Perversion y Estetica - Pedro Alzuru
Perversion y Estetica - Pedro Alzuru
Perversion y Estetica - Pedro Alzuru
Por esto es notable hoy cuando hablamos de perversión en el
mundo occidental, una tendencia a la desalienación de los
perversos, paralela a la creciente conciencia de que no hay
individuo normal insensible a la atracción de la perversión.
Igualmente no podemos ver como menor la deuda que
tenemos con los perversos autores de gran parte de los textos
y poemas que hablan de amor (Sócrates, Safo,
Shakespeare...) así como de obras artísticas y filosóficas que
son parte del patrimonio humano. Sin dejar de señalar todo lo
que de perverso hay en la cultura popular, el bolero por
ejemplo.
La estructura perversa
Al estudio de la perversión en sentido diacrónico desarrollado
por Freud a partir de la hipótesis genética que lo conduce a
considerar al niño como un "perverso polimorfo", se agrega
más recientemente la contribución de Lacan y sus alumnos
quienes han retomado la noción de perversión en términos de
estructura, es decir en su dimensión sincrónica, en la
articulación de las diferentes instancias psíquicas. En tal
sentido, el perverso se caracteriza menos por sus prácticas
sexuales (multiples y contingentes, en realidad) que por una
organización psíquica que no se limita a su vida
exclusivamente erótica.
Se trata, al contrario de una construcción, cuando un
fragmento de la historia olvidada es comunicado al análisis.
Los eventos que se trata de reconstruir no son accidentes
episódicos de un trayecto lineal; son los momentos de una
historia donde el sujeto se constituye según los avatares de
su relación con el Otro.
Arte y transgresión
El punto de vista que se pretende es lo reprimido en cuanto
tal, es lo excluido en tanto que excluido. A la regla de la
abstinencia del analista, la cual conforma la suspención
intencional del ego del analista con la ignorancia de sí del
sujeto, tendremos por equivalente el tipo de acomodación
requerido al análisis de las obras, es decir la perspectiva de la
exclusión en tanto que exclusión. Tal exigencia no puede ser
satisfecha sino con el concurso de una formación estética. El
analista de las obras de arte no obedecería entonces sino a su
propia ley, en la medida en que la estructura del método
psicoanalítico le es inmanente. Esta no tiene otra sanción que
su fecundidad en su propio ámbito, dicho de otra forma su
valor heurístico; así como la intervención psicoanalítica no
tiene otra sanción de validez que la producción del "material"
y el progreso de la cura. Cada una de las obras exige, de
hecho, un método particular, ya que a cada artísta pertenece
una forma particular de transgresión expresiva, es decir, la
producción de una forma original de ilusión.
PERVERSIÓN Y ESTÉTICA
Pedro Alzuru
11-98