La Cría Natural Del Diamante de Gould
La Cría Natural Del Diamante de Gould
La Cría Natural Del Diamante de Gould
En base a mi experiencia, si me preguntan qué tal cría el Diamante de Gould, mi respuesta siempre
será: "bien y mal". Depende de tantos factores el éxito de la reproducción de estos pájaros en
cautividad que no podemos responder a esa pregunta de forma general, por lo que intentaré
desarrollar esta escueta respuesta en el presente artículo.
Nos centraremos principalmente en la cría natural del Diamante de Gould, por lo que dejaremos al
margen tanto la cría con nodrizas como la comparación de esta con la cría natural, que ya trataremos
más adelante en profundidad.
Espero que este artículo pueda ayudar a aquellas personas que se inician en la cría del Diamante
de Gould o a las que hasta ahora no han obtenido éxito con la cría natural y ayudar a fomentar este
sistema de cría.
CONSIDERACIONES GENERALES
Hay parejas que ni siquiera llegan a incubar los huevos, otras que sí lo hacen a la perfección pero
que, una vez que nacen los pollos, no los embuchan o los tiran del nido en el peor de los casos y,
sin embargo, hay otras que realizan correctamente todo el proceso y pueden llegar a ser muy
prolíficas.
Puede que no sea tan fácil criar de forma natural, pero tiene mérito y para muchas personas puede
ser un bonito reto al que hacer frente. Podemos conseguirlo con esfuerzo, dedicación y, sobre todo,
paciencia, porque probablemente necesitaremos varias generaciones para conseguir una línea de
cría natural con unos resultados aceptables en cuanto a la capacidad reproductora, preservando y/o
potenciando el instinto reproductivo de esta especie.
El acoplamiento de la pareja será más o menos rápido, incluso a veces puede que existan pequeñas
luchas que pueden preocupar al criador novel cuando es algo normal en el proceso de acople.
Debemos colocarles el nido de madera preferiblemente, en el que haremos el cuenco con pelo de
coco y dejaremos un poco más a disposición del macho, que será quien remate la construcción.
La postura del Diamante de Gould constará normalmente de unos 6-8 huevos, que deberán incubar
durante unos 14 días aproximadamente (dependiendo de factores como la temperatura y la
humedad).
La incubación no siempre comienza el día que acaban de poner el último huevo, debemos tener
paciencia, algunos pueden tardar dos o tres días en empezar a incubar. La hembra permanecerá
toda la noche cubriendo los huevos y por la mañana el macho le relevará de su función para que ella
pueda salir a alimentarse. En ocasiones pueden incubar los dos a la vez, lo cual es una buena señal
de que la pareja está en sintonía. Podemos mirar si los huevos están pisados a los 7 días, pero
recomiendo no hacerlo en el caso de cría natural.
El nacimiento de los pichones es un punto clave. Es posible que el primer día no los alimenten pero
a partir del segundo deberían hacerlo para que sigan con vida. Si pasados dos días, no han tirado a
las crías del nido, siguen dándoles calor y observamos algo de comida en el buche, tenemos una
alta probabilidad de éxito. Le pondremos espigas de panizo en rama.
Los pichones saldrán del nido en torno a los 25 días de vida. Lógicamente, al principio le molestará
la luz y realizarán movimientos torpes, apenas serán capaces de posarse sobre los palos.
Tendremos cuidado con las bañeras o cualquier objeto en el que puedan quedar atrapados. Con el
paso de los días se acostumbrarán al entorno de la jaula.
A partir de los 45 días ya comerán solos y estarán preparado para el destete. El pasar a un jaulón
con otras crías y separarse de sus padres producirá estrés a los pichones tan jóvenes por lo que
siempre es recomendable dejarlos un poco más de tiempo con los padres.
Hay multitud de factores influyen o favorecen la cría natural. Si tenemos en cuenta todos estos
factores, la probabilidad de éxito aumentará:
A. Tranquilidad.
Son aves que se estresan con facilidad y necesitan un ambiente muy tranquilo, además de unas
condiciones estables de temperatura y luz. Por lo que se recomienda tenerlos en un sitio poco
transitado, en el que no haya mucho ruido ni cambios de luz.
B. Espacio.
El espacio mínimo para que se reproduzca una pareja de diamantes de Gould es una jaula de 60
cm. o la mitad de una jaula de 100 cm. En cualquier caso, colocaremos únicamente dos posaderos
Extraído del foro AVIMONXO
link https://avimonxo.blogspot.com/search/label/REPRODUCCI%C3%93N
separados la máxima distancia posible permitiéndoles realizar pequeños vuelos. Aunque, si tenemos
la posibilidad, el espacio recomendable para la cría natural sería una jaula de 100 cm. por cada
pareja.
