Este documento resume los 7 sacramentos de la Iglesia Católica. Explica que los sacramentos son signos sensibles instituidos por Cristo que otorgan la vida divina, y que son 7: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los Enfermos, Orden Sacerdotal y Matrimonio. Los sacramentos de iniciación son el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, mientras que la Penitencia y la Unción de los Enfermos son de curación, y el Orden S
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Este documento resume los 7 sacramentos de la Iglesia Católica. Explica que los sacramentos son signos sensibles instituidos por Cristo que otorgan la vida divina, y que son 7: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los Enfermos, Orden Sacerdotal y Matrimonio. Los sacramentos de iniciación son el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, mientras que la Penitencia y la Unción de los Enfermos son de curación, y el Orden S
Este documento resume los 7 sacramentos de la Iglesia Católica. Explica que los sacramentos son signos sensibles instituidos por Cristo que otorgan la vida divina, y que son 7: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los Enfermos, Orden Sacerdotal y Matrimonio. Los sacramentos de iniciación son el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, mientras que la Penitencia y la Unción de los Enfermos son de curación, y el Orden S
Este documento resume los 7 sacramentos de la Iglesia Católica. Explica que los sacramentos son signos sensibles instituidos por Cristo que otorgan la vida divina, y que son 7: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los Enfermos, Orden Sacerdotal y Matrimonio. Los sacramentos de iniciación son el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, mientras que la Penitencia y la Unción de los Enfermos son de curación, y el Orden S
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Los 7 Sacramentos de la Iglesia
Compendio del Catecismo
224. ¿Qué son los sacramentos y cuantos hay?
1113-1131 Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia, a través de los cuales se nos otorga la vida divina. Son siete: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los Enfermos, Orden Sacerdotal y Matrimonio.
Introducción
Dios ha instituido los signos sensibles que llamamos
sacramentos, para expresar las realidades sobrenaturales de la gracia: Nacemos a la vida sobrenatural por el Bautismo. Nos fortalecemos con la Confirmación. Mantenemos la vida con el alimento de la Eucaristía. Si se pierde por el pecado, la recuera la Penitencia. Y con la Unción de enfermos nos preparamos para el viaje que acabara en el cielo. El Orden Sacerdotal procura los ministros de la Iglesia. Y el Matrimonio, que con los hijos perpetúa la sociedad humana y hace crecer La Iglesia cuando son regenerados por el Bautismo. 1. Qué son los Sacramentos
Los Sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia,
instituidos por Jesucristo y confiados a la Iglesia, por los que se nos dispensa la vida divina. Signo sensible es una cosa conocida que manifiesta otra menos conocida; si veo humo descubro que hay fuego. Pero decimos también signo eficaz, porque el sacramento no solo significa, si no que produce la gracia. (el humo sólo significa el fuego, pero no lo produce).
2. El porqué de la Institución de los Sacramentos
Cristo ha querido acomodarse a nuestra manera de ser
dándonoslos dones divinos por medio de las realidades materiales que usamos, para que nos fuera más fácil conseguirlo. Igual que la Santísima Humanidad de Cristo es el instrumento unido a la Divinidad del que se sirve el Verbo para realizar la redención de los hombres, así las cosas o acciones de los sacramentos son los instrumentos separados por los que Dios nos santifica, acomodándose a nuestra manera de ser y de entender.
3. Jesucristo instituyo los siete sacramentos
Todos los sacramentos han sido instituidos por Jesucristo que
es el autor de la gracia y puede comunicarla por medio de signos sensibles- y son siete: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los Enfermos, Orden Sacerdotal y Matrimonio. En los siete sacramentos están atendidas todas las necesidades de la vida sobrenatural del cristiano.
4. Los Sacramentos de la Iglesia
Cristo confió los sacramentos a su Iglesia y podemos decir
que son “de la Iglesia” en un doble sentido: La Iglesia hace o administra o celebra los sacramentos. Y los sacramentos construyen la Iglesia (el Bautismo genera nuevos hijos de la Iglesia, etc.). Existen, pues por ella y para ella.
5. Los Sacramentos de la Fe
Los sacramentos están ordenados a la santificación de los
hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y en definitiva a dar culto a Dios. Como signos, también tienen un fin instructivo. No sólo suponen la fe, también la fortalecen, la alimentan y expresan con palabras y acciones; por eso se llaman sacramentos de la fe.
