Ciudad Hojaldre PDF

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.

..

Visiones
urbanas
,
del siglo XXI

GG
Introducción

En 1965, Francoise Choay, actualmente profesora emérita de la Université ParisVlI1


Yoen su momento, pionera en el estudio de la historia del pensamiento urbanístico,
escribió El urbanismo. Utopías y realidades, I un libro que detenminó el devenir de
dicha materia durante las décadas posteriores. Esta arquitecta belga indicó dos
períodos en la historia del urbanismo: el "preurbanisrno" (siglo XIX) y el "urbanis-
mo" (siglo xx): a la vez que estableció dos modelos que hacían la función de cate-
gorras historiográficas: el "progresista" y el "culturalista". Supuestamente, ambos
modelos nacieron en el siglo XIX como respuesta a los requisitos de la incipiente
ciudad industrial y siguieron incidiendo en el urbanismo durante más de cien años.
Con esta clasificación,Choay consiguió agrupar a la minada de pensadores que,
desde las más diversas atalayas intelectuales, se habían ocupado de la cuestión de
la ciudad en el espacio de tiempo comprendido entre la segunda mitad del siglo
XIX y la década de 1960, es decir. desde Robert Owen, Charles Fourier y John
Ruskin,hasta Lewis Mumford, Jane [acobs y Kevin Lynch.

El texto arrancaba con una sentencia: "La sociedad industrial es urbana. La ciudad
I
es su horizonte".' -0-

Elde la sociedad posindustrial también ...La intención del presente libro es retomar
la tarea iniciada por Francoise Choay en su deseo de explicar los discursos teóri-
cos que subyacían detrás de la práctica urbanística y la arquitectura de las ciudades.
Lo que se pretende, en este caso. es extender su análisis a las tres últimas décadas,
es decir. estudiar las teorías urbanas más recientes, encuadrarlas en marcos con-
ceptuales más amplios, y recomponerlas en un mapa intelectual que resulte com-
prensible.

En este sentido, este trabajo comienza donde Choay lo dejó. Jane [acobs, Kevin
Lynch y otros teóricos de la ciudad de la década de 1960 servirán de preámbulo
al período histórico que nos interesa: el que comienza a mediados de la década
CHOAY. Frarxorse. L'UI'borvsme.
de 1970 con la denominada Crisis del Petróleo y culmina en la actualidad, es decir.
Utopies e' ,.",/té, Édibons du el que comprende la irrupción y posterior evolución de lo que se ha dado en
Seuil.Pan, 1965: (versen llamar "tardocapitalisrno" y del modelo sociocultural a él asociado: la "posrno-
castellana: EJ tN!>oosmo. iJrDpias
dernidad". El objetivo, por tanto, es analizar cómo afronta la cultura urbanística el
Y realidades, LI.<Ilen, Barcelona,
1983~. nuevo siglo, cuáles son sus instrumentos y sus carencias, sus certezas y sus preo-
, 11>d..pág. 9. cupaciones.
Pero no sólo consiste en una prolongación temporal del discurso de Choay. En
paralelo a esta tarea, y en aras de una mayor coherencia intelectual, ha sido nece-
sario asumir otra: adaptarlo a las pautas de pensamiento contemporáneas. Los
modelos y categorias que planteó Choay podrian identificarse actualmente como
"metarrelatos", término que utilizó el filósofo francés jean-Francois Lyotard' para
denunciar las construcciones históricas lineales y coherentes que la modernidad
elaboró para conseguir legitimarse social, política y cultural mente. Por ello, en nues-
tro caso hemos sustituido el concepto de "modelo" por el de "visión". Las "visiones
urbanas" nos remiten a formas de mirar. es decir. no tanto a "cómo es" la ciudad,
sino a "qué" nos interesa de ella, cómo la filtramos, cómo la proyectamos y cómo
nos proyectamos sobre la misma.

Esta multiplicidad de miradas no se traduce en un único metarrelato, sino en multi-


tud de pequeños relatos separados y unidos por sensibilidades diversas. Así, los rela-
tos han sido agrupados en cuatro visiones, en función de las diversas sensibilidades.
Cada visión está guiada por una disciplina que define sus preferencias: la historia
marca el tono de la visión culturalista de la ciudad; la sociología y la economía el de
la visión sociológica; la ciencia y la filosofia el de la visión organicista; y la técnica el
de la visión tecnológica. Su entrecruzamiento con la anquitectura y el urbanismo nos
informa del impacto que las múltiples realidades contemporáneas --cultura, polfti-
ca, sociedad, economía, filosofia, etc.- están ejerciendo sobre el espacio urbano.

Sin embargo, aquí no acaba la apuesta por los pequeños relatos como forma de
aproximación a la ciudad. Si las cuatro visiones urbanas descritas nos remiten a las
distintas sensibilidades que reglan su estudio, dentro de cada una de ellas se des-
pliegan diferentes intereses que nos conducen a ideologías y afectos aún más espe-
cíficos. Éstos también han sido agrupados -en este caso en los capftulos que com-
ponen cada una de las cuatro partes del libro- y aluden, ahora sí, a "modelos" de
ciudad. ..; pero a modelos que no son universales ni generalizables, sino pequeños
relatos limitados en el espacio y en el tiempo, circunscritos a territorios determi-
nados por intereses concretos. El resultado de esta confluencia de sensibilidades e
intereses son las doce "ciudades" que componen el texto: la ciudad de la disciplina,
LYOTARD, jean-Franccrs. Lo
la ciudad planificada, la ciudad poshistórica, la ciudad global, la ciudad dual, la ciudad Condirion postmoderne. Rapport
del espectáculo, la ciudad sostenible, la ciudad como naturaleza, la ciudad de los sur le sovoir. Éditicns de Minuit.
cuerpos, la ciudad vivida, la ciberciudad y la ciudad chip. Paris, 1979; (versión castellana:
lo condición posmodemo.
Informe sobre el saber. Ediciones
Finalmente, para concretar fsicamente este bagaje teórico, cada una de las cuatro Cátedra. Madnd. 1994.
partes del libro se complementa con un apéndice dedicado a una ciudad específica pags, 9-12).
El apéndice 1,asociado a la visión culturalista, se ocupa de Berlín; el 11,vinculado a la
sociológica. de Los Ángeles; el 111,ligado a la organicista, de Tokio; y el IV, comple-
mento de la tecnológica, de Houston.

Doce ciudades, doce realidades urbanas que confluyen, como si de una sucesión de
capas se tratara, en una misma: en la ciudad del siglo XXI ..., en la ciudad hojaldre.
Berl'n propuesta para el Memorial
de+Ho-ocausto Pere- E·senmdn
ZIJ(l'

la población y de los pohucos berfineses. Sin embargo, era muy diferente: el Muro
representaba un pasado traurnatrco ajeno a la "evolución natural" de la Ciudad. N,
la "reconstrucción cntica". ni la "Ciudad europea", ni la Vorswdt entendían de lace-
raciones, POI- lo que se decidió reincorporarlo a la estructura productiva de la CIU-
dad poshistonca. Tan sólo unos cuantos tramos fueron calificados como "lugares
del recuerdo" y preservados de la piqueta. Sobre el más singular de ellos. dos hec-
táreas de terreno situadas al norte de Potsdamer Platz. se pretende coostruir el
Memonal del Holocausto. una ernotrva propuesta diseñada POI- Peter Ersenrnan
que contempla la construcción de I 500 túmulos de diversas alturas. además de
una serie de estancas subterráneas dedicadas a los pnnopales grupos sociales víc-
timas del exterrrunio nazi (judíos. gitanos y homosexuales).

Berbn, de ciudad de la drsophoa a ciudad poshrstónca pasando por el fracaso de


la ciudad planificada. Finalmente, el laboratono berhnés. donde se expenmentó
con la posibilidad de dar forma a un modelo de desarrollo urbano social. culto y con-
trotado desde la adrmrustracrón, no consguio elaborar ninguna receta verdadera-
mente convincente. Eso sI. ha puesto en evidencia las dificultades de la visión cultu-
ralista de la ciudad para lidiar en los ruedos urbanos contemporáneos No es poco
2. La visión sociológica de la ciudad
Desde sus inicios, la sociología encaminó esfuerzos a intentar comprender los
caracteres originarios de la modemidad; pronto descubriría que estaban escritos
sobre las ciudades, Nacía así la visión sociológica. la identificación de la ciudad con
la sociedad que la habita

Sus orígenes se remontan a mediados del siglo XIX, cuando aparecieron los prime-
ros escritos de Karl Marx y Friedrich Engels.Si bien en un principio la teoría mar-
xista se centró en el conflicto campo-ciudad, pronto se reorientó hacia las conse-
cuencias que el proceso productivo capitalista tenía en la vida cotidiana del
proletariado urbano. La ciudad se convirtió en el escenario de la lucha de clases,
y el pensamiento marxista recondujo los hechos urbanos hacia los motivos que le
interesaban: la relación con el mundo del trabajo y la producción, y la actividad
social como enmascaramiento de la lógica polftico-económica del sistema. En este
encuadre, la ciudad fue denunciada como una "superestructura", es decir. como
una interpretación ideológica del mundo que tendía a justificar el orden social capi-
talista y ocultar la realidad que imponían por sus condiciones de producción. Como
respuesta a esta supuesta tergiversación, el marxismo postuló que era necesario
ejercer sobre ella una critica social para revelar su verdadera identidad.

A partir de esta máxima se desarrolló la visión sociológica de la ciudad. En el siglo


xx las aproximaciones de Georg Simmel, Max Weber, Wemer Sombart, Walter
Benjamin y la Escuela Ecológica de Chicago la enriquecieron con componentes no
estrictamente productivos -polftica, personalidad, psicoanálisis, etc.-, en tanto
que datos culturales igualmente importantes para entenderla. Estos discursos com-
partían el reclamo marxista de desenmascar la superestructura, lo cual impregnó la
crítica social urbana de una forma de pensamiento negativo que no cejó en acusar
a la ciudad de connivencia con el sistema capitalista. La identificación ciudad/capita-
lismo/injusticia social quedó así consagrada como eje de la visión sociológica para
el resto del siglo xx.

En las últimas décadas del siglo pasado, esta visión ha experimentado un resurgi-
miento espectacular. propulsado por el estallido de la Crisis del Petróleo y la consi-
guiente reestructuración del sistema El nuevo objetivo que ha asumido la visión
sociológica de la ciudad ha sido repensar las estrategias de producción y difusión
tardocapitalistas, y hacerla a una doble escala: la intemacional y la específicamente
urbana. Manuel Castells, catedrático de Planificación Regional en la University of
Califomia-Berkeley y el sociólogo marxista más influyente de esta última etapa,
ha liderado y reorientado el debate hacia la globalización y el consumo de masas.
En esta parte del libro desarrollaremos los discursos que la visión sociológica ha ido
construyendo en torno a estos temas. En el capítulo dedicado a la ciudad global,
nos centraremos en la lógica productiva urbana; en el de la ciudad dual, atendere-
mos a las implicaciones que dicha lógica tiene para el tejido social; en el denomina-
do la ciudad del espectáculo, a los espacios para el ocio, la cultura y el consumo;
y en el de la ciudad sostenible, desarrollaremos las posturas que se postulan como
alternativas a los tres modelos anteriores.

La ciudad global

• Reestructuración económica y modo de desarrollo informacional:


el espacio de los flujos

Tras la Crisis del Petróleo de 1973 se puso en marcha un proceso de reestruc-


turación económica que fue emprendido a la vez por empresas y gobiernos y
que puso fin a tres décadas de Estado del Bienestar De este período, Manuel Cas-
tells' ha destacado dos características: la retirada del Estado de la economía y la
expansión geográfica del sistema hacia una globalización que abarca al capital,
la fuerza de trabajo y la producción. Esta reestructuración no hubiera sido viable
si, en aquellos mismos años, no hubiese confluido con un modo de desarrollo
denominado "informacional", cuya base eran las nuevas tecnologías: la informáti-
ca, que revolucionó el procesamiento de información; y las telecomunicaciones,
que permitieron la interconexión entre ordenadores y la creación de sistemas de
información, Lo que denominamos "tardocapitalismo" es fruto de la confluencia
e interacción del proceso de reestructuración económica y el modo de desarro-
llo informacional.

De esta síntesis histórica ha surgido una nueva espacialidad que se ha dado en


llamar "el espacio de los flujos".' Es decir. un sistema integrado de producción y
consumo, fuerza de trabajo y capital, cuya base son las redes de información. La
reorganización espacial de las actividades económicas que de él se ha derivado ha
afectado especialmente a tres sectores: la industria, donde la producción se
CASTELLS, Manuel. Lo ciudad
jn(ormacional. Tecnologías de lo ha transferido de los países avanzados a zonas menos desarrolladas, pero con
m(ormodón, reestructurtXÍón salarios más bajos; el trabajo de oficina, que ha permitido la relocalización de las
económico y el proceso urbano-. empresas en cualquier lugar del mundo; y el sector financiero, en el cual, gracias
regional [1989], Alianza Editorial,
a un proceso previo de desregulaciones legales, también ha propulsado una
Madrid, 1995.
1 Ibid., págs. 190 y ss. expansión global.
Esta reorganización ha transformado la geogratra productiva del planeta Las dife-
rencias que antes separaban los distintos lugares en privilegiados o perjudicados,
según contaran con puertos, carreteras, ferrocarriles, etc., cada vez tienen menos
importancia, ya que el acceso al espacio de los flojos no depende tanto de esas
infraestructuras como de las mucho más asequibles nuevas tecnologías. Esto no
quiere decir. sin embargo, que el lugar geográfico no cuente. En su libro The New
Geogrophy.' [oel Kotkin, profesor de la Pepperdine University. defiende que hoy en
día el emplazamiento es más importante que nunca, es decir. que la decisión acer-
ca de dónde instalar una empresa depende cada vez más de las características
específicas de un determinado lugar La clave para entender esta paradoja radica en
la importancia que han adquirido los profesionales altamente cualificados para
unas actividades económicas cuya base son la inteligencia y la información. Sus pre-
ferencias respecto al lugar de residencia son determinantes a la hora de decidir
dónde ubicar una empresa, lo cual ha generado que la calidad de vida se convier-
ta en el parámetro más sustancial, por delante de los sistemas impositivos, las regu-
laciones urbanísticas o el coste del suelo. No es de extrañar. por tanto, que los pla-
nes estratégicos de las ciudades de todo el mundo insistan en esta cuestión.

Este aspecto explica también que los triunfadores de la nueva geogratra generada
por el espacio de los flujos sean lugares bendecidos por climas benignos, paisajes
atractivos, entornos históricos, etc., cualidades que no pueden ser transmitidas por
los cables de fibra óptica. Esta lógica apunta en múltiples direcciones, y una de ellas
lo hace hacia las áreas rurales. A finales de la década de 1990, las zonas de más rápi-
do crecimiento tecnológico de Estados Unidos estaban situadas en Estados tan
poco urbanos como Colorado, que ahora cuenta con una concentración de pro-
fesionales de la alta tecnología más elevada que Massachusetts (cuna de este tipo
de industrias). Esta eclosión económica ha ido acompañada de una explosión
demográfica: entre 1990 y 1994, un 75 .% de las áreas rurales norteamericanas
aumentó su población Tal como indica Kotkin, este fenómeno refleja la singularidad
geográfica que caracteriza al espacio de los flujos: por primera vez en la historia se
produce una emigración ciudad-campo cuyos protagonistas son los muy urbanitas
white coñorz.

Como acabamos de decir. su destino preferente son lugares privilegiados desde el


punto de vista paisajístico: las zonas rurales de Nueva Inglaterra, las estribaciones , KOTKIN. joel The New
Geogrophy. HOIN the Digita/
de los Apalaches, y las colinas y valles de las cordilleras montañosas del oeste. Este
RevoIution is Reshaping the
fenómeno está convirtiendo lo que otrora fueran somnolientas aldeas en impor- Am_ricCJ(l londscope. Randorn
tantes centros financieros, de tecnología y de salud. En 1950, Park City era un pue- House. Nueva York. 2000.
blo fantasma de 500 habitantes. Hoy supera los 12.000. la mayoría de ellos con
altos niveles de renta. y constituye el paradigma de la nueva elegancia rural: sofis-
trcadas residencias. exóticos restaurantes. cosmopolitas galerías de arte. etc. El
presidente del Banco Mundial y el ex presidente de Pepsico. además de Harrison
Ford y Oliver Stone. tienen casa allí.Park City se encuentra en Utah. un estado
donde el 90 % de la población es de origen anglosajón. Quizás no sea casualidad.
El hecho de que las nuevas mecas de este éxodo posurbano sean zonas predo-
minantemente blancas. ha hecho sospechar a más de un autor de la visión socio-
lógica de la ciudad que tras esta "vuelta al campo" se oculta una nueva forma de
segregación racial.

Pero. mientras que la riqueza económica y social se expande por las zonas rurales.
¿qué ocurre en las ciudades? ¿Qué lugar ocupan en el espacio de los flujos?¿Escier-
to. como muchos auguraban. que éste amenaza con disolverlas? Algunos datos
demográficos parecen apuntar en esa dirección. Desde mediados de la década de
1960. las 25 ciudades más pobladas de Estados Unidos perdieron cuatro millones
de habitantes. mientras que el país creció sesenta.

Sin embargo. la profecía de la desaparición de las ciudades. tan popular en la déca-


da de 1970. ha demostrado ser un boutode. La poderosa tendencia descentraliza- 59
-2-
dora que caracteriza al espacio de los flujos es muy paradójica. ya que aparece en
sintonía con agudas vocaciones que apuntan en sentido contrario. Para Saskia Sas-
seno' profesora de Urbanismo en la University of California-Berkeley.esta dicoto-
mía centralización-descentralización obedece a una lógica interna del tardocapita-
lismo que es perfectamente explicable. La clave está. en primer lugar. en que la
descentralización de las actividades económicas no ha ido acompañada de una
descentralización paralela en la propiedad del capital.Así. la mayoría de las peque-
ñas empresas locales desparramadas por el globo ejecutan servicios subcontrata-
dos por firmas multinacionales. que son las propietarias del capital. En segundo
lugar.la dispersión territorial que caracteriza a la "cadena de montaje global" eXige
un control y una dirección altamente centralizados desde el punto de vista espa-
cial. La coordinación de las plantas de producción que Volkswagen mantiene en
México. Brasil.Nigeria y República Checa sería inviable si las decisiones no partie-
SASSEN. Saska. The Globol Oty.
Ne.v York. London, Tokyo, ran de un mismo lugar: Wolfsburg. Alemania. Ambas razones explican que la pre-
Princeton University Press. dicción según la cual las telecomunicaciones provocarían una radical dispersión de
Princetoo (Nueva Jersey). 1991: los recursos económicos no se haya cumplido. y que algunas ciudades sigan desem-
(""""'" castellana: lo oudod
global: Nuevo York. ToIoo.lcxxJres. peñando un importantísimo papel en el espacio de los flujos.Son las ciudades glo-
Eueba. Buenos Ai= 1999). bales.la cuarta capa de la ciudad hojaldre.
En efecto, cuanto más se globaJiza la economía más se concentran las funciones
centrales en unas cuantas áreas metropolitanas. Tal como ocurría en el caso de
las zonas rurales, también aquí el lugar geográfico cuenta. Uno de los principales
factores en la selección de las ciudades globales es la red de telecomunicaciones,
una red que no es isótropa. Para rentabilizar las enormes inversiones que requiere
su construcción es necesario garantizar que circulen por ella una gran cantidad de
flujos. Ésta es la razón por la cual la implantación de las redes de cables de fibra
óptica han seguido la misma lógica que la construcción de líneas de ferrocarril en
el siglo XIX: conectar las metrópolis donde se encuentran los centros de poder.
En estos lugares se genera una información privilegiada que no circula por la red y
que es vital para la toma de decisiones de alto nivel. Numerosas empresas se ins-
talan a su sombra, lo que convierte a las urbes que los albergan en grandes emi-
soras y receptoras de datos, es decir.en ciudades altamente rentables como nodos
del espacio de los flujos.

Este factor ha reactualizado el sistema urbano heredado del siglo XIX como red
de ciudades globales. Manuel Castelís' reduce su número a tres: Londres, Nueva
York yTokio.Londres por ser el primer mercado financiero del mundo; Nueva York
por ser el principal receptor de flujos de capital y exportador de servicios; yTokio
por ser el mayor prestamista de capital y sede de los bancos más importantes.
Para otros autores, sin embargo, esta selección es demasiado reductiva e indican un
mayor número de ciudades globales. Lo que es evidente, al menos, es que existen
muchas que pretenden alcanzar dicho status. Son capitales ubicadas en los grandes
ejes de desarrollo tardocapitalista. En Europa serían dos: la tradicional "banana",
que nace en Londres, cruza al Randstad holandés, pasa por Bruselas, baja por
Francfort del Meno y las ciudades de la cuenca del Rin,alcanza Zúrich y concluye
en Milán;y el de la zona sur. en parte emergente, que atraviesa Barcelona, Milán,
Múnich yViena. París, Berlín y Madrid quedan fuera de estos ejes, pero las multimi-
llonarias inversiones que sus respectivos gobiernos están realizando en comunica-
ciones van encaminadas a superar dicha adversidad. En Estados Unidos los tradi-
cionales centros productivos de la época fordista (Nueva York, Chicago, Detroit.
etc.) se han puesto en jaque por el denominado sunbe/t el agresivo "cinturón del
sol" que enlaza San Diego, LasVegas,Phoenix, Dalias,Houston, Atlanta y Miami.Por
último se encuentran ambas orillas del Pacífico,el Pacific Rim, una de las grandes
novedades de la geografía tardocapitalista. Sus estrellas más luminosas son Tokio,
Seúl, Pekín,Shanghai, Hong Kong,Bangkok y Singapur.en la orilla asiática; Los Ánge-
les y San Francisco en la orilla norteamericana; y Sidney en Oceanía.
• Lógica productiva y espacial de la ciudad global

¿Qué funciones del sistema económico globalizado se desempeñan en estas ciu-


dades? El adjetivo posindustrial con que suele calificarse a la sociedad contempo-
ránea nos ofrece una inicialpista sobre el tema. si bien es necesario matizaría. Es
cierto que el primer sector productivo en abandonar la ciudad global fue la indus-
tria. a la que el espacio de los flujos asignó nueva ubicación en los países en vías de
desarrollo.También lo es que su marcha dejó atrás multitud de áreas urbanas aban-
donadas. Sin embargo, Allen J.Scott,' profesor de Geogralia en la School of Public
Policy and Social Research de la University of California-Los Ángeles (UCLA), se
opone a que se aplique el término "posindustrial" a la ciudad global,pues está con-
vencido de que la industria sigue siendo el motor de desarrollo del tardocapitalis-
mo. Dos hechos lo demuestran: que los servicios al productor sean, en gran parte,
servicios industriales; y que lo que controla el sector terciario en el ámbito global
sea la industria. Por ello. Scott prefiere hablar de procesos de "desindustrialización"
(desmantelarniento de industrias obsoletas) y "reindustrialización" (implantación de
otras nuevas). Edward W. Soja,' profesor de Urbanismo en la University of Califor-
nia-Los Ángeles y uno de los más afamados representantes de la denominada LA
School de critica urbana y estudios territoriales, ha calificado estas dinámicas, con-
trarias pero complementarias, como "desterritorialización" y "reterritorialización",
es decir. desmonte de una realidad dada y sustitución por otra nueva.

Los argumentos de Allen J.Scott se ven confirmados por la presencia en las ciuda-
des globales de industrias tan dinámicas como las del sector de la alta tecnología,
estrechamente vinculadas con centros de investigación y desarrollo. Estas"fábricas"
se concentran en los denominados "parques tecnológicos", impecables centros de
producción e investigación que en nada recuerdan a los enormes y contaminantes
complejos fabriles de la ciudad moderna Junto a estas industrias modélicas, avan-
zadas, limpias y en las que trabaja un personal altamente especializado, convive el
polo opuesto: actividades industriales de menor rango que dan respuesta a las
demandas más cotidianas de la sociedad pos moderna. actividades que han conso-
• SCOTT,Allenj.,Merropo/is:From lidado en la ciudad global un sector productivo degradado.
DMSlon of labour re Urbon Form,
University of California Press,
Berkeley/Los Ángeles, 1988. Pero posindustrial o no. es evidente que los servicios han sustituido a la industria
, SOlA Edward w.. como primer sector económico de la ciudad global, un ente cuya principal función,
Postmeuopolis. CrrticaI Studies o(
controlar y dirigir la organización económica mundial, es eminentemente terciaria
Gres and Regions. Blackwell
Publishers, Oxford, 2000, y se ejecuta desde las sedes centrales de las corporaciones y bancos transnaciona-
págs. 148-153. les. Una segunda actividad, igualmente terciaria, que se desarrolla en la ciudad glo-
bal, la más importante en términos de generación de empleo, es la que se deriva
de los servicios avanzados a la producción: asesoramiento legal y financiero, inno-
vación, desarrollo, diseño, marketing, estudios de mercado, etc., servicios que pres-
tan bancos, entidades financieras, oficinas de asesoría jurídica, firmas de publicidad,
gabinetes de auditorías, management consultmgs,etc. En tercer y último lugar cabe
mencionar a las empresas que satisfacen los nuevos hábitos de consumo de la
sociedad contemporánea; empresas que hacen especial hincapié en la moda, el
ocio y la cultura,

Esta lógica productiva ha inducido una profunda reorganización del espacio urba-
no, El binomio centralización-descentralización que caracteriza al espacio de los
flujos vuelve a reproducirse aquí, en este caso con el fenómeno del coprotagonis-
mo del centro y la periferia Ambos son esenciales para la ciudad global. Desde el
primero se ejercen las actividades de control y dirección, Al igual que ocurría con
las zonas rurales, los gestores de estas funciones han sido enormemente selectivos
a la hora de elegir la ubicación de sus sedes y han optado por lo que se ha dado
en llamar "espacios de sobrecentralidad', En ellos se concentran, por un lado, las
oficinas centrales de las grandes corporaciones financieras e industriales; por otro,
empresas de servicios dirigidas al productor y que requieren un contacto directo
con los centros de poder. Con estas dos actividades conviven multitud de servi-
cios de menor rango que garantizan el funcionamiento cotidiano de estas áreas:
limpieza, mantenimiento, mensajería, almacenamiento, etc.

Otro de los factores que determina la localización de los espacios de sobrecen-


tralidad también es afín al que fija las ciudades globales en el espacio de los flujos:
contar con una infraestructura tecnológica adecuada, A éste se suma un tercero
no menos importante: poder presumir de un bagaje histórico apropiado, de un
ambiente social,comercial y cultural de calidad que responda adecuadamente a los
requisitos de representación, prestigio y apariencia que exigen las corporaciones
transnacionales que dirigen el espacio de los flujos, Ambas condiciones apuntan
hacia los centros históricos, lugares que suelen contar con la red de infraestructu-
ras más desarrollada de la ciudad, además de con un marcado carácter simbólico,
Manhattan en Nueva York,la City en Londres, Marunouchi en Tokio,etc.: sólo encla-
ves tan selectos como éstos pueden aspirar a desempeñar funciones de sobre-
centralidad en el ámbito global.

La componente de descentralización, por su parte, se pone de manifiesto en el


esplendor de las periferias de las ciudades globales, Los altísimos precios del suelo,
bal, la más importante en términos de generación de empleo, es la que se deriva
de los servicios avanzados a la producción: asesoramiento legal y financiero, inno-
vación, desarrollo, diseño, marketing. estudios de mercado, etc., servicios que pres-
tan bancos, entidades financieras, oficinas de asesoría jurídica. firmas de publicidad,
gabinetes de auditorías, management consu/tings,etc. En tercer y último lugar cabe
mencionar a las empresas que satisfacen los nuevos hábitos de consumo de la
sociedad contemporánea: empresas que hacen especial hincapié en la moda, el
ocio y la cultur~

Esta lógica productiva ha inducido una profunda reorganización del espacio urba-
no. El binomio centralización-descentralización que caracteriza al espacio de los
flujos vuelve a reproducirse aquí, en este caso con el fenómeno del coprotagonis-
mo del centro y la periferia. Ambos son esenciales para la ciudad global. Desde el
primero se ejercen las actividades de control y dirección. Al igual que ocurría con
las zonas rurales, los gestores de estas funciones han sido enormemente selectivos
a la hora de elegir la ubicación de sus sedes y han optado por lo que se ha dado
en llamar "espacios de sobrecentralidad". En ellos se concentran, por un lado, las
oficinas centrales de las grandes corporaciones financieras e industriales; por otro,
empresas de servicios dirigidas al productor y que requieren un contacto directo
con los centros de poder. Con estas dos actividades conviven multitud de servi-
cios de menor rango que garantizan el funcionamiento cotidiano de estas áreas:
limpieza. mantenimiento, mensajería, almacenamiento, etc.

Otro de los factores que determina la localización de los espacios de sobrecen-


tralidad también es afín al que fija las ciudades globales en el espacio de los flujos:
contar con una infraestructura tecnológica adecuada. A éste se suma un tercero
no menos importante: poder presumir de un bagaje histórico apropiado, de un
ambiente social,comercial y cultural de calidad que responda adecuadamente a los
requisitos de representación, prestigio y apariencia que exigen las corporaciones
transnacionales que dirigen el espacio de los flujos. Ambas condiciones apuntan
hacia los centros históricos, lugares que suelen contar con la red de infraestructu-
ras más desarrollada de la ciudad, además de con un marcado carácter simbólico.
Manhattan en Nueva York,la City en Londres, Marunouchi en Tokio,etc.: sólo encla-
ves tan selectos como éstos pueden aspirar a desempeñar funciones de sobre-
centralidad en el ámbito global.

La componente de descentralización, por su parte, se pone de manifiesto en el


esplendor de las periferias de las ciudades globales. Los altísimos precios del suelo,
unidos a los problemas de deterioro ambiental y social que se viven en los centros
urbanos, han empujado a muchas multinacionales a descentralizar parte de sus
actividades, las menos decisivas y representativas, hacia subsedes ubicadas en zonas
suburbanas, En 1974, Sears, Roebuck & Co, construyó en el Loop de Chicago la
Torre Sears, un impresionante rascacielos que ostentaba el titulo de ser el edificio
más alto del mundo. Dieciocho años después, abandonaba 37 de las 40 plantas que
ocupaba en él y desplazaba a 5.000 de sus trabajadores a Hoffmann States, uno
de los más pujantes y lejanos suburbios del noroeste de la ciudad, La misma histo-
ria se repetía en Nueva York: la Union Carbide trasladó a 3.200 empleados desde
su rascacielos en la elegante Park Avenue hacia anodinos edificios situados en el
extrarradio. Y esto no sólo se producía en Estados Unidos, sino que fenómenos
similares ocurrían en los encantadores centros históricos europeos. En Londres, la
BBC amenazaba con abandonar su muy representativa sede de Regent's Street
para mudarse a un anónimo edificio de aluminio en la periferia A las multinaciona-
les le siguieron infinidad de compañías de menor rango que no podían hacer fren-
te a los altísimos costes de localización de las áreas de sobrecentralidad. Como
resultado de esta dinámica, el 90 % del espacio de oficinas que actualmente se
construye en Estados Unidos se ubica fuera de los centros urbanos,

• Gran escala y macroinfraestructuras: "metápolis"

El exponencial crecimiento periférico de las ciudades globales ha situado las cues-


tiones de la escala y las infraestructuras en el centro del debate de la visión socio-
lógica.Tal como argumenta EdwardW Soja," vocablos tan expansivos como "rnega-
lópolis" o "megaciudad" se han quedado cortos para definir estos inmensos
territorios urbanos, fragmentados y policéntricos, donde se ha perdido todo foco
y todo límite, Por ello, Francois Ascher.' profesor dellnstitut Francais d'Urbanisme,
ha propuesto un nuevo término: "metápolis".

