Comprender La Macroeconomia - Legna Verna, Carlos
Comprender La Macroeconomia - Legna Verna, Carlos
Comprender La Macroeconomia - Legna Verna, Carlos
Comprender la Macroeconomía
Comprender la Macroeconomía
Carlos Legna Verna
Olga González Morales
Comprender la Macroeconomía
Carlos Legna Verna
Olga González Morales
Comprender la
Macroeconomía
Legna Verna, Carlos
Comprender la macroeconomía / Carlos Legna Verna y
Olga González Morales. - 1a ed. - Buenos Aires : Teseo, 2010.
332 p. ; 20x13 cm. - (Comprender)
ISBN 978-987-1354-51-1
Diseño de tapa:
Solange Legna, Artista Plástica
María Cecilia Acosta, Diseñadora Gráfica
ISBN 978-987-1354-51-1
Editorial Teseo
www.editorialteseo.com
De Olga, para mis queridos alumnos, que me han acompañado
por el largo camino del aprendizaje
Figura 1.1
Figura 1.2
Flujos entre las empresas productivas
de insumos y de bienes de consumo
Según los datos de la tabla 1.2, la empresa Eii1 le
vende el trigo a la empresa Eii2 por un valor de 250€,
que es su coste de producción (sólo costes salariales).
Aparece ahora una novedad en la estructura de costes
de la empresa Eii2, pues a los costes salariales (350€)
hay que sumarles lo que paga por la harina comprada.
Luego, su coste total de producción es 250€+350€=600€.
Si aplicamos el mismo razonamiento, concluimos
que el coste total de producción de la empresa Ebc es
600€+400€=1.000€.
Por tanto, se producirán 1.000 panes y su coste total
será 1.000€ (que a su vez es la renta de la familias). Al igual
que en el caso anterior, la suma de las rentas de las fami-
lias es igual al gasto en bienes de consumo más el aumen-
to de stocks, si los hubiere: 1.000).
La Matriz de contabilidad (tabla 1.2) permite ob-
tener otras conclusiones significativas, a pesar de que
este segundo ejemplo es también muy sencillo. El coste
total del producto final (el pan) sigue siendo el mismo
(1.000€). Sin embargo, si sumamos los valores de la
producción de las tres empresas (250€+600€+1.000€) el
resultado que obtenemos es 1.850€. Salvo la división de
la única empresa en tres, la situación es exactamente
igual a la del caso anterior. Entonces, es contradictorio
sostener que en el primer caso el proceso económico
produce por un valor de 1.000€ y en el segundo por
1.850€. El valor correcto es el primero, fundamental-
mente por dos razones.
Tabla 1.2
Matriz simplificada de contabilidad social II
La primera razón es que las familias valoran el re-
sultado del proceso productivo por los bienes finales
que produce -el pan en nuestro ejemplo- como ya se
ha comentado. Directamente no les interesa la harina
ni el trigo, de la misma manera que si comprasen pasta
dentífrica o un auto no les interesaría si aquélla tiene
componentes químicos o éste utiliza un motor híbrido.
Quien cuida su salud dirá: “sí, me interesan los com-
ponentes de la pasta dentífrica, deseo que sólo sean
los aceptados por la homeopatía”; y quien se preocupa
por el medio ambiente responderá de manera pareci-
da: “prefiero un auto con motor híbrido”. Esto parece
contradictorio con la afirmación anterior, pero no lo
es. Porque los que prefieren la medicina homeopática
y los que se preocupan por el medio ambiente prestan
atención a los insumos por su efecto sobre las cualida-
des del producto final (la pasta dentífrica y el auto). Lo
que en última instancia les interesa son las característi-
cas y cualidades del producto final. Probablemente, los
que utilizan la homeopatía y se preocupan por el me-
dio ambiente, compren pan hecho con harina integral
cuando van al mercado ¡y esto se debe a que conocen
las ventajas para la salud de este tipo de pan! Valoran
los insumos de manera indirecta, en función del bien
final que se obtiene con ellos. Tienen categoría instru-
mental. Se cambian por otros si con los nuevos insu-
mos se logra un mejor producto final.
La segunda razón se debe a que el importe que se
obtiene sumando los valores de producción de todas
las empresas (1.850€) conlleva una sobreestimación de
lo que aporta el proceso productivo. En efecto, el cos-
te de producción de Eii2 es igual, como comentamos,
a la suma de sus costes salariales más lo que paga a
Eii1, por la compra del trigo. Es decir, que el coste de
producción de este insumo está incluido en el coste de
producción de la harina; pero si a ello le sumamos el
coste de producción de Eii1 (que, recordemos, produ-
ce harina) estamos sumando dos veces su coste. De la
misma manera, podemos analizar la relación entre los
costes de la harina y de la producción de pan. Si suma-
mos los costes de Eii2 y de Ebc, estamos duplicando los
costes de la producción de harina. Podemos así decir
que el valor del producto final, el pan, resume o inte-
gra, evitando duplicaciones, todos los costes del siste-
ma. El coste de producción relevante para evaluar los
resultados del proceso productivo es entonces el de los
bienes finales.
Caso 3. El flujo de la renta en una economía
cerrada sin sector público y con producción de
bienes de capital y de bienes intermedios
Hagamos ahora un poco más complejo nuestro
modelo simple, agregando la producción de bienes de
capital. Ejemplos de estos bienes son las máquinas, los
edificios, los equipos de transporte (ejemplo: camio-
nes, autobuses). En esta economía las transacciones
entre Ebc, Eii1 y Eii2 son las mismas que las del caso
anterior, a las que ahora se han agregado tres nuevas
empresas: Ebk que produce bienes de capital y los ven-
de a las otras empresas (se ha supuesto, para simplifi-
car, que existe sólo una empresa de bienes de capital y
que no se vende a sí misma estos bienes); Eii3, que pro-
duce minerales que se utilizarán para producir hierro
y acero; y Eii4 que produce estos últimos (figura 1.3).
Eii3 vende el mineral a Eii4 para producir el hierro y el
acero y esta empresa se los vende a Ebk para fabricar
los bienes de capital (máquinas, etc.).
En este nuevo ejemplo, en el que hay un stock de
capital y se producen inversiones, los propietarios de
este factor productivo recibirán beneficios. Tenemos
entonces dos tipos de rentas (que son costes para las
empresas), las del trabajo (Rt) y las del capital (Rk).
Veamos ahora el flujo circular de la renta que se pro-
duce en esta situación (figura 1.3 y tabla 1.3). La empresa
productora de bienes de consumo vende éstos a las fami-
lias, por valor de 1.096€ y les paga por rentas del trabajo y
del capital la misma cantidad. Pero ahora las familias re-
ciben también pagos de las empresas del sector de bienes
de capital; por lo que el total de sus rentas es 1200€. La di-
ferencia entre sus rentas (Yf = Rt (940) + Rk (260) = 1.200€
—en la tabla 1.3 es la suma de 940 y 260, ver la columna
Sub1—) y sus gastos en bienes de consumo (C = 1.096€)
es su ahorro (Af = 104€), como ya sabemos. En la figura
1.4. se supone que las familias depositan sus ahorros en el
sistema financiero (bancos, etc., que será explicado en el
capítulo 3) y que éste se los presta a las empresas.
La figura 1.4, que es una versión simplificada de la
figura 1.3, resume los flujos de renta en una economía ce-
rrada sin sector público, como es el caso 3, y facilita la ve-
rificación de las relaciones precedentes. Se han agrupado
las empresas, por lo que la flecha que sale del rectángulo
que las incluye y luego entra en él son las ventas de bienes
de capital que se hacen entre sí.
Figura 1.3
Figura 1.4
1
1225 = Rt (959) + Rk (266)
Caso 4b
Agreguemos ahora las importaciones. Supongamos
que el insumo producido por Eii5 del caso 4a es ahora
importado y que cuesta menos que producirlo en el país
(5€). La empresa Ee continúa exportando, con la úni-
ca diferencia de que ahora el insumo no se produce en
el país sino que se importa. Por tanto, la tabla 1.5, que se
corresponde con esta nueva situación, sólo difiere de la
anterior en dos componentes: a) la antepenúltima línea
es el valor de las importaciones, que son un insumo, ex-
terno en este caso, para Ee; y b) ya no existe la empresa
Eii5, por lo que no genera rentas del trabajo ni del capital.
Consecuentemente, en este caso la ecuación 4) adopta la
forma siguiente (según los datos de la tabla 1.5):
6) Yf (1.220€) + D (114€) = C (1.096€) + I(216€) + E(27€) –
M(5€) = 1.334€
donde Yf = Rt (955€) + Rk (265€)
6b) Yf + D = C + I + E – M
¿Ya no se verifica la conclusión precedente, según la
cual la suma de los ingresos generados más la deprecia-
ción es igual a la suma de los valores de los bienes finales
producidos? Obsérvese que el bien final E incluye ahora
en su precio el valor de las importaciones, que no han
sido producidas localmente. Entonces, para que su pre-
cio revele el aporte a los ingresos (Y), debemos restarle
las importaciones. Éstas son un insumo de la economía,
un bien intermedio, como los del caso 2. Las conclusio-
nes anteriores se siguen verificando, pero ahora debemos
incluir en la demanda final las exportaciones menos las
importaciones.
Estudiemos ahora la relación entre el ahorro y la inver-
sión. Ya sabemos que Yf = C + Af y, además, Yf + D = C + I +
E – M, se deduce que C + Af + D = C + I + E – M. Por lo tanto,
7) Af (124€2) + D (114€) = I (216€)+ [E (27€)– M (5€)] =
238€
7a) Af + D = I + (E– M)
Vamos a ir eliminando los supuestos simples para
hacer más generales nuestras conclusiones. Habíamos
supuesto que las empresas no ahorran, y que sólo lo ha-
cen las familias. Pero las empresas ahorran: beneficios no
distribuidos, reservas diversas, etc. Lo hace también el
gobierno, cuando tiene superávits presupuestarios (luego
lo incorporaremos). Definamos entonces el ahorro inter-
no (Ai) como la suma de Af + Ae + Ag (por ahora olvidé-
monos de Ag).