6. Efectos de los Sacramentos
Los sacramentos, si se reciben con las disposiciones
requeridas, producen como fruto: a) Gracia santificante: los sacramentos dan o aumentan la gracia santificante. b) Gracia sacramental: es un derecho a recibir a Dios en el momento oportuno, la ayuda necesaria para cumplir las obligaciones contraídas al recibir aquel sacramento. c) Carácter. El bautismo, confirmación y orden sacerdotal conceden además el carácter, que es una señal espiritual e imborrable, que confiere una peculiar participación en el Sacerdocio de Cristo.
7. De que se compone un Sacramento
Un sacramento se compone de materia, forma y el ministro
que lo realiza con la intención de hacer lo que hace la Iglesia. La materia es la realidad o acción sensible, como el agua natural en el bautismo, o los actos del penitente en la confesión y santificación. La forma son las palabras que al hacerlo se pronuncian. El ministro es la persona que hace o administra el sacramento.
8. Diversidad del Sacramento
Se pueden distinguir el los sacramentos tres grupos:
a) Sacramentos de iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. b) Sacramentos de curación: penitencia y Unción de enfermos. c) Sacramentos al servicio de la comunidad: Orden Sacerdotal y Matrimonio.
9. Los Sacramentos son necesarios para la salvación
Los sacramentos no sólo son importantes, sino necesarios, si
queremos vivir la vida cristiana y aumentarla. Dan siempre la gracia si se reciben con las debidas disposiciones, y si no se recibe más gracia no es por culpa del sacramento, sino por falta de preparación. Hay que acercarse, por tanto, a recibir los sacramentos con la mejor disposición, para que podamos recibir la gracia y recibirla en abundancia.
El Bautismo nos hace hijos de Dios y miembros de la Iglesia
Compendio del Catecismo
252. ¿Con que nombre se conoce el primer sacramento de la
iniciación? 1213-1216 1276-1277 El primer sacramento de la iniciación, recibe, ante todo, el nombre de Bautismo, en razón del rito central con el cual se celebra: bautizar significa <<sumergir>> en el agua; quien recibe el bautismo es sumergido en la muerte de Cristo y resucitado con Él <<como una nueva criatura>> (2Co 5,17). Se llama también <<baño de regeneración y renovación en el Espíritu Santo>> (Tt 3,5), e <<iluminación>>, porque el bautizado se convierte en <<hijo de la luz>> (Ef 5,8).
Introducción
El bautismo es “sacramento de la fe”, “puerta de los
sacramentos”, o “puerta de la Iglesia”, como se le llama desde antiguo.
1. Los Sacramentos de la Iniciación Cristiana
Los sacramentos de la iniciación cristiana son:
El Bautismo, que es el inicio de la nueva vida en Cristo La Confirmación, que da fortaleza y plenitud a esa vida. Y la Eucaristía, que nos alimenta con el Cuerpo y la Sangre de Cristo para unirnos a Él y transformarnos hasta identificarnos con Él.
2. Sentido del Bautismo
Por el bautismo morimos al pecado y resucitamos a la vida
nueva de la gracia (cfr. Rm 6,3-11). Todos nacemos con el pecado heredado de los primeros padres y en consecuencia privados de la gracia; pero Cristo nos libró con su muerte y resurrección. El bautismo es el sacramento que aplica a cada bautizado los frutos de la Redención, para que muramos al pecado y resucitemos a la vida sobrenatural de la gracia.
3. Que es el Bautismo
“Id, pues y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,19). “El que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea, se condenará” (Mc 16,16). El bautismo es el sacramento instituido por Jesucristo, que nos hace discípulos suyos y nos regenera a la vida de la gracia. El bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. La materia de este sacramento es la ablución con agua natural y la forma la componen las palabras: “Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
4. Efectos del Bautismo
a) Borra el pecado original.
b) Infunde la gracia santificante. c) Confiere carácter sacramental. d) Incorpora a Jesucristo. e) Incorpora a la Iglesia.
5. Necesidad del Bautismo
El bautismo es necesario para salvarse “En verdad, en verdad
te digo que si uno no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de los cielos” (Jn 3,5) Cuando no es posible recibir el bautismo, se puede alcanzar la gracia por el llamado bautismo de deseo –un acto perfecto de amor a Dios, o la contrición de los pecados- y por el bautismo de sangre o martirio, que es dar la vida por Cristo. A los niños les es necesario también el bautismo. Se entiende la necesidad de bautizar a los niños cuanto antes.
