Epilepsia (Pronap 2018)
Epilepsia (Pronap 2018)
Epilepsia (Pronap 2018)
Epilepsias en la infancia,
niñez y adolescencia
Esquema de contenidos
EPILEPSIAS
TRATAMIENTO
2) Una crisis epiléptica no provocada o refleja con una probabilidad elevada de recu-
rrencia de las crisis durante los 10 años posteriores, en este caso y de acuerdo al
síndrome epiléptico o su causa existe una elevada probabilidad de repetir crisis.
En principio, el pediatra debe partir de un enfoque clínico ineludible frente a un niño que
consulta por convulsiones.
La tabla 1 muestra el enfoque clínico que el pediatra debe llevar a cabo ante un niño
durante una convulsión, se diferencian el ítem 1 que corresponde a convulsiones sinto-
máticas agudas y los ítems 2, 3, 4, 5 y 6 que representan a verdaderas epilepsias.
Trastornos metabólicos,
1. Convulsiones por agresión
Convulsiones sintomáticas traumatismos, enfermedades
actual al SNC (exógena o
agudas o subagudas vasculares, infecciones,
endógena)
tumores, intoxicaciones, otras
Tumores cerebrales,
2. Convulsiones asociadas Epilepsias Estructurales: neuroectodermosis,
con enfermedad cerebral a) Secundaria a enfermedad encefalopatías progresivas con
crónica o progresiva o con crónica o progresiva alteración estructural cerebral,
el antecedente de agresión b) Asociada con lesión cerebral alteraciones cromosómicas
pasada no evolutiva Secuelas de daño cerebral
prenatal, perinatal o posnatal
3. Convulsiones debidas
a enfermedades Errores congénitos del
Epilepsias metabólicas
neurometabólicas congénitas metabolismo
o adquiridas
4. Convulsiones debidas a Anticuerpos
Epilepsias inmunomediadas
patologías inmunomediadas N- metylaspartato (NMDA)
5. Convulsiones debidas a
Epilepsias infecciosas VIH, Citomegalovirus
causas infecciosas
De etiología genética
demostrada o probablemente
Epilepsias (genéticas o
6. Convulsiones sin que se genética
probablemente genéticas)
pueda demostrar agresión No se puede demostrar la
actual o pasada al SNC Epilepsias de causa
causa. Con el curso evolutivo
desconocida
en algunos casos se podría
encontrar la causa
Es claro que las convulsiones sintomáticas, aunque sean de naturaleza epiléptica, sólo
pueden solucionarse cuando se reconoce su etiología y se tratan de forma adecuada
independientemente de la administración de drogas anticonvulsivas.
De todos modos, no hay que olvidar este último aspecto, pues la prolongación innece-
saria de las convulsiones sintomáticas es capaz de originar futuros focos epileptóge-
nos. Son ejemplos de estas circunstancias la mayor incidencia de epilepsias en niños
que sufrieron convulsiones en el curso de infecciones meníngeas, hipoglucemias pro-
longadas, encefalopatías agudas con compromiso vascular, etc.
Una vez establecido que el paciente sufre de crisis epilépticas en el ámbito de las epi-
lepsias o síndromes epilépticos, debe iniciarse el abordaje terapéutico de la enferme-
dad denominada epilepsia ya sea que las crisis:
••Aparezcan tiempo después de un antecedente de patología cerebral
(epilepsias estructurales, anteriormente denominadas sintomáticas).
••Sean debidas a una causa infecciosa o inmunomediadas.
••Se instalen en un niño neurológicamente sano y sin patología de-
mostrable (epilepsias genéticas o probablemente genéticas, previa-
mente llamadas idiopáticas, de causa desconocida anteriormente
denominadas criptogénicas).
En todas debe iniciarse el abordaje terapéutico de la epilepsia. De allí surge la impor-
tancia de identificar el tipo de epilepsia o el síndrome epiléptico. Existen, sin duda, par-
ticulares asociaciones de patrones electroencefalográficos y manifestaciones clínicas,
que permiten presumir cursos evolutivos y eventuales respuestas terapéuticas: éste es
el valor de reconocer los distintos tipos de epilepsia o síndromes a fin de elegir la medi-
cación y adelantar pronósticos.
La Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) en las dos últimas décadas ha realizado
importantes contribuciones para establecer clasificaciones de crisis epilépticas y tipos
de epilepsias y síndromes epilépticos.
La inclusión del concepto de síndromes epilépticos ha sido uno de los grandes aportes
de la clasificación de tipos de epilepsia y síndromes epilépticos.
