Texto Compilado de Derecho Notarial y Registral
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Texto Compilado de Derecho Notarial y Registral
Chimbote, Perú
DERECHO NOTARIAL Y REGISTRAL
Serie UTEX
Editado por:
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Texto digital
2
ÍNDICE GENERAL
ÍNDICE GENERAL 03
PRESENTACIÓN DEL DOCENTE 11
INTRODUCCIÓN 12
UNIDADES DE APRENDIZAJE 13
PRIMERA UNIDAD: EL NOTARIO, LA FUNCIÓN NOTARIAL Y 14
LOS INSTRUMENTOS PÚBLICOS NOTARIALES
Capítulo I: El derecho Notarial, El notariado y el Notario 16
1.1. El Derecho Notarial 16
1.1.1 Ubicación y concepto de derecho notarial 16
1.1.2. Caracteres del derecho notarial 19
1.1.3. Principios del derecho notarial 20
1.1.3.1. Principios del derecho notarial latino 21
1.1.4. Objeto del derecho notarial 22
1.2. Antecedentes Históricos del Notariado Latino 23
1.2.1. El notariado en el Perú 28
1.2.2. El notariado en el mundo contemporáneo 39
1.2.2.1. Sistemas del notariado 39
1.3. El Notario 42
1.3.1. El notario como funcionario del Estado 42
1.3.2. Derechos del notario 44
1.3.3. Deberes del notario 49
1.3.3.1. El deber de incorporación 49
1.3.3.2 El deber de registro 50
1.3.3.3. El deber de inicio de la función 50
1.3.4. Prohibiciones del notario 52
1.3.5. Cese de la función notarial 57
Capitulo II: Función y Fe Pública Notariales 65
2.1. Definición de Función Notarial 65
2.1.1. Definición genérica 65
2.1.2. Definiciones específicas 65
2.1.3. Ejercicio de la función notarial 70
2.1.4. Caracteres de la función notarial 70
2.1.5. Teorías de la función notarial 73
2.1.6. Finalidad de la función notarial 75
2.1.7. Función coadyuvante del estado 75
2.2. Definición de Fe Pública 76
2.2.1. Clasificación de fe pública 77
2.2.2. Concepto de fe pública notarial, administrativa y judicial 79
2.2.3. Fe pública notarial y seguridad jurídica 83
Capítulo III: Instrumentos Públicos Protocolares y 87
Protocolizaciones
3.1. Definición de instrumentos públicos 87
3.1.1. Definición de instrumentos públicos notariales 88
3.1.2. Clasificación de los instrumentos públicos notariales 90
3.1.3. Protocolo notarial 93
3.1.3.1. Registro del protocolo notarial 95
3.1.3.2. El registro de escrituras públicas 95
3.1.3.2.1. La escritura pública 97
3.1.3.3. Registro de testamentos 101
3.1.3.4. Registro de protestos 103
3.1.3.5. Registro de actas de transferencia de bienes muebles 104
registrables
3.1.3.6. Registro de actas y escrituras de procedimientos no 106
contenciosos
3.2. Las Protocolizaciones 110
Capitulo IV: Instrumentos Públicos Extra Protocolares 112
4.1. Definición de Instrumentos Públicos Extra Protocolares 112
RESUMEN 118
AUTOEVALUACIÓN 119
SOLUCIONARIO DE LA AUTOEVALUACIÓN 121
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 122
SEGUNDA UNIDAD: DE LA ORGANIZACIÓN Y VIGILANCIA 125
DEL NOTARIADO
Capítulo I: Distrito Notarial y Colegio de Notarios 127
1.1. Distrito Notarial 127
1.2. Colegios de Notarios 128
1.2.1 Las atribuciones y obligaciones de los Colegios de 130
Notarios
1.2.2. La asamblea general 132
1.2.3. La junta directiva 132
1.2.4. Ingresos de los Colegios de Notarios 133
Capitulo II: Junta De Decanos de los Colegios de Notarios 134
del Perú y Consejo del Notariado
2.1. Junta de decano de los Colegios de Notarios del Perú 134
2.1.1. Ingresos de la Junta de Decanos de los Colegios de 135
Notarios del Perú
2.2. Consejo del Notariado 135
2.2.1. Composición del Consejo del Notariado 137
2.2.2. Atribuciones del Consejo del Notariado 138
Capitulo III: Responsabilidad en el ejercicio de la 140
Función Notarial, Régimen y Proceso Disciplinario
3.1. Responsabilidad en el Ejercicio de la Función 140
3.2. Proceso Disciplinario 143
RESUMEN 150
AUTOEVALUACIÓN 151
SOLUCIONARIO DE LA AUTOEVALUACIÓN 151
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICA 152
TERCERA UNIDAD: EL DERECHO REGISTRAL EN 156
DOCTRINA Y EN LA LEGISLACIÓN
Estimado estudiante:
13
PRIMERA UNIDAD:
EL NOTARIADO, LA FUNCIÓN
NOTARIAL Y LOS INSTRUMENTOS
PÚBLICOS NOTARIALES
Tomado de:
Cabanellas G. (2000). Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo III. (8va. Ed.).
Lima.
Castillo, L. (Comp.). (2012). Breve Historia del Derecho Notarial. Lima: Gaceta Notarial.
Gonzales, G. (2012). Derecho Registral y Notarial. Tomo II. (3era ed.). Lima: Jurista
Editores E.I.R.L.
Mustápich, J. (2004). Tratado Teórico y Práctico de Derecho Notarial (Tomo II). Buenos
Aires: Ediar.
CAPÍTULO I
Cuando los particulares celebran actos y/o contratos establecen vínculos con
garantías personalistas o patrimoniales, pero no cuentan con el aval del Estado, que se
da a través del funcionario establecido por la Ley (notario). Más aún, aquí la voluntad de
la gente es única y soberana; solo intervendrá el notario cuando se le requiera, pero es
de interés estrictamente privado (cuando las partes lo estipulen expresamente como
formalidad no solemne). Aunque también esta regla se contrapone cuando las partes en
forma oral solicitan la intervención del notario sin formalidad pública, como es el caso de
la legalización de firmas, legalización de reproducciones y otras en que él interviene,
pero que no dejan de ser documentos privados.
Por su parte, Jiménez (citado por Cuba, 2006), señala que el derecho notarial es
el conjunto de doctrina y normas jurídicas que regulan la organización de la función
notarial y la teoría formal del instrumento público. Expresa, asimismo, que el derecho
notarial es aquella parte del ordenamiento jurídico que sirve para asegurar los derechos
en la vida normal, autenticando y legalizando los hechos jurídicos que dan nacimiento a
determinados derechos.
Mengual y Mengual (1993) define al derecho notarial como aquella rama científica
del derecho público, que constituyendo un todo orgánico, sanciona en forma fehaciente,
las relaciones jurídicas voluntarias y extrajudiciales, mediante la intervención de un
funcionario que actúa por delegación del poder público.
Asimismo, Cuba (2006), señala que el derecho notarial es aquella parte del
ordenamiento jurídico que asegura la vida de los derechos en la normalidad mediante la
autenticación y legalización de los hechos de que dependen, es decir, que el derecho
notarial sirve para asegurar los derechos en la vida normal, en la paz, autenticando y
legalizando los hechos jurídicos que dan nacimiento a determinados derechos.
Cuando leemos este enunciado, recordamos los principios rectores del Derecho
avocados a dar una interpretación subjetiva al positivismo jurídico y la relatividad de una
norma o ley en el tiempo y/o en el espacio para que lo expresado alcance notoriedad
jurídica y se salvaguarde no solo la voluntad de la persona, sino el contenido mismo del
documento, entendido este como la formalidad protocolar de su existencia física en un
primer momento y, luego, de su contenido, en el fondo de su concepción como un
segundo momento.
El derecho notarial se caracteriza, según Núñez (citado por Cuba, 2006), por ser
un derecho puramente formal, adjetivo, excepcionalmente y accidentalmente sustantivo,
interrelacionado, autónomo y objetivo.
Cuba (2006), refiere que la dimensión jurídica no se conforma con las normas
jurídicas, pues resulta impostergable la presencia de los principios, como enunciados o
conceptos que han tomado vigencia, contundencia y obligatoriedad en un determinado
lugar, ámbito y momento, a lo que no es ajeno el derecho notarial. Como derecho
autónomo tiene sus propios principios que han sido doctrinariamente enumerados:
Tiene por finalidad cautelar y dar seguridad a los actos jurídicos celebrados por
las partes de la relación. También protege el interés de los terceros que, a su vez,
celebrarán actos jurídicos en base a la fe pública contenida en el instrumento notarial.
Asimismo, es su objeto regular la función notarial y la organización del notariado.
Por otra parte, Ulpiano es el primer jurista romano que habla de un antiguo
profesional privado, el tabellio, que ejercía funciones similares a nuestro actual notario:
"redactar documentos, escribir instancias, sellar testimonios, autorizar testamentos,
escribirlos o sellarlos. Sin embargo, se trataba fundamentalmente de un escriba, con
conocimientos jurídicos, pero sin fe pública, en cuanto esta se delegaba solo en
funcionarios o autoridades gubernativas.
Los notarii eran simples copistas de los actos que presenciaban, para lo cual se
valían de abreviaturas o signos convencionales para escribir con mayor rapidez, a la
usanza de los actuales taquígrafos, por lo que su redacción carecía de valor especial. Es
evidente que el nombre de "notario proviene de esta locución romana, pero la herencia es
de carácter estrictamente etimológico, pues la función de uno y otro no tienen punto de
comparación.
Los tabullarius tenían la misión de archivar documentos, entre los que se incluía
los testamentos y los contratos que los particulares tenían un especial interés en proteger
y conservar para el futuro.
Por último, el tabellio es el personaje que presenta mayor afinidad con el notario
actual, pues su función era redactar el acto o contrato, según el propósito de las partes,
conserva el documento y expide copias. El instrumento redactado por el tabellio nunca
tuvo en Derecho Romano el carácter de público, pero se le acercó en alguna medida,
pues entre el documento privado y el tabeliónico, se prefería a este último por su
condición de instrumenta publice confecta (Constitución del Emperador León, de 472,
recogida en CJ.8.17.11). Por su parte, este documento podía alcanzar la plena fides
pública, en los siguientes casos: Juramento del redactor corroborado por testigos,
verificación de las escrituras o insinuación (depósito) en los archivos públicos. La
insinuatio era facultativa, salvo ciertos actos de gran trascendencia: testamentos
solemnes, donaciones de gran valor y donaciones entre cónyuges. (Ibídem, p. 1198).
Habrá que llegar a Las Partidas de Alfonso el Sabio (siglo XIII), para contar con un
primer estatuto orgánico del notario y del instrumento notarial. Allí se define al notario,
sus condiciones, nombramiento y cese, las obligaciones y prohibiciones, el protocolo o
registro de notas, el instrumento público y privado, los honorarios, la responsabilidad por
falsedad, entre otros temas. La importancia de la legislación Alfonsina es tan grande en el
ámbito notarial, que sus formas y modelos perduraron por muchos siglos, prácticamente
hasta el XIX (p.1200).
Para el caso americano, rigieron Las Partidas y las demás fuentes hispánicas,
entre ellas, el Fuero Juzgo, el Fuero Real, las Leyes del Toro, la Nueva Recopilación y la
Novísima Recopilación, las cuales establecieron una regulación general del notariado,
permitiendo la existencia de distintas categorías de estos, algunos de competencia
exclusiva de la Casa Real y otros de competencia general; algunos, de competencia
territorial estricta y otros de competencia en todo el reino (Ibidem, p. 1200).
Esta caótica situación legislativa será corregida, para el caso español, por la Ley
Orgánica de Arreglo del Notariado de 1862, que se estudiará con mayor detalle en breve.
Pérez (citado por Gonzales, 2012) acota: las aportaciones principales de la Ley
Francesa del Ventoso son las siguientes:
Otro hito moderno importante para Gonzales, en esta breve síntesis histórica, está
dado por la Ley Orgánica de Arreglo del notariado de 1862, que sienta las bases en
España para la concepción autónoma y específica de la función notarial. En efecto, antes
de ello reinaba el caos en materia de enajenación de oficios notariales, retención de
archivos, confusión de competencias y yuxtaposición de atribuciones extrajudiciales y
contenciosas; además, había una creciente inmoralidad por falta de disciplina y vigilancia
en el ejercicio de la función. Por ello, no pudo ser más exacto el epígrafe de esta
venerable ley: "de arreglo del notariado‖ (Ibídem, p. 1202).
Los principios que inspiran la ley de 1862, que son similares a los de nuestro
propio ordenamiento, son los siguientes:
Para el caso americano y durante la época colonial, según refiere Segane (s.f.),
rigieron las Partidas y las demás fuentes hispánicas, entre ellas, el Fuero Juzgo, el Fuero
Real, las Leyes del Toro, la Nueva Recopilación y la Novísima Recopilación, las cuales
preveían una regulación general del notariado y mantuvieron su vigor luego de la
independencia hasta que se dictaron los primeros Códigos. Así pues, por decreto del 12
de enero de 1823, se dispuso mantener el anterior estatuto y función de los notarios,
entonces llamados escribanos (P. 35).
El sistema se mantuvo por varias décadas, más o menos inalterable, hasta que se
vio la necesidad de dictar una norma específica referida a la función notarial y su
vinculación con el Registro de la Propiedad Inmueble (creado por ley de 1888, pero que
se fue implementando progresivamente en los años siguientes). Así, mediante Ley del 04
de octubre de 1902, se aprobó la norma sobre los notarios en sus relaciones con el
registro de la propiedad inmueble, la misma que fue reglamentada por Resolución
Suprema de 20 de junio de 1903. En pocas palabras, este conjunto normativo tenía como
finalidad exigir que los notarios pasen sin demoras los partes (copias certificadas) de las
escrituras públicas al registro, así como, que las escrituras cumplan los requisitos
establecidos por la ley y el reglamento del registro, a fin de posibilitar las inscripciones.
Asimismo, se estableció que los notarios quedaban sujetos a la Junta de Vigilancia del
Registro, en cuanto a la inspección y disciplina de las obligaciones notariales frente al
registro.
Sin embargo, Gonzales (2012), refiere que la imperativa reforma que requería la
justicia civil en los primeros años del siglo XX, también arrastró el tema del notariado,
pues ambos se encontraban vinculados, tal como se explicó antes. Por ello, mediante la
Ley 1510, del año 1911 (y vigente a partir de 1912), se aprobaron tres normas en forma
simultánea:
El Código de Procedimientos Civiles (que rigió hasta 1993), la Ley Orgánica del
Poder Judicial (que rigió hasta 1963) y la Ley del Notariado (que rigió hasta 1992). Las
novedades que introdujo, esta última, que es la única que interesa para efectos de esta
exposición, fueron las siguientes:
Los Colegios Notariales fueron creados por virtud de la Ley 16607, dictada en
junio de 1967, y su constitución sería obligatoria en aquellos distritos judiciales en los que
se desempeñasen más de cinco notarios. Los Colegios tienen la función de velar por la
disciplina y ética notarial; así como impulsar el mejoramiento profesional de sus
miembros y fomentar la ayuda mutua. Los notarios, para su ejercicio, debían estar
forzosamente incorporados en un Colegio.
Sin embargo, la modificación más importante que sufrió la ley de 1911 se debió al
Decreto Ley 22634, del 14 de agosto de 1979, que introdujo las siguientes novedades:
Con motivo de la aprobación del Tratado de Libre Comercio entre Perú y los
Estados Unidos, el Congreso delegó facultades legislativas en el Poder Ejecutivo para
lograr la facilitación del comercio, la promoción de la inversión privada, el impulso de la
innovación tecnológica, la mejora de la calidad, el desarrollo de las capacidades y la
promoción de las micro, pequeñas y medianas empresas. Dentro de las múltiples normas
aprobadas en virtud de las facultades delegadas, se encuentra el Decreto Legislativo
1049.
La nueva Ley del Notariado bien pudo concretarse en una reforma parcial de la
anterior norma, pues en gran parte reproduce el contenido precedente en forma casi
inalterable; por tanto, es claro que el legislador ha sido consciente del respeto que le
inspira la tradición del notariado, sin que en ningún momento haya pretendido dar saltos
al vacío mediante cambios dramáticos. Por tanto, debemos reconocer que no estamos
ante una reforma radical, aunque la aprobación de una nueva ley pareciera anunciarlo,
sino, por el contrario, se optó por un camino de modificaciones parciales en temas que
requerían de modernización, aclaración o mejora, pero que no rompe en lo absoluto con
el modelo anterior.