Su reflexión partió de la constatación de que las grandes ciudades contemporá-


neas no crecían ya por dilataciones, sino por la integración en su funcionamiento
de zonas alejadas, no contiguas y no metropolitanas, Este fenómeno está induda-
blemente vinculado al uso del automóvil, pero también, y muy especialmente, a la
aparición de los transportes colectivos de alta velocidad --como el TGV- que
• lbid. pág. 218.
han permitido que miles de personas trabajen a centenares de kilómetros de su
ASCHER. Francos. Métopo/ls.
Ou I'CNeflIr des VII/es, ~ÓIbOns
lugar de residencia Ello ha favorecido la discontinuidad de la urbanización y la
Odde jacob, Pari, 1995. irrupción del denominado "efecto túnel", es decir. de enormes vacíos metropolita-
,. •• •• u
tI' '" ~ JI! "

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-.J."",,'
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11II S tP"'" •

Delta del río Perla:


nos (los lugares donde el tren no efectúa paradas) que separan densos núcleos de Shenzen-Hong-Kong
actividad urbana. El resultado es la metápolis. un espacio geográfico cuyos habitan-
tes y actividades económicas están integrados en el funcionamiento cotidiano de
una gran ciudad. pero. a la vez. profundamente heterogéneo y discontinuo. cuyos
principios organizativos derivan de los sistemas de transporte de alta velocidad.
Estos sistemas determinan jerarquías territoriales donde las estaciones del TGV y
los aeropuertos. más que las autopistas. asumen el protagonismo.

La metápolis pone de manifiesto la importancia que las infraestructuras territoria-


les tienen en la articulación de la ciudad global. Líneas de metro. trenes de alta velo-
cidad. aeropuertos. autopistas. conducciones de abastecimiento. cableado de tele-
10 KOOLHAAS. Rem. et aL
comunicaciones. antenas. satélites. etc., son su sine qua non. En pocas zonas del Mu<ooones. Actan Barcelooa,
planeta este hecho se hace más patente que en el delta del río Perla. Rem Koolha- 2000. págs. 309·335.
as'" y SU taller de proyect~s de Harvard University, el "Harvard Project on the City",
han estudiado esta reglon ~el sur de China donde coexisten seis metrópolis:
Guangzhou, la antigua ~anton; Shenzhen y Zhuhai, dos ciudades nuevas pertene-
cientes a Zonas EconomlCas Especiales; las ex colonias de Hong Kong y Macao;
y Dongguan. Entre todas suman 12 miUones de habitantes, pero se espera que en
el año 2020 este terntono se haya convertido en una inmensa metápolis de 36
miUones cuyo funcionamiento tan sólo podrá ser garantizado por macroinfraes-
tructuras. El proceso ya está en marcha: en 1996 la zona contaba con 350 km de
~ autopistas, actualmente están en construcción 1.500, además de varios puentes
que unen ambas orillas del delta (uno de ellos, entre Zhuhai y Hong Kong.de 90 km
de longitud). En el área existen, además, cinco aeropuertos, el más grande de los
cuales, el de Chek Lap Kok en Hong Kong. mueve 38 miUones de pasajeros al año.

Los fenómenos que se están produciendo en el delta del río Perla escapan a las
teorías y metodologías urbanísticas que defiende la visión culturalista de la ciudad.
No sólo se trata de la escala. sino también de los tiempos inducidos por un desa-
rroüo urbano imparable. Para alojar a los 24 millones de personas que se espera
que lleguen a la zona en las próximas dos décadas, cad~ año se construyen 700.000
km' de ciudad. Los productos resultantes de esta dlnamlca revelan concepciones
urbanas y arquitectónicas totalmente novedosas, concepciones que Koolhaas ha 65
-2-
denominado "arquitectura Photoshop": la reproducción mecánica de un número
limitado de opciones combinables entre sí.

Esta radical simplificación de la arquitectura y el urbanismo es consecuencia de la


ausencia de un adecuado marco teórico desde el cual abordar realidades urbanas
como las del delta del río Perla. Responsables de ellc son, en cierta medida, los
teóricos de la visión cultura lista, que tradicionalmente han despreciado este tipo de
fenómenos.

En los últimos años, sin embargo, se ha extendido el convencimiento de que es


esencial que los arquitectos y urbanistas encajen .Intelectualmente estos "engen-
dros" si no quieren quedar fuera del n;odo operativo contemporáneo y ser confi-
nados en las torres de marfil de la teona discipíinar.Es preciso que asimilen las leyes
propias del sistema, establezcan critenos de organización del proceso de transfor-
mación urbana en los tiempos reales e~ que se plantea Esto se ha traducido en
una puesta en valor de las respuestas técrncas frente a las culturalistas, respuestas
que rigen los proyectos urbanos de profesionales tan reconocidos como Rem
Koolhaas, Ben van Berkel o MVRDV.
" SASSEN. Saskía. op. 0< pág 10
La ciudad dual

Fiel a sus fuentes ideológicas, la visión sociológica de la ciudad no ha olvidado su


vocación de crítica social, orientada hacia el desenmascaramiento de la superes-
tructura capitalista y la denuncia de las injusticias. Este papel ha adquirido un cre-
ciente protagonismo tras varias décadas de globalización que han propagado desi-
gualdades sociales desconocidas en Occidente desde el final de la 11Guerra
Mundial. Como apunta Saskia Sassen," la realidad ha demostrado que la polariza-
ción social es intrínseca al orden tardocapitalista, donde los trabajos a cambio de
bajos salarios son claves para el crecimiento económico. ¿Qué sería de Chicago
sin los miles de mexicanos que se ocupan de la limpieza, la seguridad o las tareas
domésticas? ¿Qué sería de París sin los miles de magrebíes que se ocupan de los
jardines, las lavanderías o los supermercados? A pesar de la pujanza de sus res-
pectivas ciudades y de que su trabajo es fundamental para garantizar su funciona-
miento, la mayoría de ellos viven hacinados en cochambrosos apartamentos de
barrios ultradegradados. El declive social, por tanto, ha dejado de ser un indicati-
vo de decadencia para convertirse en un complemento del desarrollo. La ciudad
global nos descubre, así,su segunda naturaleza: la de ciudad dual, quinta capa de la
ciudad hojaldre.

La radical transformación que ha experimentado el mercado laboral es lo que


ha instalado la lógica de la desigualdad en la ciudad contemporánea Para algunos ha
supuesto la desaparición de la estabilidad en el empleo y el consiguiente aumento
de las subcontratas, el trabajo informal,el trabajo a tiempo parcial y la pobreza. Para
otros, ha supuesto la oportunidad de acceder a empleos excepcionalmente bien
remunerados. Los trabajadores de poca cualificación se aglutinan en tres sectores:
la industria poco tecnificada, las labores rutinarias de oficina y los servicios no espe-
cializados.Los profesionales altamente cualificados se concentran en el sector de las
finanzas.La conjunción de unos y otros ha disparado la polarización social:si,entre
1945 y 1975, nueve de cada diez salarios norteamericanos alcanzaban un nivel
medio, hoy lo son cinco de cada diez.

Ello ha puesto en crisis la estructura social heredada del Estado del Bienestar, que
se caracterizaba por el imperio de una inmensa clase media con leves variaciones
hacia arriba o hacia abajo. Actualmente, la clase alta ha aumentado espectacular-
mente por la aparición de "nuevos ricos", personas que han llegado a la cumbre
gracias a actividades económicas muy diversas. Entre ellos y la clase media se si- Página anterior:
túan los profesionales anteriormente mencionados que, en ciudades como Nueva Chengdu: "arquitectura Photoshop"
York,llegan a suponer hasta el 30 % de la población. Sigue la clase media, que sufre
un drástico adelgazamiento, y la clase baja, que experimenta el proceso inverso. El
último peldaño de la achatada pirámide social de la ciudad dual lo conforma la
"nueva pobreza", antiguos obreros expulsados del mercado laboral por la desin-
dustrialización y recluidos en guetos urbanos de los que no pueden escapar debi-
do a las dificultades que encuentran para acceder a la educación y las nuevas tec-
nologías.

La esencia bipolar de la ciudad dual se refleja en el espacio urbano, al que la visión


sociológica señala como parte activa de la segregación, Clase social, raza y nacio-
nalidad son los argumentos que alimentan su espacialidad. De ellos nos ocupare-
mos en los siguientes apartados .

• Lucha por el territorio y fortificación de la ciudad:


comunidades cerradas y espacio público

Uno de los lugares donde la ciudad dual muestra más radicalmente su condición
bipolar es en los centros urbanos norteamericanos. Un prolongado proceso de
decadencia que comenzó cuando la clase media los abandonó en la posguerra dio
lugar a que, a finales de la década de 1960,tan sólo estuvieran habitados por sec-
tores sociales de bajo poder adquisitivo, fundamentalmente proletarios, inmigran-
tes y marginados. El libro Muerte y vida de las grandes ciudades," escrito en 1961
por Jane [acobs. periodista y editora de la revista Architectural Forum, tuvo mucho
que ver en que esta situación revirtiese. El espectacular impacto social y mediáti-
co que causó su enfervorizada defensa de los valores de la ciudad tradicional, pro-
vocó que algunas capitales comenzaran a implementar fórmulas para rehabilitar
barriadas declaradas históricas. La primera en hacerlo fue Filadelfia.que logró, no
sólo recuperar, sino convertir en una de sus zonas más atractivas, el deprimido dis-
trito de Old City,junto al no Delaware. Otras ciudades se aprestaron a seguir el
ejemplo: Pittsburgh, Cincinnati, Baltimore, Atlanta, etc. Esta cadena de actuaciones
convirtió la rehabilitación de los cascos históricos en un negocio potencial que
desató las expectativas de la iniciativaprivada. En la década de 1980 ya eran nume-
u JACOBS, Jane, lile ckorh ond rosos los locales de ocio, cultura y consumo que se habían instalado en estas zonas.
Ufe o( Great American Cides, Los centros urbanos empezaron entonces a renacer, a percibirse como áreas reno-
Vlntage 800"-' Nueva York.
vadas y atractivas que, en muchos aspectos, ofrecían una calidad de vida superior a
1961; (versión castellana: Muerte
y"'*' de las grondes ciudades, la de los lejanos suburbios. La clase media comenzó entonces a contemplar la posi-
Península, Madrid 1973~. bilidad de retomar a ellos.
En Estados Unidos, la reivindicación del patrimonio social como elemento indeslin-
dable del patrimonio urbano no se produjo, por lo que la rehabilitación fue acom-
pañada de masivos desplazamientos de población. Los pioneros en volver a residir
en los cascos históricos fueron los yuppies, jóvenes profesionales que trabajaban en
distritos financieros cercanos. Estos personajes típicamente posmodernos, seres
sofisticados, cosmopolitas y con pretensiones culturales, encontraron en sus viejos
edificios originales residencias que les diferenciaban del resto de los mortales. Su
llegada desató una imparable espiral de crecimiento del precio de las viviendas
que, paradójicamente, acabó cohvirtiendo al centro urbano en un espacio residen-
cial de lujo, inaccesible para las clases obreras, las únicas que habían permanecido
en él tras la diáspora de las décadas de 1950 y 1960. Los antiguos residentes,
pobres y de edad avanzada, así como los comercios tradicionales fueron sustitui-
dos por jóvenes adinerados y tiendas de estilo. Este proceso de expulsión de la
población originaria y posterior suplantación por otra de un poder adquisitivo
mayor ha sido denominado como "gentrificación". Los lujosísimos lofts construidos
en los anteriormente abandonados distritos históricos de Nueva York,San Francis-
co, Baltimore o Washington son una muestra ejemplar de la magnitud que este
fenómeno ha alcanzado en las ciudades contemporáneas.

Nueva York barrio del SoHo,


epítome del proceso de
"gentrificacion".
La visión sociológica de la ciudad lo ha convertido en uno de sus temas favoritos.
paradigma de la lucha por el territorio en la ciudad dual. La gentrificación ha sido
denunciada tanto por la injusticia social que supone como por las nefastas conse-
cuencias espaciales que acarrea. Para más inri, en su promoción trabajan, mano a
mano, los sectores público y privado. LaAdministración se encarga de adecentar las
calles y reparar las infraestructuras, así como de ofrecer ayudas para la rehabilitación
de inmuebles. Los promotores acometen la restauración de los edificios,que son
reconvertidos en lo(ts o apartamentos de lujo.Al transplante de población le suele
preceder la ocupación de la zona por tiendas "de estilo", galerías de arte, estudios -
de danza, restaurantes exóticos, etc., parafernalia necesaria para revestirla con el
glamour y distinción que los yuppies reclaman.

Ejemplos emblemáticos del proceso de gentrificación de los cascos históricos son


los del Marais en París, Kreuzberg en Berlín o Notting Hill en Londres, este último
espoleado por el éxito de la película de Roger Mitchell,una demostración de cómo
cultura mediática y tendencias urbanas son indeslindables en la ciudad contemporá-
nea. Igualmente singular es el caso descrito por Neil Srnith," profesor de la Rutgers
University.en su artículo "New City, New Frontier": el Lower East Side de Nueva
York.En la década de 1970 esta zona, situada en la orilla sureste de Manhattan, no
era más que un enclave empobrecido, plagado de desahuciados edificios decimo- 71
-2-
nónicos. La administración, en vez de ofrecer subsidios que ayudaran a su pobla-
ción a salir del pozo de miseria en que se encontraba. optó por subvencionar la
rehabilitación privada de edificios.Al mismo tiempo, emprendió una campaña de
acoso al mundo de la droga, la prostitución y la delincuencia, campaña que fue
ampliamente contestada por los antiguos habitantes y que llegó a poner en jaque
a la policía de Nueva York. Cuando, finalmente, drogadictos y prostitutas fueron
desplazados, la misma Administración comenzó a adecentar los espacios públicos.
Tras una milagrosa transformación arquitectónica y urbanística, ofreció locales gra-
tuitos en edificios recién rehabilitados a artistas que ganasen menos de 24.000
.) SMITH, Neil, "New City. New dólares anuales. Ellos fueron la avanzadilla de lo que Smith denomina "la conquista
Frontier: The Lower East Srde as de la nueva frontera". A lo largo de la década de 1980, la vanguandia artística de
Wild. Wild, West", en SORKIN. Nueva York se trasladó a la zona, arrastrando tras ella galerías de arte, clubes
MK:hael (ed.). VonotJons on o
Theme Park. The New Amencan
deportivos, restaurantes internacionales y tiendas chic. Actualmente, el otrora tétri-
Gty ond !he Er.d o{ PubIic Spoce. co y peligroso Lower East Side es un lugar sofisticado que hace las delicias de los
Hill and Wanp. Nueva Yor1<, yuppies, empleados en los cercanos distritos financieros del centro de Manhatlan.
1992. págs. 61-93; (ver>lÓn
castellana: Vanaoones sobre un
parQUe rerréecc, Edrtonal
Pero no todo es glamour en los centros urbanos. La gentrificación ha provocado
Gustavo Gili. Barrelora. 2(04). que en su relativamente reducido entorno espacial se vean obligados a convivir los
dos extremos del amplio arco social contemporáneo: los profesionales más cualifi-
cados, que se concentran en las áreas renovadas: y las minorías marginadas, que se
atrincheran en los ultradegradados barrios todavía no afectados por el proceso de
aburguesamiento, Esta cercanía espacial explica que los cascos históricos nortea-
mericanos sean, no sólo las zonas más fragmentadas desde el punto de vista social
y étnico, sino también las más conflictivas. En la ciudad dual se ha desatado una
lucha por el territorio, donde al avance de los conquistadores --clases media y
alta-, se enfrentan sectores marginales que se resisten a abandonar los enclaves
en los que, en su día, fueron confinados. Ejemplos como el del Lower East Side
demuestran la violencia con que dicha lucha se desarrolla,

Este hecho trae a colación otro de los grandes temas de la visión sociológica de la
ciudad en la contemporaneidad: la seguridad y el control. La lucha por el territorio
está convenciendo a los más afortunados de la necesidad de proteger sus enclaves
con muros, barreras, guardas de seguridad y sofisticados sistemas de detección
electrónica, La iniciativa partió de las Home Owners Associations de Estados Uni-
dos, asociaciones de propietarios que querían defender la paz (y la alta rentabili-
dad) de sus exclusivas zonas residenciales frente a los "peligros" que les rodeaban,
Su principal reivindicación era conseguir que las declararan community: un estatuto
72 que según la legislación norteamericana les permite autogestionarse, Dado que,
-2-
como denuncia Mike Davis." profesor de Teoría Urbana en el Southern California
Institute of Architecture, en Estados Unidos community significahomogeneidad de
clase y raza, en clave de clase media alta y blanca, es evidente que su intención no
declarada era segregarse del resto de la ciudad, Surgieron así las "comunidades
cerradas", enclaves cuyos servicios y espacios públicos están consagrados al uso
exclusivo de sus acomodados residentes. Estas comunidades son las protagonistas
de lo que Davis ha denominado "el archipiélago carcelario", es decir, la transforma-
ción del espacio urbano en una sucesión de islas fortificadas, en un territorio frag-
mentado en infinidad de enclaves amurallados,

La lógica social de las comunidades cerradas ha sido descrita por [oel Garreau."
profesor en la School of Public Policyde la George Mason University.Las commun- •• DAVIS, Mike: "Fortress Los
Angeles: The Militarization of
ities son entidades jurídicas privadas que cuentan con todos los servicios de una Urban Soace". en SORKIN,
ciudad convencional: policía, bomberos, recogida de basuras, etc. A falta de Ayun- Michael (ed). op. dt.
tamiento, ¡quién regula todo esto?: las Home Owners Associations, a las que págs. 154-180.

Garreau no ha dudado en calificar como "aberrantes gobiernos en la sombra"." " GARREAU, [oel. Edge (''Y. úr_
an rhe New Fronoer, Doubleday,
Dichas asociaciones acumulan poderes casi ilimitados: imponen tasas, dirimen dis- Nueva Yori<. 1991.
putas, ofrecen protección policial,dispensan servicios de salud, construyen carrete- " lbod. págs 17'i-208.
ras. organizan el transporte público. editan periódicos, recogen la basura, abaste-
cen de agua y electricidad, determinan reglas estéticas y... ofrecen los mejores ser-
vicios sociales de Estados Unidos. Su poder conoce pocos límites y los abusos e
invasiones de los ámbitos de decisión personal no son nada extraños. Las asocia-
ciones de propietarios pueden, por ejemplo, prohibir la construcción de una sina-
goga o determinar qué tipo de personas tienen derecho a residir en la community.
En este sentido, la cantera de anécdotas es inagotable: algunas han prescrito qué
clase de coche está permitido aparcar en la calle, qué vegetación hay que plantar
en el jardín, cuántos animales domésticos y de qué tamaño se pueden tener. si se
admiten niños, o la edad mínima de los residentes (como ocurre en LeisureWorld,
Phoenix, donde no se aceptan personas de edad inferior a 45 años). La inmoralidad
que subyace bajo este tipo de imposiciones aumenta cuando se examina la más que
discutible legitimidad sobre la que se sustentan las asociaciones de propietarios. Sus
miembros rara vez son elegidos democráticamente y cuando lo son no prima la
regla "un hombre, un voto", sino una relación de proporcionalidad que depende
del tamaño de la propiedad que cada ciudadano representa. Es el precio que hay
que pagar por el privilegio de habitar en alguna de las islas paradisíacas del archi-
piélago carcelario.

Otra de las víctimas de la obsesión por la seguridad y el control es el espacio públi- 73


-2-
co.Trevor Boddy," profesor de Historia de la Arquitectura en la Carleton Univer-
sity de Ottawa, ha analizado el fenómeno de las conexiones peatonales aéreas y
subterráneas que, en la década de 1980,invadieron los centros de las ciudades nor-
teamericanas. Inicialmente, este entramado de pasarelas y túneles que conectaban
hoteles con estaciones de ferrocarril, torres de oficinas con centros comerciales,
paradas de metro con establecimientos de ocio, etc., fue justificado como respues-
ta a las inclemencias climáticas de ciudades como Minneápolis,Calgary o Montre-
al. Eltiempo, sin embargo, vendña a demostrar que su proliferación respondía a la
psicosis de la sociedad contemporánea por la seguridad. Estos artefactos extendí-
an al espacio público los sistemas de control que utilizaban en el privado, lo cual
permitía a los "ciudadanos de bien" de la ciudad dual moverse por los centros
urbanos sin necesidad de pisar sus calles..yplazas, es decir. sin necesidad de entrar
en contacto con la pobreza, la delincuencia, la marginalidad, etc.

Il BOODY,Trevor."Underground Pero los sistemas de control no se limitaron a invadir los túneles y pasarelas de esta
and Overhead Building the "ciudad análoga".También los centros comerciales supieron explotar la contempo-
AnaJogous Gty". en SORl<lN.
ránea obsesión por la seguridad con un fin bien claro: canalizar hacia su interior la
Michael (ed.). op. oto
págs. 123-153.
vida urbana que anteriormente se desarrollaba en el espacio público. Un ejemplo
paradigmático es lo que ha ocurrido en la muy culturalista Berlín, más concreta-
mente en su buque insignia:la Potsdamer Platz. Los verdaderos protagonistas de
su tan alardeado espacio público no son ni las alamedas, ni las plazas, ni las calles y
callejones que se multiplican por doquier, sino Arkaden y el Foro Sony.El primero
es un pasaje comercial que atraviesa la zona en dirección norte-sur, una calle plaga-
da de tiendas, cafeterías, terrazas, jardineras, puentecillos y escaleras mecánicas.
Una cubierta de vidrio protege este "espacio público" del duro clima berlinés, y una
legión de cámaras, sensores y alarmas de otras amenazas que acechan fuera. ElForo
Sony.por su parte, es un enorme "espacio público" peatonal e interior de 4.000 m'.
Su diseño, del que es responsable Helmut Jahn, también incide en las característi-
cas más intrínsecas de los hechos urbanos: pintoresquismo, densidad, multiplicidad,
"espontaneidad", etc, para conformar un escenario sugerentemente iluminado y re-
pleto de árboles, bancos, veladores, cabinas de teléfono y demás mobiliario urbano.

Tanto Arkaden como el Foro Sony muestran cómo control y comercialismo van de
la mano en la colonización del espacio público de la ciudad dual. La visión socioló-
gica insiste en denunciar la perniciosa artificialidad que se oculta tras lo que Paul
Golderberg, crítico de arquitectura del New York Times, ha calificado como "entor-
nos urbanoides", es decir, entornos que ofrecen una experiencia urbana filtrada:
reproducen la ciudad real pero evitan sus aspectos más desagradables. En estos 75
-2-
lugares no llueve, no hace frío, no cruzan coches, no hay contaminación, no hay
suciedad, no hay ruidos, etc., pero tampoco mendigos, ni carteristas, ni drogadictos,
ni prostitutas. Ahí está la clave de su éxito, consiste en una ciudad seleccionada que
acaba con la mezcla social y racial para homogeneizar, en clave de clase media, a la
población que se encuentra en ellos. Para muchos grupos sociales, especialmente
los más jóvenes, estos espacios comerciales están sustituyendo a las plazas y par-
ques públicos como lugares de encuentro. Es lo que Boddy ha calificado como "la
suburbanización del centro", la reproducción de los uniformes, monótonos y her-
méticos centros comerciales de las periferias, en los cascos históricos .

• Razas y nacionalidades: conflictos en la ciudad dual

Las desigualdades económicas no son las únicas que alimentan la ciudad dual.Tan
importantes como aquéllas son las diferencias de raza y nacionalidad. Esta realidad
está íntimamente vinculada al fenómeno de la inmigración, que cada año afecta a
I1 KOOLHAAS, Rem. el al.. op. CIt.
entre dos y tres millones de personas en todo el mundo." Esta corriente migrato-
pág. 82. ria obedece a la demanda de mano de obra no cualificada por parte de los secto-
res industriales poco tecnificados y los escalafones inferiores del sector servicios.
Los emigrantes. por tanto. son necesarios para la lógica productiva tardocapitalista
La bipolaridad socioeconómica que caracteriza a la ciudad dual encuentra así una
evidente correspondencia con la cuestión racial.

Las grandes metrópolis son el destino prioritario de los inmigrantes. En Esta-


dos Unidos. más del 30 % llegados desde 1965 tuvieron como meta dos ciudades:
Los Ángeles y Nueva York. El fenómeno es de tal envergadura que, en algunas
urbes, los habitantes de raza blanca se han convertido en minoría. como está a
punto de ocurrir en el valle de San Francisco. una zona donde en la década de .~
1960 el 90 % de la población era blanca mientras que actualmente el 41 % perte-
nece a alguna minoría étnica.

El atrincheramiento de los inmigrantes en guetos raciales. un fenómeno que ya


aquejó a las grandes ciudades norteamericanas. se ha reproducido en las pasadas
décadas. Sin embargo. una nueva componente diferencia a la última generación
con respecto a las anteriores. Mientras que los irlandeses. italianos. chinos y rusos
que llegaron a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX buscaron cobijo en
barrios étnicos situados en los centros urbanos (Chinatown. Little Italy.LittleTokyo.
etc.), el fenómeno de la gentrificación ha obligado a los nuevos inmigrantes a asen-
tarse en las periferias más degradadas de las ciudades. Son enclaves de las décadas
de 1950 Y 1960 que entraron en decadencia por congestión. polución. malos ser-
vicios.etc., y que. tras ser abandonados por la clase media. fueron ocupados por los
recién llegados. Es el caso de los suburbios del norte de Houston (hoy barrios
mejicanos) o del cinturón periférico de Atlanta, ejemplos ambos del nuevo me/ting
pot norteamericano."

La invasión de la periferia por las últimas oleadas de inmigrantes viene a sumarse al


desalojo de la clase obrera de los centros urbanos y su toma por las clases media
y alta. Estos hechos muestran los procesos de desterritorialización y reterritoriali-
zación que están reconstruyendo la espacialidad de la ciudad dual, En el apartado
anterior vimos que. en el caso de los centros urbanos, esta dinámica no estaba
exenta de violencia. En unas ciudades cuyo funcionamiento está basado en la coe-
xistencia de grupos sociales muy distintos pero unidos entre sí por debilísimos lazos
comunes. la irrupción del conflicto es inevitable. Lo mismo ocurre con los guetos
raciales.que frecuentemente se transforman en zonas salvajes en permanente ebu-
llición.Sucesos como el del distrito londinense de Tottenham (un barrio de pobla- •• KOTKlN.Joel.op.o~
ción negra, escenario en 1985 de un repentino estallido racial que plagó la zona de págs. 80-109.
motines y saqueos) alimentan los miedos. fobias e inseguridades que la llegada
masiva de inmigrantes provoca en la población nativa La traducción de este temor
a forma urbana es la segregación étnica, el intento de controlar la amenaza a lo des-
conocido eliminando cualquier tipo de contacto con él. Elresultado es, una vez más,
la proliferación de las comunidades cerradas, recintos clausurados yautodefendidos
que están alterando brutalmente el espacio urbano contemporáneo.

En 1970,tras los violentos levantamientos raciales que acababan de sacudir las ciu-
dades norteamericanas, Richard Sennet," profesor de Sociología y Humanidades
en la University of New Y07k comenzó a investigar la cuestión de la segregación
urbana, y aportó luz a un discurso enormemente novedoso para el momento: el
del reclamo de la conflictividad y el desorden. Partió de un convencimiento políti-
camente incorrecto: la multiculturalidad es, en sí misma, una cuestión problemática
desde el punto de vista social.Las diferencias son extrañas, diftcilesde entender. por
lo que crean hostilidades.lntrinsecamente, por tanto, una comunidad multicultural es
una comunidad conflictiva. Según Sennet, para que las ciudades volvieran a ser lo
que siempre fueron, es decir. y como defiende la visión culturaJista,un tejido social,
histórica y funcionalmente continuo, era necesario perder el miedo al conflicto,con-
seguir que los ciudadanos olvidaran su obsesión por las experiencias controladas y
purificadas,y se vieran obligados a tolerar las ambigüedades, las incertidumbres ... 77
-2-

Ello requería del apoyo de una muy determinada espacialidad urbana. Sennet
entendía que el píanearniento debía olvidar su tradicional fijaciónpor el orden fun-
cional y la coherencia formal e interesarse por espacios multifuncionales, desorde-
nados, descontrolados y densos. En un entomo urbano semejante, donde la cerca-
nía ftsicaera obligada, el ciudadano se transformaba en un ser activo que debía lidiar
con las diferencias para sobrevivir.en miembro de una "comunidad de superviven-
cia", comunidades múltiples pero no coherentes, conflictivas pero no violentas, es
decir. el antónimo de las comunidades cerradas.

Es lo que ocurre en los escasos enclaves multirraciales que aún permanecen en los
centros urbanos de la ciudad dual, lugares problemáticos_ pero infinitamente más
• SENNET. Richard. The Uses o[
tolerantes que las purificadas urbanizaciones de la periferia En el Raval barcelonés,
O,sorder. Personolldenmy 000
01'( U[e. w.w. Norton. Nueva el Kreuzberg berlinés o el Marais parisino, los diferentes se han visto obligados a
Yorlúlondres, 1970; (versión establecer una tregua A diferencia de lo que ocurre en los guetos de los segrega-
castellana: Vida urbano e dos suburbios norteamericanos, la violencia rara vez ha aflorado en ellos porque sus
Kienridad persoool. los usos del
desorden. Península. Barcelona.
habitantes han aprendido que la conflictividadque, día a día, respiran en sus calles es
20(1). algo consustancial a la vida urbana contemporánea.
La ciudad del espectáculo

La ciudad dual ha sido definida como un espacio para la desigualdad. la segregación


y el conflicto. Sin embargo. la apariencia externa de las ciudades contemporáneas
no tiene nada que ver con realidades tan penosas. Todo lo contrario. se nos pre-
sentan como un deslumbrante universo de luces y colores tras el que dificilmente
se intuyen los escenarios descritos en el capítulo anterior. Es la ciudad del espec-
taculo, la sexta capa de la ciudad hojaldre. creada y dirigida por la moderna indus-
tria del ocio. la cultura y elconsumo .

• Ocio. cultura y consumo:


la disneylandización de la ciudad contemporánea

Fue la izquierda intelectual francesa la que descubrió el gran filón que represen-
taba la semiotización de la ciudad. un filón que la visión sociológica ha explotado
para denunciar las mistificaciones que se ocultan tras el deslumbrante espacio
urbano contemporáneo. Pionero en este sentido fue el filósofo Jean Baudrillard,"
quien se interesó por la tendencia a la simulación que caracteriza a la sociedad de
masas. Según él. las esencias de los hechos humanos han desaparecido de las ciu-
dades. La vida en ellas está cada vez más exenta de experiencias auténticas y cada
vez más plagada de hábitos precodificados. Esta creciente artificialidad ha provo-
cado en sus habitantes una inmensa nostalgia por lo real.Ante la ausencia de natu-
raleza, el ciudadano posmoderno anhela bosques y cataratas; ante la ausencia de
contacto social, añora pasiones y emociones. Ello explica que busque sensaciones
fuertes, experiencias en vivo y en directo, ya sean deportes de riesgo o rea/ity
shows.