2
Af (124) = Yf (1220) - C (1096)
Tabla 1.5
Matriz simplificada de contabilidad social V
Entonces, si las exportaciones son superiores a las
importaciones el ahorro bruto interno (Ai + D) es mayor
que la inversión. Contrariamente, si las exportaciones son
inferiores que las importaciones el ahorro bruto interno
es menor que la inversión. Será necesario un ahorro ex-
terno para complementar el interno (e igual a M – E). ¿Ya
no se verifica la igualdad entre el ahorro y la inversión? Se
sigue verificando, si se tiene en cuenta que (E – M) es un
ahorro “que se va al exterior” cuando E>M o “que viene
del exterior”, cuando E<M. Si en la ecuación 7) pasamos
(E – M) al primer miembro es
8) Ai + D + (M – E) = I
Esta ecuación significa que el ahorro bruto generado
internamente (Ai + D) más el externo (M – E) es igual a la
inversión bruta (I). Si es E>M el ahorro externo es negati-
vo; y positivo en el caso contrario. Si denotamos al ahorro
externo con Ax y al ahorro bruto interno (Ai + D) con Abi,
se puede escribir
9) Abi + Ax = I
Por lo tanto, el ahorro interno bruto más el externo
(positivo o negativo) es igual a la inversión bruta. Se si-
guen verificando las conclusiones precedentes, que no
son más que versiones particulares de esta expresión
general.
Caso 5. El flujo de la renta en una economía
abierta con sector público y con producción de
bienes de capital e intermedios
Ahora agregamos el gobierno a la situación descrita
en el caso anterior. Él es una empresa muy particular. El
sector público tiene gastos, constituidos por los sueldos
y salarios que paga y por los bienes finales que compra
para cumplir sus funciones. Si tuviese empresas, ellas
se tratan separadamente del gobierno en sentido estric-
to, como otras de la economía. El bien que produce el
gobierno no se vende en el mercado, pero no podemos
dejar de tenerlo en cuenta, porque es una aportación a
la sociedad.
Este nuevo actor, el gobierno, tiene ingresos y gastos,
como las empresas. Sus ingresos son los impuestos, que
se clasifican en dos categorías: los directos y los indirec-
tos. Los primeros gravan los ingresos, por lo que afectan
directamente a quienes los reciben. Los segundos se apli-
can al proceso productivo, por lo que afectan indirecta-
mente a las familias. Estos impuestos aumentan los costes
de las empresas, que a su vez repercuten sobre el precio
de los bienes consumidos. La tabla 1.6 presenta la nueva
matriz simplificada de contabilidad social, ahora con el
sector público incluido. Se produce la misma cantidad de
bienes de consumo, de inversión y de exportaciones que
en el caso anterior. Se importa por el mismo valor, pero
se agrega el sector público (G) y la empresa que produ-
ce bienes consumidos por él (Eiig). Por tanto, la tabla 1.6
añade datos:
• en tres columnas: a) en la submatriz “I. Costes de
producción de las empresas y del gobierno”, las
que registran los costes del gobierno y de la empre-
sa Eiig; y b) en la submatriz “II. Ventas de Bienes
Finales”, el gasto en “consumo público” (CG), que
luego explicaremos;
• y en una fila (submatriz “III, VABpm”), que registra
los Impuestos Indirectos netos de subsidios que re-
cibe el gobierno (IIn). Como es sabido, el gobierno
otorga subsidios a las empresas, por lo que a estos
impuestos se le deben restar dichos subsidios.
Recordemos que los ingresos del sector públi-
co obtenidos por impuestos directos y por impuestos
indirectos netos están incluidos en la submatriz “III,
VABpm”: los primeros están “escondidos” en las ren-
tas provenientes del trabajo y del capital, porque
ellas se contabilizan antes de pagar estos impuestos;
y los segundos, se registran en la fila anteriormente
mencionada.
Si bien la estructura productiva es la misma que en el
caso anterior (salvo la inclusión del sector público y de la
empresa Eiig), los valores de la tabla 1.5 difieren de los de
la 1.4, porque ahora hay que agregar los IIn a los costes de
producción de las empresas.
Verifiquemos si se siguen cumpliendo las ecuacio-
nes precedentes. En el segundo término de la 6) debemos
agregar los gastos del gobierno (GC = 305€) y en el pri-
mer término sus ingresos (por los IIn cobrados, 124€) y
las rentas del capital y del trabajo que resultan de la in-
corporación del sector público. Utilizando los valores de
la tabla 1.6 es
10) Yf (1.520€) + D (117€) + IIn (124€) = C (1196€) +
I(236€) + GC (305€) + E(29€) – M(5) = 1.761€
10a) Yf + D + IIn = C + I + GC + E – M
Esta nueva ecuación es la expresión más general,
pues incluye al gobierno.
Tabla 1.6
1) VABpm = 1) PIBpm =
+ Remuneraciones del + Valor de mercado de:
trabajo3: • el gasto en bienes
• sueldos de consumo
• salarios • el gasto en bienes
+ Remuneraciones del de inversión
capital4: • las exportacio-
• intereses, nes menos las
• alquileres, importaciones
• beneficios • los gastos del
gobierno
+ Impuestos indirectos
netos de subsidios a las (Recordar que los bienes
empresas (IIn) producidos y no vendidos
aumentan los stocks de
+ Depreciación o las empresas, los que son
amortización contabilizados como una
inversión)
3
Antes de pagar impuestos directos.
4
Antes de pagar impuestos directos.
3) VANcf = VANpm - IIn 3) PINcf = PINpm - IIn
+ Remuneraciones del
trabajo:
• sueldos
• salarios
+ Remuneraciones del
capital:
• intereses,
• alquileres,
• beneficios
5) RP = RNN – Bnd – IB –
CSS + Tf
6) RPD = RP - ID
5
Monopolio: un sólo oferente o demandante. Oligopolio: unos pocos
oferentes grandes. Competencia monopolística: unos pocos oferentes
con diferenciación del producto.
los bienes valen y cuestan a la sociedad). Otra causa de
discrepancia, muy importante, son las externalidades.
Existe una externalidad –también denominada eco-
nomía externa- cuando:
1. En el ámbito de la producción, una empresa tiene un
aumento o reducción de beneficios o de costes que
no son consecuencia de una decisión interna (una
inversión, una mejora tecnológica, por ejemplo) sino
de una decisión externa. Una empresa hotelera se
beneficia de la construcción cercana de un nuevo y
moderno aeropuerto, que pueda traer más turistas a
la zona; por el contrario, sus beneficios se reducirán
si los otros hoteles contaminan la playa. Un apicultor
que es vecino de una finca en la que se plantan flores
producirá una miel de buena calidad. Pero si la finca
se vende y se establece una explotación petrolera tal
vez tenga que cerrar, porque su miel será tóxica.
2. En el ámbito del consumo también se producen ex-
ternalidades. Nuestro bienestar mejora si se ha re-
ducido la contaminación, los problemas de tráfico
y la delincuencia en la ciudad en la que vivimos y
empeora si ocurre lo contrario. Son decisiones que
han tomado otros agentes, pero nos benefician o nos
perjudican. Un ejemplo importante de externalida-
des positivas son las investigaciones que se realizan
en las universidades u otros centros y la educación
que imparten, pues producen beneficios a toda la so-
ciedad y a empresas y personas en particular. Todas
estas externalidades no son adecuadamente incor-
poradas en los precios de mercado y, por tanto, en las
cuentas nacionales.
Por su importancia para el futuro de la humanidad
son relevantes las externalidades negativas, por ejem-
plo, las que producen las actividades que degradan el
ambiente e incrementan el calentamiento de la tierra; y
cuyos costes sociales no son revelados por el mercado: el
coste social de un barril de petróleo es mayor que el de su
coste de producción según los precios de mercado, por-
que en aquél hay que incluir todos los efectos derivados
de la contaminación y el calentamiento de la tierra que
produce su uso.
Otra causa de discrepancia entre precios y costes
privados y sociales es la existencia de bienes públicos.
Un bien que se vende en el mercado tiene las siguientes
propiedades:
a) Es divisible en unidades (un kilo de pan, una botella
de cerveza);
b) Quien lo consume excluye a otro u otros de su disfru-
te (si una familia consume un kilo de pan, ese kilo no
puede ser consumido por otro);
c) El coste de producción para otro consumidor adicio-
nal no es cero.
Los bienes públicos, como los servicios de seguridad
en las ciudades, de justicia o de defensa nacional, no se
pueden dividir en unidades que se vendan en el mercado.
Si un ciudadano se beneficia de estos servicios no excluye
a otros, como ocurre con los bienes que se negocian en
los mercados. Y el coste de extender los servicios a una
persona más es cero (dentro de ciertos límites). El valor
de estos bienes tampoco es registrado adecuadamente
por los precios de mercado y las cuentas nacionales. El
Estado es un permanente e importante creador de bienes
y de males públicos.
Por otra parte, las Cuentas Nacionales (PIB, VAB, etc.)
no informan sobre la distribución del ingreso. Dos países
pueden tener el mismo PIB por habitante, pero en uno la
distribución del ingreso puede ser equitativa, mientras
que en otro es muy desigual.
