Fases Tectonicas
Fases Tectonicas
Fases Tectonicas
TECTÓNICA ANDINA
FASES TECTÓNICAS
Evento Moromoro
Noble et al. (1997), describe el evento Moromoro el cual afectó al terreno Amotape, Loja (CR)
y Chaucha, y que en el cual el complejo metamórfico El Oro envolvió facies metamórficas
anfibolíticas y migmatización de rocas sedimentarias. Además del emplazamiento de
granitoides Moromoro (Marcabelí y Limón Playa) asociados a zonas de cizalla dextral y
deformación.
Riel. N; et al. (2013) menciona que edades migmatíticas de 235 – 220 Ma coinciden con un
evento termal en el Triásico, argumenta que después del adelgazamiento de la corteza
continental la fusión de la secuencia pelítica – psamítica del Paleozoico de la unidad La Bocana
inició aproximadamente hace 229 Ma. El adelgazamiento cortical y emplazamiento de la unidad
Gabroica Piedras permitió el origen de calor que intensificó la anatexia cortical. Además, indica
que la ocurrencia de numerosas intrusiones de granito durante el Triásico a lo largo del margen
sudamericano indica que el W experimentó una extensa anomalía termal, que produjo extensas
cantidades de granitoides tipo S. Atribuyen este evento al evento Slab Break – Off debido a la
migración hacia el E de Sudamérica durante el Pérmico – Triásico, la separación y
verticalización de este Slab provocó levantamiento y descompresión de la astenósfera, esta
experimentó fusión parcial y provocó el underplating magmático de la unidad Piedras.
Evento Peltetéc
Noble et al. (1997), describen al evento Peltetec-Palenque en donde Alao, Guamote y Salado
fueron deformados y metamorfoseados, también indican el principal periodo de colisión de
terrenos y acreción oblícua, incluyendo rotación y acreción del terreno Amotape. Litherland et
al. (1994) menciona que el evento Peltetec del Jurásico superior al Cretácico inferior,
representa ell levantamiento y erosión de la protocordillera Real antes de la depositación de la
Formación Tena, además de desarrollar una discordancia entre Misahuallí y Hollín, y provocar
que el petróleo de la Formación Santiago migre hacia Hollín. Ocurre la aproximación del arco
de Alao y el terreno alóctono Chaucha, los cuales colisionaron contra el margen continental
dando paso al origen de la hoy denominada sutura de Péltetec, esta colisión produce un reseteo
en las edades de metamorfismo durante el Campaniano; genera klippes y a la vez
sobrecorrimientos que originan los nappes del Complejo Cuyuja. Este evento sería el causante
de la deformación S2 y la formación de fallas como San Antonio, Zona de cizalla del Frente
Baños, Falla Llanganates, Falla Cosanga. Además, estaría asociado a las estructuras “M”, “Z”
y “S” en las rocas de la División Guamote y subdivisión Cuyuja. Pratt et al.,(2005) coinciden
con Litherland., (1994), en que la deformación principal de la Cordillera Real es Péltetec.
Fase Peruana
En el ecuador la Fase Peruana es una etapa de deformación compresiva calificada como una
inversión tectónica de régimen transpresivo dextral. En la región oriental se evidencia un hiato
sedimentario regional desde 85 a 73 Ma (et al., 1999) entre los miembros Napo superior y Tena
inferior. La colisión y acreción del “plateau oceánico Pallatanga” ocurrió durante esta fase,
aquí se dieron reactivación de fallas como Cosanga y San Antonio, así como también el Frente
Baños. Micas con K-Ar son evidencia del reseteo en las edades correspondiente al
levantamiento de Cordillera Real, este evento acrecionario da como resultado la formación de
la zona de sutura Calacalí – Pujilí – Palenque.
