¿Quien Creo A Dios

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y RESPUESTAS

A MAS DE

100
PREGUNTAS

ACERCA DE

CUESTIONES DE FE
RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS MÁS
COMUNES ACERCA DE LA FE CRISTIANA
En la búsqueda de la verdad, es necesario saber qué creemos y por qué 10
creemos. En ¿QJ!:íén creó a Días? encontrará respuestas posibles a más de cien
preguntas comunes acerca de la apologética. Esta guía reúne a los mejores
apologistas de la fe evangélica y se convierte así en el mejor recurso para los
cristianos que desean entender la fe y testificar con inteligencia.

LA PRIMERA PARTE responde a preguntas difíciles acerca de la fe cristiana:

· ¿~ién creó a Dios? · ¿~é duración tienen los días de la


· ¿Cómo puede haber tres personas en creación en Génesis?
un Dios> · ¿Resucitó Jesús de entre los muertos?
· ¿~é propósito tiene Dios para per- · ¿Podemos confiar en los testimonios
mitir la maldad? bíblicos?
· ¿Cuál es el origen del universo? · ¿Hay errores en la Biblia?

LA SEGUNDA PARTE responde a preguntas difíciles acerca de otras


religiones, como el islam, la religión mormona, el hinduismo, la meditación
trascendental, el yoga, la reencarnación, el budismo, yel islam negro. Estas
historias pertinentes, las preguntas para la reflexión y la deliberación, y la lista
extensa de recursos adicionales sugeridos, le ayudarán a profundizar en el tema,
y a prepararse para responder y dar explicaciones de su fe.

IZAVI ZACHARIAS es un conferencista de apologética muy popular y autor


de varios libros. Su programa de radio Let My People Think se transmite por más de
mil emisoras radiales en todo el mundo. Ha escrito varios libros, entre los que se
podrían mencionar ¿Puede el hombre vivir sin Díos? y Jesús entre otros díoses. Fue coeditor
de ls Your church Ready?, un libro asociado a ¿OEíén creó a Díos?

NORMAN GEISLER es presidente del Seminario Evangélico del Sur y autor


de más de cincuenta libros, entre los que se destacan Decíde For Yourself, Baker
Encyclopedía oJ Chrístian Apologetícs y when Skeptícs Ask. Fue también coeditor de 1s
Your Church Ready? un libro asociado a ¿OEíén creó a Díos?

IS B N- 10: 0-8297-4890-3
IS BN - 13 : 978 - 0-8297 -4 890-1

m
»
z

9
111 111
780829 748901
Prefacio ................................ 13
Reconocimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Colaboradores ............................ 17

~Rlrn[RR ~RRlL ~R[8UnIRS RC[RCR R[ lR HCRISllRnR


Capítulo uno
Preguntas difíciles acerca de Dios ................ 23
NORMAN GEISLER
'QUlen
¿ .~ creo~ a D'lOS..
? .......................... . 23

¿Por qué el mundo no podría haber existido


desde siempre? ................................ 25
¿Cómo pudo Dios crear algo de la nada? ........... 28
¿Qué hacía Dios antes de crear al mundo? .......... 30
¿Cómo puede haber tres personas en un Dios? ....... 31
¿Cómo puede un Dios bueno mandar a las
personas al infierno? ........................... 32
¿Cómo puede Dios ser Amante y Justo a la vez? ..... 33

Capítulo dos
Preguntas difíciles acerca de la maldad ........... 37
RONALD RHODES
¿Cuál es el origen de la maldad? ............... 40
¿Qué propósito tiene Dios al permitir
la maldad? ................................ 42
¿No sería mejor que Dios acabara con la maldad
de una vez por todas? ........................ 44
¿Comprueba la existencia de la maldad que
Dios es finito? .............................. 45
¿Es la maldad solo una ilusión? ................ 46
¿Puede el panteísmo de la Nueva Era
explicar la existencia de la maldad? ............. 48
¿Acaso creamos nuestras realidades? ............ 50
¿Puede la reencarnación explicar la existencia
de la maldad? .............................. 51

Capítulo tres
Preguntas difíciles acerca de la ciencia ......... 59
WILLIAM LANE CRAIG
La ciencia y el cristianismo, ¿aliados o
adversarios? ................................ 59
¿Cuál debería ser la relación entre teología
y ciencia? ................................. 62
¿Cómo describe la ciencia moderna el mundo? .... 64
¿Cuál es el origen del universo? ................ 65
¿Qué significa «la puesta a punto» del universo? .. 71
¿Qué significa la hipótesis de «muchos mundos»? . 74
¿Cuál es la explicación del verdadero
origen de la vida? ........................... 78
¿Qué duración tienen los días de la creación
en Génesis? ............................... 81
¿Es verdadera la teoría neodarwiniana de
la evolución? ............................... 85
Capítulo siete
Preguntas difíciles acerca de la Biblia, los
falsos profetas y los libros sagrados
de otras religiones .......................... 163
N ORMAN GEISLER
¿Qué evidencia tenemos para demostrar que,
como alega la Biblia, es inspirada por Dios? ...... 164
¿Qué otra evidencia hay para demostrar que la
Biblia es la Palabra de Dios? ................. .165
¿Acaso no se han cumplido también predicciones
realizadas por los psíquicos, iguales a las halladas
en la Biblia? .............................. .166
¿No son sobrenaturales las predicciones
de Nostradamus? ............................ 167
¿Pasarían las predicciones de Nostradamus las
pruebas de un verdadero profeta? .............. .168
¿Cuáles son las pruebas para identicar a
un falso profeta? ........................... .169
¿Cómo salen evaluados los autores bíblicos cuando
se los somete a este tipo de pruebas? ............ 171
¿Por qué los libros sagrados de otras religiones no
pueden tener origen divino? .................. 171
¿Es tener mente estrecha creer que la verdad está
solamente en una religión? ................... 172
¿Está completo el Antiguo Testamento? ........ .173
¿Cuál es el testimonio del judaísmo con respecto
a lo completo del Antiguo Testamento? ........ .173
¿Qué dijo Jesús acerca de la forma completa
del Antiguo Testamento? .................... 174
¿Qué dijeron los cristianos primitivos acerca
de lo completo del Antiguo Testamento? ....... .175
¿Agregó la Iglesia Católica Romana otros libros al
Antiguo Testamento judaico? ................. 176
¿Cómo sabemos que el Nuevo Testamento
está completo? ............................. 177
¿Qué prometió Jesús acerca de la formación
del Nuevo Testamento? ...................... 178
¿Qué dijeron los apóstoles de Jesús acerca del
Nuevo Testamento? ......................... 179
¿Qué pruebas aportaron los apóstoles para
demostrar su autoridad? ..................... .180
¿Se preservaron todos los escritos apostólicos y
proféticos en el Nuevo Testamento? ............ 181
¿De qué manera el carácter de Dios garantiza
que el Nuevo Testamento está completo? ........ 181
¿Conservó con cuidado la iglesia todo el
Nuevo Testamento? ......................... 182
¿Está completa la Biblia? .................... .184
¿Por qué hay en la Biblia menciones a libros
no inspirados? .............................. 184
¿Creen los mormones que la Biblia es inspirada
por bias? .................................. 185
¿Hay algo que confirme que las esc.rituras mormonas
procedan de Dios? ......................... .185
¿Hay alguna evidencia de que el Libro del Mormón
sea inspirado? ............................. .186
¿Es el Corán la Palabra. de Dios? ............... 187
T engo un recuerdo demasiado vívido de un día en que,
cuando era un joven creciendo en la India, mi madre
puso en mis manos una exquisitez. Caminaba feliz en el jar,
dín, disfrutando la suculenta delicia, y deseando que nunca
se acabara. De pronto, de la nada, un águila se abalanzó sobre
mí y, antes de que me diera cuenta o de que pudiera reaccio,
nar, el manjar había desaparecido de mis manos y mi rostro
había quedado con un arañazo. Estaba paralizado por la expe,
rienda. Mi primera reacción fue correr a casa, llorando y
pidiendo a mi madre que me consolara, con la esperanza de
que me ayudara y me diera más de esa delicia. En cambio, no
recibí sino una severa advertencia de que debía estar en guar,
dia contra esos depredadores al acecho que en cualquier
momento nos podían dejar con las manos vacías.
Esta experiencia me vino a la mente mientras pensaba en
las pérdidas que nuestra cultura ha sufrido en el transcurso de
las últimas tres décadas. Como cristianos, hemos caminado
alegremente por toda la Tierra con la Biblia en la mano, pre,
dicando su mensaje pero dejándola desprotegida, al alcance
de los vándalos que deseaban quitárnosla y dejamos deso,
rientados. Para muchas personas en nuestro medio, este es un
fiel retrato del escenario, mientras entran trastabillando en
nuestras iglesias, en busca de socorro y de consuelo.
Pablo exhortó a Timoteo que cuidara bien 10 que se le
había confiado (cf. 1 Timoteo 6:20). No podemos hacer
menos; se nos ha llamado a hacer 10 mismo en el tiempo que
nos toca vivir. Por 10 tanto, cuando Norman Geisler me sugi,
rió que coeditáramos este libro, no pude más que sentir pla,
cer y temor: placer porque este es un libro necesario, y temor
porque él fue mi profesor en la universidad. Desde entonces

13
lo he considerado un maestro, tanto por sus escritos como
por ser una fuente de consulta para todo aquello que he nece,
sitado en mis estudios de Apologética Cristiana. Siento la
influencia de mi cultura cuando pienso en lo temerario que
es para un estudiante que su nombre figure al lado de áque!
con quien ha aprendido. Nunca se puede pagar la deuda que
mantiene con su instructor. Accedí a participar de este pro'
yecto con mucha aprensión, pero con una profunda gratitud
por todo lo que he aprendido de él y de muchos otros.
Señalo todo esto porque deseo recalcar que, en la actuali,
dad, la iglesia necesita con desesperación ser instruida en este
campo; y un estudio como este nos permitirá acceder a algu,
nas de las mentes más eruditas. No está de más acotar que
podríamos haber incorporado a muchos otros colaboradores.
Sin embargo, hemos optado por un número limitado que
facilitara la coordinación. Creo que conseguimos una mara,
villosa muestra de pensadores que practican a la vez 10 que
predican.
Es un privilegio aprender de estos hombres. Nos ayudan a
cuidar bien lo que se nos ha confiado: e! glorioso evangelio
de Jesucristo. Si no aprendemos a cuidar bien lo que se nos
ha confiado, mañana nos encontraremos derramando lágri,
mas y lamentando e! hecho de que las garras del escepticis'
mo nos han arrebatado e! alimento nutritivo de la Palabra,
que es la única esperanza que nuestra sociedad tiene para
sobrevivir. Rindo homenaje al Dr. Geisler y a todos los que
nos han ayudado a comprender estos temas tan importantes.
Es un honor ser parte de este emprendimiento. ¡Quiera Dios
que sus esfuerzos colectivos nos permitan estar mejor equipa'
dos para llevar la belleza y e! poder de! evangelio a un mundo
confundido y atribulado!
Ravi K. ZacMrias

14
William Lane Craig
Es profesor de Filosofía en la Facultad de teología Talbot,
de La Mirada, California. Obtuvo un doctorado en Filosofía
de la Universidad de Birmingham, Inglaterra, antes de hacer
un doctorado en teología en Ludwig Maximilians
Universitat en Munich, Alemania, donde integró la cátedra
de Alexander Von Humboldt Stiftung. Antes de su nombra-
miento en Talbot, trabajó siete años en el Instituto Superior
de Filosofía de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica.
Es autor de más de una docena de libros, entre los cuales cabe
nombrar: The Kalam Cosmological Argument [El argumento
cosmológico Kalam]; Divine Foreknowledge and Human
Freedom [La presciencia divina y la libertad humana]; y
Theism, Atheism, and Big Bang Cosmology [Teísmo, ateísmo y
la cosmología de la Gran Explosión], así como cientos de
artículos en revistas académicas de Filosofía y teología, como
The }ournal of Philosophy, American Philosophical Quarterly,
Philosophical Studies, Philosophy y British }ournal for Philosophy
of Science.

Norman Geisler
Es un escritor galardonado y coautor de más de cincuenta
libros y cientos de artículos. Hace cuarenta y tres años que
enseña a nivel universitario y de posgrado y ha dado confe-
rencias y debatido en los cincuenta estados de los Estados
Unidos y en veintiséis países. Educado en William Tyndale
College y Wheaton Graduate School, tiene un doctorado en
Filosofía de la Universidad de Loyola y es presidente del

17
18 ¿~ultn n¡Ó R OIOP

Southem Evangelieal Seminary en Charlotte, Carolina del


Norte. Muchas de las obras del Dr. Geisler se usan como
libros de texto en las universidades y los seminarios cristia~
nos, como A General Introduetion to the Bible [Introducción
general a la Biblia); When Skepties Ask rCuando los escépti~
cos preguntan]; When Crities Ask [Cuando los críticos pre~
guntan]; Christian Apologeties [Apologética cristiana]; y Baker
Eneyclopedia of Christian Apologeties [Enciclopedia Baker de
Apologética Cristiana].

Lawrenee Theodore Jeyachandran


Es director de misiones del Ravi Zacharias International
Ministries (RZIM) en Singapur. Es oriundo del sur de la India
y posee una maestría en Ingeniería Estructural del Instituto
de Tecnología de la India, una facultad de ingeniería de
renombre en Chennai. Jeyachandran trabajó durante vein~
tiocho años como ingeniero civil para el gobierno central
(federal) en varias regiones de su país. Se jubiló temprana~
mente del gobierno, en 1993, para incorporarse a RZIM en
la India, como director de ministerios. Es un ávido estudioso
de teología y religiones comparadas, y está también interesa~
do en el estudio de la lengua India, así como en otros idio~
mas extranjeros.

Ronald Rhodes
Es presidente de Reasoning from the Scriptures Ministries,
una organización de apologética con sede en Frisco, Texas.
Ha impartido cursos en instituciones como la Universidad de
Biola, el Southem Evangelieal Seminary, y el Seminario
Teológico de Dallas. Es autor de varios libros, entre los que se
incluye: The Complete Book of Bible Answers (El libro comple~
to de respuestas bíblicas]; The Challenge of the Cults and New
Religions [El reto de los cultos y las nuevas religiones];
PRIMERA PARTE
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE DIOS 25

Si el universo no es eterno es necesario que obedezca a una


causa. Pero, por otra parte, si no tiene principio, no necesita
una causa que le dé origen. De igual modo, si existe un Dios
que no tiene principio, es absurdo preguntar: «¿Quién creó a
Dios?». Preguntar: «¿Quién creó lo no creado?» o «¿Quién
hizo lo no creado?» es una confusión de categorías. Sería 10
mismo que preguntar: «¿Quién es la esposa del soltero?».

¿POR QUÉ EL MUNDO NO PODRÍA HABER EXIS-


TIDO DESDE SIEMPRE?
Los cristianos, naturalmente, creen que debe haber un
Dios porque el mundo tuvo un principio. Y todo 10 que tenga
un origen requiere de alguien que le haya dado origen. La
pregunta que corresponde responder, entonces, es cómo
sabemos que el mundo tuvo un principio. Tal vez siempre
existió.
El famoso agnóstico, Bertrand Russell, presentó el dilema
en los siguientes términos. Existen dos posibilidades: el
mundo tuvo un principio o no lo tuvo. Si no 10 tuvo, no
necesita una causa (Dios). Si 10 tuvo, podemos preguntar:
«¿Cuál es la causa de Dios?». Pero si Dios tuvo una causa, no
es Dios. En cualquiera de los casos, no podemos concluir que
haya una primera causa sin causa (Dios).
La dificultad de este difícil dilema es que implica también
plantearse una pregunta que no tiene sentido: ¿Quién creó a
Dios? Expresado de otro modo, supone erróneamente que
«todo obedece a una causa» cuando en realidad no afirma
más que «todo lo que tenga un principio obedece a una causa»,
que es muy distinto. Por supuesto, todo 10 que tuvo un prin~
cipio tuvo a alguien que le dio origen. La nada no puede
crear algo. Como cantaba Julie Andrews: «No puede salir
nada de la nada. Sería imposible». Dios, por 10 tanto, no obe~
dece a ninguna causa porque no tuvo principio.
26 i ~ UI ¡ n n ¡Ó R ~ I~ P

Si este es el caso, bastará demostrar que el universo tuvo


un principio y probar que obedece a una causa (por ejemplo,
a Dios). Hay dos argumentos contundentes que permiten
probar que el universo tuvo un principio. Uno proviene de la
ciencia: la segunda ley de la Termodinámica. El segundo pro~
viene de la filosofía, y consiste en la imposibilidad de un
número infinito de momentos.
Según la segunda ley de la Termodinámica, la energía uti~
lizable del universo se está agotandd. Ahora bien, si el uni~
verso está agotándose, no puede ser eterno. De lo contrario,
ya se habría agotado completamente. Si la cantidad de ener~
gía fuera ilimitada no se podría agotar, pero una cantidad
limitada de energía puede agotarse. Por lo tanto, el universo
debió tener un principio. Pongamos l!na ilustración.
Cualquier vehículo cuenta con una cantidad limitada de
energía (combustible). Por eso es necesario cargar el tanque
cada tanto tiempo, más seguido que lo que desearíamos. Si
contáramos con un enorme e ilimitado tanque de combusti~
ble, ya no tendríamos que cargar nunca más. El que tengamos
que cargar el tanque cada tanto tiempo demuestra que tuvo
que haber sido llenado una primera vez. O, para usar otro
ejemplo: un viejo reloj que poco a poco se queda sin movi~
miento, y al que debemos darle cuerda para que siga andan~
do, no se detendría si no se le hubiera dado cuerda en un
principio. En resumidas cuentas, el universo tuvo un princi~
pio. Y todo lo que haya tenido principio, requiere de alguien
que le haya dado origen. Por lo tanto, el universo tuvo
alguien que le dio origen: Dios.
Algunos han especulado con que el universo se retroali~
menta o recupera automáticamente. Pero esta posición no es
más que mera especulación sin ninguna evidencia empírica
que la sustente. De hecho, es contraria a la segunda ley de
Termodinámica por cuanto aun si el universo pudiera recu~
perar su estado inicial, como un balón que rebota, gradual~
PREGUNTAS DIFíCILES ACERCA DE DIOS 29

Dios y nada más. Dios hizo que existiera algo que hasta ese
momento no había existido.
Dicho de otra manera, la creación «de la nada» simple,
mente significa que Dios no creó algo a partir de algo que ya
existía junto con él, como sostienen ciertas formas de dualis,
mo que suponen la existencia de dos entidades esenciales
eternas. Esto sería propiamente dicho creación ex materia: la
creación a partir de un material preexistente ajeno a Dios.
Era la posición sostenida por el filósofo griego Platón.
Tampoco creó Dios el mundo a partir de sí mismo (ex Deo).
Es decir, no tomó una parte de su ser para dar origen al mundo
a partir de eso. En realidad, el Dios cristiano ortodoxo no tiene
partes. Él es un todo íntegro que es absolutamente Uno. Por lo
tanto, no había manera de que Dios pudiera tomar una parte de
sí para hacer el mundo. Dios es Infinito y el mundo es finito.
No se puede producir un infinito a partir de ninguna cantidad
de partes finitas, ya que sea cual fuera la cantidad de partes o
piezas que se tuvieran, siempre cabría la posibilidad de agregar
una más. Pero tampoco puede haber más de un infinito. Por lo
tanto, ninguna cantidad de partes podrían igualar un infinito.
Por lo tanto, Dios no podría haber creado al mundo de una
parte de sí (por ejemplo, ex materia).
El mundo provino de Dios pero no es de Dios. Él fue su
causa pero no su sustancia. Dio origen a la existencia del
mundo, por él, pero no está hecho con partes de él, no es de
él en ese sentido. Sin embargo, si el mundo no fue creado a
partir de Dios (ex Deo) ni a partir de ninguna otra cosa (ex
materia) co,existente con él, el mundo debió haber sido cre, .
ado de la nada (ex nihilo). No hay otra alter'uativa. Dios creó
una cosa que antes de que la creara no existía, ni en él ni en
ninguna otra parte.
El único lugar en que el mundo «existía» antes de que
Dios lo creara era como una idea en su mente. Así como un
pintor puede tener en mente una idea de su obra antes de
pintarla, Dios tenía una idea del mundo antes de crearlo. En
este sentido, el mundo preexistió en la mente de Dios como
una idea que todavía no tenía existencia.

¿QUÉ HACÍA DIOS ANTES DE CREAR AL


MUNDO?
Otra pregunta acerca de Dios que a menudo plantea difi,
cultades es: ¿Qué hacía Dios antes de crear el mundo?
Agustín, el famoso erudito cristiano del siglo quinto, tenía
dos respuestas: una graciosa y la otra en serio. La primera era
que Dios ocupaba su tiempo preparando el infierno para las
personas que hacían este tipo de preguntas. La respuesta seria
era que no disponía de tiempo porque el tiempo no existía
antes de haberse creado. El tiempo comenzó con la creación.
Antes de la creación, el tiempo no existía y, por lo tanto,
Dios no disponía de tiempo. El mundo no tuvo principio con
una creación en el tiempo sino con la creación del tiempo.
Pero, tal vez se pregunten, si el tiempo no existía antes de que
comenzara el tiempo, ¿qué había en vez de tiempo? La respuesta
es: la eternidad. Dios es eterno, y lo único que había antes de
que existiera el tiempo era la eternidad.
Además, la idea implícita en este tipo de pregunta es que·
un ser infinitamente perfecto como Dios podría aburrirse. El
aburrimiento, sin embargo, es un signo de imperfección e
insatisfacción, mientras que la satisfacción de Dios es perfec,
tao Por lo tanto, de ninguna manera se puede concebir a Dios
aburriéndose, ni siquiera aunque haya tenido largos períodos
de tiempo en sus manos. Una mente infinitamente creativa
siempre encuentra algo interesante para hacer. Solo las men,
tes finitas, cuando no encuentran nada interesante que
hacer, se aburren.
Por último, el Dios cristiano son tres personas que están en
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE DIOS 33

gozo quedará defraudada. Quienes buscan, encontrarán. A


quienes llamen, se les abrirá»5.
Dios es Justo y debe castigar el pecado (cf. Habacuc 1:13;
Apocalipsis 20: 11-15), pero es también Amor (d. 1 Juan 4: 16),
y este no puede obligar a nadie a amarlo. El amor no obra por
coerción sino solo por persuasión. Amar por obligación es una
contradicción de términos. Por lo tanto, el amor de Dios exige
que haya un infierno donde aquellas personas que no desean
amarlo puedan experimentar el gran divorcio cuando él les
diga: «¡Hágase tu voluntad!».

¿CÓMO PUEDE DIOS SER AMANTE Y JUSTO A LA


VEZ?
Puede parecer que el amor y la justicia son atributos
incompatibles. Si Dios es Justo, debe castigar el pecado. Pero
si es un Dios de amor, debería perdonar el pecado. ¿Cómo
puede tener a la vez ambos atributos?
Los atributos (o características) de Dios no son contradic-
torios. Él es absolutamente Justo y, no obstante, incondicio-
nalmente un Dios de amor. Ambos atributos se complemen-
tan. Dios es «Santo por ser Justo» yes «Justo por ser Santo».
Es decir, imparte su justicia con amor, y propaga su amor con
justicia.
El perfecto ejemplo de cómo el amor y la justicia de Dios
se concilian lo encontramos en la cruz. En su amor, Dios
envió a su Hijo para pagar el castigo de nuestros pecados para
que su justicia fuera satisfecha y su amor se manifestara.
Porque «la paga del pecado es muerte» (Romanos 6:23). Y el
pecado contra el Dios eterno exige la muerte eterna (d.
Apocalipsis 20: 14-15). Por eso, cuando Cristo murió por
nuestros pecados como leemos en Romanos 5:8, el Justo
sufrió por los injustos (cf. 1 Pedro 3:18) para llevamos a Dios.
«Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató
34 ¿ H I i n ~ ~ I ~ ~ UI OP

como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios»


(2 Corintios 5:21).
La justicia de Dios exige que el pecado sea castigado, pero
su amor lo lleva a salvar a los pecadores. Con la muerte de
Cristo se satisface la justicia divina y se manifiesta su amor.
Por lo tanto, no hay contradicción entre la justicia absoluta
y el amor incondicional. A modo de ilustración, Dios es
como un juez que, después de pronunciar la sentencia a la
parte culpable, se quitó la toga, se paró junto al convicto y
pagó la pena. En el calvario, Jesús hizo lo mismo por noso~
tros. En la cruz se conciliaron la justicia y misericordia.

Conclusión
Hasta los nmos más pequeños como mi nieto pueden
hacer preguntas difíciles, pero hay buenas respuestas para
todas estas «preguntas acerca de Dios» y la Biblia nos exhor~
ta a encontrarlas y darlas. Pablo escribió: «Que su conversa~
ción sea siempre amena y de buen gusto. Así sabrán cómo
responder a cada uno» (Colosenses 4:6).
Una acotación, mi nieto acaba de graduarse y se está pre~
parando para estudiar Apologética (la defensa de la fe) en un
seminario. Pronto estará preparado para responder al mismo
tipo de preguntas que hizo. Uno no puede más que imaginar~
se qué estaría haciendo hoy si nadie hubiese respondido a sus
preguntas.
Capítulo dos

RONALD RHODES

A principios de 1999, el hijo de mi hermano Greg fue


atropellado por un auto y murió. Después del entie,
rro, la pregunta que todos sus amigos y familiares nos hacía'
mos era: «¿"Por qué tuvo que suced.er a)go asf?»."Es)a misma
pregunta que en cualquier época, frente a una tragedia, todos
se han hecho: ¿por qué pasan cosas malas a las personas bue,
nas? ¿Qué nos dice acerca de Dios que pasen este tipo de
cosas? Pensemos simplemente en lo que deben haber sentido
los amigos y parientes de las casi tres mil personas que per,
dieron su vida en los atentados terroristas de Nueva York y
Washington elll de setiembre de 2001. En cierta ocasión, se
comisionó al encuestador George Barna para que averiguara
qué pregunta las personas le harían a Dios si tuvieran la opor,
tunidad. La pregunta que ocupó por un amplio margen el pri,
mer lugar, la más urgente, fue: «¿Por qué hay tanto dolor y
sufrimiento en el mundo?»'.
Mi meta es examinar brevemente algunas de las cuestiones
que más dificultad ofrece la idea de la maldad. Se tratará de
una aproximación tentativa al tema, porque un análisis
exhaustivo del mismo exigiría todo un libro y no un breve
capítulo. Como tratar cualquier asunto de manera abreviada
siempre conlleva el riesgo de caer en la superficialidad,
exhorto al lector que complemente este estudio somero con
algunas de las obras más exhaustivas que se citan en las notas
o en los recursos bibliográficos listados al final del libro.
37
Antes de entrar en tema, sería conveniente dejar sentadas
algunas ideas preliminares con respecto a la maldad. Ésta no
es algo que tenga existencia propia; más bien, es una corrup'
ción de algo que ya existe. La maldad es la ausencia o la priva,
ción del bien. La descomposición, por ejemplo, solo pueden
existir mientras exista un árbol. Las caries solo pueden exis,
tir siempre que exista un diente. Lo mismo sucede con la
corrosión de la chapa y la carrocería de un vehículo. El mal
existe como corrupción de algo bueno; es una privación y no
tiene esencia propia. 2 Norman Geisler, dice: «El mal es como
una herida en el brazo, o como los agujeros en una prenda
apolillada. Su existencia depende de la existencia de otra
cosa; no puede tener existencia propia»3.
Por supuesto, decir que la maldad no tiene existencia pro'
pia no es lo mismo que negar la realidad de la maldad. Ésta
puede no tener sustancia propia pero involucra una priva'
ción real de las sustancias buenas. Geisler, señala: «No es una
entidad real pero es una verdadera corrupción de una entidad
reai»4. Un árbol en estado de descomposición, un automóvil
con la chapa corroída, los dientes cariados, el cáncer cere,
bral, la muerte de Greg ... son todos ejemplos de cómo la mal,
dad es la corrupción de algo bueno.
Una cosa es entender lo que es la maldad. Otra cosa com,
pletamente diferente es entender por qué la maldad puede
existir en un mundo creado por Dios. El problema de la mal,
dad puede considerarse de manera simple como un conflicto
que involucra tres conceptos: el poder de Dios, la bondad de
Dios y la presencia de la maldad en el mundo. El sentido común
nos dice que estas tres cosas no pueden ser verdad al mismo
tiempo. 5 Las soluciones al problema de la maldad, típicamen,
te implican modificar uno o más de estos tres conceptos: limi,
tar el poder de Dios, limitar la bondad de Dios o modificar la exis,
tencia de la maldad (concibiendo a la maldad como una ilu,
sión, por ejemplo).6
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA MALDAD 41

creado al ser humano de manera tal que nunca hubiera podido


pecar, no dando cabida así a la maldad. El hecho es que dicho
escenario implicaría que no fuéramos verdaderamente huma~
nos. No tendríamos la capacidad para tomar decisiones ni para
amar libremente. Este escenario hubiera requerido la creación
de robots capaces de actuar solo conforme a lo que estaban pro~
gramados, como esas muñecas que hablan cuando halamos una
cuerda y dicen: «Te amo»Y Paul Litde señala que con dicha
muñeca «no habría insultos, jamás habría conflictos, ¡nadie
diría ni haría nada que pudiera entristecerte! Pero, ¿quién que~
rría vivir en ese estado? Tampoco existiría la posibilidad del
amor. El amor es voluntario. Dios podría habemos hecho como
robots, pero habríamos dejado de ser hombres. Aparentemente
pensó que valía la pena correr el riesgo de creamos como nos
creó» 13.
El amor no puede programarse; debe expresarse libremen~
te. Dios quería que Adán y toda la humanidad mostraran
amor eligiendo libremente la obediencia. Por eso, Dios le dio
a Adán y a todos los demás seres humanos el libre albedrío.
Geisler tiene razón cuando dice que «el amor forzado es una
violación; y Dios no es un violador divino. No hará nada que
coaccione las decisiones de los hombres» 14. Una elección
libre, sin embargo, deja abierta la posibilidad de una elección
errónea. Como lo expresa J.B. Phillips: «La maldad es algo
inherente al riesgo implícito en el don del libre albedrío» 15.
En vista de los hechos bíblicos, podemos concluir que el
plan de Dios tenía el potencial para la maldad cuando con~
cedió la libertad de elección a los seres humanos, pero que el
origen concreto de la maldad fue resultado de un hombre que
se apartó de la voluntad de Dios y prefirió concentrarse en
sus propios deseos egoístas. 16 Norman Geisler y Jeff Amanu,
señalan: «Mientras que Dios creó el hecho de la libertad, son
los humanos los que ejercen los actos de la libertad. Dios hizo
posible el mal, las criaturas lo hicieron efectivo» 17. Desde que
Adán y Eva hicieron efectiva la maldad, aquella primera vez
en el Jardín de Edén, la naturaleza del pecado se ha transmi-
tido a todo hombre y mujer (d. Romanos 5:12; 1 Corintios
15:22), y es debido a la naturaleza pecaminosa que hoy con-
tinuamos ejerciendo nuestro libre albedrío para hacer efecti-
va la maldad (d. Marcos 7:20-23).
Es más, los males naturales, como los terremotos, los tor-
nados y las inundaciones, radican en el mal uso que damos a
nuestro libre albedrío. No debemos olvidar que como vivi-
mos en un mundo caído, estamos sujetos a desastres de la
naturaleza que no habrían ocurrido si el hombre no se hubie-
ra rebelado contra Dios en un principio (cf. Romanos 8:20-
22).18 En el Jardín de Edén no había ni desastres naturales ni
muerte hasta después del pecado de Adán y Eva (d. Génesis
1-3). No habrá desastres naturales ni muerte en el cielo
nuevo y la tierra nueva, cuando Dios, de una vez por todas,
ponga fin a la maldad (d. Apocalipsis 21:4).19

¿QUÉ PROPÓSITO TIENE DIOS AL PERMITIR LA


MALDAD?
A Dios no le sorprende que el ser humano se aproveche
del libre albedrío que le dio y lo desobedezca. C.S. Lewis
sugiere que Dios, en su omnisciencia, «vio que de un mundo
de criaturas libres, aunque hubieran caído, podría hacer sur-
gir ... una felicidad más profunda y un esplendor más radian-
te que nunca hubiera sido posible en un mundo de autóma-
tas»20. O, como bien puntualiza Geisler, el que cree en Dios
no tiene que alegar que nuestro mundo presente sea el mejor
de los mundos posibles, sino que es el mejor camino hacia el
mejor mundo posible:
«Si Dios ha de preservar la libertad y derrotar a la mal-
dad, esta sería la mejor manera de hacerlo. La libertad se
preserva en la medida de que cada persona determine
PREGUNTAS DIFfcILES ACERCA DE LA MALDAD 45

¿COMPRUEBA LA EXISTENCIA DE LA MALDAD


QUE DIOS ES FINITO?
La idea de un Dios finito se popularizó a principios de la
década de los ochenta cuando el rabino Harold Kushner,
escribió el éxito de ventas When Bad Things Happen to Good
People [Cuando le pasan cosas malas a la gente buena]. Al
considerar la muerte prematura de su hijo, Kushner, llegó a
la conclusión que Dios quiere que los justos tengan vidas feH,
ces pero que a veces no puede hacer que eso suceda. Hay
algunas cosas que simplemente están fuera del control de
Dios. Dios es Bueno, pero no es lo suficientemente Poderoso
para hacer efectivo todo el bien que desearía. En resumidas
cuentas, Dios es finito. Kushner, escribe: «Reconozco sus
limitaciones. Dios está limitado por las leyes de la naturaleza
y por la evolución de la naturaleza humana y la libertad
moral de la persona»25. Se lamenta de que «incluso Dios
tiene problemas para mantener a raya el caos y para limitar
el daño que puede provocar la maldad»~.
La idea de un Dios finito implica un Dios que, debido a su
finitud, solo puede ser un ser contingente que a su vez nece,
sita una causa. Dicho Dios no es digno de nuestra adoración.
Tampoco es digno de nuestra confianza, porque no hay nin,
guna garantía de que podrá derrotar el mal en el futuro.
La finitud no toma en consideración que los tiempos de
Dios no son los tiempos humanos. Como señalamos anterior'
mente, el hecho de que él todavía ¡no haya vencido al mal no
significa que no lo eliminará en el futuro (cf. 2 Pedro 3:7,12¡
Apocalipsis 20:22). No estamos en el mejor de todos los
mundos posibles, pero es la mejor manera de llegar al mejor
de los mundos posibles.
Esta idea de finitud es contraria al testimonio bíblico de
Dios. Las Escrituras nos presentan un Dios que es un ser
Omnipotente. Dios tiene poder para hacer todo lo que quiera
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA MALDAD 47

Cuando las personas dicen que el mal es una ilusión, creo


que tengo derecho a preguntarles si de noche cierran con
llave las puertas de sus hogares. (Si lo hacen, les pregunto por
qué). ¿Dejan acaso las llaves dentro de sus autos cuando lo
estacionan en la avenida principal del centro? (Si no lo
hacen, ¿por qué?). ¿Se abrochan los cinturones de seguridad
cuando viajan en auto? (¿Por qué?). ¿Van al dentista? (¿Por
qué? ¿No quedamos en que el dolor de muelas era una ilu-
sión?). ¿Le colocan chalecos salvavidas a sus hijos pequeños
cuando se bañan en la playa? (¿Por qué?). ¿Les advierten a sus
hijos pequeños que no se acerquen demasiado al fuego cuan-
do hacen un asado al aire libre? (¿Por qué?). ¿Apoyan las
leyes contra los pederastas? (¿Por qué?). Si el mal no es más
que una ilusión, estas acciones serían completamente inne-
cesarias y nadie tendría de qué preocuparse.
Explicar la maldad aduciendo que no es más que una ilu-
sión es contraria a toda experiencia humana y lógica.
Limitarse a negar la existencia del mal no elimina su reali-
dad. Esta explicación del mal es en sí la peor de las ideas ilu-
sorias. Jesús, sin duda, creía en la realidad del mal. En la ora-
ción del Padre Nuestro, no dijo que oráramos: «Líbranos de
la ilusión del mal», sino que nos enseñó a orar: «Líbranos del
mal».
De aceptar el punto de vista de la Ciencia Cristiana que el
mal es una ilusión, estaríamos negando nuestras propias
experiencias sensoriales y personales. Vale la pena notar que
las Escrituras a menudo nos exhortan a prestar atención a la
experiencia empírica que nos aportan nuestros cinco senti-
dos. Frente a la duda de Tomás, Jesús le pidió que pusiera sus
dedos en las cicatrices de los clavos para demostrarle que
efectivamente había resucitado de entre los muertos (cf. Juan
20:27). En Lucas 24:39, Jesús resucitado le dijo a sus seguido-
res: «Miren mis manos y mis pies. ¡Soy yo mismo! Tóquenme
y vean; un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que
48 i ~ UI ¡ n n fO ~ ~ I OP

los tengo yo». En 1 Juan 1:1, leemos que Juan y los apóstoles
hablaron de «lo que hemos oído, lo que hemos visto con nues~
tros propios ojos, lo que hemos contemplado, lo que hemos
tocado con las manos, esto les anunciamos respecto al Verbo
que es vida». Los mismos sentidos que nos permiten testificar
con tanta convicción del Cristo resucitado, testifican de la rea~
lidad del mal en nuestro mundo, no solo a un puñado de perso~
nas, sino universalmente y en todas las edades.

