Devastaciones de Osori1
Devastaciones de Osori1
Devastaciones de Osori1
Tan importante llegó a ser el contrabando en La Española que a comienzos del siglo XVII la
mayor parte de su producción era adquirida por franceses, ingleses u holandeses, y en menor
medida portugueses, los cuales atracaban sus barcos lo más lejos posible de la ciudad de Santo
Domingo (donde estaba asentada la burocracia real).
Esta “independencia” económica que mostraban los vecinos de la isla frente al gobierno español
se vio incentivada por la penetración cultural que se verificó en “la Banda del Norte” –la región del
contrabando–, donde se efectuaban bautizos protestantes con padrinos extranjeros, y en la que
se confiscaron biblias luteranas
• Destrucción de unos 120 hatos, lo que significó el abandono de más de cien mil reses y unos
catorce mil caballos que pasaron a engrosar el ganado cimarrón de la zona despoblada. Del
ganado manso que se criaba en la región sólo menos del 10% (unas 8,000 cabezas de ganado)
pudo ser trasladado a los nuevos lugares.
• Destrucción de los ingenios y trapiches del lugar, lo cual aceleró la decadencia de la industria
azucarera y, junto con la pérdida de ganado y plantaciones de cañafístula y jengibre, acrecentó la
pobreza padecida en toda la colonia y la disminución de la importancia comercial de Santo
Domingo.
• Despoblación de más de la mitad de la isla que quedó entonces a merced de los extranjeros
cuyo trato se quería evitar.
El situado. La pobreza generalizada que afectó a largo plazo a toda la colonia, debido a las
despoblaciones de 1605 y 1606, hizo que mermaran en grado sumo las recaudaciones fiscales de
la administración colonial, hasta el punto de que no alcanzaban a cubrir los gastos burocráticos ni
el mantenimiento de la dotación de soldados destacados en Santo Domingo. De ahí que, entre
otras medidas, como la reducción del número de soldados a la mitad, el Gobierno español
otorgara a partir de 1608 una asignación subsidiaria anual que en este caso procedía de México,
y que se conocía como “el situado”. Este subsidio se mantuvo durante todo el resto del siglo XVII
El contrabando y las devastaciones Desde mediado del siglo XVI los habitantes de los poblados
más distantes a la ciudad de Santo Domingo, centro político de la Isla de la Española,
comenzaron a practicar el contrabando con corsarios y comerciantes de países que mantenían
Devastaciones de Osorio
Se le denomina Devastaciones de Osorio a la orden dada por el rey de España Felipe III al
gobernador de La Española en ese entonces Antonio de Osorio de despoblar una parte de la isla
para luego trasladarla hacia la parte de Santo Domingo. Este suceso trasncurrió entre 1605 y
1606.
En 1605, las autoridades españolas, dirigidas en este momento por el monarca Felipe III,
perteneciente a la Casa de los Austrias, deciden a través de la Cédula Real de 1603 despoblar la
zona noroeste. Esto se hizo con la finalidad de erradicar el contrabando. Además, en las
embarcaciones que contrabandeaban el cuero del ganado y otros productos se introducían
también biblias luteranas, lo que era considerado una influencia nociva por la metrópoli.
El gobernador Osorio puso en vigencia la Cédula Real que establecía que todas las poblaciones
de la banda del norte que se dedicaban a contrabandear tenían que ser despoblada y es así como
en 1605 se despoblaron las ciudades de San Miguel de la Atalaya, Hincha, Montecristi, Puerto
Las ciudades de Neyba y San Juan de la Maguana también fueron perjudicadas con la medida
tomada por el rey Felipe III, provocando ésta medida una transformación de orden político, social
y gravemente económico que afectaron toda la estructura de la colonia.