En la ciudad esta exigencia ha inducido una enloquecida dinámica de simulaciones


que ha desembocado en lo que Baudrillard denomina "el tercer orden de simula-
cros". el que irrumpe en el momento en que. tras ser duplicado una y otra vez por
los medios de comuniCación de masas. lo real desaparece y lo que queda es una
copia exacta del original. una imagen hiperreal. Es lo que ocunre cuando la verda-
dera Little ltaly.con sus inmigrantes. sus penurias y sus carencias. es reemplazada
por la imagen que la gente tiene de Little ltaly,con sus terrazas. sus comerieri y sus
spaghetti 0110sici/iana. una imagen hiperreal que duplica la original y enfatiza hasta el
" BAUDRllLARD.lean. L'~ch<Jnge
artificio sus más pulcras esencias materiales. symboltque el la mort, Éditions
GaUimard, Parfs. 1976.
Cuando este fenómeno se expande por el espacio urbano nace la ciudad del espec-
táculo, donde lo real ha dejado paso a lo hiperreal, a la pura materialidad, a la fria
superlicialidad. De ahí su vivacidad cromática y luminosa, un esplendor radiante e
intenso que puede llegar a ser alucinatorio y desembocar en lo que Fredric [ame-
son" ha denominado "euforia posmodema". Y es que en la ciudad del espectáculo
todo es táctil y visible, pero ha sido vaciado de cualquier significado profundo (lo
que le interesa de Little ltaly son sus formas, no sus contenidos). Se desactivan así
los grandes temas que acompañan al pensamiento negativo caracteristico de la
visión sociológica:la segregación, la injusticia,la rebelión, etc. Elhabitante de ~ciudad
del espectáculo tan sólo está interesado en absorber por los sentidos, sin cuestio-
narse críticamente su situación en el mundo.

Jameson entiende que la euforia posmodema ha generado una nueva forma espa-
cial: el "hiperespacio". Los edificios de la ciudad del espectáculo funcionan como
mónadas, envolturas que encierran un interior protegiéndolo del exterior. En su
ensimismamiento, el edificio-mónada demuestra una gran indiferencia por la ciudad
que le rodea, a la que no pretende transformar. En el interior, sin embargo, se
cargan las tintas. Un envolvente despliegue de simulacros se dispone a conseguir
que el visitante experimente la incapacidad de representarse en el espacio que le
rodea, que flote en un estado de debilidad psicológica que le hace altamente 79
-2-
vulnerable a los intereses comerciales que promueven el hiperespacio. La radical
separación interior-exterior que representa la mónada, y el énfasis en la interiori-
dad como ambiente fantástico y alucinatorio que representa el hiperespacio,
confluyen en los edificios relacionados con la nueva industria del ocio, la cultura y
el consumo. En el presente apartado nos ocuparemos de ellos.

En la década de 1980 se puso de manifiesto el imparable crecimiento que la indus-


tria del ocio estaba experimentando en las ciudades. Los sociólogos lo achacaron
a la llegada a la madurez de la denominada "generación X", los niños de clase
media nacidos durante el baby boom de la década de 1960. Esta generación, que
había crecido ajena a las dificultades de la posguerra, había incluido el ocio entre
sus actividades cotidianas, junto al trabajo, la cultura y el consumo. Exígíapor ello
formas de entretenimiento urbanas, accesibles en el día a día.También exigía una
n jAMESON. Fredric.
Posunodemrsm. or. (he Culcurol
creciente sofisticación tecnológica que colmara sus expectativas de sensaciones
Log¡c of Late CopttollSm. Verso, fuertes, hiperreales.
Lo-eres, 1991: (ver>iÓn
castellana: Teoná de lo
En la década de 1990 pocos fenómenos atrajeron tanto la atención de los autores
poscmoderndod. EditonalTrotta.
Madrid. 2001'. pégs. 53·92). de la visión sociológica de la ciudad como los parques temáticos, una de las expre-
siones más espectaculares del ocio actual. Dichos autores demonizaron Disneylan-
dia, a la que presentaron como paradigma del imperio de simulación que domina
la cultura posmodema. Sin embargo, su Impacto sobre la ciudad del espectáculo
ha sido enorme. Walt Disney siempre mostnó gran interés por la ciudad del pasa-
do, donde persistían los viejos valores de la sociedad estadounidense. No es de
extrañar, por tanto, que decidiera reproducirlas como copias hiperreales. En 1954
abrió en Anaheim (Los Ángeles) Disneyland, su primer parque temático. Desde su
inauguración, la principal atracción fue Main Street, una reproducción a escala 5/8
de la típica calle principal de una pequeña ciudad estadounidense,$u éxito consa-
gnó la táctica de simular los hechos urbanos de manera hiperreal, táctica que
Disney comenzó a expandir por el planeta con creciente escala y sofisticación. En
su segundo parque temático, DisneyWorld (Orlando),la Main Street fue reempla-
zada por un Hollywood Boulevard que remedaba la floreciente arteria de Los
Ángeles de la década de 1930, no la decrépita y peligrosa avenida en que se con-
virtió posteriormente. Seguirian París. Tokio, Hong Kong,etc. El enorme éxito de la
fórmula que se utilizó en estos parques (tematizar un recinto poniendo las .más
avanzadas tecnologías al servicio de la simulación), hizo que se extrapolara a los
espacios para la cultura, el consumo e, incluso, a la forma urbana. Para todos ellos,
Disneylandia se convirtió en una referencia ineludible, todos comenzaron un pro-
ceso de disneylandización.

Arriba:
Las Vegas: casino Bellagio.

Izquierda:
Ortando;Hollywood Boulevard de
OisneyWorld.
1
La propia Disney Corporation se encargó de extender dicha fórmula a cines y
n HANNIGAN.John. FonlDSyGIy. teatros IMAX. Posteriormente se infiltrana en el ámbito de la comida. John Han-
P1eosure ond Pro~[ ., me
Postmodem Metropolis.
nigan," profesor de Sociología en laToronto University.denomina eatertainment a
Routledge. Londres. 1998. la actividad que se realiza en los restaurantes temáticos -Hard Rock Café, Planet
págs. 81·100. Hollywood, Fashion Café, etc.-, donde comer es algo secundario con respecto al
entretenimiento. También el juego se apuntaría a esta dinámica. Los casinos de
LasVegas se disneylandizaron a pasos agigantados, como lo demuestra la última
generación de edificios construidos para tal fin:New York New York (que repro-
duce los rascacielos más emblemáticos de Manhattan), Paris (que reproduce la
Torre Eiffely el edificio de la ópera) o Bellagio (donde se puede pasear en góndo-
la por los canales de "Venecia"). La disneylandización afecta igualmente al espacio
público de esta ciudad, que ha comenzado a ser invadido por sofisticados espec-
táculos promovidos por los casinos. Las erupciones volcánicas o las batallas navales
a las-que se puede asistir paseando por su famoso Strip evidencian cómo Las
Vegas,la ciudad de más rápido crecimiento de Estados Unidos, tiende a convertir-
se, toda ella,en un gran parque temático, en el paradigma mundial de la ciudad del
espectáculo.

Por último, dentro de las actividades de ocio cabría destacar el papel que el turis-
mo está desempeñando en la disneylandización de la ciudad del espectáculo. Has-
ta ahora, con objeto de promover esta práctica que la sociedad posmoderna ha
convertido en una necesidad vital, las ciudades se habían conformado con explo-
tar sus áreas históricas, las cuales, como vimos en la parte dedicada a la visión cul-
turalista, no han dudado en tematizar para realzar su atractivo. Muchos son los
ejemplos de operaciones donde las ciudades recrean sus mitos más conocidos
como si de un parque temático se tratara: la Times Square en Nueva York el
Covent Garden en Londres, el French Quarter en Nueva Orleans, etc. Sin embar-
go, en los últimos años, las estrategias para atraer el maná del turismo han sobre-
pasado los límites de los ultracongelados-ultraartificiales cascos históricos, para
extenderse por zonas urbanas auténticas y vivas donde se desarrollan determina-
dos estilos de vida. Es lo que ha ocurrido en San Francisco con Castro y en Man-
chester con el Gay Village,distritos donde se concentra la población homosexual;
o en Nueva York con Harlem, donde los domingos afluyen autobuses repletos de
turistas para asistir,como si de un espectáculo de Broadway se tratara, a los oficios
religiosos de la población negra. En todos estos lugares, lo que una vez fue verda-
dero y cotidiano está dando paso a lo simulado y lo superficial,es decir, la realidad
- está dando paso a la hiperrealidad.

La segunda actividad económica disneylandizada en la ciudad del espectáculo es la


cultura. La metamorfosis sufrida por los museos en las últimas tres décadas es un
buen ejemplo de ello. Fue el Centre Pompidou de París,construido en 1977 por
Richard Rogers y Renzo Piano, el que marcó la pauta de una nueva generación de
museos denominados "mediáticos". El popularmente conocido como Beaubourg,
fue caJificado por Baudrillard" como "hipermercado del arte", un espacio social
donde la cultura contemporánea era triturada, recortada. comprimida y puesta a la
venta en forma de pósters, postales y catálogos. En los museos mediáticos la cul-
tura ha convergido con el entretenimiento y el consumo, de los que ha asimilado
sus estrategias comerciales. Las salas para exposiciones se alternan con cafeterías,
librerías, tiendas de souvenirs, etc. Quienes deambulan por ellas no son eruditos
solitarios, sino masas de personas dispuestas a embotellarse en colas interminables
para ver la exposición de moda de la temporada, personas que encuentran en el
museo un lugar divertido para pasar la mañana del domingo.

Para el editor y critico inglés Deyan Sudjic," los museos mediáticos se han conver-
tido en los hitos urbanos de la posmodernidad. De hecho, es uno de los pocos edi-
ficios de carácter simbólico que la ciudad del espectáculo ha respetado: ¿qué
metrópolis puede aspirar a ocupar un lugar entre las estrellas de la globalización si
no cuenta con museos de categoría internacional? Londres y París compiten por
erigirse en centro cultural de Europa: Londres utilizando parte de los ingresos de
la lotería nacional para ampliar y mejorar su red de espacios culturales -la Tate
Modern, ampliación del Victoria and Albert Museum, ampliación de la National
Gallery, remodelación del British Museum, etc.-; París convirtiendo este tipo
de edificios en el eje de sus operaciones de transformación urbana -reforma del 83
-2-
Museo del Louvre, Ópera de la Bastilla,la Cité des Ciences de LaVillette,transfor-
mación del Musée d'Orsay. etc. -. A la vista de los pingües beneficios comerciales
y turísticos que la cultura ha reportado a estas dos ciudades, la epidemia de muse-
os, salas de conciertos, óperas y demás se ha extendido por Europa y Estados Uni-
dos. Berlín potencia su denominada "Isla de los Museos" y abre espacios culturales
tan sorprendentes como el Jüdisches Museum; Francfort, que no se resiste a langui-
decer a la sombra de la nueva capital alemana, promueve todo un distrito museísti-
co en el barrio de Schumankai, junto al río Meno; Dalias, en su enconada compe-
tencia con Houston, construye el Meyerson Center, una sala de conciertos situada
en una zona reservada para espacios culturales; Los Ángeles, en su contienda con
Nueva York,hace lo propio con el MoCA, rival del MoMA;y el Museo Guggenheim
ha puesto en los escaparates de las agencias de"Vtajeel nombre de Bilbao.Pero el
programa cultural más ambicioso emprendido por una ciudad en los últimos años
" BAUDRlUARD. jean. L'Ef/'et
6eotJbotxg tditions GaJilée. ha sido el de Viena con su MuseumsQuartier. La capital austríaca pretende rentabi-
Pans, 1978. lizar las sinergias generadas por sus tradicionales, y hasta ahora dispersos, centros
• SUDJIC. Deyan. !he 100 MIl< culturales, compilándolos en un distrito museístico de más de 60.000 m', el mayor
Ory. Harcourt Brace &
Company. Orlando. 1992,
complejo cultural de Europa. Entre sus espacios destaca el Architektur Zentrum, el
págs. 125-142. Art Cult Centre, el Museum Moderner Kunst,el Leopold Museum y la Kunsthalle.
La tercera actividad económica protagonista en la ciudad del espectáculo es el
consumo. En los nuevos espacios comerciales, la estrategia de generación de siner-
gias es clave. Los enormes centros comerciales de las urbes contemporáneas se
han convertido en macroespacios arquitectónicos donde confluyen tiendas, res-
taurantes, lugares de entretenimiento, centros culturales, etc., evidencia fTsicade
cómo la sociedad posmodema ha desdibujado las fronteras que antes separaban
ocio, consumo y cultura. Es lo que John Hannigan ha denominado shopentertoin-
ment

EIWest Edmonton Mall,situado en Edmonton (Canadá), es el mayor centro comer-


cial del mundo. Con una superficie que duplica la del casco urbano de Glasgow,tan
sólo puede recorrerse en varios días.En su interior. consumo y entretenimiento son
absolutamente indeslindables, entre otras cosas porque el 40 % de su superficie está
destinada a esta última actividad. La fórmula Disney rige este inmenso hiperespacio:
réplicas de la Quinta Avenida de Nueva York.de Times Square, de calles de Nueva
Orleans, de la carabela Santa María,etc, además de pistas de hielo, parques acuáti- Edmonton: interior del West
cos, campos de golf.escenarios para actuaciones, etc. Edmonton Mall .

• Competencia entre ciudades, ciudades en venta

Otro de los fenómenos típicamente tardocapitalistas estimulados por la ciudad del


espectáculo es la competencia entre ciudades. La razón que la alienta es el deseo de
acceder al exclusivo club de las ciudades globales, deseo que les ha abocado a lan-
zarse al mercado como si de un producto más se tratase.

En otra época, esta aspiración hubiera resultado mera ilusión para ciudades que no
contaran con un tejido productivo extenso y consolidado, con acceso a las redes
de transporte, con un mercado laboral y de consumidores avanzado, etc. En la con-
temporaneidad, sin embargo, gracias a la relativa libertad que las nuevas tecnologí-
as ofrecen a las grandes empresas para elegir su lugar de _u~cación, son muchas las
ciudades que podrían alcanzarla. Como ya hemos comentado, los motivos que
impulsan a las multinacionales a establecerse en uno u otro sitio son cada vez más
accesibles: calidad de vida, buenos restaurantes, precio de la vivienda, etc., lo que ha
generado enormes expectativas en ciudades sin tradición histórica en los circuitos
económicos internacionales; ciudades que han comenzado a competir por atraer
empresas e industrias transnacionales que les garanticen un lugar preferente en el
espacio de los flujos.
Una de las estrategias más habituales en la competencia entre ciudades es la espe-
cialización,es decir. la explotación de elementos y circunstancias que las diferencian
de las demás, Rem Koolhaas" habla de "ciudades de diferencia exacerbada", ciuda-
des donde lo que cuenta es la oportunista explotación de las carencias de sus
competidoras: centros de convenciones, hoteles, parques temáticos, distritos finan-
cieros, museos, etc. También se pueden aprovechar déficits menos concretos,
Zhuhai, por ejemplo, una de las ciudades del delta del río Perla, ha optado por la
explotación de sus abundantes zonas verdes para competir con la vecina y ultra-
congestionada Hong Kong, En cualquier caso, son dinámicas que obligan a las
ciudades a estar en permanente estado de adaptación según los cambios que se
produzcan en sus competidoras, lo que convierte a la "ciudad de diferencia exa-
cerbada" en un modelo urbano altamente inestable,

La segunda estrategia de concurrencia que nos interesa incide en la espectacula-


rización: la publicidad, La competencia entre ciudades se transforma entonces en
"venta de ciudades", Costosísimas campañas publicitarias de ámbito planetario
difundiendo eslóganes como el archiconocido llave NY;van encaminadas a pro-
mocionar las capitales en el mercado global. Uno de los casos más extremos de
venta de ciudades, aunque en este caso más cabría hablar de "compra de ciuda-
des", es el de Atlanta, sede de Coca-Cola y CNN, En 1993 el Ayuntamiento con- 85
-2-
trató al publicista Joel Babbit como director de marketing y publicidad, Entre sus
agresivas propuestas despuntaron las de adjudicar nombres de calles a corpora-
ciones multinacionales (Broad Street hubiera pasado a denominarse Coca-Cola
Boulevard), adherir logotipos de multinacionales a los camiones de basura, vender
la exclusiva de los taxis oficiales a una marca de automóviles, o esponsorizar un
globo espacial de 1,6 km de diámetro que daría vueltas a la tierra emitiendo logo-
tipos de empresas, una especie de "luna publicitaria" que sería visible para el 60 %
de los habitantes del planeta, Pocos de los proyectos de Babbit pudieron llevarse
a cabo, Entre los que sí lo hicieron, destaca la nominación de Visa como "tarjeta de
crédito oficial de Atlanta", una operación que reportó a la ciudad tres millones
de dólares."
l. KOOLHAAS, Rem, "PRO Pearl
River Delta", en KOOLHAA5,
Atlanta ha utilizado, además, una tercera táctica muy común en la promoción de
Rem, er al" op. cit, pág. 334.
11 BOYER. Marie Chnstine. ciudades: la celebración de un gran evento, Es lo que hizo en 1996 con la organi-
The Gry o( Col/ective Memory. zación de los Juegos Olímpicos, El objetivo era vender la ciudad como símbolo de
Its Historicallmaginery ond la prosperidad del sunbe/t y desterrar las connotaciones racistas y de atraso socio-
Architecturol Enterroinments,
The MIT Press,Cambridge
económico con las que antaño se asociaba al sureste norteamericano, Cuatro
(t-tass.). 1994, págs. 146-1 SO. años antes, Barcelona había utilizado el mismo método, en este caso para difundir
internacionalmente la imagen de una España democrática. moderna y económica-
mente avanzada. y acabar con el tópico del subdesarnollo franquista. Las exposi-
ciones universales celebradas en Sevilla.Lisboa o Hannover tuvienon un objetivo
similar.

Peno la fama no es gratis. La caza de los beneficios de la globalización tiene un pre-


cio que han de pagar los habitantes de la ciudad del espectáculo. Las ingentes
sumas de dineno que requiere la ejecución de estos proyectos. normalmente con-
centrados en lugares emblemáticos. se deducen de los presupuestos para vivienda
social.transporte público. fomento del empleo. etc. Las prioridades de la ciudad del
espectáculo son la calidad visual y la estética. Cien años después. la lógica del embe-
lIessimenc patrocinada por el movimiento City Beautiful.vuelve a campar por los
territorios urbanos de todo el mundo .

• La puesta en valor de la ciudad del espectáculo:


de las lecciones de Las Vegas a la estetización de Sarajevo

Como no podía ser de otno modo. teniendo en cuenta las fuentes ideológicas que
la alimentan, la visión sociológica siempre ha mostrado una actitud critica hacia la
ciudad del espectáculo. En las últimas décadas. sin embargo. se ha fraguado un dis-
curso paralelo que pone en valor ciertos aspectos de aquélla Sus artífices han sido
arquitectos interesados en responder a la lógica socio cultural posmoderna; a las
exigencias monádicas de los nuevos espacios para el ocio, la cultura y el consumo;
al deseo de hiperrealidad y simulación de la "generación X"; pnofesionales intere-
sados en afnontar desde la arquitectura y el urbanismo los requisitos comerciales y
mundanos de la ciudad del espectáculo. y hacerla de una manera digna.

Fuenon Robert Venturi. Steven Izenour y Denise Scott Bnown quienes. con el libro
Aprendiendo de Las Vegas.20 inauguraron una nueva y revolucionaria mirada hacia • VENTURJ. Robert; IZENOUR.
los "elementos de mala reputación" que pueblan la ciudad del espectáculo. Su Stevert seon BROVVN.
punto de partida fue una crítica a la postura que la modernidad mantuvo ante Demse. Leomtng from Las Vegas.
Ihe Forgotten SymboUsm o(
estos hechos urbanos cotidianos. que rechazó por entenderlos como expresión Archicectural Form, The MIT
de los valores más degradados de la sociedad de consumo. Frente a esta actitud. Press. Cambndge (Mass.). 1977;
Venturi, Izenour y Scott Bnown reivindicaron una puesta en valor de dichos elemen- (versión castellana: Aprendiendo
de Los Vegas. El 51mbolismo
tos. realidades urbanas pnobablemente "incorrectas" según los puristas cánones
oMdodo de la fOrmo
estéticos de la modernidad. peno tras las que se ocultaba un gran filón.Aplicando OrQUltectónlcO. Editorial Gustavo
las técnicas del estructuralismo lingüístico. Venturi supo descubrir en el "arte Gol •. Barcelona. 1998ry.
Aprendiendo de los Vegas (Rober!
Venturi. Steven Izenour y Oenise
Seatt 8rown). Elementos de mala
reputación.

comercial popular", en "lo feo y lo ordinario", iconos cargados de simbolismo, una


arquitectura-cartel cuyos valores comunicativos eran mucho más importantes que
losespaciales. Los modelos estaban por doquier en la ciudad del espectáculo. No
es de extrañar que se fijara en LasVegas,de la que llegó a afirmar: "La carretera 91
atraviesa LasVegas y es el arquetipo de la vía comercial, fenómeno que se da aquí
en su forma más pura e intensa. Creemos que la documentación y el análisis cui-
dadoso de su forma física es tan importante para los arquitectos y urbanistas de
hoy como lo fueron los estudios de la Europa medieval y la Grecia y Roma anti-
guas para las generaciones precedentes"."
" lbid .• pág. I 1.
• KOOLHAAS. Rem. DeIKious El siguiente paso para la puesta en valor de la ciudad del espectáculo lo dio Rem
New York A RetrooctN< Moni(eslD
Koolhaas con Delirio de Nuevo York.lO Este libro analizaba el Manhattan de entre
for Monhottoo. Oxford
University Press, Nueva York. 1910 Y 1940, al que definía como un producto de la "cultura de la congestión", es
1978; (versKln castellana; Delino decir, de la hiperinflación de signos, mensajes y fantasías. Según Koolhaas, la metró-
de Nueva Yorlc..Un manifiesto
poli provoca ansiedad por experimentar realidades que, si no existen, es necesario
recrooctNo poro Monhottol\
Editorial GustlNO G~i. Barcelona,
fabricar. Es lo que hacen las ciudades del espectáculo al crear artificiales paraísos
2004). hiperreales: parques temáticos, cines IMAX,centros comerciales, etc., lugares don-
de se producen experiencias de ficción ajenas a la dura cotidianidad metropolita-
na, lugares donde el ciudadano colma el vacío que siente ante la escasez de expe-
riencias intensas. El paralelismo que existe entre la reflexión de Koolhaas y el dis-
curso de Baudrillard es evidente, pero hay una discrepancia que los separa y que
acerca al primero a Venturi: mientras que Baudrillard entendía que la ciudad del
espectáculo era perniciosa, la "cultura de la congestión" de Koolhaas la celebra y la
reconoce como base de la sociedad contemporánea.

Finalmente, Bernard Tschurni" ultimó la puesta en valor de la ciudad del espec-


táculo introduciendo una novedósa componente ideológica: su esencia superficial
y cambiante, la debilidad de sus formas, era expresión de la renuncia a cualquier
deseo de dominación sobre los habitantes. La ciudad del espectáculo se convertía,
así, en una expresión democrática de la sociedad contemporánea.

En la década de 1990, esta puesta en valor fue contestada por la visión sociológica
de la ciudad. Los presupuestos de Venturi, Koolhaas y Tschumi, según los cuales
la "cultura de la congestión" desencadenaba nuevos significadosurbanos y arquitec-
tónicos, fue contundentemente rechazada con un contra-argumento: a más infor-
mación, menos significado.En su libro Lo an-estética de fa arquitectura, n Neil Leach,
38 profesor de la University of Nottingham, postuló que el énfasis en la imagen estaba
'2
anestesiando a los ciudadanos contemporáneos. Retomando una línea de pensa-
miento que fue inaugurada por Charles Baudelaire y que posteriormente desarro- n TSCHUMI, Beman:l: •Algunos
conceptos urbanos". en sOLÁ-
llaron Georg Simmel y Walter Benjamin, Leach recuperó el argumento de que el MORALES, Ignas. de: COSTA,
bombardeo de imágenes que se produce en la ciudad del espectáculo acababa Xavrer (eds.). Presente y futuras.
narcotizando a las personas, mentalmente embotadas por exceso de información. ArqUItectura en los grandes
ciudades, Col'tegi Oficial
Se cumplía así el principio "a más información, menos significado".
d'Arquitectes de
CatalunyalCentre de Cultura
Esta cuestión entraña peligros de gran envergadura. Cuando la ciudad se reduce a Conterroo-ánia de Barcelona.
un reino estético, todo, incluso sus aspectos más crueles, se convierte en aceptable. Barcelona. 1996, pégs, 4().43.
n LEACH, Ned. /he AnoesrheCJcs of
Es lo que ocurre con las fotografTasurbanas de última generación: nos fascinan las Architecture. The MIT Press,
destartaladas fachadas del Kowloon de Hong Kong. y esto nos hace olvidar a Cambndge (Mass.), 1999:
las miles de personas que viven tras ellas en condiciones deplorables. De esta mane- (versión castellana:
La an-estétcc de la arqUItectura,
ra, el efecto anestésico se extiende al sufrimiento humano. En otros casos, Leach lle-
Editorial Gustavo Gili. Barcelona.
ga a hablar de "arquitectura fascista". En su libro War and Architecture," Lebbeus 2001).
Woods no tuvo reparo en estetizar, en clave futurista, la catástrofe de Sarajevo,argu- n WOODS, lebbeus, War and
mentando que el caos originado por las destrucciones bélicas abría la puerta a una Archrtecwrel Roe i artutekwra
(Pamph/et oruJttecture, /5),
nueva forma de pensar y entender el espacio. La martirizada capital bosnia se con- Princeton Un.vers.ity Press,
vertía así en el último y más cruel punto de referencia de la ciudad del espectáculo. Princeton (Nueva jersey), 1994.
Este ejemplo pone de manifiesto en qué medida los contenidos políticos y socia-
les pueden llegar a ser absorbidos y negados por el imperio de la estética. Una
sociedad inundada de Imágenes reduce su sensibilidad social, se hace compla-
ciente con las injusticias y elude los compromisos con el prójimo. Como decía-
mos al comienzo de este capítulo, la fastuosidad de la ciudad del espectáculo
enmascara las miserias de la ciudad dual Pero no debemos olvidar que, a pesar
de su luminosa fachada, LasVegas sigue siendo la capital mundial del crimen y la
corrupción.

La ciudad sostenible

En 1974 se hizo público el Informe del Club de Roma, un documento donde se


anunciaba que el modelo de desarrollo económico vigente en Occidente condu-
cía al agotamiento de los recursos naturales del planeta. Casi veinte años después,
la amenaza no sólo persistía, sino que había comenzado a materializarse. La
Conferencia de la ONU sobre el Medioambiente y el Desarrollo, denominada
"Cumbre de Río" y celebrada en Río de Janeiro en 1992, divulgó datos que confir-
maban que la lluviaácida estaba devorando los bosques; que el agujero de la capa
90 de ozono estaba induciendo un cambio climático; que la polución estaba disparan-
"'2
do el "efecto invernadero": que los residuos estaban saturando bahías y ríos: que a
mediados del siglo XXI escasearían los alimentos en numerosos puntos del
planeta; que lo mismo ocurriría con el agua, cuya demanda se duplicaba cada vein-
te años; y que seguía presente la amenaza de una nueva crisis energética ¿Quién
había forjado esta espada de Damocles que pendía sobre el planeta? La ciudad,
entre otras cosas.

En efecto, estas catástrofes se debían, en buena parte, a que el modelo de desarro-


llo urbano occidental, basado en un exacerbado consumo de recursos y energía
(tres cuartas partes de la energía mundial), en la emisión masiva de residuos (tres
cuartas partes de la contaminación mundial), en la movilidad privada y en el consu-
mo territorial, se había trasladado a las áreas geográficas con mayor crecimiento
poblacional de la tierra: China y el sureste asiático.Ante semejante constatación, la
sociedad contemporánea empezó a tomar conciencia de que las ciudades se esta-
ban convirtiendo en máquinas depredadoras del medio ambiente, lo cual legitimó y
propagó el mensaje de la ciudad sostenible, séptima capa de la ciudad hojaldre y el
más reciente de los discursos de la visión sociológica
• Desarrollo urbano sostenible e integrado

El discurso de la sostenibilidad entiende a la ciudad como un ecosistema que con-


sume recursos y genera residuos, un organismo vivo estrechamente intenrelacio-
nado con el territorio que lo rodea tanto a escala regional como global. Varios
conceptos se encargan de calibrar la magnitud de esta imbricación, La denomina-
da "huella ecológica" mide la superficie natural necesaria para producir los recursos
que demanda una ciudad determinada, Los datos derivados de este concepto
demuestran que, hoy en día, ninguna ciudad es sostenible en sí misma. Por ejemplo,
la absorción del dióxido de carbono que emite Barcelona requiere una superficie
forestal equivalente a 65 veces su término municipal;y el abastecimiento de agua,
un lago de hasta ocho veces esa dimensión, Teniendo en cuenta que, según todas
las previsiones, en 2025 la población urbana del planeta alcanzará los 5,000 millo-
nes de habitantes, no es dificil predecir lo que esto supondrá para el medio
ambiente si no se toman medidas correctoras,

El informe de la ONU "Nuestro futuro en común" propuso el término "desarrollo


sostenido" como un concepto a aplicar a la economía, Su definicióntenía raíces cla-
ramente antropológicas: "enfrentarse a las necesidades del presente sin compro-
meter la posibilidad de las futuras generaciones de enfrentarse a las suyas", Para los 91
-2-
defensores de la ciudad sostenible, la sostenibilidad debe convertirse, también, en
el principio rector del urbanismo, Tal como lo define el arquitecto e historiador
catalán Albert García Espuche." un desarrollo urbano sostenible es el que estable-
ce un acuerdo entre ciudad y medio ambiente según el cual algunos de los privile-
gios de los que goza la población urbana son sacrificados en favor de opciones que
puedan ser sustentadas indefinidamente por los sistemas naturales, En otras pala-
bras, consistiría en alcanzar un equilibrio ciudad-entorno natural, donde la presión
de la primera sobre el segundo no sobrepase determinados límites,
,. GARCíA E5PUCHE, Albert;
"Model de ciutat model de
producdo". en GARCíA Para Jaume Terradas." profesor de la Universitat Autónoma de Barcelona, un urba-
ESPUCHE, Albert RUEDA nismo regido por el principio de la sostenibilidad ha de partir de un análisis que
Salvador (eds.): La OU[O( contemple aspectos como el medio fisico de la ciudad (geología, hidrología, clima,
sostenible, Centre de Cultura
etc.); las poblaciones biológicas (animales, plantas y seres humanos); el metabolis-
Contemporánia de Barcelona.
Barcelona, 1999, págs. 5-12- mo material y energético (energía entrante y residuos salientes); la evolución his-
• TERRADAS, Jaume, tórica del ecosistema urbano, etc. En segundo lugar,y dependiendo de los resulta-
"Lecosstema urbá", en
dos, debe plantearse como objetivo reducir la huella ecológica, para lo cual es
GARCíA E5PUCHE, Albert
RUEDA Salvador (eds.). op, ot,
imprescindible restringir el gasto energético, reciclar materiales, disminuir la polu-
págs. 75-84, ción, usar energías renovables, etc.
El arquitecto paisajista Michael Hough," profesor en la Facultad de Estudios
Medioambientales de la York University (Canadá), va más allá y plantea que un
desarrollo urbano sostenible también debe contribuir a la mejora del medio
ambiente. Ello es posible porque las actividades humanas y el hábitat construido
alientan la aparición de numerosas formas de vida en la naturaleza. Si se estable-
ce un sistema integrado ciudad-naturaleza, los desechos del desarrollo urbano
pueden contribuir positivamente al medio ambiente. Surge así un segundo con-
cepto que suele ir asociado al de sostenibilidad: la "integración".

Para conseguir que un desarrollo urbano sea sostenible e integrado es preciso


conectar urbanismo y ecología. Según Hough, el diseño que resulta de esta fusión
debe valorar las zonas no cuidadas de la ciudad: zonas donde existe una fauna y
vegetación naturalizadas (las "malas hierbas") altamente resistentes a las dinámicas
urbanas; debe hacer visibles una serie de procesos (abastecimiento de agua y de
electricidad, desagües, lluvias,etc.) que, aunque suelen pasar desapercibidos, conec-
tan la ciudad con su contexto natural; debe apostar por la economía de medios, es
decir; por obtener un máximo beneficio con un mínimo de energía, lo que supone
optar por alternativas baratas y efectivas, en vez de por infraestructuras de enver-
gadura y costosas. A este respecto habría que aludir a la conveniencia de recupe-
rar tradiciones arquitectónicas y de diseño urbano locales,tradiciones que son fru-
to de siglos de adaptación a las condiciones climáticas y culturales del entorno.

