Identidad, Territorio y Conflictividad Social
Identidad, Territorio y Conflictividad Social
Identidad, Territorio y Conflictividad Social
INFORME FINAL
IDENTIDAD, TERRITORIO Y CONFLICTIVIDAD SOCIAL EN LA REGIÓN
XINKA
Equipo de Investigación
Nombre del coordinador (a) Dra. Claudia de los Ángeles Dary Fuentes
Nombre de Auxiliar de Investigación II Lourdes Gretel Ninoshtchka Galindo Tórtola
Partida Presupuestaria
4.8.63.3.70
Año de ejecución: 2015
4. CONTENIDO
INDICE
5. Resumen 1
6. Abstract 1
7. Introducción 2
8. Marco teórico y estado del arte 8
9. Materiales y métodos 11
10. Resultados 19
10.1 Matriz de resultados 19
10.2. Impacto esperado 22
11. Análisis y discusión de resultados 23
11.1. La historia del pueblo xinka 23
11.1.1 Los xinkas y su contacto con los españoles en el siglo XVI 25
11.1.2 Los xinkas y sus vecinos: pueblos sujetos al tributo y al trabajo forzado 32
11.1.3 Las cofradías de los indígenas y sus posesiones 34
11.1.4 El declive de las cofradías 45
11.1.5 Los límites de los pueblos xinkas en el siglo XX y XXI 46
11.1.6 El idioma xinka y sus referentes históricos y lingüísticos 48
11.2 Los marcadores de la identidad xinka 56
11.2.1 Los marcadores objetivos de la identidad 56
a) El idioma 58
b) Los esfuerzos en pro del rescate y la enseñanza del idioma xinka 61
c) El vestido o indumentaria 65
d) Formas de trato 71
e) Las artes 72
f) La gastronomía tradicional 77
11.2.2. Los marcadores subjetivos de la identidad 81
a) La autopercepción étnica 81
b) Espiritualidad y festividades religiosas 91
11.3 Las organizaciones sociales 98
11.3.1 Las organizaciones campesinas e indígenas históricas o tradicionales 98
11.3.2. Las organizaciones indígenas del periodo Post Acuerdos de Paz 106
a) El Consejo del Pueblo Xinka de Guatemala (COPXIG) 106
b) El Parlamento del Pueblo Xinka de Guatemala (PAPXIGUA) 108
c) La Asociación de Mujeres Indígenas de Santa María Xalapán, Jalapa, 114
AMISMAXAJ
11.4 La conflictividad social en el suroriente: detonantes y respuestas sociales 117
en el periodo 2008-2013
14.4.1 Tipología de los conflictos en el suroriente
11.4.1.1 La conflictividad agraria 118
11.4.1.2 La conflictividad en torno a la minería 122
a) Factores generadores del conflicto: el establecimiento de la mina San 122
Rafael
b) La apropiación del territorio por parte de la minera 123
c) Las reacciones y estrategias de la población 126
d) El dilema de la ley de minería, las regalías y los discursos del desarrollo 128
e) La violencia y el estado de sitio del 2013 131
f) Las consultas comunitarias 137
g) La defensa territorial y la identidad xinka 141
h) Impacto social de la minera en la población 145
12. Conclusiones 148
13. Referencias 155
14. Anexos 165
14.1. Comisiones efectuadas de marzo a junio de 2015 165
14.2. Entrevistas efectuadas 166
14.3. Los instrumentos de investigación 167
14.4. Actores sociales y políticos consultados de marzo a julio de 2015 171
14.5. Talleres realizados 173
14.6. Listado general de los colaboradores de la investigación 173
15. Actividades de gestión, vinculación y divulgación 177
16. Orden de pago 178
Índice de mapas
1. Lugares visitados durante la investigación 12
2. Principales pueblos de origen xinka de Guatemala 54
3. Principales pueblos de origen xinka de Guatemala (color) 55
4. Ára afectada por el Estado de Sitio, impuesto por el gobierno el 1º de mayo 121
de 2013.Ubicación de la Mina San Rafael y las municipalidades cercanas
que han manifestado en contra de la misma.
Índice de tablas
1. Matriz de resultados 19
2. Las cofradías en algunos pueblos del Suroriente de Guatemala, según el 40
Arzobispo Cayetano Francos y Monroy, 1780 y 1786
3. Primicias entregadas por los indígenas y reportadas por los sacerdotes por 42
un periodo de cuatro años. Mataquescuintla, 1796
4. Resumen general de los fondos entregados por los indígenas a la Iglesia en 43
los cinco pueblos del curato de Los Esclavos en 1796
Índice de figuras
10. Papelógrafo elaborado por jóvenes de la aldea Los González, Sta. María 69
Xalapán, Jalapa
12. Ollas elaboradas en la aldea Los Izotes, Santa María Xalapán por la artista 73
Adela López
13. Artista Ángela López de Santos muestra sus canastos en San Juan Tecuaco, 75
Santa Rosa
24. Adultos preparan un altar para la invocación, previo a la ealización del taller. 83
Laguna del Pito, Xalapán
25. Invocación xinka en el taller de la aldea Los Gonzáles, Santa María Xalapán 83
26. Dibujo hecho por los jóvenes participantes en el taller del caserío Los 85
González, santa María Xalapán
38. Sede de la Comunidad Agrícola Xinka de Jumaytepeque, Nueva Santa Rosa 103
40. Señor Juventina Navarijo acompañada de empleados municipales. San Juan 113
Tecuaco, Santa Rosa
41. Anuncio de la Minera San Rafael en la carretera que conduce de San Rafael 126
Las Flores a Mataquescuintla.
43. Afiche pegado en las paredes de una tienda. Se difunde las enfermedades 138
que causa en el cuerpo humano los químicos de la minería, promocionado
por CALAS. Aldea Soledad Grande, Mataquescuintla, Jalapa
44. Cartel que refleja los resultados de las consultas municipales y refleja el 140
rechazo a la minería colocado en el camino entre la cabecera departamental
de Jalapa y la montaña de Santa María Xalapán.
5. Resumen
El presente documento aborda la historia y la cultura del pueblo xinka. Se identifican los
componentes objetivos y subjetivos de su identidad y se describen y analizan las principales
organizaciones indígenas, tanto históricas como contemporáneas que existen en el suroriente de
Guatemala. Se expone cuál ha sido la posición de las organizaciones indígenas frente a los
procesos recientes de conflictividad social que se han dado a raíz de la actividad minera en el
municipio de San Rafael Las Flores y también a raíz de la emisión de licencias de exploración
minera en los municipios aledaños. De manera comparativa se analiza la forma en que la población
de dos municipios de Jalapa y dos de Santa Rosa posicionan su identidad étnica como un elemento
político en sus acciones de defensa del territorio y del medio ambiente. La manera en que los
jóvenes se expresan sobre su identidad y la cultura de sus antepasados se compara con la manera
en que los adultos abordan los mismos temas. La perspectiva de género también fue tomada en
consideración para el análisis de la concepción del territorio.
Palabras claves: identidad étnica, xinkas, rescate cultural, conflictividad social, resistencia, lucha
territorial, comunidades, territorio, suroriente de Guatemala.
6. Abstract
The Xinka history and culture constitute the main focus of the current research report. This
work discusses the history of the Xinka People, as well as the objective and subjective ethnic
features. It also contextualizes ethnicity in the political and social conflict scenario of the
Southeastern region of Guatemala. This turmoil has appeared into scene since the San Rafael
Mining was established in the municipio of San Rafael Las Flores. However, the research takes
into account a broader geographical area which includes Mataquescuintla, Santa María Xalapán,
Jumaytepeque, Cuilapa and San Juan Tecuaco. Ethnic identification becomes the principal source
of action of some local organizations. The ultimate objective of this research was to understand
who the population posits their identity in a situation of recent social conflict. Two broad findings
stand out: ones is that being xinka is not the only important ethnic category in the region. The
second is that people is self-identified mainly as a comunitarios engaged in a popular resistance
movement against the mining activity. However, the xinka identity also emerges as relevant as far
2
as this is a category protected and backed up by the ILO Convention No.169 and other international
declarations.
7. Introducción
La presente investigación aborda la manera en que los indígenas xinkas que habitan en el
suroriente del país definen su identidad étnica a partir de los Acuerdos de Paz, pero también a
raíz de que esta región se convierte en un foco de conflictividad social. Dicho fenómeno se
presentó en el periodo 2008 a 2013, luego de la apertura de la minera San Rafael1 y de la emisión
de varias licencias de exploración en áreas circunvecinas a la misma.
Los lingüistas que han trabajado en varios municipios de Santa Rosa y Jutiapa han
concluido que “ya no hay hablantes que todavía se comuniquen activamente en xinka entre ellos”;
es decir, de manera cotidiana (Sasche, 2005, p. 5). En algunos pueblos como en Guazacapán,
1
En el municipio de San Rafael Las Flores, Santa Rosa.
2
Según el Censo Nacional de Población del 2002, El número de personas que reportan el idioma xinka (“idioma en
el que aprendió a hablar”) fue de 14,794, de éstos 7,222 fueron hombres y 7, 572 mujeres. INE Censo Nacional XI
de Población y VI de Habitación, 2002 e Informe de Desarrollo Humano (INDH, 2005).
3
Chiquimulilla y Jumaytepeque habitan ancianos que todavía recuerdan frases y oraciones. Si bien
es cierto que ya casi nadie habla el idioma, los xinkas contemporáneos se niegan a desaparecer y
se han dado a la tarea de rescatar e implementar no sólo el idioma sino otras características o
marcadores étnico-culturales. Y, es que, si bien es cierto que el idioma es un elemento cultural
importante, existen otros referentes que deben tomarse en consideración. Son precisamente esos
otros elementos culturales los que la presente investigación ha identificado y que se exponen
detalladamente en el apartado 11.
Las comunidades indígenas del suroriente del país que son posesionarias de tierras
comunales y de formas organizativas particulares han entrado en un proceso político-cultural por
medio del cual han estado reivindicando su identidad como indígenas y como “pueblo xinka”.
Últimamente, las reivindicaciones abarcan prioritariamente la defensa del territorio. Es decir, se
ha dado un proceso de rescate, concientización y reinvención étnica. En algunas comunidades esto
empezó poco antes de la firma de los Acuerdos de Paz en 1996 y, en otras, se trata de un proceso
relativamente reciente que arranca y se incentiva ya entrado siglo XXI, particularmente alrededor
del año 2008, cuando las comunidades se sienten amenazadas por empresas particulares
extractivistas que arriban a sus municipios. El presente trabajo documenta hasta qué punto esos
procesos de reivindicación étnica son generalizados o bien, si solamente constituyen la iniciativa
de algunas colectividades u organizaciones. Asimismo, se ofrece una interpretación acerca de las
razones que subyacen en el interés por reafirmar la identidad étnica.
Por otro lado, los megaproyectos tales como las hidroeléctricas y las mineras no son
nuevos en Guatemala, sin embargo se incentivan en la última década como expresión del avance
capitalista de los países desarrollados sobre los del tercer mundo. Su llegada e intensificación
obedece a la necesidad de generar energía y a la búsqueda de materias primas para la industria y
ostentación del primer mundo Este modelo de desarrollo tiende a chocar con los intereses y formas
4
de vida de las poblaciones locales, las cuales posicionan una ciudadanía activa y reclaman su
derecho a ser consultados y tomados en cuenta amparándose en varios instrumentos legales
nacionales e internacionales.
La población xinka de Santa Rosa ha sido la que más se ha estudiado por parte de
antropólogos y lingüistas como se indica abajo; sin embargo para la región jalapaneca todavía se
encuentran vacíos históricos. De esta cuenta, el presente documento integra un componente amplio
sobre las raíces históricas del pueblo xinka, desde la conquista, pasando por la colonia hasta el
siglo XX.
Antecedentes
Los antecedentes más importantes de esta investigación pueden dividirse en dos temas: los
que tienen que ver con las investigaciones del pueblo xinka y los que se refieren al abordaje socio
antropológico sobre los impactos ambientales, sociales y culturales de la implementación de los
megaproyectos. En el primer caso, los estudios antropológicos de Dalila Gaitán sobre los tributos
en la época colonial, la tradición oral, las fiestas y danzas los xinkas de Chiquimulilla, Los
Esclavos y Jumaytepeque (Gaitán, 2003 y siguientes) constituyen un referente muy importante;
asimismo el trabajo de Marcela Tovar (2001), en el cual rescata algunas narrativas orales de la
región xinka santarroseña.
documentos publicados por el Consejo aluden a la gastronomía, la tradición oral, las danzas, los
juegos infantiles y las festividades populares de varios pueblos xinkas, particularmente
Chiquimulilla y Guazacapán. Asimismo, el COPXIG se ha dado a la tarea de recuperar la
tecnología, las prácticas agrícolas, las formas organizativas y la cosmovisión de los xinkas
(COPXIG, 2003; López, 2007). En cuanto a los estudios estrictamente lingüísticos sobre el idioma
xinka existen varios trabajos fundamentales (Schuman, 1967; Campbell, 1972; Kaufmann, 1974;
Sachse, 2000, 2010; Rogers 2010). Estos trabajos documentan la gramática, sintaxis y un
amplísimo vocabulario de dicho idioma.
Acerca de las tierras comunales y las formas organizativas del pueblo xinka debe
mencionarse a Letona y Camacho (2003), quienes estudiaron la comunidad de Yupiltepeque
(Jutiapa); Dary (2003, 2010) para el caso de varias organizaciones indígenas jalapanecas. Torres
(2007) y Marticorena (2009) describen y analizan la forma organizativa de la comunidad indígena
xinka de Jutiapa.
En este documento se ha dado respuesta a las preguntas iniciales de investigación las cuales
fueron las siguientes:
b.¿En qué sentido y de qué manera la historia y las narrativas orales se conectan con la actual
defensa del territorio xinka y con sus formas propias de gestión?
d. ¿Cuáles son las principales organizaciones del pueblo xinka que han surgido desde 1995 a la
fecha y cuáles son sus discursos y prácticas en torno a la identidad y su actual posicionamiento
frente al escenario de conflictividad social?
Justificación
c) Objetivos
c.1.Identificar los principales rasgos culturales objetivos y subjetivos que constituyen la identidad
étnica del pueblo xinka en varios municipios del suroriente de Guatemala (particularmente en
Mataquescuintla, Jalapa), y comparar esta información con lo que reportan distintas fuentes
documentales.
c.3. Conocer, describir y explicar los factores que en los últimos cinco años, de 2008 a 2013, han
generado conflictividad social en la región xinka, así como la reacción y estrategias de los actores
sociales a nivel local y regional.
c.4. Conocer los elementos de la identidad xinka que son movilizados y/o posicionados
políticamente por parte de las organizaciones en el actual campo (escenario) de conflictividad
social por la defensa del territorio y sus recursos.
c.5. Conocer las fortalezas, los alcances y las limitaciones que tienen las organizaciones
campesinas y xinkas para hacer valer sus demandas con respecto a las distintas actividades que
generan conflictividad social en la región, incluyendo las demandas por tierra y la actividad
extractivista minera.
d) Hipótesis
De acuerdo con Barth (1998), las fronteras étnicas y la identidad étnica son un asunto de
auto adscripción y de la adscripción que asignan otros en una situación de interacción social, y no
meramente una construcción del analista quien observa desde afuera. Recupero la idea de Barth
en el sentido de que la etnicidad debe ser comprendida en términos de las relaciones y la
organización social de las diferencias culturales en vez de concebirla sólo como un inventario de
hechos culturales objetivos, lo que él llama rasgos diacríticos (los ‘marcadores étnicos’) (Barth,
1998,p. 6). Un grupo étnico es una categoría de adscripción basada en la distinción entre un
“nosotros” y “ellos”.
Las características culturales pueden cambiar o transformarse a través del tiempo, aspecto
que ha sucedido con la población xinka, pero la dicotomización y las jerarquías étnicas entre los
grupos que habitan en una región puede persistir. Es decir, a los descendientes de los xinkas puede
seguir estereotipándoseles o etiquetarlos como “indios”, “montañeses” o alguna otra categoría
peyorativa en contraposición a los ladinos o mestizos de las cabeceras municipales y
departamentales. Es el contacto entre los grupos y sus intereses lo que puede hacerlos conscientes
de sus diferencias culturales y de su propia etnicidad.
La etnicidad adquiere forma en la interacción social cotidiana, pero al mismo tiempo las
relaciones étnicas son creadas y recreadas por medio de discursos (orales y escritos). El sociólogo
Stuart Hall (1996, p. 4 en Dary, 2010) indica que “precisamente, dado que las identidades son
creadas adentro y no fuera del discurso, debemos comprenderlas como producidas en sitios
históricos e institucionales específicos dentro de formaciones discursivas y prácticas, por medio
9
Tilly (2000, 2001) analiza también los símbolos y signos que la gente moviliza durante las
protestas sociales. El autor sugiere buscar las fuentes de identidad colectivas, lo que funciona
como “activador de las emociones”, aglutinador, o como una “palanca movilizadora” en la
búsqueda y alcance de sus metas económicas y políticas. En este sentido, las poblaciones rurales
se movilizan por la defensa de su territorio y se unifican a partir de su identidad como campesinos
pero también como indígenas xinkas.
Por su parte Calderón (2012) indica que los “campos de conflictividad”, pueden definirse
como “el conjunto de acciones y demandas construidas por los diferentes actores sociales que
expresan sus identidades, intereses, producciones y orientaciones, y que remiten a las relaciones
sociales involucradas y a los intereses de poder en juego”. Calderón establece tres tipos de campo
de conflictividad: 1) de reproducción social, 2) institucionales y de gestión administrativa y 3)
conflictos culturales (Idem, 127).
identidades de los actores han sido elementos centrales en este proceso” (Calderón, 2012, 215).
Desde principios del siglo XXI, han ido tomando fuerza los movimientos socioculturales. Este
fenómeno forma parte de una serie de transformaciones en la estructura social de los distintos
países, cuyos principales rasgos serían: “a) la complejización de las asimetrías en los patrones de
inclusión y exclusión social, tanto en el plano simbólico como en el material; b) cambios en las
instituciones básicas de la socialización y de las formas y estructuras comunicativas; c)
incorporación de nuevos temas en la agenda política y socioeconómica, sobre la base de demandas
culturales, en particular los derechos multiculturales, asociadas con las nuevas asimetrías de la
exclusión social; y d) desarrollo de nuevas especificidades” (Idem).
Una evidencia de estos cambios y de estas fragmentaciones se halla en el hecho de que las
percepciones de la población en general se encuentren marcadas por sus identidades de clase, etnia,
género y ecológicas, fundadas en valores e ideologías. Es alrededor de estos ejes identitarios que
se organizan y desarrollan los conflictos culturales (Idem 216). Uno de los factores del conflicto
es la desigualdad social y la exclusión sociales; el otro es la expansión de las grandes potencias
hacia los países en desarrollo por la necesidad de minerales y fuentes energéticas.
Calderón indica que “sobre este tejido de desigualdad compleja se articulan las nuevas
necesidades y demandas en la agenda de movilización cultural de América Latina. Un primer tema
concierne a las cuestiones medioambientales, con demandas que tienden más hacia referentes
ecologistas o hacia una perspectiva instrumental de control sobre los recursos naturales” (2012:
219).Las nuevas demandas que se plantean en la agenda de “movilización cultural”
latinoamericana se articulan en torno y a partir del tejido de las desigualdades. El tema del medio
ambiente y el control de los recursos es uno de los temas prioritarios en dicha agenda y es acá en
donde se conecta con las luchas sociales en pro de la protección del territorio y el rechazo a las
exploraciones y explotaciones mineras inconsultas o en ausencia del debido respeto a las consultas
populares (cfr Yagenova, 2012).
9. Materiales y métodos
El trabajo de campo se llevó a cabo entre marzo y julio de 2015 y contempló cinco
comisiones durante las cuales se visitaron los lugares arriba indicados y en donde se identificó a
los informantes clave: líderes comunitarios, maestros, religiosos y otros (ver Anexo 1 sobre las
comisiones efectuadas). Cada comisión duró entre cuatro y cinco días hábiles, a lo largo de los
cuales se realizaron entrevistas exploratorias (abiertas) y semi estructuradas. Las primeras
permitieron conocer la situación socioeconómica, política y cultural de la localidad, así como
13
obtener contactos para luego realizar las entrevistas semi estructuradas. Estas últimas se hicieron
con líderes comunitarios de las organizaciones campesinas y xinkas, así como con personas
residentes en las aldeas, quienes no necesariamente tenían una posición de liderazgo. En total se
realizaron 10 entrevistas exploratorias (cinco con mujeres y cinco con hombres) y 49 entrevistas
semi estructuradas (24 con mujeres y 25 con hombres) con lo cual se logró un balance de género
(ver Anexo 2 sobre las entrevistas).
El perfil educativo, laboral, étnico y de clase de los entrevistados fue diverso ya que se
trató de obtener visiones amplias y variadas sobre el pueblo xinka y la conflictividad social
ocurrida a raíz de la instalación de la mina San Rafael en la zona. Por eso se recurrió a distintos
actores sociales y políticos que trabajan y viven en la región (ver Anexo 4 sobre actores sociales y
políticos consultados). De acuerdo con esto, se entrevistó a ocho maestros de educación pública,
tres religiosos, los padres Ángel Recinos (Mataquecuintla); Ademar Muñoz (Jalapa) y Pedro
Pineda (Jumaytepeque); a un alcalde (Hugo Loy Solares, de Mataquescuintla); líderes del
Parlamento Xinka y del Consejo del Pueblo Xinka de Guatemala (COPXIG); representantes de las
Comunidades Indígenas de Santa María Xalapán, San Juan Tecuaco y San Carlos Alzatate; a
varias mujeres integrantes de la Asociación de Mujeres Xinkas de Santa María Xalapan
(AMISMAXAJ).
Secretario del Sistema Nacional de Diálogo (Licenciado Miguel Ángel Balcárcel) y a su asistente
en la ciudad capital.3
Además de las entrevistas, se realizaron cuatro talleres (dos con jóvenes y dos con
adultos) a los cuales participó un total de 100 personas. Los talleres con adultos, de 31 a 76 años
de edad, se llevaron a cabo en los lugares siguientes: uno a las orillas de la laguna del Pito (en la
aldea del mismo nombre) y, otro, en el caserío Los González (región de Santa María Xalapán,
Jalapa). Los talleres con jóvenes, de 15 a 30 años de edad y de ambos sexos tuvieron lugar, uno en
la cabecera municipal de Mataquescuintla y otro en el caserío Los Gonzáles (Santa María Xalapán,
Jalapa). (ver Anexo 5 sobre los talleres).
3
En el Anexo 6 se puede leer el listado de todos los entrevistados y sus datos generales
15
Figura 1.La asistente de investigación Gretel Galindo entrevista a doña Bernarda López, integrante de la Asociación
de Mujeres Xinkas.
Cuando en este informe se presentan citas textuales sobre algún problema social o político se
reserva la identidad de los colaboradores y se introduce el código de la entrevista (por ejemplo,
CUI-3; MAT-11; GUA- 1, etc). Salvo en los casos en que las personas entrevistadas estuvieron
anuentes, se coloca su nombre y apellido. Se trata en la mayoría de estos casos, de personas que
ocupan un cargo público administrativo o en la esfera religiosa (en el Anexo 6 se coloca el listado
completo de los colaboradores) .
Figura 2. Taller con jóvenes en Mataquescuintla (Jalapa). Foto: Gretel Galindo, 2015.
Figura 3.Taller con jóvenes en el caserío Los González, Santa María Xalapán. Foto: Gretel Galindo, 2015.
16
Figura 4.Taller con adultos en caserío Los González, Santa María Xalapán. Foto Gretel Galindo, 2015.
Figura 5.Taller de adultos en La Laguna del Pito, Santa María Xalapán (Jalapa). Foto: Gretel Galindo,
2015.
Estos libros constituyen un registro detallado de todos los Bautismos y Matrimonios, que
se daban en el periodo o año señalado en la portada de cada uno de ellos (siglos XVII a XIX).
Adentro de los registros de estos sacramentos religiosos, también se encuentran listados de las
cofradías de Mataquescuintla. Considero que tales registros son un hallazgo importantísimo para
el proyecto, ya que permite darse cuenta que este pueblo tenía en la época colonial 16 cofradías
de indígenas las cuales eran poseedoras de haciendas y de reses, es decir, que los indígenas tenían
cierto poder económico y control territorial que actualmente ya no tienen. Se esperaría que un
trabajo más detallado fuera realizado por especialistas de la historia en dichos archivos
parroquiales.
La investigación que se hizo en el AHAG fue importante por varios motivos: a) corroborar
qué pueblos eran considerados “pueblos de indios” en la región xinka. b) si existían o no
referencias a las características culturales de los mismos en los informes redactados por los
sacerdotes y visitadores pastorales, c) conocer sobre el status étnico de los pueblos: cuáles eran
sus obligaciones y derechos. En este caso se observó particularmente las obligaciones que tenían
los indígenas para con la Iglesia Católica, y las actividades económicas a las que se dedicaban los
indígenas en la colonia (ver documentos históricos al final de la sección de Referencias).
Finalmente, en cuanto a las limitantes habidas en el trabajo de campo, cabe señalar que
no se pudo aplicar la técnica de trabajo grupal denominada FODA y el árbol de problemas,
debido a que, primero, representaron alguna dificultad conceptual para los participantes; en tal
sentido se simplificó la dinámica de los talleres utilizando temas generadores de discusión (qué
es identidad?, quienes son los xinkas para ustedes?, etc). Segundo, porque para dicha
metodología se hubiera requerido por lo menos un día de trabajo con los participantes, quienes
solo pudieron concedernos medio día
19
10. Resultados
2.Identificar si existen o Se identifican las Las comunidades que se autoperciben como indígenas y como xinkas son fundamentalmente las de
no diferencias diferencias Xalapán y Jumaytepeque. En Cuilapa y San Juan Tecuaco las personas se autoidentificaron como xinkas
generacionales (etarias) generacionales pero reconocieron que la mayoría en esos municipios se define como mestiza. Existen procesos
y de género en la que permiten importantes en ambos lugares para recuperar su identidad.
manera en que las comprender de Los adultos y los jóvenes de Santa María Xalapán coinciden en su interés por el rescate de la cultura
comunidades estudiadas qué manera los xinka en muchos aspectos, no obstante los jóvenes no tienen interés por volver a vestir a la antigua usanza;
perciben y expresan su adultos sienten y observan la música tradicional con curiosidad pero tienen preferencias por los ritmos modernos.
identidad como xinkas. viven su identidad
20
étnica de manera Los jóvenes de Xalapán identifican lo xinka como una experiencia social articulada con la exclusión
diferente o social: ser trabajadores agrícolas en contraste con los ladinos del pueblo que tienen otros oficios.
parecida a la de Hay elementos de la cosmovisión y la oralidad que son conocidos por los adultos y que aparecen con
los jóvenes. Se mucho menos frecuencia entre los jóvenes de Xalapán. Ambos grupos coinciden en la práctica del “altar
conoce si existen xinka” que se realiza por impulso de la pastoral social y la asociación de mujeres.
diferencias etarias Los jóvenes y los adultos de Mataquecuintla coinciden en identificarse como mestizos y ladinos y en ver
o de género que como “los indígenas” a quienes venden verdura y enseres en el mercado local. Observan a los “xinkas”
sean relevantes como algo interesante, que debe estudiarse, pero lo ubican en el pasado.
para entender la Solamente para una organización de mujeres, la defensa del territorio tiene que relacionarse con frenar la
identidad xinka y violencia contra la mujer, pues el cuerpo de esta es como el territorio: no debe ser agredido sino respetado.
en qué consisten
3.Conocer, describir y La investigación Factores que han generado la conflictividad social:
explicar los factores que identifica los 1) Inconformidad por los resultados arrojados por el gobierno en la resolución de los problemas de tierra
en los últimos cinco principales (acceso y compensación histórica por usurpación de tierras de las comunidades indígenas ocurrida en el
años, de 2008 a 2013, factores que pasado). El conflicto es de carácter histórico -estructural referido a demandas agrarias: lucha por
han generado generan los recuperación de la tierra, es un problema latente (dos lugares principalmente: Santa María Xalapán y
conflictividad social en conflictos sociales Jumaytepeque, Santa Rosa).
la región xinka, en la zona, logra La informidad de los campesinos indígenas sobre la manera en que el gobierno ha intentado resolver el
particularmente en el determinar los asunto de linderos; desacuerdo con las fincas que se les han entregado en compensación; discrepancia con
municipio aludido, así distintos actores los resultados de las mesas de negociación que han tenido lugar (los acuerdos aquí son parciales)
como la reacción y en contienda y (2) Instalación de la minera San Rafael, la que inició operaciones sin que los vecinos estuvieran
estrategias de los actores cuáles son sus previamente informados.
sociales a nivel local y distintos (3) Emisión de licencias de exploración y explotación en varios municipios (Jalapa, Alzatate,
regional. posicionamientos Mataqueschinlta, San Rafael Las Flores) por parte del Ministerio de Energía y Minas.
en referencia al (3) Inconformidad de los vecinos por lo que consideran un irrespeto de las autoridades y las empresas
territorio. hacia la voluntad popular expresada en las protestas callejeras y en las consultas comunitarias y
municipales que han arrojado porcentajes de rechazo arriba del 95% en todos los municipios.
(4) Reacción ante varias violaciones a los DDHH antes y durante el Estado de Sitio impuesto en el 2013.
(5) Uso de la fuerza por los guardias de seguridad de la minera y del Estado.
Las reacciones y estrategias de los vecinos han sido: marchas, colocar flores enfrente de las puertas de
la Mina, de la Embajada del Canadá y otras instancias; investigar sobre las licencias emitidas; indagar
sobre el impacto ambiental que ocasiona la mina; sobre leyes y códigos que amparan las consultas; realizar
consultas comunitarias y municipales; publicar comunicados en prensa impresa y electrónica en donde
manifiestan su punto de vista; realizar foros públicos; las organizaciones campesinas e indígenas (xinkas)
se agrupan bajo el paraguas del Parlamento Xinka y se alían con la Iglesia Católica, CALAS y otras
ONGs ambientalistas.
21
La presente investigación demuestra que el Pueblo Xinka tiene una larga existencia en la región suroriental del país. Su cult ura se
encuentra en constante transformación. El idioma es el marcador étnico objetivo identitario que más ha sufrido los embates del cambio
cultural pues solamente es conocido por pocos adultos mayores; no se puede decir que esté extinto. Existen varias iniciativas importantes
para su recuperación y constituye una materia obligada en el Currículo Nacional Base, como L2, que se imparte de 1º a 3 er grado de
primaria. No obstante ello, las reacciones sobre la imposición de esta materia en las escuelas oficiales es controversial.