Dentro de las transformaciones que se van a dar tenemos que la Isla quedó deshabitada, se
fundaron nuevas ciudades que se dedicaron a la agricultura y la ganadería para el consumo,
trayendo como consecuencia la pobreza en grado alto, se destruyeron los ingenios azucareros, se
perdió gran parte del ganado que tenía la isla y más aún se quedó abandonada la zona noroeste
la cual se convertiría en el punto fuerte de comercio ilícito entre las demás metrópolis. A partir de
1630 la isla La Tortuga se convirtió en el punto clave de los aventureros ingleses, franceses y
holandeses, estableciendo de esta forma dominios en territorio que pertenecían a la Corona
Española.
En 1605, España, descontenta de que Santo Domingo estaba facilitando el comercio entre sus
otras colonias y otras potencias europeas, ordenó al gobernador Antonio de Osorio atacar las
vastas zonas de las regiones norte y oeste de la colonia, forzando a sus habitantes a reasentarse
más cerca de la ciudad de Santo Domingo.4 Esta acción, conocida como devastaciones de
Osorio, resultaron desastrosas, más de la mitad de los colonos reubicados murieron de hambre o
enfermedad
Contenido
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1Antecedentes
2Causas
3Consecuencias
4Situación Socio-económica tras Devastaciones
o 4.1Censo de Osorio
o 4.2Cédula Real
5Referencias
6Fuentes
Consecuencias
Una Real cédula era una orden expedida por el rey de España entre los siglos XV y XIX. Su
contenido resolvía algún conflicto de relevancia jurídica, establecía alguna pauta de conducta
legal, creaba alguna institución, nombraba algún cargo real, otorgaba un derecho personal o
colectivo u ordenaba alguna acción concreta. Existen dos variantes fundamentales: Las reales
cédulas de oficio que se derivan de la propia función administrativa, que inician con el nombre -si
es personalizada- o con los cargos o títulos de las personas a las que se dirige. Las otras reales
cédulas son otorgadas, igualmente por el Rey, pero a petición de parte y comienzan mencionando
el asunto de la solicitud y al solicitante. Usada principalmente en los dominios españoles de
ultramar (América y Filipinas), con asesoramiento en la mayoría de los casos del Consejo de
Indias
La Biblia de Lutero es una traducción de la Biblia al alemán efectuada por Martín Lutero, impresa
por vez primera con ambos Testamentos en 1534.
El gobernador español Antonio De Osorio dispone las devastaciones que dieron origen a
Monteplata y a Bayaguana
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SANTO DOMINGO, el 19 de Mayo de 1605, el Gobernador español Antonio de Osorio ordenó lo
que se conoce en la historia de la colonia de Santo Domingo como las devastaciones de Osorio.
Cuando dispuso la medida, el Gobernador Antonio De Osorio perdonó a los ciudadanos que
estaban condenados por contrabando y les ordenó que abandonaran sus lugares de residencias
en un plazo de 24 horas. Vencido el plazo, ordenó quemar los bohíos, ranchos, iglesias,
sembrados y otras cosas que se estimaran de valor.
Para ejecutar las cédulas de despoblación, el Gobernador Antonio De Osorio contó con el apoyo
de 150 soldados de la guarnición de Puerto Rico, enviados por disposición de la monarquía de
España.
Con la violencia de las devastaciones de Antonio De Osorio fueron despobladas Puerto Plata,
Montecristi, Yaguana y Bayajá, donde los vecinos se levantaron contra la medida y se alzaron con
el señor Hernando de Montoro, que había sido alcalde.
Antonio De Osorio dispuso que fueran ahorcados los que eran detenidos por sumarse a la
protesta. Una versión histórica da cuenta de que fueron ahorcados más de 70.
Las devastaciones de Osorio dieron origen a los pueblos de Monte Plata y Bayaguana, porque
todos los pobladores de Montecristi, Puerto Plata, Bayajá y la Yaguana, fueron concentrados al
norte de Santo Domingo y fueron llamados San Antonio de Monte Plata y San Juan Bautista de
Bayaguana, para significar la unión de las poblaciones de Montecristi y Puerto Plata, y de Bayajá
y la Yaguana, en Bayaguana.
