El Matrimonio Juridico Panama

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UNIVERSIDAD ISAE

FACULTAD DE DERECHO

MATERIA
DERECHO CIVIL VIII FAMILIA Y SUCECIONES

TEMA
EL MATRIMONIO EN PANAMA JURIDICAMENTE

PROFESOR
MAGISTER CRISTIAN, CHAVEZ MARTINEZ

ESTUDIANTE
ILEANA CEBALLOS CED. 8-312-107
OMAR MURILLO CHESEMAN CED. 8-250-76

2020
GENERALIDADES DEL MATRIMONIO EN PANAMA

TITULO I
DEL MATRIMONIO
CAPITULO I

Artículo 25. Los esponsales no producen efectos civiles.


“es una promesa de matrimonio hecha por los contrayentes sin
intermediario. Y que solo queda en una promesa entre los futuros
cónyuges puesto no existe obligación con respecto al cumplimiento de esta
promesa”.

Artículo 26. El matrimonio es la unión voluntariamente concertada entre un


hombre y una mujer, con capacidad legal, que se unen para hacer y
compartir una vida en común.

Artículo 27. La ley regula el matrimonio civil, que deberá celebrarse del
modo que determina este Código, pero reconoce que son válidos, para
todos los efectos civiles, los matrimonios que se celebren conforme al culto
católico o cualquier otro culto que tenga personería jurídica en la República
de Panamá, y que haya sido autorizado previamente para ello por el
Ministerio de Gobierno y Justicia.

Artículo 28. El matrimonio religioso no surtirá efectos civiles cuando el


matrimonio civil lo haya precedido.

Artículo 29. El matrimonio, tanto el civil como el religioso, es un acto


gratuito, en el que le está prohibido a los funcionarios y a los testigos
cobrar o recibir emolumentos, por sí o por interpósita persona.
Los funcionarios sólo podrán cobrar o recibir emolumentos por el
matrimonio efectuado a domicilio y fuera de las horas hábiles de trabajo.

Artículo 30. La infracción de la prohibición anterior será sancionada con


multa de cien balboas (B/.100.00) a mil balboas (B/.1,000.00).

Si la infracción es cometida por el funcionario autorizado o por el


secretario, a la sanción pecuniaria se le adicionará la suspención del cargo
de uno a dos meses. En caso de reincidencia, podrá ser sancionado hasta
con la pérdida del cargo.

Artículo 31. La competencia privativa para conocer de estas infracciones y


aplicar las sanciones, le corresponde al Juez Seccional de Familia de la
respectiva jurisdicción.

Artículo 32. El Registro Civil tiene la obligación de expedir, sin costo alguno
a los interesados, todos los certificados necesarios para la celebración del
matrimonio.
IMPEDIMENTOS MATRIMONIALES,

CAPÍTULO II
DE LOS IMPEDIMENTOS MATRIMONIALES

Artículo 33. No pueden contraer matrimonio:


1. Los varones menores de 16 años y las mujeres menores de 14 años.

No obstante, el matrimonio contraído por éstos se tendrá por revalidado


ipso facto y sin necesidad de declaratoria expresa, si un día después de
haber llegado a la edad mínima legal para contraer matrimonio hubiesen
vivido junto sin haber reclamado en juicio contra su validez; o si la mujer
hubiese concebido antes de la edad mínima legal para contraer matrimonio
o de haberse entablado la reclamación;

2. Los que se hallaren ligados por vínculo matrimonial.

En materia de salud los impedimentos por enfermedad serán


reglamentados por el Código de Salud y las disposiciones que adopte el
Ministerio de Salud.
NO PUEDEN CONTRAER MATRIMONIO

Artículo 34. No pueden contraer matrimonio entre sí:

1. Las personas del mismo sexo;


2. Los parientes por consanguinidad o por adopción en línea recta
descendente y ascendente; y en la línea colateral hasta el segundo grado;

3. Los parientes por afinidad en la línea recta descendente y ascendente; y

4. El condenado como autor o cómplice de un homicidio, ejecutado,


frustrado o intentado, contra uno de los cónyuges, con el otro cónyuge
sobreviviente. Mientras estuviere pendiente el juicio criminal, tampoco
podrá celebrarse el matrimonio.