¿PUEDE EL PANTEÍSMO DE LA NUEVA ERA


EXPLICAR LA EXISTENCIA DE LA MALDAD?
Tengo un amigo, Jim, que ha leído algunos de mis libros
sobre apologética y el movimiento de la Nueva Era. Un día
se vio aquejado por una enfermedad física concreta y fue a
ver a un doctor que le habían recomendado. Irían por la
mitad del examen cuando, Jim, comenzó a sospechar que el
médi~o podría ser un promotor de la medicina de la Nueva
Era. El, que no se caracteriza por andarse con vueltas, le dijo:
«¿Usted es dios?», a lo que el médico le respondió con entu~
siasmo: «Por supuesto, y usted también y todo el mundo».
Jim salió del consultorio más rápido que un rayo.
El panteísmo es el punto de vista que propugna que Dios
es todo y todo es Dios. La palabra panteísmo deriva de dos
palabras griegas: pan (<<todo») y theos (<<Dios»). El panteísmo
considera que la realidad está permeada por la divinidad. El
dios del panteísmo de la Nueva Era es una «cosa» imperso~
nal y amoral opuesta al «ser» personal y moral del cristianis~
mo. Según esta perspectiva, la distinción entre el creador y
la creación se desdibuja completamente.
Si es cierto que «todo es uno» y que «todo es Dios», como
sostiene la visión del mundo de la Nueva Era, la distinción
entre el bien y el mal, al final, desaparece. David Spangler,
promotor de las ideas de la Nueva Era, afirma que la ética de
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA MALDAD 51

bre, porque los pasajeros que allí viajaban crearon esa reali-
dad.
Cuando la hija de la profesora de teatro de Shirley MacLaine,
en una colisión frontal, sufrió quemaduras que le desfiguraron el
rostro, MacLaine se preguntó: «¿Por qué tuvo que elegir morir de
esa manera?» 36. El apologista cristiano, Douglas Groothuis, des-
pués de leer el libro de MacLaine, It's AU in the Playing [Todo es
parte del juego], relata cómo el libro presenta a «Shirley lloran-
do frente a su televisor mientras mira los efectos de un volcán
chileno que mató a veinticinco mil personas. ¿Por qué llorar?
¿Acaso no eligieron esa muerte?» 37.
Cuanto más ahondamos en las explicaciones que la Nueva
Era postula para explicar la maldad, tanto más absurdas nos
resultan.

¿PUEDE LA REENCARNACIÓN EXPLICAR LA


EXISTENCIA DE LA MALDAD?
Muchas personas que creen en las ideas de la Nueva Era
basan su ética en la reencarnación y el Karma. El proceso de
reencarnación (renacimientos continuos) se repite hasta que
el alma alcanza un estado de perfección y, entonces, se fusio-
na de nuevo con su fuente (<<Dios o el Alma Universal»). El
Karma se refiere a la «deuda» que el alma acumula por causa
de las acciones buenas o malas que cometió durante la vida
(o en las vidas anteriores). Si uno acumula Karma bueno, él
o ella, supuestamente, se reencarnarán en un estado más
deseable.
Muchas personas que creen en los postulados de la Nueva
Era explican la existencia de la maldad en nuestro mundo
estrictamente en función del Karma. El escritor popular de
Nueva Era, Gary Zukav, por ejemplo, dice que no debemos
apresuramos a juzgar cuando la gente sufre cruelmente, por-
que «no sabemos qué cosas se están sanando (por medio del
Karma) en estos sufrimientos»38. Lo que Zukav llama «justi#
cia no crítica» nos exime de la necesidad de juzgar con res,
pecto a la maldad aparente; la ley del Karma, al final, traerá
la justicia.
¿Será posible que Zukav quiera hacemos creer que cuando
las milicias en Ceilán dispararon contra una madre que esta,
ba amamantando a su hijo y luego usaron los dedos de los
pies del bebé para hacer tiro al blanco, de algún modo esto
traía «sanidad» a las almas de la madre y el niño? Cuando los
chUtas de la Unión Soviética abrieron el vientre de una
mujer armenia embarazada y desmembraron al feto (hechos
reales registrados en el periódico), ¿Zukav realmente espera
que confiemos en esta «justicia no crítica» en vez de suble,
vamos moralmente? ¿Qué tienen de divino o sagrado estas
acciones?
La doctrina de la reencarnación plantea numerosos pro'
blemas. En términos prácticos, debemos preguntamos: ¿por
qué se castiga a los individuos por cosas que no recuerdan
haber hecho en una vida anterior? Además, si (como se nos
dice) el propósito del Karma es que la humanidad se despren'
da de sus deseos egoístas, ¿por qué no hay ninguna mejora
evidente en la naturaleza humana después de milenios de
reencarnaciones? ¿Por qué continúa propagándose la mal,
dad? Más aun, si la reencarnación y la ley del Karma son tan
beneficiosas, desde el punto de vista práctico, como alegan
quienes creen en la doctrina de la Nueva Era, ¿cómo se expli,
can los permanentes problemas sociales y económicos, entre
los que se encuentran la pobreza generalizada, el hambre, las
enfermedades, y los espantosos sufrimientos que aquejan la
India, justamente donde esta creencia se ha enseñado siste,
máticamente durante toda su historia?
Es evidente que la reencarnación no es bíblica y que con'
.tradice lo que las Escrituras enseñan acerca de la muerte y la
vida después de la muerte. Hebreos 9:27 es tajante: «Está
PREGUNTAS DIFíCILES ACERCA DE LA MALDAD 55

lante, pudo decirles a sus hermanos: «En realidad fue Dios


quien me mandó delante de ustedes para salvar vidas»
(c. 45:5), y «es verdad que ustedes pensaron hacerme mal,
pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy
estamos viendo: salvar la vida de mucha gente» (c. 50:20). A
pesar de todas las cosas malas que le sucedieron, Dios tenía
un propósito providencial al haberlas permitido.
Es seguro que al apóstol Pablo no le agradaba estar encar-
celado, pero Dios tenía un propósito providencial al permitir
que así sucediera. Al fin de cuentas, fue en la cárcel que escri-
bió las epístolas a los Efesios, Filipenses, Colosenses, y a
Filemón (cf. Efesios 3:1, Filipenses 1:7; Colosenses 4:10; y
Filemón 9). Resulta claro que Dios hizo que el sufrimiento de
Pablo redundara para bien.
A veces el «bien» que Dios produce, a partir de nuestro
sufrimiento, implica acercarnos más a él. Joni Eareckson
Tada, que se quebró la espina dorsal en un accidente de nata-
ción y quedó cuadripléjica, dice que su tragedia la acercó
mucho más a Dios. Incluso se la cita diciendo que preferiría
estar en una silla de ruedas con Dios antes que caminar sin
él.
A veces el «bien» que Dios produce, a partir de nuestro
sufrimiento, implica un cambio positivo en nuestro carácter.
Pedro se refiere a esto cuando dice: «Esto es para ustedes
motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han teni-
do que sufrir diversas pruebas por un tiempo. El oro, aunque
perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes,
que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las prue-
bas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor
cuando Jesucristo se revele» (1 Pedro 1:6-7; paráfrasis moder-
na: «Al que quiere celeste, que le cueste»).
Todo esto pretende subrayar la necesidad de la fe en medio
de este mundo de sufrimiento. Dios ciertamente está obran-
do su propósito en medio nuestro, y debemos confiar en él.
Me agrada la manera en que Gary Habermas y J.P. Moreland
lo han expresado. Nos animan a mantener una perspectiva
«de arriba a abajo»:
«El Dios del universo nos invita a contemplar la vida y la
muerte desde su posición eterna de privilegio. Si lo hace-
mos, veremos con qué prontitud puede revolucionar nues-
tras vidas: las angustias diarias, los dolores emocionales, las
tragedias, nuestras respuestas y responsabilidades hacia los
demás, las posesiones, la riqueza, e incluso nuestro dolor físi,
co y la muerte. Todo esto y mucho más se comprenden y
permite discernir las verdades del cielo. El testimonio reite,
rado del Nuevo Testamento es que los creyentes deberían
considerar todos los problemas, y aun toda su existencia, a
partir de una perspectiva que llamamos "de arriba abajo":
primero Dios y su reino, y luego los diversos aspectos de
nuestra existencia terrenal» 43.
Al comienzo del capítulo, mencioné que Greg, el hijo de
mi hermano, había muerto trágicamente. Debo admitir que
una de las cosas que más sostiene a toda la familia es esta
perspectiva «de arriba a abajo». En el futuro, cuando final,
mente lleguemos «al mejor de los mundos posibles» que Dios
tiene provisto, esa ciudad celestial «de la cual Dios es arqui,
tecto y constructor» (Hebreos 11:10), ¡nos reuniremos para
nunca más separamos! La muerte, el mal, el dolor y las lágri,
mas serán una cosa del pasado lejano.
Capítulo tres

WILLIAM LANE CRAIG

P or el año 1896, el presidente de la Universidad de


Comell, Andrew Dickson White, publicó un libro con
el título A History of the Warfare of Science with Theology in
Christendom [Una historia de la lucha entre la ciencia y la teo~
logía en el cristianismo).! Bajo la influencia de White, la metá~
fora de una lucha para describir la relación entre la ciencia y la
religión cristiana se extendió durante la primera mitad del siglo
veinte. La visión dominante en la cultura de nuestra sociedad,
incluso entre cristianos, fue que la ciencia y el cristianismo no
eran aliados en la búsqueda de la verdad sino adversarios. A
modo de ilustración, hace unos años atrás acepté participar en
un debate con un filósofo de la ciencia en la Universidad
Simon Fraser de Vancouver. El asunto a debatir era: «¿Son la
ciencia y el cristianismo recíprocamente incompatibles? Pero
cuando llegué al campus, vi que los estudiantes cristianos que
patrocinaban el debate lo estaban promocionando con grandes
carteles y pancartas que decían: «La ciencia vs. el cristianis~
mo». Los estudiantes cristianos estaban perpetuando la misma
mentalidad de antagonismo que Andrew Dickson White había
proclamado cien años antes.

LA CIENCIA Y EL CRISTIANISMO, ¿ALIADOS O


ADVERSARIOS?
Lo que sucedió, sin embargo, durante la segunda mitad del
59
60 ¿Hlfn nH R ~I~P

siglo veinte, fue que los historiadores y filósofos de la ciencia


se dieron cuenta que esta supuesta historia de antagonismos
era un mito. Como Charles Thaxton y Nancy Pearcey seña,
lan en su libro The Soul of Science [El alma de la ciencia)2, en
los trescientos años que representan el desarrollo de la cien,
cia moderna, desde 1500 hasta fines de 1800, la relación
entre la ciencia y la religión podría ser bien descrita como
una alianza. El libro de White hoy se considera más bien
como una broma de mal gusto, una propaganda tendenciosa
y tergiversada. Hoy se la cita solo como ejemplo de cómo no
se debe hacer historia de la ciencia.
Los historiadores de la ciencia, en la actualidad, recono,
cen el papel indispensable que desempeñó la fe cristiana en
el crecimiento y el desarrollo de la ciencia moderna. La cien,
cia no es algo natural a la humanidad. Como lo recalca el
escritor científico Loren Eiseley, la ciencia es «una institu'
ción cultural inventada» que requiere un «terreno propicio»
a fin de fructificar. 3 La ciencia moderna no surgió en oriente
ni en África sino en la civilización occidental. ¿A qué se
debió esto? A la· singular contribución de la religión cristia,
na a la cultura occidental. Como afirma Eiseley: «Fue el
mundo cristiano lo que finalmente dio a luz de modo claro y
articulado el método experimental propio de la ciencia».
A diferencia de las religiones orientales y vulgares, el cris'
tianismo no considera que el mundo sea divino ni esté habi,
tado por espíritus, sino que es el producto natural de un
Creador Trascendental que lo diseñó y lo hizo existir. Por
ende, el mundo es un lugar racional abierto a la exploración
y al descubrimiento. Hasta las últimas décadas del siglo die'
cinueve, los científicos eran típicamente creyentes cristianos
que no veían ningún conflicto entre su ciencia y su fe, hom,
bres como Kepler, Boyle, Maxwell, Faraday, Kelvin, y otros.
La idea de una lucha entre la ciencia y la religión es una
invención relativamente reciente de fines del siglo diecinue,
PREGUNTAS DIFíCILES ACERCA DE lA CIENCIA 63

cual algo puede ser científicamente falso pero teológicamen'


te verdadero; o que son complementarias, que la ciencia y la
teología son dos campos que no se superponen (la ciencia se
refiere a los hechos y la teología nos da el marco de los valo,
res y el sentido). Sin embargo, la teoría de la doble verdad es
incoherente, dado que hay una verdad objetiva acerca de la
realidad. (Afirmar: «No hay verdad objetiva» sería en sí una
verdad objetiva y, por lo tanto, ¡estaría refutando lo que pre,
tende afirmar!). Pero si hay una verdad objetiva acerca de
cómo es el mundo, no es lógico afirmar, por ejemplo, que
mientras, desde el punto de vista científico, es verdadero que
el universo es eterno y no fue creado, no obstante, desde el
punto de vista teológico, es verdad que tuvo un principio y
que fue creado.
Con respecto a que se traten de dos disciplinas comple,
mentarias, la aproximación popular demasiado a menudo no
es más que una excusa velada para desestimar los postulados
de verdad de la religión, como es evidente en el comentario
cándido de Freeman Dyson: «A fin de cuentas, la ciencia
trata acerca de cosas y la teología trata acerca de palabras»5.
La idea de que sean dos campos complementarios también es
inaceptable, porque la fe cristiana hace afirmaciones históri,
cas, y la historia tiene, desde un punto de vista epistemológi,
co, la misma jerarquía que la ciencia, como es evidente espe,
cialmente en las ciencias históricas como la paleontología y
la cosmología. Por lo tanto, no se puede evitar la posibilidad
de verdades conflictivas entre la ciencia y la religión.
Debemos reconocer el riesgo que esto implica para la fe cris,
tiana: la verdad del cristianismo estaría en peligro. Sin
embargo, ahí radica también su grandeza, porque el mundo
que ambos campos tienen en común y que hace posible el
conflicto también ofrece la posibilidad de verificar las verda,
des preconizadas por la teología cristiana.
¿Cómo describe la ciencia moderna al mundo?
C.P. Snow se lamentaba en su famoso ensayo: «The Two
Cultures» [Las dos culturas], que a pesar de que la mayoría de
las personas viven en una era científica y disfrutan diaria-
mente los beneficios de la misma, no tienen idea de lo que
ésta enseña acerca del mundo. 6 Aunque la mayoría hemos
cursado materias de ciencia en la escuela y la secundaria,
pocos podríamos describir ni siquiera a grandes rasgos la ima-
gen del mundo representada por la ciencia moderna. Sin
embargo, si no se entiende cómo concibe el mundo, resulta
imposible poder relacionar nuestra teología con la ciencia y
arribar a una cosmovisión unificada. Por lo tanto, con la
ayuda de Victor Weisskopf,7 quisiera esbozar un perfil de la
visión que la ciencia moderna tiene del mundo conforme a
su desarrollo histórico:
1. Unificación de la mecánica celestial y terrenal: las mis-
mas leyes de la naturaleza rigen en todo el universo.
2. La existencia de especies atómicas: toda la materia es el
resultado de la combinación de unos cientos de átomos
elementales diferentes.
3. El calor es movimiento aleatorio: el calor se debe al
movhniento de las partículas de la materia y no es en sí
una sustancia.
4. La unificación de la electricidad, el magnetismo y la
óptica: son todas manifestaciones del mismo campo
electromagnético.
5. La evolución de los seres vivos: la vida y la complejidad
biológica surgió como se describe en la síntesis
Neodarwiniana.
6. La teoría de la Relatividad: el espacio y el tiempo están
unificados en las cuatro dimensiones espacio y tiempo,
cuya curvatura corresponde a campos gravitacionales.
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA CIENCIA 67

Cuanto más nos retraemos en el tiempo, más denso se toma el


universo, hasta que, al final, se llega a un punto de densidad
infinita a partir del cual comenzó a expandirse. Este suceso ini~
cial se conoce como el «big bang», o la gran explosión.
El suceso que marca el principio del universo llega a ser
más increíble cuando se tiene en cuenta que no existía nada
antes de este. No existía nada antes de la singularidad, por~
que está en los límites del espacio físico y del tiempo.
Representa, por lo tanto, el origen, no solo de la materia y de
la energía, sino también del espacio físico y del tiempo
mismo. Los físicos John Barrow y Frank Tipler observan: «En
esta singularidad comienza la existencia del espacio y del
tiempo; literalmente no existía nada antes de la singularidad,
por lo que, si el universo se originó allí, verdaderamente ten~
dríamos una creación de la nada»8.
Se trata de una conclusión profundamente inquietante
para cualquiera que la reflexione, porque hay una pregunta
que no se puede suprimir: ¿por qué existe el universo en vez de
la nada? No puede haber ninguna causa natural y física para
la gran explosión dado que, en palabras del filósofo Quentin
Smith: «Pertenece analíticamente al concepto de la singula~
ridad cosmológica que no es el efecto de hechos físicos ante~
riores. La definición de singularidad ... conlleva que es impo~
sible extender el marco espaciotemporal más allá de la singu~
laridad ... lo que obliga a descartar la idea de que la singula~
ridad es un efecto de algún proceso natural anterior» 9. Sir
Arthur Eddington, al considerar el inicio del universo, opi~
naba que la expansión del mismo era un concepto tan prepo~
tente e increíble que «Me siento indignado de que alguien
pueda creer en él, excepto yo mismo»lO. Al final, se vio obli~
gado a concluir: «El principio parece presentar dificultades
insalvables a menos que acordemos considerarlo como un
evento francamente sobrenatural» 11.
Algunas personas se sintieron comprensiblemente pertur~
68 ¿ W ¡ n t 8( ~ H BID S1

badas por la idea de que el universo, aparentemente, hubiera


sido creado de la nada. Intentaron, por lo tanto, descubrir el
modo de eludir la singularidad inicial y recuperar la idea de
un universo eterno, pero todo fue en vano. La historia de la
cosmología del siglo veinte ha sido la historia de reiteradas
refutaciones de dichas teorías no estándares y la corrobora'
ción de la teoría de la Gran Explosión.1 2 El veredicto, abru,
madoramente mayoritario, de la comunidad científica ha
sido que ninguna de estas teorías alternativas son superiores
a la teoría de la Gran Explosión. Una y otra vez, los modelos
que pretenden evitar las implicaciones del modelo estándar
de un principio absoluto del universo han tenido que ser
rechazados por insostenibles o por no poder probar la ausen,
cia de un principio. Por ejemplo, en algunas de dichas teorí,
as, como en la de un universo oscilatorio (que se expande y
contrae indefinidamente) o la de un universo caóticamente
inflacionario (que genera continuamente nuevos universos),
si bien los hipotéticos universos tienen un futuro potencial,
mente infinito, tienen en cambio un pa.sado finito. Las teo,
rías de un universo fluctuando en el vacío (que postulan un
vacío eterno que dio origen a nuestro universo) no pueden
explicar por qué, si el vacío era eterno, no podemos observar
un universo infinitamente viejo. Si bien estas teorías circu,
lan de vez en cuando en la prensa popular, dichos modelos
han sido abandonados por casi todos los teóricos de hoy.
Uno de los intentos recientes más celebrados para evitar la
singularidad inicial ha sido postulado por la teoría de
Gravedad Cuántica de Stephen Hawking, que en su momen,
to recibió mucha atenci6n en la prensa popular, gracias a su
éxito de ventas A Brief History of Time [Una breve historia
del tiempo]. Según su teoría, el pasado es finito pero no tie,
nen ningún principio o límite. Hawking no teme sacar con'
clusiones teológicas de su modelo. Escribe: «El universo no
tendría ni principio ni fin y no sería ni creado ni destruido.
PREGUNTAS DIFfcILES ACERCA DE LA CIENCIA 71

Contra toda expectativa, la ciencia corroboró la predic,


ción de la Biblia del principio del universo.

¿QUÉ SIGNIFICA «LA PUESTA A PUNTO» DEL


UNIVERSO?
El hecho de que el universo exista no es garantía de que
tenga condiciones propicias para la vida. Los científicos solí,
an pensar que cualquiera que fueran las condiciones iniciales
del universo, eventualmente evolucionaría a las complejas
formas de vida que conocemos hoy, como postula el punto
cinco con respecto a la concepción científica del mundo
(pág. 53). Uno de los últimos descubrimientos, con respecto
al origen y la evolución de la vida, sin embargo, ha sido el de
lo increíblemente coordinado que nuestro universo debió
estar desde el mismo momento de la gran explosión para que
la vida pudiera originarse en el cosmos. Durante los últimos
casi treinta años, los científicos han quedado atónitos por el
descubrimiento de lo complejo y sensible que debió ser el
equilibrio de las condiciones iniciales en ocasión de la gran
explosión para que el universo permitiera el origen y la evo'
lución de la vida. En los diversos campos de la Física y la
Astrofísica, la Cosmografía clásica, la Mecánica Cuántica y
la Bioquímica, los descubrimientos han develado reiteradas
veces que la existencia de la vida depende de un equilibrio
delicado de constantes y cantidades físicas. De producirse la
más mínima alteración de éstas, el equilibrio se destruiría y la
vida no existiría. En realidad, en muchos casos, ni siquiera las
estrellas y los planetas ni la química ni la materia atómica
propiamente dicha podrían existir, mucho menos la vida bio,
lógica. En realidad, el universo parece haber sido «puesto a
punto» desde el momento incipiente para permitir la exis,
tencia de vida inteligente.
Por ejemplo, cambios en la fuerza de gravedad o la fuerza
electromagnética en el orden de uno en 1040 hubiera hecho
imposible la existencia de estrellas como nuestro Sol, y, por
lo tanto, la vida tampoco hubiera sido posible. Una disminu,
ción o aumento en la velocidad de la expansión de solo una
fracción en un millón de millones, cuando la temperatura del
universo era 1010 grados hubiera resultado en el colapso del
mismo en un magma de fuego o hubiera hecho imposible que
las galaxias se condensaran, haciendo imposible la vida en
ambos casos. Es necesario que lo que se conoce como la cons,
tante cosmológica, crucial para el desarrollo de nuestro uni,
verso, haya sido inexplicablemente «puesta a punto» en no
más ni menos que una fracción de 1053 para que fuera posible
la existencia de un universo con condiciones para la vida.
Esta es solo una de las muchas constantes y cantidades que
deben estar presentes para que haya condiciones aptas para
la vida en el universo.
No es cuestión de que cada cantidad esté en su justa medi,
da, sino que también deben estar «puestas a punto» las can'
tidades relativas entre estas. Por ende, la situación no se ase,
meja a una ruleta en los casinos de Montecarlo que debe
arrojar un conjunto de ciertos números; sino que se parece
más a la ruleta de Montecarlo arrojando un conjunto de cier,
tos números, y que esos números tengan determinada rela,
ción entre sí. Por ejemplo, que el número arrojado por una
ruleta sea siete veces más grande que el número arrojado por
otra ruleta y que un tercio del número en otra ruleta. La exis,
tencia de un universo con condiciones aptas para la vida es
abrumadoramente improbable.
¿Cómo deberíamos entender la noción de probabilidad
presente en un universo con condiciones aptas para la vida?
John Barrow, físico británico, nos sugiere algunas ideas. 21 Nos
invita a trazar un punto rojo en una hoja de papel para que
represente nuestro universo. Ahora bien, una variación
mínima en algunas de las condiciones iniciales nos permite
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA CIENCIA 75

mundos es argumentativamente inferior a la del diseño, por~


que ésta es más simple. Según un principio conocido como la
navaja de Ockham, no se deberían multiplicar las causas más
allá de lo necesario para explicar los efectos. Y es más simple
postular un diseñador cósmico para explicar nuestro univer~
so que la de una colección infinitamente recargada e inven~
tada de universos, como requiere la hipótesis de muchos
mundos. Por lo tanto, es preferible la hipótesis del diseño.
En segundo lugar, no hay manera conocida de generar un
concierto de mundos. Nadie ha sido capaz de explicar cómo
o por qué dicha colección diversa de universos pudiera y
debiera existir. Además, los intentos que se han hecho
requieren también estar ajustados. Por ejemplo, aunque algu~
nos expertos en cosmografía apelan a las llamadas teorías
inflacionarias del universo para generar un concierto de
mundos, el único modelo inflacionario consistente es la teo~
ría Inflacionaria del Caos de Linde, la cual requiere una pues~
ta a punto inicial para comenzar el proceso de inflación.
En tercer lugar, la hipótesis de muchos mundos enfrenta
un grave cuestionamiento desde la teoría «de la Evolución
Biológica», que es uno de los puntos de la cosmovisión cien~
tífica. 24 Antes de continuar, un poco de antecedentes: duran~
te el siglo diecinueve, el físico alemán Ludwig Boltzmann,
propuso un tipo de hipótesis de muchos mundos para expli~
car por qué no encontramos el universo en un estado de
«muerte por calor» o equilibrio termodinámico en el que la
energía estuviera distribuida en forma uniforme por todo el
universo. 25 Boltzmann planteó la hipótesis de que el univer~
so, en su conjunto, está, de hecho, en un estado de equilibrio,
pero que con el transcurso del tiempo las fluctuaciones en el
nivel de energía ocurren aquí y allá en todo el universo de
manera que solo por casualidad habrá regiones aisladas en las
cuales exista el desequilibrio. Boltzmann se refiere a estas
regiones aisladas como «mundos». No deberíamos sorpren~
76 i ~ UI ¡ n n (ó ROlO P

demos al observar que nuestro mundo está en un estado de


desequilibrio muy improbable dado que en el concierto de
todos los mundos la probabilidad exige que algunos mundos
estén en desequilibrio ... y el nuestro es uno de esos mundos.
El problema de esta osada hipótesis de muchos mundos es
que si el nuestro no es más que una fluctuación en un mar de
energía difusa, sería muchísimo más probable que tuviéramos
que observar una región de desequilibrio mucho menor que
la presente. Para que existiéramos, una fluctuación menor,
aunque solo fuera una que produjo nuestro mundo en un ins-
tante por un enorme accidente, sería muchísimo más proba-
ble que una progresiva disminución de la entropía para dar
fonna al mundo tal como lo conocemos. En realidad, esta
hipótesis, de adoptarse, nos obligaría a considerar que el
pasado es ilusorio, que todas las cosas solo tienen una mera
apariencia de antigüedad, y que las estrellas y los planetas son
igual de Husorios. Y dicho tipo de mundo, en que las estrellas
no son más que «imágenes», en cierto modo sería mucho más
probable, dado el estado de equilibrio generalizado, que un
mundo con hechos temporalmente genuinos y espacialmen-
te distantes. Por lo tanto, esta hipótesis de muchos mundos
ha sido rechazada por toda la comunidad científica, y el dese-
quilibrio actual suele considerarse nada más que como el
resultado de una condición de baja entropía inicial misterio-
samente existente al principio del universo.
Ahora bien, la hipótesis de muchos mundos conlleva un
problema paralelo igual a la explicación de un universo bien
ajustado. Según la teoría Hegemónica de la Evolución
Biológica, la vida inteligente como la nuestra, si ha de evo-
lucionar, lo hará hacia el fin de la vida del sol tanto como sea
posible. Cuanto menor sea el tiempo disponible para el fun-
cionamiento de los mecanismos de mutación genética y de
selección natural, menor será la probabilidad de evolución
de vida inteligente. Dada la complejidad del organismo
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA CIENCIA 79

de cadenas de ADN a partir de proteínas y de la compleja


maquinaria presente en las células. Estos asuntos son dema,
siado complicados para poder cuantificarlos.
Por lo tanto, el escenario de un caldo primigenio nunca
tuvO muchas posibilidades. Lo que la mayoría de la gente
común y corriente no se da cuenta, sin embargo, es que todos
estos escenarios antiguos del «origen químico de la vida» han
sido descartados y abandonados. Este punto ha sido maravi,
llosamente documentado en el libro The Mystery of Life's
Origin [El misterio del origen de la vida].22 Los autores pun,
tualizan que, probablemente, nunca existió una cosa así lla,
mada caldo primigenio, porque los procesos naturales de des'
trucción y dilución hubieran evitado las reacciones químicas
que supuestamente hubieran originado la vida. Además, ori,
ginalmente se pensó que se contaba con billones de años
para que la vida pudiera originarse por casualidad. Sin
embargo, hoy tenemos evidencia fósil de que la vida existía
hace ya tres mil ochocientos millones de años. Esto significa
que «la ventana de oportunidad» en que la vida debía origi,
narse por casualidad estaría siendo progresivamente menor,
quedando reducida a solo unos veinticinco millones de años,
lo que es un margen de tiempo muy breve para estos escena,
rios de causalidad. Además, para los escenarios de origen quí,
mico de la vida es indispensable que la atmósfera terrestre, en
sus orígenes, tuviera muy poco oxígeno; la evidencia, sin
embargo, sugiere que la atmósfera originalmente era rica en
oxígeno. Todavía más, no existía manera de preservar los
productos de la evolución química para el supuesto segundo
paso en el desarrollo. Los mismos procesos que los formaban
servían para destruirlos. La Termodinámica también plantea
un problema insuperable para dichos escenarios, porque no
hay manera de controlar la energía bruta del ambiente, por
ejemplo, la energía de los rayos o del Sol, para que puedan
catalizar la evolución química.
80 ¿ ~ UI ¡ n eR¡ ~ R DI DP

