Bosquejo Nutricional
Bosquejo Nutricional
Bosquejo Nutricional
La nutrición de los niños se basa en los mismos principios que la nutrición de los
adultos. Todas las personas necesitan los mismos tipos de nutrientes: vitaminas,
minerales, carbohidratos, proteínas y grasas. Los niños, sin embargo, necesitan
diferentes cantidades de nutrientes específicos según la edad.
Entonces, ¿cuál es la mejor fórmula para promover el crecimiento y el desarrollo
de tu hijo? Échales un vistazo a estos conceptos básicos sobre la nutrición en
niñas y niños de diversas edades, basados en las Pautas Alimentarias para
Estadounidenses más recientes.
Ten en cuenta estos alimentos ricos en nutrientes:
Frutas 1 a 1 1/2 tazas
Vegetale 1 a 1 1/2 tazas
s
Frutas 1 a 1 1/2 tazas
Lácteos 2 1/2 tazas
Lácteos 2 1/2 tazas
Una buena alimentación es vital para que el niño crezca sano y fuerte. Comer
bien afecta no sólo a su crecimiento físico, sino también a su desarrollo intelectual.
Una correcta alimentación del niño durante los primeros años de vida puede
repercutir positivamente en su estado de salud, así como en su habilidad para
aprender, comunicarse con los demás, pensar y racionalizar, socializarse,
adaptarse a nuevos ambientes y personas y, sobre todo, en su rendimiento
escolar. Una buena alimentación puede influir notablemente en su futuro.
Para que la lactancia materna sea cómoda para ambos, la mamá debe sentarse
con la espalda bien apoyada y recta, el ambiente tranquilo, con la luz adecuada y
si es posible siempre en el mismo lugar de la casa. El bebé debe estar en posición
incorporada, podemos ayudarle para que abra bien la boca y tome todo el
pezón para una correcta succión.
La madre debe suprimir durante toda la época que dure la lactancia materna el
tabaco, alcohol, té, café y medicamentos sin receta médica. Una buena técnica
de lactancia materna consistirá en dar un pecho durante unos 7-8 minutos y pasar
al segundo hasta que el niño se canse y quede satisfecho. En la siguiente toma se
empezará por éste ultimo y así sucesivamente, para evitar a que el bebé se canse,
trague aire y le cause cólicos.
Otro punto importante es que la leche materna se modifica según las necesidades
del bebé, por lo que se conoce como pre-calostro (antes del nacimiento), calostro
(desde el nacimiento hasta el cuatro o quinto día), leche intermedia o de transición
(del quinto a decimoquinto día) y la lecha madura (de los 15 días en adelante).
Si has optado por la lactancia materna en exclusiva puede que no sepas muy bien
cómo debe de ser esta. En realidad la forma más adecuada de alimentar a tu
bebé es a libre demanda. ¿Qué significa esto? Que no debe haber horario, ni
tiempo, ni cantidad, ni sitio para amamantarlo, o sea, el bebé mama cuándo,
cuánto, cómo y dónde quiera, ya que él es el único que conoce sus necesidades
alimenticias.
Se puede utilizar como único alimento, en caso de que la madre así lo decida o
que por razones de salud no pueda amamantar; también se puede ofrecer junto
con la lactancia materna y a esto es lo que llamamos lactancia mixta. En este caso
lo ideal y más sano para el bebé es ofrecer primero la leche materna y, luego si es
necesario, se ofrece la formula artificial.
Otra duda que muchos padres y madres tienen es si deben darle agua al bebé
para que no se deshidrate. No es necesario porque la leche materna en su
composición contiene un 88% de agua (es el mayor contenido), lo que cubre las
necesidades hídricas del bebé durante los primeros seis meses de vida. La
ingestión de agua u otras bebidas en estos primeros seis meses puede acarrear
en el bebé el riesgo de contraer infecciones gastrointestinales, como
gastroenteritis, colitis u otras enfermedades.