Artículo 35. Está prohibido el matrimonio:

1. Al menor de dieciocho (18) años, sin el consentimiento previo y expreso


de quien ejerza en relación a él la patria potestad o la tutela en su caso.

2. A la mujer cuyo matrimonio haya sido disuelto, durante los trescientos


días siguientes a la fecha de la disolución o antes de dar a luz si hubiese
quedado embarazada, a menos que, acredite, con certificado médico, que
no se hallaba en estado de gestación al momento del divorcio. Este
certificado, en caso de embarazo posterior, constituirá presunción de la
paternidad del cónyuge del nuevo matrimonio; presunción que admite
prueba en contrario.
En los casos de la mujer divorciada o cuyo matrimonio haya sido declarado
nulo, el término se contará en la forma en que señala el Capítulo VII, del
Título I de este libro;

3. Al padre o madre que administre los bienes de sus hijos o hijas


menores, mientras no haya hecho inventario judicial de los bienes de
dichos hijos o hijas; y

4. Al tutor y a sus descendientes con la persona que está o ha estado bajo


su guarda, hasta que, fenecida la tutela, se aprueben judicialmente las
cuentas de su cargo.

Artículo 36. El matrimonio celebrado con infracción de las prohibiciones del


artículo anterior es válido, pero los contrayentes, sin perjuicio de lo que
dispone el Código Penal, quedarán sometidos a las siguientes reglas:

1. Serán nulas las capitulaciones matrimoniales celebradas por los


cónyuges y ninguno de ellos podrá recibir del otro cosa alguna por
donación ni herencia.

Esta regla no se aplicará en el caso del numeral 1 del Artículo 35, cuando
él o los cónyuges menores adultos hayan llegado a la mayoría de edad,
así como tampoco en el caso del numeral 2 del mismo artículo, si se
acredita con información, declaración o cualquier otro medio de prueba
judicial, no haber hijos o hijas del anterior matrimonio;

2. El cónyuge púber no recibirá la administración de sus bienes hasta que


llegue a la mayoría de edad, si se casa sin el consentimiento de su
representante legal o del funcionario autorizado. Entre tanto, sólo tendrá
derecho a los alimentos sobre dichos bienes;
3. En el caso del numeral 3 del Artículo 35 se presumirá, salvo prueba
concluyente en contrario, que todos los bienes que están en posesión de
los infractores pertenecen a los hijos o hijas; y

4. Cuando el tutor o sus descendientes contravengan la prohibición del


numeral 4 del Artículo 35, no podrá ninguno de ellos heredar al pupilo y el
tutor perderá, además, la administración de los bienes de éste.
SECCIÓN I

DE LOS MATRIMONIOS ESPECIALES

Artículo 46. Los matrimonios especiales son: el matrimonio por poder, el


matrimonio en inminente peligro de muerte, el matrimonio a bordo de un
buque o aeronave, el matrimonio de hecho y el matrimonio en los grupos
indígenas.

1. Del Matrimonio por Poder

Artículo 47. El matrimonio podrá contraerse compareciendo ante el


funcionario y dos testigos sin tacha legal, uno de los contrayentes y la
persona a quien el ausente le hubiese otorgado poder especial por
escritura pública, pero siempre será necesaria la asistencia del contrayente
domiciliado o residente en el lugar del funcionario que debe celebrar el
matrimonio.

2. Del Matrimonio en Inminente Peligro de Muerte

Artículo 49. El funcionario autorizado, en presencia de dos testigos


idóneos, celebrará el matrimonio en el caso de que uno, o ambos
contrayentes, se hallasen en inminente peligro de muerte. En este caso, el
matrimonio se hará con prescindencia de las formalidades previas
indicadas en el Artículo 38; y si la urgencia lo impusiese, podrá, incluso,
prescindirse de la lectura de los derechos y deberes de los cónyuges.

