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Santa Convocatoria

“COMUNIÓN Y MISIÓN”

SERMONES

Unión Centroamericana Sur


2 Comunión y Misión
Santa Convocatoria

CONTENIDO

Mensaje 4

Mayordomía y la nueva vida en Cristo 7

Consideraciones Bíblicas de la Misión 16

¿Pagando o Agradeciendo? 19

Misión Urbana como alcanzar un mundo secularizado 26

¿Dónde están los que dan gracias? 30

Que todos sean uno 41

Responsables por lo que recibimos 45

COMUNIÓN Y MISIÓN 3
Santa Convocatoria

MENSAJE
Director Ministerio de Mayordomía
División Interamericana
Apreciados líderes de la Unión Centroamericana Sur y distin-
guidos invitados de las uniones de Interamericana:
¡Dios les bendiga!
Todos nosotros hemos sido convocados para participar del
evento “Santa Convocatoria: Comunión y Misión”, que se
llevará a cabo en todos los campos locales que tiene la Unión
Centroamericana Sur en Costa Rica y Nicaragua.
¡Qué gran privilegio! El que nos da Dios y la iglesia de poder
ocupar un pulpito cada noche para servir al pueblo de Dios el
inmejorable alimento procedente de su Santa Palabra. Y en
adición a eso, poder visitar los hogares de muchos de nuestros
miembros de iglesia, para recordarles cuanto les ama el Señor,
la iglesia y los lideres, y también aprovechar para compartir con
ellos la Palabra de Dios, orar por sus necesidades y animarles a

Considerando la importancia y seriedad de esta tarea, la


División Interamericana y la Unión Centroamericana Sur, han
preparado una serie de 7 sermones enfocados en la misión y la
consagración del pueblo de Dios, con el propósito de asegurar
que cada congregación y cada miembro de iglesia, recibirá

nuestras vidas, y para asegurar también que cada instrumento


humano que Dios ha de usar para llevar este mensaje, este
habilitado con un contenido que este alineado con los propósitos
de este evento y lo más importante, que proceda de la Santa
Palabra de Dios.
Es por eso que pedimos a cada predicador o predicadora
invitado o local, que mantenga un plan de oración intenso para
que Dios le use durante este programa, y que también tome en
cuenta los temas que estamos entregándoles en este material
para que en este esfuerzo por fortalecer la vida espiritual de la
iglesia, vayamos juntos y demos un sonido certero a la trompeta.

4 COMUNIÓN Y MISIÓN
Sabemos que todos ustedes son personas de experiencia en la
iglesia y por lo mismo tienen gran habilidad para presentar la
palabra de Dios al predicar. Si el Espíritu de Dios les anima a usar
algunos de sus sermones propios, no sentiremos preocupación
por ello, siempre y cuando usted se mantenga consiente que
el evento en el que estamos participando tiene propósitos y
todo lo que se haga debe corresponder con ellos. Así que si no
está seguro que sus sermones están en esta línea, le rogamos
encarecidamente escoger aquellos que si lo estén, o usar los
que aquí le suministramos.

Al final de todo, lo que esperamos es ver personas, familias y


congregaciones reavivadas espiritualmente, por el Espíritu Santo
y por la poderosa palabra de Dios.

Por lo tanto, que como dijo el apóstol Pablo en 2 Tesalonicenses


3:1, “La palabra de Dios corra y sea glorificada” en Costa Rica
y Nicaragua durante esta Santa Convocatoria, y en todo el
mundo hasta la venida del Señor.

Gracias por estar aquí colaborando con el triunfo de la iglesia


en Cristo.

Atentamente,

Pr. Roberto Herrera


Dir. Ministerio de Mayordomía
División Interamericana

Comunión y Misión 5
Director Ministerio Personal
División Interamericana

Es un privilegio colocar en sus manos esta serie de sermones de

y Misión los cuales sugerimos se usen durante la semana de este


hermoso proyecto espiritual.

Los departamentos de Mayordomía y Ministerio Personal de la


División Interamericana desea colaborar con otros ministerios en
la tarea de producir un verdadero reavivamiento espiritual de
la vida de los miembros de la Iglesia a través de la visitación,

posible de miembros en la bendita tarea de cumplir con la


misión. Queremos que los miembros bien capacitados estén
listos para proclamar el mensaje de salvación. El propósito

verdadera comunión en la iglesia para el cumplimiento de la


misión.

Los sermones que forman parte de esta colección no tienen


que ser presentados tal y como aparecen aquí. Lo entregamos
con el deseo de que le sirvan de ayuda durante la Semana de
Comunión y Misión en su congregación. La idea es que cada

podamos dedicar tiempo a la alabanza, la oración y testimonios.

Con Aprecio,

Pr. Melchor Ferreyra


Director Ministerio Personal
División Interamericana

6 COMUNIÓN Y MISIÓN
Santa Convocatoria

SERMÓN 1

“Mayordomía y la nueva vida en Cristo”


Romanos 12:2

INTRODUCCIÓN
Uno de los grandes atractivos del mensaje Cristiano, consiste en
su oferta de darle una nueva vida a quienes lo creen y reciben en
su corazón. Esta nueva vida es una experiencia real y tiene que
ver literalmente con todos los aspectos de la existencia. El apóstol
Pablo insistió mucho en sus escritos en esta idea de la nueva vida
en Cristo. Tal vez su declaración más explícita con relación a esto
la encontramos en 2 Corintios 5:17: “De modo que si alguno está
en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son
hechas nuevas.” Este pasaje sin duda establece una relación
directa entre el estar en Cristo y ser una nueva criatura, es decir
que la decisión de seguir a Cristo, le da a la persona de alguna
manera la posibilidad de ser creado nuevamente. Por eso el
cristianismo habla de nueva vida en Cristo.

Pero Pablo no solo declaró esta verdad, sino que fue usado por
el Espíritu Santo para explicar a los creyentes, cual es el proceso
por medio del cual ocurre esta recreación. En el capítulo 12
de su carta a los Romanos él dice mucho en cuanto al tema
de la nueva vida en Cristo. Hoy vamos a fijarnos en tres ideas
esclarecedoras y estimulantes que aparecen en el versículo 2:
“No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de
la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis
cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

En este sencillo texto, podemos identificar tres mandatos que la


Palabra de Dios da a todo creyente para que pueda hacerse
efectiva la promesa de una nueva vida en su experiencia con
Cristo. Miremos juntos estos tres mandatos.

Comunión y Misión 7
DESARROLLO
Mandato # 1 “No os conforméis a este mundo”.

Según Pablo, lo primero que hace Dios para otorgarnos una


nueva vida, es ayudarnos a entender que en este mundo, no se
piensa ni se actúa de acuerdo con la voluntad y los planes del
Señor y por lo tanto sus hijos tienen que tomar la decisión de no
vivir basados en el modelo que ofrece este mundo.

Jesús reconoció esta situación cuando en la oración modelo


que le dio a sus discípulos les enseñó que su primera petición
al Padre debía ser: “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra”. (Mat. 6:10). Según Cristo, en el cielo se
hace la voluntad de Dios, pero en el mundo aún no. y todos los
hijos de Dios deben orar constantemente para pedir que esta
situación se resuelva y llegue el día en que la voluntad de Dios
sea acatada como en el cielo, también en la tierra. Mientras ese
día llega, es entendible que Dios les pida a sus hijos que no se
dejen amoldar por los conceptos y el accionar de este mundo.

En el mundo por ejemplo hay muchas ideas sin sentido en cuanto


a Dios. Muchos creen que él no existe y que es un mito para los
ignorantes; otros piensan que Dios está en cada ser humano y
que lo que deben hacer es desarrollar sus sueños, su potencial
y perseverar en ellos siguiendo lo que su propia mente les dicta;
y muchos otros han terminado sustituyendo a Dios por ídolos
como el dinero o la fama entre otros.

Si vamos a creer como cree el mundo, sin duda terminaremos


siendo ateos, o panteístas o materialistas, y sin duda ninguna de
estas cosas representan una nueva vida sino más de lo mismo.

Este mundo también transmite la idea de que la buena vida, la


vida abundante, solo se encuentra en el dinero y al creer así, el
mundo se ha hecho presa fácil del materialismo que promueve
la idea de que el propósito para el cual estamos vivos consiste
en conseguir, acumular y utilizar todo lo material que nos sea
posible. El materialismo nos dice que mientras más tenemos

8 Comunión y Misión
más importantes y valiosos somos, que mientras más logremos
acumular, más felices seremos, mejor nos trataran y nuestro
futuro estará asegurado.

Pero creer como cree este mundo nos llevaría a vivir una vida
egoísta, a tener una concentración exagerada en nosotros
mismo, y a sacrificar lo que sea necesario con tal de obtener
las tan recomendadas cosas materiales que nos quieren hacer
creer que representan el cumplimiento de nuestros sueños más
anhelados.

Como estos ejemplos anteriores, hay muchos otros que muestran


claramente, como lo que cree este mundo está totalmente
divorciado de la voluntad de Dios y como sin duda nos lleva por
un camino que termina en la perdición (Mat. 7:13).

No cabe duda que la posibilidad de llegar a tener una nueva


vida, comienza por reconocer que la vida que ofrece este
mundo no es digna de seguirla. Por esto entre otras cosas, el
lenguaje bíblico es tan categórico: “No améis al mundo ni las
cosas que están en el mundo…” (1 Juan 2:15). Por eso también
el diagnostico que hace la Biblia acerca de este mundo, es
tan pesimista: “porque nada de lo que hay en el mundo —los
deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la
vida— no proviene del Padre, sino del mundo”. (V. 16)

Estos textos anteriores lo dejan muy claro, en cuanto a vivir de


acuerdo con la voluntad de Dios, este mundo no ofrece nada
bueno. Porque quiere que sigamos nuestros deseos, y estos
están rebelados contra Dios; el mundo quiere que todo lo que
nuestros ojos vean y deseen lo tratemos de conseguir y eso sería
muy peligroso; y el mundo quiere hacernos creer que hay algo
glorioso en vivir así, cuando vemos que es una gloria vana o
falsa, es un engaño. ¿Por qué habríamos de amar algo así? ¿Por
qué alguien que quiere estar en paz con Dios, trataría al mismo
tiempo de seguir un estilo de vida como este? Sin duda lo mejor
es hacer caso a la palabra de Dios cuando nos dice que no
amemos al mundo.

Comunión y Misión 9
Tan pronto Dios nos hace ver cuál es la realidad de este mundo,
nos está guiando por el sendero que lleva a una vida nueva.
Por eso la vida cristiana comienza con un llamado a salir del
mundo, renunciar a sus caminos pecaminosos y seguir el camino
diferente trazado por Cristo. (2 Cor. 5:17; Rom. 12:2). Desde este
punto de vista, el Cristiano es una persona que se ha dado
cuenta con la ayuda e iluminación de Dios, que este mundo
está equivocado y va en una dirección totalmente errada; se
ha dado cuenta que es una insensatez creer y hacer todo lo
que se cree y hace en este mundo. Y al entender esta realidad,
descubre naturalmente que lo que Dios ofrece es diferente, y
al aceptar la oferta divina, entra a la experiencia que la Biblia
llama la nueva vida en Cristo.

Mandato # 2 “Transformaos por medio de la renovación de


vuestro entendimiento”.

