Semana 2

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DROGAS: Más información

menos riesgos. “Problema


drogas: compromiso de Todo”
Saber más para decidir mejor

¿PODEMOS ACTUAR DE UN MODO MÁS INTELIGENTE EN RELACIÓN A LAS


DROGAS?

Existen pocos asuntos tan rodeados de estereotipos y prejuicios como el consumo de drogas.
Una conducta sobre la cual, aún, cuando la mayoría de las personas se consideran bien
informadas, en la práctica las “informaciones” de unos, muchas veces se contradicen
fuertemente con las de otros.

En ocasiones parecería incluso que, aunque supuestamente se está hablando de lo mismo,


en realidad se hace referencia a realidades distintas.

Hay quienes piensan que los consumidores de drogas son unos viciosos irresponsables,
mientras que otros los ven como unos auténticos vividores; para algunos, son enfermos
necesitados de tratamiento, mientras otros los consideran personas inmaduras que cambiarán
con la edad. Algunas opiniones ven en las drogas una amenaza cierta de adicción, mientras
otros ven en su uso el colmo de la libertad individual.

¿Cómo puede un mismo asunto provocar tantas y tan diferentes reacciones? ¿Cómo es
posible que una misma conducta de lugar a tan diversos y apasionados posicionamientos?

¿Es posible poner un poco de claridad y certeza sobre el tema? ¿Podemos acceder a
conocimientos científicos que nos ayuden a formarnos una visión más realista del asunto?
¿Es posible una visión que nos ayude a tomar las decisiones más inteligentes?

LA INFORMACIÓN ES PODER… PARA DECIDIR

Algunas personas tienen miedo a brindar información sobre el tema drogas. Como si disponer
de una información adecuada sobre ellas fomentase su consumo. Sin embargo, la realidad es
otra bien distinta. La información es un recurso indispensable para tomar decisiones
inteligentes y autónomas ante cualquier desafío (el consumo de drogas, en este caso). Los
riesgos reales proceden de la ignorancia. No hay elección libre sin un saber adecuado.
Una sociedad más culta, más informada y mejor formada sobre el consumo de drogas, será
más capaz de convivir en un mundo en el que éstas existen, reduciendo el riesgo de
establecer con ellas relaciones conflictivas.

¿QUÉ TAL SI DEJAMOS DE LADO LOS PREJUICIOS E INTENTAMOS ACERCARNOS A


UN SABER MÁS CIENTÍFICO?

El fenómeno del consumo de drogas y adicciones es uno de los asuntos más complejos que
vive la humanidad (por su relación con la química, la biología, la historia, la psicología, la
filosofía, el arte…).

En las páginas que siguen nos proponemos presentar una información objetiva, científica, útil
para construir un conocimiento más racional sobre las drogas; para crear una percepción que
ayude a adoptar una actitud autónoma y consciente frente al tema.

Jóvenes, padres, madres, educadores, y todo aquel que desee disponer de un mayor saber
encontrará en esta publicación algunas claves de reflexión útiles para adoptar actitudes más
serenas y racionales ante el consumo de drogas. No nace con vocación de enciclopedia, sino
de guía, de brújula capaz de orientar la toma de decisiones con relación a un asunto, el
consumo de drogas, ante el que tarde o temprano toda persona tiene que tomar sus propias
decisiones.

DISTINTAS RELACIONES CON LAS DROAS

¿QUÉ SON LAS DROGAS Y LAS ADICCIONES?

El ser humano puede hacerse dependiente de una amplia diversidad de objetos y hasta de
personas. Es así que se puede hablar de dependencia al juego, a la televisión, a Internet, al
sexo, etc. Esto significa que el fenómeno de las adicciones excede la situación de
dependencia de las drogas, y en el mismo se entrelazan factores individuales, familiares,
sociales, culturales, que contribuyen al establecimiento de vínculos adictivos. Prevenir, pues,
implica actuar sobre todos los factores involucrados en la problemática.

