El Concubinato o Unión de Hecho
El Concubinato o Unión de Hecho
El Concubinato o Unión de Hecho
Introducción
Reflejo de ello era la ausencia del reconocimiento de efectos legales a este tipo de uniones. No obstante,
el incremento de las prácticas convivenciales y la mayor secularización de la sociedad y del Estado (y su
legislación) fue imponiendo un contexto a partir del cual se comenzaron a plantear respuestas -primero
jurisprudencialmente y luego a nivel Constitucional- a esta realidad social. Así, la Constitución de 1979
reconoce por primera vez a nivel constitucional la unión de hecho. En la constituyente, se argumentó que
tal incorporación se debió al reconocimiento de una realidad social que involucraba a un gran número de
peruanas y peruanos. De otro lado, se anotó que al momento de la separación de las uniones libres se
presentaban situaciones inicuas. Y es que en muchas ocasiones una de las partes -en su mayoría el
varón- terminaba por apoderarse de los bienes adquiridos por la pareja durante la convivencia[1]Si bien,
tal problemática ya había merecido la atención del órgano jurisdiccional, entendiendo que se estaba frente
a un enriquecimiento ilícito, el constituyente de 1979 optó por reconocer ésta figura a fin de brindar una
solución a tal problemática. Razones similares justificaron que el constituyente de 1993 mantuviera la
unión de hecho (art. 5 de la Constitución), por lo que se recogió en la Constitución vigente sin mayores
modificaciones. Con este reconocimiento constitucional se legitiman y se salvaguarda la dignidad de
aquellas personas que habían optado por la convivencia. Asimismo pasan a ser considerados familia, por
consiguiente merecedora de la protección del Estado[2]
Pero esta constitucionalización de la entidad, también implica el reconocer ciertos efectos jurídicos entre
quienes conforman la unión de hecho. Si bien se está ante una institución que se fundamenta en la
autonomía de la voluntad de quienes la integran y que en puridad se caracteriza por su informalidad en
cuanto a su inicio y su desarrollo, no es menos cierto que el Estado puede intervenir y regular conductas a
fin de evitar situaciones no deseadas en la sociedad. Así pues, la Constitución reconoce una realidad pero
al mismo tiempo, la encausa dentro de los valores constitucionales a fin de hacerla compatible con el
resto del ordenamiento. En tal sentido, a fin de evitar que el aporte realizado por la pareja durante la
convivencia sea apropiado por uno de ellos, en desmedro del otro, la Constitución reconoció
expresamente el régimen de gananciales a estas uniones, en cuanto les sea aplicable. Con esto,
fenómenos como el comentado se verían refrenados, brindando una dimensión de equidad a las uniones
fácticas. Pero esta no sería la única obligación que se generaría entre los convivientes, como
observaremos más adelante, la propia dinámica de la convivencia encuadrada en la disposición
constitucional, implica el cumplimiento de ciertas acciones, por parte de los integrantes de la unión.
Por otro lado, es destacar que los derechos y deberes de los convivientes en los últimos años ha ido
incrementándose hasta ponerse a tono con la institución del matrimonio, vía doctrina jurisprudencial y en
ese sentido el Tribunal Constitucional[3]en el año 2006 en el caso de Yanet Rosas Domínguez ha
reconocido al conviviente supérstite el derecho a la pensión de viudez, siempre y cuando se haya
acreditado previamente la unión de hecho(declaración judicial de unión de hecho), conforme al artículo
326 del Código Civil, así como del artículo 53 del Decreto Ley 19990 y estos últimos dispositivos fueron
interpretados en concordancia con la Constitución de 1993.
En esa perspectiva de incremento de derechos y deberes de los convivientes se suscribe la Ley 30007,
publicada en el Diario Oficial el Peruano en fecha 17 de abril de 2013, y que reconoce el derecho
sucesorio entre los miembros de uniones de hecho y que esta novedad legislativa en el derecho de familia
y sucesiones será materia de análisis en el presente trabajo.
El concubinato o unión de hecho
Según Héctor Cornejo Chávez[4]ponente del Libro de Familia, define el concubinato como la unión de
hecho , voluntariamente realizada y mantenida por un varón y un mujer libres de impedimento
matrimonial, para alcanzar finalidades y cumplir deberes semejantes a los del matrimonio, origina una
sociedad de bienes que se sujeta al régimen de comunidad de gananciales en cuanto le fuere aplicable,
siempre que dicha unión haya durado por lo menos cinco años continuos(el artículo 326 del C.C,
considera 2 año).