La necesidad del notario se impone por la realidad de las cosas, ya que se trata
de un tercero imparcial debidamente calificado, cuya función es certificar la autenticidad y
legalidad de los derechos adquiridos, a fin de evitar o aminorar la posibilidad de que en el
futuro surjan conflictos o litigios entre las partes. De esta manera, la actuación del notario
se inserta dentro de la dinámica de las relaciones jurídicas privadas, con el fin de dotarles
de seguridad y confianza, facilitando así la circulación de los bienes e incentivando la
producción, el crédito y el desarrollo económico en general En tal sentido, la nueva ley se
preocupa reiteradamente en afirmar y exigir una correcta actuación del notario, de tal
suerte que le permita mantener la confianza ciudadana. Otro punto importante que se ha
tenido en cuenta, es adecuar el notariado a las nuevas tecnologías de la información, a
efecto que este pueda intervenir en la certificación a través de formato virtual y no físico;
asimismo, se autoriza que en los casos en los que el acto jurídico conste en documento,
entonces las otras aplicaciones sí puedan realizarse por medio de entornos virtuales. Por
último, también debemos tener en consideración un punto fundamental que inspira el
cambio normativo, es la modernización del procedimiento disciplinario, a fin de estatuir
un conjunto de reglas acordes con el debido proceso y que tiendan a darle efectividad
mediante la introducción de medidas cautelares.
f) La ley también introduce una novedad radical, que parece no haber sido
comprendida, lo que ha originado polémicas innecesarias. En efecto, ahora
el notario podrá extender un instrumento aclaratorio, sin necesidad de
intervención de los otorgantes, cuando advierta algún error en la escritura,
siempre que esta provenga de la propia declaración del notario (Art. 48°-2).
Esta figura, bien conocida en el Derecho comparado, se denomina
"escritura pública sin compareciente‖, y tiene como finalidad permitir que el
notario corrija las erratas en las que haya incurrido respecto de sus propias
manifestaciones contenidas en el instrumento, sin que en ningún caso
quede autorizado a modificar la declaración de voluntad de las partes.
Aquí, un ejemplo que aclara el panorama: una escritura pública consigna
por error, en su encabezado, que el otorgante es una diferente persona a
la que aparece en el cuerpo del instrumento. Con la ley anterior, hubiera
sido necesario llamar a todos los otorgantes del instrumento (¿y qué
pasaba si uno no acudía?) para decirles que su declaración conjunta no se
iba a modificar, y que en realidad su intervención era inútil, pues solo se
aclararía el encabezado del instrumento, pues existía un error de redacción
imputable al notario.
h) El archivo notarial está integrado por los registros que lleva el notario (de
escrituras públicas, de testamentos, de protesto, de actas de transferencia
de bienes muebles registrables, de actas y escrituras de asuntos no
contenciosos y de instrumentos protocolares de garantía mobiliaria), ya
sea en soporte papel o informático; así como por los tomos de minutas; los
documentos protocolizados y los índices que señala la ley (Art. 81°). La
novedad se encuentra en permitir que los registros se lleven en soporte
informático, lo que por ahora se constituye solo en una norma futurista,
pues aún no se han desarrollado las reglas correspondientes a un
instrumento protocolar que exista solo en el entorno virtual. Sin embargo , el
reglamento, en claro retroceso, ha señalado que el único registro
informático admisible es el de protestos. El Art. 91° menciona la posibilidad
de llevar en archivo electrónico los índices alfabéticos y cronológicos de los
instrumentos protocolares, para lo cual nuevamente habrá que cumplir la
legislación de la materia.
Al respecto, Cuba (2006) sostiene que el Sistema Latino va creciendo sin solución
de continuidad, llegando en la actualidad hasta la China Continental. Tiene sus bases en
el Civil Law del Sistema Romano Germánico. El notario latino ejerce en forma privada
una función pública, basada en la ley (legalista y reglamentarista). Se requiere ser
abogado, por lo que en este sistema, el notario es un profesional del Derecho.
Sistema Administrativo o Sistema Notarial Estatal. Este sistema rigió en los países
socialistas. El notario debe tener formación jurídica como abogado, pero no pasa de ser un
empleado público (funcionario o servidor público). Por eso se le denominó también como
Notario de Estado, que estaba dentro de la carrera administrativa, en el escalafón público
(Cuba, 2006).
1.3. El Notario
Para Giménez (1964): “El notario es un profesional del Derecho que ejerce
una función pública, para robustecer, con su presunción de verdad los actos en que
interviene para celebrar, solemnizar y dar forma legal a los negocios
jurídicos privados” (p. 21).
Acero (2012), escribió que ―son derechos adquiridos aquellos que han entrado en
nuestro dominio, que hacen parte de él y de los cuales ya no puede privarnos aquél de
quién los tenemos‖ (p. 121).
Veamos pues cuáles son los derechos que tiene el notario:
Según el autor citado, es absurdo pensar que el notario puede ser al mismo
tiempo su propio empleador, pues idéntica persona sería el empleado y el
empleador. Aquí no existe violación alguna de la libertad de contratación,
pues no existe contrato. En realidad, la norma notarial otorgaba un
privilegio fiscal al notario, pues toda su renta debía estar gravada dentro
del rubro empresarial (tasa de 30%), pero si una parte de esa renta pasa a
ser de origen laboral, entonces la tasa aplicable es menor. Por tanto, la
limitación que establece la Ley del Notariado es de ámbito fiscal, y en nada
restringe la libertad de contratación, pues solamente establece las
consecuencias tributarias de una renta.
Gonzales (2012), reitera que aquí no existe relación alguna con la libertad
de contratación, pues el notario no puede contratar consigo mismo; y en
todo caso, la norma es tributaria, pues el notario podría asignarse el sueldo
que quisiera desde la perspectiva civil, ya que no habría limitación en ese
punto; pero en el ámbito fiscal solo se le aceptaría detraer el monto legal
de la remuneración para efecto de aplicarle la renta de trabajo o de quinta
categoría. Toda otra renta sería gravada como de origen empresarial, esto
es, como proveniente de tercera categoría. En buena cuenta, cuestiona:
¿qué contrato existe cuando el notario es, al mismo tiempo, empleador y
empleado? ¿Empleado de quién? En realidad, la norma establecía un
límite a las deducciones tributarias, a efecto de que la renta empresarial,
que grava la función notarial, no termine desplazándose a la renta del
trabajo, vía la incorporación a planillas, y que es de menor magnitud
económica. El resultado de la pésima sentencia del Tribunal es que el
notario pagará menos impuesto a la renta, a pesar que en la práctica, si
bien no en la letra de la ley, la fuente de la riqueza generada se encuentra
en el ejercicio de empresa (p. 1427).
No está demás explicitar que la designación por encargo del oficio notarial
en casos de ausencia del titular se mantiene desde la Ley N° 1510, a la
que ya nos hemos referido. Debe entenderse que el oficio notarial no es
cerrado por inasistencia del titular, sino que es atendido por un notario
encargado por el Colegio respectivo, evitando de esta manera que el
público se vea abandonado. Esto permite la atención sobre todo respecto a
los traslados de instrumentos del protocolo.
Dentro de los deberes a razón de Bacacorzo (citado por Cuba, 2006), son los que
nos demandan o piden cumplir. Entonces cabe preguntarse, ¿qué es lo que la Ley del
Notariado peruano pide que cumplan a los notarios, encontrando deberes y obligaciones?
(P. 79).
Por otra parte, el Art. 16°-f agrega que el notario está obligado a cumplir las
directivas, resoluciones, requerimientos, comisiones y responsabilidades que el
Consejo del Notariado y su propio Colegio le asignen. Sin embargo, esta no es una
obligación profesional propia del ejercicio del cargo (frente a los usuarios), sino un
deber corporativo de carácter interno. El Código de Ética del Notariado
Latino (Decreto Supremo 015-35-JUS) contiene otras obligaciones del notario,
pero que tampoco son del ámbito profesional, pues en realidad son deberes
corporativos o, simplemente, presupuestos de la función notarial (art. 5).
Entre los primeros se encuentra sufragar en las elecciones, votar en las reuniones
institucionales, aceptar cargos directivos, etc. Entre los segundos se encuentra
conocer el ordenamiento jurídico, estudiar en forma permanente, entre otros.
El Art. 17° de la Ley del Notariado, con referencia del autor mencionado líneas
arriba, prohíbe al notario:
Como punto cuarto, el notario puede ser árbitro, ya que según la Ley General de
Arbitraje no se encuentra comprendido dentro de los impedidos para ejercer tal función.
En el caso de que se produzca la infracción de esta norma, el notario queda sujeto a
procedimiento disciplinario.
Excepcionalmente, en aquellas provincias en las que solo existe una plaza notarial
activa, la junta directiva del Colegio de Notarios, de conformidad con el inciso k) del Art.
130° del Decreto Legislativo, puede autorizar a un notario de otra provincia del mismo
distrito notarial, para que se encargue del oficio del titular, manteniendo la atención de su
propio oficio notarial (p. 1419).
En todo caso, según el autor la abusiva redacción del reglamento, un notario con
licencia, por varios años, puede ser reemplazado por un notario de otra provincia,
excepcionalmente, cuando en la provincia solo exista una plaza notarial activa. Sin
embargo, existe un conocido caso en el cual ni siquiera se cumple el ilegal reglamento
pues un notario fue sustituido por otro de una provincia distinta, a pesar que en su propia
provincia había dos plazas activas, y no una sola. En el Perú, desde las más altas
autoridades, la ley debe estar para cumplirse. Sin embargo, el problema no es
anecdótico, pues en realidad son nulos todos los instrumentos públicos autorizados por el
"notario invasor".
Menciona que éste tiene la potestad de dar fe de los actos y contratos que ante él
se celebran, pero, en determinados casos se encuentra imposibilitado de actuar cuando
la ley considera que en forma objetiva se halla en duda su imparcialidad. Por tal razón:
Finalmente, agrega que el Art. 22° prescribe que está prohibido de delegar total o
parcialmente sus funciones (inciso h), pero en realidad esa situación no es una
prohibición en el ejercicio notarial, sino la falta absoluta de su ejercicio, pues quien no
tiene nombramiento oficial como notario carece de fe pública.
c) Renuncia.
f) Abandono del cargo por no haber iniciado sus funciones dentro del plazo
que se refiere el Art. 15° de la Ley, declarada por la Junta Directiva del
Colegio respectivo.
g) Abandono del cargo, en caso de ser notario en ejercicio, por un plazo de
treinta días calendario de inasistencia injustificada al oficio notarial,
declarada por la Junta Directiva del Colegio respectivo.
En el art. 21 de la ley del notariado, está señalado en forma expresa las causales
de cese de la función notarial.
Precisa además que, la causal de sentencia por delito doloso, puede aplicarse
para actos cometidos en el ejercicio de la función o actos extraños a ella. Pero, en todo
caso, es una disposición pertinente, ya que al incurrir en delito doloso el notario pierde la
calidad de "conducta moral intachable", que requiere el oficio notarial.
Referido al procedimiento de cese del notario por pérdida de las condiciones para
el ejercicio de la función notarial, específicamente el caso de la perdida de conducta
moral intachable, para Gonzales, la moral individual es aquella propia del sujeto, sin
correlato con los demás. Está vinculada con la libertad de pensamiento, la forma de vida,
la intimidad familiar. Es evidente, pues, que la moralidad individual no trasciende, por lo
que el Estado carece de legitimidad para arrogarse una dictadura sobre la vida privada.
Sin embargo, esta afirmación no puede llevar al extremo de rechazar la denominada
"conducta ética‖ del notario, esto es, aquella que subyace en su comportamiento externo
ante el mundo social y que tiene repercusión en su actividad profesional. A esta la
denominaremos "ética social‖, trasladable al mundo jurídico siempre que esté tipificada, y
no exceda el ámbito propio de autonomía y dignidad del hombre que se encuentran
cobijados bajo el manto del derecho al "libre desarrollo de la personalidad‖. Distinta de
ella, aunque vinculada, se encuentra la "ética profesional o deontológica‖, referida a los
deberes de lealtad, diligencia, buena fe, corrección, equidad, respeto por los derechos
fundamentales que el notario debe cumplir en ejercicio de su correcta función, y con el
objetivo de concretar los valores de la sociedad. Nótese que la ética profesional es un
concepto estándar, relativamente indeterminado, en el que se da cobijo a los deberes
genéricos de buena actuación notarial; casi son los principios que inspiran al "buen padre
de familia", pero en este ámbito serían al "notario ordenado y correcto" (Gonzales, 2012,
p. 1441-1442).
Por tanto, como señala Gonzales (2012), ―hay que distinguir entre la "moral
individual" excluida del Derecho porque este no puede ser una prisión para la autonomía
personal de los sujetos; la "moral social" propia de la vida en relación, que influye
externamente, pero que requiere tipificación proporcional y razonable para efecto de
imponer sanciones, pues existe el riesgo de invadir el derecho al libre desenvolvimiento
de la personalidad; y la "moral profesional", referida a los deberes genéricos para una
adecuada actividad notarial‖ (p. 1442).
Menciona también, que el procedimiento disciplinario tiene como finalidad hacer
valer la responsabilidad administrativa del notario por incumplimiento de los deberes de
su función, así como de las obligaciones corporativas (Art. 144°). Un paso adelante de la
ley lo constituye la tipificación de infracciones disciplinarías en el Art. 149°, aun cuando
por obvias razones de economía y simplicidad legislativa se tiene que acudir al método
de "tipificación por relación (per relationem)‖. Es decir, existe una cláusula general en la
cual se dice que constituye infracción toda conducta que signifique incumplimiento a los
deberes establecidos en la ley, reglamento, normas conexas, estatuto y Código de Ética
(Art, 149°-c L.N.). Este precepto, además, tiene la ventaja de autorizar que el reglamento
establezca otras infracciones susceptibles de sanción, lo cual es muy importante pues se
adapta a las garantías del procedimiento sancionador en cuanto permite tipificación de
faltas por VÍA de reglamento siempre que la ley lo permita, y en este caso la ley del
notariado lo permite.
El Art. 149° de la Ley del notariado, es relevante por varios motivos: en primer
lugar, tipifica las faltas y evita la discrecionalidad; en segundo lugar, establece un listado
que puede aumentarse por vía reglamentaria con lo que se facilita la enumeración de las
infracciones y su sanción a través de normas de menor jerarquía normativa (inc. c). Pero
sí comete un grave error de técnica legislativa, pues en su afán de tipificación utiliza el
mismo dispositivo para listar las infracciones en la actuación notarial, así como aquellas
referidas a la conducta personal del notario, esto es, a su moralidad social y objetiva.
Muy distinto es el caso del procedimiento de cese previsto en el tercer párrafo del
Art. 21° de la ley, que es competencia de la Junta Directiva en primera instancia (Art. 21°-
i), y del Consejo del Notariado en fase de impugnación, que cuenta con normas
adicionales en el Art. 15.2 del reglamento. Este se aplica por la pérdida de una de las
condiciones requeridas para el acceso al notariado; por ejemplo, la pérdida de la
condición de abogado, la incapacidad física o la pérdida de la conducta moral intachable.
El autor menciona que ambos procedimientos versan sobre materia distinta y los
órganos competentes también son diferentes. De esta manera, el procedimiento
disciplinario trata sobre infracciones en la actuación notarial; mientras el procedimiento de
cese simplemente constata que se ha producido la pérdida de una de las condiciones
requeridas para el acceso al notariado. Por otra parte, en el procedimiento disciplinario la
competencia es del Tribunal de Honor, y solo excepcionalmente corresponde a las Juntas
Directivas mientras dichos Tribunales no se hayan constituido; mientras que en el
procedimiento de cese la competencia siempre corresponde a la Junta Directiva.
Sin embargo, en nuestro país, la ley considera que ambas son hipótesis distintas
de cese, es decir, por un lado está la condena por delito doloso (Art. 21°-d), y por otro la
pérdida de moralidad (Art. 21°-i). Por tal razón, se hace necesario deslindar cuales son
los casos que se subsumen dentro de la situación de pérdida de moralidad.