Este matrimonio se tendrá como condicional mientras no se acredite


legalmente la inexistencia de los impedimentos dentro de un término de
seis (6) meses. De no cumplirse con los requisitos en el término
establecido, el matrimonio se tendrá como no realizado.
3. Del Matrimonio a Bordo de un Buque o Aeronave

Artículo 51. Los capitanes de naves con bandera panameña celebrarán los
matrimonios que se efectúen a bordo de un buque en un viaje por mar,
cualquiera que fuese la nacionalidad de los contrayentes, en presencia de
dos testigos idóneos.

A este matrimonio se le exige el cumplimiento de las formalidades


establecidas en los Artículos 38 al 45 de este Capítulo, y deberán anotarse
en el diario de navegación.
MATRIMONIO DE HECHOS

Artículo 53. La unión de hecho entre personas legalmente capacitadas


para contraer matrimonio, mantenida durante cinco (5) años consecutivos
en condiciones de singularidad y estabilidad surtirá todos los efectos del
matrimonio civil.

Artículo 54. Las personas legalmente capacitadas son los menores


adultos, las que no estén ligadas por vínculos matrimoniales y las que no
se hallen comprendidas en los impedimentos establecidos en el Artículo
34.

La condición de singularidad consiste en que la unión sea de un sólo


hombre con una sola mujer.

La condición de estabilidad se cumple cuando la convivencia sea


constante, durable y permanente.

Artículo 55. Los convivientes podrán solicitar, conjuntamente, al Registro


Civil la inscripción del matrimonio de hecho, el cual podrá tramitarse por
intermedio de los corregidores.

Esta solicitud se elevará a la Dirección General o a la Dirección Regional


del Registro Civil, y deberá probarse el matrimonio de hecho, con las
declaraciones de dos personas honorables y vecinas del lugar donde se ha
mantenido la unión, las cuales se rendirán ante los corregidores del lugar
de residencia de los convivientes.

La Dirección General o Regional ordenará, mediante resolución, la


inscripción respectiva, una vez hecha la comprobación del matrimonio; y
éste surtirá efectos civiles desde la fecha en que se cumplan las
condiciones señaladas en el Artículo 53.
Artículo 56. El matrimonio de hecho podrá comprobarse judicialmente,
cuando no se haya efectuado la solicitud a que se refiere el artículo
anterior, por uno de los convivientes u otro interesado, para los efectos de
la reclamación de sus derechos, mediante los trámites que determina el
Libro IV de este Código.

La sentencia ejecutoriada declarativa de la existencia del matrimonio,


surtirá efectos civiles desde cuando, según lo probado, se cumplieren las
condiciones establecidas en el Artículo 53. Para el caso, en la sentencia el
juzgado determinará la fecha respectiva.

Artículo 57. El Ministerio Público, en interés de la moral y la ley, o de


tercero que alegue derechos afectados por la inscripción, podrá oponerse
a que se haga la inscripción o impugnarla después de verificada, si la
declaración fuese contraria a la realidad de los hechos.

Artículo 58. La impugnación que se hiciere al matrimonio de hecho ya


inscrito en el Registro Civil, no podrá presentarse después de un año, a
partir de la fecha en que se efectuó la inscripción registral, salvo lo
dispuesto en el párrafo final del Artículo 227 de este Código.

Artículo 59. En caso de disolverse la unión de hecho, aunque no haya sido


reconocida legalmente como matrimonio, a pesar de haber vivido la pareja
en condiciones de singularidad y estabilidad por cinco (5) años
consecutivos, le corresponderá, a cada uno de los miembros de dicha
unión, la mitad de los bienes y frutos de éstos, adquiridos a título oneroso
por cualquiera de ellos dentro del término de la unión.
NO PUEDEN CONTRAER MATRIMONIO ENTRE SI

En el año 2000, Holanda fue el primer país del mundo que legalizó el
matrimonio igualitario. Rápidamente le siguieron países como Bélgica,
Canadá, España y Sudáfrica por solo mencionar algunos. En América
Latina, Argentina, Uruguay, Brasil, Colombia y México, también lo han
legalizado. Una advertencia de inconstitucionalidad interpuesta por la firma
de abogados Morgan y Morgan bien pudiera agregar a Panamá a esta
lista.