Llegar a entender que el mundo es falso, artificial y que está


equivocado, es un buen primer paso, pero no es suficiente para
disfrutar de la nueva vida en Cristo. El siguiente paso que la Biblia
recomienda a los hijos de Dios es que deben ser intencionales
en procurar un nuevo entendimiento de la vida que sustituya el
anterior que ofrece el mundo, y de esa manera, Dios promete
formarnos otra vez, pero ahora conforme a su voluntad.

Fíjate en la palabra que usa Pablo “Transformaos”. ¿Por qué el


Señor no nos pide que nos formemos sino que nos transformemos?
Evidentemente porque cuando vinimos a él, ya estábamos
formados, pero el patrón con el que fuimos formados era el de
este mundo que ya sabemos que está lejos de la voluntad de
Dios según 1 Juan 2:15-16.

El apóstol Pedro les dijo a quienes leyeron su primera carta:

“Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que


antes teníais estando en vuestra ignorancia… Pues ya sabéis
que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir (la cual
recibisteis de vuestros padres)… Desechad, pues, toda malicia,
todo engaño, hipocresía, envidias y toda maledicencia… os

10 Comunión y Misión
ruego…que os abstengáis de los deseos carnales que batallan
contra el alma…Baste ya el tiempo pasado para haber hecho
lo que agrada los gentiles, andando en lascivias, placeres,
borracheras, orgías, disipación y abominables idolatrías”. (1
Pedro 1:14, 18; 2:1, 11; 4:3)

Es muy claro que Pedro creía que estas personas a quien escribió
esa carta, no habían llegado a Cristo estando en el momento
más brillante de su relación con Dios, sino claramente a la media
noche de su ignorancia, su vida equivocada y lejos de Dios. Así
que es lógico pensar que estas personas al llegar a Cristo y darse
cuenta de su extravió, deben reformatear su manera de pensar
y actuar si quieren alinearse con la voluntad de Dios.

Esto es lo que Pablo está justo diciendo en Romanos 12:2. Él nos


ayuda a entender que el plan de Dios para darnos una vida
nueva, consiste en darnos entendimiento para reconocer que
la forma en se vive en este mundo, y que vivíamos nosotros, no
lleva a ningún lugar bueno. Y aclarado ese punto, el Señor nos
pide ahora que procuremos conocer una forma diferente de
vivir, un camino nuevo, nuevas ideas, que nos lleven a nuevos
pensamientos y a nuevas acciones para cosechar nuevos
hábitos y una nueva vida con un nuevo destino.

Romanos 12:2 nos enseña que bíblicamente hablando, la nueva


vida comienza a operarse dentro de nosotros. ¿Cómo? En la
medida en que renovamos el entendimiento que teníamos del
mundo, de la vida, de Dios y de nosotros. Toda esa información
que recibimos, de nuestros padres, de nuestra educación,
de nuestra forma antigua de vivir o de cualquier otra Fuente,
debe ser reformateada para asegurarnos que quede alineada
con las ideas de Dios. Necesitamos transformarnos. Estábamos
formados pero estábamos malformados. Ahora tenemos que
volver a comenzar. Es un nuevo nacimiento y por eso el resultado
será una nueva vida y si esa renovación permitimos que la haga
Cristo, entonces el resultado será una nueva vida en Cristo.

Comunión y Misión 11
La transformación de nuestra vida es un mandato del Señor, y
cuando Dios da un mandamiento es porque ya nos ha dado la
habilidad de cumplirlo con su ayuda. Por eso él nos dice, que la
transformación consiste en sustituir una gran cantidad de ideas
y conceptos equivocados que tenemos, que nos han llevado a
vivir en forma equivocada y lejos de él. Este nuevo conocimiento
está disponible para todos y por lo tanto la transformación es
posible para todos los que deseen hacer la voluntad de Dios.

El Cristianismo no tiene nada que hacer “con nosotros” y si mucho


que hacer “por nosotros y a través de nosotros”. Se supone que
todo el que viene a Cristo anda huyéndole al mundo y a su
propia forma antigua de vivir y pensar. Se supone que quien
viene a Cristo está deseoso de aprender algo nuevo, diferente y
verdadero. No tiene sentido venir a Cristo para permanecer con
nuestra mente tal y como estaba, porque eso significaría que
aunque estemos en la iglesia seguiríamos viviendo como antes y
ya sabemos que Dios no quiere que nos conformemos con esa
manera de ser.

En consecuencia Dios quiere que todos sus hijos seamos


intencionales en mantenernos en un constante proceso de
aprendizaje, de discipulado o crecimiento, como quiera
llamarle, y de esta manera, poco a poco, y cada vez más y más,
el mundo salga de nuestra mente y de nuestra vida y entre Cristo
trayendo la nueva vida que el promete a los que le siguen. Por
eso es tan importante el mandato número tres, vamos a verlo:

Mandato # 3 “Comprobad la voluntad de Dios”.

El razonamiento de Pablo en Romanos 12:2 lo lleva a decir que


si la renovación de la mente ha sido hecha correctamente, el
resultado será que llegaremos a conocer la voluntad de Dios.
Esto no solo debemos verlo como un resultado, sino como algo
que debemos asegurarnos de que ocurra y en ese sentido
también es un mandato.

12 Comunión y Misión
Este es el orden:

1- Reconoce que este mundo está mal y por lo tanto todo lo


que has aprendido de él no te llevará a la vida abundante
que Dios da.

2- Si quieres esa vida, necesitas sustituir toda esa información


equivocada que tienes sobre Dios, sobre la vida, sobre ti.
Tienes que transformar tu mente, poner nuevo conocimiento
que sustituya todo el conocimiento anterior que no sea
bueno.

3- El único conocimiento que puede producir esa


transformación en ti, es conocer la voluntad de Dios, es
decir sus ideas, sus planes, sus propósitos, sus caminos. Así
que debes comprobar por ti mismo cuál es su voluntad y al
llegar a ese punto, bienvenido a la nueva vida.

Basado en todo esto que venimos diciendo, según pienso, la


nueva vida en Cristo no es algo que se nos da en un instante.
Más bien debemos entenderlo como un proceso constante e
ilimitado, que se va haciendo realidad en la medida en que
conocemos la voluntad de Dios y más allá de conocerla, la
comprobamos.

Por lo tanto, esto de conocer la voluntad de Dios es algo


imprescindible para la experiencia cristiana. Algunas personas
parecen suponer que la voluntad de Dios es una especie de
misterio, casi imposible de descubrir o descifrar y que debemos
pasarnos la vida tratando de algún día descubrirla o saberla. Sin
embargo, es más acorde con la Biblia la idea de que Dios tiene
un plan para la humanidad en general y para cada uno de sus
hijos en particular. El cumplimiento de este plan es la aplicación
de su voluntad en nuestra vida. Por lo tanto, siendo que Dios
nos ama y quiere ver ese propósito cumplirse en nosotros (Sal.
128:8), entonces es razonable pensar que él está interesado en
que conozcamos su voluntad. Y sería muy apropiado también
pensar que el buscará algún medio de revelarla a nosotros.

Comunión y Misión 13
La palabra de Dios es el medio que él ha escogido para auto
revelarse a nosotros. Todo lo que necesitamos saber en cuanto
a la voluntad de Dios se nos ha informado en las páginas de
la Biblia. No es un misterio, es una revelación; no tenemos que
ir por la vida preguntándole a Dios si estamos cerca o lejos de
saber que quiere él.

Conocer la voluntad de Dios entonces es fácil, basta con estudiar


seriamente la Biblia. Pero más allá de conocerla, el mandato de
Romanos 12:2 es comprobarla. Esto se trata de un conocimiento
que no simplemente nos hace entender que el mundo es malo
y que debemos rechazar sus ideas, un conocimiento que va
aún más allá de cambios en las ideas, principios y normas, sino
que también, es un conocimiento que puede verificarse en el
día a día y nos hace personas nuevas en medio de todos los
demás. Comprobar su voluntad entonces es no solo obedecer
una vez a ver cómo me va, sino obedecer siempre y en toda
circunstancia la Palabra del Señor, creyendo que siempre tiene
la razón.

Comprobar la voluntad de Dios, es sustituir el ateísmo por una


fe personal y profunda en el Dios Creador de los cielos y de
la tierra, porque eso es lo que se nos ha revelado en la Biblia.
Comprobar la voluntad de Dios es rechazar la idea mundana
de que el dinero debe ocupar el lugar de Dios en nuestra vida,
o que podemos servir a Dios mientras nos dedicamos a vivir para
las riquezas. En lugar de ellos creemos que no se puede servir a
dos señores a la vez, y que el amor al dinero es la raíz de todo
mal. Comprobar su voluntad es cambiar el materialismo egoísta
por el altruismo generoso cuyo modelo fue Cristo al darse a sí
mismo por nosotros y morir en la cruz del calvario.

Comprobar su voluntad, es obedecer sus mandamientos,


considerar nuestro cuerpo como templo del Espíritu Santo,
guardar el sábado como muestra de que Dios es el dueño del
tiempo, del mundo y de los que el habitan; es creer que todo
don perfecto viene de Dios y que nos fue dado para ministrar a
otros.

14 Comunión y Misión
Comprobar su voluntad es ser fiel en la devolución de los
diezmos de todos nuestros ingresos y generosos dando ofrendas
a la obra de Dios. Es cuidar nuestras relaciones, tratando a todos
con dignidad y respeto, en fin, comprobar la voluntad de Dios,
es poner al Señor en el primer lugar de nuestra vida. La persona
que vive así, está viviendo una nueva vida, una muy diferente a
la que viven las personas que se conforman con los parámetros
de este mundo; una vida que sin duda está alineada con la
voluntad de Dios.
CONCLUSION
Al final, Romanos 12:2 deja claro que todo esto de no conformarnos
con este mundo, esto de transformarnos mentalmente y esto de
llegar a comprobar la buena voluntad de Dios, debe hacerse
“delante de él”.
Esto debemos entenderlo en dos sentidos:
1. Todo esto es posible por el poder, la gracia y la Misericordia
de Dios. Sin Cristo no fuera posible entender la realidad de
este mundo, no fuera posible reformatear nuestra mente
ni mucho menos llegar a conocer la voluntad de Dios y
comprobarla en nuestra vida.
2. Todo esto es para él. La única razón valedera para abandonar
el mundo, es para darle paso a Cristo en mi vida; la única
razón valedera para cambiar mi forma de pensar, es para
darle entrada a las ideas de Cristo, lo único que justifica
comprobar su voluntad, es la posibilidad de traer gloria a su
nombre al obedecerle y llegar a ese día en que pueda vivir
con él por la eternidad.
LLAMADO Y ORACION
1. Todo el que desea ser transformado por Dios.
2. No importa la condición en que te encuentres Dios tiene el
poder de transformarte.
3. Dios te formó y es por eso que solo Él puede transformarte.
4. ¿Deseas aceptar esta invitación?

