentía
más frío y fuerte. Caminé a la puerta de entrada donde el cartel “Cardelli’s” se
divisaba, al entrar una campanita anunció mi llegada.
53
Mamá estaba sentada en frente al mostrador viendo una pequeña tv a su costado.
- Oh! Hola Nelly!, ya llegaste, que tal te fue en tu primer día?- me dijo
entusiasmada.
- Hola mamá, todo bien, conocí a Jamie y a sus amigos.
- Y que te pareció?
- Creo que nos llevaremos bastante bien, se parece bastante a mi, pero al mismo
tiempo es diferente.- sonreí.
- Y a quien más conociste? Ven siéntate aquí conmigo.- señaló una silla a su lado.
- Bueno, no recuerdo los nombres de todos- dejé mi mochila en el mostrador y
me senté al lado de mamá- pero… con los que almorcé son Cameron, Ben y
Rebecca, eran bastante agradables.
- Bueno, que suerte que te fue bien en tu primer día, y que ya conoces a algunos
de los jóvenes de aquí.
- Sip, no me imaginé que habrían bastantes jóvenes en el instituto, o sea, Creede
es pequeño, de donde salieron tantas personas?
- Bueno, la gente que viene a los institutos no son solo de Creede, sino de todos
los alrededores, no hay muchas escuelas por aquí.
- Ohh, ahora comprendo. – me levanté de la silla- creo que me habías prometido
algo…- sonreí pícaramente.
- Oh.. si.. enseguida llega Jaime y partimos para comprar ropa.
- Está bien. - Me senté y encendí la pequeña tv.
Pasaron varios minutos hasta que Jamie llegó y dejamos a su cargo la tienda. Subimos a
mi jeep y nos encaminamos a comprar ropas mucho, mucho más abrigadas para mi.
El viaje duro media hora, fuimos a otra ciudad más grande, allí encontramos una tienda
bastante grande de ropa, nos bajamos y comenzamos la búsqueda de abrigos.
Mamá exageró con la ropa, no pensé que me compraría tanta ropa, creo que ni entraría
en mi closet, también convencí a mamá de comprarme algunos libros nuevos, así podría
llenar un poco más mi pequeña biblioteca.
Nos volvimos a encaminar a Creede, otra media hora de regreso, para cuando llegamos
ya estaba oscureciendo, y volvimos a la tienda para poder cerrarla.
Jamie seguía adentro, estaba tomando una taza de café mientras veía las noticias en la
tv.
- Jamie, muchas gracias por ocuparte de la tienda- dijo mamá mientras escribía en
su inventario.
- No hay de qué Sra. Cardelli, mamá le mandó decir que la espera esta noche en
casa, si quieres puedes venir también Janelle, vendrá Cameron y tal vez Ben y
Rebecca.
- Bueno… yo.. creo.. – me costaba decir que no, pero no sabía si realmente quería
ir, es decir apenas los conozco, bueno debo dejar de ser antisocial si quiero salir
e independizarme en la vida…- bueno, si mamá va, creo que también iré.
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- Que bueno! Entonces le digo a mamá que vendrán casa a las 8:00 Sra. Cardelli?-
miré a mamá para saber su respuesta.
- Emm… si, claro que iremos- dijo mamá mientras levantaba la vista del
inventario.
- Ok, nos vemos Janelle, hasta luego Sra. Cardelli!
- Nos vemos Jamie!- dije.
- Adiós Jamie!- dijo mamá cerrando el libro y guardándolo en un cajón.
Jamie salió de la tienda, mientras mamá ya había terminado todo y tomó algunas
cosas mientras nos dirigimos a la puerta.
Salimos afuera, estaba helando, ya casi estaba todo oscuro y las luces del pueblo ya
estaban encendidas, mamá llaveó la puerta de la tienda y luego nos encaminamos a
nuestros respectivos vehículos.
- Janelle vayamos a casa primero y dejemos el jeep allí, para luego ir con el
abuelo a la casa de Linda si?
- Esta bien a parte debo bajar toda la línea de ropa que me compraste!- sonreí.
Subí al jeep y luego seguí a mamá por la calle hasta llegar a casa, allí estacioné en el
frente y bajé cargando dos bolsas grandes y una pequeña que contenía mis nuevos
libros, mamá que ya me había alcanzado tomó las otras tres bolsas restantes.
Capitulo 4
“LA REUNIÓN”.
Abrimos la puerta de entrada, el abuelo estaba viendo tv en la sala.
- Papá. Prepárate que Linda nos invitó a su casa y enseguida salimos! Oh! Y
podrías envolver la torta que está en la heladera - dijo mamá mientras cerraba la
puerta dejando atrás el frio.
Adentro la casa estaba calentita, se podía ver desde las ventanas como el viento
movía suavemente los pinos.
Subimos las escaleras hasta mi habitación, dejamos las bolsas en mi cama, luego
mamá fue a su habitación para también cambiarse.
Saqué un saco más grande de color blanco y algunas remeras nuevas para ponerme
debajo, me cambié rápidamente y fui al baño a lavarme la cara.
Luego me arreglé con el lápiz negro los ojos, solo un poco, incluso menos de lo que
había usado en esa mañana para ir al instituto, a diferencia de muchas chicas
prefería un look más natural.
Bajé de las escaleras, había dejado un verdadero desorden en mi habitación pero al
volver la arreglaría, entré en la cocina, el abuelo había envuelto la torta que le dijo
mamá para llevar a la casa de Jamie y Linda.
- Bueno, vamos, vamos!- mamá ya había bajado con un sweater morado y se estaba
poniendo una campera de color crema, en sus manos llevaba un cuadernos y un libro
negro que parecía pesado.
- Ya vamos, Janelle quieres llevar la torta al auto?- dijo el abuelo mientras caminaba
acercándose a mi.
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Tomé la bandeja y seguí a mamá al auto, mientras el abuelo llaveaba la puerta. Entré
en el asiento trasero con la bandeja y la puse en mi regazo. Mamá ya se acomodó en
el asiento del conductor y el abuelo vino casi trotando hasta el asiento delantero.
El abuelo cerró la puerta y mamá encendió el motor, enseguida ya estábamos
encaminándonos a Creede.
- Bueno, y a qué se debe que Linda nos invite a su casa un martes de noche?-
preguntó el abuelo confundido por tanto traqueteo.
- Lo que pasa es que todos los martes y jueves voy a su casa.- dijo mamá un poco
firme.
- Pero para que?- pregunté curiosa.
- Es que tenemos una reunión.
- No! No me digas que… - el abuelo miró un poco enojado a mamá que lo miró
un poco triste en el mismo momento.- ya me parecía que había algo raro, Rita
me bajas inmediatamente, no iré a escuchar mentiras!- el abuelo juntó sus cosas
y esperaba que mamá estacione para poder abrir la puerta.
Nunca lo vi así, estaba totalmente enojado, había algo que no entendía, el abuelo de
golpe había cambiado de humor y jamás lo vi estar tan furioso.
- Papá, no te pongas así, vamos como vas a volver a casa caminando con este frío-
dijo mamá con voz temblorosa.
- No me importa el frío, solo bájame no iré a esa casa a estar escuchando como
gente te miente a ti y a mi nieta.
- Por favor, solo ven y siéntate a ver tv, si? No te molestaremos si no quieres
participar.- suplicó mamá.
El abuelo pensó unos minutos, luego cambió su rostro de furioso a serio.
- Está bien, pero no participaré de engaños.
- Esta bien.- dijo mamá mientras que ya estábamos entrando en el pueblo.
No entendí nada de lo que recién paso, pero prefería mantenerme callada a que el
abuelo vuelva a explotar, mejor hablaría con mamá en privado luego.
Estábamos cerca de la tienda, y pasando unas cuatro cuadras estaba la casa de Linda
y Jamie. Estacionamos el auto enfrente, había como dos vehículos más, aparcados
cerca.
Nos bajamos de vehículo y pude ver que en la casa de enfrente estaban sentados
Rebecca y Ben y Jamie y Cameron estaban hablándoles de pie.
Mamá se dirigió a la puerta mientras que el abuelo o seguía sin decir una palabra, su
rostro revelaba que no deseaba estar allí. Tocaron el timbre y Linda nos atendió.
- Pero bueno, hola! Pasen! Janelle- dijo hablándome a mi- Jamie y Cameron
están enfrente hablando con Rebecca y Ben enseguida vienen, entren y pónganse
cómodos.
- Hola Linda!, te digo que no le digas una palabra a papá porque está furioso por
haber venido- susurró a Linda en el oído cuando la saludo.
- Que tal Sr. Méndez, pase la tv está en la sala.
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El abuelo entró y fue directo a la sala sin hablar, parece que Linda entendía
perfectamente lo que estaba pasando, yo solo entré y me senté en el sofá junto al
abuelo.
Habían varias personas en la casa, no entendía si era una fiesta o si realmente
estudiaban algo o no sé, mamá no había mencionado que estaba en algún curso, me
pregunto ¿porqué no me había dicho nada?
Mamá fue al comedor y se sentó poniendo sus libros en la mesa, la mayoría de la
gente estaba sentada en la mesa también. Había tres mujeres como de la edad de
mamá y un hombre de rasgos fuertes, alto de cabellos rubios. Una de las mujeres era
pequeña, de rubios cabellos, la otra parecía un poco mayor de unos 49 o 50 años, era
mediana y de cabello castaño, la otra no paraba de hablar, por su acento se notaba
que era británica, era de cabellos castaños oscuros, y tenía una sonrisa que le
iluminaba el rostro, parecía agradable.
De pronto, la puerta de entrada se abrió, eran Jamie y Cameron que entraron con
caras un poco tristes, pero que al verme fueron disimuladas y me sonrieron.
Cameron se acercó dejando a Jamie su abrigo, que venía sacándose el suyo también.
- Janelle, dame tu abrigo, la pondré en el closet si?- dijo Jamie con bastante
educación.
Le di mi gran abrigo y me quedé con la ropa nueva. Enseguida abrió una puerta que
estaba al costado de la puerta de entrada y puso allí los tres abrigos.
- Que tal Janelle? Que suerte que viniste!- dijo Cameron al acercarse.
- Hola Cameron, si, mamá dijo que suele venir.- dijo un poco incomoda por la
manera en que Cameron me estaba sonriendo.
No estaba acostumbrada a que la gente sea tan buena conmigo, y aquí todos lo eran.
- Bueno quieren ir a mi habitación? – preguntó Jamie- ya que parece que la tv
aquí está ocupada- sonrió.
- Oh, si. Al abuelo creo que no le gustó tanto la idea de haber venido- sonreí a la
par.
- Está bien vamos arriba- dijo Cameron.
Subimos las escaleras, la casa era bastante parecida a la nuestra, con la diferencia de
que solo habían dos habitaciones y era más pequeña.
Entramos en la habitación de Jamie, que era casi todo en lila, las paredes, su
edredón e incluso una alfombra felpuda que estaba delante de su escritorio.
Habían dos puffs, los dos negros, Cameron fue directo a uno y se tiró encima, luego
Jamie se sentó en la silla de su escritorio. Fui al otro puff y me senté.
- Bueno que quieren hacer?- dijo Jamie.
- No sé, que te parece uno de esos juegos de mesa que tienen?- dijo Cameron.
- No, no estoy de ánimo para juegos, que les parece si traemos la tv de la pieza de
mamá y vemos alguna película.
- Si! Me parece una mejor idea- dijo Cameron que me miró como preguntándome
si aprobaba la moción.
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- Yo no tengo problema.- dije mientras que miraba a Jamie, como se levantaba
para ir a la otra habitación.
Enseguida volvió cargando una tv mediana y Cameron casi salta para ayudarla.
Noté que Jamie sonrió cuando Cameron tomó la tv, creo que ella sentía algo por él, que
no era precisamente enojo. Y así mismo también noté que Cameron parecía muy
servicial con ella. Me gustaba la idea de que los dos se gustaban pero no se animaban a
decírselo, preferían ser amigos. Me parecía extraño, ya que en mi otro instituto no
perdían tiempo siendo amigos, me gustaba como eran ellos dos, tal vez los podría
ayudar a que se digan lo que realmente sienten, pero no se el momento indicado, y…
aparte… recién los conocía, así que tengo todo el tiempo del mundo ya que me quedo a
vivir aquí.
Cameron conectó algunos cables y enseguida encendió el televisor. Jamie bajó algunas
almohadas de su cama, apagó las luces y se sentó en medio de nuestros puffs.
Estuvimos varios minutos cambiando de canales hasta que nos quedamos viendo una
comedia.
Durante todo ese momento no pude prestar atención a la película, solo podía pensar en
que el abuelo estaba allí a bajo con el ceño fruncido. ¿Por qué se había enojado tanto?
¿Por qué mamá no me dijo nada sobre sus “estudios”? no estaba entendiendo nada y al
volver a casa esperaba explicaciones. También no entendía que si Rebecca y Ben
estaban enfrente por que no nos acompañaron, aunque tal vez deseaban estar solos, no
se.
Cuando terminó la película Jamie se levantó y encendió las luces.
- bueno creo que ya habrán terminado, ¿que les parece si bajamos a ver si ya se
puede comer algo?- dijo Cameron sonriendo de oreja a oreja.
- Si, mamá hizo unos bocaditos deliciosos y no me los quiero perder.- dijo Jamie
también sonriendo.
- Bueno, vamos!- dije también ansiosa.
Bajamos y ya estaban todos parados, por toda la casa, el abuelo seguía enfrente al
televisor con una cara que no revelaba nada.
Fuimos hacia el comedor donde en la mesa ya estaban puestos los bocaditos de Linda,
la torta que habíamos traído y dos fuentes de sándwiches.
Caminé junto a mamá que estaba hablando con Linda y con la Sra rubia pequeña,
mientras Jamie y Cameron iban a la mesa a comer.
- Mamá, ya terminaron?- dije.
- Si, querida, ven que quiero presentarte a mis amigos.- dijo mamá llamándome.
Me acerqué temblorosa, y luego mamá me abrazó
- Janelle, ellos son la Sra Gilmore - dijo señalando a la sra rubia pequeña.
- Que tal Janelle, escuchamos mucho de ti- dijo la Sra. Gilmore.
- Bien, enserio? Bueno espero que nada vergonzoso- dije totalmente avergonzada.
Mamá continuó con las presentaciones, las otras personas se acercaron.
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- Luego están, el Sr. Foley y la Sra. Foley, los padres de Ben- señalando al
hombre serio y a la señora que parecía mayor, luego señaló a la mujer que no
paraba de hablar con su acento británico- y ella es la Sra. Moline, la mamá de
Cameron.
- Que tal, mucho gusto- dije acobardada por todas las miradas que se posaban en
mí.
Por suerte mamá fue a presentarles a mi abuelo, que parecía conocer a la otra Sra, quien
según había escuchado su apellido era Falls, pero que no le caía bien, bueno estaba de
mal humor, así que creo que nadie le caía bien es ese momento.
Fui con Jamie y Cameron que estaban comiendo en la mesa, tomé un sándwich y lo
devoré, no me había dado cuenta que estaba hambrienta, y mientras hablaba Cameron
con su madre fue cerca de Jamie y me atreví a preguntarle por qué Ben y Rebecca no
quisieron venir.
- Jamie, por qué si los padres de Ben están aquí no vinieron el y Rebecca
también?
- Bueno, es algo complicado, aunque no tanto, bueno, el no está de acuerdo con
que sus padres vengan, así como los padres de Rebecca y ella también, por eso
no vienen
- Pero ¿que es lo que no aprueban? ¿Por qué todos se enojan por que vienen? Es
decir, mi abuelo se puso furioso porque vinimos, ¿que es lo que realmente
estudian?
- Creo que tu mamá te responderá correctamente, no quiero meter la pata y decirte
algo incorrecto, pregúntale a tu mamá si?
- Bueno, está bien- dije tomando algunos bocaditos.
No entendía por que tanto misterio, por que nadie decía nada, y porqué tanta gente se
oponía a estas reuniones. ¿Estaban haciendo algo malo o que? Al volver a casa
interrogaré a mamá hasta que me diga la verdad.
Sin darme cuenta me había comido como seis bocaditos, entonces vi la torta, se estaba
acabando y no iba permitir que se lo coman todo y yo me quede sin probar, corrí y tomé
el cuchillo y casi volé sobre los últimos pedazos restantes hasta que al fin corté un trozo
y me fui tranquilita al sofá a degustar mi rica tortita. A pesar de que siempre comía
demasiado, y de veras, era mucho, nunca engordaba, era algo que sí amaba de mi
organismo.
La torta estaba rica, no era lo que me esperaba pero era buena, todos estaban hablando
hasta que el abuelo se paró y fue junto a mamá.
Mamá se acercó hacia Linda y se despidió así que la imité, nos despedimos de todos y
luego salimos afuera, el abuelo estaba mas serio que nunca.
Nos subimos en el vehículo, y mamá encendió el motor, fuimos a casa sin decir una sola
palabra, el camino se hizo largo, y casi lastimaba el silencio, justo cuando iba a hablar
para romper el horrible silencio, llegamos.
El abuelo se bajo y entró a la casa como una bala, mamá movió la cabeza con gesto de
desaprobación. Cerró la puerta del vehículo y entramos.
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Sabía que era tarde, que debía bañarme, arreglar todas las cosas que había comprado
hoy y que no me alcanzaría el tiempo para hablar con mamá de lo que había sucedido y
de qué se trataba el estudio que todos rechazaban.
Subí en silencio y me despedí de mamá en el pasillo de los cuartos. Entré en mi
habitación y encendí la chimenea, fue fácil, pensé que tardaría en encender el fuego.
Luego comencé a guardar la ropa nueva.
Me carcomía no saber que es lo que estaba ocurriendo, el porqué del enojo del abuelo,
el porqué todos rechazan la reunión que se hace en la casa de Linda y Jamie, y qué
hacen en esas reuniones. Debía preguntarle a mamá que estaba sucediendo, y ¿a qué se
refería Jamie con que solo mamá me lo debía decir, y por que metería la pata si ella me
lo decía y el abuelo que hablaba de engaños y mentiras?
Comencé a guardar los libros en el pequeño librero terminé rápido y me fui a duchar. rl
agua caliente me ayudó a relajarme, y el ambiente en mi habitación mejoró cuando puse
el Cd acústico que escuchaba cuando estaba en Paraguay. Me sequé el cabello y me
cambié de ropa. Miré el reloj eran las 11.14 Pm debía despertarme temprano al
amanecer así que puse mi despertador, apagué la música y me tiré en la cama a dormir.
El despertador sonó, la noche había pasado lenta, me quedé pensando en todas las cosas
que habían sucedido. Me levanté de la cama y me vestí, bajé las escaleras y me encontré
con mamá en la cocina, el abuelo seguía en su habitación.
- Buenos días mamá- dije mientras tomaba una taza y me servía el café delicioso.
- Buenos días Nelly- mamá se sentó en la mesa
Parecía estar dudando de algo, supuse que era si hablarme sobre anoche. Como no
hablaba me senté a su lado y yo le pregunte.
- Entonces, por que se enojó el abuelo?
- Bueno, es una historia muy larga, pero la síntesis es que no le agrada que vaya a
las reuniones.
- Y de qué se tratan estas reuniones? De qué hablan?
- Bueno, hablamos de Dios, es un estudio que hacemos semanalmente, leemos la
biblia y hablamos al respecto, al abuelo no le agrada porque dice que son
mentiras.
- Pero.. nunca demostró ser así, es decir siempre oramos antes de cada comida y
parece no molestarle.
- Eso es porque, tu cierras tus ojos no?
- Si, claro.
- Bueno, la próxima vez no los cierres verás la cara del abuelo.
- Oh, bueno, y si no le agrada porque nunca nos dijo algo sobre eso?
- Bueno, pienso que es porque el duda. Es decir creo que el solamente no quiere
creer, pero en el fondo lo sabe, y lo sabe muy bien.
- A que te refieres con que lo sabe “muy bien”?
- Eso, lastimosamente yo no te lo puedo decir, solo él puede, y te recomiendo de
que no le hables al respecto, porque no se que esperar de él si le tocan el tema.
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- Emm.. bueno, creo que algún día me lo contará, no?
- Eso espero.
Sonreí, aunque seguía sin entender algunas cosas, por lo menos ya sabía de que se
trataban esta “reuniones”, aunque no le veía nada malo.
Es decir, nunca fui muy cristiana, solo para las comidas y algún que otro
acontecimiento, ni me esperaba que mamá sea muy fiel. Y menos estaba enterada de
que se hacen reuniones para leer la biblia. Bueno, era uno de los libros que nunca había
leído, pero no veía nada malo en leerlo y hablar sobre lo leído, era casi como un grupo
literario, esos que se juntan y leen algún libro y luego comparten lo leído.
Bueno, terminé de desayunar y subí a cepillarme los dientes y ponerme lápiz en los
ojos. Bajé y me despedí de mamá, subí al jeep y me encaminé al instituto, ahora le toca
a Jamie darme algunas explicaciones.
El viaje que parecía ser tan larga la noche anterior, fue tan rápida hoy, llegué sobre la
hora al instituto, aparqué mi vehículo en uno de los espacios vacíos, bajé con mi
mochila y corrí a mi casillero que estaba en el pasillo, por suerte cerca de mi primera
clase.
Cuando entré a la clase, la campana sonó. Caminé a mi asiento y me senté con Jamie,
que ya estaba con sus cuadernos en la mesa.
- Hola Jamie, emm.. porque no me dijiste que la reunión era solo sobre hablar de
Dios?- parecía saber que le iba a preguntar eso.
- Hola Janelle, bueno, no sabía si decírtelo ahí, aparte tampoco sé si te dijeron
todo.
- Como que todo?
En ese momento el Sr. Suarez entró en la clase.
- Hoy hablaremos sobre los hidrocarburos, siii!- gritó sarcásticamente, lo cual nos
hizo sonreír a todos.
