Disciplina Mental
Disciplina Mental
Disciplina Mental
Conozco personas que son capaces de superar obstáculos sin importar lo grande
que sean, sus decisiones y actos me han dejado una enseñanza para toda la vida. Sin
embargo, siempre me pregunto:
¿Qué hace a estas personas diferentes al resto?¿Por qué hay personas que pareciera
que no avanzan en la vida?... La respuesta que descubrí fue: “DISCIPLINA MENTAL”.
Los que triunfan en la vida, y en cada meta que se proponen, son selectivos con la
clase de pensamientos que tienen en sus mentes. Son conscientes de que, se logran
más cosas con un pensamiento positivo, que con uno negativo, son cuidadosos y
exigentes con la conversación que tienen en su mente.
Debo mantener el control, y no permitir que las situaciones se apoderen de mí, debo
tener una cabeza fría, para decidir racionalmente y ver más allá del momento actual,
esoes clave para afrontar la vida.
Como seres humanos siempre buscamos patrones y rutinas, y una vez que sentimos
que esto cambia, optamos por ponernos a la defensiva y rechazar este nuevo
escenario.
Pareciera que nos gusta estar tristes. Tenemos miles de razones para tener una
sonrisa en nuestra cara, para agradecer, y aun así buscamos motivos para quejarnos,
sentirnos insatisfechos y a veces incluso envidiar la vida de los demás.
Es por eso que hay tantas personas buscando esa “felicidad” en experiencias costosas,
en objetos de lujo o imaginando escenarios perfectos que nunca van a ocurrir, lo que
trae como consecuencia: personas tristes.
Mientras que hay solo unos pocos con la suficiente disciplina mental para agradecer
desde el café que toman en las mañanas, hasta la oportunidad de poder compartir con
sus seres más queridos.
5.- Que Las Palabras No Busquen Complacer A Los Demás
Estamos llenos de personas sin criterio. Seres humanos que no tienen el carácter para
decir lo que sienten y piensan, carentes de franqueza y llenos de miedo para
mantenerse firmes con sus posturas.
Para ellos todo es bueno, todo es aceptable, no hay críticas, opiniones y mucho menos
algo para mejorar. Su personalidad es tan endeble que hoy las ves con cierta postura, y
al día siguiente, tienen giros de 180 grados simplemente para encajar y no sentirse
incómodos.
La mayoría de las personas al intentar hacer algo piensan: voy a intentarlo, pero lo
más seguro es que no lo logre, con esa mentalidad ya llevan un 90% de probabilidades
de fracasar.
Con respecto a los riesgos, sucede lo mismo que con los pensamientos positivos, el
hecho de pensar que podemos lograrlo, no significa que no consideremos el escenario
negativo, pero sí, en cuál de los dos nos enfocaremos.
Tener una visión positiva, o de ganancia frente a los riesgos, es comprender que, si
bien algunos riesgos pueden no resultar, estos terminan dejándome una experiencia
invaluable y un conocimiento esencial para un próximo intento.
¿Disfruto de mí soledad?
El problema que tenemos la mayoría, es que nos juzgamos por lo que pensamos y no
por lo que hacemos. Nos creemos diferentes, soñamos mundos ideales y hablamos de
todo lo que vamos a hacer cuando las condiciones perfectas se nos den.
No debo decir lo que pienso, debe dejar que mis actos hablen por mí.
No debo permitir que me vendan otras definiciones que no van con mi proyecto de
vida. Mi éxito es hacer realidad mi propósito, no el que los demás esperan.
Importante: Para lograr el éxito debo medir, evaluar, corregir y aplicar.
Las personas que viven quejándose de su situación actual, son permisivas con sus
justificaciones.
Si hoy, no estoy en el lugar que imagine ayer, debo preguntarme ¿Qué estoy
haciendo mal?¿Qué debo mejorar o cambiar?
Es bueno escribir las respuestas, es mejor tener una lista de cosas finitas que
están mal, que un sentimiento generalizado de no estar haciendo nada bien.
Por último, debo tener una visión de largo plazo, algo realista, debo visualizar mi
proyecto de vida a 5 años, 10 años, 20 o incluso más.
Si soy disciplinado frente a esta visión, podré ver las circunstancias y situaciones
temporales como eventos que tienen solución y que contribuyen con mi meta, y no
como momentos que definen mi vida.
Es decir, dejaré de ahogarme en cada vaso con agua que me presenta la vida.
Debo definir metas en el corto plazo que me motiven a seguir trabajando por mi
proyecto de vida, pero también debo desarrollar la disciplina mental que me
mantenga fuerte cuando quiera renunciar.