Comunión y Misión 15
Santa Convocatoria

SERMÓN 2

CONSIDERACIONES BÍBLICAS DE LA MISIÓN

INTRODUCCIÓN
• La razón porque existimos como Iglesia es el cumplimiento
de la Misión, todo lo demás se debe someter a nuestro gran
cometido de predicar el evangelio de salvación a un mundo
que perece en el pecado.
• Para la Biblia tanto en el AT como en el NT la Misión de la
Iglesia y el mundo tiene una relevancia superior a cualquier
otro tema, por cierto la Salvación de los pecadores es la
razón por la que tenemos esta Misión maravillosa de llevar el
mensaje al mundo.
• La pasión por la Misión está en la venas de los escritores
Bíblicos y tienen su clímax en la Gran Comisión Evangélica.
• Este clímax lo podemos notar en:
1. La Gran comisión encontrada en los evangelios.
2. En el Mensaje De los tres Ángeles de Apocalipsis 14.
3. En la Oración Intercesora de Cristo en San Juan 17.
DESARROLLO
I. CONSIDERACIONES EN RELACIÓN A LA GRAN COMISIÓN.
Nuestro mensaje tiene una amplia dimensión, la cual nos da
base y seguridad en la predicación, al mismo tiempo diseña
nuestras estrategias con sabiduría porque es el diseño de
Dios, es el diseño bíblico.
1. Dimensión Geográfica: “Id por todo el mundo” San Marcos
16:15.
2. Dimensión Antropológica: “A toda criatura” sin
excepción, no debemos dejar a nadie fuera de esta
dimensión”.

16 Comunión y Misión
3. Dimensión Eclesiástica: “Id y haced discípulos”.
4. Dimensión Teológica: “…y que se predicase en su nombre
el…en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén…:
S. Lucas 24:47-49.
5. Dimensión Soteriológica: “El que creyere y fuere bautizado
será salvo, más el que no creyere será condenado” San
Marcos 16:16.
6. Dimensión Carismática: que incluye la habilitación del
Espíritu Santo en el cumplimiento de la Misión. S. Marcos 16:
17-19 y Hechos 1:8.
II. CONSIDERACIONES EN RELACIÓN AL TRIPLE MENSAJE
ANGÉLICO.
1. Dimensión Étnica: “A toda Nación, tribu, lengua y pueblo”
Apoc. 14:6.
2. Dimensión Mundial: “Toda la tierra fue iluminada” Apoc.
18:1.
3. Dimisión Profética: “…que profetices otra vez sobre muchos
pueblos, naciones, lenguas y reyes” Apoc. 10:11.
III. CONSIDERACIONES EN RELACIÓN A LA ORACIÓN INTERCESORA
San Juan 17: 11 – 18 se encuentra la oración por la misión más
exacta y precisa que podamos imaginar, es el mismo Jesús
orando de forma intercesora y el contenido de la oración es
en relación al cumplimiento de la Misión de su Iglesia en este
mundo.
1. Cristo envía a sus seguidores al mundo – versículo 18.
2. El mundo es un lugar de acción, no podemos retirarnos de
el – versículos 11,15
3. Hay un equilibrio tenso en relación a estar en el mundo y no
ser del mundo, versículos 14 – 17.
4. Cristo ora porque estaba preocupado por sus seguidores –
versículo 11-15.

Comunión y Misión 17
CONCLUSIÓN
• No hay tarea más noble y de gran estima que estar
involucrado en la misión de la Iglesia, debemos recordar lo
que EGW dice al respecto: “Dios exige que sus hijos brillen
como luminarias en el mundo”. Servicio cristiano, 27.
• Nosotros somos sus hijos ahora, somos su Pueblo visible y
debemos ser protagonistas y no solo observadores en la
participación del cumplimiento de la misión.
• “Ha llegado el tiempo cuando los Adventistas como nunca
antes, deben levantarse y resplandecer, porque ha venido
su luz y la Gloria de Dios ha nacido sobre ellos” Evangelismo
Pág. 31 Esta es una de las promesas más hermosas que
Dios nos dio a través de EGW, pidamos con fe y el Señor
nos concederá el privilegio de ser luces en los lugares más
remotos de nuestro territorio.
• Y finalmente déjeme recordar que: “Él no terminará su obra
sin los instrumentos humanos”. Servicio cristiano 13, Tu, yo,
todos debemos involucrarnos en esta tarea hermosa, nadie
se debe excluir.
• Aquí tenemos las dimensiones de la Misión de la Iglesia
en el mundo, pero tenemos también el compromiso de la
Participación Total de los miembros de la Iglesia.
LLAMADO
¿Estás dispuesto (a) a cumplir esta misión?

¿Deseas permitir al Espíritu Santo te use con poder?

¿Por dónde empezar?

Piensa en tu familia, tus amigos, tus vecinos, tus compañeros de


trabajo.

Eres llamado a la salvación, ahora Dios te invita a cumplir la


misión.

18 Comunión y Misión
Santa Convocatoria

SERMÓN 3

¿PAGANDO O AGRADECIENDO?
Sal. 116:12-14

INTRODUCCIÓN
Deseo comenzar esta reflexión formulando algunas preguntas:
¿Por que Dios nos bendice sin pedir nada a cambio? ¿Seriamos
mejores cristianos si tuviésemos que pagar por las bendiciones
de Dios? ¿Tomaríamos la vida cristiana más en serio? ¿De qué
manera podríamos pagarle al Señor por sus favores?

Tenga la seguridad que no es la primera vez que preguntas


como estas se plantean. En realidad, a muchos seres humanos,
a través de la historia, les ha llamado la atención la forma como
Dios muestra su amor, su misericordia y generosidad, a favor de
personas que no han hecho nada para merecerla. Debido a
esto usted puede encontrar en la Biblia historias como la del
fariseo que va al templo básicamente para presentar delante
de Dios el listado de razones por las que él entiende que Dios
debe recompensarlo. (Lucas 18) La propia parábola acerca
de los obreros de la viña que aparece en Mateo 20, constituye
también una muestra de esa actitud humana que se escandaliza
frente a lo bueno que es Dios cuando se trata de compartir sus
bendiciones.

Así que cuando damos una mirada al asunto de la dadivosidad


desde la perspectiva de Dios, es muy claro que Dios no paga
salarios, sino que da dones o regalos. Y por lo mismo, nuestra
dadivosidad hacia él no puede ser vista simplemente como una
cuenta por pagar, sino como el resultado del agradecimiento
que llena nuestros corazones por la comprobación de lo bueno
que ha sido con nosotros.

Comunión y Misión 19
Pienso que esa es la actitud y la comprensión que acompaña al
salmista en la pregunta que se plantea y responde en el salmo
116:12-14: “¿Qué pagaré al Señor por todos sus beneficios hacia
mí? Levantaré la copa de la salvación, e invocaré el Nombre del
Señor. Ahora cumpliré mis votos al Señor ante todo su pueblo”.

Esta pregunta no la hace un hombre que está tratando de


ganarse su salvación, sino uno que esta abrumado al contemplar
la inmensurable generosidad que Dios ha tenido con él. El salmo
116 es primero que todo un canto de acción de gracia a través
del cual su autor testifica que Dios lo ha librado y lo ha sanado.
Aquí no se presenta la idea de que podemos pagar a Dios por
todo lo que nos ha dado; lo que el salmista quiere decirnos
es precisamente que no tenemos como pagarle a Dios si ese
fuera el caso. De todas maneras, la pregunta nos invita a sacar
cuentas y ver qué bueno es Dios, a tratar de cuantificar y medir
lo que hemos recibido de Dios, a mantenernos conscientes de
cuan endeudados estamos con El. Y todo para que nos demos
cuenta que no tenemos con que pagarle, que dependemos
exclusivamente de su gracia y amor, y que la vida misma
entregada en forma completa no basta cuando se compara
con lo recibido de Sus manos.

DESARROLLO
En la página 185 del libro Patriarcas y Profetas se nos ha dicho:

“El cristiano debiera repasar muchas veces su vida pasada y


recordar con gratitud las preciosas liberaciones que Dios ha
obrado en su favor, sosteniéndole en la tentación, abriéndole
caminos cuando todo parecía tinieblas y obstáculos, y dándole
nuevas fuerzas cuando estaba por desmayar”.

¿Qué pagaré al Señor por todos sus beneficios hacia mí?


Sencillamente hay cosas en esta vida que nunca podremos
pagar, y nos queda solo aceptarlas llenos de agradecimiento
y lealtad. ¿Cómo pagarle a tus padres el haberte traído a la
existencia, el tiempo dedicado a ti a lo largo de tu vida, el
alimento, el amor, el cuidado y la paciencia que fue necesario

20 Comunión y Misión
tener para que hoy fueras lo que eres? Hay cosas que no
pueden pagarse, solo se agradecen para siempre. ¿Con que le
pagas a alguien que te rescato cuando te estabas ahogando?
¿O a alguien que te libro de un peligro de muerte? ¿Puedes
imaginarte a alguien que acaba de ser rescatado de la muerte
preguntando cuánto le debo? La única palabra que en esos
casos sale de la boca es GRACIAS.

¿Cómo pagarle a Dios? Son tantas las cosas que hemos recibido
de Él: La vida, cada latido del corazón, el aire para respirar, el
funcionamiento de cada parte y sistema de tu cuerpo, la veces
que te ha librado de peligros y de mal, los padres que te dio, la
familia, la esposa, el esposo, los hijos, ¿Cómo pagarle?

Y que del trabajo que ha provisto para ti, los años de buena
salud que has disfrutado y las tantas veces que ha restaurado
tu salud perdida. Estamos en deuda con cada alimento que
ponemos en nuestra boca, cada vaso de agua, por el sol, por la
lluvia, y por tantas otras bendiciones.

Y qué decir de las bendiciones de carácter espiritual. ¿Cómo


pagarle a Dios? Piensa en la bendición de Su Palabra, el consuelo
de la oración, el perdón, la gracia, la salvación, la dirección
de Su Espíritu, las fuerzas para vencer las tentaciones y seguir
adelante a pesar de los obstáculos. Por el Espíritu de la Profecía,
por la iglesia, por sus promesas, por la esperanza y por encima
de todo esto ¿Cómo pagarle el regalo de su hijo Jesucristo?

Podrás decir que muchas de estas bendiciones no son personales


sino disponibles para todos los seres humanos. Pero si sacas
cuenta mirando tu vida desde ese punto en que te encontró el
Señor, si piensas en lo que Dios ha hecho con tu vida hasta aquí.
De donde te trajo, y cuantas oportunidades te ha dado. Cuantos
privilegios que nunca soñaste. Si puedes recordar tus orígenes o
tal vez las circunstancias de la que Dios te rescató, y si piensas
todas las cosas que le han pasado a tu vida gracias a haber
conocido a Dios y a su bondad para contigo, seguramente
te surgirá en ti la misma pregunta: ¿Qué pagare a Dios por sus
beneficios hacia mí?

Comunión y Misión 21
Es demasiado evidente que cuando la dadivosidad se mira
teniendo a Dios como telón de fondo, la única manera de
expresarla es a través de la gratitud. ¡No podemos pagarle a
Dios! ¡Eso es un hecho tan cierto como que Él nos ha rodeado
de sus bendiciones! Pero también es cierto que debemos hacer
algo para expresar nuestra gratitud a Dios. La sierva del Señor
escribió: “Cada bendición que se nos concede demanda una
respuesta hacia el Autor de todos los dones de la Gracia”. (P.P.
pág. 185)

El propio salmista contesta su pregunta en los versos 13 y 14:


“Levantaré la copa de la salvación, e invocaré el Nombre del
Señor. Ahora cumpliré mis votos al Señor, ante todo su pueblo”.
En esta respuesta podemos destacar algunos asuntos:

1. Levantar la copa de la salvación e invocar el nombre del


Señor es una declaración de consagración total a Dios que
procura dar toda la gloria a Dios mediante el testimonio
de una vida salvada. El salmista quiere que todos vean los
resultados que ha traído a su vida la gran salvación que
Dios ha obrado para él. Al procurar esto está tratando de
dar la mayor gloria a Dios. Se da cuenta que lo que Dios ha
hecho por él es tan grande que lo único que puede hacer
es vivir para glorificar a Dios a través de una vida en la que
se pueda ver la salvación de Jehová.
La Palabra de Dios enfatiza la idea de que nuestra existencia
debe estar orientada a glorificar a Dios. “Si pues coméis o
bebéis, o hacéis cualquier otra cosa, hacedlo todo para
gloria de Dios” (1 Cor. 10:31). Debemos comprender que no
vivimos para la gloria propia sino para la gloria de Dios, para
que hombres mujeres y niños puedan ver en nosotros, los
efectos de la gracia salvadora de Dios y declarar, “miren lo
que ha hecho el Señor”. Este parece ser el deseo expresado
por Cristo en su declaración recogida en Mateo 5:16 “Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean
vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro padre que
está en los cielos”. Queda claro entonces que respondemos
a la bondad de Dios viviendo para Su gloria.