La clase se desarrollo muy lenta, entendí perfectamente todo, pero me seguía
atormentando no saber ciertas cosas, la curiosidad era una de mis grandes debilidades.
La campana sonó y cambié de clase, me tocaba ingles, que me estaba costando un poco,
ya que las lecturas eran bastante profundas, la Sra. Dawson veía todo en otra
perspectiva, sus ideas no tenían coherencia con lo que expresaba la lectura, por lo
menos para mi.
Pronto llegó la hora del almuerzo, al fin sería mi oportunidad de hablar con Jamie.
Caminé y me encontré con ella en la fila para comprar comida, no me fijé en que me
servían solo fui y lo pagué. Jamie estaba callada, sabía que le esperaba una conversación
larga conmigo.
Fuimos a la mesa donde nos habíamos sentado el otro día, todavía no llegaron los
demás.
- Jamie, por que no me quieren decir que es lo que está sucediendo aquí?
- Bueno, es que solo tú puedes darte cuenta.
- A que te refieres con eso? Por que todos andan con acertijos y secretos?
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- No son secretos, en realidad todo el mundo lo sabe, solo que nunca prestaron
atención para poder comprender lo que está por venir.
- Que está por venir?
Jamie estaba por decirme la verdad cuando Rebecca llegó y siguiéndole, Ben.
- Que tal?- dijo Rebecca con una pequeña sonrisa, como si fuera que sabía que
Jamie iba a decirme lo que está pasando pero que interrumpió a propósito.
- Emm… nada solo hablábamos de la Sra. Dawson, creemos que necesita ayuda-
Jamie sonrío falsamente, solo la acompañé con una sonrisa bien falsa.
Cameron llegó y se sentó al lado de Jamie, le sonrió. Definitivamente aquí ocurría algo
que no pasaba desapercibido, me pregunto porqué no se dicen la verdad entre ellos.
Harían una pareja perfecta, sin duda.
El almuerzo continuó incómodo, tratado de hacer pasar como si todo estuviera bien,
cuando en el fondo todos sabíamos que había algo que estaba mal.
Cuando terminó el almuerzo Jamie y Cameron me acompañaron en las otras clases y así
luego de la maravillosa clase de Biología terminó el día escolar.
Caminamos por los pasillos, Jamie hablaba con Cameron de la tarea de matemáticas
que nos habían asignado. Llegamos al estacionamiento y solo me despedí de ellos
silenciosamente, Jamie se había dado cuenta de que me había molestado. Pero solo
disimuló y me sonrió al despedirse.
Me subí al jeep y respiré profundamente, prendí la calefacción y me puse en marcha a la
tienda de mamá.
Al llegar a la tienda vi que mamá estaba en la misma posición viendo la pequeña tv en
el mostrador.
- Hola mamá- dije bastante cansada.
- Hola Nelly! Porque suenas triste?
- No… solo estoy cansada- traté de cambiar de tema, sabía que mamá no me
hablaría del tema que me ponía triste- quería preguntarte, ya que te quedarás
hasta tarde aquí si quieres que te prepare la cena?
- Oh! No te preocupes querida
- No, tranquila quiero hacerlo, te mereces una buena comida al llegar.
- Buena, está bien y crees que podrás poner al abuelo feliz de nuevo, no lo vi al
salir y me temo que se halla quedado resentido conmigo.
- Si, no hay problema, se como ponerlo alegre- sonreí.
- Bueno, nos vemos esta noche, te quiero Nelly.
- Yo también mamá, nos vemos!
Volví a salir de la tienda y subí al jeep, pensando en el chocolate caliente con
malvaviscos que le prepararé al abuelo, lo que siempre le ponía una sonrisa en el rostro.
Encendí el motor y en poco tiempo llegué a casa. Al entrar vi que el abuelo estaba
sentado en el sofá viendo el canal de deportes.
- Que tal Janelle?- dijo mientras que volteaba la cabeza para verme entrar.
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- Bien abuelo.
Me senté a su lado y vi que todavía estaba un poco serio.
- Abuelo, por que te enfadaste tanto anoche?
Dudó un poco para hablarme pero al final se rindió.
- Ayy…- suspiró- a mi nieta no le puedo mentir.
El abuelo iba a hablar, al fin tendría respuestas a mis dudas.
- Bueno, por donde empezar?
- Solo dime por que te enfadaste tanto al saber de “la reunión” de mamá?
- Esas “reuniones”- dijo con desprecio- esas reuniones me robaron a mi preciosa
Caroline
- Qué? A la abuela?
- Si, le llenaron la cabeza de mentiras de una futura vida, en ese entonces yo
también creí, pero luego…
- Luego que..?- pregunté ansiosa.
- Discúlpame pero no quiero hablar más de esto, me trae malos recuerdos y
mucho enojo.
Me desilusioné, mi oportunidad de saber la verdad se había ido.
- Está bien, que te parece si te ponemos una sonrisa en ese rostro enojadito-
sonreímos.
- Y como me harás sonreír?- preguntó el abuelo en tono canchero.
- Bueno, se que hay chocolate caliente y malvaviscos…
- Pues que estamos esperando?- dijo el abuelo ya sonriendo.
- Por qué no te adelantas y calientas el chocolate y yo subo a ponerme cómoda?
- Está bien, pero será mejor que te apures… por que ese chocolate no te esperará
mucho tiempo…
- OK…- sonreí mientras subí las escaleras.
Llegué a mi habitación, me saqué el abrigo enorme que estaba húmedo de la nieve, a la
que de a poco me estaba acostumbrando, pero no del todo. Dejé mi mochila al lado de
mi escritorio y luego recordé que tenía la tarea de matemáticas, así que saqué el libro y
lo puse en el escritorio, antes de dormir lo haría, total no era tan largo.
Prendí la chimenea y fue allí donde me di cuenta de que había una silla de madera
enfrente al librero, sonreí. Tomé la silla y la puse enfrente de la chimenea, luego busqué
en el closet una manta y le puse encima, listo como para volver y sentarme tapada a leer
un libro.
Luego salí de la habitación y bajé a la cocina el abuelo estaba sentado en la mesa con
dos tazas esperando a que se caliente el chocolate, y comiendo algunos malvaviscos.
- Abuelo! , creo que esa silla que está ahora en mi habitación tiene algo que ver
contigo…
- Te gusta?- dijo sonriendo
63
- Me encanta es perfecta!
- La compré en una tiendo de muebles en el pueblo, me alegra que te guste!
- Si me encanta!- sonreí- Bueno abuelo, creo que debemos preparar una cena para
mamá, que te parece?
- Creo que le gustará comer una rica comida de microondas.
- Abuelo… le voy a preparar unas pastas si?
- Bueno, se hacen bien rápido así que, bueno, está bien.
Le preparé unos spaghettis bien rápido y con una salsa que ya estaba lista, solo debía
calentarla. Al terminar el abuelo me trajo la taza de chocolate caliente con malvaviscos
dentro.
Fuimos a la sala y encendimos la tv. Estaban pasando las noticias.
El reportero hablaba de algo que ya había escuchado, de las desapariciones que habían
acontecido hace ya bastante tiempo.
- “ Las desapariciones de los jóvenes de casi cuatro estados diferentes, están
causando dolor al país, no sabemos si se tratan de secuestros, de huídas en grupo
o Dios no lo quiera algún asesino en serie. No se tienen pruebas como para decir
con seguridad la causa de estas desapariciones, solo queremos advertir a todos
estar atentos, protegidos y evitando contactos con extraños”.
El abuelo se estremeció.
- Janelle, tendrás cuidado si, n o quiero que te quedes hasta tarde en las calles
- Emm… abuelo, yo no ando por “las calles”, vengo directo del instituto a la casa,
bueno paso por la tienda pero tranquilo, por que querrían venir a secuestrar a
alguien de Creede?- sonreí burlonamente.
- No sabemos cual es la causa, solo te pido que te cuides si?
El abuelo estaba rígido, tomaba muy enserio este tema de las desapariciones al parecer.
- Está bien… me cuidaré.
El abuelo asintió con la cabeza.
- Bueno creo que me iré a bañar y luego haré mi tarea, nos vemos mañana.
- Te vas a dormir tan temprano?
- Bueno, considerando que me tomaré un laaargo baño y luego haré mi tarea creo
que sip.
- Está bien, pero no quieres cenar?
- No.. solo me dormiré.
- Está bien, buenas noches Janelle!
- Buenas noches abuelo.
Subí a mi habitación y entré en la ducha caliente, estuve como media hora bañándome,
luego salí y me cambié, me puse la ropa de dormir y me sequé el cabello.
Coloqué un CD en la radio y me puse a hacer la tarea.
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Mientras que trataba de descifrar la coordenada de un ejercicio de geometría analítica,
no podía dejar de pensar en todo lo que me había dicho Jamie y el abuelo. Jamie me iba
a decir la verdad, definitivamente necesito tiempo a solas con ella, donde nadie pueda
interrumpir, por que con el abuelo no conseguiré nada, no quiere hablar del tema, capaz
que cuando me entere de lo que está pasando en este pueblo le entienda.
Terminé la tarea, miré el reloj ya eran las 7:30 pm, así que mamá ya debería estar
llegando, espero que le guste la comida que le había preparado, solo debía calentarlo y
estaría listo para degustarlo.
Caminé a mi silla nueva, me senté, la música de mi Cd se había acabado, miré las
llamas del fuego, rojas, amarillas y azules, fuertes, con cada chispa parecía cantar una
canción que me arrullaba. Miré la ventana, el viento estaba más fuerte que nunca, un
pino golpeaba mi ventana sin descanso, pero todo parecía unirse un una canción, que
me daba vueltas y vueltas y de pronto un rostro se vislumbró en mi memoria, la cara de
un niño, en la oscuridad, sus grises me quemaban, solo quería gritar pero no encontraba
las fuerzas, la canción que parecía tan dulce hace unos momentos se había vuelto un
huracán de ruidos que combinaban el dolor que me producía la mirada de ese niño, no
era una mirada aterrorizante, sino la mirada más triste que había visto en mi vida.
Me levanté de golpe de la silla, el abuelo había entrado con un plato de sándwich.
- Querida, te desperté?
- Emm... abuelo, no, tranquilo llegaste en el momento justo- dije mientras que me
tocaba la frente y luego me rascaba la cabeza.
- Te traje un sándwich, no creí que no quisieras cenar y tu mamá me apoyó en que
debías comer algo.
- Gracias abuelo- tomé el plato y lo puse en mi escritorio- entonces, mamá ya
llegó?
- Si, y le encantó la cena que le preparaste.
- Enserio? Pero que hora es?
- Son las 8:30- dijo el abuelo.
- Vaya parecía que hace un rato miré el reloj y eran las 7:30.
- Bueno, te quedaste dormida…
- Si… eso creo.
- Bueno, te dejo, buenas noches Janelle.
- Buenas noches abuelo.
Cuando el abuelo cerró la puerta tuve miedo, miedo de que pronto debiera dormirme de
nuevo. No quería volver a ver esos ojos, pero aún los recordaba en mi mente. Me senté
en mi cama y miré la ventana, no había viento y el pino estaba bien tranquilo.
Puse de nuevo otro CD para tranquilizarme, y me tapé con mi frazada, sin darme cuenta
me quedé dormida, sentí un beso en la frente, debía ser mamá que me daba las buenas
noches, después quedé en blanco.
Al amanecer, parecía que todo el día anterior nunca había pasado, como si fue todo un
sueño y nada más. Abrí los ojos con dificultad y apagué el despertador de un golpe.
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Me senté en la cama, y luego me vestí, la misma rutina de hace dos días, este era mi
tercer día en el Instituto, pero el cuarto día de la semana, eso significaba malas noticias,
era jueves, esta noche volvería a haber “la Reunión”.
Bajé las escaleras mamá no se había levantado todavía, así que preparé el café y encendí
la radio, para evitar el silencio.
No presté atención a lo que el locutor decía, solo tomé un trozo de pan y le unté un poco
de mantequilla de maní, pronto el café estuvo listo y desayuné rápidamente, cuando iba
a lavar mi taza, mamá entró a la cocina.
- Nelly! Ya desayunaste todo?
- Sip, disculpa no haberte esperado, pero quiero llegar temprano hoy al Instituto
- OK, no te preocupes, solo deja que te lave tu taza y ve a buscar tu mochila.
- Gracias mamá!
Subí a la habitación y me di cuenta que el CD que había escuchado anoche seguía en la
radio, lo saqué y lo puse en su estuche, tomé mi mochila y mi libro de química, bajé las
escaleras y me encontré con el abuelo en la cocina.
- Bueno, ya me voy! Hasta luego mamá! Hasta luego abuelo!
- Hasta luego Janelle!- dijo el abuelo mientras se sentaba en la mesa.
- Adiós Nelly!- dijo mamá.
Salí rápido de la casa, el cielo estaba cubierto de nubes grises y, casi negras, no lo vi así
nunca desde que había llegado, algo malo debía estar ocurriendo, lo sentía por dentro.
Aceleré el jeep y en un instante estuve en el estacionamiento del Instituto, todavía nadie
había llegado, así que encendí la radio y traté de relajarme.
Suspiré y cerré los ojos tan solo un momento, parecía que todo estaba en orden, una
música suave se escuchaba, de pronto un ruido en la ventana, abrí los ojos de golpe, era
Cameron, había llegado temprana al igual que yo.
Bajé la ventana que dejó entrar un frío horrible dentro del vehículo.
- Cameron! Casi me matas del susto!
- Perdón, no quería asustarte solo que vi tu jeep y como no hay nadie más pensé
en hacerte compañía.
- Si claro, todavía faltan… - mire el reloj- veinte minutos. Sube al jeep, está
encendido la calefacción.
- OK.
Cameron dio la vuelta al vehículo mientras cerraba la ventana, en un segundo ya estaba
en el asiento de acompañante.
- Así que…- dije para terminar con el silencio.
- Si…- el tampoco sabía que decirme- que haces tan temprano aquí?
- Emm… es que anoche no pude dormir… y me desperté más temprano,
entonces…- no sabía más que decir, no quería contarle de mis pesadillas ni nada
personal- solo vine, no se porqué realmente estoy aquí a esta hora…- sonreí.
- Claro...- sonrió- quería preguntarte algo…
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- Si claro, que es?
- Por si acaso Jamie te dijo algo sobre mi?
- Creo que no.. porque?- lo miré sospechando.
- Es que no es nada... lo que pasa es que... yo…- desistió- la invité para el baile
de graduación y no me dijo todavía la respuesta…- sonreí, estaba en lo correcto,
Cameron si sentía algo por Jamie… que lindo…
- No me dijo nada, pero si quieres te ayudo…
- Harías eso por mi?
- Claro, después de todo eres mi amigo también- sonreímos- A ver, ahora dime,
como le pediste exactamente para ir al baile?
- Bueno, estábamos platicando en el chat…
- Le pediste por internet???- abrí los ojos enormemente.
- Emm… bueno… este... si… porque? Estuvo mal?
- Bueno, precisamente por eso te dijo que te daría la respuesta más tarde… creo
que si le pides cara a cara no le darás otra alternativa que contestarte.
- Tu crees?
- Claro, mira hoy en almuerzo me iré antes que ustedes, si?
- Y crees que ella se quedará conmigo?
- Bueno, creo que si me voy muy rápido y tu le hablas antes de que me siga…
tranquilo va a funcionar.
- Está bien, si tú lo dices…
- OK- miré fuera de la ventana, los demás autos ya estaban llegando- bueno que te
parece si ya bajamos?
- Si, tango matemáticas a primera hora..
- Y yo química.
- Ufff….- sonreímos por el dolor mutuo.
Bajamos del jeep y caminamos hasta que nos separamos al llegar a nuestras clases,
Jamie todavía no había llegado y quería sacarle el tema de cualquier forma para ayudar
a Cameron, ya que los dos harían una hermosa pareja! Por suerte, esto me había
alegrado la mañana, ya tenía en algo con que distraerme y no pensar en esa pesadilla
que me había atormentado.
Capitulo 5
Insoportable.
Me senté en mi asiento y vi como otros estudiantes iban llegando hasta que al fin Jamie
cruzó la puerta.
- Jamie! Que tal?- dije con ansiedad disimulada.
- Janelle, bien, por que tanto entusiasmo?- al parecer no escondí bien mi ansiedad.
- Emm... no por nada… - quise cambiar de tema- y que tal ayer?
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- Bien- no le iba a sacar nada, estaba muda.
- Nada en especial?
- Comí un strudel- dijo mientras que se sentaba en el asiento de al lado.
- Hablo de algo así fuera de la rutina…
- No, creo que no..
Definitivamente no me iba a decir lo de Cameron, debía hablarle yo.
- Bueno, estuve pensando en que el baile es dentro de algunos meses y nadie me
ha invitado…
- Faltan como tres meses, tienes mucho tiempo.
Como no me iba a decir nada tuve que reaccionar.
- Cameron te invito no?- dije casi explotando.
- Emm.. como lo sabes?- dijo abriendo los ojos.
- Es que… yo… discúlpame, pero el me lo dijo…- respiró profundamente.
- Bueno, es cierto. Me invito ayer… por el chat…- me miró demostrando que
sentía que era un inmaduro, también pensaba lo mismo pero era tímido.
- Si, ya se que suena algo inmaduro, pero porque no le das una oportunidad
- Bueno, es que no es eso…
- Y que es?
- Es que… el… el es mi amigo, nos conocemos desde el kínder.
- Y mejor aún tanto tiempo como amigos… significa que se llevan bien.
- Bueno, y que pasa si no funciona, nunca más será lo mismo
- Como vas a saber lo que va a pasar si nunca pruebas?
- Bueno… a nadie lo dices, entiendes, ni una palabra a Cameron, si?
- Si claro, soy una tumba.
- Bueno, es que el me gusta, hace mucho tiempo, pero tengo miedo de que, si
salimos, luego nuestra amistad se destruya, aparte, somos muy jóvenes, no creo
que conozca ahora al que se convertirá en mi esposo, no?
- Bueno, quien sabe, algunos lo encuentran cuando tienen 25, otros a nuestra
edad. Quien sabe, tal vez tu y Cameron están destinados, a parte, solo hablamos
del baile Jamie, no de con quien pasaras el resto de tus días.- sonreí.
- Si, creo que luego hablaré con el.
- Y no lo harás por el chat, si?
- Está bien...- sonrió.
Pronto la campana sonó y ya empezaron las clases, el día fue lento, casi torturante, hasta
que llegó la hora del almuerzo.
Como siempre fui a comprar mi comida, en la fila Cameron se me acercó.
- Janelle, creo que no le hablaré todavía.
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- Por que?
- No es el momento, que te parece si le hablo a la salida
- Está bien, pero háblale, mira que me enteraré si no le hablas.
- OK, OK…
Me senté en la mesa y Cameron me siguió, Jamie, Rebecca y Ben ya estaban en la mesa
almorzando.
Hablamos de cosas superficiales, se sentí incomodo estar en el medio de Jamie y
Cameron, pero lo que sea por los amigos.
Terminé de almorzar y fui a mi siguiente clase, pronto el día al fin se había terminado,
ahora venía lo pero, ir a casa a ver como reaccionaba el abuelo al saber que habría otra
reunión.
Me despedí de todo y miré fijamente a Cameron cuando le dije adiós, luego subí al jeep
y vi por el retrovisor que llamaba a Jamie para hablar, solo sonreí.
Me encaminé a casa, y cuando iba a estacionar enfrente, vi un gran camión enfrente a la
casa olvidada. No podía creer, alguien se mudaría en la casa abandonada, tal vez sea
alguna nueva amiga, si, encima viviría solo a unos metros de casa. Me agrada la idea, y
si la visito podré ver la casa por dentro, debe ser hermosa, por lo menos si la arreglan.
A pesar de estar en el bosque prácticamente, es magnífica, no por ser imponente sino
por que tiene un aire de misterio, aterrador y bello al mismo tiempo.
Bueno, sería lindo tener nuevos vecinos.
Entré en la casa para contar las noticias al abuelo.
- Hola! Ya llegué!- dije mientras cerraba la puerta.
- Hola cariño!- dijo mamá
- Mamá? Que haces aquí? No debes estar en la tienda?
- Emm.. si.. pero la mamá de Jamie me está cubriendo lo que pasa es que debía
buscar algunas cosas y como estoy encargada del comité de bienvenida en el
pueblo estoy preparando algunos bocadillos para los nuevos vecinos.
- Oh! Entonces si sabes de los vecinos!- dije.
- Si, en realidad esa propiedad ya era de ellos, según tengo entendido, pero ahora
vuelven luego de casi como 7 años.
- Oh, y los llegaste a conocer?
- No, realmente nunca salían, solo a la Sra. Que no recuerdo su apellido, creo que
son solo tres, una familia que ha adoptado a un niño, solo que cuando los conocí
todavía eran ellos dos.
- Oh, entonces es un niño adoptado?
- Si, por lo menos eso fue lo que me dijeron.
- Si quieres te ayudo
- Gracias!
Terminamos y fuimos con las dos bandejas de bocadillos para los nuevos vecinos.
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El camión ya se había ido, y las luces estaban encendidas, mamá tocó la puerta
suavemente y luego a pareció una señora de increíble belleza y de apariencia
sumamente dulce, parecía totalmente agradable. Era pequeña, como de mi estatura, sus
cabellos ondulados le llegaban a los hombros y combinaban con su camisa chocolate, su
piel blanca revelaba su timidez en sus cachetes que se habían sonrosado.
- Hola, si, que se les ofrece?- dijo suavemente.
- Hola, somos sus vecinas de la casa blanca de allí- mamá señaló nuestra casa- y
queríamos darles la bienvenida.
- Oh, muchas gracias!- la señora tomó la bandeja de mamá- Charles! Quieres
ayudarme- dijo para alguien que estaba adentro.
- Ya voy!
De pronto un hombre alto, de castaños cabellos se asomó a la puerta.
- Hola! Pero que tal?- parecían tan dulces.
