C-820.2011 (I) Antecedentes

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C-820.

2011

[I] Antecedentes

En ejercicio de la acción pública consagrada en el artículo 241 de la Constitución Política, los


ciudadanos Deissy Milena Cruz Farfán, Liliana María Huertas Robayo, Jenny Johann Rojas
Orjuela, Sandro José Herrera Ramos, Lisete Natalia Larrahondo Genio y Michel Fernando Leal
Hernández, demandaron la expresión “También podrá proponerse como previa la excepción
de prescripción cuando no haya discusión sobre la fecha de exigibilidad de la pretensión o de
su interrupción o de su suspensión, y decidir sobre la excepción de cosa juzgada”, contenida en
el artículo 32 del Decreto 2158 de 1948 – Código Procesal del Trabajo y la Seguridad Social -
(C.P.L), modificado por el artículo 1° de la Ley 1149 de 2007. Consideran los ciudadanos
demandantes que el segmento normativo acusado es contrario al Preámbulo, y a los artículos
2°, 13, 29 y 229 de la Constitución.

[II] Norma demandada

“Decreto ley 2158 de 1948

ARTICULO 32. TRÁMITE DE LAS EXCEPCIONES. Modificado por el artículo 1° de la Ley 1149 de
2007. El juez decidirá las excepciones previas en la audiencia de conciliación, decisión de
excepciones previas, saneamiento y fijación del litigio. También podrá proponerse como previa
la excepción de prescripción cuando no haya discusión sobre la fecha de exigibilidad de la
pretensión o de su interrupción o de su suspensión, y decidir sobre la excepción de cosa
juzgada. Si el demandante tuviere que contraprobar deberá presentar las pruebas en el acto y
el juez resolverá allí mismo.

Las excepciones de mérito serán decididas en la sentencia.”

[III] Argumentos de la demanda

Para los demandantes el hecho de que el legislador haya atribuido a las excepciones de
prescripción y de cosa juzgada en materia laboral un carácter mixto, es decir que pueden ser
propuestas como previas (de trámite) o como de mérito (de fondo), vulnera el preámbulo de la
Constitución, así como los artículos 2°, 13, 29 y 229 del texto superior.

En su criterio, la manera en que se encuentra diseñada la norma permite que los recursos con
los cuales cuenta el afectado con la decisión (de cosa juzgada o prescripcion) quede librada a la
voluntad del demandado, puesto que si las propone como previas deberán ser resueltas en la
primera audiencia del proceso mediante auto interlocutorio, el cual es impugnable únicamente
a travez de recursos ordinarios de reposición y apelación, en contraposición, si propone las
excepciones como de merito, las cuales son resueltas en la sentencia, la persona afectada
podrá agotar recurso ordinario de apelación y el extraordinario de casacion.

Lo anterior para los demandantes estaría en contra del preámbulo de la constitución porque
“la justicia no estaría siendo integral, no habría igualdad procesal ni sustancial, ni mucho
menos seguridad jurídica.”

Vulnera el articulo segundo porque: “mientas no se garanticen dichos principios, derechos y


deberes a las personas, que en este caso se enmarcan sobre las garantías procesales y
sustanciales que debe tener el demandante para acceder a la casación en materia laboral,
sustentadas en la integridad de las decisiones del juez frente a las excepciones de prescripción
y cosa juzgada no como previas sino como de mérito en todos los casos y no en algunos, no
podría hablarse de un orden social justo”.

El articulo 13 porque: “Dentro de los principios que conforman el derecho procesal, se


encuentra el de ¨igualdad procesal¨ en virtud del cual toda persona tiene iguales
oportunidades para ejercer sus derechos, debiendo recibir un tratamiento exactamente igual”,
y de acuerdo con la norma demandada el juez resuelve en unos asuntos, mediante auto
interlocutorio, y en otros, mediante sentencia.

Se vulnera el derecho al debido proceso, en la medida en que se impide la casación en materia


laboral en aquellos eventos en que las excepciones de cosa juzgada o de prescripción se
tramiten como previas y se declaren probadas mediante un auto interlocutorio. Sostienen los
actores que esta providencia es, en esencia, una sentencia toda vez que resuelve las
pretensiones y pone fin al proceso, por lo que consideran que no es compatible con el debido
proceso excluir en este evento la posibilidad de la casación. Manifiestan sobre el particular que
“(…) La casación es una herramienta que fundamentalmente debe existir en este tipo de
procesos judiciales”.

[IV] Fundamentos de la decisión

[1] Competencia de la corte

[2] Planteamiento del problema jurídico – constitucional de la sentencia.

