Prezi Ciencia y Tecnologia

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 9

PREZI CIENCIA Y TECNOLOGIA

Cronología de la Ciencia y la Tecnología en Venezuela, América Latina (Colombia,


Chile, Argentina, Brasil, México, Costa Rica) y el Mundo

En los países del denominado “Tercer Mundo”, a la zaga del desarrollo, los SNI se han
instalado de manera formal, existiendo solamente, en el mejor de los casos, como una meta
a alcanzar enunciada en los planes y políticas de los gobiernos nacionales. Entre estos
casos, se encuentran Argentina, Chile, México, Venezuela, entre otros. En los países
latinoamericanos, es fundamental la intervención del Estado, para crear las condiciones
necesarias que hagan posible la instalación de un ambiente propicio para la consecución de
los procesos generalizados de innovación y la inserción competitiva de estos países dentro
de los escenarios internacionales

en la mayor parte de los países de América Latina, el sistema de ciencia y tecnología se


organizó inicialmente de manera bastante semejante, de acuerdo con un modelo
organizativo en el que un consejo o comisión nacional se ocupa de la promoción del
desarrollo científico a través de centros de I+D públicos, esencialmente universidades y
organismos de investigación, asociados al mismo, que suele complementarse con algunas
organizaciones de I+D de carácter sectorial

En las décadas de los años de 1950 y 1960, en un número significativo de países de


América Latina tiene lugar una mejora sustancial en la institucionalización de la
ciencia y en la creación de infraestructura para el desarrollo científico. Sin embargo,
el modelo generalizado de política industrial y económica propició más la compra de
tecnologías en el exterior que el incentivo nacional por desarrollar una capacidad de
generación de tecnologías o, al menos, para asimilar mejor y rentabilizar las
tecnologías adquiridas

Por lo tanto, la mayor parte del esfuerzo en el ámbito de la investigación se centró en la


ciencia básica, siguiendo un modelo de oferta, dedicando una escasa inversión en el campo
de I+D por parte del sector productivo y, en consecuencia, con una mínima vinculación
entre ambos campos. Estas características confieren cierta debilidad estructural a los
sistemas de ciencia, tecnología e innovación de los países latinoamericanos.
A esta debilidad se unió en los años de 1980 cierta reducción en el financiamiento y en el
apoyo institucional y político al desarrollo científico, como consecuencia de la crisis
económica general en los países de América Latina. Esta evolución, que afectó en términos
generales a los países más desarrollados de la región, apenas incidió en los de menor
desarrollo, en los que todavía persisten dificultades para consolidar capacidad nacional para
desarrollar la I+D.

A partir de finales de los años 80 y comienzo de los 90 se vislumbran ciertos cambios en


esta tendencia. La ciencia, la tecnología y la innovación reaparecen en las agendas políticas
y el desarrollo científico y tecnológico se asocia con la imprescindible modernización y con
la necesaria incorporación a la economía internacional. Sin embargo, los problemas
estructurales y financieros de la I+D en América Latina siguen siendo serios.

Recientemente, se ha comenzado a difundir el concepto de sistema nacional de ciencia,


tecnología e innovación (SNCTI), el cual ha sido incorporado en algunas leyes nacionales
de ciencia y tecnología aprobadas en América Latina, como la de Argentina (marzo de
2001) y Venezuela (agosto de 2001 y reformulada en 2005). La intención básica que se
persigue es tornar explícitamente la importancia de la ciencia, la tecnología y la innovación
como espacio de promoción de la política pública. Por lo tanto, los objetivos de política
deben considerar la innovación en el centro de la política al mismo nivel de otras
prioridades sociales; no se trata de colocar, o no, la innovación en el centro de la política, se
trata de impulsarla con fines de brindar bienestar a la sociedad (Mercado y colaboradores,
2002).