- Hola, le estaba comentando a su esposa que somos sus vecinas de la esquina, yo
soy Rita Cardelli y ella es mi hija Janelle y mi padre también vive con nosotras
se llama Juan Méndez.
- Oh! Mucho gusto! Bueno mi nombre es Kristen Whitall y el es mi esposo
Charles Whitall, oh! falta mi hijo Andrew! No se donde se habrá metido.
- Creo que está arriba acomodando sus cosas- dijo Charles- no quieren pasar? creo
que tenemos chocolate caliente, no querida?
- Si, pasen!- dijo alegremente la nueva vecina.
- Oh, lo siento mucho pero debemos volver, tenemos un compromiso mas
tarde…- dijo mamá.
- Está bien, lo dejamos para la próxima- dijo la dulce señora Whitall.
- Si, bueno nos veremos dentro de poco!- dijo mamá tomando mi bandeja y
poniéndolo en las manos del Señor Whitall.
- Está bien.- la Sra. Whitall me miró- bueno, Janelle, luego te presentaré a mi
hijito si? Le hacen falta nuevos amigos.- sonrió.
- Está bien- sonreí.
- Hasta luego!- dijo mamá
- Hasta luego!- dijeron los Whitall.
Nos alejamos de la casa y entramos en la nuestra.
- Bueno, parecen bastante normales, no?- dije sentándome en el sofá.
- Si, parecen encantadores, estoy segura de que su pequeño hijo debe ser un amor.
- Bueno, espero que me quieran contratar de niñera de vez en cuando, me vendría
bien el dinero- sonreí.
- Bueno, hoy voy a la casa de Linda, tengo reunión, vas a ir?- preguntó mamá
cambiando de tema.
En ese momento el abuelo bajó las escaleras.
- A donde irán?- pregunto ya sabiendo la respuesta.
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- Bueno, mamá irá a lo de Linda, pero yo me quedaré por que tengo tarea de
biología.
- Oh, está bien- dijo el abuelo casi despectivamente.
- Bueno, me iré a preparar y luego me voy- dijo mamá entendiendo la indirecta.
- Está bien, tráeme algo para comer!- dije soltando una risita picara.
- OK! Pero duérmete temprano!
- Ok!
Subí las escaleras y dejé mi mochila en el piso, prendí la chimenea y entré a darme una
ducha caliente.
El día había sido agotador, desde la noticia de Cameron y Jamie, hasta los vecinos
nuevos, y ahora volvía donde todo había empezado, debía dormir.
No estaba segura de que era lo que estaba ocurriendo pero, durante todo el día estuve
tratando de desviar esa mirada horrenda de mi mente, y ahora, no podía recordar
siquiera el rostro del niño que me había atormentado durante todo el día.
Salí de la ducha y me sequé el cabello, la noche parecía estar calma, me senté en el
escritorio y comencé la tarea de biología.
Lastimosamente la Sra. Green no iba a desarrollar las teorías de la vida, mi tema
favorito de toda la biología. En vez de eso habíamos pasado ya a la anatomía humana,
era lo peor.
Odiaba todo lo que tenía que ver con el cuerpo humano, es decir, por lo menos a mi me
parecía totalmente aburrido, y para a largar mi sufrimiento nos habían puesto un trabajo
individual sobre cada tipo de sistema y como tengo tanta suerte me asignaron el sistema
óseo, lo que me faltaba.
Como si fuera que me aprendería todos los nombre de los huesos del cuerpo, y encima
también las posibles fracturas y demás informaciones referentes a los huesos.
Realmente estaba cansada, cerré mi libro y me acosté en mi cama. Todavía era muy
temprano para ir a dormir, y a pesar de las pesadillas, solo me acosté en la cama y cerré
los ojos.
Estaba sentada a la orilla de un riachuelo, jugando entre los pinos, no había nieve, solo
nubes que no permitían pasar la luz del sol. Era el sueño que tuve semanas antes de
venir a Creede, podía recordarlo, solo que no podía hacer nada solo era como una
marioneta en el que no podía decir si quiera una palabra.
Pronto caía del árbol y comencé a gritar, el mismo niño de mis pesadillas había vuelto
pero su cara estaba borrosa, solo pude deducir que era él porque sus ojos me quemaban
Desperté de golpe, el despertador seguía sonando, me acaricie la frente y apagué el
despertador. Las pesadillas habían vuelto.
Me levanté y seguí mi rutina de cada día. Al terminar de desayunar calladamente, tomé
mis cosas y salí de la casa.
Miré la casa de la esquina, lucía mas bonita ahora que estaba habitada. Vi que había dos
vehículos, un pequeño Volkswagen y una camioneta Dodge muy nueva, no se de autos
pero parecía ser del 2005. Debían ser del Sr. Whitall y su esposa, subí al jeep, y me
dirigí al instituto.
71
Mientras iba llegando al estacionamiento, recordé que Cameron debía haber hablado
con Jamie, y no fui a su casa la noche anterior. Quien sabe si Jaime le dijo que si y
estuvieron bien sin mi anoche, pero que pasa si le dijo que no y estuvieron incómodos
toda la noche.
Me sentía horrible, ya veía como Jamie se enfadaría al verme, y como Cameron nunca
más me diría nada de sus secretos.
Bajé del jeep, vi que ya estaba estacionado el auto de Jamie, debía aceptar mi destino.
Caminé y llegué a la clase, Jamie me miró fijamente, debía estar enojada.
Traté de disimular y fui con ella con entusiasmo.
- Hola Jaime! Que tal?
- Hola Janelle, bien… dime, por que no fuiste anoche a casa?
- Bueno, tenía tarea…- me senté a su lado.
- Podíamos haberlo hecho justas…
Desistí.
- Perdón! Me olvidé completamente de todo y estaba cansada y Cameron te dijo
algo? Estas enojada no? Solo…
- Ya… ya.. tranquila… no estoy enojada, pero quisieras avisarme si no vendrás,
me sentí un poco incómoda con Cameron pero todo estuvo bien.
- Estuvo bien? Cameron hablo contigo?
- Emm… sip…
- Y…. no me vas a decir nada?
- Bueno… acepté ir con el al baile, pero seguimos siendo amigos, hablé con el al
respecto y quedó todo bien.
- Como todo bien?
- Y que somos amigos, pero…
- Pero que???
- Tal vez, en un futuro…
- Sii?
- Tu me entiendes…- dijo sonriendo un poco.
- Me gusta la idea..- asentí- bueno, me alegro que todo halla terminado bien, y
adivina!
- Que?
- Tengo vecinos nuevos!
- Oh si! Mamá me comentó algo, son tres no?
- Sip, parecen muy agradables
- Bueno me alegro.
- Si, además tienen un hijo pequeño al que de seguro voy a cuidar… y ganar
dinero!- sonreí pícaramente.
72
La campana sonó y el día continuó, pude sentir las miradas entre Cameron y Jaime todo
el día, se que se gustan solo que tienen demasiado miedo, bueno, no me corresponde
entrometerme, así que les dejaré que sigan su ritmo.
Me despedí de todos y subí al jeep, comencé a encaminarme a casa cuando…
Una camioneta se puso en mi camino rápidamente, y giré el volante tan rápido como
pude y fui a parar al costado de la calle, en la nieve.
Bajé del jeep furiosa, cerré la puerta de un portazo.
La camioneta, que era e lujo, se quedó totalmente inmóvil, como nadie bajaba para
hacerse responsable, caminé y como las ventanas estaban totalmente polarizadas, golpeé
el vidrio.
- Hey! Que te pasa!, puedes abrir la ventana por lo menos!
- Si?- dijo una voz que me sonaba familiar pero totalmente desconocida al mismo
tiempo, no bajaba la ventana, solo hablaba desde adentro del vehículo.
- No te diste cuenta de lo que sucedió? Ibas a no se cuantos kilómetros por hora
en plena mañana…
- Oh, es que no estoy acostumbrado a estos pueblos tan calmados.
La puerta del vehículo se abrió un joven bien alto bajó, de unos 18 o 19 años. Era de tez
blanca y su cabello era extremadamente negro, sus ojos eran azules profundos,
combinaban con su campera de marca. Debía ser un turista perdido, esos arrogantes
hijos de papá que tienen todo lo que quieren.
- Bueno, y que piensas hacer para sacar mi jeep de la nieve??
- Llama a un remolque!- dijo mirando por sus hombros.
- Que llame a un…? Pero que te pasa, por tu culpa me desvíe del camino y mi
auto..
- Jeep- me interrumpió, como si fuera que sabía más que yo.
- Jeep, lo que sea, se quedó atascado en la nieve.
- Bueno… tienes una palanca o algo así?
- Si en la cajuela.
Caminé furiosa ante el descaro de aquel extraño, abrí la cajuela del jeep y vi que solo
había una llave cruz y una palanca, por suerte.
Tomé la palanca y se la di al insoportable.
- Bueno, vas a poder sacar mi jeep de aquí?
- Si me ayudas, si…
- Que tengo que hacer?
- Mientras saco la nieve de las ruedas tu sube al volante y acelera cuando te lo
diga.
- Ok.
Subí al jeep mientras el joven escarbaba en la nieve, al cabo de unos minutos grito.
- Acelera!
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Encendí el motor y aceleré, el jeep se movió un poco hacia delante pero todavía no salía
de la nieve.
- Ok, falta un poco más.- dijo cansado el joven.
- Ok.
Después de escarbar un poco más volvió a gritar.
- Acelera ahora!
Volví a acelerar lo más fuerte que pude hasta que el jeep salió de la nieve, enseguida
subí a la calle.
- Bueno, no me vas a agradecer?- dijo el joven.
- Gracias- dijo en un tono cortante.
- De nada…- dijo descaradamente mientras subía a su camioneta
- Si bueno, y tu no me vas a pedir disculpas por haberme echado en la nieve?- dije
molesta.
- Lo siento!- grito mientras se alejaba del camino.
- Ayyyyyy!- grité furiosa dentro del jeep.
Que se creía ese tipo, la última coca cola del desierto??? Menos mal que solo era un
turista, eso creo.
Bueno, me encaminé a casa tratando de olvidar lo acontecido, subí por la carretera y vi
que el abuelo estaba saliendo de la casa, estacione y me bajé.
- Abuelo, a donde vas?
- Bueno, quiero ayudar a los nuevos vecinos a acomodar sus cosas, aparte me
invitaron a ir a tomar un chocolate caliente…- sonrió.
- Sabía que habría algún interés de por medio, vamos, te acompaño
- Está bien
- Solo déjame llevar mi mochila adentro y ya vengo.
- Está bien apúrate que me congelo.
Corrí adentro de la casa y deje mi mochila en mi escritorio, luego salí corriendo de la
casa y tomé el brazo del abuelo.
Caminamos hasta la esquina y el abuelo golpeó la puerta.
Enseguida la Sra. Whitall abrió la puerta.
- Hola! Que tal?
- Buenas tardes Sra. Whitall, queríamos saber si necesitaban ayuda para acomodar
los muebles?
- Oh, muchas gracias, de hecho mi esposo y mi hijo ya acomodaron los muebles
más pesados solo me falta acomodar los utensilios de la cocina, pero pasen,
adelante, tenemos chocolate caliente!
- Oh gracias Sra. Whitall- el abuelo giró hacia mi- te dije que habría chocolate…-
sonrió.
74
- Ay por favor díganme Kristen, pasen, están en su casa.
A pesar de la mudanza la casa era exactamente como me había imaginado por dentro,
era enorme, espaciada, con pisos de madera y techos altos, había un candelabro hermoso
en el comedor, la sala estaba preciosa, habían uno de esos sofás que son en forma de
“L”, definitivamente los Whitall no eran pobres.
Nos dirigimos en la cocina, era amplia y con mesadas de mármol negro, era un sueño.
- Bueno, aquí está el chocolate caliente!- Kristen nos pasó tazas hermosas llenas
de chocolate.
- Muchas gracias Sra..- Kristen miró al abuelo sonriendo- Kristen.. bueno en que
podemos ayudar?
- Bueno me pueden ayudar con los vasos y platos.
- Comencemos!
Comenzamos a sacar los vasos de papel diario y los acomodábamos en los estantes de
madera, en unos minutos ya habíamos terminado, entonces seguimos con los platos,
cubiertos, servilletas, etc…
Al terminar todo, Kristen, me miró sonriendo.
- Si?- dije un poco incomoda
- Oh, perdón, es solo que te pareces mucho a alguien a quien he conocido
- Enserio?
- Si, a una pequeña niña, que vivía aquí antes.
- Oh…- en realidad no sabía que decir, entonces cambié de tema- entonces, tiene
un hijo, no es así?
- Oh, si Andrew, es un niño tan bueno, aunque últimamente anda un poco triste,
ya sabes, cambiar de una ciudad a un pueblo pequeño, dejar a sus amigos…
- Oh, si.. le entiendo…- sonreí.
- Oh, creo que está llegando! Ven te presentaré!
Me tomó de la mano y caminamos a la sala.
- Bueno, Kristen, usted sabe que si algún día quieren salir con su esposo puedo
venir a cuidar a su hijo...
La Sra. Whitall me miró confundida.
- Creo que hay un malenten….
En ese momento la puerta se abrió.
- Cariño! Ya llegaste!- dijo Kristen abrazando a un joven alto.
Fue allí cuando comprendí cual fue el malentendido, su hijo no era un niño, era un
joven! Me quería morir, el abuelo comenzó a reír silenciosamente, parecía que el mundo
se estaba agrandando o era yo la que me estaba achicando…
Me di la vuelta y me puse las manos en la cara, no alcancé a ver a su hijo, solo quería
desaparecer, que habrá pensado Kristen cuando dije que podía cuidar a su hijo cuando
ella y su esposo salgan! Solo quería que la tierra me trague!
75
- Andrew! Quiero presentarte a nuestros nuevos vecinos! Ellos son el Sr. Méndez
- Juan Méndez- dijo el abuelo estrechando su mano al joven.
- Y ella es Janelle Cardelli- me di la vuelta.
No podía creer, lo que estaba pasando, me sentí pero de lo que me estaba sintiendo hace
un segundo, el hijo de la Sra. Whitall, era el joven que casi me mata en la calle!
- Hola, que tal?- dijo como si nada, como si era la primera vez en su vida que me
había visto.
- Hola, no tan bien- dije mirándolo fijamente- sabes tuve un accidente hoy y estoy
muy aterrorizada.
Andrew me miró fijamente también.
- Un accidente!- dijo asustada Kristen.
- Nada grave, solo que un loco se me apareció en el camino.
- Oh, pero que suerte que no te pasó nada- dijo Kristen.
- Si, es una suerte- miré de nuevo a Andrew.
- Bueno, es cierto, menos mal que no te pasó nada a ti o a tu jeep, no?- dijo
Andrew
- Como sabes que tiene un jeep?- djio sospechando Kristen
- Es que… lo vi afuera, es un jeep muy lindo, sabes?- Andrew intentó cambiar de
tema- entonces, son los vecinos nuevos! Quieren tomar un poco de chocolate?
- En realidad, ya nos estábamos por ir- interrumpió el abuelo- muchas gracias por
todo Sra.. Kristen..
- No hay porqué Sr Méndez, pueden venir cuando quieran!
- Ustedes también son bienvenidos en nuestra casa cuando quieran- dijo el abuelo.
- Bueno, creo que tenemos algo que hacer en casa, verdad abuelo?
- Emm..- el abuelo me miró confundido, pero entendió la indirecta- si, nos vemos
Kristen, Andrew- el abuelo asintió la cabeza y salió por la puerta.
- Hasta luego Sra Whitall- sonreí- hasta luego Andrew- dije despectivamente
mientras salí de la casa.
Caminé con el abuelo hasta la casa y entramos casi corriendo, estaba helando allí
afuera.
- Vaya, realmente son agradables los Whitall. No crees?- dijo el abuelo mientras
se sentaba en el sofá.
- Bueno..- pensé en descubrir a Andrew, pero luego pensé que lo podía chantajear
luego, entonces desistí- si son totalmente agradables- sonreí.
Subí a mi habitación, prendí la chimenea y para mi sorpresa, por primera vez me di
cuenta que mi ventana enfocaba perfectamente la casa de los Whitall.
Genial, ahora siempre me acordaré de ese malcriado, definitivamente ya que era hijo
único, era el centro de atención.
76
Puse un CD de música fuerte y subí el volumen, mientras comencé a hacer mi tarea de
biología, que no había terminado el otro día.
No lo terminé de nuevo, pero me cansé de tantos huesos, así que fui abajo y me
encontré a mamá en la sala con un paquete en sus brazos.
- Mamá! Que haces aquí?
- Bueno, te tengo un regalo y no podía esperar más!
- Enserio?- dije casi corriendo de las escaleras.
- Sip, espero que te guste, y lo mas importante, te sirva para el instituto…- me
miró fijamente.
Que sería? Algo que me guste y me sirva para el instituto? Un libro.. pero el paquete es
muy grande para un libro, examiné el paquete, era bastante pesado, deje de preocuparme
por lo que suponía que sería y solo rompí todo el envoltorio.
- Una Notebook!!!!
- Si!!- dijo mamá- te gusta?
- Que si me gusta??? Me encanta- grite- eres la mejor, mamá!!!
- Bueno, me alegra que te guste, sube y ve si puedes instalarla en tu escritorio si?
- Claro que si!!!
Corrí a mi habitación e hice espacio en el escritorio, puse mi nueva notebook azul con
negro y la encendí.
Me pasé horas pasando mis CDs en la memoria de la Notebook, me metí a internet, y
después de años revisé My Space.
Al final, todo estaba listo, puse una música alegre en mi nueva computadora y me puse
a bailar como demente.
Fue allí cuando quise morir.
Cuando me di cuenta de que el odioso Andrew estaba viéndome desde su ventana de la
sala.
Al darme cuenta casi grito, cerré mis cortinas y me puse a mirar en una pequeña
abertura que hacía, si realmente me había visto o solo me lo imaginé.
Se comenzó a reír incontrolablemente, definitivamente me había visto.
Este había sido el peor y mejor día de mi vida, peor por haberlo conocido y mejor por
mi nueva notebook.
Me tiré en mi cama, y me puse la almohada en la cara, era mi primer viernes en Creede
y ya quería que sea el último.
Un mensaje me llegó en el chat, fui al escritorio a leerlo.
“Hola Janelle! Por fin te conectas!”- Jamie.
Me senté en el escritorio y pensé en charlar un rato con ella.
“Hola Jamie! Si, estoy inaugurando mi nueva notebook!”- Janelle.
“Enserio! Que bueno, ahora podremos hablar más a menudo!”- Jamie.
“Si, y me podrías pasar las tareas…”- Janelle.
77
“Si, claro, sigue soñando Janelle! Hey! No quieres ir a comer en Joe’s con Cameron,
Rebecca y Ben?”- Jamie.
“Emm... si... A que hora irán?”- Janelle.
“Bueno, dentro de un rato! Solo ve a Joe’s y nos encontraras!”- Jamie.
“Está bien!, nos vemos!”- Janelle.
“Nos Vemos!”- Jamie.
Giré la silla y miré la habitación, no quise mirar en la ventana por que me imaginé que
Andrew estaría todavía riéndose de mí.
Me vestí rápidamente, necesitaba salir de la casa, fui al baño me arreglé la cara
decrépita que tenía, y bajé a la sala.
Cuando bajé, no pude creer lo que estaba viendo.
Estaba Andrew sentado en mi sofá viendo la tv como si fuera su casa, enseguida
salieron de la cocina riendo el abuelo y Kristen.
- Hola! Pero que están haciendo por aquí?- dije mirando mal al abuelo.
- Oh, solo queríamos agradecerles la gentileza que nos brindaron y a parte tu
madre me llamó para invitarnos a pasar un tiempo con ustedes.
- Si, enseguida llegar- dijo el abuelo.
En ese momento la puerta se abrió y mamá entró con un bolso lleno de vegetales.
- Pero buenas noches!- dijo mamá cerrando la puerta.
- Buenas noches Rita, te quiero agradecer por tanta hospitalidad con nosotros, y
por invitarnos a cenar.
- Oh, no hay porqué! Me encanta cocinar!- desvió su mirada y me miró
preocupada- Janelle, ibas a salir?
- Emm.. no sabia que vendrían a cenar los Whitall y ya arreglé con Jamie y los
demás para ir a Joe’s…
- Oh.. bueno, no importa ve tranquila, es mi culpa yo no te avisé nada.
- Bueno gracias mamá!
Cuando tomé mi bolso y estaba por girar el picaporte, escuché la voz de mamá.
- Janelle, porqué no llevas a Andrew a conocer a tus amigos?
Abrí los ojos enormemente, esto no podía estar pasando.
- Emm.. lo que pasa mamá es que ya hable con Jamie… y…- no se me ocurría
ninguna excusa- está bien… vamos Andrew- dije vencida.
- Bueno, ve Andrew, se van a divertir mucho- dijo Kristen
- Si, así cenamos los adultos, otro día cenaremos todos juntos.- dijo mamá
mientras llevaba las bolsas en la cocina.
Andrew sonrió maliciosamente, pero solo yo lo noté, estaría pensando en como
burlarse de mi por haber visto mi baile improvisado unas horas antes.
78
- Bueno, Nos vemos luego Sr. Méndez, Sra. Cardelli- miró y sonrió dulcemente a
mamá, era impresionante como fingía- Nos vemos Kristen!- me acompañó a la
puerta y salimos a fuera.
Caminé hacia mi jeep, sin decir una palabra, no quería ni verle la cara. Abrí la
puerta y Andrew se atravesó en mi camino.
- Puedo conducir- me dijo con una voz suave mostrando una sonrisa perfecta de
una blancura que se veía refrescante.
Pero que estoy pensando! No le soporto, es un malcriado de ciudad que se cree
superior a los demás.
- Emmm…. No.- dije firme- es mi jeep, y por como tu conduces… prefiero no
morir.
- Está bien, la próxima vez conduzco yo- dijo mientras dio la vuelta el vehículo y
ya se sentó en el asiento delantero.