Los deberes notariales constituyen una infracción legal en la actividad jurídica del
notario, lo que habilita el procedimiento disciplinario, y no el de cese por pérdida de la
condición de moralidad. Siendo así, queda subsistente la siguiente duda: ¿Cuáles son los
casos en los que podría sostenerse que se ha perdido la conducta moral intachable?
En opinión del autor acotado, ―la función pública del notariado no puede mezclarse
con la moralidad individual, esto es, con la vida privada, la intimidad, las convicciones
íntimas, las preferencias personales, los gustos o deseos, etc. El Estado Constitucional
de Derecho no impone una forma de vida, ni una moralidad particular ni que el grupo
mayoritario exija que se cumpla ―su moral". Nada de eso. En el régimen actual
de derechos fundamentales, el hombre puede vivir su libertad con plenitud, sin ataduras,
sin morales religiosas o sociales que vinculen a quienes no desean vivir según esos
dictados. Justamente la Constitución asegura que el hombre pueda disponer de su vida,
de su libertad, de su persona, pues todo ello implica respetar su dignidad como ser único
e irremplazable. Por tanto, no puede aceptarse en un Estado Constitucional que la ley se
entrometa en la vida privada o íntima de los individuos, en ningún caso. No hay razón
alguna para que este principio fundamental de la modernidad se quiebre en el caso de los
notarios. En consecuencia, sería evidentemente inconstitucional que una ley o un
reglamento notarial imponga que el sujeto protagonista de la fe pública deba comportarse
según la "moral de la mayoría" o de la "moral religiosa‖. La libertad como derecho pleno
de realización impone descartar esa actitud de injerencia excesiva en la vida privada‖
(Gonzales, 2012, p. 1444–1445).
Empero, en el caso de los incisos a) y b) del Art, 149°, la excesiva amplitud con la
cual se han redactado ambos tipos, hace menester que por vía de reglamento se
individualicen las conductas específicas que se consideren no acordes con la dignidad o
decoro del cargo, o que se trate de hechos graves que, sin ser delito, desmerezcan al
sujeto en el concepto público. En caso contrario, la sanción por pérdida de la condición
de moralidad se vería dificultada, o de raíz imposibilitada, por efecto de una tipificación
abierta y general, incompatible con las garantías del procedimiento administrativo
sancionador, que en este caso también es aplicable, aun cuando no se trate de medida
disciplinaría por infracción de los deberes funcionales. En el caso concreto, el Decreto
Supremo N° 010-2010-JUS se ha limitado a repetir las hipótesis de falta de moralidad
social, sin agregar especificaciones (ejemplo: Continuo incumplimiento de obligaciones,
cometer hecho grave que sin ser delito desmerezca al notario en el concepto público),
pero con el error técnico de haberlas incluido como faltas disciplinarías (Arts. 74° y 75°).
Capitulo II:
b) Bellver (citado por Cuba, 2006), define a la función notarial, como: Son
ciertas facultades como la función de instrumentos, constatación,
aconsejamiento y autorización de los mismos; es decir de todosaquellos
que forman la función notarial, en suma, la capacidad en la facción del
instrumento público que las partes solicitan con el fin de plasmar o
materializar el convenio o acuerdo de voluntades. (P.64).
Dentro del Notariado Latino, la función notarial es de orden público, según Cuba,
es la actividad que el notario realiza conforme a las disposiciones de la Ley del
notariado. Posee una naturaleza compleja: es pública, en cuanto proviene de los
poderes del Estado y de la Ley, que obran en reconocimiento público de la actividad
65
profesional del notario y de la documentación notarial al servicio de la sociedad. De otra
parte, es autónoma y libre, para el notario que la ejerce actuando con fe pública.
La función notarial es pues, toda aquella vasta actividad que el Estado encarga o
delega realizar a los notarios, quienes en ejercicio del cargo y facultades de que están
investidos, llevan a la práctica y efectivizan un servicio de carácter eminentemente
social.
La función notarial, como actuación del notario, con una adecuada interpretación
del derecho positivo, siempre estará presta a dar solución a las solicitudes o casos
pertinentes que se le presenten; yendo incluso más allá de lo que literalmente las normas
facultan.
Luego de estudiar la función notarial, este mismo autor expone sus notas
distintivas:
a) Se inicia y sigue a instancia de parte, es decir, los interesados recurren al
notario cuando lo juzgan necesario o conveniente para sus intereses; por
tanto, el notario nunca actúa de oficio, salvo excepción legal.
b) Se actúa intervolentes; es decir, con partes que tienen intereses
coincidentes, sin que exista conflicto o contención entre ellas. Un caso
distinto es el de las actas, en donde el notario se limita a comprobar un
hecho y, por ende, no es necesario que exista acuerdo entre todos los
interesados.
c) Se ejerce al servicio de intereses privados, pues el ámbito natural del
ejercicio de la actuación notarial se encuentra en la contratación o en las
relaciones negociables de particulares; ello no es óbice para que la
función notarial sirva también al interés público, aunque en forma
indirecta, pues así se contribuye a la obtención de la paz jurídica y
estabilidad en las sociedad.
d) Es una función de carácter técnico-jurídico, pues en ella se necesita la
interpretación de la voluntad de las partes y su traducción al lenguaje
jurídico.
e) escautelar o preventivo, porque busca asegurar y garantizar los derechos,
con lo cual se trata de cumplir el fin perseguido por las partes, e
impidiendo que se desemboque en el conflicto.
Es la manera de cómo debe actuar el notario. Según Cuba (2006), las formas y
solemnidades de actuación, por lo que resulta conveniente que sea la Ley del Notariado
la que establezca la forma con la que el notario debe ejercer la función. La Ley del
Notariado Peruano precisa que el notario ejerce la función notarial en forma personal,
autónoma, exclusiva e imparcial (P. 76).
Castan (citado por Cuba, 2006), en su obra denominada ―En torno a la función
notarial‖, considera que los caracteres de la función notarial son: el contenido complejo,
la labor formativa o asesora, la labor formativa o legitimadora y la labor documental o
autenticadora.
En tal sentido, Cuba (2006) señala que se pueden establecer como caracteres de
la función notarial a la redacción de los instrumentos, a los que se les da forma con
sujeción al principio de legalidad y constitucionalidad, revistiendo jurídicamente el
acuerdo de voluntades libremente manifestado, certificando los sucesos fácticos que se
dan en la realidad (los hechos) y dando fe de los actos y contratos que se celebran ante
el notario, otorgando tranquilidad y certeza respecto de ellos, autenticando la reproduc-
ciones, otorgando traslados (testimonios, partes, copias simples y boletas), revistiendo
de seguridad jurídica y disminuyendo los riesgos. Sanahuja y Soler, distingue, además
de la función autenticadora, las siguientes: de legalización, legitimación y de
configuración. (p. 66).
Las actuaciones fedateantes son todas aquellas en las que el notario interviene
en su calidad de oficial público en ejercicio de la fe y desarrollando su labor formativa y
documental; produce un documento calificado como instrumento público.
La teoría general, menciona Cuba, precisa que corresponde a los poderes del Estado
contribuir al cumplimiento de las funciones del notario, dictando las medidas que estimen
necesarias para que las desempeñe cabalmente, específicamente establecidas en la Ley del
Notariado. De esta forma se busca que su ejercicio se realice de la mejor manera; sin embargo, lo
que importa es que dentro de la teoría general, se considera que el notario presta un servicio
público que debe satisfacer las necesidades de interés social, que son la autenticidad, certeza y
seguridad jurídica. Lo anterior lo podemos entender como parte de las funciones del notario,
según indica el maestro (Pérez 2006, P. 69).
2.2. Definición de Fe Pública
Cuba (2006), menciona que, etimológicamente, la palabra ―fe‖, proviene del latín
―facere‖, que significa crédito, confianza, seguridad. Considera que la palabra fe, en su
acepción genérica, es: ―La idea de creencia en todas sus modalidades".
Por su parte, Carneiro (1981), señala que la fe pública es suficiente para acre-
ditar por sí misma, la verdad a que se refiere, en tanto que señala como fe pública
notarial, a aquella que el notario declara en ejercicio de su función. Aseveración que
emana del notario a fin de otorgar, garantía de autenticidad y certeza a los hechos,
actos y contratos celebrados en su presencia y con su intervención (P. 85).
Mientras tanto, Hiram (citado por Cuba 2006), señala que es la doctrina uniforme
que se da en un buen número de tratados. Llama fe pública a la calidad de documentos
determinados, suscritos por funcionarios, cuyas aseveraciones, cumplidas determinadas
formalidades, tienen la virtud de garantizar la autenticidad de los hechos narrados y, por
consiguiente, su validez y eficacia jurídica. Este autor considera, que esa definición, se
refiere a la valoración jurídica de una representación ontológica y se aparta del juicio
lógico de la fe como creencia o convicción.
―La fe pública no puede ser explicada como un mero ingrediente de las pruebas,
pues ha quedado arrinconado para siempre el viejo punto de vista que ligaba ex-
clusivamente el instrumento público notarial a la teoría de la prueba‖.
Según Gonzales (2012), para la doctrina más autorizada, "dar fe‖ significa
"afirmar, con obligación de todos de creer en tal afirmación, que se ha celebrado un
contrato o se ha realizado un hecho, en los términos que se narran‖ (P. 1187).
El art. 2 de la Ley del Notariado refiere que el notario, por la propia naturaleza de
su función, es un típico dador de fe "de los actos y contratos que ante él se celebran".
La fe pública implica que la narración del notario sobre un hecho se impone como
verdad, se le tiene por cierta. Por tal motivo, la única manera de dar fe respecto de un
hecho es cuando se le ha observado y presenciado. Por ello, la fe pública presupone
que el notario ha percibido en forma sensorial los hechos y dichos de las partes, sobre
todo por actos de vista y oído (Gattari, citado por Cuba, 2006).
Una vez percibido el hecho o acto (actum), éste se documenta con presunción
de verdad (dictum). Como dice Vallet de Goytisolo, citado por Cuba:
―Ante el hecho, el notario tiene como misión la autenticación, es decir, la de dar fe
de lo que ve, oye o percibe con sus sentidos (P. 121).
Gonzales (2012), dice que la misma ley agrega que la función notarial se ejerce
en forma exclusiva (Art. 3); sin embargo, esta última característica debe ser debidamente
matizada a fin de evitar interpretaciones equívocas, pues el notario actúa principalmente
en el ámbito del derecho privado, específicamente en la contratación. Así lo reconoce el
propio artículo 2o de la Ley del Notariado, ya citado, así como la propia doctrina
notarialista (doctrina notarial, lo que se desprende del Derecho Notarial): "La actuación
del notario se extiende a todos los contratos y demás actos extrajudiciales, regla de la
que solamente serían excepcionales las que legalmente se establezcan‖. En
consecuencia, el notario carece de fe pública fuera del ámbito privado, salvo específicas
excepciones legales.
Como se verá más adelante, la escritura pública no es, históricamente, sino una
emanación del instrumento público y más específicamente de la sentencia judicial. La fe
pública de la escritura pública no es pues, aparentemente, una fe distinta en su esencia
de la fe pública del instrumento público. Dentro de los textos legales el instrumento
público es un género y la escritura pública es una especie dentro del género de los
instrumentos públicos. Nos hallamos, entonces, frente al hecho de que la idea originaria
relativa al escribano, en su condición de funcionario de fe pública, no tiene el sentido de
un monopolio. Existen otras personas que, sin título de escribano, se encuentran
legalmente en condiciones de dar fe o de expedir instrumentos a los que la ley coloca, en
cuanto a fe se refiere, en el mismo rango que la escritura pública.
Sobre el particular, Gonzales (2012), menciona que hay que tener mucho cuidado
en la terminología y en los conceptos, pues en esta materia fácilmente se puede llegar a
equívocos. Así, pues, la fe pública (notarial, judicial o administrativa) se circunscribe a la
creencia oficial que se impone respecto del relato o narración que realiza un funcionario,
es decir, se considera que el "dictum" representa exactamente lo acontecido durante el
"actum". Sólo en tal caso, cabe hablar de fe pública o de instrumento público. Por
ejemplo, el secretario de juzgado narra lo acontecido en la audiencia judicial, y lo que
aparece en el acta queda revestido de fe pública, por lo que se trata de un instrumento
público. Por otro lado, cuando el Juez expide una resolución judicial, la fe pública no
abarca el contenido de la resolución, ya que ésta podrá ser legal o ilegal, de acuerdo
con la normativa jurídica, sin que pueda aplicársele las categorías propias de la fe
pública (falso o verdadero); no obstante ello, la autenticidad de la resolución y la fecha
de expedición sí son cuestiones sobre las que juega la fe pública, pues se trata de datos
que pueden constatarse en forma inmediata o directa, por lo que en ese exclusivo ámbito
el secretario de juzgado actuará en virtud de su capacidad fedante.
Siendo así, no todo documento que pasa por las manos de un funcionario público
se convierte en instrumento público, pues ello solamente ocurre cuando en el documento
existe una atestación de fe pública, esto es, una imposición oficial de verdad. Por ende,
no es correcto sostener que "todo el expediente judicial o administrativo es un
instrumento público. Con toda razón se ha dicho lo siguiente: "¿Así que un escrito
presentado por la parte, al contacto físico con el resto de las fojas se convierte en
instrumento público? Y cuando lo desgloso, ¿qué pasa? Por último, ¿para qué le hace
falta al juez una fe como la notarial? Para nada; en efecto, típico es del juez, que dis-
cierne el derecho del entuerto, aquella potestad del juicio, esto es, del iudicium.
Según el I.I.J. (s.f.), al tratar de la fe pública notarial expresa que esta fe tiene
valor de verdad oficial y es oponible a todos sin excepción, "erga omnes", con la única
condición de que sea dicho en el ejercicio de sus funciones. Sin embargo esta
presunción de verdad que acompaña a la fe pública notarial, no es absoluta, es
solamente presunción "juris tantum", es decir, que puede demostrarse que la realidad es
distinta, ya sea por falsedad o por simulación; por falsedad cuando no corresponde a
hechos reales o hechos que han ocurrido, sino a hechos imaginarios; y por simulación
cuando se refiere a hechos que no son sinceros. En la simulación, la fe pública notarial
es correcta y formal, pero el contenido no corresponde al acto, es diferente (P. 28-29).
Se puede afirmar con exactitud que mientras las relaciones de derecho privado
reposan en el imperio y el respeto a la autonomía de la voluntad, la función notarial
resulte insustituible como medio de expresión de las declaraciones y como garantía de la
libertad del consentimiento.
El notario según las conclusiones que vamos sacando, debe afirmar y certificar la
validez jurídica de los hechos que constan en las minutas que eleva a escritura pública.
La Ley Notarial Peruana en su art. 54° y siguiente pertinente, declara que antes
de extender escritura examinará el notario la capacidad de los otorgantes, la libertad con
que proceden y el conocimiento con que se obligan.
―El instrumento público tiene por principal nota característica que ha sido
otorgado ante un órgano Estatal (agente administrativo o funcionario) que posee
atribución por la ley para darle autenticidad; es decir, para conferirle los efectos propios
de la fe pública en lo que atañe a las circunstancias de haberse formulado la declaración
de voluntad y realizado los hechos jurídicos cumplidos por el mismo o que ante él suce-
dieron‖. Frente a la posición adoptada por el maestro Spota, aparece la crítica que le
hace Luis María Boffi Boggero, quien señala que esta definición no es correcta, cuando
dice que la principal nota característica es haber sido otorgado ante un órgano Estatal
(agente administrativoo funcionario) porque en realidad no hay tal intervención, sin
embargo, Spota reconoce tales excepciones y que la ley asimila, para esos efectos, a los
funcionarios públicos. Si juzgamos lo analizado por el maestro Boffi Boggero,
encontramos que no sólo tiene razón, sino que además habría que tener en cuenta que
doctrinalmente el documento privado reconocido judicialmente tiene valor de documento
público, entre los que lo han suscrito e incluso respecto de sus sucesores, por lo que
tiene autenticidad; sin embargo, el hecho de que tenga valor de instrumente público no lo
convierto en tal, pues no son instrumentos públicos (Spota, citado por Cuba, 2006).