Así las cosas, el problema que la Corte debe resolver en esta oportunidad radica en establecer
si la norma que crea la opción de que las excepciones de cosa juzgada, y prescripción sean
alegadas en el proceso laboral como previas o como de fondo, y que como consecuencia de
ello, sólo en el último evento el demandante pueda controvertirlas en sede de casación,
contraviene los principios del orden justo, el debido proceso, y el igual acceso a la justicia,
amparados en el preámbulo y en los artículos 2°, 13, 29 y 229 de la Constitución

[V] Los limites de la libertad de configuración del legislador en materia de procedimientos.

En reiterada jurisprudencia esta corporación ha sostenido que en virtud de la cláusula general


de competencia prevista en los numerales 1° y 2° del artículo 150 de la Constitución,
corresponde al legislador regular los procedimientos judiciales. En ejercicio de tal facultad,
puede definir las ritualidades propias de cada juicio, la competencia de los funcionarios para
conocer de determinados asuntos, los recursos, los términos, el régimen probatorio, los
mecanismos de publicidad de las actuaciones, etc. El congreso posee un alto grado de
discrecionalidad.

No obstante, también ha destacado la jurisprudencia que la mencionada facultad de


configuración no es absoluta, pues hay limitaciones que surgen de la propia Constitución.
Ciertamente, al respecto la Corte ha dicho que la libertad del legislador en materia de
regulación de los procedimientos judiciales no significa que el Congreso pueda configurar a su
arbitrio o de manera caprichosa los procesos,7 “pues no puede desconocer las garantías
fundamentales, y debe proceder de acuerdo con criterios de proporcionalidad y razonabilidad,
a fin de asegurar el ejercicio pleno del derecho de acceso a la administración de una justicia
recta. Por ello las leyes que establecen procedimientos deben propender por hacer efectivos
los derechos de defensa, de contradicción, de imparcialidad del juez, de primacía de lo
substancial sobre lo adjetivo o procedimental, de juez natural, de publicidad de las actuaciones
y los otros que conforman la noción de debido proceso.”
La jurisprudencia constitucional ha reconocido al legislador libertad para regular aspectos
como los siguientes:

(i) Establecer los recursos y medios de defensa que pueden intentar los administrados contra
los actos que profieren las autoridades

(ii) Fijar las etapas de los diferentes procesos y determinar las formalidades y los términos que
deben cumplir

(iii) Radicar competencias en una determinada autoridad judicial

(iv) Regular lo concerniente a los medios de prueba, competencia dentro de la cual, como algo
consustancial al derecho de defensa, debe el legislador prever que en los procesos judiciales se
reconozcan a las partes los siguientes derechos: “a) el derecho para presentarlas y solicitarlas;
b) el derecho para controvertir las pruebas que se presenten en su contra; c) el derecho a la
publicidad de la prueba, pues de esta manera se asegura el derecho de contradicción; d) el
derecho a la regularidad de la prueba, esto es, observando las reglas del debido proceso,
siendo nula de pleno derecho la obtenida con violación de éste; e) el derecho a que de oficio
se practiquen las pruebas que resulten necesarias para asegurar el principio de realización y
efectividad de los derechos; y f) el derecho a que se evalúen por el juzgador las pruebas
incorporadas al proceso

(v) Establecer dentro de los distintos trámites judiciales imperativos jurídicos de conducta
consistentes en deberes, obligaciones y cargas procesales a las partes, al juez y aún a terceros
intervinientes

[VI] La necesidad de armonizar los principios de celeridad y eficacia que persigue el método
de la oralidad, con el debido proceso, en los procesos laborales

El artículo 209 de la Constitución Política establece que la función administrativa debe


desarrollarse "con fundamento en los principios de igualdad, moralidad, eficacia, economía,
celeridad, imparcialidad y publicidad..." Estos principios son también aplicables a la
administración de justicia14. El artículo 228 de la Constitución hace énfasis sobre los principios
de celeridad y eficacia al prescribir que en la administración de justicia, "[l]os términos
procesales se observarán con diligencia y su incumplimiento será sancionado."

La oralidad constituye así una estrategia para la realización del principio de celeridad de los
procesos judiciales y de los valores anexos a él. Su incorporación como principio conduce a que
su alcance puntual deba ser definido por el legislador de acuerdo con las características y
necesidades de cada procedimiento en particular.