Hay que tener en cuenta que, si nos decantamos por la cría natural, por cada pareja nos estamos
ahorrando el espacio que ocuparían tres parejas de nodrizas, por lo que, en lugar de usar cuatro
jaulas de cría, podemos ser generosos con las dimensiones de la única jaula de nuestra pareja de
Gould.
En nidos con recamara o doble cámara el Gould criará de forma natural con mayor probabilidad. En
ellos tienen más intimidad y se sentirán más protegidos de forma que se podrán centrar únicamente
en la reproducción. Si optamos por la cría natural, no es conveniente mirar todos los días el nido ya
que les molestaremos y, a la larga, se mostrarán más desconfiados.
Procuraremos mirar los nidos cuando los reproductores estén fuera pero si necesitamos mirar el nido
mientras esté alguno dentro, podemos entretenerlos colocándole una espiga de panizo en la jaula
para distraerlos y que se les olvide que le hemos echado. Esto será muy útil cuando tengamos que
anillar los pichones, de forma que podremos distraer a los padres unos minutos. Resumiendo, cuanto
menos los molestemos, mejor.
La elección natural de la pareja también es importante, puesto que una pareja que se lleve bien
tendrá más probabilidad de éxito, de que colaboren en la incubación, de que los huevos estén
pisados, etc.
Es cierto que muchas veces para conseguir cruces que nos interesen por algún motivo, seremos
nosotros quienes elegiremos la pareja, lo que podrá reducir un poco la probabilidad de éxito, o quizás
el acoplamiento de la pareja será más lento, pudiendo haber parejas incompatibles, aunque esto
rara vez ocurre.
En primer lugar, debemos darles alguna oportunidad para que críen de forma natural. Puede que en
algunos casos fracasen y en ese punto deberemos decidir si recurrir a las isabelitas o seguir
intentándolo en las siguientes puestas, aquí entra en juego una cosa muy importante: la paciencia.
Es posible que poco a poco nuestra pareja mejore en su labor reproductiva. Personalmente se me
ha dado el caso de una pareja que en la primera puesta ni siquiera incubó los huevos y en la siguiente
puesta incubó durante todo el periodo e incluso sacó adelante los pollos.
No es conveniente quitarles los huevos una vez acabada la puesta, incluso en el caso de pasárselos
a las nodrizas, deberíamos colocarles huevos de plástico para comprobar si incuban o no, desde
qué día incuban y durante cuantos días (información que deberíamos apuntar y que puede ser útil
para futuros intentos de cría natural).
No está demostrado que los diamantes criados por sus propios padres sean buenos reproductores,
pero en base a mi experiencia, considero que hay una alta probabilidad de que esto ocurra.
Está claro que igual que hay alguna pareja procedente de nodrizas que puede criar de forma natural,
también puede haber algunas parejas procedentes de cría natural que no consigamos que no lo
hagan pero la tendencia suele ser bastante positiva en este último caso.
Si partimos de varias parejas en las que el primer año sólo crían un 20% y al año siguiente
seleccionamos como reproductores ese 20% que ha criado bien junto con otras parejas que
formemos de los descendientes de esas, seguramente el porcentaje irá aumentando y en unos 5
años tendremos una línea de cría natural con un porcentaje de éxito en torno a un 70-80%.
A la hora de meter sangre nueva (procedente de cría con nodrizas) es preferible introducir machos
y juntarlos con nuestras hembras procedentes de cría natural ya que la hembra tiene el papel
principal en la cría natural.
Según mi experiencia:
-Un 70-80% de los reproductores procedente de cría natural han tenido éxito como reproductores.
-Pero solo un 5-10% reproductores procedentes de cría con nodrizas han criado de forma natural.
Puede ayudar bastante en la cría natural juntar parejas reproductoras en las que uno de ellos sea
veterano (haya criado anteriormente con éxito de forma natural) y el otro sea un novel, en lugar de
juntar dos noveles.
Como comentamos anteriormente, es un factor que influye y podemos usarlo para fomentar la cría
natural en nuestro aviario. Si posees varios ejemplares de diamante de Gould, es aconsejable que
las parejas se establezcan por sí solas. Por lo general, es la hembra la que elige.
Si la pareja se junta de forma natural, es más probable que entre ellos exista una mayor sintonía que
hará que durante la puesta y el cuidado de los huevos la pareja sea más colaborativa, al igual que a
la hora de alimentar a los pichones.
E. Cría en colonia
Este sistema de cría se basa en colocar varias parejas de diamantes de gould en amplias voladeras.
De forma que ellos mismos por el instinto "casi perdido" se reproduzcan ante la competencia y
rivalidad y saquen a sus pollos adelantes. Aquí entre en juego la formación de la pareja de forma
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libre (como vimos en el punto anterior), que favorecerá la disposición de los diamantes de gould
hacia la cría natural.
Seguramente obtengamos más éxito en la cría natural si tenemos 6 parejas en una voladera que si
las tenemos en jaulas individuales y somos nosotros los que elegimos las parejas.