Otros marcadores étnicos objetivos como la indumentaria regional y las artes se han visto debilitadas, sin embargo, perviven. La
investigación muestra que para la mayoría de los adultos y jóvenes de San Carlos Alzatate, Santa María Xalapán (Jalapa); San Juan
Tecuaco y Jumaytepeque (Santa Rosa) es importante conservar su cultura y hacer lo posible por rescatarla. Una buena parte de los
jóvenes participantes estuvieron de acuerdo con esta percepción. Este hallazgo debería ser considerado por parte del Ministerio de
Cultura, las casas de la cultura y el MINEDUC para coadyuvar con los esfuerzos locales en el rescate cultural.
En Mataquescuintla y San Rafael Las Flores la cultura ha cambiado aún más que en los lugares antes indicados. Si bien es cie rto que
una mayoría de personas se identifica como ladina y/o mestiza; se reconocen antepasados indígenas, probablemente xinkas o ch’orti’.
La investigación dio luces para comprender el mestizaje en estos lugares.
La identidad xinka es instrumental para la defensa territorial. En la región estudiada se articulan cuatro aspectos fundamentales: la
comunidad y sus formas tradicionales de organización, las nuevas formas asociativas, el territorio y la identidad. Si bien esta identidad
es dinámica y heterogénea, se sustenta en aspectos subjetivos, en formas propias de organización, en la tenencia de las tierras comunales
por muchísimos años y por una cosmovisión propia, aunque con muchos elementos del catolicismo popular. La identidad no puede
comprenderse como una esencia sino en relación a los otros habitantes de la región, es decir los ladinos y/o mestizos (perspectiva
relacional e interaccionista).
La investigación demuestra que lo que ha generado conflictividad social es el irrespeto del Estado a las decisiones comunitarias sobre
el tipo de inversión que necesita un territorio determinado y sobre el destino que debe darse a sus bienes naturales. El presente trabajo
ofrece elementos para que los tomadores de decisiones comprendan el rechazo popular e indígena hacia los proyectos extractivistas.
Brinda elementos antropológicos, históricos y sociales a modo de lecciones aprendidas sobre lo que no debe volver a suceder: el uso
excesivo de la fuerza contra la población civil; el irrespeto a las consultas comunitarias de buena fe y de las municipales que sí están
ampradas en la legislación nacional e internacional. Se demuestra que los xinkas contemporáneos no son sujetos pasivos, sino que son
sujetos políticos con agencia social.
23
Sin embargo, para el caso de algunos pueblos como Mataquescuintla, Alzatate y Santa María
Xalapán que se localizan al norte del río Los Esclavos y del pueblo del mismo nombre, todavía no
se han identificado suficientes referencias coloniales en donde se reporten datos culturales
concretos. Es decir, la mayoría de los cronistas y viajeros que pasaron por estos lugares indican
que estos tres pueblos estaban compuestos por una mayoría de habitantes “indios” (o indígenas).
Sin embargo, no se indica –salvo pocas excepciones- la denominación del idioma que se hablaba
o bien el nombre de los grupos indígenas. Los documentos de archivo solamente mencionan que
los “indios” hablaban en “lengua”. Entonces esta lengua pudo haber sido el xinka, pero también,
en algunos casos pudo haberse tratado del pipil, poqomam o alguna lengua de la rama lingüística
coloide, como el ch’orti’.
Los xinkas son mencionados en algunos relatos de los sacerdotes o curas visitadores como el
Arzobispo Pedro Cortés y Larraz quien estuvo de visita en Guatemala entre 1768 y 1772. Cortés
y Larraz (1958, I pp. 238-239) visitó la parroquia de Jutiapa de la cual dependían tres pueblos
(Yupiltepeque, Atescatempa y Comapa) y, al interrogar al cura encargado de estos pueblos acera
4
Algunas publicaciones periodísticas y páginas web afirman que los xinkas presuntamente provienen de Suramérica,
incluso más de alguno ha afirmado que vinieron en una barca. Sin embargo, a la fecha no existen ninguna evidencia
arqueológica ni etnohistórica seria que pueda sostener científicamente esta afirmación, sobre todo si consideramos
que la navegación en altamar no fue desarrollada por la población prehispánica.
24
del idioma que hablaban los indígenas, se le indicó que se trataba de “el xinka alias xinka y uno
de ellos, el mexicano, pero que todos hablan generalmente el castellano” (Cortés y Larraz 1959,I,
p. 239).
El Arzobispo citado señaló que los pueblos de Cuajiniquilapa (o Cuilapa) y Los Esclavos estaban
poblados fundamentalmente por ladinos en el momento que él los visitó; y que en los pueblos de
Jumay (Jumaytepeque) y Santiago Mataquescuintla había una mayoría de población indígena
(Polo & Corado, 1984, pp. 28-29).
El lingüista Otto Schumann señala que los xinkas se identifican a sí mismos con el linaje de los
murciélagos, de allí el nombre sinacamecayo (Schumann, 1967, p. 13). Este término se relaciona
con el de Sinacantán, lugar cercano al río Los Esclavos (Santa Rosa). Según relatos de tradición
oral, éste lugar fue el asiento del antiguo rey xinka llamado Sinacán (Sachse, 2010, p. 40).
En la región suroriental de Guatemala, los xinkas mantuvieron relaciones comerciales con los
pipiles, los poqomames y los ch’orti’ fundamentalmente (Feldman, 1985). Con ello debe
entenderse que ambos grupos intercambiaron productos vegetales y animales; así como enseres
(alfarería, piedras de moler, etc). El grupo que más influyó culturalmente sobre los xinkas fue el
pipil (Sachse, 2010, p. 41). Los pipiles fueron grupos de lengua náhuatl cuyos antepasados se
trasladaron de México a Centro América en una serie de migraciones realizadas del siglo X al XIII
(Fowler 1989). Se puede decir que lo última migración de éstos fue en el postclásico tardío (1200
a 1524). Los pipiles habitaron en la costa sur de Guatemala, desde Escuintla hasta Jutiapa y en el
occidente de El Salvador, en donde todavía habitan (Fowler, 1989). En Guatemala, al momento
de la conquista y durante parte de la colonia, los pipiles habitaban en pueblos como Itzquintepec
(Escuintla), Masagua y Santa Lucía Cotzumalguapa.
Se presume que la población más antigua de la zona suroriental de Guatemala fue la xinka. En
la región suroriental de Guatemala, como en otras de Guatemala, el idioma náhuatl se utilizó como
lengua franca o vehicular, es decir, como idioma de comunicación intergrupal cuando las personas
no tenían la misma lengua materna. Asimismo, se escribieron documentos relativos a los reclamos
de tierras en ese idioma (Sachse 2010, p. 41). Particularmente se puede mencionar el título de
tierras del pueblo de Santa María Ixhuatán o Szampiyá en xinka). Szampiyá formaba parte del
25
La meta de Alvarado era llegar a Cuscatlán (actualmente El Salvador) una provincia rica en
minerales y cacao, pero para alcanzarla tuvo como desafío, atravesar el territorio que luego ha
sido identificadopor los historiadores como xinka (Polo & Corado 1984). Aunque Alvarado y más
adelante, el cronista Fuentes y Guzmán (1933), diferencian a los pipiles de los habitantes de
Atiquipaque y Guazacapán, no mencionan concretamente el nombre del idioma que se hablaba en
5
Se revisaron documentos o “patentes” de religiosos en el Archivo Histórico Arquidiocesano de Guatemala, en
donde varios sacerdotes pasaron exámenes para demostrar que eran competentes en el idioma mexicano
6
Se conserva la manera de escribir los grupos mayences, pues es cita textual.
7
Escrito de esta manera en el documento escrito por Inocencio del Busto en 1962.
26
estos dos lugares. Esto se logra averiguar con la lectura de reportes de sacerdotes que llegaron más
tarde (siglo XVIII) y por estudios lingüísticos realizados en el siglo XX y XXI.
Otra de las más importantes referencias sobre la primera incursión de los españoles en tierras
surorientales es la que hace el citado Fuentes y Guzmán, en el tomo II de su obra Recordación
Florida escrita en el siglo XVII. Este cronista probablemente se apoya en las crónicas anteriores
escritas por Gonzalo de Alvarado o de algún otro testigo presencial (Del Busto, 1962, p. 108). En
su obra, Fuentes y Guzmán refiere la guerra sostenida entre los españoles y los indígenas del
Señorío de Guazacapán, la cual ocurrió luego del paso del Adelantado por Yzquintepeque
(Escuintla). De este encuentro entre españoles e indígenas, el cronista mencionado indica que el
Señor de Atiquipaque, “hirió con su lanza al caballo de Don Pedro, y éste habiéndose desmontado,
peleó con él y le mató, mientras que sus capitanes, sebados y tintos en sangre de los indios, les
hicieron tomar la vuelta de su pueblo…” (Fuentes y Guzmán, II, 1933, p. 116).
Tomando en cuenta la referencia anterior, el historiador Inocencio Del Busto escribió que “no
podemos menos que exaltar a este valeroso capitán xinca a quien por no saber su nombre
llamaremos el Señor de Atiquipaque, y que tiene los mismos méritos que el gran Tecún Umán,
para ser considerado como héroe nacional. Confiamos que sin quitar ninguna gloria a los quichés8
puede rendírsele también tributo a nuestros esforzados y olvidados xincas”9 (1962, p. 107).
Asimismo, en la Recordación Florida se indica que Alvarado apresó a “tres principales cabezas
de aquel numeroso pueblo de Atiquipaque” (Fuentes y Guzmán, II, 1933,p. 116). Del pueblo de
Atiquipaque, Pedro de Alvarado y su hermano Jorge de Alvarado salieron para Taxisco (o
Tazisco, según el cronista), “lugar que media entre Atiquipaque y Guazacapán” (Fuentes y
Guzmán, II, 1933.p. 117). La citada crónica refiere que los indígenas de la zona, hicieron fosos
defensivos y atacaron a los españoles con flechas, específicamente se alude a “numerosos flecheros
de los indios, de Tepeaco y Tacuyula 10, interesados en las conveniencias de los de Tazisco…”
(Idem). Se refiere además en esta obra que de la serranía de Nextiquipaque bajó una gran cantidad
de indígenas quienes arrojaron varas, flechas y piedras con hondas dirigidas contra los españoles
y los tlascaltecas que les apoyaban. Asimismo, luego de varios encuentros en donde murieron
8
Por ser cita textual, se conserva la manera antigua de escribir al grupo y al idioma k’iche’.
9
Aquí se respeta la forma de escribir la palabra “xinca” por parte del autor Del Busto. Es cita textual.
10
También mencionado como Tacuilula. Ambos pueblos no existen actualmente.
27
muchos “indios de Guazacapán”, algunos de éstos atacaron a los indios tamemes (cargadores de
vituallas o pertrechos de guerra y enseres de los españoles). Estos cargadores al servicio de
Alvarado descansaban en Taxisco. Los indígenas de Guazacapán hábilmente les tomaron
desprevenidos y cogieron “lo más estimable y necesario” del ejército español, como “ballestas,
alpargatas y herrajes” (Fuentes y Guzmán, II, 1933:118 y 119).
Atiquipaque, Aticpac o Atiepac fue un poblado xinka, ubicado en lo que hasta los años 1960 se
conoció como la Finca Santa Anita El Jobo, ubicada entre Escuintla y Santa Rosa y situado apenas
a 50 metros sobre el nivel del mar. Desde el punto de vista de la administración religiosa colonial,
Atiquipaque fue parte de la Parroquia de Taxisco. El poblado se redujo considerablemente por
múltiples razones, entre ellas por las enfermedades y, fundamentalmente, porque sus tierras
comunales fueron rematadas y vendidas a particulares ladinos. En el siglo XVII, el padre Rivera
Saavedra trasladó población chol de Chiapas a esta localidad.11. Más tarde, la pequeña población
de Atiquipaque fue trasladada, no sin bastante resistencia por parte de los indígenas xinkas, al
pueblo de Taxisco durante la segunda década del siglo XIX.
Desde inicio de los años 1960, varios historiadores y escritores –como Francis Gall e Inocencio
del Busto Rodríguez- sugieren que se rinda tributo al Señor xinka de Atiquipaque, quien al igual
que los k’iche’s, kaqchikeles, tz’utujiles, pipiles y mames, luchó para salvar a su pueblo de la
conquista y esclavitud.
11
Durante la investigación se identificó interesantes documentos en el Archivo Histórico del Arzobispado. Uno de los
cuales indica que el 24 de diciembre 1659, el cura doctrinero Fernando Rivera Saavedra, encargado de la provincia de
Guazacapán escribió en una carta enviada a las autoridades eclesiásticas indicando que él condujo varios indígenas
choles del Manché y Lacandón (en Chiapas) a habitar en Atiquipaque. El cura Rivera Saavedra no menciona cuantos
indígenas trasladó desde tan lejanos lugares, pero especifica que les ayudó a edificar sus casas, les dio herramientas,
semillas para que sembraran y ropas para que se vistiesen. El sacerdote de Ribera escribió: “…poblé el pueblo de
Atiquipaque del dicho mi beneficio, donde ay (sic) una imagen de nuestra Señora de gran devoción, con cantidad de
indios que llaman choles que el capitán Don Bartholome de Flores, siendo alcalde maior (sic) de la Provincia de la
Verapaz sacó de los términos del Manche y Lacandon donde estaban rancheados (sic) y vivían bárbaramente , y en
virtud de la orden de dicho Señor Presidente los lleve desde esta ciudad hasta el dicho pueblo de Atiquipaque de mi
beneficio, a mi costa sustentándolos y vistiéndolos”. (AHAG. Patentes de Religiosos, Provisiones de Curatos, de 1647
a 1792, Exp. 11).
28
Luego de que el señor de Atiquipaque fuera muerto, “se retiraron los xincas, dejando numerosos
cadáveres y quedando los españoles por dueños del campo de batalla. La tropa de Alvarado acampó
aquella noche bajo torrencial lluvia en pleno campo, protegiéndose contra posibles emboscadas,
con rondas y centinelas” (Del Busto, 1962, p. 107).
Fuentes y Guzmán refiere que los indígenas de esta región hicieron alianzas estratégicas para
defenderse de los españoles. Los de Guazacapán tenían como aliados cuatro importantes pueblos:
Nextiquipaque, Chiquimulilla, Guaymago y Guanagazapa. Hay que mencionar que los indígenas
de estos pueblos eran excelentes guerreros. Según el cronista, estaban armados con “lanzas, arcos
y saetas envenenadas, y no pocos de vara tostada” y que se defendían con “unas ropas fuertes de
algodón torcido y muy grueso, y de mucha, y grande resistencia á nuestras ballestas, y espadas…”
(Fuentes y Guzmán, II, 1933, p. 119; Brinton, 1884,p. 3). La lectura de la descripción de las guerra
en la región del Señorío de Guazacapán y tierras aledañas de los xinkas, redactada por el citado
cronista, refleja que los indígenas presentaron una fuerte resistencia, que muchos murieron en la
batalla, pero que también lograron dar duros golpes a los españoles y también a los indígenas
aliados de éstos quienes fueron los tlaxcaltecas, mexicanos y cholutecas. Los indígenas peleaban
teniendo unas campanillas o pampanillas en las manos, lo cual intrigó al cronista, quien refiere
que en los días que estuvo Pedro de Alvarado en Guazacapán, los indígenas no se sujetaron ni
obedecieron a los españoles hasta que llegaron otros refuerzos españoles (Ibid, pp.120-121).
Los españoles también declararon la guerra a los indígenas de Jumay o Jumaytepeque, - quienes
habitaban hacia el norte de Guazacapán- , presentando estos últimos una fuerte resistencia y se
aliaron con los de Jalpatagua, Ixhuatán, Comapa, Los Esclavos y los Petapanecos como auxiliares
en la guerra. “Don Pedro de Alvarado, cumpliendo con las órdenes del Rey, les hizo muchos
requerimientos de paz que unas veces, no sin gran cautela, se negaban, huyendo de su pueblo a
las montañas…” (Fuentes y Guzmán II, 1933. p. 140; Polo, 1984, p. 14). Los españoles iban
dirigidos por Juan Pérez Dardón, 80 infantes españoles, arcabuceros, ballesteros, 30 soldados de a
caballo e iban respaldados por indígenas de otras regiones; al decir de Fuentes y Guzmán fueron
“mil indios Goathimaltecos, Mexicanos y Tlascaltecos” (ídem 1933, p. 141). Para llegar al valle
del Jumay, los españoles debieron construir un puente temporal hecho de maderos que les permitió
cruzar el caudaloso río Los Esclavos. Por su parte, los indígenas de Jumay iban armados con
macanas, lanzas y saetas y utilizaron una armazón grande hecha con madera de la cual colgaba
29
una soga, la cual les servía a modo de honda o resortera, para lanzar piedras sobre los españoles.
Escribió el cronista que “…aquel madero que daba tornos muy violentos en el montón de las
piedras, que las arrojaba y despedía con tanta vehemencia, como disparadas de un cañón fuerte.
(…). Con semejantes máquinas y artificios militares se defendían en esta ocasión los indios de
Jumay…” (Fuentes Y Guzmán, II, 1933, pp. 142, 143).
Luego del evento anterior, los españoles tomaron como prisioneros a varios principales o jefes
indígenas de Jumay, entre ellos a un hijo del Señor Tonaltet, así como al mayor cacique del pueblo
de los Esclavos. Todos ellos fueron conducidos por los españoles a este pueblo en donde fueron
marcados con hierro, ya que según Fuentes y Guzmán era una acción que se justificaba “siendo
esta marca freno invencible á las inquietudes, y rebeldías de estos pueblos…” (1933, p. 144).
La antropóloga Gaitán (2007) también subraya, en base a la lectura del mencionado cronista, que
los conquistadores castigaron con creces la rebeldía de la gente originaria “al rechazar los
requerimientos de paz de los españoles. Las medidas que tomaron estos últimos para frenar o
castigar la desobediencia fue herrar a los indígenas de Jumaytepeque y de Los Esclavos (Gaitán
2007, p. 2). En la descripción de las batallas y escaramuzas entre indígenas de Jumay y Los
Esclavos y, los españoles, Fuentes y Guzmán no indicó el nombre que se le daba a estos indígenas
ni qué idioma hablaba12, pero se infiere que se trató de los xinkas debido a la región descrita y a
que los pueblos que se citan como aliados de los de Jumay, como Ixhuatán, han sido identificados
por los lingüistas como xinkas (Feldman, 1985; Morales 1980).
Aunque técnicamente los indígenas del partido de Guazacapán y regiones aledañas hubieran sido
vencidos en guerra, pasaron varias décadas en las que mostraron su resistencia hacia los españoles.
El citado cronista refiere que hacia 1665 y 1666 aquellos estuvieron provocando incendios en las
casas del pueblo, lanzando saetas “en cuya punta ponían un lienzo delgado con azufre” (Fuentes y
Guzmán II, 1933, p. 133).
12
El editor de la obra de Fuentes y Guzmán, escribió a pie de página (en los años 1930) que se trataba de pipiles.
30
punta de las flechas que usaban para cazar y contra los enemigos. Otros autores como Schuller
(1930) cuestionan o dudan esta evidencia.
También es importante mencionar que los indígenas xinkas del Señorío de Guazacapán, elaboraron
una especie de coraza de algodón para defenderse del enemigo; según el cronista Fuentes y
Guzmán, los xinkas estaban armados con “lanzas, arcos y saetas envenenadas, y no pocos de vara
tostada” y se defendían con “unas ropas fuertes de algodón torcido y muy grueso, y de mucha, y
grande resistencia á nuestras ballestas, y espadas…” (Fuentes y Guzmán, II, 1933, p. 119).
Esta referencia junto a estudios históricos sobre la producción agrícola y el intercambio regional,
sugieren que los xinkas cultivaron ampliamente el algodón. También hay evidencia documental
acerca de que tejieron mantas y prendas de vestir de algodón. Existen documentos en el Archivo
General de Centro América en donde se evidencia que los xinkas tributaron en algodón en bruto y
mantas tejidas con este mismo materia l. (Feldman 1971).
En cuanto al pueblo de Atiepac o Atiquipaque, terruño del jefe xinka que peleó contra Alvarado,
y que se menciona en los escritos coloniales, está hoy extinto. Su población mermó
considerablemente y la que quedó, pasó a formar parte del curato de Taxisco. El cronista Fuentes
y Guzmán (II, 1933, p.115) escribió que Atiquipaque era un “gran pueblo”. Si a inicio de la época
colonial, se trataba de un poblado grande, ya en del siglo XIX, concretamente hacia 1814 y, según
el alcalde mayor don José Vicente Aragón, había tan solo 35 personas (del Busto 1962, p. 112).
Así como el pueblo de Atiquipaque, otros pueblos xinkas desaparecieron a raíz del proceso de
invasión y explotación de los pueblos indígenas, así como por el brote y contagio de las pestes. En
parte, fue por esta circunstancia, que muchos de los pueblos de la región xinka que se citan en los
documentos del siglo XVI, dejan de aparecer o mencionarse en épocas posteriores.
escribió que el pueblo indígena de Guaymango se extinguió debido a las enfermedades generadas
en un territorio cálido, de manera tal que solo quedaban ocho personas (Del Busto 1962 b).
Intrigado por saber qué había sido de este pueblo, el historiador Del Busto hizo una excursión junto
a Carlos Navarrete para encontrar el pueblo de Guaymango el 20 de octubre de 1962. Al respecto
el autor refirió: “creemos haberlo localizado en las fincas de Brasil y Guaymango que son
propiedad de Don Miguel Soto y que están a 6 kilómetros de Guanagazapa” (Del Busto 1962 b).
Cuando del Busto y Navarrete visitaron el lugar nadie recordaba o sabía del traslado del pueblo,
pero si mencionaron un lugar llamado Iglesias Viejas.
En cuanto al pueblo de Guanagazapa, que para Del Busto también fue de origen xinka, se destruyó
en un incendio en 1800. En ese entonces, los indígenas escribieron una carta solicitando se les
perdonara el pago de tributos porque “se acabaron las pocas casas del pueblo y con ellas los pocos
bienes que poseíamos”. Ellos solicitaron que le pueblo fuera trasladado a un lugar que contara con
agua, el cual se llamaba “Los Apantes”. En esa época, había en Guanagazapa 157 indígenas y 25
ladinos y todos se dedicaban al cultivo del cacao (Del Busto 1962 b,pp. 18-19)
De acuerdo al Consejo del Pueblo Xinka de Guatemala (COPXIG), “es importante indicar que la
mayoría de las comunidades coloniales tenían cuando menos dos nombres, uno en xinka y otro en
náhuatl, el idioma de los pueblos mexicanos que acompañaron a Alvarado en sus expediciones a
Guatemala. Éstos fueron muchas veces reportados por historiadores como Maldonado de Matos
(1770). Por ejemplo, la comunidad conocida con el nombre Náhuatl de Tecuilula es llamada ‘Unul’
por Feldman, su nombre xinka. El sitio conocido como Guaya (que en xinka significa milpa), fue
llamado ‘Tlacuilula’ (idioma náhuatl) por el arqueólogo Edwin Shook, el cual no debe confundirse
con Unul o ‘Tacuilula’ sin la ‘l’. El nombre xinka, de Atiquipaque es “Szamiepuey’, el de
Guazacapán es ‘Tzimaja’ y el de Ixhuatán es ‘Zsampiya’” (Feldman 1975, citado por COPXIG,
s.f. 26)
11.1.2. Los xinkas y sus vecinos: pueblos sujetos al tributo y el trabajo forzado
“pueblos de indios”. Estos eran divididos por regiones, de acuerdo a una lógica administrativa
colonial dirigida a la recaudación tributaria y a la administración y explotación de la mano de obra
indígena.
Las poblaciones de la costa y boca costa (como Santa Cruz Chiquimulilla, llamada también
Chiquimula de la Costa), debían pagar sus tributos a las autoridades coloniales en maíz, cacao,
algodón, gallinas y dinero en efectivo (Gaitán, 2004, p. 71; COPXIG, 2013, p. 81).
Los indígenas de la Montaña de Jalapa, debían tributar en fanegas de maíz, algodón y de frijol,
pares de sandalias (llamadas también alpargatas o cutarras de cuero), mantas de algodón tejido,
arrobas de cera, miel de abeja, fardos de chile pimiento y gallinas (Dary, 2010,p. 49).“Uno de los
problemas más serios que enfrentaron los pueblos xinkas durante la Colonia fue que los padrones
o censos no se actualizaban con la debida frecuencia. De allí que las autoridades coloniales
cobraban los tributos sin quitar de la lista a los fallecidos, a los ausentes, a los discapacitados o
enfermos. Históricamente, se registran en el Archivo General de Centro América (AGDCA)
muchas solicitudes que los indígenas presentaban a las autoridades para que se depuraran las listas
de tributarios para evitar el sobre cobro de los tributos, es decir, para que los xinkas vivos dejaran
de pagar los tributos que habían correspondido a sus parientes ya difuntos” (COPXIG, 2013, p.
81; Gaitán 2004; Dary, 2010).
Las autoridades coloniales agruparon a los indígenas de los pueblos para que pagaran sus tributos
a determinado encomendero o bien a la Corona. Por ejemplo, los habitantes xinkas de los pueblos
de Guazacapán y de Chiquimulilla, pagaron tributos a distintos encomenderos. Hacia el siglo XVI,
hubo dos grandes encomiendas en lo que hoy es el departamento de Jalapa: la de Xalapa que incluía
a Mataquescuintla –pueblos que sabemos que fueron xinkas y probablemente poqomames- y la de
Xilotepeque (o Jilotepeque), que incluía a San Luis Jilotepeque y San Pedro Pinula, ambos pueblos
poqomames (Dary 2010, pp. 49-50).
Para poder pagar los tributos, los indígenas necesitaron trabajar en sus tierras. Es por eso que la
lógica de la administración colonial les permitió, hasta cierto punto, el mantenimiento de las tierras
poseídas en común (o comunes o tierras comunales).
Todos los pueblos de indios en la región xinka debían pagar tributo. Los ladinos, mestizos, pardos
y negros que vivían en los pueblos estaban libres de dicha carga (Martínez, 1970). Las únicas
33
personas indígenas exentas de cubrir esta obligación eran aquellas que descendían de las antiguas
autoridades y familias importantes indígenas, quienes aparecen mencionadas en los documentos
coloniales como personas principales o caciques. Gaitán explica que “se exoneraba a los caciques
y principales y a sus hijos mayores; los jueces, los alcaldes y regidores indígenas no pagaban ni
prestaban servicio personal. Otros que eran exentos eran los niños e hijos solteros en poder de sus
padres, los ancianos (hombres mayores de 55 años y mujeres de 50), los enfermos e inválidos y
los que prestaban sus servicios en la iglesia” (Gaitán, 2004, p. 74). En Mataquescuintla se
revisaron cuatro libros de bautismo (principalmente del siglo XVIII), constatando que una
mayoría de niños eran hijos de residentes quienes eran indígenas tributarios o indios tributarios,
como se apunta en los libros. 13 Luego de tomar como muestra 500 registros, se constató que de
cada diez niños inscritos, aproximadamente siete u ocho eran indígenas, y los demás pardos o
mulatos, eventualmente se mencionan españoles, negros y zambaigos. 14
Durante la época colonial y parte de la independiente, los xinkas enfrentaron muchos problemas
que pueden explicar, en parte, su reducción numérica. Muchos xinkas –sobre todo quienes vivían
en los pueblos de la costa y boca costa- murieron a causa de las epidemias de sarampión, viruela,
gripe y los tabardillos, enfermedades que llegaron de Occidente y para las cuales ellos no tenían
defensas biológicas. Por ejemplo, cuando Cortés y Larraz (II, 1958, p. 233) describe la parroquia
de Tecuilula (que comprendía los pueblos de Tecuilula, Tepeaco y Atiquipaque) 15 indica que se
trataba de un “territorio inundado de insectos, mosquitos, zancudos, jejenes, talajes, salamantillas,
culebras,…” etc “la única cosecha que se cuenta es la de maíz, y aunque la siembran dos veces al
año es tan poco, que apenas recogen lo preciso para el abasto”.
Otro de los problemas más frecuentes que enfrentaban los xinkas, sobre todo quienes vivían en la
Boca costa era la recurrencia de las plagas de langostas o chapulines que acababan con los cultivos
de maíz y frijol. Además, “padecieron la destrucción de parcelas de sus siembras de plátano y de
cacao (llamados cacaguatales) a causa de que el ganado atravesaba cercos y se metía en las mismas
comiendo y pisando los cultivos (Gaitán, 2004, p. 72; Dary 1994). Acerca de las destrucciones de
los cultivos por parte del ganado de los ladinos es importante señalar que existen varios
13
Ver en las Referencias históricas el listado de libros del Archivo de la Casa Parroquial de Mataquescuintla
(Jalapa).
14
Zambaigo es sinónimo de zambo, hijo de indígena con negro o al contrario.
15
Pueblos ubicados muy posiblemente en lo que hoy es Santa Rosa
34
documentos en el Archivo mencionado (AGDCA), en los cuales aparece que los indígenas de la
zona xinka se quejaban al respecto (COPXIG, 2013, p. 3). Así pues, en la época colonial se registró
mortandad por falta de alimentos, exceso de trabajo, pero también por las enfermedades citadas,
sobre todo en una época en que no había vacunas. De estos fenómenos, pestes y destrucción de
sembrados, se tiene noticia porque los sacerdotes de las parroquias enviaban informes a las
autoridades coloniales acerca del número de defunciones habidas a causa de las enfermedades y
por tal razón solicitaban que durante determinado periodo no se les cobrasen tributos porque los
indígenas simplemente no tenían capacidad ni física ni económica para pagarlos.
Los indígenas de la región suroriental del país (ch’orti’, poqomames y xinkas) no solamente
estaban obligados a pagar sus tributos a los encomenderos y las autoridades coloniales, sino que
además tenían obligaciones con la Iglesia Católica. Esta dividió el territorio por vicarias, curatos
y parroquias con la finalidad de cristianizar y administrar religiosamente una región determinada.
Con alguna frecuencia los religiosos encargados de las parroquias solían describir y mencionar los
lugares a donde habían sido asignados, así como los nombres de las lenguas que se hablaban en
los pueblos en donde les tocaba impartir la doctrina.
Desde la época colonial los xinkas han tenido sus propias cofradías y hermandades para rendir
culto a determinado santo patrono. Hay que recordar que, como lo ha indicado ya Rojas (1988), la
cofradía se convierte en un reducto que le permite a la colectividad indígena cohesionarse y
conservar algunas tradiciones prehispánicas que se sincretizan o funden con las hispánicas: “la
cofradía es un instrumento de integración, de cohesión social, de servicio a la comunidad y, de
manera simultánea, un vehículo de división y de conflicto social. La cofradía une a los miembros
del conglomerado tradicional; es un símbolo de identidad, y por consiguiente de cohesión, de
aquellos que comparten de una u otra manera sus significados intrínsecos” (Rojas, 1988, pp. 202-
203).
