Ciudad Hojaldre PDF
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..
Visiones
urbanas
,
del siglo XXI
GG
Introducción
El texto arrancaba con una sentencia: "La sociedad industrial es urbana. La ciudad
I
es su horizonte".' -0-
Elde la sociedad posindustrial también ...La intención del presente libro es retomar
la tarea iniciada por Francoise Choay en su deseo de explicar los discursos teóri-
cos que subyacían detrás de la práctica urbanística y la arquitectura de las ciudades.
Lo que se pretende, en este caso. es extender su análisis a las tres últimas décadas,
es decir. estudiar las teorías urbanas más recientes, encuadrarlas en marcos con-
ceptuales más amplios, y recomponerlas en un mapa intelectual que resulte com-
prensible.
En este sentido, este trabajo comienza donde Choay lo dejó. Jane [acobs, Kevin
Lynch y otros teóricos de la ciudad de la década de 1960 servirán de preámbulo
al período histórico que nos interesa: el que comienza a mediados de la década
CHOAY. Frarxorse. L'UI'borvsme.
de 1970 con la denominada Crisis del Petróleo y culmina en la actualidad, es decir.
Utopies e' ,.",/té, Édibons du el que comprende la irrupción y posterior evolución de lo que se ha dado en
Seuil.Pan, 1965: (versen llamar "tardocapitalisrno" y del modelo sociocultural a él asociado: la "posrno-
castellana: EJ tN!>oosmo. iJrDpias
dernidad". El objetivo, por tanto, es analizar cómo afronta la cultura urbanística el
Y realidades, LI.<Ilen, Barcelona,
1983~. nuevo siglo, cuáles son sus instrumentos y sus carencias, sus certezas y sus preo-
, 11>d..pág. 9. cupaciones.
Pero no sólo consiste en una prolongación temporal del discurso de Choay. En
paralelo a esta tarea, y en aras de una mayor coherencia intelectual, ha sido nece-
sario asumir otra: adaptarlo a las pautas de pensamiento contemporáneas. Los
modelos y categorias que planteó Choay podrian identificarse actualmente como
"metarrelatos", término que utilizó el filósofo francés jean-Francois Lyotard' para
denunciar las construcciones históricas lineales y coherentes que la modernidad
elaboró para conseguir legitimarse social, política y cultural mente. Por ello, en nues-
tro caso hemos sustituido el concepto de "modelo" por el de "visión". Las "visiones
urbanas" nos remiten a formas de mirar. es decir. no tanto a "cómo es" la ciudad,
sino a "qué" nos interesa de ella, cómo la filtramos, cómo la proyectamos y cómo
nos proyectamos sobre la misma.
Sin embargo, aquí no acaba la apuesta por los pequeños relatos como forma de
aproximación a la ciudad. Si las cuatro visiones urbanas descritas nos remiten a las
distintas sensibilidades que reglan su estudio, dentro de cada una de ellas se des-
pliegan diferentes intereses que nos conducen a ideologías y afectos aún más espe-
cíficos. Éstos también han sido agrupados -en este caso en los capftulos que com-
ponen cada una de las cuatro partes del libro- y aluden, ahora sí, a "modelos" de
ciudad. ..; pero a modelos que no son universales ni generalizables, sino pequeños
relatos limitados en el espacio y en el tiempo, circunscritos a territorios determi-
nados por intereses concretos. El resultado de esta confluencia de sensibilidades e
intereses son las doce "ciudades" que componen el texto: la ciudad de la disciplina,
LYOTARD, jean-Franccrs. Lo
la ciudad planificada, la ciudad poshistórica, la ciudad global, la ciudad dual, la ciudad Condirion postmoderne. Rapport
del espectáculo, la ciudad sostenible, la ciudad como naturaleza, la ciudad de los sur le sovoir. Éditicns de Minuit.
cuerpos, la ciudad vivida, la ciberciudad y la ciudad chip. Paris, 1979; (versión castellana:
lo condición posmodemo.
Informe sobre el saber. Ediciones
Finalmente, para concretar fsicamente este bagaje teórico, cada una de las cuatro Cátedra. Madnd. 1994.
partes del libro se complementa con un apéndice dedicado a una ciudad específica pags, 9-12).
El apéndice 1,asociado a la visión culturalista, se ocupa de Berlín; el 11,vinculado a la
sociológica. de Los Ángeles; el 111,ligado a la organicista, de Tokio; y el IV, comple-
mento de la tecnológica, de Houston.
Doce ciudades, doce realidades urbanas que confluyen, como si de una sucesión de
capas se tratara, en una misma: en la ciudad del siglo XXI ..., en la ciudad hojaldre.
Berl'n propuesta para el Memorial
de+Ho-ocausto Pere- E·senmdn
ZIJ(l'
la población y de los pohucos berfineses. Sin embargo, era muy diferente: el Muro
representaba un pasado traurnatrco ajeno a la "evolución natural" de la Ciudad. N,
la "reconstrucción cntica". ni la "Ciudad europea", ni la Vorswdt entendían de lace-
raciones, POI- lo que se decidió reincorporarlo a la estructura productiva de la CIU-
dad poshistonca. Tan sólo unos cuantos tramos fueron calificados como "lugares
del recuerdo" y preservados de la piqueta. Sobre el más singular de ellos. dos hec-
táreas de terreno situadas al norte de Potsdamer Platz. se pretende coostruir el
Memonal del Holocausto. una ernotrva propuesta diseñada POI- Peter Ersenrnan
que contempla la construcción de I 500 túmulos de diversas alturas. además de
una serie de estancas subterráneas dedicadas a los pnnopales grupos sociales víc-
timas del exterrrunio nazi (judíos. gitanos y homosexuales).
Sus orígenes se remontan a mediados del siglo XIX, cuando aparecieron los prime-
ros escritos de Karl Marx y Friedrich Engels.Si bien en un principio la teoría mar-
xista se centró en el conflicto campo-ciudad, pronto se reorientó hacia las conse-
cuencias que el proceso productivo capitalista tenía en la vida cotidiana del
proletariado urbano. La ciudad se convirtió en el escenario de la lucha de clases,
y el pensamiento marxista recondujo los hechos urbanos hacia los motivos que le
interesaban: la relación con el mundo del trabajo y la producción, y la actividad
social como enmascaramiento de la lógica polftico-económica del sistema. En este
encuadre, la ciudad fue denunciada como una "superestructura", es decir. como
una interpretación ideológica del mundo que tendía a justificar el orden social capi-
talista y ocultar la realidad que imponían por sus condiciones de producción. Como
respuesta a esta supuesta tergiversación, el marxismo postuló que era necesario
ejercer sobre ella una critica social para revelar su verdadera identidad.
En las últimas décadas del siglo pasado, esta visión ha experimentado un resurgi-
miento espectacular. propulsado por el estallido de la Crisis del Petróleo y la consi-
guiente reestructuración del sistema El nuevo objetivo que ha asumido la visión
sociológica de la ciudad ha sido repensar las estrategias de producción y difusión
tardocapitalistas, y hacerla a una doble escala: la intemacional y la específicamente
urbana. Manuel Castells, catedrático de Planificación Regional en la University of
Califomia-Berkeley y el sociólogo marxista más influyente de esta última etapa,
ha liderado y reorientado el debate hacia la globalización y el consumo de masas.
En esta parte del libro desarrollaremos los discursos que la visión sociológica ha ido
construyendo en torno a estos temas. En el capítulo dedicado a la ciudad global,
nos centraremos en la lógica productiva urbana; en el de la ciudad dual, atendere-
mos a las implicaciones que dicha lógica tiene para el tejido social; en el denomina-
do la ciudad del espectáculo, a los espacios para el ocio, la cultura y el consumo;
y en el de la ciudad sostenible, desarrollaremos las posturas que se postulan como
alternativas a los tres modelos anteriores.
La ciudad global
Este aspecto explica también que los triunfadores de la nueva geogratra generada
por el espacio de los flujos sean lugares bendecidos por climas benignos, paisajes
atractivos, entornos históricos, etc., cualidades que no pueden ser transmitidas por
los cables de fibra óptica. Esta lógica apunta en múltiples direcciones, y una de ellas
lo hace hacia las áreas rurales. A finales de la década de 1990, las zonas de más rápi-
do crecimiento tecnológico de Estados Unidos estaban situadas en Estados tan
poco urbanos como Colorado, que ahora cuenta con una concentración de pro-
fesionales de la alta tecnología más elevada que Massachusetts (cuna de este tipo
de industrias). Esta eclosión económica ha ido acompañada de una explosión
demográfica: entre 1990 y 1994, un 75 .% de las áreas rurales norteamericanas
aumentó su población Tal como indica Kotkin, este fenómeno refleja la singularidad
geográfica que caracteriza al espacio de los flujos: por primera vez en la historia se
produce una emigración ciudad-campo cuyos protagonistas son los muy urbanitas
white coñorz.
Pero. mientras que la riqueza económica y social se expande por las zonas rurales.
¿qué ocurre en las ciudades? ¿Qué lugar ocupan en el espacio de los flujos?¿Escier-
to. como muchos auguraban. que éste amenaza con disolverlas? Algunos datos
demográficos parecen apuntar en esa dirección. Desde mediados de la década de
1960. las 25 ciudades más pobladas de Estados Unidos perdieron cuatro millones
de habitantes. mientras que el país creció sesenta.
Este factor ha reactualizado el sistema urbano heredado del siglo XIX como red
de ciudades globales. Manuel Castelís' reduce su número a tres: Londres, Nueva
York yTokio.Londres por ser el primer mercado financiero del mundo; Nueva York
por ser el principal receptor de flujos de capital y exportador de servicios; yTokio
por ser el mayor prestamista de capital y sede de los bancos más importantes.
Para otros autores, sin embargo, esta selección es demasiado reductiva e indican un
mayor número de ciudades globales. Lo que es evidente, al menos, es que existen
muchas que pretenden alcanzar dicho status. Son capitales ubicadas en los grandes
ejes de desarrollo tardocapitalista. En Europa serían dos: la tradicional "banana",
que nace en Londres, cruza al Randstad holandés, pasa por Bruselas, baja por
Francfort del Meno y las ciudades de la cuenca del Rin,alcanza Zúrich y concluye
en Milán;y el de la zona sur. en parte emergente, que atraviesa Barcelona, Milán,
Múnich yViena. París, Berlín y Madrid quedan fuera de estos ejes, pero las multimi-
llonarias inversiones que sus respectivos gobiernos están realizando en comunica-
ciones van encaminadas a superar dicha adversidad. En Estados Unidos los tradi-
cionales centros productivos de la época fordista (Nueva York, Chicago, Detroit.
etc.) se han puesto en jaque por el denominado sunbe/t el agresivo "cinturón del
sol" que enlaza San Diego, LasVegas,Phoenix, Dalias,Houston, Atlanta y Miami.Por
último se encuentran ambas orillas del Pacífico,el Pacific Rim, una de las grandes
novedades de la geografía tardocapitalista. Sus estrellas más luminosas son Tokio,
Seúl, Pekín,Shanghai, Hong Kong,Bangkok y Singapur.en la orilla asiática; Los Ánge-
les y San Francisco en la orilla norteamericana; y Sidney en Oceanía.
• Lógica productiva y espacial de la ciudad global
Los argumentos de Allen J.Scott se ven confirmados por la presencia en las ciuda-
des globales de industrias tan dinámicas como las del sector de la alta tecnología,
estrechamente vinculadas con centros de investigación y desarrollo. Estas"fábricas"
se concentran en los denominados "parques tecnológicos", impecables centros de
producción e investigación que en nada recuerdan a los enormes y contaminantes
complejos fabriles de la ciudad moderna Junto a estas industrias modélicas, avan-
zadas, limpias y en las que trabaja un personal altamente especializado, convive el
polo opuesto: actividades industriales de menor rango que dan respuesta a las
demandas más cotidianas de la sociedad pos moderna. actividades que han conso-
• SCOTT,Allenj.,Merropo/is:From lidado en la ciudad global un sector productivo degradado.
DMSlon of labour re Urbon Form,
University of California Press,
Berkeley/Los Ángeles, 1988. Pero posindustrial o no. es evidente que los servicios han sustituido a la industria
, SOlA Edward w.. como primer sector económico de la ciudad global, un ente cuya principal función,
Postmeuopolis. CrrticaI Studies o(
controlar y dirigir la organización económica mundial, es eminentemente terciaria
Gres and Regions. Blackwell
Publishers, Oxford, 2000, y se ejecuta desde las sedes centrales de las corporaciones y bancos transnaciona-
págs. 148-153. les. Una segunda actividad, igualmente terciaria, que se desarrolla en la ciudad glo-
bal, la más importante en términos de generación de empleo, es la que se deriva
de los servicios avanzados a la producción: asesoramiento legal y financiero, inno-
vación, desarrollo, diseño, marketing, estudios de mercado, etc., servicios que pres-
tan bancos, entidades financieras, oficinas de asesoría jurídica, firmas de publicidad,
gabinetes de auditorías, management consultmgs,etc. En tercer y último lugar cabe
mencionar a las empresas que satisfacen los nuevos hábitos de consumo de la
sociedad contemporánea; empresas que hacen especial hincapié en la moda, el
ocio y la cultura,
Esta lógica productiva ha inducido una profunda reorganización del espacio urba-
no, El binomio centralización-descentralización que caracteriza al espacio de los
flujos vuelve a reproducirse aquí, en este caso con el fenómeno del coprotagonis-
mo del centro y la periferia Ambos son esenciales para la ciudad global. Desde el
primero se ejercen las actividades de control y dirección, Al igual que ocurría con
las zonas rurales, los gestores de estas funciones han sido enormemente selectivos
a la hora de elegir la ubicación de sus sedes y han optado por lo que se ha dado
en llamar "espacios de sobrecentralidad', En ellos se concentran, por un lado, las
oficinas centrales de las grandes corporaciones financieras e industriales; por otro,
empresas de servicios dirigidas al productor y que requieren un contacto directo
con los centros de poder. Con estas dos actividades conviven multitud de servi-
cios de menor rango que garantizan el funcionamiento cotidiano de estas áreas:
limpieza, mantenimiento, mensajería, almacenamiento, etc.