3.1.1. Definición de instrumentos públicos notariales
Además, cita que la Ley del Notariado peruano considera que son instrumentos
públicos notariales los que el notario, por mandato de la ley oa solicitud de parte,
extienda o autorice en ejercicio de su función, dentro de los límites de su competenciay
con las formalidades de ley.
Aguilar (citado por Cuba, 2006) la considera como toda escritura, papel o
documento, hecho de la manera más conveniente, de acuerdo con las leyes, destinado a
probar, justificar o perpetuar la memoria de un hecho o hacer constar alguna cosa (p.
100).
Sin embargo, ―la intervención del notario en un instrumento no implica que todo él
se encuentre dotado de fe pública, pues ello dependerá del tipo de instrumento y de la
posición que ha tenido el notario con respecto del acto que documenta‖ (Carnelutti). Por
tanto, es necesario estar prevenido de la creencia vulgar de que toda certificación
notarial conlleva dotar de fe pública a la integridad del documento, de principio a fin, e
incluso en su contenido intrínseco (Carnelutti, citado por Gonzales, 2012, P. 1241).
Por otro lado, Gonzales (2012), refiere que el instrumento notarial por excelencia
es la escritura pública, que no se agota en la dación de fe pública, sino que se trata del
resultado de la labor de consejo notarial, por lo que no es correcto suponer que se trate
de certificar cualquier hecho, en bruto, sin tamiz jurídico, pues se supone que el notario
es un jurista especialmente calificado que, antes de recibir la declaración de voluntad
de las partes, explora la intención de los contratantes, los asesora y expresa el propósito
querido en la forma más acorde a la legalidad y a los fines lícitos que los particulares
pretendan lograr.
En consecuencia, el instrumento notarial expresa la doble actividad del notario,
que se resume en "dar forma‖ (asesorar y colaborar en la correcta expresión de la
voluntad) y "dar fe‖ (certificar exactamente el hecho ocurrido).
Una primera clasificación de los instrumentos, para efectos del Derecho notarial,
1243).
Los primeros son aquellos que se documentan en el protocolo del notario, esto
es, en su archivo cronológico, numerado y foliado de instrumentos, los cuales son
objeto de conservación y custodia por parte del notario. Para la mejor doctrina,
solamente estos son, propiamente, instrumentos públicos.
Para tal efecto, debe tenerse en cuenta que la intervención notarial puede
referirse solo a la comprobación de un hecho de la realidad material o fenomenológica
(por ejemplo: el estado de una cosa), en cuyo contenido el instrumento que lo contiene
es típicamente un acta que narra una circunstancia, objeto de apreciación sensorial por
el notario; en cambio, si la intervención notarial implica la recepción de una declaración
de voluntad, en la que las partes consienten sobre un determinado acto jurídico y
disponen de sus intereses, entonces el instrumento que lo contiene será una escritura
pública, en cuyo caso deberá identificarse a las partes, verificarse que estas actúen con
capacidad, libertad y conocimiento; recibir su declaración de voluntad, y finalmente
comprobar su conformidad.
También, menciona que la Ley del Notariado admite esta fundamental diferencia,
pues el artículo 51 define la escritura pública como todo instrumento notarial protocolar
que contiene uno o más actos jurídicos. Al contrario y en principio, las actas -que son
mera comprobación de hechos- no se documentan a través de escrituras públicas y, por
ende, son instrumentos extra-protocolares. Sin embargo, esta armonía lógica no se sigue
al pie de la letra, pues existen otras consideraciones que el legislador ha tomado en
cuenta.
Por otro lado, Cuba señala que la Ley del Notariado clasifica a los instrumentos
públicos notariales, en:
- Protocolares: tienen condiciones necesarias para revestir calidad de
documento notarial en las diferentes clases que admiten los originales producidos en el
protocolo, se trata de cuestión de existencia y no de persistencia (P. 104).
Para Borda, (citado por Cuba, 2006), este está compuesto de los instrumentos
públicos o privados protocolizados, que son incorporados por orden del Juez compe-
tente, previo reconocimiento, en el último caso, de las firmas que lo suscriben o
comprobación de su autenticidad (P. 115).
Hoy en día, la organización jurídica de nuestro país, confirma que los protocolos
notariales son propiedad del Estado.
Cuba Ovalle menciona que el protocolo notarial en el Perú está formado por una
colección ordenada de registros. Ahora bien, un registro, es un cuerpo organizado
compuesto de cincuenta fojas ordenadas correlativamente según su numeración, con la
formalidad y solemnidad de estar cada registro autorizado antes de su utilización, bajo
responsabilidad del notario, mediante un sello y firma puestos en la primera foja por un
miembro de la Junta Directiva del Colegio de Notarios, designado por el Decano, con
conocimiento de la Junta Directiva.
3.1.3.1. Registros del protocolo notarial
El protocolo notarial está formado por los siguientes registros, cada uno de
los cuales se ordena y empasta en forma separada:
De escrituras públicas.
De testamentos.
De protestos.
De actas de transferencia de bienes muebles registrables.
De actas y escrituras de procedimientos no contenciosos.
De instrumentos protocolares denominados de constitución de garantía
mobiliaria y otras afectaciones sobre bienes muebles (art. 32 de la ley
28677 y Reglamento aprobado por DS 012-2006-JUS),
Otros que la ley determine.
b) Estructura:
Así también, Cuba, agrega que la técnica documental tiene como principal
contenido el estudio de la estructura interna de los documentos, lo cual significa la
distribución y combinación de las distintas partes que integran su composición o texto. El
manejo fluido de la estructura interna pone de manifiesto la habilidad para combinar los
distintos elementos que plantea cada documento en su individualidad. Esta división en
partes posibilita estudiar en forma separada cada una de ellas, con lo cual se logra
mayor precisión y detalle en el análisis.
Por su parte, Etchegaray (2003), propone la siguiente estructura interna:
Comparecencia: en el que se expresa lugar, fecha, nombre de notario,
personas que comparecen, datos personales; el juicio de capacidad
notarial y la fe de conocimiento.
Intervención: el notario deja constancia de que los comparecientes actúan
por sí (en nombre propio) o en representación de otros.
Exposición - estipulación: las partes exponen el negocio, mediante
cláusulas numeradas, debiendo ir de lo esencial a lo accesorio.
Constancias Notariales: se incluyen las constancias de tipo fiscal y
administrativo que las leyes impongan, cerrándose el instrumento con la
mención de que ha sido leído, el consiguiente otorgamiento y firma de los
intervinientes ante el notario.
La ley del notariado (Art. 52°) establece que la estructura interna de la escritura
pública se divida en tres partes introducción, cuerpo y conclusión.
Son de observancia, asimismo, para este registro, las normas generales de la ley
del notariado en cuanto sean pertinentes. Está normado que el notario debe remitir al
Colegio, dentro de los primeros ochos das de cada mes, una relación de los testamentos
en escritura pública y cerrados extendidos en el mes anterior, para tal efecto, llevará un
libro de cargos, que será exhibido en toda visita de inspección. Queda prohibido al
notario informar o manifestar el contenido o existencia de los testamentos mientras viva
el testador, salvo que sea a solicitud de este, en cuyo caso el notario podrá expedir el
testimonio o boleta del testamento; sin embargo una vez fallecido, el informe o
manifestación deber hacerse por el notario con la sola presentación del certificado de
defunción del testador. Otorgado el testamento en escritura pública, el notario solicitará
la inscripción del mismo al Registro de Testamentos de la Oficina Registral que
corresponda, mediante parte que contendrá la fecha de su otorgamiento, fojas donde
corra extendido, nombre del notario, del testador y de los testigos, con la constancia de
su suscripción. En caso de revocatoria, indicar en el parte esta circunstancia.
En este registro, refiere se extienden las actas de protesto de los títulos valores.
Pueden llevarse registros por separado para títulos valores distintos, para hacer posible
su uso en formatos impresos (Vásquez et al. 2006).
Por su parte, Gonzales (2012), señala que si las actas de transferencia vehicular
tienen una regulación propia (Arts. 78° al 80° LN) es lógico inferir que estas normas, por
especialidad, son las que deben actuarse en primer lugar; sin embargo estos preceptos
son de carácter muy genérico y se limitan a reconocer la existencia del registro, los actos
que se documentan en él y la autorización para utilizar formatos preimpresos (P. 1294).
Por ello, agrega que esa situación obliga a buscar otro conjunto de normas que
sean aplicables a las actas de transferencia vehicular. En tal caso, encontramos los
preceptos generales para todo tipo de instrumento protocolar y que están contenidos en
los Arts. 36° al 49° L.N. Empero, aquí se regula fundamentalmente cómo se lleva el
registro, cuántas fojas lo comprenden, cuando se forma un tomo, qué ocurre si se pierde,
etc. Por tanto, nada se dice sobre aspectos fundamentales relativos a la elaboración
misma del acta, sus requisitos formales y sustantivos, las exigencias para la intervención
de los sujetos, la declaración de voluntad de las partes, entre otros aspectos.
En el ámbito de los asuntos no contenciosos, siempre que ello sea así por
esencia, no está en juego la jurisdicción, según Gonzales, por cuanto no existe
contienda o controversia de intereses. Por eso, hace mucho tiempo, la doctrina habla de
"jurisdicción voluntaria‖ para englobar determinados procedimientos en los que se busca
legalizar o legitimar una situación jurídica (poner fin a una incertidumbre jurídica), sin que
exista litis (P. 1319).
Nótese que ambos conceptos están vinculados, pero no son sinónimos. El asunto
no contencioso, carente de conflictividad, puede ser conocido por las instancias
judiciales (jurisdicción voluntaria) o administrativas o privadas (municipalidades,
administración pública, notarios). Estos últimos, por la obvia razón de que no ejercen
potestad jurisdiccional, no pueden asumir, ni por analogía, la terminología específica de
"jurisdicción voluntaria‖.
En la actualidad, sin embargo, refiere que existe una tendencia mundial creciente
para regresar las competencias no contenciosas a los órganos ajenos a la jurisdicción,
ora desde la perspectiva teórica por negarle naturaleza propia de jurisdicción, ora desde
la perspectiva práctica por la necesidad de aliviar las labores del juez.
Por su parte, Gonzales (2012), expone las bases para determinar cuándo una
pretensión es no contenciosa: todo conflicto de intereses, en el cual un sujeto
perfectamente identificado sufre la pérdida de un derecho sin su asentimiento, constituye
el ámbito propio de la jurisdicción, ya que ésta busca poner fin a la controversia a través
del órgano al que la Constitución ha delegado en exclusiva, para tal fin, al Poder Judicial.
Siendo ello así, el notario no puede intervenir en la tramitación de procedimientos de
prescripción adquisitiva, pues ello implica arrogarse el ejercicio de la función
jurisdiccional (P. 1320).
Ahora bien, no solo las acciones de condena (obligaciones de dar o hacer) son
contenciosas, sino también las acciones declarativas, en las que solamente se exige el
reconocimiento o comprobación de un derecho o de una determinada situación jurídica,
como ocurre con el caso típico de la acción declarativa de dominio (o mejor derecho de
propiedad, según la idea que subyace en este término jurídico de corte nacional). En
esta última no se condena a nada, simplemente se dilucida quien es el propietario de un
bien, pero el tema es claramente contencioso pues con ella se fuerza a un sujeto que no
quiso reconocer una cualidad jurídica que es invocada por un tercero. Nadie podrá
sostener con mínima sensatez que los procesos de mejor derecho de propiedad deben
delegarse al notario cuando no hay oposición.
De esos seis casos, para el autor, se han incrementado por leyes especiales, la
separación convencional y divorcio ulterior (Ley N 29227 y su Reglamento aprobado por
Decreto Supremo N 009-2008-JUS), el reconocimiento de unión de hecho y la
convocatoria a Junta obligatoria anual y Junta General (Ley N° 29560, publicada el 16 de
julio de 2010).
excluido para los casos en que la atestación constituya una potestad delegada a otro
funcionario (art. 98° LN), entonces la conclusión es que estas se rigen por el principio de
contrario (por atribución a un tercero de la potestad fedante). Por tal motivo, son
plenamente válidas las actas de subasta privada o remate organizado por un particular,
sin que ello se encuentre circunscrito a los casos regulados en el D.L. 674.
La Ley del Notariado Peruano, para el autor, regula en sus artículos 94° a 116°
los instrumentos públicos extraprotocolares, es decir, aquellos que no forman parte del
protocolo del notario, nos referimos a las actas y a las certificaciones. Las actas, son
instrumentos públicos extraprotocolares, en el que el notario consignará los actos,
hechos o circunstancias que presencie o le conste y que no sean de competencia de otra
función. Las actas podrán ser suscritas por los interesados y necesariamente por quien
formule observación. Antes de la facción del acta, el notario dará a conocer su condición
de tal y que ha sido solicitada su intervención para autorizar el instrumento público extra-
protocolar.
Para Cuba (2006), el acta notarial es el instrumento original en el que el notario
hace constar bajo fe uno o varios hechos presenciados por él y que los asienta en un
libro del protocolo.
Asimismo, la Ley del Notariado menciona que las actas extra-protocolares son
de varias clases: la autorización para viaje de menores, destrucción de bienes, de
entrega, de juntas, directorios, asambleas, comités y demás actuaciones corporativas,
de licitaciones y concursos, de inventarios y subastas de conformidad con la Ley de
Promoción de la Inversión Privada de las Empresas del Estado, de sorteos y entrega de
premios, de constatación de identidad para efectos de la prestación de servicios de
certificación digital, de transmisión por medios electrónicos de la manifestación de
voluntad de terceros, de verificación de documentos y comunicaciones electrónicas en
general y otras que la ley señale.
Respecto de los poderes, existen dos que son extraprotocolares, por cuanto el
poder por escritura pública, no obstante estar contenido en el capítulo tres de la ley,
como se desprende de su nombre, es instrumento protocolar. Aquellos dos
mencionados son el poder fuera de registro y el poder por carta con firma legalizada.
4. Complete la oración
11.El notario está prohibido de ejercer la abogacía en todos los (V) (F)
casos
13.La fe pública judicial está a cargo de los Jueces y tribunales de (V) (F)
justicia.
14.La fe pública administrativa está a cargo de los funcionarios del (V) (F)
Estado.
1. V 11. F
2. V 12. F
3. V 13. F
4. V 14. F
5. Administrativo o 15. V
sistema notarial
Estatal
6. V 16. V
7. F 17. F
8. F 18. V
9. F 19. F
10. F 20. F
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Cabanellas G. (2000). Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo III. (8va. Ed.).
Lima.
Castan, J. (1977). Derecho civil español, común y foral. v.IV. Derecho de obligaciones.
Las particulares relaciones obligatorias. Editorial Reus. Madrid, 1977
Castillo, L. (Comp.). (2012). Breve Historia del Derecho Notarial. Lima: Gaceta Notarial.
Instituto de Investigación Jurídica. (s.f.). Derecho Notarial. (4ta. Ed.). Lima: Fecat.
Meneses, A. (2010). Análisis de la Sentencia de Inconstitucionalidad del Decreto
Legislativo del Notariado. Tomo 36. Lima: Gaceta Jurídica.
Mustápich, J. (2004). Tratado Teórico y Práctico de Derecho Notarial (Tomo II). Buenos
Aires: Ediar.
Ripert, G. (1954). Tratado Elemental del Derecho Comercial. Buenos Aires: TEA.
Segane, G. (s.f.). Manual Práctico y Formulario del Notario Público. Lima: Rosay.
Vásquez, J., Siguas, R., Guillén, J., Salinas, V., Siguas, H., & Quispe, H. (1997). Derecho
Notarial y Registral (Material de Enseñanza). Lima.
Vega, A. (2000). Breve Reseña Histórica del Notariado en el Perú. Tomo I, Lima, pp. 64-
66.
SEGUNDA UNIDAD:
DE LA ORGANIZACIÓN Y
VIGILANCIA DEL NOTARIADO
Tomado de:
Cabanellas G. (2000). Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo III. (8va. Ed.).
Lima.
Castillo, L. (Comp.). (2012). Breve Historia del Derecho Notarial. Lima: Gaceta Notarial.
Gonzales, G. (2012). Derecho Registral y Notarial. Tomo II. (3era ed.). Lima: Jurista
Editores E.I.R.L.