Las Cuentas Nacionales son un indicador de la activi-
dad económica de las cuales no se puede prescindir, pero
para valorar adecuadamente la información que transmi-
ten es necesario comprender qué miden y qué no miden
y cómo lo hacen. Esa es la finalidad de los comentarios
precedentes. Por sí solas no informan sobre el bienestar
de las personas, pero son útiles si se las complementa con
otros indicadores, como ha hecho Naciones Unidas con la
elaboración del Índice de Desarrollo Humano.
Capítulo 2
El comportamiento de la oferta
y de la demanda agregadas y los ciclos
Gráfica 2.1
Curva de Oferta Agregada (OA)
La curva de oferta agregada depende fundamental-
mente de:
a) La tecnología disponible;
b) La cultura;
c) Las instituciones y su funcionamiento;
d) La normativa legal
e) El stock de capital; y
f ) Los recursos humanos disponibles y su cualificación
Como ya se ha comentado, estamos haciendo un
análisis a corto plazo, por lo que estos factores se consi-
deran un dato, que no lo son cuando estudiamos el creci-
miento y el desarrollo a largo plazo. Dados estos factores,
queda determinado el PIB potencial o de pleno empleo.
Veamos ahora por qué la curva tiene pendiente cre-
ciente hasta llegar a este nivel. Hay dos razones básicas:
porque existen las denominadas “economías de escala”; y
porque los precios de los insumos que requieren las em-
presas para producir aumentan a medida que la econo-
mía se aproxima al pleno empleo.
Las economías de escala son un fenómeno que afec-
ta a los procesos productivos. Imaginemos una fábrica de
autos ya instalada, con su planta de producción y admi-
nistración, sus equipos, su personal, etc. Por razones téc-
nicas, hay un nivel de producción que logra una combi-
nación óptima de esos factores productivos (por ejemplo,
entre la superficie de la planta y la cantidad de personal)
que logra que los costes unitarios de producción sean
los menores posibles. Si se produce menos o más que
ese óptimo, los costes unitarios son mayores6. Por ello la
6
Por ejemplo, en la fábrica de autos hay una planta de producción, que
tiene una cierta dimensión y que dispone de todos los equipos necesa-
rios. Si se emplean pocas personas, estarán subutilizados los equipos
y la planta, el proceso productivo será lento y los costes de cada auto
serán altos. A medida que se van empleando más personas, se utilizan
curva de costes medios de producción en función de las
cantidades producidas tiene forma de “U” (gráfica 2.2),
correspondiendo el punto más bajo de ella al óptimo. La
oferta agregada se deriva de las ofertas de las empresas
y, por tanto, sólo será posible producir y vender mayores
cantidades si los precios son también mayores.
Por otra parte, a corto plazo, dados los otros factores
constantes, las empresas necesitan insumos intermedios,
recursos humanos, alquilar locales, comprar herramien-
tas, etc. Los sueldos y salarios tienden a aumentar a me-
dida que aumenta la demanda de recursos humanos e
igualmente ocurre con los alquileres de locales, vehícu-
los, etc. Y, por las razones expuestas anteriormente, los
costes de producción de los equipos e insumos aumentan
a corto plazo a medida que se incrementan las cantida-
des producidas. Por tanto, a medida que la economía se
desplaza en la dirección del pleno empleo, aumentan los
costes generales de producción y, por tanto, la curva de
oferta agregada tendrá una pendiente positiva.
Cuando el subempleo de los factores productivos
es alto y, por tanto, el PIB es bajo, la curva de oferta es
horizontal, o con pendiente muy suave (a la izquierda de
PIB0 en la gráfica 2.1). La curva de oferta agregada tiene
entonces tres tramos básicos: uno horizontal o con poca
pendiente, cuando el PIB es bajo; el segundo con una cla-
ra pendiente positiva; y el tercero, vertical o con fuerte
pendiente, hasta llegar al punto de ocupación plena (PIB
potencial). Los tres tramos son importantes desde la pers-
pectiva de la política económica.
Gráfica 2.3
Relación entre el valor de las inversiones y la tasa de interés
Gráfica 2.4
Curva de Demanda Agregada (DA)
7
La política fiscal y monetaria afecta de diversas maneras a la demanda
agregada, lo que será tratado en el capítulo 5.
ocurre si el nivel de precios es igual a OB? Con esos precios,
la demanda agregada será igual a BD y la oferta será BC. Hay
un exceso de oferta igual a DC. Los empresarios deberán ba-
jar los precios si desean vender su producción. ¿Qué ocurre
si el nivel de precios es OF? La demanda será igual a FH y la
oferta será FG. Los precios se encuentran en un nivel bajo.
Hay un exceso de demanda, igual a GH, que estimulará el
aumento de los precios. Finalmente, ¿qué ocurre si el nivel
de precios es igual a OA? Con estos precios, las cantidades
que los demandantes desean comprar y las que los oferentes
desean vender son iguales a AE. No hay exceso de demanda
ni de oferta: es una situación de equilibrio.
El punto E de la gráfica 2.5 es una situación de equili-
brio en el mercado de bienes. Pero esto no implica que el
mercado de trabajo lo esté. Como observó Keynes, puede
coexistir aquel equilibrio con el subempleo (ver recuadro
“El síndrome de los salarios menguantes”).
Gráfica 2.5
El punto de equilibrio entre la oferta
y la demanda agregadas
El síndrome de los salarios menguantes
Artículo de Paul Krugman, premio Nóbel de economía 2008
(Krugman, P. 2009)
“Los salarios están bajando a lo largo y ancho de Estados Unidos.
Algunos de los recortes salariales, como las devoluciones de
los trabajadores de Chrysler, son el precio de la ayuda federal.
Otros, como la tentativa de acuerdo sobre un recorte salarial en
The New York Times, son el resultado de las conversaciones en-
tre los empresarios y sus empleados sindicalistas. Pero hay otros
que reflejan la realidad brutal de un mercado laboral débil: los
trabajadores no se atreven a protestar cuando les recortan el
sueldo porque no creen que puedan encontrar otro trabajo.
(...) Dado que la situación del mercado laboral sigue empeoran-
do, no sería ninguna sorpresa que los sueldos en general empe-
zasen a bajar a finales de este año.
Pero ¿por qué es eso malo? Después de todo, muchos trabaja-
dores están aceptando recortes salariales a fin de salvar sus em-
pleos. ¿Qué tiene eso de malo?
La respuesta se encuentra en una de esas paradojas que inva-
den nuestra economía ahora mismo. Padecemos la paradoja
del ahorro: ahorrar es una virtud, pero cuando todo el mundo
intenta que su capacidad de ahorro aumente radicalmente, la
consecuencia es una economía deprimida. Padecemos la para-
doja del desapalancamiento: reducir la deuda y sanear los ba-
lances generales es bueno, pero cuando todo el mundo intenta
vender valores y saldar deudas al mismo tiempo, la consecuen-
cia es una crisis financiera.
Y, dentro de poco, podríamos enfrentarnos a la paradoja de los sa-
larios: los trabajadores de una empresa pueden contribuir a salvar
sus empleos accediendo a cobrar sueldos más bajos, pero cuando
los empresarios en todos los sectores económicos recortan salarios
al mismo tiempo, la consecuencia es un aumento del paro.
Así es como funciona la paradoja. Supongamos que los traba-
jadores del grupo XYZ aceptan un recorte salarial. Eso permi-
te a la dirección de XYZ bajar los precios, lo que hace que sus
productos sean más competitivos. Las ventas aumentan y más
trabajadores pueden conservar su empleo. Así que se podría
pensar que ese recorte salarial hace aumentar el empleo, lo que
es cierto en el caso de la empresa en concreto.
Pero si todo el mundo recorta los sueldos, nadie obtiene una
ventaja competitiva. Así que los salarios más bajos no benefician
en nada a la economía. Por el contrario, la caída de los sueldos
puede empeorar los problemas de la economía en otros frentes.
En particular, la reducción de los salarios, y por tanto, la reduc-
ción de los ingresos, agrava el problema de la deuda excesiva:
las letras mensuales de la hipoteca no bajan como la nómina.
Estados Unidos se metió en esta crisis con una deuda hipoteca-
ria que, expresada como porcentaje de los ingresos, era la más
alta desde los años treinta. Las familias tratan de reducir esa
deuda ahorrando más de lo que lo han hecho en una década
(pero, puesto que los sueldos bajan, es como intentar dar en una
diana que se mueve). Y a medida que aumenta la carga de la
deuda, se hunde más el gasto de los consumidores, y eso hace
que la economía siga deprimida.
Las cosas pueden empeorar aún más si las empresas y los con-
sumidores prevén que los sueldos seguirán bajando en el futu-
ro. John Maynard Keynes lo expresó con claridad hace más de
70 años: “Las consecuencias de esperar que los salarios vayan
a reducirse, por ejemplo, un 2% durante el próximo año son
aproximadamente las mismas que tendría un aumento del 2%
en la cantidad de intereses a pagar durante el mismo periodo”.
Y un aumento del tipo de interés efectivo es lo último que esta
economía necesita.
8
Debe distinguirse la variación del salario nominal del real. Si el índice
de precios al consumo sube en la misma proporción que los salarios
nominales (lo que cobran las personas), el salario real (la cantidad de
bienes que pueden comprar con su salario monetario) se mantiene
Hasta ahora hemos tratado a las curvas de oferta
y demanda como independientes una de otra. Pero en
la economía real esto no es siempre así. Una reducción
general de salarios desplaza la curva de oferta hacia
abajo y hacia la derecha. Pero los salarios condicionan
también la demanda por lo que su reducción puede
conducir a la economía a una situación menos desea-
da que la anterior (recuadro “Síndrome de los salarios
menguantes”).
Gráfica 2.7
Efectos de los desplazamientos de la oferta agregada
2.2.1. El multiplicador
El estudio de las curvas de oferta y demanda agre-
gadas permite apreciar que los desplazamientos de
esta última curva, hacia arriba o hacia abajo, produ-
cen efectos, positivos o negativos, sobre el PIB. Es, por
tanto, relevante conocer la magnitud de estos impactos
para comprender el funcionamiento de la economía
y para tomar decisiones de política. Este es el primer
tema que tratamos en esta sección.
