Las Siete Dispensaciones en La Biblia

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LAS SIETE DISPENSACIONES EN LA BIBLIA (UN ESTUDIO BÍBLICO)

1ª La Inocencia: 

Dios creo al hombre y la mujer en inocencia y les previno de las consecuencias del pecado y la
desobediencia, los puso en un lugar perfecto donde tenían asegurada una vida de felicidad, y
compañerismo con Dios, solamente una cosa no podían hacer comer del árbol plantado en medio
del huerto; la palabra de Dios fue que el día que comieran de ese árbol morirían, la astucia de la
serpiente cambio las palabras de Dios y Eva decidió probar ese fruto prohibido con las
consecuencias que Dios ya había predicho. Con la desobediencia llego el temor, la muerte física y
espiritual también la maldición a toda la humanidad, ya la tierra. Dios mostró su gran misericordia
al cubrir la vergüenza de la desnudes de ellos con pieles cobertura de sacrificio y dar la esperanza
de salvación de la simiente de la mujer. La dispensación de la inocencia termina con la expulsión
del paraíso.

2ª La Conciencia: 

Adán y Eva vieron las consecuencias de su pecado en sus primeros hijos Caín y Abel los
representantes de las simientes opuestas, el bien y el mal. Cuando ofreció Abel un sacrificio que
agrado a Dios, Caín en su celo lo mato y la descendencia mala de Caín lleno la tierra; Dios dio otro
hijo a Adán y Eva para renovar la simiente justa, se llamó Seto Ya Set también le nació un hijo, que
llamo Enos, entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová. Pero la maldad ya
había corrompido toda la tierra y Dios decidió destruir el mundo con un diluvio, preservando la
simiente justa por medio de Noé y su familia al que mando construir un arca, Noé llamo a los
hombres al arrepentimiento, pero no tuvo respuesta. La dispensación de la conciencia termina con
el Diluvio.

3ª Gobierno Humano: 

Lo primero que hizo Noé al salir del arca, fue ofrecer holocausto a Jehová, y agrado esto a Dios, y el
hizo un pacto con Noé que ningún otro diluvio inundaría la tierra para destruirla, y que todas las
cosas estarían sujetas a Noé como al principio con Adán. La raza humana tuvo un nuevo comienzo,
siendo el hombre responsable de gobernar el mundo para Dios, los hijos de Noé fueron Sem, Cam y
Jafet de los que fue llena toda la tierra. Nuevamente la naturaleza de pecado se manifestó y
desafiaron la voluntad de Dios, conspirando para edificar una ciudad y una gran torre, desafiando
a Dios. Dios confundió las lenguas de los edificadores de la torre de Babel. Así termino la tercera
dispensación con la dispersión de las razas.

4ª La Promesa: 

Los hombres progresaron y fundaron grandes Imperios, también la idolatría se esparció sobre la
tierra, abandonaron la adoración del verdadero Dios Por esta razón Dios separo nuevamente una
familia para que por medio de ella se pudiera rescatar la adoración al verdadero Dios. El escogido
fue Abram, Dios le dijo que dejara su país y sus parientes; Dios estaba preparando el mundo para
el redentor prometido de la simiente de la mujer, el mandato fue acompañado de una promesa y
un pacto. En el serian benditas todas las Naciones de la tierra y su descendencia seria numerosa
como la arena del mar. Isaac fue el hijo de la promesa y Dios renovó el pacto con el, siguió su pacto
con Jacob al que cambio el nombre por Israel/Príncipe con Dios'. Dios le dio doce hijos, José su
favorito fue vendido por sus hermanos y llevado a Egipto, allá Dios lo bendijo y lo prospero. Anos
mas tarde una gran hambre obligo a Jacob con toda su familia a viajar para establecerse en
Egipto, se multiplicaron de tal manera que, a la muerte de José, los egipcios les temieron los
empezaron a oprimir y a matar a los niños, así nació Moisés llamado así por la hija de Faraón que
lo rescato y lo crío como su hijo. Dios rescato a su pueblo de esa esclavitud por medio de Moisés.
En la noche de su liberación Dios instituyo la Pascua. Así termino la cuarta dispensación.