En el siglo XVIII hubo muchas cofradías en el oriente de la república y por consiguiente también
las hubo en los pueblos xinkas. La cantidad de habitantes de un pueblo, el tamaño o extensión del
mismo; su producción agropecuaria, así como el número de cofradías y hermandades dice mucho
acerca de la relevancia socioeconómica de una localidad determinada.
35
Durante la época colonial, particularmente en el siglo XVIII, la Iglesia Católica dividía las regiones
que administraba espiritualmente en vicarías. Cada vicaría constaba de varios curatos y éstos a su
vez, tenían cierto número de pueblos. Para la región que nos interesa existían las siguientes
vicarías16:
Vicaría de Mita: comprendía los curatos siguientes: San Cristóbal Jutiapa Jutiapa, San Luis
Jilotepeque, Santa María Xalapa y Mataquescuintla.
El curato de San Cristóbal Jutiapa (a veces nombrado simplemente como Jutiapa) comprendía los
pueblos siguientes: Jutiapa, Achuapa, Zacualpa, Sapotitlán, Contepeque, Jupitepeque,
Atescatempa y Comapa (según informe del sacerdote José Orellana, con fecha de octubre de 1784).
(AHAG 2).
16
Se apuntan los nombres de los pueblos según la ortografía del original. Archivo Histórico del Arzobispado de
Guatemala (AHAG)-. Fondo Diocesano. Libros de Vicaría de Mita y Vicaría de Chiquimulilla. Años 1720 a 1802.
36
Figura 6. Registro del Curato de San Cristóbal Jutiapa. Nótese las tres categorías étnicas en las que se dividía a la
población (españoles, indios y ladinos). Fuente: Archivo Histórico del Arzopispado de Guatemala, AHAG .
El curato de la Expectación de Jalapa comprendía los siguientes pueblos: “Xalapa 17 cabecera, San
Pedro Pinula, Santo Domingo Amatilan (sic). A fines del siglo XVIII, 1796, Mataquescuintla
aparece en el quadrante o registro de Los Esclavos.
Para cada vicaría los sacerdotes redactaban unos informes denominados Quadrantes, en
los cuales se reportaban los ingresos que recibía la iglesia, en efectivo y en especie, por un periodo
de cinco años. Los quadrantes se presentaban como listados de cuentas de lo que ingresaba a la
Iglesia por concepto de bautismos, matrimonios, entierros, misas, fiestas de santos, misas de
ánimas, misas de santos específicos y aportes de las cofradías, hermandades y huachibales o
guachivales.18 También se reportan en estos libros las primicias y se indicaba el número de
17
En un mismo documento Jalapa aparece escrito con J y con X.
18
Antigua forma de organización indígena cuya finalidad era la celebración de los santos y rituales de barrio.
37
indígenas (serviciales19) que trabajaban en el convento, casa parroquial o iglesia como tapianes,20
leñateros, molenderas, cocineras y otros. Los indígenas también entregaban a su iglesia local,
raciones de sustento.
Estado que manifiesta, el que tienen los moradores de este curato, sus castas, y numero,
comprendiendo en la clase de ladinos todos los que no son españoles declarados como tales
[el documento no está foliado].21
De igual forma, estos reportes de los curas son importantes porque también permite conocer los
pueblos que dependían de cada curato y la producción agropecuaria que tenían. En estos pueblos
los sacramentos eran impartidos en idiomas indígenas y también en español.
Los sacerdotes elaboraban reportes con el número y nombre de las cofradías y hermandades de
cada pueblo. Para algunos pueblos (como Santo Domingo “Amatilan” o Amatitlán)22, dependiente
de San Pedro Pinula, se reportaban también huachibales (o guachivales); organización indígena
que se dedicaba a celebraciones y rituales de santos pero de manera bastante sincrética. Los
sacerdotes dividían las cofradías y hermandades según fueran de ladinos o de “indios”; reportando
cuánto dinero tenían en bienes como reses, caballos y mulas; sus gastos de cera, música, adornos
de plata para la iglesia. Lo que interesaba a los sacerdotes era el reporte de las rentas fijas. Es decir,
19
Serviciales era el nombre que daban los sacerdotes a los indígenas que les atendían en las casas parroquiales como
guardianes, molenderas, cocineras, leñadores y otros oficios.
20
Tapian parece referirse a los indígenas encargados de las tapias, tablas o puertas.
21
Archivo Histórico del Arzobispado de Guatemala (AHAG)-. Fondo Diocesano. Libros de Vicaría de Mita y Vicaría
de Chiquimulilla. Años 1720 a 1802
22
En la región de San Pedro Pinula (Jalapa).
38
las cofradías y hermandades no solamente tenían bienes en especie sino en dinero y debían entregar
a la iglesia una contribución o cuota por los servicios espirituales y sacramentos que recibían.
También la iglesia recibía semanal, mensual y anualmente determinado número de animales y
productos de la tierra como se verá a continuación.
Las primicias que, en el siglo XVIII, entregaban los indígenas a los sacerdotes de las iglesias
locales comprendían dinero en efectivo y fundamentalmente productos en especie que variaban de
un pueblo a otro dependiendo del área geográfica (altitud, clima y suelo) pero por lo general
consistían en: cargas de maíz, de panela, fanegas de frijol, trigo, dos reses al año, cuatro terneros
anuales, gallinas gordas, pollos, huevos, manteca, cebollas, chile, candelas y quesos. Los pueblos
xinkas de la costa y boca costa son particularmente interesantes porque entregaban más variedad
de productos que los ubicados en las montañas templadas o frías. Así por ejemplo en Chiquimulilla
y Guazacapán, además de las acostumbradas entregas de maíz y frijol, los indígenas daban a las
autoridades eclesiásticas, pasacos de sal, cacao, chocolate, pescados, tortugas, plátanos, palmitos,
hierbas y marranos (AHAG 2).
Entre 1768 y 1770, según el Arzobispo Pedro Cortés y Larraz, existían 16 cofradías en Jalapa, 14
en Jutiapa, 28 en Mita, 25 en Los Esclavos, 12 en Guazacapán, 16 en Chiquimulilla, 12 en Taxisco,
7 en Tecuilula23, 17 en Sinacantán o Xinacantán. La mayoría de estas cofradías poseía sus terrenos,
su propio capital (en efectivo), ganado vacuno y caballar, tierras y riqueza en esculturas de santos,
candelabros, pinturas religiosas y otros objetos (Cortés y Larraz, 1958).
En los libros en que se asientan los bautismos de la parroquia de Los Esclavos –a la cual pertenecía
los pueblos de Santiago Mataquescuintla, Cuilapa y Jumay- a partir de 177224, se identificó
insertos dos interesantísimos reportes de cofradías, uno de 1780 y otro de 1786, ambos escritos
por el arzobispo de Guatemala, Cayetano Francos y Monroy. En ambos se informa acerca de las
cofradías y hermandades del curato así como de sus bienes (tierras, dinero en efectivo, reses y
alhajas). El pueblo de Mataquescuintla es particularmente interesante ya que registra más
cofradías que en los otros pueblos mencionados. Había nueve cofradías, de éstas se menciona que
23
Antiguo nombre de Santa María (Santa Rosa).
24
Libro en que se asiente las Partidas de Bautismos de los Feligreses del Pueblo de Santiago Mataquescuintla, el
qual comenzò el dia cinco de Septiembre del año de 1772 siendo cura de este Partido el Br. Dn. Manuel Josep de
Pineda. Archivo de la Casa Parroquial de Mataquescuintla, Jalapa
39
la de la Natividad de Nuestra Señora tenía 107 reses en 1980, y seis años después se reportan
146, además de caballos y yeguas. La cofradía del Santísimo Sacramento era dueña de una estancia
que arrendaba a particulares; la cofradía de la Virgen del Rosario tenía 194 reses y 12 bestias en
1780 y seis años después se reportan 130 reses y 13 bestias. La cofradía de Cuajiniquilapa25 es
particularmente interesante porque se reporta que tenía 1303 pesos en alhalajas, rubro que no
presentan las demás cofradías. Esto demuestra la relevancia económica de las cofradías y por qué
la iglesia católica necesitaba controlarlas.
25
Cuilapa.
40
Tabla 2. Las cofradías en algunos pueblos del Suroriente de Guatemala, según el Arzobispo
Cayetano Francos y Monroy, 1780 y 1786
Nombre de las 1.Asunción del Señor 1.El Santísimo 1.San Antonio. 1.Nuestra Sra de la
cofradías 2.Santiago Apóstol Sacramento Asunción,
3.Concepción de Nuestra 2.Ánimas
Señora 2.San José (hermandad) 2.Santísimo
4.Santísimo Sacramento Sacramento
5.Nuestra Señora del Rosario 3.Niño Dios 3. Purificación de
6.Hermandad de San Antonio Nuestra Señora. 3.San Juan
7. San José 4.Ánimas
8.Santa Gertrudis 4.Santísimo 4.Ánimas
9.Natividad de Nuestra Sacramento.
Señora. 5.San Sebastián
5. Candelaria
6.San Francisco
7.San Sebastián
Observaciones Casi todas las cofradías tenían Lacofradía más La cofradía de La cofradía más rica era
sobre los bienes terrenos, ganado y dinero. La rica era la del San Antonio era la de Asunción, con 771
de las cofradías más rica en dinero era la de Santísimo con 290 la más rica en cabezas de ganado,
Santa Gertrudis con 352 pesos,
en 1786 pesos en efectivo y dinero en efectivo además de caballos y
le sigue la de Santiago con 234
pesos. 1303 en alhajas. (133 pesos), y la yeguas
La cofradía de Nuestra Sra del que tenía más
Rosario tenía 130 reses y 13 ganado era la de
bestias. la Purificación de
Nuestra Señora,
La de la Natividad tenía 146 con 20 reses.
cabezas de ganado y 6 bestias.
Es la que más reses tenía.
Fuente: Elaboración propia con base en el Reporte de Cofradías inserto en el Libro de Bautismos depositado en la
Casa Parroquial de Mataquescuintla, Jalapa. Consultado por la autora en abril y mayo de 2015.
Según un informe escrito el 16 de noviembre de 1796 por el padre Eugenio Serapio Figueroa, el
pueblo de Mataquescuintla registraba seis cofradías de “indios” y más de 15 hermandades (sin
indicar a que grupo étnico pertenecían). Las cofradías clasificadas como “de indios” por el padre
Figueroa eran las siguientes: del Santísimo Sacramento, Señor Santiago, Ntra.Sra. de Mercedes,
41
Santísimo Rosario y Asunción del Señor. Cada cofradía pagaba una misa mensual (12 misas al
año), además de la de su aniversario, la de finados y otras.26
Las hermandades de Mataquescuintla, según el referido informe eran divididas según fueran “de
indios” o de ladinos y eran las siguientes: Dulce Nombre de Jesús, San Sebastián (de “indios”),
Ntra. Sra. De Los Dolores, Jesús Nazareno, Sta. Cruz, San Ysidro Labrador (de “indios”), la de
San Antonio (de “Ladinos”), la de San Pedro (de “indios”), Asunción de Ntra. Sra., San Nicolás
(de “indios”), San Miguel (de “indios”), Sta. Gertrudis (de “ladinos”), Nuestra Sra. de la
Concepción (“ladinos”) y Ntra. Sra. De Guadalupe.27
Con esto se nota que Mataquescuintla era un pueblo en donde claramente los espacios sociales,
étnicos y religiosos estaban divididos por el sistema de castas. No era socialmente aceptada la
convivencia de personas de distinto grupo en las cofradías ni en las hermandades. Hay que subrayar
aquí que, según los sacerdotes, Mataquescuintla era un pueblo “de indios y de ladinos”; en
cambio Jumaytepeque era un pueblo solo de “indios”, mientras que el valle de Santa Rosa, era
solo de ladinos (Cortés y Larraz 1958 y documentos consultados en AHAG y en el Archivo
Parroquial de Mataquescuintla, Jalapa).
Además de dinero, las cofradías entregaban cera en libras a la iglesia. El cura que reporta, en este
caso Figueroa, registra los ingresos por bautismos, casamientos y entierros, separando la cuenta
de los “indios” de la de los ladinos.
En los libros de Vicaría consultados en el AHAG hay muchos listados de productos que los
indígenas y ladinos entregaban por concepto de primicias y raciones de sustento para los curas.
Por razones de espacio no podemos transcribirlos todos éstos listados, pero se expone como
ejemplo el siguiente:
26
Libro de la Vicaría de Mita (1720 a 1802). Archivo Histórico del Arzobispado de Guatemala (AHAG)-.
Fondo Diocesano.
27
Idem.
42
Tabla 1.2 Primicias y raciones de sustento que los indígenas de Mataquescuintla entregaban a la
Iglesia anualmente. Según reporte del padre Eugenio Serapio Figueroa (1796)
Tabla 3.
Primicias entregadas por los indígenas y reportadas por los sacerdotes un periodo de cuatro
años. Mataquescuintla, 1796 28
8 anegas de trigo en cada año (en 4 años son 32 anegas y se vendían a 3ps= 096)
“En frixol, frutas y otras menudencias que me han pagado de Primicia en este
pueblo habrá hacendido (sic) á…025” (pesos).
Ración de Sustento:
“En el mes de Enero dan los Yndios dos Gallinas gordas á real y medio y en los
onze meses restantes del año dan dos pollos de á medio real que hacen en los tres
años ocho meses de mi tiempo….174”5.
“Dan estos de ración al año sesenta anegas de mais y en los tres años y ocho meses
de mi tiempo con…218”
“Asimismo dan cada dia un real de huevos, un real de sal, candelas, cebollas y
manteca que en los tres años y ocho meses de mi tiempo resultan…344”
“Dan cada dia tres tercios de sacate y con el que traen los Muchachos de Doctrina
ascendía a dos rs cada día (2 reales cada día) y en mi tiempo á_____”33.
28
Se conserva la ortografía del original
43
Dan también de racion dos Bacas de su cofradía en cada un año que vendidas a
doce ps cda….96” (…)
“Ultimadamente dan otras dos Bacas (sic) en cada un año de sus Cofradías”…
Fuente: Elaboración propia con base en los reportes de cofradía (cuadrantes), AHAG 2
En la época en que el padre Figueroa hizo su informe, cada vaca costaba 12 pesos. Se indica en el
citado texto que las cofradías tenían estancias de ganado, pero no se indica la extensión de terreno
que éstas median. Lo producido en Mataquescuintla (para la Iglesia), en cuatro años, ascendía a
3,830 pesos y tres reales. Esto indica que este pueblo era muy valioso para la iglesia, es más, es el
pueblo qué más productos y dinero producía de todo el curato de Los Esclavos. Además había
gente al servicio o serviciales de la iglesia: un fiscal mayor, dos menores, una molendera, tapian y
“uno que cuida las gallinas o el gallinero” (AHAG 2).
El padre Figueroa también reportó las raciones de sustento que los indígenas de Jumaytepeque
daban a los curas, entre los productos se indica que: “en el mes de Enero dan los Yndios dos
gallinas gordas de á real y medio y en los onze meses restantes dan dos Pollos á medio real cada
uno; de manera que estos sin exceso ni disminución alguna dan la misma ración que acostumbran
los Yndios de Mataquescuintla, pues siendo la de sustento fuera de las Bacas que allí dan asciende
toda ella a 1”060”5” (AHAG 2).
44
Los indígenas de Jumay y de Mataquescuintla entregaban tres vacas al año: una de ración, otra de
primicia y la otra “en el tiempo de cuenta de ganado de sus estancias. De tal forma que en 4 años
daban o resultan 12 vacas, vendidas a 12 pesos cada”.29
El pueblo del curato de Los Esclavos (Vicaría de Mita) que más beneficios aportaba a la iglesia
católica era Mataquescuintla, como puede observarse en el cuadro siguiente:
Tabla 4. Resumen general de los fondos entregados por los indígenas a la Iglesia en los cinco pueblos del
curato (de Los Esclavos), según el padre Eugenio Serapio Figueroa, 1796
|Cargo Total Pesos / Reales
Del Pueblo de los Esclavos 1395” 5
Ydem de Cuajinicuilapa 1902”4
Ydem de Mataquescuintla 3,830”3
Ydem de Jumay 2,051”2
Ydem de Santa Rosa 2,601”4
Sínodo, Ofrendas y Testimonios 812
Asciende el cargo 12, 593, 6
Data 6,307” 2
Líquido 6,286.4
Fuente: copia del cuadro presentado por el padre Figueroa contenido en el Libro de la Vicaría de mita (1720-
1802). Archivo Histórico del Arzobispado de Guatemala (AHAG)-. Fondo Diocesano. Sin número de página
29
Citas del informe del padre Figueroa contenidas en el Libro de la Vicaría de Mita (1720 a 1802). Archivo
Histórico del Arzobispado de Guatemala (AHAG)-. Fondo Diocesano.
45
Mataquescuintla era el pueblo con mayor riqueza en bienes y con mayor número de habitantes de
todo el curato de Los Esclavos. El censo local elaborado en 1796 informa a este respecto:
Creo que es probable que muchos indígenas quedaran sin censar para que no se les cargaran
responsabilidades (sínodos).Es cierto que las categorías étnicas en la colonia eran muy flexibles,
pero es interesante observar cómo desde 1796 se reporta al valle de Santa Rosa y Cuilapa cómo
dos pueblos fundamentalmente ladinos. Ello no implica que no haya habido indígenas sino que
quizás éstos muy pronto se casaron con los españoles y criollos que llegaban a la región
Para esta época había pocos esclavos (negros), para el Ingenio de Ayarza se reportan 14 esclavos
y 22 “libres”.31
En el siglo XVIII, también había cierto número de cofradías en Santa María Xalapa, las que se
mencionan son las siguientes: Cofradía de Nuestra Señora de la Expectación, cofradía del
Santísimo, Cofradía de Las Animas, Cofradía del Señor Crucificado, Cofradía de la Encarnación,
cofradía del Rosario, con ello se comprueba que la actual organización de los indígenas de Santa
María proviene de esta antigua forma de organización por cofradías. El documento de 1797
también provee de un listado de hermandades de “indios” y de ladinos, y las coloca por separado.
En el curato de Nuestra Señora de la Expectación de Xalapa también se entregaban primicias
(reses, cargas de trigo, anegas de maíz, etc). Solo para el caso de Santo Domingo Amatilan (sic)
se mencionan los huachibales.32
30
Idem.
31
Idem.
32
Idem.
46
Una de las posibles razones del debilitamiento de las cofradías en la región xinka se debió
a que éstas solían arrendar sus terrenos a terceros, pero pasado algún tiempo éstos se negaban a
devolverles sus posesiones y se las quedaban para sí. Se registran en los documentos coloniales
depositados en el AGDCA muchas irregularidades en la época colonial, por las cuales las tierras
y otras propiedades de las cofradías indígenas fueron a parar a manos de hacendados criollos y
ladinos, incluyendo a las de algunos sacerdotes (Dary 1994; Gaitán, 2010).
Asimismo, las autoridades eclesiásticas y las cofradías mantuvieron una tensión histórica por la
manera en que se gastaban los bienes de estas últimas. Comúnmente los sacerdotes no estaban de
acuerdo con las fiestas que realizaban los indígenas y les parecía que en ellas se incurría en gastos
exagerados o innecesarios. Hay muchos ejemplos de esta situación, por ejemplo, en 1786, Francos
y Monroy escribió que había “excesivos” gastos en cohetes, pólvora y atabales y que de aquí en
adelante no se gastara más de 15 pesos en esos materiales y que estos gastos no fueran en
detrimento de las limosnas para la Iglesia. Según la lógica eclesiástica debían depurarse los bienes
de cofradía para tener claridad acerca de cuánto tenían en realidad. Esto se debió a que muchas
veces estas evitaban declarar lo que tenían para no ofrendar a la iglesia más de lo que ya daban.
Escribía Monroy que “a veces hay aumentos de capital y ganados que no se reportan”.33
En 1996 y a la luz de la firma del Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas
(AIDIPI), los medios de comunicación se dieron a la tarea de hacer reportajes para dar a conocer
las condiciones y cultura xinka en ese momento. Fue así como el 28 de abril de 1996 apareció el
artículo “Antes de que se apague la llama” (García, 1996, pp 12-14) en el cual se reflejan
interesantes vivencias de una familia de Chiquimulilla y otras de Guazacapán. Aquí se menciona
que “hoy (1996), algunos xincas34 viven en pequeñas parcelas de tierra árida en Tecuaco, Ixhuatán
o Jumaytepeque o en áreas urbanas de Chiquimulilla, Guazacapán y Jutiapa”. Generalmente se
ubica al pueblo xinka en varios municipios y pueblos de Santa Rosa; fundamentalmente en los
33
Reporte de Cofradías inserto en el Libro de Bautismos depositado en la Casa Parrroquial de Mataquescuintla,
Jalapa.
34
Cita textual.
47
márgenes del río Los Esclavos, en Chiquimulilla, Santa María Ixhuatán y en Guazacapán, dado
que éste fue uno de los antiguos centros políticos xinkas (conocido como “Señorío”), pero también
éstos habitaron en varios pueblos de Jutiapa y de Jalapa, aunque de ellos se conoce menos en
comparación con los xinkas de lo que hoy es el departamento de Santa Rosa. A pesar de esto,
muchas toponimias de la región como Ayampuk, Yampuc, Sanarate, Sansare, Sanyuyo,
Sansurutate, Sampaquisoy, Samororo, Sanguayabá, Tatasirire, Ypala y otras son claramente
xinkas35 (Dary, 2010).
Las regiones y los principales pueblos (vigentes) que han sido reportados como habitados por los
xinkas son los siguientes (Mapa 2 y 3):
Santa Rosa: Chiquimulilla, Guazacapán, Taxisco, San Juan Tecuaco, Jumaytepeque (Nueva Santa
Rosa), Santa María Ixhuatán, aunque según algunos autores, aquí también hubo población pipil
(Fowler 1989). Solamente los ancianos de los dos primeros pueblos recuerdan frases y listas de
palabras en xinka.
De acuerdo con el COPXIG (2004, p. 11), “Jumaytepeque es una de las comunidades, donde aún
nos encontramos con manifestaciones claras de los valores y principios de la cultura xinka”. Cada
lugar reconocido como xinka tiene algún accidente geográfico (laguna, poza, montaña) que tiene
un especial significado simbólico para los habitantes indígenas. En San Juan Tecuaco existe la
poza Koyejix de la cual se narran historias y mitos. Lo mismo sucede con el cerro el Coyolito,
donde se cree que están encerrados los tesoros de la iglesia del pueblo (COPXIG, 2004.p. 15).
En Jutiapa también hay varios pueblos reconocidos hoy por hoy como xinkas: San Juan
Yupiltepeque, San Cristóbal Jutiapa, Comapa y Quesada. No obstante algunas personas se
identifican simplemente como “indígenas”, otras como “pipiles” y algunas como “xinkas”. En el
caso de la Comunidad Indígena de Jutiapa por ser tan grande, las personas se auto identifican de
varias maneras, tanto xinkas, pipiles y como ladinos. En todo caso, sus representantes y/o
autoridades insisten en que se les respete como comunidad “indígena” y como xinkas.
35
Dr. Otto Schumann Gálvez, comunicación personal.
48
En cuanto a Comapa, algunas personas de este municipio se reconocen como “pipiles” y no como
xinkas, mientras que algunas personas de las aldeas dijeron que eran simplemente indígenas o
campesinos pobres. 36
La población indígena xinka pudo haber habitado en casi todos los sitios poblados de la Montaña
de Santa María Xalapán, algunas aldeas de Mataquescuintla y parte de San Carlos Alzatate, así
como la parte occidental de San Pedro Pinula, municipio que tiene, por supuesto, más habitantes
poqomames que xinkas, al estar próximo a San Luis Jilotepeque, uno de los sitios poqomames más
importantes de Guatemala. En Jalapa y Alzatate, encontramos a ancianos y ancianas que recuerdan
que sus padres y abuelos hablaban el idioma “que se entendía un poco con el de Guazacapán” y
que “era distinto al idioma de los pínulas” (poqomam); muy pocos recuerdan palabras sueltas en
dicho idioma. Lo que sí es cierto es que los pobladores tienen una riqueza enorme en cuanto a la
tradición oral y fortaleza organizativa (Dary, 2010).
Algunas fuentes argumentan que la población xinka ocupó hasta las riberas del Motagua, en los
departamentos de Zacapa y El Progreso, pero se requeriría de ulteriores investigaciones históricas
para comprobarlo (COPXIG, s.f. p.34).
La población xinkas disminuyó severamente para fines del siglo XVI, proceso lamentable que
continuo en el siglo XVII, lo cual se debió a los malos tratos, trabajos forzados y vejaciones que
recibieron por parte de sus encomenderos. Las mismas autoridades religiosas y algunos españoles
denunciaron estos hechos en cartas dirigidas a los reyes de España (Quesada, 1980, p. 123). En el
siglo XIX, la región del suroriente de Guatemala se vio convulsionada por una serie de batallas y
contiendas políticas entre liberales y conservadores que conllevó el arribo de personas de otras
regiones y que hizo que varios vecinos de Santa Rosa, Jalapa y Jutiapa se integraran a las milicias.
Estos dos fenómenos ocasionaron mestizaje biológico y cultural en la región lo cual puede
explicar, en parte, la pérdida y transformación de las culturas indígenas, en cuenta de la xinka
(Sarazúa, 2013).
36
Algunas crónicas coloniales y visitas pastorales del siglo XVIII apuntan en reiteradas
ocasiones a que la población de Comapa era hablante del “sinca”, pero documentos del siglo
XIX clasifican a los comapenses como pipiles. Otros pueblos de Jutiapa fueron pipiles y, en el
caso de Santa Catarina Mita, éste fue poqomam.
49
Además, debido al contacto social y comercial con otros grupos, los xinkas han utilizado (como
préstamo lingüístico) algunas palabras de los idiomas mayas sobre todo del poqomam y del
kaqchikel (Campbell, 1972; Rogers, 2010.p. 19).Es incorrecto identificar al xinka con la palabra
“popoluca o pupuluca”, la cual constituye un término despectivo, empleado por otros grupos
étnicos para calificar a otras personas o grupos como bárbaros o gente tosca (Calderón 1908, p.5).
En términos estrictamente lingüísticos, el xinka es un idioma que, hoy por hoy, ha dejado de
practicarse cotidianamente. Algunos lingüistas que han estudiado dicho idioma en los años
recientes como Frauke Sachse (2000, 2010), Christopher Rogers (2010), Rodrigo Ranero37, Pedro
Lolmay y Juan Pablo López (en COPXIG 2013) de alguna manera coinciden en que el xinka es
una idioma del cual quedan personas semi – hablantes, en alusión a los y las ancianas que conocen
frases y palabras sueltas de dicho idioma, pero que ya no pueden sostener una conversación en el
37
Comunicación personal. El licenciado Rodrigo Ranero es egresado de Pomona College y ha trabajado de cerca
con el COPXIG.
50
Al respecto, es importante aclarar tres temas centrales: 1) el hecho de que el idioma xinka no sea
hablado cotidianamente por la mayoría de los habitantes de las localidades o municipios
identificados por los documentos históricos como xinkas, no implica que estas personas dejen de
sentirse pertenecientes a tal grupo ni que carezcan del derecho de autonombrarse (o auto
adscribirse) de esta manera; 2) El hecho de que el idioma no se hable cotidianamente no implica
que el mismo no esté bien documentado desde la historia y desde la lingüística. Por el contrario,
existen varias referencias históricas al idioma, así como gramáticas, vocabularios, lexicología y
morfología que se han elaborado desde el siglo XVIII hasta el año 2010; 3) Además, existen
importantes esfuerzos realizados por parte del Consejo del Pueblo Xinka de Guatemala (COPXIG)
para recuperar el idioma y para escribir libros de texto para que se conozcan los lineamientos
básicos (gramática, vocabulario del idioma xinka en las escuelas tanto pre primarias como
primarias). Se ha establecido cursos y seminarios con el magisterio a nivel regional (con personal
de los tres departamentos). (ver apartado 11.2).
38
En atención a las personas que podían sostener una conversación dinámica con otra persona, también hablante
de un idioma.
51
Rogers aclara que cuando se alude a que un idioma está extinto, no debería pensarse que el término
es denigrante, sino que la palabra extinto se referiría a que el idioma hablado ya no ocurre con la
vitalidad en que se dio en el pasado y no se emplea para establecer relaciones sociales cotidianas.
¿Pero por qué ya no se habla el idioma xinka? Calderón (1908) ofrece muchas pistas para como
para afirmar que el xinka fue cayendo en desuso debido a la inferiorización y discriminación
(burlas, gestos y miradas en ton de sorna) de que eran objeto quienes lo hablaban. Incluso, el autor
quien estudió el xinka de Yupiltepeque a finales del siglo XIX, indica lo difícil que fue para él
iniciar su investigación en este pueblo ya que la mayoría de personas negaban que pudieran hablar
el idioma. Sin embargo, poco a poco fue ganándose su confianza y cuando los lugareños vieron
que el investigador les daba una remuneración por su ayuda en materia lingüística, resultó que
muchas personas sí hablaban, efectivamente el xinka. Además el citado autor indica, de manera
muy interesante, que los de Yupiltepeque” (o Yupe) le dijeron que el idioma de ellos era similar
al “de los indios de Jalapa” (Calderón, 1908, p. 5).
52
Figura 7. Iglesia del pueblo de Yupiltepeque. Foto Claudia Dary, Julio 2014.
En 1948, en una comisión enviada por el Instituto Indigenista Nacional (IIN) y el Instituto
Carnegie, el lingüista Norman McQuown visitó Chiquimulilla y le comentó al investigador
guatemalteco Joaquín Noval Fuentes, que notó que el idioma xinka del barrio de Santiago difería
del que se hablaba en el barrio de San Sebastián y agregó que la variación lingüística del xinka de
Santiago era más parecida a la del pueblo de Jumaytepeque (Noval, 1948).
Treinta años antes de éste escrito, Eustorjio Calderón, ya había notado que en Chiquimulilla se
hablaban dos tipos de xinka (en Rogers, 2010, p. 21; Sachse, 2010. p. 92). Se observó además que
los ladinos llamaban “pipil” al idioma hablado por los indígenas de Chiquimulilla. Sin embargo,
dicho idioma no tenía nada en común con el pipil y nombrarlo así por parte de la población ladina
era una exonimia, es decir, una manera en que los no indígenas percibían y etiquetaban al “otro”,
en este caso, a los indígenas del suroriente. Ahora bien, como se apuntó anteriormente, el idioma
“náhuatl” se utilizó en la región suroriental de Guatemala como lengua franca y para escribir
documentos dirigidos a legitimar propiedades ancestrales de la tierra, como es el caso del Título
de Santa María Ixhuatán (Santa Rosa), escrito en 1615. Es decir siendo esta localidad próxima o
inserta al área xinka, escribieron su título en náhuatl (Romero y Cossich, 2014).