Por estas razones, y más, todo el campo de los estudios del


origen de la vida está en una encrucijada. Todas las viejas
teorías no se sostienen en pie; no se avizora ninguna nueva
teoría aceptable en el horizonte. El origen de la vida sobre la
tierra parece ser algo inexplicable. Francis Crick ha reflexio~
nado acerca de esto y ha dicho que «es casi como si fuera un
milagro»28. Debido a estos problemas, algunos científicos
están diciendo que, tal vez, la vida no se originó en la tierra,
sino que fue originalmente transportada por meteoritos de
algún otro planeta. Pero eso implica un salto de fe pura y lo
único que hace es aplazar el problema. ¿Cómo se originó la
vida en otro lugar? En vez de responder a la pregunta, hace
que la pregunta carezca de respuesta.
A veces la gente dice que si el universo fuera infinito (o si
hubiera muchos universos), entonces, a pesar de lo improba~
ble que fuera la vida, se originaría en algún lugar por casua~
lidad. En realidad, si el universo es infinito, la vida existiría
por casualidad infinitamente muchas veces en todo el uni~
verso. Pero el problema con esta objeción es que multiplica
los recursos probabilísticos sin justificación. Si pudiéramos
hacer esto, podríamos explicar de la misma manera virtual
cualquier hecho improbable, y con esto excluiríamos cual~
quier conducta racional. A pesar de lo improbable que algo
pudiera ser, siempre podríamos encontrarle una explicación
diciendo que en un universo infinito en algún lado podría
suceder. ¿Pueden imaginarse el siguiente diálogo en una mesa
de póquer en un salón de juegos en el oeste de Texas?
-Compadre ¡no estás jugando limpio! ¡Eres un tramposo!
Cada vez que repartes ¡sacas cuatro ases!
-Pues mira, viejo, sé que puede parecerte sospechoso que
cada vez que reparto me toquen cuatro ases, pero tienes que
entender que en este universo infinito hay una cantidad infi~
nita de partidas de póquer teniendo lugar como esta en otros
lados. Así que es muy probable que en algunas de ellas, cada
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA CIENCIA 83

Históricamente, ni la mayoría de los judíos ni los cristia,


nos interpretaron Génesis 1 como refiriéndose a períodos de
veinticuatro horas, como el profesor judío Nathan Aviezer
señala en su libro reciente In the Beginning [En el principio).29
Aviezer hace referencia a ciertos clásicos eruditos rabínicos
de la Torá y el Talmud para probar su argumento, y también
podríamos citar a los primeros padres de la Iglesia Cristiana
como Irineo, Orígenes, Basileo y Agustín para demostrar lo
mismo. No estoy negando que una lectura literal de Génesis
1 sea una interpretación legítima, pero no hay casi manera de
poder afirmar que es la única interpretación permitida por el
texto, ni tampoco representa, históricamente, como la mayo,
ría de judíos y cristianos han entendido este pasaje.
Pero si esto fuera correcto, entonces Génesis no nos dice
prácticamente nada acerca de cómo Dios creo las plantas y
los animales. ¿Los creó de la nada? ¿Los creó a partir de otras
formas de vida existentes? ¿Se valió de la evolución para pro,
ducirlos poco a poco? Estas son preguntas científicas que la
Biblia no se plantea. El punto principal de la historia de
Génesis es decir que Dios es el Creador de todo lo que hay en
el mundo. El sol y la luna y los animales y las plantas no son
deidades; son solo criaturas: Dios creó todo. La manera en
que lo hizo parece no estar resuelta.
Ahora bien, lo que esto implica es que los cristianos son
libres de seguir la evidencia a dondequiera que esta los con,
duzca. A este respecto, el cristiano tiene una ventaja sobre el
naturalista. Porque si Dios no existe, la evolución es la única
posibilidad. A pesar de lo improbable que sea, a pesar de lo
que diga la evidencia, la evolución tiene que ser cierta, por'
que no hay otra cosa fuera de la naturaleza capaz de dar ori,
gen a la complejidad biológica. Por lo tanto, la conclusión
del naturalista está determinada de antemano por su filosofía
y no por la evidencia.
El libro de Phillip ]ohnson, Darwin on Trial Uuicio a
84 ¡oulin CRlÚ R ulun

Darwin], que contribuyó a engendrar el movimiento del


Diseño Inteligente,l° demuestra claramente el punto central
de que la teoría neodarwiniana de la evolución no es algo
que pueda concluirse a partir de los datos sino que se basa en
un compromiso filosófico con el naturalismo. Johnson no
tiene problemas en admitir que el darwinismo es la mejor
teoría naturalista de la complej idad biológica, pero como él
no es un naturalista, simplemente dice «¿Y qué me importa?
No quiero saber cuál es la mejor teoría naturalista sino cuál
teoría es verdad». Así, lo que argumenta es que si no se acep'
tan las premisas del naturalismo, no hay ningún dato empíri,
ca que obligue a aceptar que esta teoría sea verdad.
Lo que la evidencia apoya es la microevolución: el cambio
dentro de ciertos límites. Pero aun el más conservador de los
fundamentalistas está de acuerdo con esto ya que creen que
todas las razas humanas descienden de una única pareja
humana ancestral, Adán y Eva. El cambio dentro de ciertos
tipos no es, por lo tanto, ningún problema. La teoría neodar,
winiana representa un enorme salto o extrapolación de la
microevolución, con la que todos están de acuerdo, a la
macroevolución. Pero los ejemplos abundan en la ciencia en
que dichas extrapolaciones han fracasado. Por ejemplo,
Einstein intentó extrapolar su exitoso principio especial de la
relatividad a un principio general de la misma, pero no lo
pudo lograr. Esta última en realidad no es propiamente tal, ya
que se trata de una teoría de la gravedad que no hace que
todo movimiento sea relativo, como él esperaba. De la
misma manera, deberíamos preguntamos, ¿por qué pensar
que la extrapolación de la microevolución a la macroevolu,
ción es legítima? Una vez que abandonamos el compromiso
metodológico con el naturalismo, ¿por qué pensar que la tea'
ría neodarwiniana es verdad?
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA CIENCIA 87

so visible»33. De ser esto cierto, ¿por qué pensar que la vida


inteligente evolucionó por casualidad en este planeta?
Un segundo problema con la mutación genética y la selec'
ción natural es que son incapaces de explicar el origen de la
irreductibilidad de los sistemas complejos. Ese el punto prin'
cipal del libro de Michael Behe, Darwin's Black Box [La caja
negra de Darwin].34 Behe, un microbiólogo de la Universidad
de Lehigh, puntualiza que ciertos sistemas celulares, como los
mecanismos de coagulación de la sangre o las estructuras fila'
mentosas llamadas cilias, son como máquinas microscópicas
increíblemente complicadas que no podrían funcionar a
menos que todas sus partes estuvieran presentes y en buen
estado. Por lo tanto, no pudieron evolucionar parte por
parte. Al analizar miles de artículos científicos sobre estos sis,
temas, Behe descubrió que prácticamente nada había sido
escrito acerca de cómo dichos sistemas irreductiblemente
complejos hubieran podido evolucionar a partir de mutacio,
nes aleatorias y selección natural. 35 No hay ningún entendí,
miento científico acerca de cómo dichos sistemas se origina'
ron; con respecto a éstos, el darwinismo no tiene ningún
poder explicativo.
En resumidas cuentas, dada la ausencia de un consenso
metodológico respecto al naturalismo, no parece háber evi,
dencia de peso para la teoría neodarwiniana. Por el contra,
rio, parecería haber bastante evidencia que apunta a que el
relato neodarwiniano no es el fin de la historia.
Nuevamente, la Biblia no nos dice cómo creó Dios los orga,
nismos biológicamente complejos ni tampoco cómo creó la
vida. (El relato de la creación del hombre y la mujer, de
Génesis 2, es obviamente muy simbólico, dado que Dios, al
no tener pulmones ni una boca, no podría literalmente
soplar aliento en la nariz de Adán.) Podría haber creado ex
nihilo (de la nada), o podría haberse valido de etapas más pri,
mitivas de organismos vivos como materia prima para la cre,
88 ¿nuI i n eR(ó R ni np

ación de formas superiores, mediante cambios sistémicos que


serían altamente improbables de acuerdo a cualquier explica-
ción naturalista. El cristiano puede seguir la evidencia hasta
donde esta lo lleve, pero lo que la evidencia sí parece indicar
es que la existencia de la complejidad biológica requiere una
inteligencia diseñadora como la descrita en la Biblia.

Conclusión
Lo anterior es apenas una muestra somera del trabajo fas-
cinante e interesante que hoy se está desarrollando en el diá-
logo entre la ciencia y la religión. Correspondería decir
mucho, mucho más; por ejemplo, acerca de la teoría
Cuántica y de la teoría de la Relatividad, la Antropología y
la Neurología. Hay preguntas difíciles pendientes, pero el
creyente evangélico contemporáneo no debería temer a la
ciencia como si fuera enemiga de la fe cristiana. En cambio,
debería aliarse con la ciencia para entender la verdad acerca
del mundo que Dios creó y para encontrar allí ricos recursos
apologéticos a favor de la fe cristiana.
Capítulo cuatro

LEE STROBEL

E n los albores del nuevo milenio, el presentador de la


cadena de noticias ABC, Peter Jennings, provocó un
furor nacional cuando emitió un programa especial muy
polémico que pretendía realizar «la búsqueda de Jesús».
Comenzó el programa con un planteo directo, declarando:
«No podríamos decirle si Jesús es el Hijo de Dios; eso es una
cuestión de fe». A continuación presentó las aseveraciones
dogmáticas de los teólogos de izquierda que afirman que la
Biblia está irremediablemente plagada de contradicciones,
que María posiblemente haya sido fecundada por un soldado
romano, que Jesús en realidad no nació en Belén, que las
sanaciones fueron indudablemente psicosomáticas, y que
Jesús no había resucitado de entre los muertos. Fue un impre-
sionante muestrario de periodismo carente de sentido crítico
y tendencioso que dio motivos justificados para la desaproba-
ción generalizada que se extendió por todo el país.
En una de las primeras tomas, Jennings especuló acerca de
si cierta piedra desenterrada por los arqueólogos podría haber
sido el lugar donde María embarazada descansó durante su
viaje. Dadas las pruebas evidentemente escasas para esta
remota posibilidad, agregó: «Es entonces que nos damos
cuenta de lo difícil que sería para un periodista verificar los
datos para su historia». La implicación, claramente, era que

91
cualquier prueba para los aspectos más significativos de la
vida de Jesús, como podría ser su resurrección, serían igual de
especulativos.
Quedé muy desilusionado con su nota, en particular por-
que había realizado mi propia investigación durante dos años
para examinar qué evidencia había en el caso de Jesús. Como
Jennings, yo también era periodista. Me entrené en la
E~escuela de Periodismo de la Universidad de Missouri y en
la Facultad de Derecho de Yale, fui editor de asuntos legales
para el diario The Chicago Tribune, y un ateo recalcitrante. En
1980, mi esposa se convirtió al cristianismo y me volqué a
una búsqueda personal para investigar si la fe tenía algo de
credibilidad. A diferencia de Jennings, sin embargo, revisé a
fondo una amplia gama de evaluaciones académicas de Jesús.
Procuré escarbar por debajo de la superficie de la mera opi-
nión y llegar a la roca viva de los hechos históricos. El resul-
tado: mis conclusiones eran muy diferentes a las suyas.
Mientras que Jennings se imaginaba una brecha entre el
Jesús histórico y el Cristo de la fe, llegué a la convicción (a
pesar de lo que en un principio esperaba) de que en realidad
eran la misma persona. Más aun, la evidencia a favor de la
resurrección de Jesús resultó ser tan abrumadora que sentí
que no tenía otra opción que aceptarla como autenticación
final de la afirmación de la deidad de él. Obligado por los
hechos de la historia, me arrepentí de mi pecado y acepté a
Cristo como mi perdonador y Señor el 8 de noviembre de
1981. Lo que pensé que sería el final del viaje, resultó ser el
comienzo de una aventura como seguidor de Jesús. l
Hoy mi ministerio me lleva a todas partes del mundo y a
conversaciones con todo tipo de cínicos, escépticos e intere-
sados. Muchos de ellos están empantanados en información
errónea acerca de Jesús, en parte, debido a los esfuerzos de
miembros del grupo radical del «Seminario de Jesús» Oesus
Seminar] que procuran difundir sus conclusiones escépticas
PREGUNTAS DIFíCILES ACERCA DE CRISTO 95

Iglesia Primitiva era atribuir la autoría del primer Evangelio


del Nuevo Testamento a Mateo, el recaudador de impuestos
y uno de los doce discípulos; atribuir a Juan Marcos, el com~
pañero del discípulo Pedro, la escritura del Evangelio que lla~
mamos Marcos; y a Lucas, conocido como el «médico
amado» de Pablo, el Evangelio de Lucas y los Hechos de los
Apóstoles.
Si bien el nombre del autor del cuarto Evangelio no está
en tela de juicio, fue ciertamente alguien llamado Juan; exis~
ten dudas sobre si se trataba del apóstol Juan o si era otro
Juan. Blomberg, dice que está convencido de que «la mayor
parte importante del material apunta al apóstol», aunque
alguien muy cercano a Juan pudo haber cumplido el papel de
editor, «dando forma a los últimos versículos y probablemen~
te creando la uniformidad estilística de todo el documento».
Pero, en cualquier caso, subrayó: «el Evangelio evidente~
mente está basado en material de testigos oculares, al igual
que los otros tres Evangelios».
El testimonio de la autoría de Marcos y Mateo viene de
Papías, en el año 125 d.C. Irineo también lo confirmó en el
año 180 d.C.:
«Mateo publicó su propio Evangelio para que circulara
entre los hebreos en su lengua, cuando Pedro y Pablo se
encontraban predicando el evangelio en Roma y fundando
la iglesia allí. Después de su partida, Marcos, el discípulo e
intérprete de Pedro, nos dejó por escrito lo esencial de la
predicación de Pedro. Lucas, seguidor de Pablo, asentó en
un libro el evangelio predicado por su maestro. Luego Juan,
el discípulo del Señor, el mismo que se había recostado
sobre su pecho, produjo su Evangelio mientras vivía en
Éfeso, en Asia»6.
Es significativo, observó Blomberg, que no hay evidencia
del primer siglo que ponga en duda la autoría de los
Evangelios. En realidad, si la autoría iba a ser inventada, los
nombres de los apóstoles con más reconOClmlento, como
Pedro o Santiago, seguramente hubieran sido usados para dar
más credibilidad, en vez de atribuirlos a Marcos y Lucas, que
ni siquiera estaban entre los doce discípulos, y a Mateo que
había sido anteriormente un recaudador de impuestos muy
odiado.

Los Evangelios complementarios


La tan mentada aseveración de que los Evangelios se con~
tradicen entre sí ha sido exhaustivamente tratada en diver~
sos libros. «En realidad, lejos de ser contradictorios, los
Evangelios son claramente complementarios», dijo Hank
Hanegraaff del Christian Research Institute, un instituto de
investigaciones cristianas. «En el curso de los siglos, un sin~
número de expertos y comentaristas bíblicos han atestiguado
este hecho. Si todos los autores de los Evangelios hubieran
dicho exactamente lo mismo y exactamente de la misma
manera, con todo derecho sus testimonios podrían haber sido
puestos en duda por confabulación» 7.
El apologista Norman Geisler, presidente del Southem
Evangelical Seminary, ha recopilado unas ochocientas supues~
tas contradicciones bíblicas. «Por experiencia, solo puedo
decirle que cuando los críticos hacen estas objeciones, inva~
riablemente violan uno de los diecisiete principios de inter~
pretación de las Escrituras», me dijo en una entrevista.
Por ejemplo, solo porque los Evangelios tengan una pers~
pectiva diferente al describir los acontecimientos no signifi~
ca que sean irreconciliables. Mateo dice que había un ángel
en el sepulcro de Jesús, mientras que Juan dice que había dos.
Sin embargo, Geisler, señala que «Mateo no dijo que había
uno solo. Juan daba más detalles al decir que había dos»8.
Después de estudiar la coherencia entre los cuatro
Evangelios, Simon Greenleaf, de la Facultad de Derecho de
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE CRISTO 99

apologista, J.P. Moreland, profesor de la Facultad de teología de


Talbot, articula varias razones que avalan que Hechos fue escri-
to entre el año 62 y 64 d.C. Por ejemplo, no menciona varios
acontecimientos importantes que, sin duda, hubieran sido
incluidos si el libro hubiera sido escrito después de que éstos
sucedieron. Entre estos sucesos cabe mencionar la caída de
Jerusalén en el año 70 d.C., las persecuciones de Nerón a
mediados de los 60, el martirio de Santiago en el 61, Pablo en
el 64 y Pedro en el 65, y la guerra de los judíos contra los roma-
nos a partir del 66. Además, muchas de las expresiones usadas
en Hechos son muy tempranas y primitivas, y el libro trata
asuntos que fueron especialmente importantes antes de la caída
de JerusalénY
Como los Hechos es la segunda parte de una obra en dos par-
tes escrita por Lucas, esto significa que el Evangelio tuvo que
haber sido escrito a principios de los años 60 d.C., o antes de
que pasaran treinta años después de la vida de Jesús. Como
Lucas tomó parte de su información del Evangelio de Marcos es
lógico deducir que Marcos debió haber sido con anterioridad a
Lucas. Moreland, concluyó: «La figura de Jesús presentada en
los Evangelios Sinópticos [Mateo, Marcos y Lucas] no dista más
de doce o veinte años de los sucesos propiamente dichos.
Además, incorporan fuentes que son incluso anteriores»16.
Aun más, el Nuevo Testamento también incluye cartas del
apóstol Pablo que pueden fecharse tan temprano como el año
49 d.C. Su cristología tardía, que Jesús es Dios y Señor de los
cielos y la Tierra, no evoluciona en sus diversos escritos y, por
lo tanto, «ya debió estar completa antes de que comenzara sus
grandes viajes misioneros ... o sea, alrededor del año 48», dice
Moreland. 17 Y luego, agrega que Pablo incluyó algunos credos
e himnos anteriores a sus propios escritos que «presentan un
retrato de un Jesús milagroso y divino que había resucitado
de entre los muertos»18.
Moreland, concluyó: «En resumidas cuentas, la idea de un
jesús plenamente Divino, que hiciera milagros y que resucitara
de entre los muertos estaba presente durante la primera década
del cristianismo. Dicha perspectiva no era una leyenda que sur,
gió varias décadas después de la crucifixión». En realidad, dice
Moreland, los escritos de Pablo a los Gálatas, en donde descri,
be sus encuentros con los apóstoles de jerusalén y confirma que
su mensaje de la deidad de Cristo era verdadero, asociado con
uno de los primeros credos acerca de la resurrección que apare,
ce en 1 Corintios 15, demuestra que «la creencia en un jesús
Divino y Resucitado ya existía pocos años después de su muer,
te» 19.
Esto es más significativo a la luz de un estudio realizado por
A.N. Sherwin'White, el respetado historiador del período clá,
sico grecorromano de la Universidad de Oxford, que estableció
que el pasaje de dos generaciones no era tiempo suficiente para
que se desarrollara una leyenda en el mundo antiguo y borrara
el núcleo sólido de verdad histórica. 20 En el caso de jesús, tene,·
mos información fidedigna acerca de su divinidad y resurrec,
ción que cae holgadamente dentro de ese período.

Salvando la prueba de los manuscritos


Además, la riqueza de fuentes de manuscritos para el
Nuevo Testamento nos infunde la confianza de que estos
escritos nos fueron transmitidos de manera muy precisa a tra,
vés de la historia. Los arqueólogos han recuperado más de
cinco mil manuscritos griegos antiguos del Nuevo
Testamento, con fragmentos que se remontan al segundo
siglo. Si incluimos los manuscritos de la Vulgata Latina y
algunos otros, obtenemos un total de veinticuatro mil
manuscritos existentes. Fuera del Nuevo Testamento, la evi,
dencia de manuscritos para cualquier otra obra clásica es La
Ilíada de Homero, de la que hay menos de 650 manuscritos
escritos unos mil años después de los originales.
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE CRISTO 103

En segundo lugar, Vanhoozer señala que Jesús también


declara su divinidad cuando se refiere a sí, diciendo: «Yo
soy», yen una ocasión afirma: «Ciertamente les aseguro que,
antes que Abraham naciera, ¡yo soy!» (Juan 8:58). Se trata
de una alusión obvia a las palabras de Dios a Moisés desde la
zarza ardiente y es una declaración tan inequívoca de igual-
dad con Dios que los oyentes tomaron piedras para arrojarle
por la blasfemia. 2B
En tercer lugar, Jesús se atribuye el derecho divino de per-
donar los pecados del paralítico en Marcos 2: «La única per-
sona que puede decir algo así con todo sentido es Dios
mismo, porque el pecado, incluso si es en contra de otra per-
sona, es primero y principalmente un desafío a Dios y a sus
leyes»29.
En cuarto lugar, hay todavía una afirmación trascendental
en la manera en que Jesús escogió a sus discípulos, según Ben
Witherington III, autor de The Christology of ]esus [La
Cristología de Jesús]: «(Jesús) no es simplemente parte de
Israel, no es meramente parte del grupo redimido, él está for-
mando el grupo; al igual que Dios en el Antiguo Testamento
forma a su pueblo e instituye las doce tribus de Israel. Esa es
una pista sobre cómo Jesús pensaba de sí»30.
Tenemos una quinta clave acerca de la percepción que
Jesús tenía de sí en la manera en que enseñaba: «(Jesús)
comienza sus enseñanzas con la frase: "Ciertamente les ase-
guro", es decir: "Juro con anticipación sobre la veracidad de
lo que les voy a decir". Esto era absolutamente revoluciona-
rio», según Witherington. Y, a continuación, explica:
«En el judaísmo uno necesitaba el testimonio de dos testi-
gos ... Sin embargo, Jesús atestigua acerca de la veracidad de
sus palabras. En lugar de basar sus enseñanzas en la autoridad
de otros, habla con autoridad propia.
»Por lo tanto, es alguien que se consideraba que tenía una
autoridad superior a la de los profetas del Antiguo
Testamento. Creía que poseía no solo inspiración divina, al
igual que el Rey David, sino también autoridad divina y el
poder de expresión divina directa»3l.
En sexto lugar, Jesús usó el término arameo Abba, o
«Querido papá», para dirigirse a Dios. Esto refleja una inti,
midad extraña al antiguo judaísmo, en el cual los judíos
devotos evitaban el uso del nombre de Dios por temor a pro,
nunciarlo mal. El Dr. Witherington hace esta observación:
«La importancia del término «Abba» radica en que Jesús
es quien inicia una relación íntima que antes no estaba dis,
ponible. La pregunta es: ¿qué clase de persona puede cam,
biar los términos para la relación con Dios? ¿Qué clase de
persona puede iniciar una nueva relación de pacto con
Dios?
»J esús está diciendo que solo a través de tener una rela,
ción con él se hace posible este tipo de lenguaje de oración,
este tipo de relación «Abba» con Dios. Eso habla mucho de
cómo se consideraba»32.

Una séptima indicación de lo que Jesús pensaba de él


puede verse en su encuentro después de la resurrección con el
apóstol Tomás, en Juan 20. Al responder a la invitación de Jesús
de comprobar personalmente que había resucitado realmente de
entre los muertos, Tomás declara, en el versículo 28: «i Señor mío
y Dios mío!». La respuesta de Jesús es muy reveladora. Hubiera
sido el colmo de la blasfemia aceptar la adoración de Tomás si
Jesús no fuera realmente Dios. Sin embargo, en vez de reprender,
lo, Jesús le dice, en el versículo 29: «Porque me has visto, has cre,
ído ... dichosos los que no han visto y sin embargo creen». La
decisión de Jesús de aceptar la adoración de Tomás significa cla,
ramente que creía que era Dios y, por lo tanto, digno de recibir
ese honor. De manera similar, cuando Jesús pregunta: «Y ustedes,
¿quién dicen que soy yo?», y Simón Pedro responde: «Tú eres el
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE CRISTO 107

Colosenses 1:17, dice: «Él es anterior a todas las cosas».


Mateo 25:31-32 afirma que juzgará a la humanidad. Y en
Hebreos 1:8, el Padre mismo específicamente dice con res-
pecto a Jesús que es Dios.
De hecho, los propios nombres usados para la figura de
Dios, en el Antiguo Testamento, también se aplican en el
Nuevo para hablar de Jesús: nombres como el Alfa y la
Omega, Señor, Salvador, Rey, Juez, Luz, Roca, Redentor,
Pastor, Creador, Dador de Vida, Perdonador de Pecados, el
que habla con autoridad divina.
¿Quién creía Jesús que era? En su libro New Approaches to
]esus and the Gospels [Nuevas aproximaciones a Jesús y a los
Evangelios], Royce Gruenler, profesor de Nuevo Testamento
en el Seminario Teológico Gordon;Conwell, llega a la
siguiente conclusión: «Es un hecho llamativo de las investi;
gaciones modernas del Nuevo Testamento que las claves
esenciales para entender correctamente la comprensión cris;
tológica implícita que Jesús tenía de sí son profusas y cla;
ras»36.
Aparte de creer que era Dios, Jesús también lo demostró al
hacer obras sobrenaturales, al cumplir las profecías de la anti;
güedad a pesar de lo improbables y, al final, venciendo la
tumba: tres tópicos muy importantes que trataremos en el
siguiente capítulo.
108 i Q UI ¡ n t R¡ n R U18 P

.. ,., PIttGONTAS PMAtA· REFLEXIÓN 'y


. " . 'LA 'DISCUSIÓN

L Jesús preguntó. a sus discípulos; «y ustedes, ¿quién] dicen •.


que soy yo?~. ¡C6m~!eSpondería a esta pregun~a. ~Q~,
evidencia presentaría para respaldar su concluSión.
¿•. e'Cuál de todas.~pruebas deq~e los Evangelios son
t
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MÁs PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE CRISTO 111

En realidad, declaró abiertamente: «Si no hago las obras (es


decir, los milagros) de mi Padre, no me crean» (Juan 10:37).
El profeta Isaías indicó que los milagros serían una de las
maneras en que el Mesías se autenticaría (cf. Isaías 35:5~6).
y el Nuevo Testamento habla de los prodigios sobrenaturales
que Jesús obró al sanar a los enfermos, convertir el agua en
vino, multiplicar los peces y los panes, caminar sobre el mar,
y aun resucitar a los muertos.
Es importante sentar las bases y observar que si Dios exis~
te, no deberíamos tener problema en creer que es capaz de
intervenir de manera milagrosa en su creación. Durante
mucho tiempo, los cristianos han usado el argumento cosmo~
lógico, el argumento teleológico, el argumento ontológico, el
argumento con base en la ley moral, el argumento de necesi~
dad religiosa, y otros razonamientos y pruebas para construir
un caso contundente a favor de la existencia de Dios. 7
«La única manera de demostrar que los milagros son impo~
sibles -observó Norman Geisler- es negando la existencia
de Dios»8. Hasta el momento, nadie ha podido probar su no
existencia.
La autenticación de la divinidad de Jesús, por medio de los
milagros que realizó, puede demostrarse con seis puntos.

1. La fiabilidad del Nuevo Testamento


En el capítulo anterior, vimos que los Evangelios que des~
criben los milagros de Jesús se remiten a material aportado
por testigos oculares, han sido confirmados por la arqueolo~
gía en los casos que pueden verificarse y nos llegaron a través
de los siglos con fidelidad. Además, el historiador Gary
Habermas, autor de The Historical }esus [El Jesús histórico],
detalla treinta y nueva fuentes extrabíblicas de la antigüedad
que corroboran más de cien hechos acerca de la vida, las
'e~seña~;~s,'l~ m~erte y la resurrección de Jesús. 9
112 l~UI¡n ~~¡ó ~ ~I~P

A la luz de las presuposiciones contra todo lo sobrenatural


propuestas por el Seminario de Jesús, y otros, la evaluación
del estudioso del Nuevo Testamento, el inglés R.T. France, es
de particular pertinencia:
«En cuanto a su carácter literario e histórico, tenemos
buenas razones para tomar en serio a los Evangelios como
fuente de información acerca de la vida y las enseñanzas de
Jesús y, por lo tanto, como prueba de los orígenes históricos
del cristianismo ... A partir de allí, la decisión de cuánto el
académico está dispuesto a aceptar la veracidad de los
hechos documentados dependerá más de su apertura a una
cosmovisión «sobrenatural» que de consideraciones estric-
tamente históricas»lO.

Hay milagros en todo el estrato de las fuentes de los


Evangelios. Por ejemplo, muchos eruditos sostienen la hipó-
tesis de que Mateo y Lucas usaron como fuente un antiguo
documento que contenía los dichos de Jesús, conocido como
«Q», en donde habría información muy primitiva cuya con-
fiabilidad esencial no podría haber sido arruinada por el desa-
rrollo legendario. «Aun en Q, hay claramente una percep-
ción del ministerio de milagros de Jesús», observa Craig
Blomberg, autor de The Historical Reliability of the Gospels, [La
historicidad de los Evangelios].ll Por ejemplo, cuando los dis-
cípulos de Juan el Bautista le preguntaron a Jesús si era real-
mente el Cristo, les respondió en esencia que consideraran
los milagros de sanidad y las resurrecciones como evidencia
(d. Mateo 11:2-6; Lucas 7:18-23).
Además, el milagro de la alimentación de los cinco mil
aparece en todos los Evangelios, así que {{reafirman los múl-
tiples testimonios de estos hechos», dice William Lane
Craig, profesor de investigación de Filosofía en la Facultad de
teología Talbot. Y recalca: «En ninguna de las fuentes hay
vestigios de un Jesús de Nazaret que no fuera milagroso»12.
MÁs PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE CRISTO 115

oficial que aparentemente habría sido enviado a Roma, daba


testimonio de la crucifixión así corno atribuía varios milagros
de sanación a Jesús. 19 Aunque las afirmaciones de Justino hoy
tienen poco valor apologético porque el informe auténtico
de Pilato, si alguna vez existió, ya no está disponible, es fas,
cinante darse cuenta de que animó a sus lectores a confron,
tar su testimonio con los Hechos de Pilato. ¿Por qué habría
de hacer algo así a no ser que tuviera la más absoluta confian'
za de que los escritos de Pilato confirmarían sus dichos?20

5. La milagrosa resurrección es uno de los hechos más con~


firmados del mundo de la antigüedad
El mayor milagro de Jesús fue su resurrección de entre los
muertos, después de la brutal tortura sufrida a manos de los
romanos. Como se descdbe en la última sección de este capí,
tulo, hay evidencia histórica convincente para concluir que
la resurrección de Jesús efectivamente sucedió.
Las explicaciones alternativas son débiles
Algunos críticos han intentado postular teorías para dese,
char los milagros de Jesús, pero ninguna resiste el escrutinio.
Por ejemplo, Charles Templeton planteó que los milagros de
sanidad de Jesús tal vez no fueron más que fenómenos psico,
somáticos. 21 Aunque Gary Collins, con una trayectoria de
más de veinte años como profesor universitario de
Psicología, ha dicho que no se podría descartar que Jesús
hubiera sanado a veces por sugestión, de ningún modo es
capaz de explicar todos sus milagros. En una entrevista, hizo
la siguiente observación:
«A menudo la sanidad sicosomática lleva tiempo; las
sanidades de Jesús eran espontáneas. Muchas veces la gente
que es sanada psicológicamente experimenta la reaparición
de los síntomas pocos días después, sin embargo, no vemos
evidencia alguna de eso. Además, Jesús sanó dolencias
116 i W ¡g eH (~ ROlO P

como la ceguera de nacimiento y la lepra, para las cuales no


es muy probable que quepa la explicación psicosomática.
»Y, por encima de todo eso, Jesús resucitó gente de entre
los muertos, iY la muerte no es un estado inducido psicoló-
gicamente! Además, están todos sus milagros naturales: cal-
mar la tempestad, transformar el agua en vino. Eso desafía
las respuestas naturalistas»Z2.

Collins está en lo cierto. Las explicaciones naturalistas no


son capaces de explicar toda la diversidad, los tipos y las cir-
cunstancias de los milagros de jesús. Además, tampoco resis-
ten el escrutinio los alegatos de que sus milagros eran mitos
inspirados en historias antiguas de las deidades helénicas o de
hombres piadosos judíos. Después de estudiar las diferencias
y similitudes entre estas historias y los Evangelios, Gary
Habermas concluye: «De ningún modo puede demostrarse
que los paralelismos con los mitos antiguos expliquen los
hechos de los Evangelios»23.
Mi conclusión ~:; que lo~ relatos de los prodigios sobrena-
turales de jesús, sus sanidades, exorcismos y manifestaciones
de poder sobre la naturaleza eran auténticos y que son con-
firmación adicional de su identidad como Hijo de Dios. «La
acumulación de hechos -como hace notar Habermas-
muestra que los Evangelios están en lo cierto cuando regis-
tran que jesús realizó milagros»24.

¿CUMPLIÓ JESÚS LAS PROFECÍAS MESIÁNICAS?