Numerosos son los casos citados por Hough como ejemplos de diseño urbano
sostenible e integrado. Algunas ciudades se han centrado en la explotación de la
horticultura y la silvicultura (la traslación de las formas de gestión de los bosques
naturales a las zonas verdes de la ciudad), procesos autosostenibles y de bajo coste.
Pionera en este sentido fue la ciudad holandesa de Delft que, ya en la década de
1970, puso en marcha una alternativa ecológica a los tradicionales mecanismos
de urbanización. La actuación se centró en el barrio de Gilles Estate y consistió en
rodear las edificaciones con un desestructurado paisaje natural que recondaba la
informalidad del campo. Otras ciudades utilizaron el diseño urbano sostenible e
integrado para recuperar áreas abandonadas u obsoletas. Es el caso de la cuenca
del Rhur;el antiguo pulmón industrial de Alemania convertido, tras la dramática cri- ~ HOUGH, Mlchael.Cees ond
sis de la década de 1970, en un desolado paisaje plagado de fábricas arruinadas Natural Process. Routledge.
y terrenos contaminados. En 1988, con objeto de regenerar económica y ambien- Londres, 1995: (versión
castellana: Noturaleza y CIudad.
talmente la zona del río Emscher; el gobierno de Westfalia decidió organizar una
Plansficooón urbana y procesos
Exposición Internacional de Arquitectura, la IBA-Emscher Park. Aplicando criterios ecológICOS. Edrtonal Gustavo Glh,
de sostenibilidad, se logró renaturalizar los ríos y los arroyos, restablecer la biodiver- Barcelona. 1998).
sidad, construir nuevas áreas nesidenciales y zonas de ocio, y recuperar; neconvir-
tiéndolo para otros usos, el Inmenso patrimonio arquitectónico industrial de la zona,

• Sostenibilidad y ética social en el Tercer Mundo

Por sí sola, la fusión entre urbanismo y medio ambiente no ofrece pautas con-
ceptuales que justifiquen su inclusión dentro del ámbito de la visión sociológica-e-
Pero el discurso de la ciudad sostenible también se nutre de otras fuentes. En sus
orígenes compartió los temas que habían alimentado la sensibilidad poscolonial
de las décadas de 1960 y 1970: el interés por las culturas nativas, el rechazo del
uso de las nuevas tecnologías y la crítica al sistema económico. Hoy en día, al pos-
colonialismo se han sumado la epistemología posestructuralista, el feminismo
posmoderno, los grupos antirracistas, los movimientos antiglobalización, etc. El
medio ambiente se ha visto así complementado por la propensión hacia las cul-
turas del Tercer Mundo, por la crítica a la sociedad de consumo, por la defensa de
las minorías, por el rechazo del poder tecnológico, etc. De esta manera, la ciudad
sostenible sobrepasa el ámbito del urbanismo para reclamar un nuevo marco
donde ciudad, sociedad, economía y medio ambiente estén integrados en un
todo. Por ello, la ciudad sostenible se ha convertido en uno de los escasísimos
estandartes contemporáneos de la ética urbana, lo que justifica su inclusión en la
visión sociológica de la ciudad.

El posicionamiento pro-social de la ciudad sostenible nesponde al fracaso de las


polfticas de igualdad sobre las que se edificó la ciudad moderna, polfticas que han
demostrado su ineficacia en las condiciones socioeconómicas contemporáneas.
La decadencia que arrastran los partidos polfticos y los sindicatos obreros es una
prueba del galopante descrédito que sufre el decimonónico argumento de la lucha
de clases. En este sentido, el discurso de la sostenibilidad intenta perfilar nuevas
estrategias en pro de la justicia, estrategias que ya no apelan al enfnentamiento de
capas sociales, sino a la solidaridad y la conciencia colectiva hacia los grupos menos
favorecidos. Contra la globalización: políticas culturales locales, democracia partici-
pativa, derechos civiles,etc. Dentro de la visión sociológica, por tanto, la ciudad sos-
tenible se opone a la ciudad global (paradigma del tardocapitalismo) y a la ciudad
del espectáculo (paradigma de la sociedad de consumo), al tiempo que aspira a
convertirse en alternativa a la ciudad dual (paradigma de la injusticia social). Esta
última, es decir, los problemas urbanos que se derivan de la pobreza, la marginali-
dad, la confluencia de razas y nacionalidades, centra las pneocupaciones de los
defensores de la ciudad sostenible, convencidos de que el desempleo, la conflictivi-
dad social y las deficiencias educativas y sanitarias acentúan la degradación del
medio ambiente. Para quien lo dude, ahí están las enormes crisis ecológicas de
metrópolis como Ciudad de México,Yakarta o Lagos.

Elcompromiso con la pobreza urbana y el interés por las culturas nativas ha orien-
tado el discurso de la ciudad sostenible hacia las urbes del Tercer Mundo. La cues-
tión de la gran escala, a la q\i.e hicimos referencia en el capítulo dedicado a la ciu-
dad global, afecta muy especialmente a estas ciudades. Actualmente, de las diez
más ~obladas -Tokio, Sáo Paulo,Nueva York.Ciudad de México,Shanghai,Bombay.
Los Angeles, Buenos Aires, Seúl y Pekín- tan sólo tres pertenecen al Primer Mun-
do, y en 2015, de las 33 más pobladas tan sólo seis pertenecerán a él." Estos datos
demuestran que el futuro medioambiental del planeta se está jugando en las rnega-
lópolis del Tercer Mundo.

Teniendo en cuenta los abismos socioeconómicos que separan estas áreas urbanas
de las europeas y estadounidenses, no es de extrañar que los argumentos y las
estrategias que se plantean difieran radicalmente. En las primeras, donde el 50 %
de la población vive en chabolas que carecen de las infraestructuras más básicas,
los defensores de la ciudad sostenible dan prioridad a cuestiones como la econo- 95
-2-
mía de medios, la agricultura urbana, la vivienda social, la autogestión comunitaria,
el reciclaje de basuras, etc. Como ha demostrado la ciudad indonesia de Bandung,
esta última actividad puede dar sustento a numerosas familias,además de generar
beneficios medioambientales y de ahorro energético. Otras urbes asiáticas han
puesto el acento en la agricultura y la acuicultura urbanas, que les permiten pro-
ducir alimentos sin recurrir a la importación. En China las pequeñas parcelas agrí-
colas de Pekín o Shanghai abastecen a sus poblaciones del 85 % de los vegetales
que consumen. Por su parte, los estanques urbanos, donde se crían peces y se cul-
tiva arroz, satisfacen el 20 % de las necesidades de pescado de todo el país.

Pero la región del mundo donde el discurso de la ciudad sostenible ha suscitado un


consenso más generalizado es Latinoamérica. Su buque insignia es Curitiba, una
ciudad brasileña de dos millones de habitantes que ha sabido articular ejemplar-
mente compromiso social y desarrollo urbano sostenible e integrado. Elartífice del
denominado "milagro suramericano" es Jaime Lerner, arquitecto y alcalde de la ciu-
dad de manera discontinua desde 1971 hasta 1992. Las estrategias de desarrollo
l1 KOOLHAAS, Rem, el a/.,
urbano sobre las que cimentó su fama internacional reflejan de manera diáfana los
op. ot, pág. 6.
Mutaciones, dictados de la ciudad sostenible. Las antiguas canteras fueron transformadas en
CuntJba: red de transportes
Integrada.jarne Lemer.Abrao Assad,
Carlos Cenevrva, 1996

96
"2

ajardinados centros culturales: una de ellas alberga la Universidade do Meio


Ambiente, otra un teatro de ópera suspendido sobre un lago y la tercera un audi-
torio al aire libre. Las zonas inundables, anteriormente ocupadas por chabolas, se
utilizaron para construir parques y estanques. El problema del chabolismo fue
afrontado con soluciones imaginativas, pero siempre consecuentes con el princi-
pio de la economía de medios: reparto gratuito de pequeños solares y huertos,
ofrecimiento de asesoramiento técnico, financiación de materiales y regalo de dos
árboles (uno frutal y otro ornamental) por cada casa autoconstruida terminada.
Además se construyeron 14.000 viviendas sociales, 30 bibliotecas de barrio
(modestos edificios prefabricados denominados "faros del saber"), 20 teatros, 74
centros culturales, escuelas y centros de salud. Para los habitantes de los barrios
de {ave/as, la mayoría de ellos desempleados, Lerner diseñó originales políticas de
promoción de empleo. Por ejemplo, la basura que anteriormente se abandonaba
en los márgenes de los arroyos, fue objeto de un programa de recogida e inter-
cambio por bonos de autobús. paquetes de comida y cuadernos escolares. Actual-
mente, el 96 % de los residuos de Curitiba se reciclan; esto ha permitido ahorrar
grandes sumas que, de otro modo, se hubieran tenido que destinar a la construc-
ción de vertederos.

Pero, sin lugar a dudas, la cuestión estrella en la regeneración medioambiental de


Curitiba ha sido la del transporte, más concretamente la apuesta por un transpor-
te público de calidad y el acecho al automóvil privado. Una de las primeras medidas
que tomó Lemer fue la peatonalización de una importante zona del centro de la
ciudad. Acción que posterionmente fue respaldada con la construcción de 160 km
de carriles para bicicletas. Desde el planeamiento, el crecimiento de IG:uritiba fue
canalizado hacia cinco grandes ejes viarios donde se concentraron los bloques resi-
denciales y de oficinas. Dichos ejes constaban de tres vías de tráfico paralelas: las
dos laterales para automóviles privados y la central para autobuses, los protago-
nistas de una red de transportes en cuyo diseño la economía de medios había sido
parámetro obligado. Los autobuses de Curitiba se componen de tres vagones y tie-
nen capacidad para 260 pasajeros. Las paradas tienen forma de cápsula vidriada.
son gestionadas por el conductor y están a la misma altura que la plataforma inte-
rior del vehículo, con el que además se comunica a través de numerosas puertas.
Estas características han permitido que el proceso de entrada y salida de los vehí-
culos sea especialmente ágil. La implantación de esta red, que funciona como un
auténtico metro a cielo abierto, ha resultado ser cuatrocientas veces más barata 97
-2-
que construir un ferrocarril subterráneo convencional.

Los beneficios que el desarrollo urbano sostenible e integrado ha aportado a Curi-


tiba están a la vista. Hace veinte años la ciudad disponía de 0,5 m' de zona verde
por habitante, hoy cuenta con cien veces más; las tres cuartas partes de los traba-
jadores usan el transporte público; un 30 % de los ciudadanos ha renunciado al
automóvil; y la contaminación está entre las más bajas de Brasil (un 25 % menos
que la media). Pero no sólo ha consistido en ventajas ecológicas, pues Curitiba
demuestra que la conexión entre mejora medioambiental y mejora social,con tan-
to ahínco defendida por los teóricos de la ciudad sostenible, es cierta. Tras tres
décadas de sostenibilidad, el índice de criminalidad ha descendido, el 96 % de la
población está alfabetizada, hay un tercio menos de pobres que la media nacional
y la esperanza de vida ha alcanzado los 62 años.
Apéndice 11

Los Ángeles

Si Berlín pretende cobij~rse del diluvio de la globalización en el cálido refugio de la


"ciudad europea", Los Angeles se postula como paradigma de la ciudad tandocapi-
talista. En las dos últimas décadas el consenso en torno a esta idea parece haber
cuajado entre los más prestigiosos autores de la visión sociológica de la ciudad. un
grupo de investigadores neomarxistas de los departamentos de Urbanismo y Geo-
grafia:re la University of California-Los Ángeles que confonnan la LA School En el
presente apéndice nos ocuparemos de los temas que centran sus reflexiones,

• Los Ángeles ciudad global

"Desplegada ante mí.una de las metrópolis industriales más grandes que el mundo
ha visto jamás. un expresivo punto álgido de la tercera revolución urbana","

El relato de Los Ángeles ciudad global no puede eludir una de sus particularidades
99
más sorprendentes: la escala.Taoto desde el punto de vista territorial como demo- -2-
gráfico.todo lo referente a ella está tintado de connotaciones épicas: su superficie
es similar a la de Irlanda. su crecimiento poblacional el más rápido del Primer Mun-
do. su Producto Interior Bruto mayor que el de la India.su consumo de electrici-
dad el más elevado del planeta. etc. Para comprender esta desmesurada criatura
urbana es necesario comenzar por abondar lo siguiente:

Desde que. en 1791. fuera fundada como Nuestra Señora de Los Ángeles. la
ciudad no ha parado de crecer. Con un 1.5 millones de nuevos habitantes por
década. ninguna otra región del planeta ha acogido más inmigrantes durante el
siglo xx, Destacan dos períodos especialmente edosivos, de 1900 a 1920 (cuando
pasó de 240,000 habitantes a 2.6 millones habitantes) y de 1940 a 1970 (de 3,3 a
10 millonesj.Actualrnente.Ia región metropolitana de Los Ángeles cuenta con más
de í6 millones de habitantes y se estima que sobrepasará a la de Nueva York a fina-
les de la década de 2000.

Los datos tenritoriales no son menos espectaculares. Debido a su bajísima densi-


dad (2.500 habitantes!km'). Los Ángeles se extiende casi 160 km en las direcciones
este-oeste y norte-sur. colmando la cuenca que. encajada entre la costa y la sierra
de Santa Ana, arranca en las montañas de Santa Mónica y termina en el condado de
Orange. Más al norte la ciudad continúa, atraviesa el totalmente urbanizado San
Fernando Valleyy comienza a devorar el desierto, el Alto Mojave, por el Antelope
Valley.Ésta es, de momento, la última frontera de Los Ángeles.

Los Ángeles es un organismo urbano tremendamente singular Su inmenso territo-


rio no conforma, ni mucho menos, una unidad administrativa, sino que comprende
163 ciudades y 6 condados. Esto es fruto de una particular forma de crecimiento
donde muchos centros secundarios comenzaron a desarrollarse antes, y más rápi-
damente, que el pueblo de Nuestra Señora de Los Ángeles. Varias veces recons-
truida y desplazada de sitio debido a catástrofes naturales, la antigua población espa-
ñola nunca logró convertirse en un claro referente territorial. La consolidación de
este fenómeno y su prolongación en el tiempo derivó en la megalópoli actual: sin
centro, sin límites, sin comienzo, sin final,un territorio urbanizado abierto, centnTu-
go, discontinuo, hiperfragmentado y sin jerarquía. El arquitecto y crítico estadouni-
dense Richard S. Weinstein ha calificado a Los Ángeles como "la primera ciudad
americana"." la pionera en separarse de los modelos urbanos europeos para res-
ponder a las singularidades socioculturales (el requisito del contacto con la natura-
leza) y económicas (los requisitos del liberalismo) de Estados Unidos.
00
"2
Quien se empeñe en encontrar alguna "estructura" que arroje luz sobre este mag-
ma urbano tendría que acudir indefectiblemente, a la red de autopistas. Su trazado

Los Ángeles: SIn centro, Sin límites. sin


comienzo, sin final...

• SOlA Edward. op. ct pág. 120.


" WEINSTEIN. Rchard S.:"The
First American City", en
SeOTT, Allen: SOjA Edward W
(ed<):!he ú<y.losAngeles ond
Urt>an Theory O[ che End o( che
Twencierh Century, University of
California Pros, Berkeley/l.cs
ÁngelesILondres. 1996,
págs. 22-46.
reproduce el de las líneas de ferrocarril de finales del siglo XIX, posteriormente
transmitido a la red de tranvías. Actualmente atraviesan la ciudad 15 autopistas:
4 de norte a sur, 4 de noroeste a sureste y 7 de oeste a este. Esta inmensa red,
permanentemente ampliada y siempre colapsada, ha convertido a Los Ángeles en
la capital mundial del automóvil, un hecho que ha impregnado la cultura y la forma
de vida de sus habitantes. Sin ellos, la vida no sería posible, como tampoco lo sería
sin otra serie de macroinfraestructuras, como los tres acueductos que traen agua
desde la Sierra y las Montañas Rocosas, y han evitado que la ciudad se convierta
en un desierto; o el sistema de colectores de-hormigón que ha reforrnulado su
hidrología natural para evitar que, de vez en cuando, se convierta en una laguna.

Ésta es la "materia prima", la base fsica y humana sobre la que, en las dos últimas
décadas, se ha erigido una de las ciudades globales más pujantes del planeta. Alcan-
zar semejante estatuto supuso superar un enorme reto, ya que, a comienzos de la
década de 1980, Los Ángeles no era más que un centro económico regional secun-
dario, a años luz de Nueva York y menos importante que Chicago o San Francisco.
Sobre ella pesaba, además, una severa crisis industrial que había arrasado el otrora
imponente paisaje fabril de la autopista de Long Beach,el segundo más extenso del
mundo tras el de la cuenca del Ruhr,en Alemania
101
-2-
Ante tan desolador panorama, Thomas Bradley,elegido alcalde en 1973 (el primero
de raza negra de una gran ciudad norteamericana), decidió reorientar Los Ángeles
hacia la economía global. Su estrategia fue apostar por el PacificRim,una maniobra
aderezada con un discurso altamente simbólico,pues se postuló como la reparación
de la histórica segregación de Estados Unidos respecto a Asia.Adjunto, se lanzó un
mensaje subliminal:si el Atlántico fue el océano del siglo xx, el Pacífico lo sería del
XXI; es decir, si Nueva York fue la capital del siglo XX, Los Ángeles lo sería del XXI.

Con este argumento comenzó a "venderse" la ciudad. Los Ángeles fue publicitada
en Asia, Europa y África,abrió oficinas comerciales en Japón y China (sus mercados
preferentes), recibió a multitud de dignatarios extranjeros y consiguió que, en ella,
abrieran sede 61 consulados. Para reforzar esta operación, acogió los juegos olím-
picos de 1984, que la dieron a conocer en el ámbito internacional. Finalmente,
logró dar la vuelta a su obsoleta estructura productiva. La apuesta por el PacificRim
funcionó: en pocos años, casi la mitad del tráfico comercial entre ambas orillas del
Pacíficopasaba por Los Ángeles, entre otras cosas gracias a su estratégica ubicación
y a los competitivos precios de su puerto y su aeropuerto, que habían sido amplia-
dos. El renacimiento económico que todo ello comportó supuso la creación de
1.3 millones de empleos, lo que convirtió al sur de California en la nueva locomo-
tora de Estados Unidos.

La estrella productiva del ascenso de Los Ángeles a ciudad global fueron los ser-
VICIOS,especialmente el sector denominado FIRE (Fmance, Insurance, Real Estate:
Finanzas, Seguros y Propiedad lnmobihana), liderado por bancos y multinacionales
Japonesas. Asociados a él. eclosiooaron los gabinetes Jurídicos, de Ingeniería, de
arquitectura, de publicidad, etc. A finales de la década de 1980, Los Ángeles supe-
ró a San Francisco como pnncipal centro financiero de la costa oeste y se convir-
tió en el segundo del Paofic Rirn. tan sólr.c¡')or detrás de Tokio

Pero la eclosrón de los servicios no significó la puntilla de la Industria, que experi-


mentó un Inusitado auge que confirma que el apelativo "posindustrial" es inade-
cuado para calificar la lógica productiva tardocaprtalista. En este caso, la protagonis-
ta fue la alta tecnología que se desarrolló en torno al sector aeroespacial. Esto
no Significaba,sin embargo, que todo fueran pulcros parques tecnológicos poblados
de ingenieros y científicos altamente cualificados. En el polo opuesto del espectro
indostrial fiorecieron sectores como el de la confección, el textil y las industrias
auxiliares de la alta tecnología, "industrias basura" enclavadas en arcaicos centros
fabriles y con prácticas laborales que rayaban la explotación. Con ellas, el Tercer
Mundo se infiltró en Los Ángeles.

Esta radical reconversión productiva puso en marcha un no menos drástico pro-


ceso de reterrrtoriatzaoón funcional que se caracterizaba por el abandono de
determinadas zonas, las "perdedoras", y la recanalización de las inversiones hacia
otras, las "ganadoras" La relativa homogeneidad de la ciudad fordista dejó paso,
así, a un espacio urbano diferenciado y flexible donde, como afirma Roger Keil,
profesor de la Facultad de Estudios Medioambientales de la York University: "Todo
es potencialmente utilizable de todas las maneras"."

Los Ángeles manifestó su proverbial capacidad para encajar este tipo de procesos
que en las densas ciudades europeas suelen saldarse de manera traumática. Todo
ello graoas a lo que es la pesadilla de los culturalistas: un tejido urbano extremada-
mente escuálido, plagado de solares, aparcamientos, nudos de autopista, etc .. una
superficie porosa e inestable que demostró su habilidad para adaptarse a cualquier
cambio. También ayudó la peculiar, y no menos flexible. "cultura urbanística" de Los KEIl. Roger.los Angeles
G/obo/¡zouon. U"OOnlZO(Jon and
Ángeles, otra de las pesadillas para los cuttorakstas. El crítico e historiador inglés SOCIal S(fuggles. John Wlley &
Reyner Banham llegó a sentenciar que la idiosincrasia de la ciudad era tan ajena al Sons. Ctucheste.; 1998. pago 149
planeamiento que, de exrsur; destruiría su peculiar fisonomía. Sea por idiosincrasia
o por estrategia, la verdad es que Los Ángeles no cuenta con planes urbanísticos
de ámbito regional, aunque sí con una miríada de planes locales que han funciona-
do como factor de competencia entre ciudades, condados y distritos en el proce-
so de reterritorialización inducido por la globalización, Manejándolos a su antojo, los
gobiernos municipales har intentado atraer inversiones privadas y garantizar a sus
comunidades estatus preferentes de empleo y funcionalidad económica. Elresulta-
do ha sido, como comentábamos, una ciudad de "ganadores" y "perdedores".

Entre los primeros destaca el downtown. En la década de 1970,Los Ángeles no con-


taba con distritos financieros, una carencia que ninguna que aspire a ser ciudad glo-
bal puede permitirse. El downtown de la década de 1930, el corredor Broadway-
Spring, se había convertido en una zona attamente degradada, y tan irrelevante
desde el punto de vista funcional y simbólico que Banham afirmó:"En términos de
vida cotidiana, los 181 km' del centro actual, la mayor parte de lo que contiene el
quebrado paralelogramo encerrado por las autopistas de Santa Mónica, Harbor,
Santa Ana y San Bernardino, podría desaparecer de la noche a la mañana sin que
la mayor parte de los ciudadanos se diera cuenta"."

!. El nuevo distrito financiero de Los Ángeles se creó gracias a una operación lidera-
da por capitales japoneses y canadienses, que contó con la inestimable colabora-
ción del sector público, canalizada a través de la Community Redevelopment
Agency. Se localizó al oeste del centro tradicional, sobre la antigua zona residencial
de Bunker Hill,y supuso el desalojo de miles de personas humildes, la destrucción
del tejido urbano preexistente y su sustitución por un conglomerado de macro-
rrascacielos que ocupan manzanas enteras. Desde el punto de vista simbólico, Bun-
ker Hilly el Central Business District hoy en día el segundo distrito financiero más
importante del Pacific Rim, han conseguido dotar a Los Ángeles de dos cosas de
las que siempre careció: un centro y un icono que explote el mito de la ciudad
americana, tan del gusto de los inversores japoneses.

En el entorno del downtown, la tradición y la historia determinaron el proceso de


reterritorialización. Little Tokyo y Chinatown se vieron inundadas de inversiones
japonesas y chinas respectivamente. Otras ciudades del área supieron explotar su
base sociocultural para adaptarse a las necesidades de la globalización.West Holly- oj BANHAM, Reyner. Los Angeles.
!he ArcI>[ec1lJ'" o( Fou, Ec%gJes
wood, donde reside una activista y acomodada población homosexual, consiguió
[1971 J. Unl""""Y of Calitornia
atraer prestigiosas firmas del mundo de la moda y el diseño a costa de vender el Press, 8erl<eleyllos Ángeles!
mito de la creatividad y el vanguardismo (habitualmente asociado a la comunidad Londres, 200 r. pág. 190.
gay), y aprobar unas estrictas ordenanzas urbanas que lo recreaban. Un segundo
grupo de "ganadores" se encontraba más allá,en el elegante Westside, tradicional
competidor del antiguo centro urbano. El corredorWilshire-Santa Mónica se con-
virtió en sede de infinidad de empresas de servicios al productor; y la zona del
aeropuerto captó numerosas corporaciones aeroespaciales, así como a la flore-
ciente industria multimedia, lo que le ha valido el seudónimo de "costa digital". Por
último, el tercer grupo de "ganadores" se encontraba en los suburbios más aparta-
dos, muestra de que centro y periferia comparten estrellato en la ciudad global.
Protagonistas de su éxito fuercin los parques tecnológicos, que buscaban territo-
rios alejados de los antiguos paisajes industriales y cercanos a zonas residenciales
exclusivas. Destaca el condado de Orange, que jugó magistralmente sus cartas
urbanísticas para conformar una red de tecnópolis flexible pero perfectamente
articulada, un paradigma de la difusa territorialidad urbana tardocapitalista que le
habla de tú a tú a SiliconValley.

El papel de "perdedores" le tocó a antiguos distritos obreros, actualmente pobla-


dos por inmigrantes, que no contaban con los recursos sociales, económicos, his-
tóricos o paisajísticos que atraen al capital global.También en este caso hay que
distinguir entre áreas centrales y periferia. Entre las primeras destacaban las
denominadas hub cities, una franja de ciudades distribuidas a lo largo de la autopis- 105
-2-
ta de Santa Ana, al este de Los Ángeles. A finales de la década de 1980,tres de ellas,
Cudahy, Belle Gardens y Huntington Park, se encontraban entre las más pobres de
Estados Unidos. El único espacio que el universo funcional de la ciudad global les
permitió ocupar fue bastante sórdido: el de los casinos, clubes y demás estableci-
mientos relacionados con el juego; actividades que la clase media blanca asocia con
la corrupción y el crimen y que están prohibidas en sus barrios.Y no se equivocan
demasiado: los ingresos que el juego aportó a las hub cities llegaron acompañados
de una legión de bandas criminales.

Los perdedores de la periferia fueron ciudades que, como estrategia para sobrevi-
vir a la globalización,apostaron por modelos de desarrollo urbano-económico que
fracasaron. Un ejemplo es Moreno Valley,100 km al este del centro: Su táctica para
seducir empresas consistió en agilizar los trámites burocráticos y suprimir los
impuestos municipales. Elloatrajo a miles de residentes convencidos de que la zona
se convertiría en una mina de empleo. Pero el capital es caprichoso y las expecta-
tivas no se cumplieron. Actualmente, los habitantes de Moreno Valleydeben pasar
horas al volante para llegar a sus puestos de trabajo. Cuando retornan a casa
encuentran una ciudad exenta de impuestos, pero con nefastos servicios públicos.
• Los Ángeles ciudad dual

La configuración de Los Ángeles como ciudad dual anranca de una radical reforma
del mercado laboral que disparé exponencialmente sus dos polos. Por un lado,los
profesionales altamente cualificados,alrededor de un 10%, que trabajan en los sec-
tores económicos que han hecho posible el sueño de la ciudad global: el FIRE,los
servicios al productor y las industrias de alta tecnología Actualmente, la región de
Los Ángeles congrega.:? la mayor colonia mundial de ingenieros, científicos, mate-
máticos, diseñadores e informáticos. Por otro lado, los trabajadores poco cualifica-
dos, que se concentran en el sector servicios de categoría más baja -hoteles, res-
taurantes, limpieza, etc.-, las "industrias basura" -sobre todo del vestido y el
textil-, las tareas no cualificadas de las industrias de alta tecnología -ensamblaje
de piezas- y la economía informal -especialmente venta callejera-. En todos
estos casos los empleos están mal pagados, son precarios y se realizan en nefastas
condiciones laborales y sanitarias. Los ocupan trabajadores procedentes de las más
recientes olas migratorias, trabajadores que conforman la casta inferior del merca-
do laboral tardocaprtalista: los working poors.

Esta polarización se refieja especularmente en la estratificación social de Los Ánge-


z. les ciudad dual. En la década de 1980 se triplicó el número de ricos (pasando del
9 % al 26 % de la población); los pobres crecieron un tercio (del 30 % al 40 %); y
la clase media sufrió un anoréxico adelgazamiento (del 61 % al 26 %). Actualmen-
te, la ciudad lidera la clasificaciónde desigualdad del Primer Mundo. Para más inri,
este fenómeno ha confiuido con el desmantelamiento de los programas públicos
de vivienda, sanidad, educación, fomento del empleo, etc., lo cual ha extendido la
miseria a magnitudes desconocidas desde la Gran Depresión de la década de
1930. Hoy en día, el 41 % de los habitantes del condado de Los Ángeles vive por
debajo del umbral de la pobreza, se han contabilizado más de 100.000 sin-hogar, la
cuarta parte de los menores están desnutridos y la mortalidad infantil se acerca a
la del Tercer Mundo.También lo hacen las apocalípticas escenas que se pueden con-
templar en numerosas zonas de la ciudad: colas de miles de personas ante centros
de caridad; mendigos arrastrando sus pertenencias por las aceras; drogadictos y
prostitutas deambulando por los parques; inmigrantes durmiendo, cocinando
y "aseándose" en las pestilentes márgenes del no Los Ángeles".

La generalización de la pobreza en el antiguo centro urbano ha producido un efec-


to paradójico: la minimización del fenómeno de la gentrificación. Su explicación, sin
embargo, obedece a una lógica aplastante: la zona ha sufrido tal grado de degrada-
ción fisica y social que se ha convertido en estéril para ser reconvertida en clave
yuppie. Ello no exime a Los Ángeles de conflictos. Las luchas por el territorio pro-
liferan por doquier. si bien obedeciendo a otra clave: la de la segregación racial.

Los Ángeles es una de las ciudades más diversas del mundo en ténminos raciales:
en su región habita el 20 % de los inmigrantes de Estados Unidos y más del 40 %
de los residentes del condado ha nacido en el extranjero, la inmensa mayoria en el
Tercer Mundo. Mercado laboral y estructura racial son indeslindables. En líneas
generales, se puede aseverar que blancos y asiáticos compiten por la cimf'del mer-
cado laboral, e hispanos y negros por la base, con desventaja para estos últimos,
que han sido excluidos de las "industrias basura" y los servicios poco cualificados.
Como consecuencia de ello, a finales de la década de 1980 el índice de paro entre
la población negra rondaba el 40 %, lo cual detenminó su estancamiento demográ-
fico. A este hecho hay que sumar la huida de los blancos hacia los suburbios más
alejados y la incesante llegada de hispanos y asiáticos.Todo ello ha inducido una drás-
tica transformación de la estructura racial: en 1970 el condado de Los Ángeles con-
taba con un 75 % de población blanca. un 14 % hispana. un 8 % negra y un 3 % asiá-

Los Ángeles: distnbución del


territorio según razas. 107
-2-
tica; en 1990 el 50 % era blanca. el 33 % hispana. el 8 % negra y el 9 % asiática;en
20 IO el 36.1 % será blanca.el 44.3 % hispana. el 8.1 % negra y el 11.5 % asiática

Esta revolución demográfica ha desencadenado una lucha territorial que se carac-


teriza por la conquista o cesión de posiciones según etnias. Los blancos. tradicio-
nalmente asentados en el Westside (Santa Mónica. PalosVerdes. etc.) y las estriba-
ciones de las montañas de Santa Mónica (Beverly Hills.BelAir;etc.) han expandido
su territorio gracias al white ffighe la huida hacia áreas suburbanas de última gene-
ración situadas en los márgenes del condado de Los Ángeles,"" en los condados
vecinos de Ventura. San Bernardino Yo muy especialmente. Orange. En estas zonas
se encuentran algunas de las ciudades con el crecimiento demográfico y económi-
co más acelerado de Estados Unidos.