53
Entre 1964 y 1965, el lingüista guatemalteco Otto Schumann estudió el idioma xinka de
Guazacapán y Chiquimulilla. Schumann presentó su tesis en la Escuela Nacional de Antropología
e Historia (ENAH) de México en 1967. Para algunos lingüistas como Rogers (2010) el estudio de
Schumann tiene algunas inconsistencias, sin embargo, para quien escribe estas líneas el trabajo del
citado autor es muy rico desde la perspectiva etnográfica. Por otro lado fue el primer estudio serio
realizado sobre ese idioma por un lingüista guatemalteco.
Entre 1972 y 1979 Kaufman y Cambpell trabajaron con los últimos tres hablantes activos que
pudieron ubicar en los pueblos de Chiquimulilla, Guazacapán y Jumaytepeque. Estos autores39
indicaron que para los años 1970 ya no había hablantes en Yupiltepeque) (Rogers, 2010: 9).
Recientemente este material inédito ha sido analizado en el Centro para las Lenguas de los Indios
Americanos (AILLA40, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Utah, en los Estados Unidos
(Rogers, 2010, p. 5).
En los años 2000, 2001 y 2003, la lingüista Sachse (2010,p. 5) recogió datos lingüísticos del xinka
de Chiquimulilla ayudándose por algunos hablantes de la tercera edad (quienes tenían el xinka
como segunda lengua), posteriormente ella continuó con sus estudios sobre el xinka del siglo
XVIII. De acuerdo con Rogers, Sachse tomó al xinka de Guazacapán, Chiquimulilla y
Jumaytepeque como un solo idioma con ciertas variantes, pero, según él, son tres idiomas
separados (Rogers, 2010, p. 10). Sachse indica que la información que obtuvo de sus colaboradores
era “fragmentada”. La mayoría de estudios lingüísticos sobre el xinka se han realizado en los cuatro
pueblos antes citados (Chiquimulilla, Guazacapán, Yupiltepeque y Jumaytepeque). A la fecha
(noviembre 2015) no se identificó ningún estudio lingüístico serio sobre el idioma xinka de la
región de Mataquescuintla, Alzatate o Jalapa.
Los lingüistas que se han especializado en el xinka difieren con respecto al número de hablantes
activos que quedan de dicho idioma (Rogers, 2010, p. 32). En los pueblos xinkas, las personas se
refieren a quienes podían comunicarse en el xinka como personas que conocían “la idioma”, “el
idioma de antes” o a personas que “hablaban en lengua”, a veces no colocaban un nombre a la
lengua de sus antepasados (Sachse, 2010, p. 29). Para la perspectiva de este documento, la
39
El problema para los guatemaltecos es que esta información no fue publicada y por lo mismo, fue ha sido de
difícil acceso, pues ha quedado como informes de investigación archivados en las bibliotecas de los EEUU.
40
Archives of the Indigenous Languages of Latin America (AILLA).
54
identidad del pueblo xinka no solamente se fundamenta en el idioma como práctica cotidiana sino
en otras características culturales, como se ha descrito en la introducción.
Hay varias explicaciones para respaldar el olvido o el desuso del idioma. Rogers alude a una
“intolerancia lingüística”, que hizo que los hablantes se desanimaran a seguir usando su idioma
debido al trato que recibían por parte de sus vecinos no indígenas o ladinos. Esa intolerancia puede
interpretarse como la discriminación étnica de que fueron objeto los indígenas, quienes se verían
forzados a castellanizarse a través de la escuela y del servicio en el ejército. Sobre las actitudes
discriminatorias, ya aludimos a lo que Eustorjio Calderón presenció a fines del siglo XIX en
Yupiltepeque, es decir, él evidenció que había varias personas que se avergonzaban por hablar en
un idioma distinto al castellano.
De acuerdo con Rogers (2010, p.19) los pocos hablantes (fluidos) del xinka que quedan se ubican
en Guazacapán y Jumaytepeque y todos son octogenarios. Actualmente existen esfuerzos por parte
de adultos y jóvenes de las localidades de Guazacapán, Jumaytepeque, Yupiltepeque, Ixhután y,
principalmente, de Chiquimulilla (concretamente nos referimos al COPXIG) que se han reunido
para trabajar en torno a sus idiomas, acudiendo a los ancianos que recuerdan palabras sueltas y
frases y, recurriendo a los estudios lingüísticos serios y disponibles. Para el púbico general
interesado en el xinka, es importante que se conozca que sí existen amplios vocabularios de dicho
idioma, gramáticas completas y estudios de morfosintaxis.
Los autores arriba citados así como otros que visitaron la zona o hicieron etnografías indicaron un
número muy variable de hablantes. No vamos a entrar acá en esos detalles, es decir, si quedan 10,
20, 100 o 14,000 hablantes. Por ahora importa señalar que hay esfuerzos importantes por aprender
el xinka y fundamentalmente, por destacar otros aspectos culturales, además del idioma y que ello
se refleja en la curricula educativa de pre primaria y primaria. Todos estos esfuerzos se canalizan
también hacia los docentes de educación primaria. Cabe destacar el documento titulado
“Concreción de la Planificación Curricular Nivel Regional del Pueblo Xinka” del Ministerio de
Educación 2012, que rescata algunos elementos lingüísticos, la cosmovisión y los valores y normas
de conducta ideales dentro del pueblo xinka, aspectos que serán abordados en la siguiente sección.
55
Mapa 2 . Principales pueblos de origen xinka de Guatemala. Elaboración: Losh Lainez, 2015.
56
Mapa 3. Principales pueblos de origen xinka de Guatemala (color). Elaboración, Centro de Estudios Urbanos y
Regionales, CEUR, de la Universidad de San Carlos.
57
En este apartado se abordan los principales rasgos culturales objetivos y subjetivos que
constituyen las identidades étnicas en los municipio del sur oriente de Guatemala que fueron
tomados en consideración en el presente trabajo. Particularmente se hace referencia a lo que los
colaboradores identifican como “lo xinka”. Asimismo, se identifica las diferencias generacionales
(etarias) y de género en la manera en que las personas participantes en los talleres y quienes
fueron entrevistadas expresan su identidad como xinkas o de otra manera (indígenas, naturales,
mestizos y ladinos). Se analiza la lógica que hay detrás de dicha manera de auto adscribirse
étnicamente.
Como se explicó en el marco teórico del presente trabajo la identidad puede entenderse de dos
maneras:
a) Como contenido cultural (práctica cotidiana del idioma, vestirse de cierta manera e
identificarse con determinadas costumbres y tradiciones: comidas, utensilios, etc) y
b) Como una experiencia histórica o de vida; es decir que las personas se sienten parte del grupo
étnico porque comparten cierto oficio o trabajo desempeñado como parte del grupo
(campesino, cortador de café, etc). Asimismo, las personas se identifican con el grupo por
compartir la memoria o recuerdos de hechos históricos vivido por ellos mismos o por sus
antepasados. De igual forma, se consideran parte del grupo por tener conciencia sobre el trato
social que han recibido, las formas de organización y la identificación o apego a un territorio
y la cosmovisión.
Estas dos perspectivas que sirven para comprender la identidad étnica y cultural de un grupo
social no son excluyentes, sino que se complementan. No obstante, suele suceder que las personas
tienden a enfatizar unos aspectos más que otros.
mismas han existido y que es importante darlas a conocer a las generaciones futuras y a los
ciudadanos guatemaltecos de otras regiones del país.
Uno de los aspectos más interesantes que surgieron de la investigación fue percatarse de
que muchas de las personas participantes en la misma piensan que están perdiendo su identidad
porque ya no se habla el idioma xinka ni se visten con un traje específico. En este sentido, existe
la tendencia a pensar que se tiene identidad si existe comunicación interpersonal en un idioma
distinto al español y si se visten con una indumentaria distintiva. En este sentido claramente se
nota que las personas se comparan con los indígenas del occidente y noroccidente del país y sienten
como que si algo les faltara. Sin embargo, como se ha apuntado a lo largo del documento, hay
otros elementos constitutivos de la identidad además del idioma. Como explicó un entrevistado
en la montaña de Jalapa: “yo siempre les digo a los compañeros y a la gente que no nos
avergoncemos por el hecho de que no usemos trajes típicos, eso no quiere decir que no seamos
indígenas” (Jal-5).
En el presente apartado se procede de la manera siguiente: para cada una las características o
elementos constitutivos de la identidad se hace un contraste, hasta donde fue posible, entre lo que
dijeron los adultos con la opinión y vivencia de los jóvenes. Asimismo, la información se
complementa con la etnografía realizada a lo largo del presente estudio por las investigadoras.
59
a) El idioma
De las 100 personas participantes en los talleres, solamente un anciano, en el contexto de una
ceremonia de invocación, pronunció varias oraciones y palabras en xinka pero no quiso revelarlas
o traducirlas al español. Al inquirir acerca de esta actitud, algunos de los compañeros de este señor
indicaron a las investigadoras que el idioma funciona como si fueran palabras prodigiosas o
“especiales”, que tienen el poder de revelar los secretos de la montaña y de la naturaleza en su
conjunto. Dada las actuales circunstancias y los conflictos habidos en torno a la minería, las
personas que todavía conocen un vocabulario xinka, evitan revelarlo a las personas foráneas, por
temor a que sean utilizadas sus palabras, según ellos, por las empresas en detrimento de las
comunidades. Esto es porque se piensa que pronunciar las palabras en xinka pude dar lugar a
conocer los “secretos de la montaña”.
Varias personas, por encima de los 50 años de edad, recordaron que sus padres y abuelos
hablaban “en lengua” o “en dialecto”, como dicen localmente. Una lengua o idioma que los
entrevistados ignoran si se trataba del xinka o del poqomam. “¡Ellos se ponían a hablar entre ellos
pero no nos enseñaron!” (Taller de adultos en aldea Los González, Santa María Xalapán).
San Carlos Alzatate es una comunidad indígena, luego es conocida como comunidad
indígena poqomam, pero ahora últimamente está apareciendo que somos xinkas, [dicen]
que no somos poqomames, pero aquí lo que es su dialecto su lengua ya no se habla.
Había [un señor] uno de los pocos… ya se murió (ALZ-3).
60
La información recogida en los talleres y las entrevistas revela que los abuelos evitaron
enseñar el idioma para que sus descendientes no fueran objeto de burla ni fueran castigados. Existe
la convicción popular de que en tiempos pasados, las personas eran golpeadas con látigo en las
plazas públicas si hablaban en su idioma materno o si vestían con un traje regional. Sin embargo,
no se encontraron referencias documentales acerca de estos castigos. Un líder xinka originario de
Santa María Ixhuatán refirió que hace unos 15 años junto a unos compañeros se dieron a la tarea
de investigar sobre su cultura y de recopilar un vocabulario xinka e invitaron a varios ancianos
que sabían el idioma pero no quisieron hablar por temor y vergüenza:
Intentamos hacer una actividad una vez, los trajimos [a los ancianos] acá a una fiesta, pero
la intención era ver si entre ellos se animaban a [platicar]… Y no, no quisieron hacerlo, los
tuvimos aquí todo un día, les trajimos marimba con la intención nuestra de ver si…ellos se
animaban a hablar.
[Pero] recuérdese que los conocimientos y las costumbres y los temores también son
transmitidos de generación en generación por la oralidad y todo eso y ellos venían
arrastrando algo que otras personas antes de ellos sufrieron y entonces siguieron, aunque
ya no estamos en esos tiempos para ellos seguía latente, y es muy difícil también hacerlos
que les cambie la mentalidad en ese sentido (CUI-2).
Para la mayoría de los entrevistados, sus antepasados fueron los responsables de que el
idioma no se trasmitiera de una generación a otra:
¡En nuestro idioma estamos perdidos…!. El idioma no lo sabemos porque no lo
compartieron nuestros antepasados. Podemos decir algunas palabras, pero hablar en
nuestro idioma…. a nosotros como hijos ya no nos compartieron y así se fue olvidando
nuestro idioma. Si tenemos la oportunidad de que alguna institución nos apoyara en
aprender nuestro idioma que bueno sería porque volveríamos a nuestro idioma materno.
Ahí es nuestro origen y se nos ha olvidado todo (Taller de adultos de Los González, Santa
María Xalapán).
Yo le decía a mi abuelo ‘enséñenme lo que están hablando’ y decía él ‘no mijo yo quiero
que vos crezcas porque a nosotros nos quieren matar por ser indígenas y porque hablamos
nuestro idioma’, así con tristeza le decían a uno, y no daban mucha platica de eso pero
saber por qué pero hemos sido perseguidos mucho tiempo aquí en Guatemala
sencillamente ser uno indígena, ser campesino es ser marginado, discriminado y todo eso
61
Por su parte, los y las jóvenes participantes en el taller realizado en la aldea Los Gonzáles
(Santa María Xalapán) expresaron que nunca han escuchado hablar en xinka y que les interesaría
escuchar el idioma y aprenderlo si una institución llegara a enseñarles. Sin embargo, no indicaron
el porqué de tal respuesta. Dijeron simplemente que “es necesario” o “es importante”. El idioma,
la música, las artesanías y los “documentos antiguos” son los cuatro aspectos que los jóvenes
señalaron como lo más importante a conocer y rescatar.
En el taller de adultos, una persona expresó que le gustaría que hubiera una universidad en
donde se impartieran clases en idioma xinka y en donde los estudiantes fueran con el traje
tradicional;
Se nos ha venido a la mente luchar por una universidad xinka, para que ahí recuperemos
nuestro propio idioma, tal vez no en su totalidad, pero que nos logremos comunicar con
nuestro propio idioma. También que el uniforme del colegio o la universidad, que sea
típico, que sea xinka. Eso es lo que nosotros tenemos en una visión, primeramente Dios,
no me he de morir mientras no miro esa universidad y que yo mismo esté ahí con mi traje
y que lo usemos allí todos (adulto del taller de Los González).
Algunos líderes indígenas del suroriente estiman que si pudieran hablar en un idioma
indígena estaría como a la altura de otros líderes del occidente:
Me gustaría hablar el idioma xinka, pero en algunos diplomados de defensa [del territorio]
que he tenido, los compañeros van y platican así [en sus idiomas regionales]. Y allá los
compañeros que iban de los otros departamentos se conversaban en su propio idioma,
nosotros tenemos esa pobreza de no saber nuestro propio idioma, y sinceramente, yo en lo
personal quisiera, me imagino que todos ustedes también quisiéramos hablar. (Adulto del
taller de los González, Santa María Xalapán).
62
En San Juan Tecuaco también se habló con nostalgia del idioma como parte de una cultura “que
se va perdiendo”:
Aquí se ha ido perdiendo la cultura verdad, si se vestían otro traje, lo que es el lenguaje
igual, más que todo en otros municipios hemos querido meterlo [el idioma] pero no hemos
podido conseguirlo, aunque por medio de maestros en las universidades les han enseñado
un poco el idioma, el saludo, pero años atrás si la mayoría de maestros que vivían acá si
sabían bien el idioma pero si se ha ido perdiendo [TEC-3]
En la región suroriental del país ha habido varias iniciativas por el rescate del idioma xinka.
Uno de los descendientes de los fundadores del Parlamento Xinka refiere que cada vez que se
reúnen con otras organizaciones indígenas del país se le reprocha que los xinkas ya no hablan un
idioma, pero que hay que recordar todos los esfuerzos que se han hecho localmente para
investigarlo y tratar de reintroducirlo:
Pues lo primero que te reprochan es el tema del idioma, que se perdió, prácticamente
podríamos decir que se perdió, porque nosotros…yo por ejemplo yo llegué al Parlamento
[Xinka], estoy hablando de hace 15 años, llegué yo con otro compañero, nosotros no somos
ni directivos ni nada, sino que somos hijos del movimiento llegamos puros patojos, con la
intención de que el Parlamento tenía la voluntad de recuperar el idioma y éramos 20
jóvenes, recuerdo yo, y nos llevaron a todas las comunidades, todos los domingos
viajábamos a entrevistar a los abuelos… (…), ahí están los audios, los guardamos y vino
un experto en idiomas en peligros de extinción [Lyle Campbell], un lingüista americano y
nos ayudó a extraer toda la gramática y tratar de armar la gramática del idioma.
Entonces yo de tanto andar en la calle aprendí muchas palabras, pero muy sueltas, porque
cuesta porque el idioma es muy único diferente a la matriz maya que existe, y fue bastante
difícil pero la gramática casi está construida, lo que no hemos hecho pero estamos viendo
ahorita es la posibilidad de buscar un fondo para reproducirla y darla a conocer, porque
para eso es si no de nada serviría tanto trabajo. (CUI-2).
63
Otra de las iniciativas institucionales más significativas en la región del suroriente en pro
del rescate e implementación del idioma y otros aspectos de la cultura xinka se lleva a cabo por
parte de un esfuerzo conjunto entre la Cooperativa El Recuerdo, el Consejo del Pueblo Xinka de
Guatemala (COPXIG) y el acompañamiento técnico pedagógico de la Dirección Departamental
de Educación con sede en Cuilapa, Santa Rosa.
Una promotora cultural, quien trabaja en este esfuerzo conjunto explica las actividades
específicas que se llevan a cabo en la promoción cultural xinka:
Inicialmente no fue fácil convencer a los maestros de educación primaria urbana y rural
de la región de Santa Rosa y Jutiapa acerca de la importancia que tiene la inclusión del idioma
xinka como L2 (lengua no. 2). Esto conllevó un complejo proceso de concientización histórica, y
sensibilización social y cultural, así como de capacitación educativa y de negociación política. En
64
parte, por ello se hizo necesario el establecimiento de una alianza entre el Sindicato de
Trabajadores de la Educación (STEG), el Ministerio de Educación, el Concejo Coordinador
del Pueblo Xinka y la Cooperativa El Recuerdo. Estas “serían cuatro organizaciones que están
trabajando en la reivindicación de la cultura y del idioma.” (CUI-3).
Mucho antes de que se diera esta alianza educativa estratégica, se había comenzado a
rescatar la cultura e idioma xinka en Cuilapa, a través de un proyecto denominado “Rescate de
la Cultura Xinka” iniciado en 1999 y, en el 2000 se editó una guía como una propuesta para que
desde el magisterio, se trabajara una franja curricular sobre el rescate de dicha cultura, para lo cual
se contó con el apoyo y asesoramiento de varias antropólogas egresadas de la Universidad del
Valle de Guatemala (CUI-1). Este Proyecto fue possible dado el apoyo técnico de varios
pedagogos con mucha experiencia y quienes trabajan en Cuilapa desde hace ya varios años (CUI-
1 y CUI-6)
Una promotora cultural señaló que en realidad no ha sido fácil trabajar con el MINEDUC:
“Nosotros lo que pretendimos, o nuestro objetivo principal es crear conciencia, inicialmente este
proceso se inició ya como unos cuatro años, al inicio costó porque [tuvimos que] entrar por la vía
de la dirección departamental, por las autoridades” (CUI-3).
Ahora bien, ¿qué piensan los maestros y los padres de familia sobre el aprendizaje del
idioma xinka? Hubo opiniones en favor y en contra. Los promotores culturales entrevistados
65
señalaron que, inicialmente, cuando se comenzaron a impartir las clases hubo mucha resistencia
pues los maestros y padres de familia conciben al xinka como algo del pasado, como atraso y algo
inútil.
Todavía existen maestros que están en contra o se resisten a aprender y enseñar el xinka:
Al inicio fue la resistencia de muchos, tanto del maestro como de los padres, ¿por qué del
maestro?: porque decían que esto es un retraso para ellos automáticamente aprender xinka,
incluso todavía hay maestros que no les interesa, y a veces nosotros (promotores culturales)
durante los talleres, percibimos esa energía negativa de ellos y se siente tan feo porque
trabajar así es bastante difícil (CUI-3).
…a ellos no les interesaba [el xinka], lo que le interesaba el inglés. [dijeron] que para
qué iban a regresar al xinka, que eso es antiguo, ya es pasado, ya no les importa. Yo creo
que el inglés si es bueno viéndolo comercialmente, porque viéndolo comercialmente
¿quién no verdad? (CUI-3).
Según dijeron algunos padres de familia, sus hijos, aunque se sienten interesados, la clase
de xinka les parece difícil. Una madre de familia de Mataquescuintla no percibe el aprendizaje del
xinka como algo negativo, lo ve como un tema de interés. Sin embargo, a la señora le preocupa el
hecho de que su hijo ganó todas las materias en el mes de junio, pero que la única que reprobó fue
la del xinka, porque al niño “le cuesta mucho”. Precisamente, este es el gran desafío que tiene la
enseñanza del idioma xinka en un medio social en donde ya no se usa cotidianamente y es que los
niños no encontrarán ni en la casa ni en la calle quien les ayude con sus tareas ni con quien
practicar. Es por eso, que uno de un profesor (38 años) entrevistado en Mataquescuintla, y quien
imparte clases en tercero de primaria en una escuela pública, expresó que él preferiría que en la
clase de L2 se impartiera historia y aspectos culturales de los xinkas de manera más amplia y
práctica (i.e.las plantas medicinales y comestibles de los xinkas), pero que no se tratara
específicamente de reintroducir un idioma:
Le digo que desde al año pasado que empezamos a impartir xinca, y esto ha sido como una
nueva Aventura, incluso yo he sido mero renuente a ello. he criticado algunas cosas, para
mi criterio hubiera sido mejor un agregado dentro de formación ciudadana o de ciencias
sociales (…) Me he enfocado más en aspectos culturales como por ejemplo la cultura xinka,
hasta donde se extendió, (…) las plantas medicinales que usaban los xincas, las partes del
cuerpo de los xinkas, por lo menos, porque son cosas que le digo a mi forma de pensar,
66
cada quien piensa diferente, pero a mi forma de pensar esa es la forma en que debería
orientarse, no tanto (…) en el idioma; hubiera sido [mejor] el q’eqchi’, kaqchikel que se
hablan en alguna parte del país o el latín que son cuestiones etimológicas, pero no el xinka
porque es una lengua muerta, y si lo habla es uno entre tantos (MAT-14).
Otro aspecto del que se quejan los profesores del sector público que se entrevistaron tanto
en Cuilapa como en Mataquescuintla, es que no hay suficientes materiales (folletos o libros) para
que ellos estudien y luego impartan el idioma. Es decir, sí existen materiales pero no están al
alcance de todos los maestros y maestras por lo que ellos mismos tienen que invertir, de su propio
bolsillo, en las fotocopias.
Figura 8. Maestros de educación primaria de Mataquescuintla, Jalapa. Foto: Gretel Galindo, julio de 2015.
c) El vestido o indumentaria
67
La investigación identificó que en los pueblos que se visitaron en Santa Rosa y Jalapa se
recuerda bastante bien cómo era la vestimenta antigua de los antepasados. Esta se rememora con
nostalgia y hasta con admiración. A las mujeres adultas les encanta hablar del tema, describen
como eran las enaguas que usaban las abuelas; los fustanes de manta y el montón de vuelos que
se usaban debajo de la falda. Los colores de las telas eran y aún son chillantes: rosados, fucsia, lila,
amarillo canario, verde limón y otros colores.
Se recuerda que las mujeres peinaban sus cabellos con trenzas y listones, a veces se
colocaban peinetas. También lucían y aún lucen collares de varios hilos y aretes. Actualmente son
las mujeres adultas quienes portan los vestidos de colores fuertes y una gabacha encima. Estos
vestidos usualmente llevan encaje en el cuello o en el pecho. Hoy en día pocas jóvenes se visten
de esta manera. El uso de este estilo de ropa varía de aldea a aldea; no es algo generalizado. Por
ejemplo, las mujeres de algunas localidades, principalmente de la montaña de Santa María
Xalapán, de las aldeas de Tierra Blanca y Pata Galana, son quienes visten de la forma descrita.
Algunas personas entrevistadas contaron que, antiguamente las bisabuelas vistieron con
cortes tejidos, los cuales eran usualmente de color azul y cuadriculados. “Mi mamá se vestía de
enaguas, y de delantal, de nagua india, decían ellos, como parecido, ¿qué le digo?, a los cortes de
las de occidente” (Jal-5).
Los hombres vistieron calzón (o pantalón corto) y camisa de manta; usaban sombrero de
palma hecho por ellos mismos, portaban un tecomate y morral de pita al hombro y algunos
calzaban caites, mientras otros usaban botas de hule durante el invierno; la mayoría caminaba
descalzo; se dijo que “a pura pezuña andaban” (taller de adultos en Santa maría Xalapán). También
se indicó que los hombres usaban chaqueta de gabardina. Actualmente es muy raro observar esta
vestimenta masculina en las calles; algunos ancianos la utilizan fundamentalmente en sus casas,
pero visten de manera distinta para salir a hacer los mandados. Los adultos indicaron que estos
trajes “si son importantes para nuestra identidad”.
Las jóvenes relataron varias anécdotas acerca de cómo descubrieron sus raíces indígenas
cuando se percataron de que en sus casas había fotos antigua que reflejaban la manera “de antes”
68
de vestirse de sus abuelos, o bien, cuando encontraron baúles con ropa guardada. Una joven
participante en el taller de Xalapán narró que el vestuario femenino se heredaba de madres a hijas:
Muchos de nosotros aún conocimos los bisabuelitos o bisabuelitas. De mi parte si conocí
a mi bisabuela, ella guardaba en su cajón, así antiguo todos sus vestidos, y, unos meses
antes de que muriera le dio algunas faldas a mi mamá. Quería que ella se las volviera a
poner pero como decimos, a veces cuesta volver a colocarse ese vestuario, y, que bonito
sería volver a utilizarlo. También utilizaban sandalias o descalzos, como me cuenta mi
abuelito, que el que utilizaba sandalias era porque ya pujaba, de que ya tenía dinero para
comprarlos. También los elaboraban con cuero de vaca o de algún animal que ellos
mataban. Así cuentan. Igual con las señoras, si tenían las posibilidades, los compraban
(mujer joven de taller de Los González).
De manera similar, otra joven originaria de Chiquimulilla (Santa Rosa) refirió que ella se
cuestionaba sobre sus orígenes, pero algunas cosas de su pasado comenzaron a verse más claras
cuando al fallecer su abuelo descubrió unas fotografías de sus antepasados vistiendo con traje
regional:
Entonces empecé (a buscar) y vi una bolsa (llena de fotos) tras otra, tras otra y empecé a
encontrar unas fotografías, y decía: - ¿y esas fotografías? ¡y era de la mamá de él! (del
abuelo) con traje típico, lo que era de traje de manta, vestuario de manta, cuadriculado y
su blusa y tenía un cántaro y las trenzas que siempre fue redondeadas, y yo decía ‘yo soy
indígena’ decía yo en mi mente y empecé a buscar a indagar y buscar información (CUI-
3).
Figura 9. Señora participante luce el vestido tradicional. Taller de adultos de aldea Los González, Santa María
Xalapán, Jalapa. Fotografía de Gretel Galindo, 2015.
69
Lo que pasa es que como antes existían lo que es el flagelo, ¿Qué es el flagelo? El flagelo
es el azotamiento públicamente, golpean públicamente, que antes lo hacían en el parque, la
gente decía, el alcalde decía que la persona que hablara o vistiera lo iba a golpear o azotar
delante de la demás población y entonces ahí se fue perdiendo lo que es la identidad cultural
tanto del habla, como del vestuario (CUI-3).
Para la mayoría de los entrevistados hubo una presión externa de parte de los ladinos y de
las autoridades (castigos, burla, rechazo) que provocó que las personas no quisieran hablar ni
vestirse para evitar ser identificados como indígenas. El desuso del traje fue explicado por la
mayoría de las personas, tanto adultas como jóvenes, como efecto de la discriminación étnica y el
racismo.
Los y las jóvenes dijeron que, en su opinión, los “tiempos van cambiando”, que les gusta
“vestir a la moda”, “como se mira en la tele”, con pantalones “cholos pachucos” (pegados o
apretados a las piernas) y zapatos tenis y, en general, no parecen estar dispuestos a vestirse de la
manera en que lo hicieron sus antepasados, tampoco de la forma en que visten los adultos
contemporáneos porque “les daría vergüenza”. No obstante eso, si les interesa mucho conocer
cómo era el traje de sus abuelos y abuelas. En los talleres los adultos y los jóvenes dibujaron lo
que saben o conocen acerca de la manera en que vestían las personas de antaño.
70
Figura 10. Paleógrafo elaborado por jóvenes de la aldea Los González, Sta. Ma. Xalapán. Jalapa. Fotografía de Gretel
Galindo, 2015.
.Los jóvenes observan que la descripción del vestuario antes expuesta es algo que identificó a sus
antepasados como “xinkas”, pero que a ellos les gusta vestir a la moda:
Hoy la juventud se viste a la moda tanto hombres como mujeres. Los hombres unos
pantalón cholo, su gorrita por un lado, con la música ahí en la calle; las señoritas con
blusas escotadas, todo a la moda (Taller de Jóvenes. Aldea Los González).
[Nosotras usamos] blusas escotadas así sin mangas, y ya nada que [faldas] vueludas sino,
tal vez cortitas, o tantito abajito de la rodilla. Los pantalones pachucos, playeras con
dibujos de guitarra, de calavera, letras atrás, un montón de vestuarios que hay hoy en día.
Como le decía yo a mi papá, para volver a vestirse uno así [como antes] también gastaría
demasiado dinero, porque para hacer una falda de estas no eran dos yardas o tres, se
utilizaba más de cuatro yardas para hacer una falda tipo de las abuelitas (Taller de Jóvenes,
aldea Los González).
La toma de conciencia o idea de “la necesidad” de vestir un traje distintivo de los indígenas
del suroriente está asociada al hecho de que los líderes comunitarios a veces viajan a otras regiones
en donde entran en comunicación con líderes mayas -sobre todo mujeres- de occidente que visten
un traje regional. De esta cuenta a los líderes xinkas de Jalapa y otros sitios sienten que les hace
falta algo:
Yo me emocioné bastante en una oportunidad que estuve en el pueblo Ixil, todas las señoras
y jovencitas con su traje, allá en Nebaj, Quiché Y decía yo: ¿Cuándo vamos a estar
nosotros así allá? Pero digo yo que trabajando si se logra, ahí todos los hombres con sus
sombreritos y sus trajecitos. ¡Calidad! Y decía yo: este traje, lucir ese traje vale hasta diez
71
mil quetzales, decían las señoras. Entonces nosotros aquí no podemos decir que no me
pongo eso porque no vale tanto pisto, porque nosotros mismos no valoramos lo nuestro
(adulto en taller de Los González, Santa María Xalapán).