Para terminar y, a modo de conclusión para que no tengas ninguna duda, habría
que destacar tres ideas importantes en la alimentación de los niños hasta los seis
meses de edad:
- Los bebés de 0 a 6 meses solo deben recibir como alimento, leche materna
exclusiva, fórmula artificial o alimentación mixta (leche materna y formula artificial).
de 7 a 12 meses
A los 7 meses de edad, los bebés, en su gran mayoría, ya podrán probar
carne en las comidas
Marisol Nuevo
9 de abril de 2017
Por los 6 o 7 meses llega el momento en que los bebés dejan de ser alimentados
exclusivamente con la leche materna o leche artificial, para empezar la etapa de
las papillas, los purés... de probar sus primeras cucharadas. Es momento para
comenzar a introducir las papillas al bebé y con ellas, poco a poco, nuevos tipos
de alimentos, de manera semisólida o sólida como las frutas, las verduras, la
carne o el pescado. Sin embargo, todavía se hace indispensable, que los bebés
sigan tomando, al menos medio litro de leche al día. Ya sea en biberón, con
lactancia materna o en papillas de cereales.
A partir de los 6 o 7 meses, el pediatra del bebé empezará a indicar qué alimentos
debes ir introduciendo a la dieta de tu pequeño, en forma de puré, de papillas, o
de pequeños trozos. Lo importante es hacerlo poco a poco, con paciencia, dando
de probar al bebé un alimento cada vez, y observar su reacción y su nivel de
tolerancia.
Índice
A esta edad los bebés todavía imitan los buenos hábitos de los adultos. Además,
los padres podrán vigilar a su bebé por si se atraganta o se mancha. La calidad de
los alimentos es lo más importante. Se debe evitar los alimentos o
preparaciones, muy condimentadas, picantes, saladas o azucaradas.
Índice
Entre los 2 y los 3 años de edad, los niños empiezan a tener la capacidad de
morder y masticar gracias a que les salen los segundo molares de su dentadura
de leche. En esta etapa, ya se puede añadir algunos trocitos de carne, de
verduras o de frutas a sus papillas y purés. Es importante que los niños aprendan
a masticar para que adquieran buenos hábitos alimenticios.
A estas edades, es muy normal que algunos niños deseen imitar a sus padres
intentando comer con los cubiertos. Al principio les será difícil con lo que
necesitarán los dedos de las manos para agarrar los alimentos.
Índice
Por otra parte, durante estos años, los niños pasan por una etapa en la que su
interés por los nuevos alimentos se ve mermado, aumentando el rechazo a
incorporar estos alimentos a su dieta e, incluso, pudiendo rechazar algunos que ya
estaban previamente establecidos.
Si bien este rechazo a la comida suele ser una causa de estrés en los padres, en
condiciones normales en las que el niño está sano y se le ofrece una dieta
equilibrada, la etapa suele pasar sin tener ninguna consecuencia ni en su salud ni
en su crecimiento, puesto que no es un problema de falta de apetito, sino una
pieza clave en los entresijos de su proceso natural de maduración.
Además, a esta edad, el niño debe tener suficiente autonomía como para
comer solo, manejando los cubiertos con destreza, ya que su desarrollo
psicomotor así lo permite. Sin embargo, lo más importante es que la comida
sea un momento familiar en el que los padres puedan dar ejemplo y permitir a
sus hijos observar e imitar tanto sus movimientos de masticación como la
utilización de los cubiertos, sin olvidar de que el ejemplo de los padres es clave
para la aceptación de nuevos alimentos.
Los niños de esta edad necesitan entre 1250 y 1500 kcal diarias, dependiendo de
su edad y el tipo de actividad física que realicen. Esta cifra es muy general, ya que
las necesidades basales de cada niño deberían calcularse de manera individual,
teniendo en cuenta no solo su edad y género, sino también su peso y talla. A estas
necesidades basales se suele añadir unas 200-400 kcal, dependiendo de la
intensidad de la actividad física que el niño realice en su vida diaria.