22 Comunión y Misión
2. El salmista enseña aquí que aunque su expresión de gratitud es
una decisión personal que nace de su corazón agradecido,
la misma es visible para los que le rodean porque tiene una
dimensión colectiva. Esto significa que nuestra dadivosidad
para con Dios, cuando tiene como causa un corazón
lleno de agradecimiento, no es solo de palabras, sino que
se expresa en acciones que son evidentes. La expresión
“cumpliré mis votos al Señor, ante todo su pueblo”, alude a
un compromiso que se ha hecho con Dios para servirle en
forma tangible. De esta manera, también todo lo que
hacemos en la iglesia es una expresión de gratitud
a Dios, y como tal debe ser resultado de nuestro
agradecimiento.
Esto es lo que se nos ha dicho: “Nuestro tiempo, talentos y
bienes debieran dedicarse en forma sagrada al que nos confió
estas bendiciones. Cada vez que se obra en nuestro favor una
liberación especial, o recibimos nuevos e inesperados favores,
debiéramos reconocer la bondad de Dios, expresando nuestra
gratitud no solo en palabras, sino…mediante ofrendas y dones
para su causa”. (P. P., pág. 185)

La dadivosidad también es un asunto de servicio. Marcos 1:30-31

Relata la historia de cuando Jesús sano a la suegra de Pedro.


Cuando la fiebre la dejó, se puso a servirles. No solo dijo gracias,
sino que se puso a servirles. Si Dios ha hecho algo especial para
ti, si Dios te ha sanado, liberado de algo, o abierto algún camino
donde antes no había; si Dios ha hecho un milagro por ti, ha
dado respuesta a una petición sincera, ha traído de vuelta a
tu casa o a la iglesia a un ser querido que estaba descarriado,
si el Señor te ha ayudado a sobreponerte a un sufrimiento, o
tu corazón estaba triste por algo y él lo sanó y te ha permitido
volver a vivir y ser feliz, entonces no deberías ser mezquino con
el servicio que Él se merece. Deberíamos estar dispuestos a
servir en la forma en que podamos, donde podamos, y cuando
podamos, con una mente llena de gozo y un espíritu dispuesto.

Comunión y Misión 23
Nadie debería tener que rogarnos; deberíamos servir
sencillamente porque Dios es bueno todo el tiempo. Si hay
algo que podemos hacer, no deberíamos esperar hasta que
se nos pida; deberíamos dar un paso al frente y ofrecernos
voluntariamente, solo porque Dios es bueno todo el tiempo. Si
nunca recibimos un reconocimiento o nunca se mencionan
nuestros nombres, no hay problema. No servimos para recibir un
reconocimiento ni para obtener una recompensa en el futuro;
servimos porque Dios ha sido bueno y sigue siendo bueno todo
el tiempo.

Es fácil pensar que cuando el salmista habla de pagar sus votos


al Señor se está refiriendo a un asunto que solo se realiza con
dinero. Si hemos pensado así, deberíamos quitar de nuestra
mente la idea de que la dadivosidad con Dios es otra cuenta
más que debemos pagar religiosamente, y comenzar a verla
como una expresión de gratitud que estamos felices de hacer
realidad, no solo con nuestro dinero, sino también con la entrega
de nuestra vida completa por medio de actos de bondad que
glorifiquen al Dios que ha sido y es bueno todo el tiempo.

Cuando traigo, del dinero que consigo, una ofrenda para mi


Dios, ese dinero es apenas un símbolo de lo que realmente
quisiera darle que es mi vida completa, porque el dio su vida
completa por mí. Cuando canto en el coro, o en el grupo, esa
es parte de mi ofrenda de gratitud a Dios por haberme dado
una voz. Cuando me paro en la puerta como ujier, es parte de
mi ofrenda de gratitud a Dios por haberme dado la bendición
de la salud y la fuerza. Cuando trabajo en la cocina para una
actividad de la iglesia o limpio el patio de la iglesia, eso es
parte de mi ofrenda de gratitud a Dios por todas sus bondades
hacia mí. Cuando enseño en una clase de escuela sabática,
es parte de mi ofrenda de gratitud a Dios por haberme dado el
conocimiento y el amor hacia su Palabra. Cuando alimento a
los hambrientos, visto a los enfermos y hago obra misionera, es
parte de mi ofrenda de gratitud al Señor. Porque yo sirvo a Dios
al servir a otros. Cuando predico la palabra estoy dando una
ofrenda de gratitud a Dios por haberme mostrado la manera

24 Comunión y Misión
cómo puedo utilizar los humildes talentos que él mismo me ha
prodigado. Cuando vivo para Dios, esa es mi ofrenda de gratitud
a Jesús por haber redimido mi alma en la cruz del calvario.

CONCLUSIÓN
Para obtener la mayor satisfacción personal de la dadivosidad,
para conocer el pleno gozo de la dadivosidad, para poder dar
con la generosidad que deberíamos dar, la dadivosidad, debe
ser vista como una expresión de gratitud y alabanza por las
bondades del Señor. El asunto no es ¿Cuánto debo dar de lo
que tengo? O ¿Cuánto puedo dar? El asunto es sacar cuentas
y comprobar lo bueno que ha sido Dios con nosotros y entonces
preguntarnos con David ¿Con que pagare al Señor todo el bien
que me ha hecho? Y al darnos cuenta que es imposible saldar
esa deuda, terminar entregándonos nosotros mismos y todo lo
que tenemos pero no como un pago sino como un acto de
entrega y adoración que sólo quiere decir: ¡GRACIAS SENOR!

LLAMADO
¿Cuántos hoy al igual que David están dispuestos y dispuestas a
agradecer a Dios? Piensa en como Dios te ha guiado y cuidado
cada momento de tu vida. ¿Cómo lo pagarías? Él te invita a
que le entregues tu corazón.

Comunión y Misión 25
Santa Convocatoria

SERMÓN 4

MISIÓN URBANA
COMO ALCANZAR UN MUNDO SECULARIZADO

INTRODUCCIÓN
• Uno de los grandes desafíos del mundo contemporáneo
es ¿Cómo alcanzar a las grandes masas de individuos que
viven bajo la secularización?
• Hay varios principios que me gustaría destacar en este tema,
y como ejemplo me gustaría que podamos ver brevemente
la Misión que Dios le dio a Jonás.
• Jonás un profeta acostumbrado a desarrollar su ministerio
en una ciudad pequeña, es invitado a salir e ir a Nínive una
gran Urbe en su tiempo, capital del reino Asirio, formada a
orillas del rio Tigris.
• Dios le da a Jonás tres razones por la que tiene que ir a Nínive:
Jonás 1:2.
1. Es una ciudad grande
2. Es una ciudad Malvada
3. Tienes que predicar, pregonar, alcanzarlos con el evangelio,
hay allí gente que está perdida y necesita de Dios.
4. Esta es una Misión Urbana, tiene desafíos, luchas, pero
requiere de toda nuestra atención y también requiere de
nuestra aceptación de salir e ir a conquistar esas ciudades.
5. Después de dudar e ir en dirección contraria al mandato de
Dios, Jonás finalmente acepta ir a Nínive, Jon. 3: 1-3
6. Jonás acepta su Misión Urbana, decide proclamar el
mensaje con resultados extraordinarios en Nínive. Lo que
aparentemente el miraba como fracaso, Dios lo ve de
antemano como un éxito rotundo.

26 Comunión y Misión
DESARROLLO
En esta historia de Misión Urbana en la Biblia podemos encontrar
algunos principios para desarrollar la Misión en las ciudades:

I. PRINCIPIO MISIONERO QUE SE APLICAN AL MUNDO SECULAR


A. Principio de adaptación o contextualización, 1 Cor. 9:19-23
“Algunos que se empeñan en la obra de salvar almas, dejan
de obtener los mejores resultados, porque no ejecutan
cabalmente la obra que iniciaron con mucho entusiasmo.
Otros se aferran tenazmente a ideas preconcebidas,
dándoles preeminencia, por lo tanto no dejan que sus
enseñanzas suplan las necesidades del pueblo. Muchos no
entienden la necesidad de adaptarse a las circunstancias
e ir al encuentro de la gente. No se identifican con aquellos
a quienes desean auxiliar alcanzar la norma bíblica del
cristianismo”. Obreros Evangélicos pág. 381
Quiero destacar varios conceptos interesantes en esta
declaración de EGW:
1. Adaptación de la enseñanza.
2. Adaptación a las circunstancias.
3. Tomar en cuenta las necesidades de las personas.
4. Ir al encuentro de las personas donde ellas están.
5. Identificarse con aquellos que quieren alcanzar.
6. Encontrar a la persona donde está.
7. Sintonizar nuestra mente con el punto de vista de ellos para
traerlos al punto de vista nuestro.
8. Tomar en cuenta las reales necesidades que ellos tienen,
no las que nosotros imaginamos que ellos tienen. A esto
le llamamos el principio de la Encarnación, debemos
encarnarnos en la ciudad o comunidad donde queremos
predicar.

Comunión y Misión 27
II. LAS NECESIDADES DE LAS PERSONAS COMO PUNTO DE PARTIDA
Los consejos inspirados de tomar en cuenta las necesidades
de las personas que queremos alcanzar fueron delineados
claramente por EGW cuando dijo:
“Sólo el método de Cristo será el que dará éxito para llegar
a la gente. El Salvador trataba con los hombres como quien
deseaba hacerles el bien. Les mostraba simpatía, atendía sus
necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les decía:
Seguidme”. Consejos sobre régimen alimenticio pág. 551.
“¿Cuál debe ser el trabajo de estos… hombres? Deben
descubrir las necesidades de las ciudades y emplear los más
decididos y fervorosos esfuerzos con el fin de desarrollar la
obra. Evangelismo pág. 38.
1. El Pastor Marck Finley uno de los más destacados evangelistas
en los centros secularizados de Europa dijo: “Si deseamos
hacer un trabajo efectivo para Dios al buscar hombres y
mujeres y ganarlos para el Salvador, nuestro ministerio debe
realizarse en las áreas donde se encuentra las necesidades
más reales y urgentes de las personas”. Meeting the Secular
Mind, pág. 104.
2. ¿Qué tipo de necesidades puede la Iglesia alcanzar o suplir?
a) Necesidades físicas, mentales, espirituales y sociales,
tenemos que hacer una aproximación integral.
b) Debemos imitar el modelo de Jesús, Lucas 4: 18-22.
3. Según Packer y Howard en el libro Cristianismo y el verdadero
humanismo menciona 6 necesidades básicas que podemos
alcanzar en la comunidad.
a) Necesidad de Identidad.
b) Necesidad de Autoestima.
c) Necesidad de Dignidad.
d) Necesidad de Salud.
e) Necesidad de Esperanza.
f) Necesidad de Libertad.