Cronología de la ciencia y tecnología en Venezuela

Entre 1936 y 1958, Ruiz (1992) hace un análisis de la ciencia y la tecnología en Venezuela.
Allí señala tres aspectos esenciales que influyeron en el desarrollo de la actividad científica
en el país. Uno de ellos fue el crecimiento y la complejización del Estado, con el objetivo
de modernizar el país. La acción del Estado permitió la institucionalización de las
actividades científicas. Un segundo aspecto, posteriormente a 1940 y producto de la
expansión de los sectores profesionales con formación científica fue el movimiento de
agremiación que comenzó a darles un perfil social más nítido a los investigadores y que se
fortaleció con la creación de instituciones estrictamente científicas. Por último, como
resultado de estos dos procesos, se incrementó la aparición de publicaciones periódicas a lo
largo de este período.
Es a partir del inicio de los años de 1950 cuando en Venezuela se puede hablar de un
desarrollo científico moderno (Freites, 1989), sin embargo, es después de 1958, que tomó
mayor empuje la actividad científica producto de la democracia de partidos, la
industrialización de sustitución de importaciones, la expansión de la educación y la
urbanización del país. Tal como afirma Charles (2003) el momento político iniciado en
1958 empalma con la emergencia de los postulados de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (en inglés, UNESCO) sobre la
planificación, asunto que incide en la creación de la Oficina Central de Coordinación y
Planificación de la Presidencia de la República (CORDIPLAN) en el mismo año 1958, del
Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES) en 1960 y del Consejo Nacional de
Investigaciones de Científicas y Tecnológicas (CONICIT) en 1967, en Venezuela.

Según destaca Freites (1989), en el lapso que va de 1959 a 1968, el desarrollo de las
instituciones científicas está vinculado al crecimiento de la educación universitaria, ya que
no existía presupuesto público, para sufragar la ciencia. Durante casi una década, lo que va
de 1960 a 1970, algunos científicos, de manera personal, así como la Asociación
Venezolana para el Avance de la Ciencia (ASOVAC), le propusieron al Estado venezolano
la creación de un organismo que permitiera el financiamiento y la creación de las
condiciones para la investigación, pero no se mencionó la planificación para tal fin.

Para Freites (1989), el origen del CONICIT surge del apoyo de la comunidad científica
venezolana que aliada con educadores, ingenieros y algunos empresarios demandaban que
el Estado asumiese la responsabilidad y la obligación directa de impulsar, proteger y
financiar el desarrollo científico y tecnológico en el país. Así destaca la autora que el área
científica y tecnológica, para ese entonces, comienza a ser incorporada en los programas
electorales de los candidatos que concurren a los comicios presidenciales de 1973, aunque
se la vea como un componente del sector cultural. Es entonces, a finales de los años 1970 y,
específicamente, a consecuencia de la creación del CONICIT, que la idea de planificación
comienza a tomar cuerpo, en principio indirectamente y luego, a través de un proceso
gradual, de manera más explícita.

Es importante señalar, de acuerdo con Sánchez (2003), que el CONICIT adoptó


inicialmente el enfoque del “modelo lineal” de la innovación, según el cual ésta se inicia
con la investigación básica y continua de manera secuencial con la investigación aplicada,
el desarrollo tecnológico, hasta que se produce finalmente la transferencia de los resultados
de la investigación al sector productivo. Bajo esta concepción también denominada
“ofertista”, el progreso y el crecimiento económico son el resultante del desarrollo de la
ciencia y la tecnología. Esto se traduce en el establecimiento de políticas y diseño de
instrumentos que sirvan para el fortalecimiento de la capacidad de investigación. A
consecuencia de esta visión, con base a Peña (2001), durante los años 1960, 1970 e incluso
1980, era casi unánime el planteamiento de que el objetivo fundamental a perseguir era la
construcción de una masa crítica de investigadores.

En el contexto de la “Gran Venezuela” durante la primera presidencia de Carlos Andrés


Pérez, en 1974, comenzó a hablarse de un nuevo CONICIT, cuyo supuesto fundamental era
la necesidad de cerrar el triángulo, vinculando funcionalmente la ciencia, el sector
productivo y el Estado, de acuerdo con el esquema del “triángulo de Sábato”. En este
período predominó la concepción según la cual el atraso científico y tecnológico explicaba
el subdesarrollo de nuestro país. No obstante, prevalecía el modelo lineal imperante en el
viejo CONICIT.

Dentro de este marco, la planificación aparecía como el mecanismo más acorde para
promover el sector de ciencia y tecnología, posición que tendría un marcado sesgo
centralista e intervencionista. Es así como en 1976, CONICIT formuló el Primer Plan
Nacional de Ciencia y Tecnología, el cual asumía los mismos lineamientos que orientaban
el V Plan de la Nación, estableciendo una equivalencia directa entre las prioridades para el
desarrollo científico y tecnológico y las prioridades económicas (Sánchez, 2003).