La comida y la cena no tienen que consistir en tres platos, sino más bien en
porciones variadas de diferentes alimentos para conseguir aportar la variedad
nutritiva necesaria. Además, deben escogerse alimentos con alta densidad de
nutrientes ya que a estas edades todavía los niños comen pequeñas cantidades, y
así aseguramos que el aporte de micronutrientes no se ve comprometido.
Las legumbres, los frutos secos, las carnes y pescados o el huevo, por ejemplo,
son alimentos con alta densidad nutritiva.
Para asegurar un consumo de fruta aceptable, es mejor ofrecerla entre las
comidas principales y no como postre, y preferiblemente en porciones enteras en
lugar de exprimida.
Y ahora viene lo más difícil. Teniendo en cuenta todo lo que te hemos dicho, ¿qué
pongo sobre la mesa cada día? ¿Qué le preparo al niño? Sin entrar en cantidades,
aquí te hemos diseñado unas ideas de 'menús orientativos'.
Lucía Bultó, nutricionista y autora del libro 'Los consejos de Nutrinanny. Las
soluciones que funcionan para la alimentación de los niños', ha elaborado un
decálogo en el recoge los principios básicos de una alimentación adecuada para
la salud de los niños. Y además, añade que 'tan importante como que el niño
coma adecuadamente, es que realice actividad física todos los días':
La importancia de la alimentación
durante la primera infancia
Creciendo sanos Septiembre 01, 2017
La alimentación durante la primera infancia es fundamental para sentar las
bases alimentarias del resto de la vida, así como también para proteger al
niño de posibles enfermedades. El organismo de los peques está en pleno
desarrollo, motivo por el cual es imprescindible que reciban una nutrición
equilibrada y saludable desde la concepción.
Las madres y las familias necesitan apoyo para que sus hijos reciban una
lactancia materna óptima. Entre las medidas que ayudan a proteger, fomentar y
apoyar la lactancia materna destacan:
Alimentación complementaria
Alrededor de los seis meses, las necesidades de energía y nutrientes del lactante
empiezan a ser superiores a lo que puede aportar la leche materna, por lo que se
hace necesaria la introducción de una alimentación complementaria. A esa edad el
niño también está suficientemente desarrollado para recibir otros alimentos. Si no
se introducen alimentos complementarios alrededor de los seis meses o si son
administrados de forma inadecuada, el crecimiento del niño puede verse afectado.
Los principios rectores de una alimentación complementaria apropiada son:
Ahora bien, ¿qué sucede cuando el pediatra nos aconseja comenzar con la
introducción de alimentos? Sobre los 6 meses, la mayoría de los doctores
recomiendan comenzar a darle al niño pequeñas porciones de alimentos en forma
de puré (aunque hoy en día también se practica el BLW, o Baby Led Weaning,
donde el bebé prueba directamente trozos de una manera autoregulada). Poco a
poco, el bebé comenzará a incorporar sabores y texturas, pero sobre todo
nutrientes que ayudarán a su desarrollo integral.
Los peques pueden ingerir de todo (siempre adecuado a su edad. Recuerda que
durante la introducción de alimentos, tu pediatra te dirá qué alimentos puede
comenzar a comer para evitar alergias alimentarias) ¡sin exagerar!
¿Por qué sucede esto? Porque la mayoría de los adultos pensamos que los niños
deben comer como lo hacemos nosotros ¡y eso no es así!
Los niños y niñas de uno y dos años tienen unas necesidades nutricionales
superiores a las de un adulto, ¡llegando a necesitar entre 4 y 7 veces más
nutrientes por kilo que nosotros! Por eso, la dieta infantil debe estar adaptada a
los niños, no sólo en cantidad sino también en calidad.
Por ejemplo, ¿sabías que el bebé nace con un cerebro que pesa alrededor de
35/40 gramos llegando a alcanzar los 900 gramos sobre los 14 meses? Una mala
nutrición puede detener el crecimiento cerebral.