En los procesos laborales los mandatos de celeridad y eficacia resultan de particular relevancia,
toda vez que el cometido de estos procesos es resolver los conflictos originados en las
relaciones de trabajo y en la aplicación del sistema de seguridad social, materias que se
encuentran bajo la protección especial del Estado

Sin embargo, ha destacado la jurisprudencia que no obstante la importancia de los principios


de celeridad y eficacia en este ámbito, lo cierto es que estos deben encontrar un equilibrio
con la garantía al debido proceso, es decir con el derecho de las partes a defenderse y a
impugnar las decisiones, sin que pueda afirmarse que exista un único modelo de armonización
entre estos derechos. En este específico aspecto opera también el marco de libertad de
configuración normativa del legislador, el cual desde luego debe ser controlado por el juez
constitucional con el objeto de impedir excesos o conjurar la violación de derechos
fundamentales

En desarrollo del mencionado interés constitucional en la vigencia de los principios de


celeridad y eficacia en el campo laboral, el legislador ordinario expidió la Ley 1149 de 2007
“Por la cual se reforma el Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social para hacer
efectiva la oralidad en sus procesos”, de la cual forma parte el precepto que es objeto de
censur

Como objetivos de esa ley se señalaron los de: 1) Abreviar el procedimiento laboral, a fin de
realizar la finalidad constitucional de defensa de los derechos fundamentales, mediante la
implementación de mecanismos para el logro de una justicia pronta y accesible, en procura de
ofrecer una atención rápida y una solución eficiente de las controversias; 2) Responder a la
urgencia de satisfacer las demandas de justicia de la ciudadanía sin dilación, a través de
medidas que aseguren el efectivo acceso a la administración de justicia, “puesto que toda
postergación significa un alto costo social, económico y fiscal, y sin duda alguna afecta el orden
público

En cuanto a la estructura del proceso laboral se delinearon tres ejes: 1) La reconducción de la


actuación procesal a dos audiencias; 2) el fortalecimiento de los poderes del juez, y 3) la
adopción de un proceso expedito para resolver las controversias relacionadas con la seguridad
social en salud.

[VI] Analisis de los cargos de la demanda

La reforma introducida por la Ley 1149 de 2007 al estatuto procesal del trabajo y seguridad
social estructuró el proceso ordinario en torno a dos audiencias. La primera de ellas, a la cual
hace referencia el precepto acusado, cumple varios propósitos: llevar a cabo la conciliación,
decidir las excepciones previas, el saneamiento del proceso, la proposición y trámite de
incidentes, la fijación del litigio, el decreto de pruebas y el señalamiento de fecha para la
segunda audiencia, denominada de trámite y juzgamiento.

Los objetivos específicos inmersos en esta primera audiencia están relacionados con los
propósitos generales de la ley de resolver todos los asuntos procedimentales, el saneamiento y
la depuración del proceso, a efecto de concentrar en la segunda audiencia los esfuerzos en la
constatación y resolución de los asuntos de fondo, aquellos que tuvieren incidencia sobre las
pretensiones y la definición del contencioso laboral o de la seguridad social que enfrente el
juez.

En consecuencia, dentro de esta primera audiencia el juez laboral decidirá las excepciones
denominadas previas en el derecho procesal.

. Dentro de esta clasificación desarrollada en el derecho procesal, a las excepciones previas se


oponen las excepciones de mérito, que son igualmente razones de oposición a la demanda
pero que atacan las pretensiones de la misma, es decir, se dirigen contra el fondo o sustancia
del asunto que ocasiona el conflicto, y se resuelven en la sentencia.

Existe cierto tipo de razones de defensa del demandado que no obstante responder a la
naturaleza de las excepciones de mérito o de fondo, en cuanto tienen la potencialidad de
atacar la pretensión, por decisión del legislador pueden proponerse también como previas,
adquiriendo por virtud de esta determinación un carácter mixto. Tal es el caso de las
excepciones de prescripción y cosa juzgada, las cuales de conformidad con el artículo 32 del
Código Procesal del Trabajo, podrán proponerse por el demandado como previas durante la
primera audiencia, y ser resueltas en la misma. Cabe precisar, que en lo que concierne a la
excepción de prescripción, la ley laboral establece como condición para que pueda ser
tramitada como previa el que no haya discusión sobre la fecha de exigibilidad de la pretensión,
de su interrupción, o de su suspensión.

De acuerdo con la demanda, el hecho de que el legislador establezca la posibilidad de que las
excepciones cosa juzgada y de prescripción en materia laboral, sean resueltas a través de un
auto interlocutorio, en la primera audiencia del proceso, y no mediante sentencia, vulneraría
el preámbulo, así como los artículos 2, 13, 29 y 229 de la Constitución Política. Los reparos de
constitucionalidad que exponen los actores se centran en el hecho de que cuando las
excepciones de prescripción y cosa juzgada se resuelven mediante auto, el demandante en un
proceso laboral no podría tener acceso al recurso extraordinario de casación.

Encuentra la Sala que la norma parcialmente impugnada corresponde a una de aquellas


materias en las que se ha reconocido al legislador una amplia potestad de configuración
normativa, comoquiera que tal como lo ha reiterado la jurisprudencia de esta Corte el
establecimiento de los recursos y los medios de defensa dentro de los procesos judiciales es
una materia propia de la Ley y no de la Constitución.

