FACULTAD DE TEOLOGÍA-Jairo Cruz

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FACULTAD DE TEOLOGÍA

LA CONVERSACIÓN DE PILATO CON JESÚS COMO HOJA DE RUTA PARA LA

INTERLOCUCIÓN ENTRE EL SISTEMA MUNDIAL ACTUAL Y LA IGLESIA

PROFESOR: JHON MARTÍNEZ, Ph.D. (c)

EN CUMPLIMIENTO PARCIAL DE LOS REQUISITOS DE LA ASIGNATURA

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA AVANZADA

POR

JAIRO ALBERTO CRUZ

ABRIL 14 DE 2017

BOGOTÁ, COLOMBIA
ESPACIO DESTINADO PARA NOTAS Y COMENTARIOS DEL PROFESOR

ii
TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN 5

CAPÍTULO 1 6

JESÚS FRENTE A PILATO 6

1. Texto de estudio en el Evangelio de Juan, RV60 7

Primera comparecencia. (Juan 18:28-38) 7

Segunda Comparecencia. (Juan 18:39-19:16) 8

Capítulo 19 8

2. Contexto Histórico 10

2.1. Poncio Pilato. 10

2.2. El interrogatorio 15

2.2.1. El escenario: El pretorio 16

2.2.2. El lenguaje: El reino 17

2.2.3. El locus: la misión. 17

CAPÍTULO 2 18

CLAVES PARA INICIAR EL DIÁLOGO IGLESIA-SISTEMA 18

2.1. El escenario del diálogo 19

2.1.1. El escenario de los zelotes 19

2.1.2. El escenario de Herodes 20

2.1.3. El escenario de “toda la gente” 21

2.2. El lenguaje de reino. 22

iii
2.3. El locus: La Misión 25

CONCLUSION 27

BIBLIOGRAFÍA 29

iv
INTRODUCCIÓN

La presente investigación apela al juicio civil del Señor por parte del gobernador romano

Poncio Pilato, para descubrir en ese interrogatorio una ruta hacia la postura que debe tomar la

Iglesia contemporánea frente al sistema político que pone en vilo a la democracia

Latinoamericana. Apunta a la manera como la Iglesia debe afrontar el ineludible diálogo con las

fuerzas sociales, haciendo un breve recuento de cómo lo ha hecho en el último siglo.

En primer lugar, apelando a la crítica histórica, sustenta cómo Poncio Pilato, lejos de ser

un gobernante endeble y temeroso, era un dignatario revestido de toda la romanidad posible,

representante como ningún otro del poder Imperial. Es decir, más allá un interrogatorio, es un

diálogo entre poderes.

A partir de este establecimiento, se establece en segundo lugar una hoja de ruta de tres

pasos para lograr una interlocución válida: el escenario, el lenguaje y el locus del diálogo. Tres

pasos que serán necesarios si se quiere aportar desde el Evangelio a la construcción de idearios

nuevos, posibles y alcanzables, que no compiten en ningún sentido con el ideario propuesto por

Jesús y la esperanza escatológica de la Iglesia, sino que los fortalecen.

Como instrumentos de esta investigación se apeló a bibliografía especializada, buscando

fortalecer a través de ella la reflexión teológica.

5
CAPÍTULO 1

JESÚS FRENTE A PILATO

Jesús de Nazareth enfrentó, después de su arresto en el huerto de Getsemaní, dos tipos de

juicio: uno religioso, llevado a cabo por el Sanedrín, y otro civil, frente al gobernador romano

Poncio Pilato. De ambos dan cuenta los 4 evangelistas, pero la mejor descripción de los

acontecimientos de esa madrugada y mañana claves para el cristianismo proviene del relato

joanino.

El proceso judío comprendió tres etapas: el examen preliminar realizado por Anás; el

proceso informal realizado por el Sanedrín, probablemente antes del amanecer; y el proceso

formal llevado a cabo después del amanecer. El primero de ellos es referenciado exclusivamente

por Juan (Jn 18:12-14, 19-23); el segundo, reseñado más profusamente por Marcos y Mateo, con

algunos apuntes de Lucas y solamente un versículo de Juan (Jn18:24); el tercero, realizado al

amanecer en un esfuerzo para hacer aparecer la condenación como legal1, solamente por Marcos,

Mateo y Lucas.

El segundo juicio, el proceso civil, también comprendió tres etapas: Una, la primera

comparecencia ante el procurador romano Pilato, relatada por los evangelios sinópticos y

detalladamente por Juan (Juan 18:28-38); la comparecencia ante Herodes Antipas, el Gobernador

nativo de Galilea, nombrado por los romanos, mencionada solamente por Lucas, y en tercer lugar

la comparecencia final ante Pilato, relatada por los cuatro evangelistas, pero profusa en detalles

por Juan (Jn18:39-19:16).