DEFINICIONES

Una primera definición de drogas psicoactivas realizada por la Organización Mundial de la


Salud (OMS) nos permitirá tener una idea clara de lo que llamamos droga: “Droga es toda
sustancia ya sea de origen natural o sintética que una vez que es introducida al organismo es
capaz de alterar una o más de sus funciones”. Esta es una definición amplia de droga que
abarca sustancias que uno habitualmente no incluiría como los medicamentos.
Dentro de esta definición de droga cuando nos referimos a las adicciones, nos referimos a un
tipo de drogas en especial que son las llamadas psico-trópicas o psico-activas, son aquéllas
drogas cuyo efecto principal se ejerce en el sistema nervioso central (SNC) provocando
alteraciones del estado de ánimo, conducta, comportamientos, conciencia y percepciones.
Esta definición que es farmacológica, permite clasificarlas según su efecto en el SNC y así
cada droga nueva que aparece en el mercado, puede ser ingresada en una de ellas.

Según otra definición “Droga será cualquiera de las múltiples sustancias que el hombre ha
usado, usa o inventará a lo largo de los siglos, con capacidad para modificar las funciones del
organismo vivo que tienen que ver con su conducta, su juicio, su comportamiento, su
percepción o su estado de ánimo” (Jaime Funes Arteaga).

Teniendo en cuenta estas definiciones, no es adecuado hablar de “la droga” como un


fenómeno único y uniforme. Considerando que existen diversas sustancias, consumidas de
distintas formas por diversas personas en diferentes contextos y que pueden dar lugar a
variados tipos de situaciones más o menos problemáticas, resulta más apropiado referirse a
LAS DROGAS.

NO TODAS LAS DROGAS SON IGUALES

Como se dijo, las drogas no constituyen una realidad única, sino que están caracterizadas por
una notable diversidad. Ya ha quedado atrás la mención a “la droga”, expresión que no solo
no agrega información, sino que dificulta la comprensión global del fenómeno.

De acuerdo con el efecto que producen en el SNC las drogas se clasifican de la siguiente
manera: drogas depresoras, drogas estimulantes, drogas perturbadoras.

Drogas depresoras del sistema nervioso central

Se trata de una familia de sustancias que tienen en común la capacidad para entorpecer el
funcionamiento habitual del SNC - Sistema Nervioso Central, provocando reacciones que
pueden ir desde la desinhibición hasta el coma, en un proceso de adormecimiento cerebral.

Las más importantes de este grupo son:

 -Alcohol
 -Opiáceos: heroína, morfina, metadona, propoxifeno, meperidina, etc.
 -Tranquilizantes: pastillas para calmar la ansiedad
 -Hipnóticos: pastillas para dormir
 -Solventes (inhalantes): pegamentos, nafta, pinturas, etc.
Drogas estimulantes del sistema nervioso central

Grupo de sustancias que aceleran el funcionamiento habitual del SNC, provocando un estado
de activación que puede ir, por ejemplo, desde una mayor dificultad para dormir tras el
consumo de café, hasta un estado de hiperactividad tras el consumo de cocaína o
anfetaminas.

Entre estas drogas, podemos destacar por su relevancia las siguientes:

 Estimulantes mayores: anfetaminas y cocaína


 Estimulantes menores: nicotina
 Xantinas: cafeína, teobromina, etc.

Drogas perturbadoras del sistema nervioso central

Sustancias que trastocan el funcionamiento del SNC, dando lugar a distorsiones perceptivas,
alucinaciones, ilusiones etc.:

 LSD
 Hongos del género psilocibes
 Datura arborea (Floripón)
 Derivados del cannabis: marihuana, hachís, etc.
 Drogas de síntesis: éxtasis, Eva, etc.
 Ketaminas (anestésico disociativo)
 GBH (ácido gama hidróxibutirato)

EL CONSUMO DE DROGAS

Las drogas pueden consumirse por diversas vías:

 VIA INHALATORIA
 –Intra-nasal (cocaína, pegamentos)
 Fumadas (tabaco, marihuana y pasta base)
 VIA ORAL: Ingeridas: Alcohol, drogas de síntesis, etc.
 VIA INTRAVENOSA: Inyectada: cocaína, heroína
 OTRAS VÍAS: Rectal, sub-mucosa (poco frecuentes)

Ya sea una u otra la vía elegida, el destino final de la sustancia siempre será el mismo: el SNC
del consumidor, al que llegará a través de la sangre. Una vez en su destino, cada sustancia
producirá alteraciones específicas.
NO METER TODO EN LA MISMA BOLSA: APRENDAMOS A DIFERENCIAR

Aunque en general tendemos a ver todo consumo de drogas como la misma cosa, también
aquí nos encontramos ante situaciones muy diferentes. Aprender a distinguir, nos ayudará a
llamar a cada situación por su nombre, y atribuirle el significado que realmente le corresponde.