Esta lógica productiva ha inducido una profunda reorganización del espacio urba-
no. El binomio centralización-descentralización que caracteriza al espacio de los
flujos vuelve a reproducirse aquí, en este caso con el fenómeno del coprotagonis-
mo del centro y la periferia. Ambos son esenciales para la ciudad global. Desde el
primero se ejercen las actividades de control y dirección. Al igual que ocurría con
las zonas rurales, los gestores de estas funciones han sido enormemente selectivos
a la hora de elegir la ubicación de sus sedes y han optado por lo que se ha dado
en llamar "espacios de sobrecentralidad". En ellos se concentran, por un lado, las
oficinas centrales de las grandes corporaciones financieras e industriales; por otro,
empresas de servicios dirigidas al productor y que requieren un contacto directo
con los centros de poder. Con estas dos actividades conviven multitud de servi-
cios de menor rango que garantizan el funcionamiento cotidiano de estas áreas:
limpieza. mantenimiento, mensajería, almacenamiento, etc.
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Los fenómenos que se están produciendo en el delta del río Perla escapan a las
teorías y metodologías urbanísticas que defiende la visión culturalista de la ciudad.
No sólo se trata de la escala. sino también de los tiempos inducidos por un desa-
rroüo urbano imparable. Para alojar a los 24 millones de personas que se espera
que lleguen a la zona en las próximas dos décadas, cad~ año se construyen 700.000
km' de ciudad. Los productos resultantes de esta dlnamlca revelan concepciones
urbanas y arquitectónicas totalmente novedosas, concepciones que Koolhaas ha 65
-2-
denominado "arquitectura Photoshop": la reproducción mecánica de un número
limitado de opciones combinables entre sí.
Ello ha puesto en crisis la estructura social heredada del Estado del Bienestar, que
se caracterizaba por el imperio de una inmensa clase media con leves variaciones
hacia arriba o hacia abajo. Actualmente, la clase alta ha aumentado espectacular-
mente por la aparición de "nuevos ricos", personas que han llegado a la cumbre
gracias a actividades económicas muy diversas. Entre ellos y la clase media se si- Página anterior:
túan los profesionales anteriormente mencionados que, en ciudades como Nueva Chengdu: "arquitectura Photoshop"
York,llegan a suponer hasta el 30 % de la población. Sigue la clase media, que sufre
un drástico adelgazamiento, y la clase baja, que experimenta el proceso inverso. El
último peldaño de la achatada pirámide social de la ciudad dual lo conforma la
"nueva pobreza", antiguos obreros expulsados del mercado laboral por la desin-
dustrialización y recluidos en guetos urbanos de los que no pueden escapar debi-
do a las dificultades que encuentran para acceder a la educación y las nuevas tec-
nologías.
Uno de los lugares donde la ciudad dual muestra más radicalmente su condición
bipolar es en los centros urbanos norteamericanos. Un prolongado proceso de
decadencia que comenzó cuando la clase media los abandonó en la posguerra dio
lugar a que, a finales de la década de 1960,tan sólo estuvieran habitados por sec-
tores sociales de bajo poder adquisitivo, fundamentalmente proletarios, inmigran-
tes y marginados. El libro Muerte y vida de las grandes ciudades," escrito en 1961
por Jane [acobs. periodista y editora de la revista Architectural Forum, tuvo mucho
que ver en que esta situación revirtiese. El espectacular impacto social y mediáti-
co que causó su enfervorizada defensa de los valores de la ciudad tradicional, pro-
vocó que algunas capitales comenzaran a implementar fórmulas para rehabilitar
barriadas declaradas históricas. La primera en hacerlo fue Filadelfia.que logró, no
sólo recuperar, sino convertir en una de sus zonas más atractivas, el deprimido dis-
trito de Old City,junto al no Delaware. Otras ciudades se aprestaron a seguir el
ejemplo: Pittsburgh, Cincinnati, Baltimore, Atlanta, etc. Esta cadena de actuaciones
convirtió la rehabilitación de los cascos históricos en un negocio potencial que
desató las expectativas de la iniciativaprivada. En la década de 1980 ya eran nume-
u JACOBS, Jane, lile ckorh ond rosos los locales de ocio, cultura y consumo que se habían instalado en estas zonas.
Ufe o( Great American Cides, Los centros urbanos empezaron entonces a renacer, a percibirse como áreas reno-
Vlntage 800"-' Nueva York.
vadas y atractivas que, en muchos aspectos, ofrecían una calidad de vida superior a
1961; (versión castellana: Muerte
y"'*' de las grondes ciudades, la de los lejanos suburbios. La clase media comenzó entonces a contemplar la posi-
Península, Madrid 1973~. bilidad de retomar a ellos.
En Estados Unidos, la reivindicación del patrimonio social como elemento indeslin-
dable del patrimonio urbano no se produjo, por lo que la rehabilitación fue acom-
pañada de masivos desplazamientos de población. Los pioneros en volver a residir
en los cascos históricos fueron los yuppies, jóvenes profesionales que trabajaban en
distritos financieros cercanos. Estos personajes típicamente posmodernos, seres
sofisticados, cosmopolitas y con pretensiones culturales, encontraron en sus viejos
edificios originales residencias que les diferenciaban del resto de los mortales. Su
llegada desató una imparable espiral de crecimiento del precio de las viviendas
que, paradójicamente, acabó cohvirtiendo al centro urbano en un espacio residen-
cial de lujo, inaccesible para las clases obreras, las únicas que habían permanecido
en él tras la diáspora de las décadas de 1950 y 1960. Los antiguos residentes,
pobres y de edad avanzada, así como los comercios tradicionales fueron sustitui-
dos por jóvenes adinerados y tiendas de estilo. Este proceso de expulsión de la
población originaria y posterior suplantación por otra de un poder adquisitivo
mayor ha sido denominado como "gentrificación". Los lujosísimos lofts construidos
en los anteriormente abandonados distritos históricos de Nueva York,San Francis-
co, Baltimore o Washington son una muestra ejemplar de la magnitud que este
fenómeno ha alcanzado en las ciudades contemporáneas.
Este hecho trae a colación otro de los grandes temas de la visión sociológica de la
ciudad en la contemporaneidad: la seguridad y el control. La lucha por el territorio
está convenciendo a los más afortunados de la necesidad de proteger sus enclaves
con muros, barreras, guardas de seguridad y sofisticados sistemas de detección
electrónica, La iniciativa partió de las Home Owners Associations de Estados Uni-
dos, asociaciones de propietarios que querían defender la paz (y la alta rentabili-
dad) de sus exclusivas zonas residenciales frente a los "peligros" que les rodeaban,
Su principal reivindicación era conseguir que las declararan community: un estatuto
72 que según la legislación norteamericana les permite autogestionarse, Dado que,
-2-
como denuncia Mike Davis." profesor de Teoría Urbana en el Southern California
Institute of Architecture, en Estados Unidos community significahomogeneidad de
clase y raza, en clave de clase media alta y blanca, es evidente que su intención no
declarada era segregarse del resto de la ciudad, Surgieron así las "comunidades
cerradas", enclaves cuyos servicios y espacios públicos están consagrados al uso
exclusivo de sus acomodados residentes. Estas comunidades son las protagonistas
de lo que Davis ha denominado "el archipiélago carcelario", es decir, la transforma-
ción del espacio urbano en una sucesión de islas fortificadas, en un territorio frag-
mentado en infinidad de enclaves amurallados,
La lógica social de las comunidades cerradas ha sido descrita por [oel Garreau."
profesor en la School of Public Policyde la George Mason University.Las commun- •• DAVIS, Mike: "Fortress Los
Angeles: The Militarization of
ities son entidades jurídicas privadas que cuentan con todos los servicios de una Urban Soace". en SORKIN,
ciudad convencional: policía, bomberos, recogida de basuras, etc. A falta de Ayun- Michael (ed). op. dt.
tamiento, ¡quién regula todo esto?: las Home Owners Associations, a las que págs. 154-180.
Garreau no ha dudado en calificar como "aberrantes gobiernos en la sombra"." " GARREAU, [oel. Edge (''Y. úr_
an rhe New Fronoer, Doubleday,
Dichas asociaciones acumulan poderes casi ilimitados: imponen tasas, dirimen dis- Nueva Yori<. 1991.
putas, ofrecen protección policial,dispensan servicios de salud, construyen carrete- " lbod. págs 17'i-208.
ras. organizan el transporte público. editan periódicos, recogen la basura, abaste-
cen de agua y electricidad, determinan reglas estéticas y... ofrecen los mejores ser-
vicios sociales de Estados Unidos. Su poder conoce pocos límites y los abusos e
invasiones de los ámbitos de decisión personal no son nada extraños. Las asocia-
ciones de propietarios pueden, por ejemplo, prohibir la construcción de una sina-
goga o determinar qué tipo de personas tienen derecho a residir en la community.
En este sentido, la cantera de anécdotas es inagotable: algunas han prescrito qué
clase de coche está permitido aparcar en la calle, qué vegetación hay que plantar
en el jardín, cuántos animales domésticos y de qué tamaño se pueden tener. si se
admiten niños, o la edad mínima de los residentes (como ocurre en LeisureWorld,
Phoenix, donde no se aceptan personas de edad inferior a 45 años). La inmoralidad
que subyace bajo este tipo de imposiciones aumenta cuando se examina la más que
discutible legitimidad sobre la que se sustentan las asociaciones de propietarios. Sus
miembros rara vez son elegidos democráticamente y cuando lo son no prima la
regla "un hombre, un voto", sino una relación de proporcionalidad que depende
del tamaño de la propiedad que cada ciudadano representa. Es el precio que hay
que pagar por el privilegio de habitar en alguna de las islas paradisíacas del archi-
piélago carcelario.
Il BOODY,Trevor."Underground Pero los sistemas de control no se limitaron a invadir los túneles y pasarelas de esta
and Overhead Building the "ciudad análoga".También los centros comerciales supieron explotar la contempo-
AnaJogous Gty". en SORl<lN.
ránea obsesión por la seguridad con un fin bien claro: canalizar hacia su interior la
Michael (ed.). op. oto
págs. 123-153.
vida urbana que anteriormente se desarrollaba en el espacio público. Un ejemplo
paradigmático es lo que ha ocurrido en la muy culturalista Berlín, más concreta-
mente en su buque insignia:la Potsdamer Platz. Los verdaderos protagonistas de
su tan alardeado espacio público no son ni las alamedas, ni las plazas, ni las calles y
callejones que se multiplican por doquier, sino Arkaden y el Foro Sony.El primero
es un pasaje comercial que atraviesa la zona en dirección norte-sur, una calle plaga-
da de tiendas, cafeterías, terrazas, jardineras, puentecillos y escaleras mecánicas.
Una cubierta de vidrio protege este "espacio público" del duro clima berlinés, y una
legión de cámaras, sensores y alarmas de otras amenazas que acechan fuera. ElForo
Sony.por su parte, es un enorme "espacio público" peatonal e interior de 4.000 m'.
Su diseño, del que es responsable Helmut Jahn, también incide en las característi-
cas más intrínsecas de los hechos urbanos: pintoresquismo, densidad, multiplicidad,
"espontaneidad", etc, para conformar un escenario sugerentemente iluminado y re-
pleto de árboles, bancos, veladores, cabinas de teléfono y demás mobiliario urbano.
Tanto Arkaden como el Foro Sony muestran cómo control y comercialismo van de
la mano en la colonización del espacio público de la ciudad dual. La visión socioló-
gica insiste en denunciar la perniciosa artificialidad que se oculta tras lo que Paul
Golderberg, crítico de arquitectura del New York Times, ha calificado como "entor-
nos urbanoides", es decir, entornos que ofrecen una experiencia urbana filtrada:
reproducen la ciudad real pero evitan sus aspectos más desagradables. En estos 75
-2-
lugares no llueve, no hace frío, no cruzan coches, no hay contaminación, no hay
suciedad, no hay ruidos, etc., pero tampoco mendigos, ni carteristas, ni drogadictos,
ni prostitutas. Ahí está la clave de su éxito, consiste en una ciudad seleccionada que
acaba con la mezcla social y racial para homogeneizar, en clave de clase media, a la
población que se encuentra en ellos. Para muchos grupos sociales, especialmente
los más jóvenes, estos espacios comerciales están sustituyendo a las plazas y par-
ques públicos como lugares de encuentro. Es lo que Boddy ha calificado como "la
suburbanización del centro", la reproducción de los uniformes, monótonos y her-
méticos centros comerciales de las periferias, en los cascos históricos .
Las desigualdades económicas no son las únicas que alimentan la ciudad dual.Tan
importantes como aquéllas son las diferencias de raza y nacionalidad. Esta realidad
está íntimamente vinculada al fenómeno de la inmigración, que cada año afecta a
I1 KOOLHAAS, Rem. el al.. op. CIt.
entre dos y tres millones de personas en todo el mundo." Esta corriente migrato-
pág. 82. ria obedece a la demanda de mano de obra no cualificada por parte de los secto-
res industriales poco tecnificados y los escalafones inferiores del sector servicios.
Los emigrantes. por tanto. son necesarios para la lógica productiva tardocapitalista
La bipolaridad socioeconómica que caracteriza a la ciudad dual encuentra así una
evidente correspondencia con la cuestión racial.
En 1970,tras los violentos levantamientos raciales que acababan de sacudir las ciu-
dades norteamericanas, Richard Sennet," profesor de Sociología y Humanidades
en la University of New Y07k comenzó a investigar la cuestión de la segregación
urbana, y aportó luz a un discurso enormemente novedoso para el momento: el
del reclamo de la conflictividad y el desorden. Partió de un convencimiento políti-
camente incorrecto: la multiculturalidad es, en sí misma, una cuestión problemática
desde el punto de vista social.Las diferencias son extrañas, diftcilesde entender. por
lo que crean hostilidades.lntrinsecamente, por tanto, una comunidad multicultural es
una comunidad conflictiva. Según Sennet, para que las ciudades volvieran a ser lo
que siempre fueron, es decir. y como defiende la visión culturaJista,un tejido social,
histórica y funcionalmente continuo, era necesario perder el miedo al conflicto,con-
seguir que los ciudadanos olvidaran su obsesión por las experiencias controladas y
purificadas,y se vieran obligados a tolerar las ambigüedades, las incertidumbres ... 77
-2-
Ello requería del apoyo de una muy determinada espacialidad urbana. Sennet
entendía que el píanearniento debía olvidar su tradicional fijaciónpor el orden fun-
cional y la coherencia formal e interesarse por espacios multifuncionales, desorde-
nados, descontrolados y densos. En un entomo urbano semejante, donde la cerca-
nía ftsicaera obligada, el ciudadano se transformaba en un ser activo que debía lidiar
con las diferencias para sobrevivir.en miembro de una "comunidad de superviven-
cia", comunidades múltiples pero no coherentes, conflictivas pero no violentas, es
decir. el antónimo de las comunidades cerradas.