1
A. T. Robertson: Una armonía de los Cuatro Evangelios (El Paso, TX, Casa Bautista de Publicaciones,
1975), 177.
De los cuatro relatos, esta investigación limitará su reflexión solamente al joanino, pues

es en él que mayormente se enfoca el punto de estudio, como lo es la conversación de Pilato con

Jesús como modelo teológico de la conversación entre el poder civil y la Iglesia. En palabras del

teólogo Joseph Ratzinger, el Papa Benedicto XVI, en su libro "Jesús de Nazaret. Desde la

entrada en Jerusalén hasta la resurrección":

En la descripción del desarrollo del proceso los cuatro evangelistas concuerdan en todos
los puntos esenciales. Juan es el único que relata el coloquio entre Jesús y Pilato, en el
que la cuestión de la realeza de Jesús, del motivo de su muerte, se resalta en toda su
profundidad. Obviamente, entre los exegetas se discute el problema del valor histórico de
esta tradición. Mientras Charles H. Dodd y también E. Raymond Brown la valoran en
sentido positivo, Charles K. Barrett se manifiesta extremamente crítico: «Las añadiduras
y modificaciones que hace Juan no inspiran confianza en su fiabilidad histórica». Sin
duda, nadie espera que Juan haya querido ofrecer algo así como un acta del proceso. Pero
se puede suponer ciertamente que haya sabido interpretar con gran precisión la cuestión
central de la que se trataba y que, por tanto, nos ponga ante la verdad esencial de este
proceso. Así, Barrett dice también que «Juan ha identificado en la realeza de Jesús con la
mayor sagacidad la clave para interpretar la historia de la Pasión, y ha resaltado su
significado tal vez más claramente que ningún otro autor neotestamentario»2.

1. Texto de estudio en el Evangelio de Juan, RV60

Primera comparecencia. (Juan 18:28-38)

28 Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el

pretorio para no contaminarse, y así poder comer la pascua.

29 Entonces salió Pilato a ellos, y les dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre?

30 Respondieron y le dijeron: Si éste no fuera malhechor, no te lo habríamos entregado.

31 Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le

dijeron: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie;

2
Joseph Ratzinger, Benedicto VI, Jesús de Nazaret: Desde la Entrada en Jerusalén hasta la Resurrección
(Madrid, España, Ediciones Encuentro, 2011), 71.
32 para que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho, dando a entender de qué muerte iba a

morir.

33 Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los

judíos?

34 Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?

35 Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han

entregado a mí. ¿Qué has hecho?

36 Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis

servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.

37 Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo

para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel

que es de la verdad, oye mi voz.

38 Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les

dijo: Yo no hallo en él ningún delito.

Segunda Comparecencia. (Juan 18:39-19:16)

39 Pero vosotros tenéis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. ¿Queréis, pues, que os

suelte al Rey de los judíos?

40 Entonces todos dieron voces de nuevo, diciendo: No a éste, sino a Barrabás. Y Barrabás era

ladrón. Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó.

Capítulo 19

2 Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron

con un manto de púrpura;


3 y le decían: ¡Salve, Rey de los judíos! y le daban de bofetadas.

4 Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que

ningún delito hallo en él.

5 Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: !He aquí

el hombre!

6 Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo:

¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo

delito en él.

7 Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque

se hizo a sí mismo Hijo de Dios.

8 Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo.

9 Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio

respuesta.

10 Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte,

y que tengo autoridad para soltarte?

11 Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por

tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.

12 Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a éste

sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone.

13 Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado

el Enlosado, y en hebreo Gabata.

14 Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: !!He aquí

vuestro Rey!
15 Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar?

Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César.

16 Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le

llevaron.

2. Contexto Histórico

2.1. Poncio Pilato.

Después de la muerte de Herodes el Grande, su hijo Herodes Arquelao (Mateo 2:22)

gobernó sobre Judea hasta el 6 AD. Su mal gobierno llevó a Roma a nombrar una serie de

prefectos o gobernadores sobre Judea. Hubo 15 gobernadores nombrados desde Coponio (6-

9AD) a Gesio Floro (AD 64-66).

Poncio Pilato sirvió como Gobernador de Judea del 26 al 36 d.C. (Mateo 22: 7 y Lucas 3:

1), bajo el Imperio del emperador Tiberio. Tales prefectos se encargaban de los asuntos militares,

jurídicos y financieros. Paras las cosas de mayor importancia, el alto funcionario debía informar

al legado de Siria, de la que Judea venía a ser un anexo. En la práctica, no obstante, actuaban con

plena libertad. Su residencia habitual (praetorium) estaba en la Cesarea marítima. Durante las

festividades judías, venían a Jerusalén con una escolta para prevenir eventuales incidentes.

Residían entonces en el antiguo palacio real o en la fortaleza Antonia, en las proximidades del

Templo. Disponían de una modesta ayuda militar: tropas auxiliares (auxilia) reclutadas en Siria e

incluso Palestina, pero nunca entre los judíos, que estaban exentos del servicio de las armas. El

grueso de dichas tropas permanecía estacionado en Cesarea. Había también soldados en

Jerusalén (una cohorte) en las antiguas fortalezas herodianas. El ejercicio de la justicia estaba
regulado según la Ley Judía por el Sanedrín y los tribunales locales. En caso que llevara anexa

sentencia de muerte, el jus gladii (derecho de vida muerte) se reservaba a veces, al gobernador3.

Sin embargo, profundizando más en las funciones de los prefectos y gobernadores, se ha

descubierto que tenían también responsabilidades de tipo religioso.