De modo que en principio, se encuentra amparada por la mencionada potestad de


configuración la decisión del legislador de darles un tratamiento mixto a ciertas defensas del
demandado en el proceso laboral, como son las excepciones de cosa juzgada y prescripción,
cuando no hubiese discusión acerca de la fecha de exigibilidad de la pretensión, su
interrupción o suspensión

. Esta configuración que los ciudadanos impugnantes cuestionan no entraña una limitación
desproporcionada o irrazonable a los derechos de contradicción, defensa y acceso a la justicia
del demandante en el proceso laboral. La posibilidad creada por la norma consistente en que
desde la primera audiencia del proceso laboral el juez defina si se estructura una circunstancia
extintiva de los derechos subjetivos que se discuten (prescripción), o declare la existencia de
un pronunciamiento judicial anterior en el que converjan identidad de partes, de objeto y de
causa (cosa juzgada), promueve principios y valores constitucionales como la celeridad en la
definición de las controversias y el acceso a una pronta y cumplida justicia (Art. 228 C.P.).

Observa la Sala que el establecimiento de estrategias normativas orientadas a la


materialización en el proceso laboral de los señalados principios se armoniza con los derechos
de contradicción, defensa y acceso a la justicia del demandante. En efecto, dentro de la
audiencia de conciliación, decisión de excepciones previas, saneamiento y fijación del litigio, el
demandante goza de las garantías propias del derecho de contradicción y defensa, toda vez
que cuenta con la oportunidad de pronunciarse sobre el fundamento de dichas excepciones

En esta misa dirección, en el evento de una decisión sobre las excepciones previas, que fuere
adversa a los intereses del demandante, aún este cuenta con la posibilidad de controvertir
dicha determinación ante el mismo funcionario a través del recurso de reposición, y ante el
superior jerárquico, por vía apelación

Ahora bien, los ciudadanos actores parten del equívoco de considerar que la única manera de
garantizar a cabalidad el debido proceso y el acceso a la justicia del demandante en el proceso
laboral, es previendo normativamente la posibilidad de controvertir en sede de casación la
estructuración de la cosa juzgada y la prescripción, opción que quedaría habilitada si tales
cuestiones son resueltas mediante sentencia. Al respecto cabe recordar lo que ha dicho la
jurisprudencia de esta Corte al enfrentar discusiones similares26 en el sentido que no existe
una única forma de garantizar el acceso a la justicia y los derechos de contradicción y defensa
en los procedimientos. Cae dentro de la órbita de competencia del legislador el diseño de las
formas a través de las cuales se aseguran dichas garantías.

La eventualidad del recurso de casación, sometido además a especiales requerimientos en


materia de cuantía derivados de su carácter extraordinario, no constituye la única manera de
salvaguardar en el proceso laboral los derechos de defensa y de acceso a la administración de
justicia. El establecimiento de la oportunidad de contraprobar respecto de las excepciones
previas, el aseguramiento de medios de impugnación contra la decisión que se pronuncie
sobre las excepciones previas (recursos de reposición y apelación), y el fortalecimiento de los
poderes de dirección y gobierno del juez, son medidas que equilibran y armonizan los
intereses de celeridad y eficacia que subyacen en el diseño normativo cuestionado, con los
derechos de contradicción, defensa y acceso a la justicia del demandante en el proceso laboral

Finalmente, en relación con el argumento de los demandantes en el sentido que en el proceso


civil, a diferencia del laboral, sí resulta procedente la casación respecto de las excepciones de
prescripción y cosa juzgada, así ellas se tramiten como previas, reitera la Sala el criterio que
consistentemente ha sostenido esta Corporación frente a acusaciones por presunta
vulneración al principio de igualdad en las diversas regulaciones de los procesos judiciales, en
el sentido que no son extremos comparables en la medida que regulan supuestos fácticos
distintos, y las diferencias entre unos y otros se introducen en función de los procesos y no en
función de las partes que intervienen en ellos. De manera que al predicarse el principio de
igualdad de las personas y no de los procesos, no resulta procedente aducir la violación del
derecho a la igualdad mediante la comparación de normas procesales pertenecientes a
diversos estatutos.

En conclusión, la expresión “También podrá proponerse como previa la excepción de


prescripción cuando no haya discusión sobre la fecha de exigibilidad de la pretensión o de su
interrupción o de sus suspensión, y decidir sobre la excepción de cosa juzgada”, contenida en
el artículo 32 del Código Procesal del Trabajo, es exequible, toda vez que constituye un
ejercicio legítimo de la cláusula general de competencia que la Carta Política confiere al
legislador

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