Es lo que ocurre en los escasos enclaves multirraciales que aún permanecen en los
centros urbanos de la ciudad dual, lugares problemáticos_ pero infinitamente más
• SENNET. Richard. The Uses o[
tolerantes que las purificadas urbanizaciones de la periferia En el Raval barcelonés,
O,sorder. Personolldenmy 000
01'( U[e. w.w. Norton. Nueva el Kreuzberg berlinés o el Marais parisino, los diferentes se han visto obligados a
Yorlúlondres, 1970; (versión establecer una tregua A diferencia de lo que ocurre en los guetos de los segrega-
castellana: Vida urbano e dos suburbios norteamericanos, la violencia rara vez ha aflorado en ellos porque sus
Kienridad persoool. los usos del
desorden. Península. Barcelona.
habitantes han aprendido que la conflictividadque, día a día, respiran en sus calles es
20(1). algo consustancial a la vida urbana contemporánea.
La ciudad del espectáculo
Fue la izquierda intelectual francesa la que descubrió el gran filón que represen-
taba la semiotización de la ciudad. un filón que la visión sociológica ha explotado
para denunciar las mistificaciones que se ocultan tras el deslumbrante espacio
urbano contemporáneo. Pionero en este sentido fue el filósofo Jean Baudrillard,"
quien se interesó por la tendencia a la simulación que caracteriza a la sociedad de
masas. Según él. las esencias de los hechos humanos han desaparecido de las ciu-
dades. La vida en ellas está cada vez más exenta de experiencias auténticas y cada
vez más plagada de hábitos precodificados. Esta creciente artificialidad ha provo-
cado en sus habitantes una inmensa nostalgia por lo real.Ante la ausencia de natu-
raleza, el ciudadano posmoderno anhela bosques y cataratas; ante la ausencia de
contacto social, añora pasiones y emociones. Ello explica que busque sensaciones
fuertes, experiencias en vivo y en directo, ya sean deportes de riesgo o rea/ity
shows.
Jameson entiende que la euforia posmodema ha generado una nueva forma espa-
cial: el "hiperespacio". Los edificios de la ciudad del espectáculo funcionan como
mónadas, envolturas que encierran un interior protegiéndolo del exterior. En su
ensimismamiento, el edificio-mónada demuestra una gran indiferencia por la ciudad
que le rodea, a la que no pretende transformar. En el interior, sin embargo, se
cargan las tintas. Un envolvente despliegue de simulacros se dispone a conseguir
que el visitante experimente la incapacidad de representarse en el espacio que le
rodea, que flote en un estado de debilidad psicológica que le hace altamente 79
-2-
vulnerable a los intereses comerciales que promueven el hiperespacio. La radical
separación interior-exterior que representa la mónada, y el énfasis en la interiori-
dad como ambiente fantástico y alucinatorio que representa el hiperespacio,
confluyen en los edificios relacionados con la nueva industria del ocio, la cultura y
el consumo. En el presente apartado nos ocuparemos de ellos.
Arriba:
Las Vegas: casino Bellagio.
Izquierda:
Ortando;Hollywood Boulevard de
OisneyWorld.
1
La propia Disney Corporation se encargó de extender dicha fórmula a cines y
n HANNIGAN.John. FonlDSyGIy. teatros IMAX. Posteriormente se infiltrana en el ámbito de la comida. John Han-
P1eosure ond Pro~[ ., me
Postmodem Metropolis.
nigan," profesor de Sociología en laToronto University.denomina eatertainment a
Routledge. Londres. 1998. la actividad que se realiza en los restaurantes temáticos -Hard Rock Café, Planet
págs. 81·100. Hollywood, Fashion Café, etc.-, donde comer es algo secundario con respecto al
entretenimiento. También el juego se apuntaría a esta dinámica. Los casinos de
LasVegas se disneylandizaron a pasos agigantados, como lo demuestra la última
generación de edificios construidos para tal fin:New York New York (que repro-
duce los rascacielos más emblemáticos de Manhattan), Paris (que reproduce la
Torre Eiffely el edificio de la ópera) o Bellagio (donde se puede pasear en góndo-
la por los canales de "Venecia"). La disneylandización afecta igualmente al espacio
público de esta ciudad, que ha comenzado a ser invadido por sofisticados espec-
táculos promovidos por los casinos. Las erupciones volcánicas o las batallas navales
a las-que se puede asistir paseando por su famoso Strip evidencian cómo Las
Vegas,la ciudad de más rápido crecimiento de Estados Unidos, tiende a convertir-
se, toda ella,en un gran parque temático, en el paradigma mundial de la ciudad del
espectáculo.
Por último, dentro de las actividades de ocio cabría destacar el papel que el turis-
mo está desempeñando en la disneylandización de la ciudad del espectáculo. Has-
ta ahora, con objeto de promover esta práctica que la sociedad posmoderna ha
convertido en una necesidad vital, las ciudades se habían conformado con explo-
tar sus áreas históricas, las cuales, como vimos en la parte dedicada a la visión cul-
turalista, no han dudado en tematizar para realzar su atractivo. Muchos son los
ejemplos de operaciones donde las ciudades recrean sus mitos más conocidos
como si de un parque temático se tratara: la Times Square en Nueva York el
Covent Garden en Londres, el French Quarter en Nueva Orleans, etc. Sin embar-
go, en los últimos años, las estrategias para atraer el maná del turismo han sobre-
pasado los límites de los ultracongelados-ultraartificiales cascos históricos, para
extenderse por zonas urbanas auténticas y vivas donde se desarrollan determina-
dos estilos de vida. Es lo que ha ocurrido en San Francisco con Castro y en Man-
chester con el Gay Village,distritos donde se concentra la población homosexual;
o en Nueva York con Harlem, donde los domingos afluyen autobuses repletos de
turistas para asistir,como si de un espectáculo de Broadway se tratara, a los oficios
religiosos de la población negra. En todos estos lugares, lo que una vez fue verda-
dero y cotidiano está dando paso a lo simulado y lo superficial,es decir, la realidad
- está dando paso a la hiperrealidad.
Para el editor y critico inglés Deyan Sudjic," los museos mediáticos se han conver-
tido en los hitos urbanos de la posmodernidad. De hecho, es uno de los pocos edi-
ficios de carácter simbólico que la ciudad del espectáculo ha respetado: ¿qué
metrópolis puede aspirar a ocupar un lugar entre las estrellas de la globalización si
no cuenta con museos de categoría internacional? Londres y París compiten por
erigirse en centro cultural de Europa: Londres utilizando parte de los ingresos de
la lotería nacional para ampliar y mejorar su red de espacios culturales -la Tate
Modern, ampliación del Victoria and Albert Museum, ampliación de la National
Gallery, remodelación del British Museum, etc.-; París convirtiendo este tipo
de edificios en el eje de sus operaciones de transformación urbana -reforma del 83
-2-
Museo del Louvre, Ópera de la Bastilla,la Cité des Ciences de LaVillette,transfor-
mación del Musée d'Orsay. etc. -. A la vista de los pingües beneficios comerciales
y turísticos que la cultura ha reportado a estas dos ciudades, la epidemia de muse-
os, salas de conciertos, óperas y demás se ha extendido por Europa y Estados Uni-
dos. Berlín potencia su denominada "Isla de los Museos" y abre espacios culturales
tan sorprendentes como el Jüdisches Museum; Francfort, que no se resiste a langui-
decer a la sombra de la nueva capital alemana, promueve todo un distrito museísti-
co en el barrio de Schumankai, junto al río Meno; Dalias, en su enconada compe-
tencia con Houston, construye el Meyerson Center, una sala de conciertos situada
en una zona reservada para espacios culturales; Los Ángeles, en su contienda con
Nueva York,hace lo propio con el MoCA, rival del MoMA;y el Museo Guggenheim
ha puesto en los escaparates de las agencias de"Vtajeel nombre de Bilbao.Pero el
programa cultural más ambicioso emprendido por una ciudad en los últimos años
" BAUDRlUARD. jean. L'Ef/'et
6eotJbotxg tditions GaJilée. ha sido el de Viena con su MuseumsQuartier. La capital austríaca pretende rentabi-
Pans, 1978. lizar las sinergias generadas por sus tradicionales, y hasta ahora dispersos, centros
• SUDJIC. Deyan. !he 100 MIl< culturales, compilándolos en un distrito museístico de más de 60.000 m', el mayor
Ory. Harcourt Brace &
Company. Orlando. 1992,
complejo cultural de Europa. Entre sus espacios destaca el Architektur Zentrum, el
págs. 125-142. Art Cult Centre, el Museum Moderner Kunst,el Leopold Museum y la Kunsthalle.
La tercera actividad económica protagonista en la ciudad del espectáculo es el
consumo. En los nuevos espacios comerciales, la estrategia de generación de siner-
gias es clave. Los enormes centros comerciales de las urbes contemporáneas se
han convertido en macroespacios arquitectónicos donde confluyen tiendas, res-
taurantes, lugares de entretenimiento, centros culturales, etc., evidencia fTsicade
cómo la sociedad posmodema ha desdibujado las fronteras que antes separaban
ocio, consumo y cultura. Es lo que John Hannigan ha denominado shopentertoin-
ment
En otra época, esta aspiración hubiera resultado mera ilusión para ciudades que no
contaran con un tejido productivo extenso y consolidado, con acceso a las redes
de transporte, con un mercado laboral y de consumidores avanzado, etc. En la con-
temporaneidad, sin embargo, gracias a la relativa libertad que las nuevas tecnologí-
as ofrecen a las grandes empresas para elegir su lugar de _u~cación, son muchas las
ciudades que podrían alcanzarla. Como ya hemos comentado, los motivos que
impulsan a las multinacionales a establecerse en uno u otro sitio son cada vez más
accesibles: calidad de vida, buenos restaurantes, precio de la vivienda, etc., lo que ha
generado enormes expectativas en ciudades sin tradición histórica en los circuitos
económicos internacionales; ciudades que han comenzado a competir por atraer
empresas e industrias transnacionales que les garanticen un lugar preferente en el
espacio de los flujos.
Una de las estrategias más habituales en la competencia entre ciudades es la espe-
cialización,es decir. la explotación de elementos y circunstancias que las diferencian
de las demás, Rem Koolhaas" habla de "ciudades de diferencia exacerbada", ciuda-
des donde lo que cuenta es la oportunista explotación de las carencias de sus
competidoras: centros de convenciones, hoteles, parques temáticos, distritos finan-
cieros, museos, etc. También se pueden aprovechar déficits menos concretos,
Zhuhai, por ejemplo, una de las ciudades del delta del río Perla, ha optado por la
explotación de sus abundantes zonas verdes para competir con la vecina y ultra-
congestionada Hong Kong, En cualquier caso, son dinámicas que obligan a las
ciudades a estar en permanente estado de adaptación según los cambios que se
produzcan en sus competidoras, lo que convierte a la "ciudad de diferencia exa-
cerbada" en un modelo urbano altamente inestable,
Como no podía ser de otno modo. teniendo en cuenta las fuentes ideológicas que
la alimentan, la visión sociológica siempre ha mostrado una actitud critica hacia la
ciudad del espectáculo. En las últimas décadas. sin embargo. se ha fraguado un dis-
curso paralelo que pone en valor ciertos aspectos de aquélla Sus artífices han sido
arquitectos interesados en responder a la lógica socio cultural posmoderna; a las
exigencias monádicas de los nuevos espacios para el ocio, la cultura y el consumo;
al deseo de hiperrealidad y simulación de la "generación X"; pnofesionales intere-
sados en afnontar desde la arquitectura y el urbanismo los requisitos comerciales y
mundanos de la ciudad del espectáculo. y hacerla de una manera digna.
Fuenon Robert Venturi. Steven Izenour y Denise Scott Bnown quienes. con el libro
Aprendiendo de Las Vegas.20 inauguraron una nueva y revolucionaria mirada hacia • VENTURJ. Robert; IZENOUR.
los "elementos de mala reputación" que pueblan la ciudad del espectáculo. Su Stevert seon BROVVN.
punto de partida fue una crítica a la postura que la modernidad mantuvo ante Demse. Leomtng from Las Vegas.
Ihe Forgotten SymboUsm o(
estos hechos urbanos cotidianos. que rechazó por entenderlos como expresión Archicectural Form, The MIT
de los valores más degradados de la sociedad de consumo. Frente a esta actitud. Press. Cambndge (Mass.). 1977;
Venturi, Izenour y Scott Bnown reivindicaron una puesta en valor de dichos elemen- (versión castellana: Aprendiendo
de Los Vegas. El 51mbolismo
tos. realidades urbanas pnobablemente "incorrectas" según los puristas cánones
oMdodo de la fOrmo
estéticos de la modernidad. peno tras las que se ocultaba un gran filón.Aplicando OrQUltectónlcO. Editorial Gustavo
las técnicas del estructuralismo lingüístico. Venturi supo descubrir en el "arte Gol •. Barcelona. 1998ry.
Aprendiendo de los Vegas (Rober!
Venturi. Steven Izenour y Oenise
Seatt 8rown). Elementos de mala
reputación.
En la década de 1990, esta puesta en valor fue contestada por la visión sociológica
de la ciudad. Los presupuestos de Venturi, Koolhaas y Tschumi, según los cuales
la "cultura de la congestión" desencadenaba nuevos significadosurbanos y arquitec-
tónicos, fue contundentemente rechazada con un contra-argumento: a más infor-
mación, menos significado.En su libro Lo an-estética de fa arquitectura, n Neil Leach,
38 profesor de la University of Nottingham, postuló que el énfasis en la imagen estaba
'2
anestesiando a los ciudadanos contemporáneos. Retomando una línea de pensa-
miento que fue inaugurada por Charles Baudelaire y que posteriormente desarro- n TSCHUMI, Beman:l: •Algunos
conceptos urbanos". en sOLÁ-
llaron Georg Simmel y Walter Benjamin, Leach recuperó el argumento de que el MORALES, Ignas. de: COSTA,
bombardeo de imágenes que se produce en la ciudad del espectáculo acababa Xavrer (eds.). Presente y futuras.
narcotizando a las personas, mentalmente embotadas por exceso de información. ArqUItectura en los grandes
ciudades, Col'tegi Oficial
Se cumplía así el principio "a más información, menos significado".
d'Arquitectes de
CatalunyalCentre de Cultura
Esta cuestión entraña peligros de gran envergadura. Cuando la ciudad se reduce a Conterroo-ánia de Barcelona.
un reino estético, todo, incluso sus aspectos más crueles, se convierte en aceptable. Barcelona. 1996, pégs, 4().43.
n LEACH, Ned. /he AnoesrheCJcs of
Es lo que ocurre con las fotografTasurbanas de última generación: nos fascinan las Architecture. The MIT Press,
destartaladas fachadas del Kowloon de Hong Kong. y esto nos hace olvidar a Cambndge (Mass.), 1999:
las miles de personas que viven tras ellas en condiciones deplorables. De esta mane- (versión castellana:
La an-estétcc de la arqUItectura,
ra, el efecto anestésico se extiende al sufrimiento humano. En otros casos, Leach lle-
Editorial Gustavo Gili. Barcelona.
ga a hablar de "arquitectura fascista". En su libro War and Architecture," Lebbeus 2001).