Etiología
1. Tipo de crisis
y focal Estructural
Metabólico
3. Síndromes Inmune
epilépticos
Infeccioso
Desconocido
Tipos de crisis
Las crisis epilépticas se dividen en focales, generalizadas y de comienzo desconocido,
con subcategorías (motoras y no motoras), y en las formas focales con conservación o
compromiso de la conciencia.
Tipos de epilepsia
Siguiendo la hoja de ruta de la figura 2, una vez que se identifica el tipo de crisis se
identifica también el tipo de epilepsia. En este nivel se asume que el paciente tiene el
diagnóstico de epilepsia basado en la definición de Fisher y col. (2014).
El diagnóstico del tipo de epilepsia, o bien termina en este nivel, o bien pasa a formar
parte de un síndrome epiléptico.
Se incluye aquí una nueva categoría que combina epilepsia generalizada y focal, ade-
más de las otras categorías ya establecidas.
••Epilepsia focal.
••Epilepsia generalizada.
••Epilepsia generalizada y focal.
••Desconocida – no se sabe si es focal o generalizada.
Epilepsia focal: si las crisis y el electroencefalograma (EEG) tienen características
focales, por ejemplo, un niño portador de una displasia focal cerebral asociada a con-
vulsiones motoras focales y el EEG muestra espigas unilaterales.
Finalmente existen niños en los que no se puede definir ni por las características
clínicas ni por EEG si las crisis son focales o generalizadas. En algunos niños estas
epilepsias pueden cumplir los criterios de síndromes epilépticos o el diagnóstico puede
finalizar en uno de los cuatros grupos descritos de tipos de epilepsia.
Síndromes epilépticos
El diagnóstico del síndrome epiléptico corresponde a la
asociación de un tipo o varios tipos de crisis con alteraciones
electroencefalográficas interictales o ictales con o sin
compromiso del sistema nervioso central (SNC), edad de inicio
y otros componentes, tales como gravedad, tratamiento y
curso evolutivo.
Sin embargo, el informe más reciente del Grupo Central de clasificación de la ILAE
categorizó ambos grupos, las formas familiares y las no familiares, como convulsiones
benignas del lactante, dado que tienen edad de comienzo, características electroclíni-
cas y evoluciones similares.
En los últimos años se describieron variantes de estas dos formas y otras entidades
similares. En varias familias italianas se ha encontrado una relación con el cromosoma
19q, 2q24, pero hay una fuerte presunción de heterogeneidad. Otro grupo de familias
con CIFB (convulsiones infantiles benignas familiares) asociadas con coreoatetosis pa-
roxística fue ligada al cromosoma 16 y el gen reconocido fue PRRT2. Recientemente, se
encontró una nueva mutación heterocigota c.3oo3 T>A en el gen SCN2A.
Manifestaciones clínicas: las crisis, que ocurren entre los 3 y los 8 meses de edad,
suelen presentarse en salvas y responden bien al tratamiento. Los padres suelen tener
antecedentes de haber sufrido convulsiones benignas en su infancia.
Características del EEG: los EEG interictales son casi siempre normales, pero varios
registros ictales video-EEG mostraron el origen focal de las crisis y su generalización
secundaria.
Tratamiento: las crisis en las convulsiones benignas del lactante (CBL) no requieren tra-
tamiento, pero en la práctica clínica no siempre la decisión es sencilla. El reconocimien-
to temprano de estos síndromes es relevante para definir el tratamiento farmacológico.
Es difícil no tratar estas epilepsias al comienzo, dado que estos lactantes tienen crisis
agrupadas, pero evitar o reducir el tiempo de tratamiento farmacológico es una firme
posibilidad. Luego de la fase aguda, muchos pacientes siguen un tratamiento crónico.
En la fase temprana del síndrome, estos niños suelen presentar crisis agrupadas que a
veces requieren una intervención de emergencia con antiepilépticos. Los pacientes que
no reciben tratamiento luego del primer episodio de crisis agrupadas pueden repetir otros
episodios aislados o agrupado. A menudo, en el servicio de emergencias, estos pacientes
son tratados por pediatras, que deberían estar bien informados sobre el síndrome para
evitar un tratamiento intensivo, es decir las crisis agrupadas que pueden ocurrir en un
mismo día deben ser controladas con el uso de benzodiacepinas habituales.