5ª La Ley:   

En el tercer mes de su salida de Egipto, acamparon en el Sinaí durante un año, aquí Dios les dio los
diez mandamientos y las instrucciones para la construcción del tabernáculo. Se organizaron, se
contaron y mandaron doce hombres para investigar la tierra prometida, al regresar dos dijeron lo
bueno y los diez desanimaron a la gente, por lo que Dios se enojó por su incredulidad y los castigo
por cuarenta años en el desierto. Josué fue el sucesor de Moisés, los llevo a la conquista. Después
de su muerte el pueblo se apartó de Dios, y estaban a merced de sus opresores entonces Dios
escogía a algún hombre de las tribus para gobernar, los jueces de Israel. El pueblo se cansó de este
gobierno y pidió un rey ... Saúl fue escogido como primer rey de Israel, David el segundo reinaron
cuarenta años cada uno, Salomón hijo de David fue el más grande de todos. En el reinado de
Roboam hijo de Salomón las tribus se dividieron, el Reino de Judá dos tribus, el Reino de Israel diez
tribus; en sus primeros años Judá se distinguió por seguir a Jehová, aunque al fin (Judá también
hizo lo malo' Israel por su parte estuvo gobernado por reyes idolatras que arrastraron al pueblo
para hacer lo malo, y las consecuencias para los dos fueron ser llevados cautivos lejos de la tierra
de su heredad. Los judíos sufrieron terriblemente por muchos años antes que volviera el primer
remanente a Jerusalén, y el templo fuera reconstruido. Estaban bajo el dominio Romano cuando
nació el Mesías prometido por Dios desde el jardín del Edén y profetizado por siglos antes.
Jesucristo nació en una familia humilde y al cumplir los treinta años conforme a las tradiciones
judías comenzó su ministerio instruyendo doce hombres que el escogió para proclamar las buenas
nuevas de salvación. Cumplió todo lo que la escritura decía de él sufrió la peor muerte por amor a
los hombres, para darnos la oportunidad que ahora tenemos, resucito al tercer día y subió
nuevamente al cielo de donde volverá. Termina la quinta dispensación.

6ª La Gracia:   

Esta dispensación comienza con el descenso de Espíritu Santo el día de pentecostés, y todos los
creyentes nacidos de nuevo somos morada de él. Y así seremos arrebatados para estar con nuestro
Señor por siempre. Cuando venga el tiempo de la gran tribulación la Iglesia (novia de Cristo ya no
estará aquí. Se manifestará el hombre de pecado la bestia y su falso profeta y engañara a los
pueblos para que peleen contra Dios, pero serán vencidos. La segunda venida de Cristo será
entonces y lo verán todos los que no creyeron en el su nombre es Rey de Reyes y Señor de Señores.
El anticristo será destruido y Satanás atado por mil años, las Naciones serán juzgadas y Dios va a
separar a los que son de el porque los compro con su sangre. Termina la dispensación de la gracia.

7ª El Reino: 
  El milenio es el reinado de Cristo por fin el verdadero Dios de este mundo ha tomado su lugar, la
simiente de la mujer aplasto la cabeza de la serpiente como dijo Jehová en el paraíso. Al final de
los mil años Satanás será soltado de su prisión solamente para ser vencido para siempre y lanzado
aliaga de fuego preparado para él. Se llevará a cabo el juicio del gran trono Blanco y todo el que no
se halle inscrito en el libro de la vida será lanzado aliaga de fuego y sufrirá la muerte segunda.
Después veremos el cielo nuevo y la tierra nueva. la nueva Jerusalén preparada para recibir los
redimidos de Cristo. Ven pronto Señor Jesús.

El Pacto de Dios (la verdad de Dios)


¡Un pacto! Cuán solemne impresión trae esta idea a la mente, una mezcla de responsabilidades y
compromisos que se hacen ineludibles en el círculo cerrado de las partes contrayentes. Tal vez,
hasta recordamos aquella escena de personajes literarios, que tanto niños como adolescentes
imitan, donde dos amigos cortan en sus dedos y los juntan mezclando la sangre como una garantía
de su indisoluble acuerdo.