Comencemos por la función consumo, a la cual ya
hicimos referencia. Ella muestra la relación entre los
gastos en bienes de consumo (eje vertical de la gráfica
2.9) y la renta disponible (eje horizontal).
Esta función tiene varias características, que co-
menzaremos a estudiar con ayuda de la gráfica 2.9. La
curva C muestra la relación entre el gasto en consumo
y los diversos valores de la renta disponible. En esa grá-
fica también se ha incorporado la semirrecta que parte
del origen de coordenadas y que tiene una pendiente
de 45%. Eso significa que las coordenadas de cualquier
punto de la semirrecta son iguales en el eje horizontal
y en el vertical. Por ejemplo, las coordenadas del punto
E0 de esta semirrecta son OB en el eje horizontal (ingre-
so disponible) y OA en el horizontal (gasto en bienes de
consumo) y son iguales. Esto es válido para cualquier
punto de la semirrecta. En el gráfico se observa que
el punto E0 pertenece también a la curva C de la fun-
ción consumo. Por tanto, cuando el ingreso disponible
es OB, las familias gastan todo su ingreso en bienes y
servicios de consumo. Puede observarse también que
cuando el ingreso disponible es menor que OB la curva
C (a la izquierda del punto E0) está por encima de la se-
mirrecta, por lo que las familias desahorran: su gasto es
superior a su ingreso. Por el contrario, ahorran cuando
es mayor que OB (a la derecha del punto E0).
Gráfica 2.9
La función consumo
Gráfica 2.10
La función ahorro
Tabla 2.1
Funciones consumo y ahorro y
propensiones medias y marginales
9
En el ejemplo de la tabla 2.1, el ingreso marginal = ∆Yd = es siempre
igual a 1.000
Gráfica 2.11
Propensiones medias y marginales
Gráfica 2.12
Deducción geométrica del multiplicador
10
Sus ordenadas al origen
Gráfica 2.13
Efecto del aumento de la propensión marginal
a consumir sobre el multiplicador
Gráfica 2.14
Las fases de los ciclos
Pero en algún momento se toca fondo y el Ave Fénix
de la economía comienza a renacer. Durante la caída del
nivel de actividad han bajado los precios y se han produ-
cido quiebras. Se han arruinado ahorradores y empre-
sarios. Ha aumentado el paro y los que están en esta si-
tuación sobreviven como pueden. Sobreviven mejor los
que habitan en países en los cuales la protección social es
mayor, como en los países nórdicos. Los beneficios me-
dios suben porque han desaparecido las empresas menos
eficientes. Debido a que se redujo la inversión durante la
contracción, es necesario comenzar a expandir la inver-
sión, porque se han reducido los excedentes de capaci-
dad instalada. O porque un hecho exógeno a la economía,
como una guerra, incrementa la demanda de bienes de
consumo y de inversión.
Las crisis son fluctuaciones de la actividad económi-
ca que tienen efectos muy profundos y negativos sobre la
sociedad. No se producen sólo en el ámbito real de la eco-
nomía. Para dar algunos pasos adicionales hacia su com-
prensión, así como del funcionamiento de la economía,
el estudio realizado en este capítulo necesita ser comple-
tado con el del sistema financiera. Es el tema del próximo
capítulo.
Figura 3.1
El sistema financiero
Tabla 3.3
Factores que afectan a la demanda de
dinero de las familias y las empresas
Familias Empresas
• Riqueza • Producción
• Renta • Ventas
• Coste de oportunidad • Coste de oportunidad
(rentabilidad alternativa • Aversión al riesgo
de otros activos)
• Tasa esperada de
• Aversión al riesgo inflación
• Rendimientos de otros
activos
• Tasa esperada de
inflación
Mercado de dinero
En el mercado de dinero influyen dos factores: el
deseo del público de tener dinero (demanda) y la polí-
tica monetaria del Banco Central (oferta). La oferta y la
demanda de dinero determinan los tipos de interés de
mercado.
El mercado de dinero se representa gráficamente
tal y como se observa en la gráfica 3.1. En el eje hori-
zontal se sitúa la variable cantidad de dinero (M) y en
el eje vertical la variable tipo de interés (i).
La cantidad de dinero (oferta) es una cantidad fija
que no está sujeta a los cambios en la demanda sino a
las decisiones de Política Monetaria del Banco Central.
Se puede definir de dos formas: desde el punto de vista
nominal, es la cantidad de dinero que el Banco Central
establece como oferta (se profundiza en este aspecto
en el capítulo de políticas de demanda); desde el punto
de vista real, es la cantidad de dinero expresada en can-
tidad de bienes y servicios que pueden comprarse con
dinero (se divide por el índice general de precios). En
la gráfica 3.1, el punto de equilibrio determinado por
la oferta y la demanda es el tipo de interés ie para la
cantidad de dinero M0 que la autoridad monetaria ha
establecido.
Gráfica 3.1
Mercado de dinero
Gráfica 3.2
Aumento del tipo de interés en el mercado de dinero
A continuación, vamos a partir de otro supuesto: la
autoridad monetaria decide disminuir la oferta mone-
taria de M0 a M1 (ver gráfica 3.3). La consecuencia, en
un primer momento, es la existencia de un exceso de
demanda de dinero (CB), pero el hecho de que el dine-
ro sea escaso influye en el tipo de interés que aumenta
de i0 a i1.
Gráfica 3.3
Disminución de la oferta monetaria en el mercado de dinero
Activo Pasivo
Banco B
Activo Pasivo
12
“A diferencia de los modelos clásicos de inflación estructural tanto la-
tinoamericanos como europeos (cf. Canavese, 1982) la persistencia de
la inflación no requiere aquí desplazamientos reiterados del equilibrio
ni inestabilidad del ajuste.” Esta cita es del autor que comentamos.
13
La numeración de las páginas de la cita corresponde a la versión en
internet: http://www.educ.ar
recoge todos los productos que se venden; faltan los
servicios y los gastos de intermediación y se presen-
tan por separado los índices del sector agrícola y del
industrial.
c) El deflactor del PIB, mide las variaciones de los pre-
cios de todos los componentes que integran el PIB.
Los “derivados”
Un ‘derivado financiero’ (instrumento derivado) es un pro-
ducto financiero cuyo valor se basa en el precio de otro activo,
de ahí su nombre. El activo del que depende toma el nombre
de activo subyacente, por ejemplo el valor de un futuro sobre
el oro se basa en el precio del oro. Los subyacentes utilizados
pueden ser muy diferentes, acciones, índices bursátiles, valo-
res de renta fija, tipos de interés o también materias primas.
Las características generales de los derivados financieros son
los siguientes:
a) Su valor cambia en respuesta a los cambios de precio del
activo subyacente. Existen derivados sobre productos
agrícolas y ganaderos, metales, productos energéticos,
divisas, acciones, índices bursátiles, tipos de interés, etc.
b) Requieren una inversión inicial neta muy pequeña o nula,
respecto a otro tipo de contratos que tienen una respuesta
similar ante cambios en las condiciones del mercado.
c) Permite mayores ganancias como también mayores
pérdidas.
c) Se liquidan en una fecha futura.
Pueden cotizarse en mercados organizados (como las bolsas) o
no organizados (“OTC”: La negociación Over The Counter (OTC)
negocia instrumentos financieros (acciones, bonos, materias pri-
mas, swaps o derivados de crédito) directamente entre dos partes.
Este tipo de negociación se realiza fuera del ámbito de los merca-
dos organizados Un contrato OTC es un contrato bilateral en el
cual las dos partes se ponen de acuerdo sobre las modalidades
de liquidación del instrumento. Normalmente es entre un ban-
co de inversión y el cliente directamente. La mayoría de veces a
través del teléfono u ordenador. Los derivados OTC negociados
entre instituciones financieras suelen tomar como marco las
cláusulas del International Swaps and Derivatives Association
(ISDA). Entre instituciones españolas o entre instituciones espa-
ñolas y particulares suele firmarse el contrato CMOF )
Un swap, o permuta financiera, es un contrato por el cual dos
partes se comprometen a intercambiar una serie de cantida-
des de dinero en fechas futuras. Normalmente los intercam-
bios de dinero futuros están referenciados a tipos de interés,
llamándose IRS (Interest Rate Swap) aunque de forma más
genérica se puede considerar un swap cualquier intercambio
futuro de bienes o servicios (entre ellos el dinero) referencia-
do a cualquier variable observable.
Una opción financiera también conocida como opción de
compra es un contrato que da a su comprador el derecho,
pero no la obligación, a comprar o vender bienes o valores
(el activo subyacente, que pueden ser acciones, índices bur-
sátiles, etc.) a un precio predeterminado (strike o precio de
ejercicio), hasta una fecha concreta (vencimiento).
Un contrato de futuros es un contrato o acuerdo que obliga a
las partes contratantes a comprar o vender un número deter-
minado de bienes o valores (activo subyacente) en una fecha
futura y determinada y con un precio establecido de antemano.
Estar largo: quien compra contratos de futuros, adopta una
posición larga, por lo que tiene el derecho a recibir en la fecha
de vencimiento del contrato el activo subyacente objeto de
la negociación. Básicamente significa comprar hoy para ven-
der mañana o invertir hoy para mañana recuperar el nominal
más las plusvalías.
Estar corto: quien vende contratos adopta una posición corta
ante el mercado, por lo que al llegar la fecha de vencimiento
del contrato deberá entregar el correspondiente activo sub-
yacente, recibiendo a cambio la cantidad de dinero acordada
en la fecha de negociación (venta) del contrato de futuros.