Mustápich, J. (2004). Tratado Teórico y Práctico de Derecho Notarial (Tomo II). Buenos
Aires: Ediar.
Capítulo I:
Según Gonzales (2012), los Colegios de Notarios se distribuyen por los llamados
"distritos notariales‖, que en gran medida coinciden con los distritos judiciales. En los
distritos notariales puede existir una (ejemplo: Lima) o varias provincias políticas. El
notario, sin embargo, ejerce su función por razón de provincia, y no por todo el distrito
notarial, salvo que este coincida exactamente con una sola provincia (P. 1416).
Los Colegios de Notarios, que se instituyen en cada distrito notarial, son personas
jurídicas de derecho público (art. 129 LN), cuyo funcionamiento se rige por el estatuto
único, aprobado para todos ellos por el DS 009-97-JUS, aunque el tema ha sido objeto
de interpretación por los fundamentos jurídicos 41, 42 y 43 de la sentencia del Tribunal
Constitucional recaída en el expediente N° 00009-2009-PI/TC (P. 1448).
a) La vigilancia directa del cumplimiento por parte del notario de las leyes y
reglamentos que regulen la función.
g) Emitir los lineamientos así como verificar y establecer los estándares para
una infraestructura mínima tanto física como tecnológica de los oficios
notariales. Así mismo generar una interconexión telemática que permita
crear una red notarial a nivel nacional y faculte la interconexión entre
notarios, entre estos y sus colegios notariales así como entre los Colegios
y la Junta de Decanos de los Colegios de Notarios del Perú.
h) Absolver las consultas y emitir informes que le sean solicitados por los
Poderes Públicos, así como absolver las consultas que le sean formuladas
por sus miembros;
La nueva Ley del Notariado Decreto Legislativo 1049 establece que el Colegio de
Notarios tendrá un Tribunal de Honor compuesto de tres miembros que deben ser
notarios que no integren simultáneamente la Junta Directiva, y/o abogados de
reconocido prestigio moral y profesional. El Tribunal de Honor se encargará de conocer y
resolver las denuncias y procedimientos disciplinarios en primera instancia.
Los miembros de la Junta Directiva son elegidos en Asamblea General, mediante
votación secreta, por mayoría de votos y mandato de dos años. En la misma forma y
oportunidad, se elegirá a los tres miembros titulares del Tribunal de Honor, así como tres
miembros suplentes que solo actuarán en caso de abstención y/o impedimento de los
titulares.
Según el maestro Ripert (1954), toda persona jurídica comúnmente nace sin
patrimonio, por lo que durante su vida lo forja, salvo excepciones conocidas. En el caso
de los Colegios de Notarios, sus rentas (ingresos) están señalados en la Ley del
Notariado – Decreto Legislativo 1049; ahora sí, veamos cuales son los ingresos de las
aludidas personas jurídicas:
Gonzales (2012), menciona que los Colegios de Notarios son numerosos por lo
que la práctica obligó a constituir un órgano superior con el fin exclusivo de cooperación,
y no de imperio o supremacía, lo que llevó a instituir de manera oficial a la Junta de
Decanos de los Colegios de Notarios del Perú, cuya función es coordinar acciones en el
orden interno (léase bien: "coordinar", y no "obligar‖) y ejercer la representación del
notariado a nivel internacional (art. 135 LN). La Junta de Decanos, a diferencia de los
Colegios de Notarios, no cuenta con personería jurídica, pues la ley no se la ha atribuido,
y se integra por todos los decanos de los Colegios Notariales; tiene su sede en Lima y se
rige por el Estatuto aprobado por DS 007-97-JUS (. 1449).
Menciona además que la Junta de Decanos de los Colegios de Notarios del Perú
se integra por todos los decanos de los Colegios de Notarios de la República, tiene su
sede en Lima, y la estructura y atribuciones que su Estatuto aprobado en Asamblea,
determinen.
Cuba (2006), dice que como resulta muy poco probable existan donaciones, le-
gados y subvenciones, es muy importante que los Colegios de Notarios cumplan con sus
cuotas que permitan a la Junta cumplir con sus fines, objetivos y obligaciones.
Es así que a través del Consejo del Notariado se dio cumplimiento a la Ley
Orgánica del Sector Justicia, aprobada por Decreto Ley N° 25993, que en su artículo 6,
establecía entre otras funciones del Sector Justicia, la de normar, supervisor y evaluarla
función notarial; estableciendo en su numeral 27 que el mencionado Ministerio cuenta
entre otros con el Consejo del Notariado, como órgano que propone las normas que se
requieran para el mejor desenvolvimiento de la función notarial y vigilancia del
cumplimiento de las normas que lo rijan.
Agrega, que las decisiones del Consejo del Notariado que afecten un interés
particular, específicamente las sanciones a notarios, son inmediatamente ejecutables,
aunque revisables en vía judicial, a través del proceso contencioso administrativo.
¿Qué ocurre si el Poder Judicial anula la decisión administrativa? ¿Es posible una
indemnización? En opinión del autor, una indemnización es dudosa, pues se aplica el
principio "donde hay recurso no hay responsabilidad‖, por lo que la corrección que haga
la vía judicial es suficiente en la aplicación del derecho. Ahora bien, si el eventual
perjudicado alega que se le ha privado del ejercicio de la función, pues en este caso
tampoco hay daño ocasionado por la decisión administrativa, pues bien pudo el
interesado acudir a una medida cautelar para suspender la sanción, y si el órgano
jurisdiccional no accedió a la medida cautelar, ello demuestra que la controversia era
discutible, por lo que no hay dolo o culpa grave en la decisión, y si el interesado no instó
la medida cautelar, entonces la deficiencia de su propia defensa es la que le ocasionó el
daño.
CONSEJO DEL
NOTARIADO
COLEGIOS DE NOTARIOS
NOTARIOS
140
y/o la intervención de testigos que garanticen una adecuada identificación‖. Es obvio que
con el avance de la ciencia y la tecnología, la aparición de la informática, ahora existan
otros medios de que pueden hacer uso los notarios, a fin de no incurrir en
responsabilidad.
Una vez concedido el recurso, el Consejo del Notariado cita a vista de la causa.
Excepcionalmente, dispone la actuación de prueba de oficio cuando sea imprescindible
para tomar decisión, en cuyo casonotifica a las partes. La resolución del Consejo se
emite en el plazo de 180 días contados desde la recepción del expediente, y con ello se
agota la vía administrativa (Art. 73° reglamento).
De esta manera, en toda acción que se suscite contra un notario, sea en el orden
personal o por razón de sus funciones profesionales, deberá darse conocimiento al
Colegio de Notarios, para que éste, a su vez, adopte o aconseje las medidas que
considere oportunas. A tal efecto los jueces de oficio o a pedido de partes, deberán
notificar a dicho colegio toda acción intentada contra un notario, dentro del plazo que la
ley procesal señale.
1. Los Colegios de Notarios son personas jurídicas de derecho privado (V) (F)
2. Los Distritos Notariales en el Perú son 24 (V) (F)
3. Cada Colegio de Notarios tiene su propio estatuto (V) (F)
4. El funcionamiento de los Colegios de Notarios se rige por estatuto (V) (F)
único
5. El Consejo del Notariado autoriza las licencias y vacaciones de los (V) (F)
notarios.
6. Es función del Consejo del Notariado convocar a concurso público (V) (F)
para la provisión de vacantes en el ámbito de su demarcación
territorial.
7. Es función de la Junta de Decanos de los Colegios de Notarios del (V) (F)
Perú llevar un registro actualizado de los notarios a nivel nacional.
8. El Fiscal de la Nación es miembro del Consejo del Notariado. (V) (F)
9. El Ministro de Justicia es miembro del Consejo del Notariado (V) (F)
10. Son ingresos de los Colegios de Notarios las donaciones, legados, (V) (F)
tributos y subvenciones que se efectúen o constituyan a su favor.
11. El Consejo Directivo de la Junta de Decanos de los Colegios de (V) (F)
Notarios del Perú está compuesta por un presidente, dos
vicepresidentes, un secretario, y un tesorero.
12. La Junta de Decanos de los Colegios de Notarios del Perú orienta (V) (F)
su acción al cumplimiento de los fines institucionales.
13. El Consejo del Notariado es el órgano del Ministerio de Justicia que (V) (F)
ejerce la supervisión del notariado
14. Es función de los Colegios de Notarios el llevar un registro (V) (F)
actualizado de los notarios de su jurisdicción
SOLUCIONARIO DE LA AUTOEVALUACIÓN
Ítem Solución Ítem Solución
1. F 11. F
2. F 12. V
3. F 13. V
4. V 14. V
5. F
6. V
7. F
8. V
9. V
10. V
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Cabanellas G. (2000). Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo III. (8va. Ed.).
Lima.
Castan, J. (1977). Derecho civil español, común y foral. v.IV. Derecho de obligaciones.
Las particulares relaciones obligatorias. Editorial Reus. Madrid, 1977
Castillo, L. (Comp.). (2012). Breve Historia del Derecho Notarial. Lima: Gaceta Notarial.
Instituto de Investigación Jurídica. (s.f.). Derecho Notarial. (4ta. Ed.). Lima: Fecat.
Meneses, A. (2010). Análisis de la Sentencia de Inconstitucionalidad del Decreto
Legislativo del Notariado. Tomo 36. Lima: Gaceta Jurídica.
Mustápich, J. (2004). Tratado Teórico y Práctico de Derecho Notarial (Tomo II). Buenos
Aires: Ediar.
Ripert, G. (1954). Tratado Elemental del Derecho Comercial. Buenos Aires: TEA.
Segane, G. (s.f.). Manual Práctico y Formulario del Notario Público. Lima: Rosay.
Vásquez, J., Siguas, R., Guillén, J., Salinas, V., Siguas, H., & Quispe, H. (1997). Derecho
Notarial y Registral (Material de Enseñanza). Lima.
Vega, A. (2000). Breve Reseña Histórica del Notariado en el Perú. Tomo I, Lima, pp. 64-
66.
TERCERA UNIDAD: EL DERECHO
REGISTRAL EN DOCTRINA Y EN LA
LEGISLACIÓN
Tomado de:
Rubio D. (2007) Derecho Registral Teoría y Práctica. Trujillo: Editorial AP. Creatividad
S.A.C.
García Coni R. y Frontini A. (2006) Derecho Registral Aplicado. (3va. Ed.). Buenos
Aires: Lexisnexis Argentina S.A.
Roca Sastre R. y Roca Sastre L. (2010) Derecho Hipotecario Dinámica Registral. (8va.
Ed.) Barcelona: Bosch Casa Editorial S.A.
Capítulo I
Concepto de Derecho Registral, Sistemas Registrales,
Caracteres y Estructura Legislativa del Derecho Registral.
1.1. Denominación:
1.1.1. Concepto
Falbo refiere: "Es una disciplina jurídica que trata los derechos reales en su
aspecto dinámico, procurando dar seguridad a los adquirentes de bienes inmuebles o a
quienes constituyan derechos reales sobre los mismos".
Sanz refiere: "Un conjunto de normas de Derecho Civil que regulan las formas de
publicidad de los actos de constitución, transmisión, modificación y extinción de los
derechos reales sobre fincas y las garantías de ciertos derechos personales o de crédito
a través del Registro de la Propiedad".
Nuestro colega y amigo David Rubio Bernuy en el mismo sentido expresa: ―El
Derecho Registral es el conjunto de principios registrales, normas generales y
reglamentos de carácter jurídico especiales, que fundamentalmente regulan la
organización de la institución registral, el funcionamiento y control de las inscripciones de
los diferentes Registros de carácter jurídico, que conforman el Sistema Nacional de los
Registros Públicos (SINARP). Regula, además, las inscripciones, los efectos de la
publicidad registral directa e indirecta y de todo el contenido de las partidas regístrales y
de los títulos archivados que generaron las inscripciones.
1.2. Caracteres
Rubio (2007)
Las normas de Derecho Público, como sabemos, son aquellas que regulan el
orden jurídico del Estado en sí, en su relación con los particulares y con los demás
Estados. En el primer hablamos de Derecho Público Interno y, en el segundo, hablamos
de Derecho Público Externo.
Rubio (2007)
Por lo tanto, todos los actos o derechos, de los cuales se solicita su acceso al
Registro y no reúnan las formalidades de Ley, tanto en el documento como en las
cláusulas exigidas por la ley, el incumplimiento de las mismas motivará la denegatoria de
su inscripción.
Se dice que es limitativo porque sólo son registrables los actos y derechos
específicamente señalados por la ley.
Rubio (2007)
La característica del Derecho Registral, de que es un derecho limitativo, se
debe fundamentalmente a que los actos o derechos que se inscriben en el
Sistema Nacional de los Registros Públicos (SINARP), son aquellos que de
manera expresa y específica se encuentran debidamente señaladas en la Ley.
En el Derecho Registral Peruano, las inscripciones son Numerus Clausus
o Cerrado, lo que significa que accederán al Registro Público sólo los actos o
derechos, que estén previamente determinados en la Ley. Cuando hablamos de
ley, nos referimos a cualquier norma de carácter jurídico independientemente de
su jerarquía, no necesariamente Ley del Congreso.
Rubio (2007)
Guevara (1996)
En el Libro IX de nuestro C.C. están normados los Registros Públicos y su
relación consiste en que el Derecho Registral es un desenvolvimiento de un grupo de
preceptos básicos del Derecho Civil, aunque cabe señalar que el Derecho Registral se
aparta cada vez más del Derecho Civil y hasta lo contradice a veces, introduciendo
nuevos elementos. La parte sustancial del Derecho Registral constituye Derecho Civil.
Los sectores del Derecho Civil puro como personas, cosas, obligaciones y contratos,
familia y sucesiones guardan íntima relación con el Derecho Registral, por ello son
normas civiles las que con mayor frecuencia el Registrador ha de tener presente en su
función calificadora. En nuestra legislación, los principios regístrales han sido
incorporados al Código Civil. Así el art. 2011, se refiere a los Principios Regístrales de
Legalidad y Rogación, el art. 2012 al Principio de Publicidad, el art. 2013 se refiere al
Principio Legitimación, el art. 2014 se refiere al Principio Registral de Fe Pública
Registral el art. 2015 se refiere al Principio Registral de Tracto Sucesivo y los Arts. 2016
y 2017 se refieren al Principio Registral de Prioridad. (P. 13,14)
Rubio (2007)
El Derecho Registral, si bien nació del Derecho Civil, cada día se aparta más de
él hasta constituir una rama autónoma , al punto que en ocasiones hasta lo contradice,
como es el caso de la diferencia entre el Tercero Civil y el Tercero Registral. Sobre la
diferencia sustancial o cualitativa entre ellos, hacemos a continuación una explicación
sobre los efectos y requisitos.
Rubio (2007)
Con el Derecho Comercial también guarda una fluida relación, ya que los
Registradores del Registro de Personas Jurídicas aplican, en el proceso de calificación
de títulos que se presentan a dicha sección, normas de carácter comercial o mercantil,
básicamente en la calificación de constituciones de sociedades, como en los actos
secundarios que pueden ser las modificaciones de los Estatutos, como la elección y
renovación de los órganos de gobierno.
Así tenemos que para calificar las Escrituras Públicas de Constitución de las
Sociedades en cualquiera de sus cinco modalidades (Sociedad Anónima, Sociedad de
Responsabilidad Limitada, Sociedad Colectiva, Sociedad en Comandita, Sociedad Civil)
deben tener en cuenta y aplicar, en el aspecto sustantivo principalmente las normas
contenidas en la Ley General de Sociedades N° 26887, la misma que fue publicado en el
Diario Oficial El Peruano el 09/12/1,997 y vigente desde el 1 de enero del año 1,998.
Con respecto a las EIRL es bueno tener en cuenta algunos aspectos sustantivos
y formales como los siguientes:
Rubio (2007)
A pesar de que el Registro es una persona jurídica de derecho público con cierta
autonomía, siempre tendrá un control a cargo del Estado a través del Ministerio de Justicia, Sector
al que pertenece y de la Contraloría General de la República.
Además, en todos los procedimientos ante el Registro, se aplica de manera supletoria las
mas contenidas en la Ley del Procedimiento Administrativo Registral, aprobada por Ley 27444.