En las Sagradas Escrituras el término “pacto” se traduce del hebreo “berith” y del griego
“diatheke”, para designar un contrato entre hombres o entre Dios y los hombres. Aquellos pactos
antiguos solían ser de dos clases:

1. Entre iguales: Existía un acuerdo mutuo entre las partes involucradas en cuanto a
condiciones, privilegios y responsabilidades.

2. Entre un señor y un vasallo: El señor especificaba las condiciones, privilegios y


responsabilidades de las partes, y el vasallo se sometía a las condiciones impuestas.

A través de la Biblia el término pacto describe, generalmente, la relación entre Dios e Israel; era un
típico pacto como el segundo descrito anteriormente. Por su parte, Dios prometía bendecir a su
pueblo, darle la tierra de Canaán, revelarle su voluntad, enviarle el Mesías y usar a la nación como
instrumento escogido de salvación. Del otro lado, el pueblo debía obedecer implícitamente y
cooperar con los requerimientos divinos. 1

Cronología del Pacto

Al hacer un sondeo histórico apreciamos momentos especiales que nos dan una visión
comprensible de este contrato divino-humano: El Pacto de la Gracia.

El Pacto antes de la creación

El plan de nuestra redención no fue una reflexión ulterior, formulada después de la caída. Fue una
revelación “del misterio que por tiempos eternos fue guardado en silencio” (Romanos 16:25). Fue
una manifestación de los principios que desde edades eternas habían sido el fundamento del
trono de Dios. Desde el principio Dios y Cristo sabían de la apostasía de Satanás y de la caída del
hombre seducido por el apóstata. Dios no ordenó que el pecado existiese, sino que previó su
existencia, e hizo provisión para hacer frente a la terrible emergencia. Tan grande fue su amor por
el mundo que se comprometió a dar a su Hijo Unigénito “para que todo aquél que en él cree, no se
pierda, más tenga vida eterna”. 2 El Pacto de la Gracia no se desarrolló después de la caída; aún
antes de la creación en los miembros de la deidad había pacto entre ellos que rescatarían la raza
humana si caía en pecado. Pablo se lo hace ver a Timoteo al decirle: “... la gracia que nos fue dada
en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos...” (2 Timoteo 1: 9). Jesús sería el fiador y
ejecutor de ese pacto (Hebreos 7: 22); 3 Pedro lo destaca diciendo: “... ya destinado (Cristo) desde
antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de
vosotros...” (1 Pedro 1: 20). Con este pacto se demuestra el infinito amor que Dios siente por la
humanidad.4

El Pacto en el momento de la caída

Dios le impartió esperanza a la pareja antes que cualquier castigo al decirle a la serpiente: “Y
pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la
cabeza, y tú le herirás en el calcañar”. Así prometió que, por la intervención de su gracia, la
relación entre el hombre y Satanás quedaría quebrantada, y la senda se abriría para volver a lo
que había sido antes: perfecta relación entre el Creador y sus criaturas. 5

El Pacto en renovación

Tristemente la humanidad rechazó el Pacto de la Gracia tanto antes como después del diluvio
(Génesis 11: 1- 9),6 sólo Noé se hizo partícipe del mismo, y por él su familia (Génesis 9: 12, 15,
16).7 Luego, cuando Dios ofreció nuevamente el pacto lo hizo por medio de Abraham, y afirmó
otra vez la promesa de redención: “En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra,
por cuanto obedeciste a mi voz” (Génesis 22: 18; 12: 3; 18:18). 8 Esa promesa dirigía los
pensamientos hacia Cristo... confió en Cristo (Abraham) para obtener el perdón de sus
pecados.9 Llegó a ser efectivo para el patriarca y su descendencia. 10