Me quedé estática por un segundo, como que la “próxima vez”?? entré al jeep y me
senté.
- No habrá un “próxima vez”…
- Si tú lo dices…- dijo mientras levantaba una de sus cejas espesas y alineadas.
Lo miré pensando muchas malas palabras, pero no dije nada, solo encendí el motor
y me encaminé al pueblo.
No podía creer que me hubieran convencido de traer a Andrew conmigo, lo que no
podía creer tampoco es que todavía no se estaba burlando de mi momento estúpido
de la tarde.
Estaba dura en el volante, de pronto Andrew esbozó una sonrisa, para romper el
silencio y para que no se atreva a decir una sola palabra… encendí la radio.
Andrew bajó el volumen y lo miré confundida.
- Bueno, ya que debemos ser amigos, por qué no tratas de relajarte un poco.- dijo
mirando por la ventana.
- Amigos?- enserio este pensaba que iba a ser su amiga??- que yo sepa tu solo
eres un vecino que intento asesinarme la primera vez que lo veo.
- Ayy… es eso lo que te tiene tan seria conmigo?- sonrió.
- No, no es solo eso, tengo otras razones por la que no me voy a llevar tan bien
que digamos contigo.
Estábamos llegando a Joe’s y estacioné el jeep.
- Ahhhh….- se me acercó muchísimo- entonces no quieres que seamos amigos-
levantó un ceja.
Entré en pánico estaba demasiado cerca, que es lo que está pasando, yo.. el.. que?
Apagó la radio y se alejó como si fuera que su intención solo era eso, apagar la
radio, sonrió burlonamente. Definitivamente se creía lo mejor de este universo. Era
Insoportable!
Abrió la puerta del jeep y salió, lo imité furiosa.
- No, no quiero que seamos amigos, sabes?- dije enojada.
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- Si, bueno, tu crees que me gustaría ser tu amigo?-
- Bueno, tu iniciaste con el tema de ser amigos no?
- Si pero solo lo decía porque es obvio que si nuestras madres se hacen amigas
nos tendremos que ver todo el tiempo.
- Bueno, no es necesario que me tenga que llevar bien contigo.
- Entonces, tendrás que soportarlo, porque estaré cerca mucho tiempo…
Para ese momento los dos estábamos mirándonos de frente y sin darme cuenta
estábamos muy cerca.
- Bueno, lo soportaré.
- Bueno.
- Bueno.- dije mientras caminaba a la puerta de Joe’s.
Entré y enseguida vi a Jamie y Cameron sentados en una de las mesas a un costado del
lugar.
Jamie se paró y caminé hacia ella a saludarla.
- Janelle, hola! Que bueno que pudiste venir- dijo bien fuerte- quien es ese?- me
preguntó susurrando.
- Hola Jamie- me senté- es mi nuevo vecino insoportable- susurré.
- Hola, que tal? Soy Andrew, el nuevo vecino de Janelle- dijo de lo más amable,
lo miré sorprendida por ser tan falso.
- Hola Andrew, yo soy Jamie y el es Cameron
- Que tal?- dijo Cameron mientras le pasaba la mano.
- Todo bien, eres de Inglaterra?
- Pues si..
Nos sentamos, enseguida me puse enfrente a Jamie y el insoportable se sentó a mi lado.
- Enserio? Viví un tiempo en Inglaterra… - dijo orgullosamente- de que parte
eres?
- De Gales
- Ohh.. yo viví en Londres…- fue totalmente sobrador, pero por algún motivo
ellos no lo tomaban así, lo miraban asombrados.
Decidí interrumpir antes de que siga esa conversación.
- Y que pasó de Rebecca y Ben?- dije incómoda porque parecía una cita doble.
- No pudieron venir porque Rebecca tenía que hacer algo con su padre y Ben creo
que fue también.- dijo Jamie.
Llegó una camarera que parecía conocer ya de mucho tiempo a Jamie y Cameron.
- Hola Jamie, Cameron- los miró confundida- por fin están saliendo! Es una doble
cita? Que tal querida soy Molly- me agarró la mano y luego pasó la mano a
Andrew que la saludó de lo más cortés.
- Oh! No es una cita! No! Solo somos amigos- dijo Jamie rápidamente.
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- No!! No es una cita- dije siguiéndole a Jamie.
Andrew sonrió.
- Bueno, perdón por entrometerme… - dijo avergonzada- van a ordenar algo?-
dijo la camarera sacando un bolígrafo de entre sus cabellos rubios.
- Emm.. si.. una hamburguesa con papas- dijo Cameron.
- Si, yo lo mismo- dije- y con una coca
- Si yo también quiero lo mismo - dijo Andrew mientras me miró profundamente
con sus ojos azules marinos.
Lo miré mal, es impresionante lo creído y orgulloso que es, que se cree?? Un pavo??
- Creo que todos comeremos lo mismo- dijo Jamie sonriendo.
- Bueno, enseguida les traigo su orden.
La camarera se retiró y me pasé la mano por la cabeza.
Era totalmente incómodo estar en este lugar, especialmente ya que sabía que había algo
entre Jamie y Cameron y sentía como si me estuviera interponiendo, y sabía que había
algo entre Andrew y yo, que no era precisamente amor y compañerismo.
La noche pasó totalmente lenta, Andrew pasó hablando de sus hazañas de vivir en una
ciudad grande como la de New York, de sus colegios privados y de cómo vivió en todas
partes del mundo.
Todo lo que era el me caía mal, y no podía comprender como Jamie y Cameron lo
atendían ansiosos. Tenía que detener esto, el no se haría amigo de MIS amigos.
- Jamie, me quieres acompañar al baño?- dije mientras me levantaba.
- Emm… bueno- dijo confundida
Nos levantamos y caminamos hasta el baño.
- Huuuuy!!!- grité en cuento entré al baño.
- Que te pasa??- preguntó Jamie.
- Es un insoportable, un creído! Ayy... yo vivía en New York, recorrí el mundo…
aaaa…- lo imité.
- Es agradable Janelle…- me miró confundida.
- No solo finge para hacerse su amigo y fastidiarme por toda la eternidad!
- Claro que no.. solo está siendo amable.
- Jamie. El casi me mata! Literalmente… me sacó de la carretera con su
camioneta último modelo…
- No te creo Janelle..- se miró en el espejo.
- Jamie, jamás te mentiría…
- Bueno, y que tiene que se lleve bien con Cameron y conmigo?
- Que luego se harán amigos, y luego estará es todas partes levantándome su ceja
y siendo un odioso cuando nadie lo ve!
- Bueno, trataré que no me agrade…
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- Gracias…- respiré profundamente.
- Es lindo… sabes?
Hasta ahí llegué, ahora quería ir y arrancarle la cabeza mientras traían mi
hamburguesa y comía tranquila cerca de su cadáver.
- No es lindo.
- Claro que si… tiene unos ojos azules profundo hermosos y su cabello es negro
azabache y tiene rasgos casi perfectos… me vas a negar que es lindo?
- Si, te lo niego.- crucé los brazos furiosa
- Está bien. “no es lindo”- sonrió- bueno vamos ya, que tengo hambre!
Salimos y las hamburguesas ya estaban en nuestra mesa.
Comimos mientras me aguanté como Andrew hablaba con Cameron, no había
escapatoria, Cameron ya se llevaba totalmente bien con el.
Miré mi reloj y ya eran las 10:37 pm. Por suerte.
- Es muy tarde! Debemos volver, la cena de mamá ya habrá terminado hace
horas…
- Relájate, somos jóvenes, bueno, ustedes adolescentes… pero nuestros padres
comprenderán..- dijo Andrew sonriendo tranquilamente.
- No, de hecho que ya debería volver- dijo Jamie por suerte- mi mamá me debe
estar esperando.
- Bueno, en ese caso yo también me tengo que ir- dijo Cameron.
- Bueno es unánime- dije sonriendo satisfactoriamente- debemos irnos- dije
mientras me puse de pie.
- Está bien…- Andrew se paró y todos caminamos hacia afuera.
- Bueno, espero volver a verte Andrew, si quieres puedes venir a casa mañana!-
dijo Cameron.
No! Se hicieron amigos! Como los hombres pueden llevarse bien tan rápido??
- Claro, solo si tienes un Xbox como otro invitado!- dijo Andrew
- Pero claro que si!
- Nos vemos!- gritó Andrew.
- Nos vemos Janelle- dijo Jamie que iba caminando a su auto.
- Bye!- dije mientras caminé a mi jeep.
Me subí y encendí la calefacción.
- Bueno, tienes amigos bastante agradables, quien diría que alguien como tu se
llevaría bien con gente tan buena..- Andrew cerró la puerta y lo fulminé con la
mirada.
- Lo mismo pienso de ti, como personas tan buenas pueden tolerarte?!
- Es que soy un encanto…
- Si claro…- encendí el motor y me encaminé a casa.
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Fuimos callados hasta que Andrew abrió de nuevo su bocota.
- Y entonces… te mudaste también hace poco?
- Y a ti que te importa…
- Hey! Tranquila… solo quiero conversar..
- Para que?
- Puedo cambiar la impresión que te di?
- No…- me miró de nuevo con sus ojos profundos..
- Hace una semana- dije mirando de nuevo la carretera.
- Que bueno, por lo menos no soy el único nuevo en el pueblo.
- Si.. claro…
- Y estas en el onceavo grado no?
- Sip, y tu por que no estás en la universidad o algo así??
- Bueno, terminé mi primer año de ingeniería en aviación en la universidad de
New York, pero luego pasaron cosas y vinimos a vivir en esta antigua casa,
donde cuando era pequeño vivía antes..
- Vivías aquí antes?
- Si, pero nunca salía de la casa, creo que como solo una vez salí y ayudé a una
niña.
Esto no podía estar ocurriendo. El niño que me salvó tal vez era el?
- Como? Que niña?
- Bueno, no se… no recuerdo bien, era una niña que estaba llorando y no recuerdo
fue hace tiempo…- lo dijo como si fuera que no se quería acordar.
- Pero donde fue eso?
- En los bosques.. y a ti por que te importa tanto?
- Bueno.. es que.. no se… que tiene de malo que pregunte?
- Cambiemos de tema..
- Está bien.. y de qué quieres hablar?- de qué quiere hablar el rey de todo
Creede?
- Bueno… que te parece si hablamos de nutrias?
- Nutrias?- dije confundida
- Estoy bromeando, no se.. que te parece si voy a pedir un trabajo en la tienda
Cardelli’s?
- Que?- lo miré furiosa- ni se te ocurra! Lo único que me falta es que engañes a mi
mamá con tus encantos fingidos!
- Y quien dice que no lo haré sin trabajar en la tiendo de Rita…? Ya todos me
aman no?
- Discúlpame, pero no todos…
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- Una persona no me importa…- dijo mirándome fijamente.
- Pues así será- estacioné el jeep de golpe, ya habíamos llegado a casa.
Me bajé del jeep y caminé a la entrada de casa, abrí la puerta y entré sin mirar atrás.
Kristen ya se había ido, y los platos estaban lavados, solo vi a mamá y al abuelo
viendo tv.
- Oh! Hola Nelly!- dijo el abuelo- que tal la salida?
- Hermosa- dije sarcásticamente.
- Hola mamá- dije fríamente y subí las escaleras.
- Hola Janelle- dijo mamá confundida.
Entré en mi habitación y cerré la puerta, puse música para tratar de olvidarme de todo.
Me tiré en mi cama y en la ventana vi que Andrew me estaba viendo desde su ventana,
le saqué la lengua y puse la cortina.
Estuve tirada un rato en la cama y luego fui a cambiarme, miré en la otra ventana y vi
que la nieve se estaba acabando de a poco, al fin.
Me volví a tirar en la cama y me puse la almohada en la cara.
No puede ser que Andrew sea el chico que me salvó cuando era pequeña, y no podía
hacerle saber jamás, me lo echaría en cara por el resto de mi vida.
Por que a mi? Por que justo él tenía que ser el chico que me había rescatado? Pero… el
chico que me recató tenía ojos claros, bien claros, no podía ser él. Andrew tiene los ojos
Azules pero son oscuros.
Genial, seguro solo escuchó esa historia sobre mí, y quería burlarse, él no es ese chico.
Me tranquilicé un poco más, me tapé todo y apagué la luz.
Capitulo 6
“La Fortaleza”
La mañana llegó rápida, no quería levantarme era sábado, mi primer día libre en este
pueblo tonto.
Bueno, tenía amigos, y realmente ahora pienso y... el pueblo no es tonto, me agrada
todo, todo menos el falso de Andrew.
Remoloneé un rato en la cama y pronto mi puerta se abrió, era mamá.
- Buenos días dormilona…
- Hola mamá..- dije mientras me levantaba.
- Hija.. que te pasó anoche?
- Ayy… nada… es solo que no me cae Andrew
- Por qué? Es un joven encantador y educado
La mire mal, era enserio lo que esta diciendo?
- Ok..- fui al baño.
- Bueno, no importa, hoy puedes quedarte todo el día en casa, o si quieres puedes
ir a divertirte con tus amigos.
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- Si, creo que iré a lo de Jamie, tengo un trabajo para hacer.. y..
- No! Trabajos no!
- Por qué?- salí del baño con una ropa nueva para salir.
- Bueno, pero luego me prometes que te divertirás?
- Está bien..- sonreí y abracé a mi loca madre.
- Bueno, baja ya! Que te preparé unos huevos revueltos a la Cardelli!
- Yuummm!- dije sonriendo.
Bajamos y desayuné rápido, miré un rato la tv y luego miré la ventana, la nieve se
estaba derritiendo. Al fin se veían los rayos del sol!
Me acerqué a la ventana y admiré el cielo, todo parecía diferente, todavía habían nubes
pero se podía ver al sol!
- Mamá! Ya viste afuera!
- Si.. salió el sol después de tanto… pero mañana dijeron los del clima que se
nublará todo de nuevo.
- Enserio?
- Sip… en Creede los inviernos son duros, los veranos cortos.
- O sea que no durará este increíble sol?
- No. Puede hacer frío en cualquier época del año y pude nevar en cada mes,
Creede no suele amontonar mucha nieve, las montañas de alrededor si, pero lo
que cae de ellas tiende a quedar en el suelo por todo el tiempo hasta que el sol lo
derrita.
- Bueno, por lo menos no abra más nieve en todas partes…
- Sí, solo en las montañas..
La mañana fue relajante, solo estuve tirada en el sofá hasta la hora del almuerzo,
luego de almorzar, subí ami habitación y vi que Jamie estaba conectada.
Le escribí un mensaje.
“Hola Jamie!”- Janelle
“Que tal?”- Janelle
“Hola Janelle”- Jamie
“Bien y tu? No se te veía muy feliz anoche…”- Jamie
“Bueno, tuve que aguantar a Andrew hasta llegar a casa, pero ahora estoy bien”-
Janelle
“Bueno… Hey ya hiciste el trabajo de biología?”- Jamie
“Empecé pero todavía no terminé”- Janelle
“No quieres venir a casa y terminamos juntas?”- Jamie
“OK, y luego podemos hacer algo juntas no?”- Janelle
“Si, el clima está hermoso, y cada vez que el sol sale, casi todos los jóvenes vamos a
las minas, donde está el riachuelo, conoces el lugar?”- Jamie
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“Oh, si!, por que no vamos?”- Janelle
“Está bien, ven ya! Así terminamos antes y podemos salir”- Jamie
“Está bien, enseguida llego”- Janelle
“Nos vemos!”- Jamie
“Bye”- Janelle.
Me preparé rápido, ya estaba vestida, solo tenía que tomar mi bolso y mis libros y llevar
la notebook, bajé de las escaleras y fui a la sala.
- Mamá voy a ir a lo de Jamie y luego iremos a las minas!
- Bueno, pero no vuelvas tan tarde hija!
- Si mamá!- abrí la puerta.
- Máximo las 11:30!
- Ok! No vemos!
- Adiós!
Salí de la casa y subí mis cosas al jeep, encendí el motor y fui tranquila a la casa de
Jamie.
Llegué en un segundo, la nieve por lo menos en la ciudad se había ido, todavía hacía un
poquito de frío por la nieve de alrededor pero el sol estaba delicioso.
Jamie estaba en la entrada de su casa, estacioné y me bajé con todas las cosas.
- Hola Jamie!
- Hola Janelle, no quieres que te ayude?
- Si, por favor!
Cargamos las cosas hasta la habitación de Jamie, y nos pusimos en marcha con el
trabajo.
Luego de tres horas habíamos terminado.
- Bueno, quieres ir a las minas todavía?- preguntó Jamie
- Claro que si!- debe estar hermoso sin la nieve
- Bueno, son las- Jamie miró su reloj- 6:14, que te parece si llevas a tu casa tus
cosas y te sigo con mi auto, así no tienes que volver a traerme de vuelta y luego
nos vamos a las minas?
- Me parece bien.
Pusimos en marcha el plan, llevamos mis cosas al jeep, y luego Jamie me siguió hasta
casa con su auto.
Al llegar a casa entré rápido y dejé todas mis cosas en mi habitación, al volver a salir
fuera me encontré con lo único que me podía arruinar mi sábado tan feliz, a Andrew.
Estaba hablando con Jamie, espero que ella no le halla dicho nada de las minas, lo
último que quería era que el fuera también.
- Entonces irán a las minas- dijo Andrew.
Jamie ya le había dicho.
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- Si.. – dijo Jamie hasta que la miré mal- pero es muy aburrido.
- Si, muy muy aburrido, solo iremos nosotras a realizar una investigación para el
colegio- dije estirando a Jamie para que vuelva a subir a su auto.
- Bueno, no suena divertido, creo que iré a lo de Cameron a visitar a su Xbox-
dijo Andrew.
- Si! Suena más divertido eso- dije mientras subía a mi jeep.
- Adiós!- dijo Andrew sonriendo.
- Adiós!- dije mientras me alejaba con el jeep.
Jamie me seguía con su auto atrás, menos mal nos habíamos librado de el tonto de
Andrew, no quería pasar mi tarde con él.
Fuimos por la carretera y luego llegamos a las minas.
Estacionamos y nos bajamos de nuestros vehículos, el lugar estaba desierto.
- Vaya, creo que nadie vendrá- dijo Jamie
- Mejor!- dije- así podemos divertirnos solo tu y yo!
- Si!
Caminamos hacia el riachuelo y luego trepamos a las minas, en mi bolso tenía una
pequeña linterna, la saqué.
- Que te parece si exploramos un rato?- dije con voz misteriosa
- Emm... está bien- dijo Jamie
Entramos silenciosamente, estaban todas las viejas utilerías mineras, era realmente
hermoso dentro, bueno, era polvoriento y desde el verano pasado que nadie entraba
aquí, pero era impresionante como existía una cueva así.
Me tropecé con una roca y volé sobre algo que no pude distinguir que era.
- Janelle!! Estas bien!- Jamie corrió y me levantó.
- Emm… si…- me levanté- me atajé de esto, que es?
- Es un carrito de las minas, se utilizaba para transportar las rocas y otras cosas.
- Oh, mejor salimos de aquí…
- Si, porque no quiero caer en un pozo o algo así.- sonreímos.
Caminamos donde se veía la luz, hasta que salimos afuera, donde lo primero que vi fue
la camioneta de Andrew.
- Genial, lo que nos faltaba, el idiota de Andrew vino.- dije mirando en todas
partes buscando donde estaba ese odioso.
Algo me tocó el hombro.
- Janelle, aquí están!- Cameron estaba con la cara pálida, no entendía que estaba
pasando
- Vamos tenemos que irnos de aquí ahora!- Andrew me tomo del brazo y me
estiró.
- Pero que te pasa!!!- grite
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- Shhhh!! No grites ya nos habrán escuchado- dijo Andrew parando y mirando
alrededor.
- Pero quienes? De que están hablando??- dijo Jamie aterrorizada.
- No hay tiempo, en el camino les explico- Andrew volvió a tirar de mi brazo y
me metió en su camioneta.
- Pero y mi jeep??
- Cameron ve en el jeep de Janelle, nos vamos a su casa, Jamie lleva tu auto a lo
de Janelle también!
En ese momento Andrew arrancó la camioneta y apretó el acelerador.
- Pero que está pasando? Por que estamos corriendo así? Y a que te referías con
que ya nos escucharon??
- Demasiadas preguntas, lo único que te puedo decir es que recuerdas que te dije
que tuve que venir aquí por algunas cosas?
- Emm… si
- Bueno esas cosas volvieron y son personas muy peligrosas
- Como que muy peligrosas y por qué estoy involucrada con esto?
- Tu sangre está involucrada,
- Que?
- Tu familia está ligada a la mía desde la antigüedad
- Como es eso?
- No sabíamos que eran ustedes porque tu abuelo se había cambiado el apellido
junto con tu padre para poder vivir en paz, tu verdadero apellido no es Cardelli o
Méndez, es Verrocchio Salazar.
- Qué?- no entendía nada de lo que estaba pasando- estas bromeando verdad?
Esos es me quieres hacer una broma no?
- No es una broma Janelle, cuando lleguemos a tu casa lo entenderás.
Decidí seguirle la corriente.
- Bueno, entonces… Me sigo llamando Janelle verdad?
- Por lo que se, si…
- Oh... genial, y quienes son esas personas peligrosas??
Andrew se mantuvo callado, apretó el volante y miró fijo en la carretera.
- Andrew estoy metida en esto también, tengo derecho a saber- insistí furiosa
- Son un grupo de personas que quieren destruir los planes de lo que vendrá
- Que es lo que vendrá?!
- El fin.
Me quedé helada, será que no estaba bromeando? no sabía en qué estaba metida,
alguien quiere hacernos daño y mi familia entera está implicada, en ese momento
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pensé en Allison, que sería de ella, estará a salvo? que pasa si ya la tienen? Pero si
es una broma?
Andrew paró el vehículo frente a casa, se bajó casi corriendo y tocó la puerta como
un desquiciado hasta que se abrió.
Me bajé apresuradamente y fui a su lado, era el abuelo quien abrió.