Básicamente significa financiarse hoy con la venta del activo
que aún no tenemos, tomando la obligación de devolver el
activo mañana.
Tabla 4.1
Costes de producción expresados en horas/hombre
País A País I
3 7
1 2 Un 4 5 6 Un 8
Costes Produc punto Después Costes Produc punto Después
h/h Máxim en la CI h/h Máxim en la CI
frontera frontera
Trigo
5 200 196 197 4 250 2,5 3
(Tn)
Má-
quinas 10 100 2 2 5 200 198 198
(Unid)
Gráfica 4.1
Fronteras de posibilidades de producción
de los países “A” e “I”
14
Los costes unitarios son los que cuesta producir una unidad: un auto,
un zapato, etc.
producción, suponiendo que se mantienen las hipó-
tesis ya comentadas -por ello a veces se designa a estas
aportaciones “teorema Heckscher-Ohlin-Samuelson”-
(Samuelson, P. 1948: 263-284; Samuelson, P. 1949: 181-
196). La igualación absoluta de los precios de los factores
significa que el libre comercio internacional iguala los
salarios reales para el mismo tipo de trabajo en los dos
países; y también hace igual en ellos la tasa real de inte-
rés para el mismo tipo de capital. Pero, deben recordarse
las hipótesis: esto ocurre si hay competencia perfecta, no
hay restricciones al comercio de ningún tipo y las tecno-
logías que se utilizan en los países son las mismas para
cada producto; y no hay economías de escala (entre otras
restricciones que significan las hipótesis del modelo).
Una prueba empírica de este teorema fue hecha
por Wassily Leontief (Premio Nobel de Economía 1973)
con datos de la matriz insumo-producto de 1947 de los
Estados Unidos. Comprobó que las importaciones de
Estados Unidos eran cerca del 30 por ciento más inten-
sivas en capital que sus exportaciones. Este resultado es
contrario a las conclusiones del teorema de Heckscher-
Ohlin-Samuelson, pues Estados Unidos era el país con
mayor dotación relativa de capital, por lo que se lo deno-
minó “paradoja de Leontief”.
15
Existe oligopolio cuando hay pocos oferentes y grandes (fábricas de
autos, de ordenadores, de perfumes de calidad, etc.); hay monopolio
cuando un sólo oferente opera en el mercado.
cual se ha desarrollado una actividad productiva en un
lugar y las cantidades producidas a lo largo de su historia.
Este “aprendizaje haciendo” y el consecuente aumento de
la productividad no es automático. La industria suiza de
relojes es un ejemplo. Su competitividad no es un fenó-
meno reciente, sino que es el resultado de la historia de
la industria relojera en el país. Esta historia muestra tam-
bién que si el sector no innova puede desaparecer, debi-
do a la competencia de otros productores (como estuvo a
punto de ocurrir, debido a las innovaciones que introdujo
la industria japonesa de relojes). Sus efectos son similares
a las economías de escala. El que tomó la delantera tiene
ventajas, que son barreras de entrada para los potenciales
nuevos productores.
Combinada con los anteriores factores, otra carac-
terística del orden económico actual es la diferencia-
ción de los productos (que también favorece los mono-
polios y los oligopolios). Ella se produce en la demanda
de bienes y en la oferta. La demanda actual de bienes
finales es más sofisticada; y de un mismo tipo de bien
(autos, ordenadores, etc.) los consumidores desean
una amplia gama de variedades, que se adapten a sus
necesidades. Por su parte, la oferta puede adaptarse
a esta demanda sofisticada y compleja, debido a las
nuevas tecnologías que permitieron la especialización
flexible. Ella permite que unas firmas localizadas en un
lugar se especialicen en un tipo especial de motores,
o de carrocerías, o de componentes para la fabrica-
ción de ordenadores; y otras localizadas en otras zo-
nas se especialicen en la fabricación de otras variantes
de esos bienes (distintos motores, carrocerías, etc.).
Consecuentemente, para producir el bien final, esas
zonas deben intercambiar los productos entre ellas. Se
trata de intercambios de bienes que corresponden a un
mismo sector.
¿Qué efectos produce en los flujos internaciones de
bienes y servicios la combinación de los factores men-
cionados? Las economías de escala no favorecen que la
producción de un mismo producto se realice en múlti-
ples plantas medianas o pequeñas. Si así fuese los costes
de producción serían más elevados que si existen pocas
plantas que aprovechasen aquellas economías. Si en la
carrera de las relaciones internacionales algunas plantas
han ganado la delantera, ese mismo hecho las hace más
fuertes que los competidores potenciales. Además, al ha-
ber ganado la delantera también tienen la ventaja de las
economías de aprendizaje: disponen de un “as”, el “savoir
faire”, que los nuevos no tienen. La combinación de los
dos tipos de economías (escala y aprendizaje) actúa como
una poderosa barrera para los nuevos competidores. A
su vez, como la especialización flexible permite separar
geográficamente los procesos productivos en sus subpro-
cesos componentes, estos se localizarán en las áreas que
hayan logrado ser competitivas en la producción de bie-
nes de esos subprocesos. Así, algunos componentes del
sector automotriz se producirán en Suecia y otros en
Italia, Japón, etc. Para producir el bien final será necesa-
rio reunir esos componentes y se producirán así los flujos
intrasector. Las ramas productivas en las que son relevan-
tes las economías de escala y de aprendizaje son también
capital intensivas y tecnología intensivas, por lo que estos
flujos se realizan entre países, o regiones, con similares
dotaciones de factores. Estas especializaciones intrasec-
tor no pueden ser explicadas con la teoría de la ventaja
comparativa ni el modelo de HOS.
A estos factores que favorecen el comercio interna-
cional intrasector se agregan las economías de aglomera-
ción. Ellas son reducciones de costes que se derivan de
la reunión en un espacio urbano de actividades que se
generan mutuamente efectos positivos (por ejemplo, la
industria de producción de autos favorece el crecimien-
to en la zona de las firmas de autopartes, se produce un
aumento de la población que crea mercado para la pro-
ducción de bienes de consumo, se desarrollan las infraes-
tructuras urbanas que también se benefician de las eco-
nomías de escala, etc.).
Estos factores interactúan entre sí, de manera que
cuando se ha producido un desarrollo inicial en una re-
gión, él tiende a acentuarse. Este arranque inicial puede
deberse a varias razones, no necesariamente a la dotación
de factores productivos. Pero una vez iniciado, como bola
de nieve, tiende a crecer (no en todos los casos). Un ejem-
plo fue la localización de industrias de alta tecnología en
el oeste de EEUU (Legna, C. 1995). El fenómeno QWERT
permite visualizar estos procesos (ver recuadro).
El fenómeno QWERT
David (David, P. 1985) utilizó el ejemplo de la disposición de
las teclas en los ordenadores y máquinas de escribir para des-
cribir la importancia de la historia en los procesos económi-
cos. QWERT son las primeras letras que están arriba y hacia la
izquierda en los ordenadores y antes lo fueron de las máquinas
de escribir. Al inicio, hubo algunas razones para esta disposi-
ción de las letras: evitar que los brazos que las contenían en
las viejas máquinas se trabaran. Debido a las innovaciones
tecnológicas que siguieron a las máquinas de escribir iniciales,
esta disposición de las letras ya no era necesaria; y, menos aún,
en los ordenadores actuales. Pero ya todo el mundo se acos-
tumbró a escribir con ella. Por lo que si algún productor decide
vender ordenadores con un tablero distinto tendría problemas
para colocar sus productos en el mercado. “Muchos autores
consideran el QWERT profundamente aberrante y problemá-
tico. Yo (
) lo encuentro estimulante y fuente constante de ins-
piración. (
) Al menos en lo que concierne a la localización de
la actividad económica en el espacio, la idea de que la forma de
una economía está determinada en gran medida por las con-
tingencias históricas no es una hipótesis metafísica; es simple-
mente la pura verdad” (Krugman, P. 1992:110).
En resumen, como consecuencia de la interacción
de los factores mencionados, se han desarrollado en el
mundo áreas industriales y de servicios que comercian
entre ellas. Se producen intercambios internacionales (o
interregionales) entre empresas de distintos sectores (la
industria automotriz demanda productos informáticos,
por ejemplo); y, además, entre empresas del mismo sector
entre firmas localizadas en distintos países.
¿Por qué algunos países menos desarrollados ex-
portan bienes industriales hacia los más desarrollados?
Los productos y servicios que se intercambian a nivel
mundial pueden tener distintas intensidades en el uso
de los factores productivos: algunos serán más capital
intensivos y otros más trabajo intensivos. Los intercam-
bios internacionales de bienes capital intensivos de un
mismo sector (por ejemplo, automotriz) tenderán a
realizarse entre los países más desarrollados y más do-
tados de este factor. Y los flujos de productos industria-
les desde los países menos desarrollados (como Méjico,
China, etc.) hacia los desarrollados serán de productos
que son menos capital intensivos (a esta explicación se
orienta Krugman, -Krugman, P. 2008, autor que recibió
el Premio Nobel de Economía en el año 2008 por sus
análisis sobre los patrones de comercio actual y la lo-
calización de la actividad económica ante la globaliza-
ción). Algunas de estas exportaciones serán dirigidas a
empresas del mismo sector y otras a las empresas de
otros sectores.
Al introducir las explicaciones precedentes se han
abandonado algunos supuestos fuertes de las visiones clá-
sica y neoclásica. Ya no se supone que rige la competencia
perfecta, porque la existencia de los factores explicativos
mencionados genera oligopolios y monopolios. Además,
una vez que una empresa logra una ventaja inicial “po-
drá mantenerla en el tiempo sobre sus rivales extranjeros
gracias a que ya habrá tomado la delantera tecnológica,
a las ventajas que se derivan de las economías de escala
y a que irá ganando eficiencia a través de la experiencia”
(Steinberg, F. 2004:37).