Ni todo consumidor de drogas es un “drogadicto”, ni todo consumo de drogas en el que no


haya dependencia es por completo inofensivo.

Aunque las relaciones con las drogas sean tantas y tan diversas como consumidores,
convengamos al menos en la necesidad de establecer tres tipos básicos: uso, abuso y
dependencia. veámoslos con algún detalle.

USO: Entendemos por uso aquel tipo de consumo de drogas en el que, bien por su cantidad,
por su frecuencia o por la propia situación física, psíquica y social del sujeto, no se evidencian
consecuencias en el consumidor ni en su entorno. Se trata por lo tanto de un uso no
problemático.

En la práctica es muy difícil definir un consumo como “uso”, ya que son tantos los factores a
considerar que lo que para el consumidor podría parecer un uso moderado, puede estar
traspasando las fronteras del abuso para otro observador.

Es preciso, entonces, afinar la mirada antes de valorar como “uso” una determinada forma de
consumo. No basta con fijarse en la frecuencia, porque podrían darse consumos esporádicos
en los que el sujeto abusara rotundamente de la sustancia. Tampoco podemos atender sólo a
la cantidad, ya que podría haber consumos en apariencia no excesivos, pero repetidos con
tanta frecuencia que podrían estar dando cuenta de una dependencia.

Es preciso también tener en cuenta el entorno del sujeto: puede tratarse de un consumo de
drogas que, además de perjudicar al sujeto, afectara gravemente a terceros. Tal es el caso de
un trabajador de la construcción que consume alcohol minutos antes de subir a un andamio, o
bien de un trabajador del transporte que, consumiendo la misma sustancia, pudiera causar un
accidente de tránsito.

ABUSO: Entendemos por abuso aquella forma de relación con las drogas en la que, bien por
su cantidad, por su frecuencia y/o por la propia situación física, psíquica y social del sujeto, se
producen consecuencias negativas para el consumidor y/o su entorno.
Las percepciones con respecto a los consumos de drogas, no siempre son correctas, por
ejemplo, en caso del consumo de tabaco, algunas personas pueden pensar que fumar 1
cigarrillo al día podría no ser perjudicial o excesivo. Sin embargo, existe evidencia científica al
respecto, y se ha comprobado que puede perjudicar la salud de algunas personas. Por otra
parte, alguien podría consumir cocaína en una sola ocasión, pero hacerlo en tal cantidad que
desencadenara algún tipo de problema cardíaco. Puede que una mujer sea moderada en sus
consumos habituales de alcohol y tabaco, pero si los mantiene durante el embarazo estará
incurriendo en abuso.

O sea que, más allá de ideas preconcebidas, en cada caso tenemos que analizar los diversos
elementos referentes a las sustancias, a las pautas de consumo y al contexto personal y
social en el que el consumo tiene lugar, antes de decidir si nos encontramos en presencia de
una situación de uso o de abuso.

Se ofrece aquí una pauta que puede ser útil para orientarnos inicialmente en cuanto a si se
trata o no de un uso abusivo. Durante un período relativamente prolongado, debería estar
presente alguna de las siguientes manifestaciones:

 complicaciones físicas y/o psíquicas relacionadas con el uso de la sustancia


 utilización repetida de una sustancia que conduce a una incapacidad para cumplir con
las obligaciones
 utilización repetida de sustancias en situaciones cuyo uso puede comportar un peligro
 problemas judiciales ligados a la utilización de una sustancia
 problemas interpersonales o sociales persistentes o recurrentes causados o
agravados por el uso de la sustancia

DEPENDENCIA: Siguiendo a la Organización Mundial de la Salud, podemos definir la


dependencia como aquella pauta de comportamiento en la que el uso de una sustancia
psicoactiva adquiere mayor importancia que otras conductas que antes eran consideradas
como más importantes. El consumo de drogas, que puedo haber comenzado como una
experiencia esporádica sin aparente trascendencia, pasa a convertirse en una conducta en
torno a la cual se organiza la vida del sujeto. éste dedicará la mayor parte de su tiempo a
pensar en el consumo de drogas, a buscarlas, a obtener financiación para comprarlas, a
consumirlas, a recuperarse de sus efectos, etc. La dependencia se caracteriza por la
presencia de dos elementos: el fenómeno de la tolerancia y la dependencia psíquica y/o física.