- Rápido debemos entrar!- grito Andrew.
Kristen, Charles, mamá y el abuelo estaban juntando cosas y lo metían en bolsos y
valijas.
- Mamá que está pasando?!- corrí junto a ella
- Janelle, hija, lo siento tanto, nunca pensé que nos encontrarían!- me abrazó
- Tu sabías de esto?- pregunté soltándome
- Si, hija, tu padre se casó conmigo en secreto y cambiamos el abuelo, la abuela,
tu papá y yo nuestro apellidos todos juntos, solo queríamos vivir en paz.
- Que?- en ese momento me di cuenta de que no era una broma- y por qué nunca
me lo dijiste!- dije furiosa.
- Janelle, si te enojas con alguien lo harás conmigo- interrumpió el abuelo- yo no
permití que te dijeran a ti nada.
- Mamá! Que pasará de Allison??
- Hija ella ya lo sabía, pero te lo diré a ti ahora- me miró fijamente y me tomo de
los brazos- ella fue adoptada, no podíamos tener hijos, pero luego llegaste tu.
Ella está a salvo, pero tu… Tu sangre es pura, hija de los Salazar y Verrocchio.
- Y eso que significa??
- Que vienen por ti y por mi- Andrew me pasó un bolso cargado de ropa- yo no
soy hijo de los Whitall y Stratton
- Y entonces porqué te buscan a ti también?
- Por que soy hijo de ellos, yo no pertenezco al lado puro. Originalmente soy un
hijo de Tenebra y Souri, del lado malo.
- Y porqué estas aquí?
- Porque fui rescatado por Kristen Stratton y Charles Whitall, dándome una
oportunidad de reivindicarme a pesar de mi sangre impura.
El abuelo interrumpió la conversación.
- Debemos irnos, los demás ya deberán estar afuera.
Todos tomaron los bolsos llenos de ropas y comida y salimos afuera.
Lo primero que vi fue a Linda, Jamie, Cameron y su mamá, todos preparados para
irse.
- Todos están involucrados?- pregunté a Jamie
- Yo también soy pura, así como Cameron, pero solo que no somos hijos de las
familias fundadoras - se acercó- es por eso que no podía decirte porqué no podía
estar con él.- me susurró.
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- Y que tiene eso?
- Que debemos permanecer puros hasta el fin.
El abuelo se puso de pié.
- Gente, debemos partir, Jamie y Cameron deben venir con nosotros.
Jamie abrazó a su mamá, Cameron se despidió de la suya, luego nos subimos todos los
jóvenes en la camioneta de Andrew con algunos bolsos.
- Y que pasa de mamá, el abuelo, Kristen y Charles?
- Nos seguirán pronto, ahora debo llevarlos a salvo.
- A donde iremos? - preguntó Jamie que estaba atrás con Cameron.
- Iremos a la fortaleza que se encuentra en las montañas.
El camino iba a ser largo, el tiempo había empeorado, estaba tal como la noche antes de
que llegue Andrew y su familia al pueblo. La nieve volvió a caer y el viento formaba
tormentas en las nubes, casi no se podía ver tras la ventanilla de la camioneta.
Andrew encendió la calefacción.
- Entonces donde está ubicada esta fortaleza en las montañas?- pregunté
- Está oculta en Mount Elbert, serán 300 km.
- Bueno creo que tendremos bastante tiempo para que me expliquen que es lo que
está pasando.
- Bueno, existió hace años un grupo de personas que adoraban a Dios, el mismo
Dios que envió a Jesús y que todos conocemos, ese grupo se dispersó por el
mundo predicando el evangelio de Cristo, al mismo tiempo siempre existió otro
grupo que adoraba a su “dios”, más conocido como Lucifer, las personas de ese
grupo hicieron pactos, permitiéndoles tener poderes sobrenaturales pero a
cambio de sus almas. Las familias fundadoras del lado del evangelio de Cristo
fueron los Whitall, Stratton, Salazar, Verrocchio, Pugachov, Bihari, Fuchang,
siete en total. El otro grupo fueron 6 familias, representando el número favorito
de Lucifer- sonrió- las familias fueron Klippel, Thomson, Rurik, Amaral,
Tenebra y Souri. Estas familias estuvieron enfrentadas durante décadas, los
sirvientes de la oscuridad, como les gusta llamarse, tienen la misión de destruir
los planes de Dios, de salvar a su mundo antes del fin, como pocos saben, ya
falta poco para el fin, y los hijos de Dios, como Dios los llama, tienen la misión
de avisar a las personas de lo que está por venir. Como consecuencia de vender
su alma a Lucifer, los sirvientes de la oscuridad están obligados a intentar hacer
fracasar a los hijos de Dios. Aunque saben que fueron engañados, siguen
arrasando con el mundo, que siendo tan inconsciente se está dejando llevar a un
barranco sin fin donde en el final se destruirá y todos morirán.
Estaba sin palabras, toda mi vida había pensado que Dios existía, pero que yo no era
importante, ahora sabía que tenía un propósito y que debía salvar a las personas para
que no mueran en la eternidad.
Miré atrás y vi como Jamie y Cameron dormían en el asiento trasero, Andrew
siguió.
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- Cada familia deberá enfrentarse en la batalla final con las personas que han
llamado a pelear, tu tienes dos familias en tu sangre todavía faltan tres personas
más.
- Claro los Fuchang, Bihari y Pugachov, pero todavía falta los Whitall y Stratton
que no tuvieron hijos. – dije mientras me pasaba la mano por la cabeza.
- Es ahí donde entran Cameron y Jamie, ellos fueron seguidores de los hijos de
Dios por decisión propia, los convierte en sangre pura, y tendrán la ayuda de
Kristen y Charles.
- Y como haremos para encontrar a las familias restantes?
- No te preocupes, ellos ya fueron avisados y dentro de unos días llegarán a la
fortaleza y allí uniremos fuerzas, ya que el final se acerca y debemos ponernos
en marcha.
Quedé en silencio unos instantes, miré por la ventanilla, pero no se podía ver nada,
entonces volteé y miré a Andrew.
- Y como fue para que tu te conviertas al lado bueno?- dije.
- Bueno, desde que había nacido, fue profetizado cual debería ser mi propósito,
arruinar el plan perfecto, junto con los demás, solo que era el único hijo de doble
sangre, como tu, eso te hace más fuerte. Tenía el doble de poderes que todos los
demás, solo que era un simple niño.- suspiró nos momentos y me miró con
tristeza, pero al darse cuenta de que me di cuenta siguió con la conversación- Mi
propósito en especial, era como era el de doble sangre, enfrentar a la persona de
doble sangre del otro grupo- me miró fijo.
- A mi?
- Si- volvió a mirar la carretera.
- Entonces eso explica porque me caes horriblemente- sonreí.
- Bueno, tu tampoco me caes en absoluto, y eso es culpa de la sangre que
llevamos dentro, está profetizado que tu y yo debemos enfrentarnos.
- Rayos! Entonces no puedo golpearte o sino cumpliré esa estúpida profecía!
- Mira a mi no se me hace muy fácil, si es por mi te bajaría aquí en este instante
- Eres un odioso lo sabes?
- Si…- volvió a suspirar tristemente- Mi naturaleza engañadora hace que les
caiga bien a todos, pero tu eres la única que ve como realmente soy, y eso me
provoca una rabia interior, que debo soportar para tratar de ganar mi salvación.
- Como ganar tu salvación?
- Bueno, como soy hijo de un pacto, no tuve elección, entonces quiero romper esa
cadena que tengo con la oscuridad ayudando a que se cumpla el plan perfecto y
así ganar mi salvación.
- Y como fue para que termines con Kristen y Charles?
- Mis padres, en una de las enfrentaciones me perdieron- me miró de reojo, pero
tristemente, para mi que no me estaba diciendo toda la verdad pero no le dije
nada, porque parecía dolerle hablar de su origen- y Kristen y Charles me
encontraron y me llevaron aún sabiendo quien era yo. Pidieron a Dios que me
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reivindique, y es así como terminé con ellos, huyendo por todo el mundo para
que no sepan que sigo vivo, pues mis padres no saben que estoy vivo.
- Y entonces por qué nos están persiguiendo?
- Por que persiguen los rastros de Kristen y Charles, y ahora también los tuyos, ya
que saben que tu eres de doble sangre, y quieren destruirte.
- Pero quienes?
- Mis padres, ya que es mi sangre la que debe pelear, ellos mismos trataran de
destruirte.
Contuve la respiración, no podía creer nada de lo que estaba ocurriendo, parecía
todo una película de terror en el que yo debería ser la víctima.
- Entonces, que es lo que debo hacer?
- Todavía no lo se, es por eso que debemos reunirnos todos a escuchar a los
ancianos.
Suspiré y miré la ventanilla, se veían montañas cubiertas de nieve, y el sol ya estaba
bajando.
- Debemos llegar antes del amanecer- dijo Andrew- deberías tratar de dormir un
poco.
- Ahora si te importo?- pregunté sarcásticamente
- Solo para cumplir el plan.
Estiré la palanca del asiento y lo puse como para dormir un rato, no creía que pudiera
dormir, muchas cosas me pasaban por la cabeza.
Como una vida tan normal podía cambiar súbitamente? Ayer me preocupaba solamente
por la tarea de biología y hoy debo enfrentarme a personas con poderes que ni me
imaginaba cuales eran y derrotarlos por que tengo doble sangre pura??
Cerré los ojos para tranquilizarme un rato y luego quedé inconsciente.
Sentí que alguien me sacudió el brazo.
- Janelle, ya llegamos- era Jamie.
- Ya?- dije mientras me levantaba poco a poco.
- Si, tienes que ver este lugar
Abrí la puerta y pude sentir la brisa congelada que me llegó hasta la espina dorsal.
Ante mis ojos tenía una montaña enorme, blanca, y un paisaje impresionante. Estaba
cayendo nieve y logré tomar un copo en mi mano, lo observé y luego miré la montaña
de nuevo.
- Janelle! Ven toma este abrigo!- grito Cameron desde la camioneta.
Recién allí me percaté que seguía con la ropa totalmente desabrigada con que estaba en
Creede.
Tomé el abrigo y me lo puse, Jamie y Cameron estaban bajando las cosas de la
camioneta, pero a Andrew no lo veía por ninguna parte, no es que quisiera que esté aquí
solo que él era el único que sabía a donde íbamos.
- Y Andrew? Donde está?- pregunté mientras me acercaba a la camioneta.
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- Fue a ver si el lugar estaba a salvo- dijo Cameron mientras me pasaba una de las
bolsas.
- Y dónde está el súper escondite secreto- dije sonriendo.
- Está en el costado de la montaña- interrumpió una voz detrás de mí.
Me di la vuelta y me encontré con Andrew
- No estabas reconociendo el lugar o algo así?- dije molesta por su presencia.
- Si, estaba…- dijo sarcásticamente- vamos, tenemos un trecho que caminar hasta
la fortaleza- tomó una de las mochilas y se la puso y luego otras bolsas.
- Vamos ya Jamie!- dijo Cameron mientras lo seguía.
Miré a Jamie que ya tenía otra de las mochilas y me pasaba otra más mientras
llevaba la última bolsa en su mano.
- Genial, lo único que me faltaba ahora debemos subir hasta la montaña…
Caminamos durante una hora hasta que al fin estuvimos donde estaba la “supuesta”
fortaleza.
Miré alrededor, no había nada, solo la montaña cubierta de nieve y el precipicio
lleno de pi nos y nieve.
- Y donde está la fortaleza?
- Ya verás- dijo Andrew confiado.
De pronto se puso a escavar en la nieve.
- Cameron puedes ayudarme?- grito
Cameron y Andrew se encontraban tirados en la nieve escavando, Jamie y yo nos
miramos confundidas. Luego de un minuto pude ver un tapa de hierro, era verdad, si
había una fortaleza pero dentro de la montaña, nunca lo había imaginado…
- Bueno, estira todo lo que puedas!- grito Andrew mi entras estiraba la tapa de
hierro que se veía con Cameron.
La tapa se abrió y pude ver un oscuro túnel, ni loca pensaba bajar por ahí, quien sabe si
hay telarañas o algún animal extraño viviendo ahí.
- Vamos entren!- dijo Andrew
Todos nos miramos, adiviné que todos estábamos pensando en lo mismo: “Está mal de
la cabeza si cree que voy a bajar…”
- Está bien!- Andrew entendió la indirecta de nuestras miradas- yo bajaré primero!
Dame una linterna Jamie.
Jamie tomó una linterna de su mochila y se la pasó. Andrew alumbró el túnel, se veía
una escalera al costado. Sacó las telarañas que impedía pasar y comenzó a bajar.
No lo pudimos ver más, el túnel era profundo.
- Vamos ahora quien sigue?- gritó una voz desde el fondo
- No hay ratas verdad?- grité
- No solo serpientes!- gritó Andrew
Me aterroricé
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- Vamos estoy bromeando! Bajen ya!- volvió a gritar.
Tomé otra linterna y comencé a bajar lentamente ya que tenía miedo que aquella
escalera de hierro esté oxidada y se rompa y me caiga y muera…
Jamie me siguió y luego Cameron también, quien cerró la tapa de hierro y dejó una
profunda oscuridad. Solo se veían las luces de las linternas.
Bajamos los tres con cautela, hasta que por fin tocamos el fondo.
Andrew había encontrado unos interruptores y encendió unas luces.
Miré a mí alrededor, parecía una gran cueva prehistórica pero totalmente modernizada,
estaba totalmente cubierto de un hierro especial como si fuera un lugar de protección,
uno de esos refugios durante la primera y segunda guerra mundial.
El suelo seguía siendo el fondo de la cueva pero el lugar estaba lleno de muebles y hasta
una cocina. Había unos sofás y sillones ubicados de tal forma que formen un gran
círculo.
- Pero que es este lugar?- dije mientras recorría el lugar admirando la estructura
de la fortaleza.
- Bueno fue una fortaleza desde el principio de las guerras- dijo Andrew mientas
llevaba las bolsas a la mesada de la cocina- aquí se escondían tus antepasados y
concentraban sus fuerzas para las primeras batallas, luego fueron
modernizándolo para cubrir todas las necesidades que tenían.
- Genial- dijo Cameron mientras se sentaba en un sillón polvoriento.
- Si, bueno ya preferiría limpiar el lugar antes de sentarme en uno de esos sillones
Cameron…- dijo Jamie tomando una escoba que había encontrado.
- Bueno y que les parece si empezamos a limpiar el lugar- dije mientras dejaba
mis cosas en el suelo.
- No, ese será su trabajo- dijo Andrew mirándome despectivamente.
- Mira si quieres que no nos enfrentemos será mejor que empieces a tratar de
llevarte bien conmigo por que osino cumpliremos la estúpida profecía!
- Está bien, voy a intentar… pero tú tienes que ser mas agradable…
- Yo soy agradable!
Jamie y Cameron comenzaron a reír.
- Está bien…- dije mientras comenzábamos todos a reír- trataré de ser
agradable…
Le tiré una escoba a Andrew y entre todos comenzamos limpiar el lugar.
Mientras limpiaba unos estantes encontré algunas fotos en blanco y negro.
- Miren! Encontré algunas fotos!- grite
Se acercaron y comenzaron verlas. Luego, al ver la siguiente fotografía casi me
derrumbé.
- Quienes serán estos?- dijo Cameron
- Es mi padre y yo…- dije casi sollozando
- Oh…- Jamie se sorprendió
94
- Fue un hombre valiente Janelle, renunció a todo por ustedes y entregó su vida
para protegerte a ti y a tu madre.- dijo Andrew
Lo miré sorprendida, Andrew jamás fue agradable conmigo y por primera vez parecía
importarle lo que sentía.
Al darse cuenta de mi mirada de asombro cambió de tema.
- Bueno si, es lo que cualquier persona te diría… continuemos limpiando- dijo
volviendo a la cocina que estaba limpiando.
Me quedé atónita, nunca había visto esa fotografía, luego encontré otra, era el abuelo y
la abuela, cuando eran jóvenes, sentados en el sofá que estaba detrás de mí. Sonreí, y
puse las fotos en el estante como para que se vean.
Limpiamos todo el día, hasta que al fin el lugar quedó completamente l impío, a
excepción del suelo, que estaba cubierta de tierra de la montaña.
Me senté en el sofá y vi que había en el medio unas piedras en circulo, miré bien y
luego descifré para qué eran..
- Miren se puede hacer una fogata aquí!- tienen algo para hacer fuego?
- Si, allí al costado hay algunas ramas de árboles, que podemos usar como leña-
dijo Cameron tomando lo pedazos de troncos.
Los trajo y los puso en el medio.
- Y con qué encendemos el fuego?
- No tenemos nada con qué encenderlo- dijo Jamie que buscaba en las mochilas
algo para encender el fuego.
- Que vamos a hacer? Aquí está helando, nos moriremos de frío!- dije
desesperada.
Andrew se acercó al círculo y se agachó cerrando los ojos.
- Por favor no le cuenten a nadie que hice esto…- dijo mientras parecía totalmente
concentrado.
De pronto puso la mano en la leña y de sus dedos salió un fuego azul que luego se
volvió de color normal en la leña.
- Pero que hiciste?! Que eres!?- grité
Andrew se levantó y me miró tratando de calmarnos a los tres.
- Bueno…- miró al suelo- sigo teniendo la sangre de los sirvientes de la oscuridad
y tengo sus poderes…
Lo miré atónita.
- Pero no debes usarlos!- le reprendió Jamie, nunca la vi tan enojada.
- Si lo sé…- dijo Andrew arrepentido.
- No lo vuelvas a hacer- dijo Cameron mientras tocaba el hombro de Jamie.
- Trataré…- dijo Andrew alejándose a la cocina.
Yo estaba completamente asombrada, nunca en la vida vi algo así, pensé que solo en
películas la gente tenía poderes sobrenaturales.
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Jamie y Cameron se sentaron en uno de los sofás, a calentarse las manos en el fuego.
- Y que se supone que hagamos ahora?- dije mirando a Andrew
- Esperar…- dijo mientras se sentaba en el suelo lejos de nosotros.
Mi reloj era el único en la fortaleza y el tiempo parecía haberse congelado en la
montaña.
Se acercaba la noche y encontramos algunas ollas y las pusimos en el fuego con un
poco de comida para cenar algo.
Luego de cenar en silencio pusimos bolsas de dormir en unas camillas que estaban allí,
se habrán usado para atender a los que estaban heridos o algo así.
Nos acostamos todos y en un segundo pude escuchar los ronquidos de dos jóvenes con
problemas de respiración, no se como Jamie se durmió tan rápido.
Me quedé bastante tiempo despierta, pensando en mamá, en el abuelo, estarán bien? Se
supone que ellos también tienen que venir a la fortaleza, espero que vuelvan pronto.
En ese momento escuché que uno de los ronquidos paró de golpe, Andrew se levantó
corriendo y fue a la fogata, y se sentó tiritando.
Me sorprendió su reacción, me levanté y fui con él, aunque no lo soporte está aquí de
nuestro lado y lo más importante me debe caer bien…
Caminé lentamente y toqué su hombro, de inmediato se dio la vuelta tiritando. Su piel
estaba tan blanca como nunca lo había visto, casi azul, y sus ojos estaban grises, y
grandes, de pronto reconocí esos ojos. Caí en mis rodillas, a la altura donde el estaba
sentado.
Sus ojos me quemaban, era la misma sensación de mis pesadillas, era la misma
sensación que había sentido cuando era una niña y me había roto la pierna. El dolor que
había sentido cuando era pequeña no fue por la pierna fue por que eran sus ojos los que
me quemaban, parecía ver dentro de mí, me estaba torturando, de pronto parecía quedar
en blanco y escuché una voz.
- Janelle no mires mis ojos!!- gritaba pero parecía como si fuera un pensamiento
mío, no como si alguien más estuviera diciéndolo.
- Por favor Janelle, no mires mis ojos!- volví a escuchar en mi mente.
No podía dejar de verlos, estaba atrapada, pero luego sentí unas manos frías que
apretaban mis manos. Sentí que tenía fuerzas como para destruir a todo lo que se me
ponía enfrente. Cerré mis ojos.
Andrew y yo, los dos caímos en el suelo acostados.
Escuchaba solo las dos respiraciones agitadas, hasta que me senté y Andrew también
acercándose al fuego.
- Por favor no me mires- sonaba lastimado.
- Que pasó?- dije totalmente confundida.
- Esto es lo que me pasa cuando uso mis poderes dijo mientras que se acercaba
cada vez más al fuego recuperando su color.
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- Eras tu?- pregunté- eras tu el niño que me salvó?- toqué su hombro, el calor
había vuelto a su cuerpo y había tomado su antiguo color blanco, pero no
azulado ni pálido como antes.
- No sabía que eras tu- se dio la vuelta mirándome de nuevo con sus ojos azules
oscuros- mis poderes se hacen más fuertes cada vez que pasa esto.
- Como?
- Ya antes soñaste conmigo no?
- Bueno, si..- pero no te conocía en ese tiempo… y solo eran sueños…
- Cada vez que me veías en tus sueños era porque usé mis poderes, el mal que
tengo dentro hacía que nos veamos, y ocurra esto.
- Oh..- dije- entonces definitivamente no vuelvas a usar tus poderes, porque no
quiero sentirme así nunca más…- dije seria
- Está vez fue más fuerte, antes solo pasaba en los sueños, pero ahora ocurrió
frente a frente- puso sus manos en el rostro- no volverá a ocurrir- dijo despacio
como para si.
No quería consolarlo me resultaba insoportable, pero debía tratar de no odiarlo. Quise
hablar mas con el para tratar de olvidar lo que pasó.
- Entonces, que clase de poderes tienes?
- Tengo los poderes limitados, ya que casi nunca los uso, pero la tentación es
enorme, y muchas veces caigo, como ya viste puedo crear fuego, una vez
levité…- lo miré sorprendida- puedo mover objetos, moverme a una velocidad
inhumana y no sé que más soy capaz de hacer, eso fue lo que se manifestó hasta
ahora.