El abandono de los supuestos clásicos y neoclásicos
-que se justifica por la observación de las evidencias em-
píricas que resultan de las relaciones económicas inter-
nacionales actuales- tiene consecuencias relevantes para
la política comercial de los países. Utilizando la teoría de
los juegos, Brander (Brander, J. 1986) demostró que cuan-
do los mercados internacionales no son competitivos
es probable que la empresa que tome la delantera en la
producción de un bien desplace a la otra; y, además, que
en ciertas condiciones puede ser conveniente subsidiar a
las exportaciones. Expondremos estas ideas siguiendo la
explicación de Krugman (Krugman, P. 1997; ver también
Krugman, P.; Obstfeld, M. 1997, cap. 12).
Supongamos que no existe competencia perfec-
ta en la producción de aviones (como realmente no la
hay) y que existen dos grandes empresas (A y B, perte-
necientes a los países). Ambas venden en el mercado
internacional y luchan por conquistarlo. En este mer-
cado hay importantes barreras de entrada, porque se
necesitan grandes capitales, se utilizan sofisticadas
tecnologías y hay economías de escala. Las condicio-
nes de partida de las dos empresas (ejemplo: dominio
de las tecnologías, costes de producción) de la “carre-
ra” que se comentará a continuación son similares; y
son capaces de producir un nuevo tipo de avión (cuya
producción requiere tecnologías específicas) que está
siendo demandado por muchas líneas aéreas. Si las
dos empresas intentan vender en el mercado, ambas
tendrían pérdidas, porque sus costes son elevados. Si
una produjese y la otra no, absorbería todo el mercado,
reduciría sus costes y obtendría ganancias. Si ninguna
ofreciese el nuevo avión, sus ganancias son nulas. A
cada una le conviene que la otra no participe en la ca-
rrera de la competencia internacional. Si cada empresa
estima que la otra vendería en el mercado, las dos se
abstendrían, porque sufrirían pérdidas. Pero la histo-
ria económica muestra que, en general, esto no ocurre.
Por alguna razón, alguna empresa gana la delantera;
mueve primero las fichas. Si es A, el movimiento inicial
le da una ventaja sobre la de B, que ya no tiene incen-
tivos para producir el nuevo avión. Puede perder de-
finitivamente este mercado. Supongamos ahora que B
reacciona y logra producir a menores costes que A, de
manera tal que si las dos empresas producen y venden
en el mercado internacional, ésta última tendría pérdi-
das y aquélla ganancias. Si A cree que no puede lograr
reducciones de costes suficientemente altos como para
obtener ganancias cuando B compite en el mercado in-
ternacional, dejará de producir. El equilibrio del juego
es indeterminado, porque depende de las estrategias
de lucha de los contendientes y de sus capacidades
para reducir costes y captar mercados.
El que no lucha queda fuera del mercado. En esta lu-
cha el Estado puede jugar un papel crucial, mediante sub-
sidios y políticas que aumenten la capacidad competitiva
de sus industrias. Retomemos el momento en el que B, de-
bido a innovaciones tecnológicas, reduce sus costes y saca
del mercado a A. Desde el punto de vista de la competiti-
vidad internacional el efecto el mismo si la reducción de
costes fuera la consecuencia de un subsidio otorgado por
el Estado a la empresa A. Si bien esto es contrario a los ob-
jetivos de la Organización Mundial de Comercial, al menos
de forma encubierta estas prácticas ocurren en el orden ac-
tual. Sin embargo, se pueden respetar estas reglas apoyan-
do de otra manera a las empresas nacionales, por ejemplo,
mediante políticas de estímulo a la innovación.
Los factores considerados (la existencia de econo-
mías crecientes de escala y de aglomeración; las “cur-
vas de aprendizaje”; la diferenciación de los productos;
y la especialización flexible) implican que las ventajas
comparativas que existen en un momento no son la
consecuencia de la proporción de factores productivos
dotados por la naturaleza; no devienen de algún factor
exógeno a la sociedad. Son el resultado de la historia
productiva de cada región o país. Y, por tanto, pueden
crearse. Las ventajas comparativas deseables y “futuri-
bles” (futuras y posibles) pueden no coincidir con las
presentes. Esto es así porque, desde el punto de vista
del crecimiento óptimo del PIB y del ingreso a largo
plazo, a un país o región puede resultarle conveniente
desarrollar una actividad en la cual actualmente no tie-
ne ventaja comparativa, pero que es capaz de lograrla
en el futuro (Legna, C. 1969: 205-253). Esta posibilidad
es frecuente en las actividades en las que son impor-
tantes el aprendizaje que se logra con el propio desen-
volvimiento de la actividad y las economías de escala y
de aglomeración. Si esto es así, un aspecto relevante de
política económica, en una perspectiva de largo plazo,
es la determinación de las ventajas comparativas que
conviene crear.
Una vez conocidas las principales causas del comer-
cio internacional, a continuación trataremos el registro
(o contabilización) de todas las transacciones internacio-
nales, el precio relativo de las distintas monedas (tipo de
cambio), el equilibrio entre su oferta y demanda y, final-
mente, el Sistema Monetario Internacional.
4.2. La Balanza de Pagos Internacionales, los tipos
de cambio y el Sistema Monetario Internacional.
Tabla 4.2
Estructura de la balanza de pagos
I. Cuenta corriente
I.1. Balanza
Importaciones de Exportaciones de
comercial o
bienes. bienes.
de mercancías
Transferencias uni-
II.1. Transferencias unilate-
laterales de capital
Transferencias rales de capital desde el
desde el exterior
unilaterales país hacia el exterior.
hacia el país.
Ingresos por
III.1. Inversión directa
Egresos por Inversión
Inversiones: y de cartera y por
directa y de cartera y
Directas, de Otras inversiones de
por Otras inversiones en
Cartera y agentes externos en
el exterior.
Otras el país.
Gráfica 4.2
Equilibrio de la oferta y demanda de una divisa
Observemos ahora la curva de oferta. Ella se pro-
duce cuando los europeos desean comprar bienes en
EEUU. Por ello, al aumentar el tipo de cambio (apre-
ciación del Euro, depreciación del Dólar), que favore-
ce las importaciones de Europa de bienes y servicios
procedentes de EEUU, aumenta la oferta de euros para
comprar los dólares necesarios.
El punto donde se cruzan las curvas de oferta y de-
manda (E en la gráfica 4.2) determina el tipo de cam-
bio de equilibrio. Si variase la demanda, reduciéndose
(curva D1 en figura 4.3) o aumentando (curva D2), el
punto de equilibrio se desplazaría hacia abajo y hacia
la izquierda (punto E1) o hacia arriba y hacia la derecha
(punto E2).
El desplazamiento de la curva hacia D1 es el resul-
tado de una reducción de la demanda de euros, una
de cuyas razones puede ser una recesión en EEUU,
que disminuye la demanda de bienes y servicios pro-
ducidos en Europa. Esta reducción desplaza el punto
de equilibrio hacia E1 por lo que la tasa de cambio es
ahora inferior. Otra razón puede encontrarse en la po-
lítica monetaria. Si las tasas de interés en Europa ba-
jan en relación con las de EEUU, los activos financieros
europeos serán menos atractivos y los inversores de-
mandarán menos euros para invertir en el continente.
Contrariamente, un crecimiento acelerado del PIB de
EEUU y un aumento de las tasas de interés en Europa
estimulan la demanda de euros, la curva se desplaza,
por ejemplo a D2 (gráfica 4.3) y, consecuentemente, el
punto de equilibrio corresponde ahora a una tasa de
cambio superior (E2).
Gráfica 4.3
Cambio del punto de equilibrio de la demanda de
una divisa por desplazamientos de la demanda
Estado
Seguridad Social
1. ORGÁNICA.
Organismo autónomo
Informa del agente
Entidad pública empresarial
que realiza el gasto
Sociedad estatal
Otras entidades de derecho público
a) No financieros
• Gastos corrientes: recoge
la distribución del consumo
público (gasto de perso-
nal y compras de bienes y
servicios) y las operaciones
de distribución de rentas
(intereses de la deuda y
transferencias corrientes)
• Gastos de capital: recoge
2. ECONÓMICA la financiación de inver-
siones reales de la propia
Administración y de otros
agentes públicos y privados
mediante subvenciones o
transferencia de capital
b) Financieros. Son gastos debi-
dos a la adquisición de activos
financieros y por amortización
de pasivos financieros (devolu-
ción de préstamos)
a) No financieros:
Ingresos corrientes. Son los que proce-
den de los impuestos, tasas y precios
debidos a la venta de bienes y a la pres-
tación de servicios, de las transferencias
corrientes de otras entidades públicas y
2. ECONÓMICA privadas y los originados por el patrimo-
nio de la entidad
Ingresos de capital. Derivados de la
venta del patrimonio público y de las
transferencias de capital
b) Financieros: Procedentes de la venta de
activos financieros y del endeudamiento
Gráfica 5.3
Saldo presupuestario
Gráfica 5.4
Déficit cíclico o coyuntural
Gráfica 5.7
Efecto de una política monetaria contractiva
Gráfica 5.9
Efecto de un aumento de precios en el mercado de dinero
¿Qué efecto tendría un aumento de los precios en el
mercado de dinero? El aumento de precios provoca un
aumento de la demanda de dinero, manteniéndose el res-
to de las variables constantes, lo cual lleva a un aumento
de los tipos de interés de mercado (de i0 a i1) hasta que la
cantidad demandada de dinero se iguala a la oferta mo-
netaria (ver gráfica 5.9).