Todos los fármacos parecen ser eficaces en las CBL (ácido valproico, carbamazepina,
fenobarbital y difenilhidantoína), sin diferencias aparentes entre ellos. El tratamiento se
puede suspender un año después del comienzo.
Manifestaciones clínicas: las crisis aparecen entre los 2 y los 13 años de edad en au-
sencia de déficits neurológicos o intelectuales. Las crisis son inicialmente focales con
signos motores que suelen asociarse con síntomas somato-sensoriales. Ocurren con
mayor frecuencia durante el sueño. Las manifestaciones orofaríngeas y faciales incluyen
babeo por hipersalivación y trastornos en la deglución, sonidos guturales, movimientos
involuntarios o contracciones tónicas de la lengua o la mandíbula, parestesia o sen-
sación de adormecimiento unilateral en la lengua también enlabios, encías o la mejilla.
Bloqueo del habla y contracciones mioclónicas de un lado de la cara. Las crisis pueden
difundirse al miembro superior e inferior o generalizarse secundariamente.
En los casos en que hay crisis aisladas, pero tanto el paciente como la familia han su-
frido un impacto emocional importante por esa causa y el temor que siempre genera el
diagnóstico de epilepsia, puede indicarse clobazam en dosis de 5-10 mg diarios por la
noche.
En los pacientes con tres o más crisis, o con crisis frecuentes deben indicarse, carba-
mazepina (CBZ), ácido valproico (AVP), clobazam (CLB). La oxcarbazepina (OXC) es tan
eficaz como la CBZ y provoca menos reacciones adversas. El sultiamo (STM) o algunos
antiepilépticos nuevos, como levetiracetam (LVT), topiramato (TPM), lamotrigina (LTG)
son eficaces en el control de las convulsiones en pacientes con epilepsia benigna de la
niñez con espigas centro-temporales.
En ocasiones, el uso de los nuevos antiepilépticos está limitado por razones econó-
micas. Esto hace que los pacientes con menores recursos deban ser medicados con
fenobarbital (FB) o difenilhidantoína (DFH).
La mayoría de las drogas clásicas, como CBZ, AVP, FB y DFH, y los nuevos, como OXC,
LTG, TPM y, menos a menudo, el LVT, han sido incriminados como responsables de la
aparición de sincronías bilaterales secundarias en el electroencefalograma asociadas
con evoluciones atípicas. Este fenómeno de bisincronías bilaterales secundarias puede
ser igualmente inducido a pesar del uso correcto de los antiepilépticos. Por lo tanto,
si se considera que hay riesgo de una evolución atípica debido a este fenómeno elec-
troclínico particular, caracterizado por empeoramiento del EEG, aumento del número
de crisis, presencia de otros tipos de crisis como mioclonías negativas y evidencia de
deterioro neuropsicológico, se deberían suspender las drogas administrados hasta el
momento, ya sea CBZ, OXC, FB, DFH o AVP y reemplazarlos por benzodiazepinas, eto-
suximida (ETM) o STM.
Síndrome de Panayiotopoulos
Nosología: transcurrieron varios años hasta la aceptación de los reclamos iniciales de
que el vómito ictal era una característica constante en un número significativo de niños
con una nueva variante de epilepsia idiopática de la niñez.
También hemos informado acerca de una serie de 11 niños que mostraban al mismo
tiempo características clínicas y electroencefalográficas de EBNECT y SP.
Los vómitos y otros síntomas autonómicos están también presentes en crisis que ocu-
rren estando despiertos.
Características del EEG: por definición, las características prominentes de EEG son pa-
roxismos occipitales, aun cuando se sabe que las espigas occipitales no son patogno-
mónicas de un síndrome particular. Suelen observarse en los niños con pérdida visual
temprana y en 1% de los niños preescolares normales. Los complejos de espiga-onda
ocurren tras cerrar los ojos y el EEG se normaliza inmediatamente después de abrirlos.
En una pequeña proporción también se pueden encontrar espigas centrotemporales.
Se han publicado varios registros de EEG ictales.
Las drogas de elección son la carbamazepina (CBZ) y el ácido valproico (AVP). El le-
vetiracetam (LVT) también es eficaz en el tratamiento de esta forma de epilepsia focal
benigna de la niñez. En estos casos el fenómeno de bisincronías bilaterales secundarias
también puede suceder, por lo tanto deben tomarse las mismas precauciones men-
cionadas en el manejo terapéutico de las formas focales benignas con espigas centro-
temporales.