El Pacto en el Sinaí

Se le conoce como el Antiguo Pacto o Viejo Pacto, y fue establecido entre Dios e Israel en el Sinaí.
Allí el Redentor de Israel le anunció al pueblo por medio de Moisés: “Ahora, pues, si diereis oído a
mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos...” (Éxodo
19:5). Aunque ya se había confirmado el Pacto Eterno con Abraham fue necesario este otro pacto
con Israel en el Sinaí; la nación había sufrido siglos de esclavitud y en Egipto estaba rodeada de un
ambiente saturado de idolatría y corrupción. Los israelitas habían perdido el conocimiento de Dios
y el sentido de su santidad, habían olvidado el espíritu del pacto hecho con Abraham; sus
corazones estaban llenos de pecado y debían sentir la necesidad de un Salvador. 11 La reacción del
pueblo fue de justificación, no por la fe, sino por obras; se creyeron suficientes para cumplir las
ordenanzas de Dios (Éxodo 19: 5-8; 24: 3-8). Pero semanas después vemos los sucesos del becerro
de oro al pie del monte; las promesas no valieron de nada. Aun así Dios permitió que siguieran
intentando guardar la ley para que se dieran cuenta de su incapacidad para hacer lo que se habían
creído capaz de hacer, y para orientar la confianza de la nación de sí mismos hacia Aquél que los
libertó de la esclavitud en la tierra de Egipto. 12

El Nuevo Pacto

Después de siglos de infidelidad a su compromiso de cooperar con Dios, el pueblo de Israel fue
liberado del pacto y se le dejó ir en cautiverio como señal de que sus provisiones ya no estaban en
vigencia (Jeremías 11: 1-16). 13 Pero aun antes del exilio Dios habían enviado mensajes proféticos
prometiendo que regresarían, y una oferta de restauración completa bajo un Nuevo Pacto. Bajo el
pacto nacional hecho en el Sinaí todo Israel falló miserablemente. Las diez tribus apostatas,
largamente distantes del santuario y de la teocracia, ya habían sido barridas. Ahora el remanente,
el reino de Judá, estaba siendo llevado al cautiverio, y la línea real de David perdería el trono hasta
que viniera el Mesías. En esta hora oscura Dios envió, por medio de Jeremías a Judá, y por Ezequiel
a los exiliados en Babilonia, mensajes similares de un Nuevo Pacto, un Pacto Eterno (Jeremías 31:
31-34; Ezequiel 37: 19-28).

El propósito de este pacto era capacitar para obedecer, pues el corazón humano es incapaz de
hacerlo por sí mismo. Este Nuevo Pacto no es más que la salvación por la gracia a través de la fe,
recibiendo al Espíritu Santo que nos capacita para andar en nueva vida. Es el Evangelio del Nuevo
Testamento en el corazón del Antiguo Testamento. 14

¿Por qué se le llama Nuevo Pacto, si era el mismo Pacto de la Gracia que había sido establecido
con los patriarcas? Tres razones nos ayudan a entenderlo:

1. Por la infidelidad de Israel el Pacto Eterno se había olvidado, y cuando Dios procuró
renovarlo parecía algo totalmente nuevo (Jeremías 31: 33-34).

2. Implicaba una nueva revelación en la persona de Jesús (hebreos 8: 6-13).

3. Sería ratificado con la sangre de Cristo en la cruz (Lucas 22: 20). 15

El pacto hecho con Abraham fue ratificado mediante la sangre de Cristo, y es llamado el
“Segundo” Pacto o “Nuevo” Pacto porque la sangre con la cual fue sellado se derramó después de
la sangre del primer pacto. 16

Al rechazar y crucificar a Jesús, el pueblo judío renunció al pacto y fue rechazado como el pueblo
escogido; entonces los privilegios de la relación de pacto fueron transferidos al Israel espiritual: La
Iglesia Cristiana. 17