A lo largo de los dos primeros siglos. a.C., (es decir, hasta que el emperador Caracalla

completó la reestructuración de tales distinciones, concediendo la ciudadanía a la mayoría de la

población libre del imperio) había tres principales tipos de comunidad provincial bajo el imperio:

colonias, municipios y pueblos sin ninguna condición específicamente romana. Las colonias

romanas eran, con el ejército, el contexto principal en el que el sistema religioso romano se

replicaba en el extranjero. Las comunidades coloniales de los ciudadanos romanos se

establecieron fuera de Italia. En la República media eran en su mayoría ciudadanos sin tierra de

Roma misma, y en los primeros siglos a.C. y d. C. en su mayoría ex-legionarios que recibieron

tierras a cambio de su servicio militar; Estas fundaciones cesaron completamente después del

segundo siglo temprano. a.C. Ellos fueron diseñados para ser clones de Roma en todos los

aspectos: el latín era el idioma oficial, incluso cuando estaban establecidos en el mundo griego;

Algunas colonias hicieron un punto de jactarse de "siete colinas", al igual que Roma. Así

también, en sus instituciones religiosas, estos "mini-romanos" en el extranjero reflejaban

explícitamente las instituciones de la capital4.

Pilato residía con su esposa en Cesarea, junto con un pequeño grupo de escribas, damas

de compañía y mensajeros. Comandaba cinco cohortes de infantería de entre 500 y 1.000

3
André Paul, El Mundo judío en tiempos de Jesús: historia política (Madrid, España, Ediciones
Cristiandad, 1982), 57.
4
Mary Beard, John North y Simon Price, Religiones de Roma, Vol I (Cambridge, Reino Unido, Cambridge
University Press, 1998), 335.
soldados cada una, así como un regimiento de caballería compuesto tal vez de 500 hombres. Sus

soldados acostumbraban ejecutar a los infractores de la ley. En época de paz, un juicio sumario

precedía a las ejecuciones, pero en una sublevación se mataba a los rebeldes en el acto y de

manera indiscriminada. Por ejemplo, los romanos ejecutaron a 6.000 esclavos para reprimir la

revuelta encabezada por Espartaco. Si en Judea surgían conflictos, normalmente el gobernador

podía pedir refuerzos al legado imperial de Siria, que tenía a su cargo legiones. No obstante, el

legado estuvo ausente durante gran parte del gobierno de Pilato, por lo que este tuvo que poner

fin a los disturbios con prontitud.

Los gobernadores se comunicaban regularmente con el emperador, a quien debían

informar de los asuntos que afectaran a su dignidad o representaran una amenaza para la

autoridad romana. Basándose en tales informes, el emperador dictaba órdenes. Como es natural,

los gobernadores se afanaban por dar al emperador su propia versión de los hechos ocurridos en

su provincia antes de que otros pudieran quejarse.

Aparte de los Evangelios, los historiadores Flavio Josefo y Filón constituyen la principal

fuente de información sobre Pilato. El historiador romano Tácito declara además que Pilato

ejecutó a Cristo y que de éste derivaron su nombre los cristianos.

Para algunos, Pilato fue un funcionario de rango medio bastante típico, que representaba

el asombroso poder del imperio en una parte sensible de los territorios orientales. Pero el hecho

de que ocupara el cargo durante 10 años indica tanto su astucia como su capacidad de sobrevivir

a la mayoría de las crisis que engendró.

Habitualmente se ha pensado que los territorios conquistados conservaban bastante

libertad en cuanto a su religión, y los Evangelios respaldan en parte esa teoría. Sin embargo,
investigadores sugieren que Pilato, fiel a las funciones de su cargo y en aras de mantener la

simpatía de Tiberio, propagó de alguna manera la religión romana en Judea.

La primera noticia de este hecho la tenemos de la pluma de Josefo, quien narra cómo los

gobernadores romanos de Judea habían evitado introducir en Jerusalén los estandartes militares

con la efigie del emperador por respeto a los escrúpulos judíos en cuanto a la fabricación de

imágenes. Al no seguir ese proceder, Pilato provocó la indignación de los judíos, que viajaron de

inmediato a Cesarea a protestar. Durante cinco días no hizo nada. Al sexto día ordenó a sus

soldados que rodearan a los manifestantes y los amenazaran de muerte si no se dispersaban.

Cuando los judíos respondieron que preferían morir antes que ver infringida su Ley, Pilato cedió

en su empeño y ordenó que retiraran los emblemas.

Mientras que Poncio Pilato es a menudo visto como agnóstico, en términos modernos, la

evidencia material de la acuñación de dos monedas en su gobierno, y un fragmento de piedra con

la inscripción de Pilato de Cesarea (dos hallazgos arqueológicos medianamente recientes

descubiertos en la antigua región de Cesarea), muestran a Pilato como un prefecto decidido a

promover una forma de religión romana en Judea. A diferencia de sus predecesores, en la

acuñación de sus monedas Pilato utilizó elementos iconográficos romanos propios del culto

imperial. Y en la piedra con la inscripción, Pilato era evidentemente responsable de dedicar un

Tiberieum al Dis Augustis (Tributo a Tiberio, “Dios Augusto”). Esta evidencia material puede

ser colocada junto con el informe en Philo Legatio ad Gaium (299-305) donde Pilato establece

escudos, también asociados con el culto imperial romano que honra a Tiberio en Jerusalén.5

5
Joan E. Taylor, Pontius Pilate and the Imperial Cult in Roman Judaea, (Cambridge, Reino Unido,
Cambridge University Press, 2006), 555.
Según la profesora del Departamento de Filosofía y Estudios Religiosos de la