Pronóstico: se trata de una condición marcadamente benigna a pesar de que las crisis
evolucionan hacia un estado epiléptico en un tercio de los pacientes. La remisión tiene
lugar uno o dos años después de la primera crisis en los pacientes aún no tratados. No
obstante, es probable que la mayoría de los niños reciban antiepilépticos debido a la
intensidad de las crisis iniciales. Nuestro grupo ha informado sobre los primeros casos
con síndrome Panayiotopoulos con evoluciones atípicas.
Manifestaciones clínicas: la edad de comienzo es entre los 2-3 y 10 años, con un pico
a los 5; las ausencias ocurren en niños normales, con una leve preponderancia en las
mujeres. La interrupción de la conciencia puede ser el único signo de las ausencias de
esta epilepsia, pero suele estar acompañada o combinada con otras manifestaciones,
como componentes clónicos, tónicos o atónicos, automatismos y componentes autonó-
micos. Las ausencias típicas son frecuentes (10 a 100 o más por día), con una ausencia
completa de respuesta que dura de 4 a 30 segundos (por lo usual alrededor de
10 segundos) y son fácilmente provocadas por la hiperventilación.
Características del EEG: el ritmo de base en el EEG es normal y se observa con fre-
cuencia actividad delta posterior. Los EEG ictales muestran descargas de alta amplitud
de espiga-onda a 2,5-5 Hz (pueden ser dos espigas ondas). Durante el sueño las des-
cargas suelen ser más breves.
Tratamiento: los pacientes con epilepsia ausencia de la niñez que presentan ausencias
típicas como única manifestación clínica tienen una excelente respuesta al Acido val-
proico (AVP), aunque algunos autores prefieren la etosuximida (ETM). Los pacientes que
no responden se benefician con el AVP asociados con la ETM. Otros fármacos útiles en
el tratamiento de las ausencias típicas son la lamotrigina (LTG) y las benzodiazepinas.
Pronóstico: los datos sobre remisiones espontáneas no son claros, pero la mayoría de
los pacientes muestran una muy buena respuesta al tratamiento adecuado y después
de dos años pueden retirarse los antiepilépticos. En alrededor del 10% de los casos
puede no alcanzarse el control de las ausencias con monoterapia.
Manifestaciones clínicas: la epilepsia comienza entre los 10 y los 17 años de edad. Las
ausencias son similares, tal vez no tan severas, a las epilepsias ausencias de la niñez
(EAN). La frecuencia de las ausencias es claramente inferior a la epilepsia de la niñez.
Se observan contracciones mioclónicas semejantes a las que se presentan en la forma
mioclónica juvenil, en alrededor del 20% de los casos y convulsiones tónico-clónicas
generalizadas (CTCG) ocurren en 80% de los pacientes (Wolf, 1992).
Características del EEG: la actividad de fondo es casi siempre normal y en los registros
interictales e ictales se observan descargas de espiga-onda bilaterales con predominio
frontal. La frecuencia de estas descargas de espiga-onda suele ser algo más rápida
que en la epilepsia ausencia de la niñez (EAN) (3,5-4 Hz). La fotosensibilidad es rara en
comparación con la que se observa en la epilepsia mioclónica juvenil (EMJ).
Manifestaciones clínicas: las crisis más frecuentes son sacudidas mioclónicas en am-
bos brazos o manos, especialmente al despertar. En algunos casos estas mioclonías
pueden no ser simétricas y pueden ser confundidas con crisis motoras focales (Pana-
yiotopoulos y cols., 1994). Se han informado ausencias en una proporción variable de
pacientes.
Encefalopatías epilépticas
La encefalopatía epiléptica corresponde a un grupo severo
de síndromes epilépticos que ha sido definida con la noción
de que la actividad epiléptica en sí misma contribuye al
compromiso o deterioro conductual y cognitivo, más allá de
lo esperado por la patología subyacente
(Ejemplo: malformación del desarrollo cerebral).
No hay dudas en síndromes como West o Lennox-Gastaut, en los que la actividad epi-
leptiforme interfiere con el desarrollo normal, con regresión cognitiva y consecuencias
conductuales o psiquiátricas.
Debido al impacto de las encefalopatías epilépticas en el desarrollo cerebral y dete-
rioro cognitivo resulta crucial el diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado para
favorecer un mejor pronóstico de los niños con estas formas particulares y severas de
síndromes epilépticos.
A continuación se enumeran las encefalopatías epilépticas de acuerdo a la
edad de comienzo y se describirán las formas más representativas (marcadas
en negrita):
••Síndrome de Ohtahara.