Finalmente, hay que indicar que en los actos cívicos escolares y en los festivales folklóricos
locales, los maestros y promotores culturales de Santa Rosa y Jalapa incentivan a los niños y
adolescentes a vestirse al modo “xinka”, pero algunas veces –según los entrevistados- los trajes
no se corresponden con la realidad histórica sino que representan una manera en que se imagina
cómo fueron en el pasado: “¡imagínese –expresó una profesora de Mataquescuintla- sacaron un
traje todo negro, a qué horas las mujeres indígenas de antes se vistieron así?!” (MAT-10). Por su
parte, las mujeres de la Asociación de Mujeres Indígenas de Santa María Xalapán (AMISMAXAJ)
han recreado un vestido de cuatro colores (rojo, verde, negro y amarillo) que lucen en ocasiones
especiales (reuniones, asambleas y ceremonias). De alguna manera este traje les sirve a ellas para
visibilizarse y recordar que cada color tiene un significado en la cosmovisión xinka: el rojo
significa la sangre y la energía; el negro la tierra; el verde, la naturaleza; el amarillo las semillas,
la infancia, el amanecer, etc. (AMISMAXAJ, 2015).
72
d) Formas de trato
Además del traje, las personas agregaron como marcadores étnicos una forma particular de trato
entre las personas, sobre todo de deferencia de los jóvenes y adultos hacia los adultos mayores:
También las imágenes que tenemos nuestros patrones, tenemos que son nuestros patrones
de esta montaña. La otra es la forma de tratarnos, por ejemplo, las palabras nana o tata.
Nosotros si escuchamos compañeros que todavía, hay unas señoras que para mencionar no
le dicen a los nietos su papá o su mamá, sino que les dicen su nana o su tata (taller de
adultos de Santa María Xalapán).
73
e) Las artes
En los años 1970, Morales Hidalgo (1980) realizó una investigación sobre la cerámica del
suroriente e identificó varios pueblos en donde las mujeres elaboraban diversos utensilios de barro
(por ejemplo, aldea Media Cuesta de San Rafael Las Flores; El Barrial y Zapotitlán (Jutiapa);
cantones San Pedro y San Sebastián en Guazacapán ,Jumaytepeque, El Gavilán en
Mataquescuintla y otros). En treinta y cinco años, de 1980 al 2015, este arte está experimentando
el peligro inminente de desaparecer a menos que alguna entidad gubernamental o de las mismas
organizaciones indígenas les preste atención y las incentive. El principal factor que ha operado en
contra de la alfarería, es la introducción masiva de utensilios de plástico y de peltre en la mayoría
de los lugares antes señalados. Asimismo, localmente se mira de menos a “los trastos de barro” y
a quienes los elaboran. Las mujeres no se ven a sí mismas como artistas sino como alguien a quien
le gusta “jugar con lodo”, para ganarse el sustento. En uno de los talleres con adultos se expresó
que “sí es de suma importancia conservar todo tipo de artesanías”.
74
Figura 12. Ollas elaboradas en la aldea Los Izotes, Santa María Xalapán por la artista Adela López. Fotografía de
Claudia Dary, 2007.
A la fecha mi mamá tiene [un] cántaro de barro, y ese es mi refrigerador podría decir, cada
vez que tomo [agua] yo siento sabroso mejor que en cántaro de plástico.
Los abuelos eran muy cuidadosos de la salud, no necesariamente había que estar tomando
tanta cosa sino cuidar sus principios, porque la olla de barro para cocinar frijoles las abuelas
la consideraban una gran maravilla porque no perjudica en cambio el aluminio, el peltre y
ahora el famoso teflón, la olla de presión y tanta cosa es lo que nos va haciendo daño pero
como ha desaparecido por la facilidad. Mi postura es que las personas que todavía lo
saben hacer brindárseles un término de apoyo, organizar grupos para que vayan a aprender.
(Taller de adultos de Los González, Santa María Xalapán).
75
La jarcia, o los trabajos con pita de maguey como hamacas, bolsas, redes y gamarras para
las bestias (caballos y yeguas), también fueron mencionados como una artesanía que está
decayendo, salvo lugares como Comapa (en Jutiapa) en donde tiene plena vigencia. Algunos
adultos de Santa María Xalapán dijeron que saben hacer hamacas o enseres de pita de maguey,
pero que ya no los hacen porque ya nadie siembra el maguey, es decir, porque no encuentran la
materia prima. Además porque es más fácil “ir a la tienda y pedir un rollo de (hilo de) plástico”
(taller de adultos celebrado en dicha localidad).
Las mujeres se han caracterizado por ser excelentes bordadoras de sobre fundas para
almohadas, cojines, manteles, tapetes, mantas para tortillas, etc. Otras artesanías identificadas
fueron los guacales, bucules o recipientes elaborados con morro o cualquier otro tipo de calabaza
o tecomate (cucurbitácea); las bateas de madera utilizadas para amasar pan o queso y los petates,
canastos y adornos elaborados con tul, particularmente los de San Juan Tecuaco (Santa Rosa). En
este último caso, es importante mencionar que se ha organizado un grupo inicial de 46 mujeres
tejedoras de tul, estando activas la mitad. El grupo se llama Asociación de Mujeres Artesanas
Xinkas. Su labor ha sido posible porque la materia prima (el tule) lo obtienen de un lugar llamado
Las Chácaras en donde el dueño del sitio se las vende a bajo costo y porque cuentan con el apoyo
de la municipalidad que les ayuda con el transporte del material, desde el área de corte hasta sus
casas.
Los jóvenes indicaron que existen otros elementos de la cultura material que se utilizaban
y aún se usan en La Montaña de Sta. María Xalapán y que les parece que distingue a su cultura,
como por ejemplo la piedra de moler: “Yo en mi familia conocí una piedra que era la piedra donde
molían, donde quebraban el maíz pero era como con forma de concha, no se parece nada a las que
están hoy en día” (Taller de Jóvenes, aldea Los González). Al respecto cabe mencionar que el
pueblo poqomam de San Luis Jilotepeque (Jalapa), históricamente ha sido el centro de producción
de las piedras de moler que se utilizan en casi todo el oriente de Guatemala.
76
Figura 13. Artista Ángela López de Santos muestra sus canastos de tul. San Juan Tecuaco, Santa Rosa. Foto: Gretel
Galindo, 2015.
Figura 14. Artista Ángela López de Santos y su esposo Gildaberto Santos (presidente de la Alcaldía Indígena local)
muestra un petate de tul. San Juan Tecuaco, Santa Rosa. Foto: Gretel Galindo, 2015 .
Los instrumentos musicales también fueron mencionados, particularmente la marimba, los pitos
de carrizo y el tambor, al cual llaman comúnmente atabal o tabal. Este tambor fue observado en
la fiesta del Señor Santiago en Mataquescuintla, así como en Jumaytepeque, en ocasión de los
prepartivos de una festividad en honor al patrón San Francisco. Por otras investigaciones previas
se conoce que el pito y los tabales (atabales) se utilizan para acompañar las imágenes de los santos
patronos (el Señor Crucificado, Santa María de la Expectación o Virgen de la O, y el Niño Salvador
del Mundo) de Santa María Xalapán (Dary, 2010). En la región xinka de Santa Rosa se tocaba el
tambor para convocar a la gente para realizar trabajos comunitarios que daban inicio a las cuatro
de la mañana (Tovar, 2001, p. 127). Es importante mencionar que las personas que tocan el tambor,
lo hacen durante años seguidos, son como los encargados del intrumento. En Jumaytepeque son
77
personas mayores quienes nos dijeron que cuando ellos mueran, se termina la tradición para
siempre porque a los jóvenes les avergüenza tocar el citado instrumento.
Figura 15.Cofrade lleva el tabal. Jumaytepeque, Nueva Santa Rosa. Foto: Gretel Galindo, 2015.
Figura 16. Músico lleva el “tabal” en la fiesta del patrón Santiago de Mataquescuintla. Julio de 2015. Foto: Claudia
Dary.
Figura 17. Músico lleva el “tabal” en la fiesta del patrón Santiago de Mataquescuintla. Julio de 2015. Foto: Claudia
Dary
f) La gastronomía tradicional
Las comidas y bebidas tradicionales de la población indígena del suroriente del país y que
las personas participantes dijeron que eran herencia se sus antepasados xinkas fueron muchas,
aquí presentamos solamente algunas: en las montañas de Jalapa, Sampaquisoy y San Carlos
Alzatate se mencionó particularmente el totoposte (tortilla de maíz endurecida), tamales de viaje
(masa de maíz con sal); tamalitos de anís, de chipilín, tamales de carne con recado, tascales (masa
79
de elote, con crema envuelto en la hoja de elote), tamales de carne; pinole; ayote y chilacayote
en dulce; malanga de leche y manzanilla en dulce.
Figura 18. Olla en que se cuece el recado para los tamales. Cofradía de Santiago el Mayor, Mataquescuintla.
Foto: Gretel Galindo, 2015.
Además se mencionaron en la zona xinka santarroseña, los mukos que es una doblada de
masa de maíz o de arroz con queso adentro; el caldo de chipilín, el frijol kamawa, el pulique (carne
de cabeza de cerdo, carne de tacuacín u otro animal silvestre rebozada en recado de maíz
quebrantado y otros ingredientes); la iguana en iwaxte, el coche miche o arroz con marrano y el
muxke que son los menudos de cerdo, aderezados con chile, tomate y otros ingredientes.
Otra es en esa cosa de las comidas, lo que nos identifica lo que son los recados, me recuerdo
que mi mamá hacía recados con un espesor de masa de maíz, con achiote, y nosotros
comíamos uno, le llamábamos orejas a unos hongos que echaba un palo que le decimos
siete tamiz, palo de izote, oreja le decíamos a nosotros, y los famosos hongos de
guachipilín.
El recado es una comida así muy reconocida, gente de los pueblos indígenas aquí con
nosotros y me he dado cuenta que esas comidas también son muy apetecidas allá por el
occidente (SAM-1),
En todos los lugares se mencionaron las bebidas siguientes: el chilate (bebida hecha con
maíz, raíz de sintul41, cacao, zapuyul o semilla de zapote y achiote); el atol de tres cocimientos y
el atol shuco o shuko. Hay que distinguir entre el chilate mencionado y la el significado que le
41
El sintul es una raíz aromática.
80
dan a esta palabra algunas personas del área urbana: “el chilate y aguaguachigual le dicen (los del
pueblo) a las aguas que sobran de los oficios que hacen las mujeres cuando lavan…” “ aguachigual
es agua de los cerdos, le echan desperdicios de frijol que dejan los niños” (SAM-1)
Se elabora otra bebida, conocida como ixtahuala, la cual solo fue mencionada en la boca
costa y costa sur, concretamente en Chiquimulilla. En el caso de Sampaquisoy (Mataquescuintla)
se mencionó el tascalate, una bebida de maíz, o sea un atol hecho con tortillas tiesas disueltas y
endulzado con panela. La diferencia con el tascal es que éste “es un pan en forma de triángulo
que hacen del elote sazón” (SAM-1).
Los adultos hablan con nostalgia de las comidas y bebidas tradicionales como algo que se
está perdiendo y que los jóvenes ya no saben apreciar ni les gusta por no haber sido acostumbrados
a ello. Por ejemplo, un adulto mayor dijo en el taller:
Tengo mis hijas que por estar estudiando ya no pueden hacer eso (el chilate) y los nietos...
el otro día mi esposa hizo el chilate y llega mi nieto y ella le dice ¿Quieres chilate papito?
Y él le dice ¿Qué es eso? …. él a saber que pensó que era (risas), y empezó a probar y le
dice: _Mire abuela, esto no me sabe a nada (Participante en el taller de Los González, Santa
María Xalapán).
Al inquirir acerca de por qué ha ido cambiando la cultura del lugar, varios adultos aluden a
que los antepasados no enseñaron a apreciar las cosas y otros lo atribuyen a la migración, a la
necesidad de salir fuera de la casa, hacia otros lugares:
Yo no me considero ni tan vieja ni tan joven pero hay muchas cosas que yo ya no hago, yo
soy de una comunidad, incluso mi vestimenta, pero el hecho de salir yo de mi casa [hacia
81
otra región] es lo que me ha hecho modificar ciertas cosas. (Señora en el Taller e Los
González, Santa María Xalapán)
Llama la atención que los jóvenes indicaron que las comidas forman parte de su identidad,
porque son comidas “más naturales” y no como la comida “chatarra” que ahora suelen consumir.
Ellos mencionaron el uso de la piedra de moler para repasar la masa del maíz, y el oficio de hacer
las tortillas como un oficio fundamental de las mujeres de las montañas. Sin embargo, aunque
idealizan la comida del pasado, no ahondaron mucho más en cuáles eran las comidas tradicionales
que todavía se consumen o bien, las que se han perdido. En parte esto puede deberse a que la
gastronomía tradicional es algo que no es parte de su dieta diaria ni de la experiencia alimentaria
de su niñez. En cambio, los participantes adultos, tanto de los talleres como en las entrevistas
individuales, hacían mención de la culinaria regional con bastante detalle y hasta con nostalgia.
Como se indicó al inicio de esta sección, fue una cantidad de bebidas y comidas las que fueron
mencionadas.
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Figura 20. Frijoles y gallina en recado y refresco de flores de buganvilia. Laguna del Pito, Xalapán, Foto Gretel
Galindo, 2015
Figura 21. Refresco de buganvilia-Foto: Gretel Galindo, 2015.
Figura 22. Frijol Juruna en recado, Alea Los Izotes, Xalapán. Foto Manuel Aguilar, 2014.
Figura 23. Chilacayote en conserva, Izotes. Foto: Manuel Aguilar, 2014.
a) La autopercepción étnica
Pero, ¿de qué manera las personas entrevistadas y participantes en los talleres definieron
su propia identidad? Concretamente se les preguntó ¿cómo se definen ustedes? Y luego de
escuchar sus respuestas se les preguntó, ¿para ustedes quienes son los xinkas? Muchos se
identificaron simplemente como “indígenas” o “gente del campo”, “campesinos”; otros como
“mestizos” y otros como xinkas. Las personas que se auto identificaron como “indígenas” dijeron
que los elementos que los definen son: la falta de oportunidades y la exclusión social. Esto se
refleja en la pobreza que han vivido, el poco o nulo acceso a la escuela y la dedicación casi
exclusiva al trabajo agrícola y otras tareas manuales. “Cuando yo crecí”, dijo un hombre de 60
años, “aquí en la montaña solo había hasta tercer grado, no había la oportunidad de estudiar como
ahora” y, agregó que “aquí todos nos caracterizamos por ser campesinos agricultores” (JAL-5).
En este caso se está aludiendo a una identidad en cuanto a status social.
“los xinkas somos los que vivimos en Santa Rosa, Jutiapa y Jalapa, geográficamente
estamos en estas áreas inmersos entonces lo que quiere decir que somos xinkas” (…)
“Aunque muchos en la actualidad no se identifican como tal por la misma cuestión de
discriminación y racismo pero nosotros los xinkas nos identificamos por nuestras
costumbres, nuestras tradiciones que vamos desarrollando día a día” (CUI-3).
[el objetivo del proyecto es] conocer las raíces culturales del pueblo xinka que es un
elemento muy importante para realizar un trabajo pastoral porque desde el aspecto
religioso, digamos, hay un elemento principal que nos habla de la inserción y la
inculturación: el [hecho] que el misionero se meta, digamos, comparta con la cultura, muy
de cerca con las culturas con las que vamos a trabajar. Entonces, desde esa dimensión el
padre, muy interesado por conocer la cultura de la gente y vivir con la gente, un sacerdote
que estuvo viviendo con la gente y compartía mucho con la misma, De ahí entonces
estuvieron trabajando, formaron un grupo verdad, en donde se hacían reflexiones desde el
2008/2009 se reunían para hacer un análisis y reflexión sobre las raíces culturales, entonces
ahí ese grupo estaba integrado por jóvenes y por miembros del concejo parroquial (JAL-
7).
84
Figura 24.Adultos preparan un altar para la invocación, previo a la realización del taller. Laguna del Pito,
Xalapán. Foto: Gretel Galindo, 2015.
Figura 25. Invocación xinka en el taller de la aldea Los González, Santa María Xalapán. Foto: Gretel Galindo,
2015.
Fue precisamente con el apoyo del personal de este proyecto “nuestras raíces” que se
realizó la convocatoria para que muchos de los participantes en los talleres asistieran y
85
Al preguntársele a los adultos de los talleres acerca de las características del pueblo xinka
expresaron que éste es “un pueblo unido y trabajador con igualdad”, “un pueblo de campesinos y
campesinas”; un pueblo cuyos “antepasados le pedían a Dios antes de sembrar, por la vida y por
la lluvia”; “un pueblo que se fijaba en la luna antes de sembrar, para podar un árbol, para cortar
una fruta”, ” “un pueblo descendiente de un grupo que antes tenía una cosmovisión pero que se
ha ido perdiendo” (taller de adultos de Los González, Santa María Xalapán).
Los jóvenes jalapanecos indicaron que los indígenas son los que viven en la Montaña, son
quienes tienen como vecinos a los “ladinos pardos” y a los “mestizos del casco urbano”; que lo
que caracteriza a los indígenas es que trabajan la tierra y que, con lo producido, surten de frutas,
verduras y granos al casco urbano, donde viven los ladinos y mestizos que trabajan en el comercio
y la administración pero que no producen. Se nota acá una definición de la identidad por
interacción social entre grupos que tienen diferentes posiciones geográficas y que tienen ventajas
y desventajas sociales.
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Figura 26. Dibujo hecho por los jóvenes participantes en el taller del caserío Los Gonzáles, Santa María Xalapán .
Figura 27. Jóvenes dibujan su territorio. Taller de Jóvenes, Xalapán. Foto: Gretel Galindo, 2015.
es la que menos características de indígenas tienen porque son de ojos azules, blancos. Si nos
ponemos a hablar de que esta es la comunidad que tiene esencialmente los rasgos indígenas no es
así” (MAT-16).
Otro adulto de Mataquescuintla tampoco cree que las personas de Sampaquisoy sean
indígenas: “ahí fíjese que la gente a pesar de ser una comunidad tan refundida no tiene
características indígenas” (MAT-1). Más bien las personas de esta aldea son “revoltijas”, dijo,
porque se han registrado varios conflictos de tierras. Agregó este señor de 58 años que los xinkas
dejaron vestigios y construcciones antiguas, con lo cual, se percibe que para él, se trata de un
grupo que residió en la región en época muy antigua (prehispánica), son gentes del pasado.
Para algunos entrevistados en las aldeas Sampaquisoy y San Antonio Las Flores (ambas de
Mataquescuintla), la población que allí vive es fundamentalmente “ladina” o “mestiza”; pocos
dijeron que “quizás tengamos algo de xinka”. Un miembro de la Junta directiva que administra las
tierras comunales expresó:
Pues en primer lugar a primera vista se deja ver el rasgo de la persona como una persona
que es de sangre maya o persona ladina, usted sabe que aquí [en Sampaquisoy] hay sangre
española y sangre nativa de esta region, entonces aquí se deja ver que las personas pues
que el 90% son más ladinas (SAM-2).
Al decirle así es la observación… usted observa los cantones, es que aquí estamos por
cantones, entonces usted observa a las personas de lo que es Catalanes43 se dejan ver que
las personas son diferentes a nosotros o sea que, como le dijera yo, que es otro tipo de
sangre que se deja diferenciar (SAM-2)
42
Coliseño proviene de Colís, es la forma coloquial de llamar a Mataquescuintla.
43
Se refiere a un cantón denominado Catalanes porque la mayoría de sus habitantes son de apellido Catalán, y
en general, son blancos, muchos de cabellos rubios o castaño y ojos claros.
88
Las personas entrevistadas y que pertgenecen a la junta comunal de esta aldea indicaron
además que muchos son ladinos “porque sasí les dijeron los antepasados que eran” y por los
apellidos que llevan, en donde predomina el Carías y Morales.
Sin embargo esta percepción de un Sampaquisoy ladino tiende a variar con la edad,
sucediendo que son las personas de más de 50 o 60 años quienes declaran que en su aldea o
localidad sí existieron indígenas. Por ejemplo, un adulto entrevistado auto identificado como
indígena y también como xinka y, quien es originario de esta aldea, explica que en este lugar sí
existe población originalmente indígena. Agregó que también existen otras familias que llegaron
después y que son de origen español. Este hombre, de 66 años, cuenta que sus abuelos y padres
hablaban en xinka pero que evitaron enseñárselo a él y a sus hermanos para librarlos de la
discriminación:
Ellos (los padres) hablaban el xinka, pero yo me quería arrimar para oír como hablaban
ellos, no me dejaban porque cuando uno se identificaba por su idioma, como indígena era
perseguido para quitarle la vida y todo eso mis abuelos, mis papás lo mantuvieron en el
anonimato y por eso existo si ellos hubieran seguido usando su idioma que tenían de plano
hubiéramos perdido la vida (SAM-1).
Se considera en esta aldea que también la manera de nombrar a algunas planas, frutos y
animales es un asunto xinka. Por ejemplo, decirle cuso o cusuco al armadillo; tusha a la ardilla;
la expresión “a cucuches” o “a miches” (llevar algo en la espalda); ciertas frutas como el cununo”.
[En Mataquescuintla] se perdió mucho con la invasión del español, la cultura muy propia
de los pueblos, sí se rescata todavía el conocimiento ancestral que es lo típico que el padre
se lo tramite al hijo y así sucesivamente, pero no hay una tendencia tan marcada como
[sucede] en el pueblo k’iche’…que tienen documentos propios, aquí casi en la historia no
aparece el pueblo indígena, por lo mismo, porque fue demasiado el azote que el imperio
español les dio (MAT-16).
básicamente se organizan para celebrar la feria patronal con actividades que son de origen hispano
como carreras de caballo (desfile hípico), de cintas y otras de tipo social y artístico. La tarea de
la indagación y rescate de la cultura originaria de Mataquescuintla es una preocupación de apenas
dos profesores (la profesora Astrid Matías y el profesor Eric Escalante)44, quienes con sus propios
recursos y esfuerzo, intentan identificar documentación para demostrar las raíces antiguas del
pueblo. En realidad, la mayoría de las personas entrevistadas en el casco urbano de este municipio,
no piensan que la identidad indígena sea algo relevante; a ellos les preocupa más abordar el tema
de la minería y si hay algo de historia que abordar, se tratara de rescatar el hecho de que
Mataquescuintla fue un área de residencia del exdictador Rafael Carrera y su familia y desde
donde se llevaron a cabo batallas y contiendas políticas importantes para el país (MAT1, MAT
16).
Un adulto de San Antonio Las Flores indicó que cree que en su aldea la mayoría son ladinos
porque son herederos de milicianos españoles y ladinos (sus antepasados) que reclamaron al
gobierno que les entregara tierras en compensación por su participación en batallas. Esas tierras
que compraron los milicianos pertenecieron antes a una hacienda de la familia española Chinchilla
Flores (ver siguiente sección sobre la comunidad de San Antonio)
Por su parte, los jóvenes del casco urbano de Mataquescuintla, participantes en el taller,
dijeron que eran mestizos pero que quizás entre sus antepasados hubo algunos indígenas xinkas.
Para estos adolescentes y jóvenes urbanos, estudiantes del nivel medio (secundaria y
diversificado), los indígenas contemporáneos son quienes venden en el mercado local, ya que la
mayoría de puestos de fruta, verdura, ropa y utensilios domésticos está acaparado por comerciantes
k’iche’s de Totonicapán y Quiché. Esta opinión la comparten con varios de los adultos
entrevistados, por ejemplo, un bibliotecario auto identificado como ladino y quien dijo que en
Mataquescuintla “hay ciertos grupitos que son indígenas pero que no son de aquí, sino que han
venido a trabajar” (MAT-1). Para esta persona, los ladinos se caracterizan “por su manera de vestir,
su manera de hablar, y sus costumbres que tienen”. Al preguntarle sobre quiénes son los xinkas
explicó que “todos nosotros pertenecemos como que fuéramos descendientes de ellos, como ha
sido el mestizaje con los otros españoles, ¿verdad?”. En este sentido, se observa en
44
Se colocan aquí los nombres propios de los dos profesores porque ellos son reconocidos localmente como
promotores culturales.
90
Mataquescuintla que los xinkas existieron pero en el pasado remoto. También se cree que hubo
población negra en Mataquescuintla, pero que “por el frío” se trasladaron a Nueva Santa Rosa. La
documentación histórica que existe en la Casa Parroquial se documenta que hubo bastante
población clasificada en los registros como “negra” (AHAG-2)
Por su parte, para los jóvenes participantes del taller en Mataquescuintla opinaron que ser
ladino es alguien que tiene determinado oficio u profesión. Un joven se expresa de la manera
siguiente: “ahora los ladinos como ya hay más oportunidades de estudiar se dedican a lo que es los
mecánicos por ejemplo, los mecánicos necesitan un estudio. Pero también puede haber licenciados,
doctores, abogados y otros” (taller de Jóvenes de Mataquescuintla)
Los antepasados guardan sus semillas para sus siembras sin contaminación, guardaban
también su maíz que iban a consumir sin contaminación, antes nuestros antepasados no
solo guardaban su semilla, sino que la seleccionaban desde un principio y no la
contaminaban. Nosotros ahora contaminamos nuestras semillas, guardamos nuestra
semilla de maíz y frijol y luego le ponemos una pastilla para contaminarla (taller de adultos
en Los González).
Los adultos de Xalapán dijeron que la manera de abonar la tierra, de sembrar, cosechar y
almacenar los alimentos, así como de guardar y seleccionar la semilla constituyen los elementos
que caracterizan a su cultura y a la de sus antepasados:
La caña que ellos [los abuelos] no la quemaban si no la dejaban para que el siguiente año
91
estuviera podrida y sirviera como abono para el siguiente año. Ellos escogían y guardaban
las semillas así como dice el compañero y almacenaban sus cosechas no en una cosa
artificial sino que ellos mismos lo hacían los cajones que usaban. Antes todavía me acuerdo
que el maíz lo echábamos en mazorca natural sin ningún veneno, yo todavía vi de eso (taller
de adultos de Los González, Santa María Xalapán).
El dilema es que mucho de lo que describen, es algo que hacían o acostumbraban los
antepasados y ellos mismos ya no lo practican. Otro aspecto importante es el conocimiento y uso
de las plantas medicinales que se usan ampliamente.
La tradición oral es también un referente cultural importante. Se cuenta acerca de los dueños
del cerro y de la montaña. Estos son seres o espíritus poseedores y cuidadores de la naturaleza. Se
representan de distintas maneras: como seres humanos (de ambos sexos), como un anciano, un
animal, o como corrientes de aire. Esto es así porque adentro de los cerros y montañas hay tesoros
pero solo los dueños tienen el poder de develarlos a los humanos de buena voluntad. La serpiente
es guardiana de las lagunas y de los ríos y carece de la connotación negativa que tiene dentro del
catolicismo cristiano. En la región xinka de la boca costa de Santa Rosa, particularmente en Santa
María Ixhuatán, Chiquimulilla y Guazacapán, se hace referencia a personas que nacen con poderes
especiales, capaces de producir la lluvia o bien, la sequía. Se alude a una trilogía de seres: pedidores
de la lluvia o tekuanes, guardianes y ahuyentadores. “Todos estos son personas con cualidades
excepcionales que las tienen desde su nacimiento” y entre la más importante, es la de poderse
comunicar con el creador o Tiwix. No siempre estas personas son bien comprendidas y no pocas
veces se les ha calificado erróneamente de brujos (COPXIG, 2013 p. 5). En este mismo sentido un
adulto de la aldea Sampaquisoy cuenta:
Uno de estos personajes de la tradición oral de la zona xinka de Santa Rosa es Mikeila, una
mujer voladora y sabia, de la cual se cuentan historias en la zona xinka de Santa Rosa. Se dice que
ella hablaba con los espíritus del agua y de la montaña para que la ayudaran a llevar el agua a los
poblados necesitados. Durante cinco años, nana Mikeila crió a una “animalita” (un reptil), un ser
quien origina las fuentes de agua, ella es la que tiene “las venas del agua” (Tovar, 2001, p. 125).
Es importante mencionar que los volcanes y montañas locales son muy importantes para la
población xinka. Por ejemplo, los cerros Alutate, Altupe, volcán Jumay, volcán de Alzatate, cerro
El Cotorro y otros. En Xalapán se dice que el “mero dueño” del territorio es un personaje conocido
por los ancianos como Teyo Sajar o Zajarli.
Además de las invocaciones y altares xinkas arriba mencionados, hay que mencionar la
relevancia que tienen las celebraciones de las y los santos patronos de varias aldeas y cabeceras
municipales, las cuales están a cargo de las comunidades indígenas y de las cofradías locales y
constituyen un motivo importante para la cohesión social y la reciprocidad. Muchas cofradías de
la región sur de Santa Rosa (como en Chiquimulilla y Tecuaco) y, parte de Jalapa han
desaparecido, pero muchas perduran en Jumaytepeque y algunas en Mataquescuintla y Los
Esclavos. Las fiestas religiosas provienen de siglos atrás y consisten en celebrar al santo o santa
de un lugar determinado con novenas, rezados, procesiones, comidas, quema de pólvora y mucha
algarabía. Es importante indicar que las cofradías trabajan todo el año y no solamente para la
celebración del santo patrono. Sus integrantes, capitanas y mayordomos, asumen los cargos con
mucha devoción y gran responsabilidad puesto que la fiesta requiere de bastante trabajo.
que todos estos santos “son compañeros”, como “nosotros también tenemos que serlo” (capitana
de la cofradía del patrón Santiago)..
Las cofradías de todos estos santos y santas a su vez, están obligados a invitar al patrón
Santiago para que les visite en ocasión de sus respectivas festividades. De tal manera que durante
todo el año y de forma circular o rotativa, las capitanas y mayordomos, así como los devotos de
los santos, se mantienen haciendo visitas de un pueblo a otro, proceso que es denominado como
“encuentro de los santos” y a los lugares de encuentro le denominan “topes” (Gaitán 2007,p. 4).
Lo anterior se traduce en una confraternidad y una unión entre vecinos. En la cofradía del Patrón
Santiago de Mataquescuintla se nos explicó que una imagen permanece en la cofradía y que otra
idéntica pero más pequeña anda errante en los distintos barrios y aldeas, indicaron que el patrón
Santiaguito errante “es el que nos une de vuelta y media”.
La casa de cofradía es antigua, de tipo colonial, con un enorme portón y balcones. Adentro hay
un cuarto principal que sirve de recinto u oratorio para el patrón Santiago. Este se ubica en un
camerino sencillo.
Figura 28.El patrón Santiaguito, imagen errante. Mataquescuintla, Jalapa. Foto: Gretel Galindo, 2015
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Figura 29. El patrón Santiaguito, imagen errante. Mataquescuintla, Jalapa. Foto: Gretel Galindo, 2015.
Figura 30. Santiago El Mayor, patrono de la cofradía de Mataquescuintla, Jalapa (imagen que permanece fija en
la casa de cofradía). Foto: Gretel Galindo, julio de 2015.