En conclusión las normas de Derecho Administrativo, regulan la organización de los
servicios registrales que comprende inscripciones y publicidad, la organización de la institución en
cuanto al personal y la estructura de la misma (P. 22,23)
Rubio (2007)
Rubio (2007)
Para el autor García Coni, tanto el Notario como el Registrador deben ser
verdaderos profesionales del Derecho, y acreditar una capacitación idónea de acuerdo a
su difícil tarea, cual es "AL SABER HACER" del Notario, debe seguir "EL HACER
SABER" del Registrador.
1.3.6.1.1. Argentina
a. Antecedentes históricos
García Coni Raúl y Ángel A. Frontini ( 2006)
1.3.6.1.2. España
Roca Sastre (1995)
Con el Derecho fiscal, el Derecho inmobiliario registral tienen asimismo relación
respecto a mandamientos ordenando anotaciones preventivas de embargo por débitos
fiscales y ejecuciones derivadas de los mismos, justificaciones previas del pago de los
Impuestos de Transmisiones Entre Vivos y Actos Jurídicos Documentados y de Su-
cesiones y Donaciones, hipoteca legal tácita por impuestos, así como la legal expresa,
afecciones fiscales regístrales por autoliquidación de dichos impuestos, por exenciones o
bonificaciones o para garantizar la liquidación de la extinción del usufructo, coordinación
entre el Catastro y el Registro de la propiedad, etc. (P. 93)
I. Finca y actos registrables. — Debe distinguirse entre la finca y los actos registrables:
Hay que destacar también que el nuevo sistema registral francés establece una
efectiva correlación del Catastro con el Registro.
Así el art. 2° de dicho Decreto-ley de 1955 dispone que ninguna modificación jurídica de
un inmueble puede ser objeto de una mutación catastral si el acto o decisión judicial
constatando esta modificación no ha sido publicado en el fichero inmobiliario.
Entran también aquí los actos entre vivos dirigidos a constatar cláusulas
de inalienabilidad temporal y todas las demás restricciones al derecho de
disponer, así como las cláusulas susceptibles de entrañar la resolución o
revocación de los referidos actos de mutación o constitución de derechos
reales, privilegios e hipotecas; y también las decisiones judiciales
constatando la existencia de tales cláusulas.
7) El adquirente del dominio del inmueble no puede transferirlo ni gravarlo, sin que
previamente inscriba su Título de adquisición.
8) La inscripción tiene valor absoluto, es decir, el que adquiere de quien aparece en
el Registro como dueño de la finca, adquiere válidamente, aunque el dato que
El Registro como Institución, nace en España con la Ley Hipotecaria de 1861, que
ha sido modificada para adecuarla a los cambios socio-económicos así como por la
integración del país a la Comunidad Europea.
Es importante por el hecho de ser fuente de la mayoría de las legislaciones
americanas, entre ellos el Sistema Registral Peruano, pues en el Sistema Español, para
poder transmitir un bien se requiere justa causa o Título y la entrega de la cosa o
tradición, lo que significa que la virtualidad del acto transmitivo inmobiliario, descansa en
la escritura notarial como exteriorización de las relaciones obligacionales.
La inscripción es declarativa de los derechos y su objetivo es, simplemente, la
información a terceros, pero un acto inscrito obtiene una presunción de exactitud «juris-
tantum» que debe ser destruida para invalidarlo.
A su vez, los terceros que adquieren de buena fe un derecho, que conste perfecto
en el Registro, pueden apoyarse en la fe pública registral que legítima el derecho
haciéndolo inatacable.
La inscripción de los derechos de dominio es facultativa, pero es obligatorio para
la constitución del derecho real de hipoteca.
Dada esa buena fe, la transmisión se produce a pesar del dolo o fraude
con que actúe el transmitente^ el hecho de ser éste titular registra!,
determina que tenga la posibilidad de hecho de hacer adquirir, a la
persona que con él contrata, unos bienes -los registrados a su nombre-
que él mismo no tiene (principio de legitimación). La constancia registral
no es, sobre todo, una forma de ser, sino una forma de valer. No quiere
decir esto que los derechos no valen por sí, pero, en cambio, las
apariencias regístrales tienen un valor formal que puede llegar a ser
independiente del valor material en tanto y en cuanto se den las
condiciones precisas para invocar la protección del Registro.
3.Un acto inscrito obtiene una presunción de exactitud «Juris Tantum» que debe ser
destruida para invalidarlo.
4.Tiene plena vigencia el Principio Registral de Fe Pública Registral que legítima el
derecho haciéndolo inatacable.
Guevara (1996)
"Son sistemas que admiten la transcripción, aquellos en los cuales los títulos que
logran acogida registral son transcritos literalmente en los archivos de los registros, sin
abreviación ni omisión alguna (Francia)".
"En los sistemas de inscripción, al contrario, se extrae de los títulos que buscan
acogida registral los elementos esenciales, para que de ellos quede constancia en los
asientos de inscripción correspondientes".
"Son potestativas aquellas que establecen que las personas pueden inscribir o no
los actos que tienen acogida registra; mientras que son Obligatorias aquellas que
establecen sanciones para quienes no cumplen con inscribir los actos correspondientes".
"Por otro lado, son constitutivos aquellos sistemas que no admiten la existencia
de un acto si éste no se ha inscrito. La inscripción resulta p elemento de validez del acto
jurídico. Mientras que son simplemente declarativos los que admiten la existencia del
acto a pesar de su falta de Inscripción".
"Estas definiciones nos sirven para no confundir la característica de ser
obligatoria con la de ser constitutiva. Un sistema puede ser obligatorio y a la vez ser solo
declarativo, como el caso del francés, poif ejemplo, el que se imponen sanciones
económicas para los casos de falta de inscripción desde 1955, lo que lo hace obligatorio,
sin perjuicio de seguir siendo declarativo en la medida que el acto existe a pesar de su
falta de inscripción".
"Es cierto que en el C. Civil se encuentra una amplia variedad, pues al lado de la
inscripción de la hipoteca que resulta constitutiva, tenemos la transferencia de propiedad
y otros derechos reales cuya ; inscripción es declarativa. También se encuentra el caso
de la inscripción de las personas jurídicas, que de acuerdo a lo señalado por el artículo
77° del Código, es coristitutiva".
"En este sentido, cabe mencionar el Proyecto, del Libro de Registros Públicos
que fuera presentado a la Comisión Revisora por la ONR, en el que se proponía adoptar
el sistema constitutivo de la inscripción y hacerlo en forma progresiva, es decir comenzar
por algunas grandes ciudades para luego extender este sistema al resto del país".
El Sistema Nacional se creó por imperio del dispositivo legal mencionado, con
la finalidad de mantener y preservar la unidad y coherencia en el ejercicio de la función
registral en todo el país, orientado a la especialización, simplificación integración y
modernización de la función, procedimientos y gestión de todos los registros que lo
integran.
La Ley en comentario fue promulgada a los cuatro días del mes de Octubre de
mil novecientos noventa y cuatro y su estructura es de IV Títulos: Del Sistema Nacional
de los Registros Públicos, De los Registros, De los Registradores Públicos, De la
Superintendencia Nacional de los Registros Públicos. Este ultimo comprende la
naturaleza de la SUNARP, de la Alta Dirección, del Directorio, del Consejo Consultivo,
del Régimen Económico y Financiero y del Régimen Laboral.
García y García a su vez los define como "las notas o rasgos básicos que tiene o debe
tener un determinado sistema registral".
2.1. Clasificación
Principios regístrales son los juicios, reglas e ideas fundamentales que rigen u
orientan un determinado Sistema Registral. Son aquellos que sirven de base al Sistema
Registral de un determinado país. El estudio efectuado sobre los Sistemas Regístrales
nos permite establecer principios fundamentales que deben existir en toda organización
registral, en relación a la inscripción inmobiliaria y mobiliaria.
Vienen a ser los juicios, reglas e ideas fundamentales que rigen u orientan un
determinado Sistema Registral. Nuestro sistema registral inspirado en la Ley Hipotecaria
Española, actualmente es mixto; habiendo incorporado estos principios regístrales que
tienen carácter de norma sustantiva, tanto en el Código Civil, como en el Reglamento
General de los Registros Públicos, aplicándose al Sistema Registral desde su
presentación de los títulos en el DIARIO, hasta su correspondiente inscripción, y son:
Los notarios o sus dependientes expresamente autorizados para ello, pueden ser
presentantes de títulos, también están facultados para hacer valer los recursos que les
franquean los Reglamentos de los Registros. En definitiva, cualquier persona puede
solicitar la inscripción o anotación preventiva de un título, sin necesidad de acreditar
legítimo interés personería. A esta persona el Reglamento General de los Registros
Públicos le denomina ―tercero interesado‘‘.
Por el Principio de Prioridad, los derechos que otorgan los Registros Públicos,
están determinados por la fecha de su inscripción y, a su vez, la fecha de inscripción
está determinada por el día y hora de la presentación del título. Esto significa que las
inscripciones no rigen a partir de la fecha en que se realizan, sino a partir del día y hora
de su presentación (rogatoria); es decir, la vigencia se retrotrae a la fecha y hora de ésta.
Nuestro Código Civil reconoce este principio en sus Arts. 2016 y 2017
Está contenida en el Art. 2016° del Código Civil, cuando expresa que ―La
prioridad en el tiempo de la inscripción determina la preferencia de los derechos que
otorga el Registro‖.
Está estatuida en el artículo 2017, cuando señala que "no puede inscribirse un
título incompatible con otro ya inscrito, aunque sea de fecha anterior". Al igual que en el
caso de la prioridad de rango, la Exposición de Motivos del Código Civil manifiesta que
este artículo acoge la prioridad excluyente, que tiene efectos respecto de títulos que son
incompatibles con otros ya inscritos y que no permiten su inscripción aun sin interesar
las fechas en que estos títulos fueron otorgados.
Por el principio de Legalidad, todo título que pretenda su inscripción, término que
comprende a las anotaciones preventivas, sin excepción, debe estar sometido a una
previa calificación registral, a fin de que a la inscripción solamente tengan acceso los
títulos válidos y perfectos. Se entiende por CALIFICACION REGISTRAL, al análisis
minucioso y exhaustivo que debe realizar el registrador, respecto a la licitad del acto,
contrato, resolución judicial o administrativa, teniendo en cuenta las normas legales
vigentes y los antecedentes que obran en los Registros Públicos
Este principio registral ha sido acogido por el Código Civil en su artículo 2011, que
a la letra expresa: "Los registradores califican la legalidad de los documentos en cuya
virtud se solicita la inscripción, la capacidad de los otorgantes y la validez del acto, por lo
que resulta de ellos, de sus antecedentes y de los asientos de los registros públicos.
LA VALIDEZ DEL ACTO. Conforme se desprende del Art. 225 del Código Civil,
el documento es distinto al acto. El acto consta del documento y al documento ya nos
hemos referido. Ahora nos vamos a ocupar del acto jurídico a calificar.
Este principio debe involucrarse por tanto en la calificación registral, pues la falta
de tracto determina el rechazo de la inscripción de un título.
Tiene por objeto mantener el orden regular de los títulos registrales sucesivos, de
manera que todos los actos y dispositivos formen un perfecto encadenamiento,
apareciendo registrados como si derivaran los unos de los otros. Cada asiento registral
debe apoyarse en otro anterior, de modo que de la lectura de los mismos aparezca la
historia completa de la propiedad.
Aun cuando lo expresado pudiera hacer creer lo contrario, el principio de tracto
sucesivo, no solamente se manifiesta en el Registro de Propiedad Inmueble, sino en
todos los Registros. En el Registro de Mandatos y Poderes por ejemplo, no se podrá
inscribir una revocación de poder si anticipadamente no se ha inscrito el poder que se
revoca; en el Registro de Testamentos, no se podrá anotar una demanda sobre nulidad
de testamento si antelada mente no se ha inscrito el testamento; en el Registro de
Sociedades no se podrá inscribir el poder que otorga un Directorio si el mismo no está
previamente inscrito.
La excepción al principio de tracto sucesivo, es la inscripción primera de dominio
o inmatriculación tratándose del Registro de Propiedad Inmueble, que es el ingreso por
primera vez de una unidad inmobiliaria a la vida registral, pero a partir de aquella, las
posteriores inscripciones deben cumplir con el principio en comentario.
Se entiende por tracto el espacio que media entre dos lugares o el lapso que
transcurre entre dos momentos. Si el recorrido entre ambos puntos del espacio o del
tiempo se efectúa ininterrumpidamente, el tracto será continuo.
La evolución de ciertos derechos, como la de los seres vivientes, presenta
características de ontogenia y filogenia.
Conforme al símil, la ontogenia comprende el desarrollo, de cada derecho
subjetivo desde su inicio hasta el estado adulto. Sus primeros pasos encuadran en la
embriología y luego sigue una etapa de "adolescencia", hasta que llega a la madurez.
La genealogía de esos derechos, vinculados entre sí por medio de los su-
cesivos titulares, constituye su filogenia, cuyo reflejo registral es el tracto continuo, que
interesa a nuestro estudio. (P. 135)
Como señala la doctrina alemana, este principio tiene como finalidad clarificar la
historia de los asientos. En este sentido, una buena parte de la doctrina latina mantiene
el criterio alemán, referido a que el tracto sucesivo es un "requisito‖ de la inscripción y,
en consecuencia, su naturaleza es meramente formal. Por ejemplo, ROCA SASTRE
señala que el tracto sucesivo exige que al tiempo de proceder a registrarse un acto
inscribible, el transmitente deba ser el último titular registral del derecho en cuestión. De
esta manera, el tracto no se constituye en un requisito sustantivo para el ejercicio de la
facultad dispositiva, sino únicamente en un requisito formal para que el acto dispositivo
pueda ocurrir. E1 tracto registral tiene dos vertientes: positivo, por virtud del cual, a partir
de un determinado titular registral se van concadenando las inscripciones sucesivas; Y,
negativo, por el cual, desde una inscripción nula, se cancelan las posteriores
inscripciones. Este último aspecto se deriva, también, del latin NEMO PLUS IURIS, pues, si
extingue el derecho del transmitente, entonces ocurre lo propio con el del adquirente. En
el primer caso, por ejemplo, A vende a B, que lo transmite a favor de C, que a su vez
dona a D. En buena cuenta, el titular registral permite concadenar las inscripciones
sucesivas. En segundo caso, por el contrario, la nulidad de A-B da como resultado que
se cancelen las inscripciones posteriores, en tanto, cada uno de los transmitentes
carecía del poder de disposición que justificaba la transferencia.
Sin embargo, existen casos en los que el tracto está simplemente excluido, pues
esta figura presupone la necesidad de transmisiones derivativas, lo que no ocurre en las
disputas sobre modos originarios de adquisición, como la usucapión. Por tanto, aquí,
como en otros casos, el juez puede romper o prescindir del tracto registral, pues en el
proceso contencioso se discute ampliamente el conflicto de forma dialéctica, bajo los
principios de igualdad, bilateralidad, contradicción y pluralidad de instancia. El tracto
sucesivo no es un principio general del derecho, sino una regla técnica de ordenación
registral que justificadamente puede excluirse por obra del juez.
Se presume sin admitirse prueba en contrario que todas las personas conocen
del contenido de las inscripciones. Es una presunción «Jure et de Jure», esto es, que no
admite prueba en contrario. Este principio se encuentra preceptuado en el Art. 2012° del
Código Civil y significa que no se puede alegar desconocimiento o ignorancia del
contenido de los asientos de inscripción; es decir, de todo aquello que aparece inscrito
en las partidas de los Registros Públicos
Es el caso por ejemplo del derecho de retracto que la ley concede a determinadas
personas para subrogarse en el lugar del comprador en todas las estipulaciones del
contrato de Compra-Venta. Este derecho debe hacerse valer en el término de treinta
días, computados a partir de la comunicación de fecha cierta a la persona que goza de
este derecho. Cuando su domicilio no sea conocido ni conocible, puede hacerse la
comunicación mediante publicaciones en el diario encargado de la publicación de los
avisos judiciales y en otro de mayor circulación de la localidad.
El Art. 2014 del Código Civil textualmente expresa: «El tercero que de
buena fe adquiere a título oneroso algún derecho de persona que en el registro
aparece con facultades para otorgarlo, mantiene su adquisición una vez inscrito
su derecho, aunque después se anule rescinda o resuelva el del otorgante por
virtud de causas que no consten en los registros públicos.