••Encefalopatía epiléptica mioclónica temprana.
••Síndrome de West.
••Síndrome de Dravet.
••Epilepsia con crisis migrantes del lactante.
••Síndrome de Lennox-Gastaut.
••Encefalopatía con punta-onda continua durante el sueño lento.
••Síndrome de Landau-Kleffner.
••Epilepsia con crisis mioclónicas atónicas.
••Estado de mal mioclónico en encefalopatías no progresivas.
Manifestaciones clínicas: los espasmos infantiles típicos en bebés por otra parte nor-
males suelen aparecer entre el cuarto y el noveno mes de vida. En los niños con daño
cerebral el SW puede comenzar más temprano o más allá de los 2 años de edad. Se
podría decir que el SW es un trastorno que afecta a los menores de un año. Existen tres
tipos principales de espasmos infantiles: flexores, extensores y mixtos. El tipo mejor
conocido es el de los espasmos flexores, incluida una contracción flexora simétrica de
los grupos musculares axiales más una abducción y semiflexión de los miembros su-
periores. La mayoría de los espasmos ocurren en salvas (clusters) predominantemente
poco después de despertar o al conciliar el sueño. Después de una o varias semanas
el bebé cambia de carácter, tiene menor contacto visual y responde menos en general.
En algunos casos sintomáticos los espasmos son precedidos por crisis motoras foca-
les. Las etiologías de los casos sintomáticos son muy variadas, pero se deben buscar
pequeñas manchas hipopigmentadas en la piel en los bebés aparentemente normales
con espasmos para sospechar el diagnóstico de esclerosis tuberosa. En los pacientes
con esta enfermedad la vigabatrina es el fármaco de elección.
5. Tratamiento quirúrgico.
Síndrome de Dravet
Nosología: la epilepsia mioclónica severa de la infancia (EMSI) fue descrita por Dravet
en 1978 y ha sido reconocida como un síndrome epiléptico desde 1985. Probablemente
no sea tan rara como se había supuesto. Dado que en muchos informes los pacientes
no presentaban mioclonías, se propuso denominarla epilepsia con crisis polimorfas,
pero durante una reunión de trabajo de la task force de ILAE sobre la clasificación, el
epónimo de síndrome de Dravet se aceptó ampliamente. Si bien la etiología se desco-
noce, debido al deterioro progresivo observado en estos pacientes se la incluye entre
las encefalopatías epilépticas.
Manifestaciones clínicas: la secuencia más común de signos y síntomas clínicos son:
convulsiones febriles prolongadas unilatrales o bilaterales durante el primer año de vida,
seguidas de crisis afebriles. Luego aparecen crisis mioclónicas, ausencias atípicas y
crisis parciales complejas. Es frecuente la ocurrencia de estados epilépticos. El examen
neurológico y los estudios por imágenes son casi siempre normales y recién a partir del
segundo o tercer año de vida se observa un retraso en la maduración psicomotora.
Características del EEG: los EEG iniciales suelen ser normales, pero a medida que el
síndrome progresa, se hacen aparentes descargas de espiga-onda y poliespiga-onda
focales o generalizadas. Las anormalidades paroxísticas son más prominentes en los
EEG de sueño.
Tratamiento: el tratamiento con los antiepilépticos habituales y con los nuevos fármacos
es desalentador. La asociación farmacológica que podría ofrecer beneficios, aunque
transitorios, es el AVP asociado con CLB. Ciertos fármacos, como la lamotrigina (LTG),
pueden provocar efectos agravantes.
En el equipo del Hospital Garrahan tenemos buenos resultados con el uso de la dieta
cetógena, por lo cual consideramos que debemos ofrecer esta alternativa terapéutica a
los pacientes con síndrome de Dravet. El estiripentol ha sido eficaz en los pacientes con
este síndrome. Otras alternativas terapéuticas para tener en cuenta son el bromuro, así
como el estimulador vagal (tratamiento no farmacológico para epilepsias refractarias).
Un aspecto muy importante en el tratamiento de los pacientes con síndrome de Dravet
son las convulsiones desencadenadas por fiebre, que suelen ser tónico-clónicas gene-
ralizadas y prolongadas, y pueden dejar secuelas si no se las controla. En estos casos
los padres pueden actuar rápidamente una vez comenzada la crisis utilizando diazepam
por vía rectal. Si no observan respuesta a este fármaco, deben concurrir a un servicio
de emergencia para continuar con el tratamiento habitual de una crisis prolongada o de
un estado epiléptico.
