Los Tres Monos
Los Tres Monos
Los Tres Monos
FRANCESC MIRALLES
Ser cuidadosos con lo que decimos, escuchamos y miramos es la mejor manera de preservar
nuestra serenidad y optimismo.
CASI TODO el mundo ha visto alguna vez una reproducción de “los tres monos sabio“, como
se conoce a estos animales que se tapan los ojos, los oídos y la boca, respectivamente. Sin
embargo, pocos saben el significado para la vida cotidiana de esta escultura de madera del siglo
XVII.
Sin embargo, existe un paralelismo entre el mensaje de los monos y los tres filtros de Sócrates.
De forma muy resumida, esta historia atribuida al sabio ateniense cuenta que un discípulo
acudió a su casa para comunicarle que un amigo suyo le había estado criticando. Antes de
que el mensajero pudiera proseguir, Sócrates le preguntó si ya había pasado aquello que quería
decirle por los tres filtros, que se corresponden con estas tres preguntas:
Verdad: ¿Has examinado con detenimiento si aquello que quieres decir es verdadero en todos
sus puntos?
En el caso de Sócrates, su discípulo contestó a los tres filtros con un “no“, a lo que el sabio
contestaría:
El mono que se cubre la boca, Iwazaru, está relacionado con los tres filtros de Sócrates, que
son un método para no transmitir el mal. Las personas que se andan siempre con chismes
pueden resultar amenas al principio, pero quienes las escuchan se ponen inmediatamente en
guardia, ya que temen ?acertadamente? ser el objeto de las críticas en una próxima ocasión.
Por lo tanto, hablar mal de los demás nos desacredita.
La lección del mono que se tapa los oídos, Kikazaru, es que, siempre que nos sea posible,
conviene no escuchar los mensajes negativos que nos quieren transmitir los demás, o incluso los
medios de comunicación. Aunque no propaguemos directamente las habladurías, el hecho de
escucharlas ya intoxica nuestra mente.
-Esta semana ha estado llena de hechos funestos. ¿Te los puedo contar?
-No, por favor. Hoy me he levantado con un estado de ánimo alegre y me gustaría permanecer
así. Ya me lo cuentas más adelante, ¿vale?
Sin llegar a este extremo, cuando alguien quiera hablar sobre otra persona, podemos desviar
la conversación hacia otro tema, lo cual equivaldrá a taparnos los oídos, pero sin ofender al
otro.
El tercer mono, Mizaru, nos recomienda no mirar hacia el lado oscuro de la realidad, a no
ser que estemos saliendo de un pozo. Cada día nos suceden muchas cosas positivas y negativas.
Si ponemos nuestros sentidos en estas últimas, todo nos resultará difícil y desesperante. En
cambio, si nos enfocamos hacia el lado soleado del mundo, incluyendo las virtudes de los demás,
avanzaremos mucho más ligeros.
La enseñanza de estos tres animales sabios se puede resumir así: tu mente crea tu mundo,
así que vigila lo que entra y sale de ella.