28 Comunión y Misión
CONCLUSIÓN
• Al preparar la agenda de la evangelización en la Iglesia,
Campo Local o el nivel más alto de la estructura de la Iglesia
deberíamos tomar en cuenta estos consejos prácticos que
son arrancados de la Biblia y el Espíritu de profecía.
• No tengamos miedo a incursionar en la Misión Urbana
porque tenemos la promesa de éxito, Dios nos dará el éxito
mientras obedezcamos su palabra de “Ir a Nínive aquella
gran ciudad”.
• Salgamos al encuentro de las necesidades de las personas,
luchemos con toda nuestras fuerzas para hacer el trabajo
que Dios quiere que hagamos en las ciudades.
• ¡Adelante!, ¡no nos desanimemos! ¡la Victoria es nuestra y de
nuestro Dios!
LLAMADO Y ORACIÓN

Comunión y Misión 29
Santa Convocatoria

SERMÓN 5

¿DÓNDE ESTAN LOS QUE DAN GRACIAS?


LUCAS 17:11-19

INTRODUCCIÓN
El ser agradecidos no es una materia que muchos seres humanos
estemos pasando con buenas calificaciones. Al parecer, la
gratitud no es una actitud que tenemos a flor de piel o en la
superficie de nuestros labios para expresarla o sentirla con
frecuencia. El asunto es tan serio que, los relatos e historias que
muestran el accionar de personas agradecidas, parecieran
mostrarlos como personas extraordinarias, no comunes y dignas
de imitar. Aun en la Biblia se reconoce esa tendencia de los
seres humanos a olvidarse de la gratitud debida a otros e incluso
la que debemos a Dios.

El evangelio de Lucas en su capítulo 17 y los versículos 11-19


nos cuenta lo que ocurrió en la ocasión en que Cristo yendo
de camino a Jerusalén, estaba pasando por la región que se
encuentra en la frontera entre Samaria y Galilea. Echemos
una mirada al relato porque me parece que es una historia
que presenta en forma muy dramática algunas verdades que
queremos destacar hoy.

“Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y


al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres
leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo:
¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio,
les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras
iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había
sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró
rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.

30 Comunión y Misión
Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados?
Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese
gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe
te ha salvado”.
DESARROLLO
Son muchas las ideas y lecciones de vida en la que podemos
pensar al reflexionar en este relato. Pero para esta ocasión nos
limitaremos a tres de ellas:
1. En cuanto a nuestra necesidad de las bondades y
misericordias de Dios, todos los seres humanos somos
iguales.
Lucas se asegura de mostrarnos en el relato que hace
del incidente, que el grupo de leprosos que salieron al
encuentro de Jesús por lo menos contaba entre ellos con
un samaritano. Incluso Jesús cuando se fija en que solo uno
regresó a expresar su gratitud, destacó que la persona que
lo hizo era samaritano.
Ahora bien, siendo que judíos y samaritanos eran enemigos
y no se permitían ningún tipo de trato, llama la atención
observar que este grupo de leproso hubiese encontrado
la forma de eliminar las barreras que los demás no habían
podido quitar. Sin duda Cristo quiere que entendamos
algo al enfatizar que judíos y samaritanos estaban unidos
en la desgracia, y eso que quería hacernos entender era
precisamente que cuando se trata de necesitar que Dios
tenga misericordia de nosotros como seres humanos, no hay
raza, ni cultura, ni color de piel superior a otra. En eso todos
somos iguales, todos necesitamos a Dios, todos estamos
afectados por la realidad de la lepra del pecado en este
mundo y sus efectos devastadores para nosotros y nuestras
familias. En su comentario de Lucas Barclay puntualiza
que: “la común desgracia había roto las barreras raciales
y nacionales haciéndoles olvidar las diferencias que habían
entre judíos y samaritanos, y recordar que eran solo seres
humanos necesitados de compañía y ayuda mutua”.
(Comentario del N. T. Vol. 4, pág. 264)

Comunión y Misión 31
No hay duda al respecto, todos nosotros tenemos una común
necesidad de Dios. Podremos levantar todas las paredes y
barreras que se nos ocurran, pero a cada lado lo que habrá
siempre serán seres humanos con necesidad de compañía
y ayuda. Si reconociéramos eso podríamos convivir mejor en
el mismo planeta. Uno de los problemas que crea la escasez
de gratitud en los seres humanos, es la falsa percepción de
que no necesitamos a los demás para existir y ser felices.
Pero no es cierto, todos necesitamos ayuda y compañía.
Cuando una persona tiene el buen habito de agradecer,
es porque reconoce que otros han hecho contribuciones
a su vida. Este tipo de actitud no fomenta el individualismo
que hace más difícil nuestro paso por este mundo, sino que
nos enseña la convivencia pacífica reconociendo nuestra
común interdependencia y necesidad de Dios.
Cuando las personas no se ven como lo que realmente son,
es obvio que no sientan necesidad de expresarse gratitud
unos a otros, y será más fácil también así, olvidarse de darle
las gracias a Dios por todas sus misericordias.
2. No hay ser humano que viniendo a Cristo, no reciba ayuda
y misericordia.
La ley existente para los leprosos los aislaba de la
familia y de la sociedad, obligándolos a vivir en
lugares apartados, lejos de todos y de todo lo que
una vez fue su vida común y corriente. Ese aislamiento
no solo quería impedir que contaminaran a otros,
sino que también significaba que no había remedio
al alcance para solucionar su problema. Así que su
desgracia les producía un dolor por partida doble,
causado por el alejamiento familiar y por otro lado
por la angustia de saber que su caso era incurable.
Es por esa ley de aislamiento que los 10 hombres vienen
a Jesús y le gritan de lejos: “Maestro ten misericordia de
nosotros”. No era solo un grito de auxilio, era sobre todo un
grito generado por la desesperanza y el temor. No habían

32 Comunión y Misión
opciones, no tenían derecho a nada, perdieron familia,
identidad, dignidad, todo, solo les queda encomendarse a
la misericordia de Dios. No podían ofrecer nada, tampoco
podían pagar por nada, son solo leprosos que de lejos piden
misericordia al Hijo de Dios.
Y entonces, tal vez por primera vez en mucho tiempo,
alguien los trata con bondad, alguien los trata como si fueran
personas valiosas y normales. Por primera vez desde que
fueron expulsados de la comunidad, alguien les dice que
regresen a ella; por primera vez desde que fue certificada su
enfermedad, alguien les habla como si ya estuvieran sanos.
Jesús les dice: “vayan y muéstrense al sacerdote” Eso fue
todo. Pero fue mucho. Cristo no les dijo como en otros casos,
ya están sanos o limpios, solo les dijo vayan y hagan que
el sacerdote los vea. Según la ley para que ellos pudiesen
ser reincorporados como personas “normales” dentro de la
comunidad, tendrían que ser revisados y certificados como
sanados por un sacerdote. Y Jesús con esto, estaba no solo
dándonos ejemplo al obedecer el procedimiento que él
mismo había establecido para su pueblo, no solamente
estaba evitando problemas con sus enemigos que podrían
haber tomado el milagro como una excusa para acusarle y
retrasar su trabajo en favor de las personas, sino que Jesús
mostró al dar esta orden que no hay ser humano que venga
a él buscando ayuda, que no la reciba si pone su fe en Dios
y demuestra esa fe por medio de la obediencia.
El milagro era un regalo, pero la mano con que podía recibirse
era la fe, y esa fe solo era posible mostrarla obedeciendo
la orden de Cristo. Así que Jesús los sano en el acto, pero
solo verían el milagro al obedecer. Por eso la Biblia dice que
“Mientras iban fueron sanados”. En todas las épocas, Dios
siempre ha recibido a los que vienen a Él y en todas esas
épocas el requisito siempre ha sido el mismo, obedecer por
la fe, recibir el regalo con una actitud de fe que actúa en
obediencia a Dios. Todo el que hace esto, recibe de Cristo
la ayuda que necesita sin importar cuan grave sea su caso.

Comunión y Misión 33
Fíjese que en ningún momento Jesús les pregunto cuanto
tiempo tenían con la enfermedad, que tan avanzada estaba,
o que parte de su cuerpo les había afectado. Esas cosas no
importan cuando se trata de Dios. Es completamente cierto
cuando decimos que no hay un problema que Él no pueda
resolver. Sin revisarlos, sin tocarlos, sin conocerlos, tan solo al
escuchar su pedido de auxilio, Jesús los sanó y les ofreció esa
sanidad por fe.
En realidad ese día como siempre Jesús estaba yendo
más allá de lo que le pidieron los leprosos. Ellos pidieron
ayuda con su enfermedad porque eso era lo único que les
importaba, pero Cristo tenía interés no solo en ayudarlos sino
sobre todo en salvarlos, y por eso les ofreció la ayuda que
buscaban, en una forma tal que pudiera también operar la
salvación de su alma. Y precisamente por esto es que tiene
tanta importancia lo que ocurrió después.
3. Mostrar gratitud por lo que Dios ha hecho por nosotros es una
señal de que le hemos aceptado como nuestro salvador.
El relato indica que en obediencia a la orden de Cristo todos
los leprosos fueron a presentarse al sacerdote, y mientras
iban fueron sanados. Esto es increíble porque el milagro
no ocurrió al llegar donde estaba el sacerdote, sino que se
completó antes de llegar allá y el sacerdote solo lo certificó
conforme a la ley. Así que los leprosos si sabían quién los sanó,
quien había hecho el milagro. No había dudas en su mente
de que esto se debiera a algún asunto que hizo el sacerdote
o a algo que pasó por el camino. Todos sin duda supieron
que las cosas pasaron debido a que Cristo intervino. El Señor
acababa de cambiarles la vida a estos 10 hombres con una
simple declaración. La lepra los había lanzado al hoyo de la
tristeza, el desconsuelo y la soledad, y de allí los sacó Cristo
con el poder de Su Palabra.
No debemos tener dudas de que fueron al sacerdote,
ninguna persona que estuviera enferma de lepra y lograra
sanarse se le ocurriría dejar de ir al sacerdote, porque era la
única persona que podía levantar la veda jurídica y religiosa

34 Comunión y Misión
que pesaba sobre esa persona. Mi pregunta es ¿que habrá
pasado por la mente de esos hombres mientras iban viendo
cumplirse el milagro? ¿Qué habrán sentido cuando el
sacerdote certificó que estaban limpios? ¿A dónde fueron
de ahí? ¿Qué sería lo primero que hicieron? No lo sabemos,
porque la Biblia no lo dice. Pero por lo menos sabemos lo
que pensó e hizo uno de ellos según la Palabra de Dios:
“Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado,
volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en
tierra a sus pies, dándole gracias”.
Es muy claro el relato en este punto:

1. El hombre vio que había sido sanado. Fíjese que no dice que
él vio que se sanó, sino que fue sanado. En otras palabras,
reconoció que lo que le pasó fue hecho por alguien fuera
de él. Reconoció que había sido objeto de un gran favor y
de mucha misericordia.
2. El relato dice que volvió. Esto significa que regresó a un
lugar donde estaba antes. Si ustedes recuerdan, la última
vez que supimos de este hombre y de los demás antes de ser
sanados, los vimos de pie retirados por la lepra pidiéndole
ayuda a Cristo. Así que este “volvió” sin duda significa que
este Señor volvió al lugar donde se encontró con Jesús. Todo
indica que él le atribuyó el milagro que ocurrió en su vida,
a la misericordia y poder de Cristo. Al ver esto volvió. Fíjese
bien, la gratitud no es algo que brota en nosotros en forma
natural, pero se espera que al ver la obra de Dios en nuestra
vida, si sea natural agradecerle.
El apóstol Pablo explica en su carta a los Romanos, que lo que
ha hecho culpable a los seres humanos delante de Dios y ha
provocado el derramamiento de su ira contra toda impiedad,
es el mal hábito de los seres humanos de no reconocer el eterno
poder y deidad que desde siempre el Señor ha hecho evidente
por medio de todas las cosas que creo en favor de ellos. Pablo
dice que como los seres humanos no reconocen esa obra de
Dios en sus vidas, no le glorifican ni le dan gracias. (Rom 1: 18-21).
Nótelo bien, el leproso que regresó sanado a la presencia de

Comunión y Misión 35
Cristo, hizo exactamente lo que no hace el hombre culpable de
Romanos 1, este hombre vio que fue sanado, y por ello regresó
glorificando a Dios a gran voz y se postró en tierra a sus pies,
dándole gracias.