Woods no tuvo reparo en estetizar, en clave futurista, la catástrofe de Sarajevo,argu- n WOODS, lebbeus, War and
mentando que el caos originado por las destrucciones bélicas abría la puerta a una Archrtecwrel Roe i artutekwra
(Pamph/et oruJttecture, /5),
nueva forma de pensar y entender el espacio. La martirizada capital bosnia se con- Princeton Un.vers.ity Press,
vertía así en el último y más cruel punto de referencia de la ciudad del espectáculo. Princeton (Nueva jersey), 1994.
Este ejemplo pone de manifiesto en qué medida los contenidos políticos y socia-
les pueden llegar a ser absorbidos y negados por el imperio de la estética. Una
sociedad inundada de Imágenes reduce su sensibilidad social, se hace compla-
ciente con las injusticias y elude los compromisos con el prójimo. Como decía-
mos al comienzo de este capítulo, la fastuosidad de la ciudad del espectáculo
enmascara las miserias de la ciudad dual Pero no debemos olvidar que, a pesar
de su luminosa fachada, LasVegas sigue siendo la capital mundial del crimen y la
corrupción.
La ciudad sostenible
Numerosos son los casos citados por Hough como ejemplos de diseño urbano
sostenible e integrado. Algunas ciudades se han centrado en la explotación de la
horticultura y la silvicultura (la traslación de las formas de gestión de los bosques
naturales a las zonas verdes de la ciudad), procesos autosostenibles y de bajo coste.
Pionera en este sentido fue la ciudad holandesa de Delft que, ya en la década de
1970, puso en marcha una alternativa ecológica a los tradicionales mecanismos
de urbanización. La actuación se centró en el barrio de Gilles Estate y consistió en
rodear las edificaciones con un desestructurado paisaje natural que recondaba la
informalidad del campo. Otras ciudades utilizaron el diseño urbano sostenible e
integrado para recuperar áreas abandonadas u obsoletas. Es el caso de la cuenca
del Rhur;el antiguo pulmón industrial de Alemania convertido, tras la dramática cri- ~ HOUGH, Mlchael.Cees ond
sis de la década de 1970, en un desolado paisaje plagado de fábricas arruinadas Natural Process. Routledge.
y terrenos contaminados. En 1988, con objeto de regenerar económica y ambien- Londres, 1995: (versión
castellana: Noturaleza y CIudad.
talmente la zona del río Emscher; el gobierno de Westfalia decidió organizar una
Plansficooón urbana y procesos
Exposición Internacional de Arquitectura, la IBA-Emscher Park. Aplicando criterios ecológICOS. Edrtonal Gustavo Glh,
de sostenibilidad, se logró renaturalizar los ríos y los arroyos, restablecer la biodiver- Barcelona. 1998).
sidad, construir nuevas áreas nesidenciales y zonas de ocio, y recuperar; neconvir-
tiéndolo para otros usos, el Inmenso patrimonio arquitectónico industrial de la zona,
Por sí sola, la fusión entre urbanismo y medio ambiente no ofrece pautas con-
ceptuales que justifiquen su inclusión dentro del ámbito de la visión sociológica-e-
Pero el discurso de la ciudad sostenible también se nutre de otras fuentes. En sus
orígenes compartió los temas que habían alimentado la sensibilidad poscolonial
de las décadas de 1960 y 1970: el interés por las culturas nativas, el rechazo del
uso de las nuevas tecnologías y la crítica al sistema económico. Hoy en día, al pos-
colonialismo se han sumado la epistemología posestructuralista, el feminismo
posmoderno, los grupos antirracistas, los movimientos antiglobalización, etc. El
medio ambiente se ha visto así complementado por la propensión hacia las cul-
turas del Tercer Mundo, por la crítica a la sociedad de consumo, por la defensa de
las minorías, por el rechazo del poder tecnológico, etc. De esta manera, la ciudad
sostenible sobrepasa el ámbito del urbanismo para reclamar un nuevo marco
donde ciudad, sociedad, economía y medio ambiente estén integrados en un
todo. Por ello, la ciudad sostenible se ha convertido en uno de los escasísimos
estandartes contemporáneos de la ética urbana, lo que justifica su inclusión en la
visión sociológica de la ciudad.
Elcompromiso con la pobreza urbana y el interés por las culturas nativas ha orien-
tado el discurso de la ciudad sostenible hacia las urbes del Tercer Mundo. La cues-
tión de la gran escala, a la q\i.e hicimos referencia en el capítulo dedicado a la ciu-
dad global, afecta muy especialmente a estas ciudades. Actualmente, de las diez
más ~obladas -Tokio, Sáo Paulo,Nueva York.Ciudad de México,Shanghai,Bombay.
Los Angeles, Buenos Aires, Seúl y Pekín- tan sólo tres pertenecen al Primer Mun-
do, y en 2015, de las 33 más pobladas tan sólo seis pertenecerán a él." Estos datos
demuestran que el futuro medioambiental del planeta se está jugando en las rnega-
lópolis del Tercer Mundo.
Teniendo en cuenta los abismos socioeconómicos que separan estas áreas urbanas
de las europeas y estadounidenses, no es de extrañar que los argumentos y las
estrategias que se plantean difieran radicalmente. En las primeras, donde el 50 %
de la población vive en chabolas que carecen de las infraestructuras más básicas,
los defensores de la ciudad sostenible dan prioridad a cuestiones como la econo- 95
-2-
mía de medios, la agricultura urbana, la vivienda social, la autogestión comunitaria,
el reciclaje de basuras, etc. Como ha demostrado la ciudad indonesia de Bandung,
esta última actividad puede dar sustento a numerosas familias,además de generar
beneficios medioambientales y de ahorro energético. Otras urbes asiáticas han
puesto el acento en la agricultura y la acuicultura urbanas, que les permiten pro-
ducir alimentos sin recurrir a la importación. En China las pequeñas parcelas agrí-
colas de Pekín o Shanghai abastecen a sus poblaciones del 85 % de los vegetales
que consumen. Por su parte, los estanques urbanos, donde se crían peces y se cul-
tiva arroz, satisfacen el 20 % de las necesidades de pescado de todo el país.
96
"2
Los Ángeles
"Desplegada ante mí.una de las metrópolis industriales más grandes que el mundo
ha visto jamás. un expresivo punto álgido de la tercera revolución urbana","
El relato de Los Ángeles ciudad global no puede eludir una de sus particularidades
99
más sorprendentes: la escala.Taoto desde el punto de vista territorial como demo- -2-
gráfico.todo lo referente a ella está tintado de connotaciones épicas: su superficie
es similar a la de Irlanda. su crecimiento poblacional el más rápido del Primer Mun-
do. su Producto Interior Bruto mayor que el de la India.su consumo de electrici-
dad el más elevado del planeta. etc. Para comprender esta desmesurada criatura
urbana es necesario comenzar por abondar lo siguiente:
Desde que. en 1791. fuera fundada como Nuestra Señora de Los Ángeles. la
ciudad no ha parado de crecer. Con un 1.5 millones de nuevos habitantes por
década. ninguna otra región del planeta ha acogido más inmigrantes durante el
siglo xx, Destacan dos períodos especialmente edosivos, de 1900 a 1920 (cuando
pasó de 240,000 habitantes a 2.6 millones habitantes) y de 1940 a 1970 (de 3,3 a
10 millonesj.Actualrnente.Ia región metropolitana de Los Ángeles cuenta con más
de í6 millones de habitantes y se estima que sobrepasará a la de Nueva York a fina-
les de la década de 2000.
Ésta es la "materia prima", la base fsica y humana sobre la que, en las dos últimas
décadas, se ha erigido una de las ciudades globales más pujantes del planeta. Alcan-
zar semejante estatuto supuso superar un enorme reto, ya que, a comienzos de la
década de 1980, Los Ángeles no era más que un centro económico regional secun-
dario, a años luz de Nueva York y menos importante que Chicago o San Francisco.
Sobre ella pesaba, además, una severa crisis industrial que había arrasado el otrora
imponente paisaje fabril de la autopista de Long Beach,el segundo más extenso del
mundo tras el de la cuenca del Ruhr,en Alemania
101
-2-
Ante tan desolador panorama, Thomas Bradley,elegido alcalde en 1973 (el primero
de raza negra de una gran ciudad norteamericana), decidió reorientar Los Ángeles
hacia la economía global. Su estrategia fue apostar por el PacificRim,una maniobra
aderezada con un discurso altamente simbólico,pues se postuló como la reparación
de la histórica segregación de Estados Unidos respecto a Asia.Adjunto, se lanzó un
mensaje subliminal:si el Atlántico fue el océano del siglo xx, el Pacífico lo sería del
XXI; es decir, si Nueva York fue la capital del siglo XX, Los Ángeles lo sería del XXI.
Con este argumento comenzó a "venderse" la ciudad. Los Ángeles fue publicitada
en Asia, Europa y África,abrió oficinas comerciales en Japón y China (sus mercados
preferentes), recibió a multitud de dignatarios extranjeros y consiguió que, en ella,
abrieran sede 61 consulados. Para reforzar esta operación, acogió los juegos olím-
picos de 1984, que la dieron a conocer en el ámbito internacional. Finalmente,
logró dar la vuelta a su obsoleta estructura productiva. La apuesta por el PacificRim
funcionó: en pocos años, casi la mitad del tráfico comercial entre ambas orillas del
Pacíficopasaba por Los Ángeles, entre otras cosas gracias a su estratégica ubicación
y a los competitivos precios de su puerto y su aeropuerto, que habían sido amplia-
dos. El renacimiento económico que todo ello comportó supuso la creación de
1.3 millones de empleos, lo que convirtió al sur de California en la nueva locomo-
tora de Estados Unidos.
La estrella productiva del ascenso de Los Ángeles a ciudad global fueron los ser-
VICIOS,especialmente el sector denominado FIRE (Fmance, Insurance, Real Estate:
Finanzas, Seguros y Propiedad lnmobihana), liderado por bancos y multinacionales
Japonesas. Asociados a él. eclosiooaron los gabinetes Jurídicos, de Ingeniería, de
arquitectura, de publicidad, etc. A finales de la década de 1980, Los Ángeles supe-
ró a San Francisco como pnncipal centro financiero de la costa oeste y se convir-
tió en el segundo del Paofic Rirn. tan sólr.c¡')or detrás de Tokio
Los Ángeles manifestó su proverbial capacidad para encajar este tipo de procesos
que en las densas ciudades europeas suelen saldarse de manera traumática. Todo
ello graoas a lo que es la pesadilla de los culturalistas: un tejido urbano extremada-
mente escuálido, plagado de solares, aparcamientos, nudos de autopista, etc .. una
superficie porosa e inestable que demostró su habilidad para adaptarse a cualquier
cambio. También ayudó la peculiar, y no menos flexible. "cultura urbanística" de Los KEIl. Roger.los Angeles
G/obo/¡zouon. U"OOnlZO(Jon and
Ángeles, otra de las pesadillas para los cuttorakstas. El crítico e historiador inglés SOCIal S(fuggles. John Wlley &
Reyner Banham llegó a sentenciar que la idiosincrasia de la ciudad era tan ajena al Sons. Ctucheste.; 1998. pago 149
planeamiento que, de exrsur; destruiría su peculiar fisonomía. Sea por idiosincrasia
o por estrategia, la verdad es que Los Ángeles no cuenta con planes urbanísticos
de ámbito regional, aunque sí con una miríada de planes locales que han funciona-
do como factor de competencia entre ciudades, condados y distritos en el proce-
so de reterritorialización inducido por la globalización, Manejándolos a su antojo, los
gobiernos municipales har intentado atraer inversiones privadas y garantizar a sus
comunidades estatus preferentes de empleo y funcionalidad económica. Elresulta-
do ha sido, como comentábamos, una ciudad de "ganadores" y "perdedores".
!. El nuevo distrito financiero de Los Ángeles se creó gracias a una operación lidera-
da por capitales japoneses y canadienses, que contó con la inestimable colabora-
ción del sector público, canalizada a través de la Community Redevelopment
Agency. Se localizó al oeste del centro tradicional, sobre la antigua zona residencial
de Bunker Hill,y supuso el desalojo de miles de personas humildes, la destrucción
del tejido urbano preexistente y su sustitución por un conglomerado de macro-
rrascacielos que ocupan manzanas enteras. Desde el punto de vista simbólico, Bun-
ker Hilly el Central Business District hoy en día el segundo distrito financiero más
importante del Pacific Rim, han conseguido dotar a Los Ángeles de dos cosas de
las que siempre careció: un centro y un icono que explote el mito de la ciudad
americana, tan del gusto de los inversores japoneses.
Los perdedores de la periferia fueron ciudades que, como estrategia para sobrevi-
vir a la globalización,apostaron por modelos de desarrollo urbano-económico que
fracasaron. Un ejemplo es Moreno Valley,100 km al este del centro: Su táctica para
seducir empresas consistió en agilizar los trámites burocráticos y suprimir los
impuestos municipales. Elloatrajo a miles de residentes convencidos de que la zona
se convertiría en una mina de empleo. Pero el capital es caprichoso y las expecta-
tivas no se cumplieron. Actualmente, los habitantes de Moreno Valleydeben pasar
horas al volante para llegar a sus puestos de trabajo. Cuando retornan a casa
encuentran una ciudad exenta de impuestos, pero con nefastos servicios públicos.