Universidad de Waikato, Hamilton, Nueva Zelanda, Joan Taylor, “Las monedas de Pilato…

representan dos artículos claves del uso espiritual religioso específicamente romano: el lituus y el

simpulum. Al representar estos instrumentos en la moneda judaica, Pilato anunció rituales

particulares de culto exclusivamente romano.”6

En conclusión, tomando como base los informes de Josefo (Ant. 18,55-89; Bell. 2, 169-

177) y de Filón (De Leg. 299-305)7, y la arqueología de su numismática, es razonable el por qué

Pilato se hizo impopular entre los judíos desde su misma llegada a Judea (cuando decidió que sus

tropas entraran en la ciudad de Jerusalén con las enseñas descubiertas y la imagen imperial en

ellas, rompiendo el comportamiento habitual de sus predecesores, quienes respetaban

celosamente las leyes del Templo y la religión judía).

Se ha trazado este semblante de Pilato para demostrar que él, como ningún otro de los

prefectos romanos que gobernaron Judea, representó de la forma más exacta la imagen del

Imperio. Pilato ha sido visto como un débil y manipulable dirigente romano que cedió ante la

presión judía para asesinar a Cristo, o en menor proporción, como un político astuto que se

mantuvo fiel a su cargo y tomó decisiones basadas en su “romanidad”, tendientes a conservar la

Pax Romana, evitar disturbios innecesarios y conservar sin peligro su cargo e imagen ante

Tiberio.

Paul Barnett, en su libro Jesús y el Surgimiento del Cristianismo Primitivo (mencionado

por Utley8), da una explicación plausible de estos dos puntos de vista:

6
Ibíd, 558.
7
Paul, 57.
8
Bob Utley, “Cometario de Juan 18” Bible Study Tools.
http://www.biblestudytools.com/commentaries/utley/juan/juan18.html (Último acceso el 2 de abril de 2017).
Pilato no fue nombrado procurador en el 26 d.C. bajo Tiberio, quien estaba a favor de los
judíos (Filo, Legatio y Gaium, 160-161); sino por Sejanus, el consejero principal de
Tiberio, quien era antijudío.
 Llevando los símbolos romanos a Jerusalén (26 d.C), lo que no hicieron los otros
procuradores. Los símbolos de los dioses romanos irritaron a los judíos (Josefa Antq.
18; 31; Guerra judía 2.9.2-3).
 Acuñando monedas (29-31 d.C) que tenía grabadas la adoración de las imágenes
romanas. Josefo dice que fue para cambiar las leyes y costumbres judías (Josefo, Antiq.
18.4.1-2).
 Sacando dinero de la tesorería del Templo para construir un acueducto en Jerusalén
(Josefo, Antiq. 18.3.2; Guerra judía 2.9.3).
 Matando a varios galileos en Jerusalén mientras ofrecía un sacrificio durante la Pascua
(Lucas 13:12).
 Trayendo los escudos romanos a Jerusalén en el 31 d.C. El hijo de Herodes el Grande le
suplicó que los quitara, pero no lo hizo; entonces escribieron a Tiberio, quien exigió que
fueran devueltos por mar a Cesarea (Filo Legatio and Gaium, 299-305).
 Asesinando a muchos samaritanos en el Monte Gerizín (36/37 d.C) mientras buscaba
objetos religiosos secretos que se habían perdido. Esto hizo que el superior inmediato de
Pilato (Vitellius, Perfecto de Siria) lo quitara del cargo y lo enviara a Roma (Josefo,
Antiq. 18.4.1-2).

No está dentro de los objetivos de esta investigación profundizar sobre el juicio civil de

Jesús, -de este tema hay profusa bibliografía-, sino establecer de manera suficiente cómo en

Pilato se ve representado, de la mejor manera posible, todo lo que el Imperio Romano significó,

y cómo Jesús interpela, no al hombre, sino al Imperio.

2.2. El interrogatorio

Como se indicó anteriormente, el interrogatorio que Pilato dirigió en el juicio de Jesús

tuvo dos etapas cronológicas: antes y después de enviar a Jesús ante Herodes Antipas el Tetrarca

(suceso relatado únicamente por Lucas 23:6-12). Ambas conversaciones tienen puntos en común

que vale la pena profundizar.


2.2.1. El escenario: El pretorio

De la casa de Caifás, los acusadores llevan al Señor al pretorio, que era el término latino

para la residencia oficial del Gobernador romano cuando estaba en Jerusalén. Bien pudo ser la

fortaleza Antonio –que quedaba cerca del templo- o el gran palacio de Herodes. Por los registros

romanos sabemos que sus oficiales en Palestina se reunían con la Corte al amanecer.

Aparentemente, era el momento en que el Sanedrín deliberaba para dar cierta semblanza de

credibilidad y legalidad a los juicios de la noche. No entran al pretorio, dice Juan, “para no

contaminarse, y así poder comer la pascua” (Juan 18:28)9.

Pilato sale, interpela con los acusadores, vuelve a entrar al pretorio, llama a Jesús e inicia

el primer interrogatorio. Luego sale nuevamente a hablar con los judíos. Allí, según Lucas 23:6-

12, Jesús es enviado a Herodes Antipas y devuelto por éste nuevamente a Pilato. Luego de ser

injustamente azotado, Pilato lo exhibe públicamente, y al no obtener absolución de los judíos,

entra en el Pretorio y habla con Jesús por segunda vez.