Al principio del relato, estaba con 9 personas más, de pie y de


lejos lleno de lepra pidiendo la ayuda de Dios. Pero ahora, está
arrodillado a los pies de Jesús, está limpio por eso está tan cerca,
y no está pidiendo sino agradeciendo y glorificando a Dios. Y
hay todavía una diferencia más, ahora está sólo. Tan sólo, que
Jesús lo resalta y pregunta ¿No son 10 los que fueron limpiados?
¿Dónde están los otros nueve? ¿No hubo quién regresara a dar
gracias excepto este extranjero?

Por las preguntas que hizo Jesús, sabemos varias cosas.

1. Dios siempre se fija en cada persona que viene a él. En el


primer encuentro no sabíamos que se había fijado en que
eran 10, solo les dijo vayan, no dijo vayan los 10, no les dijo
a los discípulos cuéntenlos antes de hacer el milagro a ver
cuántos se sanan. Pero al regresar el que trajo la gratitud,
Jesús de inmediato dijo eran 10, ¿dónde están los otros 9?
No hay dudas de que el buen pastor siempre está buscando
la oveja perdida aun cuando tenga que dejar las 99 en el
redil para ir a rescatarla. En la presencia de Dios, todos somos
hijos valiosos, y el dio su vida por cada uno de nosotros y por
eso tiene intenciones de salvarnos a todos. La Biblia dice que
Dios no quiere que nadie se pierda (2 Ped. 3:9), por eso es
razonable verle preguntar por los 9 que faltaban. Para Cristo
no era un asunto de números, eran personas que habían sido
limpiados por su poder y el entendía que debían estar con él.
2. Es por Jesús que sabemos que todos fueron sanados, es
decir los otros no regresaron por cualquier otra razón pero
no porque no recibieron la ayuda divina. Evidentemente
una vez que se vieron limpios se acordaron de un montón
de cosas para hacer y esto ahogó la posibilidad de que
glorificaran a Dios y le dieran gracias. Cuando estaban
leprosos, Jesús era un maestro con poder para ellos, pero

36 Comunión y Misión
ahora limpios no le echaron de menos. Aun así, Jesús si los
extraño, preguntó por ellos, y mostró que tenía el deseo
de verlos limpios y agradeciendo a Dios, porque aún tenía
mucho más que darles.
3. Es evidente que a Jesús le gusta y espera que sus hijos
muestren gratitud por las bendiciones recibidas. Vuelva a
mirar la pregunta del Señor: ¿No hubo quien regresara a dar
gracias…? Para Jesús la gratitud es parte del proceso de
salvación que experimenta un ser humano que ha creído
en él. Las personas que tienen seguridad de su salvación en
Cristo, también muestran un espíritu agradecido hacia Dios.
Según Jesús la gratitud es algo que beneficia a quien la da,
porque lo que él preguntó no fue: ¿No hubo quien regresara
a darme las gracias? El preguntó ¿No hubo quien regresara
a dar gracias? Lo que llama la atención del Señor es la
escasez de gratitud que se ve claramente en personas que
tienen razones de sobra para agradecer. Estos 10 hombres
le debían la vida y todo lo que ella implica a Dios. Si ahora
podían respirar, bañarse, comer, ver a su familia compartir
con ellos, trabajar, dormir en una cama, tener amigos,
planificar para el futuro y todo lo demás que hace un ser
humano, se lo debían a Dios. Es por lo tanto inexplicable que
de estas 10 personas solo 1 regresó.
Duele decirlo pero esta historia tal vez más que ninguna otra en
los evangelios muestra una triste tendencia en los seres humanos,
a saber, una vez que conseguimos lo que deseábamos o
necesitábamos de Dios, se nos olvida con mucha frecuencia
hasta darle las gracias. El relato dice que de Diez solo uno.
En realidad es un pobre promedio tratándose de algo tan
importante, y de paso, Jesús llamo la atención al hecho de que,
el que regresó era samaritano, dando a entender con esto,
no que los samaritanos o extranjeros no eran bienvenidos en su
reino o valían menos para Dios, sino para resaltar que los otros
nueve, además de haber recibido la limpieza de su terrible lepra,
pertenecían al pueblo especial de Dios, y tenían muchísimas
otras razones por las cuales dar gracias a Dios. En cambio el
samaritano, con tan solo haber recibido un milagro en su vida,
regresó, se postró, glorificó a gran voz y dio gracias.

Comunión y Misión 37
En la historia de los 10 leprosos Jesús nos enseña que es
importante tomar el tiempo para dar gracias. Siendo que somos
seres humanos necesitados de ayuda y compañerismo, la peor
actitud que podemos adoptar mientras vamos por la vida es
la de ser ingratos con todos aquellos que han hecho alguna
contribución a nuestra vida y sobre todo con Dios.

Por lo tanto, no es recto delante de Dios el corazón de un hijo


o hija que no sabe agradecer con amor y respeto por todo
lo que sus padres han hecho por él o por ella durante toda su
existencia. Tampoco representa bien el espíritu cristiano, quien
no sabe agradecer a sus compañeros, amigos y seres queridos.
Vivir así es una insensatez porque no existe nadie que pueda vivir
sin necesitar de otro. Por lo mismo no deberían existir personas
ingratas y de esto se desprende que la ingratitud es un defecto,
un vicio que nos deshumaniza, y nos corrompe espiritualmente.

Pero de todas, la peor ingratitud es aquella que se tiene hacia


Dios y sus bondades. Pablo dice que las personas que son
ingratas con Dios, terminan siendo idolatras, pues le dan el
lugar que le corresponde al Creador, a las criaturas, a las cosas
creadas, o a ellas mismas. Como resultado de esto, su mente
se corrompe y entenebrece llevándolos a realizar actos que les
dañan a sí mismos y también a los que se relacionan con ellos.
(Rom. 1: 21-38)

Ser ingratos con Dios es cerrar nuestra vida a recibir muchas


bendiciones que él quiere darnos. Fíjese en los leprosos, Jesús
dijo todos fueron limpios, pero sólo al que regresó a dar gracias
Jesús le dijo, vete tu fe te ha salvado.

Cuando Dios obra en nuestra vida, entre otras cosas lo hace


para producir amor y gratitud hacia él en nuestros corazones.
Actuar así está de acuerdo con el propósito para el cual Dios
nos creó y por eso es saludable practicar la gratitud. El rey David
había descubierto los beneficios de ser agradecidos con Dios y
por eso en el salmo 103:1 exclama: “Bendice alma mía a Jehová
y bendiga todo mi ser su santo Nombre. Bendice alma mía a
Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios”.

38 Comunión y Misión
Bien se ha dicho que los ingratos no tienen memoria. Y es que
hay que olvidarse de todo para no ser agradecidos con Dios.
Pero la actitud del salmista y del samaritano, es la que debemos
imitar. David hacia la lista de las razones para que no se le
olvidaran en el salmo 103. El samaritano regresó, tomó tiempo y
dio gracias a gran voz.
CONCLUSIÓN
Hoy, espiritualmente hablando no somos extranjeros espirituales,
sino hijos e hijas de nuestro padre celestial y miembros de la
familia de Dios en la tierra. Esta fuera de lugar que no mostremos
gratitud hacia las mercedes y favores de Dios. Dios se asombra
de ver escasez de gratitud entre sus hijos. Él se considera un
padre bueno con sus hijos y le parece que sus hijos debieran
mostrarle amor agradecido. Y la verdad es que Él tiene razón. Por
eso mismo Dios ha provisto medios para que podamos expresar
nuestra gratitud a él. La mayordomía cristiana, nos ayuda a vivir
una vida que exhale el agradable perfume de la gratitud hacia
Dios. Elena de White escribió lo siguiente: “Dios nos permite
manifestar nuestro aprecio de sus mercedes por medio de
esfuerzos abnegados realizados para compartir las mismas con
otras personas. Esta es la única manera posible como podemos
manifestar nuestra gratitud y nuestro amor a Dios, porque él no
ha provisto ninguna otra”. RH, dic. 6, 1887.
Esta declaración establece una ley de vida para todo hijo e
hija de Dios. “Existimos para servir a Dios y a nuestros prójimos”.
Cuando damos tiempo para servir en la obra de Dios, estamos
expresando gratitud por sus bondades, cuando cuidamos
nuestro cuerpos para mantenernos saludables, glorificamos
a Dios y le expresamos gratitud por sus bendiciones, cuando
ponemos los talentos y habilidades que Dios nos dio a su servicio,
estamos diciéndole gracias Señor por hacerme útil y darme
un lugar donde colaborar, y cuando devolvemos el diezmo y
traemos ofrendas generosas, estamos adorando y demostrando
gratitud a Dios porque siendo dueño de todo, nos provee de
recursos y nos permite administrarlos bajo su dirección. Este es el
único medio que tenemos de expresarle nuestra gratitud a Dios
por sus favores y él espera que así lo hagamos.

Comunión y Misión 39
LLAMADO
El llamado para hoy es para aquellos que reconocen que Dios
los ha limpiado del pecado y les ha dado una nueva vida con
un futuro glorioso asegurado. Este llamado es para aquellos que
reconocen esto y están dispuestos a regresar y darle las gracias
a Dios y glorificar su nombre compartiendo con otros de todo
aquello que Dios les ha dado primero.