• Los Ángeles ciudad dual
La configuración de Los Ángeles como ciudad dual anranca de una radical reforma
del mercado laboral que disparé exponencialmente sus dos polos. Por un lado,los
profesionales altamente cualificados,alrededor de un 10%, que trabajan en los sec-
tores económicos que han hecho posible el sueño de la ciudad global: el FIRE,los
servicios al productor y las industrias de alta tecnología Actualmente, la región de
Los Ángeles congrega.:? la mayor colonia mundial de ingenieros, científicos, mate-
máticos, diseñadores e informáticos. Por otro lado, los trabajadores poco cualifica-
dos, que se concentran en el sector servicios de categoría más baja -hoteles, res-
taurantes, limpieza, etc.-, las "industrias basura" -sobre todo del vestido y el
textil-, las tareas no cualificadas de las industrias de alta tecnología -ensamblaje
de piezas- y la economía informal -especialmente venta callejera-. En todos
estos casos los empleos están mal pagados, son precarios y se realizan en nefastas
condiciones laborales y sanitarias. Los ocupan trabajadores procedentes de las más
recientes olas migratorias, trabajadores que conforman la casta inferior del merca-
do laboral tardocaprtalista: los working poors.
Los Ángeles es una de las ciudades más diversas del mundo en ténminos raciales:
en su región habita el 20 % de los inmigrantes de Estados Unidos y más del 40 %
de los residentes del condado ha nacido en el extranjero, la inmensa mayoria en el
Tercer Mundo. Mercado laboral y estructura racial son indeslindables. En líneas
generales, se puede aseverar que blancos y asiáticos compiten por la cimf'del mer-
cado laboral, e hispanos y negros por la base, con desventaja para estos últimos,
que han sido excluidos de las "industrias basura" y los servicios poco cualificados.
Como consecuencia de ello, a finales de la década de 1980 el índice de paro entre
la población negra rondaba el 40 %, lo cual detenminó su estancamiento demográ-
fico. A este hecho hay que sumar la huida de los blancos hacia los suburbios más
alejados y la incesante llegada de hispanos y asiáticos.Todo ello ha inducido una drás-
tica transformación de la estructura racial: en 1970 el condado de Los Ángeles con-
taba con un 75 % de población blanca. un 14 % hispana. un 8 % negra y un 3 % asiá-
109
-2-
bulo del proceso de fragmentación del espacio urbano de Los Ángeles en com-
partimentos estancos y hostiles entre sí.Se han identificado 300 bandas, la mayoría
de ellas de raza negra. Los Crips, que se disputan con los Bloods el dominio de
South Central, dirigen el negocio del crack y han convertido a la ciudad en el
mayor centro de distribución de cocaína de Estados Unidos. Su "ejemplo" ha cun-
dido entre los jóvenes hispanos del entorno de Mac Arthur Park. donde la cultura
de las bandas se propaga como la pólvora.
Éstas'tienen mucho que ver con las revueltas que, periódicamente, sacuden la ciu-
dad, poniendo en evidencia sus graves patologías sociales. La mayor rebelión urba-
na del siglo XX en Estados Unidos se produjo en Los Ángeles en 1992,y se conoce
como laJustice Riotporque su lema fue "no justice, no peace" ("si no hay justicia,no
hay paz"). Como respuesta a la absolución judicialde los policías que apalearon bru-
talmente a Rodney King,un ciudadano negro detenido por conducir en estado
ebrio, entre 50.000 y 200.000 personas se lanzaron a la calle para saquear e incen-
diar cientos de establecimientos comerciales, todo ello según un movimiento cen-
trífugo que fue desde el centro hacia los suburbios.
La obsesión por el control refleja lo que Davis ha denominado la"ecología del mie-
do", un fenómeno que está influyendo en el diseño urbano y arquitectónico:"La re-
vuelta de 1992 popularizó la previsión de los diseñado res de la "fortaleza down-
town". Mientras las ventanas eran destrozadas a lo largo de todo el viejo distrito
financiero, Bunker Hill hacía honor a su nombre. Pulsando unos pocos interrupto-
res en sus consolas de control, los cuerpos de seguridad de las grandes torres ban-
112
-2-
En las últimas décadas, las estrategias del parque temático han trascendido la arqui-
tectura para infiltrarse en el diseño urbano. Para constatarlo, nada mejor que acer-
carse al condado de Orange, el paraíso del conservadurismo norteamericano, de
los parques tecnológicos y del new urbanism. La guía !he Cali(ormas lo describía así:
"Esto es un parque temático -un parque temático de 2.035 km'- Yel tema es
'puedes tener todo lo que quieras'. Es lo más parecido a California de todas las
114 Californias: lo más parecido a las películas, a los cuentos, a los sueños. El condado
-2-
de Orange es la tierra del futuro y la de la frontera, fundidas e inseparables. Una
misión del siglo XVIII, una colonia artistica de la década de 1930, sedes financieras
de la década de 1980. Hay historia por todas partes: navegantes, conquistadores,
padres fundadores, rancheros, buscadores, excavadores, etc. Pero hay tanto Ahora,
que el Entonces es difícilde encontrar: Las casas son nuevas. Los coches son nue-
') De un aronco en la guía
vos. Lastiendas, las calles, las escuelas, los ayuntamientos: incluso la tierra y el océa- The Ca!(omoos publICada por
no parecen nuevos. La temperatura hoy permanecerá por debajo de los 27° C. la Co'(omIo Office ofTounstn.
Una suave brisa sopla desde la costa Otro día en el paraíso exactamente igual que en SORKIN. Michael (ed).
Vonooons on o 1heme Porl<. The
ayer ¡Vengaal condado de Orangel No hay nada como el hogar"."
New Amencon Gry ond me End
o( Publoc Space. HlII and Wang.
Tal como ha puesto de manifiesto Michael Sorkin," profesor de la Columbia Uni- Nueva Yorl<, 1992, pág. 94:
versity.las protagonistas de este fenómeno vuelven a ser las comunidades cerradas, (versión castellana. Vonoaones
sobre IX! POIQue [emóoco,
que han colonizado la mitad sur del condado de Orange con "variaciones sobre el Editorial Gustavo Gill, Barcelona.
parque temático". EdwardW. Soja" ha estudiado estas urbanizaciones exclusivasque 2(04).
combinan curdadisimos entornos naturales con espacios residenciales tematizados " SORKIN. MlchaeI (ed.). op. COL
e SOjA. Edward."Ins>de Exopoll~
donde se recrean estilos de vida del pasado. Destaca el caso de Irvine, una ciudad
Scenes from Orange Cconty".
constnuida por la Irvine Company (propietaria de una sexta parte del territorio del en SORKIN. Mlchael (ed.).
condado), donde el precio de una casa triplica su coste medio en Estados Unidos. op.Ol
'. '
\ I
~,
.. !
/
Todos estos ejemplos desvelan la perfecta sintonía del new urbanism con la que-
rencia por los simulacros que caracteriza a la sociedad contemporánea. Tal como
denuncia Soja, estas urbanizaciones son enclaves mágicos que funcionan como co-
pias hiperreales de mundos perfectos que nunca han existido; enlatados estilos de
vida cuidadosamente diseñados que compiten por ser "el lugar más felizdel plane-
ta", La culturalista ciudad poshistórica encuentra así su complemento sociológico
en la ciudad del espectáculo.
• Los Ángeles ciudad sostenible
Medio ambiente y ecología son cuestiones ineludibles en Los Ángeles, una ciudad
cuya historia está firmemente arraigada en la geografTay la geología. Así lo enten-
dió Reyner Banham en su libro Los Angeles. The Architecture of Four Ecologies,"
publicado en 1971. Convencido de que conceptos como "barrio" o "red viaria"
eran insuficientes para analizarla,acudió a factores geográficos, climáticos y de loca-
lización para definir Los Ángeles como la confluencia de cuatro "ecologías"; las pla-
yas; las estribawnes; la llanura;y "autopía", la ecología artificial de las autopistas.
La referencia ecológica persiste hoy en día en autores como Mike Davis que, con
su libro Ecology of Fear" ha introducido una novedosa componente: la catástrofe.
No se trata de una extravagancia. Los cataclismos se han convertido en una rutina
para los habitantes de Los Ángeles, una ciudad que, en menos de tres años, sufrió
tres de los diez desastres más costosos de la historia de Estados Unidos: las tor-
mentas de 1992, los incendios de 1993 y el terremoto de 1994. ¡Ha sido mala
suerte? Más bien parece lo contrario. Recientes investigaciones demuestran que el
sur de California está viviendo un período de estabilidad sísmica y climática abso-
lutamente anómalo. Por lo que respecta a los terremotos, la frecuencia es ahora
116 infinitamente menor de lo que lo fue en milenios precedentes. Ello significaenergía
-2-
acumulada bajo la placa del Pacífico,energía que, antes o después (existen un 85 %
de posibilidades de que ello ocurra antes de 2024), tendrá que salir provocando el
Big One, un terremoto de tal magnitud que la región de Los Ángeles nunca llegará
a recuperarse. Los meteorálogos, por su parte, advierten que también el clima ha
sido excepcionalmente benigno en los últimos 150 años, ya que han descubierto
que California sufrió catastróficas sequías de siglos de duración durante la edad
media. En definitiva,la historiografía de las catástrofes parece indicar que la urbani-
zación de Los Ángeles se ha producido en una de las etapas sísmica y climatológi-
ca más apacibles de su historia.Tal como comenta Davis,ello convierte la cuestión
de "¡por qué tantos desastres recientes?" en "¡por qué tan pocos?".
El convencimiento de que lo peor está por llegar está pasando una dolorosa factu-
ra a Los Ángeles. Las catástrofes naturales se han convertido en uno de sus princi-
pales enemigos en la enconada competencia que mantiene con el resto de ciuda-
des del sunbe/t y el noroeste del país por atraer inversiones. La aprensión y la .•• BANHAM, Reyner.Los Angeles
The Archjtecture o( Four
ansiedad popular; alimentada por los continuos reportajes televisivos informando
Ecologies, AUen Lane, Londres,
sobre qué hacer en caso de terremoto, han provocado que miles de residentes y 1971.
cientos de empresas la hayan abandonado en busca de territorios menos convulsos. <1 DAVIS, Mike. op. or
Si a la estrechísima relación que Los Ángeles mantiene con su indomable naturale-
za le unimos su imparable crecimiento, entenderemos que el discurso de la ciudad
sostenible haya acabado infiltrándose en sus ultraliberales políticas urbanas. Los
frentes abie.rtos son varios. En primer lugar.el crecimiento sobre el paisaje circun-
dante. Los Angeles es una gran devoradora de territorio: entre 1970 y 1990, mien-
tras que la población creció un 45 %, la superficie lo hizo un 300 %. Desde siem-
pre, la ciudad ha trasgredido la naturaleza que le rodea: las estribaciones de las
montañas fueron invadidas por una marea de residencias de lujo que arrasó bos-
ques completos; la misma causa acabó con los naranjales del condado .de Orange,
el San Femando Valley y el San Gabriel Valley (donde las 121.500 ha de 1939 se
convirtieron en las 4.000 de 1970). Es lo que Mike Davis ha denominado "la eco-
logía del demonio". Ahora parece tocarle el tumo al desierto del Alto Mojave. Su
antesala, el Antelope Valley.está siendo engullida por urbanizaciones residenciales
que, paradójicamente, están repletas de prados verdes, árboles escandinavos, lagos
artificiales,etc., un milagro que puede achacarse al maná que transporta el costo-
sísimo acueducto de California. Mientras tanto, el árbol autóctono de la zona, el
árbol de Joshua, se extingue.
Pel-o tambrén es posible el polo opuesto. la coahoón de la conc.encra eco lógica con
la ética social para hacer frente a la Ciudad dual La rebelrón de 1992 puso sobre el
tapete los di-amas que la globalrzaclón habia traído consigo, A raiz de entonces.
y ante el convencimiento de que las políticas rnedroarnbrentales son un factor de
Igualdad social. el discurso de la ciudad sostenible se alió con un actrvrsrno cornoru-
tarro localista y no gubel-namental que luchaba POI-la [ustma social. racial. de gene-
118 ro y de clase. En el se encuadraban movimientos como Concerned Crtizens of
-2-
South Central (Ciudadanos Concrenoados de South Central). que hugaba contra
la Implantación de una incmeradora de residuos sólidos: Mothers of East Los Ange-
les (Madres de East Los Ángeles). contra la edificación de nuevas pnsiones: Bus
Rrders Uruon (Unión de Usuarros de Autobús). contra la construcción de un ferro-
carní ligero: Los Angeles Alhance for a New Economy (LAANE: Alianza de Los
Ángeles pal-a una Nueva Economia). contra el diabólico mercado laboral angelino:
o The Power of Place (El Poder del Lugar). liderado POI- la erqurtecta feminista
Dolores Hayden y que reivindicaba la hrstona urbana de las rnuieres y los grupos
étrncos mmontanos. La cuestión medioambiental estaba en la agenda de todos
estos movimientos. la vanguardia de una novedosa clvllrdad alternativa y eficaz, El
hecho de que la LAANE consiguiera Imponer ordenanzas que garantrzaban míni-
mos salanales y sarutarios a los obreros del Ayuntamiento. que la Unión de Usua-
nos de Autobús detuviera el proyecto del ferrocarril hgero y la Ciudadanos Con-
oenoados de South Central el de la moneradora, demuestra que aún cabe la
esperanza en la ciudad dual. y Viene de la mano de la ciudad sostenible.
4. La visión tecnológica de la ciudad
La visión tecnológica concibe la ciudad como un ente primordialmente productivo
cuyo funcionamiento viene garantizado por las tecnologías. Partiendo de este
supuesto, defiende que estas tecnologías deben encontrar una expresión adecua-
da y consecuente, por lo que su empeño consiste en traducir a las coordenadas
urbanas referencias tecnológicas.
Sus on'genes nos remontan, una vez más, al último tercio del siglo XIX, cuando la
identidad ciudad-tecnología fue trasladada a los discursos artísticos, filosóficos y
arquitectónicos. Como comentamos en la parte.dedicada a la visión culturalista, en
ese momento el término "cultura" fue enfrentado al término "civilización".La ciu-
dad civilizada era "lo otro" de la ciudad tradicional: un entorno nuevo, artificial y
productivo, creado por la naciente sociedad industrial con su poderosa tecnología.
En el siglo xx, la visión tecnológica alcanzó su máximo apogeo y sus más nítidas
conceptualizaciones. En la década de 1920, cuando el capitalismo monopolista se
había implantado en todos los ámbitos y la sociedad industrial urbana era un
hecho, la modernidad intuyó el comienzo de una nueva etapa que quiso postular
como ruptura histórica. La radicalidad de este quiebro con el pasado se trasladó a
la ciudad identificando forma tecnológica con forma urbana. Concretada por algu-
nos de los más destacados arquitectos de la modernidad, principalmente por Le
Corbusier y Ludwig Hilberseimer, la "ciudad máquina" pasaría a la historia como
uno de los iconos más reconocidos de dicha pretensión.