En otro orden de ideas, cuando en la década de 1960 se impulsa el proceso el


industrialización por sustitución de importaciones, según Freites (1989), era bien poco lo
que la sociedad venezolana podía exhibir en cuanto a capacidad tecnológica; hasta ese
entonces había pocas industrias en el país, y la más grande –la petrolera– era extranjera. Es
por ello que la industrialización en Venezuela se basó en la compra de plantas industriales
en las cuales se producirían los productos que desde los años de 1920 la población
venezolana se había acostumbrado a consumir.

Pero, tal como señala Freites (1989), durante ese período, se crearon las industrias
nacionales, en su mayoría destinadas a sustituir, ensamblando los productos que antes
importaban, porque ya desde esa época, tanto el sector público como privado, tendió a
concebir la tecnología como un factor exógeno al proceso productivo, de la cual sólo
interesaba conocer dónde se podía adquirir y cuánto valía. En consecuencia, según Ávalos
(1984), los aspectos tecnológicos no fueron vinculados al funcionamiento económico y
financiero de la industrialización y, por consiguiente poco se interesaba el que se creara una
capacidad tecnológica propia en el país como al interior de las mismas empresas.

Es a mediados de 1994, cuando el CONICIT inicia un proceso transformador, a través de


consultas intra y extrainstitucionales, destinadas a “repensar el CONICIT”, que intentaban
recoger la necesidad de superación de la visión lineal de la innovación, junto al
mantenimiento de la exigencia de utilidad social de la ciencia. Tal como destaca Peña
(2001), hasta 1994, la estructura y funcionamiento del CONICIT venezolano no
permitieron distinguirlo de las organizaciones nacionales de ciencia y tecnología
latinoamericanas del momento, todas diseñadas (y con una amplia experiencia ganada)
dentro de las perspectiva de la planificación y financiamiento de las tareas asociadas a la
investigación académica, procurando hacer realidad los postulados que soportaban el
modelo lineal.

Siguiendo a Peña (2001) se afirma que en el núcleo de la propuesta planteada se hallaba el


cambio radical del centro de atención de la acción pública liderada por CONICIT,
abandonando la pretensión de controlar el sector ciencia y tecnología desde una institución
rectora e intentando a la vez liberarla de ataduras excesivamente estrechas a los objetivos
propios de la comunidad científica, para convertirse más bien en una instancia promotora
que permitiera crear lazos entre los elementos que deberían constituir el SNI.

En este sentido, estos propósitos obligaron a CONICIT a crear durante 1995-1998 nuevas
maneras de intervención. Entre estas formas de iniciativas están las relacionadas con el
apoyo a los procesos de innovación y las agendas de innovación. Ésta última constituye, tal
vez, el ejemplo más representativo del cambio de actitud institucional profundo que
procuraba el CONICIT. Posteriormente, con la creación del Ministerio de Ciencia y
Tecnología (MCT) en agosto de 1999, las agendas se consolidaron y repotenciaron.

El MCT se orienta a la consolidación de un sistema nacional de ciencia, tecnología e


innovación que articule y sintonice los distintos actores sociales, dirigido a generar un
crecimiento productivo con equidad. A través del lema “Ciencia y Tecnología para la
Gente”, el MCT resume su intención de convertir la ciencia, la tecnología y la innovación
en los motores del desarrollo económico y social del país. Así mismo, la Constitución de
1999, la promulgación de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación, en el 2001
y reformulada en 2005, así como el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación
2005-2030, apuntan en la misma dirección.
Ciencia y tecnología otro punto

En los países desarrollados por lo general, los sistemas nacionales de innovación (SNI) se
han instalado progresivamente a partir de las prácticas económicas y sociales
implementadas a lo largo de su historia, producto de sucesivos paradigmas tecnológicos. La
Innovación en estos países, surge en correspondencia con el desarrollo de las fuerzas
productivas y de las relaciones sociales de producción. La conceptualización y
fortalecimiento de los SNI del primer mundo se realiza, a nivel de políticas y programas de
los gobiernos nacionales, como un hecho a posteriori, a fin de potenciar y mejorar la
capacidad innovadora y los sistemas ya de hecho instalados y funcionando.