La conversación se mantiene en privado, lejos del ruido de los acusadores judíos,

de los zelotes seguidores de Barrabás, del Rey Herodes que buscaba señales y despreció

al autor de ellas, de “toda la gente” (Mateo 27:17, 20). el gentío manipulado por el

sistema.

9
Este versículo está en el centro de una controversia con respecto a una aparente discrepancia histórica
entre los Evangelios Sinópticos, donde se afirma que Jesús comió la cena de la Pascua con sus discípulos (Mateo
26:17; Marcos 14:12; Lucas 22:1), y Juan, quien señala que esto sucedió el día antes (jueves) al día de la
preparación de la comida tradicional de Pascua. Al respecto, algunos como Raymond Brown, afirman que el término
"pascua" puede referirse a una actividad de la semana, la comida o el sábado especial. Otros, como John Lightfoot,
en su Comentario del Nuevo Testamento desde el Talmud y la Hebraica, afirman que la “Pascua aquí no significa el
cordero Pascual, sino el Corbán JaGuigá o la preparación de la ofrenda o el cordero a ser sacrificado. Si el comienzo
de la festividad era en día no Shabbat, se ofrendaba también un sacrificio Shlamim -de pacificación-, conocido como
JaGuigá. Este último se hacía por lo general entre maestros y alumnos, para que luego estos últimos fueran a sus
casas o familias a celebrar el pésaj del 14 de Nisán.
2.2.2. El lenguaje: El reino

Más en el primer interrogatorio que en el segundo, el tema de conversación gira en torno

al reino. Pilato se enfoca en el reino terrenal, indagando si Jesús sería un peligro para la

soberanía romana, y Jesús responde en el lenguaje de su reino, el que trasciende al mundo, el

espiritual. El símbolo del poder de esta tierra menosprecia a quien “sustenta todas las cosas con

la palabra de su poder” (Hebreos 1:2c), quien irónicamente se mantiene casi en silencio y se

somete. Este hecho corrobora sin lugar a dudas el carácter de los dos reinos.

2.2.3. El locus: la misión.

Hay un “lugar común” en el cual el interrogatorio se convierte en diálogo: cada uno de

los interlocutores habla desde su Misión. El Pretor, desde la misión de librar al Imperio de

cualquier brote de insurrección, de reverenciar en cada acto a Roma y a su Emperador, pregunta:

¿Eres tú el rey de los judíos? Cuando Jesús responde, Pilato insiste: ¿Luego, eres tú rey? Su

interés está claramente determinado en discernir algún indicio de atentado contra su imperio y su

soberano, a quien considera dios. Y al frente suyo, el acusado, también respondiendo desde su

Misión: establecer su Reino, que no es de este mundo, un Reino que se fundamenta en la verdad

suprema, Él mismo como Verbo encarnado (Juan 14:5; Juan 17:17) .


CAPÍTULO 2

CLAVES PARA INICIAR EL DIÁLOGO IGLESIA-SISTEMA

Las crecientes crisis latinoamericanas hacen urgente un replanteamiento de la posición de

la Iglesia frente al sistema dominante. Las que están en desarrollo: la inmensa crisis social

desatada por dictadura Chavista-Madurista en Venezuela y el caso del grupo Odebrecht, acusado

de haber sobornado a gobiernos y autoridades de una docena de países de América Latina y

África a cambio de obtener importantes contratos, sumadas a las crisis internas de Colombia

generadas por la polarización política del país a causa del proceso de paz firmado con las FARC

y que el gobierno Santos echó a rodar a pesar de haber perdido el plebiscito; y los

cuestionamientos por la entrada de dineros de Odebrecht a las campañas presidenciales del 2010.

Por donde se mire, el sistema político latinoamericano –para no ir más lejos- está haciendo agua.

Crisis que no son nuevas por tener un denominador común: sed de riqueza y de poder.

Las mismas motivaciones que dieron, hace más de dos milenios, el contexto en que se dió el

Imperio Romano, bajo el cual se desarrolló el diálogo Jesús-Pilato.

El mundo siempre ha vivido bajo imperios, y quienes identifican al actual como el

norteamericano pusieran quedarse cortos. Los atentados del 11 de septiembre cambiaron esa

imagen al demostrar la vulnerabilidad de los Estados Unidos frente al terrorismo (y que bien

podría recordar al Imperio Romano frente los bárbaros). Como afirma el Sacerdote Jesuita

Xavier Alegre: Todo imperio acaba siendo destruido porque no atiende al significado y

consecuencias de las plagas que comporta su actuación injusta al servicio de los ídolos del dinero

y el poder.Las plagas que sufre, también las actuales, son la consecuencia de los atentados

18
ecológicos, la ambición del poder y del dinero, que ha llevado a guerras como las de Irak o las

masacres en África, a la violencia de género, al hambre de más de mil millones de personas en el

mundo, etc.10 (En este etcétera se puede incluir la profunda crisis que vive Venezuela por estos

días).

Frente a esta realidad, ¿Cómo ha enfrentado la Iglesia el diálogo con el Sistema en el cual

se encuentra inmersa? El interrogatorio-diálogo de Pilato y Jesús puede brindar una hoja de ruta,

pues hoy en día todavía el “Imperio-Sistema” nos interroga.