Esta miopía histórica ha sido ya ampliamente superada. Hoy en día.se podría hablar
de una auténtica ruptura del hilo argumental que la visión tecnológica estuvo
tejiendo desde finales del XIX. ruptura que ha sido provocada por la aparición de
las denominadas "tecnologías de la información". La actual visión tecnológica de la
ciudad está. por tanto. si no naciendo. sí comenzando a madurar. Sus primeras for-
mulaciones no tienen más de quince años. A ellas vamos a dedicar esta cuarta y
última parte del libro. En el capítulo sobre la cibenciudad nos adentraremos en los
discursos más conceptuales y futuristas: el siguiente. dedicado a la ciudad chip. 173
-4-
constituye un intento de reconstruir una ciudad máquina cuyas referencias provie-
nen de las tecnologías de la información.
La ciberciudad
La aparición del cibernauta, por tanto. tan sólo será posible SI algún día la bio-
tecnología, con ayuda de las nanotecnologías, consigue suplementar el cuerpo
humano con microaparatos electrónicos. Bien es cierto que, por el momento, lo
más cercano que la ciencia médica ha producido son las prótesis que muchas per-
sonas llevan en su cuerpo: marcapasos, aparatos para sordos, etc., pero ya existen
redes de cableado de prótesis neuronales y se espera que, en un futuro, aparezcan
implantes controlados por el cerebro. Cuando estas técnicas de intervención en el
sistema nervioso estén desarrolladas será posible aumentar las capacidades del ser
humano. La tecnología comenzará entonces a colonizar su cuerpo.
Solventada la cuestión del cibernauta como condición sine qua non para acceder al
ciberespacio, la visión tecnológica se centró en este espacio virtual:¿cómo se cons-
truye? ¿A qué leyes obedece? El oberespacio tiende a ser considerado como un
universo paralelo al real pero regido por otras pautas. Algunos autores, como el
arquitecto y escritor neoyorquino John Beckrnann,' entienden que su dimensión
virtual desencadenará una ruptura con la noción cartesiana de espacio, algo simi-
lar a lo que ocurrió con la invención de la perspectiva durante el renacimiento. Si
BECKMANN. lom: "Merge
ésta fijaba al observador en un punto concreto, el ciberespacio dará paso a una tl'MSlble layers", en
especie de visión cubista donde todo se producirá a la vez, múltiplemente y desde BECKMANN. 10m (ed). !he
diferentes ángulos. Otros, sin embargo, como el investigador Michael Benedikt, cre- VirtuaIO,men5K)(lArrh,cecture,
en que la lógica fisicay metafísica del espacio real seguirá siendo válida. Ello permi- RepresentotJon and Crosh
(u/ture. Pnnceton Archrtectural
tiría aplicar al ciberespacio las cualidades del entorno urbano real, describirlo como Press.NuevaYork.1998.
una ciudad cuyos habitantes son los cibernautas. págs. 1-17.
Radiografia del cuerpo de un
cibemauta Amplified Body Events, Elciberespacio metaforizado como ciudad, es decir. la ciberciudad, ha generado un
Stetarc. 1970-1994. amplio debate entre dos tendencias opuestas y coexistentes dentro de la visión
tecnológica Por un lado los tecnófilos, que la describen como un entorno igualita-
rio y liberador donde se han superado los problemas de la ciudad industrial; por
otro los tecnófobos, que sospechan que tras la ciberciudad se ocultan infinidad de
mecanismos de control y explotación social. Dedicanemos los siguientes apartados
a desarrollar estas dos versiones. Adoptando un término acuñado por William J.
HITCHELL w.n,am J.. E-IOfJ«J. Mitchell,' decano de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo del MIT.denorninare-
no. HIT Press, Cambndge
mos a la tecnófila "e-topa", porque entiende que la ciberciudad es un nuevo lugar
(Mass.). 1999; (.......00
castellana: E-!OpÓl. Editonal de carácter electrónico; y a la tecnófoba "distopía", porque defiende que supone la
Gus!avo Gol, Barxeíooa, 200 1) destrucción de la noción de lugar.
• E-topia
En su libro Gty of bits.' Mitchell se puso manos a la obra. La ciudad de bits era un
ente construido virtualmente, no arraigado en ningún lugar geográfico y habitado
por incorpóreos cibernautas. Sus edificios no encajaban en las tipologías anquitec-
tónicas convencionalei,¡,no ejercían papeles representativos o simbólicos y no res-
pondían a estructura social alguna. La parte digital había desplazado a la ffsica,que
había sido sustituida por programas de software que almacenaban los bits de infor-
mación necesarios para ejercer sus funciones. Los accesos y recorridos interiores
habían sido reemplazados por conexiones electrónicas, y las fachadas por gráficos
de pantalla donde se exponían y vendían productos. Si algo ffsicoquedaba en esta
ciberciudad era la parte de atrás de esa fachada electrónica: las oficinas y los alma-
cenes donde se desarrollan las actividades que el ciberespacio no puede acometer.
Para los defensores de e-topa. estos fenómenos son positivos.Ajenos a todo tipo
de nostalgias,los tecnófilos encuentran en la desmaterialización de la ciudad nume-
rosas ventajas: es económica, ya que es más barato construir un portal electrónico
que un edificio;es ecológica, ya que no emite residuos; y elimina intermediarios en
las transacciones comerciales. También la desmovilización es conveniente. En pri-
mer lugar porque, al permitir la asincronía en las actividades urbanas (en la ciber-
ciudad cualquier cosa podrá ser realizada en cualquier momento y sin necesidad de
desplazamiento) desaparecerán las congestiones de las horas punta. En segundo
lugar,porque reducirá el consumo de combustible, la contaminación, las péndidas
de tiempo, las infraestructuras de transporte, etc. Por último, el hecho de que la 181
-4-
casa asuma funciones laborales, comerciales, de ocio y de relación social,augura un
retorno al hogar que activará la vida comunitaria. Como dijimos al principio, por
tanto, e-topía promete un milagroso antídoto contra muchas de las patologías que
aquejan a la ciudad de los cuerpos enfermos .
• Distopía
Con este discurso radicalmente nihilista Baudrillard inauguraba uno de los temas a
los que, a partir de entonces y de manera recurrente, acudiría la versión distópica
de la ciberciudad: el de la ciudad controlada, como si de un programa de software
se tratara, por un invisible código digital. Marie Christine Boyer' coincide con esta
apreciación. Según ella, tras la lógica del ondenador se ocultan infinidad de efectos
inmateriales que no existían en la lógica mecánica y transparente de la máquina
industrial, efectos que remiten al código. El procedimiento que da origen a la ciber-
ciudad es de naturaleza digital y funciona como tal. En primer lugar. descompone la
realidad urbana en fragmentos digitales; posteriormente, los procesa a través del
código del programa; y, finalmente, los recompone como ciberciudad. Se consuma
así una secuencia fragmentación-codificación-recomposición que es necesario ana-
BAUDRlLLARD. Jean. L'Échange
lizar para descubrir la esencia oculta de aquélla, la que los autores de la versión dis- symbolique er /o mort. Édiucos
tópica quieren denunciar. Gallimard, Paris, 1976 (versión
castellana: El intercambio
SImbólICOy la muerte, Monte
El primer paso es la fragmentación. la descomposición de la ciudad real en ele-
ÁVlIa. Caracas, 1993').
mentos digitales tiene mucho que ver con los nuevos modos de percepción que 1M págs. 67-81
las tecnologías de la información han transferido al ciudadano, reformulando su tra- BOYER. Mane Cbrtsure.
Gberotres. Visual PerceplJoll f(J rhe
dicional comprensión del espacio y el tiempo. Las principales responsables de ello
Age o( E1ectrofllc CommunlcatlOn.
son las formas televisivas e informáticas. Las primeras han instaurado una com- Princeton Architectural Press.
prensión del mundo que suplanta la secuencia analógica de lo real por una cadena Nueva York. 1996. pág. 10.
Página 1~-185: de fotogramas fragmentados. Esta percepción transforma la ciudad en un fluido de
Tokio; "audad sob-eexpuesta".
imágenes sin relación espacial o temporal entre ellas, ya que se emiten todas a la
vez, Los límites desaparecen y los espacios urbanos se sumergen en un continuum,
mientras que el tiempo se reduce a repeticiones compulsivas. Por lo que se refie-
re a las formas informáticas, la modificación de los modos de percepción viene
ejemplificada por el procesador de textos, que enseña al ciudadano a recortar;
separar y pegar los escritos hasta convertirlos en artificios, Lo mismo hacemos con
la ciudad real: la percibimos plagada de rupturas y discontinuidades,
Stephen Graham apunta como una posibilidad el hecho de examinar, con inten-
ciones y actitudes realistas, los paralelismos que existen entre los espacios urbanos
y los espacios electrónicos. Rescata así una tradición típicamente moderna: asimilar 191
-4-
la ciudad a la máquina, en este caso a la lógica que rige los aparatos electrónicos.
La ciudad máquina de la modernidad sería así reemplazada por la ciudad chip con-
temporánea, la capa que cierra la ciudad hojaldre. Como estrategia para definirla
trasladaremos al espacio urbano tres fenómenos característicos de los espacios
electrónicos: la descentralización, la desregulación y la desidentificación. De cada
uno de ellos nos ocuparemos por separado.
En efecto, la ciudad chiP es "lo otro" de la ciudad planificada.Tal como defiende Rem
., MARSHALL A1ex, How Ciríes -
Koolhaas," aquélla es una entidad eminentemente pragmática: su prioridad es res-
Work. Su/Juros. SprowI, ond <he
ponder a las necesidades del presente y hacerlo con todas sus habilidades. En este Roods ocr Token, University of
sentido, ha descubierto que el planeamiento es indiferente, que el hecho de que la Texas Press. Austin, 2000.
págs. 65-83.
forma urbana esté bien o mal resuelta no tiene trascendencia. Como si de un pro-
• KOOLHAAS, Rem; MAU. Bruce.
ducto bursátil se tratara, la ciudad chiP florece o muere de manera repentina, su S. M. L XL O r O Publishers,
población aumenta o disminuye en breves espacios de tiempo, obedeciendo a pro- Rotterdam. r 995. pág. 1.255.
cesos de ajuste económico donde las expectativas cambian continuamente. En
estas circunstancias, la lógica causa-efecto sobre la que se asienta la ciudad planifi-
cada no es operativa. Lo que la ha sustituido es la Intuición de los promotores, que
responden con altas dOSISde pragmatismo a una tropa de requisitos tardocapita-
listas y posmodemos.
Como los "no lugares", también la ciudad chip se define por la ausencia de histo- 197
-4-
ria. Aunque para los autores de la visión culturalista ello resulte inconcebible, una
buena parte de los ciudadanos del mundo vive actualmente sin tradiciones; y sin
inmutarse por ello. Este desarraigo ha vuelto a poner de actualidad uno de los
paradigmas del urbanismo moderno: la tobulo raso. La ciudad chiP se erige sobre
la nada o, en el mejor de los casos, sobre la erradicación de toda preexistencia.
Paradigma de este fenómeno es el caso de Singapur.también estudiado por Kool-
haas." Esta isla-ciudad-estado no tiene historia. su territorio es absolutamente
superficial y su tejido cambia día a día.Tras su descolonización en 1959 optó por
un programa de occidentalización de la cultura y la sociedad que también impli-
11 AUGt Man:::.Non-lieux:
caba a la forma urbana. Para lIevarlo a cabo se creó el Housing Development
Inl1tdlctJon O lXIe onthropologle Bureau. un macroministerio encargado de construir viviendas para la inmensa
de lo sunnoderrvlé. ÉditJons du mayoría de la población de Singapur. que carecía de ellas. Con este objetivo fue-
Seus. Evreux, 1992; (ver>lón ron arrasados bosques y poblados, desmontadas montañas y lagos, y arrebatada
castellana: los "no itJgares".
Espoao del OIlOfllmClto. al mar un 25 % de superficie suplementaria. Sobre esta auténtica tabu/o raso don-
Uno onrropologio de lo de había sido aniquilado todo resto del pasado. surgieron new towns inspiradas en
sobremodemKkJd. Gedrsa. la Carta de Atenas.Tal como la ha defirudo Rem Koolhaas, Singapur no es una ciu-
Barcelona 1994ry.
dad. sino lacoexistencia de un cierto número de edificios tan sólo relacionados
" KOOLHAAS. Rem; MAU. Bruce.
op. O~ págs. 1.008·1.090. por la solución de continuidad.
Slngapur.
Las afinidades que comparten capitales tan lejanas como Phoenix, Singapur o
Johannesburgo son tan sorprendentes que parecen haber sido construidas siguien-
do un código urbanístico-arquitectónico de ámbito global. En su libro S,M, L, XL, 1)
Rem Koolhaas y Bruce Mau bautizaron como "ciudad genérica" a la nueva realidad n 1M. págs. 1.248-1.264.
urbana que emerge de dicho código, cuya clave es el borrado de las diferencias y
la generalización de una misma urbe fruto de la estandarización de la arquitectura,
del urbanismo, de las infraestructuras, etc. Como hija predilecta de la desidentifica-
ción, la ciudad genérica unifica el mundo bajo una única regla
Las edge cities son la última generación de suburbios norteamericanos, si bien sus
" l¡"d •• pág. 1.248.
, SUD)IC. De)On. The 100 Mil.
caracteristicas fonrnales y funcionales difieren tanto de las de los suburbios tradi-
Oty. Harcourt Brace & cionales que los expertos tienden a contemplarlas como un fenómeno diferente,
Company. Ortando. 1992. La deuda que mantienen con las nuevas tecnologías es grande: existen porque
pág. 116.
éstas han hecho posible la descentralización de las actividades económicas. En rea-
• GARREAU, )0.1, Edg. Oty. [¡fe
on !he New FronlJef; DoubIeday,
lidad, son un típico producto tardocapitalista: desde el punto de vista funcional sir-
NuevaYerl,I991. ven de sede a empresas punteras y de residencia a los profesionales altamente
cualificados que trabajan en ellas.Tal como apuntábamos en el capítulo dedicado a
la ciudad global. la mayor parte de las corporaciones que abandonaron los centros
de las ciudades norteamericanas en las décadas de 1970 y 1980 no se trasladaron
a áreas rurales. sino a edge dties: Sears se reubicó en Schaumburg. una edge city de
Chicago donde también está Motorola; y AT&T abandonó Manhattan para esta-
blecerse en la conjunción de las carreteras 287 y 78. donde se desarrolla una de
las más prósperas edge cities de Nueva Jersey.