El Gobernador Antonio de Osorio también dispuso mudar a todos los vecinos de los hatos
comprendidos entre Neyba y San Juan de la Maguana, luego de ser acusados de
contrabandistas. A pesar de las protestas fueron sacados a los alrededores de la villa de
Buenaventura.
Las cédulas de despoblaciones ocasionaron una hambruna por la escasez de carne, leche y
víveres.
Las devastaciones de Antonio De Osorio se citan como la principal causa que originó el
nacimiento del Estado haitiano en la parte occidental de la Isla de Santo Domingo.
La producción de azúcar había disminuido en la isla y el desarrollo de los hatos ganaderos había
aumentado. La venta de cueros de reses era el negocio del momento. España pagaba de
manera legal diez (10) pesos por cada cuero, los contrabandistas holandeses pagaban el doble
de esa cantidad.
"La escasez del tipo de mercancías que se consumían a diario y la abundancia de reses fueron
los dos factores determinantes en la aparición del contrabando como sistema de comercio de la
isla"
Bosch, Juan. (feb 1970). Composición Social Dominicana. Santo Domingo, Editora Tele3
CONTRABANDO
El contrabando de mercancías, se inició por la falta de atención a la demanda de artículos de
consumo, la abundancia de ganado y el aislamiento a que estaban sometidas las ciudades de
San Juan, Bayajá, Neiba, Montecristi, Puerto Plata y La Yaguana.
Si se trataba de ciudades situadas en la costa norte como Bayajá, Montecristi o Puerto Plata; era
más fácil llegar a Santo Domingo por mar que hacerlo por tierra.
CÉDULA REAL
El contrabando perjudicaba económicamente a España y además se planteó la penetración
cultural.
El rey Felipe III emitió la Cédula Real en 1603 para despoblar las ciudades costeras del norte y el
oeste y así terminar con el contrabando.
DESPOBLAMIENTOS O DEVASTACIONES
Las autoridades establecieron una frontera legal o línea "guardarraya" que limitaba el paso de
personas y mercancías.
Quien atravesara esa frontera sin permiso, quedaba condenado a muerte.
Las devastaciones significaron un atraso a los criollos de la isla de Santo Domingo debido a la
reducción de la producción y el aumento de la pobreza. La acción resultó ser uno de los mayores
errores de la metrópoli en la isla.
La parte oeste de la isla permaneció muchos años despoblada y con ganado silvestre que
merodeaba en sus tierras.
Otras labores
Así las cosas, Baltasar López de Castro escribió en 1598 dos memoriales al rey en los que
proponía la devastación de las poblaciones dedicadas al contrabando y el traslado de sus
habitantes.
Luego de una demora de varios años, el rey expidió entre agosto y diciembre de 1603 varias
cédulas por medio de las cuales comisionó a Osorio y al arzobispo Dávila y Padilla para que
procedieran a despoblar Puerto Plata, La Yaguana y Bayajá y a trasladar a sus vecinos y ganados
a los lugares donde se fundarían dos nuevas ciudades. La ejecución de esa orden se confió al
oidor Manso de Contreras y a López de Castro.
En cumplimiento de dichas cédulas, el gobernador convocó a los miembros de la Audiencia con el
propósito de iniciar las devastaciones, ya que deseaba concluirlas cuanto antes para regresar a
España.
Los pareceres de los oidores se dividieron por considerar que, debido al fallecimiento del
arzobispo a finales de julio de 1604, era preciso esperar un nuevo dictamen del rey, pero Osorio,
presionado por López de Castro, quien había retornado a Santo Domingo el 11 de
agosto portando las cédulas, dispuso el comienzo de las despoblaciones.
Conocida la decisión del gobernador, los vecinos de la ciudad de Santo Domingo se opusieron a
ella abiertamente. Por su parte, el cabildo de la capital presentó a Osorio un memorial en el que
expuso nada menos que doce inconvenientes que acarrearían las devastaciones.