Elenclave tradicional de los negros. South Central. situado en el corredor industrial


que enlazaba el downtown con el puerto. ha perdido densidad y ha comenzado a
menguar por el este ante la imparable presión hispana. En el resto de la ciudad. los
negros han sido totalmente segregados: 53 de las 88 ciudades del condado de
Los Ángeles cuentan con menos de un 1%de población negra. y en el de Orange
no alcanzan el 0.6 %.
08
"2
Los hispanos. por su parte. han sido los grandes conquistadores. El centro de su
imperio es el Eastside, el cuadrante sureste del condado. una zona que no deja de
expandirse hacia el sur a costa del gueto negro y donde. en poco más de una déca-
da. muchas ciudades han pasado de tener un 75 % de población blanca (normal-
mente obrera) a un 95 % de población hispana.También es hispano el antiguo cen-
tro urbano y zonas colindantes con el actual downtown como Westlake y Pico-
Union. donde se registran las mayores densidades de población de la ciudad (25
veces por encima de las de BelAir). Con miles de personas viviendo en garajes o
cobertizos construidos en patios traseros. estas áreas se han ganado el apelativo
de "el Tercer Mundo de Los Ángeles".

Los asiáticos.por último. han sumado a sus asentamientos. tradicionales (LittleTokyo.


Chinatown. etc.) una serie de enclaves que demuestran un no menos vigoroso empu-
je demográfico.Al oeste del centro de la ciudad ha surgido Koreatown (poblada por
coreanos de clase media y media alta) y en la periferia Monterey Park (la Chinatown
del San Gabriel Valley).Westminster (la Little Saigon del condado de Orange) y
amplias zonas de Long Beach (habitadas por colonias vietnamitas y camboyanas que
trabajan en los más bajos escalafones de las cercanas industrias de alta tecnología).
La estricta segregación racial de Los Ángeles encuentra en el crimen y la violencia
una de sus más 'contundentes formas de expresión. Ante el abandono por parte
de la sociedad (es estadísticamente Cierto que un adolescente negro de South
Central tiene tres veces más posibilidades de acabar en la cárcel que en la univer-
sidad), muchos jóvenes han nutrido el fenómeno de las bandas callejeras, preám-

Los Ángeles: justxe Riot (1992).

109
-2-

bulo del proceso de fragmentación del espacio urbano de Los Ángeles en com-
partimentos estancos y hostiles entre sí.Se han identificado 300 bandas, la mayoría
de ellas de raza negra. Los Crips, que se disputan con los Bloods el dominio de
South Central, dirigen el negocio del crack y han convertido a la ciudad en el
mayor centro de distribución de cocaína de Estados Unidos. Su "ejemplo" ha cun-
dido entre los jóvenes hispanos del entorno de Mac Arthur Park. donde la cultura
de las bandas se propaga como la pólvora.

Éstas'tienen mucho que ver con las revueltas que, periódicamente, sacuden la ciu-
dad, poniendo en evidencia sus graves patologías sociales. La mayor rebelión urba-
na del siglo XX en Estados Unidos se produjo en Los Ángeles en 1992,y se conoce
como laJustice Riotporque su lema fue "no justice, no peace" ("si no hay justicia,no
hay paz"). Como respuesta a la absolución judicialde los policías que apalearon bru-
talmente a Rodney King,un ciudadano negro detenido por conducir en estado
ebrio, entre 50.000 y 200.000 personas se lanzaron a la calle para saquear e incen-
diar cientos de establecimientos comerciales, todo ello según un movimiento cen-
trífugo que fue desde el centro hacia los suburbios.

Ante semejante escenario no es de extrañar que control y seguridad se hayan con-


vertido en las prioridades de Los Ángeles ciudad dual. Mike Davis ha transformado
esta cuestión en el eje de su discurso. Por capilaridad y de múltiples maneras, el
.:ontrol se ejerce sobre cada centímetro cuadrado de Los Ángeles: redadas policia-
les,toques de queda, helicópteros dotados de rayos infranrojos,videocámaras que
vigilan el espacio público, cierre noctumo de playas,cancelación de festivales calle-
jeros, matones contratados como guardas de seguridad, patrullas de vecinos arma-
dos, detectores de metales en las entradas de los colegios, armas personales en las
casas o programas como "Neighborhood Watch" (vigilanciavecinal),una densa red
de vecinos, encabezados por "capitanes de manzana" que se comprometen a vigi-
lar las propiedades de los demás residentes e informar a la policía acerca de cual-
quier persona o movimiento sospechoso. El último eslabón de la cadena de con-
troles que atenaza Los Ángeles son las prisiones de alta seguridad que la rodean y
que han convertido al sistema penitenciario de California en el tercero del mundo.

La obsesión por el control refleja lo que Davis ha denominado la"ecología del mie-
do", un fenómeno que está influyendo en el diseño urbano y arquitectónico:"La re-
vuelta de 1992 popularizó la previsión de los diseñado res de la "fortaleza down-
town". Mientras las ventanas eran destrozadas a lo largo de todo el viejo distrito
financiero, Bunker Hill hacía honor a su nombre. Pulsando unos pocos interrupto-
res en sus consolas de control, los cuerpos de seguridad de las grandes torres ban-

Los Ángeles: banco de autobús en el


downtown.
carias pudieron impedir cualquier acceso a sus costosos inrnoebles. Puertas de ace-
ro a prueba de balas se deslizaron sobre las entradas situadas a nivel de calle, las
escaleras automáticas se pararon instantáneamente y las cerraduras electrónicas
bloquearon los pasajes peatonales. Como apuntó el Los Angeles Business Joumol, la
comprobada eficacia de las defensas del downtown durante la revuelta estimuló
la demanda de nuevos y más elevados grados de seguridad fisica".?

Efectivamente, la rebelión de 1992 convenció a muchos de que las fuerzas del


orden, por sí solas, no eran capaces de defenderl&. Urbanistas, arquitectos y poli-
cías comenzaron entonces a entablar estrechas relaciones que eran constatables
en infinidad de ejemplos: bancos de autobús semicilíndricos sobre los que no se
puede dormir; parques con aspersores nocturnos para ahuyentar a los sin-hogar;
centros comerciales, bibliotecas y escuelas con aspecto de fortalezas, etc.

La obsesión por la seguridad también ha afectado al espacio urbano. Las protago-


nistas, en este caso, son las comunidades cerradas, de las que el sur de California
acoge la mayor concentración del mundo. Abundan, especialmente, en las zonas
costeras, en el sur del condado de Orange, en el oeste del San Fernando Valley,en
el condado de Ventura, etc. También en la península de Palos Verdes, un perfecto
archipiélago carcelario compuesto por communities como Rolling Hills,la ciudad 111
-2-
más rica de Estados Unidos, con un ingreso medio por vivienda de 300,000 dóla-
res anuales, Rolling Hillses inabordable sin invitación,

En el interior de la ciudad el fenómeno se reproduce, si bien con tácticas diferentes


ante la ausencia de murallas,Una de ellas consiste en utilizarlas ordenanzas urbaníst-
cas:San Marino cierra sus parques los finesde semana y restringe el aparcamiento a los
no residentes para evitar atraer a los hispanos y asiáticos de las comunidades veci-nas;
Malibúha privatizado la playacon un patrón de desarrollo urbano que la hace inacce-
sible durante kilómetros, etc. En otros casos, las estrategias de la segregación se sirven
del diseño urbano y arquitectónico. Es lo que ha ocurrido en la más poderosa de las
ciudadelas que componen el archipiélagocarcelario del interior de LosÁngeles,el nue-
vo downtown,separado del empobrecido entorno urbano que le rodea por una espe-
cie de glacisque consta de elementos tan heterogéneos como el muro del California
Plaza,el foso de la autopista Harbor o la sucesión de aparcannientos hipervigilados.
" DAVJS, M;!ce, Ecology.(Fea,
Los Angeles ond tht Imog/llOtJOn El archipiélago carcelario no sólo se compone de islas de bienestar. también los
.( o.sasrer, Metropohtan Books
Henr¡ HoIt and Co. Nueva
pobres, potencialmente peligrosos, han sido recluidos en islas urbanas, en este caso
Yori<, 1998, pág. 366. en contra de su voluntad. El alejamiento de la miseria en Los Angeles ha incluido
F

112
-2-

Los Ángeles: Slcid Row, distrito de


prácticas tan brutales como las deportaciones en masa a granjas del desierto, a las contención de los sin-hogar.
montañas o, incluso, a un buque abandonado en el puerto. Ante lo polfticamente
incorrecto de estas "soluciones finales",el Ayuntamiento optó por la creación de lo
que Davis denomina "distritos de control social",zonas donde la policía maneja el
código penal y el planeamiento urbano según intensidades: en los "moderados" se
prohiben lastiendas de licores y las salas de baile:en los "de intensificación"se aumen-
tan las penas por tráfico de drogas y prostitución en el entorno de edificiospúblicos:
en los "de contención", previstos para concentrar marginales,se declaran las aceras
como "zonas para dormir":yen los "de exclusión" se impide la presencia de los sin-
hogar mediante ordenanzas antiacampada y toques de queda. Skid Row,situado en la
mitad oriental del centro de la ciudad, es un "distrito de contención".También es el
paradigma del infierno en la tienra, una de las zonas urbanas más peligrosas del mun-
do. En sus 50 manzanas, decenas de personas duermen en parques y vestibulos de
edificios públicos. La policía las devuelve irremisiblemente a ellas cuando intentan
abandonarlas en dirección al downtown,declarado "distrito de exclusión".
• Los Ángeles ciudad del espectáculo

Hace ya algunas décadas que intelectuales de la talla de Umberto Eco,Jean Baudri-


lIard o Fredric Jameson convirtieron a Los Ángeles en el arquetipo de la ciudad
posmodema. No es de extrañar: hiperrealidad y simulacro son dos conceptos que
tienen aquí hondas raíces históricas. Desde la década de 1930 se fueron instalando
en la ciudad parques temáticos inspirados en los mundos más diversos: la jungla de
Tarzán (Selg Zoo), el lejano oeste (Knott's Berry Farrns), etc. En I954,Walt Disney
consagró esta tradición al emplazar en Anaheim. en el condado de Orange, su pri-
mer parque. Hoy en día, con Disneylandia, Universal City,Knott's Berry Farm y Six
Flags Magic. el sur de California cuenta con la segunda mayor concentración de
parques temáticos del mundo, tan sólo superada por Florida.

Su influencia en la definición de Los Ángeles como ciudad del espectáculo ha sido


enorme. Muy tempranamente, la arquitectura comercial se interesó por las estra-
tegias del parque temático. Aparecieron restaurantes con forma de sombrero, hela-
derías con forma de caja de helados, hamburgueserías con forma de búho, etc.,
extravagancias que eran posibles gracias a los productores de fantasías cinemato-
gráficas,que trasladaron sus habilidades técnicas desde los escenarios y los parques

Los Ángeles: centro comercial


GtyWalk.Jon Jeroe.I993.
temáticos a los edificios.Actualmente, los principales herederos de dicha tradición
son los centros comenciales. En 1993, la MCA constnuyó CityWalk. un complejo
comencial proyectado por Jon [erde que reproduce los más afamados iconos urba-
nos de Los Ángeles: Hollywood Boulevard, Olvera Street, Wilshire Boulevard, Mel-
rose Avenue, Sunset Boulevard, el campus de la UCLA. etc. Tampoco faltan repro-
ducciones de rmsiones, edIfiCIOS art déco, un KingKong que cuelga de un poste de
20 m de altura y una Venice Beach con arena y olas simuladas. Para amortiguar la
sensación de artificialidad que se desprende de esta sobredosis de cartón-piedra,
Jerde pensó en incrustar eludes y envolturas de caramelos en el pavimento ..,'la
especie de "pátina de uso". CityWalk es una copia hiperreal de Los Ángeles, un
simulacro que resume las esencias urbanas más difundidas por el cine y la televisión,
un hiperespacio que permite a los turistas visitar la ciudad sin llegar a pisarla.

En las últimas décadas, las estrategias del parque temático han trascendido la arqui-
tectura para infiltrarse en el diseño urbano. Para constatarlo, nada mejor que acer-
carse al condado de Orange, el paraíso del conservadurismo norteamericano, de
los parques tecnológicos y del new urbanism. La guía !he Cali(ormas lo describía así:
"Esto es un parque temático -un parque temático de 2.035 km'- Yel tema es
'puedes tener todo lo que quieras'. Es lo más parecido a California de todas las
114 Californias: lo más parecido a las películas, a los cuentos, a los sueños. El condado
-2-
de Orange es la tierra del futuro y la de la frontera, fundidas e inseparables. Una
misión del siglo XVIII, una colonia artistica de la década de 1930, sedes financieras
de la década de 1980. Hay historia por todas partes: navegantes, conquistadores,
padres fundadores, rancheros, buscadores, excavadores, etc. Pero hay tanto Ahora,
que el Entonces es difícilde encontrar: Las casas son nuevas. Los coches son nue-
') De un aronco en la guía
vos. Lastiendas, las calles, las escuelas, los ayuntamientos: incluso la tierra y el océa- The Ca!(omoos publICada por
no parecen nuevos. La temperatura hoy permanecerá por debajo de los 27° C. la Co'(omIo Office ofTounstn.
Una suave brisa sopla desde la costa Otro día en el paraíso exactamente igual que en SORKIN. Michael (ed).
Vonooons on o 1heme Porl<. The
ayer ¡Vengaal condado de Orangel No hay nada como el hogar"."
New Amencon Gry ond me End
o( Publoc Space. HlII and Wang.
Tal como ha puesto de manifiesto Michael Sorkin," profesor de la Columbia Uni- Nueva Yorl<, 1992, pág. 94:
versity.las protagonistas de este fenómeno vuelven a ser las comunidades cerradas, (versión castellana. Vonoaones
sobre IX! POIQue [emóoco,
que han colonizado la mitad sur del condado de Orange con "variaciones sobre el Editorial Gustavo Gill, Barcelona.
parque temático". EdwardW. Soja" ha estudiado estas urbanizaciones exclusivasque 2(04).
combinan curdadisimos entornos naturales con espacios residenciales tematizados " SORKIN. MlchaeI (ed.). op. COL
e SOjA. Edward."Ins>de Exopoll~
donde se recrean estilos de vida del pasado. Destaca el caso de Irvine, una ciudad
Scenes from Orange Cconty".
constnuida por la Irvine Company (propietaria de una sexta parte del territorio del en SORKIN. Mlchael (ed.).
condado), donde el precio de una casa triplica su coste medio en Estados Unidos. op.Ol
'. '
\ I
~,

.. !
/

Los Ángeles: devastación provocada


por un terremoto.

Una de sus áreas residenciales,Westpark. tematiza un pueblo mediterráneo: tejas de


arcillaroja, fachadas estucadas en tonos tierra, etc., MissionViejo,al sur de Irvine,es la
capital mundial de la natación, lugar de entrenamiento de nadadores y buceadores
olímpicos patrocinados por los promotores de esta community.donde todo gira en
torno al mundo del deporte, Un código del new urbanism prescribe cómo armoni-
zar con los temas elegidos ("IslaGriega","Villade Capri", "Auténticamente América",
etc.), determinando desde el color de la fachada al tipo de tejas o la exhibición de
banderas. Hacia el interior está "Coto de Caza", el paraíso de los monteras, y un
poco más allá Rancho Santa Margarita,"donde comienza el Oeste; de nuevo";

Todos estos ejemplos desvelan la perfecta sintonía del new urbanism con la que-
rencia por los simulacros que caracteriza a la sociedad contemporánea. Tal como
denuncia Soja, estas urbanizaciones son enclaves mágicos que funcionan como co-
pias hiperreales de mundos perfectos que nunca han existido; enlatados estilos de
vida cuidadosamente diseñados que compiten por ser "el lugar más felizdel plane-
ta", La culturalista ciudad poshistórica encuentra así su complemento sociológico
en la ciudad del espectáculo.
• Los Ángeles ciudad sostenible

Medio ambiente y ecología son cuestiones ineludibles en Los Ángeles, una ciudad
cuya historia está firmemente arraigada en la geografTay la geología. Así lo enten-
dió Reyner Banham en su libro Los Angeles. The Architecture of Four Ecologies,"
publicado en 1971. Convencido de que conceptos como "barrio" o "red viaria"
eran insuficientes para analizarla,acudió a factores geográficos, climáticos y de loca-
lización para definir Los Ángeles como la confluencia de cuatro "ecologías"; las pla-
yas; las estribawnes; la llanura;y "autopía", la ecología artificial de las autopistas.

La referencia ecológica persiste hoy en día en autores como Mike Davis que, con
su libro Ecology of Fear" ha introducido una novedosa componente: la catástrofe.
No se trata de una extravagancia. Los cataclismos se han convertido en una rutina
para los habitantes de Los Ángeles, una ciudad que, en menos de tres años, sufrió
tres de los diez desastres más costosos de la historia de Estados Unidos: las tor-
mentas de 1992, los incendios de 1993 y el terremoto de 1994. ¡Ha sido mala
suerte? Más bien parece lo contrario. Recientes investigaciones demuestran que el
sur de California está viviendo un período de estabilidad sísmica y climática abso-
lutamente anómalo. Por lo que respecta a los terremotos, la frecuencia es ahora
116 infinitamente menor de lo que lo fue en milenios precedentes. Ello significaenergía
-2-
acumulada bajo la placa del Pacífico,energía que, antes o después (existen un 85 %
de posibilidades de que ello ocurra antes de 2024), tendrá que salir provocando el
Big One, un terremoto de tal magnitud que la región de Los Ángeles nunca llegará
a recuperarse. Los meteorálogos, por su parte, advierten que también el clima ha
sido excepcionalmente benigno en los últimos 150 años, ya que han descubierto
que California sufrió catastróficas sequías de siglos de duración durante la edad
media. En definitiva,la historiografía de las catástrofes parece indicar que la urbani-
zación de Los Ángeles se ha producido en una de las etapas sísmica y climatológi-
ca más apacibles de su historia.Tal como comenta Davis,ello convierte la cuestión
de "¡por qué tantos desastres recientes?" en "¡por qué tan pocos?".

El convencimiento de que lo peor está por llegar está pasando una dolorosa factu-
ra a Los Ángeles. Las catástrofes naturales se han convertido en uno de sus princi-
pales enemigos en la enconada competencia que mantiene con el resto de ciuda-
des del sunbe/t y el noroeste del país por atraer inversiones. La aprensión y la .•• BANHAM, Reyner.Los Angeles
The Archjtecture o( Four
ansiedad popular; alimentada por los continuos reportajes televisivos informando
Ecologies, AUen Lane, Londres,
sobre qué hacer en caso de terremoto, han provocado que miles de residentes y 1971.
cientos de empresas la hayan abandonado en busca de territorios menos convulsos. <1 DAVIS, Mike. op. or
Si a la estrechísima relación que Los Ángeles mantiene con su indomable naturale-
za le unimos su imparable crecimiento, entenderemos que el discurso de la ciudad
sostenible haya acabado infiltrándose en sus ultraliberales políticas urbanas. Los
frentes abie.rtos son varios. En primer lugar.el crecimiento sobre el paisaje circun-
dante. Los Angeles es una gran devoradora de territorio: entre 1970 y 1990, mien-
tras que la población creció un 45 %, la superficie lo hizo un 300 %. Desde siem-
pre, la ciudad ha trasgredido la naturaleza que le rodea: las estribaciones de las
montañas fueron invadidas por una marea de residencias de lujo que arrasó bos-
ques completos; la misma causa acabó con los naranjales del condado .de Orange,
el San Femando Valley y el San Gabriel Valley (donde las 121.500 ha de 1939 se
convirtieron en las 4.000 de 1970). Es lo que Mike Davis ha denominado "la eco-
logía del demonio". Ahora parece tocarle el tumo al desierto del Alto Mojave. Su
antesala, el Antelope Valley.está siendo engullida por urbanizaciones residenciales
que, paradójicamente, están repletas de prados verdes, árboles escandinavos, lagos
artificiales,etc., un milagro que puede achacarse al maná que transporta el costo-
sísimo acueducto de California. Mientras tanto, el árbol autóctono de la zona, el
árbol de Joshua, se extingue.

En segundo lugar,están los problemas infraestructurales que dicho crecimiento aca-


rrea. En 1987, millones de litros de aguas residuales fueron vertidos a la bahía de 117
-2-
Santa Mónica desde la planta depuradora de Hyperion, que fue incapaz de absorber
el espectacular crecimiento de laszonas urbanas a lasque servía A ello se une la cues-
tión del abastecimiento de agua,que ha comenzado a enfrentar a las áreas metropo-
litanas de California y Arizona. Por si fuera poco, Los Ángeles es una de las ciudades
más contaminadas del Primer Mundo debido a su altísimadependencia del automóvil.

Este cúmulo de circunstancias avivó el discurso de la ciudad sostenible. En 1987 el


alcalde Bradley pactó con los movimientos que defendían la necesidad de regular
el crecimiento urbano para evitar catástrofes ecológicas. Cuatro asuntos medioam-
bientaJes se filtraron en el ámbito urbanístico: la lucha contra la contaminación del
aire, el control de las inundaciones, el establecimiento de moratorias de crecimiento
en zonas con la red de alcantarillado saturada. y la regeneración del río Los Ángeles.

Sin embargo, no siempre el discurso de la ciudad sostenible ha tenido como meta


fines tan loables. A menudo ha sido objeto de manipulación, como en el caso del
movimiento slow growth ( crecimiento lento), promovido por residentes de áreas
exclusivas que, con la excusa de preservar el medio ambiente, demandan morato-
rias en la construcción de nuevos edificios.Su verdadero propÓSITO,sin embargo. es
conservar su status social y el valor de sus mansiones pal-a evrtar tener que corn-
partir su pnvilegrado espacio urbano con bloques de apartamentos. que atraigan
residentes de más baja poder adqurs.tivo. o edficios de ofionas, que d.storsro-
nen su estilo de vida. La pnnopa' base de este movimiento está en el condado de
Orange. donde muchas ciudades han hrnrtado la construcción de bloques con la
excusa de rebajar a la mitad la dens.cad de urbaruzaoón.Tarnbrén en el San Gabrrel
Valley ha nrumprdo con fuerza. en este caso abanderando causas descaradamente
racistas. Aqui. luchar contra los bloques de apartamentos significa luchar contra
aquellos que no son aoglosaiones. es decir contra la llegada de hispanos y. muy
especialmente, de chinos, Con estas prácticas. el movimiento slow growrh demues-
tra que. en Los Ángeles. todo es susceptible de ser pervertido. Incluso el discurso
med.oarnbrental.

Pel-o tambrén es posible el polo opuesto. la coahoón de la conc.encra eco lógica con
la ética social para hacer frente a la Ciudad dual La rebelrón de 1992 puso sobre el
tapete los di-amas que la globalrzaclón habia traído consigo, A raiz de entonces.
y ante el convencimiento de que las políticas rnedroarnbrentales son un factor de
Igualdad social. el discurso de la ciudad sostenible se alió con un actrvrsrno cornoru-
tarro localista y no gubel-namental que luchaba POI-la [ustma social. racial. de gene-
118 ro y de clase. En el se encuadraban movimientos como Concerned Crtizens of
-2-
South Central (Ciudadanos Concrenoados de South Central). que hugaba contra
la Implantación de una incmeradora de residuos sólidos: Mothers of East Los Ange-
les (Madres de East Los Ángeles). contra la edificación de nuevas pnsiones: Bus
Rrders Uruon (Unión de Usuarros de Autobús). contra la construcción de un ferro-
carní ligero: Los Angeles Alhance for a New Economy (LAANE: Alianza de Los
Ángeles pal-a una Nueva Economia). contra el diabólico mercado laboral angelino:
o The Power of Place (El Poder del Lugar). liderado POI- la erqurtecta feminista
Dolores Hayden y que reivindicaba la hrstona urbana de las rnuieres y los grupos
étrncos mmontanos. La cuestión medioambiental estaba en la agenda de todos
estos movimientos. la vanguardia de una novedosa clvllrdad alternativa y eficaz, El
hecho de que la LAANE consiguiera Imponer ordenanzas que garantrzaban míni-
mos salanales y sarutarios a los obreros del Ayuntamiento. que la Unión de Usua-
nos de Autobús detuviera el proyecto del ferrocarril hgero y la Ciudadanos Con-
oenoados de South Central el de la moneradora, demuestra que aún cabe la
esperanza en la ciudad dual. y Viene de la mano de la ciudad sostenible.
4. La visión tecnológica de la ciudad
La visión tecnológica concibe la ciudad como un ente primordialmente productivo
cuyo funcionamiento viene garantizado por las tecnologías. Partiendo de este
supuesto, defiende que estas tecnologías deben encontrar una expresión adecua-
da y consecuente, por lo que su empeño consiste en traducir a las coordenadas
urbanas referencias tecnológicas.

Sus on'genes nos remontan, una vez más, al último tercio del siglo XIX, cuando la
identidad ciudad-tecnología fue trasladada a los discursos artísticos, filosóficos y
arquitectónicos. Como comentamos en la parte.dedicada a la visión culturalista, en
ese momento el término "cultura" fue enfrentado al término "civilización".La ciu-
dad civilizada era "lo otro" de la ciudad tradicional: un entorno nuevo, artificial y
productivo, creado por la naciente sociedad industrial con su poderosa tecnología.

En el siglo xx, la visión tecnológica alcanzó su máximo apogeo y sus más nítidas
conceptualizaciones. En la década de 1920, cuando el capitalismo monopolista se
había implantado en todos los ámbitos y la sociedad industrial urbana era un
hecho, la modernidad intuyó el comienzo de una nueva etapa que quiso postular
como ruptura histórica. La radicalidad de este quiebro con el pasado se trasladó a
la ciudad identificando forma tecnológica con forma urbana. Concretada por algu-
nos de los más destacados arquitectos de la modernidad, principalmente por Le
Corbusier y Ludwig Hilberseimer, la "ciudad máquina" pasaría a la historia como
uno de los iconos más reconocidos de dicha pretensión.

A partir de ese momento, esta expresión químicamente pura de la visión tecnoló-


gica navegan'a con desigual fortuna. Tras los desastres de la 11Guerra Mundial,don-
de las tecnologías bélicas tuvieron tanto que ver. comenzó a observarse con rece-
lo, pero con la euforia económica de la década de 1960 retornaron los vientos
favorables. La visión tecnológica que floreció entonces era heredera de la ciudad-
máquina de la modernidad, si bien su referencia no era ya la tecnología industrial,
sino la tecnología espacial, cuyo espectacular desarrollo durante esa década culmi-
nó con la llegada del hombre a la Luna en 1969. Protagonista de esta nueva ver-
sión fue el grupo Archigram, constituido en 1960, cuyo discurso se sustentaba en
la suposición de que las nuevas tecnologías modificarían la esencia misma de la ciu-
dad, y reemplazan'an sus formas estables y tectónicas por conglomerados de
módulos intercambiables, desechables y reproducibles, como si de artículos
de consumo se tratara. Siguiendo esta premisa, Archigram proyectaba las ciudades
como agregados de viviendas-cápsula enchufables a megaestructuras centrales,
ensamblajes tecnológicos cuyas referencias provenían de las naves espaciales ima-
ginadas por la literatura de ciencia ficción.La Plug-in Cíty de Peter Cook (1964) Y
lasWalking Cities de Ron Herron (1964) nos han quedado como delicioso testi-
monio de estas fantasías futuristas.

Tras el paréntesis de la década de 1970.inducido por la Crisis del Petróleo y la con-


siguiente propagación del movimiento ecologista, la visión tecnológica volvió a
conocer la perspectiva que se domina desde la cresta de la ola Pero para enton-
ces muchas cosas habían cambiado. Los proyectos de Anchigram no habían sabido
trasladar a la ciudad la esencia y las formas de la nueva revolución tecnológica que
estaba en marcha. De hecho. tan sólo una propuesta de esa época supo intuirla:
la Computer City ( 1964) del arquitecto y editor Dennis Crompton.

Esta miopía histórica ha sido ya ampliamente superada. Hoy en día.se podría hablar
de una auténtica ruptura del hilo argumental que la visión tecnológica estuvo
tejiendo desde finales del XIX. ruptura que ha sido provocada por la aparición de
las denominadas "tecnologías de la información". La actual visión tecnológica de la
ciudad está. por tanto. si no naciendo. sí comenzando a madurar. Sus primeras for-
mulaciones no tienen más de quince años. A ellas vamos a dedicar esta cuarta y
última parte del libro. En el capítulo sobre la cibenciudad nos adentraremos en los
discursos más conceptuales y futuristas: el siguiente. dedicado a la ciudad chip. 173
-4-
constituye un intento de reconstruir una ciudad máquina cuyas referencias provie-
nen de las tecnologías de la información.

La ciberciudad

• Tecnologías de la información y ciberespacio

Los sueños futuristas de la década de 1960 se desvanecieron en 1986. cuando el


trasbordador espacial Challenger se evaporó en el aire. La decepción que provocó
el fracaso de la Conquista del Espacio. unida a cambios geoestratégicos relaciona-
dos con el fin de la Guerra Fría.reorientó los intereses de la visión tecnológica de
la ciudad hacia las nacientes tecnologías de la información: la informática y las tele-
comunicaciones. La convergencia de ambas. cuya silenciosa trayectoria había
comenzado unas décadas antes. cambió el rumbo de la historia.

Por lo que se refiere a la informática. el viaje se inició en 1971.cuando apareció el


Intel 4004. el primer microprocesador. Su alma era un chiP. una serie de transisto-
res conectados por minúsculos cables de aluminio procesados sobre una oblea de
silicio,Comprender su funcionamiento es básico para asimilar los perfiles más com-
plejos de la actual visión tecnológica de la ciudad, funcionamiento que depende del
lenguaje que utilizan los programas informaticos. Para comunicarse con los transis-
tores, que actúan como interruptores, se creó un lenguaje binario (sí/no, +/-, l/O,
etc.) que decidía el paso o no de los electrones por los distintos cables del circuito,
Es decir, asociado al ordenador (hardware) apareció un lenguaje (software) que era
asimilable a un código matricial compuesto por elementos binarios, un código digi-
tal. Esto quiere decir que para que cualquier información pueda ser asimilada por un
ordenador debe ser previamente digitalizada Un procesador de textos, por ejem-
plo, digitalizalas palabras traduciendo las combinaciones de letras y silabas a los "O"
y" 1"del código ASCII.Lo que el ordenador procesa, por tanto, no son las palabras,
sino el código, Lo mismo ocurre con el sonido o la imagen real cuando se traducen
en sonido o imagen digital:se transforman en series numéricas para que puedan ser
secuenciadas por el programa: lo cual implica una especie de cambio químico en su
naturaleza: la realidad (sonido, texto, imagen, etc.) desaparece en su estado inicial
para ser reorganizada como código, ser procesada por el ordenador y ser recons-
truida de manera similar a la original,Como veremos más adelante, esta momentá-
nea desaparición de lo real y su conversión en código da pie a uno de los principa-
les nodos de reflexión de la visión tecnológica de la ciudad,

A finales de la década de 1960, las telecomunicaciones, segunda rama de las tecno-


logías de la información, se encontraron con la informática para desencadenar una
gran revolución, En 1969 apareció ARPAN~ la primera red de datos que conec-
taba ordenadores situados en distintos lugares, una creación del Departamento de
Defensa de Estados Unidos para evitar que un hipotético ataque nuclear inutilizara
su sistema de información, hasta entonces accesible desde un único punto geográ-
fico,Siguiendo su ejemplo, a lo largo de la década de 1970 afloraron otras redes de
ordenadores que comenzaron a conectarse entre sí, En 1988 NSFnet enlazó trece
redes regionales de Estados Unidos, a las que se fueron sumando otras de todo el
mundo, hasta conformar la RDSI (Red Digital de Servicios Integrados), una red glo-
bal donde todos los terminales compartían un mismo hardware y un mismo soft-
ware, A partir de 1990, cualquier ordenador personal podía conectarse a ella:había
nacido Internet

En los últimos años, las tecnologías de la información han continuado ampliando


horizontes, abriendo campos de investigación que profundizan en revolucionarias
maneras de utilizarías.Dos de ellos, el de la inteligencia artificial y el de la realidad
virtual, han atraído especialmente la atención de los autores de la visión tecnológi-
ca, Sobre ambos han cimentado su reflexión más radical: la del "ciberespacio".