TOLERANCIA: La tolerancia consiste en la adaptación del organismo al consumo repetido y


continuado de una sustancia.
Se caracteriza por la disminución de la respuesta del organismo a la droga, esto hace que se
deba consumir gradualmente cantidades mayores para conseguir los efectos que se obtenían
al principio del consumo. Las drogas presentan una gran variabilidad en su capacidad para
producir tolerancia. Hay algunas que las desarrollan muy rápido, por ejemplo: LSD, mientras
que otras lo hacen de forma más lenta y necesitan períodos más largos de consumo como
ocurre con el alcohol.

DEPENDENCIA FÍSICA: El concepto de dependencia física está muy asociado al de


tolerancia.

La dependencia física es el mecanismo de neuro-adaptación del organismo a la presencia de


una sustancia, es decir, que el organismo se ha habituado a la presencia constante de la
misma, de tal manera que necesita mantener un determinado nivel de sustancia en la sangre
para funcionar con normalidad. Este tipo de dependencia se reconoce cuando la persona
abandona bruscamente o disminuye el consumo y aparecen síntomas y signos desagradables
que constituyen el llamado “Síndrome de abstinencia” que es característico para cada grupo
de sustancias. Conviene aclarar que no todas las drogas generan dependencia física.

DEPENDENCIA PSÍQUICA: Esta se pone en manifiesto por la compulsión por consumir


periódicamente la droga, para experimentar un estado afectivo agradable (placer, bienestar,
euforia, sociabilidad, etc.) o para librarse de un estado afectivo desagradable (aburrimiento,
timidez, estrés, etc.).

La dependencia física se puede superar tras un período de desintoxicación que, en función de


cada droga, se prolonga durante un tiempo determinado.

Es más complejo desactivar la dependencia psíquica, ya que requiere de cambios en la


conducta y emociones del sujeto que le permitan funcionar psíquicamente (obtener
satisfacción, superar el aburrimiento, afrontar la ansiedad, tolerar la frustración, establecer
relaciones, etc.) sin necesidad de recurrir a las drogas.

ACERCA DEL POLICONSUMO

Es frecuente que un consumidor habitual de drogas utilice más de una sustancia de abuso,
aunque pueda señalar a una como la droga de elección. La pauta más habitual es el consumo
combinado de diversas drogas. A menudo, se trata de consumos combinados a lo largo de un
mismo período. Así, por ejemplo, hay personas que beben cantidades excesivas de alcohol a
la vez que, fuman un paquete de cigarrillos, y consumen cocaína, todo ello en un mismo
periodo de tiempo. Las combinaciones posibles son numerosas, tanto en cuanto a las
sustancias consumidas, como en cuanto a la distribución en el tiempo, en los días de la
semana (por ej.: alcohol de lunes a viernes y alcohol y cocaína los fines de semana). Esto
significa que el policonsumo puede ser simultáneo o secuencial, alternado irregularmente, etc.

Es así que en algunas ocasiones nos encontramos con personas que consumen diversas
sustancias de manera habitual, aunque no realicen tantas mezclas en un período tan corto.
Puede que en una noche consuman abusivamente alcohol y marihuana, mientras que otra
noche sea la cocaína que acompañe al alcohol.

En todo caso, se trata de una pauta de consumo que multiplica los riesgos asociados a las
diversas sustancias.

LO QUE ES Y LO QUE PARECE

Realidad y percepción social no siempre coinciden con relación al fenómeno de las drogas. De
hecho, en muchas ocasiones, por un lado, van los consumos reales y las dificultades
derivadas de ellos, y por otro va la imagen que la sociedad tiene del asunto. Es común
escuchar que el consumo de drogas aumenta en una comunidad. Este razonamiento muchas
veces se basa en la percepción del fenómeno que tiene dicha comunidad, aun cuando al
estudiar los datos reales sobre el consumo en la misma demuestren que el consumo se
encuentra estable. Como puede apreciarse, esta situación puede dar lugar a equívocos que
terminen situando este asunto de las drogas en un plano alejado de la realidad.