La preparación de la festividad del Patrón Santiago incluye muchos componentes que, por
razones de espacio, no podemos describir, solamente dejamos constancia de que la semana de
celebraciones en torno al santo se realiza en la casa de la cofradía, en donde se hornea el pan, se
cocina gran cantidad de porciones de alimentos (tamales de cerdo, carne guisada, pollos, ponche
de leche y de frutas). Algunos alimentos son comprados pero otros son donados por los devotos,
por ejemplo en 2015, se donaron siete terneros para la fiesta. “Si, es mucho trabajo” –dijo una
capitana- “pero aquí se trabaja con cariño y con fe”.
95
Figura 31.Bandera con la insignia de Santiago el Mayor, patrono de Mataquecuitla, Jalapa. Foto: Gretel Galindo, 2015.
Para la fiesta del patrón Santiago arriban a Mataquescuintla varias delegaciones de cofrades de
otros pueblos. Antes de ingresar a la casa de la cofradía, se llevan a cabo las “cortesías” que
consisten en una suerte de danza que se realiza en las calles y en la cual, frente a cada santo, se
colocan cuatro o cinco personas portando una bandera cada uno. Dicha bandera tiene el símbolo
y los colores propios de casa cofradía. Se realiza una danza en la cual los portadores de las banderas
las mueven de un lado hacia otro mientras avanzan y luego retroceden. La música de banda
acompaña esta danza-ceremonia, la cual se repite de dos a tres veces por las distintas calles del
pueblo.
defienden en todos los casos, esa es nuestra fe, y es nuestra cultura, y patrimonio que a como dé
lugar lo tenemos que defender!”.
Figura 32.Capitanas de la Cofradía del Apóstol Santiago. Mataquescuintla, Jalapa. Foto: Gretel Galindo, julio
de
Figura 33. Procesión del Patrón Santiago de Mataquescuintla, Jalapa. Foto: Claudia Dary, julio de 2015.
97
Figura 34. Cortesías. Fiesta del patrón Santiago. Mataquescuintla, Jalapa. Foto: Claudia Dary, 2015.
Figura 35. Cortesías durante la fiesta del patrón Santiago. Mataquecuintla (Jalapa). Foto: Claudia Dary, 2015.
Dicha defensa es difícil porque los “cargos “de mayordomo y de capitana deben ser
rotativos. Es decir deben cambiar cada dos, cuatro o seis años, dependiendo de lo que dice el
reglamento de cada cofradía. Sin embargo, hoy por hoy, las nuevas generaciones ya no quieren
asumir tales responsabilidades por varios motivos: porque se requiere de mucha inversión de
tiempo y de recursos económicos. Además, según los adultos entrevistados, las creencias y
costumbres van cambiando, actualmente, los jóvenes no manifiestan la misma devoción y fe que
tienen sus antecesores
98
Para ilustrar la reciprocidad que existe entre las cofradías de estos pueblos, vale la pena
indicar, finalmente, que Mauricio Yujuté, mayordomo principal de Sanguayabá narró que
tienen registrados más de 100 años de visitar Mataquescuintla, y que también se dirigen a otras
comunidades. A su vez, los cofrades de este lugar les corresponden desde hace muchísimos años.
Como se apuntó, el reto es la perseverancia de las nuevas generaciones en estas actividades
religiosas.
99
Estas se dividen en tres grandes grupos: las comunidades indígenas” las alcaldías indígenas
y las cofradías, éstas últimas ya mencionadas en el apartado 11.2. Las comunidades son las
organizaciones más amplias y no se refieren estrictamente a una sola aldea o lugar específico sino
a una forma de organización que tiene sus estatutos, reglamentos y que resguarda sus títulos de
tierra. En este sentido una “comunidad indígena” está conformada por un conjunto de aldeas y sus
respectivos caseríos; es decir alude a una zona geográfica amplia pero también hace referencia a
un manera de organizarse desde la perspectiva social y política.
Estas comunidades indígenas fueron creadas para velar por la posesión, herencia, traspaso
de la tierra, pero también para el cuidado de los recursos naturales de propiedad colectiva, tales
como los ríos, quebradas, lagunas y bosques. Por muchos años estas organizaciones han sido
clasificadas como campesinas o agrarias porque fundamentalmente tratan asuntos relativos a la
tierra y no dirimen o solucionan problemas interpersonales ni imparten justicia, como sí lo hace
una alcaldía indígena. Los recursos naturales junto a la cosmovisión propia, y las relaciones
sociales que se establecen en un espacio físico conforman la base fundamental de la noción de
territorio. Es decir que naturaleza, cosmovisión y relaciones sociales son los tres elementos
100
Debe diferenciarse la tierra –como un compuesto mineral, objeto de trabajo, fuente de vida
y supervivencia socioeconómica- del territorio concebido como un espacio físico, pero también
social, cultural, simbólico y político sobre el cual viven y trabajan las personas.
Las comunidades indígenas han existido desde hace muchas décadas, pero fueron
obligadas a inscribirse legalmente en la Secretaria y/o Ministerio de Gobernación y Justicia a
inicios del siglo XX y cuando lo hicieron, quedaron registradas como asociaciones civiles.
Todas las comunidades indígenas surorientales que aquí se abordan comparten determinadas
características, aunque es innegable que hay diferencias internas porque no se puede decir que
sean idénticas. Sin embargo, entre las características que comparten se pueden mencionar las
siguientes: por lo general tienen uno o varios títulos de propiedad de sus tierras; poseen estatutos
y reglamentos orales e impresos y con respaldo jurídico; son representadas por una junta directiva
la cual es electa popularmente cada cierto tiempo (el periodo en que las juntas pasan en funciones
depende de cada lugar); a los residentes se les denomina comuneros, comuneras o condueños y
condueñas. Como la tierra es un recurso escaso dado que la población aumenta, en casi todas las
comunidades no es bien visto que los comuneros se casen con personas foráneas, aunque en la
realidad es algo que ocurre desde hace varias décadas.
pertenencia a un pueblo; como una manera de dignificarlo y reconocerlo social y, sobre todo,
políticamente frente a los demás.
Por razones de espacio no podemos explicar aquí toda la historia y particularidades de cada
comunidad indígena. Basta por ahora con mencionar que las más importantes del suroriente del
país y cuya población se identifica como xinkas –sin negar que hay residentes mestizos- son las
siguientes:
La Comunidad Indígena Xinka Las Lomas (Chiquimulilla, Santa Rosa) cuenta con 7
caballerías, 8 manzanas y 7016 v2;
La Comunidad Agrícola Xinka de Jumaytepeque, Nueva Santa Rosa (126 cab. 64 mz, 475
v2.
Existen otras dos comunidades indígenas en Jalapa, pero del lado poqomam. Son las
siguientes:
La comunidad indígena de San Pedro Pinula (tiene registradas más de 700 caballerís pero
en la práctica no las administra) y
La comunidad de de Guisiltepeque (Dary, 2003 y 2010).
102
En todas las comunidades los cargos son ad honorem, por eso sus integrantes dicen que
“sirven” a la colectividad. Aunque actualmente se encuentran algunas mujeres participando, la
mayoría de los integrantes o directivos son hombres y son electos en asambleas generales donde
participa toda la comunidad.
Si bien es cierto que las comunidades tienen aspectos en común, también tienen sus
especificidades. Por ejemplo la de Santa María Xalapán se compone de una orden mayor (la junta
directiva) y una orden menor, que se integra por representantes de cada aldea de la Montaña. Es
la única comunidad que utiliza esta nomenclatura.
Figura 36. Proceso de elección de la Junta directiva (orden mayor) de la Comunidad Indígena de santa María
Xalapán. Foto: Manuel Aguilar, 2008.
conflictividad social que ocurre en la región ocurre no solo por la minería sino por conflictos
territoriales antiguos irresueltos (ver apartado siguiente sobre conflictividad). 45
En los tres talleres realizados en Jalapa siempre fue mencionado el gobierno indígena y el
sistema de tierras comunales como una institución que hay que respetar y que identifica a las
personas que habitan en la montaña. Asimismo, en las entrevistas realizadas en San Carlos Alzatate
y en Jumaytepeque se mencionó a la junta comunal como una organización social que tiene control
sobre las tierras y que es autorizada localmente para tratar muchos asuntos de interés de todos los
vecinos. De hecho, En San Carlos Alzatate, la junta directiva prácticamente tiene control de toda
el área rural del municipio y todas las organizaciones no gubernamentales y gubernamentales que
quieren trabajar allí deben consultar y dar a conocer sus proyectos a dicha junta antes de empezar
cualquier tipo trabajo. En este sentido cobra sentido cuando algunos directivos de Alzatate dicen
que “aquí no se nos meten” (las mineras) porque esto es de nosotros”, “aquí es difícil que se le de
entrada porque aquí es comunal, es finca privada” (ALZ-3). Sin embargo, aclararon que el control
territorial para evitar la apertura de minas es difícil y que de hecho existe una mina trabajando en
Alzatate, desde hace años. Se trata de la mina Lucero que se encuentra en el área llamada Pino
Zapatón (ALZ-3)
Figura 37. Junta directiva de la Comunidad Indígena de San Carlos Alzatate. Foto Gretel Galindo, 2015.
45
La Comunidad Agrícola Xinka de Jumaytepeque continúa luchando para la recuperación de
una fracción de tierras que se perdieron cuando se fundó el municipio de Nueva Santa Rosa (véase
apartado 11-4)
104
Figura 38. Sede de la Comunidad Agrícola Xinka de Jumaytepeque, Nueva Santa Rosa. Foto: Gretel Galindo, 2015.
En Sampaquisoy y en San Antonio las Flores, que son aldeas de Mataquescuintla y que se
visitaron durante el desarrollo de la presente investigación, también hay tierras poseídas en común
y administradas por sus respectivas juntas comunales o directivas. Sin embargo sus habitantes se
identificaron como mestizos, algunos como ladinos y pocos como indígenas. Algunos de estos
vecinos son descendientes de milicianos del siglo XIX.
El problema que tiene la actual junta directiva, como lo indicó uno de sus miembros
integrantes, es que “cada junta actúa como le viene en gana porque no está juzgado por la ley”
(SAM-2). Los directivos de la comunidad se definen como ladinos o mestizos: “yo diría que
estamos entre ladinos y mestizos” (SAM-2). El término que prevaleció para autodefinirse entre la
mayoría de los entrevistados es el de “ladino”, lo cual obedece a que, según ellos, antiguamente
llegaron españoles en búsqueda de haciendas a ese lugar en los siglos pasados. No obstante, como
se vio en el apartado anterior, hay adultos y adultos mayores que sí reconocen tener antepasados
indígenas xinkas e indican que las comidas (como el totoposte) y algunas creencias son similares
a las de sus vecinos de Xalapán.
Figura 39. Integrantes de la Junta Directiva de la Comunidad de Sampaquisoy, Mataquescuintla, Jalapa. Foto:
Manuel Aguilar, mayo de 2015.
El terreno de ésta comunidad está compuesto por 101 lotes que en su totalidad forman 84
caballerías. La comunidad está integrada por 12 caseríos en donde habitan 6 mil personas. En una
entrevista realizada en esta localidad se indicó que las personas originarias de la comunidad eran
milicianos y varios eran “españoles”; los comuneros se han identificado como ladinos, pero
reconocen sus colindancias con los xinkas:
Según lo que dicen, los de aquí [San Antonio Las Flores], aquí no hay orígenes xinkas,
dicen que no hay. Mataquescuintla pertenecía a Santa Rosa y no recuerdo [en] que año
pasó a ser de Jalapa, hemos preguntado y nos dicen que no hay relación de orígenes xinkas.
Pero si, hay una relación porque aquí nomás por Monteverde, está pegado a la montaña de
Jalapa que es xinka, está la comunidad de Alzatate que también es xinka” (MAT-13)
Las personas de la Comunidad de San Antonio Las Flores han defendido conjuntamente
sus tierras frente a los foráneos. Sin embargo, indican que como organización social no están
tan cohesionados como sus vecinos de Xalapán, a quienes admiran por su articulación y
capacidad de respuesta frente las adversidades:
Existen más de diez organizaciones indígenas recientes fundadas a raíz de los Acuerdos
de Paz. En este lugar destacamos tres por ser las más importantes. Una (el COPXIG) tiene especial
protagonismo en la investigación y rescate de la cultura xinka. El Parlamento Xinka ha figurado,
de manera preponderante, en el escenario de la conflictividad social a raíz de la instalación de la
minera San Rafael. La Asociación de Mujeres Indígenas de Santa maría Xalapán, sobre sale por
poner hincapié en los derechos de las mujeres indígenas desde el feminismo comunitario. No
obstante, como se abordará en lo sucesivo, las tres organizaciones trabajan de manera separada
con pocos espacios de confluencia o intercambio.
El modelo planteado en ese entonces recuperaba los aportes de las formas organizativas
previas conocidas hasta este momento (dos de origen ancestral, una de origen colonial y tres
contemporáneas). La idea era que pudiera existir una macro organización política que representara
46
Propuesta: “Modelo de Gobierno Xinka”. Consejo Coordinador del Pueblo Xinka de Guatemala, 2010.
108
a todas las colectividades xinkas del oriente y suroriente del país. El objetivo central era el de
aglutinar a los diferentes liderazgos comunitarios xinkas, ya que actualmente trabajan cada quien
por su lado, a través de las juntas directivas de sus respectivas comunidades indígenas.
Precisamente, en el documento de la propuesta se lee que “por gobierno xinka se entiende y
comprende la articulación del liderazgo de las comunidades de la región xinka constituidas en un
ente representativo de máxima autoridad, con la participación de comunidades de Santa Rosa,
Jutiapa y Jalapa, sin excluir la participación de otras comunidades que en el futuro puedan solicitar
su incorporación habiendo agotado los procedimientos que para el efecto se aprueben por dicha
estructura.”47
Según este modelo, el gobierno xinka, tendría funciones políticas y culturales. Por un lado
trazaría estrategias de trabajo que tomarían en cuenta las prioridades y necesidades de las distintas
poblaciones xinkas, resguardaría el patrimonio cultural y las tierras comunales y; realizaría
gestiones frente al Estado para exigir la mejora de las condiciones de vida de las personas y sus
comunidades. Esta nueva entidad organizativa xinka tendría una estructura funcional compuesta
por un consejo de ancianos, con una temporalidad en sus puestos de siete años, pero con un relevo
a los tres años y medio; un consejo de asesores; un consejo de principales y mayordomos; asimismo
daría relevancia a los cajpules. Las comunidades se reunirían en asamblea general para validar y
legitimar todo el proceso y estructura antes descrito (COPXIG 2013).
Según De la Cruz, “para el Consejo Coordinador del Pueblo Xinka, investigar sobre
conocimientos comunitarios y prácticas culturales ha sido muy importante, siendo la primera
organización xinka que se crea y aglutina a varias comunidades, los esfuerzos del COPXIG han
llevado a la investigación, sistematización y publicación de conocimientos, actitudes y prácticas
culturales, identificación y mapeo de lugares sagrados, gramática del idioma y procesos de
formación política. Esfuerzos que continúan y en los cuales participamos decididamente en busca
de la reivindicación del Pueblo Xinka” (De la Cruz, 2009, p.23). El COPXIG ha emprendido y
publicado varias investigaciones como por ejemplo las denominadas:
47
Idem, p.4
109
El mismo Consejo reconoce que todavía falta muchos aspectos por recuperar y dar a
conocer. Lo interesante del trabajo de rescate y promoción cultural que hace el Consejo, es que se
procede de manera participativa. Inicialmente, el mismo trabajó solamente en el área de Santa
Rosa y poco a poco, ha ido involucrando a líderes y organizaciones de Jutiapa y Jalapa, tejiendo
nexos y redes con ellos.
El COPXIG se involucra en actividades de formación y política: actualmente hay un grupo
unos 19 jóvenes, capacitándose en el tema de incidencia política, programa dirigido por el Consejo.
visibilizacion. “Es así que aparece por primera vez la comunidad de Yupiltepeque y luego la
comunidad de Jutiapa, (el casco), y posteriormente aparece también uniéndose la de Quezada”
(CUI-2).
Según uno de nuestros entrevistados, las comunidades integrantes de este primer esfuerzo
discutieron los elementos culturales y políticos que los unían y lo que les diferenciaba. Fue así que
deciden fundar el Parlamento del Pueblo Xinka de Guatemala. Al inicio no faltaron las críticas y
el menosprecio de quienes pensaban que “los indígenas no sabían lo que estaban haciendo”, les
parecía que eso de llamarse “parlamento” era muy ambicioso, pero pese a las críticas, los xinkas
insistieron en esa figura asociativa y política:
las comunidades muy acertadas decían ‘es Parlamento porque la figura de Parlamento
representa un ente donde se reúnen a discutir temas y buscar consensos sobre algunas
cuestiones, porque pensamos diferentes a pesar que seamos comunidades de la misma
cultura; no tenemos incluso los mismos problemas, y entonces crean la figura del
Parlamento’ (CUI-2).
48
Fuente: Parlamento del Pueblo Xinka de Guatemala. En, https://www.facebook.com/pages/Parlamento-Del-
Pueblo-Xinka-De-Guatemala/225769417517502?sk=info
49
Más adelante con otros fondos, construirían el segundo nivel de la sede del parlamento.
111
del Parlamento solamente figuran las comunidades xinkas de Jutiapa y Santa Rosa. Posteriormente
se percatan de la necesidad de la inclusión de los de Jalapa.
La integración de la junta directiva del Parlamento es la siguiente: ésta tiene que estar
integrada por representantes de cada una de las comunidades xinkas de los tres departamentos;
no necesariamente el presidente de cada comunidad indígena es el que debe ser el representante
frente al Parlamento. El número de representantes en el parlamento depende de la composición o
tamaño demográfico de la comunidad indígena de donde proviene. Y de la misma forma a las
asambleas debería llegar una cantidad de personas que esté en correspondencia directa con el
tamaño de cada Comunidad. De esta cuenta la comunidad que más representantes tiene en la
asamblea del Parlamento es la de Jutiapa, ya que esta está compuesta por más de 80 cantones. Le
sigue la comunidad Indígena de Santa María Xalapán que tiene más de 85,000 habitantes quienes
habitan en 12 aldeas.
La Junta directiva del Parlamento es cambiada cada dos años mediante una votación que
se realiza en asamblea general. Cada asambleísta debe presentar una carta de respaldo de su
respectiva comunidad indígena, con sello y las firmas correspondientes. Según el personal del
Parlamento, este procedimiento garantiza la legitimidad de todo el proceso. La reelección de una
junta o del presidente de la misma, sí está estipulada como permitida, según los estatutos.
El alcalde xinka de San Juan Tecuaco explica la manera en que las comunidades indígenas
constituyen actualmente la base del Parlamento:
Lo que pasa es que el Parlamento, sus bases somos nosotros, las alcaldías a nivel regional,
o sea que a nivel regional no habemos (sic) alcaldías, sino que alcaldía [hay] en
Guazacapán, Chiquimulilla, en Ixhuatán, y como es regional, hay en Monjas Jalapa
también, y de ahí en Jalapa y Jutiapa, hay diferentes organizaciones que no son alcaldías
sino que son comunidades indígenas, hay comunidad agrícola, aquí en Chiquimulilla está
la comunidad las Lomas, que es Xinka también, Taxisco también había, no sé si todavía
estará (TEC-4).
Para hacer operativos sus planes de trabajo, el Parlamento tiene cuatro comisiones:
Comisión de Tierras y Justicia; Comisión de Educación y Comunicación; Comisión de
Participación a todo nivel y Comisión de la Mujer. Cada Comisión cuenta con una agenda de
trabajo que es aprobada por la Asamblea.”50
El Parlamento Xinka impulsa las iniciativas de agrupaciones xinkas que necesitan apoyo
para fortalecer sus organizaciones. Por ejemplo, se expone aquí el caso de San Juan Tecuaco
(Santa Rosa), en donde está ocurriendo un interesante proceso para revitalizar el gobierno o
alcaldía xinka, el cual se había debilitado en años anteriores y prácticamente desapareció. En este
municipio existen tierras ejidales administradas por la municipalidad quien es la que guarda los
títulos que fueron de la comunidad indígena. Ya no existe una comunidad indígena como las arriba
expuestas: “yo tengo 61 años pero yo de eso [comunidades indígenas] 51 si ya no me doy cuenta,
aquí solo conozco a las personas que están organizados un poco en lo xinka verdad” (TEC-1).
Los representantes de la alcaldía indígena ya no se encargan de la administración territorial
y no supieron precisar qué extensión tiene el terreno que se llama Las Lomas y que está dividido
en dos grandes lotes que se subdividen en la medida que las personas con necesidad lo solicitan a
la municipalidad para sembrar. La alcaldía indígena se fundó hace cinco años con el respaldo del
Parlamento Xinka. La alcaldía carece de una sede propia por el momento. Además de su relación
con el Parlamento, la refundada alcaldía se asesora con el Consejo de Comunidades Ancestrales
Mayas, Garífunas, Xinkas en Guatemala, le llaman el Gran Consejo.
50
Idem.
51
El colaborador TEC-1 se refiere a las comunidades indígenas en cuanto administradoras de tierras,
113
se pide permiso a la municipalidad y luego hay que hacerlo con la alcaldía indígena. Si se trata de
talar para hacer madera y negociarla, se debe tramitar una licencia en el INAB.
La mencionada alcaldía se encarga también de hacer conciencia entre los vecinos de que
no vendan sus tierras o que analicen bien a quien se las van a vender para evitar que las mineras
se introduzcan en Tecuaco:
Nosotros es lo que hemos estado evitando que otras personas vendan esta tierra, porque hay
mucha riqueza y de esa manera es como ellos… ellos [los mineros] claro ya han analizado,
se han asesorado y de esa manera se están metiendo a nuestro territorio, pero ahorita todavía
se hizo una consulta de vecinos y gracias Dios pues ganó el “no” (TEC-3).
Figura 40. Señora Juventina Navarijo Asencio, vicepresidenta de la Junta Directiva de la Alcaldía Xinka de San
Juan Tecuaco acompañada del empleado municipal don Lucas García y de Basilia Trinidad Navarijo García, de
la municipalidad de la misma localidad. Foto: Gretel Galindo, 2015.
En los últimos años, el Parlamento ha funcionado como espacio aglutinador de todas las
comunidades indígenas que luchan por proteger sus territorios y también se interesa por el rescate
de la identidad, aunque en este punto no ha tenido el protagonismo del COPXIG. El Parlamento
114
centra sus acciones alrededor de demandas de tierra, la defensa territorial y la participación política
fundamentalmente
Varios de los entrevistados manifestaron que se ha dado una pugna entre COPXIG y
Parlamento:
Si ellos han trabajado, lo único es que no mucho lo entiendo yo, lo entienden más los
técnicos, yo lo entiendo más como lucha de poderes, porque el COPXIG es una organización
Xinka, el Parlamento también, pero los dos no caminan de acuerdo: uno porque el COPXIG
por ejemplo tienen una tendencia más a trabajar más con lo gubernamental, entonces tienen
una necesidad de mantener el sistema de gobierno. El Parlamento nada que ver con el sistema
de gobierno porque hay un contraste como la ideología, y esa es la gran diferencia entonces
viene el gobierno al Parlamento no le da proyectos ni le da puestos de trabajo para nada, pero
es por el mismo celo que mantienen yo entiendo que es ideológico (TEC- 4).
En el caso del COPXIG sus tareas de rescate, investigación y promoción del idioma, no
podrían aplicarse ni practicarse a no ser por su alianza con el MINEDUC. Es debido a la lógica de
la inclusión del idioma en el CNB que el citado Consejo colabora con el Ministerio, y debido a
esto es que algunos líderes le califican de “pro-gubernamental”. No está por demás indicar que
parte del recelo se debe a que para poder incluir el xinka como L2 (idioma o lengua No.2) se ha
debido de negociar con el sindicato de trabajadores de la educación (STEG), el cual no es muy
bien visto por algunos sectores y es un factor más que va en contra de la imagen del Consejo.
debieron generar su propio espacio de formación política para lo cual tuvieron el apoyo del Sector
de Mujeres.
Pronto estas mujeres se percataron de que les faltaba algo más: su reconocimiento cultural.
A lo largo de sus vidas se habían sentido discriminadas por vestirse con telas de colores fuertes,
usar delantal y sandalias, por ser morenas, “gente del campo”. Al bajar al pueblo, los ladinos les
decían “indas coludas” o “caitudas”, “montañeras”. No pocas veces los encargados municipales
les tiraron sus canastos de frutas y verduras cuando ellas se colocaban en las calles próximas al
mercado para vender. Si, sabían que sus abuelos y abuelas hablaban un idioma distinto al español
y al poqomam de sus vecinos de San José Pinula y San Luis Jilotepeque. Así que en el 2004 y
2005 las mujeres rurales de la Montaña iniciaron un proceso de autodescubrimiento étnico y
cultural que se inaugura con autonombrarse como xinkas y que implicó la búsqueda de sus raíces
y la recuperación y dignificación de sus tradiciones culturales. Se trata de la primera asociación de
mujeres indígenas de Jalapa que colocaba sobre la mesa a los ancestros xinkas. Sus protagonistas
son hoy figuras públicas y reconocidas regionalmente e incluso en otras partes del país, por eso
citamos sus nombres: María Jiménez de Ucelo, María Dolores Carrillo, Bernarda López, Lorena
Cabnal, Florinda Cisneros, Gilberta Jiménez Seferina Pérez y María Elena Andrés de Aguilar 52,
entre tantas otras.
52
La Señora Andrés de Aguilar ya no se encuentra actualmente asociada al grupo.
116
En el presente apartado se describen y analizan los principales factores que han generado
conflictividad social en el suroriente de Guatemala entre el año 2008 y el 2013. Particularmente se
analiza la relación entre los distintos actores sociales (las organizaciones civiles –entre ellas las
organizaciones indígenas-, la Iglesia Católica, las municipalidades, los COCODES y las empresas)
en los municipios de Mataquescuintla y Jalapa (Jalapa) y en el de San Rafael Las Flores (Santa
Rosa). Se exponen las reacciones, los puntos de vista de cada uno de estos actores involucrados y
las estrategias desplegadas por los mismos para oponerse a la minera o para defenderla. Se
explicará también si la cosmovisión, la historia, la oralidad u otros aspectos de la identidad xinka
se relacionan o no con las demandas sociales, económicas y políticas en el actual escenario de
conflictividad social. Como podrá observarse, se posiciona la identidad xinka, como una de
muchas iniciativas, no la única.
conflictividad es la ausencia del Estado en el área rural a nivel nacional. Esto se conecta o se
refleja en la actividad criminal, el narcotráfico y las extorsiones que son detonantes de
conflictividad social, principalmente en los departamentos fronterizos (GUA-1).
En este apartado se explica el conflicto agrario de Xalapán de manera muy breve ya que
el trabajo se centra, como se ha apuntado en la introducción y en los objetivos, en los conflictos
recientes en torno a la minería. Sin embargo, es importante indicar que se aborda el dilema agrario
debido a que la Comunidad Indígena de Santa María Xalapán (SMX) tiene relación social, política
y geográfica con el conflicto en torno a la minería en Mataquescuintla y San Rafael, por ser
comunidades vecinas. También la SMX se ha visto afectada por las licencias de exploración
emitidas por el Ministerio de Energía y Minas (MEM) y que aluden a sectores que caen dentro de
los límites de su finca comunal. Asimismo, la comunidad de Xalapán al ser demográficamente
grande (tiene más de 85,000 habitantes) constituye un punto de apoyo estratégico para los
comunitarios de las otras dos municipalidades. Además, en el imaginario regional existe la idea de
que los xalapanes o habitantes de la montaña de Xalapán, están bien organizados, son aguerridos
y valientes por haber pertenecido al decimonónico Batallón Jalapa. Debido a esta caracterización
histórica, se recurre a ellos como un respaldo importante en las protestas sociales y demandas
regionales. De hecho, la persona entrevistada del SND reconoce la capacidad organizativa y la
imagen de la citada organización:
El personal del SND también recordó que además del apego territorial y la cosmovisión, los
xalapanes han prestado servicio militar y están acostumbrados al uso de las armas:
Es su modo de vida, pero entonces ese devenir histórico, verdad, estratégico de resistencia
y de defensa del territorio, se amalgama con este otro proceso de prestación de servicio
militar, en donde obviamente [los xalapanes] tienen conocimiento de táctica (GUA-4).
53
Del 19 al 27 de marzo de 2012, varias organizaciones sociales del país llevaron a cabo la “Marcha Indígena,
Campesina y Popular”, en la cual presentaron ante el presidente de la república una serie de demandas y
requerimientos. Fueron más de 60 peticiones las que fueron recibidas por el gobierno. De ellas se priorizaron ocho y
una de las mismas fue la relativa a la situación de las tierras de la Comunidad Indígena de Santa María Xalapán.
120
Para resolver este conflicto se han instalado varias mesas de negociación entre los
comunitarios, los hacendados vecinos, representantes del gobierno, la PDH y testigos. La última
mesa de negociación54 analizó la situación agraria en un proceso que requirió de 55 reuniones, 17
talleres de trabajo de dos días cada uno; todo ello realizado en 36 meses de trabajo institucional y
multisectorial (SAA, 2015 y GUA-1). Finalmente se concluyó un estudio y una resolución sobre
la manera en que debían quedar distribuidas las tierras. Por su extensión y complejidad no podemos
abordar tal resolución en este lugar. Sin embargo, es importante indicar que al momento del cierre
de esta investigación y por haber entrevistado a uno de los señores de la junta directiva o gobierno
indígena de la comunidad de SMX, se tuvo noticia de que los resultados del estudio de la mesa
regional de diálogo no fueron de total aceptación por parte de algunos directivos de la Orden Mayor
de dicho gobierno indígena, con lo cual, se estima que la conflictividad continuará.
54
De acuerdo con la persona entrevistada del Sistema Nacional de diálogo la mesa de negociación para resolver el
problema histórico de las tierras de Santa María Xalapán estuvo integrado por los siguientes representantes: tres
representantes de la comunidad indígena de Santa María Xalapan y un asesor legal, en este caso representado por el
CUC.; tres representantes de los vecinos del casco urbano de Jalapa con su respectivo asesor legal y en calidad de
observadores la Iglesia Católica, la COPREDEH, la gobernación departamental de Jalapa y la oficina del Procurador
de los Derechos Humanos. Se invitó también, a la gobernación de El Progreso, y a las municipalidades de Sansare y
de Jalapa, pero ellos se abstuvieron de participar (GUA-1 y SAA 2015, p.2).
121
Mapa 4. Área afectada por el Estado de Sitio, impuesto por el gobierno el 1 de mayo de 2013. Ubicación de
la Mina San Rafael y las municipalidades cercanas que han manifestado en contra de la misma. Fuente:
Infografía de Prensa Libre: Rosana Rojas (Contreras & Rojas 2013, p.3).
capítulo anterior, como AMISMAXAJ, el Colectivo Xinka Juvenil, lo que fue una colectividad
llamada ACOXX (Acción Comunitaria Xinka Xalapán)55 y otras.