En una entrevista, Norman Geisler, de su vasta colección
de citas de escépticos, me refirió la respuesta del agnóstico,
Bertrand Russell, cuando le preguntaron bajo qué condicio-
nes creería en Dios:
«Bueno, si oyera una voz desde el cielo que predijera una
MÁs PREGUNTAS DIFfCILES ACERCA DE CRISTO 119

de entre los muertos (cf. Salmo 16:10), que ascendería a los


cielos (cf. Salmo 68:18), y que se sentaría a la derecha del
estrado de Dios (cf. Salmo 110:1).30
El cumplimiento exacto de tantas predicciones específicas
es de tal persuasión apologética que los críticos reiteradas
veces las han objetado en un intento por negarlas. Las obje~
ciones más comunes son las siguientes:
Jesús cumplió las profecías por casualidad. Las probabili~
dades de que Jesús cumpliera las profecías por casualidad serí~
an increíblemente ínfimas. En realidad, el profesor Pe ter
Stoner, que fue presidente de la División de Ciencias de
Westmont College, a mediados de los cincuenta, trabajó con
seiscientos estudiantes para determinar cuál sería la mejor
estimación de probabilidades matemáticas de que solo ocho
profecías del Nuevo Testamento se cumplieran en una sola
persona hasta la fecha. Tomándolas en conjunto, Stoner
luego calculó que la probabilidad era una en cien millones de
billones. 3! El equivalente de esto sería la cantidad de cuadra~
dos de tres centímetros de lado que se necesitaría para cubrir
toda la superficie seca del planeta.
La gente puede discrepar con las estimaciones a las que lle~
garon estos estudiantes con los cálculos de Stoner. Al fin de
cuentas, es difícil cuantificar las profecías, y los criterios de
evaluación pueden variar. Stoner retó a los escépticos a pro~
ducir sus propias estimaciones y hacer ellos los cálculos. Pero
cuando examiné las profecías, tuve que concordar con la
conclusión suya: la probabilidad de que alguien cumpliera
por mera coincidencia estas antiguas predicciones era abso~
lutamente mínima.
«Solamente las probabilidades indican que sería imposible
que alguien cumpliera las profecías del Antiguo Testamento.
Sin embargo, Jesús y solo él en toda la historia, logró hacer~
lo», dice Louis Lapides, que se crió en un hogar conservador
judío pero que luego se convirtió en cristiano y más adelan-
te en pastor, después de estudiar las profecías. 32
Jesús cumplió de manera intencionada las profecías.
Aunque Jesús podría haber maniobrado su vida para cumplir
ciertas profecías, muchas de éstas hubieran estado completa-
mente fuera de su control, como su lugar de nacimiento, sus
antepasados, el haber sido traicionado por treinta piezas de
plata, la manera en que lo mataron, el que no le hubiesen
quebrado las piernas en la cruz o que los soldados apostaran
para quedarse con sus prendas.
Los escritores de los Evangelios inventaron los detalles.
Algunos críticos sostienen que los Evangelios, simplemente,
cambiaron los detalles de su vida para hacer que Jesús cum-
pliera con las profecías. Louis Lapides ofrece esta defensa:
«Cuando los Evangelios comenzaron a circular, había gente
que había vivido en el tiempo en que sucedieron estas cosas.
Alguien le hubiera dicho a Mateo: "Oye, no sucedió así.
Estamos tratando de comunicar una vida de rectitud y ver-
dad, por lo tanto no la manches con una mentira". Y agregó
que, por otro lado:' ¿por qué razón Mateo inventaría profecí-
as cumplidas y luego permitiría que lo mataran por seguir a
alguien que bien sabía que no era el Mesías? Péro todavía
más, aunque el Talmud judío hace referencia a Jesús en tér-
minos derogatorios, nunca alega que el cumplimiento de las
profecías fuera falso. 33
Los Evangelios malinterpretaron las profecías. Según
Mateo, los padres de Jesús lo llevaron a Egipto y luego regre-
saron a N azaret, después de la muerte de Herodes; «De este
modo se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del
profeta: "De Egipto llamé a mi hijo"» (Mateo 2:15). Los crí-
ticos, sin embargo, señalan que esta referencia del Antiguo
Testamento se refería a los hijos de Israel que habían salido
de Egipto con el éxodo. Para ellos es un ejemplo de cómo se
MÁs PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE CRISTO 123

que se le infligiera la herida en el costado derecho», según un


artículo en la prestigiosa revista de medic ina Journal of the
American Medical Association. «Por consiguiente, las inter-
pretac iones basadas en la premisa de que Jesús no murió en
la cruz parece rían estar en contra posici ón con la eviden cia
médica moderna»39.
Ya pesar de la sugerencia de John Domin ic Crossan, en el
docum ental de Jennings, (cf. pág 124) de que el cuerpo de
Jesús posibl ement e quedó sobre la cruz como «carroña para
los cuervos y perros vagabundos», el erudit o liberal fallecido,
John A.T. Robinson, de la Unive rsidad de Cambridge, afir-
mó que la sepultura de Jesús «es uno de los hecho s más anti-
guos y mejor testimoniados que tenem os acerca de Jesús»40.
El caso afirmativo de su resurrección ha sido descrito, de
maner a extens a, en numerosos libros y revistas académicas.
Los siguientes cuatro puntos, sin embargo, nos dan una idea
de por qué, como dijo Willia m Lane Craig, con un giro retó-
rico característico: «el tipo de escepticismo expresado por los
integra ntes del Semin ario de Jesús ... no solo no es capaz de
repres entar el consenso de la academ ia sino que está bastan-
te injustificado» 41.

Prime ros relatos: el testimonio fidedigno de la historia


Los docum entos más tempranos de la resurrección de Jesús
se remon tan al aconte cimien to mismo y no puede n desesti-
marse como falseados por el desarrollo legend ano. En 1
Corint ios 15:3-8, Pablo registra un credo de impor tancia cru-
cial que recitab an los primeros cristianos. Confirma:
«Que Cristo murió por nuestros pecados según las
Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día según
las Escrituras, y que se apareció a Cefas, y luego a los doce.
Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez,
la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han
muerto. Luego se apareció a Jacabo, más tarde a todos los
apóstoles, y por último, como a uno nacido fuera de tiem-
pO, se me apareció también a mí».
Los estudiosos de un amplio espectro teológico han fecha-
do este credo a dos u ocho años después de la resurrección de
Jesús, cuando Pablo lo recibió, en Damasco o en Jerusalén.
Gary Habermas, experto en temas relacionados con la resu-
rrección, ha dicho: «Estaría de acuerdo con los estudiosos
que creen que Pablo recibió este material tres años después
de su conversión, cuando realizó un viaje a Jerusalén y ... que
lo recibió directamente de los testigos oculares, Pedro y
Jacobo»4 2
Una serie de episodios en Hechos 1-5,10,13, también
incluyen algunos credos que son los primeros documentos de
la muerte y resurrección de Jesús. «La evidencia más tempra-
na que tenemos acerca de la resurrección, casi seguro, se
remonta al tiempo inmediatamente posterior al momento en
que se dice que ocurrió la resurrección -señala el erudito
John Drane-. Esta es la evidencia que aparece en los prime-
ros sermones de lbS Hechos de los Apóstoles ... no puede
haber lugar a dudas de que en los primeros capítulos de
Hechos, su autor preservÓ material de fuentes muy tempra-
nas» 43.
Además, hay evidencia de que Marcos obtuvo la narración
de la Pasión de una fuente más antigua, escrita antes del año
37 d.C., apenas cuatro años después de la resurrección de
Jesús.44 Estos documentos de la primera línea de la historia,
junto con la credibilidad de los relatos que figuran en los
otros Evangelios, derriban la idea de que la resurrección de
Jesús fue resultado de leyendas posteriores, de interpolacio-
nes realizadas décadas después de la vida de Jesús.
MÁs PREGUNTAS DIFfcIlES ACERCA DE CRISTO 127

a~tor de Cynic Sage or Son of God? [Cínico sabio o Hijo de


Dios], plantea contrastar esto con la descripción de Jesucristo
en los Evangelios: «Esos son elementos históricos concretos.
No tienen nada en común con historias que supuestamente
ocurrieron "una vez, hace mucho tiempo atrás»48.
El teólogo e historiador, Carl Braaten, hace esta observa~
ción: «Hasta los historiadores más escépticos concuerdan
que para el cristianismo primitivo ... la resurrección de Jesús
fue un acontecimiento histórico real, el fundamento mismo
de la fe, y no fue para nada una idea mitológica surgida de la
imaginación creativa de los creyentes» 49.

Surgimiento de la iglesia: llenando un vacío en la historia


J .P. Moreland ha observado que se hubiera requerido algo
tan dramático como la resurrección de Jesús para que los
judíos del primer siglo cambiaran el día de adoración del
sábado al domingo, que abandonaran el sistema de sacrificio
de animales para el perdón de pecados y la adhesión a la ley
de Moisés para estar bien con Dios, y aceptaran el concepto
de la Trinidad. Al hacerlo, quienes dieron origen a la iglesia
cor:fan el riesgo de convertirse en marginados sociales y,
segun la teología hebrea, condenar sus almas a la perdición.
«¿Cómo pudo tener lugar dicho cambio? -se pregunta
Moreland-. La resurrección es la única explicación racio~
nal»50.

A raíz de esto, cita de C.ED. Moule, el experto en Nuevo


Testamento de la Universidad de Cambridge: «Si el surgi~
miento de la (iglesia), un fenómeno innegable atestiguado
por el Nuevo Testamento, abre una brecha en la historia, una
brecha tan grande y con la forma de la resurrección, ¿qué
propone el historiador secular para zanjarla?» 51.
Consideremos los ejemplos más extremos de cambios de
vida después de la resurrección: Jacobo era un escéptico mien,
tras Jesús vivió; Saulo de Tarso perseguía a los cristianos. ¿Qué
otra cosa excepto su encuentro con el Cristo resucitado podría
haberlos transformados en líderes de la Iglesia Primitiva, dis,
puestos a morir por su convicción de que Jesús era el Hijo de
Dios? Con respecto a los discípulos de Jesús, de ser un puñado
de cobardes, después de su muerte, comenzaron de pronto a
predicar con valor y poder proclamando que Jesús había mas'
trado ser Dios con su victoria sobre la muerte.
«El cambio de conducta radical que experimentaron los
discípulos, después de la resurrección, es la mejor evidencia
de la resurrección», declara Thomas C. Oden, de la
Universidad de Drew. «Es necesario tener una hipótesis que
dé cuenta de la transformación de los discípulos, de seguido,
res acongojados por un Mesías crucificado a personas que,
con la predicación de la resurrección, transformaron el
mundo. Ese cambio no podría haber sucedido, según el testi,
monio de la iglesia, sin un Señor resucitado»52.
Cuando reflexiono sobre la pregunta de Jesús: «y ustedes,
¿quiénes dicen que"soy?» (Mateo 16:15), estas cinco grandes
categorías de evidencia, (la confiabilidad del Nuevo
Testamento, la percepción suprema que Jesús tenía de sí, sus
milagros, el cumplimiento de la profecía y su resurrección) me
vienen inmediatamente a la mente. A mi entender, los datos
son claros. Jesús es una verdadera figura histórica cuyas palabras
convincentes y consoladoras, y cuyas obras extraordinarias y
compasivas han sido fielmente preservadas para nosotros en los
Evangelios. Él es alguien que no solo se vio a sí en términos
trascendentales, divinos y mesiánicos, sino que también tenía
todos los atributos que hacen que Dios sea Dios.
Jesús fue un hacedor de milagros, un sanador que amaba a
los ciegos y a los cojos, cuyos prodigios sobrenaturales anun,
ciaron el inicio del reino de Dios. Es el Mesías largamente
esperado a través de quien Dios trajo la redención y la espe'
Capítulo seis

NORMAN GEISLER

L a mayoría de los miembros de la iglesia (incluso


muchos pastores) no están formalmente entrenados
para defender la fe (apologética) y, por lo tanto, no siempre
pueden responder a las preguntas difíciles que se les hace. No
obstante, la Biblia nos manda: «Que su conversación sea
siempre amena y de buen gusto. Así sabrán cómo responder
a cada uno» (Colosenses 4:6). Pedro exhorta: «Estén siempre
preparados para responder a todo el que les pida razón de la
esperanza que hay en ustedes» (1 Pedro 3:15). Son manda,
mientos para todos los creyentes, no se limitan a los líderes
cristianos. El apóstol Pablo insistió en que todo líder de igle,
sia debía «apegarse a la palabra fiel, según la enseñanza que
recibió, de modo que también pueda exhortar a otros con la
sana doctrina y refutar a los que se opongan» (Tito 1:9).
En tiempos de creciente escepticismo, agnosticismo y cul,
tismo, se nos convoca con más ahínco a conocer las respues,
tas de las preguntas que nos formulen. Esto no es solo cierto
para poder responder a quienes damos testimonio, sino aun
más para los miembros de la familia de Dios que también tie,
nen preguntas sin respuestas con respecto a la fe. Una de las
cuestiones más atacadas es la creencia de que la Biblia es la
Palabra de Dios. A continuación presento algunas respuestas
breves a algunas de las preguntas difíciles que se nos hacen.

131
132 i ~ UI í n e B¡ o 8 oI o P

Preguntas acerca del origen de la Biblia


Los evangélicos creen que las Escrituras prov~n~eron de
Dios por medio de hombres piadosos q~e ,tra~scnbIero~ las
palabras mismas de Dios. l Es d~cir, l~ BIbha tiene un ongen
divino, aunque se produjo mediante mstrumentos humanos.
Sin embargo, esta creencia despierta muchas preguntas de
parte de nuestra cultura. Las siguientes dudas son solo algu,
nas de las más comunes.

¿DE DÓNDE PROVIENE LA BIBLIA?


La Escrituras dicen que vino de Dios. Al referirse a todo el
Antiguo Testamento, Pablo escribió: «Toda la Escritura es
inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para
corregir y para instruir en la justicia)) (2 llmoteo 3:1?). Al
Nuevo Testamento también se lo llama las Escnturas.
Cuando Pablo cita al evangelio en 11lmoteo 5:18, lo llama
«las Escrituras)). Y Pedro, en 2 Pedro 3:15,16, también se
refie~e a las epístolas de Pablo como Escrituras. Por lo tanto,
tanto todo el An~iguo como el Nuevo Testamento, los
Evangelios y las epístolas, se consideran escritos «inspi~a~os
por Dios)). Jesús usó una expresión similar cuando se refl~lO a
la Palabra de Dios como proveniente «de la boca de DI~S»,
diciéndole al tentador: «No sólo de pan vive el hombre, smo
de toda palabra que sale de la boca de Dios)) (Mateo 4:4).

¿QUIÉN ESCRIBIÓ LA BIBLIA?


La Biblia no solo dice que se trata de palabras inspiradas
por Dios, sino que fue producida por escritores movidos, por
el Espíritu. Pedro dice que los profetas del Ant~g~o
Testamento fueron hombres «impulsados» por el Espmtu
Santo. «Porque la profecía no ha tenido su origen en la vol~,
tad humana, sino que los profetas hablaron de parte de DIOS,
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA BIBLIA 135

los estilos literarios y deseos conscientes de los autores bíblicos


para producir su Palabra. Por lo tanto, si bien se originaron
completamente de Dios, las palabras de las Escrituras también
son humanas y escritas en idiomas particulares (hebreo, griego,
arameo), expresadas en formas literarias humanas determina-
das que incluyen la narrativa (cf. 1 y 2 Samuel), la poesía (cf.
Salmos) y las parábolas (cf. los Evangelios), así como la metá-
fora (cf. Juan 15:1-8), la alegoría (cf. Gálatas 4:21-5:1), e hipér-
bole (cf. Salmo 6:6; Lucas 14:26). No obstante, el producto
final es exactamente como Dios lo ordenó y en su providencia
lo determinó: la Palabra de Dios con autoridad divina, infalible
y exenta de error; porque la Escritura «no puede ser quebranta-
da» (Juan 10:35), y «ni una letra ni una tilde de la ley desapa-
recerán» (Mateo 5:18). Es «la verdad» (Juan 17:17) que viene
de aquel que se nos dice que «es Únposible que Dios mienta»
(Hebreos 6:18). En resumidas cuentas, todo lo que afirma está
exento de error, no solo en lo que respecta a asuntos espiritua-
les sino también a cuestiones de ciencia (cf. Mateo 19:12; Juan
3:12) y de historia (cf. Mateo 12:40-42; 24:37)} En suma, los
escritores bíblicos fueron seres humanos a quienes Dios eligió
para ser sus voceros mediante el uso de lenguas humanas y for-
mas literarias. 3

¿QUÉ ERA UN PROFETA EN LOS TIEMPOS


BÍBLICOS?
Los autores bíblicos fueron profetas y apóstoles de Dios. Hay
muchas referencias a los profetas que nos revelan cuál era su
papel en la prodUCción de las Escrituras. Entre otras cosas, se
nos dice que fueron:
• Hombres de Dios (cf. 1 Reyes 12:22), lo que significa
que los había elegido.
• Siervos del Señor (cf. 1 Reyes 14:18), para indicar que
eran fieles a él.
• Mensajeros del Señor (d. Isaías 42:19), para mostrar que
los había enviado.
• Videntes o visionarios (d. Isaías 30:10), para revelar que
sus visiones eran de él.
• Llenos del Espíritu del Señor (d. Oseas 9: 7; Miqueas
3:8), para que se supiera que hablab an por el Espíritu de
Dios.
• Centinelas (d. Ezequiel 3:17), para reflejar que estaban
atentos a Dios.
• Profetas (que es como común mente se llamaban), una
indicación de que eran los voceros de Dios.
En suma, un profeta habla en nombre de Dios; es una per,
sana elegida y preparada por él, un instrumento en sus manos
para transmitir su palabra a su pueblo.

¿PODÍAN LOS PROFETAS AGREGAR IDEAS PER-


SONALES AL MENSAJE DE DIOS?
No les estaba prohibido. Dios dijo: «No añada n ni quiten
palab;a alguna a esto que. yo les ordeno» (Deuteronomio
4:2). Así se le ordenó a Jeremías: «Así dice el Señor: "Párate
en el atrio de la casa del Señor, y di todas las palabras que yo
te ordene ... No omitas ni una sola palabra"» (Jeremías 26:2).
La naturaleza de un profeta bíblico era la garantía que no
agregaría sus ideas al mensaje de Dios porque debía h~blar
«todo lo que el Señor le había dicho» (Exodo 4:30). DIOS le
dijo a Moisés, hablando de ~n profeta: «Pondré mis palabras
en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande»
(Deuteronomio 18:18). Y Amós escribió: «Habla el Señor
omnipotente; ¿quién no profetizará?» (Amós 3:8). O sea que
un profeta era alguien que decía lo que Dios le ordenaba, ni
más ni menos.
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA BIBLIA 139

que Dios 10 dijo y, sin embargo, este mismo texto, cuando sea
citado en el Nuevo Testamento, dirá que así está dicho en
«la(s) Escritura(s)>>. En ocasiones, 10 contrario también es
cierto, ya que un pasaje registrado por la Biblia en el Antiguo
Testamento, el Nuevo 10 declara como dicho por Dios.
Comparemos los siguientes casos:

Lo que Dios dice ••• Lo dice la Biblia


Génesis 12:1~3; Gálatas 3:8
Éxodo 9:13,16, Romanos 9:17

En Génesis, Dios dice: «El Señor le dijo a Abram: "Deja tu tie~


rra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te
mostraré ... y serás una bendición. Bendeciré a los que te ben~
digan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán
bendecidas todas las familias de la tierra!» (Génesis 12:1~3).
Pero en Gálatas 3:8, cuando se cita este texto, leemos: «La
Escritura ... anunció de antemano el evangelio a Abraham: "Por
medio de ti serán bendecidas todas las naciones"».
De igual modo, Éxodo 9:13,16 dice: «El Señor le ordenó a
Moisés madrugar al día siguiente, y salirle al paso al faraón
para advertirle: "Así dice el Señor y Dios de los hebreos:
'Deja ir a mi pueblo para que me rinda culto ... Pero te he
dejado con vida precisamente para mostrarte mi poder, y
para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra"'». Sin
embargo, cuando este pasaje se cita en el Nuevo Testamento,
dice: «Porque la Escritura le dice al faraón: "Te he levantado
precisamente para mostrar en ti mi poder, y para que mi
nombre sea proclamado por toda la tierra"» (Romanos 9: 17).
140 ¡ijulín CRfÓ R Ol8P

Lo que la Biblia dice ••• lo dice Dios


Génesis 2:24; Mateo 19:4~5
Salmo 2:1 Hechos 4:24~25
Isaías 55:3 Hechos 13:34
Salmo 16:10 Hechos 13:35
Salmo 2:7 Hebreos 1:5

En el libro de Génesis, leemos: «Por eso el hombre deja a


su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden
en un solo sep) (Génesis 2:24). Pero cuando Jesús cita este
pasaje en el Nuevo Testamento, dice: «-¿No han leído -
replicó Jesús- que en el principio el Creador "los hizo hom~
bre y mujer", y dijo: "Por eso dejará el hombre a su padre y a
su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un
solo cuerpo"?» (Mateo 19:4~5).
De igual modo, en el Salmo 2:1, David escribe: «¿Por qué
se sublevan las naciones, yen vano conspiran los pueblos?)).
y en Hechos 4:24~2S, leemos: «Cuando lo oyeron, alzaron
unánimes la voz en oración a Dios: "Soberano Señor .. , tú,
por medio del Espíritu Santo, dijiste en labios de nuestro
padre David, tu siervo: '¿Por qué se sublevan las naciones y
en vano conspiran los pueblos?"'».
El famoso teólogo, B.B. Warfield, hizo esta observación:
«En un pasaje se habla de las Escrituras como si fueran de
Dios; en los otros, se hace referencia a Dios como si él fuera
la Escritura ... Si tomamos ambos casos, Dios y las Escrituras
se identifican de tal manera que, en cuanto a autoridad, no
se distinguen entre sí»4.

¿DE QUÉ OTRAS MANERAS DECLARA LA BIBLIA


QUE ES LA PALABRA DE DIOS?
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA BIBLIA 143

Mateo 22:32). Aunque la Biblia no fue dictada verbalmente


por Dios a los humanos, el resultado es tan perfecto como si
así hubiese sido; porque los autores bíblicos afirman que él es
el origen de las palabras mismas de las Escrituras, porque de
manera sobrenatural controló el proceso mediante el cual
escribían, con su vocabulario y estilo, registrando su mensa-
je (cf. 2Pedro 1:20-21).

¿QUÉ SIGNIFICA DECIR QUE LA BIBLIA ES


INSPIRADA?
En 2 Timoteo 3:16 se afirma que la Biblia es insPirada por
Dios: «Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para ense-
ñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justi-
cia». Jesús dijo: «No sólo de pan vive el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios» (Mateo 4:4, é.a). Si com-
binamos esta verdad con 2 Pedro 1:20-21, que afirma que las
Escrituras no se originaron en los hombres sino en «los pro-
fetas (que) hablaron de parte de Dios, impulsados por el
Espíritu Santo» (é.a), vemos que la inspiración en general es
el proceso por el cual los escritores, impulsados por el
Espíritu, produjeron escrituras inspiradas por Dios.

¿QUÉ ES LO INSPIRADO EN LA BIBLIA, LAS


PALABRAS MISMAS O LAS IDEAS?
Hay numerosas escrituras que hacen evidente que el cen-
tro de la revelación y de la inspiración es la Palabra escrita,
(escrituras proviene de la palabra griega 'grapha'), no simple-
mente la idea o el escritor, sino la escritura propiamente
dicha. Noten la referencia a la revelación o inspiración divi-
na que aparece en «la Escritura» (2 Timoteo 3:16; 2 Pedro
1:20-21), «(palabras) que enseña el Espíritu» (1 Corintios
2:13, é.a), «el libro de la ley del Señop> (2 Crónicas 34:14),
«puso (las) palabras (del Espíritu del Señor) en mi lengua»
(2 Samuel 23:2, é.a), «mis palabras» (lsaías 59:21) y «las
palabras que por medio de los antiguos profetas el Señor
Todopoderoso había enviado» (Zacarías 7:12).
Cuando se refiere al Antiguo Testamento como la Palabra de
Dios, el Nuevo la mayoría de las veces usa la introducción
«Escrito está» (d. p.ej. Mateo 4:4,7,10). Jesús describió esta
palabra escrita como «toda palabra que sale de la boca de Dios»
(Mateo 4:4). Tan importantes eran las palabras exactas de Dios
que, a Jeremías, se le ordenó: «Así dice el Señor: "Párate en el
atrio de la casa del Señor, y di todas las palabras que yo te orde~
ne a todas las ciudades de Judá que vienen a adorar en la casa
del Señor. No omitas ni una sola palabra"» (Jeremías 26:2). Por
lo tanto, no era cuestión de que los hombres tuvieran la liber~
tad para afirmar la palabra de Dios con sus palabras; la elección
misma de las palabras era de Dios. Éxodo 24:4 describe cómo
«Moisés puso entonces por escrito lo que el Señor había
dicho». En Deuteronomio, Moisés escribe: «Por eso (yo, Dios)
levantaré entre sus hermanos un profeta como tú; pondré mis
palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande»
(Deuteronomio 18:18, é.a).
Dios, a veces, elegía enfatizar
. incluso los tiempos verbales.
~

Jesús dijo: «Pero en cuanto a la resurrección de los muertos,


¿no han leído lo que Dios les dijo a ustedes: "Yo soy (no dice
'yo era') el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob"? Él no es
Dios de muertos, sino de vivos» (Mateo 22:31~32, é.a). En
Gálatas 3:16, Pablo basó su argumento en un sustantivo sin~
guIar contra uno plural, cuando puntualiza: «La Escritura no
dice: "y a los descendientes", como refiriéndose a muchos,
sino: "ya tu descendencia", dando a entender uno solo, que
es Cristo».
Aun una letra (la letra s, por ejemplo) puede ser determi~
nante. Es más, Jesús llegó a afirmar que partes de las letras
eran inspiradas. En español, si no ponemos una línea sobre la
letra t, podemos confundirla con una i. Por eso Jesús dijo:
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA BIBLIA 147

enterderse desde una perspectiva astronómica moderna


en oposición a un punto de vista común de observación
(cf. Josué 10:12).
• Que todas las citas de las Escrituras deben entenderse
literalmente en contraposición al fiel significado (d.
Salmo 2:1 y Hechos 4:25).
• Que todas las citas de las Escrituras deben tener la
misma aplicación que la versión original (d. Oseas 11:1
y Mateo 2:15) en vez de la misma interpretación (signi,
ficado).
• Que la misma verdad solo puede expresarse de una sola
manera, como en los Evangelios.
• Que cualquier cosa que el escritor creyera es verdad, en
contrapo~ición con lo que escribía efectivamente en las
Escrituras (d. Mateo 15:26).
• Que la verdad ha sido revelada o tratada exhaustiva,
mente en contraposición a haber sido presentada ade,
cuadamente en la Biblia (d. 1 Corintios 13:12).
• Que las citas implican la verdad de toda la fuente que se
cita en vez de limitarse al extracto citado (cf. Tito 1:12).
• Que una construcción gramatical en particular siempre
será la convención en vez de una construcción adecua,
da para transmitir la verdad. 5

¿CÓMO SABEMOS QUE ESTAS MALINTERPRETA..


Cl(?NES NO ESTÁN CUBIERTAS POR LA INSPIRA,
CION?
Lo que la Biblia dice debe entenderse a la luz de lo que esta
muestra. Lo que anuncia debe leerse a la luz de lo que prac,
tica. La doctrina de las Escrituras debe entenderse a la luz de
toda la información contenida en estas. Todas las malinter,
148 i W H ~ ~ ¡ Ó ROlO P

pretaciones mencionadas en la pregunta anterior son parte


de la información aportada por las Escrituras. Por ejemplo, la
Biblia redondea las cantidades. Por lo tanto, cuando dice ser
la verdad, esto no significa que se excluya el uso de números
redondos (cf. 2 Crónicas 4). Lo mismo es cierto en el caso de
las hipérboles, figuras retóricas, lenguaje observacional y
género literario (como la poesía, las parábolas y otras formas
semejantes). En suma, todo lo que la Biblia afirma es verdad,
pero lo que se comprenda por verdad deberá entenderse a la
luz de los fenómenos o datos presentados en esta.

¿ACASO NO ES LA BIBLIA TAMBIÉN UN LIBRO


HUMANO?
Efectivamente, es cien por ciento humana. Fue escrita por
autores humanos (como Moisés, Josué, Samuel, David, Isaías,
Jeremías; Ezequiel, y varios profetas como Esdras, Nehemías,
Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Pablo, Pedro y otros).
La Biblia se redactó en lenguas humanas (hebreo para los
textos del Antiguo Testamento y griego para los del Nuevo).
La Biblia se expresa en estilos literarios humanos (como son
la poesía de exaltación de Isaías, las lamentaciones de congo-
ja de Jeremías, las parábolas de Jesús registradas en los
Evangelios y las presentaciones didácticas de Pablo).
La Biblia usa diferentes formas literarias humanas, como las
crónicas de Samuel y Reyes, la poesía de Job y de Salmos, las
parábolas de los Evangelios sinópticos, algunas alegorías
como en Gálatas 4, el uso de símbolos como en Apocalipsis,
las metáforas y las comparaciones de Santiago, la sátira (cf.
Mateo 19:24) y las hipérboles (cf. Salmo 6:6, Lucas 14:26).
Como cualquier escrito humano, la Biblia usa una amplia
gama de formas literarias para transmitir su significado.
La Biblia refleja diferentes perspectivas humanas. Incluye la
de un pastor (cf. Salmo 23 de David), un punto de vista pro-
PREGUNTAS DIFfcIlES ACERCA DE lA BIBLIA 151

Hay algunos errores insignificantes cometidos por los


copistas. Podrían mencionarse un par de ejemplos. El texto
masorético de 2 Crónicas 22:2 dice que Ocozías tenía cua~
renta y dos año~, mientras que 2 Reyes 8:26 afirma que tenía
veintiún años. El no podría haber tenido cuarenta y dos años
(error introducido por el copista), a no ser que fuera mayor·
que su padre. Además, en 2 Crónicas 9:25 se afirma que
Salomón tenía cuatro mil establos, mientras que en el texto
masorético de 1 Reyes 4:26 dice que tenía cuarenta mil esta~
blos, lo que serían muchos más que los necesarios para los
doce mil jinetes que tenía.
Es importa tener las siguientes cosas en mente con respec~
to a los errores de estos copistas:
• No se ha encontrado un manuscrito original con errores.
• Son relativamente escasos.
• En la mayoría de los casos, sabemos cuál es el texto erró~
neo por el contexto o por el material encontrado en los
pasajes paralelos.
• No afectan en ningún caso la doctrina de las Escrituras.
• Son una confirmación de lo preciso que era el proceso
de copiado, ya que los escribas que lo hacían, aun
sabiendo que el manuscrito contenía errores, tenían la
obligación de copiar exactamente lo que decía el texto.
• No afectan el mensaje central de la Biblia.
Alguien podría, de hecho, recibir un mensaje con errores
y, sin embargo, aceptar con claridad el mensaje en su totali~
dad. Por ejemplo, supongamos que recibe un mensaje de
Westem Un ion que dice: «Usted ha ganado 20 millones de
dólares».
Sin duda que gustosamente pasará a recoger el dinero. Y si
el texto del telegrama fuera cualquiera de las siguientes
opciones, tampoco tendría ninguna duda:
• Usté ha ganado 20 millones de dólares.
• Usted #a ganado 20 millones de dólares.
• Usted h# ganado 20 millones de dólares.
¿Por qué estaríamos seguros cuántos más errores aparecie'
ran? Porque los errores están en diferente lugar, yeso nos per,
mite confirmar cada una de las palabras del mensaje original.
Es importante tener en cuenta tres factores. Primero, aun
en el caso de una sola línea, con errores y todo, es posible
descifrar todo el mensaje. Segundo, cuantas más líneas, más
errores; pero cuantos más errores, más seguridad tenemos del
mensaje originario. Finalmente, hay cien veces más manus,
critos bíblicos que las líneas del ejemplo anterior. Y hay
mayor porcentaje de error en el ejemplo del telegrama que en
todos los manuscritos bíblicos recopilados.

-CÓMO PUEDE LA BIBLIA SER A LA VEZ LA


~ALABRA DE DIOS Y LA DEL HOMBRE?
La Biblia es tanto: la Palabra de Dios como las palabras del
hombre, porque él (la fuente) se valió de seres humanos para
transmitir su Palabra. Por 'lo tanto, hay una concurrencia
entre lo que los autores humanos escribieron y lo que Dios les
impulsó a escribir.
La Biblia es divina y humana al mismo tiempo del mismo
modo que los cristianos creen que Jesucristo es divino y
humano al mismo tiempo. Tanto Cristo como las Escrituras
son teoantrópicos (del griego teos, que significa Dios; y antro'
pos, que significa hombre en sentido genérico). Esto implica
los siguientes factores:
• A ambos se los llama Palabra de Dios. Jesucristo es la
Palabra Viva (d. Juan 1:1) y la Biblia es la Palabra escri,
ta (d. Juan 10:34,35).
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA BIBLIA 155

de los relatos gracias a cientos de descubrimientos arqueoló-


gicos;9 y (6) las pruebas que datan el material básico acerca
de la muerte y resurrección de Jesús en el entorno de los años
55 y 60 d.C. El famoso historiador, Colin Hemer, confirmó
que Lucas ya había escrito Hechos en el año 62 d.C.lO Pero él
escribió el Evangelio que lleva su nombre, que dice básica-
mente las mismas cosas acerca de Jesús que dicen Mateo y
Marcos, antes de escribir Hechos (o sea, antes del año 60
d.C). Además, los críticos bíblicos admiten que Pablo escri-
bió 1 Corintios 15:1-6, en que se relata la muerte y la resu-
rrección de Jesús, alrededor del año 55 d.C. No había pasado
más de veintidós años desde la muerte de Jesús, y más de 250
testigos de su resurrección vivían aún.