Así, se puede pensar que “drogas” son sólo las sustancias que son consumidas por otros
(aunque quien lo diga sea un adicto al tabaco). Se puede pensar también que las drogas son
consumidas sólo por los jóvenes, cuando es evidente que existe un notable abuso de alcohol
y otras drogas por parte de la sociedad adulta.

Es frecuente que se asocie el consumo de ciertas drogas a contextos y sujetos marginales


considerándolo un uso indebido, mientras que se consideran dentro de la “normalidad” los
abusos de otras sustancias por parte de amplísimos sectores en contextos de recreación. Es
el caso de los consumos de fin de semana (con sustancias como el alcohol).

Para que una sociedad responda con madurez a la problemática del uso de drogas, es
necesario que se reflexione sobre los siguientes elementos:

 No existe “la droga”, sino diversas sustancias que al ser consumidas producen
diferentes efectos físicos, psíquicos y sociales, y distintos riesgos asociados.
 Los problemas relacionados con las drogas no están vinculados únicamente a las
sustancias consumidas, sino a las circunstancias personales del consumidor y al
entorno social en el que tienen lugar dichos consumos.
 También el alcohol y el tabaco son drogas, y de las que más se abusa, aunque sólo
una parte de la sociedad las perciba como tales.
 Los más graves problemas de salud pública asociados al consumo de drogas, no son
atribuibles a las sustancias generalmente percibidas como tales (drogas ilegales), sino
a las que se consideran sustancias de consumo y comercialización libre (alcohol y
tabaco). Resulta elocuente resaltar que la primera causa de muerte prevenible
vinculada al consumo de drogas en el Uruguay tiene que ver con las enfermedades
cardiovasculares producidas por el consumo de tabaco.
 No es acertada la tendencia a asociar cada droga con un único tipo de consumidor
(por ejemplo, niño de la calle con pegamentos), sino que para las distintas sustancias
hay una considerable variedad de usuarios, con los más diversos motivos para su
consumo.
 Las situaciones de abuso son reversibles si el individuo y su entorno más próximo
cuentan con el soporte personal y/o profesional adecuado.

¿DE QUÉ DROGAS HABLAMOS Y A QUIÉNES LES INTERESAN?

ALCOHOL ¿QUÉ ES?

El alcohol es la droga más consumida en nuestro entorno sociocultural, de la que más se


abusa y la que más problemas sociales, sanitarios y económicos causa (accidentes de tránsito
y laborales, violencia doméstica y social, problemas de salud, alcoholismo, etc.).

Es un depresor del sistema nervioso central que adormece progresivamente el funcionamiento


de los centros cerebrales superiores, produciendo desinhibición conductual y emocional. No
es un estimulante, como a veces se cree; la euforia inicial que provoca se debe a la inhibición
(por lo tanto, depresión) de las áreas de la corteza cerebral que tienen que ver con el
autocontrol.

Las bebidas alcohólicas se clasifican en tres grupos, según su elaboración y esto condiciona
la graduación alcohólica de cada bebida:

 Bebidas fermentadas: Proceden de la fermentación de los azúcares contenidos en


diferentes frutas (uvas, manzanas, etc.). Son características de este grupo la cerveza,
la sidra y el vino. Su graduación alcohólica oscila entre 4º y 12º. Su descubrimiento fue
casual, como resultado de la putrefacción natural de frutas almacenadas.
 Bebidas destiladas: Resultan de la depuración de las bebidas fermentadas, para
obtener mayores concentraciones de alcohol. Se trata de bebidas como el whisky, el
vodka, la ginebra o el ron, y oscilan entre 40º y 50º. La destilación fue inventada en
siglo VII por los alquimistas árabes, de quienes procede el nombre de la sustancia, al-
kohl.
 Licores: derivan de hierbas aromáticas y frutos que se fermentan con azúcar y luego
son enriquecidos. El porcentaje de alcohol varía entre un 20% y un 30%, más un 50%
de azúcar (Curaçao, licor de huevos, licor de nuez, etc.)