2.1. El escenario del diálogo

La Iglesia de las décadas recientes ha intentado establecer diferentes escenarios para el

ineludible encuentro. Se ha puesto al lado de los diferentes protagonistas, haciendo un intento

por “hacerse escuchar”:

2.1.1. El escenario de los zelotes

Con la Teología de la Liberación, nacida en la cuna Latinoamericana, la Iglesia ha

intentado dialogar-confrontar al sistema desde las Universidades, los campos, las plazas, lugares

en donde se concentran los pobres y oprimidos…e incluso en Colombia desde los montes y las

selvas de la subversión con el origen del ELN. José González Faus ubica “la voz desoída de

Dios” en la Teología de la Liberación (TL): “Me refiero a la TL. Más allá de si hoy está en crisis

o si ha fracasado, la TL podría haber supuesto la inversión (con-versión) de ese camino

equivocado que hemos descubierto en el horizonte cristiano”11 . Uno de los más prominentes

10
Xavier Alegre, SJ. Resistencia y Esperanza cristianas en un mundo injusto (Barcelona, España,
Cristianisme I Justicia, 2010), 7.
11
José González Faus, SJ. Estados Terrocráticos (Barcelona, España, Cristianisme I Justicia, 2006), 24
exponentes de la TL, que existe tanto dentro del catolicismo como del protestantismo, afirmaba:

“Un mundo de comunismo perfecto es el Reino de Dios en la Tierra”12

La historia ha demostrado que el comunismo, lejos de establecer el Reino de Dios en la

Tierra, o ser “su voz”, ha dejado tras de sí una estela de frustración, violencia y dolor. En

Colombia han sido más de 8 millones de víctimas las que ha dejado el conflicto armado.13 El

comunismo en Colombia ha demostrado ser ideológicamente débil en su compromiso con los

pobres y políticamente ineficaz en su representación pública cuando ha tenido la oportunidad de

gobernar.

Así que el escenario planteado por la Teología de la Liberación radical ha resultado

infructuoso.

2.1.2. El escenario de Herodes

A la TL respondió en su época la Teología Dogmática desde el pentecostalismo. Quiso

plantar el escenario en las señales. Interpretó a a TL como una amenaza al dogma, sobre todo por

su alianza con el socialismo, el diálogo inter-eclesial y el ecumenismo. El teólogo pentecostal

Carlos Jiménez escribía:

Hasta que venga Jesucristo, el avivamiento pentecostal continuará en la tierra. Recogerá


el fruto precioso de la tierra, madurado por “la lluvia tardía”. Los creyentes recogerán
abundante cosecha. Frente a esos retos y a las oportunidades que se presenten, los
pentecostales deben hacer frente con la humildad, el valor y la responsabilidad que
conlleva su posición y llamamiento. Al igual que los despreciados y humildes creyentes

12
Richard Wurmbrand. El Marx desconocido (San José, Costa Rica, La Voz de los Mártires,1988), 163.
13
Justicia. Víctimas del conflicto en Colombia ya son ocho millones. El Tiempo
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16565045 (Último acceso 10 de abril de 2017)
del siglo primero, ellos son, de una manera especial, los agentes de Dios para hacer
cumplir sus propósitos en la tierra.14

Algo más de 20 años después, este propósito contra-liberacionista del pentecostalismo

desembocó, por un lado, en la Teología de la Prosperidad, por otro, en el Neopentecostalismo.

Ambas propuestas se encuentran hoy en plena vigencia, y aunque han sido populares y eficaces

en cuanto al crecimiento numérico de las Iglesias, avivamientos como el que le dio origen en la

Calle Asuza no se han vuelto a replicar en 100 años, ya que a las señales se les ha puesto precio

bajo el pretexto de la siembra y la cosecha.

2.1.3. El escenario de “toda la gente”

El Movimiento 15M, es un movimiento social que surgió el domingo 15 de mayo de

2011, con una serie de manifestaciones por toda España, siendo la más importante en número y

repercusión la de la Plaza de Sol en Madrid. Con la ayuda de las redes sociales, especialmente

Twiter, el movimiento se replicó y se convirtió en sinónimo de los indignados, que reclaman un

cambio de sistema profundo. Consideran que los políticos están en manos de los banqueros. Que

la democracia actual no funciona. Que precisa de una revisión urgente. Este fenómeno social,

que para su tercera jornada en octubre del mismo año ya se había replicado en 951 ciudades de

85 países, puso de moda el fenómeno de las marchas. En Colombia, fue histórica la marcha del

10 de agosto de 2016, en donde millones de creyentes entre católicos y de otras corrientes

cristianas protestaron por el cambio en las cartillas de los colegios para incluir la ideología de

género en los manuales de convivencia. La repercusión de esta marcha provocó la renuncia de la

Ministra de Educación de la época, declarada públicamente lesbiana, y como coletazo influyó

notoriamente en el triunfo del NO en el plebiscito que buscaba la legitimización del acuerdo de

14
Carlos Jiménez, Crisis de la teología contemporánea (Miami, FL, Editorial Vida, 1994), 218.
paz del gobierno y las FARC. Con este fenómeno se da inicio a un nuevo escenario de

interlocución de la Iglesia frente al sistema de gobierno: las calles y las redes sociales. Los

cristianos, como miembros de la sociedad civil indignada, entran así a adquirir un protagonismo

que les era lejano. Se han convertido en un grupo de importancia electoral y el Estado ha

comenzado a tenerlos en cuenta. Falta todavía camino por recorrer para ver si esta nueva forma

de diálogo tendrá repercusión en la manera como la Iglesia lleva a cabo su misión.