Por otro lado, existe otro litigio importante y es entre la comunidad de Jumaytepeque y
Nueva Santa Rosa debido a que cuando se fundó este último en tiempos del presidente Estrada
Cabrera, varias caballerías de tierra que eran de la Comunidad Indígena Xinka de San Francisco
Jumaytepeque le fueron asignadas al nuevo municipio. A la fecha este litigio está siendo
acompañado por la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos.
En 2010 Gold Corp vendió los derechos de El Oasis a la empresa canadiense Tahoe
Resources, la cual opera a través de la empresa San Rafael S.A. El costo de venta fue de 505
millones de dólares.
Desde el 2008 los campesinos del municipio de Jalapa se percataron de que algunas
personas y empresas merodeaban en su territorio intentando explorar. En ese año, los indígenas
de Xalapán echaron a los exploradores de Guatemala Copper, S.A., (Baires, 2013)
Cuando los vecinos de San Rafael Las Flores, Casillas, Jumaytepeque, Nueva Santa Rosa
y Santa Rosa de Lima se dieron cuenta de los movimientos de la empresa San Rafael, así como
de otros proyectos por venir, así como también de que el Ministerio de Ambiente estaba
55
Esta Asociación actualmente no existe; se disolvió por problemas de liderazgo.
123
tramitando una licencia ambiental, realizan varias caminatas pacíficas en señal de protesta. Luego,
su organización se enfoca en la organización de las consultas comunitarias y municipales (Vega,
2011). Hasta acá pocas fuentes se refieren a la población afectada como xinka, salvo notas de
prensa en línea en donde, por ejemplo, Melissa Vega señala que el pueblo xinka está bajo amenaza
de las mineras. Igualmente en el medio electrónico Plaza Pública, el periodista Baires (2013)
menciona a la población afectada como xinka.
De acuerdo con Mario Minera, del departamento de mediación de la PDH el principal problema
con los megaproyectos es que no se informa a la población “el problema no son los proyectos, sino
la forma en que estos llegan. ‘Se instalan con prepotencia. Hay falta de reconocimiento de los tipos
de consulta, que básicamente son dos: las de buena fe y las que tienen su aplicación en la ley
Electoral y de Partidos Políticos y en el Código Municipal” (Castillo, 2014, p. 3). Existe
desinformación sobre lo que trata el proyecto en sí y los pasos necesarios para su implementación,
incluyendo la apropiación de terrenos que forman parte del municipio.
Según la minera San Rafael, el 6 de octubre del 2010, la familia Rodríguez Pivaral realizó
el primer negocio con la misma al venderles un terreno. “En los siguientes 22 meses, hicieron
otras ocho transacciones con la minera”. El video producido por la empresa indica que un
124
campesino de 78 años de edad quedó contento con la transacción: “don Clodoveo afirma sentirse
satisfecho” (AudiovisualesGT, 2012).
Así pues, la minera ha argumentado que ha beneficiado a los vecinos de San Rafael Las
Flores al comprar algunos terrenos y qué dichas personas han podido invertir en negocios
lucrativos (restaurantes, hoteles, tiendas y panaderías), compra de vehículos y motos; acceso a
micro créditos; fomento de la siembra del aguacate como sombra para el café; formación de una
asociación de transportistas (trabajo con camiones de volteo para uso de la mina) y de otra
asociación de agricultores. “Todos se están superando” –indica un entrevistado en los videos que
difunde la minera (Audiovisuales GT, 2012). El alcalde de San Rafael, Leonel Morales, ha
asegurado que percibe por el IUSI (que paga la minera) cerca de un millón de quetzales. También
indicó en su oportunidad que se ha otorgado becas para 135 jóvenes como parte de la
responsabilidad social empresarial (RSE). La minera indica en su video promocional que “lo mejor
aún está por venir”. Para una empleada municipal de San Rafael, la minera ha significado mejora
económica en el municipio:
Lo que ha dado quizá un levantón al municipio de San Rafael es la minería (…) por una
parte, vemos el otro lado, el lado ambiente que no es bien visto. Sin embargo esto creó
fuentes de trabajo, ha permitido que los niveles económicos del lugar sean en comparación
a otros municipios yo lo veo bien considero que no hay pobreza extrema.
Usted va a las comunidades y las escuelas, una escuela completa, pero eso si tienen el
apoyo de la minería, eso es lo que hace que se vea la diferencia según lo que yo sé es que
ha agarrado auge el municipio porque ha creado fuentes de trabajo, están los restaurantes,
hoteles, el costo de la vida es un poco caro, la familia su condición no es desde mi punto
de vista no es pobre (SRA – 4).
La tierra comienza a venderse de manera sobre valorada en San Rafael, una manzana
costaba entre Q50 mil y 80 mil pero se llega a vender hasta en Q250 mil (García, 2012). Don
Clodoveo Morales, de quien se hizo mención anteriormente, vendió varios terrenos a la minera y
con el dinero obtenido, benefició a sus hijos quienes obtuvieron casas y abrieron negociosa. Una
organización civil asegura que en realidad este señor fue engañado y luego se arrepintió; un
particular subió un video para dar una versión diferente de los hechos (García, 2012), en donde
de alguna manera el septuagenario, indica que lo que más quiere en la vida es que la minera se
largue del lugar y declara haberse percatado de los daños que ocasiona la misma. En ese video, el
señor Clodoveo indica que no va a vender sus terrenos que son contiguos a la empresa: “Ustedes
[les dijo a los de la empresa] no vinieron a mejorar al pueblo, así lo van a dejar, mire, pobrecito –
les dije (…) ustedes no tienen vergüenza” (declaración de Clodoveo Morales en García, 2012).
Estos ejemplos, sirven para ilustrar que la empresa utiliza las declaraciones de algunas personas
para posicionarse en el escenario regional de manera positiva. También es notorio que la defensa
territorial se ha llevado a cabo en la calle, a través de marchas y plantones; pero también a nivel
mediático y electrónico.
Esta referencia también sirve para ilustrar que los vecinos inicialmente no tenían
conocimiento de los pasos dados por la minera y, en general, para comprender la forma en que el
escenario social comienza a resquebrajarse.
minera ya había comprado los terrenos necesarios para construir las instalaciones. Fue hasta el 3
de abril de 2013 cuando se autoriza licencia de explotación de la mina El Escobal.
Figura 41. Anuncio de la Minera San Rafael en la carretera que conduce de San Rafael Las Flores a Mataquescuintla.
Foto, Gretel Galindo, 2015.
Muchas familias que son muy católicas, por el hecho de estar a favor de la minería, pues
se han… retirado [de la iglesia] y pues ya no quieren asistir mucho a la iglesia, en la medida
en que se iba este… conociendo, iba yo pues hablándole a la gente de las consecuencias
que iba pues a traer la minería entonces la gente misma se empezó a sentir mal y pensaban
que eso era invento mío y que yo había traído esa división y no es así, verdad…
(Declaración del padre Néstor Morales en García, J.2012_I).
Para la PDH lo sucedido en San Rafael, Mataquescuintla y en otros lugares del país es el
resultado de la ausencia del Estado y de su incapacidad de echar a andar mecanismos efectivos de
diálogo. Asimismo, es consecuencia de la negativa y falta de voluntad para comunicar e informar
correctamente a la población sobre los proyectos. El procurador De León Duque expresó:
Hay varios casos que representan amenazas latentes de enfrentamiento en el país y tienen
que ver con la ausencia de Estado pavorosa. Existe una insatisfacción generalizada e
histórica, y la gente se enfurece cada vez más. No hay políticas públicas y hay una creciente
criminalización de los defensores de los derechos humanos.
‘Si tan solo nos informaran, no nos opondríamos a los proyectos’, recuerda De León Duque
que le dijo una vez un poblador en una visita a un proyecto extractivo. (Castillo, 2014, p.
2).
128
Cabe señalar que la vista pública que se efectuó ese día en la CC para conocer los cambios
a la ley de Minería no estuvo exenta de vicisitudes, comenzando por el hecho de que como una
mayoría de visitantes era indígena, dentro de la lógica gubernamental, era necesario enviar a
muchos elementos de las fuerzas de seguridad. Los medios de comunicación reportaron
desigualdad en el trato dado a los abogados de las organizaciones indígenas:
La Policía llegó al lugar para proteger esa sede debido a que decenas de indígenas se
ubicaron frente al inmueble para a respaldar a líderes del Consejo Nacional de Pueblos
Indígenas, Mayas, Garífunas y Xinca.
Para entrar, los abogados que representan a estas agrupaciones tuvieron que esperar a que
concluyera la audiencia.
Sin embargo no todos fueron tratados por igual. Los representantes del sector empresarial
ingresaron a la CC sin los obstáculos que les pusieron a los indígenas (Vázquez, 2012, p.
3)
Desde el punto de vista de quienes apoyan la instalación de la minería a nivel local, ésta es
favorable al desarrollo local porque generará empleos y comercio. La administración de El Escobal
aseguraba que el 95% de los empleados son guatemaltecos, pero según entrevistas realizadas con
129
Inicialmente varios municipios se negaron a aceptar las regalías porque la actividad minera
iba contra la voluntad de los habitantes y porque temían una reacción adversa por parte de estos.
Sin embargo, según el SNP, los alcaldes fueron cediendo y al final solamente Mataquescuintla no
participó en el reparto de regalías y beneficios (GUA-1). El SND jugó un papel relevante en la
aceptación de las regalías que, según los entrevistados, se basó en socializar la información:
…pero en ese caso fue muy importante porque fue un proceso de socialización, donde
maestros [el SND], incluso los institutos de educación media, las organizaciones de iglesia
y como te digo los docentes, los líderes comunitarios, los COCODES, todos ellos fueron
informados y se fue construyendo un imaginario (…) tiene sus mecanismos de
participación y seguimiento de la comunidad y además una gran ventaja, porque los fondos
[que provienen de la minera] son trasladados a las cajas municipales, pero apretados en una
camisa de fuerza que no se usa discrecionalmente a voluntad del alcalde ni la corporación
sino con el visto bueno de las organizaciones comunitarias, entonces eso lo ponen en su
haber (…)
Entonces estas son las áreas (en las que se invierte la regalía) ambiente, energía, educación;
lo que la gente decidió pero en forma participativa, por eso es que el concepto nuestro [de
la SND] es ese, son socios del territorio. (GUA-1).
Pero no todos los pobladores están de acuerdo con el modelo de desarrollo que se les quiere
imponer. Una lideresa comunitaria de San Rafael Las Flores participante en un foro de CALAS
realizado en la ciudad de Guatemala, aludió el precio que tiene aceptar una mochila, de las que la
minera regala en las escuelas, para su hija, indicando que prefirió retirar a la niña de la escuela
pública y hacer el esfuerzo de inscribirla en una privada con tal de no aceptar nada de la minera.
Agregó que los padres de familia se han dividido en San Rafael, en torno a si aceptar o no las
donaciones de la minera.
Vecinos de una misma aldea están divididos respecto a la aceptación o el rechazo de las
regalías. Por ejemplo, en febrero de 2015 se informó que los “pobladores de (la aldea) El
Volcancito, San Rafael Las Flores, Santa Rosa, se hallan divididos, debido a que un grupo está de
acuerdo con recibir el apoyo de la minera San Rafael y de la comuna, y otro lo rechaza” (Cardona,
2015, p. 30); los opositores hasta han llegado a quemar los libros de texto y parte de las
instalaciones de la escuela.
131
El rechazo de los pobladores de San Rafael y otros sitios vecinos a la minera se debe, no
solo a que consideran que ésta dañará la naturaleza, se acabará el agua y o se contaminará al igual
que el suelo. El otro aspecto tiene que ver con el uso de la energía eléctrica por parte de la minera.
Sobre todo, la indignación estriba en que no se ha respetado el derecho de los y las ciudadanas a
ser consultados y es en este punto, precisamente, en donde los discursos de las mujeres han sido
contundentes.
Uno de los eventos conflictivos más severos se suscitó el 17 de septiembre de 2012 cuando,
según pobladores de San Rafael Las Flores y de la aldea Morales (Mataquescuintla), el personal
de la mina se dirigió a la planta eléctrica, para perforar orificios para colocar los postes y tomar la
energía (contactos o tirado de cables), la gente se dirigió a la planta y se acercó a los empleados
de la mina entonando el himno nacional, lo hicieron, según lo expresaron a los medios de
comunicación, con mucho temor pues los guardias de la mina les apuntaban. En una nota de video
filmada entre aldea Morales y San Rafael (septiembre de 2012), un joven indicó lo siguiente:
El señor presidente que demuestre que tiene puesto los pantalones porque él no dijo que
era minero, ya después salió de que era minero, mejor hubiéramos dejado a Colom que
tenía bien puestos los justanes (sic) y también que no queremos policías aquí, estamos
hartos de eso… Vamos a pedirle (al presidente) estado de sitio para (…) demostrarle que
somos xinkas de Jumay, puros xinkas de Jumaytepeque y que estamos unidos con los
xalapanes y le vamos a demostrar lo que somos, por eso le hacemos un llamado al señor
presidente, que demuestre lo que es, que se ponga los pantalones como él lo dijo, no dijo
que era minero, si malditamente hubiera dicho eso él, nosotros no hubiéramos votado por
él, pero ahora estamos arrepentidos y le vamos a dar golpe de estado así como somos xinkas
de Jumaytepeque y estamos unidos con los xinkas de Xalapán (Pichilla, 2012-a).
132
… [los empresarios de la minería] son los que le están causando tanto daño como es la
empresa canadiense que está en nuestro país queriéndose llevar nuestros bienes que hay
en nuestra tierra y nosotros no lo vamos a permitir porque nosotros tenemos una dignidad
que vale mucho y esa dignidad se respeta, queremos decir ante este medio de comunicación
que esta tarde…esta mañana cuando iniciamos una manifestación pasiva, en la que una
empresa canadiense estaba haciendo hoyos para colocar postería (sic) para llevarse la luz
eléctrica de aquí de Morales, nosotros veníamos de bajo entonando el Himno Nacional y
los señores policías que están aquí enfrente [los antimotines] nos estaban apuntando con
las ametralladoras. Nosotros veníamos tranquilos cantando el himno nacional, entonces
ese es un respeto que merecemos como personas humanas…[Interrupción por gritos de la
gente]. Los delincuentes estaban protegidos por las autoridades y a nosotros nos estaban
apuntando” (Pichilla, 2012).
Teresa Muñoz se encontraba en medio de gran cantidad de vecinos varones y rodeada de policía
antimotines, ella exhibió una gran valentía. Otra mujer, tomó el micrófono y dijo:
… este bello país que tenemos que lo queremos defender, lamentablemente, ¿qué hicieron
los antimotines y la policía?, ¿qué hicieron?, apuntarnos con las armas, querer lanzar las
bombas lacrimógenas, ¡eso no se hace! Si nosotros venimos a luchar y defender
pacíficamente. Es cierto, aquí quizás pueden ver algunos compañeros con palos, pero
¿saben por qué pasó? porque ellos [los policías] nos estaban apuntando. Entonces nosotros
quisimos dialogar con uno de ellos, pero no quisieron entonces nosotros vamos a
permanecer aquí hasta donde Dios nos preste licencia, ¡somos mujeres y vamos a seguir
defendiendo porque nosotros somos las portavoces! (…) (Pichilla 2012-a).
Horas más tarde, hubo destrozos en las propiedades de la mina, los vecinos fueron acusados
y se detuvo a 20 personas. Dos meses después de estos acontecimientos, en noviembre de 2012
ocurrió un robo de explosivos de la mina San Rafael. Al respecto los liderazgos de las
organizaciones niegan que ellos sean los responsables. Las entrevistas que se hicieron en la ciudad
de Guatemala aseguran lo contario: “la cantidad y el tipo de explosivos es realmente impactante
lo que allí se clavaron en esa oportunidad, que sustrajeron. Entonces esas fueron las condiciones”
(GUA-1).
respecto y muchas de ellas contradictorias (Baires, 2013). Al mes siguiente, en abril de 2013, los
pobladores de San Rafael pidieron apoyo a la gente de Jalapa contra la minera (Gaitán, 2013). Este
hecho resulta interesante, pues por un lado refleja que en el imaginario regional, se percibe a los
xalapanes como gente aguerrida y con experiencia en acciones de hecho, por otro refleja que los
eventos contra la minera, aglutinan a los pobladores y trascienden fronteras municipales y
departamentales extendiéndose a las regionales
El 13 de abril de 2013, Edwin Alex Reynoso y su hija Marilyn Topacio Reynoso (16),
ambos activos oponentes al proyecto minero fueron atacados. Algunos medios relacionan estos
actos de violencia como una reacción de la guardia de seguridad de la empresa minera (Lakhani,
2013). A nivel local, las opiniones son diversas, algunos atribuyen el hecho a problemas
personales.
Pocos días después del asesinato de la joven Reynoso “el 27 de abril de 2013…guardias de
la empresa de seguridad privada Alfa Uno, del grupo israelita Golan, por órdenes del entonces jefe
de seguridad Alberto Rotondo Dell’Orso, dispararon indiscriminadamente contra pobladores que
protestaban pacíficamente frente a las instalaciones de la minera, en San Rafael Las Flores. Siete
comunitarios resultaron heridos” (Solano, 2015, p. 2). El Ministerio de Gobernación (MINGOB)
aseguró que la guardia de la mina disparó con balas de caucho (tipo gotcha).Por tal hecho fue
detenido en el aeropuerto de la ciudad de Guatemala, el mencionado jefe de seguridad de la mina.
En efecto, para algunos reporteros, los policías detenidos fungirían como moneda de
cambio para producir el fin de la minería, asunto que no puede comprobarse (Baires, 2013). El
MINGOB por su parte, aseguró que los campesinos tomaron armas de la policía y vinculó a los
comunitarios con el crimen organizado y el narcotráfico. El ministerio recordó además que meses
antes (noviembre de 2012) los comunitarios de San Rafael presuntamente robaron explosivos que
iban para la minera (Alvarado, 2013-b, p. 3.). Para el gobierno, un grupo de criminales utilizaron
como pretexto las protestas contra la minera San Rafael, para cometer varios actos ilícitos; aseguró
que lo anterior se afirmaba en base a más de seis meses de investigaciones a cargo del Ministerio
Público (Contreras & Rojas, 2013, p. 4). “El gobierno y el ministro [de gobernación] señalaron
que ha habido asesinatos, secuestros, asociación ilícita, robo de armas, destrucción de bienes del
Estado y prohibición ilegal del paso e incluso la presencia de sicarios y una estructura vinculada
con los Zetas” (Contreras & Rojas, 2013, p. 4). El ministro de gobernación aseguraba que las
primeras siete aprensiones fueron contra personas que pertenecían a una “estructura de
secuestradores y sicarios” (Menchú, Montenegro & Archila, 2013, p.4).
Según algunos diarios, como Prensa Libre, el MINGOB y el SND, si existió sustracción de
explosivos así también retención de los policías y sustracción de armas registradas para uso
oficial de la policía (GUA-1). A nivel local, las percepciones estuvieron divididas y unos culpaban
a los otros. Por ejemplo, el alcalde de San Rafael Las Flores señaló que los pobladores de este
municipio no generaban problemas sino “gente que viene de otros municipios” en alusión indirecta
a los xalapanes (Alvarado, 2013).
En los primeros tres días del estado de sitio se desplegaron muchos elementos del ejército
y de la Policía Nacional Civil. En este punto las fuentes periodísticas difieren, unas dicen que se
desplegaron 8 mil 500 elementos (Alvarado, 2013-b); otras que fueron 3 mil 500 (Menchú,
Montenegro & Archila, 2013, p., 5). Asimismo se dieron 53 allanamientos y se capturó a 16
personas que fueron enviadas a presión preventiva. La aprehensión de las personas ocurrió en la
aldea Ayarza, en Casillas, Santa Rosa; luego Mataquescuintla y San Rafael Las Flores (Alvarado,
2013-b, p. 2). Los delitos que se les imputaron a los capturados fueron “plagio o secuestro,
asociación ilícita, conspiración, robo agravado y detenciones ilegales” (Alvarado, 2013-b). Cuatro
tanquetas, 30 patrullas policiales se instalaron en la cancha de futbol de Jalapa (Menchú & Archila,
2013, p. 4). Los helicópteros rondaban por toda la región causando preocupación entre los vecinos.
Respecto a esto, vecinos de San José la Sierra nos comentaron que fue durante varios días seguidos
que los helicópteros sobrevolaron las aldeas y que los vecinos sintieron mucho temor pues nunca
habían vivido una situación similar (MAT-11).
A los campesinos se les detenía en las calles y se les pedían sus documentos de identidad,
pero como fueron tomados desprevenidos, muchos de ellos no los llevaban: “la mayoría eran
campesinos e intentaban explicar [a las autoridades] que se dirigían a cultivar el café, y que no
portaban identificación porque se les deteriora en el campo” (Alvarado, 2013, p. 2). Algunos
campesinos padecieron el decomiso de los machetes que les sirven para trabajar en el campo
(Menchú, Montenegro & Archila, 2013, p. 5).
También la PDH reportó violación a los derechos de la niñez ya que durante el estado de
sitio los niños tuvieron miedo de ir a la escuela, además de que esto se les provocó daño
psicológico. Esto fue constatado en la presente investigación. Se entrevistó a dos sicólogas en San
Rafael quienes dijeron que para ellas el trabajo de la minera no es del todo negativo, sino que lo
que ha generado desestabilidad emocional en los niños y niñas fue la llegada de los elementos de
seguridad, helicópteros y una serie de situaciones que nunca se habían vivido en el pueblo; los
niños no querían salir de sus casas, sentían temor de ir a la escuela y se orinaban en la cama por la
noche (SRA-2 y SRA –3).
136
El estudio de la conflictividad social desatada en San Rafael Las Flores y Jalapa fue
realizado por la Secretaria de Inteligencia Estratégica del Estado (SIE). A resultas de ello, la oficina
Interinstitucional de Desarrollo Integral en realidad funciona como una de control social en donde
se maneja información de los líderes de todas las comunidades (Hernández, 2014). El grupo
interinstitucional de Asuntos Mineros se creó, precisamente para minimizar el impacto social en
donde hay proyectos mineros técnicamente debería analizar qué ha fallado en la relación entre la
minera y la población, según el MINGOB, pero según UDEFEGUA, se trata de un mecanismo de
control social
137
Por otro lado, la postura de la iglesia Católica a nivel regional, fue la de colocarse del lado
de las comunidades rurales y de las organizaciones civiles. Esto lo hizo a riesgo de perder
feligreses, sobre todo de los ladinos de más status social en los pueblos.
La postura del Parlamento Xinka fue la de apoyar a la población civil y desmentir las
acusaciones vertidas contra ella: “Kelvin Jiménez, integrante del Parlamento Xinka de Santa María
Xalapán, desvirtuó que las organizaciones sociales protejan al crimen organizado. ‘Hay una
legítima defensa y vemos que las fuerzas de seguridad se mueven para defender una empresa que
ha causado zozobra en la región” (Menchú & Archila, 2013, p. 4). Asimismo, el Parlamento
denunció al Estado de Guatemala por supuestas violaciones a los derechos humanos cometidos
contra pobladores de Mataquescuintla, San Rafael Las Flores y Santa María Xalapán, Jalapa
durante el estado de sitio que se implementó a partir del 1º de mayo (de 2013); asimismo acusó a
los policías por verter declaraciones falsas, al ministro de gobernación, López Bonilla por emitir
un discurso racista y estigmatizante en contra de los xinkas. Cinco de las 18 personas
permanecieron en prisión por siete meses, tras ser ligadas a proceso, por los delitos antes señalados,
cuando recuperaron su libertad responsabilizaron al Estado guatemalteco de lo que podría
ocurrirles” (Zet, 2013).
Además de las marchas y plantones, frente a la empresa minera, las oficinas de Tahoe
Resoures y la embajada de Canadá; la población de varios municipios de Santa Rosa emprendió
acciones formales apegadas a la legislación nacional e internacional con la finalidad de lograr que
se respeten los derechos colectivos de los pueblos, los derechos humanos individuales y para que
de alguna manera su parecer fuera tomado en cuenta y evitar la instalación de nuevas empresas.
Una de tales acciones fue la de oponerse al Estudio de Impacto Ambiental (EIA), que conoció el
Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN). La población se indignó dado que la
empresa minera construyó la carretera para la mina y transportó los explosivos antes de que se
planteara el EIA por lo cual se presentó una acción de amparo (Vega, 2011 a). Por parte de la
empresa, el hecho de que iniciara labores sin el respectivo estudio de impacto ambiental, se
tradujo en que ésta tenía la certeza del apoyo del gobierno ante cualquier eventualidad.
138
Amparados en el Código Municipal (art 17), el Convenio 169 de la OIT, varios artículos
de la Constitución Política de la República y la Declaración de ONU sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas (2007), la población de santarroseña, el Parlamento Xinka conjuntamente con
la Iglesia Católica, particularmente la Coordinadora Diocesana de Medio Ambiente
(CODIDENA)56, solicitaron a las municipalidades que se celebraran varias consultas comunitarias
para decidir si se aceptaba o no la actividad minera. Salvo las consultas hechas en ocho aldeas (no
vinculantes), nunca pudo hacerse la consulta en el municipio de San Rafael, por la negativa del
alcalde.
Primero se hizo la consulta de Nueva Santa Rosa, Casillas (Santa Rosa) y Mataquescuintla
(Jalapa), luego en Jalapa y en mayo de 2015 en San Juan Tecuaco. Cabe señalar que, en la mayoría
de los casos, fue la población quien tomó la iniciativa de solicitar que se hicieran las consultas
municipales y en esta tarea recibió el apoyo y orientación legal del Parlamento, del Colectivo
Ecológico Madre Selva, del Centro de Acción Legal, Ambiental y Social de Guatemala (CALAS)
y de la CODIDENA, tal y como ocurrió para la Consulta de Nueva Santa Rosa en el 2011
(CERIGUA, 2011).
56
La Comisión Diocesana de Defensa de la Naturaleza, CODIDENA se formó en diciembre de 2009 “para
poner en práctica el objetivo social de las Santas Misiones Populares, la cual fue la opción pastoral que asumió la
Diócesis para responder al llamado de Aparecida a la Misión Continental, para poner a nuestras iglesias locales en
estado permanente de misión” (Sagastume, 2014, p. 1).
139
Figura 43.Afiche pegado en las paredes de una tienda. Se difunde las enfermedades que causa en el cuerpo humano
los químicos de la minería, promocionado por CALAS. Aldea Soledad Grande, Mataquescuintla, Jalapa. Foto, Gretel
Galindo, 2015.
Desde 2011, los pobladores del municipio de San Rafael Las Flores habían solicitado al
alcalde que se organizara una consulta para saber si la población estaba a favor o en contra de la
minería química metálica en la zona (Baires, 2013). A la fecha no se ha realizado una consulta en
San Rafael Las Flores por los compromisos o acuerdos a los que el alcalde de este municipio
adquirió con la minera (Baires, 2013). Las consultas las realizaron los vecinos de ocho aldeas de
San Rafael, por su cuenta. La Corte de Constitucionalidad (CC) decidió que estas consultas no
son vinculantes, es decir, solo tendrían un carácter indicativo.
140
Figura 44. Cartel que refleja los resultados de las consultas municipales y refleja el rechazo a la minería colocado
en el camino entre la cabecera departamental de Jalapa y la montaña de Santa María Xalapán. Foto: Gretel Galindo,
2015.
Para los coliseños ha sido muy importante que el alcalde se ubique del lado de la población.
Una trabajadora social dice:
… El alcalde pues que es el que ha estado luchando, incluso la consulta popular pues se
dio, y gracias a dios el 99%, 98% algo así de la gente dijo no, entonces la gente tiene
mucha confianza (…) entonces ellos han visto mucho apoyo de parte del alcalde, … están
así como que el alcalde es el único, es nuestra salvación, es nuestro salvavidas, y si él se
va58 saber qué va a pasar, y a eso le tenemos un poco de temor, nosotros como parte del
municipio. Porque, o sea, realmente, yo como trabajadora de la municipalidad, pues, qué
más quisiera que el alcalde siguiera aquí veinte años, pero qué le puedo decir ya viéndolo
57
.El 11 de Nov de 2012 se realizó la consulta en Mataquescuintla a petición de la población
con el apoyo del alcalde Dr. Loy Solares
58
La persona se refiere a que si el alcalde actual de Mataquescuintla no resultara electo, algo
negativo va a pasar en contra de la población.
141
de ese punto de vista, pues es la única esperanza que tenemos como dicen ellos de que se
defienda todavía algo (MAT-12).
Luego de las consultas municipales, la estrategia a seguir por parte de los municipios ha sido
organizarse en comités o grupos “de resistencia”, quienes se reúnen para discutir sus actividades
y avances una vez al mes.
“… hay un grupo de resistencia, más ó menos son 150 hombres líderes, divididos en las
diferentes comunidades, ellos están constantemente, se reúnen y pues están al tanto de qué
está pasando, por ejemplo ayer la noticia de que tomaron preso al representante de la mina,
o sea ellos están pendientes de todo, ellos dicen aquí no van a entrar los mineros” (MAT-
12).
De igual forma, una periodista extranjera aseguraba que los habitantes que viven en los
alrededores del proyecto El Escobal son xinkas: “Among those most strongly opposed are
Guatemala’s Xinca indigenous people, a non-Maya ethnic group, who live in communities
surrounding the Escobal mine” (Lakhani, 2013).
142
Como se vio en el apartado 11.1. las personas entrevistadas en el casco urbano de San
Rafael Las Flores se identificanmayoritariamente como ladinas o mestizas. En esta localidad
algunas de ellas perciben que todo iba bien con la minera hasta que intervinieron personas de otros
municipios, en alusión a los “xinkas”. Una profesional de dicho municipio fue invitada a participar
en un programa televisivo local, cuando habló de los cuatro pueblos que conforman a Guatemala
y cuando ella se refirió a los xinkas, los vecinos mestizos del pueblo, en mensajes de texto enviados
al canal, se enojaron con ella. Le dijeron que dejara de hablar del tema, es decir, la gente local
asocia lo xinka con problemas. “Lo que pasa es que se asocia el ser indígena con problemas de la
minera” (MAT-14).
Existen varias iniciativas institucionales que, a nivel local, están incidiendo en la re etnización
de la población rural. Por ejemplo el PNUD está financiando el proyecto CACTUS para
recuperar y reinyectar la cultura xinka y para fortalecer las capacidades de la juventud en
formación política y ciudadana (en Xalapán, Alzatate, Monjas,Chiquimulilla). Asimismo, hay
que aludir al mencionado proyecto “Nuestras Raíces”59, Componente Identidad y Agroecología
que se lleva a cabo en Xalapán, desde los años 2008 o 2009, por parte de la Parroquia de Jalapa
en 38 comunidades. Una promotora del equipo parroquial explica la relación entre recuperar la
identidad xinka y defender el territorio:
Un pueblo que conoce su identidad, que descubre sus raíces, puede defender su territorio
y aquí no solo hablamos del territorio tierra, sino del territorio cuerpo.