Pronóstico: el futuro es siempre sombrío porque las crisis persisten durante muchos
años y todos los pacientes tienen déficits cognitivos.
Manifestaciones clínicas: la edad de comienzo oscila entre los 2 y los 8 años en la ma-
yoría de los casos. Los casos sintomáticos representan más del 70% de los pacientes,
y comienzan más temprano dentro de este rango de edades. El síndrome se caracteriza
por la presencia de múltiples tipos de crisis generalizadas, principalmente ausencias
atípicas, crisis tónicas y crisis atónicas. Las crisis tónicas son la característica particular
más importante del síndrome, pero pueden no ser fácilmente reconocidas porque ocu-
rren con prevalencia durante el sueño. Las características más llamativas son las caí-
das, ya sea debida a crisis atónicas o tónicas. Las ausencias atípicas pueden presen-
tarse en estatus y clínicamente manifestarse como una obnubilación de la conciencia.
Características del EEG: los EEG interictales muestran un enlentecimiento del ritmo de
base y descargas generalizadas de espiga-onda lenta, que también pueden ser asimé-
tricas. Estos patrones anormales se hacen más prominentes durante el sueño, así como
la aparición de crisis tónicas con ritmos reclutantes de 10 a 13 Hz.
Manifestaciones clínicas: las crisis iniciales pueden ser focales, motoras focales, tónico-
clónicas generalizadas, ausencias atípicas o caídas. Cuando transcurre un tiempo entre
el comienzo de las crisis motoras focales, que ocurren durante el sueño en más de la
mitad de los pacientes y la aparición del deterioro neuropsíquico, parece ser más claro
que la EPOCS es una evolución atípica de una epilepsia focal idiopática o sintomática.
El lenguaje suele estar afectado, pero los síntomas más llamativos son las conductas
extrañas. También se señaló la presencia de impedimentos motores en forma de dis-
praxia o ataxia.
<
Metabólica
Las enfermedades metabólicas que cursan con encefalopatías epilépticas son múlti-
ples. Representan sólo el 5% de los pacientes con encefalopatías. El reconocimiento de
causas metabólicas con la deficiencia de piridoxina o déficit de GLUT 1 es crucial para
la implementación de un tratamiento específico con piridoxina y dieta cetógena respec-
tivamente.
Infecciosa
El concepto de etiología infecciosa resulta directamente de una infección conocida en la
cual las crisis son el síntoma principal. Una epilepsia de etiología infecciosa se refiere a
un paciente con epilepsia en el cual las crisis no ocurren al inicio de los síntomas como
ser en una meningitis o una encefalitis. En los casos con meningoencefalitis y convul-
siones al inicio de la enfermedad corresponden a convulsiones sintomáticas agudas.
En estas etiologías la infección de base genera una zona epileptogénica que se produce
una epilepsia crónica con crisis recurrentes. Los ejemplos más comunes son: herpes,
tuberculosis, VIH, toxoplasmosis, infecciones congénitas por ejemplo, citomegalovirus.
Inmune
Resulta directamente de un desorden autoinmune en el cual las crisis son síntomas
principales. Se han descrito recientemente epilepsias autoinmunes con características y
presentación clínicas tanto en niños como en adultos.
Una etiología autoinmune puede definirse como en la cual existe evidencia de una
inflamación del sistema nervioso central a través de un mecanismo autoinmune.
Por ejemplo: Anticuerpos contra receptor NMDA. AMPA, GABA (A), GABA (B), mGlu R1
y 5. Anticuerpos LGI1 y Caspr2, dppx, Neurexina3 eIglon 5. Con estas entidades emer-
gentes esta categoría de epilepsia merece un tratamiento especial con inmunoterapia:
como pulsos de corticoides, inmunoglobulinas, plasmaféresis, rituximab, otros.
Múltiple
En algunos pacientes más de una categoría etiológica puede estar implicada por ejemplo:
••Esclerosis tuberosa (genética y estructural) y ofrecer tratamientos
acordes (tuberectomia y everolimus – inhibidores de la diana de la
rapamicina en mamíferos (mTor).
••Malformaciones del desarrollo cortical (estructural y genética).
Comorbilidades
Los niños con epilepsias independientemente del tipo, pueden presentar trastornos del
desarrollo asociados como trastornos específicos del lenguaje, trastornos conductua-
les, trastornos del espectro autista, psiquiátricos y otros. La presencia de estos trastor-
nos comórbidos, nos sugieren la realización de un correcto diagnóstico y una orienta-
ción sobre el manejo integral de los niños y sus familias como así también orientación
escolar.