APELACIÓN Y ORACIÓN FINAL

40 Comunión y Misión
Santa Convocatoria

SERMÓN 6

QUE TODOS SEAN UNO


TEXTO:
“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que
han de creer en mí por la palabra de ellos”.
Lucas 17: 20
INTRODUCCIÓN
En este pasaje Jesucristo extiende los alcances de su oración
hacia aquellos que van a creer por la Palabra de sus discípulos
(Juan 17:20). Se puede notar DOS ideas relacionadas con la
existencia de estos futuros creyentes:

1. Creerán en Jesús. Creer en Jesús es entregarle


completamente la vida y al mismo tiempo comprometerse
con su Misión, estos creyentes participarán plenamente de
la fe y la comunicarán a todos.
2. Llegarán a creer por la Palabra de los creyentes anteriores.
Esto significa que Jesús espera una extensa actividad
testimonial de los creyentes.
En este contexto Cristo desarrolla el tema de la Unidad de todos los
creyentes. La Unidad que él desea para la comunidad cristiana
podría ser simplemente conformidad. O tal vez unanimidad o
estar de común acuerdo. O como dice el Apóstol Pablo, en
Efe. 4:3 como una actitud que mantiene la Paz “Solícitos en
guardar la unidad del espíritu en el vínculo de la Paz” o quizás
es la unidad de fe y del conocimiento. Efesios 4:13, pero no es
todo eso: Conformidad, unanimidad, pacificación, unidad de fe
doctrinal; y algo más. Incluye la unidad interior de la comunidad
cristiana que se comunica de una generación de creyentes a
otra a través de la Palabra. (Jn. 17:20), con el objetivo especifico
de que “el mundo crea” (Jn 17:21). Se trata de un SER PARA. El
ser del padre está constantemente dirigido para el Hijo.

Comunión y Misión 41
Jesucristo ora por la unidad de todos los creyentes, la unidad
es su incorporación a la comunidad divina (1Jn. 1:3). Además
Cristo dijo “que sean uno en nosotros” (Jn 17:21).

Esto Incluye la unidad en todos sus aspectos:

DESARROLLO
1. UNIDAD DE DOCTRINA. (Jn. 7: 16)
Cristo enseñó la doctrina del Padre, del que lo envió.

Muchos de los creyentes pueden tener la tentación de enseñar


sus propias doctrinas y vanas interpretaciones de la Palabra,
pero Cristo deja bien claro que enseñamos lo que aprendimos
de él, así como él enseñó lo que aprendió del Padre. Leer 1 Jn.
2: 18-23

2. UNIDAD DE ORGANIZACIÓN. (Jn. 10:16)


Volver a leer el texto. En esta unidad no cabe el individualismo
aislacionista, ni se permite el colectivismo impersonal. Se trata
de una organización corporativa en la cual cada creyente se
transforma en un ser para los demás. El ser para no es estático
surge de dos factores:

a. Su semejanza con el del Padre, benefactor por excelencia.


Y con el Hijo, evocador constante de la misión Redentora.
b. Porque se origina en la acción dinámica de CREER Y
TRANSMITIR LA PALABRA.

Habrá un rebaño y un Pastor.

“Jehová es m i Pastor nada me faltará...”


“Yo soy el buen Pastor…”
“El Pastor su vida da por la ovejas”.

Pero siempre hay lobos rapaces que quieren partir el Rebaño.

42 Comunión y Misión
3. UNIDAD DE MISIÓN. ( Jn. 17: 18)
Cristo les encomendó su propia Misión, que era también
la misión del Padre.
• La misión es la expresión de la unidad, la acción misional es
esencial para la integración de los nuevos conversos en la
unidad divina. Jesús dice: “Para que el mundo crea que tu
me enviaste” Jn.17:23. El envío de Cristo expresa su misión.
• La misión es la que nos ayuda a incorporar nuevos creyentes
a la unidad divina. Es la mayor expresión de esta Unidad.
• En la actividad Misional se hace visible la unidad del creyente
con la unidad del Padre y del hijo. Jn. 13:20
• El concepto de enviar, esta siempre presente en la Biblia.
Veamos los siguientes textos:
 San Mateo 28: 18-20
 Apocalipsis 14:6,7
 Lucas 24:48 y 49
 Hechos 1: 8
4. UNIDAD DE EXPERIENCIA EN LA FE. (Jn. 3:5)
El propósito de Cristo es que todos sean nuevas criaturas. Su
promesa es que el puede hacer todo de nuevo. Él puede
reconstruir todo otra vez, puede tomar los pedazos de tu vida y
armar el rompecabezas de tu experiencia. “De manera que si
alguno esta en Cristo nueva Criatura es, las cosas viejas pasaron
he aquí todas Son hechas nuevas”.
5. UNIDAD DE COMUNIÓN CON DIOS. (1Jn. 1:3)
Nuestra comunión es verdaderamente con el Padre y con el hijo.
6. UNIDAD DE ESPERANZA. (Jn. 14: 1-3)
Porque todos deben esperar que venga a la tierra otra vez.
Su promesa es segura, es cierta.
Es nuestra mayor esperanza para un mundo que perece en la
angustia y la desesperación de la barbarie…

Comunión y Misión 43
CONCLUSIÓN
• Tenemos una verdad maravillosa en nuestras manos,
tenemos la promesa de triunfo como resultado de nuestra
actitud y práctica de la unidad.
• En el cumplimiento de la Misión necesitamos Unidad, es el
único requisito para que el mundo crea.
• Una Iglesia reavivada, unidad, es una iglesia que no le tiene
miedo a testificar.
• Estamos seguros que es Jesucristo quien mantiene viva la
llama de la Unidad de esta Iglesia con el único propósito de
que salgamos a buscar a los perdidos.
• ¡HERMANOS! Mantengámonos unidos en Cristo.

LLAMADO Y ORACIÓN

44 Comunión y Misión
Santa Convocatoria

SERMÓN 7

RESPONSABLES POR LO QUE RECIBIMOS


Lucas 12:48
TEXTO:

“… porque á cualquiera que fue dado mucho, mucho será


vuelto á demandar de él; y al que encomendaron mucho, más
le será pedido”.

Lucas 12: 48 (última parte)

INTRODUCCIÓN
Este texto, tomado de la parábola que nos enseña a ser vigilantes
y a estar listos para la venida del Señor, también establece
el principio de la responsabilidad. Según este principio las
bendiciones no deben tratarse como perlas colocadas frente
a los cerdos; despreciadas, mal administradas, maltratadas,
pisoteadas y abusadas. No debemos hacer lo que deseamos
con las bendiciones como si fueran nuestras. Nos fueron dadas
para administrarlas, pues la Biblia nos enseña que Dios, el
dador de todo don perfecto y bueno, nos pedirá cuenta por la
forma en que tratemos las bendiciones que la gracia del cielo
derrame sobre nuestras vidas. No importa cuales bendiciones
recibamos ya sea riquezas, educación, un buen empleo, un
buen compañero, hijos, juventud, larga vida, amistades o
personas que nos aman, salud, una mente creativa, un talento o
talentos en particular o espiritualidad, debemos administrar esas
bendiciones con sabiduría y manejarlas correctamente, porque
un día tendremos que rendir cuentas por la forma en que las
tratemos. Tal como nos indica nuestro texto, “A quien se le dio
mucho, mucho se le reclamará; y al que se le confió mucho,
más se le pedirá” (Lucas 12:48 última parte).

Comunión y Misión 45
DESARROLLO.
1. La generosidad es proporcional

Nuestro texto no solo nos recuerda el peso de la responsabilidad


por nuestras bendiciones; sino que también nos enseña acerca
de las expectativas de Dios con respecto a nuestra generosidad.
Dios es Justo; Dios espera que demos sólo lo que tenemos. Si
tenemos mucho, Dios espera mucho y si tenemos poco, Dios
espera una medida justa de lo poco que tengamos. Dios no
espera que un persona sin trabajo o que dependa de la ayuda
de otros, de la misma cantidad que una persona cuyos ingresos
cubren sus necesidades, compromisos y más. Dios no espera
que un niño que recibe una pequeña cantidad de sus padres,
de la misma cantidad que sus padres que trabajan. Pero Dios
si espera que ese niño aprenda a dar algo de lo que él o ella
poseen.

Dios no es igual a las personas o instituciones a las cuales


debemos dar o pagar. Cuando se incrementa nuestra cuenta
por consumo de electricidad, pagamos lo que la compañía
demande. La compañía no toma en cuenta lo que tenemos y
nos dice: “Demos conforme a las bendiciones que ha recibido. Si
tiene mucho, pague mucho o si tiene poco, entonces haga una
pequeña donación”. La compañía de electricidad dice, “Esto
es lo que usó pague lo que debe. Pague o desconectaremos
su luz”. El mismo principio se aplica en los supermercados. Usted
debe pagar por lo que compre. Tanto las personas ricas como
las que son pobres que compren en la misma tienda, pagaran
el mismo precio.

Lo que Dios requiere

Sin embargo, Dios sólo requiere que seamos justos y demos


conforme a las bendiciones recibidas. “A quien se le dio mucho,
mucho se le reclamará; y al que se le confió mucho, más se le
pedirá”. La mayoría de nosotros comprendemos y aceptamos
este principio, sin embargo, por justo que sea, se levanta o cae
según nuestra comprensión de la palabra MUCHO. Casi todos

46 Comunión y Misión
nosotros testificaríamos con gozo que Dios es bueno todo el
tiempo y que hemos recibido bendiciones, hasta que llegamos
al tema de nuestra generosidad. En este punto dejamos de
hablar acerca de cuantas bendiciones hemos recibido y
empezamos a lamentarnos por todas las deudas que tenemos.
Decimos, “Es cierto, he recibido bendiciones, pero tengo una
hipoteca, o mi alquiler sigue subiendo, o el colegio de mis hijos
cada vez cuesta más, o tengo que mantener a varios miembros
de mi familia, o yo lo que tengo es un ingreso fijo, o mi salud
está deteriorada y los medicamentos son muy caros, o decimos
que el precio de la vida sigue en aumento, o el vehículo que
tengo se daña mucho, o que los precios en el supermercado o
en el colmado parecen subir cada vez que voy”. Es cierto, he
recibido bendiciones pero cuando veo todo lo que tengo que
pagar, no me queda mucho. Es cierto, a quien se le dio mucho,
mucho se le reclamará, pero eso no se aplica a mí. Eso se aplica
a mi jefe o al doctor “fulano de tal”, o al Sr. “tal” o a la viuda
que el esposo la dejo económicamente muy bien. Si yo tuviera
el dinero que ellos tienen, daría mucho más, pero cuando veo
mis obligaciones, no tengo mucho que dar.
Aclarando el término “Mucho”.
Una de las cosas que olvidamos es que el término mucho es
relativo. Lo que parece poco para nosotros, parece mucho
para otras personas. Si no me cree, pregúntele a las víctimas de
cualquier huracán, o de un incendio o inundación que lo haya
perdido todo. Pregúnteles a las personas que viven en países
donde tienen que hacer largas filas para comprar las cosas
necesarias para vivir. Mientras nos quejamos por los precios en
el supermercado, hay países donde la gente celebraría con el
simple hecho de poder pararse en una fila del supermercado.
Créame que hay gente que creería que el cielo ha llegado a la
tierra si tuvieran lo poco que tenemos.
2. Generosidad es Dar como Dios da

Lucas 18:18-30, junto con Mateo y Marcos, cuenta la historia de


un joven rico que vino a Jesús y le pregunto, “¿Qué debo hacer
para tener la vida eterna?”.

Comunión y Misión 47
Lo que el joven rico nunca tuvo

Todos hemos criticado a este joven por haber permitido que


sus riquezas obstaculizaran su camino hacia el Reino. Y muchos
hemos declarado farisaicamente que de haber tenido sus
riquezas, nuestra respuesta hubiera sido diferente. La verdad es
que no sé cuántas riquezas tenia, pero esto si se: nunca tuvo un
carro, nunca encendió un bombillo, escuchó el sonido de un
piano ni de un órgano, nunca vio televisión ni escuchó la radio,
no viajó en un avión ni en un tren, no durmió en un colchón con
resortes internos, no habló por teléfono, ni vio cartas escritas a
máquina ni una calculadora o computadora. Nunca sacó un
libro de una biblioteca, ni mejoró su visión con un par de lentes.
Nunca vio correr el agua de una llave, ni usó una lavadora o
secadora y muchas cosas más.