EFECTOS

Los efectos del alcohol dependen de diversos factores:

 La edad (beber alcohol mientras el organismo todavía se encuentra en fases de


crecimiento y desarrollo, es especialmente nocivo).
 El peso (afecta de modo más severo a las personas con menor masa corporal).
 El sexo (por factores fisiológicos, la susceptibidad femenina es, en general, mayor que
la masculina). Esto se debe a que las mujeres tienen mayor proporción de grasa
corporal que los hombres.
En otro orden hay una enzima que se llama ADH (Alcohol deshidrogenasa) que
metaboliza el alcohol, o sea que lo transforma para su eliminación. Esta enzima está
presente en el hombre en el estómago y en el hígado, en la mujer también, en el
estómago en pequeñísimas cantidades. Por este motivo cuando se ingiere alcohol el
hombre ya metaboliza una parte en el estómago y las mujeres no. Esto lleva a que a
igual ingesta de alcohol las mujeres tengan niveles de alcohol en sangre mayores, es
decir que se alcoholizan con una ingesta menor.
 La cantidad y rápidez de la ingesta (a más alcohol en menos tiempo, mayor
intoxicación)
 La ingestión simultánea de comida, sobre todo de alimentos grasos, retarda la
absorción, aunque una vez absorbidas las grasas también se absorberá el alcohol.
 La combinación con bebidas gaseosas (tónica, bebidas colas, etc.) aceleran la
intoxicación. Es por esto que es importante alternar el consumo de alcohol con agua.

Efectos fisiológicos y psicológicos

Los efectos del alcohol dependen de la cantidad presente en sangre (tasa de alcoholemia,
medida en gramos por litro de sangre). Los efectos agudos que aparecen luego de la ingesta
de alcohol en personas que no presentan tolerancia son las siguientes:

 0,5 g/l: euforia, sobrevaloración de facultades y disminución de reflejos


 1 g/l: desinhibición y dificultades para hablar y coordinar movimientos
 1,5 g/l: embriaguez, con pérdida del control de las facultades superiores
 2 g/l: descoordinación del habla, de la marcha, y visión doble
 3 g/l: estado de apatía y somnolencia
 4 g/l: coma
 5 g/l: muerte por parálisis de los centros respiratorio y vasomotor

Es importante saber qué es y cómo se calcula la alcoholemia de quién ha bebido alcohol.


La alcoholemia es la cantidad de alcohol que hay en la sangre después de haber bebido
alcohol. Es proporcional a la cantidad ingerida y a la mayor o menor concentración de
alcohol en la bebida que se tome. Todas las alcoholemias son aproximadas ya que
dependen de diferentes variables como ser: peso, sexo, tolerancia, cantidad ingerida en
gramos de alcohol (muchas veces difícil de determinar), ingesta de medicamentos entre
otros.

Son necesarias varias horas para que el nivel de alcoholemia después de beber sea 0, así
por ejemplo un litro de vino tarda en eliminarse 5 horas, y 4 copas de licor unas 8 horas.

De ahí, que el que ha bebido debe saber que debe esperar unas horas para conducir o
iniciar una actividad que exija concentración.

La cifra de alcoholemia permitida actualmente en Uruguay para conducir vehículos es de


0.8 g/l de sangre; a principios del año 2009 (de acuerdo a la nueva ley de tránsito) será de
0.3 g/l de sangre.

 Todas las bebidas alcohólicas contienen alcohol etílico “etanol”, que es el


responsable de los efectos psicoactivos de estas bebidas.
 El grado alcohólico representa la cantidad de alcohol que contiene 100 cc de una
bebida, por ejemplo, una bebida de 40% de alcohol contiene 40 cc de alcohol puro.
 Dado que no todas las bebidas contienen la misma concentración de alcohol, para
conocer cuánto se consume, se traduce las consumiciones a unidades de bebida
estándar.
 Unidad de bebida estandar (UBE) es equivalente a 10 grs. de alcohol, o sea que 1
UBE es = 10 grs. Alcohol.

Correspondencia:

o 1 UBE es equivalente a 1 copa de vino.


o 2 UBE es equivalente a 1 medida de whisky (50 cc)
o 3 UBE es equivalente a 1 medida de vodka
A veces nos confundimos pensando que por beber una medida de menor graduación
alcohólica eliminamos los riesgos: 1 lata de cerveza (1/3 de litro) contiene casi la misma
cantidad que un vaso de whisky.

 Si un litro de cerveza (5%) contiene 50 cc de alcohol, una lata (1/3 lts). Tiene 17 cc de
alcohol (2 UBE)
 Si un litro de whisky (40%) contiene 400 cc de alcohol, un whisky 50 cc tiene 20 cc de
alcohol (2 UBE)

¿Cómo calcular cuánto etanol bebió una persona?

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