Fase Incaica
De manera general entre Perú y Ecuador Benavides – Cáceres citados en Bazán (2013)
realizaron la subdivisión de esta fase en 4 eventos (Inca I – Inca IV). La fase tectónica Inca I (59-
55 Ma) coincide con un cambio de dirección y con un aumento de la velocidad de convergencia
entre las placas Farallón y sudamericana que se producen alrededor de la anomalía 25, está
caracterizada por el intenso plegamiento (fajas de orientación NW – SE) y fallamiento con
rumbo NE en rocas sedimentarias del Cretáceo. La Fase Inca II, se caracterizó por una
deformación “compresiva” cuya máxima expresión se sitúa hacia los 43 – 42 Ma. Hay un
aumento de la velocidad de convergencia, la deformación afecta a todo el basamento
sedimentario Cretáceo, originando plegamientos subpararelos de dirección WNW – ESE y
fallas inversas de tendencia NW a WNW. La Fase Inca III (30 – 27 Ma), coincide con
disminución de la tasa de convergencia durante el Oligoceno, dando como resultado la
disminución del vulcanismo, la dirección de convergencia a rotado en sentido horario hasta E
– W, producto de la ruptura de la placa Farallón. La Fase Inca IV (23 – 22 Ma). Corresponde al
reinicio de la alta convergencia de placas. Antes del Mioceno la placa de Nazca/Farallón tenía
una dirección de convergencia NE y la convergencia actuaba alternadamente entre tasas altas y
bajas. Fue durante el Mioceno temprano que la actividad magmática se reinició. El
magmatismo se encontró temporalmente ligado a la fase Inca IV (22 M) y está acompañada de
una alta tasa de convergencia.
La característica tectónica más importante del Mioceno temprano fue la rotación en sentido del
reloj de la dirección de convergencia de la placa de Nazca. En Ecuador la fase tectónica Inca
se pone en evidencia porque entre 34 – 37 Ma en la Costa se registra un hiato sedimentario, en
la Cordillera Real existe una alta tasa de exhumación entre 43 y 30 Ma, en el área de la cuenca
de Cuenca se depositan los sedimentos con el aporte de la Cordillera Real de la Formación
Quingeo y entre 42 y 37 Ma se tiene una alta tasa de convergencia (150 mm/a) en una dirección
N 70°. De acuerdo a esto, se interpreta que la Unidad Macuchi se acrecionó al continente en
forma oblicua, durante el Eoceno tardío, deformando al Grupo Angamarca, la Unidad Yunguilla
y emplazando tectónicamente escamas de la Unidad Pallatanga al interior de las mismas. Esta
segunda acreción ocurrió a lo largo de la falla Chimbo – Cañi entre 2° S y 3° S y a lo largo de
la falla Toachi – Toacazo entre 0° S y 1° S.
Fase Quechua
Bazán (2013) menciona que el período tectónico Quechua corresponde a una aceleración de la
convergencia entre la placa Nazca y la placa sudamericana, después del cambio de dirección
de convergencia a los 26 Ma (anomalía 7). Esta convergencia se caracteriza por una tasa
importante, superior a 8 cm/a hasta 11 cm/a a los 10°S y una dirección casi perpendicular a la
fosa Perú-Chile. Benavides-Cáceres también subdivide esta Fase en 4 eventos (Quechua I –
Quechua IV) aunque otros autores sólo consideran tres. En Ecuador, en Cordillera Real se tiene
una alta tasa de exhumación entre 23 y 15 Ma, posiblemente por efecto de un cambio en los
vectores de subducción de placas durante el Mioceno temprano. Una alta tasa de exhumación
en la Costa refleja la existencia de un evento tectónico conocido como fase Quechua I.
Alrededor de 9.5 Ma se tiene una inversión tectónica en el área de antearco, que de acuerdo a
Hungerbühler et al., 2002. refleja el inicio de la compresión E – W. En la Cordillera Real
alrededor de 9 Ma existió una reactivación de fallas con desplazamiento alrededor de 1.5 km en
el Terreno Loja. La falla de los Llanganates pudo haber sido reactivada en régimen compresivo
con un desplazamiento vertical, todo esto es atribuido a la fase Quechua II. En el Mioceno
tardío un cinturón volcánico contínuo, localizado aproximadamente a lo largo del frente
volcánico actual. Se considera que una fase tectónica actuó hace 5 Ma, evento conocido como
fase Quechua III. En el límite inferior del Cuaternario, se produce una de las principales etapas
de inversión tectónica de la Cuenca Oriente, siendo responsable del levantamiento de la Zona
Subandina, evento que levanta toda la columna sedimentaria de la cuenca Oriente. Esta fase
tectónica es conocida como Quechua IV, que viene ocurriendo desde hace 2 Ma.