- Creo que tienes unos más- dije
- Que?
- Cuando estaba mirándote a tus ojos, sentí que eras parte de mi, no se como
explicar pero tus pensamientos eran los míos.
- Que?- volvió a repetir confundido
- No puede ser….- dijo para si
- Que no puede ser?
- No…- puso una cara despectiva- no es nada, creo que… yo…- me miró
confundido- Yo..- volvió a ponerse serio- no se capaz que leo las mentes cuando
evoluciono o algo así…- dijo tratando de cambiar de tema.
- Evolucionas?
- Si, ya te dije, cada vez que uso mis poderes, me pasa esto contigo y creo que te
saco fuerzas y así evoluciono.
- Genial, entonces me robas mi fuerza?- dije enojada
- Bueno, es algo natural para mi… no es por que quiero- sonrió.
- Bueno, si tu tienes esos poderes, y casi nunca los usas, que clase de poderes
tienen los sirvientes de la oscuridad?
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- Quien sabe… lo que pude presenciar fue horrible…
- Andrew, qué es lo que pueden hacer?
- Bueno, se transformaban en horribles criaturas, cada uno era una criatura
horrible distinta, pueden hacer todo lo que yo puedo pero diez veces más,
dependiendo de que clase de sirvientes sean…
- Como?
- Bueno, conoces las historias de vampiros, hombres lobos, brujas, hechiceros,
hadas, gnomos, duendes y personas que se transforman en otros animales?
- Emm.. si..
- Bueno, todo eso es verdad…- lo miré atónita- todas esas criaturas son parte de
los sirvientes de la oscuridad, el mundo fue engañado, mostrando que estas
criaturas eran impresionantes y admirables, lograron que los humanos deseen ser
parte de ese grupo de atrocidades, fue así como muchos fueron engañados y
convertidos en parte de los sirvientes de la oscuridad, y así fueron
multiplicándose.- puso el ceño fruncido
- Entonces, ellos son todo lo que me dijiste?
- Si
- Hechiceros, duendes, hadas, vampiros, y eso…
- Si… y existen otras criaturas que nunca te podrás imaginar.
No podía creer lo que me estaba diciendo, todo ese mundo que creíamos que era solo
cuentos, era realidad y todos eran siervos de la oscuridad, todos ellos debían enfrentarse
a nosotros.
- Y como los vamos a vencer? Tienen poderes sobre naturales…
- Bueno, ustedes tienen poderes mucho más grandes que nosotros
- Emm.-. que yo sepa nunca volé o levanté objetos y la última vez que miré no
podía matar a alguien con telequinesis….
- No esa clase de poderes…- sonrió- Ustedes son los hijos de Dios, en su nombre
ustedes pueden acabar con demonios.
- Que?
- Si, tú puedes acabar conmigo.
- Eres… un…
- Si… mitad… mi padre era un demonio, y mi madre era una bruja, una de las
más fuertes, ya que no cualquiera puede estar con un demonio.
Me quedé callada, no sabía que decir. Yo podía acabar con Andrew si quisiera, y el lo
sabía, sabía que si nos enfrentábamos el fracasaría y moriría eternamente.
- Entonces….- quise cambiar de tema- cual es el nuevo plan ahora que estás de
nuestro lado y no cumpliremos la profecía?
- Bueno, yo pienso que mis padres querrán cumplir la profecía y tendrás que
enfrentarte a ellos, pero con mi ayuda.
- Entonces, debemos ser un equipo?
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- Sip…
- Genial…- dije sarcásticamente
- A mi tampoco me agradas pero… que haré… es la única manera que podamos
salvar a la humanidad, ésta vez.
- Como que ésta vez?
- Siempre habrán batallas… ésta es solo una de las tantas que ya hubieron y
habrán… las batallas siempre existirán hasta que Dios decida el tiempo en que
todo se acabe, y por lo que sé ésta es una de las últimas.
- Si tu no estabas de nuestro lado, que nos hubiera pasado?
- Creo que seguiríamos las generaciones de batallas, yo debería tener un hijo
“puro” y tu también y luego que o yo gane o tu ganes nuestros hijos volverían a
pelear más adelante.
- Y como me casaría con alguien de sangre pura, sin saber quien era?
- Bueno… Por que la atracción con la persona que te corresponde es… algo
extraño, las dos sangres puras se deben como…- pensó un minuto en las
palabras correctas- entender el uno al otro, es casi inexplicable, y de hecho que
se pueden salvar el uno al otro sin darse cuenta si quiera, se pueden leer los…-
paró de hablar y me miró un segundo y luego continuó- es algo que no está
planeado, o es algo así lo que me contó Kristen.
- Te sientes triste?- pregunté al verlo como hablaba de eso.
- Decepcionado, por que se que nunca podré sentirme así por alguien.
No sabía que decirle, sabía que era cierto lo que decía, el nunca iba a poder amar a
alguien ya que su destino era otro, diferente al mío.
- Que te parece si volvemos a dormir? – dije cambiando de tema
- Si, mañana quizás lleguen los demás y debes.. emm…. – se puso de pié- debo
estar descansado.
- Si claro- todo lo triste que estuvo hace un rato se opacó con su orgullo de vuelta
- No me vas a decir buenas noches?- dijo sonriendo sarcásticamente mientras se
acostaba en su bolsa de dormir.
Sabía que lucía supuestamente “tierno” y que cualquier chica, menos yo, intentaría
caerle bien, buscando otras intenciones.
- Eres un insoportable!
- Lo tomaré como un dulces sueños…- sonrió.
Capitulo 7
“Las Familias”
Abrí los ojos con dificultad, no sabía que hora era, solo podía oler un tocino que se
estaba cocinando.
Me levanté todavía dormitando y miré hacia donde estaba el fuego, Jamie estaba de
espaldas cocinando y Cameron y Andrew estaban esperando en los sofás.
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Andrew giró su cabeza y miró si estaba despierta.
- Así que por fin te despiertas- dijo riéndose de cómo probablemente lucía mi
cabello.
- Jamie, tienes un espejo?- dije mientras salía de la bolsa de dormir.
- Si en mi mochila, el bolsillo de adelante.- dijo sin girarse.
Caminé hacia su mochila mientras escuchaba como reían despacito, probablemente de
mi, cuando recién me despierto soy como un zombie mal peinado.
Tomé el espejo y me miré, en ese momento rieron más fuerte, contemplé mi rostro lleno
de dentífrico.
- Ja-ja-ja…- caminé hacia ellos- quien fue?
- No sabemos nada…- dijo Cameron mirando hacia Andrew que estaba sentado
riendo a la par que el resto.
- Te crees muy simpático no?- me acerqué a el- ya veras, será mejor que te
duermas con un ojo abierto…- sonreí maliciosamente- donde hay agua?
- Toma- Jamie me pasó una cacerola llena de agua.
- Pregunto…- dije mientras tomaba la cacerola- habrá un baño aquí?
- Si, al costado de la cocina allí donde está esa puerta de madera- dijo Jamie
mientras servía el tocino en platos.
Caminé hacia la puerta de madera mientras escuchaba risitas a mis espaldas, abrí la
puerta y me encontré con un baño pequeño pero con una ducha bastante moderna.
Me lavé la cara y luego me di cuenta de para qué me lavaba la cara con agua de una
cacerola cuando hay una ducha en el baño, eso quiere decir que hay agua en el baño…
me miré en el espejo rápidamente, mi cara estaba lila…
Estúpido Andrew, ahora incrimina a mis amigos y los pone de su lado en sus bromitas
pesadas, abrí el grifo de la canilla que primero hizo ruidos enojados y luego permitió
salir agua limpia, será mejor que se cuide porque de seguro no me quedaré de brazos
cruzados debo planear algo para no quedar atrás con ese insoportable, me lavé la cara y
me saqué todo el colorante que tenía, luego me cepillé los dientes y salí del baño.
Enseguida pude ver el rostro de frustración de Andrew.
- Creíste que caería no?- dije mientras ponía la cacerola a un costado.
- Bueno, supongo que no eres tan tonta después de todo..- dijo Andrew mientras
sonreía con sus dientes perfectos y blancos.
- Y ustedes!- me senté en el sofá- como pueden ayudarlo!
- Bueno, solo era una broma Janelle..- dijo Cameron que sonreía hacia Jamie
En ese momento Jamie se dio la vuelta entregándome un plato con tocino, su cara,
también estaba lila, los dos culpables rompieron en risas.
- Jamie, no me digas que a ti también…
- Que?- dijo confundida- no me digas que…- miró furiosa a los muchachos que
estaban ya muriendo de asfixia de la risa.
- Ven aquí y te limpio la cara si?- la acompañé al baño- ya veremos como
vengarnos!- dije en voz alta y de pronto pararon las risas.
100
Sonreí maliciosamente.
Después de lavar la cara de Jamie, fuimos y nos sentamos en el sofá, desayuné
tranquilamente y ya hablando de otros temas.
- Bueno, como saben hoy deben llegar los demás- dijo Andrew- debemos estar
listos para el miércoles en la noche.
- Y que pasará el miércoles en la noche?- dije incrédulamente
- Será la pelea- dijo Cameron seriamente mientras se acomodaba con una manta
en el sofá
- Que piensan que sucederá?- dijo Jamie- nunca estuvimos en una de estas
peleas…
- Bueno, por lo que se, ésta como será su primera pelea, será difícil, pero al final
entenderán el significado del porque debemos pelear.- dijo Andrew
- Tu ya estuviste en una pelea?- dije mirándolo fijamente
- Si pero..- miró el suelo- era solo un niño- parecía ocultar algo lo miré fijamente
y cuando se dio cuenta siguió- pero luego Kristen y Charles me encontraron y
nunca me dejaron, si los del lado oscuro se enteran que estoy vivo, querrían
capturarme y seducirme a utilizar mis poderes para ayudarlos y al final- me
miró- moriría.
Tragué saliva. No pude escuchar nada más de lo que estaban diciendo, sabía que se
refería a que yo lo mataría, a pesar de que mi interior me demandaba que lo odie,
sentía algo que me decía que no iba poder hacerlo, que si el y yo nos enfrentábamos
perdería tan solo por que, yo… tal vez… No…
- No sucederá nunca- me repetí a mi misma.
- Que?- dijo Jamie
- No, no es nada, que estaban diciendo, me quedé vagando con mis pensamientos-
dije para disimular.
- Estábamos hablando de que hoy deben llegar los demás, los adultos…- dijo
Cameron
- Si, bueno según lo que calculo.. deberán llegar para pasado el medio día- dijo
Andrew.
- Y bueno.. que haremos ahora?- dije mientras me tapaba con una manta de lana.
- Bueno, no se, podríamos tratar de encontrar algunas cosas útiles en esta
fortaleza- dijo Cameron
- Me parece una buena idea- dije.
Ya había encontrado unas fotografías que llevaría conmigo por siempre, debía haber
mas cosas aquí de papá.
Caminé por la gran fortaleza observando si podía encontrar algo que me dijera que
es lo que debía hacer, algo que me explicara el por que justo yo, la persona más
cobarde en el mundo, debía luchar contra las “fuerzas del mal”…
Lo que no entiendo es como mi madre no me había dicho nada nunca, los demás
sabían cual era su propósito, por que mamá nunca me dijo que era la clave para
101
combatir el mal?? Encima ni siquiera sé como es que me debo enfrentar a todos esos
seres, es decir, son demonios, vampiros, hombres lobo y esas cosas. Cómo sería
posible que yo, una chica de 17 años, podría vencerlos, es decir, la otra noche solo
Andrew me debilitó, como podría matar a un vampiro??
Quisiera que mi padre estuviera aquí, estoy segura que él no me hubiera escondido
nada, el me mostraría como vencer a los enemigos y también me protegería al
mismo tiempo. Extraño tanto a papá…
- Janelle!- grito Jamie
- Que pasa?- Jamie estaba casi arrodillada en el piso, mirando hacia arriba.
- Janelle- volvió a repetir mientras todos corrimos hacia ella- tu madre ya viene en
camino junto con los otros, no tengas miedo, yo estaré contigo- no entendí a qué
se refería.
Me acerqué más y noté que sus ojos estaban blancos, intenté tomar su mano.
- No!- gritó Jamie- no me toques, no soy Jamie, soy tu padre.- me corrió un
escalofrío- no debes tener miedo, eres fuerte, solo ten fe.
- Papá?- dije con lagrimas en los ojos
- Si, soy yo, debo dejarles. Recuerda, estoy contigo siempre.
- Te amo papá- casi grito
En ese momento Jamie calló al suelo, Cameron y Andrew la levantaron y la llevaron
a uno de los sofás.
- Que pasó recién?- preguntó Cameron asustado.
- Jamie estuvo en un estado de trance, esta escrito que en los últimos tiempos los
jóvenes y las doncellas tendrán visiones y profetizaran, se ve que estamos cerca
de las últimas batallas.- respondió Andrew.
Me acerqué a Jamie y la abracé.
- Jamie, que viste?- la sujeté y la mire a los ojos- por favor dime que fue lo que
viste cuando estabas en el trance- supliqué.
- Yo…- se tocó la cabeza- no recuerdo mucho, solo recuerdo que estaba viendo
cosas en el estante y de pronto vi una luz que me cegaba…
- Y que más?!- casi grito
- Bueno.. no recuerdo mucho, solo que había mucha luz y que vi unos pies
blancos y perfectos que brillaban, estaba postrada ante esos pies, no pude ver
nada más.
- Janelle- dijo atemorizado Andrew- ese no fue tu padre biológico.
- A que te refieres?
- A que fue “El” padre del universo.
- No crees que haya sido…- dijo Cameron abriendo los ojos enormemente.
- Yo creo que si…- dijo Jamie con suma seguridad.
- Debes recordar siempre esas palabras Janelle- dijo Andrew- El esta contigo.
102
Al decir eso, parecía molestarlo, como si no podía acercarse a mí, pero al mismo
tiempo intentaba acercarse, debía ser su naturaleza que odiaba a la luz, pero el igual
seguía tratando de vencer su instinto.
- Creo, que me subestimé- mire el suelo- debo ser fuerte- dije despacio.
Cameron trajo agua y atendió a Jamie mientras, yo me sentaba al lado de ella
acariciando su frente que estaba recostada en mis piernas. Andrew caminaba de un
lado al otro de la fortaleza, pensando.
El tiempo pasó, todos tratamos de volver a la normalidad, me levanté y comencé a
preparar la comida para nuestro almuerzo.
Estaba cortando una cebolla cuando Andrew tomó el cuchillo de mi mano, y
comenzó a cortarlo él.
- Que haces?- pregunté confundida.
- Estoy cortando una cebolla..- dijo sarcásticamente.
- Si, ya se, pero nunca te preocupaste en ayudarme…
- Que dices? Te traje aquí para que no te maten, o no?- dijo sonriendo
perfectamente.
- Pero eso fue por que no tienes elección, ya que soy la clave para vencer al mal.
- Y que te hace pensar que no me preocupo por ti?
- Por que nos odiamos.. no lo recuerdas?
- Si, pero no lo haces más fácil si me lo recuerdas a cada momento…
- Está bien- dije burlonamente- fingiré que me caes bien.
Le sonreí fingidamente y me di la vuelta a prender la estufa para calentar unas
hamburguesas.
Pude darme cuenta que Andrew estaba sonriendo a mis espaldas. A pesar que lo
odio, no podía comprender que me estaba pasando, era como si lo odiara con todo lo
que tengo, pero, por dentro sentía que él era bueno, es decir se que era bueno ya que
dejo al mal atrás y se unió a nuestro lado, pero igual sabía que no me caía bien. Creo
que me estaba afectando todo esto, y que mi mente estaba revuelta.
- Tu madre y los demás están llegando- dijo de pronto Andrew interrumpiendo el
silencio- dentro de unas horas estarán aquí.
- Genial, necesito hablar con ellos.
- Traerán a los demás miembros de las familias- dijo Andrew mientras me pasaba
el plato de cebollas cortadas.
- Enserio?- dije tomando asombrada el plato.
- Sip, vendrán las nuevas generaciones de guerreros.
- Así que eso somos? Guerreros?
- Podría decirse que si- Andrew caminó y fue con Cameron y Jamie al sofá.
Tenemos poco tiempo, mamá me debe muchas explicaciones y me deben enseñar que es
lo que debo hacer. Mezclé las cebollas en la salsa que preparaba aparte de las
hamburguesas, y luego puse el arroz en los cuatro platos junto con las hamburguesas,
103
después de hervir la salsa, tomé una cuchara y puse en cada plato sobre el arroz. El
almuerzo improvisado, ya estaba listo.
- Chicos, vengan ya está la comida!- grite.
Andrew se levantó y camino mirándome extrañamente, y luego le siguieron Cameron
con Jamie apoyada en el.
Almorzamos rápidamente, y antes de que me dé cuenta ya eran como las 3 de la tarde.
- Y ¿Qué se supone que debemos hacer ahora?- dije confundida.
- Esperar..- dijo Andrew caminando hacia el sofá.
- Esperar a que?- volví a preguntar siguiéndole.
- Pues a que lleguen los demás..
- Oh.. pero dijiste que llegarían dentro de un rato no?
- Sip, pero debemos esperar, no?- dijo sarcásticamente mientras se sentaba en el
sofá y levantaba sus pies como para descansar.
Suspiré y me senté en el sofá de al lado, me sentía apesadumbrada, pero no sabía
por que, tenía miedo a todas las cosas que debían suceder, y quería que mi mamá
esté ahí conmigo, tan solo abrazándome.
Cameron y Jamie se sentaron en el otro sofá y todos nos quedamos en silencio, tan
solo pensando. No sabíamos que debíamos hacer, o decir, solo nos quedaba pensar.
Tantas cosas habían cambiado en mi vida en tan poco tiempo, hasta no sabía cual
era mi identidad, era parte de un grupo de guerreros y yo solo quería tirarme y
llorar.
Miré a mí alrededor, todos se habían quedado dormidos.
Genial, ahora podré descargarme sin que se den cuenta. Me recosté en el sofá y
comencé a llorar, ya no aguantaba más esta presión, yo soy la clave para destruir el
mal? Como iba hacer eso posible? Por que debía ser yo? Yo solamente quiero ser
normal, solo quiero vivir una vida feliz, terminar el colegio, ir a la universidad,
graduarme y luego casarme y tener una familia, por qué yo debía ser diferente a los
demás? Puse mi cara en la almohada y seguí llorando, no quería saber nada de
nadie, por qué debía ser yo? Esa era mi única pregunta.
Sentí una mano en mi espalda, estaba tibia, volteé y me encontré con Andrew
arrodillado en frente a mí.
- Se que es difícil- dijo secándome una lagrima que corría en mi mejilla- pero es
que tu…- miró al suelo- eres especial- volvió a mirarme directamente a los ojos.
- Es que.. no quiero ser especial- dije soltando un suspiro- quiero ser como
cualquier chica, por qué no puedo tener una vida normal?
- Por que no estaba en los planes, así como que yo debía ser un monstruo.- dijo
alejándose un poco y sentándose a mi lado.
- No eres un monstruo, eres mitad monstruo- dije sonriendo entre lágrimas y
viendo como Andrew sonreía.
- Entiendo como te sientes, yo hubiera querido una vida normal también, pero
bueno, tengo que asumir que sí tengo un propósito yo también, a pesar de que
104
soy “mitad monstruo”- sonrió- creo que…- me miró a los ojos y pude ver como
el mar profundo me invadía- a pesar de que es duro, creo que tendremos la
mayor aventura de todas.
Me quedé en silencio, era la primera vez en todo el tiempo que conocía a Andrew,
que me trataba tan dulcemente, y realmente, parecía preocuparse por mí.
No podía dejar de mirar sus ojos, eran perfectos, con sus pestañas negras y su pupila
mirándome tan perfectamente, el azul profundo de sus ojos parecía atraerme cada
vez más hacia el, no entendía que me estaba pasando, estaría usando sus poderes de
nuevo?
En ese momento pareció comprender mis pensamientos, se alejó un poco y desvió la
mirada, pero luego volvió a mirarme pero esta vez diferente, como si quisiera obviar
lo que recién había pasado.
- Y que quie…- en ese momento se escuchó un ruido en la puerta de la fortaleza.
- Llegaron- dijo parándose Andrew.
- Crees que serán ellos?- dije siguiéndole.
Se escucharon tres golpes y luego dos golpes más.
- Si, son ellos.- dijo Andrew caminando hacia las escaleras.
Me quedé dura, realmente ya habían llegado, y con los demás guerreros, que
pensarían de mi? Vi como Cameron y Jamie se despertaron por los golpes.
- Que pasa?- preguntó Cameron confundido.
- Si, que fueron esos ruidos?- dijo Jamie mientras se ponía de pie.
Cameron se levantó y trató de ver si estaba bien Jamie.
- Estoy bien, Cameron- dijo Jamie tomando su brazo- me siento como nueva.
Para ese momento Andrew ya había escalado hasta la puerta de arriba de la
fortaleza, así que fuimos y miramos desde abajo como intentaba abrir la puerta.
La cerradura se abrió y se pudo ver como la luz entraba a la fortaleza, al igual que el
frío. De pronto se vio un rostro conocido, era el abuelo!
- Abuelo!- grité desde abajo
- Janelle que tal?- dijo desde arriba- como están todos? Dijo entrando de a poco a
la fortaleza.
Andrew bajo para que puedan bajar de a uno por las escaleras.
El abuelo fue el primero en entrar y cuando terminó de bajar lo abracé con todas las
fuerzas que tenía.
- Abuelo! No sabes como los extrañé!
- Yo también querida, no sabes por lo que tuvimos que pasar nosotros para
encontrar al resto de las familias. Por suerte teníamos con nosotros a los Whitall
que sabían el paradero de los demás.
En ese momento terminó de bajar mamá.
- Mamá!- la abracé y casi lagrimeé de la felicidad.