Entonces desde ahí ha sido un trabajo de hormiga porque esto [el proceso de recuperación]
es lento pero es un proceso que viene de ese deseo de la gente, esa inquietud de la gente de
la participación activa, hablemos de la fiesta patronal, hablemos de asambleas, de talleres
59
Este Proyecto tiene financiamiento de la Iglesia Católica y de Suiza.
143
asi masivos grandes, actividades muy grandes, siempre va a ser muy elegante el altar
Xinka-(Jal-7)
Entonces ese proceso ha sido un espacio del descubrir analizar y encontrarse con su
identidad, con su espiritualidad, conocer los aspectos de la cosmovisión del pueblo como
se interpreta (JAL-7)
Existen también iniciativas particulares, como el blog “Yosoy xinka” al cual estudiantes y
profesores recurren para obtener información para los procesos de enseñanza aprendizaje..
Un maestro de Mataquescuintla, indica que hablar y posicionar lo xinka, surge a raíz del conflicto
con la minera pero que él no cree que eso sea algo negativo
De hecho, no es ningún secreto que los intereses políticos y económicos, giran por todo
un montón de cosas y hay gente que pueda girar en torno a eso, yo le digo, o sea, la misma
cultura xinka no hubiera salido, sino hubiera sido por eso (la llegada de la minera) (MAT
-14).
Yo creo que a nivel local, en Mataquescuintla, quizás no nos identificamos con una clase
étnica, pero si algo que nos identifica es que somos defensores de la vida, de nuestros
recursos naturales y nuestras tierras, por encima de cualquier clase social.
A nosotros no nos afecta eso de que sean comunidades xinkas y que nosotros no tengamos
ese título [esa identidad] porque no, de hecho, ya nos hemos sentado a dialogar [con los
indígenas] y solo el nombre.
donde está instalada realmente hasta alcanzar varios kilómetros debajo de la tierra. Esta presunta
capacidad de la minera de avanzar en el subsuelo afectará físicamente los cimientos de los pueblos
y aldeas. Un hombre de 60 años de la aldea San José La Sierra (Maquescuintla) expresó su temor
de que los mineros ya han hecho túneles que parten de San Rafael y llegan hasta su pueblo:
“Hay un cruce con una carretera asfaltada, esa es la que sigue para San Rafael (la mina).
Si allí está puro cerquita. Si aquí se sabe que como ellos van excavando por debajo, dicen
que ya van llegando por Mataquescuintla ya, así por debajo de la tierra. Y por eso es que
Mataqueescuintla si se puso más alerta en esto porque ya se sabe que ya ellos [los mineros]
ya vienen por debajo ya. Porque allí sí que no sabe uno ni para donde van ellos, porque
ellos hicieron la entrada pero van por debajo y no sabe uno para donde van, como ellos van
buscando los minerales más grandes que necesitan”(MAT-11).
Los pobladores de la región que se está tratando en esta investigación se vieron confrontados por
personas e instituciones que les imputaron el “no ser xinkas”. Estos pobladores se avocaron al
COPXIG para que les ayudara a entender cómo definir su identidad en relación al territorio. Un
líder xinka originario de Chiquimulilla perteneciente al Consejo explica su experiencia:
…El tema de la identidad, no se puede ver de manera suelto o desvinculado de toda esa
parte técnica, política, sino también verlo desde la parte territorial y la parte de la identidad.
Por ejemplo en algunas comunidades dicen:_ ‘mire aquí nos están jodiendo porque dicen
que no somos xinkas’. Entonces, nos pidieron a nosotros como Concejo de Pueblo Xinka,
_‘miren ayúdennos a entender esta realidad; aquí hay algo que está fallando, y
efectivamente…’, dijeron, ‘nosotros lo que queremos saber es cuáles son los indicadores
de la identidad xinka que están aquí´. Entonces ya entra la parte del idioma, los nombres
de los ríos, los volcanes, los cerros, las plantas, las aves. Entonces resulta que se
reencuentran con su cultura, se reencuentran con su identidad, articulan muchas de sus
prácticas con el entorno comunitario, y entonces ahí surge esta otra parte de resistencia, es
una manera de decir: ‘eso que me está haciendo daño, eso que me voy a comer, no lo quiero
porque viene del daño que le están haciendo a la tierra. Hay algunas comunidades que se
resisten en esa dimensión.
A raíz de ese enfoque que resulta en esas comunidades, los empresarios se preocupan,
entonces dicen:_’muchá, si nosotros antes no teníamos preocupaciones, porque aquí todos
visten como ladinos, hablan como ladinos’ Entonces el tema de la identidad no era un
problema, además no nos podían vincular en el tema de la consulta en el 169 ´¿verdad?,
porque aquí no es un territorio indígena’, pero ahora resulta que sí, entonces de ahí hay una
serie de especulaciones pero con cosas reales. Nosotros (COPXIG) hicimos un recorrido
con el Ministerio de Educación a ver las pinturas que están alrededor de la laguna de Ayarza
y una de ellas severamente dañada intencionalmente que según las personas que viven ahí
145
verdad, fue gente enviada por la empresa, para destruir todos los indicadores culturales que
vinculen a esa área con la cultura xinka (GUA-4).
Son muchos los pobladores que indica que ya comienzan a verse los efectos negativos de
la minera porque ésta demolió un cerro y al hacer esto le cambio el curso natural a las aguas, las
cuales vienen con arena. A raíz de esto, algunos campesinos dicen que se han secado sus cosechas
de tomate y chile pimiento. Antes la gente vendía el tomate a 200 la caja, 150 ó 100 como mínimo,
pero ahora se bajó hasta 30. Además en el mercado se dice que si el tomate procede de San Rafael
Las Flores, no lo compran
El otro impacto social es el temor y la intimidación. Las personas de San Rafael dicen que
no se puede hablar “porque hablar mal de la mina es hablar mal del gobierno”. Ahora “no se puede
dormir” por los ruidos de los camiones y maquinaria que trabaja 24 horas, luego de que viene gente
extraña “que uno no sabe ni quien es”.
La desconfianza entre vecinos y hacia los visitantes parece ser el principal legado de la
minería. Lo experimentamos a lo largo de la presente investigación: en una comunidad de Xalapán
se pidió –aunque de manera amigable- a las investigadoras que se presentaran con su nombre y
ambos apellidos y que explicaran la procedencia de dichos apellidos y contaran la historia de sus
respectivos abuelos. Puede interpretarse esto como una actitud de curiosidad sobre las
146
investigadoras pero también como una manera de asegurarse de que no hay vínculos familiares o
de trabajo con los canadienses. También es una sensación o hecho reportado por otros. Por ejemplo
Hernández indica: “San Rafael Las Flores se ha vuelto un extraño lugar donde todos parecen
precavidos. Desconfían. Desde mayo de 2013, luego de que en ese municipio de Santa Rosa se
decretara un Estado de Sitio, las cosas son así. En las calles, en los parques, en las pequeñas tiendas
de esquina, la gente observa con detenimiento a todo el que pasa frente a sus ojos. La alerta es
espontánea. Los extraños no suelen pasar desapercibidos” (Hernández, 2014).
Lo que pasa es que si hay un poco de represalias hacia el alcalde, o sea el gobierno central
pues obviamente, con decirle el estado de sitio que nos pusieron, fue algo así como un
golpe bien fuerte para el pueblo, o sea lejos de la gente estar contenta, la gente está así
como a la defensiva, esta así como, en las comunidades por ejemplo, no es tan fácil llegar
así como vienen ustedes.” (…) “porque le dicen ¿y usted de dónde viene?, porque dicen
son mineros, la gente tiene esa idea así verdad, dicen identifíquese, ¿de dónde vienen?”
“La gente antes llegaba uno, y pase siéntese y todo pero hoy si, antes de darle la entrada a
la casa a cualquiera, tal vez vienen qué le digo del MAGA, pero si no le ven algo, entonces
dicen ellos ‘ah estos son mineros’, y hasta peligroso para los que vienen porque imagínese
que se les arma ahí un… (MAT-12).
Sobre los extremos de la desconfianza, varios entrevistados mencionaron el caso de una joven
canadiense, quien fue desnudada y vapuleada (MAT- 12, JAL-1, JAL-2). La joven de 24 años de
edad fue retenida por varias horas en la montaña de Santa María Xalapán y según los medios de
comunicación “la turba pretendía ahorcarla, ya que tenía una soga en el cuello” porque se presumía
que era trabajadora de la mina (Oliva, 2014, p. 10).
Por otro lado, algunos entrevistados de Mataquescuintla se autoperciben como gente unida contra
la minería, a diferencia de la de San Rafael:
Aquí en el municipio, (…) la gente está clara en que no quiere minas, o sea aquí no pasa,
porque en San Rafael, qué le digo, la mitad de la población está dividida, la mitad dice si,
la mitad dice no. Entonces dentro de ellos si hay un conflicto ahí, interno. Ahí con ellos si
se da (división), aquí, gracias a dios todos dicen no, no.” (MAT 12).
Otros coliseños, hilaron más fino y dijeron que también ha habido división entre ellos, en los
momentos más álgidos. Hubo problemas entre vecinos en Mataquescuintla, los comerciantes que
abrieron sus tiendas eran criticados, todos tenían que cerrar. Si abrían el negocio, les decían que
147
apoyaban a la minera, y tenían pérdidas. De hecho, es interesante señalar que cuando se intentaba
abordar el tema de la minería con vecinos de San Rafael o de Mataquescuintla, las personas
aceptaban hablar del tema pero bajaban la voz para que no les escuchan quienes se encontraban
cerca (MAT-14). Más de alguno indicó que fue muy importante la defensa territorial pero que
ciertas personas organizadas se volvieron violentas. Para algunas personas de San Rafael, ellos se
consideran a sí mismos como pacíficos, y ven que el problema surge cuando llegan los de Xalapan.
Figura 45. Estudiantes que participaron en el taller de jóvenes de Mataquescuintla exponen sobre la protección a la
naturaleza. Foto Gretel Galindo, 2015.
148
12. Conclusiones
→El Mataquescuintla colonial fue entonces un pueblo indígena. Los documentos de archivo muy
rara vez mencionan el grupo lingüístico al que pertenecían sus habitantes. Sin embargo, en una
visita pastoral se dice que se hablaba el ch’orti’, pero en este trabajo se lanza la propuesta de que
el pueblo está inmerso en la región xinka y vecino a la poqomam, por lo cual ulteriores
investigaciones históricas deberían contribuir a profundizar este tema. En el siglo XIX y dadas
las contiendas políticas entre liberales y conservadores, muchos ladinos llegaron a este pueblo y
áreas circunvecinas. A los milicianos (varios de origen español y ladinos) que lucharon con el
caudillo Rafael Carrera pero también que más tarde lo hicieron al lado de Justo Rufino Barrios,
se les entregaron tierras en lo que hoy son los departamentos de Jalapa y Santa Rosa. Las parcelas
fueron dadas en compensación por la participación de los ladinos en las batallas. De allí en adelante
estas personas se quedaron a residir en la región y, seguramente, muchos se mezclaron con la
población indígena local formando un mestizaje. Es debido a este importantísimo factor que
actualmente hay muy poca memoria a nivel local sobre los orígenes indígenas del pueblo. Es más,
el mismo ha sido clasificado como villa de ladinos. Se pudo observar que la mayoría de personas
entrevistadas en los cascos urbanos de Mataquescuintla y San Rafael Las Flores se autoperciben
como ladinos o mestizos, predominando el primer término.
149
En tal sentido, fue muy importante haber visitado las comunidades de Sampaquisoy de San
Antonio Las Flores (municipio de Mataquescuintla) porque se trata de dos aldeas (antes fueron
haciendas) que tienen tierra comunal que fue entregada a sus antepasados ladinos milicianos. Es
decir, no basta con decir que en Mataquescuintla ya nadie se identifica como indígena, ni como
xinka. Lo importante es comprender los intrincados procesos histórico culturales por los cuales ha
ocurrido este fenómeno.
En lo referente a los marcadores objetivos de la identidad xinka se observó lo siguiente:
→ El hecho de que el idioma xinka no sea hablado cotidianamente por la mayoría de los habitantes
de las localidades o municipios estudiados, no implica que estas personas dejen de sentirse
pertenecientes a tal grupo ni que carezcan del derecho de autonombrarse (o auto adscribirse) de
esta manera. El hecho de que el idioma no se hable cotidianamente no implica que el mismo no
esté bien documentado desde la historia y desde la lingüística. Sin embargo, los residentes en los
pueblos visitados consideran que es una desventaja frente a otros grupos mayas del país, el hecho
de no comunicarse en el idioma.
→El idioma, la música, las artesanías y los “documentos antiguos” son los cuatro aspectos que
los jóvenes participantes en los talleres señalaron como lo más importante a conocer y rescatar.
Ellos y ellas se ven a sí mismos como parte de un grupo que ha ido perdiendo ciertos elementos
culturales, por eso indican que “es importante recuperar lo que hemos perdido” pero eso que está
perdido, no siempre está claro para todos. Los marcadores étnicos que mencionan, como en
proceso de pérdida o transformación, son fundamentalmente, el traje, el idioma, ciertas comidas
y sobre todo, valores, y las actitudes de respeto hacia los mayores.
negativo, que daña la cultura y la salud. La idealización de la cultura del pasado obedece a la
necesidad de pervivir de manera étnicamente diferenciada. Se alude siempre al pasado porque es
importante encontrar un origen común que, políticamente, posicione a los xinkas en el presente.
Esta politización de la identidad no necesariamente es un proceso consciente pero si obedece a
nuevas construcciones culturales e imaginarios.
→También es importante indicar que algunos marcadores objetivos de la identidad, como las
artes60, han dejado de usarse por varios motivos: la discriminación en el caso del vestido femenino
y masculino; la incursión de objetos industriales y debido también a las mismas condiciones de
pobreza regional que imposibilitan la reproducción y uso cultural de sus propias manufacturas, por
ejemplo usar vestidos que requieren de muchas yardas de tela.
→En cuanto a los marcadores subjetivos de la identidad étnica, en donde cabe la autopercepción
étnica, se observó que las comunidades que se califican a sí mismas como indígenas y como xinkas
(indistintamente) son fundamentalmente las de Santa María Xalapán y Jumaytepeque. En Cuilapa
y San Juan Tecuaco las personas se autoidentificaron como xinkas pero reconocieron que la
mayoría de personas, en esos municipios, se define como mestiza. Existen procesos importantes
en ambos lugares para recuperar su identidad.
→En cambio, en San Rafael Las Flores y Mataquescuintla, fundamentalmente los cascos urbanos
y en las aldeas Sampaquispoy y San Antonio Las Flores, la mayoría se identificó como ladinos,
algunos como mestizos, salvo pocas excepciones. No existen localmente iniciativas de rescate
identitario en ambos municipios. En cambio, este tipo de procesos sí sucede en Xalapán
Chiquimulilla y Guazacapán. También se informó que en los municipios de Jutiapa como
Yupiltepeque y en la comunidad de San Cristóbal Jutiapa hay iniciativas de rescate cultural xinka.
60
Los adultos indicaron que varios oficios artesanales y las artes mismas se han perdido por la influencia de materiales
y utensilios modernos, pero también porque se han privatizados los terrenos en donde las mujeres extraían el barro.
Asimismo porque se ha dejado de sembrar la materia prima para hacer otras artes, como la jarcia; se privilegia el uso
del suelo para cultivos más rentables.
151
→Tanto los jóvenes como los adultos de Mataquescuintla manifestaron mucho interés por conocer
más sobre sus orígenes históricos incluyendo la historia cultural del pueblo xinka.
→Los jóvenes y los adultos de Mataquecuintla coinciden en que para ellos “los indígenas” son
estereotípicamente quienes venden verdura y enseres en el mercado. Observan a los “xinkas”
como algo interesante, que debe estudiarse, pero que lo ubican en el pasado.
→Los adultos y los jóvenes de Santa María Xalapán coinciden en su interés por el rescate de la
cultura xinka en muchos aspectos, no obstante los jóvenes no tienen interés por las prácticas
culturales que de alguna manera los hagan lucir fuera de moda, por ejemplo, vestir a la antigua
usanza. La juventud observa la música tradicional con curiosidad pero tiene preferencias por los
ritmos modernos.
→Hay elementos de la cosmovisión y la oralidad que son compartidos entre los adultos y que
aparecen con mucho menos frecuencia entre los jóvenes de Xalapán, por ejemplo, prácticas
agrícolas en donde se observan las fases de la luna, narrativas sobre los seres sobrenaturales que
cuidan los bosques y las montañas.
→Desde la perspectiva de género, las mujeres de una organización de Xalapán, observan que la
cultura y la defensa del territorio tiene que relacionarse con frenar la violencia contra la mujer,
pues el cuerpo de esta es como el territorio: no debe ser agredido sino respetado.
→El hecho de auto adscribirse como xinkas es un proceso más reciente que opera como una forma
de reconocimiento cultural y político, como una manera de dignificar a los ancestros y a los sujetos
sociales mismos.
152
→A pesar de que existen elementos culturales que son importantes todavía para la gente, en
términos generales la identidad xinka se expresa por medio de recursos que son más subjetivos
que objetivos, (memoria, conciencia de tener antepasados indígenas, cosmovisión, espiritualidad,
conocimiento local, oralidad (narrativas), formas propias de organización y gestión territorial; no
olvidando que la identidad también obedece a procesos marcados por la alteridad, es decir, en
relación al otro u otros.
→El proceso de toma de conciencia étnica- cultural se inició con la búsqueda de las raíces
históricas, la recuperación y el rescate del idioma, la indagación de la antigua espiritualidad, la
oralidad y las costumbres. En este aspecto el COPXIG ha tenido, sin lugar a dudas, un
protagonismo a nivel regional. De alguna manera en sus inicios ocurrió un movimiento
culturalista, de esencialización de la identidad xinka, pues a ésta se la concebía relacionada al
idioma materno, al uso de un vestuario que se recrea y reinventa, la búsqueda de artefactos
tradicionales, recetario de cocina (o gastronomía local), resucitación de danzas ya poco
practicadas, etc. En algún sentido, el llamado “rescate de la identidad xinka” reprodujo ideas de
la cultura autocontenida o esencial, como folklore
→Aunque todos estos procesos de rescate culturalista continúan con muy poco apoyo financiero,
hoy por hoy, los indígenas y mestizos de la región han iniciado una serie de actividades (protestas,
marchas, mensajes en “blogs”, etc) para denunciar las operaciones extractivistas. Esto se ha
convertido en su prioridad actual. Sus mecanismos de lucha se han visto fortalecidos con la idea
de que las actividades extractivas no solo afectan al medio ambiente, sino además la misma
existencia y sobrevivencia del pueblo xinka. Las protestas implican un proceso de lucha por
mantener formas propias de gestión del territorio y de autogobierno. Si bien esta situación no es,
en lo absoluto, nueva ni exclusiva de la región xinka -pues se trata de procesos que han venido
ocurriendo entre la población maya del occidente del país-, lo que sí es interesante es que tales
acciones político-culturales permiten visibilizar a una población indígena empobrecida y poco
conocida, como lo es la xinka. Es más, les permite posicionarse como un pueblo que existe y se
recrea frente a los discursos de la academia y de la prensa que les han observado con suspicacia y
hasta con duda.
153
Existen diferencias socioculturales regionales entre los pueblos xinkas de la bocacosta de Santa
Rosa, la planicie jutiapaneca y las altas montañas de Alzatate, Mataquescuintla y Jalapa. Pero
actualmente, lo que los unifica es la lucha por el territorio y contra la extracción. Los eventos
contra la minera, aglutinan a los pobladores y trascienden fronteras municipales y departamentales
→ En cuanto a las fortalezas que tienen las organizaciones xinkas para hacer valer sus
demandas referentes a las distintas actividades que generan conflictividad social en la región,
principalmente en torno a la actividad minera se observó que aquellas han hecho uso de varios
mecanismos y estrategias, a saber: instrumentos mediáticos (medios de comunicación escrita,
canales de cable local, blogs, páginas web); legales (recurrir a las consultas municipales y al
amparo de la Constitución Política, el Convenio 169 de la OIT y otros), para lo cual hay algunos
líderes formándose en la carrera de Derecho Otros mecanismos importantes han sido: la
articulación entre distintos actores políticos en la región (organizaciones ambientalistas, Comité
de medio ambiente de la iglesia Católica (CODIDENA) y el Parlamento Xinka. Asimismo, la
constitución de comités de resistencia permanente es la principal forma de seguimiento que tienen
las comunidades para mantenerse unidas y alerta frente a posibles nuevas incursiones
extractivistas.
A partir del 2011 cuando comienzan a realizarse las consultas municipales, se presenta una mayor
articulación entre las comunidades indígenas con el Parlamento Xinka. Asimismo, éste tiene
vinculación con el Consejo de Comunidades Ancestrales Mayas, Grífunas y xinkas de Guatemala
o el Gran Consejo; y ese relacionamiento es eficaz para el intercambio de experiencias entre
indígenas de diferentes pueblos y departamentos del país.
→En cuanto a las debilidades que presentan las organizaciones xinkas para hacer valer sus
demandas de defensa territorial y enfrentar a la compañía minera se puede mencionar que no
todas las organizaciones xinkas post-acuerdos de paz trabajan articuladamente: el Parlamento
Xinka, el Consejo del Pueblo Xinka y la Asociación de Mujeres Xinkas, por citar apenas tres de
las más sonadas, no realizan actualmente acciones conjuntas. Es más no tienen espacios de
154
confluencia ni en el rescate cultural ni en las acciones de defensa del territorio. Salvo momentos
ocurridos entre el 2009 y el 2012 en donde se unieron para algunas acciones, actualmente cada
organización trabaja por su lado, aunque si tienen claro que la resistencia anti minera debe
mantenerse; en lo que se diferencian es en su manera de trabajar y en los énfasis internos que
tiene cada agrupación De alguna manera, hay luchas por protagonismos, por recursos de la
cooperación internacional y choques que tienen que ver con posturas ideológicas, con el rechazo
o aceptación a trabajar junto a algún ministerio del gobierno, así como tensiones de género.
Desde la perspectiva de las mujeres, impera el machismo y las actitudes patriarcales de la
mayoría de organizaciones lideradas por hombres.
También se identificó una pugna interna entre algunas organizaciones xinkas (por ejemplo
Jumaytepeque, Chiquimulilla) por protagonizar quién es la que tiene más conocimientos profundos
sobre la cultura, cosmovisión y espiritualidad xinkas. A raíz de esto, se dan actitudes de recelo y
reserva para compartir conocimientos entre los mismos grupos xinkas, y ya no digamos con los
foráneos a la zona. Esta actitud opera de manera inversa al rescate e implementación de la cultura
xinka. También esta reserva se incrementa a raíz de la llegada de la actividad minera porque se
piensa que tales conocimientos espirituales (cuasi esotéricos) llegarán a los dueños de las empresas
quienes podrían manipularlos para hallar más fuentes de riqueza mineral.
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naturales.php#.VdytBiV_NHw
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de: http://hablaguate.com/articles/13569-disputa-minera-militariza-region-en-san-rafael-las-flores
Documentos de archivo61
AHAG-1-Averiguación contra Manuela Chinga, natural del pueblo de Guazacapán, acusada de brujería. Santa
Cruz Chiquimulilla, 1713. Expediente suelto ubicado en una caja titulada “Hechicerías y brujerías”.
Archivo Histórico del Arzobispado de Guatemala, Ciudad de Guatemala.
AHAG-2-Libros de la Vicaría de Chiquimulilla y de la Vicaría de Mita, años 1720 a 1802. Fondo Diocesano.
Vicaría de Mita y Vicaría de Chiquimulilla. Archivo Histórico del Arzobispado de Guatemala . Ciudad de
Guatemala.
AHAG-3. Patentes de Religiosos de 1647 a 1792. Arquidiócesis de Santiago de Guatemala. Libro de “Provisiones
de Curatos.” Varios lugares. 1659 a 1660. Exp. 11. Archivo Histórico del Arzobispado de Guatemala.
Ciudad de Guatemala.
Listado de libros no clasificados en la Casa Parroquial de Mataquescuintla, Jalapa
(de acuerdo al título original que tiene cada libro)
1. Libro en que se asienta las Partidas de Bautismos de los Feligreses del Pueblo de Santiago
Mataquescuintla, el qual comenzò el dia cinco de Septiembre del año de 1772 siendo cura de este
Partido el Br. Dn. Manuel Josep de Pineda.
2. Copia del auto Gral. De Visita, q hizo el Ilmo Sor. Arzobispo de la ciudad de Guathemala como
consta desde su original, puesto en el Libro de Bautismos de la Parrochia de los Esclavos, y es a la
manera siguiente.
61
Los libros del AHAG no están foliados.
163
4. Libro de Casamientos de este Pueblo de Santiago Mataquescuintla que comenzó el año de 1794.
comprado a expensas del actual cura Don. C. Serapio Figueroa. 1794.
14. Anexos
Anexo 14.1. Comisiones efectuadas de marzo a junio de 2015
Introducción: Buenos días, mi nombre es ______ y estoy realizando una entrevista para un estudio sobre
Identidad, historia y situación social del Pueblo Xinka para el Instituto de Estudios Étnicos (IDEI) y la
Dirección General de Investigación (DIGI) de Universidad de San Carlos de Guatemala. Se le agradece de
antemano toda la colaboración que Ud. pueda prestarnos. Nuestra finalidad es estrictamente académica y
sin ánimo de lucro. Los resultados serán dados a conocer en el segundo semestre de este año (noviembre).
Su nombre permanecerá en el anonimato si Ud. así lo desea, respetaremos su privacidad. Gracias.
Datos generales:
Identidad
11. Algunas personas se identifican como indígenas, otras como ladinas, mestizas, etc, en su (tu) caso,
¿cómo se identifica?
12. ¿Por qué se identifica Ud. de esa manera?
13. Según su opinión, ¿Quiénes son los xinkas?
14. ¿Me podría contar algo de la historia de los xinkas?
15. ¿Y para Ud. cuáles son las características de los xinkas?
16. Y cuales serían las características de los ladinos, mestizos, pardos y poqomames en este lugar_?
Organización:
17. ¿En su comunidad se cuenta con una junta directiva o comunal? (para el manejo de las tierras
comunales u otros asuntos de interés de la comunidad)
18. ¿A qué organización (asociación, cooperativa u ONG) pertenece usted actualmente y desde
cuándo?
19. ¿Qué posición o cargo ocupa Usted en esta organización y cuáles son sus atribuciones?
20. ¿Me podría contar algo sobre la historia de esta organización y acerca de sus fines u objetivos?
21. ¿Me podría contar que logros o éxitos ha tenido su organización?
22. ¿Me podría contar si su organización tiene entre sus fines el rescate de la cultura xinka o de la
poqomam, así como de la defensa del territorio y de qué manera lo hace?
Introducción: Buenos días, mi nombre es ______ y estoy realizando una entrevista para un estudio sobre
Identidad, historia y situación social del Pueblo Xinka para el Instituto de Estudios Étnicos (IDEI) y la
Dirección General de Investigación (DIGI) de Universidad de San Carlos de Guatemala. Se le agradece de
antemano toda la colaboración que Ud. pueda prestarnos. Nuestra finalidad es estrictamente académica y
sin ánimo de lucro. Los resultados serán a conocer en el segundo semestre de este año (noviembre). Su
nombre permanecerá en el anonimato si Ud. así lo desea, respetaremos su privacidad. Gracias
Datos generales:
La historia familiar
9. Hoy en día, ¿con quién vive (s)? o ¿quienes viven en esta casa?,
10. ¿Le ha tocado salir a vivir a otros lugares? ¿A dónde y por qué?
Educación / Trabajo
Identidad
14. Algunas personas se identifican como indígenas, otras como ladinas, mestizas, etc, en su (tu) caso,
¿cómo se identifica?
15. ¿Por qué se identifica Ud. de esa manera?
168
Organización
Aspectos socioeconómicos:
(Los temas a tratar con los y las jóvenes y con los adultos son los mismos, ya que se persigue comparar las
respuestas).
Instrucciones:
Antes de comenzar el taller, se les pedirá a los participantes que llenen una hoja de registro. Dicha hoja
contiene los datos generales de las personas, a saber
Temas a tratar:
A: Identidad
62
Aquí se esperaría que los informantes se refieran a aspectos objetivos y subjetivos de la identidad, pero no se va
a incidir o influenciar su respuesta.
63
La pregunta busca indagar la concepción de la persona sobre la cosmovisión y el territorio. Asimismo, nos
permitirá identificar si la persona es buena narradora de historias. En caso positivo se le pedirá que en esa
oportunidad o en siguientes visitas narre otras experiencias (narrativa oral).
64
Con esta pregunta se busca indagar acerca de las relaciones interétnicas, así como sobre la percepción de la
identidad en una relación de alteridad (o relación con el “otro”).
65
Con esta pregunta se persigue que la persona priorice los problemas que él o ella siente que son los más
importantes. esto permitirá observar qué lugar ocupa la actividad minera o si no forma parte de sus preocupaciones.
169
1. Las características del pueblo xinka: se dejará que los participantes –a modo de lluvia de ideas- den
las pautas
2. La forma de vida de los xinkas: las experiencias del pueblo xinka, las actividades de subsistencia;
el trabajo local y la migración hacia otros lugares.
3. El conocimiento local: lo que saben los xinkas sobre la agricultura, las fases lunares, el manejo de
los recursos naturales, la tecnología para la elaboración de artefactos (alfarería, jarcia, madera, etc).
4. Formas de expresión xinkas: el idioma, maneras del habla, razones de la pérdida del idioma; otras
expresiones externas: vestuario, vivienda, etc.
5. Expresiones espirituales y cosmovisión
6. Normas y valores del pueblo xinka.
7. Otros temas.
B: Territorio y conflictividad.
1. Formas en que el pueblo xinka se ha organizado para administrar el territorio y sus recursos naturales
respectivos.
2. Percepciones sobre los problemas sociales y ambientales actuales en relación al territorio (tierras
comunales, bosques, fuentes de agua, extracciones de minerales o minería, etc).
3. Generación del árbol de problemas: causas y consecuencias.
4. Identificación de actores locales y externos: sus respectivos intereses y discursos.
5. Opiniones sobre las vías de solución de los problemas detectados (árbol de soluciones).
“Alcaldía Indígena de San Agraria, étnica y Presidente y San Juan Tecuaco, Santa Rosa
Juan Tecuaco” política vicepresidenta
Parlamento Xinka Política, agraria y de 1 representante Barrio La Llave, Cuilapa, Santa
reivindicación Rosa
étnica
Asociaciones de Mujeres Indígenas
66
Esta asociación se fundó hace dos años y recibe el apoyo de la cooperativa El Recuerdo y de la municipalidad
de San Juan Tecuaco.
171
Nombre Firma
Claudia de los Angeles Dary Fuentes