¿POR QUÉ EL SEMINARIO DE JESÚS RECHAZA LA


CONFIABILIDAD DE LOS TESTIGOS DEL NUEVO
TESTAMENTO?
Mediante premisas y conclusiones equivocadas este grupo
autoproclamado de más de setenta eruditos ha hecho afirma-
ciones estrafalarias con respecto al Nuevo Testamento,
poniendo en tela de juicio el ochenta y dos por ciento de las
enseñanzas que los Evangelios atribuyen a Jesús. Uno de los
fundadores del grupo, John Dominic Crossan, en su propósi-
to de negar la resurrección de Jesús, llegó al extremo de afir-
mar que Jesús había sido enterrado muy a ras del suelo, y que
los perros lo habían desenterrado y devorado. 11 Las afirmacio-
nes de este seminario no tienen fundamento por diversas
razones.
Tienen motivos espurios. Como ellos mismos lo reconocen,
su meta es crear un nuevo Jesús «ficticio»,I2 que conlleva la
destrucción de la vieja imagen de Jesús en los Evangelios y la
reconstrucción de una figura que se adapte al hombre moder-
no. En vista de esto, nadie debería buscar en sus escritos al
verdadero Jesús. Su tarea está viciada por su confeso afán de
publicidad. En sus propias palabras: «Vamos a desarrollar
nuestra tarea a plena luz pública; no solo nos compromete~
mos con la libertad de información sino que insistiremos en
la divulgación pública de nuestra tarea»\). En una confesión
franca, también reconocieron la naturaleza radical de su
tarea. El cofundador de este seminario, Robert Funk, dijo:
«Estamos internándonos en lo que para muchos es lo más
sagrado y, por lo tanto, muchas veces estaremos al borde de
la blasfemia» 14.
Usan procedimientos viciados y libros equivocados. Su proce~
dimiento está viciado porque pretenden determinar la verdad
por el voto de la mayoría. Este método no es mejor hoy que
cuando la mayoría de la gente creía que el mundo era plano. Su
votación se basa en parte en un hipotético evangelio Q (del
alemán Quelle, que significa fuente) y en un evangelio del siglo
dos, el evangelio de Tomás, provenientes de los heréticos gnós~
ticos. Además, apelan a un inexistente Marcos Secreto. El resul~
tado es que asignan más credibilidad al evangelio apócrifo de
Tomás que al de Marcos o Juan.
Se basan en suposiciones erradas. Sus conclusiones se basan en
premisas radicales, una de las cuales es su rechazo a los milagros.
Ahora bien, si Dios existe, los milagros son posibles. Por lo
tanto, cualquier rechazo de los milagros es un rechazo a la exis~
tencia de Dios. Aun más, sus conclusiones se basan en la supo~
sición infundada de que el cristianismo fue influenciado por las
religiones místicas. Edwin Yamauchi, el renombrado historia~
dor de la antigüedad, ha demostrado que esto no es el caso,
dado que los escritores judíos monoteístas de las Escrituras no
podrían haber recurrido a fuentes paganas politeístas y no
hubieran podido depender de fuentes posteriores a su tiempoY
Se basan en fechas equivocadas. Este seminario postula fechas
tardías injustificadas para los cuatro Evangelios (posiblemente
entre los años 70 y 100 d.C.). Con esto creen poder concluir
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA BIBLIA 159

Escrituras contenidas en el texto original se han conservado


intactas en los manuscritos hebreos del Antiguo Testamento
y los textos griegos del Nuevo.
En segundo lugar, los errores que aparecen en las copias
están relacionados con asuntos menores, tales como cantida~
des que no afectan ninguna doctrina principal o secundaria
de la Biblia (cf. «¿Hay errores en los manuscritos de la Biblia
y en las traducciones?»). De hecho, en la mayoría de estos
casos, sabemos por el sentido común del texto y el contexto
y otros pasajes cuáles son correctos.
En tercer lugar, los manuscritos que tenemos (y las traduc~
c~ones basadas en estos) no solo han conservado el cien por
CIento de todas las principales verdades y la gran mayoría de
las verdades menores de las Escrituras, sino que más del
noventa y nueve por ciento del texto original puede ser
reconstruido a partir de los manuscritos en nuestro poder.
Hay dos razones para esto: (1) existen miles de manuscritos
y ~2) tenemos manuscritos de muy temprana data. La proxi~
mldad al texto original y la diversidad de manuscritos exis~
tentes permiten a los críticos textuales reconstruir debida~
~:nte el texto original con un noventa por ciento de preci~
Slon. El renombrado erudito griego, Sir Frederic Kenyon
afirmó que todos estos concuerdan en el noventa y nueve po:
ciento de los versículos del Nuevo Testamento. Otro notable
estudioso griego, A.T. Robertson, dijo que el verdadero pro~
blema de la crítica textual está en «una milésima parte de
todo el texto»23 (lo que implica que el Nuevo Testamento es
99,9 por ciento puro).

Conclusión
La Biblia dice ser la Palabra de Dios, y lo confirma con
pruebas. Tanto la evidencia interna como externa revelan
sin sombra de duda, la exactitud y, como veremos en el capí~
SEGUNDA PARTE

p~f~unrR~ R~fR~R Uf OaR~


~fll~IOnf~

161
Capítulo siete

~~f~~~ln~ mfl~IU~ R~f~~R ~f lR ~mllR, l~~


fRl~~~ ~~~Hln~ ~ l~~ lm~~~ ~n~~n~~~ ~f

NORMAN GEISLER

L a Biblia afirma ser la Palabra de Dios y lo prueba, es


decir, las Escrituras no se limitan a declarar su autori~
dad como Palabra de Dios sino que, además, aportan innu~
merables pruebas internas y externas de ser, en efecto, esta
misma Palabra. Sin embargo, hay otros libros que también
alegan ser revelaciones divinas de Dios. Las preguntas que se
nos plantean entonces son: «¿Es la Biblia única en su espe~
cie?» y «Las otras revelaciones ¿son también evidentemente
divinas?». Procuraré probar que la Biblia es el único libro que
dice ser la Palabra de Dios y lo prueba fehacientemente.

Preguntas acerca de la confirmación de las Escrituras como


la Palabra de Dios
Muchos escépticos, con todo derecho, piden evidencia de
que la Biblia es lo que alega ser: la Palabra de Dios.! Al fin de
cuentas, hay muchos libros aparte de la Biblia que alegan
venir de Dios. Entre éstos cabe mencionar un par: el Qur'an
(Corán) del Islam y el Libro del Mormón de la Iglesia de
Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. ¿Cómo podemos

163
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA BIBLIA, LOS FALSOS PROFETAS ... 165

N ingún otro libro en el mundo tiene autores que hayan


sido confirmados de esta manera milagrosa. De todos los líde,
res religiosos de la historia, ni Confucio ni Buda ni Mahoma
ni Joseph Smith fueron confirmados por medio de milagros
verificados por testigos contemporáneos y dignos de confian'
za. La Biblia es el único libro que prueba ser la Palabra de
Dios escrita por profetas y apóstoles de Dios que recibieron
una confirmación especial de él por medio de prodigios mila,
grosos.

¿QUÉ OTRA EVIDENCIA HAY PARA DEMOSTRAR


QUE LA BIBLIA ES LA PALABRA DE DIOS?
Hay muchas vertientes de evidencia que prueban que la
Biblia es la Palabra de Dios,z pero una de las pruebas más
importantes es la naturaleza sobrenatural de la Biblia y su
capacidad de realizar predicciones claras y repetidas acerca
del futuro lejano. El Antiguo Testamento tiene aproximada,
mente doscientas predicciones acerca de la venida de Cristo,
realizadas cientos de años antes. Basta un reducido muestra,
rio para demostrar cómo predijeron con absoluta precisión
que el Mesías:
• Nacería de una mujer (cf. Génesis 3:15).
• Sería descendiente de Abraham (cf. Génesis 12:1,3;
22:18).
• Pertenecería a la tribu de Judá (cf. Génesis 49:10).
• Sería descendiente de David (cf. 2 Samuel 7:12,13).
• Nacería en la ciudad de Belén (cf. Miqueas 5:2).
• Nacería de una virgen (cf. Isaías 7:14).
• Que sufriría y moriría por nuestros pecados (cf. Isaías
53) alrededor del año 33 d.C. (cf. Daniel 9:24,26).3
• Que resucitaría de entre los muertos (cf. Salmo 16:11 y
Salmo 2:7,8).
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA BIBLIA, LOS FALSOS PROFETAS ... 167

Kennedy no estaba considerando ningún casamiento; al día


siguiente, la Sra. Kennedy se desposó con Aristóteles
Onassis. También dijo que la Tercera Guerra Mundial
comenzaría en 1954, y que la de Vietnam terminaría en
1966, y que Castro sería desterrado de Cuba en 1970.
Un estudio de las profecías realizadas por los psíquicos, en
1975, y observado hasta 1981, incluyendo las profecías de
Dixon, demostró que de setenta y dos predicciones solo seis
se cumplieron de alguna u otra manera. Dos de estas predic~
ciones eran muy vagas y otras dos no eran nada sorprenden~
tes: los Estados Unidos y Rusia seguirían siendo potencias
mundiales y no habría ninguna guerra mundial. Que alrede~
dor del ocho por ciento de sus predicciones se cumplieran
podría explicarse por simple coincidencia y un conocimien~
to general de las circunstancias.

¿NO SON SOBRENATURALES LAS PREDICCIO..


NES DE NOSTRADAMUS?
No. La alta reputación de las «predicciones» de
Nostradamus no tienen asidero. 6 Consideremos una de las
más famosas:
El supuesto terremoto de California. Predijo, supuestamente,
un gran terremoto que sucedería el 10 de mayo de 1981 en
California, una predicción de la que se tuvo noticia el 6 de
mayo de 1981 en el periódico USA Today. Sin embargo, no
sucedió tal terremoto. De hecho, no mencionó ningún país
ni ciudad ni año. Solo se refirió a una «tierra estruendosa» en
una «nueva ciudad» ya un «terremoto muy fuerte» ellO de
mayo. Si tomamos en consideración los miles de terremotos
que tienen lugar todo el tiempo, evidentemente un suceso de
estas características tan generales habría de suceder en algún
lugar en un momento u otro.
¿PASARÍAN LAS PREDICCIONES DE
NOSTRADAMUS LAS PRUEBAS DE UN VERDA.·
DERO PROFETA?
Sus vaticinios distan mucho de ser sobrenaturales. Son
generales, vagos y es fácil encontrarles una explicación pura,
mente natural.
Profecías falsas. Una de las señales claras de los falsos pro,
fetas es que sus profecías son falsas (d. «¿Cuáles son las prue,
bas para identificar a un falso profeta?», en la pág. 169) Si sus
profecías se toman literalmente, muchas son falsas. Si no se
toman literalmente, entonces pueden significar muchas
cosas y se adaptan a diferentes «cumplimientos». Como lo
expresó el experto en apologética, John Ankerberg: «Es
innegable que Nostradamus realizó numerosas profecías fal,
sas» 7.
Predicciones vagas. La gran mayoría de sus vaticinios son
tan ambiguos y vagos que se prestan a cualquier tipo de cum,
plimiento. Consideremos el siguiente: «La guadaña junto al
lago, en conjunción con Sagitario en el punto más alto de su
ascendente (enfermedades, hambrunas y muerte por milita,
res), el siglo o la era se aproximan a su renovación» (Siglo I,
verso 6). Las posibles interpretaciones son interminables. La
predicción puede entenderse de tantas maneras y con un
espectro tan amplio de posibilidades que, sin duda, sucederá
algo en el futuro que pueda adaptarse a la predicción para
que esta, en retrospectiva, pareciera como sobrenatural.
Predicciones entendidas solo después de que sucedió el hecho.
El mismo Nostradamus reconoció que sus predicciones se
redactaron de manera tal que «de ningún modo se pudieran
entender hasta que fueran interpretadas después de los acon,
te cimientos y a raíz de éstoS»8. Pero no hay nada milagroso ni
sobrenatural en leer el cumplimiento de una profecía cuyo
significado nunca se entendió claramente hasta tanto
170 ¡Wfn n¡Ó H OIOP

ría; [6J ni hacer conjuros, [7J servir de médium espiritista ([8]


agorero o [9J mago) o [10] consultar a los muertos.
» Pero el profeta que se atreva a hablar en mi nombre y diga
algo que yo no le haya mandado decir, morirá. La misma suer-
te correrá el profeta que [11] hable en nombre de otros dioses.
»Tal vez te preguntes: "¿Cómo podré reconocer un mensaje
que no provenga del Señor?" [12] Si lo que el profeta proclame
en nombre del Señor no se cumple ni se realiza, será señal de
que su mensaje no proviene del Señor. Ese profeta habrá habla-
do con presunción. No le temas». (Deuteronomio 18: 10-11,
20-22, é.a).

La Biblia también condena a los que recurren a la [13]


astrología (cf. Éxodo 22: 18; Levítico 19:26,31; 20:6; Jeremías
27:9; Ezequiel 13:7,18).
En el Nuevo Testamento, Pablo aumentó esta lista con las
siguientes instrucciones a Timoteo:
«El Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos,
algunos [14] abandonarán la fe para seguir a [15] inspiracio-
nes engañosas y doctrinas diabólicas. Tales enseñanzas pro-
vienen de [16] embusteros hipócritas, que tienen la concien-
cia encallecida. [17] Prohíben el matrimonio y [18] no permi-
ten comer ciertos alimentos que Dios ha creado para que los
creyentes, conocedores de la verdad, los coman con acción
de gracias» (1 TImoteo 4:1-3, é.a)
Pablo usó otra prueba cuando dijo: «[19] Pero aun si algu-
no de nosotros o un ángel del cielo les predicara un evange-
lio distinto del que les hemos predicado, ¡que caiga bajo mal-
dición!» (Gálatas 1:8, é.a).
Por último, tenemos el siguiente pasaje de Juan:
«Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda
estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver
si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos
bién verdad que Thomas Jefferson haya sido el primer presi,
dente del mismo país.
De manera similar, si la Biblia declara que Jesús murió en
una cruz y que resucitó corporalmente de entre los muertos
al tercer día (cf. 1 Corintios 15:1,6) y el Corán enseña que
esto no fue así (cf. Sura 4:157), ambos libros no pueden ser
verdad con respecto a esta enseñanza crucial. Uno de éstos
comete un error. Además, si los escritos de Joseph Smith
enseñan que hay muchos dioses (politeísmo), como así lo
hacen,l1 y la Biblia declara que hay solo un Dios, como lo
afirma (cf. Deuteronomio 6:4; 1 Corintios 8:4), ambos libros
no podrían estar diciendo la verdad. Si la Biblia dice la ver,
dad, Smith está equivocado; si él está en lo cierto, es la Biblia
la que se equivoca. Por supuesto, hay algunas verdades en
estos libros sagrados que no contradicen la Biblia, pero aque,
110s pasajes que sí lo hacen no pueden ser verdad.

¿ES TENER MENTE ESTRECHA CREER QUE LA


VERDAD ESTÁ SOLAMENTE EN UNA RELIGIÓN?
El cristianismo no pretende decir que no haya nada de ver'
dad en los libros de otras religiones no cristianas. Se limita a
afirmar que la Biblia es verdad y que todo lo que la contradi,
ga es falso. Hay muchas cosas buenas y verdaderas en las reli,
giones no cristianas. Por ejemplo, Confucio dijo: «No hagas
a otros lo que no quieras que te hagan a ti», que algunos lla,
man la regla de oro negativa. Esto en nada contradice la regla
de oro de Jesús, expresada afirmativamente: «Así que en todo
traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los
traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas»
(Mateo 7:12). El budismo y la mayoría de las religiones tam,
bién coinciden con el cristianismo en enseñar que debemos
respetar a nuestros padres y que matar a otros está mal. El
cristianismo no enseña que solo la Biblia contenga la verdad
sino que se limita a afirmar que la Biblia es verdad y que todo
PREGUNTAS DIFíCILES ACERCA DE LA BIBLIA, LOS FALSOS PROFETAS ... 175

que no estuviera entre los veinticuatro (o treinta y nueve)


libros canónicos del Antiguo Testamento judío. Aun más, citó
de todas las principales secciones del Antiguo Testamento,
tanto de la Ley como de los Profetas, así como de la división de
los Profetas, conocida genéricamente como «los Escritos». Sin
embargo, no citó nunca ninguno de los libros conocidos como
los apócrifos. Además, en Mateo 23:35, Jesús definió los límites
del canon del Antiguo Testamento diciendo que terminaba en
2 Crónicas (el último libro del Antiguo Testamento judío)
cuando usó la frase: «desde la sangre del justo Abel (Génesis 4)
hasta la de Zacarías (2 Crónicas 24:20~22)>> (é.a). Esta frase era
el equivalente judío de la frase cristiana «desde Génesis al
Apocalipsis», una indicación de que el Canon Judío de las
Escrituras estaba completo. Además, Jesús usó frases como «la
ley o los profetas» (Mateo 5:17) y «comenzando por Moisés y
por todos los profetas» (Lucas 24:27), para indicar que el
Canon de las Escrituras Judías estaba completo. En realidad,
Jesús usó esta frase en conjunción con esta otra: «todas las
Escrituras» (Lucas 24:27). Como un judío fiel, Jesús, que no
había «venido a anular la ley o los profetas» (Mateo 5:17),
aceptó el mismo Canon Judío, que siempre ha estado formado
por los mismos libros, como los treinta y nueve libros del
Antiguo Testamento protestante.

¿QUÉ DIJERON LOS CRISTIANOS PRIMITIVOS


ACERCA DE LO COMPLETO DEL ANTIGUO
TESTAMENTO?
Los primeros cristianos manifestaron su aceptación del
Canon Judío de diversas maneras. En primer lugar, citaban
los libros como si fueran parte de las Escrituras. Con excep~
ción de Orígenes, el maestro hereje, el consenso entre los
padres de la iglesia, de los primeros cuatro siglos, era en
apoyo de los libros que formaban el Antiguo Testamento
judío y nada más. 14
176 ¿ ~ UI t n eRH ROlO P

Cuando se citaban los libros apócrifos, no se les atribuía la


misma autoridad divina que a los restantes treinta y nueve
libros canónicos. En cambio, se recurría a éstos de manera
similar al empleo que Pablo hacía de los pensadores griegos
no inspirados (p.ej. Hechos 17:28; 1 Corintios 15:33; Tito
1: 12; o en la seudografía, los escritos falsos mencionados en
Judas 9,14) cuando citaba verdades contenidas en éstos, pero
sin atribuirles inspiración. Incluso Agustín, cuya influencia
condujo a muchos después de él a aceptar los libros
Deuterocanónicos del Antiguo Testamento, reconoció que
estos libros no estaban incluidos en el Canon Judío.
La mayoría de las supuestas citas a los apócrifos de parte de
los primeros escritores no respaldan la inspiración de estos
libros Deuterocanónicos. Roger Beckwith, el notable estu-
dioso del Canon, hace la siguiente observación:
«Al examinar los pasajes escritos por los padres de la
Iglesia Primitiva, que supuestamente establecen la canonici-
dad de los libros apócrifos, nos encontramos con que algunos
de estos fueron tomados del texto alternativo de Esdras (1
Esdras) o son apéndices agregados a Daniel, Jeremías o algún
otro libro canónico, que ... no son realmente importantes;
que otros no son ni siquiera citas de los libros apócrifos; y
que, en aquellos casos que sí lo son, la mayoría no aporta nin-
guna indicación de que el libro haya sido considerado parte
de la Escritura» 15.

¿AGREGÓ LA IGLESIA CATÓLICA ROMANA


OTROS LIBROS AL ANTIGUO TESTAMENTO
JUDAICO?
Sí. Estos libros, conocidos como los libros apócrifos o
Deuterocanónicos, se escribieron entre los años 250 a.c. y
150 d.C. Fueron escritos por judíos acerca de su historia y
religión durante el período intertestamentario, pero no
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA BIBLIA, LOS FALSOS PROFETAS ... 179

me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Juan 14:9). Y solo de


Jesucristo podría decirse que «toda la plenitud de la divini~
dad habita en forma corporal en Cristo» (Colosenses 2:9).

¿QUÉ DIJERON LOS APÓSTOLES DE JESÚS ACER~


CA DEL NUEVO TESTAMENTO?
Jesús eligió, comisionó y habilitó a doce apóstoles (cf.
Hebreos 2:3~4) a enseñar la revelación plena y completa que
él les había dado (cf. Mateo 10:1). Y antes de dejar este
mundo, Jesús prometió que guiaría a sus apóstoles en toda
verdad: «El Espíritu Santo ... les enseñará todas las cosas y
les hará recordar todo lo que les he dicho» (Juan 14:26); y
más adelante: «Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él
los guiará a toda la verdad» (Juan 16:13). Por eso se dice que
la iglesia ha sido edificada «sobre el fundamento de los após~
toles y los profetas» (Efesios 2:20) y que al principio las per~
sonas que se unían a la iglesia «se mantenían firmes en la
enseñanza de los apóstoles» (Hechos 2:42). Si los apóstoles
de Jesús no enseñaron esta revelación completa de Dios,
Jesús se equivocó. Pero, corno Hijo de Dios, no podía equi~
vocarse con respecto a lo que enseñaba. Por lo tanto, la ple-
nitud y culminación de la revelación de Dios en Jesucristo
fue dada por los apóstoles.
Los apóstoles de Jesús vivieron y murieron en el curso del
primer siglo. Por lo tanto, el registro de esta revelación com~
pleta y final de Jesús a los apóstoles se completó en el primer
siglo. De hecho, uno de los requisitos para que fuera apóstol
era que hubiera sido testigo ocular de la resurrección de Jesús,
que ocurrió en el primer siglo (cf. Hechos 1:22). Cualquiera
que hubiera vivido después de ese tiempo estaría en la cate-
goría de «falsos apóstoles» (2 Corintios 11: 13). Cuando la
autoridad corno apóstol de Pablo se puso en tela de juicio, él
respondió: «¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro
180 i ~ UI fn ~ I ! O I ~ I ~ S?

Señor?» (1 Corintios 9:1). De hecho, se lo menciona junto


con los otros apóstoles como el último que vio a Cristo resu~
citado (d. 1 Corintios 15:6~8).

¿QUÉ PRUEBAS APORTARON LOS APÓSTOLES


PARA DEMOSTRAR SU AUTORIDAD?
Para que no hubiera ninguna duda acerca de quiénes esta~
ban autorizados a enseñar esta revelación completa y final de
Dios en Jesucristo, Dios les dio a los apóstoles la potestad de
hacer obras de origen y poder sobrenatural, y ellos, a su vez,
impartieron este don y poder a los convertidos (cf. Hechos
6:6; 8:15~19; 2 Timoteo 1:6). Que estas «señales, prodigios y
milagros» eran únicamente propias de los apóstoles, resulta
claro porque se las llama «las marcas distintivas de un após~
tol» (2 Corintios 12:12), y se dice que algunas cosas solo eran
posibles mediante «la imposición de las manos de los apósto~
les» (Hechos 8:18; cf. c. 19:6). Además, este «poder» había
sido prometido a los apóstoles (Hechos 1:8), y después de que
Jesús ascendiera al Padre (cf. Juan 14:12), ejercieron o dele~
garon funciones y poderes apostólicos, entre los que podrían
mencionarse el abatir a las personas que engañaron al
Espíritu Santo (cf. Hechos 5 :9~ 11), y el hacer muchas seña~
les especiales y prodigios (cf. Hechos 5:12; 2 Corintios 12:12;
Hebreos 2:3~4), entre las que se incluía el resucitar a las per~
sonas con el poder de su Palabra (cf. Mateo 10:8; Hechos
20:7~12).

En último término, hay solo un registro auténtico de las


enseñanzas apostólicas en existencia: los veintisiete libros
del Nuevo Testamento. Todos los demás libros que alegan ser
inspirados provienen del siglo segundo o son aún posteriores.
Estos libros se conocen como los apócrifos neotestamenta~
rios, y es claro que no fueron escritos por los apóstoles, ya que
todos los apóstoles murieron durante el primer siglo.
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA BIBLIA, LOS FALSOS PROFETAS ... 183

de la iglesia de los siglos segundo a cuarto citaron el Nuevo


Testamento 36.289 veces, incluyendo todos los versículos
¡excepto solo once de ellos! Incluyeron 19.368 citas de los
Evangelios, 1.352 citas de Hechos, 14.035 de las epístolas de
Pablo, 870 citas de las epístolas generales, y 664 de
Apocalipsis. 18 Solo entre los padres de la iglesia del segundo
siglo, hay citas a todos los principales libros del Nuevo
Testamento, con excepción de uno menor (la tercera epísto-
la de Juan, posiblemente porque no tuvieron oportunidad de
citarlo). Esto revela no solo su gran respeto por los escritos de
los apóstoles sino también su deseo ferviente de conservar las
palabras escritas.
En tercer lugar, frente a los cuestionamientos de las ense-
ñanzas heréticas, como las de Marcia el gnóstico, que recha-
zaba todo el Nuevo Testamento salvo parte de Lucas y diez
de las cartas de Pablo (aceptaba todas las cartas excepto las
de 1 y 2 TImoteo y Tito), la iglesia respondió definiendo ofi-
cialmente la extensión del Canon. Hay listas de los libros
apostólicos y colecciones de los escritos hechos desde los pri-
meros tiempos, desde comienzos del siglo segundo. Entre
estas se incluyen las listas de Alejandría (170 d.C.), la
Apostólica (alrededor del año 300 d. C.), la de Cheltenham
(alrededor del año 360 d.C.), y la de Atanasio (367 d.C.), así
como la traducción al latín primitivo (alrededor del año 200
d.C.). Este proceso culminó hacia fines del siglo cuarto y
principios del siglo quinto, con los Concilios de Hipona (393
d.C.) y de Cartago (410 d.C.), en los que se enumeraron los
veintisiete libros que formaban el Canon completo del
Nuevo Testamento. Todos los católicos, los protestantes y los
anglicanos han aceptado que este fue el veredicto permanen-
te de la Iglesia. Los protestantes evangélicos concuerdan con
que el Canon está cerrado.
PREGUNTAS DIFfcILES ACERCA DE LA BIBLIA, LOS FALSOS PROFETAS ... 185

¿CREEN LOS MORMONES QUE LA BIBLIA ES INS ..


PIRADA POR DIOS?
En realidad, no. Si bien, en teoría, los mormones aceptan
la inspiración de los manuscritos originales de la Biblia, en la
práctica creen que las copias están plagadas de errores. En
The Missionary Pal [Compañero del misionero] figura una
sección de «Errores bíblicos»20 y da ejemplos de algunos,
como los dos relatos de la muerte de Judas (cf. Mateo 27:5;
Hechos 1:18) y las dos versiones de la visión de Pablo (cf.
Hechos 9:7; 22:9).21 De hecho, Joseph Smith realizó su pro-
pia traducción «inspirada» de la Biblia (la traducción Joseph
Smith), en la que introdujo miles de cambios a la Biblia
aceptada por la mayoría de los cristianos.
La declaración oficial de los mormones, con respecto a la
Biblia, es la siguiente: «Creemos que la Biblia es la Palabra
de Dios siempre y cuando haya sido traducida correctamen-
te; también creemos que el Libro del Mormón es la Palabra
de Dios» (octavo artículo de fe). No obstante, en la práctica,
los líderes mormones, desde Joseph Smith en adelante, han
dicho que la Biblia no ha sido bien traducida. Decir que
creen que la Biblia es la Palabra de Dios da una impresión
equivocada porque, si así fuera, ¿por qué habría Dios de enco-
mendarle a Joseph Smith que hiciera una «traducción inspi-
rada» de la Biblia, la que contiene miles de cambios a la
misma que se usaba en los días de Smith, y que incluso no
incluye un libro entero de la Biblia (el Cantar de los
Cantares)?

¿HAY ALGO QUE CONFIRME QUE LAS ESCRITU ..


RAS MORMONAS PROCEDAN DE DIOS?
Nada en absoluto. A diferencia de los Evangelios, los tes-
tigos que afirman la inspiración del Libro del Mormón, no
están respaldados por ningún suceso sobrenatural, como sí lo
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA BIBLIA, LOS FALSOS PROFETAS 000 187

el Libro de Abraham, el manuscrito luego de descubierto y tra,


ducido por expertos competentes de Egipto, resultó ser un abso,
luto fraude, que no estaba de ningún modo relacionado con
Abraham. Se trataba, en cambio, del «Libro de los Alientos»
egipcio. ¿Por qué, entonces, habría que considerar que el Libro
del Mormón fuera otra cosa que un fraude? Séptimo, hay serias
dudas con respecto a la credibilidad de los testigos mismos, aun
cuando hubieran visto lo que dicen que vieron.

¿ES EL coRÁN LA PALABRA DE DIOS?


Los musulmanes afirman que el Corán dice que provino de
Dios por medio del profeta Mahoma (cf. Sura 39:1,2). Abu
Hanifa, la gran autoridad suní, expresó la creencia ortodoxa de
que «el Corán es la Palabra de Dios, y es su Palabra inspirada y
revelación. Es un atributo necesario de Dios. No es Dios, pero
es inseparable de Dios». Por supuesto, también «se escribió en
un volumen, se lee en un idioma ... pero la Palabra de Dios no
fue creada» 23 .
No obstante, el Corán carece de cualquier evidencia real que
pruebe que es la Palabra de Dios. Consideremos solo unos pun,
tos cruciales. Primero, Mahoma mismo, al principio, creía que
el mensaje que recibió del ángel que lo ahorcaba se trataba de
un demonio. El biógrafo musulmán, M.H. Haykal, escribió
vívidamente acerca de cómo Mahoma estaba abrumado por el
temor de estar poseído por el demonio: «Muerto de pánico,
Mahoma se levantó y se preguntó: "¿Qué he visto? ¿Habrá suce,
dido lo que más temía y estaré poseído por el demonio?".
Mahoma miró hacia su derecha y hacia su izquierda pero no vio
nada. Por un momento se mantuvo de pie, temblando de
miedo y espanto. Temía que la caverna pudiera estar embruja'
da y que él todavía pudiera huir pero sin poder explicar lo que
había visto»24.
Segundo, el Corán contradice la Biblia en asuntos esencia'
les. Ya hemos visto que hay mucha evidencia que prueba que la
Biblia es la Palabra de Dios (d. pág. 132~33). Y sabemos que
dos afirmaciones contradictorias no pueden ser ambas verdad
(d. pág. 138). Por ejemplo, el Corán dice que Jesús no murió
en la cruz ni resucitó de entre los muertos al tercer día (d. Sura
4:157~158). Pero esta es una de las verdades esenciales y reite~
radas de la Biblia (cf. 1 Corintios 15:1~ 19).
Tercero, aunque Mahoma reconoció que los profetas ante~
riores a él habían recibido la confirmación por milagros en la
naturaleza, él mismo se negó a realizar milagros que lo confir~
maran como profeta (cf. Sura 3:181~84).
Cuarto, a diferencia de la Biblia, en el Corán no hay ningu~
na predicción específica, a largo plazo, que se haya cumplido al
pie de la letra. El mejor supuesto ejemplo de un anuncio profé~
tico acerca del futuro concierne a los romanos vengándose de
una derrota (d. Sura 30:2~4), pero se trata de una afirmación
vacía, indefinida, y humanamente predecible. 25
Quinto, el Corán contiene contradicciones y errores cientí~
ficos. Un ejemplo es cuando afirma que Adán se formó a partir
de un «coágulo de sangre» (d. Sura 23:14). Y es contradictorio
que el Corán afirme que la Palabra de Dios, que para los musul~
manes es el Corán, no pueda cambiar (d. Sura 10:64) porque
«no hay nadie que puede alterar las Palabras (y los Decretos) de
Dios» (Sura 6:34). Sin embargo, el Corán enseña la doctrina de
la subrogación por la que, revelaciones posteriores, anulan las
revelaciones anteriores. En Sura 2:106 leemos de «revelaciones
... subrogadas o que pasan al olvido». Luego cambia de direc~
ción y declara que «sustituimos una revelación por otra», admi~
tiendo en el mismo verso que los contemporáneos de Mahoma
lo llamaban «falsificador» ¡por hacer justamente eso!
Sexto, el Corán enseña una idea inferior del matrimonio (la
poligamia) y de las mujeres. Mahoma permitía a sus seguidores
tener hasta cuatro mujeres (d. Sura 4:3), pero dijo que Dios
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL HINDUÍSMO Y... 193

gan en la actualidad para reaprender nuestra fe desde diferen-


tes perspectivas y salir así fortalecidos. Pablo aconsejó a sus
lectores que su ministerio consistía en confirmar el evangelio
tanto como defenderlo (cf. Filipenses 1:7).
2. También descubriremos que las falsedades son producto
de distorsiones de puntos fundamentales de la verdad. En
otras palabras, todos los errores contienen elementos de ver-
dad. Este elemento común debería ayudarnos a tender puen-
tes hacia nuestro antagonista y afirmar cualquier verdad de
sus puntos de vista. A partir de esto, deberíamos ser capaces
de demostrar (con cuidado y respeto, como enseña 1 Pedro
3: 15) en qué punto vital se han apartado de la verdad y lle-
gado a una conclusión errónea.
Las respuestas a las preguntas planteadas a continuación
siguen este mismo esquema sin necesariamente explicitar la
metodología en cada etapa del argumento. Se esboza también
una respuesta evangelizadora en los lugares apropiados para que
estos capítulos no sean solo teóricos (si bien esto es crucial),
sino que puedan ser útiles en la práctica, en cualquier conver-
sación. Al final de esta serie de preguntas, nuestra fe debería
emerger más robusta, fortalecida en la Singularidad de Cristo y
más sensible hacia quienes no tienen esta fe.