-'
Este fenómeno tiene su justificación. En comparación con los sofisticados distritos -'
financieros del centro de la ciudad. las edge cities ofrecen numerosas ventajas a las Izquierda:
Área de Nueva York: distribución de
multinacionales: suelo más barato. seguridad. comunicaciones terrestres eficientes.
las edge ooes.
equipamientos tecnológicos avanzados y, lo principal. una elevada calidad de vida.
Empleados y directivos encuentran en ellas entomos de alto valor ambiental don- Derecha:
de no sólo pueden trabajar sino también residir En una edge city nadie vive a Área de Washington: distribución de
las edge cees.
•............ .,....
••..•• 0..••
más de 30 km (45 minutos de coche) de su empleo, al que, además, accede por
carreteras que no están congestionadas. Se acaba así con la pesadilla de los atascos
de trafico diarios, consecuencia de la pendularidad que rige el patrón centro urba-
no-suburbio.
La edge city, por tanto, es un modelo urbano muy seductor para las élites del mer-
cado laboral, las únicas que les interesan a sus promotores. Para atraerlas, favore-
cen la instalación de corporaciones de alto nivel tecnológico (que aportan profe-
sionales cualificados), mientras que desaniman a_empresas más convencionales
(que aportarían clase media tradicional) y prohíben industrias (que aportarían
obreros). Las edge cities ofrecen a los científicos e ingenieros de sus sofisticadas
corporaciones espectaculares centros comerciales, fantásticas instalaciones depor-
tivas, selectos clubs de golf, magníficos colegios e, incluso, universidades elitistas,
todo ello en un entorno tipo campus, plagado de lagos, bosques, sendas peatona-
les y carriles para bicicletas. En definitiva,a diferencia del monofuncional y depen-
diente suburbio tradicional, la edge city es un ente urbano autónomo que cuenta
con residencias, oficinas,espacios comerciales y complejos de ocio.
Según los datos de joel Garreau, la mayor parte de las veinte edge cities del área
de Nueva York están ubicadas en Nueva jersey, por donde pasan las autopistas
que enlazan Boston con Washington. A la salida de cada una de las tres conexio-
nes de Nueva jersey con Manhattan hay una edge city (Fort Lee, Medowlands y la
que rodea al aeropuerto de Newark). A esta zona, enlazada con el antiguo World
Trade Center por trenes y taxis acuáticos, se la conoce como la gold coast Otras
edge cities que rodean Nueva York están vinculadas a universidades, como ocurre
en Princeton y Morristown. También en Washington las edge cities se distribuyen
siguiendo la circunvalación, una vía construida con fines militares a más de cien
kilómetros del centro de la ciudad, y que hoy se conoce como la Washington's
Main StreetAquí se encuentra Tyson's Corner. situada a media hora del aeropuerto
de Dulles y que alberga las sedes de Taco Bell,Bloomingdale, Holiday Inn,etc. Otras
edge dtjes, como Fair Lakes, han surgido al amparo de los 400.000 m' de oficinas
y los 23.000 empleados del Pentágono.
Éstas son, a grandes rasgos, las lógicas funcionales y espaciales que determinan las
edge cities,el paradigma de la ciudad chip. En ellas se consuman los tres paralelismos
que existen entre los espacios urbanos y los espacios electrónicos. En primer lugar,
la descentralización: son nadas urbanos autónomos y desagregados, aunque per-
fectamente conectados a las infraestructuras viarias. En segundo lugar,la desregula-
ción: son tan impermeables a las legislaciones urbanística como el espacio de los flu-
jos lo es a las normativas locales. Entercer lugar,la desidentificación: son "no lugares"
donde impera lo genérico, la manipulación de los elementos naturales, la negación
de la geografía, etc. La total ausencia de referentes históricos y culturales encuentra
su epítome en edge cities como "287 y 78", denominada así por las dos carreteras
en cuyo cruce se ubica, o Metropark, nacida a partir de un aparcamiento.
A estos tres órdenes de paralelismo con la ciudad chip, las edge cities suman otros
tres que remiten a la Ciberciudad. El primero es la codificación.Paradójicamente,
y a pesar de la desregulación, no hay fenómeno urbano más reglamentado que una
edge city.La morfología viaria,la parcelación de solares, el color de las viviendas,ete.,
han sido preestablecidos por manuales de diseño y cartas de compromiso anexas a
las escrituras de compraventa. Al igualque el código digitalque rige el funcionamien-
to de la ciberciudad, las edge cities están reguladas por códigos dictados por los
promotores e impuestos a los habitantes.
Edge cities, por tanto, esencia de lo genérico, esencia de la ciudad chip, esencia de
. la ~ibercJ..udad.
Apéndice IV
Houston
Houston es uno de los entomos urbanos más privilegiados del planeta para analizar
el impacto que la difusión de las nuevas tecnologías está ejerciendo sobre las ciuda-
des. Y ello por dos razones. En primer lugar, porque se encuentra en el país donde
dichas tecnologías han alcanzado un mayor grado de implantación, testimonio de 13>
cual es el altísimo nivel tecnológico del que disfrutan sus empresas, sus infraestruc-
turas y sus habitantes. En segundo lugar, porque estos últimos (con su afición al tele-
trabajo, las comunidades virtuales, los chats y las videoconferencias) parecen estar
bastante dispuestos a asumir las consecuencias socioculturales que se derivan de
permitir que dichas tecnologías determinen amplias facetas de sus vidas cotidianas .
Sobre Houston se proyectan con diáfana claridad los tres órdenes de paralelismos
que existen entre espacios urbanos y espacios electrónicos: desregulación, descen- 207
-4-
tralización y desidentificación, paralelismos que hemos determinado como propios
de la ciudad chip. Atendiendo a ellos nos disponemos a estudiaría.
Es evidente, por tanto, que en Houston no caben los discursos de contencióqjíel cre-
cimiento que priman en Europa. Aparte de las fluctuaciones del mercado del petró-
leo, nada parece cohartar su desbocado desarrollo. Ni la voluntad política, pues
sus gobernantes siempre han fomentado el crecimiento, tanto el territorial, (ejer-
citando el derecho de anexión sobre los condados limítrofes), como el pobla-
cional, (abriendo la ciudad a los recién llegados). Ni los condicionantes territo-
riales, ya que está situada en una pradera inmensa, plana y uniforme que permite
que la ciudad pueda extenderse en cualquier dirección, con el único límite del
Golfo de México. Ni la regulación urbanística, no hay plan general que frene este
crecimiento; simplemente, porque en Houston los planes generales nunca han
existido.
Pero ser la ciudad desregulada por excelencia tiene un precio. Según una encuesta
realizada por el periódico Chicago Tribune entre las mayores metrópolis norteame-
ricanas, Hóuston contaba con los peores transportes públicos, las peores dotacio-
nes de parques, las peores redes de agua y alcantarillado, el peor sistema de man-
tenimiento de calles, etc. También era la ciudad donde menos viviendas sociales se
construían (18 veces menos que la, ya de por sí exigua, media nacional) y la que
peor trataba a los peatones. Además, la desregulación impide que Houston se
beneficie de los fondos federales para renovación urbana, que controle su deliran-
te crecimiento urbano, que proteja su patrimonio arquitectónico y natural, etc. Por
si ello fuera poco, promueve una estructura funcional complejísima, una endémica
escasez de espacios públicos y unos niveles de polución escandalosos.
Sus dos principales distritos financieros,el centro de la ciudad y Post Oak, así como sus
cuatro edge cities son fruto del "planeamiento en la sombra". La elevada coherencia
formal de estos enclaves se debe a las prescripciones urbanísticas que las corpo-
---¡aciones -pnvadas que los prom'6vler6ninLrodujeron en las escrito as' de córnpra=
"GREANIAS.Geo,&,,,"Shadow venta de solares.También los suburbios de West University y los antiguos pueblos
planning.lt's the way Houston del Memorial Drive, cuentan con regulaciones y zonings propios. En todos estos
wor1<s,for good-and for bad", lugares se respira la rancia ostentación que caracteriza a la alta burguesía de Texas,
en Gte. TheAn:hltecture and un aroma espeCialmente perceptible en el elegante distrito de River Oaks, donde
Des¡gn Reeew of HoustOrl, 42 . . , .
1998. la River Oaks Corporation Impuso unas ordenanzas que establecían la obli-
Houston: esquema de la red de
autopistas,
La estructura urbana que generaron estas autopistas no es, en ningún caso, esta-
ble: todas ellas están en permanente proceso de ampliación y, cada lustro, alguna
nueva viene a sumarse a la red. La realidad es que Houston gasta el 60 % de su
presupuesto en construir infraestructuras de transporte, especialmente autopis-
tas. Ello pone en evidencia cuál es su prioridad (el movimiento) y cuáles los valo-
res y vivencias de sus ciudadanos (el 87 % de los cuales utiliza el automóvil a
diario).
Pero si las autopistas son el sine qua non de la descentralización, las edge cities son
las que la han materializado. En una ciudad como Houston, abandonada a los pre-
ceptos de las nuevas tecnologías, su proliferación ha sido espectacular. Converti- 211
-4-
das en el paraíso de los PLus ("People Like us", es decir, los blancos de clases media
y alta), su éxito lo demuestra un dato: más del 60 % de las nuevas viviendas cons-
truidas en la ciudad a finales de la década de 1980 estaba situada en el interior de
alguna de ellas. El mensaje de la dispersión fue, así, diseminado por doquier. Auto-
pistas y edge cities comparten la misma lógica: la del automóvil. En Houston, su eje
"articulador" es el Grand Parkway, ya que las cuatro principales se sitúan en la con-
fluencia de alguna autopista radial con este último cinturón urbano. La distancia
media al centro de la ciudad es descomunal: unos 40 km. Para Richard lngersoll."
profesor de Historia de la Arquitectura en Rice University, este hecho no es casual:
la oscura y diabólica razón última de las edge cities de Houston es la demanda de
gasolina, como lo demuestra el hecho de que todas ellas fueran promovidas por
multinacionales del petróleo (The Woodlands por Mitchell Energy; First Colony
por Shell; y Kingwood y Clear Lake por Exxon).
1'9 lNGERSOLL Richerd. Ucopia Las edge cities nos remiten a la tercera característica de la ciudad chiP: la desiden-
limited: Houston's ring oround me tificación.También en Houston estas ciudades genéricas ofrecen lo que todas: segu-
beltway, en Cite. The Archiceccure
and Design Review of Houston,
ridad, limpieza, buenos servicios, precios competitivos, zonas recreativas privadas,
31,1994. etc.Y lo hacen activando los mismos resortes formales: calidad ambiental, un urba-
nismo paisajístico y una arquitectura de corte neohistoricista altamente comercial.
Pero incluso en el mar de lo genérico son perceptibles variaciones sobre el mismo
tema.
The Woodlands, situada 48 km al norte del centro urbano, es la estrella de las edge
cities de Houston. Es la mayor en superficie (10.000 ha que contrastan con las 800
del downtown) y en número de habitantes (150.000, casi la mitad procedentes de
fuera de Texas y el 33 % empleado en sus propios edificios corporativos y centros
de investigación). Pero no es la escala lo que la hace destacable, The Woodlands
brilla con luz propia por su vocación social y ecOTogista,dos parámetros que la con-
vierten en un rara avis dentro del universo abrumadoramente asocial y depreda-
dor de las edge cities norteamericanas. Como contrapartida a los fondos que la
administración federal otorgó para su construcción, los promotores aceptaron
que, al menos el 15 % de las viviendas, fueran destinadas a familiascon bajos ingre-
sos. Esto se materializó en un conjunto de bloques de apartamentos intercalados
entre las casas unifamiliares de rentas media y alta. la pesadilla del movimiento slow
growth (crecimiento lento), lo nunca visto en una edge city.
El resto de edge cities de Houston responde de manera más ortodoxa a los pre-
ceptos de la ciudad genérica. Un buen ejemplo de ello es First Colony. Ubicada en
el suroeste del Grand Parkway, cuenta con 4.000 ha de superficie donde habitan
50.000 personas. En esta edge ci(y. que sigue devorando los antaño fértiles terre-
nos agrícolas del Sugarland, la naturaleza juega un papel bien diferente al de The 213
-4-
Woodlands. Situada en un territorio plano y desarbolado, los arbustos recién plan-
tados fueron codificados según el poder adquisitivo de los distintos villages: los
robles para los de poder adquisitivo alto, los pinos para los de renta media. Es la
lógica de la ciudad chip, es la lógica de Houston .
• Houston ciberciudad
En Houston florece uno de los fenómenos que tanto los defensores de e-topía
como los enemigos de distopía coinciden en apuntar como una de las principales
características de la ciberciudad: la desmaterialización. Al igual que ocunría con la
descentralización, también en esta cuestión tecnología y movimiento van de
la mano. La construcción del Loop 610 hizo accesibles zonas periféricas hasta
entonces mal comunicadas. Con una inmediatez tan sólo comprensible en el reino
de la desregulacíón, sus intersecciones con las autopistas 59, 290, 1-45 e 1-10 se
transfonmaron en importantes nódulos urbanos plagados de comercios y oficinas.
Se planteó así el jaque mate al centro de la ciudad. La construcción de los otros
dos cinturones, el Beltway 8 y el Grand Parkway,no hicieron más que ejecutarlo.
Resultado de la jugada es un modelo urbano tremendamente peculiar: la "ciudad
donut", Surge cuando la actividad se concentra en la última autopista de circunva-
lación (donde se ubica la más avanzada generación de urbanizaciones residenciales
y parques de oficinas), mientras desaparece, por desrnateriakzaoón, todo lo que
queda dentro (afectado por un inmediato y acelerado proceso de obsolescencia).
Contemplada desde Europa, la ciudad donut es un fenómeno contra noturo. Si en
las capitales del viejo continente la cercanía al centro es un importante valor aña-
dido, en Houston ocurre todo lo contrano: las zonas urbanas más cualificadas se
encuentran en la última periferia.
Las víctimas del "efecto donut" son numerosas. La primera de ellas el centro de la
ciudad, abandonado en la década de 1960 por un éxodo de comercios, grandes
almacenes y oficinas que pusieron rumbo hacia Post Oak y Sharpstown, dos nue-
vos desarrollos surgidos al amparo del Loop 610. Pocos años después le seguirían
los suburbios de la década de 1960,de los que desertó la clase media blanca para
encaminarse hacia las nuevas urbanizaciones promovidas junto a la siguiente cir-
cunvalación, el Beltway 8. Las viviendas desechadas por los blancos en zonas como
Bellairo Sharpstown fueron ocupadas por emigrantes de origen hispano y asiático,
lo que no evitó que fueran objeto de un severo proceso de degradación. Actual-
mente, la historia se repite, espoleada en este caso por la construcción del Grand
Parkway,el nuevo eje de la masa de un donut cuya materia prima más reciente son
las edge c¡ties.