A su vez el Art. VIII del Título Preliminar del Reglamento General de los
Registros Públicos literalmente reza: ‗‘La inexactitud de los asientos registrales
por nulidad, anulación, resolución o rescisión del acto que los origina, no
perjudicará al tercero registral que a título oneroso y de buena fe hubiere
contratado sobre la base de aquellos, siempre que las causas de dicha
inexactitud no consten en los asientos registrales‘‘.
El autor español Luís Diez Picaso expone sobre este particular lo siguiente:
El artículo primero del Reglamento General de los Registros Públicos cuyo Texto
Único Ordenado ha sido publicado el 30 de Marzo del año 2,005 ( Resolución N° 079 -
2005-SUNARP/SN), hace un aporte sumamente importante en el Derecho Registral al
definir y establecer a través de ésta, las características fundamentales del procedimiento
registral peruano.
a. Es un procedimiento especial
Para terminar sobre título formal y título material, es bueno precisar que nuestro
Código Civil, hace la distinción entre el acto jurídico y el documento que sirve para
probarlo. La nulidad del documento no necesariamente implica la nulidad del acto, el
mismo que subsiste.
Existen contratos que celebran los ciudadanos en general, que en muchos casos
sólo, constan en documentos privados. En estos casos sí la Ley establece que debe
constar en Escritura; Pública (Ejs. Art. 156, 1625, 1092, etc.), la parte o las partes que
celebraron el contrato, pueden compelerse recíprocamente a llenar la formalidad. En el
caso de que voluntariamente una de las partes no quiera firmar la formalidad exigida por
la Ley, la parte perjudicada puede recurrir al poder judicial, a través del típico proceso de
otorgamiento de Escritura Pública (ejemplo de compra venta de un inmueble) este
procedimiento se regula por las reglas del procedimiento sumarísimo (art. 1412 del C.C.).
3.1.3.1. La presentación de títulos para su inscripción.
Rubio (2007)
Sobre el presentante del título, éste puede ser el o los otorgantes/contratantes del
Acto o Derecho inscribible, o de un tercero interesado en la inscripción.
El ingreso de los títulos por el Libro Diario, genera la redacción del Asiento de
Presentación de Títulos.
El Libro Diario es de suma importancia, por los efectos jurídicos que van a
determinar o generar en el tiempo, ya sea para la calificación del título o para los
beneficios que le otorga el Registro cuando el título como consecuencia de una
calificación positiva del mismo por parte del Registrador Público o eventualmente por el
Tribunal Registral, ha accedido al Registro (TITULO INSCRITO) los datos del asiento de
presentación, que son redactados en la sección de digitación del área de cajeros, forman
parte de manera obligatoria del asiento de inscripción.
Sobre La importancia del libro Diario y los efectos o Beneficios que otorga a los
títulos presentados, se debe tener en cuenta el siguiente ejemplo
Por lo que el usuario debe reintegrar en caja el pago de los derechos en este
título liquidado.
Es por ello que, cuando se trata de derechos " COMPATIBLES ", no interesa la
fecha de redacción del asiento de inscripción, sino la fecha de presentación del título o
títulos al Registro, por cuanto esta última fecha es la que vale para todos los efectos
legales o protección que brinda el Registro a los ACTOS Y DERECHOS inscritos. (P. 75)
3.1.5. El asiento de presentación de los títulos
Rubio (2007)
En este caso la prórroga de la vigencia del asiento de presentación del título es
hasta por un máximo de 60 días hábiles adicionales a los 35 días hábiles del plazo
ordinario, mediante Resolución del Gerente Registral o funcionario competente. La
resolución de prórroga de oficio se debe basar en causas objetivas y extraordinarias
debidamente acreditadas; es decir, en este caso de prórroga de oficio estamos hablando
que la vigencia del asiento de presentación tiene un plazo total de hasta 95 días hábiles
La prórroga de oficio, de hasta 60 días adicionales al plazo ordinario, se dan
como lo indica el Reglamento General, por causas objetivas y extraordinarias.
Si en el caso de los títulos masivos, éstos fueron observados (25 días de prórroga
automática) y posteriormente el Registrador solicita la prórroga de Oficio por las causas
objetivas que existan (60 días como máximo), estamos entonces a que un título
presentado en el Registro, puede tener como plazo máximo de la vigencia del asiento de
presentación de 120 días hábiles a razón de : 35 días plazo ordinario, 25 días de
prórroga automática y 60 días prórroga de oficio por causas objetivas y extraordinarias.
(P.76)
a) Inmatriculaciones.
b) Acumulaciones e independizaciones de predios no lotizados.
c) Lotizaciones no aprobadas mediante Resolución Municipal.
d) Rectificación o modificación de áreas, linderos o medidas perimétricas de
predios, respecto de su matriz.
Rubio (2007)
Rubio (2007)
Rubio (2007)
Rubio (2007)
Rubio (2007)
Rubio (2007)
Que implica que el Registrador Público, procederá a la tacha del título y liquidar los
derechos por presentación o trámite, devolviéndose al usuario sólo los derechos
por concepto de inscripción.
Rubio (2007)
Esta limitación en cuanto a las personas que están facultadas para que puedan
solicitar el desistimiento, es una previsión, en el sentido de que el tercero presentante
distinto a los otorgantes del acto o derecho, puede tener en muchos casos intereses
totalmente opuestos, respecto a la solicitud de inscripción del título.
Rubio (2007)
Rubio (2007)
Rubio (2007)
"En los casos en los que se produzca la caducidad del plazo de vigencia del
asiento de presentación sin que se hubiesen subsanado las observaciones advertidas o
no se hubiese cumplido con pagar el mayor derecho liquidado, el Registrador formulará
la tacha correspondiente..."
Rubio (2007)
Teniendo en cuenta que la expectativa del presentante del título concuerda con la
finalidad del procedimiento registral, que es la inscripción del título (art. 1 o del RGRP), no
en todos los casos se cumple dicha finalidad, desde luego, en la mayoría de las veces
por defectos materiales o formales de los documentos que ingresan al Registro.
Rubio (2007)
- Ante quien se interpone.' Ante el mismo registrador que liquidó, observó o tachó
el título.
- Plazo para interponerlo.- Este recurso procede durante la vigencia del asiento
de presentación.
Rubio (2007)
El plazo para presentar el Recurso de Reconsideración es hasta el sexto día anterior al
vencimiento de la vigencia del asiento de presentación. Vencido dicho plazo se rechazará de
plano.
Rubio (2007)
Este Recurso se interpone respecto a las Observaciones y Tachas del
Registrador, recaído en un Título cuya inscripción se solicita.
Pueden ser objeto de Recurso de Apelación todas las decisiones del Registrador
de orden negativo. Es decir, las no favorables a la inscripción: Observaciones por
defectos subsanables (Art, 40 del RGRP), las Tachas del título, por defectos
insubsanables (Art. 42 del RGRP), Liquidaciones del títulos (Art. 41 del RGRP) y las
decisiones emitidas por el Abogado certificador.
Requisitos :
Además deberá tenerse presente los requisitos exigidos en el Art. 62° del T.U.O.
de la Ley de Normas Generales de Procedimientos Administrativos N° 26111
Rubio (2007)
Rubio (2007)
La Resolución del Tribunal Registral, es la última instancia administrativa, es decir
que contra dicha resolución procede promover la correspondiente Acción Judicial,
conforme a lo prescrito en el Art. 158° del Reglamento General de los Registros Públicos
y en el término de (30) días de notificada la resolución y haberse solicitado su anotación
preventiva en el correspondiente Registro. Vencido dicho plazo o no anotada la
demanda, caduca el asiento de presentación.
Requisitos :
Conforme a lo que dispone el Art. 542° del C.P.C, tratándose la resolución objeto
de impugnación, una emitida por un órgano administrativo Colegiado, como es Tribunal
Registrai, es competente en Primera Instancia, la Sala Civil de turno de la Corte Superior
de Justicia.
Plazo :
La técnica del Folio Personal supone que los libros no se llevan por inmuebles,
sino por el orden de recepción de los documentos o por las personas de los propietarios.
B.- Folio Real .- Consiste en la ordenación, sea de los títulos o de los derechos reales
por los inmuebles sobre los que recaen; es decir que esta técnica inmuebles. A
cada inmueble se le asigna un número de partida y, en ese registro particular, se
extiende toda la historia del dominio, como son transferencias, gravámenes, cargas, etc.
en asientos sucesivos. Esta técnica registral es la más práctica y usual como en
Alemania, Suiza, España, Inglaterra y en el Perú, entre otros.
4.2. Rectificación
Las rectificaciones pueden ser solicitadas por los otorgantes del acto o derecho
o tercero interesado. Las solicitudes se presentarán a través del Diario,
indicando con precisión el error materia de rectificación. Asimismo, se señalará el
número y fecha del título archivado que de mérito a la rectificación de la inexactitud o
se adjuntará el nuevo título modificatorio, según corresponde.
4.2.3. Forma de la rectificación
Ítem Solución
1. V
2. V
3. El registrador y el Tribunal Registral
4. 35 días
5. a
6. e
7. a
8. a
9. F
10. d
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Rubio D. (2007) Derecho Registral Teoría y Práctica. Trujillo: Editorial AP. Creatividad
S.A.C.
García Coni R. y Frontini A. (2006) Derecho Registral Aplicado. (3va. Ed.). Buenos
Aires: Lexisnexis Argentina S.A.
Roca Sastre R. y Roca Sastre L. (2010) Derecho Hipotecario Dinámica Registral. (8va.
Ed.) Barcelona: Bosch Casa Editorial S.A.
UNIDAD IV
DIVERSOS REGISTROS DE LA
SUNARP, ANOTACIONES
PREVENTIVAS Y
RESPONSABILIDAD DEL
REGISTRADOR
Tomado de:
Rubio D. (2007) Derecho Registral Teoría y Práctica. Trujillo: Editorial AP. Creatividad
S.A.C.
García Coni R. y Frontini A. (2006) Derecho Registral Aplicado. (3va. Ed.). Buenos
Aires: Lexisnexis Argentina S.A.
Roca Sastre R. y Roca Sastre L. (2010) Derecho Hipotecario Dinámica Registral. (8va.
Ed.) Barcelona: Bosch Casa Editorial S.A.
Capítulo I
Registro de Propiedad Inmueble, Registro de Personas
Naturales, Registro de Personas Jurídicas, y Registro De Bienes
Muebles
1.1. Registró de Propiedad Inmueble
El art. 1°, 1, de la Ley Hipotecaria y el art. 605° del Código civil proponen un
intento definitorio del Registro de la propiedad inmueble a pesar que éste "tiene por
objeto la inscripción o anotación de los actos y contratos relativos al dominio y demás
derechos reales sobre bienes inmuebles".
Pero este conato de definición del Registro de la propiedad como institución deja
mucho que desear, por no atribuirle alcance alguno institucional y porque ni siquiera es
válido considerando el Registro como oficina, esto es, como organismo que tiene por
inmediato cometido la constancia o publicidad de las mutaciones jurídico-reales
inmobiliarias. (García García)
Adolece tal precepto de los defectos siguientes:
a) Expresa que el Registro tiene por objeto la inscripción o anotación de actos o
contratos, pero sin rigor sobre la palabra anotación, pues el concepto de
"inscripción" tiene un sentido amplio de registración o de toma de razón, que abarca
todos los asientos regístrales en general, o bien adopta el significado estricto de
asiento de inscripción, al lado del cual hay los demás asientos: de anotación
preventiva, de cancelación, de nota marginal y de presentación. Pero al utilizar el
concepto de "anotación" al lado de la palabra "inscripción", más bien significa que no
emplea la palabra inscripción en sentido amplio, sino en el sentido de asiento de
inscripción, lo cual no es el verdadero espíritu del artículo.
b) Dice el precepto que en el Registro de la propiedad se hacen constar actos y
contratos^ cuando hubiera sido preferible emplear la expresión de "actos
regístrales", o, si se quería más detalle, podía emplearse la fórmula de actos o
negocios jurídicos y resoluciones judiciales o administrativas inscribibles.
c) Además habla el precepto de actos y contratos relativos al dominio y demás
derechos reales sobre bienes inmuebles, cuando no basta para ser inscribibles que
los actos y contratos se refieran al dominio y derechos reales limitados inmobiliarios,
sino que esta referencia ha de ser directa por entrañar su declaración, constitución,
transmisión, modificación o extinción, es decir, deben consistir en actos de
trascendencia jurídica real.
Esto sin contar que tales actos no agotan la materia inscribible, pues son también
actos inscribibles o registrables, en general, los actos idóneos para la inmatriculación
registral de fincas y sus modificaciones de índole también inmatriculatoria, así como los
contratos de arrendamiento y de opción de compra, las resoluciones judiciales de
incapacitación, ausencia y declaración de fallecimiento, así como los actos susceptibles
de anotación preventiva.
Claro que en su art. 1° la Ley Hipotecaria se pronuncia en términos generales por
destinar el art. 2 ° de la misma a la determinación concreta de la materia inscribible; pero
se da el caso que ni en este art. 2 ° el legislador se pronuncia de un modo completo,
conforme se comprobará oportunamente.
Con relación al Derecho civil italiano PUGLIATTI dice que el medio normal de
operar la publicidad es el Registro, esto es, el complejo de escritos unidos, de naturaleza
pública y con función institucional específicamente publicitaria.
1.1.3.4. Clases
1.1.3.5. Efectos
Rubio (2007)
A través de la historia del Derecho, es fácil constatar que los pueblos han tratado
de difundir situaciones importantes o relevantes para el resto de la comunidad, como por
ejemplo la propiedad de los bienes, a los efectos que éstos conozcan y respeten la
propiedad de los titulares.
En la historia del Derecho Registral, los diferentes autores entre ellos el nacional
Alfredo Aguirre Carpió, en su obra "Derecho Registral", señala que en cuanto a la
propiedad en el Perú, ésta nace con la llegada de los Españoles a nuestro país. Es así
que, por real cédula del 15 de octubre de 4, se concedió la facultad a los Virreyes y
presidentes de audiencias para vender las tierras que no tuvieran dueño; y, por reales
cédulas del 08 de mayo de 1,778 y 16 de abril de 1,783, se puso en vigencia en todas
las colonias de España los Oficios de Hipotecas.
El Oficio de Hipotecas fue establecido en España por don Carlos III por la
pragmática del 31 de enero de 1768, la cual tenía por objeto servir para todo lo
relacionado a los censos, tributos, imposiciones e hipotecas, con el fin de evitar la
clandestinidad a que estaban sujetas las cargas y gravámenes. En lo referente a nuestro
país, en el Código Ovil de 1,852 no se mencionaba o se ocupa de la institución de los
Registros Públicos, sólo prescribía en el art. 2051" Habrá en cada capital de
departamento y a car o de un escribano público, un Oficio de Hipotecas para el Registro
de todas las que se constituyan sobre bienes ciertos y determinados‖,
Rubio (2007)
A. El primer y único Registro con el que nacen los Registros Públicos en el Perú,
es el REGISTRO DE LA PROPIEDAD INMUEBLE (RPI) bajo la dirección e inspección
del Poder Judicial. El RPI es el equivalente al actual Registro de Predios, ya que el
Registro de la Propiedad Inmueble, según la Ley 26366, comprende: El Registro de
Predios; el Registro de Concesiones para la Explotación de los Servicios Públicos y el
Registro de Derechos Mineros.
B. El Registro se crea en Lima y en las ciudades capitales de departamentos.
Por esta razón es preciso distinguir los denominados Registros jurídicos, cuya
debida registración en los mismos de actos, negocios y situaciones produce
esencialmente efectos jurídicos sustantivos o materiales, tales como el Registro de la
propiedad, el Registro mercantil y el Registro civil, y los llamados Registros
administrativos, que cumplen única y directamente funciones de control, inspección,
fomento y estadística, que son actuaciones puramente administrativas (P. 9,10)
b) Efectuar la publicidad informativa, llamada formal, del contenido de los libros del
Registro.