6. Quien puede administrar el bautismo
Normalmente bautiza el párroco, u otro sacerdote o diácono
con su permiso, pero en caso de necesidad puede hacerlo cualquiera. Dios ha todas las facilidades en la administración de este sacramento; y así, incluso un no bautizado, con tal que tenga intención de hacer lo que hace la Iglesia y lo realice correctamente, bautiza de verdad. La razón está en que siempre es Cristo quien bautiza, como observa San Agustín “¿Bautiza Pedro? Cristo bautiza ¿Bautiza Juan? Juan bautiza ¿Bautiza Judas Tadeo? Cristo bautiza”.
7. Modo de administrar el bautismo
Al administrar el sacramento se derrama agua natural sobre
la cabeza diciendo, con intención de bautizar: “Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
En la Confirmación se recibe el Espíritu Santo
Compendio del catecismo:
265. ¿Qué lugar ocupa la Confirmación en el designio de
salvación? 1285-1288 1315 En la Antigua Alianza, los profetas anunciaron que el Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías esperado y sobre todo el pueblo mesiánico. Toda la vida y la misión de Jesús se desarrollan en una total comunión con el Espiritu Santo. Los Apóstoles reciben el Espíritu Santo en Pentecostés y anuncian <<las maravillas de Dios>> (Hch 2,11). Comunican a los nuevos bautizados, mediante la imposición de las manos, el don del mismo Espíritu. A lo largo de los siglos, la Iglesia ha seguido viviendo del Espíritu y comunicándolo a sus hijos. Introducción
Antes del día de pentecostés, los apóstoles tenían miedo y
luego predican la palabra de Dios con decisión; los que eran incultos e ignorantes, después hablan de los misterios de Dios y lenguas extrañas. Este cambio tan sorprendente se produce porque en aquel día recibieron la plenitud del Espíritu Santo. De manera semejante los fieles reciben también la plenitud del Espíritu Santo en el Sacramento de la Confirmación. Este tema puede servir para conocer mejor la naturaleza y los efectos del sacramento y si no se ha recibido todavía, para prepararse bien con la ilusión de recibirlo cuanto antes.
1. Los Apóstoles recibieron la plenitud del Espíritu Santo en
Pentecostés; nosotros en la Confirmación
En la tarde de la resurrección Jesús se apareció en el
cenáculo de sus discípulos y sopló sobre ellos, diciendo “Recibid el Espíritu Santo” (Jn 20,22). Pero en pentecostés se llenaron del Espiritu Santo y de dones excepcionales (cfr. Hch 2,1-4). También nosotros recibimos en el bautismo el Espíritu Santo junto con la gracia, pero el Señor ha instituido el sacramento de la confirmación que es necesario para la plenitud de la gracia bautismal. Nos comprometemos mucho más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe cristiana, con nuestras palabras y obras, a mostrarnos ante los demás como verdaderos discípulos de Cristo. 2. Efectos del Sacramento de la Confirmación
De manera parecida a lo que sucedió a los Apóstoles en el día
de Pentecostés, este sacramento produce en el alma estos frutos: o Aumenta la gracia. o Imprime carácter. o Fortalece la fe. o Nos hace testigos de Cristo.
3. Ministro, Sujeto, Materia y Forma del Sacramento de la
Confirmación
Ministro ordinario de este sacramento es el Obispo
extraordinario, el presbítero que goza de esta facultad por derecho común o por concesión peculiar de la autoridad competente. El sujeto es toda persona bautizada que no lo ha recibido. Para recibirlo se debe estar en gracia de Dios, conocer los principales misterios de la fe y acercarse a él con reverencia y devoción. La materia es la unción en la frente con el crisma (mezcla de aceite y bálsamo consagrado por el Obispo), que se hace mientras se impone la mano. La unción significa uno de los efectos del sacramento: robustecer la fe. La fórmula la constituyen estas palabras que pronuncia el ministro “Nombre. Recibe por esta señal el Don del Espíritu Santo”. Se responde “Amén”. Compendio del Catecismo
271. ¿Qué es la Eucaristía?