En la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, como en Venezuela, a la zaga en


el desarrollo, con escenarios de pobreza, desigualdad marcada en la distribución de la
riqueza, pobres indicadores de educación y salud, debilidades institucionales, bajo
desarrollo de las fuerzas productivas, alta dependencia económica y otros gravísimos
problemas, los SNI se han instalado, por el contrario, primero, de manera formal, existiendo
solamente, en el mejor de los casos, como una meta a alcanzar enunciada en los planes y
políticas de los gobiernos nacionales. A pesar de que existen iniciativas puntuales exitosas,
la intervención del Estado es fundamental para crear las condiciones necesarias que hagan
posible la instalación de un ambiente propicio, procesos generalizados de Innovación y la
inserción competitiva del país dentro de los escenarios internacionales.

En Venezuela, el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT) fue creado en 1999, con la


función primordial de consolidar el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación
(SNCTI), enfatizando el hecho de que tal sistema debe proveer el ambiente y recursos
necesarios para la creación, circulación y utilización del conocimiento en la sociedad, en
sentido amplio. Se entiende innovación, en este caso, no sólo en el ámbito de los procesos
por los que las empresas adquieren el dominio de diseños de nuevos productos, nuevas
formas de organización o procesos, llevándolos a la práctica, sino también en el ámbito de
lo social, e incluyendo el sector de la administración pública
1 Argentina- Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
(MINCYT)
2 Bolivia- Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
3 Brasil- Ministerio de Ciencia y Tecnología
4 Chile- Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica
(CONICYT).
5 Colombia-Colciencias - Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e
I nnovación
6 Costa Rica- Ministerio Ciencia y Tecnología
7 Cuba- Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente.
8 Ecuador- Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e
Innovación (SENESCYT)
9 El Salvador- Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).
10 Guatemala- Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnlogía.
11 Honduras- Consejo Hondureño de Ciencia, Tecnología e Innovación.
12 México- Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT)
13 Nicaragua- Consejo Nicaragüense de Ciencia y Tecnología (CONICYT).
14 Panamá- Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT)
15 Paraguay- Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).
16 Perú- Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYTEC)
17 República Dominicana- Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología
(SEESCYT)
18 Uruguay- Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII).
19 Venezuela- Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación.
Pedro Paulet el fue ingeniero peruano considerado el pionero de las naves espaciales,
gracias a su creación: el “motor cohete de combustible líquido”. En 1900, construyó un
sistema de propulsión de cohetes modernos.

Este ingeniero peruano fue la primera persona que construyó un motor de propulsión a
combustible líquido para un cohete, y es considerado uno de los “padres de la aeronáutica”
y la cohetería moderna.

Paulet también cuenta entre sus creaciones los motores de reacción, el aeroplano y los
sistemas de propulsión.

El químico mexicano, Luis E. Miramontes sintetizó la noretisterona el 15 de octubre de


1951. Se le considera el inventor del primer anticonceptivo oral, más conocido como la
Píldora Anticonceptiva.

Esta invención es la vigésima más importante de todos los tiempos por otorgar mayor
libertad y poder de decisión sobre sus cuerpos a las mujeres.

Miramontes ganó el premio Nobel en Química.

Esta herramienta utilizada mundialmente para la microcirugía y en proyectos que requieren


realizar cortes muy finos en materiales como tejidos biológicos hasta muestras lunares, fue
creada por el científico venezolano Humberto Fernández Morán.

El instrumento quirúrgico se utilizó para analizar muestras lunares traídas a la Tierra por el
Apolo 11. El bisturí de diamante es empleado por los profesionales de la medicina en todo
el mundo. En la actualidad este bisturí se emplea además en la producción de lentes ópticos
de alta precisión.

Fernández Morán también aportó técnicas para observar en el microscopio electrónico,


trabajó en el Programa Apolo de la NAS
1 CEPAL- Comisión Económica para América Latina.

2 Banco Interamericano de Desarrollo

3 Organización de Estados Americanos

4 Comisión Económica para América Latina y el Caribe

5 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos

6 Banco Mundial

7 UNESCO - Oficina Regional de Ciencia para América Latina y el Caribe

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy