Conocimientos Previos
Conocimientos Previos
Conocimientos Previos
Los conocimientos previos son el conjunto de información que almacena un individuo durante toda su vida,
gracias a sus experiencias pasadas. Este tema en particular forma parte de uno de los pilares fundamentales
de la pedagogía escolar, puesto que ayuda al proceso de enseñanza y de aprendizaje. Cabe destacar que el
conocimiento previo ha sido objeto de estudio de la psicología cognitiva, ya que se vale del análisis de la
memoria, la adquisición de la información y la reestructuración de la misma. Su importancia radica en que
por medio de estos será posible la comprensión de nuevas situaciones que llevarán a la resolución de
problemas. Por ello, el maestro o instructor, deberá estar atento ante la reactivación de este tipo de
conocimiento, porque se definirá en qué contenidos se deberá profundizar y en cuáles no. El conocimiento
previo también está asociado a la visión de mundo, a la aceptación del saber y al desarrollo de la memoria.
Características
Según expertos, este término proviene de la teoría de aprendizaje significativo, propuesto por el psicólogo
estadounidense David Ausubel a mediados del S.XX. En términos generales, esta propone que el ser humano
procesa y almacena información para adquirir nuevos conocimientos. Por medio de esta se construye la
visión o perspectiva de mundo a partir de las experiencias vividas en el pasado. Gracias a ello, el individuo
será capaz de desarrollar habilidades comunicativas para enfrentarse a diferentes tipos de situaciones.
Tipos
Espontáneas: son aquellas que surgen como forma de dar explicaciones a las situaciones que acontecen en el
día a día. Implican los procesos sensoriales y de percepción.
Transmitidas socialmente: se crean a partir de la interacción en el ámbito cultural o familiar. Estas implican
las creencias que se generen en estos grupos.
Analógicas: se hacen presentes al no generarse ni de manera espontánea o por la interacción social. Estos
conocimientos se construyen gracias a la comparación y analogía de otros planteamientos que ya han sido
adquiridos.
ESTRATEGIAS PARA ACTIVAR Y USAR LOS CONOCIMIENTOS PREVIOS, Y PARA GENERAR EXPECTATIVAS
APROPIADAS EN LOS ALUMNOS.
Simple y sencillamente la actividad constructiva no sería posible sin conocimientos previos que permitan
entender, asimilar e interpretar la información nueva para luego, por medio de ella, reestructurarse y
transformarse hacia nuevos posibles. Las estrategias que preferentemente deberán emplearse al inicio de
cualquier secuencia didáctica, o bien antes de que los aprendices inicien cualquier tipo de actividad de
indagación, discusión o integración sobre el material de aprendizaje propiamente dicho, sea por vía individual
o colaborativa. Para hacer un buen uso de ellas se debe tomar en cuenta (Cooper, 1990):
Tema: Exploración de conocimientos previos relativos al concepto de Psicología.
Grado: 4º. Magisterio Bilingüe intercultural.
Instituto Mayance Aguacateco.
Identificar previamente los conceptos centrales que van a aprender los alumnos.
Tener presente qué es lo que se espera que aprendan.
Explorar los conocimientos previos pertinentes de los alumnos para decidirse por activarlos (cuando
existan evidencias) o por generarlos (cuando los alumnos poseen escasos conocimientos previos o
que no los tienen).
Por actividad focal introductoria entendemos aquellas estrategias que buscan atraer la atención de los
alumnos, activar los conocimientos previos o incluso crear una apropiada situación motivacional de inicio. Los
tipos de actividad focal introductoria más efectivos que pueden utilizarse son aquellos que presentan
situaciones sorprendentes, incongruentes o discrepantes con los conocimientos previos de los alumnos. Un
ejemplo de actividad focal introductoria que puede plantearse antes de tratar el tema de materiales
conductores o aislantes.
Plantear situaciones que activan los conocimientos previos de los alumnos, la estrategia se acompaña
de participaciones de los alumnos para exponer razones, hipótesis, opiniones, explicaciones, etc.
Servir como focos de atención o como referentes para discusiones posteriores en la secuencia
didáctica.
Influir de manera poderosa en la atención y motivación de los alumnos.
2. Discusiones guiadas.
En este caso se trata de una estrategia que requiere de una cierta planificación previa cuidadosa, aunque no
lo parezca. Cooper (1990) define la “discusión” como “un procedimiento interactivo a partir del cual profesor
y alumnos hablan de un tema determinado. Los puntos centrales que deben considerarse en la planeación y
aplicación de una discusión son los siguientes (Wray y Lewis,2000):
« Tener claros los objetivos de la discusión y hacia dónde se quiere conducir el aprendizaje de los nuevos
contenidos que se abordarán posteriormente.
« Introducir la temática central del nuevo contenido de aprendizaje y solicitar a los alumnos que expongan lo
que saben de ésta.
« Para la discusión, se recomienda elaborar preguntas abiertas que requieran más de una respuesta
afirmativa o negativa.
« No sólo se debe conducir a la discusión sino también participar en ella-
« Manejar la discusión como un diálogo informal en un clima de respeto y apertura.
« No dejar que la discusiones demore demasiado ni que se disperse; ésta debe ser breve, bien dirigida y
participativa.
« Los conocimientos previos pertinentes, pueden anotarse en el pizarrón, en un acetato o en una diapositiva.
« Cerrar la discusión y elaborar un resumen donde se consigne lo más importante y que hagan comentarios
finales.
Es una estrategia que permite a los alumnos activar, reflexionar y compartir los conocimientos previos sobre
un tema determinado a través de una lluvia de ideas o tormenta de ideas. (Wray y Lewis, 2000). Cooper
(1990) propone las siguientes actividades:
Ø Recupere las ideas y origine una discusión breve relacionada con la información nueva que se va a
aprender. Puede concluir la actividad marcando el objetivo del episodio instruccional a seguir o hacer que los
alumnos lo descubran con su ayuda.
Tanto la discusión guiada como la actividad generadora de información previa deben ser breves.
Los objetivos o intenciones educativas son enunciado que describen con claridad las actividades que se
orienten conseguir en el aprendizaje de los alumnos al finalizar una experiencia, sesión, episodio o ciclo
escolar de manera acertada Coll y Bolea (1990) señalan que cualquier situación educativa se caracteriza por
tener cierta intencionalidad. Desde la perspectiva del docente, los objetivos tienen un papel central en las
actividades de planificación, organización y evaluación, pero en esa ocasión vamos a situarnos en cómo los
objetivos pueden actuar como auténticas estrategias de enseñanza.
Es necesario formular los objetivos si queremos usarlos como estrategias de enseñanza, de modo tal que
estén orientados hacia los alumnos y que sean comprensibles para ellos, es pertinente puntualizar que deben
ser elaborados en forma directa y clara utilizando una adecuada redacción y vocabulario apropiados al
alumno, es necesario dejar claro en su enunciación las actividades, los contenidos y/o resultados esperados.
Las actividades que se expresen en los objetivos deberán ser aquellas que persigan el logro de aprendizajes
significativos. Actividades como explicar, justificar, aplicar, extrapolar (Aplicar una cosa conocida a otro
dominio para extraer consecuencias e hipótesis), discutir, analizar, valorar críticamente, etc., un tema
cualquiera, permiten poner en evidencia aprendizajes con comprensión.
Las funciones de los objetivos como estrategias de enseñanza son los siguientes:
a. Usarlos como marcos o como elementos orientadores del proceso de aprendizaje, además hay una
contextualización conjunta entre profesor y alumnos.
b. A partir de ellos, generar expectativas apropiadas en los alumnos y hacer que lo se va a aprender y
evaluar adquiera sentido.
c. Permitir que los alumnos formen criterios sobre lo que se espera de ellos durante y al término de una
clase, o curso.
d. Mejorar considerablemente el aprendizaje intencional. El aprendizaje es más exitoso si el aprendiz es
consciente de la finalidad de las actividades pedagógicas.
Proponemos las siguientes recomendaciones para el uso de los objetivos como estrategias de enseñanza:
1. Cerciórese de que son formulados con claridad, señalando la actividad, los contenidos y/o los
criterios de evaluación.
2. Comente con los alumnos los objetivos antes de iniciar cualquier actividad de enseñanza-aprendizaje.
3. Exprese el sentido del planteamiento (por qué y para qué) de los objetivos.
4. Cuando se trata de una clase, el objetivo puede ser un enunciado verbalmente o de forma escrita. No
enuncie demasiados objetivos, porque los alumnos pueden perderse o desear evitarlos antes de
aproximarse a ellos. Es mejor mencionar uno o dos objetivos bien formulados y globalizadores sobre
los aspectos cruciales de la situación de enseñanza.
TAREA:
Conformar grupos de 4 integrantes y buscar un juego según el tema que se les asigne, aplicarlo a las etapas 4,
5 o 6 años (Presentarlo en la semana siguiente).