Este sistema tiene una contrapartida y es el hecho de que no podremos controlar las parejas que se
forman y difícilmente controlaremos la descendencia de cada una.
Cuando tenemos Diamantes de Gould que crían bien pero están muy lejos del estándar y, con la
intención de concursar, nos hacemos de algunas parejas de diamantes de Gould de calidad (que
probablemente no criarán), una cosa que podemos hacer es usar las parejas que sí crían bien de
forma natural como nodrizas de las otras fomentando la cría natural.
Se trata de pasar los huevos de una a otra, para que, la que sabemos que cría bien saque los pollos
adelante. Pero tenemos que tener cuidado, porque, aunque una pareja de Diamantes de Gould críe
bien, no todo vale como con las isabelitas (que aceptan todo, incluso aguantan hasta el doble de
días incubando).
En mi caso, utilicé la mejor pareja reproductora que tenía de cría natural (que tanto el primer año
como la primera puesta del segundo obtuvo unos excelentes resultados), como nodriza de las crías
de una pareja que compré ese año de mayor calidad, que me llegó a incubar los huevos, pero al
nacer los pollos los tiraron del nido.
La pareja de cría natural llevaba 3 días incubando sus huevos y le metí los cuatro pollos que recogí
de la bandeja de la jaula de la otra pareja, los cuales aceptaron inmediatamente y los sacaron
adelante como hasta ahora habían hecho con sus propios pollos. El problema vino en la tercera
puesta, ya que dejaron de incubar al 5 día. Y luego entendí por qué, y es que, sin darme cuenta, yo
les había cambiado el ritmo de la cría. Por tanto, recomiendo que, si optamos por esta opción,
procuremos que los huevos estén en la misma situación que los que quitamos para no acortar o
alargar el periodo de incubación.
OTRAS CONSIDERACIONES
En concursos ornitológicos, una amplia mayoría de los ejemplares presentados y/o premiados
provienen de cría con nodrizas. Podemos seleccionar talla, forma, color o posición de acuerdo con
el estándar o podemos seleccionar capacidad reproductiva.
Cuanto más se aproxima un Gould al estándar (principalmente en cuanto a talla y forma), peor es
para la reproducción, porque cuanto más cerca está un Gould del estándar de competición, más se
aleja del diamante de Gould que se encuentra (y se reproduce) en la naturaleza. Esto no es nada
nuevo, ya lo hemos experimentado con otras especies como los canarios, y sabemos que,
lógicamente, no crían igual un timbrado (cercano al silvestre) que un canario de postura Yorkshire,
Norwich, Crest o un Phaeo.
Hay quien asegura que los diamantes de Gould criados por los padres son más bonitos o mejores
que los criados por nodrizas. Esto no es verdad por mucho que queramos defender nuestro sistema
Básicamente por el miedo a perder algún huevo y, por consiguiente, algún pollo. En la mayoría de
los casos ni siquiera le damos la oportunidad a la pareja de Gould para que críen por si solos.
Y no estamos hablando únicamente de usar nodrizas para obtener más productividad (en términos
económicos), que es el argumento usado por los partidarios de la cría natural para criticar a los
criadores que usan nodrizas, sino, lo más importante, para tener la posibilidad de asegurarnos de
sacar crías de todas las parejas y una mayor cantidad de ejemplares sobre la que hacer una mejor
selección de cara a concursos. Lógicamente es más fácil obtener un campeón de 100 pájaros que
de 20.
También es cierto que durante mucho tiempo los criadores hemos sido injustos con los Diamantes
de Gould y no los valoramos desde el punto de vista reproductivo de la misma forma que a otras
especies. Por ejemplo, si en un aviario tenemos 3 parejas de Gould y 10 parejas de isabelitas y una
pareja de Gould no cría, pensamos que es un desastre mientras que si tenemos una pareja de
isabelitas que no cría, no le damos importancia porque tenemos otras nueve y se nota menos. En
realidad, como en todas las especies, podemos encontrar parejas que crían bien y parejas que no
crían bien.
Hay muchísima gente que no se marca como objetivo la competición en concursos ontológicos,
simplemente quiere hacerse de una o dos parejas de Diamantes de Gould para tenerlos en una zona
tranquila de su casa (normalmente se trata de espacios reducidos) por el mero disfrute de
contemplarlos o incluso intentar que críen para disfrutar observando ese proceso natural y
compartirlo con sus hijos pequeños (todo un clásico y el germen por el que muchos nos hemos
interesado por la ornitología deportiva años después).
Lógicamente si le das a escoger entre pájaros bonitos que saben criar y pájaros muy muy bonitos
que únicamente van a poner huevos, incubarlos (en el mejor de los casos) sin llegar a sacar adelante
sus pichones, preferirá lo primero.
Los criadores que tengan líneas de cría natural podrán satisfacer mejor la demanda de estas
personas y fomentar el diamante de Gould.