Funcionamiento de la política monetaria
En una economía sencilla la relación entre los objeti-
vos a alcanzar y los instrumentos necesarios para conse-
guirlos es directa. Sin embargo, en la actualidad, debido al
desarrollo de los sistemas financieros y a la incorporación
de innovaciones en el sector, esta relación es más com-
pleja; por lo que lo es también la toma de decisiones. Se
ha pasado de una concepción del mundo determinista y
con información perfecta (en la que la toma de decisiones
se realiza con racionalidad sustantiva) a una concepción
indeterminista y con información incompleta (en la que
se aplica la racionalidad procesal que implica enfrentarse
a situaciones problemáticas en constante cambio, lo que
obliga a modificar a su vez los objetivos y a adaptar los
instrumentos cuando así requiera la situación) (Simon,
H. 1986). Por ello, es necesario tener en cuenta:
1) La relación de causalidad, es decir, cómo se realiza el
mecanismo de transmisión desde el instrumento al
objetivo.
2) La incertidumbre: por un lado, incertidumbre entre
los núcleos de unión de la cadena secuencial que
aumenta según nos vayamos alejando de los ins-
trumentos hacia el objetivo final y, por otro, incerti-
dumbre con respecto al valor de ciertas variables (ex-
pectativas, tipos de interés real, etc.) y al atraso con
que se recibe cierta información de la estructura del
modelo.
3) El problema de la interpretación. En cada momento
necesitamos realizar una evaluación de la Política
Monetaria que se está aplicando, si es expansiva o
contractiva y en qué grado, por lo que se ha disponer
de un indicador. En este sentido, utilizar los instru-
mentos de indicador puede resultar dificultoso, pues
son múltiples y no se aplican todos en la misma di-
rección e indican más las intenciones de la autoridad
monetaria.
4) El problema de la ejecución. Existe aquí también un
problema de elección de indicador. Si elegimos los
objetivos finales aparecen dos problemas, su multi-
plicidad y el retraso con el que se obtienen los datos.
Por estas razones se utiliza un objetivo intermedio
que tendrá relación con los objetivos finales y con los ins-
trumentos. Es lo que se denomina el control a dos nive-
les o en dos etapas (bietápico). Se considera la existencia
de una estrecha relación entre los objetivos últimos que
la Política Monetaria pretende alcanzar y los objetivos
intermedios o variables objetivo monetario. A su vez la
elección de una variable operativa sirve como medio para
alcanzar la variable objetivo.
Con la utilización del modelo bietápico la autoridad
monetaria no sólo conoce el grado de expansión o de
contracción que generan sus propias actuaciones sino
que conoce las consecuencias de su actuación mucho
antes que en el modelo directo (objetivos-instrumentos),
ya que tiene información sobre los resultados obtenidos
en los objetivos intermedios a través del comportamiento
de la variable operativa. Por tanto, esta forma de actuar
ha reducido los retardos propios de la política moneta-
ria: por un lado, los retardos que se observan desde que
se detecta el problema hasta que la autoridad monetaria
toma la decisión de actuar (retardo interno) y, por otro,
los retardos que se experimentan una vez se ha puesto
en marcha los instrumentos hasta que éstos tienen efecto
(retardo externo).
Veamos el funcionamiento en dos etapas de la políti-
ca monetaria en el siguiente esquema (5.1).
Esquema 5.1
Funcionamiento básico de la Política Monetaria a dos niveles
B L M1 M2 M3 M4
BM m=M1/BM ….. ….. …..
ACSB m=M1/ACSB ….. ….. …..
Activo Pasivo
Sector exterior (reservas en oro Pasivo monetario (mone-
y divisas) das y billetes, depósitos
Cartera de valores del sistema)
Sector público (préstamos) Pasivo no monetario
Sector bancario (préstamos) (capital y reservas, cuenta
Activos reales corriente del Tesoro)
Cuadro 5.3
Efecto conjunto de las Políticas Monetaria y Fiscal
Crowding In:
Política fiscal
aumenta la
restrictiva ↓ DA ↓ r ↑I
inversión privada
Política moneta- ↓ r ↑ I ↑ DA
y disminuyen los
ria expansiva
tipos de interés
Crowding Out:
Política fiscal
disminuye la
expansiva ↑ DA ↑ r ↓I
inversión privada
Política moneta- ↑ r ↓ I ↓DA
y aumentan los
ria restrictiva
tipos de interés
Para la reflexión
“El fin del juego de la crisis”
Paul Krugman, premio Nóbel de Economía 2008 (Krugman,
P. 2008b)
“El domingo, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, intentó
trazar una línea en la arena contra rescates adicionales de en-
tidades financieras en crisis; cuatro días después, frente a una
crisis financiera fuera de control, muchos en Washington pa-
recen haber decidido que el Gobierno no es el problema, es la
solución. Lo impensable -una asunción estatal de mucha de
la deuda contaminada del sector privado- se ha convertido
en lo inevitable.
Así es la historia hasta aquí: el auténtico shock tras el fra-
caso de la Fed en el rescate de Lehman no fue el desplome
del Dow Jones, fue la reacción de los mercados crediticios.
Básicamente, los prestamistas se pusieron en huelga: los
inversores agotaron las existencias de deuda pública de
Estados Unidos, que todavía se percibe como la más segura
de todas las inversiones -¿si el Gobierno se va a la quiebra,
cuánto puede valer cualquier otra cosa?-, y eso a pesar de que
prácticamente no daba rentabilidad alguna, mientras que los
prestatarios privados se quedaban ahogados.
Los bancos son normalmente capaces de prestarse dinero
entre sí a tipo de interés sólo ligeramente por encima de las
letras del Tesoro. Pero el jueves por la mañana, el tipo de inte-
rés interbancario medio era del 3,2%, mientras que el tipo de
interés de los títulos del Tesoro a ese plazo era del 0,05%. No,
no es un error de imprenta.
Esta huida hacia lo seguro ha cortado el crédito de muchos
negocios, incluyendo el de los principales actores de la indus-
tria financiera, y eso, a su vez, nos conduce a nuevas grandes
quiebras y más pánico. También está deprimiendo el gasto de
las empresas, un mal asunto cuando las señales apuntan que
la contracción económica se está agudizando.
Y la Reserva Federal, que normalmente asume el liderazgo
en la lucha contra las recesiones, no puede hacer mucho esta
vez, porque las herramientas tradicionales de política mone-
taria han perdido su eficacia. Normalmente, la Fed responde
a la debilidad económica comprando letras del Tesoro, con
el fin de hacer caer los tipos de interés. Pero a efectos prácti-
cos, el tipo de interés de esos títulos es cero; ¿qué más puede
hacer la Fed?
Bueno, puede prestar dinero al sector privado -y ha estado
haciéndolo a una escala impresionante-, pero estos présta-
mos no han evitado que la situación se deteriore.
Hay sólo un destello de luz en el panorama: los tipos de in-
terés hipotecarios han caído bruscamente desde que el
Gobierno federal tomó el control de Fannie Mae y Freddie
Mac y garantizó su deuda. Y hay una lección para aquellos
preparados para escucharla: las tomas de control estatal pue-
den ser la única vía para hacer funcionar de nuevo al sistema
financiero.
Algunos han estado elaborando esa tesis desde hace tiem-
po. Más recientemente, el antiguo presidente de la Fed Paul
Volcker y otros dos veteranos de crisis financieras pasadas
publicaron una carta abierta en The Wall Street Journal se-
ñalando que la única manera de evitar “la madre de todas las
contracciones crediticias” es crear una nueva agencia estatal
que “compre todo el papel problemático”, es decir, que los
contribuyentes asuman los activos dañados generados por el
estallido de las burbujas inmobiliaria y crediticia. Viniendo
de Volcker, esa propuesta tiene alta credibilidad.
Miembros influyentes del Congreso, incluyendo la sena-
dora Hillary Clinton y el demócrata Barney Frank, presi-
dente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de
Representantes, han estado manejando argumentos simila-
res. Y el jueves, el senador Charles Schumer, presidente del
Comité de Finanzas del Senado (y partidario de crear una
nueva agencia para resolver la crisis) dijo a los periodistas
que “la Reserva Federal y el Tesoro se están dando cuenta de
que necesitamos una solución más integral”.
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y
Paulson se reunieron el jueves por la noche con los líderes
del Congreso para debatir una “aproximación integral” al
problema.
No sabemos todavía en qué consistirá esa “aproximación inte-
gral”. Ha habido esperanzadoras comparaciones con el resca-
te financiero ejecutado por el Gobierno sueco a principios de
los noventa, un rescate que supuso la toma de control pública
temporal de una gran parte del sistema financiero del país.
No está claro, sin embargo, si las autoridades de Washington
están preparadas para ejercer un grado semejante de control.
Y si no lo están, éste podría convertirse en la clase equivocada
de rescate, un salvamento de los accionistas y del mercado,
librando a la industria financiera de los efectos de su propia
avaricia.
Más aún, incluso un rescate bien diseñado costaría un mon-
tón de dinero. El Gobierno sueco dedicó el 4% de su producto
interior bruto, lo que en nuestro caso serían unos 600.000 mi-
llones de dólares, si bien la carga final para los contribuyentes
suecos fue mucho menor, porque el Gobierno fue ocasional-
mente capaz de vender los activos que había adquirido, a ve-
ces con un agradable beneficio.
Pero no merece la pena lloriquear (disculpe, senador Gramm)
sobre las perspectivas de un plan de rescate financiero. El sis-
tema político de hoy en día en Estados Unidos no va a seguir
el infame consejo que Andrew Mellon [secretario del Tesoro
de Estados Unidos de 1921 a 1932, durante el crash de 1929
que condujo a la gran depresión] le dio a Herbert Hoover
[presidente de Estados Unidos de 1929 a 1933]: “Liquida la
mano de obra, liquida las acciones, liquida a los granjeros,
liquida los bienes raíces”. El gran rescate se acerca; la única
duda es si se hará bien.”