2.2. El lenguaje de reino.

La historia de la Iglesia marca con Constantino el cambio de lenguaje de reino celestial a reino

terrenal. Con el Edicto de Tolerancia, en el 313 d.C., se da comienzo a la Iglesia Imperial, y con

ella el fin de la persecución y el comienzo de la unión entre la Iglesia y el Sistema. De hecho, el

mismo Emperador considerado cristiano por la historia, estaba muy alejado en su práctica de

aquellos que dieron su vida por el evangelio en los siglos anteriores:

Durante buena parte de su carrera política, Constantino parece haber pensado que el Sol
Invicto y el Dios de los cristianos eran perfectamente compatibles, y que los demás
dioses, a pesar de ser deidades subalternas, eran sin embargo reales y relativamente
poderosos. Por esta razón Constantino podía consultar el oráculo de Apolo, aceptar el
título de Sumo Sacerdote de los dioses que tradicionalmente se concedía a los
emperadores, y participar de toda clase de ceremonias paganas sin pensar que con ello
estaba traicionando o abandonando al Dios que le había dado la victoria y el poder.15

No muy lejos de esta praxis, hay quienes hoy pueden fácilmente mezclar el lenguaje

cristiano con el de la sociedad en la que se encuentra inmersa la Iglesia: Es el caso del pastor

principal de la congregación Lakewood Church, Joel Osteen, quien escribió un libro titulado:

“Su mejor vida ahora, siete pasos para vivir a su máximo potencial”, libro que estuvo en la lista

15
Justo González, Historia del Cristianismo (Miami, FL, Editorial Unilit, 1994), 164.
del número 1 del New York Times, es decir, se convirtió en un Betseller. En su introducción reza

lo siguiente: “Los individuos contentos, exitosos y plenamente satisfechos son aquellos que han

aprendido a vivir su mejor vida ahora. Viven el máximo momento y de esta manera mejoran su

futuro, y usted puede hacer lo mismo.”16 Que lenguaje tan diferente al de, por ejemplo, el

Apóstol Pablo: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son

comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.” (Romanos 8:18). El

pastor Osteen habla, por ejemplo, de: expandir la visión, visualizar el futuro, elevar su nivel de

expectativa, programar su mente para el éxito. Lenguaje motivacional, que se encuentra en boca

de los mejores “Coaches de Vida”. El mismo título del libro, “Su mejor vida ahora”, hace a un

lado la esperanza escatológica del reino que Jesús predicó. Esto es sólo un ejemplo del lenguaje

mezclado con sicología motivacional que se opone al “en el mundo tendréis aflicción, pero

confiad, yo he vencido al mundo” de Jesús en Juan 16:33. Quienes asumen esta tendencia entre

la motivación y la prosperidad, llenan sus templos, pero parece que han olvidado que “el reino de

Jesús no es de este mundo”, y que “los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que

sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores: más no así vosotros, sino sea el mayor

entre vosotros como el más joven, y el que dirige como el que sirve” (Lucas 22:25-26).

El lenguaje del reino de Jesús es opuesto al de este mundo: es un lenguaje de amor, de

servicio, en donde son bienaventurados (más que felices) los pobres en espíritu, los que lloran,

los que tiene hambre y sed de justicia, los mansos. No se afirma con esto que un cristiano no

pueda ser exitoso. Pero la fuente de su éxito jamás será su “mente reprogramada para el éxito”

sino más bien la “transformación del entendimiento para comprobar cuál sea la buena voluntad

16
Joel Osteen. Su mejor vida ahora (Lake Mary, FL, Casa Creación, 2005), vii.
de Dios para nosotros” de Romanos 12:2, incluido si esa voluntad de Dios nos lleva a estar

“sufridos en la tribulación” del versículo 12.

Otro lenguaje que ha permeado a la Iglesia de manera contundente ha sido el del

“liderazgo”. Tal vez uno de los fenómenos más recurrentes en este tema hoy en día, es el hecho

que muchos tratan de “empatar” las modernas teorías de liderazgo a los personajes bíblicos. Se

vende la idea de ser un líder como Moisés, como Josué, como Elías, como Nehemías, como

Pablo e incluso como Jesús. Pero ninguno de ellos fue un líder, por lo menos desde el sentido

moderno del liderazgo. Es más, muchos de ellos actuaron de manera totalmente opuesta a lo que

haría un líder de éxito moderno. Quizás muchos de ellos no hubiesen pasado una entrevista de

trabajo en una organización moderna. Otro prominente autor y profesor de estudios teológicos

latinoamericano, quien escribió un libro sobre la faceta de Jesús como “ejecutivo”, afirma:

“Pocos lo han descubierto –a Jesús- como el jefe ejecutivo, el líder administrativo que supo

reclutar, entrenar, inspirar, motivar y dirigir un equipo de doce hombres que, bajo su influencia y

dirección y de acuerdo con sus planes y objetivos, conquistaron al mundo para su causa”17.

Suena bien, y seguramente las intenciones son buenas, pero frente al texto bíblico, las

diferencias son enormes:

• Jesús no fue un líder administrativo, es el Señor del Universo (Fil 2:11).