105
- Hija, me alegra que estés bien, como pasaron aquí? Que recuerde este lugar debe
estar muy sucio por la última vez que estuvimos aquí.
- Pues lo limpiamos y quedó como nuevo.
Los demás terminaron de bajar, había varias personas que no conocía, todas bastante
diferentes, es decir se podían diferenciar perfectamente quien pertenecía a cada
familia.
Andrew subió de nuevo y cerró la puerta, dejando atrás al frío intenso de afuera.
Al fin todos estábamos juntos, prendimos un fuego y todos se fueron acomodando
en el lugar.
De a poco las familias se juntaron. Jamie se encontró con Linda, y Cameron también
con su mamá, la Sra Moline. También vi a los padres de Ben y a la Sra Falls, pero
no había rastros de Ben o Rebecca.
Cuando todos estaban con sus respectivas familias se empezaron a presentar.
Un hombre oriental se presentó.
- Mi nombre es Lee Fuchang y esta es mi familia- dijo señalando a su esposa y a
su hijo- mi esposa Chin Sen Fuchang- una pequeña señora con su cabello negro
lasio y largo- y mi hijo Jiang Fuchang- tomando a su hijo y llevándole al frente.
Era un joven fuerte alto con el cabello semi largo negro y bien parecido.
Una joven hindú de mi edad se presentó, tenía unos ojos enormes, delineados con
maquillaje negro, tenía el cabello negro con unas mechas en lila y su aspecto parecía
ser de una de esas chicas de bandas de punk rock
- Mi nombre es Asha Bihari y represento a la familia Bihari- dijo con fuerza-
como ya saben muchos de ustedes, mis padres ya se encuentran con Dios al
igual que los padres de mi amiga Milla Pugachov- dijo mientras una dulce
jovencita que parecía menor que el resto de nosotros, de cabellos rubios
larguísimos y piel blanca como la nieve se puso a su lado.
- Represento a la familia Pugachov- dijo Milla dulcemente, parecía tan pequeñita
y frágil.
Los Whitall dieron un paso al frente.
- Nosotros somos los Whitall-Stratton - dijo Charles- y representándonos están
Cameron Moline- Cameron y la Sra. Moline fueron con ellos.
- Y Jamie Crowley- dijo Kristen tomando a Jamie de la mano que se acercaba a
ellos con Linda.
Mamá y el abuelo se tomaron de las manos.
- Nosotros somos la familia Verrocchio-Salazar- dijo el abuelo- mi nombre es
Juan Salazar y ella es mi hija Rita Salazar-Verrocchio.
Mamá me tomó por los hombros y se puso firme para hablar.
- Como también saben mi esposo falleció en la última batalla junto con los padres
de Asha y Milla y también ya se encuentra con Dios.- tomó un suspiro- Pero
representando a las dos familias está mi hija Janelle Verrocchio-Salazar- se le
quebró la voz.
- Tienes doble sangre- dijo asombrado Lee Fuchang
106
Todos me miraron asombrados, yo solo abracé a mamá.
Los Sres. Foley también se presentaron, con caras bastante tristes.
- Mi nombre es William Foley y ella es mi esposa Darla Foley, somos seguidores-
el Sr Foley soltó una respiración- lastimosamente nuestro hijo no está con
nosotros, decidió quedarse y no seguir con nosotros.- su esposa fue y lo abrazó
con tristeza.
La Sra. Falls tocó el hombro de Darla Foley.
-Mi nombre es Jean Falls, soy una seguidora y al mismo tiempo una profetisa- todos
se asombraron en ese momento, menos los que pertenecían al grupo que se reunía en
la casa de Linda, quienes ya parecían saber, yo miré confundida, que era eso?- vine
aquí en busca del propósito que Dios me ha asignado, al igual que todos los que
están aquí. Y como ya muchos se han dado cuenta, el fin está más cerca de lo que
creemos, es nuestro deber terminar la obra que empezamos y con la diestra de la
justicia de Dios acabar con el mal.
Todos parecían estar de acuerdo con la profetisa, aunque yo ni siquiera sabía que era
una profetisa, parecía ser algo bueno.
Jean miró asintiendo a Andrew y el también parecía entender a que se refería.
- Ahora creo que solo falta una presentación, por favor no se preocupen que es por
algo que está de nuestro lado.- dijo Jean.
Andrew caminó al centro.
- Bueno ya que ahora todos se conocen, es tiempo de presentarme a los que no
saben quien soy.
Todos lo miraron atentamente.
- Mi nombre es Andrew Tenebra-Souri.
En ese momento Jiang saltó como para atacar a Andrew pero antes de que lo
pudiese lograr Cameron y Charles se tiraron encima de él y lo atajaron de los brazos
mientras Jiang respiraba fuertemente casi como un animal.
- Es un sirviente de la oscuridad!- grito Jiang- debemos matarlo!
- No! – grité- el está aquí con nosotros, no en nuestra contra!
- Que está haciendo aquí un mitad daemon! Un sirviente!- gritó Lee- oh si, yo
conozco a tu padre, sirviente- dijo acercándose a Andrew y mirándole fijamente
con una sonrisa burlona.
Corrí y me puse delante de Andrew, no sabía porqué lo hacía solo fui y me interpuse
entre el y Lee.
- El no es como los demás- dije furiosamente a Lee.
La mirada de Lee se puso fija en mi, podía sentir su respiración de furia, el me
pasaba por como una cabeza y media, yo solo era una niña a su lado, como podría
defenderme?
- Es cierto- interrumpió Jean- es por eso que dije que esta de nuestro lado- Jean se
puso a mi lado y me tomó la mano.
107
Jiang pareció tranquilizarse, Cameron y Charles le soltaron los brazos, pero todavía
parecía furioso por la presencia de un mitad daemon.
- Déjenle que explique quien es y por que está aquí.- dijo Jean.
Jean me miró con dulzura y me estiró para que salga de enfrente a Andrew. Lo miré
mientras me alejaba de él, había algo en su mirada que me decía que se sentía triste
y avergonzado de su naturaleza. Sentía compasión por él.
Andrew tomó fuerzas y luego habló.
- Como ya les dije mi nombre es Andrew Tenebra-Souri.
- Prosigue sirviente!- gritó Lee.
Andrew parecía intimidado, por primera vez en mi vida vi a un Andrew totalmente
inseguro.
Tomó aire y luego siguió.
- Nací como parte de los sirvientes de la oscuridad, pero en la última batalla mis
padres decidieron usarme y cause- respiró- mucha tragedia.
- Así es, yo estuve allí sirviente y por tú culpa murieron los demás hijos de Dios!-
gritó Lee- sé perfectamente quien eres y para que naciste. Y tu más que nadie-
me miró- deberías odiarlo y no defenderlo, no sabes lo que te hizo a ti y a tu
familia.
- Ya basta Lee!- grito Chin Sen- somos hijos de Dios! no sirvientes y nuestro
deber es amar no odiar Lee.
Lee miró fijamente a Andrew luego volteó y fue al lado de su esposa.
- Que me hiciste Andrew? Que hiciste a mi familia?- pregunté confundida.
- Yo…- Andrew no me pudo sostener la mirada- por mi culpa… por mi culpa
murió tu padre Janelle.
- Que?
Quedé estática, el fue el culpable de la muerte de mi padre? Como podía ser eso
posible? Todo este tiempo estuve con el asesino de mi padre y arma mortal de los
sirvientes de la oscuridad sin saberlo?
Una lágrima cayó por mi mejilla, pero no era de tristeza, sino de furia.
- Perdón Janelle, yo.. no.. yo era controlado por mis padres, solo tenía tres años
Janelle y mis padres me utilizaron, era un bebé..
Miré al suelo, no podía mirarle, solo quedé callada y no lo miré más.
- Pero el cambió- interrumpió Kristen- en esa batalla sus padres lo creyeron
muerto, ya que solo era un bebé cuando utilizaron sus poderes. Fue allí cuando
aprovechamos con Charles y lo escondimos, el es parte de nosotros ahora- lo
abrazó- y decidió ayudarnos a nosotros, ya que no quiere seguir con el destino
que tiene. El quiso cambiar y es por eso que está aquí con nosotros.
Pude sentir la tristeza de Andrew y como el también miraba el suelo. Era por eso que
siempre me parecía que no me contaba toda la verdad, el me estaba escondiendo eso,
que el fue la causa de la muerte de mi padre. Pero por qué me ocultó eso? Porqué? El
108
sabía que para mi, mi padre era el mundo. Toda aquella compasión que sentía por él
parecía haberse desvanecido.
- Janelle- dijo la profetiza acercándose a mi- No es la culpa de Andrew lo de tu
padre, fue el mal, y el mal ya no pertenece a Andrew, fue creado para eso pero el
decidió cambiar y lo hizo, está de nuestro lado y..- estiró la mano hacia Andrew
quien se acercó a nosotras- todos merecemos el perdón.
- Janelle…- dijo Andrew buscándome la mirada- perdóname…
No lo miré, sabía que la profetiza tenía razón, sabía que debía perdonarlo, pero no
podía, por lo menos todavía no.
- No puedo perdonarte- Andrew miró el suelo frustrado- todavía…- lo miré seria-
pero sé que tienen razón- miré a la profetiza que me miraba con dulzura- y
cuando sienta que lo perdone, te lo diré- dije a Andrew.
Sentía como un nudo en la garganta, como si iba a explotar.
Andrew me volvió la mirada con un poco de esperanza, yo todavía seguía seria,
mamá vino y me tomó de los hombros, como si fuera que debíamos cambiar de
tema.
- Bueno, que les parece si nos acomodamos – dijo mamá.
- Me parece una buena idea- dijo Kristen llevando a los nuevos visitantes hacia la
sala.
Caminé hasta el baño, sin mirar atrás, pero pude sentir la mirada de Andrew a mis
espaldas.
Entré al baño, llavee la puerta y caí al suelo en llantos.
Solo podía pensar en papá, como el perdió la vida a causa de esos seres malignos.
Sentía un odio y repulsión hacia ellos, todos esos hechiceros, brujas y vampiros. La
gente hoy está embobada por cuentos sobre ellos, quieren ser parte de esas historias, y
ni siquiera saben lo que realmente son.
No hay misterio en eso, la oscuridad no es algo que la gente debería imaginar como
sexy o atractivo como lo hacen en las películas. Estas criaturas existen y no son buenas,
viven en un mundo underground y son capaces de cualquier cosa con tal de atrapar a las
personas. Usan mentiras, engañan a la gente haciéndoles creer que el contacto con el
más allá es algo excitante, no saben que en realidad solo tienen contacto con demonios o
con personas pactadas con Satanás.
Me recosté por la pared del baño y abracé mis rodillas, las lágrimas fluían como ríos por
mis mejillas. No era un llanto aturdidor, era un llanto silencioso, el peor de todos, el que
más duele, aquel que no puedes decir nada, solo lloras sin gemidos.
Puse mi cara en mis rodillas y allí me quedé por horas.
Andrew había estado engañándome todo este tiempo, me sentía traicionada. Es decir,
sabía como era él, no me caía bien desde que lo conocí, pero estos últimos días había
sentido que podía confiar en el y en realidad nunca fue así. Todo este tiempo estuvo
mintiéndome.
Cómo podía estar con alguien que había causado la muerte de mi padre y la de muchas
personas? Cómo? Encima no puedo darme el lujo de odiarlo ya que existía esa profecía
tonta que íbamos a enfrentarnos, y no podía cumplirla.
109
Algo estaba destrozado dentro de mí, sentía como si me faltara un pedazo, como si fuera
que tenía un vacío en el corazón. No entendía porqué Andrew? Por qué tenía que ser él?
Por qué estaba pensando tanto en él? Por que me dolía que me haya traicionado? sabía
como era.. No será que… me gusta? No! Como podría gustarme?! Es el asesino de mi
padre! Como amar a alguien que acabó con la vida de la otra persona que más amaba?
Me puse de pié, me sequé las lágrimas y abrí el grifo de la ducha. Puse la ropa a un lado
y me metí bajo la lluvia caliente que fluía desde el moderno baño. Me pasé la mano por
la cabeza, me limpié de todas las lágrimas que habían ensuciado mi rostro. Eché todos
los pensamientos y sentimientos de odio cerrando los ojos y sintiendo el rocío caliente
que corría por mi cuerpo. No pensé en nada y luego cerré la ducha.
Me vestí rápidamente, y me peine con los dedos, total mi cabello nunca se enredaba a
pesar de ser ondulado, abrí la puerta y me encontré de frente con Jamie.
- Estaba por tocar la puerta..- dijo preocupada- estás bien?
- Si..- realmente quería estar bien y olvidar todo así que traté de ser lo mas
convincente posible- estoy bien, que hay para la cena?- cambié de tema
sonriendo fingidamente.
- Bueno, ahora que llegó tu mamá y la mía creo que cenaremos tranquilamente-
sonrió.
- Si, estoy segura que trajeron provisiones extra conociendo a mamá…- caminé
con Jamie hacia el sofá, donde estaba Cameron y las nuevas visitas.
Iba tímidamente pensando que podría estar Andrew cerca, pero no lo vi, así
comencé a caminar con seguridad.
Asha hablaba mientras Cameron la escuchaba atentamente, la pequeña y frágil Milla
estaba sentada sin decir una palabra. Me daba lastima verla, tan pequeña, con sus 13
años ya metida en este mundo que yo jamás había conocido.
- Janelle! Hasta que viniste!- dijo Cameron sonriendo.
- Sip, y que están haciendo?
- Bueno, le estábamos contando a Cameron de nuestros primeros signos de dones,
verdad Milla?- dijo Asha mientras recogía un mechón de su cabello y lo ponía
detrás de la oreja.
- Si- dijo Milla con una vocecita de cascabeles.
- Dones?- dije confundida
- Si, dones, los regalos especiales que Dios nos dio a todos- dijo Milla
sorprendiéndome ya que nunca hablaba.
- Como regalos?- dije sonriendo
- Acaso no sabes?- dijo Asha mirándome sorprendida.
- No, debería saberlo?
- Pues claro que si, hace cuanto empezó su entrenamiento?- pregunto confundida
Asha
110
- Pues…- dijo Cameron- se podría decir que supo que es una doble sangre en el
viaje de venida…
- Que?!?- Asha se levantó de golpe- cómo es posible que una principiante nos
guíe a la batalla?!
- Asha cálmate!- gritó Milla poniéndose frente a ella y mirándola a los ojos- la
generación pasada la trajo, así que ellos saben porqué no inició su
entrenamiento! Necesitas calmarte…- la pequeña niña se había transformado,
nunca me imaginé que esa dulce niña tenga tanta fuerza.
Asha me miró con desprecio, respiró y se volvió a sentar.
Milla se dio la vuelta y me miró a los ojos, había algo en ellos que me ordenaban a
sentarme así que me senté de inmediato en el sofá que se encontraba a mis espaldas.
- Kristen!- dijo Milla
- Que fue lo que pasó?- dijo Kristen viniendo con los Fuchang
- Janelle no ha iniciado su entrenamiento?- preguntó mirándola a los ojos.
Kristen pareció relajarse ante su mirada como si fuera que la pequeña niña tuviera
dominio sobre ella.
- No. No ha iniciado su entrenamiento- dijo Kristen mirando a los ojos de Milla,
de pronto parpadeó y movió la cabeza como si estuviese confundida.- no vuelvas
a controlarme Milla, si me preguntas algo te lo voy a contestar.
- Está bien.- la niña se sentó al lado de Asha, como si fuera que no había pasado
nada.
Quedé completamente confundida. La niña tiene súper poderes o que?
- Esperen, que fue eso? Milla puedes controlar a las personas?
- Sip- fueron las únicas palabras que salieron de sus labios de botoncito rojo.
- Qué? Cómo?
- Bueno, ese es el don que tengo, puedo controlar a las personas. Es decir, se
como debo tratarlos para que hagan lo que quiero.- sonrió.
- Enserio?—dije asustada
- Sip.
- Y alguien más tiene dones aquí?
- Pues yo tengo la capacidad de hablar en varias lenguas, dijo Asha mirándome
por encima de los hombros.
- Eso es un don?- dije como riendo- no puede cualquiera hablar en distintos
idiomas si los aprende… ?
- Si, pero me refiero a idiomas que los humanos no pueden entender, los
angelicales y demoníacos- dijo enojada.
Me quedé callada, bueno eso si era un don.
- Oh…- dije abriendo los ojos.
- Yo tengo fuerza- se acercó Jiang- como la de Sansón en aquella historia.
111
- Tienes fuerzas sobrehumanas?
- Si, y así como Sansón tengo una debilidad que solo mis padres saben, y nadie
más lo sabrá. No cometeré el error de Sansón.- dijo como para si mismo
frunciendo el ceño.
- Ok- dije mirando a otro lado.
- Yo no tengo nada especial- dijo Cameron.
En eso se acercó la profetiza
- Qué es lo que dices? Claro que tienes un don.
- Y cual es?- preguntó Cameron.
- Tu amiga Jamie, tiene visiones- miró a Jamie quien estaba sorprendida por lo
que escuchaba- ella es como yo.
- Y que tiene que ver eso conmigo?- dijo Cameron
- Bueno, todos necesitamos alguien a nuestro lado, es como que estamos en
grupos que no se pueden ver, tu eres el hombro de Jamie, Cameron.
- Que?- dijo él.
Lo miré, sabía que el la amaba, así que estaba extremadamente feliz por ellos.
- Tuviste una visión hoy verdad?- preguntó a Jamie estirando la mano para
acercarla a ella.
- Si, porque?- dijo tomando la mano de la profetiza quien en vez de traerla hacia
ella la llevó junto a Cameron.
- Bueno, luego te sentiste como si ibas a desmayarte y vomitar… y en fin te
sentías enferma no?
- Si..
- Bueno el luego fue a tu lado y te calmó hasta que te sentiste bien- dijo a Jamie
quien asintió- bueno, tu tienes el don de sanación- dijo a Cameron.
Cameron y Jamie se miraron, no lo podían creer, había una razón por la que ellos se
gustaban, se suponía que debían estar juntos.
- Bueno y si todos tienen dones, que hago yo? Dije un poco triste.
- Janelle, tu tienes el don más difícil de llevar, puede ser lo más hermoso y al
mismo tiempo lo más espantoso.
- A que te refieres?- me asusté
- Janelle- se acercó a mí.
Me puso las manos en los ojos, yo los cerré y escuché su voz.
- Tú verás lo que pocos ojos pueden ver, la diferencia entre dos mundos paralelos
que ocultos están entre nosotros. Podrás ver- hubo una pausa- el mundo
espiritual.
Sacó sus manos de mis ojos y lentamente los abrí, no sabía con lo que me iba a
encontrar, qué era lo que vería?
112
Empecé a distinguir colores y rápidamente pude entender qué era lo que estaba viendo,
era… era… era… lo mismo?!?
- No veo nada especial!- dije suspirando a la profetiza.
- Tranquila- sonrió- cuando menos te lo esperes verás lo que debes ver.
- Ok, claro- dije un poco desconfiada, pero simplemente sonreí para que no se den
cuenta.
Me senté en uno de los sofás poniendo mi mano en la cabeza un instante y luego
bajándola y apoyándola por el brazo del sofá.
Asha todavía estaba hablando con la profetiza, no entendí muy bien de qué estaban
hablando pero pude darme cuenta que era de mi.
Milla vino y se sentó en el piso enfrente a mí, se notaba que estaba un poco más
desenvuelta, y a pesar de sus poderes extraños de controlar a la gente, era dulce a mis
ojos.
- Hey! Que pasó con el muchacho mitad daemon?- preguntó con su voz de
campanitas.
Suspiré, no quería hablar del tema, no quería saber nada de él, pero al mismo
tiempo, donde estaba? Y porqué lo extraño tanto? No! Mente concentrada en el
presente! Me sentía pésima, como si solo quería tirarme en mi cama y llorar
mientras que veo como llueve en mi ventana tomando un gran Hageen-Daaz de
chocolate.
- No se, no lo veo desde que salí del baño- dije disimulando una sonrisa.
Milla me observo durante unos segundos.
- No hace falta que disimules, se que te sientes mal- dijo mirándome a los ojos.
- Que eres telepática también?- dije sonriendo
- No, solo uso el gran poder de la intuición- sonrió conmigo.
Jamie vino y se sentó con nosotras, estaba sonriendo y cuando se dio cuenta que la
estábamos mirando, se puso seria.
- Emm… que pasa? De que hablaban?- trató de disimular
- Emm.. no se, parece que alguien está feliz del equipo que le tocó, no?- dije
golpeando suavemente su hombro
- Quien, yo? No… o sea, si, pero no de ese modo es que yo.. Emm.. bueno!-
desistió- si me agrada mucho la idea de mi hermoso, precioso, y divino grupo!-
sonrió mientras que Milla y yo también reíamos con ella.
- Por qué nunca me dijiste que te gusta Cameron?- bueno, es que tu sabes nosotros
no éramos de la línea original de las generaciones de las familias, debía
mantenerme pura, y eso significa- me dijo susurrando- que ni si quiera podía
besarlo…- sus cachetes se pusieron rojos como sus cabellos.
- Pero eso no significa, que no pueden ser amigos con algún propósito en el
futuro, cuando todo esto termine- dije.
- Bueno, es que será difícil, tu sabes, aguantarse las ganas de.. aunque sea darnos
un beso…- dijo en voz baja.
113
- Tienes razón, yo no creo que te pueda decir nada por que nunca estuve
enamorada- dije.
Milla sonrió.
- De que te ríes?- pregunté ansiosa.
- No, de nada, sigan hablando- sonrió de vuelta al mirarme.
Creo que se estaba dando cuenta de mis conflictos con mis sentimientos en mi
interior.
Acaso era tan obvia o que?
Asha de pronto vino.
- Milla ven conmigo un momento.- dijo mientras que me observaba como
despectivamente.
- Enseguida voy- dijo Milla
- No, quiero que vengas ahora- se notaba que Asha estaba molesta.