¿POR QUÉ ESTÁN TAN INTERESADOS LOS OCCI-


DENTALES EN LAS RELIGIONES ORIENTALES?
El suceso más memorable que inauguró la entrada del pen-
samiento hindú en el occidente fue la visita a los Estados
Unidos de Swami Vivekananda, en 1893, cuando arrasó el
Congreso Mundial de Religiones que se celebraba en
Chicago. Comenzó su exposición con una frase políticamen-
te correcta: «Hermanos y hermanas», la que fue recibida con
varios minutos de estruendosos aplausos. A continuación, se
explayó sobre la unidad esencial de todas las cosas y los seres,
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL HINDUÍSMO y 000 195

algunas de las escuelas públicas estadounidenses bajo el títu-


lo «La ciencia de la inteligencia creativa». (Sin embargo, en
1977, estos departamentos académicos fueron declarados
inconstitucionales por los tribunales estadounidenses porque
enseñaban religión). En la actualidad, personas como
Deepak Chopra, han popularizado diversas técnicas de la
Nueva Era para aliviar el estrés en el contexto de una socie-
dad que es altamente competitiva, industrializada y próspera.
Los cristianos no deberían limitarse a analizar las respuestas
teológicas y filosóficas propuestas por el movimiento de la
Nueva Era, sino también a examinar el contexto existencial en
que estas ideas encuentran suelo fértil. De pasada, también
veremos cómo encarar este campo desde un punto de vista cris-
tiano. Los menciono brevemente en los siguientes párrafos.
No es difícil ver que el movimiento de la Nueva Era
encuentra en lo subjetivo un terreno fértil. Por otra parte, la
fe cristiana, en particular, para poder defenderse de los azotes
del secularismo ateo y del relativismo de otras épocas, tiende
a jerarquizar lo objetivo. De hecho, la apologética cristiana
se basa en la necesidad de la naturaleza objetiva de su fe. Con
esto, parecería que hemos perdido contacto con las respues-
tas subjetivas que el cristianismo ofrece a quienes tienen
inquietudes espirituales, un hecho evidente si se tiene en
cuenta la popularidad del libro del apologista Ravi Zacharias,
Cries of the Heart [Clamores del corazón).2
Sin abandonar la necesidad de objetividad y de historici-
dad propias de la verdad, necesitamos presentar, sin reservas,
la dimensión subjetiva del evangelio: «Prueben y vean que el
Señor es bueno» (Salmo 34:8). Todas las afirmaciones obje-
tivas de verdad que Jesús pronunció, en particular sus famo-
sas «Yo soy» del Evangelio de Juan, están acompañadas por
llamados a un compromiso y experiencia subjetiva.
La preferencia por lo subjetivo podría estar acompañada
196 l H I f n eRf Ú BOlO P

por una «huída de la razón», el título del último libro de la


trilogía de Francis Schaeffer. 3 En ese libro profético, escrito a
principios de la década de los setenta, vio la expansión del
movimiento de la Nueva Era en el mundo occidental y la
relacionó con el abandono de la racionalidad. El movimien~
to pos modernista y de destrucción ha sido un terreno fértil
para la propagación de movimientos orientales. (En realidad,
sería pertinente señalar que, desde el punto de vista filosófi~
co, la India hace al menos doce siglos que es «posmoderna»,
i lo fue antes de comenzar a transitar la senda actual hacia la
modernidad!).
La nota epistemológica de Pablo en 1 Corintios 2: 10, que
afirma que la verdadera sabiduría viene de la revelación por
el Espíritu, necesita una elaboración como parte de nuestra
apologética. Nuestra experiencia subjetiva de Cristo se basa
en la realidad histórica y objetiva de Dios en Cristo.
Solamente si adoptamos este marco de manera consistente
en nuestras iglesias, podremos estar seguros que satisfaremos
las necesidades subjetivas de las personas sin abandonar los
principios de racionalidad. Enseñar que creer que el cristia~
nismo es verdad siempre, debería estar acompañado de una
invitación a creer en Cristo, el único que puede satisfacer
nuestros anhelos más subjetivos.
El ateísmo, tan de moda hace unas décadas, dejó tras de sí
una aproximación fragmentaria a la verdad, dado que carecía
del factor aglutinante de un Dios y Creador. El movimiento
de la Nueva Era llenó este vacío postulando que la unidad
básica de todas las cosas es una entidad impersonal infinita.
Brahman es el término empleado por la filosofía panteísta
india de la Advaita, o del no dualismo. El reiki, la técnica
japonesa de sanación, invoca la unidad de la energía «infini~
ta» del universo que puede ser manipulada por los humanos
mediante diversos métodos. El budismo Zen sugiere técnicas
de meditación (como el panteísmo hindú ofrece meditación
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL HINDUÍSMO y 000 199

reconocer poderes supremos a una de las deidades veneradas.


En nuestra categorización del hinduismo politeísta corno ido~
latría, no deberíamos perder de vista este aspecto de devo~
ción personal a una deidad personal. La devoción manifestada
por los hindúes, en la adoración, tiene pocos paralelos en las
celebraciones, por lo general monótonas, que conocernos corno
adoración digna a nuestro Creador. Sería bueno que aprendié~
ramos de Pablo quien, acongojado, al ver los ídolos de Atenas,
también pudo discernir el anhelo latente en los atenienses.
(Pablo usó esto para tender un puente en su brillante predica~
ción en el Areópago; cf. Hechos 17:22~23). Véase también la
sección en la que se trata la Sociedad Internacional de la
Conciencia Krishna en las páginas 172~ 176.
También es un hecho bien probado que los sacrificios de
animales constituían una parte importante de los antiguos
rituales hindúes en que la ofrenda tenía el propósito de apla~
car a la divinidad ofendida. Mientras que la doctrina del
pecado y de los sacrificios expiatorios no estaban ni por aso~
mos tan desarrollados corno en el Antiguo Testamento, estos
paralelismos sirven corno una importante puerta de entrada
para la presentación del evangelio. Puede ser interesante
notar que los brahmanes, que hoy son vegetarianos estrictos,
tenían sacerdotes que ofrecían estos sacrificios y que comían
del holocausto como prueba de que este era aceptado por la
divinidad. (Tal vez no esté tampoco de más notar que todas
las religiones de la antigüedad se basaban en sacrificios, lo
que es una realización intuitiva de que la humanidad, de
alguna manera u otra, sentía que había ofendido a los pode~
res supremos, a los que había que aplacar por medio de sacri~
ficios.) El cristiano, por lo tanto, debería ser capaz de mostrar
la santidad de Dios y la inherente incapacidad del ser huma~
no de satisfacer las exigencias de este Dios, y presentar así la
muerte de Jesucristo corno el único medio para satisfacer
estas demandas, la única verdadera culminación de los sacri~
ficios de nuestros antepasados.
200 l ~ UI ¡ ~ e~ IÓ ~ oI oP

Por desgracia, el ejercicio de este tipo de culto politeísta


ha derivado en una jerarquía de castas, y el nivel más alto
corresponde a los sacerdotes. Por debajo de la casta de los
brahmanes, vienen las clases de los guerreros y de los comer,
ciantes, y el último rango de la escala social está ocupado por
las clases serviles, entre las que se encuentran los intocables.
Se cree que a través de los ciclos de la reencarnación (cf.
«¿Qué es la reencarnación?», en la pág. 171) el supremo
nacimiento es dentro de la especie humana, donde los brah-
manes ocupan el rango más elevado. Ellos serían quienes
podrían fusionarse con lo divino, sin mucho esfuerzo, gracias
a su servicio a los dioses durante su estadía en la tierra.
Antes de proseguir, correspondería señalar los aspectos
demoníacos de cualquier tipo de politeísmo. La veneración
de divinidades personales puede llevar al devoto a un
encuentro con el ocultismo. No es nada fuera de lo común
que hayan casos en que los fieles han sido poseídos de una u
otra forma por el maligno y sus potestades, particularmente
en cuanto a los beneficios o el daño que algunas divinidades
son capaces de provocar. En dichos casos, los sacrificios de
sangre a estas suelen formar parte crucial de los rituales. El
satanismo, que se extiende por todas partes del mundo de la
actualidad, se caracteriza por estas ofrendas de sangre como
señal de vida para participar del mundo espiritual.
La adoración a los ídolos suele estar acompañada por la
consagración de objetos, lugares (como templos, ríos o cum-
bres) y de algunas personas (en algunas ocasiones) a diversos
dioses y diosas. Hay muchas pruebas de la actividad demoní-
aca en dichos sitios y a través de dichos objetos y personas.
Por ejemplo: se ha dicho que Ramakrishna Paramahamsa, el
maestro de Swami Vivekananda, en un día que parecía muy
auspicioso, invocó el espíritu de Kali, la diosa de la destruc-
ción, sobre su esposa. Mientras estaba poseída, sostuvieron
relaciones sexuales, alegando que, por lo tanto, había logra-
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL HINDUÍSMO Y... 203

pudiera tener una relación perma nente y plena; y esto es jus-


tamen te lo que Dios nos ofrece en Jesucristo.
Tal vez, tambié n sea impor tante señalar que el hindú
puede interp retar el énfasis cristiano en el pecado del huma-
no como una muestra de que el cristianismo tiene una ima-
gen muy pobre del ser human o. Entonces, podría ser necesa-
rio reconocer que nuestra propia teología de la especie huma-
na muchas veces comienza en Génesis 3 en vez de comenzar
en Génesis 1. Tal vez necesitemos repensar y redefinir el
pecado human o antes de poder presentarlo debida mente a
un hindú. La tragedia del pecado human o no radica en que
el ser human o sea por consti tución inferior al resto de la cre-
ación, sino que se debe a lo contrario. La rebelión human a
contra Dios es una tragedia cósmica solo porque los human os
fuimos creados a imagen de Dios y colocados por él en una
posición de dignidad y honor (cf. Salmo 8:5-8) para domin ar
al resto de la creación terrenal. El hindú se identificará mejor
con la realidad de una dignidad humana antes de que le pre-
sentemos la realidad del pecado; después de todo, ese es el
orden de la revelación divina de Génesis. El pecado, por lo
tanto, es el quiebre de la relación con Dios, la única relación
que puede damos identidad, propósito y dignidad. Si bien
entrar en las minucias de los pecados prácticos puede conmo-
ver a los cristianos nominales en una predicación del evan-
gelio, el hindú filosófico responderá más a la indignidad de
una relación rota con la Realidad Absoluta: el Dios Infinito,
Personal y Relacional.

¿QUÉ ES LA MEDITACIÓN TRASCENDENTAL?


El Maharashi Mahes h Yogi popularizó el términ o medita-
ción trascendental (mt) a fines de la década del sesenta. Su
diagnóstico del destino human o era que, quienes somos real-
mente parte (o extensión) del Brahmán infinito, no nos
204 i ~ UI ! n ~ P.( O H OI n 1

dábamos cuenta de esto debido a nuestra ignorancia (avidya)


y preocupación por las cosas mundanas. Necesitábamos
«trascender» lo mundano por medio de la práctica de una
meditación adecuada (mt) para ser capaces de encontrar
nuestra unión con el Infinito. (El desarrollo de este tema
continúa en la sección «¿Qué es el yoga y cuáles son sus doc~
trinas?», en la pág. 210). Se trataba de una enseñanza clási~
ca del panteísmo del antiguo gurú Sankara (788~820 d.C.)
El Mahesh Yogi, sin embargo, sugirió una manera muy
práctica y elemental de meditación que no requería ningún
tipo de sofisticación y prácticamente ningún conocimiento
del hinduismo o de la filosofía especulativa. En su ashram
(templo de oración) en el norte de la India, asignaba palabras
monosílabas a cada uno de los devotos, en un idioma en que
se sintieran cómodos. Los devotos debían repetir la palabra
asignada de manera audible como un cántico durante todo el
tiempo de vigilia. Podían guardar silencio siempre y cuando
la preocupación continuara siendo esa única palabra. Al
cabo de unos días, cuando la mente conciente estaba preocu~
pada con la palabra, se le aconsejaba al devoto que aboliera
todo pensamiento de esa palabra para que la mente quedara
(en teoría) en blanco. En ese preciso instante, uno podría, de
pronto, tener una iluminación interior (Brahmavidya) que
era una extensión de Brahmán. En dicho momento uno
habría trascendido lo temporal para encontrar la liberación
interior que es el anhelo del corazón humano.
Bastará reflexionar solo un momento para ver que la medi~
tación recomendada por el Maharashi involucra el vacia~
miento de la mente: es una meditación sin contenido. Él argu~
mentaba que el desorden en nuestra mente humana era un
obstáculo para el verdadero conocimiento del Infinito. Un
filósofo, menos conocido, que vivió la mayor parte de su vida
en Oxford, Inglaterra, y que murió en 1986, el Dr. J.
Krishnamurti, afirmaba que el problema humano estaba en
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL HINDUÍSMO y 000 207

solo cuando la persona de Jesucristo apele desde la Biblia (d.


2 Corintios 3:18). Un entendimiento más cabal y una apli'
cación de 2 Corintios 10:4,5, implicaría una liberación inte,
rior del poder de Dios mediante las Escrituras para que aun
los baluartes mentales de la vida de las ideas sean vencidos y
cautivados a la obediencia a Cristo.
Confío en que se aprecien mis reparos para sugerir una
nueva técnica de meditar en la Biblia. No quisiera restringir
la meditación en la Biblia a una sola metodología y triviali,
zar así la gloriosa teología de la Biblia. En cambio, prefiero
sugerir que el énfasis de la Nueva Era, en los aspectos subje,
tivos de la meditación religiosa, debería conducirnos a exa,
minar la subjetividad legítima que la Biblia promueve sin
desviarnos a un misticismo impropio. Entonces, y solamente
entonces, podremos responder teórica y prácticamente a las
ideas sobre la meditación que postula la Nueva Era.

Conclusión
Las aspiraciones del hinduismo clásico y los movimientos
modernos de la Nueva Era apuntan a dos polos del espectro
teológico. El primero se refiere a dioses personales y finitos,
mientras que el segundo hace hincapié en una realidad infi,
nita e impersonal. Por 10 tanto, son indicadores de que sus
seguidores anhelan una relación con los dioses, por una parte,
y con la realidad absoluta del infinito, por otra. El Dios de la
Biblia satisface mucho más que esos anhelos, porque es
Infinito y porque tiene una relación personal manifestada
'por la Trinidad. Como iglesia de Dios, nuestra apologética
final es ser una comunidad de cristianos que se aman entre sí
y que anuncian al mundo que somos discípulos de Cristo (d.
Juan 13:34,35).
208 ¡ ij u IfU CR f ú R U I U n

PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN Y.


LA DISCUSIÓN

1. ¿Qué señales podría ver en sus conocidos que pudieran


indicarle que están buscando respuestas en la religión .
de la Nueva Era?
2. Dedique un momento para reflexionar sobre la magni..
tud del pecado humano como rebelión cósmica y del
sacrificio expiatorio de Jesucrist() como suficiente a la
luz de las ideas inadecuadas· de pecado y de·. eXr)laC1Ofi
postuladas por las religiones vistas .en este
¿Qué ideas le vienen a,la mente?
3. 'Considere cómo la iglesia.(as( COmo toda· la familia
tiana) puede serVir cotnomodeload.ecuí;ldo para rE·~tleia!
la unidad y la relación de l~, Trinidad y,por lo tanto,
interesante para los seguidoreS de ,las teligiOfleSide·,
Nueva Era. Discutacoh stifamíliay otros creyentes
implica esto. '
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL YOGA, LA REENCARNACIÓN ... 211

tión, esencialmente filosófica, se tratará más adelante). El


objetivo de la persona que quiere encontrar la verdad debe,
ría ser, por ende, realizar la unión con esta realidad infinita
en medio de las preocupaciones existenciales, las que pare,
cen aprisionar a las personas entre muros de preocupaciones
materiales y morales.
El término yoga se usa para englobar y a veces, indefinida'
mente, para describir ciertas técnicas y ejercicios físicos y
mentales que facilitan la realización de la unión entre lo fini,
to y lo infinito. Es importante notar que esta unión no se
logra; no hay necesidad de lograrla porque ya es una realidad
que está oculta debido a una fuerza de ilusión llamada maya.
Lo que se necesita, en cambio, es tomar conciencia de la
unión que ya es una realidad más que lograr una unión que
ya estaba presente desde un principio.
Para que tenga lugar esta realización personal, se .proponen
una serie de técnicas físicas y de meditación. No son de nin,
guna manera uniformes ni similares, y de hecho, pueden ser
muy diversas, según la escuela de yoga que se trate. Las téc,
nicas comienzan con ejercicios físicos, si bien en algunos
casos pueden incluir la veneración del Sol o de la forma del
loto, la flor que sería la morada de la diosa de la riqueza,
Lakshmi. Estas formas de culto dependérán de las preferencias
teológicas de la escuela hindú practicante del yoga. Para no
herir las sensibilidades occidentales, en la actualidad el yoga
se promueve sin ningún tipo de matiz teológico y solo como
una serie de ejercicios físicos los que, en la mayoría de los
casos, pueden tener efectos físicos saludables.
Los maestros de yoga, a menudo, estimulan a sus alumnos
a meditar, sin necesariamente decirles en qué meditar ni
cómo hacerlo. Incluso pueden decirles a sus discípulos cris'
tianos que mediten sobre Jesucristo. La idea, por supuesto, es
que el individuo piense y reflexione acerca del tema de medi,
tación. En sí, esto no sería ningún problema. Sin embargo, a
212 i~UI¡n ¡~¡o ~ ~I~P

medida que se progresa, se estimula a los practicantes a invo,


lucrarse en una meditación que implica dejar la mente en
blanco. El 16 de julio de 2001, en la revista Time (la edición
asiática), el gurú hindú, Bharat Thakur, se burló de la prácti,
ca occidental del yoga que solo tenía como meta la salud físi,
ca. Clasificó la práctica en dos partes: la externa y la interna.
La parte externa abarca lo físico y, según su punto de vista,
en occidente solo están interesados en ese aspecto y no en
profundizar en lo interno. Argumenta que el yoga es una sola
cosa, completa en sí, y que nadie tiene la opción de separar
ambas partes. Para ingresar en la parte interna, sugiere lo
siguiente:
«Se necesita un verdadero maestro para conducirlo en el
yoga espiritual. Alguien que haya caminado por esa senda.
Este maestro preguntará: ahora, amigo, conoces el cuerpo,
conoces tu respiración, tu mente ¿qué te falta por conocer?
Entonces comienza el viaje a lo desconocido donde, el maes,
tro, hará que el alumno tome conciencia gradual de cada
etapa, donde sabrás que no eres el cuerpo ni la mente, ni
siquiera el alma. Entonces tendrás la primera degustación del
moksha (es decir, la salvación) o de la iluminación. Es el sen,
tido de la apertura del silencio, el sentido en que te pierdes y
eres feliz, cuando por primera vez tu ego se ha fusionado con
la supraconciencia. Sentirás que ya no existes, porque has
andado por el valle de la muerte. Y si comienzas a caminar
más y más por este valle, cada vez serás más libre.
»Es un viaje del yo al no yo. Es un viaje de lo conocido a
lo desconocido. Del valle del conocimiento total, de las cosas
y del ego a la entrega absoluta donde ya no quedará nada en
ti sino solo la pura conciencia. Estarás en un estado en que
eres completamente libre del temor o de la muerte o de la
vida. Eso es lo que pretende un yogui en la India. Es alguien
que ha pasado del cuerpo a la mente, al alma, a la concien,
cia, que se ha entregado sutilmente a la supraconciencia. La
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL YOGA, LA REENCARNACIÓN ... 215

budismo, aunque las mecánicas son diferentes. Las formas


politeístas y panteístas del hinduismo la interpretan de
manera algo diferente. El hindú cree que el alma del indivi-
duo, el jivatman, es una extensión del alma eterna, el para-
matman, o simplemente el atman. La identidad propia en
cualquier vida en particular es el jivatman, que asume una
forma ganada por las obras (karma) en una vida anterior.
Cuando un jivatman migra, al cesar la existencia de esa forma
particular, puede comenzar su existencia adoptando una
forma completamente nueva, decidida por el karma, y el
ciclo continúa así sucesivamente.
En el hinduismo politeísta, los dioses y las diosas son
encarnaciones (o reencarnaciones) y, por lo tanto, su histo-
ria humana no necesariamente debe ser absoluta. Esto tam-
bién explica por qué al hindú politeísta no le molesta la
ausencia de cualidades moralmente ejemplares en los dioses.
En los últimos tiempos, sin embargo, uno de los dioses,
Krishna, que en el hinduismo clásico es una encarnación (de
hecho, una de las nueve encamaciones a las que los fieles
aspiran antes de llegar a una décima encarnación perfecta)
del dios de la conservación, Vishnu, ha sido elevado a un
nivel infinito y personal. Tendría el mismo nivel teológico
asignado a Dios por el islam, el judaísmo y el cristianismo.
Quienes interpretan el Krishna, de esta manera, pertenecen a
la Sociedad Internacional de Consciencia Krishna (ISK-
CON, por sus siglas en inglés). Volveré a considerar este
grupo más adelante (cf. pág. 219-220).
La idea politeísta de la salvación es alcanzar el grado más
elevado de nacimientos, que para muchos sería el nacimiento
como un brahmán. A partir de entonces, gracias a los rituales
y obligaciones religiosas, la visita a los lugares sagrados, el
bañarse en ríos sagrados, además de los holocaustos y la ado-
ración (pujas) en diversos templos, el fiel alcanza la moksha
(la salvación). Las buenas obras no son necesariamente con-
ductas morales exigidas por una divinidad santa, sino la rea,
lización de obligaciones religiosas practicadas meticulosa'
mente en conformidad con las reglas fijas en las Vedas (las
antiguas escrituras hindúes). Desde el punto de vista social,
el brahmanismo es una manera de vida que hoy tiene cierta
mala reputación debido a la discriminación que la casta de
los brahmanes impone a quienes tienen vidas «inferiores».
Por eso, hoy la peregrinación a lugares sagrados es practicada
por todos los niveles de la sociedad hindú, si bien todavía
hay sitios en los templos y zonas de los ríos en las que no se
permite el acceso de las castas inferiores. Las obligaciones
religiosas en los templos es todavía una obligación reservada
en gran parte a los sacerdotes brahmanes
El concepto de la salvación, entre los politeístas, es algo
vago. Si bien incluye definidamente una huida del ciclo de
renacimientos, no especifica claramente si se trata de una
fusión sin identidad con el Infinito o una comunión con el
Personal. Los devotos de la ISKCON se alinearían claramen,
te con lo último y hablarían de la salvación como la comu,
nión con Krishna, mientras que la corriente de panteístas de
la Nueva Era y algunos hindúes populares (politeístas) adop,
tarían la posición de la primera: la absorción dentro del
Brahmán infinito.
El hinduismo panteísta considera que la personalidad es
una manifestación inferior de lo Impersonal (como ya seña'
lamos), por lo tanto, creer en divinidades personales se con'
sidera que es una forma primitiva de entender el Brahmán
absoluto porque estas divinidades son de por sí manifestacio,
nes inferiores de la realidad absoluta. Sin embargo, los pan,
teístas animan a los politeístas a ser devotos de sus dioses y
diosas hasta que alcancen la iluminación, cuando por fin
podrán librarse del ciclo de renacimientos, llamado el Karma
Samsara. Según los panteístas, por lo tanto, la sujeción a las
sucesivas reencarnaciones de karma es una indicación de que
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL YOGA, LA REENCARNACIÓN ••. 219

interpretación científica del tiempo que con el postulado de


que hay una serie interminable de nacimientos y nuevos
nacimientos.
Es necesaria una aclaración con respecto a la Sociedad
Internacional de Consciencia Krishna. Si bien no me anima-
ría a decir que creer en Krishna como un Dios personal infi-
nito es el siguiente paso lógico en la evolución del hinduis-
mo, debido a los conflictos y contradicciones anteriormente
vistos, sería factible concluir que el corazón humano anhela
tener una relación personal y alcanzar la plenitud, y la idea
de la reencarnación no puede satisfacer estos deseos. El
movimiento bhakti en el hinduismo, que tiene siglos de his-
toria, es la evolución de la devoción a Dios y ha encontrado
su manifestación reciente en ISKCON. Los seguidores de
este grupo se identifican por sus cabezas rapadas, a veces se
dejan solo un mechón de pelo. No se avergüenzan de cami-
nar por la calle cantando: «Hare Rama, Hare Krishna» , la
frase con que veneran a los dioses Rama y Krishna. Este grupo
no cree en la reencarnación ni en la absorción en un
Brahmán impersonal. Enseñan que, mediante la devoción a
Krishna en la vida presente, los humanos podrán disfrutar la
eterna comunión con él en el más allá.
Mi encuentro, en 1997, con unoS" fieles de ISKCON,
puede ser importante para mostrar cómo tender puentes que
sirvan para predicar el evangelio con personas que sostienen
ideas tan diferentes a las enseñanzas de las Escrituras. Este
pequeño grupo de investigadores, con doctorados en una de
las facultades de ingeniería más importantes de la India, me
había pedido que hablara sobre el tema «Dios y la ciencia».
De un modo u otro, el diálogo derivó a una comparación
entre Jesucristo y Krishna. Por cada aspecto de Cristo que les
mencionaba, podían encontrar otro semejante en Krishna.
Al final, me pidieron que dijera algo acerca de la idea cristia-
na del cielo, porque, según ellos, algunos de los antiguos
escritos hindúes se referían a Krishna sentado en toda su per~
fección rodeado de esplendor celestial. Estuve de acuerdo
con ellos en que, Apocalipsis 21, era una descripción espec~
tacular del cielo, pero parecía haber una divergencia funda~
mental: a diferencia de su Krishna «perfecto», mi Cristo era
«imperfecto» porque todavía tenía las marcas que le había
dejado la cruz. Por primera vez, durante el diálogo, hubo un
silencio tremendo mientras procedí a predicar el evangelio:
que los seres humanos, fuera del Cristo crucificado por causa
de su estado de pecado, no tenían ninguna esperanza de
comunión eterna con Dios. El movimiento ISKCON, al pro~
meter un estado de felicidad celestial, sin atravesar los ciclos
interminables de nacimientos y renacimientos, no tiene en
cuenta la impropiedad de la humanidad pecaminosa de habi~
tar en compañía de la belleza moral de Dios desplegada en el
esplendor del cielo.
Las ideas de viajes astrales y trasmigración de las almas
vigentes, en la actualidad, corresponden más a nuestro afán
de poder y de conocimiento con el fin de controlar a las per~
sonas y los hechos; estas ideas se adaptan bien a algunas de
las suposiciones teológicas antiguas del hinduismo.
Correspondería una palabra de advertencia: algunos de los
ejemplos de niños capaces de relatar, con lujo de detalles, su
vida pasada, sería más el resultado de una posesión del demo~
nio que una constatación de la teoría de la reencarnación. El
afán de poder y el correspondiente interés por lo oculto, que
se evidencia en estos tiempos, pueden llevar a encuentros
directos con los poderesde las tinieblas ... más de lo que nos
gustaría creer.

¿CUÁLES SON LAS CREENCIAS DEL BUDISMO?


Buda (<<el iluminado») nació como Siddarta Gautama en
Lumbini (que hoyes Nepal) , hijo de una familia real del clan
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL YOOA, LA REENCARNACIÓN ... 223

dero óctuple ofrece una guía práctica comprensiva para el


desarrollo de estas saludables cualidades y habilidades en el
corazón humano, las cuales deben ser cultivadas para que el
practicante alcance la meta final, o sea, la libertad suprema y
felicidad del Nibbana. Las ocho cualidades que deben desa-
rrollarse son la visión correcta, la motivación correcta, la
palabra correcta, la acción correcta, el modo de vida correc-
to, el esfuerzo correcto, la atención correcta y la concentra-
ción correcta.
En la práctica, Buda enseñó el noble sendero óctuple a sus
seguidores, según un sistema de enseñanza gradual, comen-
zando con el desarrollo de la sila, o virtud (la palabra correc-
ta, la acción correcta y el modo de vivir correcto, que se resu-
men en forma práctica por medio de preceptos), seguido por
el desarrollo de samadhi, o la concentración, y el cultivo de
la mente (el esfuerzo correcto, la atención correcta y la con-
centración correcta), para culminar con el desarrollo del
panna, o de la sabiduría (la visión correcta y la motivación
correcta). La práctica del dana, o de la generosidad, servirá de
apoyo a cada paso del sendero, ya que estimulará el desarro-
llo de un corazón compasivo y contrarrestará la tendencia
natural del corazón hacia el deseo.
El progreso, a lo largo de este sendero, no será una trayec-
toria lineal sino que el desarrollo de cada uno de los aspectos
del noble sendero óctuple servirá para refinar y fortalecer
todos los demás, haciendo avanzar al practicante en una
espiral ascendente hacia la madurez espiritual que culminará
en el despertar.
Desde otro punto de vista, el largo viaje por este sendero
que conduce al despertar comienza con las primeras conmo-
ciones tentativas de la visión correcta, los primeros atisbos de
sabiduría por el que el individuo reconoce tanto la validez de
la primera noble verdad como la inevitabilidad de la ley de
kamma (en pali; karma, en sánscrito), la ley universal de
causa y efecto. Cuando el individuo comienza a darse cuen,
ta que las acciones malas producen inevitablemente resulta'
dos dañinos y que las acciones saludables producen resulta,
dos saludables, el deseo de vivir una vida productiva y recta
y practicar de veras el sila se desarrollará de manera natural.
La confianza producida por esta comprensión preliminar He'
vará al practicante a confiar más y más en las enseñanzas. El
seguidor se convierte en budista después de expresar una
resolución interna de «refugiarse» en las tres joyas (o teso'
ros):
1. El Buda, tanto el Buda histórico como el propio poten,
cial innato para el despertar.
2. El Dhamma (en pali¡ o Dharrna, en sánscrito, que significa
«enseñanza»), que incluye tanto las enseñanzas del Buda
histórico como la verdad absoluta a las que apuntan.
3. La Sangha, la comunidad monástica que ha guardado las
enseñanzas y que las ha practicado desde los días de
Buda, como también todos los que han alcanzado al
menos un grado de despertar.

Con los pies firmemente plantados por haberse refugiado


en «las tres joyas» y con un amigo admirable (kalyanamitta,
en pali¡ o kalyanamitra, en sánscrito, que significa «amigo
interesado en el bienestar de uno» ) para mostrarnos el cami,
no, podemos comenzar a transitar el sendero, con la confian'
za de que realmente estamos siguiendo los pasos del mismo
Buda.
El budismo, como Buda 10 enseñó originalmente y tal
como lo transmite la escuela de los ancianos, no hace ningu,
na referencia a una deidad o deidades personales y, en ese
sentido, podría ser considerado ateísta (porque niega la exis,
tencia de una deidad). La forma Theravada se asemeja al hin'
duismo panteísta y parece concebir las mismas fuerzas imper,
PREGUNTAS DIFíCILES ACERCA DEL YOGA, lA REENCARNACIÓN ... 227

mar al budista a encontrar las causas del sufrimiento en otra


parte. Además, deberíamos poder mostrar que, aun en un
nivel pragmático, la vida tiene muchas cosas que son buenas,
que hay muchas personas buenas que intentan aliviar el sufri-
miento. Incluso la enseñanza budista de practicar la dana (la
generosidad) es una admisión tácita de que el sufrimiento
puede aliviarse y de hecho está siendo aliviado en este
mundo de dolor.
La segunda noble verdad incluye un hecho admirable: la
razón del sufrimiento radica en el tanha (el deseo). El apóstol
Juan nos advierte acerca de «los malos deseos del cuerpo, la
codicia de los ojos y la arrogancia de la vida» (1 Juan 2:16).
Sin embargo, la tercera noble verdad contradice esto mismo.
El abandonar todo deseo puede convertirse en sí en un deseo,
es decir, el deseo de acabar con todo deseo i es propiamente
un deseo! Una existencia sin deseo es una contradicción
existencial como lógica. En cambio, necesitamos centrar
nuestro deseo en un objeto digno de nuestro deseo (cf. Salmo
27:4). De manera similar, la cuarta noble verdad sienta la
base para un estilo de vida admirable, pero ofrece poco para
realmente llevarla a la práctica. Estamos de vuelta en la
grave debilidad de saber lo que es el bien l?ero ser incapaces
de hacerlo.
Necesitamos ayudar a nuestros amigos budistas a identifi-
car cuál es el verdadero problema del sufrimiento y señalar-
les la conexión entre el sufrimiento y la existencia de un mal
moral: el estado de rebelión contra un Dios moralmente
Santo. Podemos tratar el problema del sufrimiento mostrán-
doles un Dios que se identifica con nosotros en el sufrimien-
to, mediante el sufrimiento devastador que experimentó en
la cruz. La verdadera iluminación será cuando veamos cara a
cara a nuestro cariñoso Salvador Jesucristo, cuando nuestro
peregrinar sobre esta Tierra llegue a su fin.
Quisiera decir una palabra final con respecto a la idea de
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL YOGA, LA REENCARNACIÓN ... 229

individualmente la santidad cristiana, sino en hacer visible y


evidente la vida de una comunidad cristiana.
Capítulo diez

ROBERT WHITE

R ecuerdo una reunión de la Nación del Islam a la que


asistí cuando estaba cursando mi primer año en la
Universidad de Tuskegee, hacia fines de los ochenta. Antes
de matricularme, había tenido una experiencia religiosa
única y me sentía muy a gusto con mi fe cristiana, pero, por
curiosidad, deseaba aprender acerca de otras religiones. No
estaba preparado, sin embargo, para lo que habría de sopor~
taro Antes de que comenzara la reunión de la N ación del
Islam, unos individuos, a los que reconocí corno compañeros,
me condujeron a una habitación adyacente. Una vez allí, me
revisaron «para protegerme» y luego me invitaron a un salón
donde tendría lugar la reunión. Pronto me di cuenta de que
los ujieres separaban al público según su sexo. Unos pocos
minutos más tarde, un hombre, de aproximadamente mi
edad, entró en el salón acompañado de cinco individuos y
pidieron que se hiciera silencio. Después de una oración, una
ofrenda y una recitación del Corán, el ministro comenzó a
hablar. Hablaba con suficiencia y confianza. Al principio su
mensaje no era nada diferente al que estaba acostumbrado a
escuchar los domingos de mañana en la iglesia. Pero el minis~
tro musulmán me cautivó la atención cuando mencionó la
posición del hombre negro en Estados Unidos y las maneras
231
en que los negros podrían cambiar las condiciones de su
comunidad.
A medida que el discurso progresaba, noté que el ministro
lenta pero sutilmente había girado su atención a un tema
más polémico. Comenzó con un ataque a la Biblia y nos
exhortó a dejar de adorar al «Jesús blanco». También decla-
ró que el hombre blanco no era humano sino que era un
demonio y enemigo de Dios. Por último, introdujo a un hom-
bre, llamado Master Fard Muhammad, como el último «pro-
feta» de Dios y el «Consolador» al que hacían referencia las
Escrituras. El pedido final del ministro fue que reflexionára-
mos acerca de lo que habíamos escuchado y que examinára-
mos las razones que nos hacían creer lo que creíamos.
Concluyó invitándonos para otra reunión que tendría lugar
la semana siguiente, ya que era evidente que no había ningu-
na razón para negar el islam. Su exposición perturbadora me
dejó ¿on una pregunta: «¿Será el cristianismo verdaderamen-
te una religión del hombre blanco, o estarán intentando
engañarme?» .
Después de esta reunión, estaba confundido y no deseaba
tener nada que ver con todo lo que fuera blanco, incluyendo
la lámina del «Jesús blanco» sobre la pared en la casa de mi
abuela. Aunque tenía en aquel tiempo algunos amigos blan-
cos, comencé a distanciarme de ellos y a iniciar un proceso
de reevaluación. Medité sobre toda mi vida, mis temores, mis
ansiedades y acerca del Dios a quien había decidido servir.
Mi presencia en aquella reunión me hizo estudiar las
Escrituras y buscar respuestas a las preguntas que el orador
había planteado. Pero después de haber «hurgado en mi
alma», opté por quedarme con Cristo, porque sus promesas
representaban mejor mis expectativas de vida. Descubrí que
no creía en Cristo porque mis padres hubieran creído en él.
Más bien, aprendí que Dios, mediante Cristo, tenía un plan
para mí y que él era la persona que me motivaba a escudriñar
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL ISLAM DE LA COMUNIDAD NEGRA 235

Aunque muchos esclavos y generaciones subsiguientes


aceptaron el cristianismo, los esclavos consideraban que el
tipo de cristianismo abogado por los misioneros blancos era
un instrumento de opresión. Muchos creían que aceptar a
Jesucristo era sinónimo de aceptar el orden social occidental
o algún tipo de agenda geopolítica, un argumento hasta hoy
vigente. La única responsabilidad de los líderes blancos de la
iglesia que les compete para rectificar esta situación es asegu-
rarse de no repetir el pasado cediendo a las presiones domés-
ticas de discriminación y prejuicios raciales.