Esta información jurídica en nuestro sistema inmobiliario registral realiza, a
petición de quienes tengan interés conocido en averiguar el contenido del Registro,
mediante la manifestación de sus libros, por inhibición de los mismos o por nota simple
informativa garantía y mediante las certificaciones regístrales de asientos (arts. 221 y ss.
de la Ley Hipotecaria y 332 y ss. de su Reglamento), entre éstas las certificaciones, con
información continuada (art. 354 del propio Reglamento) y las certificaciones con informe
(art. 355 del mismo Reglamento), denominadas certificaciones especiales, introducidas
por la reforma del Real Decreto de 21 de diciembre de 1983 y las notas informativas
continuadas del nuevo art. 354 a) del propio reglamento modificado por el Real Decreto
de 29 de diciembre de 1994.
Estos fines fundamentales del Registro de la propiedad inmueble son los mismos
que persigue el Derecho inmobiliario registral, dicho Registro, satisface otros fines de tipo
coordinador, colaborador y complementario, que se logran mediante funciones de tal
clase atribuidas a los Registradores de la propiedad y que, a grandes trazos, son las
siguientes:
El Registro Personal, está regulado en el Título IV, del Libro IX, Arts. 2030° al
2035° del C.C., estos artículos han sido derogados por la Ley N° 26497, publicada el 12
de Julio de 1995, que aprueba la Ley Orgánica del Registro Nacional de Identificación y
Estado Civil; sin embargo han sido reincorporados por el Art. Io de la Ley 25689, del 18
Abril 1996.
5. Las resoluciones que habilitan a los interdictos en el ejercicio de sus derechos civiles.
6. Las resoluciones que declaren la nulidad del matrimonio, el divorcio, la separación de
cuerpos y la reconciliación.
El acuerdo de separación de patrimonios, el patrimonio no convencional, y las medidas
de seguridad.
En este Registro, se hace conocer las limitaciones que pueden sufrir las personas
naturales, en su capacidad civil de ejercicio, sus cambios de Estado o de otras
situaciones jurídicas.
Los documentos que dan mérito para su inscripción son los Partes Judiciales, en
los que deben transcribirse la Resolución Judicial pertinente, con la constancia de estar
consentida o en su caso que hayan sido resueltos los recursos de apelación o de
nulidad.
Guevara (1996)
Según el Art. 1790° del C.C. "por Mandato el mandatario se obliga a realizar uno
o más actos jurídicos, por cuenta y en interés del mandante".
"Es cierto que Mandato y Poder pueden coincidir. Sin embargo es menester
conservar clara la idea de que Mandato y Poder sólo coinciden de manera ocasional,
pero no necesariamente, y que de ninguna manera puede decirse de que constituye el
lado externo y el lado interno de una misma relación, porque en realidad son dos
relaciones distintas".
Laband, agrega a lo dicho que "resulta que hay Mandato sin Poder, poderes sin
Mandato y, por último que el Poder y el Mandato ocasionalmente pueden coincidir". Por
lo tanto, una aguda separación de estos dos conceptos es una necesidad jurídica. Hay
dos negocios jurídicos -Mandato y Poder- que tienen diferentes presupuestos, diferentes
contenidos y diferentes efectos».
Para que el Mandato surja, es preciso que se produzca el acuerdo de voluntades
entre las partes que van a celebrar el contrato. En cambio, el apoderamiento requiere
sólo la declaración del poderdante (P. 151:152)
1.2.2.1. Clases de mandato
Tienen acceso a este Registro los contratos de mandato con o sin representación
y los actos unilaterales de otorgamiento de poder diferentes al contrato de mandato.
En el Art. 2036° del Código Civil, se encuentran referidos los actos y contratos
inscribibles, los que señalaremos, con un carácter enunciativo y no taxativo.
En cuanto a los Poderes que otorgan las personas jurídicas hay que distinguir dos
situaciones! poderes otorgados por personas jurídicas no mercantiles, caso de las
sociedades civiles, asociaciones, etc., el nombra miento, facultades y cesación de los
administradores y representantes se inscriben en la misma partida de la persona jurídica,
conforme al inciso 2do. del Art. 2025° del C.C.
Tratándose de personas jurídicas mercantiles, como las sociedades anónimas,
comerciales de responsabilidad limitada, etc., el nombramiento de administradores,
Directores, miembros del Consejo de Vigilancia, Gerentes, Liquidadores y otros
representantes, según el caso, surte sus efectos desde su aceptación, y debe inscribirse
en el lugar de la sede social, es decir, en la propia partida de la sociedad, sin la
formalidad de la Escritura Pública, conforme al Art. 18° de la LGS» (Ver Art. 7 o, 14° y ss.
de la Nueva Ley General de Sociedades, Ley N° 26887).
Por otro lado, por razones prácticas, de seguridad, los poderes se inscribirán para
ser ejercidos legalmente, por cuanto permite ampararse en la fe pública registral.
El Poder para Litigar, conforme al Art. 72° del C.P.C., se puede otorgar sólo por
Escritura Pública o por Acta ante el Juez del proceso, salvo disposición legal diferente.
Para su eficacia procesal, el Poder no requiere estar inscrito en los Registros Públicos.
En principio, y de conformidad con lo dispuesto por el Art. 2010° del C.C., las
inscripciones se extienden en virtud de Escritura Pública, debiendo tenerse en cuenta
las siguientes posibilidades.
c) Debe estar legalizada la firma del poderdante por el Notario»* la firma del Notario, por
el Cónsul del Perú en el extranjero y la firma de éste en el Ministerio de Relaciones
Exteriores, conforme al Art. 126° del R.G. y el Art. 2010° in fine del C.C.
Si el poder es otorgado ante el Cónsul del Perú en el extranjero, ésta es una
Escritura Pública, consecuentemente no requiere de legalización, conforme al Art. 122°
Inc. a del R.G.
Sustitución total
Sustitución parcial;
Sustitución determinada; y
Sustitución indeterminada.
PODER ESPECIAL, que comprende los actos para los cuales ha sido conferido.
Es el que se confiere o ejerce en uno o más asuntos concretamente
determinados. No olvidemos que para enajenar y gravar bienes, dar o recibir
dinero, etc., se requiere poder especial.
a) Cuando se ha estipulado para un acto especial o por tiempo limitado. El plazo del
poder irrevocable no puede exceder de un año.
Guevara (1996)
Por el Poder, una persona llamada poderdante, confiere a otra, llamada apoderada,
ciertas facultades para la realización de actos en nombre de aquél, con la diferencia de
que el apoderado no está obligado a realizar dichos actos.
Este autor agrega que "resulta que hay mandato sin poder, poderes sin mandato y,
por último que el poder y el mandato ocasionalmente pueden coincidir. Por ende, una
aguda separación de estos dos conceptos es una necesidad jurídica. Hay dos negocios
jurídicos -Mandato y Poder-que tienen diferentes presupuestos, diferentes contenidos y
diferentes efectos".
Para que el Mandato surja, es preciso que se produzca el acuerdo da voluntades
entre las partes que van a celebrar el contrato. En cambio, el apoderamiento requiere
sólo la declaración del poderdante.
Tienen acceso a este registro los contratos de mandato con o sin ^presentación y
los actos unilaterales de otorgamiento de poder diferentes al contrato de mandato.
En relación al carácter de las inscripciones en este registro, cabe M rular que ellas
son voluntarias. En efecto, no existe disposición legal que establezca de modo general la
obligatoriedad de estas inscripciones en este registro.
Sin perjuicio del carácter facultativo, la inscripción resulta a todas luces conveniente
para quien contrata con un apoderado o un mandatario, por cuanto le permite ampararse
en la fe del registro (artículo 2038) y también en el principio de fe pública registral
(artículo 2014).
Por otro lado, debe señalarse que también es posible inscribir el mandato sin
representación aun cuando debe admitirse la poca utilidad de esta inscripción desde que
el tercero que contrata Con el mandatario, sabe que es éste y no el mandante (aun
cuando el contrato de mandato esté, inscrito) quien asume los derechos y obligaciones
derivados déla relación jurídica en cuestión (artículo 1809).
Rubio (2007)
Es la inscripción que publicita el otorgamiento de un testamento. La publicidad
únicamente alcanza a la mención del acto del Notario ante el cual se otorgó y los bienes
del testador. No corresponde publicitar a los herederos ni la disposición de sus bienes, lo
cual se difiere para la ampliación.
Como excepción, en aplicación del el Art. 815° Código Civil el testador que no tiene
herederos forzosos o voluntarios instituidos en testamento, no ha dispuesto de todos sus
bienes en legados, es posible aplicar la sucesión intestada respecto de los bienes que
no dispuso (P. 159)
Requisitos:
- En el caso de testamento otorgado por Escritura Pública, se consignará la fecha de su
otorgamiento, fojas del registro notarial donde corre extendido, nombre del Notario, del
testador y de los testigos, con la constancia de suscripción.
Base Legal:
Guevara (1996)
Concepto de testamento
El Art. 686° del Código Civil, dice: «Por Testamento una persona puede disponer
de sus bienes, total o parcialmente, para después de su muerte, y ordenar su propia
sucesión dentro de los límites de la ley y con las formalidades que ésta señala.
Existen dos clases de Testamentos
Ordinarios y Especiales.
1.2.3.1. Entre los Ordinarios, tenemos-Testamentos por Escritura Pública o abiertos.
Testamentos Cerrados. Testamentos Ológrafos. Entre los Especiales, tenemos:
Testamentos Militares, testamentos, marítimos, testamentos aéreos.
1. La Publicidad.
2. La retroactividad
Rubio (2007)
Requisitos:
Parte Notarial que contenga copia del testamento, en el caso de testamentos que
requieren protocolización, la copia del testamento la otorga el Notario ante cuyo
oficio se? realizó la protocolización.
Base Legal:
Art. 15,17 y 176 del RGRP, 2039 CC, Artículo 7 y 8 del Reglamento de Testamentos.
1. Los Testamentos
2. Las modificaciones o ampliaciones de los testamentos.
3. Las revocaciones de los actos referentes a los dos incisos anteriores.
4. Las sentencias de nulidad, falsedad o caducidad de los testamentos.
5. Las escrituras de desheredación.
6. Las sentencias de los juicios sobre contradicción o justificación de la
desheredación.
Así mismo está prohibido otorgar Certificados, sobre las inscripciones en este
Registro, mientras viva el testador, salvo que éste lo pida por escrito, con firma
legalizada.
Importancia y Efectos
La razón de haberse creado este Registro, fue que la mayor parte de las
transmisiones de bienes y derechos por causas de muerte, se acreditan legalmente en la
República, mediante el procedimiento de Declaratoria de herederos.
Tiene importancia especial toda vez que permite centralizar las declaraciones de
herederos, en los casos en que el causante fallece sin dejar testamento y a fin de que
pueda resolverse los problemas creados por esta causa, es decir la sucesión.
Aplicando los términos del Art. 2014° de este Registro, se debe señalar que, si
en él aparecen razones de nulidad, cualquier tercero que haya adquirido un derecho de
quien aparece como heredero judicialmente declarado y con derecho inscrito, no podrá
mantener ese derecho, por cuanto no se habrá constituido en tercero registral. Este
Registro funciona desde el 26 de Julio de 1963, por Decreto Ley N° 14604.
En este punto de desarrollo del tema, cabe mencionar que, conforme a lo que
dispone la Ley N° 26662, "Ley de Competencia Notarial en Asuntos No Contenciosos",
del 22 de Setiembre de 1996, cuya vigencia se aplazó a 60 días de dicha publicación, en
concordancia con el numeral 2do. del Decreto Ley N° 26002 (Ley del Notariado), la
función de los Notarios se ha ampliado, en materia No Contenciosa y esta Ley contiene
la potestad de iniciar entre otras, Sucesiones Intestadas ante Notario Público! de allí la
razón de la modificatoria del Art. 2041° del C.C., antes transcrito.
El trámite de Sucesión Intestada, debe contener el consentimiento unánime de
los interesados. No debe haber oposición, de asi suceder el Notario deberá suspender
inmediatamente su actuación y remitir lo actuado al Juez correspondiente, bajo
responsabilidad (Art. 6o de la Ley de Competencia Notarial) (P. 147, 148)
Procede solicitar la sucesión intestada cuando una persona ha fallecido sin haber
otorgado testamento o cuando el testador ha dejado de disponer alguno o algunos de
sus bienes. No obstante haberse otorgado testamento, en los siguientes casos procede
la sucesión intestada:
a. Si el testador deja herederos forzosos que no tenía cuando otorgó el testamento y que
vivían o que estén concebidos al momento de su muerte, a condición de que nazcan
vivos.
c) La disolución y liquidación
b) Las resoluciones judiciales o arbitrales sobre la validez del pacto social inscrito,
asimismo, las que se refieran a sus modificaciones o a los acuerdos o
decisiones societarias inscribibles.
i) Los convenios societarios entre socios que los obliguen entre sí y para con la
sociedad, siempre que no versen las acciones y no tengan por objeto el
ejercicio de los derechos inherentes a ellas;
1.3.3. Finalidad
Dar publicidad a las inscripciones referidas al historial jurídico de las diversas
entidades que ahí se agrupan, las cuales van desde el fin no lucrativo hasta aquellas
que tienen objetivo económico de mutualidad o un objetivo mixto de carácter social y
patrimonial. El sujeto de la inscripción será, por tanto la persona jurídica, así
como los hechos, relaciones y situaciones jurídicas de interés para el tráfico jurídico.
El Registro se rige por el sistema de folio real. Por cada vehículo se abrirá una
partida registral constituida por fichas movibles o asientos electrónicos, en la que se
inscribirá:
1. La primera de dominio.
2. Las características registrales del vehículo y sus modificaciones.
3. Las transferencias de propiedad.
4. La constitución, modificación o cancelación de la garantía mobiliaria y demás
gravámenes o afectaciones.
5. La cláusula resolutoria expresa
a. Cesión de derechos.
b. Fideicomiso.
c. Arrendamientos.
d. Arrendamiento financiero.
e. Contratos de consignación.
f. Medidas cautelares.
g. Contratos preparatorios.
h. Contratos de opción.
i. Otros actos jurídicos en los que se afecten bienes muebles.
Capitulo II
Anotaciones Preventivas y Bloqueo Registral
2.1. Anotaciones Preventivas
2.1.1. Concepto:
Las anotaciones preventivas son asientos provisionales y transitorios que tiene
por finalidad reservar la prioridad y advertir la existencia de una eventual causa de
modificación del acto o derecho inscrito.
Será de 60 días computados a partir del ingreso al Registro del aviso que
del notario, éste puede levantarse antes de dicho término.
299
Capitulo III
Responsabilidad del Registrador en la Calificación de Títulos
a. Quejas
Son las reclamacionesrealizadas por los administrados relativas
a procedimientos en trámite, a través de las que se cuestionan las deficiencias en el
desarrollo normal de su tramitación, en especial aquellas a que se refiere el artículo 158
de la Ley del Procedimiento Administrativo General.
Las quejas serán atendidas, sin necesidad de previo dictamen, dentro de un plazo
no mayor de tres (03) días contados desde la fecha en que fueron presentadas.
Está facultado para formular queja la parte afectada con las deficiencias
del procedimiento en trámite. En el procedimiento registral están legitimados para
formularla las personas a que se refiere el artículo III del Título Preliminar del
Reglamento General de los Registros Públicos.
b. Denuncias
Comunicación realizada por el administrado a la autoridad competente sobre la
presunta comisión de faltas administrativas tipificadas en el artículo 44 del Estatuto de
la SUNARP.
Por las faltas incurridas por los registradores se impondrán las siguientes
sanciones:
a) Amonestación escrita:
b) Suspensión de uno (01) a sesenta (60) días;
c) Despido.
Ítem Solución
1. Propiedad Inmueble
2. Personas Naturales
3. Personas Naturales
4. Bienes Muebles
5. Personas Jurídicas
6. 60
7. Propiedad Inmueble
8. Personal
9. Personal
10. Propiedad Inmueble
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Rubio D. (2007) Derecho Registral Teoría y Práctica. Trujillo: Editorial AP. Creatividad
S.A.C.
García Coni R. y Frontini A. (2006) Derecho Registral Aplicado. (3va. Ed.). Buenos
Aires: Lexisnexis Argentina S.A.
Roca Sastre R. y Roca Sastre L. (2010) Derecho Hipotecario Dinámica Registral. (8va.
Ed.) Barcelona: Bosch Casa Editorial S.A.