Epilepsias con
crisis activadas por la fiebre
Aún no está resuelto el debate sobre si las convulsiones febriles deben ser conside-
radas dentro el marco nosológico de las epilepsias o no. Los autores pensamos que
existe un síndrome epiléptico con convulsiones febriles benigno y muy común. Cuando
los pacientes tienen, en cambio, convulsiones febriles focalizadas o prolongadas, éstas
pueden ser los primeros signos del Síndrome de Dravet, el paciente puede desarrollar el
síndrome de epilepsia temporal mesial con esclerosis hipocámpica varios años des-
pués, o puede ser sólo eso, convulsiones febriles complicadas o prolongadas (comple-
jas) seguidas o no de crisis epilépticas no provocadas.
Discinesias
NEONATAL
Apnea neonatal
Temblor y nerviosismo (jitteriness)
Laringoespasmo episódico
Hiperekplexia
Aleteo ocular
Spasmusnutans Crisis atónicas cefálicas no epilépticas
Estremecimientos Síndrome de Sandifer
Síndrome de la muñeca con cabeza pendular Crisis tónicas reflejas del lactante
PERIODO LACTANTE
3. Se define a una crisis epiléptica como una manifestación transitoria de signos y síntomas debido a
una descarga neuronal anormal excesiva o sincrónica.
V F
4. Las convulsiones benignas del lactante (CBL) ocurren entre los 3 y los 8 meses de edad, suelen
presentarse en salvas y responden bien al tratamiento.
V F
6. En la EBNECT es muy importante comenzar con la medicación antiepiléptica ni bien aparecen las
crisis y suspenderla ante la normalización del EEG.
V F
7. La epilepsia mioclónica juvenil (EMJ) y epilepsia con convulsiones tónico-clónicas generalizadas (ECTCG),
son los síndromes epilépticos generalizados más frecuentes que se observan en la adolescencia.
V F
9. Los trastornos paroxísticos no epilépticos (TPNE) constituyen un grupo muy heterogéneo de altera-
ciones que pueden semejar crisis epilépticas.
V F
10. Las drogas tradicionales de primera elección para el tratamiento de las crisis parciales y las convulsio-
nes generalizadas tónicas, tónico-clónicas y clónicas son el fenobarbital y la carbamazepina (CBZ).
V F
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A. Describa ¿cuál es el enfoque clínico que se debe realizar ante un lactante durante una convulsión?
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B. ¿Cuál cree que fue la causa de la convulsión de Mateo, fue por una causa extracerebral?
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2. Florencia de 5 años de edad, llega en la madrugada a la guardia por presentar durante el sueño
nauseas, vómitos, palidez, desviación óculo-cefálica a la derecha y compromiso del sensorio de apro-
ximadamente 30 minutos. La niña no presenta antecedentes personales de relevancia, examen físico
y neurológico normal, maduración acorde a edad. Se solicitó TAC de cerebro y análisis de laboratorio
cuyos resultados fueron dentro de parámetros normales.
Al día siguiente se realiza EEG de sueño, evidenciándose espiga occipital izquierda que, asociada al
tipo de episodio que presento la niña, es compatible con el Síndrome de Panayiotopoulos.
A. En esta niña, ¿cuál de los siguientes enfoques clínicos No puede considerarse en primera instancia?
c) Pensar en la posibilidad de una epilepsia secundaria a una lesión del cerebro progresiva (por
ejemplo, un error congénito del metabolismo, o una lesión cerebral no progresiva).
d) Considerar que el paciente presenta una epilepsia idiopática, o probablemente genética, con
características clínicas y electroencefalograficas típicas del Síndrome de Panayotopoulos, que es
la forma más frecuente de epilepsia en los niños en edad escolar.
a) Descartar causas sintomáticas agudas, que puedan tener tratamiento inmediato como ser: hipo-
glucemia, hiponatremia, hipocalcemia.
b) Administrar benzodiacepinas por vía endovenosa (Diazepan a una dosis de 0,5 mg/k/dosis) debi-
do a la duración prolongada del episodio.
d) Solo b.
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Teniendo en cuenta el impacto que genera el término epilepsia creemos que el rol del
pediatra en el conocimiento de los síndromes epilépticos, es muy importante para la
orientación a los padres de niños con esta entidad neurológica crónica prevalente.