Su nacimiento suele datarse en 1984, cuando el escritor norteamericano William


Gibson publicó Neuromonte.' Esta novela de ficción inauguró un discurso sobre las
nuevas tecnologías y sus efectos que influirfaen sectores tan dispares como el dise-
ño de ordenadores, la teoría social o la literatura, Su principal argumento era que
los límites existentes entre los cuerpos humanos y el exterior se estaban disol-
viendo debido al vertiginoso desarrollo je la biotecnología, la biogenética y las
nanotecnologías. Gibson daba por supuesto que la transformación tecnológica del
cuerpo que estas disciplinas estaban posibilitando acabaria permitiendo trascen-
derlo hacia el ciberespacio. Salía así a la luz este término, que fue definido como:
"Una alucinación consensuada experimentada a diario por miles de millones de
operadores legitimos, en todas las naciones". Una gráfica representación de datos
abstraídos del banco de cada ordenador hacia el sistema humano",'

Gibson identificaba el ciberespacio con una metrópolis compuesta por datos


tridimensionales codificados en formas arquitectónicas, una red global de infor-
mación por la que se podía navegar. Esta prefiguración del ciberespacio como
algo intermedio entre la realidad virtual e Internet sirvió como punto de parti- 175
-4-
da al discurso de la ciberciudad, otra capa más de la ciudad hojaldre,

Efectivamente, promovido por los sectores más radicales de la visión tecnológica,


la ciberciudad era un intento de imaginar el intangible ciberespacio como si de una
ciudad se tratase, Si esto se propone como un futurible (la suposición de que, en
el mañana, el espacio urbano será así). o como un instrumento de análisis de las
consecuencias de la interacción ciudad/tecnologías de la información, depende de
los autores, pero en ambos casos, y por el momento, la ciberciudad no ha dejado
de ser una ciudad de ficción.Para llegar a entenderla es necesario que conozcamos
previamente a sus habitantes, los cibernautas, y su medio "físico". el ciberespaoo.
GIBSON, Winiam, Neuromancer. La visión tecnológica se refiere a los primeros como un nuevo tipo de ser humano
Ace Books, Nueva Ycrl, 1984; y al segundo como un nuevo modo de estar. Analicémoslos por separado,
(ver5M5n castellana: Neuromotl[e,
Minot.1uro, Barcelona. 2(02).
GIBSON,Wilham, citado en La pulsión que subyace tras el concepto de cibernauta es el deseo de traspasar las
WESTWOOD, Sallie; actuales barreras que separan a ordenador y usuario, obligando a que la experien-
W1WAMS,)ohn (eds.), cia que éste tiene del ciberespacio sólo se produzca a través de la pantalla. Para
Imog,,,mg Oees. ScnpIS, Sogns,
Memory. RootIedge, Londres,
que el cibernauta pueda sumergirse en el ciberespacio y llegue a vivirlo como una
1997, pág. 241. experiencia personal directa, previamente debe transformarse en un ser mitad
digital-mitad orgánico, un ser conectado al ordenador de manera multisensorial.
¿Cómo?, Injertando aparatos electrónicos en sus ojos, manos, brazos, piemas, cabe-
za, etc., hasta que todos los nadas de intercambio entre cuerpo y exterior se con-
viertan en puntos enchufables.

La aparición del cibernauta, por tanto. tan sólo será posible SI algún día la bio-
tecnología, con ayuda de las nanotecnologías, consigue suplementar el cuerpo
humano con microaparatos electrónicos. Bien es cierto que, por el momento, lo
más cercano que la ciencia médica ha producido son las prótesis que muchas per-
sonas llevan en su cuerpo: marcapasos, aparatos para sordos, etc., pero ya existen
redes de cableado de prótesis neuronales y se espera que, en un futuro, aparezcan
implantes controlados por el cerebro. Cuando estas técnicas de intervención en el
sistema nervioso estén desarrolladas será posible aumentar las capacidades del ser
humano. La tecnología comenzará entonces a colonizar su cuerpo.

Elresultado será el cibernauta, un ser reforzado con implantes de blochlps y próte-


sis cableadas al ordenador que traspasará las barreras fisicas que le separan de
éste. La visión tecnológica tiende a describir esta transformación como una libera-
ción de la materia orgánica que posibilitará transcender el cuerpo. Eltérmino utili-
zado para describirla es disembodiment (incorporeidad): al transferir parte de su
memoria a la memoria del disco duro y sustituir algunos de sus órganos fisiológi-
cos por instrumentos electrónicos, el cuerpo sufre un proceso de desintegración
físicaque le lleva a fundirse con la pantalla del ordenador, a disolverse con el cibe-
respacio en un mismo flujo.

Solventada la cuestión del cibernauta como condición sine qua non para acceder al
ciberespacio, la visión tecnológica se centró en este espacio virtual:¿cómo se cons-
truye? ¿A qué leyes obedece? El oberespacio tiende a ser considerado como un
universo paralelo al real pero regido por otras pautas. Algunos autores, como el
arquitecto y escritor neoyorquino John Beckrnann,' entienden que su dimensión
virtual desencadenará una ruptura con la noción cartesiana de espacio, algo simi-
lar a lo que ocurrió con la invención de la perspectiva durante el renacimiento. Si
BECKMANN. lom: "Merge
ésta fijaba al observador en un punto concreto, el ciberespacio dará paso a una tl'MSlble layers", en
especie de visión cubista donde todo se producirá a la vez, múltiplemente y desde BECKMANN. 10m (ed). !he
diferentes ángulos. Otros, sin embargo, como el investigador Michael Benedikt, cre- VirtuaIO,men5K)(lArrh,cecture,

en que la lógica fisicay metafísica del espacio real seguirá siendo válida. Ello permi- RepresentotJon and Crosh
(u/ture. Pnnceton Archrtectural
tiría aplicar al ciberespacio las cualidades del entorno urbano real, describirlo como Press.NuevaYork.1998.
una ciudad cuyos habitantes son los cibernautas. págs. 1-17.
Radiografia del cuerpo de un
cibemauta Amplified Body Events, Elciberespacio metaforizado como ciudad, es decir. la ciberciudad, ha generado un
Stetarc. 1970-1994. amplio debate entre dos tendencias opuestas y coexistentes dentro de la visión
tecnológica Por un lado los tecnófilos, que la describen como un entorno igualita-
rio y liberador donde se han superado los problemas de la ciudad industrial; por
otro los tecnófobos, que sospechan que tras la ciberciudad se ocultan infinidad de
mecanismos de control y explotación social. Dedicanemos los siguientes apartados
a desarrollar estas dos versiones. Adoptando un término acuñado por William J.
HITCHELL w.n,am J.. E-IOfJ«J. Mitchell,' decano de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo del MIT.denorninare-
no. HIT Press, Cambndge
mos a la tecnófila "e-topa", porque entiende que la ciberciudad es un nuevo lugar
(Mass.). 1999; (.......00
castellana: E-!OpÓl. Editonal de carácter electrónico; y a la tecnófoba "distopía", porque defiende que supone la
Gus!avo Gol, Barxeíooa, 200 1) destrucción de la noción de lugar.
• E-topia

Los promotores de e-topía están convencidos de que con la entrada en el cibe-


respaoo sanarán muchas de las patologías que afectan a la ciudad de los cuerpos
enfermos. De sus visiones emerge un nuevo orden social caracterizado por la
democracia, el retorno a la comunidad y la sostenibilidad: democracia en tanto que
el ciberespacio se presupone como un medio donde la información estará dispo-
nible para todos (más allá de razas, género, nacionalidades, etc.) y donde todos
podrán expresarse libremente; retorno a la comunidad porque, a pesarsde que
estas tecnologías promueven el individualismo,el enlace electrónico creará nuevas
comunidades basadas no ya en la cercanía geográfica o el afecto humano, sino en
intereses comunes; y sostenible porque potenciará las ciudades pequeñas y la vida
rural, posibilitando que la gente trabaje lejos de las grandes metrópolis. Estas últi-
mas no suelen ser del agrado de los defensores de e-topía, pues las perciben como
entornos densificados y congestionados, dominados por el crimen y la pobreza. La
interrelación individuo/edificio inteligente/red de flujos permitirá la desurbanización
del planeta, al liberar al poder político, el capital, la cultura y el conocimiento de su
tradicional atadura a la ciudad.Todo ello se traducirá en un renacimiento humanis-
ta y cultural de trascendencia histórica.

Tras este aliento a la descentralización e incluso la disolución de las ciudades, se


respira un subyacente antiurbanismo que arraiga en profundas tradiciones nortea-
mericanas. No es de extrañar que fuera en California donde estas ideas se tradu-
jeron a ideología política. En 1994, el entorno del político ultraconservador Newt
Gringrich editó un documento titulado Cyberspace and the American Dream:
A Magna Carta (or the Knowledge Age. Apelando a las tecnologías de la información
como fundamento para crear una nueva democracia basada en el espíritu de Tho-
mas Jefferson, sus autores auguraban que la desregulación de los dominios que aún
estaban en manos del Estado pondría el poder de las tecnologías de la información
en manos del pueblo. Con su entrada en el ciberespacio, se erradicarían los con-
flictos sociales y étnicos, y se potenciaría el individualismo y la competitividad. Sin
embargo, a pesar del tono bucólico, el documento no dejaba lugar a dudas res-
pecto a sus intenciones últimas: la colonización del ciberespacio era un reto aso-
ciado al designio estadounidense de controlar el mundo.

Aunque ajeno a esta ideología ultraconservadora, quien mejor ha sabido trasladar


las esperanzas ciberespaciales de los tecnófilos a la ciudad contemporánea es
William J.Mitchell.Su discurso parte de una propuesta: como muchas de las activi-
dades económicas, sociales y culturales que antes tenían lugar en la ciudad se desa-
rrollan ahora en el ciberespacio, es necesario reformular el urbanismo. Su nueva
tarea no es ya dar forma a espacios y edificios,sino desarrollar software que creen
entornos virtuaJes y los interconecte electrónicamente.

En su libro Gty of bits.' Mitchell se puso manos a la obra. La ciudad de bits era un
ente construido virtualmente, no arraigado en ningún lugar geográfico y habitado
por incorpóreos cibernautas. Sus edificios no encajaban en las tipologías anquitec-
tónicas convencionalei,¡,no ejercían papeles representativos o simbólicos y no res-
pondían a estructura social alguna. La parte digital había desplazado a la ffsica,que
había sido sustituida por programas de software que almacenaban los bits de infor-
mación necesarios para ejercer sus funciones. Los accesos y recorridos interiores
habían sido reemplazados por conexiones electrónicas, y las fachadas por gráficos
de pantalla donde se exponían y vendían productos. Si algo ffsicoquedaba en esta
ciberciudad era la parte de atrás de esa fachada electrónica: las oficinas y los alma-
cenes donde se desarrollan las actividades que el ciberespacio no puede acometer.

En la ciberciudad de Mitchell el espacio público era identificado con los entornos


de la red abiertos y gratuitos. y las barreras que limitan la entrada a las propieda-
179
des particulares con las claves secretas que el software requiere para permitir el -4-
ingreso a dominios electrónicos de uso privado. Los barrios eran los MUDs
(Dominios Multi Usuario), juegos de rol interactivos, accesibles desde Internet, que
invitan al cibernauta a crear su propia identidad, y le permiten interactuar con otros
personajes. Físicamente, consisten en barrios simulados donde pueden existir
viviendas, bares, parques, calles y demás elementos urbanos por entre los que es
posible desplazarse. Se construyen en torno a intereses compartidos: unos optan
por espacios legendarios, otros por la aventura y otros por idñicos espíritus comu-
nales. La realidad es que, hoy en día. millones de personas entablan lazos sociales
mediante estas comunidades virtuales.

En su siguiente libro,' Mitchell se centró en los principios de diseño de la ciberciu-


dad o, como él la denominó, de e-topía: desmaterialización, desmovilización, fun-
cionamiento inteligente, personalización en masa y transformación suave. Nos
MITCHELL. Willíam )" Gty o( ceñiremos a los tres primeros para seguir desarrollando la versión tecnófila de la
8its. Spoce. Place and rhe ciberciudad.
In(obohn. The MIT Press.
Cambridge (r-tass.). 1995.
MITCHELL. Willíam)" E·tapio.
En primer lugar.la "desmaterialización". La desaparición flsica de la ciudad está jus-
op.at tificada porque muchas de sus actividades están siendo reemplazadas por sus equi-
valentes virtuales, lo que supondrá la desaparición de las estructuras físicasque las
albergan. En la ciberciudad, las bibliotecas serán bases de datos desde donde se
podrán descargar libros; los museos, despliegues digitales flexibles y comprimidos
donde se podrán seleccionar las obras; las escuelas y universidades, campus virtua-
les donde las lecciones se impartirán mediante videoconferencias o conexiones
cara a cara; los hospitales serán sustituidos por la telemedicina, que permitirá dis-
pensar servicios sanitarios a distancia; los grandes almacenes, por centros comer-
ciales electrónicos donde el consumidor contactará con el vendedor a través de un
portal; las pnsiones, por sistemas de detención en el propio domicilio y servidos
por emisores electrónicos conectados al reo; la bolsa, por mercados tipo Nasdaq;
los bancos, por la banca on-line; las tiendas de discos, por catálogos electrónicos, al
igual que las de alquiler de vídeos,las librerías o las agencias de viaje.

La "desmovilización" surge de la suplantación electrónica de actividades que, en la


ciudad tradicional, implicaban desplazamientos. En la cibemudad, el ordenador per-
mitirá realizar tareas muy diferentes sin cambiar de sitio. En sus edificios habrá
zonas funcionalmente ambiguas que, dependiendo del momento, podrán albergar
labores de producción, ocio o consumo, lo cual acabará con la vinculación de los
espacios arquitectónicos a la especificidad de las actividades que se realizan en
ellos. La mayor promiscuidad funcional se producirá en la vivienda, ya que las nue-
vas tecnologías permitirán que gran parte del trabajo de oficina se desarrolle des-
de cualquier lugar que cuente con un terminal de ordenador. Consecuentemente,
como ocurna en la era preindustrial, casa y trabajo volverán a confluir.La desmovi-
lización también afectará a la vida social. En la ciberciudad muchas de las activida-
des que anteriormente se consideraban "sociales" no requerirán desplazamiento.
Los nuevos lugares de encuentro serán virtuales: chots, grupos de noticias, servicios
de búsqueda de amigos o pareja, etc., incluso los contactos sexuales podrán tener
lugar en el ciberespacio. Como ocurrirá con el trabajo, por tanto, tampoco será
necesario salir de casa para realizar estas actividades. Todo ello potenciará expo-
nencialmente el protagonismo de la vivienda.

El tercero de los principios de la ciberciudad es el "funcionamiento inteligente".


Cuando, excepcionalmente, se construyan edificios físicos en e-topía, consistirán en
espacios inteligentes que interactuarán con sus habitantes mediante pantallas,
cámaras, micrófonos, transistores, receptores y sensores de todo tipo (ópticos,
acústicos, electromagnéticos, de humedad, de temperatura, etc.). Estos componen-
tes conectados en red conformarán una especie de sistema nervioso del edificio
que estará regido por un ordenador. Se complementará con la ropa y los acceso-
rios del cibemauta. repletos de dispositivos electrónicos conectados entre sí y a la
red sin necesidad de cables.También su cuerpo, como sabemos, estará suplemen-
tado por biochips implantados quirúrgicamente. De esta manera, en los espacios
arquitectónicos los actos corporales serán transformados en información digital y
ésta en auditiva, visual,etc. Si tengo frío, sube la calefacción; si necesito luz.sube la
persiana, etc. Los límites tradicionales entre habitante y edificio desaparecerán: éste
sabrá en cada momento cómo responder a sus requerimientos, cómo adaptar el
entomo construido a sus necesidades. El cibemauta transcenderá así su cuerpo
para fundirse con la arquitectura.

Para los defensores de e-topa. estos fenómenos son positivos.Ajenos a todo tipo
de nostalgias,los tecnófilos encuentran en la desmaterialización de la ciudad nume-
rosas ventajas: es económica, ya que es más barato construir un portal electrónico
que un edificio;es ecológica, ya que no emite residuos; y elimina intermediarios en
las transacciones comerciales. También la desmovilización es conveniente. En pri-
mer lugar porque, al permitir la asincronía en las actividades urbanas (en la ciber-
ciudad cualquier cosa podrá ser realizada en cualquier momento y sin necesidad de
desplazamiento) desaparecerán las congestiones de las horas punta. En segundo
lugar,porque reducirá el consumo de combustible, la contaminación, las péndidas
de tiempo, las infraestructuras de transporte, etc. Por último, el hecho de que la 181
-4-
casa asuma funciones laborales, comerciales, de ocio y de relación social,augura un
retorno al hogar que activará la vida comunitaria. Como dijimos al principio, por
tanto, e-topía promete un milagroso antídoto contra muchas de las patologías que
aquejan a la ciudad de los cuerpos enfermos .

• Distopía

Pero no todos intuyen ventajas en la ciberciudad.Como ya hemos avanzado,existe un


grupo de autores que comparte posiciones absolutamente diferentes a las que aca-
bamos de desarrollar: Frente al positivismo tecnófilo de e-topía, emerge el nihilismo
tecnófobo de distopía Si para los primeros la ciberciudad es un espacio de libertad,
democracia, conexión, igualdade individualismoque puede acabar con los males de la
ciudad tradicional;para los segundos es un espacio de control, segregación,fragmen-
tación, polarización y aislamiento que puede acabar con la propia ciudad tradicional.

Los filósofos, urbanistas y sociólogos que comparten este razonamiento suelen


proceder de la crítica social marxista, si bien, han desarrollado sus discursos de
maneras muy diferentes. Pionero en abondar la cuestión de la distopía ciberurbana
fue Jean Baudrilland, referente de William Gibson. En la década de 1970, antes de
que saliera a la luz el concepto de ciberespacio, el pensador francés perliló los tra-
zos que todavía hoy caracterizan la versión distópica de la ciberciudad. Baudrilland'
la definió como un espacio homogéneo e indiferenciado donde flotan infinidad de
signos interconectados formando una matriz que responde a un único código.
Expliquémoslo más detenidamente. Los objetos que configuran la ciberciudad y
han invadido todas sus actividades (trabajo, cultura, ocio, residencia) son signos que
no hacen referencia a nada, que no crean una red simbólica de hitos o monumen-
tos. Comparables con las ya mfticas Torres Gemelas (dos opacos modelos ideales
que no reflejaban nada), Baudrillard' los calificaba como "signos digitales", elemen-
tos cuya función es emitir y recibir las señales que transmite el código, imponién-
doles un modelo de comportamiento. El código es fijo, lo que unifica el espacio de
la ciberciudad bajo un mismo principio donde realidad y significados han sido anu-
lados, donde todo y todos están modelizados y programados digrtalmente. En este
encuadre no hay posibilidad de resistencia, los ciudadanos se convierten en meros
lectores y selectores del sistema.

Con este discurso radicalmente nihilista Baudrillard inauguraba uno de los temas a
los que, a partir de entonces y de manera recurrente, acudiría la versión distópica
de la ciberciudad: el de la ciudad controlada, como si de un programa de software
se tratara, por un invisible código digital. Marie Christine Boyer' coincide con esta
apreciación. Según ella, tras la lógica del ondenador se ocultan infinidad de efectos
inmateriales que no existían en la lógica mecánica y transparente de la máquina
industrial, efectos que remiten al código. El procedimiento que da origen a la ciber-
ciudad es de naturaleza digital y funciona como tal. En primer lugar. descompone la
realidad urbana en fragmentos digitales; posteriormente, los procesa a través del
código del programa; y, finalmente, los recompone como ciberciudad. Se consuma
así una secuencia fragmentación-codificación-recomposición que es necesario ana-
BAUDRlLLARD. Jean. L'Échange
lizar para descubrir la esencia oculta de aquélla, la que los autores de la versión dis- symbolique er /o mort. Édiucos
tópica quieren denunciar. Gallimard, Paris, 1976 (versión
castellana: El intercambio
SImbólICOy la muerte, Monte
El primer paso es la fragmentación. la descomposición de la ciudad real en ele-
ÁVlIa. Caracas, 1993').
mentos digitales tiene mucho que ver con los nuevos modos de percepción que 1M págs. 67-81
las tecnologías de la información han transferido al ciudadano, reformulando su tra- BOYER. Mane Cbrtsure.
Gberotres. Visual PerceplJoll f(J rhe
dicional comprensión del espacio y el tiempo. Las principales responsables de ello
Age o( E1ectrofllc CommunlcatlOn.
son las formas televisivas e informáticas. Las primeras han instaurado una com- Princeton Architectural Press.
prensión del mundo que suplanta la secuencia analógica de lo real por una cadena Nueva York. 1996. pág. 10.
Página 1~-185: de fotogramas fragmentados. Esta percepción transforma la ciudad en un fluido de
Tokio; "audad sob-eexpuesta".
imágenes sin relación espacial o temporal entre ellas, ya que se emiten todas a la
vez, Los límites desaparecen y los espacios urbanos se sumergen en un continuum,
mientras que el tiempo se reduce a repeticiones compulsivas. Por lo que se refie-
re a las formas informáticas, la modificación de los modos de percepción viene
ejemplificada por el procesador de textos, que enseña al ciudadano a recortar;
separar y pegar los escritos hasta convertirlos en artificios, Lo mismo hacemos con
la ciudad real: la percibimos plagada de rupturas y discontinuidades,

Estos nuevos modos de percepción ponen en marcha un proceso de desmateria-


lización que conduce a la desaparición de la ciudad. La realidad urbana es captada
de una manera cada vez más inestable, cada vez menos definida por la anquitectu-
ra y más por lo efimero de las imágenes a las que reducimos los hechos urbanos,
Para Vladimir Krstic." profesor de la Universidad de Kioto, esto es especialmente
evidente en las ciudades japonesas. Krstic asocia la irrupción de las pantallas elec-
trónicas en el espacio urbano nipón con la disolución de la ciudad tradicional. Estas
pantallas producen interrupciones en su aspecto físico,agujeros electrónicos don-
de una infinitatransparencia sustituye a la materia arquitectónica. Las simulaciones
que generan se intercalan con el espacio urbano y erosionan sus límites hasta con-
vertirlos en algo permeable que tiende a desaparecer. De esta manera, la forma de 183
-4-
la ciudad deja de estar generada por la anquitectura y pasa a serio por un flujo
de imágenes en permanente evolución, por "procesos sobre formas fisicas".Paul
Virilio," director de la École Spécial d'Architecture de París y uno de los más
brillantes pensadores de la distopía, ha denominado a esta ciudad sin peso ni con-
sistencia "la ciudad sobreexpuesta", un entorno urbano radicalmente intenso y
dinámico cuyo aspecto es continuamente reconstruido.

Como resultado, los espacios geométricos que caracterizaban a la ciudad real


(calles,plazas,edificios,etc.) acaban por evaporarse, Lo que los sustituye es una dis-
lO KRSTIc' Vladimir; "liquid
topía donde no existen centros ni coordenadas espaciales que enlacen unos luga-
constructions- To~ andthe res con otros, De este modo, la experiencia de la ciberciudad se convierte en algo
end of space", en BOGNAR. semejante a un viaje por una red de información sin límites, sin continuidad espa-
Botond, Tokyo. Academy
cial o temporal, sin órdenes de preferencia, etc., una multitud de opciones que
Editions, Londres. 1997.
V1R1UO. Paul. "The overexposed genera una sensación de inmensa libertad,
ctv". en LEACH, Ned (ed):
Rettl/nklOgArdJitecwre.A Reoder Sin embargo, nada .más lejos de la realidad, Tal como acabamos de comentar, el
In Cu/turol Theory, Routleodge,
LondceslNueva Yori<, 1997,
segundo paso en la transformación de la ciudad real en ciberciudad es la codifica-
pág5.381.390. ción. En el proceso de recomposición del fragmentado espacio urbano tradicional
media el código al que aludía Baudrillard,ya que es ejecutado por un programa de
software. A diferencia de la navegación por el ciberespacio, que es accesible a casi
todos, los códigos tan sólo lo son a unos pocos, ya que están basados en lenguajes
altamente especializados. Son los operadores de sistema o sysops (system opera-
tors) los que seleccionan qué información es procesada y cuál es censurada en el
diseño finalde la ciberciudad. Ésta,por tanto, no ofrece la infinitalibertad de opcio-
nes que prometían los tecnófilos, sino una preconfigurada visión del mundo que le
ha Sido inoculada a través del código, lo que lo convierte en un diabólico instru-
mento de poder diseñado para controlar la-oudad. ¿Con qué intención?

Si tenemos en cuenta el origen marxista de la mayoría de los autores de distopía,


no es de extrañar que el principal imputado de manejar el código según sus inte-
reses haya sido el poder económico. En este sentido, habría que referirse a Te/épo-
lis." la obra del filósofo y matemático Javier Echeverría. Telépolis se define como
una ciberciudad global en la que los barrios son países y las manzanas regiones, Una
de sus instituciones más características es el ágora, donde poder y medios de
comunicación entran en contacto. Su control supone el dominio de las calles, los
flujos por los que circula la información. Elsegundo espacio vital es el mercado, que
está más relacionado con lo social que con el poder. La población de Telépolis es
analizada estadísticamente y clasificada en grupos homogéneos mediante estudios,
cuestionarios y encuestas que traducen los habitantes a datos que, a su vez, son
traspasados al ordenador central por medio de tarjetas electrónicas, Al compartir
la misma información, poder. control y mercado entran en contacto.

Pero la rentabilización económica no es el único objetivo que rige el tercer paso


del proceso de digitalización que da origen a la ciberciudad: la recomposición de
los fragmentos a los que fue reducida la ciudad real. Marie Christine Boyer está
convencida de que también existe una intencionalidad política: desconcienciar y
desestructurar a la sociedad contemporánea, La estrategia utilizada para conse-
guirlo es no recomponer el todo urbano que una vez fue la ciudad, sino tan sólo
sus zonas más privilegiadas (normalmente enclaves de alto interés histórico o vi-
sual). Los entomos degradados, donde se produce la exclusión social,son censura-
dos y. posteriormente, erradicados por el código. La consecuencia es una gran
paradoja: mientras que la ciudad moderna intentaba reconstruir la fragmentada
experiencia de la ciudad real como un todo orgánico, la ciberciudad pretende lo
contrario, luchar contra las totalidades. De esta manera, recoge la máxima posmo-
derna según la cual la ausencia de centro y jerarquía supone libertad y alteridad. 12 ECHEVERRíA,Jav,er: Te/épolis,
Con esta excusa, el ciudadano renuncia a plantear cualquier reclamo político, cual- Destino, Barcelona. 20001,
quier lazo social, cualquier objetivo comunitario, y aceptan vivir en una superficial e
intrascendente heterogeneidad urbana bajo la que prevalecen las injusticias.

Paul Virilio ha juzgado este fenómeno de la siguiente manera: "Pero nosotros


hemos creado, a través de la interactividad, las redes y la globalización que provoca
la revolución de las transmisiones, la posibilidad de un accidente, no ya particular.
sino general. [Se prepara así un accidente que tendría lugar por doquier a la vez! [...].
La interactividad [ ...] puede provocar la unión de la sociedad, pero encierra, en
potencia, la posibilidad de disolverla y desintegrarla, a escala mundial"."

El discurso de Paul Virilio es especialmente interesante porque introduce la com-


ponente temporal en la versión distópica de la ciberciudad, y esta componente
temporal es otra de las percepciones que las nuevas tecnologías han alterado en
el ser humano. En este caso, el tiempo cronológico e histórico ha dado paso al
"tiempo real" de la pantalla del ordenador y el televisor. donde todo está disponi-
ble de manera instantánea. El tiempo real anula la noción de distancia física, ya que
cuanto más rápido nos desplazamos por el mundo menos tenemos conciencia de
su vastedad. Además, es ajeno a la identidad y a la memoria colectiva de los luga-
res, que siempre han existido en tiempos locales. El resultado es una distopía de
JL donde han sido erradicas ciudades y espacios geográficos.

Virilio encuentra en la realidad urbana contemporánea numerosos ejemplos que


insinúan que la desaparición de la ciudad no es tan sólo una metáfora, sino un
hecho real inducido por el tardocapitalismo. En la última década, Nueva York ha
perdido el 10% de su población, Cleveland el 23 % Y San Luis el 27 %, Estos decli-
ves demográficos han encontrado trasposición física en la demolición de barrios
enteros que no han sido sustituidos por nada. Paradigmático es el caso de Detroit,
la ciudad de la Ford, antiguo emporio mundial de la industria automovilística Tras la
crisis de la década de 1970, los datos sobre su situación urbana comenzaron a ser
devastadores: entre 1950 y 2000 la población pasó de más de 1,8 millones de habi- " VlRlUO. Paul, C¡.6ermonde.
tantes a 950,000; en 1988 no se expidió ninguna licencia de construcción; entre la poI,oque du p'" (entreveta
1978 y 1998 se concedieron 9.000, pero acompañadas de f08.000 permisos de con Philippe Petit), Les Édit.Jons
Textuel. Pan, 1997: ('I!!rSIÓn
demolioón, etc." Y esto no sólo ocunre en Estados Unidos, el paraíso del liberalis-
castellana: Elabe"""""'.
mo económico, sino que, como consecuencia del desprestigio en el que ha caído La poOlJaJ de lo pe<>: Cátedra.
la vivienda social, fenómenos similares se estaban produciendo en las periferias Madrid. 1999'. pág. 89).
" DASKAlAKIS, Georg>a:
francesas, donde existían proyectos para demoler 300.000 viviendas en un perio-
WALDHEIM, Ülarles:YOUNG.
do de cinco años. ¿Son los primeros indicios de la desurbanización del planeta? [asen (eds.). SIallong DelJ1>(
¿Serán sustituidas las ciudades tradicionales por ciberciudades? Actar, Barcelona. 200 l.
La ciudad chiP

En el marco de la visión tecnológica, se encuentran autores que muestran un alto


grado de escepticismo con respecto a los discursos de la ciberciudad. Rechazan
por igual e-topía y distopía por entender que han asumido una serie de presun-
ciones que son altamente cuestionables: ¿es aceptable describir la pantalla del
ordenador como un espacio habitable y no como una abstracción de la realidad?
¿Es aceptable deslindar tan radicalmente lo real (el cuerpo) de lo virtual (la men-
te)? ¿No será la ciberciudad un relato 'if ciencia ficción tras el que se oculta la inca-
pacidad de fundar una investigación seria y profunda sobre los verdaderos efectos
que las nuevas tecnologías están ejerciendo sobre las ciudades? Dichos autores
consideran que sí.