• Jesús no reclutó –como lo hacen los directivos y empresas modernas-, Jesús llamó

(Mt 9:9).

• Jesús no entrenó –no fue un coach como muchos se autodenominan hoy-, Jesús

modeló (1 Pedro 2:21).

17
Luciano Jaramillo Cárdenas. Jesús Ejecutivo (Miami, FL, Editorial Vida, 2001), 8.
• Jesús no inspiró ni motivó -despertar o causar en el ánimo un sentimiento, una

sensación o una impresión-. Jesús transformó vidas enteras, y lo sigue haciendo (2

Cor 5:17).

• Jesús no dirigió un equipo, es la Cabeza de un cuerpo (Efesios 1:22-23).

El lenguaje de Jesús no es el lenguaje del liderazgo secular, es el lenguaje del servicio (Juan 13)

2.3. El locus: La Misión

¿Por qué permaneció el Señor callado frente a los retos que le imponía Pilatos? ¿Por qué

no se defendió? La clave está en el Getsemaní. Allí, el Señor subordina su autoridad a su Misión:

“He acabado la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4). Y definió también la Misión de la

Iglesia: “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo; santifícalos en tu verdad; tu

palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo”. En palabras

de Frank Stag: “Hay un solo ministerio esencial en la Iglesia, el ministerio perpetuo del mismo

Señor resucitado y siempre presente. O sea que Jesucristo –quien ministro en Judea, Samaria y

Galilea- continúa su ministerio por medio de la Iglesia, su cuerpo. Él es quien predica toda

verdadera predicación. Él es quien sana, conforta, juzga, dirige. Todos los otros ministerios

dentro de la Iglesia se derivan y dependen de ese viviente Señor Jesús”18.

Se hace necesario revaluar la Misión de la Iglesia para poder entablar un diálogo efectivo

con el Sistema: ¿Es una misión social, política, educativa? ¿O es la que Jesús mismo expresó:

“les he dado a conocer tu nombre” –era esa la respuesta que Pilato se quedó esperando cuando

preguntó: ¿Qué es la verdad? -. Lo social, lo político, lo educativo o cualquier otro locus –los

pobres, la prosperidad, los milagros, el género- debe está subordinado y servir de herramienta a

18
Frank Stagg, Teología del Nuevo Testamento (El Paso, TX. Casa Bautista de Publicaciones, 1976), 248.
la Misión dada por Jesús, esa Gran Comisión que todavía es vigente: Hacer discípulos en todas

las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles

todas las cosas que Él nos ha mandado, porque Él está aún medio de la Iglesia como su centro, y

lo estará hasta el fin del mundo.

Jesús interpeló con Pilato desde su Misión, y entendió a su vez la misión de aquel: por

esto sus palabras “Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba: por tanto,

el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.”


CONCLUSION

La Iglesia siempre ha tenido, a lo largo de la historia, que establecer diálogos con el

mundo porque el mismo Señor lo señaló: “No ruego que los quites del mundo, sino que los

guardes del mal” (Juan 17:15). Y lo ha hecho a través de múltiples formas, dependiendo del

momento y del dogma predominante. El mundo, y Latinoamérica especialmente, está pasando

por momentos cruciales en sus bases democráticas, en donde se hace necesario sentar una

postura como Iglesia.

Jesús nos presenta una ruta a seguir a través de su diálogo con el sistema imperial

representado en Pilato, en medio de una circunstancia especial y muy conflictiva en su vida: el

juicio romano. Y desde este acontecimiento podemos mirar la realidad latinoamericana hoy, y

encontrar una manera de interpelar con el sistema predominante.

La ruta comienza por el lugar de interpelación: el “pretorio”, que no es otra cosa que la

intimidad con el individuo, lejos del ruido de la religiosidad, del liberacionismo radical, de la

plaza pública, de la búsqueda de la riqueza fácil, del milagrero a sueldo. Al fin y al cabo, la

conversión y la salvación son asuntos personales, aunque la comunidad importa, pero más como

multiplicadora del mensaje y receptora del convertido que como establecimiento político de

lucha contra la opresión que, en esta era, no cesará (A los pobres siempre los tendréis con

vosotros)

El segundo paso tiene que ver con el lenguaje del diálogo: la interlocución solamente

resultará válida si se realiza en términos de reino: reino establecido en la tierra, pero reino no de

este mundo. El ya pero todavía no, que no descarta el sufrimiento y el dolor, es más, pasa por

ellos como camino a la redención, ya aquí, ya la perfecta en el futuro. El éxito no depende del

27
lenguaje motivador del mundo, ni del lenguaje subversivo, ni del lenguaje financiero, ni del

lenguaje contestatario en lo social, en lo político, en lo del género. Es el lenguaje del Reino, que,

como lo determinó Jesús ante Pilato, es el lenguaje de la verdad, la verdad que lleva a conocer al

Padre, la verdad centrada en Cristo. Es el lenguaje del servicio.

Y como tercer paso, el establecimiento del locus en la Misión, y para esto es necesario

recordar y releer la Misión de la Iglesia desde la Misión de Cristo, la Misión restauradora que da

cabida a todas las manifestaciones de amor y misericordia en el presente, siempre y cuando no se

pierda de vista la meta de la salvación eterna. Porque el único Reino que perdurará hasta la

eternidad es el de Cristo.
BIBLIOGRAFÍA

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