Lecturas recomendadas
• Caraballo R, Cersósimo R, El electroencefalograma en las epilepsias. Buenos Aires: Editorial Médica
Panamericana; 2010.
• Caraballo R, Fejerman N. Tratamiento de las epilepsias. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana;
2009.
• Fejerman N, Caraballo R, Epilepsias focales benignas: en lactantes, niños y adolescentes: Editorial
Médica Panamericana, 2008.
• Caraballo R, Dieta cetógena en el tratamiento de la epilepsia. Editorial Journal. 2017.
• Bureau M, Genton P, Dravet C y cols. Síndromes epilépticos en lactantes, niños y adolescentes:
editorial John Libbey Eurotext, 2016.
• Series de Pediatría Garrahan. El niño con problemas neurológicos: Editorial Panamericana 2017.
2. Verdadero.
3. Verdadero.
4. Verdadero.
5. Verdadero.
6. Falso. Teniendo en cuenta que un número significativo de pacientes presentan crisis aisladas (una
o dos crisis), el carácter benigno de esta forma de epilepsia y los posibles efectos adversos de los
fármacos antiepilépticos (FAE), puede no indicarse medicación antiepiléptica. Si se decide medicar, es
necesario mantener la medicación al menos durante un año, sin esperar que el EEG se normalice para
retirarla.
7. Verdadero
9. Verdadero.
10. Verdadero.
A. Epilepsia benigna de la niñez con espigas centro-temporales (EBNECT): las crisis aparecen entre
los 2 y los 13 años en ausencia de déficits neurológicos o intelectuales. Son inicialmente focales con
signos motores que suelen asociarse con síntomas somato-sensoriales. Ocurren con mayor frecuencia
durante el sueño. Las manifestaciones orofaríngeas y faciales incluyen babeo por hipersalivación y
trastornos en la deglución, sonidos guturales, movimientos involuntarios o contracciones tónicas de
la lengua o la mandíbula, parestesia o sensación de adormecimiento unilateral en la lengua también
enlabios, encías o la mejilla. Bloqueo del habla y contracciones mioclónicas de un lado de la cara. Las
crisis pueden difundirse al miembro superior e inferior o generalizarse secundariamente.
B. Epilepsia ausencia de la niñez (EAN): la edad de comienzo es entre los 2-3 y 10 años, con un pico
a los 5; las ausencias ocurren en niños normales, con una leve preponderancia en las mujeres. La
interrupción de la conciencia puede ser el único signo de las ausencias de esta epilepsia, pero suele
estar acompañada o combinada con otras manifestaciones, como componentes clónicos, tónicos o
atónicos, automatismos y componentes autonómicos. Las ausencias típicas son frecuentes (10 a 100
o más por día), con una ausencia completa de respuesta que dura de 4 a 30 segundos (por lo usual
alrededor de 10 segundos) y son fácilmente provocadas por la hiperventilación.
C. Epilepsia mioclónica juvenil (EMJ): las crisis más frecuentes son sacudidas mioclónicas en am-
bos brazos o manos, especialmente al despertar. En algunos casos estas mioclonías pueden no ser
simétricas y pueden ser confundidas con crisis motoras focales. Se han informado ausencias en una
proporción variable de pacientes. La mayoría de estos adolescentes llegan a la consulta neurológica a
raíz de su primera CTCG, que suele estar también precedida por mioclonías en los miembros superio-
res y ocurren, ya sea después del despertar o cerca del fin del día, cuando el paciente está cansado.
La privación de sueño es un factor precipitante frecuente.
2. Florencia
C. Las crisis aparecen con mayor frecuencia entre los 2 y los 6 años de edad. La mayoría de los epi-
sodios ocurren durante el sueño y asocian vómito ictal (que es casi constante), desviación de ojos y
cabeza, seguida en general por convulsiones hemiclónicas que pueden terminar en crisis secundaria-
mente generalizadas. Suele haber impedimento o pérdida de la conciencia durante las crisis. En una
tercera parte de los pacientes las crisis terminan en estado epiléptico (status epilepticus) en función
de su duración. Por supuesto, esta característica ha llevado a pensar en el diagnóstico diferencial con
lesiones cerebrales agudas antes de que se reconociera este síndrome. Características del EEG: por
definición, las características prominentes de EEG son paroxismos occipitales, aun cuando se sabe
que las espigas occipitales no son patognomónicas de un síndrome particular. Suelen observarse en
los niños con pérdida visual temprana y en 1% de los niños preescolares normales.