Qué Es La Fe
Qué Es La Fe
Qué Es La Fe
¿Cómo tener la fe
verdadera en Dios?
Lo que Dios nos exige a cada uno de nosotros como cristianos es que
tengamos auténtica fe. La Biblia relata muchos ejemplos de personas que vieron
fe. Moisés tenía fe en Dios y, guiado por Él, pudo superar el sinfín de obstáculos y
que, sean cuales sean las penurias que experimentemos en la vida —fracasos en
finalmente Su aprobación.
Tal vez algunos hermanos y hermanas, al oír hablar de la fe, declaren con
todo momento, lo que demuestra que soy una persona de fe”. “Creo que el Señor
He fundado iglesias por todas partes y sufrido mucho sin quejarme jamás. Todas
estas cosas que tenemos auténtica fe en Dios? Merece la pena que todos
Jamás una dificultad me ha impedido hacer estas cosas. Estoy más que dispuesta
a dejar de lado mis comodidades humanas para servir al Señor con entusiasmo,
por lo que me considero una persona amante y devota del Señor y que tiene fe en
que mi fe en Dios era tan pobre que daba pena, que no era nada de lo que
entorno, la mayoría estaban igual. Algunos, por lo general, dejan de asistir a los
servicios religiosos cuando sus horarios les coinciden con asuntos domésticos o
profesionales, con el fin de que no se vean afectados sus propios intereses. Puede
que otros oren al Señor para pedirle una salida la primera vez que se bloquean
los amigos de su entorno que parecen tener poder y autoridad o es posible que
que participan con entusiasmo en todos los aspectos del trabajo de la iglesia
cuando reciben bendiciones del Señor, pero cuando sucede algo terrible en casa o
que no implica que tengamos auténtica fe en Él. Sobre todo, no implica que nunca
vayamos a negar ni a abandonar a Dios sea cual sea el entorno en que nos
promesas y sacar algún provecho. Por eso nuestra fe en Dios no tiene nada de
puede considerarse una persona de auténtica fe. Veamos ahora las experiencias
1. La fe de Abraham
Cuando Abraham tenía cien años, Dios le prometió que le concedería un hijo,
Isaac. Sin embargo, cuando Isaac creció, Dios le dijo a Abraham que tenía que
ofrecerlo en sacrificio. Es probable que a muchas personas les parezca que esta
que, si nos sobreviniera esa clase de prueba, sin duda trataríamos de rebatir a
Dios. Sin embargo, ante esto, la reacción de Abraham fue justo la contraria a la
que esperaríamos. No sólo no rebatió a Dios, sino que fue capaz de someterse
y Abraham edificó allí el altar, arregló la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso en el
altar sobre la leña. Entonces Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para
sacrificar a su hijo” (Génesis 22:3, 9-10). Todos los seres humanos son de la
carne: somos sensibles y, ante algo así, seguro que sufrimos y nos duele. En
obedecer Su mandato porque sabía que Dios primero le había concedido a Isaac y
grandes naciones.
2. La fe de Job
La Biblia nos cuenta que Job tenía una familia muy próspera, así como diez
Sin embargo, tentado y atacado por Satanás, Job perdió todas sus posesiones y a
sus hijos en un solo día, tras lo cual todo su cuerpo quedó llagado. Con aquella
prueba, Job pasó de ser el más grande hombre a la persona más desvalida de
Oriente, y además fue juzgado y atacado por su familia y sus amigos. Ni siquiera
ante semejante prueba profirió Job una sola palabra de queja a Dios y hasta se
regresaré a él; Jehová dio y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová”* (Job
1:21); y “¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal?” (Job 2:10).
Gracias a esta prueba, Job pudo abstenerse de pecar de palabra y presentarse
ante Dios en oración. Esto demostró que llevaba a Dios en su corazón, que tenía
auténtica fe en Él, que creía que todas las circunstancias y cosas estaban en las
décadas de vida, Job había experimentado profundamente que todo cuanto tenía
sus riquezas, que no eran fruto de su labor. Así pues, si Dios quería quitarle lo que
previamente le había dado, era natural y correcto y él, como ser creado, debía
someterse a que Dios le quitara esas cosas. No debía rebatir a Dios y, sobre todo,
no debía quejarse de Él; aunque le arrebatara la propia vida, sabía que no debía
proferir ni una sola queja. El testimonio de Job humilló del todo a Satanás y
después Dios se apareció a Job en medio de una tempestad para otorgarle más
bendiciones todavía.
Con las experiencias de Abraham y Job vemos que, para lograr una auténtica
También debemos conocer realmente nuestro lugar como seres creados y estar
en posesión del razonamiento propio de las criaturas humanas. Por grandes que
Su lado y seguirlo sin vacilar. Por grande que sea el sufrimiento que soportemos,
rechazados por sus familias y amigos tras hacerse creyentes o a cuyas familias se
les presenta una desgracia, pero que nunca se quejan a Dios y son capaces de
Dios en todas las personas, circunstancias y cosas que nos encontremos a diario
y, tanto si los entornos dispuestos por Dios están en consonancia con nuestras
tenemos que conocer nuestro lugar como seres creados y buscar la voluntad de
intenciones de Dios en los ambientes que dispone para nosotros, de modo que
aprendamos algo de todo cuanto vivimos y veamos los actos de Dios en todo
cuanto Él orquesta. Entonces, poco a poco, nuestra fe en Dios será cada vez más
auténtica, como la de Job: no era innata a él, sino que fue creciendo mientras
sean las penurias o pruebas que nos sobrevengan y por grande que sea nuestro
fe, buscar activamente la voluntad y las exigencias de Dios para con nosotros,
testimonio de Él.