San León Magno. El Misterio de La Navidad
San León Magno. El Misterio de La Navidad
San León Magno. El Misterio de La Navidad
SERMÓN 9
DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
Por lo cual, muy amado, puesto que por la inefable gracia de Dios la Iglesia de los
fieles gentiles ha conseguido lo que la sinagoga de los judíos carnales no mereció, al
decir David: El Señor ha revelado su salvación, entre las gentes ha revelado su justicia
(Ps., 92, 2); y predicando lo mismo Isaías: El pueblo que estaba sentado en tinieblas
ha visto una gran luz, a los que moraban en la región de sombras mortales les ha
nacido un resplandor (Is., 9,2), y también: Las gentes que no te conocían, te invocarán,
y los pueblos que no tenían noticia de ti, irán hacia ti (Is., 55, 5), regocijémonos en
el día de nuestra salvación y elegidos por el Nuevo Testamento para tomar parte
con aquél, a quien dice el Padre por el profeta: Tú eres mi Hijo, y hoy te he
engendrado. Pídeme y te daré las gentes como herencia y por posesión los confines
de la tierra (Ps., 2, 7), gloriémonos en la misericordia del que nos adopta, porque
como dice el apóstol: No habéis recibido espíritu de esclavos en temor, sino que
habéis recibido espíritu de adopción de hijos, con él cual clamamos, Abba, Padre
(Rom., 8, 15). Es por todo digno y conveniente que la voluntad manifestada por el
Padre se cumpla por los hijos en adopción, y al decir el Apóstol, Si padecemos
juntamente, juntamente seremos glorificados (Rom., 8, 17), sean ahora participantes
de las humillaciones de Cristo, los que serán coherederos de la gloria venidera.
Honremos en su infancia al Señor, ni tengamos como menoscabo de la divinidad
estos comienzos y crecimientos corporales, porque a la naturaleza que no cambia (la
naturaleza divina) nada le añade ni le quita nuestra naturaleza, sino que aquél que
quiso hacerse como los hombres en la semejanza de la carne, permanece igual al
Padre en la unidad de divinidad; con quien el Espíritu Santo vive y reina por los siglos
de los siglos. Amén.