Para Stephen Graham, ti profesor de la University of Durham, los discursos de la


ciberciudad no logran responder convincentemente a infinidad de cuestiones:
¿cómo podemos imaginar la ciudad en tiempo real? ¿Qué implica la creciente
mediación de lastelecomunicaciones en la vida urbana? ¿Qué significael despliegue
de unas tecnologías que hacen innecesaria la proximidad tTsica?¿Es cierto que la
ciudad desaparece y avanzamos hacia una sociedad posurbana? En los siguientes
apartados intentaremos contestar estas preguntas. 189
-4-

• De la ficción a la realidad: espacios urbanos y espacios electrónicos

Las nuevas tecnologías han irrumpido en el orden espacial de la ciudad tradicional,


y amenazan con alterarlo seriamente. ¿Hasta qué punto? Graham" nos recuerda
que su impacto no será el mismo en todas las regiones del planeta. Dependerá de
cómo sean social, cultural y políticamente recibidas, y está claro que existen enor-
mes diferencias entre las sociedades europeas (muy poco interesadas en ser
mediadas por las tecnologías de la información), y las sociedades asiáticas y norte-
americanas (más proclives a ello). En este último caso, lo que los fenómenos antiur-
banos es@¡l anunciando no es tanto el fin de la ciudad, en el sentido que procla-
IS GRAHAM. Stephen. "Imaglmng
maban los autores de la ciberciudad, como el fin de la ciudad tal como la hemos
!he real-urne oty.
Tefecommunications. urban conocido hasta ahora.
paradigms and the future of the
city", en WESTWOOD, Sallie; En este capítulo pretendemos analizar el espacio urbano que se ha generado con
WIUIAMS,John (eds.), op. cit.
31-49.
posterioridad a la introducción de las nuevas tecnologías en la ciudad tradicional.
16 Ibtd .• pág. 44. No consiste, por tanto, en plantear una visión futurible ni una historia de ficción,sino
un intento de indagar en los fenómenos que las tecnologías de la información están
induciendo en el entorno urbano contemporáneo. Para estudiarlos nos servirán de
guía las ciudades norteamericanas y asiáticas,las que más permeabilidad han demos-
trado a su infiujo por razones de disponibilidad tecnológica y predisposición social.

Para entender estas ciudades son necesarios nuevos instrumentos de análisis,nue-


vos conceptos. Un autor tan ajeno a la visión tecnológica como Bernardo Secchi"
ya ha apuntado en este sentido. La dispersión, la fiexibilidad,la ausencia de reglas y
la falta de identidad que las tecnologías de la infomnación están induciendo en las
ciudades contemporáneas plantean enormes dificultades a los sistemas' de análisis
urbano tradicionales, que se basan en la codificación de la materialidad de la ciudad
(tipologías anquitectónicas, formas de agregación, espacios públicos, etc.). Estos sis-
temas se colapsan ante los etéreos y ahistóricos espacios ¿urbanos? contemporá-
neos. Para analizarlos es necesario recurrir a nuevos esquemas mentales que, sin
incidirtanto en la regla y en lo físico.sean capaces de enfrentarse a lo móvil,lo dis-
perso y lo desarraigado.

Stephen Graham apunta como una posibilidad el hecho de examinar, con inten-
ciones y actitudes realistas, los paralelismos que existen entre los espacios urbanos
y los espacios electrónicos. Rescata así una tradición típicamente moderna: asimilar 191
-4-
la ciudad a la máquina, en este caso a la lógica que rige los aparatos electrónicos.
La ciudad máquina de la modernidad sería así reemplazada por la ciudad chip con-
temporánea, la capa que cierra la ciudad hojaldre. Como estrategia para definirla
trasladaremos al espacio urbano tres fenómenos característicos de los espacios
electrónicos: la descentralización, la desregulación y la desidentificación. De cada
uno de ellos nos ocuparemos por separado.

La descentralización, la primera correspondencia existente entre espacios urbanos


y espacios electrónicos, es la única que alude a la forma física.Los primeros inten-
tos de confrontar forma artística y forma electrónica se remontan a la década de
1980 y vinieron de la mano del denominado informotion ort; cuya muestra más
representativa, la exposición Informotion Art. Diogromming Microchips," se celebró
,7 SECCHI, Bemardo, Un progerto
en el Museum of Modern Art (MaMA) de Nueva York en 1990. Con la intención
per /'urbanistica, Giulio Einaudi, de hacer visible el alma que regula las tecnologías de la información, dicha muestra
Tunn. 1989, págs. 57-60. reproducía una serie de microchips, aumentados de escala varios cientos de veces,
" McCARTY, Cara, Informaríon Art que ofrecían imágenes que, de otra manera, serían imperceptibles alojo humano.
Diagramming M;crochips,
The Museum of Modern Art
Muy diferentes a las trazas geométricas que caracterizaban a las máquinas de la
Nueva York. 1990. modernidad, los microchips mostraban formas enormemente intrincadas aunque,
de alguna manera, estructuradas de un modo rígido; formas tabulares donde las
celdas se repetían miles de veces en densas y ordenadas senes, donde el espacio
estaba organizado jerárqoicamente y cada línea (orcuito) tenía una función especí-
fica en la interconexión entre transistores.

En un proceso análogo al del In(ormatlon ort, los autores de la visión tecnológica


también han especulado con la posibilidad de comparar las formas del chiP con las
formas urbanas. Es una tras posición que no resulta muy compleja. William Gibson
proclamó que el ciberespacio parecía Los Ángeles visto desde el aire, haciengp con
ello alusión a que la ciberciudad era una inmensa jungla dispersa y Sin centro. La
textura multicapa del chip, sus complejas características espaciales, su carácter
repetrtivo, el hecho de que por sus circuitos transite un fluJo continuo de blts, etc.,
todo ello evoca el plano de una ciudad contemporánea. El ciberespacio, por su par-
te, es una dimensión que está dominada por las conexiones y donde todo coexiste
a la vez, de forma múltiple y ajerárquica. La principal característica que comparte
con el chiP es que en ninguno de los dos casos existe nada que pueda ser asimila-
do a un centro.

Lo mismo ocurre en la ciudad chip. El tradicional esquema centro-periferia ha sido


suplantado por formas de agregación resultantes de una dinámica similar a la que
opera en los espacios electrónicos: ausencia de centro, ausencia de límites; ausencia
de forma. Y es que la prioridad de la ciudad chip no es esta última, sino el movi-
miento. En un chip lo que cuenta es el paso de los impulsos eléctricos que trasladan
la información de un transistor a otro. Lo mismo ocurre en la ciudad chiP: el movi-
miento, tanto de personas como de información, prevalece sobre la forma urbana.
Sirva como muestra los devastadores efectos que supuso para la ciudad de Nueva
York el corte de suministro eléctrico que se produjo el 14 de agosto de 2003, cuan-
do quedó de manifiesto que, más que de sus Imponentes rascacielos y edificios
comerciales, el funcionamiento de la ciudad dependía de la red de metro, del sis-
tema de semáforos, de las líneas telefónicas, de los cables de fibra óptica, etc.

El imperio de la descentralización y la movilidad es perfectamente perceptible en


lugares como Silicon Valley. seudónimo del antiguo Santa Clara Valley. En una sola
generación, este valle, situado entre las ciudades de San Francisco y San José,pasó de
ser un tenritorio de producción de cerezas y albaricoques al epicentro mundial de la
industna electrónica. Silicon Valley no tiene ni forma ni centro físico, es una pura
penfena plagada de autopistas, centros comerciales, parques industriales, etc. Tam-
poco cuenta con un centro econórruco, polftico o social: se expande a lo largo de
Phoenoc plano de la ciudad.
12 jurisdicciones sin que ninguna de ellas domine sobre las demás. Como apunta
el periodista neoyorquino Alex Marshall," el levísimo andamiaje sobre el que se
articula es el heterogéneo, desondenado y descontrolado Camino Real. la vía que
conectaba las misiones españolas. En torno a él se despliega una inmensa sábana
residencial, tamizada por redes de autopistas y punteada por moteles, restaurantes
de comida rápida, anodinos edificios de oficina, y lo que son las máquinas econó-
micas del valle, las sedes de empresas como Netscape, Intel o Adobe, que se dise-
minan sin agruparse alrededor de ningún eje o municipalidad. A esta lógica disper-
sa, impregná?Ja de monotonía y falta de carácter, se suman los antiguos pueblos,
convertidos en desnaturalizados conglomerados de restaurantes de lujo.

Otro paradigma norteamericano de la lógica descentralizada de la ciudad chip es


Phoenix, una de las estrellas más brillantes del sunbe/t Esta ciudad, que en el plazo
de cinquenta años pasó de 200.000 habitantes a los más de dos millones actuales,
ha sido el primer municipio del país en reconocer formalmente y a efectos urba-
nísticos que se compone de una constelación de suburbios. En Phoenix no existe
nada que pueda ser calificado como centro urbano, tan sólo tres focos de actividad
que cuentan con gobiernos propios y compiten entre sí por atraer empresas y
profesionales. Nada recuerda a los elementos que conforman la ciudad tradicional:
no hay centro, no hay periferia: ni siquiera hay límites, ya que, día a día, Phoenix pro-
sigue su imparable marcha sobre el desierto que la circunda.

La desregulación, el segundo paralelismo existente entre espacios urbanos y electró-


nicos, alude a la "manera de hacer" que rige en la ciudad chiP. La globalización de la
economía fue posible gracias a un proceso previo de desregulaciones legales que
afectó a gran cantidad de países. La referencia a las nuevas tecnologías remite aquí.
por tanto, al desmontaje de las normativas jurídicas nacionales que permitió la expan-
sión planetaria del espacio de los flujos. No es de extrañar que la clave desregulado-
ra se haya trasladado a la ciudad chip: leyes, ondenanzas y reglamentos son sus gran-
des enemigos: el urbanismo, su bestia negra.

En efecto, la ciudad chiP es "lo otro" de la ciudad planificada.Tal como defiende Rem
., MARSHALL A1ex, How Ciríes -
Koolhaas," aquélla es una entidad eminentemente pragmática: su prioridad es res-
Work. Su/Juros. SprowI, ond <he
ponder a las necesidades del presente y hacerlo con todas sus habilidades. En este Roods ocr Token, University of
sentido, ha descubierto que el planeamiento es indiferente, que el hecho de que la Texas Press. Austin, 2000.
págs. 65-83.
forma urbana esté bien o mal resuelta no tiene trascendencia. Como si de un pro-
• KOOLHAAS, Rem; MAU. Bruce.
ducto bursátil se tratara, la ciudad chiP florece o muere de manera repentina, su S. M. L XL O r O Publishers,
población aumenta o disminuye en breves espacios de tiempo, obedeciendo a pro- Rotterdam. r 995. pág. 1.255.
cesos de ajuste económico donde las expectativas cambian continuamente. En
estas circunstancias, la lógica causa-efecto sobre la que se asienta la ciudad planifi-
cada no es operativa. Lo que la ha sustituido es la Intuición de los promotores, que
responden con altas dOSISde pragmatismo a una tropa de requisitos tardocapita-
listas y posmodemos.

La desidentificación, el tercer orden de paralelismos entre espacios urbanos yespa-


cios electrónicos, apunta al carácter distópico de ambos, a la ausencia de historia.
de arraigo y de identidad. La transformación que las tecnologías de la información
han operado en el estatuto espacio-tiempo se proyecta sobresma serie de entor-
nos arquitectónicos típicamente contemporáneos, donde la identidad ha sido ani-
quilada. entornos sin tiempo que Marc Augé." antropólogo y profesor en la École
des Hautes Etudes de París,ha denominado "no lugares". El "no lugar" es un espa-
cio sin carácter. sin relación y sin historia, es la negación del lugar antropológico tra-
dicional. Los hospitales, los aeropuertos. las autopistas, los hoteles, los medios de
transporte, etc., en todos estos espacios característicos de la ciudad contemporá-
nea prima el anonimato, la soledad, lo eñmero, en todos ellos el relato histórico es
inviable.ya que su esencia es el desarraigo.

Como los "no lugares", también la ciudad chip se define por la ausencia de histo- 197
-4-
ria. Aunque para los autores de la visión culturalista ello resulte inconcebible, una
buena parte de los ciudadanos del mundo vive actualmente sin tradiciones; y sin
inmutarse por ello. Este desarraigo ha vuelto a poner de actualidad uno de los
paradigmas del urbanismo moderno: la tobulo raso. La ciudad chiP se erige sobre
la nada o, en el mejor de los casos, sobre la erradicación de toda preexistencia.
Paradigma de este fenómeno es el caso de Singapur.también estudiado por Kool-
haas." Esta isla-ciudad-estado no tiene historia. su territorio es absolutamente
superficial y su tejido cambia día a día.Tras su descolonización en 1959 optó por
un programa de occidentalización de la cultura y la sociedad que también impli-
11 AUGt Man:::.Non-lieux:
caba a la forma urbana. Para lIevarlo a cabo se creó el Housing Development
Inl1tdlctJon O lXIe onthropologle Bureau. un macroministerio encargado de construir viviendas para la inmensa
de lo sunnoderrvlé. ÉditJons du mayoría de la población de Singapur. que carecía de ellas. Con este objetivo fue-
Seus. Evreux, 1992; (ver>lón ron arrasados bosques y poblados, desmontadas montañas y lagos, y arrebatada
castellana: los "no itJgares".
Espoao del OIlOfllmClto. al mar un 25 % de superficie suplementaria. Sobre esta auténtica tabu/o raso don-
Uno onrropologio de lo de había sido aniquilado todo resto del pasado. surgieron new towns inspiradas en
sobremodemKkJd. Gedrsa. la Carta de Atenas.Tal como la ha defirudo Rem Koolhaas, Singapur no es una ciu-
Barcelona 1994ry.
dad. sino lacoexistencia de un cierto número de edificios tan sólo relacionados
" KOOLHAAS. Rem; MAU. Bruce.
op. O~ págs. 1.008·1.090. por la solución de continuidad.
Slngapur.

La expansión planetaria del proceso de desidentificación está induciendo un fenó-


meno paralelo: la uniformidad de las ciudades. También aquí existe una correspon-
dencia espacio urbano-espacio electrónico que remite, en este caso, al espacio de
los fiujos. Una de sus principales características es la superación de la idea tradicio-
nal de "lugar": los fiujos son indiferentes a las connotaciones propias de una locali-
zación geográfica concreta, se organizan en torno a unidades generadoras de infor-
mación y se conectan según parámetros que tan sólo obedecen a la lógica del
máximo beneficio. No es de extrañar, por tanto, que una de las más poderosas
transfonmaciones que la infiltración de las nuevas tecnologías está operando sobre
las ciudades sea la tendencia hacia la homogeneización: los mismos bloques de ofi-
cinas, los mismos bloques de apartamentos, los mismos espacios para el ocio. etc.

Las afinidades que comparten capitales tan lejanas como Phoenix, Singapur o
Johannesburgo son tan sorprendentes que parecen haber sido construidas siguien-
do un código urbanístico-arquitectónico de ámbito global. En su libro S,M, L, XL, 1)

Rem Koolhaas y Bruce Mau bautizaron como "ciudad genérica" a la nueva realidad n 1M. págs. 1.248-1.264.
urbana que emerge de dicho código, cuya clave es el borrado de las diferencias y
la generalización de una misma urbe fruto de la estandarización de la arquitectura,
del urbanismo, de las infraestructuras, etc. Como hija predilecta de la desidentifica-
ción, la ciudad genérica unifica el mundo bajo una única regla

La reflexión de ambos autores comenzaba planteando una serie de cuestiones:"¿Es


la ciudad contemporánea como el aeropuerto contemporáneo, 'todo lo mismo'?
¿Es posible teorizar esta convergencia? y. si lo es, ¿a qué configuración última aspi-
ro:!:,Laconvergencia tan sólo es posible al precio de desprenderse de la identidad.
Ello se entiende habitualmente como una pérdida, pero a la escala a la que está
ocurriendo, debe significar algo, ¿Cuáles son las desventajas de la identidad y, al
contrario, cuáles son las ventajas del espacio en blanco? ¿Qué ocurriria si esta
homogeneización en apariencia accidental y normalmente lamentable, fuera un
proceso intencionado, un movimiento continuo que se aparta de la diferencia y se
dirige hacia la similitud?¿Qué ocunriria si estuviéramos asistiendo a un movimiento
de liberación global:'[abajo con el carácterl'? ¿Qué queda después de que la identi-
dad haya sido laminada? i Lo Genérico?'?'

• Edge cities: la esencia de lo genérico 199


-4-

La esencia de lo genérico se encuentra en la última periferia de las capitales con-


temporáneas, Para conocer la sustancia de la ciudad chip, por tanto, hay que visitar
sus bordes, el lugar donde florecen las edge oties.

Alguien las ha definido como el mayor descubrimiento del urbanismo norteameri-


cano desde 1980" Otros creen que se trata de la principal transfonrnación en la
fonrna de hacer ciudades que se ha producido en Estados Unidos desde hace siglos.
Quien así opina es Joel Ganreau, autor del libro Edge Gr.y. Life on the New Frontier"
e inventor de este término que se puede traducir como "ciudad de borde",

Las edge cities son la última generación de suburbios norteamericanos, si bien sus
" l¡"d •• pág. 1.248.
, SUD)IC. De)On. The 100 Mil.
caracteristicas fonrnales y funcionales difieren tanto de las de los suburbios tradi-
Oty. Harcourt Brace & cionales que los expertos tienden a contemplarlas como un fenómeno diferente,
Company. Ortando. 1992. La deuda que mantienen con las nuevas tecnologías es grande: existen porque
pág. 116.
éstas han hecho posible la descentralización de las actividades económicas. En rea-
• GARREAU, )0.1, Edg. Oty. [¡fe
on !he New FronlJef; DoubIeday,
lidad, son un típico producto tardocapitalista: desde el punto de vista funcional sir-
NuevaYerl,I991. ven de sede a empresas punteras y de residencia a los profesionales altamente
cualificados que trabajan en ellas.Tal como apuntábamos en el capítulo dedicado a
la ciudad global. la mayor parte de las corporaciones que abandonaron los centros
de las ciudades norteamericanas en las décadas de 1970 y 1980 no se trasladaron
a áreas rurales. sino a edge dties: Sears se reubicó en Schaumburg. una edge city de
Chicago donde también está Motorola; y AT&T abandonó Manhattan para esta-
blecerse en la conjunción de las carreteras 287 y 78. donde se desarrolla una de
las más prósperas edge cities de Nueva Jersey.

-'
Este fenómeno tiene su justificación. En comparación con los sofisticados distritos -'
financieros del centro de la ciudad. las edge cities ofrecen numerosas ventajas a las Izquierda:
Área de Nueva York: distribución de
multinacionales: suelo más barato. seguridad. comunicaciones terrestres eficientes.
las edge ooes.
equipamientos tecnológicos avanzados y, lo principal. una elevada calidad de vida.
Empleados y directivos encuentran en ellas entomos de alto valor ambiental don- Derecha:
de no sólo pueden trabajar sino también residir En una edge city nadie vive a Área de Washington: distribución de
las edge cees.

THE WASHINGTON AREA


,&. ••_~-

•............ .,....
••..•• 0..••
más de 30 km (45 minutos de coche) de su empleo, al que, además, accede por
carreteras que no están congestionadas. Se acaba así con la pesadilla de los atascos
de trafico diarios, consecuencia de la pendularidad que rige el patrón centro urba-
no-suburbio.

La edge city, por tanto, es un modelo urbano muy seductor para las élites del mer-
cado laboral, las únicas que les interesan a sus promotores. Para atraerlas, favore-
cen la instalación de corporaciones de alto nivel tecnológico (que aportan profe-
sionales cualificados), mientras que desaniman a_empresas más convencionales
(que aportarían clase media tradicional) y prohíben industrias (que aportarían
obreros). Las edge cities ofrecen a los científicos e ingenieros de sus sofisticadas
corporaciones espectaculares centros comerciales, fantásticas instalaciones depor-
tivas, selectos clubs de golf, magníficos colegios e, incluso, universidades elitistas,
todo ello en un entorno tipo campus, plagado de lagos, bosques, sendas peatona-
les y carriles para bicicletas. En definitiva,a diferencia del monofuncional y depen-
diente suburbio tradicional, la edge city es un ente urbano autónomo que cuenta
con residencias, oficinas,espacios comerciales y complejos de ocio.

También su ubicación la distingue del suburbio convencional. Las edge cities se


emplazan muy lejos de los centros de las ciudades, en áreas fronterizas donde 201
-4-
se escuchan los últimos ecos de la ciudad y se perciben los primeros cantos de lo
rural. No cualquier lugar es apropiado, la cercanía a una gran arteria de comunica-
ción es imprescindible, preferentemente en la intersección con una ronda de cir-
cunvalación.lgualmente necesario es estar cerca de un aeropuerto de primer nivel.
Las edge cities se convierten, así, en una de las principales dinamizadoras del fenó-
meno de la descentralización en la ciudad chip.

Según los datos de joel Garreau, la mayor parte de las veinte edge cities del área
de Nueva York están ubicadas en Nueva jersey, por donde pasan las autopistas
que enlazan Boston con Washington. A la salida de cada una de las tres conexio-
nes de Nueva jersey con Manhattan hay una edge city (Fort Lee, Medowlands y la
que rodea al aeropuerto de Newark). A esta zona, enlazada con el antiguo World
Trade Center por trenes y taxis acuáticos, se la conoce como la gold coast Otras
edge cities que rodean Nueva York están vinculadas a universidades, como ocurre
en Princeton y Morristown. También en Washington las edge cities se distribuyen
siguiendo la circunvalación, una vía construida con fines militares a más de cien
kilómetros del centro de la ciudad, y que hoy se conoce como la Washington's
Main StreetAquí se encuentra Tyson's Corner. situada a media hora del aeropuerto
de Dulles y que alberga las sedes de Taco Bell,Bloomingdale, Holiday Inn,etc. Otras
edge dtjes, como Fair Lakes, han surgido al amparo de los 400.000 m' de oficinas
y los 23.000 empleados del Pentágono.

La homogeneidad de las pautas arquitectónicas y de planeamiento que rigen las


edge dtjes apunta hacia la esencia de la ciudad genérica. La principal preocupación
es el atractivo físico.Proliferan edificios bajos y alargados que puntean el territorio,
separados por amplísimas zonas verdes y de aparcamiento. La fobia hacia los ras-
cacielos que se desató después de la tragedia de lasTorres Gemelas no ha hecho
más que reforzar este modelo inspirado-en los campus universitarios norteameri-
canos. A pesar de las enormes distancias que separan los edificios,en las edge ddes
no existen aceras, lo que denota que, como buenas ciudades chip, su espíritu es el
del movimiento, más concretamente el del automóvil.Y esto tiene su lógica.Como
aclara el afamado promotor de Texas Gerald D. Hines, cuantas más áreas de apar-
camiento, más distancia entre los edificios; cuanta más distancia entre edificios,
menos camina la gente; y cuanto menos camina la gente, menos vida urbana. Obje-
tivo conseguido: la ausencia de urbanidad que se respira en las edge dtjes, así como
la escasez de espacios públicos, es algo absolutamente intencionado, responde al
deseo de no atraer a extraños.

Como si fueran clones, la red viaria de estas ciudades genéricas se estructura en


torno a un serpenteante eje principal del que parten calles secundarias que, igual-
mente, zigzaguean por el interior de los diferentes barrios, habitualmente denomi-
nados villoges.El centro espacial suelen ocuparlo uno o varios centros comerciales
de última generación, es decir. hiperespacios de inspiración urbana abarrotados de
cafeterías, kioskos, juegos para niños, fuentes, además de árboles y plantas perma-
nentemente floridos. Bordeando todo ello, infinidad de tiendas de minoristas que
ofrecen las primeras marcas internacionales. No hay espacio para la identidad, no
hay espacio para la memoria. Ante la inexistencia de "lugares" en el sentido antro-
po lógico de la palabra, los centros comerciales se convierten en el único espacio
de encuentro comunitario de las edge ddes.

-¿A"qüir¡;receptos urbanísticos-obedecen? ¿Quién las planifica?Como es habitual en


las ciudades chip, se sospecha que nadie o, al menos, que ningún arquitecto. El
imperio de la desregulación ha dejado en manos de los promotores su definición
urbana y arquitectónica. Ellos son los "padres" de las edge dtjes, los que adquieren
el terreno, revisan el proyecto, buscan el dinero, designan al constructor y dirigen la
obra. La única ideología que subyace tras las formas urbanas y arquitectónicas de
las edge cites es la lógica de los negocios. La regulación espacial comienza con una Página anterior:
Inundación de naturaleza en una
máxima: al menos una plaza de aparcamiento por puesto de trabajo, lo que signifi- edge city.
ca una vez y media más de superficie de aparcamiento que de oficinas.Siesta ecua-
ción se resuelve con edificios de una sola planta rodeados de asfalto, edificios de
pocas plantas combinados con bloques de aparcamientos o edificios en altura
(jamás rascacielos) dotados de aparcamientos subterráneos, depende de la delica-
da operación de cálculo que determina la rentabilidad, es decir, la que relaciona lo
atractivo con lo económico. En esta secuencia, el papel de arquitectos y urbanistas
es prácticamente nulo. Se calcula que tan sólo intervienen en el 30 % de las ope-
raciones. Constructores e ingenieros se encargan del resto.

Éstas son, a grandes rasgos, las lógicas funcionales y espaciales que determinan las
edge cities,el paradigma de la ciudad chip. En ellas se consuman los tres paralelismos
que existen entre los espacios urbanos y los espacios electrónicos. En primer lugar,
la descentralización: son nadas urbanos autónomos y desagregados, aunque per-
fectamente conectados a las infraestructuras viarias. En segundo lugar,la desregula-
ción: son tan impermeables a las legislaciones urbanística como el espacio de los flu-
jos lo es a las normativas locales. Entercer lugar,la desidentificación: son "no lugares"
donde impera lo genérico, la manipulación de los elementos naturales, la negación
de la geografía, etc. La total ausencia de referentes históricos y culturales encuentra
su epítome en edge cities como "287 y 78", denominada así por las dos carreteras
en cuyo cruce se ubica, o Metropark, nacida a partir de un aparcamiento.

A estos tres órdenes de paralelismo con la ciudad chip, las edge cities suman otros
tres que remiten a la Ciberciudad. El primero es la codificación.Paradójicamente,
y a pesar de la desregulación, no hay fenómeno urbano más reglamentado que una
edge city.La morfología viaria,la parcelación de solares, el color de las viviendas,ete.,
han sido preestablecidos por manuales de diseño y cartas de compromiso anexas a
las escrituras de compraventa. Al igualque el código digitalque rige el funcionamien-
to de la ciberciudad, las edge cities están reguladas por códigos dictados por los
promotores e impuestos a los habitantes.

El segundo es la desmaterialización, otro de los iconos del discurso de la ciberciu-


dad, que cuenta en las edge cities con una versión muy particular: la obsesión por
disolver la arquitectura en la naturaleza hasta hacerla desaparecer En efecto, todo
lo material se ve continuamente acechado por una marea verde que inunda el
espacio "urbano" de árboles, plantas, colinas, lagos, arroyos, ete. Las que Garreau
denomina "edge cities de última generación" parecen auténticos parques naturales
donde corretean andillas,conejos, ciervos e, incluso, osos y coyotes. Para Garreau,
son countrif¡ed cibes (ciudades ruralizadas), modelos de una nueva ecología urbana,
pero se parecen bastante a una nueva versión de la desaparición de la ciudad
anunciada por los teóricos del ciberespacio.

Eltercer paralelismo con la ciberciudad alude a la manipulación de lo social.Alguien


podría pensar que la uniformidad racial y social que prima en las edge cibes como
consecuencia del proceso de selección de habitantes efectuado por sus promoto-
res, alienta el sentido de comunidad. Si lo hace es de una manera extraordinaria-
mente peculiar. Garreau defiende qGe en un país como Estados Unidos, donde la
gente se traslada de residencia una vez cada seis años de media (una de cada tres
en ciudades como Phoenix), el sentimiento grupal no está vinculado al lugar geo-
gráfico. Lo que funciona es el concepto de "asociación voluntaria", es decir, el esta-
blecimiento de lazos sociales por motivos de amistad, laborales, religiosos,aficiones,
etc. En las edge cities abundan instituciones privadas cuyo objetivo es poner en con-
tacto a sus habitantes, la inmensa mayoría de ellos recién llegados o a punto de
irse. A los tradicionales Boy Scouts o Rotary Clubs, se han sumado empresas tan
peculiares como Great Expectations, ubicada en Irvine. Esta compañia busca ami-
gos a jóvenes profesionales que trabajan entre 50 y 60 horas semanales. Igualmen-
te proliferan organizaciones religiosas tipo la South Coast Community Church, 205
-4-
también en Irvine, una iglesia-empresa fundada por un avezado promotor cons-
ciente del negocio potencial que representan las miles de almas que deambulan
por las edge cities,desesperadas por sentirse arropadas por algún tipo de colecti-
vidad.Antes de llegar a Irvine, el 60 % de sus más de 10.000 fielesjamás había pisa-
do una iglesia.Este tipo de comunidades recuerda a los MUDs: la gente entra en
contacto, no por afectos personales, sino por intereses compartidos. En ambos
casos, lo que se pretende es favorecer el establecimiento de lazos circunstanciales
y temporales y,en ambos casos, segregar al que no comparte raza, credo y estatus
social.

Edge cities, por tanto, esencia de lo genérico, esencia de la ciudad chip, esencia de
. la ~ibercJ..udad.
Apéndice IV

Houston

Houston es uno de los entomos urbanos más privilegiados del planeta para analizar
el impacto que la difusión de las nuevas tecnologías está ejerciendo sobre las ciuda-
des. Y ello por dos razones. En primer lugar, porque se encuentra en el país donde
dichas tecnologías han alcanzado un mayor grado de implantación, testimonio de 13>
cual es el altísimo nivel tecnológico del que disfrutan sus empresas, sus infraestruc-
turas y sus habitantes. En segundo lugar, porque estos últimos (con su afición al tele-
trabajo, las comunidades virtuales, los chats y las videoconferencias) parecen estar
bastante dispuestos a asumir las consecuencias socioculturales que se derivan de
permitir que dichas tecnologías determinen amplias facetas de sus vidas cotidianas .

• Houston ciudad chiP

Sobre Houston se proyectan con diáfana claridad los tres órdenes de paralelismos
que existen entre espacios urbanos y espacios electrónicos: desregulación, descen- 207
-4-
tralización y desidentificación, paralelismos que hemos determinado como propios
de la ciudad chip. Atendiendo a ellos nos disponemos a estudiaría.

La desregulación ha sido reconocida como un fenómeno consustancial a Houston.


El espectacular desarrollo económico que ha experimentado en las últimas déca-
das se ha traducido sobre el territorio y la población en coordenadas escalares que
resultarían escandalosas para los dictados de la visión culturalista. En 1930 su tér-
mino municipal tenía 300.000 habitantes y una superficie de I 80 km'; en 2000 con-
taba con 4,5 millones de habitantes y 1.670 km2 (superficie suficiente para alber-
gar las ciudades de Chicago, Filadelfia. Baltimore y Detroit).

Es evidente, por tanto, que en Houston no caben los discursos de contencióqjíel cre-
cimiento que priman en Europa. Aparte de las fluctuaciones del mercado del petró-
leo, nada parece cohartar su desbocado desarrollo. Ni la voluntad política, pues
sus gobernantes siempre han fomentado el crecimiento, tanto el territorial, (ejer-
citando el derecho de anexión sobre los condados limítrofes), como el pobla-
cional, (abriendo la ciudad a los recién llegados). Ni los condicionantes territo-
riales, ya que está situada en una pradera inmensa, plana y uniforme que permite
que la ciudad pueda extenderse en cualquier dirección, con el único límite del
Golfo de México. Ni la regulación urbanística, no hay plan general que frene este
crecimiento; simplemente, porque en Houston los planes generales nunca han
existido.