Dentro ha quedado un enorme agujero. Son las zonas centrales, que sirvieron de
alimento a un monstruo devorador A finalesde la década de 1980,el 38 % del cen-
tro de Houston se había desmaterializado: sus edificios habían sido arrasados y los
solares resultantes transfonmados en apancamientos. En las zonas colindantes la
situación era similar:en 1970 se demolieron 32 manzanas de Main St.para construir
el Houston Center. También amplias zonas de Montrose, Westheimer y Riverside
fueron víctimas de la piqueta, en este caso para no ser sustituidas por nada. Pero el
caso más llamativo fue el de Founders Park, un proyecto puesto en mancha en la
década de 1990 por un grupo de promotores que pretendía "regenerar" 2.400 ha
de zona urbana situadas al oeste del downtown.Dentro estaba uno de los pocos dis-
tritos de Houston que podía presumir de "histórico": Freedmen's Town, el primer
barrio negro de Estados Unidos, lugar de asentamiento de los esclavos sureños tras
la Guerra Civil.Elproyecto Founders Park proponía demoler la zona, desplazar a las
5.000 personas que vivían en ella y reemplazar los viejos edificios de madera por
anodinas viviendas para ejecutivos. Bastaron 15 semanas para lIevarlo a cabo.
Vista desde el aire, la lógica de la desmaterialización se proyecta sobre Houston
como si de una hecatombe se tratara: vacíos interminables, solares abandonados,
barrios mutilados, degradación, discontinuidad. Estas imágenes bien podrían valer
para ilustrar los cantos apocalípticos que anunciaban el fin de la ciudad tradicio-
nal tras su batalla contra las nuevas tecnologías. En cualquier caso, lo que
demuestran es la tremenda singularidad que caracteriza a Houston, una realidad
urbana intelectualmente huidiza, prácticamente inabordable desde los sistemas
de análisis estructuralistas, que fracasan ante la escasez de materialidad arquitec-
tónica. y es que, la concordancia ciudad-arquitectura, defendida por los autores
de la ciudad de la disciplina, no funciona aquí. Houston no es su arquiteITura: su
miríada de casas unifamiliares, sus bloques de oficinas, sus centros comerciales no
generan forma urbana, tan sólo son introvertidas mónadas funcionales sin refe-
rencias urbanas, que "danzan" en un espacio inconmensurable. ¿Cómo analizar
Houston, entonces) Nosotros vamos a intentarlo aplicando a su evolución urba-
na la secuencia propia de los procesos de digitalización: descomposición de la
ciudad real en fragmentos, procesamiento a través del código y recomposición
como realidad virtual.
Albert Pope" ha descrito la lógica formal del código que rige Houston. Su geome-
tría fijase compone de espirales, lazos viarios que comienzan en la autopista, siguen
por las avenidas de las edge cities, las calles serpenteantes de los vil/oges, los acce-
sos en fondo de saco, hasta concluir en el centro individual de cada houstoniano:
su casa. Lars Larup, decano de la Escuela de Arquitectura de la Rice University,lo
definió metafóricamente: "No es de extrañar que la máquina jefe de esta llanura
sea el todoterreno Chevy Suburban, apto para las dimensiones de una casa subur-
bana y proveedor de un enclave protector móvil (casi seguro) en las tortuosas tra-
yectorias del miedo"."
Como apunta Pope, la ciudad de las espirales obedece a una lógica centrípeta.
Entramos así en la tercera y última fase del proceso de digitalización:la recompo-
sición de la ciudad como realidad digital. Si la ciudad tradicional crecía de dentro
hacia afuera, es decir. siguiendo leyes centrífugas, Hou5ton lo hace -de-fuera hacia
dentro, es decir. implosionando. La clave de este fenómeno radica, una vez más, en
la obsesión de sus ciudadanos por la seguridad, que ha convertido la clausura • POPE. Albert [odeJe".
Archrt:ecture at RicelPnnceton
en el principal Leitmotiv de las comunidades cerradas donde habitan. Para desco-
Archrtectural Press,
nectarse de la ciudad, éstas se sirven de geometrías que Pope ha comparado con Houstorv'Nueva York, 1996.
las "espinas", mallas viarias sin continuidad que no son más que fragmentos de la )¡ LARUP. Lars. op. ot, pág. S l.
TheWoodlands'
-
••.,,,,,,;o.\ll~me(~J1-
219
-4-
Arriba:
Planta de The Woodlands: lógica antigua cuadrícula, eso sí,con características absolutamente contrapuestas: donde
secuencial de las espirales. una era continua, la otra es aislada; donde una era igualitaria,la otra es jerárquica;
donde una era centrífuga, la otra es centrípeta.
Derecha:
Houston: la lógica de las "espinas" en
la subdivisión de la ciudad. La recomposición de la ciudad mediante espinas produce un espacio urbano sin
precedentes, un campo polinucleado de donde ha sido erradicada toda jerarquía.
Houston es un perfecto ejemplo de ello, una agregación de grumos con planta de
espina cuyo carácter centrípeto deriva en una debilísima cohesión. En el centro,
entendiendo por tal la zona interior al Loop 610, se encuentran algunos de los más
irnportantes grumos: el Texas Medical Center; una agrupación de hospitales, hote-
les, facultades de medicina y laboratorios cuyo hito arquitectónico es la St l.uke's
MedicalTower; Post Oak, un distrito financiero de primer orden cuya principal refe-
rencia es el afamado centro comercial y de ocio de la Galleria; el Arts District, don-
de se condensan los museos; la Rice University,un campus plagado de facultades y
centros de investigación;y,en igualdad de condiciones con los anteriores, el down-
town, un empequeñecido espacio urbano incapaz de inducir autoridad alguna, de Página siguiente:
Los "gn.rnos" de Houston: en pnmer
servir como referencia o elemento de identificación; un enclave más en abierta
término. el Texas Medlal Center: al
competencia con las "espinas" de Post Oak, el "Corredor de la energía" y las edge fondo. el OOwnlOW11.
c¡t¡es por preservar sus funciones financieras. En ausencia de un centro al que refe-
rirse simbólicamente y con el que complementarse en lo funcional,también la zona
exterior al Loop 610 se ha organizado según grumos que funcionan como siste-
mas cerrados y privatizados. El ejemplo más palpable de ello son las edge cities,
pero existen otros, como el centro espacial de la NASA (que cuenta con su pro-
pia organcación urbanística e infraestructural) o el mencionado "Corredor de la
energía" (una especie de ciudad lineal prácticamente autónoma).
Lo que rodea estos grumos es siempre lo mismo: vacíos urbanos, paisajes inter-
medios, campos de indeterminación entre enclaves perfectamente definidos. Pue-
de tratarse tanto de entornas no construidos como de barrios pobres, degrada-
dos, abandonados, lugares sin futuro, en cualquier caso. Como acabamos de decir.
vista desde el cielo Houston parece una id~ica conjunción de naturaleza y materia
edificada donde la primera es abrumadoramente dominante sobre la segunda. Una
vez en tierra, la impresión sigue siendo extraña, pero deja de ser ioñica. Ada Louise
Huxtable, comentarista de The Wa/l Street journa/, la comparaba con un estar siem-
pre en camino, siempre llegando, aunque "uno nunca consigue llegar"." Sitomamos
como referencia la ciudad tradicional, que se definía como oposición al espacio
abierto de la naturaleza circundante, el abrumador vacío espacial que inunda
Houston es un fenómeno urbano absolutamente novedoso, el anuncio, como
defiende Pope, de que las ciudades contemporáneas están dejando de ser objetos
construidos para convertirse en inmensos espacios sobre los que aquéllas resultan
anecdóticas.
Todo ello está afectando a las formas de percepción urbana de sus habitantes, for-
mas que remiten cada vez más a lo virtual. Lars Larup ha definido Houston como
"un plano moteado para navegar"." una superficie de dimensiones oceánicas sobre
la que la gente se desplaza en automóvil saltanto de enclave en enclave. Esa sensa-
ción-de flotar en un espacio siempre en evolución, visitando fragmentos separados
por vacíos, acerca la percepción que el ciudadano tiene de Houston a la que el
cibernauta tiene de la ciberciudad. n HUXTABLE.Ada Lourse. KKked
a Bu,lding Lo(ely?,
QuadranglefThe New York
Pero la desmaterialización y el proceso de digitalización que parece haber experi-
Times Book Co., Nueva York.
mentado no son las únicas particularidades de Houston que apuntan hacia la 1976.
ciberciudad. Existen otras, como la condición de distopía. Los recién llegados, que II LARUP. Lars. op. ot, pág. 50.
permanentemente fluyen hacia la ciudad atraídos por su esplendor económico, no
encuentran al llegar ningún discurso identitario que asimilar.ninguna conciencia
colectiva a la que adherirse. Y es que a Houston no le interesan ni la historia, ni la
memoria. Stephen Fox, profesor en la Escuela de Arquitectura de Rice University,
lo interpreta así:"Houston se olvida a sí misma: la amnesia es un atributo esencial
de la cultura local".H
Al igual que en Tokio, pero por razones muy distintas, también en Houston preva-
lece la superficialidad que emana de lo nuevo. Difícilmente su centro urbano, una
entidad amorfa sin atributos ni jerarouas-espacales. sería asimilable al concepto de
"casco histórico". Las edge cities intentan suplir este vacío representativo aportan-
do diseños arquitectónicos cargados de "historia": curvas palladianas,detalles geor-
gianos, cornisas dóricas, etc. El resultado, sin embargo, es igualmente distópico. Las
viviendas unifamiliares no son más que bui/der houses vendidas por catálogo; los
vi/lages, repetitivas parcelaciones urbanísticas de varias decenas de casas agrupadas
en torno a una calle sin salida; las iglesias, escuelas y estaciones de bomberos,
remedos de montajes de Lego. Los exageradamente evocado res nombres de las
calles (Meadow Mist,LyricArbor. Summer Cloud, Hidden Lake, etc.) no consiguen
disipar el anonimato y la fatta de orientación que se respira por doquier; y la hier-
ba recién cortada, los árboles perfectamente podados y los estanques absoluta-
mente cristalinos no hacen más que acentuar la condición de puro artificio.Como
afirma Richard Ingersoll,J5 las edge cities de Houston son "no lugares" que, en el
intento de sustituir al centro urbano, han invertido la semántica y los valores del
espacio urbano tradicional. La falta de vida y espontaneidad que se respira en sus
calles es la cruel constatación de cómo ningún significado logra adherirse a su
ampuloso vocabulario.
Otra de las características de Houston que remite a la ciberciudad son sus hiperes-
pacios semivirtuales. La ciudad padece un endiablado clima que combina altas tem-
peraturas e insoportables niveles de humedad. Si a ello añadimos un entorno natu-
ral monótono y desagradable, y a ambos una ciudad dura y anónima, alcanzaremos
a entender que los houstonianos hayan decidido inventar una ciudad alternativa, una
"ciudad-análoga" que les evite entrar en contacto con la ciudad verdadera Surge-así
el Houston virtual,donde el espacio público real ha sido suplantado por espacios no • FOX. Stephen. H0051en
tan públicos-no tan reales, pero más atractivos, acogedores y climatizados. AMllec!IJrol Guide. The
American lnstitute of
ArchitectslHou5ton Chapter.
Uno de ellos es el centro comercial, que ha sustituido a la plaza tradicional como Houston, 1990, pág. XIX.
lugar de encuentro y paseo. La mítica Galleria de Post Oak, con su pista de patina- n INGERSOlL Richard. op. cit
Izquierda:
je, es el gran referente, la "plaza mayor de Houston". Con sus 390.000 m' de superf- Houston: red de túneles del
dOWr1[own.
cie, sus más de I 1.000 plazas de aparcamiento, sus hoteles, sus helipuertos y sus
bloques de oficinas,puede presumir de ser un centro urbano tan grande como el Derecha:
de Amsterdam. Es aquí, y no en el centro de la ciudad, donde están los mejores res- Houston: pista de patinaje en el
taurantes, los mejores centros de ocio y las mejores tiendas. Joel Garreau la ha cali- centro comercial GaJleria
ficado como la "ciudad de las 24 horas": "Patinadores con ojos adormilados llegan
a las cinco y media de la mañana para tomar su lección antes del trabajo. A medio-
día. mientras Jos jóvenes giran y se deslizan sobre el hielo ernhutidos en estrechas
mallas,la gente se para a mirar desde las tres plantas [...).Por la noche, desde el bar
de la cubierta donde toca una banda de jazz-rock que atrae a una trajeada multi-
tud de la cual el 70 % es negra, se puede observar un gigantesco reflector que gira
en la cubierta de la torre Transco [...).¡Cuántas áreas urbanas hay en el mundo que
puedan presumir de todo esto?'?' • GARREAU. [oet op. oto pág. 21 S.
El segundo espacio público de carácter virtual en Houston ciberciudad es la red de
túneles. que ha venido a relevar a las calles. Se trata de 10 km de galerías subtenrá-
neas que atraviesan el subsuelo del centro urbano conectando más de 2.700.000 m'
de sótanos bajo los rascacielos. Ni que decir tiene que los profesionales que tra-
bajan en ellos prefieren desplazarse por los túneles climatizados de la "ciudad aná-
loga" a salir a la sofocante atmósfera de la ciudad real. No es de extrañar, por tan-
to. que su impacto sobre la red viaria superficial haya sido demoledor, En plena
hora punta, el centro de Houston está tan desolado como durante la madrugada:
nadie camina por sus aceras. nadie cruza por sus calles. La animación. en cambio.
bulle en los espacios públicos affernativos de los túneles. donde se concentran los
restaurantes. las cafeterías. los comercios. etc. De esta manera. las funciones que
activan la vida urbana de la ciudad tradicional se reproducen a cota -5 m en la
ciberciudad.
Centros comerciales. túneles. autopistas .....la peculiar red de conexiones por la que
se desplaza el habitante de Houston. Del interior climatizado de la casa. al interior
climatizado del automóvil. al interior climatizado del garaje. al interior climatizado
del túnel. al interior climatizado de la oficina. Houston ciberciudad cumple así su
promesa: evitar que el ciudadano entre en contacto con la durísima ciudad real. la
ciudad de los vacíos. la ciudad de las distapías. la ciudad del miedo. 225
-4-