Milla se levantó avergonzada, me dio lastima que se tenga que ir así.
Jamie miró a Milla con tristeza también.
Asha llevó a Milla a un costado y empezó a hablarle, se notaba que le decía algo
que ella no quería hacer, pero al final Asha ganó la conversación y Milla cruzó los
brazos con una mirada triste.
- No me gusta como Asha domina a Milla- dijo Jamie frunciendo el ceño.
- A mi tampoco, pero son familia- dije- es decir, solo se tienen la una a la otra,
Asha es como la mamá de Milla… no tienen a nadie, solo a ellas.
- Es cierto… has visto a Andrew?- preguntó cambiando de tema.
Otra vez con el tema de Andrew, por qué es tan solicitado ahora?
- No se, hace rato que no le veo…- dije mirando al suelo.
- Bueno, yo creo que mejor me voy con mamá a ver que están preparando para la
cena..- sonrió mientras se levantaba y se dirigía a la cocina.
Se notó, que se dio cuenta que no quise hablar del tema, tal vez por eso se fue.
Me quedé sentada mirando al vacío, no tenía la mayor idea de que era lo que me estaba
pasando, tantas cosas nuevas en un solo día me estaban matando la cabeza, de pronto
comencé a sentir un dolor agudo en la cabeza y me recosté en el sofá, debía tomar algún
remedio, pero ya estab…
Los ojos se me cerraron, solo podía sentir como se me iba el dolor de cabeza
lentamente, la oscuridad de pronto se puso blanca, y pude ver nieve, estaba en la
montaña.
Que hacía allí? No entendía nada, miré a mí alrededor, podía ver todo el paisaje, era
hermoso. Estaba nevando, y no sentía frío, era como si estuviera totalmente abrigada,
pero no lo estaba… de pronto sentí una mano en mi hombro, giré para ver quien era.
- Que haces aquí?- era Andrew que me miraba sorprendido- por que estás
totalmente desabrigada? No tienes frío? Toma mi abrigo- se estaba sacando
cuando le detuve.
114
- No tengo frío, estoy perfectamente bien- no entendí por que, pero en ese
momento todo el rencor que sentía por él desapareció, solo sentía que quería
volar, estaba totalmente liviana, nunca me había sentido así.
Andrew me miró a los ojos, me miraba de una forma extraña, parecía entender lo
que me pasaba por dentro, de pronto se vislumbró una sonrisa en su boca, y sus
dientes perfectos se mostraron.
Me abrazó, no se por qué, pero le abracé también. Sentía algo que se quemaba en mi
interior, pero no era nada malo, se sentía maravilloso, se sentía como… perfecto.
- Te perdono- de pronto dije y ni sabía por que, pero así lo sentía.
- Gracias - dijo mientras me abrazaba más fuerte- Janelle.. no se por qué pero esto
es demasiado perfecto, lo sientes tú también?
Dejé de abrazarlo y le miré a sus perfectos ojos azules profundos, parecía que quería
meterme en ellos y nadar en el mar de sus ojos.
- Si, se siente demasiado perfecto- reaccioné un instante- esto está demasiado
perfecto, que pasa?- dije confundida
- No se, pero me agrada- dijo mirándome directamente a los ojos también.
De pronto entendí que sucedía y me alejé un poco de él, le di la espalda sonriendo al
paisaje.
- Está oscureciendo, debemos volver a la fortaleza- dije mirando de nuevo el
paisaje bellísimo de las montañas cubiertas de nieve.
- Es cierto, volvamos- dijo tomando mi mano.
Cuando giré para ver su rostro, se vio como una luz muy fuerte, cerré los ojos y
cuando los volví a abrir pude ver la cara de mamá que me miraba confundida.
Capitulo 8
“Entrenamiento”.
- Mamá?- me levanté del sofá confundida- qué paso?
- Te quedaste dormida supongo, debes estar cansada, ven un momento con los
demás y come algo, si?- me tomó de la mano y me llevó hasta la cocina.
- Pero, que hora es?- pregunté mientras me sentaba en una silla de la mesada.
- Son casi las nueve- dijo mamá trayendo un plato de ensalada de papas con un
bife al lado.
Algunos ya estaban comiendo, Jamie y Cameron estaban sentados juntos, Asha y
Milla también y de pronto vi que Jiang venía con su plato de comida a sentarse a mi
lado.
- Hola Janelle- dijo casi tiernamente. Me pareció totalmente extraño, no era el
mismo enorme que tenía la fortaleza de Sansón y eso que decía.
- Hola Jiang, que pasa?- pregunté mientras cortaba la carne.
- No, nada solo quería tener tu compañía- dijo avergonzado.
115
Qué le pasaba? Qué pasó con el alto, bronceado y musculoso Jiang? Bueno… No
podía negar que era bastante apuesto, pero no tenía tiempo para fijarme en esas
cosas ahora.
- Ohh… y que cuentas?
- Pues, nada, estuve hablando con la profetiza, y me dijo que deberíamos empezar
tu entrenamiento mañana.
La carne estaba buenísima y las ensaladas ni qué decir, me di cuenta que no estaba
prestando atención a Jiang, me dio lastima entonces continué la conversación.
- Ooohh… que bueno, creo que lo voy a necesitar…- sonreí.
Jiang sonrió también, por primera vez pude ver su sonrisa, era muy bonita, y me di
cuenta de que era bastante guapo, más de lo que ya había notado, pero que era eso
que estaba pensando! No! Recién estaba soñando con Andrew de una forma extraña,
no podía crear más embrollos en mi cabeza!
- Bueno, creo que debo ir a dormir- dije dejando el plato a un lado
- No vas a terminar de comer?- dijo preocupado Jiang
- No, no tengo tanta hambre, estoy muy cansada.- la verdad es que a pesar de
recién haberme despertado, me sentía débil, como si los ojos se me cerraran.
- Bueno, si tu lo dices..
De pronto me entró curiosidad por lo que había soñado, y dónde estaba Andrew?
- Por si acaso viste donde fue Andrew?- pregunté
Jiang, cambió totalmente su rostro suave y se puso de nuevo serio.
- Porqué?- dijo mirando a su comida.
- No, por nada- dije mirándolo extrañamente, qué le importaba por qué yo quería
saber donde estaba Andrew?
- Creo que salió afuera a respirar hace como 3 horas, seguro que ese mitad
daemon ya corrió por miedo…
Lo miré bastante enojada, quien era él para hablar así de Andrew, el ni le conocía,
solo lo juzgaba por su origen.
En ese momento se escuchó un ruido en la puerta de la fortaleza, se abrió y entró
mucha nieve, se vieron unos pies que bajaban las escaleras, era Andrew.
- Creo que todavía tiene coraje- dijo Jiang continuando con su comida.
Andrew entró y caminó mirándome fijamente con una sonrisa.
Le desvié la mirada por vergüenza, en cambio él parecía totalmente seguro.
Kristen se le puso en el camino y lo comenzó a interrogar.
- Andrew donde estuviste? Estaba preocupada por ti.- Andrew debió por primera
vez su mirada de mi y miró a su madre adoptiva.
- Perdón, es que fui a tomar aire, me recosté por un árbol y me quedé dormido.-
sonrió a Kristen.
- Ayyy Andrew- suspiró- no vuelvas a asustarme así- dijo abrazándolo.
116
- Está bien Kristen..- me miró por encima del hombro de Kristen y desvié de
nuevo la mirada.
Bueno esto era bastante vergonzoso, era como si él sabia que era lo que yo había
soñado. Tal vez no halla sido un sueño, oh no!! No puede ser, que vergüenza! pero
no pudo haber pasado por que nunca salí de la fortaleza… me tranquilicé un poco al
pensar eso.
Me levanté de la mesa y fui directamente al lugar donde me había dormido y me
volví a acostar.
Me tapé la cara con una manta y cerré los ojos.
Que me estaba pasando últimamente, estaba sumamente confundida, por qué me
pasaban todas estas cosas, y lo que dijo la profetiza, voy a ver el mundo espiritual,
que significaba eso? Tendría que ver con lo que soñé con Andrew?
De pronto sentí una mano que me quitaba la manta de mi rostro, pensé que era
mamá entonces la saqué yo misma.
Mamá no tiene ojos azules….
Oh por dios, era Andrew!
- Qué estás haciendo?- pregunté alarmada
- Hola, solo quería hablar contigo- me miraba de una forma extraña.
Me senté en el sofá para poder hablar
- Estás bien?- dije mirándolo como tratando de descubrir que le pasaba
- Pues si, es solo que…
- Espera, antes quiero pedirte disculpas, no debí tratarte así, a pesar de todo tu no
tenías la culpa- los ojos se me llenaron de lágrimas
- Janelle, no se que decirte- me abrazó y lagrimeé en su hombro, rápidamente me
aparté de él de nuevo, él pareció entender que todavía estaba un poco tosca así
que lo aceptó.
- Estaré bien Andrew, tranquilo…- lo miré con dureza- pronto será la batalla y
debemos estar bien entre nosotros, ya que todavía existe esa profecía, y no la
vamos a cumplir, verdad?- sonreí como para terminar bien el tema.
- Si, es cierto- sonrió.
Nuestras miradas se prendieron de pronto, era como si estábamos en contacto, pero
realmente se sentía así, como si fuera que una cuerda que nos unía, se sintió
totalmente extraño, así que desvié la mirada y miré a los demás que seguían
comiendo.
Jiang estaba viendo todo lo que había pasado, tenía la cara furiosa, y luego se dio
cuenta que lo miré y desvió la mirada a su comida
- Qué le pasa a Jiang conmigo?- volví a mirar a Andrew- parece tener una doble
personalidad, o algo así…
- Por qué lo dices?- dijo Andrew confundido
- Pues, por que unas veces es una.. buena persona y otras me mira como si fuera
que está furioso.
117
Andrew de pronto se levantó del sofá, parecía como si fuera que se le había
prendido una lucecita al decir eso.
- Tal vez, está cansado.. creo que debes descansar tu también, mañana empieza tu
entrenamiento según escuché.- sonrió.
- Emm.. si, claro- le devolví la sonrisa- buenas noches- dije volteándome para
dormir.
No pude ver la cara de Andrew pero sentí su mirada en mi espalda, como lo solía
hacer, parecía triste.
- Buenas noches Janelle- escuché que dijo susurrando.
El cielo estaba oscuro, como si estuviese a punto de llover, volaban unos pájaros negros
en círculos entre las espesas nubes grises, se podían escuchar los truenos.
Estaba parada en un campo casi desierto, pero con algunos árboles tenebrosos en los
costados, era como un lugar preparado para un partido de football, solo que estaba
segura que no serían deportes lo que haríamos. Tenía un espejo en la mano, era como de
cristal, miré el reflejo y me pude ver vestida con una armadura dorada y un vestido rojo
debajo, mis ojos estaban cambiando de color, se tornaban cada vez más claros, hasta
que quedaron completamente blancos, grité y caí en el suelo de rodillas.
De pronto siete rayos cayeron en el medio del campo, todos en el mismo lugar, sentí
que alguien me tomó del hombro y me giró, no veía su rostro, todo se volvía borroso, no
entendía nada, que era todo esto?
- Janelle!- escuché una voz en mi mente.
- Qué? Qué pasa?- dije mientras pestañeé.
Al abrir los ojos de vuelta, pude ver el rostro de Jiang que me miraba confundido.
- Estabas teniendo una pesadilla?- preguntó como preocupado por mi.
- Emmm…- me senté en el sofá y pasé la mano por mi ondulado cabello.- creo
que si…- lo miré fingiendo una sonrisa pequeña- por qué? No me digas que dije
algo o…?
- No, solo que dabas vueltas y vueltas y de pronto te vi llorar- dijo tomandome la
mano.
Me pareció extraño que me tome la mano, así que lentamente comencé a sacarla
mientras continué.
- Enserio? Perdón no quise despertarte…- logré zafar mi mano.
- No lo hiciste, ya me había despierto, me suelo despertar antes que todos..- sonrió
y me miró con sus ojos azabaches, parecía querer decirme algo, pero no se
animaba.
Quise dejar esta situación extraña antes de que se vuelva mucho más extraña..
- Bueno, no importa ya paso… hoy comienzo mi entrenamiento verdad?
- Emm… sip- me miró confundido- no quieres hablar de tu pesadilla?
- Nop, solo quiero seguir adelante con el programa que me tiene la vida.- sonreí
tratando de cambiar de tema.
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- Oh.. ok, no hay problema.- se levantó- quieres desayunar?
- Claro, enseguida se levantan los demás, no?
- Si, estoy seguro que enseguida todos volverán a estar ruidosos..- sonreímos.
Caminamos a la cocina y me senté en la mesada, vi que Jiang trajo dos tazas, entonces
quise ayudar, no iba a sentarme a ser servida….
- Hey, déjame ayudarte- me levanté y me dirigí hacia la heladera.
- No! Tranquila solo siéntate y déjame prepararte un desayuno tradicional de mi
familia- dijo como todo un chef sonriendo.
- Bueno, si tu insistes, creo que no tengo problema- me volví a sentar en donde
estaba la mesada- entonces.. un desayuno tradicional de tu familia y que será?
- Bueno cierra los ojos y enseguida te lo pongo enfrente- sonrió pícaramente
- No estoy segura…- dije mirándolo con una sonrisa
- Vamos! Confía en mí…. No te daré un sapo o algo así….- sonrió
Le devolví la sonrisa.
- Está bien- cerré los ojos y me los tapé con las manos.
Escuché unos ruidos y luego de unos minutos sentí que me sacó las manos de los ojos.
- Ya está- dijo con su voz dulce y fuerte, justo como era su don.
Abrí los ojos.
- Aquí está el desayuno tradicional de Jiang…- lo dijo muy serio.
Cuando miré enfrente de mí, me encontré con un tazón de cereales con leche.
- Genial!- sonreí- es el desayuno mas original que vi en mi vida- sonreí mirándolo
agradecida.
- Me alegro que le guste…- sonrió.
Tomé la cuchara y luego se sentó a mi lado a desayunar lo mismo.
- Sinceramente, tenía otro prejuicio sobre ti- dije mirándolo
- Enserio? Y que era lo que pensabas de mi?- preguntó mirándome curiosamente.
- Bueno, pensé que eras uno de esos tipos que solo son fuertes, y que se creen los
grandes y que nadie puede derrotarlos- dije con una voz gruesa. Sonrió.
- Bueno… creo que… Antes si era así… lo confieso…- metió a la boca una
cucharada de cereal.- pero creo que cambié…- me miró como flirteando
- Ahh.. pero me di cuenta que si eres amigable- di énfasis en la palabra amigable y
dejó de mirarme volviendo a su cereal- no pensé que me caerías bien.- dije
queriendo arreglar la situación.
- Bueno, me agrada la idea de que te caiga bien- sonrió mirándome como contento
por lo menos con eso.
- Creo que serás un buen amigo- dije sonriendo con mi tazón de cereal en la
mano.
- Espero que algo mas- dijo susurrando para si mismo, pero si lo escuche…
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- Qué?- fingí decir como si no hubiera escuchado..
- Que espero que si….- volvió a sonreír, así que le devolví la sonrisa.
- Genial! Cereales!- una voz conocida que se aproximaba detrás nuestro hasta que
se puso del otro lado de la mesada
- Buenos días Andrew- dijo Jiang enojado al verlo.
- Buenos días para ti también Jiang- dijo sarcásticamente- y también para ti
Janelle- dijo mirándome dulcemente, desvié la mirada.
- Buenos días Andrew- dije difícilmente, el no dejaba de sonreír, pero era como
una sonrisa sarcástica, como si sabía algo.
- Bueno, cereales! Que buen desayuno…-dijo sacando harina de uno de los
estantes- creo que prefiero los panqueques…-dijo mirando a Jiang con dureza,
quien le devolvió la mirada de la misma forma.
Había algo que no estaba captando, como si hubiera pasado algo entre los dos y yo no
sabía nada.
- Bueno… ya basta!- dije soltando mi cuchara en el cereal- qué es lo que les pasa
a los dos??- los dos se detuvieron y me miraron con tristeza.
- No es nada..- dijo Jiang mirando de reojo a Andrew a ver que contestaba.
- En realidad- dijo Andrew levantando una ceja, como usualmente lo hacía- no lo
vas a comprender…- hizo una pausa suspirando- aún.
- Qué? Cómo que no voy a comprender? Que es lo que estas diciendo?- volví la
mirada a Jiang- hay algo que me están escondiendo y tarde o temprano lo voy a
saber, así que no se preocupen si no me quieren decir, lo voy a averiguar- tomé
mi plato de cereal que estaba casi vacío y lo tiré en el lavaplatos y me marché de
la cocina.
Estaba tan enojada, todos me estaban guardando secretos. Me ocultaban cosas que
“aún” no puedo comprender… Realmente se que soy nueva en todo esto, pero por qué
lo hacían más difícil de lo que ya era para mi?
Caminé y fui a sacar de mi mochila mi cepillo de dientes y me dirigí al baño.
Cerré la puerta y me empecé a cepillar los dientes. Extrañaba a Allison, como había de
estar ella? Será que estaría bien? Tal vez en Paraguay esté a salvo con Jake. Estoy
segura que si me hubiera quedado en asunción nada de esto hubiera pasado, seguiría con
mi vida normal y no tendría que enfrentarme con el mal.
Ya me estaba cansando de todo este asunto, lo único que me retiene a ir y tomar algún
avión de vuelta a Paraguay es que no tengo dinero.
Terminé de cepillarme y me mojé la cara con agua, cerré la canilla y me sequé con una
toalla que estaba puesta allí. Me miré en el espejo, tenía unas ojeras que hacían parecer
que tenía los ojos más grandes de lo que ya eran, mis ondulados cabellos estaban un
poco despeinados, me peiné con la mano y me hice como una media cola, luego salí del
baño.
Todos ya estaban despiertos, algunos desayunando y otros en la sala. Jiang estaba
esperando afuera a que saliera, no le dije nada solo salí y fui directo junto a mamá que
estaba desayunando.
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- Mamá! Ya te despertaste- dije mientras me sentaba a su lado.
- Si, buenos días cariño.- estaba comiendo unos panqueques- estos- dijo
señalándolos- están buenísimos, Andrew es un tremendo cocinero!- sonrió.
En ese momento Andrew se acercó y puso un panqueque más en el plato de mamá.
Tenía una toallita en el hombro, no se qué se creía, alguno tipo de chef profesional o
que?
- Gracias señora Verrocchio! De hecho tuve el placer de estudiar en Nueva York
con un chef profesional.- me miró de reojo alzando una de sus cejas como
siempre lo hacía.
- Yo creo que los mejores chefs están en Paris.- cualquier cosa con tal de
contrariar a ese odioso, sonreí pícaramente y me senté al lado de mamá.
- Como tú digas Janelle- Andrew se acerco- Pero el chef con quien estudié era
Francés-dijo alzando una pequeña jarrita de porcelana.
Rayos! No podía responder a esta. Me calló!
- Si, por favor.. me equivoqué de hecho si pienso que los de estados unidos son
mejores- dije sarcásticamente mientras Andrew servía un poco de café en la taza
de mamá.
- Hoy empiezan el entrenamiento tengo entendido Señora Verrocchio no es así?-
dijo cambiando de tema, dejándome totalmente como una infantil.
- Hay por favor, llámame Marta, estamos prácticamente en familia.- dijo
sonriendo mamá mientras la miraba estupefacta.
- Si, ya me siento como en familia- Andrew me miró con aquella mirada de
sobrador que brillaba en sus ojos azules desde que lo conocí.
- Continuando con el tema…- interrumpi- empezamos hoy mamá?
- Si querida, Lee y Jean son los que los entrenaran.
- Lee?- pregunte arrugando la naríz.
- Hija, el no es una mala persona, solo fue un gran shock para el toda esa
información- miró de reojo a Andrew- de el otro día.
- Si tu lo dices…
- Janelle!- Jamie vino y me toco el hombro.
- Que pasa Jamie?
- Jean y Lee nos llaman a todos los jóvenes a los sofás. Quieren empezar con el
entrenamiento.
- Hablando del tema…- me levanté y fui con ella.
Los adultos estaban todos parados y los jóvenes sentados.
- Janelle, puedes tomar asiento junto a Milla- dijo de pronto Jean.
Mamá y Andrew ya se habían unido también al grupo de gente parada en ese
momento.
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- Jóvenes Guerreros- dijo Lee- debemos darles unas noticias. Esta pelea que
deberemos enfrentar será una de las más fuertes que hemos presenciado hasta
ahora, ya que cada día que pasa es un día menos para el mundo.
- Lo que queremos informarles es algo que ya hemos discutido con los mayores-
interrumpió Jean- he tenido una visión esta noche durante mis sueños y pude
escuchar la voz de Dios que me decía que esta pelea sería dura y lastimosamente
como habría tanto pecado en juego el no estaría presente, ya que El no puede
convivir o acercarse al pecado.
- Pero como vamos a estar protegidos???!!- interrumpí asustada
- Tranquila Janelle, lo hemos hablado y tomamos una decisión.- Jean miró y
asintió a Lee que dio unos pasos adelante.
- Los mayores se retiraran hoy y volverán a sus hogares ya que a ellos no pueden
rastrearlos porque ya han tenido su batalla.
- Que??!!! Pero como!!!?? Estaremos más desprotegidos así!- grite levantándome-
como nos dejarán solos ante una pelea de la que no tenemos idea de cómo
batallar!
- Janelle, a veces lo que parece más ilógico es lo mas lógico para Dios.
- Pero como vamos a pelear sin ustedes, como vamos a saber qué es lo que
debemos hacer?
- Es por eso que solo nosotros dos, Jean y yo nos quedaremos a entrenarlos- dijo
Lee- pero no participaremos de la pelea.
No podía creer lo que estaba escuchando! Cuando al fin pensé que me quedaría con
mamá, cuando pensé que tal vez podríamos estar a salvo, todo se derrumbó, me
estaba quedando sin esperanzas.
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