1322-1323 1409 La Eucaristía es el sacrificio mismo del Cuerpo y la Sangre del Señor Jesús, que Él instituyó para perpetuar en los siglos, hasta la segunda venida, el sacrificio de la cruz, confirmando así a la Iglesia el memorial de su Muerte y Resurrección. Es el signo de unidad, vinculo de caridad y banquete pascual, en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la vida eterna.
Introducción
La Eucaristía es el “Sacramento de los sacramentos”, el más
importante de todos, ya que contiene la gracia de Dios –como los otros sacramentos- y al autor de la gracia, Jesucristo Nuestro Señor. Lo sabemos, no los sentidos, sino por la fe, que se apoya en el testimonio de Dios: “Esto es mi Cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía (Lc 22,19). La Eucaristía es “fuente y cumbre de toda la vida cristiana (…). “Participando del sacrificio eucarístico”, los fieles “ofrecen a Dios la victima divina y se ofrecen a si mismos juntamente con ella” (Lumen Gentium. 11).
1. La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida de la Iglesia
La Eucaristía es el corazón de la Iglesia, “fuente y cumbre de toda la vida cristiana (…). La Sagrada Eucaristía contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo”. Esa es la razón de que “los demás sacramentos, como también todos los misterios eclesiales y las obras de apostolado están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan” (Presbyterorum Ordinis 5).
2. Los diversos nombres de este sacramento
La riqueza inagotable de la Eucaristía se expresa mediante los
distintos nombres que recibe, se le llama: Eucaristía, que significa acción de gracias a Dios. Banquete del Señor, porque Cristo lo instituyó el Jueves Santo en la Ultima Cena. Santo Sacrificio, porque actualiza el único sacrificio de Cristo en la cruz. Comunión, porque nos unimos al mismo Cristo recibiendo su Cuerpo y su Sangre. Santa Misa, porque cuando se despide a los fieles al terminar la Liturgia Eucarística, se les envía (“misio”) para que cumplan la voluntad de Dios en su vida diaria.
3. La Institución de la Eucaristía
Jesucristo instituyó la Eucaristía el Jueves Santo en la
Última Cena. Ya había anunciado a los discípulos en Cafarnaúm (cfr. Jn 6) que les daría a comer su Cuerpo y su Sangre. También había ido preparando la fe de los suyos con argumentos incontestables. El milagro de caná –convirtió el agua en vino-. Y la multiplicación de los panes. Así, al oír en la Última Cena: Esto es mi Cuerpo (Lc 22,19), tendrían la firme persuasión de que era como decía; igual que el agua se había convertido en vino por sus palabra omnipotente, y los panecillos crecieron hasta saciar a una gran multitud.
4.La Celebración Litúrgica de la Eucaristía
Los Apóstoles recibieron un encargo del Señor: “Haced esto
en memoria mía” (Lc 22,19). No es mero recordatorio sino actualización real del memorial de Cristo: de su vida, de su muerte, de su resurrección y de su intercesión junto al Padre, que se realiza en la Eucaristía. Desde mediados del siglo II, y según el relato del mártir Justino, tenemos atestiguadas las grandes líneas del desarrollo de la Celebración Eucarística, que han permanecido invariables hasta nuestros días.
5. Jesucristo ofreció a Dios Padre el sacrificio de su propia
vida muriendo en la cruz
Pero, aunque el valor de Jesucristo en la cruz fue infinito y
único, el Señor quiso que se perpetuara –se hiciera presente- para aplicar los méritos de la redención. Jesucristo instituyo la Misa no para perpetuar la cena, sino el sacrificio de la cruz. Así, la Misa renueva incruentamente el sacrificio mismo del Calvario; y la Eucaristía es igualmente sacrificio de la Iglesia, pues siendo la Iglesia Cuerpo de Cristo, participa de la ofrenda de su Cabeza. 6. El sacrificio de la Misa y el de la Cruz son esencialmente uno y el mismo
Entre la Misa y el sacrificio de la cruz hay identidad esencial
y diferencias accidentales: El sacerdote es el mismo: Cristo, que en el Calvario se ofreció Él solo, mientras que en la Misa lo hace por medio del sacerdote. La Victima es la misma: Cristo que en el sacrificio de la cruz se inmoló de manera cruenta, mientras que en la Misa lo hace de modo incruento. En la cruz, Cristo nos rescató del pecado y ganó para nosotros los méritos de la salvación; en la Misa, se nos aplican los méritos que Jesucristo ganó entonces.