Efectivamente, Houston es la ciudad desregulada por excelencia, tanto desde el


punto de vista económico como urbanístico. Y lo es por voluntad popular. En
el período comprendido entre 1929 y 1962, sus habitantes rechazaron en cuatro
ocasiones la posibilidad de establecer algún tipo de zOn/0g (zonificación,la figura de
planeamiento más habitual en Estados Unidos) que ordenara el crecimiento de la
ciudad. Con ello, los muy conservadores ciudadanos de Houston manifestaban su
confianza en la capacidad del mercado para regular "de manera natural" el desa-
rrollo urbano: la iniciativa individual es libre y sagrada, la iniciativapública es coher-
citiva y artificial.Como han apuntado Daniela Fabricius y Sanford Kwinter, profesor
en la Escuela de Arquitectura de la Rice University, Houston proclamaba así su
propio Ideario: las ciudades chip son macroinfraestructuras económicas. "[Hous-
ton 1 no es una ciudad real, sino más bien una confederación libre de empresas e
industrias que, juntas, fonman una red etérea de infraestructura compartida y alian-
zas económicas"."

Pero ser la ciudad desregulada por excelencia tiene un precio. Según una encuesta
realizada por el periódico Chicago Tribune entre las mayores metrópolis norteame-
ricanas, Hóuston contaba con los peores transportes públicos, las peores dotacio-
nes de parques, las peores redes de agua y alcantarillado, el peor sistema de man-
tenimiento de calles, etc. También era la ciudad donde menos viviendas sociales se
construían (18 veces menos que la, ya de por sí exigua, media nacional) y la que
peor trataba a los peatones. Además, la desregulación impide que Houston se
beneficie de los fondos federales para renovación urbana, que controle su deliran-
te crecimiento urbano, que proteja su patrimonio arquitectónico y natural, etc. Por
si ello fuera poco, promueve una estructura funcional complejísima, una endémica
escasez de espacios públicos y unos niveles de polución escandalosos.

¿Y todo en aras de qué? De seguir creciendo. La desregulación urbanística ha sido


frecuentemente defendida como uno de los factores del éxito econórruco de
Houston. La ausencia de burocracia y la inmediatez con que un proyecto puede " KWINTER. Sanford: FABRlClUS.
Daniela, "La ciudad americana",
materializarse, a lo que hay que sumar la casi total exención de impuestos locales
en KOOLHAAS. Rem, el al.,
y estatales, ha atraído hacia la ciudad inversiones ingentes que se han traducido en Murooones, Actar: Barcelona.
prosperidad económica, la única prioridad de Houston ciudad chip. 2000, pág. 547.
Llegados a este punto cabe preguntarse: si no lo hace la administración, que ha
quedado reducida a un escueto Departamento de Desarrollo Urbano que se
limita a controlar los nuevos viales y parcelaciones, ¡quién gobierna el desarrollo
urbano de Houston? La cuestión no es baladí, ya que, a pesar de la desregulación,
la imagen que ofrece la ciudad no es, ni mucho menos, la de una metrópoli caóti-
ca. Houston no es Tokio: los centros comerciales no se amontonan junto a las
estaciones de ferrocarril, los rascacielos no se interponen entre las mansiones
neovictorianas y las guarderías infantiles no se cobijan bajo los nudos de autopis-
ta. E, -nas, en muchos sentidos Houston es una ciudad atractiva: cuenta con uno
de le'5 centros urbanos más hermosos de Estados Unidos y con exquisitas áreas
residenciales. Es evidente que ciertas reglas del juego están operando sobre ella.

El control urbanístico de Houston está en manos de los propietarios de suelo,


que regulan su uso por medio de más de I0.000 convenios privados y 630 clubs
cívicos con potestad sobre ellos. La clave está en lo que Georges Greanias,"
miembro del Partido Demócrata, ha denominado "planearruento en la sombra".
Cuando un grupo financiero se interesa por una zona de la ciudad crea una Rede-
velopment Corporation, una entidad privada que se encarga de regularla urbanís-
ticamente. ¡Con qué intención? La de garantizar un futuro estable, es decir, evitar
209
los "efectos colaterales" de la desregulación: usos indeseados, descontrol estético, -4-
colisiones sociales, etc. Esta corporación empresarial determina las densidades de
suelo, los índices de ocupación, los usos permitidos, las alturas, etc., todo lo que a
la administración pública no le está permitido determinar. Finalmente, exigen
a esta última una reducción de impuestos por la labor realizada. Esto quiere decir
que los instrumentos urbanísticos tradicionales (derecho de expropiación, zonifi-
cación funcional, establecimiento de ordenanzas, etc.), siguen existiendo, pero han
pasado a las manos de los inversores. Houston ciudad chip, Houston "ciudad de
los promotores".

Sus dos principales distritos financieros,el centro de la ciudad y Post Oak, así como sus
cuatro edge cities son fruto del "planeamiento en la sombra". La elevada coherencia
formal de estos enclaves se debe a las prescripciones urbanísticas que las corpo-
---¡aciones -pnvadas que los prom'6vler6ninLrodujeron en las escrito as' de córnpra=
"GREANIAS.Geo,&,,,"Shadow venta de solares.También los suburbios de West University y los antiguos pueblos
planning.lt's the way Houston del Memorial Drive, cuentan con regulaciones y zonings propios. En todos estos
wor1<s,for good-and for bad", lugares se respira la rancia ostentación que caracteriza a la alta burguesía de Texas,
en Gte. TheAn:hltecture and un aroma espeCialmente perceptible en el elegante distrito de River Oaks, donde
Des¡gn Reeew of HoustOrl, 42 . . , .
1998. la River Oaks Corporation Impuso unas ordenanzas que establecían la obli-
Houston: esquema de la red de
autopistas,

gación de construir residencias unifamiliares,aisladas,..., y sólo para blancos, orde-


nanzas que estuvieron en vigor desde 1926 hasta 1955. En definitiva.segregación.
fragmentación y privatización. un precio que Houston parece estar dispuesta a
pagar en aras de su adoración al dios mercado.

la segunda máxima de la ciudad chip, la descentralización, también impregna Hous-


ton. y el protagonismo del movimiento vuelve a ser la clave que lo explica. Si exis-
te alguna estructura perceptible en esta ciudad en continuo cambio es la red de
autopistas, olmo moter de su espectacular desarrollo suburbano.Todo comenzó en
1952. cuando se inauguró la Autopista del Golfo, que conectaba con la localidad
costera de Galveston. Su construcción provocó subidas del valor del suelo circun-
dante de entre el 200 y el 300 %. Semejante negocio no les pasó por alto a los pro-
motores de la desregulada Houston, que en 1957 "donaron" al Estado el terreno
necesario para levantar la Autopista del Suroeste. eso sí.tras adquirir a precio de
saldo los territorios agrícolas colindantes. Actualmente, esta zona, conocida como
el "Corredor de la energía" por servir de sede a las empresas más importantes del
sector energético (Conoco, Shell, British Petroleum, Amoco, etc.) , forma parte
del Sugarland, uno de los condados más ricos y de más rápido crecimiento de
Houston.A finales de la década de 1950 se construyó el Loop 610, la primera cir-
cunvalación de la ciudad, actualmente considerada como el límite del "centro urba-
no"; y en las últimas décadas el Beltway 8 (a 16 km del anterior) y el Grand Park-
way, otros dos cinturones.

La estructura urbana que generaron estas autopistas no es, en ningún caso, esta-
ble: todas ellas están en permanente proceso de ampliación y, cada lustro, alguna
nueva viene a sumarse a la red. La realidad es que Houston gasta el 60 % de su
presupuesto en construir infraestructuras de transporte, especialmente autopis-
tas. Ello pone en evidencia cuál es su prioridad (el movimiento) y cuáles los valo-
res y vivencias de sus ciudadanos (el 87 % de los cuales utiliza el automóvil a
diario).

Pero si las autopistas son el sine qua non de la descentralización, las edge cities son
las que la han materializado. En una ciudad como Houston, abandonada a los pre-
ceptos de las nuevas tecnologías, su proliferación ha sido espectacular. Converti- 211
-4-
das en el paraíso de los PLus ("People Like us", es decir, los blancos de clases media
y alta), su éxito lo demuestra un dato: más del 60 % de las nuevas viviendas cons-
truidas en la ciudad a finales de la década de 1980 estaba situada en el interior de
alguna de ellas. El mensaje de la dispersión fue, así, diseminado por doquier. Auto-
pistas y edge cities comparten la misma lógica: la del automóvil. En Houston, su eje
"articulador" es el Grand Parkway, ya que las cuatro principales se sitúan en la con-
fluencia de alguna autopista radial con este último cinturón urbano. La distancia
media al centro de la ciudad es descomunal: unos 40 km. Para Richard lngersoll."
profesor de Historia de la Arquitectura en Rice University, este hecho no es casual:
la oscura y diabólica razón última de las edge cities de Houston es la demanda de
gasolina, como lo demuestra el hecho de que todas ellas fueran promovidas por
multinacionales del petróleo (The Woodlands por Mitchell Energy; First Colony
por Shell; y Kingwood y Clear Lake por Exxon).

1'9 lNGERSOLL Richerd. Ucopia Las edge cities nos remiten a la tercera característica de la ciudad chiP: la desiden-
limited: Houston's ring oround me tificación.También en Houston estas ciudades genéricas ofrecen lo que todas: segu-
beltway, en Cite. The Archiceccure
and Design Review of Houston,
ridad, limpieza, buenos servicios, precios competitivos, zonas recreativas privadas,
31,1994. etc.Y lo hacen activando los mismos resortes formales: calidad ambiental, un urba-
nismo paisajístico y una arquitectura de corte neohistoricista altamente comercial.
Pero incluso en el mar de lo genérico son perceptibles variaciones sobre el mismo
tema.

The Woodlands, situada 48 km al norte del centro urbano, es la estrella de las edge
cities de Houston. Es la mayor en superficie (10.000 ha que contrastan con las 800
del downtown) y en número de habitantes (150.000, casi la mitad procedentes de
fuera de Texas y el 33 % empleado en sus propios edificios corporativos y centros
de investigación). Pero no es la escala lo que la hace destacable, The Woodlands
brilla con luz propia por su vocación social y ecOTogista,dos parámetros que la con-
vierten en un rara avis dentro del universo abrumadoramente asocial y depreda-
dor de las edge cities norteamericanas. Como contrapartida a los fondos que la
administración federal otorgó para su construcción, los promotores aceptaron
que, al menos el 15 % de las viviendas, fueran destinadas a familiascon bajos ingre-
sos. Esto se materializó en un conjunto de bloques de apartamentos intercalados
entre las casas unifamiliares de rentas media y alta. la pesadilla del movimiento slow
growth (crecimiento lento), lo nunca visto en una edge city.

El glamour progresista de The Woodlands, que Michael Hough ha puesto como


ejemplo de ciudad sostenible, también se alimenta de conciencia ecológica. Implan-
tada sobre un magnífico bosque, esta edge city presume de estar en perfecta comu-
nión con la naturaleza. Sus villages, "pueblos" recién inaugurados, particularizados
con nombres altamente evocadores (Panther Creek, Cochran's Crossing, etc.),
están conectados por sinuosas vías de tráfico que serpentean por el "paisaje

The Woodlands: inundación de


naturaleza en el espacio urbano de
las edge cnes.
natural", es decir; por los prados, colinas y lagos artificiales de sus 40 parques y sus
4 campos de golf.espacios también estriados por infinidad de sendas peatonales,
para bicicletas,para caballos, etc. En definitiva,el estereotipado modelo del campus
universitario, pero legitimado por una naturaleza hermosa y real.

Para no destruir este paraíso, la arquitectura de The Woodlands se ha visto obli-


gada a pagar un elevado peaje. Las pintorescas casas de los villages están perma-
nentemente salpimentadas por una batería de árboles, setos y flores que abarcan
todas las especies; y los edificios de oficinas del centro de la población (que nun-
ca alcanzan las cinco plantas de altura) desaparecen, literalmente, tras espesos
mantos vegetales. Tan sólo los 142.000 m' del gigantesco centro comercial don-
de se concentra la vida social de The Woodlands han escapado a esta sumisión
a la naturaleza, conscientes, probablemente, de su papel de alma de la "comu-
nidad".

El resto de edge cities de Houston responde de manera más ortodoxa a los pre-
ceptos de la ciudad genérica. Un buen ejemplo de ello es First Colony. Ubicada en
el suroeste del Grand Parkway, cuenta con 4.000 ha de superficie donde habitan
50.000 personas. En esta edge ci(y. que sigue devorando los antaño fértiles terre-
nos agrícolas del Sugarland, la naturaleza juega un papel bien diferente al de The 213
-4-
Woodlands. Situada en un territorio plano y desarbolado, los arbustos recién plan-
tados fueron codificados según el poder adquisitivo de los distintos villages: los
robles para los de poder adquisitivo alto, los pinos para los de renta media. Es la
lógica de la ciudad chip, es la lógica de Houston .

• Houston ciberciudad

En Houston florece uno de los fenómenos que tanto los defensores de e-topía
como los enemigos de distopía coinciden en apuntar como una de las principales
características de la ciberciudad: la desmaterialización. Al igual que ocunría con la
descentralización, también en esta cuestión tecnología y movimiento van de
la mano. La construcción del Loop 610 hizo accesibles zonas periféricas hasta
entonces mal comunicadas. Con una inmediatez tan sólo comprensible en el reino
de la desregulacíón, sus intersecciones con las autopistas 59, 290, 1-45 e 1-10 se
transfonmaron en importantes nódulos urbanos plagados de comercios y oficinas.
Se planteó así el jaque mate al centro de la ciudad. La construcción de los otros
dos cinturones, el Beltway 8 y el Grand Parkway,no hicieron más que ejecutarlo.
Resultado de la jugada es un modelo urbano tremendamente peculiar: la "ciudad
donut", Surge cuando la actividad se concentra en la última autopista de circunva-
lación (donde se ubica la más avanzada generación de urbanizaciones residenciales
y parques de oficinas), mientras desaparece, por desrnateriakzaoón, todo lo que
queda dentro (afectado por un inmediato y acelerado proceso de obsolescencia).
Contemplada desde Europa, la ciudad donut es un fenómeno contra noturo. Si en
las capitales del viejo continente la cercanía al centro es un importante valor aña-
dido, en Houston ocurre todo lo contrano: las zonas urbanas más cualificadas se
encuentran en la última periferia.

Las víctimas del "efecto donut" son numerosas. La primera de ellas el centro de la
ciudad, abandonado en la década de 1960 por un éxodo de comercios, grandes
almacenes y oficinas que pusieron rumbo hacia Post Oak y Sharpstown, dos nue-
vos desarrollos surgidos al amparo del Loop 610. Pocos años después le seguirían
los suburbios de la década de 1960,de los que desertó la clase media blanca para
encaminarse hacia las nuevas urbanizaciones promovidas junto a la siguiente cir-
cunvalación, el Beltway 8. Las viviendas desechadas por los blancos en zonas como
Bellairo Sharpstown fueron ocupadas por emigrantes de origen hispano y asiático,
lo que no evitó que fueran objeto de un severo proceso de degradación. Actual-
mente, la historia se repite, espoleada en este caso por la construcción del Grand
Parkway,el nuevo eje de la masa de un donut cuya materia prima más reciente son
las edge c¡ties.

Dentro ha quedado un enorme agujero. Son las zonas centrales, que sirvieron de
alimento a un monstruo devorador A finalesde la década de 1980,el 38 % del cen-
tro de Houston se había desmaterializado: sus edificios habían sido arrasados y los
solares resultantes transfonmados en apancamientos. En las zonas colindantes la
situación era similar:en 1970 se demolieron 32 manzanas de Main St.para construir
el Houston Center. También amplias zonas de Montrose, Westheimer y Riverside
fueron víctimas de la piqueta, en este caso para no ser sustituidas por nada. Pero el
caso más llamativo fue el de Founders Park, un proyecto puesto en mancha en la
década de 1990 por un grupo de promotores que pretendía "regenerar" 2.400 ha
de zona urbana situadas al oeste del downtown.Dentro estaba uno de los pocos dis-
tritos de Houston que podía presumir de "histórico": Freedmen's Town, el primer
barrio negro de Estados Unidos, lugar de asentamiento de los esclavos sureños tras
la Guerra Civil.Elproyecto Founders Park proponía demoler la zona, desplazar a las
5.000 personas que vivían en ella y reemplazar los viejos edificios de madera por
anodinas viviendas para ejecutivos. Bastaron 15 semanas para lIevarlo a cabo.
Vista desde el aire, la lógica de la desmaterialización se proyecta sobre Houston
como si de una hecatombe se tratara: vacíos interminables, solares abandonados,
barrios mutilados, degradación, discontinuidad. Estas imágenes bien podrían valer
para ilustrar los cantos apocalípticos que anunciaban el fin de la ciudad tradicio-
nal tras su batalla contra las nuevas tecnologías. En cualquier caso, lo que
demuestran es la tremenda singularidad que caracteriza a Houston, una realidad
urbana intelectualmente huidiza, prácticamente inabordable desde los sistemas
de análisis estructuralistas, que fracasan ante la escasez de materialidad arquitec-
tónica. y es que, la concordancia ciudad-arquitectura, defendida por los autores
de la ciudad de la disciplina, no funciona aquí. Houston no es su arquiteITura: su
miríada de casas unifamiliares, sus bloques de oficinas, sus centros comerciales no
generan forma urbana, tan sólo son introvertidas mónadas funcionales sin refe-
rencias urbanas, que "danzan" en un espacio inconmensurable. ¿Cómo analizar
Houston, entonces) Nosotros vamos a intentarlo aplicando a su evolución urba-
na la secuencia propia de los procesos de digitalización: descomposición de la
ciudad real en fragmentos, procesamiento a través del código y recomposición
como realidad virtual.

La fragmentación de la forma urbana de Houston, primer estadio del proceso de


digitalización,resultó de la erosión del tejido original. Numerosas zonas de lo que 217
-4-
antes era una cuadrícula de calles interconectadas fueron borradas siguiendo una
estrategia en la que, una vez más, el movimiento fue protagonista. La superposición
de autopistas sobre el tejido urbano ofreció la posibilidad de ir de un enclave a
otro haciendo bypasses que saltaban sobre los espacios intermedios, zonas conflic-
tivas del viejo Houston que fueron privadas de un acceso a la autopista. Muchos
barrios quedaron así condenados a la degradación y posterior desaparición física.
De esta manera, la ciudad fue reorganizada y su antigua malla suplantada por una
colección de retales débilmente enlazados entre sí.

De esta reorganización resultó un entorno urbano extraño, un espacio donde flo-


taban los restos de la vieja cuadrícula evocando el antiguo Houston pero sin llegar
a reconstruirlo. La enrarecida impresión psicológica que de ello se desprende es
perceptible en muchas áreas de la ciudad y es eñ gran parte responsable de la per-
manente sensación de inseguridad que embarga a sus habitantes. Especialmente
turbadores son los espacios in between, las entrezonas, los vacíos que dejaron atrás
las áreas borradas, lugares donde parecen concentrarse las amenazas. En una ciu-
dad como ésta, dominada por el pragmatismo económico, ¿qué sentido tuvo la
fragmentación? ¿Esacaso el miedo un sentimiento productivo?
Una vez fraccionada, Houston fue codificada. Comenzaba así la segunda fase del
proceso de digitalización.la misión del código era recomponer la realidad urbana
en una nueva realidad digital que diera significado socioeconómico a la insólita for-
ma de la ciudad. Este proceso demostró que los vacíos no eran consecuencia de
desajustes en la evolución ni de fluctuaciones del mercado inmobiliario, sino una
estrategia que encajaba perfectamente con los intereses de los promotores. En
este sentido, Houston y Los Ángeles se parecen como dos gotas de agua. El mie-
do urbano de la clase media blanca norteamericana deriva en una obsesión por el
control y la seguridad que generaliza el reclamo de la segregación social y étnica.
la gente no quiere vivir en tejidos continuos, sino en tramas fragmentfRlas en
comunidades cerradas. Los vacíos urbanos, los resortes que desatan la irracional
lógica del miedo, sirven para poner en evidencia sus valores, ya que la organización,
el control y la seguridad que imperan en ellas brillan con más fuerza sobre el oscu-
ro fondo del caos, la hostilidad y la violencia de las circundantes áreas degradadas.
A los potenciales clientes de las edge (ities, los Nimbys ("Not In My BackYard"),los
promotores responden con la polftica de las BANANAs (BuiltAbsolutely Nothing
Anywhere Near Anyone). El miedo, por tanto, como factor de rentabilidad inmo-
biliaria.

Albert Pope" ha descrito la lógica formal del código que rige Houston. Su geome-
tría fijase compone de espirales, lazos viarios que comienzan en la autopista, siguen
por las avenidas de las edge cities, las calles serpenteantes de los vil/oges, los acce-
sos en fondo de saco, hasta concluir en el centro individual de cada houstoniano:
su casa. Lars Larup, decano de la Escuela de Arquitectura de la Rice University,lo
definió metafóricamente: "No es de extrañar que la máquina jefe de esta llanura
sea el todoterreno Chevy Suburban, apto para las dimensiones de una casa subur-
bana y proveedor de un enclave protector móvil (casi seguro) en las tortuosas tra-
yectorias del miedo"."

Como apunta Pope, la ciudad de las espirales obedece a una lógica centrípeta.
Entramos así en la tercera y última fase del proceso de digitalización:la recompo-
sición de la ciudad como realidad digital. Si la ciudad tradicional crecía de dentro
hacia afuera, es decir. siguiendo leyes centrífugas, Hou5ton lo hace -de-fuera hacia
dentro, es decir. implosionando. La clave de este fenómeno radica, una vez más, en
la obsesión de sus ciudadanos por la seguridad, que ha convertido la clausura • POPE. Albert [odeJe".
Archrt:ecture at RicelPnnceton
en el principal Leitmotiv de las comunidades cerradas donde habitan. Para desco-
Archrtectural Press,
nectarse de la ciudad, éstas se sirven de geometrías que Pope ha comparado con Houstorv'Nueva York, 1996.
las "espinas", mallas viarias sin continuidad que no son más que fragmentos de la )¡ LARUP. Lars. op. ot, pág. S l.
TheWoodlands'

-
••.,,,,,,;o.\ll~me(~J1-

219
-4-

Arriba:
Planta de The Woodlands: lógica antigua cuadrícula, eso sí,con características absolutamente contrapuestas: donde
secuencial de las espirales. una era continua, la otra es aislada; donde una era igualitaria,la otra es jerárquica;
donde una era centrífuga, la otra es centrípeta.
Derecha:
Houston: la lógica de las "espinas" en
la subdivisión de la ciudad. La recomposición de la ciudad mediante espinas produce un espacio urbano sin
precedentes, un campo polinucleado de donde ha sido erradicada toda jerarquía.
Houston es un perfecto ejemplo de ello, una agregación de grumos con planta de
espina cuyo carácter centrípeto deriva en una debilísima cohesión. En el centro,
entendiendo por tal la zona interior al Loop 610, se encuentran algunos de los más
irnportantes grumos: el Texas Medical Center; una agrupación de hospitales, hote-
les, facultades de medicina y laboratorios cuyo hito arquitectónico es la St l.uke's
MedicalTower; Post Oak, un distrito financiero de primer orden cuya principal refe-
rencia es el afamado centro comercial y de ocio de la Galleria; el Arts District, don-
de se condensan los museos; la Rice University,un campus plagado de facultades y
centros de investigación;y,en igualdad de condiciones con los anteriores, el down-
town, un empequeñecido espacio urbano incapaz de inducir autoridad alguna, de Página siguiente:
Los "gn.rnos" de Houston: en pnmer
servir como referencia o elemento de identificación; un enclave más en abierta
término. el Texas Medlal Center: al
competencia con las "espinas" de Post Oak, el "Corredor de la energía" y las edge fondo. el OOwnlOW11.
c¡t¡es por preservar sus funciones financieras. En ausencia de un centro al que refe-
rirse simbólicamente y con el que complementarse en lo funcional,también la zona
exterior al Loop 610 se ha organizado según grumos que funcionan como siste-
mas cerrados y privatizados. El ejemplo más palpable de ello son las edge cities,
pero existen otros, como el centro espacial de la NASA (que cuenta con su pro-
pia organcación urbanística e infraestructural) o el mencionado "Corredor de la
energía" (una especie de ciudad lineal prácticamente autónoma).

Lo que rodea estos grumos es siempre lo mismo: vacíos urbanos, paisajes inter-
medios, campos de indeterminación entre enclaves perfectamente definidos. Pue-
de tratarse tanto de entornas no construidos como de barrios pobres, degrada-
dos, abandonados, lugares sin futuro, en cualquier caso. Como acabamos de decir.
vista desde el cielo Houston parece una id~ica conjunción de naturaleza y materia
edificada donde la primera es abrumadoramente dominante sobre la segunda. Una
vez en tierra, la impresión sigue siendo extraña, pero deja de ser ioñica. Ada Louise
Huxtable, comentarista de The Wa/l Street journa/, la comparaba con un estar siem-
pre en camino, siempre llegando, aunque "uno nunca consigue llegar"." Sitomamos
como referencia la ciudad tradicional, que se definía como oposición al espacio
abierto de la naturaleza circundante, el abrumador vacío espacial que inunda
Houston es un fenómeno urbano absolutamente novedoso, el anuncio, como
defiende Pope, de que las ciudades contemporáneas están dejando de ser objetos
construidos para convertirse en inmensos espacios sobre los que aquéllas resultan
anecdóticas.

Todo ello está afectando a las formas de percepción urbana de sus habitantes, for-
mas que remiten cada vez más a lo virtual. Lars Larup ha definido Houston como
"un plano moteado para navegar"." una superficie de dimensiones oceánicas sobre
la que la gente se desplaza en automóvil saltanto de enclave en enclave. Esa sensa-
ción-de flotar en un espacio siempre en evolución, visitando fragmentos separados
por vacíos, acerca la percepción que el ciudadano tiene de Houston a la que el
cibernauta tiene de la ciberciudad. n HUXTABLE.Ada Lourse. KKked
a Bu,lding Lo(ely?,
QuadranglefThe New York
Pero la desmaterialización y el proceso de digitalización que parece haber experi-
Times Book Co., Nueva York.
mentado no son las únicas particularidades de Houston que apuntan hacia la 1976.
ciberciudad. Existen otras, como la condición de distopía. Los recién llegados, que II LARUP. Lars. op. ot, pág. 50.
permanentemente fluyen hacia la ciudad atraídos por su esplendor económico, no
encuentran al llegar ningún discurso identitario que asimilar.ninguna conciencia
colectiva a la que adherirse. Y es que a Houston no le interesan ni la historia, ni la
memoria. Stephen Fox, profesor en la Escuela de Arquitectura de Rice University,
lo interpreta así:"Houston se olvida a sí misma: la amnesia es un atributo esencial
de la cultura local".H

Al igual que en Tokio, pero por razones muy distintas, también en Houston preva-
lece la superficialidad que emana de lo nuevo. Difícilmente su centro urbano, una
entidad amorfa sin atributos ni jerarouas-espacales. sería asimilable al concepto de
"casco histórico". Las edge cities intentan suplir este vacío representativo aportan-
do diseños arquitectónicos cargados de "historia": curvas palladianas,detalles geor-
gianos, cornisas dóricas, etc. El resultado, sin embargo, es igualmente distópico. Las
viviendas unifamiliares no son más que bui/der houses vendidas por catálogo; los
vi/lages, repetitivas parcelaciones urbanísticas de varias decenas de casas agrupadas
en torno a una calle sin salida; las iglesias, escuelas y estaciones de bomberos,
remedos de montajes de Lego. Los exageradamente evocado res nombres de las
calles (Meadow Mist,LyricArbor. Summer Cloud, Hidden Lake, etc.) no consiguen
disipar el anonimato y la fatta de orientación que se respira por doquier; y la hier-
ba recién cortada, los árboles perfectamente podados y los estanques absoluta-
mente cristalinos no hacen más que acentuar la condición de puro artificio.Como
afirma Richard Ingersoll,J5 las edge cities de Houston son "no lugares" que, en el
intento de sustituir al centro urbano, han invertido la semántica y los valores del
espacio urbano tradicional. La falta de vida y espontaneidad que se respira en sus
calles es la cruel constatación de cómo ningún significado logra adherirse a su
ampuloso vocabulario.

Otra de las características de Houston que remite a la ciberciudad son sus hiperes-
pacios semivirtuales. La ciudad padece un endiablado clima que combina altas tem-
peraturas e insoportables niveles de humedad. Si a ello añadimos un entorno natu-
ral monótono y desagradable, y a ambos una ciudad dura y anónima, alcanzaremos
a entender que los houstonianos hayan decidido inventar una ciudad alternativa, una
"ciudad-análoga" que les evite entrar en contacto con la ciudad verdadera Surge-así
el Houston virtual,donde el espacio público real ha sido suplantado por espacios no • FOX. Stephen. H0051en
tan públicos-no tan reales, pero más atractivos, acogedores y climatizados. AMllec!IJrol Guide. The
American lnstitute of
ArchitectslHou5ton Chapter.
Uno de ellos es el centro comercial, que ha sustituido a la plaza tradicional como Houston, 1990, pág. XIX.
lugar de encuentro y paseo. La mítica Galleria de Post Oak, con su pista de patina- n INGERSOlL Richard. op. cit
Izquierda:
je, es el gran referente, la "plaza mayor de Houston". Con sus 390.000 m' de superf- Houston: red de túneles del
dOWr1[own.
cie, sus más de I 1.000 plazas de aparcamiento, sus hoteles, sus helipuertos y sus
bloques de oficinas,puede presumir de ser un centro urbano tan grande como el Derecha:
de Amsterdam. Es aquí, y no en el centro de la ciudad, donde están los mejores res- Houston: pista de patinaje en el
taurantes, los mejores centros de ocio y las mejores tiendas. Joel Garreau la ha cali- centro comercial GaJleria

ficado como la "ciudad de las 24 horas": "Patinadores con ojos adormilados llegan
a las cinco y media de la mañana para tomar su lección antes del trabajo. A medio-
día. mientras Jos jóvenes giran y se deslizan sobre el hielo ernhutidos en estrechas
mallas,la gente se para a mirar desde las tres plantas [...).Por la noche, desde el bar
de la cubierta donde toca una banda de jazz-rock que atrae a una trajeada multi-
tud de la cual el 70 % es negra, se puede observar un gigantesco reflector que gira
en la cubierta de la torre Transco [...).¡Cuántas áreas urbanas hay en el mundo que
puedan presumir de todo esto?'?' • GARREAU. [oet op. oto pág. 21 S.
El segundo espacio público de carácter virtual en Houston ciberciudad es la red de
túneles. que ha venido a relevar a las calles. Se trata de 10 km de galerías subtenrá-
neas que atraviesan el subsuelo del centro urbano conectando más de 2.700.000 m'
de sótanos bajo los rascacielos. Ni que decir tiene que los profesionales que tra-
bajan en ellos prefieren desplazarse por los túneles climatizados de la "ciudad aná-
loga" a salir a la sofocante atmósfera de la ciudad real. No es de extrañar, por tan-
to. que su impacto sobre la red viaria superficial haya sido demoledor, En plena
hora punta, el centro de Houston está tan desolado como durante la madrugada:
nadie camina por sus aceras. nadie cruza por sus calles. La animación. en cambio.
bulle en los espacios públicos affernativos de los túneles. donde se concentran los
restaurantes. las cafeterías. los comercios. etc. De esta manera. las funciones que
activan la vida urbana de la ciudad tradicional se reproducen a cota -5 m en la
ciberciudad.

Centros comerciales. túneles. autopistas .....la peculiar red de conexiones por la que
se desplaza el habitante de Houston. Del interior climatizado de la casa. al interior
climatizado del automóvil. al interior climatizado del garaje. al interior climatizado
del túnel. al interior climatizado de la oficina. Houston ciberciudad cumple así su
promesa: evitar que el ciudadano entre en contacto con la durísima ciudad real. la
ciudad de los vacíos. la ciudad de las distapías. la ciudad del miedo. 225
-4-

Houston: túnel bajo el


cowntown.

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