Entonces si él era rico, ¿qué somos nosotros?

Escuche la Palabra del Señor: “A quien se le dio mucho, mucho


se le reclamará; y al que se le confió mucho, más se le pedirá”.
Lucas 12: 48.

Ilustración

En una ocasión un niño le pidió dinero a su padre para depositar


como ofrenda en la iglesia. El padre le dijo que sólo tenía
algunas monedas en los bolsillos. (De paso, uno de los errores
que cometemos los padres, es el de darles buenas cantidades
de dinero a los hijos para comprar algo de comer o para que
vayan a algún lugar y sólo un par de monedas para la ofrenda
que llevará al Señor) Pero el niño respondió: “No puedo depositar
solo unas moneditas en el platillo”. El padre le preguntó ¿por
qué no? El niño respondió: ¿No quieres que Dios piense que soy
un miserable, o si? ( Central para distinguir)

Cuando vemos las bendiciones que nos ha dado Dios: comida


que a veces se daña en la casa, ropa que cuelga en algún lugar,
que no nos ponemos, no podemos ponernos y no regalamos,
¿qué crees que piensa el Señor de la ofrenda que depositamos

48 Comunión y Misión
en el platillo de la iglesia? Cuando vemos el dinero que gastamos
para vernos bien y para oler bien; cuando vemos el dinero que
gastamos en las pequeñas cosas que disfrutamos y hacemos a
pesar de todos nuestros compromisos, ¿que pensará el señor de
la ofrenda que depositamos en el platillo de la iglesia?

Cuando pensamos en el hecho de que Dios nos da salud y


fuerza todos los días para hacer lo que necesitamos hacer,
de maneras que no podemos enumerar, Dios nos muestra su
amor incondicional, su cuidado incesante y su protección
constante para nosotros, ¿que pensará el Señor de la ofrenda
que depositamos en el platillo de la iglesia? Dios nos amó
tanto que dio a su único Hijo, Jesucristo, para redimirnos. Dios
nos amó tanto que consintió en que ese hijo fuera colgado en
la cruz para darnos la salvación. Nos amó tanto que envió en
lugar de su Hijo al Consolador el Espíritu Santo quien nos guía a
toda verdad y nos capacita para la vida. Aun ahora, Jesucristo
vive para interceder por nosotros en su trono de misericordia y
regresara para recompensar a sus siervos fieles.

Hoy, podemos celebrar el hecho de que la muerte ya no tiene


dominio sobre nosotros y que nada puede atarnos, porque
en Jesucristo tenemos la purificación de nuestros pecados,
paz en medio de nuestras aflicciones, gozo para nuestra vida,
resurrección de la muerte y esperanza de gloria eterna. Cuando
pensamos en todo esto, ¿qué pensará el Señor de la ofrenda
que depositamos en el platillo de la iglesia?

Escuche la Palabra del Señor, “A quien se le dio mucho, mucho


se le reclamará; y al que se le confió mucho, más se le pedirá”.
Siendo que Dios ha sido tan bueno con nosotros, no debemos
tener una respuesta miserable delante de Él.

3. Generosidad es perdonar.

Sin embargo, la generosidad no es meramente un asunto de


dinero. Hemos recibido bendiciones y hemos recibido mucho
aparte de nuestras bendiciones materiales. La parábola en
Mateo 18: 23-35 nos habla del siervo inclemente. Si hemos

Comunión y Misión 49
sido perdonados, deberíamos perdonar a otros. Si Dios ha sido
paciente con nosotros, con nuestras promesas rotas, con nuestras
buenas intenciones que nunca despegaron y promesas que
hicimos con toda sinceridad cuando estábamos en problemas
y que olvidamos con crueldad después de haber sido liberados,
entonces deberíamos ser pacientes con las faltas de otros.

No deberíamos desanimarnos tan fácilmente de las personas


y enviarlas al infierno. Yo sé que a veces, cuando vemos a
personas que nos han hecho daño, nos preguntamos por
qué deberíamos perdonarlas, especialmente si no muestran
señales de cambio o arrepentimiento. La verdad es que
debemos perdonar, porque hemos sido perdonados. Debemos
perdonar porque se nos ha dicho: “Aunque vuestros pecados
sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”
(Isaías 1:18). Debemos perdonar porque debemos orar: “Ten
compasión de mí, oh Dios, conforme a tu amante bondad;
conforme a tu inmensa ternura, borra mis transgresiones” (Salmo
51:1). Debemos perdonar porque Jesús intercedió por nosotros
diciendo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen
(Lucas 23:34). Piensa en todo eso y medita en las palabras del
Señor: “A quien se le dio mucho, mucho se le reclamará; y al
que se le confió mucho, más se le pedirá”.

4. La generosidad es servicio

La generosidad también es un asunto de servicio Marcos 1:30-


31 relata la historia de cuando Jesús sano a la suegra de Pedro.
Cuando la fiebre la dejo, se puso a servirles. No solo dijo gracias,
sino que se puso a servirles. Si Dios ha hecho algo especial
para usted, si Dios le ha sanado, liberado, abierto un camino
donde no había camino, obrado un milagro, dado respuesta
a una petición sincera, traído nuevamente al hogar a un ser
querido que se había ido, o le ha ayudado a sobreponerse a
un sufrimiento, o le ha dado fuerza para seguir adelante a pesar
de un engaño, una tragedia o en fin un sin sentido, entonces no
debería ser tacaño con su servicio. Deberíamos estar dispuestos
a servir en la forma en que podamos, donde podamos,

50 Comunión y Misión
cuando podamos, con una mente llena de gozo y un espíritu
dispuesto. Nadie debería tener que rogarnos; deberíamos servir
sencillamente porque Dios es bueno todo el tiempo.

Si hay algo que podemos hacer, no deberíamos esperar hasta


que se nos pida; deberíamos dar un paso al frente y ofrecernos
voluntariamente, sólo porque Dios es bueno todo el tiempo. Si
nunca recibimos un reconocimiento o nunca se mencionan
nuestros nombres, no hay problema. No servimos para recibir un
reconocimiento ni para obtener una recompensa en el futuro;
servimos porque Dios ha sido bueno y sigue siendo bueno todo
el tiempo. Y si otros quieren hablar de nosotros, acusándonos
falsamente, no permitiremos que la conversación ociosa de
alguien, nos impida servir a un Dios que es bueno todo el tiempo.

Ni siquiera importa cómo nos sintamos con respecto al pastor


o los dirigentes de la iglesia. Lo que importa es que rindamos
nuestro servicio a Dios, que es bueno todo el tiempo. En pruebas y
aflicciones, enfermedad y amargura, a través de las dificultades
y el dolor, Dios es bueno todo el tiempo. Por eso cantamos en el
coro, servimos como ujieres en la puerta, recibimos criticas como
dirigentes, nos sacrificamos como miembros, nos reunimos tarde
en la noche para sacar adelante proyectos especiales, servimos
en la cocina, dedicamos tiempo a los jóvenes, cuidamos a los
enfermos, fortalecemos la fe de los desanimados, atendemos a
los niños, porque Dios ha sido bueno con nosotros y la Palabra de
Dios nos dice, “A quien se le dio mucho, mucho se le reclamará;
y al que se le confió mucho, más se le pedirá”.

Lo mínimo que hemos de dar

Como medida mínima de lo que hemos de devolver a Dios


por todo lo que ha hecho por nosotros, la Biblia menciona un
diezmo, un 10% consagrado, como punto de partida de nuestro
agradecimiento. Imagine que pudiéramos devolver a Dios un
diez por ciento de nuestro tiempo, talentos y tesoros. En términos
de tiempo, solo representa seis minutos de cada hora, dos horas
y veinticuatro minutos de cada día, casi diecisiete horas por
semana. Si tan solo somos fieles en la observancia debida a

Comunión y Misión 51
las 24 horas del sábado, sacamos un tiempo cada día para un
encuentro con el Señor y asistimos a las reuniones de nuestra
congregación, estaremos cumpliendo con este mínimo en
cuanto al tiempo.

El diez por ciento en términos de los talentos representaría un diez


por ciento de nuestras habilidades, conocimientos, profesión u
oficio, que deberían ser nuestro punto de partida para nuestro
servicio a Dios, y a la iglesia.

En término de dinero, el diez por ciento de nuestros ingresos,


salarios o cualquier otro ingreso que tengamos por encima,
debería ser el mínimo de nuestra fidelidad para con Dios.
Y si decimos: “Eso es mucho”, recuerde que Dios le ha dado
“Muchas” bendiciones; Dios le ha amado “Mucho”; Dios ha
sido “Muy” bueno con usted. Cuando estuvimos en pecado,
Dios nos salvó “Mucho”, cuando estuvimos vacíos, Dios nos llenó
“Mucho”, cuando estuvimos caídos, Dios nos levantó “Mucho”,
cuando estuvimos enfermos, Dios nos sanó “Mucho”; cuando
estuvimos presos, Dios nos liberó “Mucho”; Cuando cometimos
errores, Dios nos perdonó “Mucho”. Y si necesitara una lista
adicional de los beneficios que hemos recibido de nuestro Dios,
le remito a la siguiente declaración:

CONCLUSIÓN
Estoy Endeudado Con Dios

“Estamos endeudados con Dios por cada momento de nuestra


existencia y por todas las comodidades de la vida. Las facultades
y las aptitudes que elevan al hombre por encima de la creación
inferior constituyen el don del Creador”.

“Él nos da sus beneficios en gran cantidad. Estamos en deuda


con el por el alimento que comemos, el agua que bebemos,
la ropa con la que nos vestimos y el aire que respiramos. Sin
su providencia especial, el aire estaría lleno de pestilencia y
veneno. Él es un generoso benefactor y preservador. El sol que
brilla sobre la tierra y da esplendor a toda la naturaleza,… el

52 Comunión y Misión
solemne resplandor de la luna,… el firmamento tachonado de
brillantes estrellas, las lluvias que refrescan la tierra y que hacen
florecer la vegetación, las cosas preciosas de la naturaleza en
toda su variada riqueza, los elevados árboles, los arbustos y las
plantas, las espigas ondeantes, el cielo azul, los verdes prados,
los cambios del día y la noche, la renovación de las estaciones,
todo esto habla al hombre acerca del amor de su Creador”.
(Consejos sobre Mayordomía Cristiana, Pag.19)

“A quien se le dio mucho, mucho se le reclamará; y al que se le


confió mucho, más se le pedirá”.

LLAMADO Y ORACIÓN
• Dios me llama a ser responsable y dar buen uso a todos los
dones y bendiciones que Él me ha dado.
• Él desea bendecirte con toda bendición espiritual.
• Hoy es un día especial para que hagas un pacto con Dios.
• Hoy puedes consagrar todo lo que eres y tienes en manos
de Dios.
• En este día cada miembro será invitado a realizar un pacto
con Dios.

Comunión y Misión 53
NOTAS

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54 Comunión y Misión
NOTAS

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Comunión y Misión 55
NOTAS

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56 Comunión y Misión

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