¿CÓMO ES LA RELIGIÓN EN LA COMUNIDAD


NEGRA?
Los Estados Unidos han asignado mucha importancia a las
diferencias raciales. Ya en la década de los sesenta, la vida
estaba dividida en dos sectores: el negro y el blanco. Había
bebederos para negros y otros para blancos, escuelas para
negros y otras para blancos, teatros para negros y salas de cine
para blancos, empleos para negros y empleos para blancos,
religión para negros y religión para blancos. En particular, la
religión de la comunidad negra podría definirse como los
patrones y prácticas espirituales de la póblación negra de
Estados Unidos que se han formado en el curso de cuatro-
cientos años. Es también una continuidad de las prácticas
espirituales de los pueblos africanos. Por lo tanto, el islam de
las comunidades negras podría definirse como la filosofía
social del islam articulada a través de la experiencia afroamerica-
na.
Como el estatus de la población negra en Estados Unidos
ha mejorado con el tiempo, hay una necesidad periódica de
autodefinirse. Mientras que los inmigrantes europeos, por
ejemplo, tienden a manifestar una identidad dual que inclu-
ye la ciudadanía de Estados Unidos junto con la de su país de
origen, la población negra ha aceptado esa ciudadanía a rega-
236 i ~ U1i n e~ I Ó ~ 111 S?

ñadientes, como si se tratara de una identidad impuesta por


el orden social de este país. Los términos de color, morocho, de
tez oscura, mulato, negro no son sinónimos pero sí implican
factores claves de la existencia africana en diversos momen-
tos de la evolución del orden social en Estados Unidos. Sin
las experiencias que la población negra sufrió en este país,
que hizo de la discriminación racial el factor fundamental de
la existencia, no tendría ningún sentido diferenciar las reli-
giones en negras o blancas. Y conviene no olvidar que la
mayoría de las iglesias negras se fundaron cuando las blancas
prohibieron el ingreso de los negros a sus templos.
La teología tiende a expresar ideas acerca de Dios en tér-
minos humanos, y la teología de la comunidad negra, en par-
ticular, siempre está relacionada con hechos históricos y con
las experiencias culturales de la población negra. Notemos
las palabras de James Cone, autor del libro God oi the
Oppressed [El Dios de los oprimidos]:
«Los teólogos blancos construyeron sistemas lógicos; la
gente negra narraba relatos. Los blancos debatían la validez
del bautismo de niños o la cuestión de la predestinación y
del libre albedrío; los negros recitaban las historias bíblicas
de cómo Dios había conducido a los israelitas y los había
sacado de la esclavitud en Egipto, de Josué y la batalla de
Jericó, y de los niños hebreos en el horno de fuego. Los teó-
logos blancos debatían acerca del estado general de las afir-
maciones religiosas a la luz del desarrollo científico en gene-
ral y de El origen de las especies de Darwin en particular; los
negros estaban más interesados en su lugar en la sociedad de
Estados Unidos y su relación con la promesa bíblica de que
Jesús había venido a liberar a los cautivos. Los blancos pen-
saban que la idea cristiana de la salvación era un asunto
«espiritual>, y a veces racional, pero solían separarlo de las
luchas concretas por la libertad en este mundo. El pensa-
miento de las comunidades negras era mayoritariamente
escatológico y nunca abstracto, sino que estaba relacionado
con la lucha de los negros contra la opresión que sufrían en
esta tierra"J.
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL ISLAM DE LA COMUNIDAD NEGRA 239

¿QUIÉN FUE RESPONSABLE DE PONER EN EL


TAPETE PÚBLICO EL MENSAJE DEL ISLAMISMO
DE LAS COMUNIDADES NEGRAS?
Después de la partida de Fard Muhammad, Elijah
Muhammad comenzó a predicar que el cristianismo europeo
estaba muy influido por el imperialismo de ese continente y
el capitalismo de Estados Unidos y que, entonces, no con-
templaba los intereses de la población negra. En su libro, The
Supreme Wisdom [La sabiduría suprema], Elijah Muhammad
escribió: «Los así llamados negros deben sacarse de encima
las viejas enseñanzas del tiempo de la esclavitud según las
que Jesús, que habría muerto hace dos mil años, todavía vive
en alguna parte y espera y escucha sus oraciones».
Pero las enseñanzas más polémicas de Elijah Muhammad
tienen que ver con el origen de la raza blanca. Según las teo-
rías de Fard Muhammad, que algunos dicen que era caucási-
co, Elijah Muhammad enseñó que el hombre blanco era un
demonio, el hijo de un científico malvado llamado Yacub.
Esta enseñanza fue muy polémica en Estados Unidos y fue
rechazada universalmente por la comunidad islámica. Según
Elijah Muhammad, Yacub habría sido un enemigo de Alá
expulsado de la Meca. Yacub habría diseñado genéticamente
una legión de «diablos blancos» para luego luchar contra
Alá. Pero Alá habría prevalecido y los diablos blancos se
habrían exiliado en la región que hoyes Europa. Elijah
Muhammad declaró que Estados Unidos corrompía a la
población negra, y prohibía los matrimonios entre negros y
blancos. Declaró que la única alternativa para los afroameri-
canos era la segregación total de la cultura blanca. El mensa-
je de Elijah Muhammad fue desestimado por la mayoría de
los intelectuales negros, pero tuvo buena aceptación entre
los miembros de la comunidad negra política y en el mundo
del espectáculo. Según un informe, aparecido el 20 de febre-
ro de 1960 en Los Angeles Herald Dispatch, alrededor de cien-
to cincuenta afro americanos renegaron del cristianismo y se
unieron al islam en una concentración de la Nación del
Islam realizada en Los Ángeles.
Elijah Muhammad es venerado como uno de los líderes
negros más influyentes del movimiento de derechos civiles.
Escribió varios libros, entre los que se podría mencionar Eat
to Uve [Como para vivir], que vendió millones de ejemplares.
Viajó extensamente y estableció vínculos con varios de los
países más importantes del mundo islámico. A pesar de sus
enseñanzas poco ortodoxas, fue aceptado y reconocido en
toda la comunidad islámica mundial.
Después de la muerte de Elijah Muhammad, en 1975 su
hijo y sucesor, Warith Deen Muhammad, intentó dar un ~iro
~ las enseñanzas doctrinales de la organización, afiliándose al
lslam ortodoxo. Esto provocó muchas discusiones internas y,
en 1977, el ministro, Louis Farrakhan, se separó de Warith
Deen Muhammad y continuó las enseñanzas de Elijah
9
Muhammad. Warith Deen Muhammad estableció la
Comunidad Mundial de Al, Islam en occidente (luego llama,
da la Misión Musulmana Americana). Casi veinticinco años
después de su separación, el ministro Farrakhan y Warith
Deen Muhammad se reconciliaron en la Celebración del Día
del Salvador de la Nación del Islam del año 2000. El minis,
tro Farrakhan dijo en su exposición: «El imán [Warith Deen
Muhammad] y yo estaremos juntos hasta que nos llegue la
muerte, y trabajaremos juntos por la causa del islam, no solo
entre nuestra gente sino con el fin de establecerlo en Estados
Unidos».

¿QUÉ FACTORES SOCIALES PROPICIARON LA


EMERGENCIA DE UN MOVIMIENTO ISLÁMICO
DE LAS COMUNIDADES NEGRAS?
La distinción filosófica entre el cristianismo de las comu,
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL ISLAM DE LA COMUNIDAD NEGRA 243

tos del islam: «Los amonesto a temer a Dios y a obedecer a


mi sucesor, aunque sea un esclavo negro»ll. Además, muchos
de los acólitos y hombres de confianza del profeta
Muhammad eran africanos. Para algunos, esto hacía al islam
más atractivo que el cristianismo, que había defendido el trá~
fico de esclavos y que todavía se usaba para oprimir y dividir
en vez de ser un instrumento de unidad.
Es interesante la observación que realizó, allá por 1946, el
Dr. Buell Gallagher, presidente del City College de Nueva
York: «Hay señales de que el movimiento pan~islámico
podría endurecer sus posiciones y llegar a ser un nuevo nacio~
nalismo político, basado en la raza, lo que podría reemplazar
al islam como una hermandad internacional e interracial.
Uno de los imponderables del mañana sería que el espíritu
pan~islámico en ciernes madurara y unificara a todo el
mundo musulmán contra el resto del mundo»12.

¿POR QUÉ ATRAE EL MENSAJE DEL ISLAMISMO


ESPECIALMENTE A LOS HOMBRES AFROAMERI,
CANOS EN PARTICULAR?
La Nación del Islam promueve una filo..¡Sofía social que es
la que mejor representa las necesidades morales y espirituales
de los hombres afroamericanos. Según los hombres con que
he hablado, la Nación del Islam provee un sentimiento de
aceptación y de dignidad que no tiene nada que ver con el
estigma tradicional de los negros, y además permite que los
varones de color cuenten con un foro desde el cual desafiar
la paradoja del orden social de Estados Unidos. Mientras que
las iglesias cristianas negras han procurado trabajar con el
gobierno y crear redes con otras organizaciones, los musulma~
nes negros han promovido una filosofía de ayudarse solo entre
ellos, mientras cuestionan al gobierno en todo lo que pudiera
considerarse estadounidense. Por ejemplo, Mahmoud Abdul
Rauf se negó a ponerse de pie mientras se cantaba el himno
nacional durante un partido de la Asociación Nacional de
Baloncesto, y Muhammad Ali se negó a enlistarse en las
Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Daniel Pipes, direc~
tor del Foro del Medio Oriente, un comité de expertos sobre
el tema, refiere los sentimientos anti~estadounidenses de
Abdul Rauf, el expastor bautista que se convirtió al islam:
«Un hombre negro de veintisiete años, exbautista de
Mississippi, convertido al islam en 1991 [Abdul Rauf] ,
declaró que, como musulmán, no podía rendir honor a la
bandera de Estados Unidos, que el llamaba un "símbolo de
opresión y de tiranía". Continuó diciendo que la bandera
estaba en franca contradicción con su fe islámica: "Este país
tiene un largo historial de (opresión). No creo que nadie
pueda negar los hechos. No se puede estar a favor de Dios y
a favor de la opresión. Eso está bien claro en el Corán. El
islam es la única salida"» 13.

El hecho único más significativo en la historia del movi~


miento de las comunidades negras musulmanas fue la
Million~Man March [Marcha del Millón de Hombres] que
convocaba a los hombres afroamericanos a la unidad y a
«expiar» sus pecados pasados contra la comunidad. Fue una
convocatoria para que los hombres negros ocuparan su lugar
en la sociedad y se arrepintieran de haber descuidado sus
obligaciones. Pero la marcha también probó ser una gran
oportunidad para que el ministro Farrakhan acaparara la
atención nacional y promoviera su mensaje islámico. La
manifestación fue patrocinada principalmente por la Nación
del Islam, aunque también concitó el apoyo de miles de cris~
tianos que se sintieron atraídos por las ideas de expiación y
de identidad. Aunque algunos críticos han dicho que la mar~
cha no fue más que una muestra de fuerza islámica, el minis~
tro Farrakhan logró unificar las diversas manifestaciones de
la personalidad afroamericana.
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL ISLAM DE LA COMUNIDAD NEGRA 247

comunidades negras, la tendencia es hacia el Islam ortodoxo.


La población musulmana estadounidense ha aumentado sig-
nificativamente en los últimos diez años y un número sor-
prendente de cristianos blancos también se han convertido a
esta religión. El éxito manifiesto del Islam, en países tradicio-
nalmente cristianos, como Indonesia y Egipto, favorece la
teoría de la viabilidad del sistema islámico en movimientos
de liberación nacional. Las investigaciones posteriores al
atentado terrorista delll de setiembre de 2001 han revelado
que una porción significativa del mundo islámico es de ori-
gen africano o afroamericano. Según un artículo publicado
en la revista Christianity Today, la mayoría de los estadouni-
denses convertidos al Islam, entre ochenta y cinco y noven-
ta por ciento, eran afroamericanos. 15 Según Cad Ellis, exper-
to en Islamismo de las comunidades negras, una de cada
quince personas de color se identifican como musulmanas, y
hay aproximadamente dos millones seiscientos mil afroame-
ricanos musulmanes en los Estados Unidos de América. 16

¿TIENEN LOS MUSULMANES NEGROS UNA IDEA


ERRÓNEA ACERCA DE LA FE CRISTIANA?
~

Los conceptos errados que los musulmanes negros tienen


acerca de Cristo se asemejan a los de los musulmanes ortodo-
xos. Primero, un cristiano debería poder probar que su creen-
cia no es una religión exclusiva del hombre blanco. El cris-
tiano debería estar preparado para defender la inerrancia de
la Biblia, y la deidad de Cristo y su señorío. El cristiano que
testifica a un musulmán negro debería estar preparado para
un diálogo extenso pero también debería sentirse tranquilo,
porque a los musulmanes negros se les enseña a ser respetuo-
sos y cordiales. Están familiarizados con la Biblia y a menudo
harán referencias a pasajes bíblicos en particular. El cristiano
también debería ser capaz de destacar los versículos y pasajes
bíblicos que representan la universalidad del mensaje del
evangelio. Por último, la motivación del cristiano para acer-
carse a los musulmanes negros debería ser hacerse amigos de
ellos, más que el mero afán de ganar un debate teológico. Un
testimonio eficaz de Jesucristo, a un musulmán negro, impli-
ca que el cristiano esté dispuesto a ser cambiado por la rela-
ción en el mismo grado que el cristiano espera que el musul-
mán negro cambie al aceptar la fe cristiana. En el intercam-
bio de ideas con los musulmanes, el cristiano tomará con-
ciencia de cómo opera este mundo y el musulmán conocerá
la gracia redentora de Jesucristo. No conozco de ningún
musulmán negro que haya aceptado a Jesucristo en el primer
encuentro. Sin embargo, algunos de los cristianos más com-
prometidos que conozco fueron antes de su conversión
miembros de la N ación del Islam.

¿RECONOCE EL ISLAMISMO DE LAS COMUNIDA~


DES NEGRAS LA DEIDAD DE JESUCRISTO?
Con respecto a Jesucristo, el movimiento islámico de las
comunidades negras tiene ideas similares al Islam ortodoxo.
Para el musulmán negro, Jesús fue un profeta, pero de ningún
modo era divino y no murió en una cruz. A partir del Santo
Corán Sharrieff (traducido al inglés por Maulvi Muhammad
Ali), la Nación del Islam ha desarrollado un relato diferente de
la crucifixión de Jesús. En palabras de Elijah Muhammad:
«Nadie después de la muerte ha ido a otro lugar que aquel
donde lo llevaron. No hay ningún cielo ni infierno salvo el que
tú o yo tengamos en la Tierra, y Jesús no fue ninguna excep-
ción. Su cuerpo todavía está en el Paraíso y allí se quedará».
Según Elijah Muhammad, las personas negras no deberían
reconocer la deidad de Cristo, su nacimiento virginal, la inmu-
tabilidad de la Biblia, o las doctrinas del Nuevo Testamento.
Para él, la Biblia y especialmente la versión más antigua, es un
«veneno» y un engaño para confundir al pueblo elegido de
Dios. También dice que el término cristianismo fue inventado
PREGUNTAS DIFlclLES ACERCA DEL IsLAM DE LA COMUNIDAD NEGRA 251

cristianos; ellos son amigos entre sí. Aquel que se haga amigo
de ellos es uno de ellos. Dios no guía al pueblo de los malva-
dos».
Si las intenciones del ministro Farrakhan son fieles al
Islam, su meta es propagarlo y no luchar solo por la causa de
los derechos civiles. Muchas personas se sienten atraídas por
la Nación del Islam por el uso que hace de los textos cristia-
nos y por su éxito manifiesto entre la comunidad negra. Pero
basta un examen del contexto para hacer evidente que este
ministro y otros musulmanes negros tuvieron mucho contac-
to con la iglesia durante los primeros tiempos y ahora exhi-
ben un entendimiento erróneo de la fe cristiana, aprove-
chándose de eso para seducir a los incautos, muchos de los
cuales son cristianos con antepasados africanos.
La meta de Satanás es explotar los anhelos de las personas
y, mediante estratagemas y sensacionalismo, arrastrar a los
cristianos a las tinieblas. Satanás también se aprovecha de la
ignorancia, las emociones, incluso de nuestras pasiones. Los
cristianos harían bien en recordar que los lazos que los unen
a Cristo son más fuertes que cualquier afiliación de raza,
nación o afinidad política (cf. Mateo 10:37). Jesús mandó a
su iglesia que fuera luz para la comunidad' (cf. Mateo 5: 14-
16) y que se mantuviera fiel a su fe (cf. Apocalipsis 2-3). No
importa lo bien que una persona verbalice un mensaje; la
verdad de este debería confrontarse con las afirmaciones de
Jesucristo. La muerte de Cristo fue el gesto de amor más gran-
de de la historia. Creó la unidad más fuerte posible dentro del
amplio campo de diversidad. Su sacrificio otorgó la medalla
de honor más importante al más humilde de los pueblos.
¿CÓMO PODRÍA LA IGLESIA EVANGELIZAR A
LOS MUSULMANES NEGROS?
La primera iglesia no estuvo exenta de conflictos raciales.
Sin embargo, el problema se resolvió asignando siervos que
pudieran ministrar a diversos grupos de personas. Fueron hom~
bres sensibles a las necesidades, a quienes el Espíritu Santo usó
para administrar la igualdad entre los miembros de la iglesia. La
única solución para las diferencias entre los judíos y los grie~
gos era la equidad. Se requiere lo mismo cuando considera~
mos la situación lamentable que existe entre los cristianos
negros y blancos.
Antes de que la iglesia se lance a predicar a los musulmanes
negros, debería procurar sanar la brecha que existe entre los
cristiano~ negros y blancos en los Estados Unidos. Esto no
podrá suceder hasta tanto que los negros y blancos tengan las
I mismas necesidades. Las organizaciones como la Nación del
Islam y el partido de las Panteras Negras serán necesarias mien~
tras las iglesias blancas no consideren que el racismo, la pobre~
za y la desigualdad en la educación sean temas tan importantes
como el aborto y la homosexualida& Las iglesias blancas debe~
rían procurar tener relaciones saludables con las negras para
que, ambos grupos, puedan aprender unos de otros, antes que
un grupo sea mero beneficiario de los servicios del otro grupo.
Esto establecería un precedente dentro de la comunidad que
permitiría cultivar relaciones con otras organizaciones no cris~
tianas. Una vez que las iglesias blancas y negras hayan envaina,
do las espadas divisorias, deberían unirse colectivamente para
entablar un diálogo con las organizaciones islámicas, para dis~
cutir los problemas de la raza y para hacer un esfuerzo de buena
fe que permita reconstruir la comunidad negra. La reconcilia~
ción no es algo puntual que pasa solo una vez, sino que es la
intención de crear una cultura nueva, en cierto sentido una
contracultura, que no tenga nada que ver con las divisiones
provocadas por el orden social anterior.
CAPÍTULO UNO:
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE DIOS
Norman L. Geisler, God, Baker Encyclopedia of Christian
Apologetics [Dios, Enciclopedia Baker de Apologética
Cristiana], Baker, Grand Rapids, MI, EE.UU., 1999.
Norman L. Geisler y Ronald M. Brooks, When Skeptics Ask:
A Handbook of Christian Evidences [Cuando los escépticos pre-
guntan: un manual de evidencias cristianas], Baker, Grand
Rapids, MI, EE.UU., 1995.
www.impactapologetics.com, www.normgeisler.com

CAPÍTULO DOS
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA MALDAD
Norman L. Geisler, Evil, Baker Encyclopedia of Christian
Apologetics [La maldad, Enciclopedia Baker de Apologética
Cristiana] Baker, Grand Rapids, MI, EE.UU., 1999.
_ _ _ , «God and the Problem of Evil» [Dios y el
problema de la maldad], «lf God, Why Evil?» [Si Dios exis-
te, ¿por qué existe la maldad?], «The Problem ofEvil» [El
problema de la maldad], «What about Evil?» [¿Y qué pasa
con la maldad?], estas grabaciones en inglés pueden ser
adquiridas en el sitio de Norman Geisler:
www.normgeisler.com
_ _ _ , Philosophy of Religion [La filosofía de la religión],
Baker, Grand Rapids, MI, EE.UU., 1989. Este libro está ago-
tado, pero se pueden adquirir ejemplares encuadernados en
el sitio de internet de Norman Geisler:
www.normgeisler.com
_ _ _ , The Roots of Evil [Las raíces de la maldad],
Probe, Dallas, TX, EE.UU., 1989. Este libro está agotado,
pero se pueden adquirir ejemplares encuadernados en el sitio
de internet de Norman Geisler: www.normgeisler.com
255
Norman L. Geisler y Ronald M. Brooks, "Questions about Evil" ,
[Preguntas acerca de la maldad]. Capítulo 4, "When Skeptics
ask" [Cuando los escépticos preguntan], Baker, Grand
Rapids, Mi, EE.UU., 1995
Gary Habermas, «Atheism and Evil: A Fatal Dilemma»
[El ateísmo y la maldad: un dilema fatal], grabación en
inglés que se puede adquirir en el sitio de Norman Geisler:
www.normgeisler.com
C.S. Lewis, Una pena observada, Editorial Andrés Bello, Santiago
de Chile, Chile, 2001.
_ , El problema del dolor, Editorial Andrés Bello, Santiago de
Chile, 2001.
Ron Rhodes, <<ls Evil an Apologetic against Christianity?»
[¿Es la maldad una apología contra el cristianismo?], graba-
ción que se puede obtener del sitio web de Ron Rhodes:
www.ronrhodes.org
Rick Rood, «The Problem of Evil: How Can a Good God Allow
Evil?» [El problema del mal: ¿cómo puede un Dios bueno
permitir la maldad?], 1996. Sitio web de Ministerios Probe:
www.probe.org
Dan Story, Defending Your Faith [Defendiendo tu fe], Nelson,
Nashville, TN, EE.UU., 1992.
Philip Yancey, Desilusión con Dios, Editorial Vida, EE.UU., 1990.
_ _ , Where Is God When It Hurts? [¿Dónde está Dios cuando
sufrimos?], Gran Rapids, MI, EE.UU., 2001.

CAPÍTULO TRES
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA CIENCIA
Michael Behe, Darwin's Black Box [La caja negra de Darwin],
Free Press, Nueva York, EE.UU., 1996.
Michel Denton, Evolution: A Theory in Crisis [La evolución: una
teoría en crisis], Adler & Adler, Bethesda, MD, EE.UU.,
1985.
Phillip E. Jonson, Darwin on Trial [Darwin sometido a juicio],
InterVarsity Press, Downer's Grove, IL, EE.UU., 1991.
256
RECURSOS PARA PROFUNDIZAR EN LOS TEMAS 259

Thomas L. Youngblood y Sandra P. Aldrich, The Bible


Encounters: 21 Stories of Changed Lives [Encuentros bíblicos:
veintiún historias de vidas transformadas], Zondervan,
Grand Rapids, MI, EE.UU., 2002.

CAPÍTULOS OCHO Y NUEVE


PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL HINDUIS ..
MO y LA MEDITACIÓN TRASCENDENTAL

David K. Clark y Norman L. Geisler, Apologeties in the New Age:


A Christian Critique of Pantheism [Apologética en la Nueva
Era: una crítica cristiana del panteísmo], Baker, Grand
Rapids, MI, EE.UU., 1990.
Norman L. Geisler, False Gods of Our Time [Los dioses falsos de
nuestro tiempo], Harvest House, Eugene, OR, EE.UU.,
1985.
Douglas R. Groothuis, Confronting the New Age [Enfrentando la
Nueva Era], InterVarsity Press, Downers Grove, IL, EE.UU.,
1988.
_ _ _, Revealing the New Age }esus [La revelación del Jesús de
la Nueva Era], InterVarsity Press, Downers Grove, IL,
EE.UU., 1990.
_ _ _ , Unmasking the New Age [La Nueva Era desenmascara
da]' InterVarsity Press, Downers Grove, IL, EE.UU., 1986.
Os Guinness, The Dust of Death: The Sixties Countereulture and
How It Changed Ameriea Forever [El polvo de la muerte: la
contracultura de los años sesenta y cómo cambió EE. Uu.
para siempre], edición revisada, Crossway, Wheaton, IL,
EE.UU., 1994.
Christmas Humphreys, The Buddhist Way of Life [La vida budis
ta], HarperCollins, Nueva Delhi, India., 1993.
Michael Friedly, Maleolm X: The Assassination [Malcolm X: el
asesinato], Carroll & Graf / R. Gallen, Nueva York, NY,
EE.UU., 1992.
259
260 i H I ! n e~ ¡ ~ " ~ I ~ P

David L. Johnson, A Reasoned Look at Asian Religions


[Una mirada razonada a las religiones asiáticas], Bethany
House, Minneapolis, MN, EE.UU., 1985.
Myrtle Langley, World Religions [Religiones del mundo],
reimpresión, ChariotNictor, Wheaton, IL, EE.UU., 1993.
C.S. Lewis, cristianismo y nada más, Editorial Caribe, Miami,
FL, EE.UU., 1977.
_ , El problema del dolor, Editorial Andrés Bello, Santiago
de Chile, Chile., 2001.
Vishal Mangalwadi, When the New Age Gets Old
[Cuando la Nueva Era envejece], segunda edición,
InterVarsity Press, Downers Grove, IL, EE.UU., 1992.
Josh McDowell y Don Stewart, Handhook of Today's Religions
[Manual de las religiones de hoy], Nelson, Nashville, TN,
EE.UU., 1983.
Elliot Miller, A Crash Course on the New Age Movement [Un
curso relámpago sobre el movimiento de la Nueva Era],
Baker, Grand Rapids, MI, EE.UU., 1993.
Paul C. Reisser, Teri K. Reisser y John Weldon, New Age
Medicine [Medicina de la Nueva Era], InterVarsity Press,
Downers Grove, IL, EE.UU., 1987.
Ron Rhodes, The Challenge of the Cults and New Religions
[El reto de los cultos y las nuevas religiones], Zondervan,
Grand Rapids, MI, EE.UU., 2001.
Francis A. Schaeffer, Complete Works [Obras completas], cinco
vols, segunda edición, Crossway, Wheaton, IL, EE.UU.,
1985.

CAPÍTULO DIEZ
PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DEL ISLAM DE LA
COMUNIDAD NEGRA
Edgard Blyden, Christianity, Islam and the Negro Race
[cristianismo, Islam y la raza negra], Black Classic Press,
Baltimore, MD, EE.UU., 1994.
Capítulo uno
Preguntas difíciles acerca de Dios.
1. Por supuesto, la cantidad efectiva de energía permanece cons~
tante; solo la cantidad disponible disminuye.
2. Robert }astrow, God and the Astronomers [Dios y los astróno~
mos], W.W. Norton, Nueva York, EE.UU., 1978, pp. 15~16.
3. David Hume, The Letters of David Hume [Cartas de David
Hume], vol. 1, ed. }.Y.T. Greig, Clarendon, Oxford, Inglaterra,
1932, p. 187.
4. ,Enquiry Conceming Human Understanding,
[Investigación sobre el entendimiento humano], ed. Chas. W.
Hendel, Liberal Arts, Nueva York, NY, EE.UU. 1955, pp. 165~
166.
5. C.S. Lewis, La abolición del hombre, Editorial Andrés Bello,
Santiago de Chile, Chile., 2000 (p. 69 del original en inglés).
6. _ , El problema del dolor, Zondervan/HarperCollins, 2006
(p. 120 del original en inglés).

Capítulo dos
Preguntas difíciles acerca de la maldad
1. Citado por Lee Strobel, «Why Does God Allow Suffering?»
[«¿Por qué permite Dios el sufrimiento?»], predicación en la
iglesia Saddleback Valley Community Church, El Toro,
California, 26 de febrero de 2000.
2. Ken Boa y Larry Moody, I'm Glad You Asked [Qué bien que
hayas preguntado], Victor, Colorado Springs, Co, EE.UU.,
I
1994, p. 129.
3. Norman L. Geisler, Baker EncycloPfdia of Christian Apologetics
[Enciclopedia Baker de Apologética Cristiana], Baker, Grand
Rapids, MI, EE.UU., 1991, p. 220.
263
4. Ibid, p. 220.
5. Millard J. Erickson, Introducing Christian Doctrine [Introducción
a la doctrina cristiana], Baker, Grand Rapids, MI, EE.UU.,
1996, pp. 138-39.
6. Ibid, p. 139.
7. Norman L. Geisler y Ronald M. Brooks, When Skeptics Ask
[Cuando los escépticos preguntan], Victor, Wheaton, IL,
EE.UU., 1990, pp. 59-60.
8. Ken Boa y Larry Moody, I'm Glad You Asked [Qué bien que
hayas preguntado], Victor, Colorado Springs, Co, EE.UU.,
1994, p. 122.
9. Citado en Erickson, Introducing Christian Doctrine [Introducción
a la doctrina cristiana], pp. 138-139.
10. Robert Morey, The New Atheism and the Erosion of Freedom [El
nuevo ateísmo y la erosión de la libertad], Bethany House,
Minneapolis, MN, EE.UU., 1986, p. 153.
11. Ibid, p. 153.
12. Paul E. Utde, Know Why You Believe [Sepa por qué cree],
InterVarsity Press, Downers Grove, IL, EE.UU., 1975, p. 81.
13. Ibid, p. 81.
14. Norman L. Geisler y Ronald M. Brooks, When Skeptics Ask
[Cuando los escépticos preguntan], Victor, Wheaton, IL,
EE.UU., 1990, p. 73.
15. Paul E. Utde, Know Why You Believe [Sepa por qué cree],
InterVarsity Press, Downers Grove, IL, EE.UU., 1975, p. 87
16. Ken Boa y Larry Moody, I'm Glad You Asked [Qué bien que
hayas preguntado], Victor, Colorado Springs, Co, EE.UU.,
1994, p. 131.
17. Norman L. Geisler y Jeff Amanu, Evil, New Dictionary of
Theology [La maldad, Nuevo Diccionario de teología], ed.,
Sinclair B. Ferguson y David E Wright, InterVarsity Press,
Downers Grove, IL, EE.UU., p. 242.
18. Rick Rood, «The Problem of Evil: How Can a Good God
NOTAS 267

Capítulo tres
Preguntas difíciles acerca de la ciencia
1. Andrew Dickson White, A History of the Warfare of Science with
Theology in Christendom [Una historia de la guerra entre la cien-
cia y la teología en el mundo cristiano], 2 vols., reimpresión,
Dover, Nueva York, NY, EE.UU., 1960.
2. Charles B. Thaxton y Nancy R. Pearcey, The Soul of Science [El
alma de la ciencia], Crossway, Wheaton, IL, EE.UU., 1994.
3. Loren Eiseley, «Francis Bacon», in The Horizon Book of Makers
of Modem Thought [«Francis Bacon», El libro de horizontes de
los creadores del pensamiento moderno], American Heritage,
Nueva York, N.Y, EE.UU., 1972, pp. 95-96.
4. Loren Eiseley, Darwin's Century [El siglo de Darwin], Doubleday,
Garden City, NY, EE.UU. 1961, p. 62.
5. Freeman J. Dyson, «Is God in the Lab?» [¿Está Dios en el labora-
torio?], The New York Review of Books, 28 de mayo de 1998, p. 8.
6. c.P. Snow, «The Two Cultures», The Two Cultures and a Second
Look «Las dos culturas y una segunda mirada», Cambridge
University Press, Cambridge, EE.UU., 1969.
7. Victor Weisskopf, «Frontiers and Limits of Science» [Fronteras
y límites de la ciencia],· Alexander van Humboldt Stiftung:
Mitteilunger 43, marzo 1984, p. 1-11; cf. un documento similar
por el mismo autor en American Scientist 65, 1977, p. 405.
8. John Barrow y Frank Tipler, The Anthropic Cosmological Principle
[El principio cosmológico antrópico], Clarendon,· Oxford,
Grand Bretaña., 1986, p. 442.
9. Quentin Smith, «The Uncaused Beginning of the Universe»
[El principio no causal del universo] en William Lane Craig y
Quentin Smith, Theism, Atheism, and Big Bang Cosmology,
[Teísmo, ateísmo y la cosmología de la Gran Explosión]
Clarendon, Oxford, Gran Bretaña., 1993, p. 120.
10. Arthur Eddington, The Expanding Universe [El universo en
expansión], Macmillan, Nueva York, NY, EE.UU., 1933, p.
124.
NOTAS 269

23. ]ohn C. Polkinghorne, Serious Talk: Science and Religion in


Dialogue [Hablando en serio: diálogos entre la ciencia y la reli~
gión], SCM Press, Londres, Gran Bretaña., 1996, p. 6.
24. Debo esta observación al filósofo de la ciencia Robin Collins.
25. Ludwig Botzmann, Lectures on Gas Theory [Presentaciones
sobre la teoría del gas], trad. por Stephen G. Brush, University
of California Press, Berkeley, CA, EE.UU., 1964, pp. 446~48.
26. Fred Hoyle y Chandra Wickramasinghe, Evolution from Space
[Evolución desde el espacio], Simon & Schuster, Nueva York,
NY, EE.UU., 1981, p. 24.
27. Charles B. Thaxton, Walter L. Bradley y Roger Olsen, The
Mystery of Life's Origin [El misterio del origen de la vida1,
Philosophical Library, Nueva York, NY, EE.UU., 1984.
28. Francis Crick, «In the Beginning ... » [En el principio ... ],
Scientific American, febrero de 1991, p. 125.
29. Nathan Aviezer, In the Beginning [En el principio] Katv
Publishing House, Hoboken, NJ, EE.UU., 1990.
30. Phillip E. ]onson, Darwin on Trial Uuicio a Darwinl,
Intervarsity Press, Downer's Grove, IL, EE.UU., 1991. El
movimiento de diseño inteligente, cuyos líderes incluyen
William Dembski, Stephen Meyer, Paul Nelson, Michael Behe
y Jonathan Wells, recalca la necesidad de un agente inteligen~
te detrás de la complejidad biológica, sin pronunciarse sobre
las cuestiones del intervencionismo (creacionismo) y el teísmo
(Dios).
31. Michael Denton, Evolution: A Theory in Crisis [La evolución:
una teoría en crisis], Arlet & Adler, Bethesda, MD, EE.UU.,
1985, cap. 8 y 9.
32. Barrow y Tipler, The Anthropic Cosmological Principle [El prin~
cipio cosmológico antrópico], pp. 561-65.
33. Ibid, p. 133.
34. Michael Behe, Darwin's Black Box (La caja negra de Darwin],
Free Press, Nueva York, NY, EE.UU., 1996.
270 ¿Wín n¡D R DIDS?