El coeficiente de Gini
El coeficiente de Gini está relacionado con la curva
de Lorenz y las áreas señaladas en la gráfica 6.1. Se define
como la relación entre las áreas siguientes:
Cuadro 6.1
Distribución porcentual de la renta
según decilas de población
Decilas de
% % acumulado
población
Cuadro 6.2
Distribución del ingreso por países
18
Ver “Rentas primarias” en el glosario.
3. Desde comienzos de los años 80’ se ha producido un
aumento de las diferencias en las rentas primarias.
En algunos países las políticas sociales han logrado
compensar esta tendencia, pero en otros no ha sido
así, como en los países del sur de Europa.
4. Según numerosos trabajos de investigación, no pue-
de probarse que los aumentos de gastos en protec-
ción social reduzcan la eficiencia económica (Arjona,
R.; Ladaique, M. et al. 2002), como se sostiene a veces
(ver recuadro a continuación).
19
Las letras a) y b) no figuran en el texto original. Han sido agregadas por
nosotros para distinguir los dos componentes.
20
Las letras a) y b) no figuran en el texto original. Han sido agregadas por
nosotros para distinguir los dos componentes.
2. y segundo, las desigualdades son arbitrarias, a no ser
que pueda razonablemente esperarse que redunda-
rán en provecho de todos, y siempre que las posicio-
nes y cargos a los que están adscritas, o desde los que
pueden conseguirse, sean accesibles a todos. Estos
principios expresan la justicia como un complejo
de tres ideas: libertad, igualdad y recompensa por
servicios que contribuyan al bien común” (Rawls, J.
2002b: 131).
El término “persona” debe interpretarse según las
circunstancias: puede significar individuos humanos,
naciones, provincias, empresas, iglesias, equipos y así su-
cesivamente. “Los principios de justicia son aplicables a
todos estos casos, aunque existe una cierta prioridad ló-
gica en relación con el caso de los individuos humanos”,
sostiene Rawls (Rawls, J. 2002b: 131).
El primer principio sostiene que hay una presunción
en contra de las distinciones hechas por los sistemas ju-
rídicos y por otras prácticas, en la medida que infrinjan
la libertad original e igual de las personas; y el segundo
define las excepciones a esa presunción. Este segundo
principio define qué tipo de desigualdades son permi-
sibles. Los que participan en un juego, sostiene Rawls,
no protestan porque tengan diferentes posiciones como
portero, defensa o delantero; tampoco los ciudadanos
de un país pondrán reparos a que existen cargos públi-
cos, tales como presidente, senador, etc. “No es en dife-
rencias de este tipo en las que normalmente pensamos
como desigualdades, sino más bien en diferencias en la
distribución resultante, que una práctica establece o hace
posible, de las cosas que los hombres se esfuerzan por al-
canzar o por evitar. Así, puede que se quejen del patrón de
honores y recompensas establecido por la práctica (v. gr.,
los privilegios y remuneraciones de los funcionarios del
Gobierno) o que pongan reparos a la distribución del po-
der y la riqueza que resulta de los diversos modos como
los hombres se aprovechan de las oportunidades de que
disponen (v. gr. la concentración de la riqueza que pue-
de desarrollarse en un sistema de precios libres que ad-
mite amplias ganancias empresariales o especulativas)”.
(Rawls, J. 2002b: 131-2).
21
Las cursivas figuran en el texto original.
La desigualdad (en términos de libertad) y el
mercado
La libertad, en el contexto de las ideas de Sen, tiene
tres facetas (Sen, A. K. 1997: 132):
1. oportunidad para conseguir algo;
2. autonomía de las decisiones; e
3. inmunidad frente a las intrusiones.
Examina el papel del mercado en relación con cada
una de ellas. En los mercados competitivos, las facetas
2 y 3 son constitutivos de ellos; en un mercado con estas
características, según Sen, las personas tienen autono-
mía para tomar decisiones y gozan de inmunidad fren-
te a las intrusiones de terceros. Esto es consustancial a la
definición de un mercado competitivo. Si bien Sen hace
referencia aquí a los mercados competitivos es oportuno
observar que en la realidad, salvo pocas excepciones, en
los mercados predominan las formas imperfectas de la
competencia (monopolios, oligopolios, competencia mo-
nopolística). Continuemos ahora con lo que sostiene Sen.
Aunque se cumplan los dos primeros requisitos, un mer-
cado competitivo no asegura la equidad en relación con
la primera faceta de la libertad. Recordemos que el mer-
cado, en términos del enfoque de Sen, es juzgado por las
opciones valiosas que tienen las personas, entre las cuales
eligen algunas que configuran su modo de vida. En otros
términos, se lo juzga por su capacidad de dar a las perso-
nas oportunidades de vivir de una manera que consideren
valiosa. Que el mercado permita la libertad de elección no
es una condición suficiente para juzgar el bienestar de una
persona. Supóngase que dos personas, A y B, tienen la po-
sibilidad de elegir entre tres bienes o modos de vida (tipo
de trabajo por ejemplo). Pensemos en opciones de trabajo.
El mercado le ofrece a A tres tipos de empleo: uno es in-
soportable por el desgaste físico y su insalubridad; otro le
obliga a realizar largos viajes y el salario neto que le queda
es reducido; y un tercero puede producirle cáncer a medio
plazo. Por el contrario, las opciones de B son: un trabajo
que le ofrece gran satisfacción sicológica porque es acorde
con su formación y con lo que le gusta y por el que reci-
be un ingreso aceptable; otra opción es un trabajo que le
produce una gratificación similar a la anterior, pero con un
salario mayor y un poco más alejado de su casa; y una ter-
cera, un puesto de ejecutivo en una gran empresa, con un
salario mucho más elevado que en las dos opciones ante-
riores pero que le reduce mucho el tiempo que puede estar
con su familia, lo que él valora. Evidentemente, las oportu-
nidades de las dos personas no son las mismas. La primera
considera que sus alternativas son pésimas o espantosas;
mientras que la segunda estima que son más gratificantes.
Le permiten lograr un mayor bienestar.
Entonces, enfatiza Sen, no es solamente relevante lo
que alcanza o logra una persona, sino también las opcio-
nes que realmente tiene. Estas opciones son la amplitud
de su libertad de elección: en unos es muy restringida y
en otros es muy amplia. Dos personas pueden elegir el
mismo modo de vida, pero sus posibilidades de elección
pueden diferir. Lo importante, es la gama y amplitud de
estas posibilidades. Una persona rica y otra pobre pueden
elegir un régimen alimenticio muy bajo en calorías: pero
la primera puede elegir entre una amplia gama de tipos
de alimentación; mientras que la segunda no tiene más
que una opción. La libertad de elegir es importante en sí
misma; y es lo que diferencia al rico del pobre. Una es-
tructura social es más justa en la medida que reduce las
diferencias en las libertades de elección. Contribuyen a
esta reducción las sociedades que proporcionan derechos
de acceso a bienes sociales, como seguro de desempleo,
servicios de educación, de salud, otros servicios sociales
(como atención a ancianos, guarderías para niños, etc.).
La injusticia en la distribución (se mida por los bie-
nes o por las libertades) puede producirse aunque des-
de el punto de vista global el mercado sea eficiente. Por
ejemplo, las grandes hambrunas que se han producido y
se producen no son debidas, en muchos casos, a la reduc-
ción de la producción agrícola, pues es frecuente que los
países desarrollados tengan excedentes en este sector. No
es entonces un problema de eficiencia económica; hay
eficiencia global pero gran desigualdad en las opciones
reales de las personas, que son consecuencia del funcio-
namiento del mercado.
La desigualdad desde el punto de vista de las libertad
de elección, según Sen, es igualmente posible o aún ma-
yor que la desigualdad en la distribución de los bienes y en
el bienestar. Es posible que haya una acentuación de las
diferencias de la libertad de elección porque hay un “em-
parejamiento” entre la desigualdad de la renta y la des-
igual capacidad para convertir las rentas en capacidades.
Las dos juntas intensifican el problema de la desigualdad.
Por ejemplo, es posible que los que sean inválidos o en-
fermos o estén en una situación de desventaja tengan más
dificultades para convertir sus rentas en capacidades para
vivir bien. Igualmente, en relación con la pobreza, es evi-
dente la relación entre la capacidad para conseguir rentas
y la capacidad para usarlas (Sen, A. K. 1997: 148-9). En
estos casos se producen “círculos viciosos”: por ejemplo,
una persona es pobre; porque es pobre no tiene buena
alimentación ni buenos servicios de educación y salud; es
por tanto débil y su formación es deficiente; consecuente-
mente, sólo logra trabajos con muy bajo salario, o no logra
ninguno, y se mantiene en situación de pobreza, lo que a
su vez refuerza el ciclo pernicioso.
Los principios de Rawls y de Sen permiten diseñar
distintos tipos de sociedades, según el grado en que ellos
se cumplan. En un extremo se encuentra la sociedad que
podemos denominar Rawl-Sen y en el otro la que no cum-
ple con ninguno de sus principios. La elección como de-
seable de cualquiera de las que están en ese arco depende
fundamentalmente de juicios de valor. Si se opta por un
modelo de sociedad que se aproxime a la Rawls-Sen, se
pueden detectar los instrumentos de política que permi-
ten avanzar hacia ella; igualmente si se opta por otro tipo
de sociedad. En relación con la primera y en el ámbito de
la economía, un conjunto básico de instrumentos lo cons-
tituyen los que son propios del Estado de Bienestar, “una
de las grandes contribuciones de Europa” (ver recuadro
siguiente); su desmantelamiento conduce, por el contra-
rio, a una sociedad “anti Rawls-Sen”. Al lector la elección.