Peralta Andia sostiene: "(…)el término concubinato deriva del latín concibinaturs, del verbo infinitivo
concubere , que literalmente significa dormir juntos(compartir techo, mesa y lecho) o comunidad de lecho.
Se trata de una situación fáctica que consiste en la cohabitación de un varón y de una mujer para
mantener relaciones sexuales estables".
El principio de amparo de las uniones de hecho, reconoce que la familia puede surgir de las uniones de
hecho, estas merecen protección. Nuestro ordenamiento civil sigue la tesis de la apariencia del estado
matrimonial, en virtud de la cual la unión de hecho produce los mismos efectos que el matrimonio.
La unión de hecho origina una comunidad de bienes que se sujeta a las disposiciones del régimen de
sociedad de gananciales, en cuanto le fuera aplicable.
De acuerdo al contenido y alcances de la Ley Nro. 30007, es claro que nos encontramos ante un
concubinato en sentido estricto, puro o propio.
Que la ley 30007, publicada el 17 de abril de 2013, modifica los artículos 326, 724, 816 y 2030
del Código Civil, el Inciso 4 del Artículo 425 y el Artículo 831 del Código Procesal Civil y los Artículos 35,
38 y el Inciso 4 del Artículo 39 de la Ley 26662, y tiene por objeto reconocer derechos sucesorios entre un
varón y una mujer, libres de impedimento matrimonial, que conforman una unión de hecho, es decir,
reconoce el derecho sucesorio del concubinato propio(Que se encuentran aptos para asumir el
matrimonio).
De acuerdo al artículo 326 del Código Civil, una unión de hecho o concubinato debe reunir
obligatoriamente las siguientes condiciones:
- Se trate de una unión monogámica heterosexual, con vocación de habitualidad y permanencia, que
conforma un hogar de hecho. Efecto de esta situación jurídica, se reconoce la sociedad de gananciales.
-Deben los convivientes compartir habitación, lecho y techo. Esto es, que las parejas de hecho lleven su
vida tal como si fuesen cónyuges, compartiendo intimidad y vida sexual en un contexto de un fuerte lazo
afectivo.
-Clima de fidelidad y exclusividad. Se excluye por lo tanto, que alguno de los convivientes estén casado o
tenga otra unión de hecho.
-la unión de hecho, debe extenderse por un período prolongado (permanencia), además de ser continua e
ininterrumpida. Si bien la Constitución no especifica la extensión del período, el artículo 326° del CC sí lo
hace, disponiendo como tiempo mínimo 2 años de convivencia.
-Apariencia de vida conyugal debe ser pública y notoria.
-Formación de un hogar de hecho entre personas con capacidad nupcial.
-Reconocimiento de la comunidad de bienes, implica que el patrimonio adquirido durante la unión de
hecho pertenecen a los dos convivientes.
-La plena comunidad de vida que llevan los convivientes. Es decir en un "aparente matrimonio."
-Existencia de ciertas obligaciones no patrimoniales. Ejemplo: el deber de fidelidad entre quienes la
conforman.
-Obligaciones de cooperación o de tipo alimentaria. Ejemplo: extinción de la unión de hecho, por decisión
unilateral, la pareja abandonada puede solicitar indemnización o pensión alimenticia [art. 326 CC].
-La unión de hecho genera una dinámica a partir de la cual se originan dependencias entre los
convivientes. Por ejemplo, el varón trabaja y trae dinero y la mujer desarrolla labores del hogar.
Entonces, la unión de hecho debe reunir las condiciones antes indicadas a más del reconocimiento vía
notarial o judicial y su inscripción en el registro personal de la SUNARP, para que produzca entre sus
integrantes(varón y mujer) derechos y deberes sucesorios, similares o análogos a los del matrimonio.
La unión estable de varón y mujer, libres de impedimento matrimonial, genera derechos sucesorios,
siempre y cuando se cumpla las condiciones señaladas en el artículo 326 del Código Civil y la unión de
hecho se encuentre vigente al momento del fallecimiento de cualquiera de sus miembro
Derecho Sucesorio: es aquella que regula la sucesión por causa de muerte y determina el
destino de las titularidades (bienes, derechos, obligaciones)
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