35. La respuesta de Behe a los críticos puede leerse en Michael


Behe, «The Modern Intelligent Design Hypothesis: Breaking
Rules» [La hipótesis del diseño moderno inteligente: rompien-
do las reglas], Philosphia Christi 3, no. 1,2001, pp. 165-79.

Capítulo cuatro
Preguntas difíciles acerca de Cristo
1. Para una descripción de la evidencia específica que me conven-
ció de la deidad de Jesús, véase Lee Strobel, El caso de Cristo,
Editorial Vida, Miami, FL, EE.UU., 2000; y Lee Strobel, El caso
de la Fe, Editorial Vida, Míamí, FL, EE.UU., 2000.
2. Para una discusión más detallada de su enfoque, véase Michael J.
Wi1kins y J.P. Moreland, editores, Jesus Under Fire: Modern
Scholarship Reinvents the Historical Jesus Oesús bajo ataque: la aca-
demia moderna re inventa el Jesús histórico], Zondervan, Grand
Rapids, MI, EE.UU., 1995, en especial los capítulos 1 y 5.
3. Para una breve historia acerca de la distinción entre el Jesús de
la historia y el Cristo de la fe, véase Norman L. Geisler, 8aker
Encyclopedia of Christian Apologetics [Enciclopedia Baker de
Apologética Cristiana] Baker, Grand Rapids, MI, EE.UU., pp.
141-42.
4. Richard N. Ostling, «Who was Jesus Christ?» [¿Quién fue
Jesucristo?], Time, 15 de agosto de 1988.
5. Lee Strobel, El caso de Cristo, Editorial Vida, Miami, FL,
EE.UU., 2000, pp. 26-27.
6. Irineo, Adversus haereses 3.3.4.
7. Hank Hanegraaff, «The Search for Jesus Hoax» [El engaño de
la búsqueda de Jesús]' Christian Research Journal 23, no. 2
(2001), p. 14.
8. Citado en Lee Strobel, El caso de la Fe, Editorial Vida, Miami,
FL, EE.UU., 2000, p. 161.
9. Simon Greenleaf, The Testimony of the Evangelists [El testimonio
de los evangelistas], Baker, Grand Rapids, MI, EE.UU., 1994, viL
25. Citado en John N. Akers, John H. Armstrong, y John D.
Woodbridge, editores generales, This We Believe [Esto cree-
mos], Zondervan, Grand Rapids, MI, EE.UU., 2000, p. 64.
26. William Lane Craig, The Son Rises: Historical Evidence for the
Resurrection of ]esus [La resurrección del Hijo: evidencia histó-
rica de la resurrección de Jesús]' Moody Press, Chicago, IL,
EE.UU., 1981, p. 140.
27. Citado por Akers, Armstrong y Woodbridge, This We Believe
[Esto creemos], p. 65.
28. Citado en (lbid, p. 64).
29. Citado por Lee Strobe1, El caso de Cristo Editorial Vida,
Miami, FL, EE.UU., 2000, p. 182.
30. Citado en (lbid, p. 154).
31. Citado en (Ibid, pp. 156-157).
32. Citado en (lbid, pp. 157-158).
33. William Lane Craig, Reasonable Faith [Una Fe razonable], edi-
ción revisada, Crossway, Wheaton, IL, EE. Uu., 251.
34. Citado por Lee Strobel, El caso de Cristo, Editorial Vida,
Miami, FL, EE.UU., 2000, p. 156.
35. James D.G. Dunn, ]esus and the Spirit Oesús y el Espíritu] SCM
Press, Londres, Gran Bretaña, 1975, p. 60, citado por Craig,
Reasonable Faith [Una fe razonable], p. 250.
36. Royce Gruenler, New Approaches to ]esus and the Gospels
[Nuevas aproximaciones a Jesús y a los Evangelios], Baker,
Grand Rapids, MI, EE.UU., 1982, p. 74.

Capítulo cinco
Más cuestionamientos difíciles acerca de Cristo
1. John Stott, cristianismo básico, p. 26.
2. Carl Sagan, Cosmos, Ballantine, Nueva York, NY, EE.UU., 1993,
p.4.
3. Charles Temp1eton, Farewell to God [Despedida a Dios],
McC1elland & Stewart, Toronto, Canadá, 1996, p. 21.
NOTAS 275

29. Norman L. Geisler, Baker Encyclopedia of Christian Apologetics


[Enciclopedia Baker de Apologética Cristiana], Baker, Grand
Rapids, MI, EE.UU., 1991, p. 611.
30. Norman L. Geisler y Ronald M. Brooks, When Skeptics Ask
[Cuando los escépticos preguntan], Victor, Wheaton, IL,
EE.UU., 1990, pp. 114-115.
31. Véase Peter W. Stoner, Science Speaks [La ciencia se pronun-
cia], Moody Press, Chicago, IL, EE.UU., 1969.
32. Citado por Lee Strobel en El caso de Cristo, Editorial Vida,
Miami, FL, EE.UU., 2000, p. 213.
33. Citado en (Ibid, p. 214).
34. Citado en (Ibid, p. 157).
35. Norman L. Geisler, Baker Encyclopedia of Christian Apologetics
[Enciclopedia Baker de Apologética Cristiana], Baker, Grand
Rapids, MI, EE.UU., 1991, p. 615.
36. Citado por Ruth Rosen, ed., }ewish Doctors Meet the Great
Physician [Los doctores judíos conocen al gran médico], Purple
Pomegranate, San Francisco, CA, EE.UU., 1997, p. 34.
37. Gary Habermas y Anthony Flew, DidJesus Rise from the
Dead? [¿Resucitó Jesús de entre los muertos?], Harper & Row,
San Francisco, CA, EE.UU., 1987, xi.
38. Citado por Ross Clifford, ed., The Case for the Empty Tomb:
Leading Lawyers Look at the Resurrection [El caso del sepulcro
vacío: destacados abogados estudian la resurrección],
Albatros, Claremont, CA, EE.UU., 1991, p. 112.
39. Citado por William D. Edwards et al., «On the Physical
Death of Jesus Christ» [Acerca de la muerte física de
Jesucristo], }ournal of American Medical Association, 21 de
marzo de 1986, p. 1463.
40. John A.T. Robinson The Human Face of God [El rostro
humano de Dios], Westminster, Philadelphia, EE.UU., 1973,
p. 131; citado por William Lane Craig en Will the Real Jesus
Please Stand Up: A Debate Between William Lane Craig and
}ohn Dominic Crossan [¿Podría el verdadero Jesús ponerse de
pie?: un debate entre William Lane Craig y John Dominic
Crossan], Baker, Grand Rapids, MI, EE.UU., 1998, p. 27.
41. Citado por Wilkins y Moreland, }esus Under Fire Oesús bajo
ataque], p. 165.
42. Citado por Lee Strobel en El caso de Cristo, Editorial Vida,
Miami, FL, EE.UU., 2000, p. 230.
43. John Drane, Introducing the New Testament [Introducción al
Nuevo Testamento], Harper & Row, San Francisco, CA,
EE.UU., 1986, p. 99.
44. Véase Lee Strobel, El caso de Cristo, Editorial Vida, Miami, FL,
EE.UU., 2000, p. 242.
45. Citado en (Ibid, p. 255-256).
46. Véase (Ibid, p. 272).
47. Véase (Ibid, p. 276-278).
48. Citado oir (Ibid, p. 140-141).
49. Carl Braaten, History and Hermeneutics [Historia y
Hermenéutica], vol 2 de New Directions in Theology Today, ed.
William Hordem, Westminster, Philadelphia, EE.UU., 1966,
p.78.
50. J .P. Moreland, Scaling the Secular City [Reto a la ciudad secu-
lar], Baker, Grand Rapids, MI, EE.UU., 1987, pp. 179-180.
51. CRD. Moule, The Phenomenon of the New Testament [El fenó-
meno del Nuevo Testamento], SCM, Londres, Gran Bretaña,
1967, p. 3.
52. Citado por John N. Akers, John H. Armstrong, y John D.
Woodbridge, editores generales, This We Believe [Esto creemos],
Zondervan, Grand Rapids, MI, EE.UU., 2000, pp. 108-9.

Capítulo seis
Preguntas difíciles acerca de la Biblia
1. Véase Norman L. Geisler y William E. Nix, A General
Introduction to the Bible [Introducción general a la Biblia],
Moody Press, Chicago, IL, EE.UU., 2000, parte 1.
NOTAS 279

2. Véase en (Ibid, «Biblia, evidencia a favor de»).


3. En el contexto de esta referencia a los «setenta años» (Daniel
9:2), Daniel predijo que «el Ungido» (el Mesías) sería cortado
(moriría) después de poner «fin a sus transgresiones y pecados,
pidan perdón por su maldad, establezcan para siempre la justi-
cia, sellen la visión y la profecía» (v. 24). El tiempo para esto
debía ser 483 años después del mandato de reconstruir Jerusalén
(dado en los años 445-444 a.C). Pero se tratan de años judíos
lunares, de 360 días (meses de 30 días multiplicados por 12). Por
lo tanto, si se multiplican los cinco días restantes por 483,
habría que agregar seis años más a 477 (444 a.c. más 33 años
d.C.), lo que equivale a 483 años. Esto es precisamente el año
33 d.C., el año en que Jesús murió en Jerusalén.
4. Véase «Profecía, prueba de la Biblia» de Norman L. Geisler,
Baker Encyclopedia af Christian Apalogetics [Enciclopedia Baker
de Apologética Cristiana], Baker, Grand Rapids, MI, EE.UU.,
1991.
5. Ruth Montgomery, A Gift af Prophecy [Un don de profecía],
Morrow, Nueva York, NY, EE.UU., 1965, viii.
6. Véase «Nostradamus» en Norman L. Geisler, Baker Encyclopedia af
Christian Apologetics [Enciclopedia Baker de Apologética Cristiana],
Baker, Grand Rapids, MI, EE.UU., 1991.
7. John Ankerberg, Cult Watch [Alerta sobre los cultos], Harvest
House, Eugene, OR, EE.UU., 1991, p. 340.
8. Citado por James Randi, The Mask af Nastradamus [La máscara
de Nostradamus], Prometheus, Amherst, MA, EE.UU., 1993,
p.31.
9. Citado por Andre Lamont, Nastradamus Sees Al! [Nostradamus
ve todo], W. Foulsham, Filadelfia, PA, EE.UU., 1943, p. 71.
10. Citado por Andre Lamont en (Ibid, p. 71).
11. Aunque el libro de Moisés enseña que hay un solo Dios, el
libro de Abraham afirma que hay muchos dioses. Una compa-
ración de los dos libros revela que el primero dice: «Yo, Dios»
o «Yo, Dios el Señor», mientras que el segundo afirma «los dio-
ses» o «ellos [los dioses]» (d. Moisés 2:1,10,25; 3:8 [un extrac-
280 i ijUI ¡" e ~ [a R u I a 51

to de varios capítulos de Génesis en la traducción de la Biblia


de )oseph Smith] con el libro de Abraham 4:3,10,25; 5:8). En
1844 Smith llegó a creer que «Dios mismo, que está sentado en
las alturas celestiales, es un hombre como cualquiera de nosotros,
ese es el mayor de los secretos ... Les diré cómo Dios llegó a ser
Dios ... Dios mismo; el Padre nuestro habitaba sobre una tierra
del mismo modo que Jesucristo habitó en esta ... Deben apren-
der cómo ser dioses ustedes mismos. Ningún hombre puede
aprender [sic] a ustedes más de lo que yo les he dicho» (citado por
John Taylor, ed. TImes and Seasons [Los tiempos y las estaciones]
(publicación periódica de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de
los Últimos Días), 5:613-14.
12. Para una discusión más detallada, véase Norman L. Geisler y
William E. Nix, A General Introduction to the Bible
[Introducción general a la Biblia], edición revisada y ampliada,
Moody Press, Chicago, IL, EE.UU., 2000, Segunda Parte.
13. Para esta y otras citas, véase Geisler y N ix, A General
Introduerion to the Bible [Introducción general a la Biblia]' cap.
16.
14. Ibid, cap. 16.
15. Roger Beckwith, The Old Testament Canon in the New
Testament Chureh and Its Background in Early Judaism [El canon
del Antiguo Testamento en la iglesia del Nuevo Testamento y
sus antecedentes en el judaísmo temprano], Eerdmans, Grand
Rapids, MI, EE.UU., 1986, p. 427.
16. Geisler y Nix, A General Introduction [Introducción general a
la Biblia], cap. 15.
17. Ibid, cap. 16 y 17.
18. Ibid, p. 431.
19. A algunos libros inspirados se los refiere con diferentes nom-
bres, pero están incluidos en los sesenta y seis libros inspirados
que conforman la Biblia. Estos incluyen: (1) las cartas de Elías
que aparecen en 2 Crónicas 21:12-15; (2) el contenido de los
registros de Samuel, Natán el profeta, y Gad el visionario (1
Crónicas 29:29), que son paralelos a 1 y 2 Samuel; (3) la
NOTAS 283

EE.UU., 1977 (pp. 38-39 del original en inglés).

Capítulo diez
Preguntas difíciles acerca del Islam de la comunidad negra
1. Cita de James Melvin Washington, ed. A Testament ai Hope:
The Essentíal Writíng ai Martín Luther King, fr. [Un testamento
de esperanza: escritos esenciales de Martin Luther King, Jr.],
Harper & Row, Nueva York, NY, EE.UU., 1986, pp. 54.55.
2. «Holy War: Rev. Fred Price is fighting the church over racism»
[Una guerra santa: el rev. Fred Price se enfrenta a la iglesia por
causa del racismo], Emerge, 31 de enero e 1999, p. 44. El texto
en inglés está disponible en el sitio www.elibrary.com.
3. James Cone, Gad af the Oppressed [El Dios de los oprimidos],
Orbis Books, Maryknoll. NY, EE.UU., 1997, pp. 49-50.
4. «En 1889, el autoproclamado Mahdi, mesías, de India, Mirza
Ghulam Ahmad, fundó el movimiento de Ahmadiyya. Ahmad.
No solo limitó su enseñanza al conocimiento social de India ni
América, también acentuó la necesidad para la unidad islámica
universal. Además fue el primero en organizar tal programa en
América».
5. The Muslim Almanac [El anuario musulmán], Gale Research
Group, Inc., Detroit, EE.UU., 1996.
6. Elijah Muhammad, The Histary af }esus' Birth, Death and What
1t Means to Yau [La historia del nacimiento y la muerte de Jesús
y 10 que esto significa para ti], Secretarius Memps Publications,
Atlanta, EE.UU., 1993.
7. «Creemos que Alá [Dios] se apareció en la persona de Master W.
Fard Muhammad, en julio de 1930; el largamente esperado
"Mesías" de los cristianos y el "Mahdi" de los musulmanes.
Creemos además y fundamentalmente que Alá es Dios y que
aparte de ÉL no hay otro Dios, y que él traerá un gobierno de
paz en el que todos podremos vivir en paz unos con otros». Esta
es la afirmación número doce de «Lo que los musulmanes
creen» que puede encontrarse en cualquier revista Final Call,
284 i ~ UI ¡ ~ CR ¡ ~ 8 OI OP

publicación del ministro Louis Farrakhan y la Nación del Islam


(http://finalcall.com) .
8. Véase, en particular, Adam Edgedy y Cad Ellis, «Emergence of
Islam in the African American Community» [La emergencia del
Islam en la comunidad afroamericana], texto disponible en inglés
en www. answering- Islam.org/ReachOut/emergente.html.
Véase también la entrevista a Cad Ellis, «How Islam Is
Winning Black America» [Cómo el Islam está ganando al nor-
teamericano negro] disponible en inglés en www.christianity-
today.com/ct/2000/004/27.52.html. Cad Ellis es un escritor de
renombre y fundador de Project Joseph, un ministerio dedica-
do a enfrentar el impacto que el Islam tiene hoy en la iglesia
negra.
9. «El Honorable Elijah Muhammad, estoy aquí para declarar, ha
resucitado. El Jesús que ustedes buscan y esperan su venida ha
estado en medio de ustedes desde hace cuarenta años, pero ustedes
no sabían quién era. Un Santo ha obrado entre nosotros y solo
ahora, después de su partida, nos damos cuenta quién era ...
»Cuando ustedes me rechazan [a Farrakhan] y se niegan a aceptar
esta verdad, están rechazando al Señor, el Salvador, el Mesías, y
el Libertador que buscan. Este Libertador es el Honorable Elijah
Muhammad» (citado en Tomas A. Landess y Richard M. Quinn,
Jesse Jackson and the Politics o[ Race Uesse Jackson y la política
racial], Jameson Books, Ottawa, IL, Canadá., 1985, p. 94).
10. Citado en Final Call, revista 19, no. 19.
11. El original es un fragmento de Mischat-al-Masabihj citado en
Edgard W. Blyden, Christianity, Islam and the Negro Race [El cris-
tianismo, el Islam y la raza negra], Black Classic Press, Baltimore,
MO, 1993j primera edición de 1888.
12. Buell Gallagher, Color and Conscience [Color y conciencia],
Harper & Bros., Nueva York, NY, EE.UU., 1946, p. 191.
13. Daniel Pipes, <<In Muslim America: A Presence and a
Challenge» [EE.UU. musulmán: una presencia y un desafío],
National Review, 21 de febrero de 2000 (véase
http://www.danielpipes.org/article/3 29).
14. Elijah Muhammad, The Supreme Wisdom: Solution to the So-
ínDl~( Uf lO~ V(H~í~UlO~ ~Ilnuu~
Génesis 37:24 .......... 55 Números
1-3 . . . . . . . . . . . . 42 37:28 .......... 55 55 16 ........... .164
1 ...... 203-83-197 45:5.. .. .. .. .. . 21:14 ..... 184-150
66 181 49:10 ..... 118-165 22:35 .......... 133
1:1 ....... -141 50:20 .......... 55 22:38 .......... 133
1-3............ Éxodo
1:6 ............ 141
1:11-13 ........ 82 3 ............ .137 Deuteronomio
1:11 ......... 82-81 4-12 ........... 171 4:2 ............ 136
1:11-20 ........ 81 4:5 ............ 164 6:4 ............ 172
1:31 ........... 40 4:30 .......... .136 13:1-3 ......... 169
2 ............. 87 9:13 ........... 139 17:6 .......... .154
2:24 .......... .140 9:16 ........... 139 18:10-11.. ... .170
3 ........ 203-41 22:18 .......... 170 18:15 .......... 133
3:4 ............ 146 24:4 ...... 144-154 18:18 ..... 136-144
3:15 ........... 165 Levítico 18:20-22 ....... 170
4 ............. 175 4:1 ............ 141 18:22 .......... 166
12:1-3 . .118-139-165 5:14 ........... 141 31:24 .......... 154
12:3 ........... 139 6:1 ............ 141 Josué
18:14 .......... 46 6:8 ............ 141 1:15 ........... 149
19:1-29 ....... .137 6:19 ........... 141 10:12 .......... 147
22:18 ..... 118-165 7:22 ........... 141 10:13 .. 149-150-184
37:1-11 ....... .137 12 ............ 141 24:26 .......... 154
37:4 ........... 55 19:26 .......... 170
37:5 ........... 55 19:31 .......... 170
37:8 ........... 55 20:3 ........... 141
37:11 .......... 55 20:6 ........... 170
37:20 .......... 55
287
1 Samuel 4:2 ............ 146 119 ........... 44
3 ............ .137 9:25 ........... 151 119:11 ......... 206
10:10-12 ....... 133 12:15 .......... 184 136 ........... 181
10:25 ......... .154 20:6 ........... 46 136:1 .......... 49
19:20 .......... 133 22:2 .. , ........ 151 139:1-6 ........ 181
2 Samuel 24:20-22 ...... .175 145:8-9 ........ 49
7:12-16 ........ 118 34:14 ......... .143 147:5 ..... 181-46

7:12-13 ........ 165


Proverbios
23:2 ... 133-134-144 Job
38:7 ........... 146 16:33 .......... 137
22:15 .......... 45
1 Reyes
23:13 .......... 45
3:5 ............ 134 Salmos
4:26 ........... 151 1:2 ............ 206 26:4 ........... 35
30:5-6 ........ .138
11 :41 .......... 184 2:1. . . . . . . 140- 147
12:22 .......... 135 2:7-8 ......... .165 30:6 ...... 133-134
14:18 .......... 135 2:7 ........... .140
Isaías
18 ............ 164 6:6 .... 146-148-135
1:1 ............ 141
18:36 .......... 133 8 ............. 137
1:11 .......... .141
8:5-8 .......... 203
1:18 ........... 141
2 Reyes 16:10 ..... 119-140
1:24 ...... , ... .141
8:26 ........... 151 16:11 ......... .165
2:1 ............ 141
9:1 ............ 133 19:1-6 ....... , .137 7:14 ...... 118-165
22:16 .......... 118
14:12-14 ....... 206
23 ............ 148
1 Crónicas 14:27 .......... 46
27:4 ........... 227
16:34 ... '" .... 49 35:5-6 ......... 111
2929 34:8 ........... 195
: .......... 150 30:10 .......... 136
68:18 .......... 119
40:3 ., ......... 118
110:1 .......... 119
2 Crónicas 42:19 .......... 136
118:22 ......... 118
4 ............. 148
118:29 ......... 49
ÍNDICE DE LOS VERSÍCULOS CITADOS 291

Hechos 3:2 ....... 141-182 2 Corintios


1-5 ........... .124 5:5 ....... 201-214 1:8 ........... .149
1:1 ....... 157-149 5:12 ........... 42 3:18 ........... 207
1:8 ............ 180 6:23 ........... 33 4:6 ............ 129
1:18 ..... , ..... 185 8:18 ........... 54 4:17 ........... 54
2:22 ........... 164 8:20-22 ........ 42 5:8 ............ 53
2:42 ...... 179-145 8:28 ........... 54 5:21.. .... 34-153
4:24-25 ........ 140 9:2 ............ 149 10:4-5 ......... 207
4:24 .......... .140 9:17 .......... .139 11:13 ......... .179
4:25 ...... 140-147 13:1-7 ......... 44 11:14 .......... 186
5:9-11 ......... 180 12:12 . .164-171-180
5:12 ........... 180 1 Corintios
6:6 ............ 180 1:14-16 ....... .149 Gálatas
8:15-19 ........ 180 2:10 .......... .196 1:8-9 .......... 233
8:18 ........... 180 2:13 .: .... 142-143 1:8 ....... 170-186
9:7 ........... .185 8:4 ........... .172 3:1 ........... .149
10 ............ 124 9:1 ........... .180 3:8 ............ 139
13 ............ 124 9:24-27 ....... .149 4:21-5:1 ........ 135
13:34 .......... 140 11:5 .......... .150 6:7 ............ 217
13:35 .......... 140 13:12 ......... .147
16:5 ........... 44 15 ....... 100-125 Efesios
17:22-23 ....... 199 15:1-19 ....... .188 1:19-21 ........ 46
17:28 .. .176-184-150 15:1-6 .... 155-172 2:10 ........... 202
19:6 ........... 180 15:3-8 ........ .123 2:20. .134-145-177-179
20:7-12 ........ 180 15:6-8 ......... 180 3:1 ............ 55
22:9 .... ' ...... 185 15:7-8 ........ .114
15:22 .......... 42
Romanos 15:33 .. . .. 150-176

1:19-20 ........ 181


1:25 ........... 201
292 i W ¡ n n¡~ ROlO P

Filipenses Tito 11:10 .......... 56


1:4 ........... .149 1:2 ........... .150 12:2 ........... 56
1:6 ............ 182 1:9 ............ 131 12:2 ........... 54
1:7 ....... 55-193 1:12.184-147-150-176 13:8 ........... 106
2 ............ .106
Filemón 1 Juan
4:8 ............ 206
9 ............. 55 1:1-2 .......... 154
Colosenses 1:1 .. '" ....... 48
1:17 ........... 107 Hebreos 1:5 ............ 49
2:9 ....... 106-179 1:1-3 .......... 178 2:16 ........... 227
4:6. 23-34-35-131-189 1:1. 133-134-137-177 4:1-3. . . .. 171-250
4:10 ........... 55 1:3 ............ 107 4:9 ............ 250
4:16 ........... 182 1:4 ............ 178 4:14-15 ........ 250
1:5 ........... .140 4:16 ......... 31-33
1 Tesalonicenses 1:8 ............ 107
Judas
5:26 .......... .149 2:3-4.171-177-179-180
5:27 ........... 182 2:4 ........... .164 1-3 ............ 134
4:12 .......... .142 9 ........ 176-184
1 TImoteo 4:13 ........... 146 14 ....... 176-184
3:15 ........... 44 4:15 .......... .153
4:1-3 .......... 170 5:9 ............ 178 Apocalipsis
5:18 .. .182-132-145 6:18 ...... 135-150 1:4 ............ 182
7:19 ........... 178 2-3 ............ 251
2 TImoteo 9:12 ........... 178 19:6 ........... 46
1:6 ............ 180 9:15 ........... 178 20-22 .......... 45
3:16-17 ... 142-150 9:23 ........... 178 20:11-15 .. 218-33-44
3:16.182-132-138- 9:27 ... 209-218-53 20:14-15 ....... 33
142-143-145
9:28 .......... .178 21 ............ 220
4:9-16 ......... 149 10:12-14 ....... 178 22:18-19-138-192-133-
11 ............ 54 134
22:19 .......... 137
A evangelios, los Libro del Mormón
Abdul-Rauf, Apóstoles, los aburrimiento, el
Mahmoud autores humanos, los Boyd, Gregory
Ali, Muhammad, palabras de Dios y Braaten, Carl
Al-Shabbazz, EI-Hajj palabras de hombres
Briei History oi
Malik Palabra de Dios, la Time, A
Ankerberg, John completa
British Journal far
contradicciones
antrópico, el princi- the Philosophy of
con otros libros
pio cosmológico Science
sagrados
apocrifos, los libros copias budismo, el
apologética, la
autoridad divina
erroes
e
apóstoles, los libro humano Cady, Emily
arqueología, la inspirada Center for Theology
libros no inspirados and Natural Science
ateísmo, el mencionados (CTNS)
Agustín origen
frases Chavis, Ben
Aviezer, Nathan
profetas Chicago Tribune,
historicidad, con- The
fiabilidad
B Chopra, Deepak
como Palabra de
Barna, George Dios Christianity Today
Barrow, John escritores Ciencia Cristiana, la
teoría de la Gran
Barton Payne's, Explosión
Enciclopedia oi Islam de las comu-
Biblical Prophecy nidades negras.
Beckwith, Roger Véase la N ación
del Islam
Behe, Michael
Blomberg, Craig
Biblia, la - Véase
también Boltzmann, Ludwig

295
ÍNDICE TEMÁTICO 297

F bondad de surgimiento de la
Jesucristo como el iglesia
profetas falsos, los
Hijo de testimonio de los tes-
Farrakhan, Louis
creador de algo a par- tigos oculares
Felder, Cain hope
tir de la nada inclusión de detalles
«puesta a punto» del históricos
antes de crear el
universo
mundo manuscritos
finito
omnipotente profecías mesiánicas
Five Gospels, The
como origen de la fuentes externas con-
perdón, el Biblia firmatorias
France, R.T. poder de historicidad
\\.h1:~ ath~dri.~, ~t 'f t~'i> \\1:~{~ta'i> G1:~~t\t~a{, S\m.~t\

Funk, Robert que envía personas al Greenspan, Meter


infierno
Groothuis, Douglas
tres personas en una
G Gruenler, Royce
la confianza en
Gallagher, Buell Guinness Book of
y el propósito de per- World Records
Gandhi, Mahatma mitir la maldad
Gautama, Siddharta quién creó a Dios
Geisler, Norman
H
God of the Oppressed
Génesis, el libro de llabermas, Gary
diferencia entre el
Gershon, David bien y el mal Hanegraaff, Hank

Dios evangelios, los Hanifa, Abu

Véase también La Véase tambien La llawking, Stephen


Biblia Biblia Haykal, M.H.
y el principio del uni- relatos de la resurrec- cielo, el
verso ción de Jesucristo
infierno, el
amante y justo evidencia arqueológi-
Hemer, Colin
ca de
y la Biblia completa
hinduismo, el. Véase
autores de
y la maldad también Las religio-
como complementa- nes orientales
como finito
rios
atributos
datación temprana de
ÍNDICE TEMÁTICO 299

L Moule, C.F.D. los involucrados en


Lamont, Andre Muhammad factores sociales que
Muhammd, Abdul propiciaron el surgi-
Lewis, C.S.
miento de
Lincoln, C.E. Muhammad,
Benjamin atracción para los
El desierto viviente negros
Muhammad, Elijah
amor, el N
Muhammad, Wali D.
Dios es amor natural, la maldad
Fard
y la justicia Nature
Muhammad, Warith
Luckhoo, Lionel Deen Nature of Space and
M Müller, Friedrich Time, The
Max Nueva Era, el movi-
Mackintosh, H.R.
Mystery of Life's miento de la
MacLaine, Shirley Origin, The y la creación de la
Maharaj, Rabi propia realidad
Nación del Islam, la
Malcolm X interés en
Véase también el
muchos mundos, la Corán. y el panteísmo
hipótesis de
y los hombres afro- y la reencarnación
Martin, Walter americanos
y el yoga
Justino mártir como religión
«negra» New approaches to
mesiánicas, las profe- Jesús and the
cías el ambiente presente Gospels
de
Middle East Forum Nuevo Testamento,
fundadores de el
Millar, Stanley
milagros, los acerca de Jesucristo Véase también la
y Malcolm X Biblia; los evangelios
Missionary Pal, The
reuniones de Nixon, Richard
Montgomery, Ruth
y sus concepciones Nostradamus
Moorish Science
erróneas del cristia- Nostradamus Sees It
Temple [Templo de la
nismo All
Ciencia Morisca]
y otras iglesias
mal moral, el
negras
Moreland, J .P.
la evangelización a
Mormonismo, el
íNDICE TEMÁTICO 301

Souf of Science, The Explosión y


Spangler, David y el creacionismo Yamauchi, Edwin
Steinhardt, Paul explicación del origen yoga, el
de la vida
Stoner, Peter Yogui Maharishi
«puesta a punto» del Mahesh
Stott, John
creado de la nada
Straub, Gail
Stuhlmacher, Peter la hipótesis de Z
muchos mundos
Supreme Wisdom, Zaeharias, Ravi
la ciencia moderna y
The Zen
la descipción de
origen de Zukav, Gary
T Zygon
V
Tada, Joni Eareckson
Vanhoozer, Kevin
Templeton, Charles
Observatorio del
terrorismo, el Vaticano
Testimony of the Vivekananda, Swami
Evangelists, The
W
Thakur, Bharat
Warfield, B.B.
Thaxton, Charles
Weisskofp, Victor
TIpler, Frank
Wells, H.G.
meditación trasee-
dental, la Wersinger, J.M.

Trinidad, la When Bad Things


Happer to Good
Tyson, Mike People
White, Andre
U Dikson
Wickramasinghe,
Realidad Absoluta, la
Chandra
universo, el
Witherington, Ben
cantidad de energía
en
principio del
301
la teoría de la Gran

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