Aquellos que aceptan vivir en la atmósfera de este pacto reciben los preciosos beneficios del cielo:
el perdón gratuito de los pecados, la obra preciosa del Espíritu Santo en sus vidas formando la
imagen de Dios en el hombre, la justicia de Jesús y la experiencia de la justificación por la fe.
Nuestro mundo necesita a gritos la esperanza; la única que tiene consiste en aceptar la invitación
de amor que el magnífico y sublime Dios le hace de entrar a en una relación de pacto; entonces
seremos adoptados como hijos y heredaremos el reino de los cielos. 18

Antiguo Pacto versus Nuevo Pacto

Criterios de Antiguo Pacto Nuevo Pacto


Comparación (Éxodo 19: 3-5, 8) (Jeremías 31: 31-33)

Tipo de Pacto Bilateral Bilateral

1. Dios
1. Dios
Pactantes 2. Israel, Judá y después la Iglesia
2. Pueblo de Israel
(Israel espiritual)
 (Dios): “... seréis mi
especial tesoro...”  (Dios): “Daré mi ley en su
(versículo 5) “... me seréis mente, y la escribiré en su
un reino de sacerdotes y corazón... seré a ellos por
Compromiso gente santa...” (versículo Dios...” (versículo 33)
6) “...perdonaré la maldad de
ellos...” (versículo 34)
 (Israel): “Todo lo que
Jehová ha dicho,  (Israel): “me serán por pueblo”.
haremos”. (versículo 8)

Señal El sábado Sábado: “sello de Dios” (Apocalipsis 9:4)

Defectuoso:
Cualidades del Mejor:
“... sí aquél primero hubiera sido
Pacto “…un mejor pacto...” (hebreos 8:6)
sin defecto...” (hebreos 8:7)

Corazón:
Tablas de Piedra:
“... pondré mis leyes en la mente de
Lugar de la Ley “... dos tablas del testimonio,
ellos, y sobre su corazón las escribiré...”
tablas de piedra...” (Éxodo 31:18)
(hebreos 8 10)

De animales: De Cristo:
Sangre “... sangre de... becerros y.… “Esta copa es el Nuevo Pacto en mi
machos cabríos...” (hebreos 9:19) sangre...” (Lucas 22:20)

Referencias Bibliográficas

1. Horn, Siegfried. H. Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo Día. Asociación Casa Editora
Sudamericana, 1995, pág 879.

2. White, Elena. G. El Deseado de Todas las Gentes. Pacific Press Publishing Association.
Interprise, 1995, Págs 13, 14.

3. Creencias de los Adventistas del Séptimo Día. Asociación Publicadora Interamericana,


1988, pág 108.

4. Ibíd, pág 109.

5. Ibíd, pág 107, 108.

6. Ibíd, pág 109.


7. Horn, Siegfried. H. Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo Día. Asociación Casa Editora
Sudamericana, 1995, pág 879.

8. Creencias de los Adventistas del Séptimo Día. Asociación Publicadora Interamericana,


1988, pág 109.

9. White, Elena. G. Patriarcas y Profetas. Pacific Press Publishing Association. Interprise,


1995, Pág 387.

10. Horn, Siegfried. H. Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo Día. Asociación Casa Editora
Sudamericana, 1995, pág 879.

11. White, Elena. G. Patriarcas y Profetas. Pacific Press Publishing Association. Interprise,
1995, Págs 388.

12. Nichol, Francis. D. Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día. Tomo I. Pacific Press
Publishing Association, 1978, pág 606.

13. Horn, Siegfried. H. Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo Día. Asociación Casa Editora
Sudamericana, 1995, pág 879.

14. Seventh Day Adventists Answer Questions on Doctrine. Washington D.C.: Review and
Herald Publishing Association, 1957, págs 220, 222.

15. Creencias de los Adventistas del Séptimo Día. Asociación Publicadora Interamericana,
1988, pág 109, 110.

16. White, Elena. G. Patriarcas y Profetas. Pacific Press Publishing Association. Interprise,
1995, Págs 387.

17. Horn, Siegfried. H. Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo Día. Asociación Casa Editora
Sudamericana, 1995, pág 879.

18. Creencias de los Adventistas del Séptimo Día. Asociación Publicadora Interamericana,
1988, pág 110.

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