En el mundo se han utilizado tres mecanismos distintos para introducir a


los sistemas jurídicos la institución del matrimonio no discriminatorio. La
mayoría de los países lo han legislado por vías de normas jurídicas
aprobadas por sus parlamentos, otro grupo de países como Estados
Unidos, Colombia y México, lo han reconocido por vía jurisprudencial, e
Irlanda es el único país del mundo que hasta la fecha, aprobó el
matrimonio igualitario por vía de un referéndum popular.

¿Cuál es el núcleo central de este conflicto jurídico? El artículo 26 del


Código de la Familia de Panamá establece que el matrimonio es la unión
legal entre un hombre y una mujer.

“Artículo 26. El matrimonio es la unión voluntariamente concertada entre


un hombre y una mujer, con capacidad legal, que se unen para hacer y
compartir una vida en común.”

Esta norma impide que en Panamá se realicen matrimonios igualitarios.


Junto al artículo 40 de la Ley 7 de 2014, impiden que en nuestro país se
reconozcan los matrimonios igualitarios realizados en el extranjero. Los
efectos jurídicos son sumamente amplios ya que se extenderían a temas
como la adopción, los derechos de seguridad social y las herencias, por
solo mencionar algunos.
Por ejemplo, una pareja formada por un estadounidense y un panameño, a
la muerte de este último, de tener propiedades en Panamá, su cónyuge no
sería el heredero universal, ya que el matrimonio que da origen a ese
derecho no es válido en Panamá. Aunque este aspecto se pudiera superar
con un testamento, no siempre estos documentos son respetados por las
autoridades nacionales, y el riesgo de un litigio prolongado puede ser
sumamente problemático para el cónyuge sobreviviente. La desigualdad
de estas parejas queda muy clara.

EL ORDENAMIENTO CONSTITUCIONAL PANAMEÑO ESTABLECE


QUE:

“ARTICULO 57. El matrimonio es el fundamento legal de la familia,


descansa en la igualdad de derechos de los cónyuges y puede ser disuelto
de acuerdo con la Ley.”

La redacción anterior no especificó el género de los cónyuges, porque el


marco de referencia de los juristas que redactaron este artículo era el de
una sociedad predominantemente heterosexual. Sin embargo, una
redacción similar permitió a los tribunales mexicanos considerar que en el
estado de Quintana Roo, al no establecerse una mención expresa del
género de los cónyuges, esto permitía legalizar el matrimonio igualitario.

En la resolución de jurisprudencia 432015 de la Suprema Corte de Justicia


Nacional de México, emitida el 12 de junio de 2015, la Corte reconoce que
ni el texto constitucional ni las convenciones internacionales de Derechos
Humanos prohíben el matrimonio igualitario en ese país.
En el caso panameño, se presenta una peculiaridad interesante. Aunque el
texto constitucional no establece expresamente, que los cónyuges deben
tener distintos géneros para poder casarse legalmente, esto sí ocurre para
el llamado reconocimiento de la unión de hecho, según consta en el
artículo 58 de la Constitución que dice:

“ARTICULO 58.
La unión de hecho entre personas de distinto sexo legalmente capacitadas
para contraer matrimonio, mantenida durante cinco años consecutivos en
condiciones de singularidad y estabilidad, surtirá todos los efectos del
matrimonio civil.
Para este fin, bastará que las partes interesadas soliciten conjuntamente al
Registro Civil la inscripción del matrimonio de hecho. Cuando no se haya
efectuado esa solicitud, el matrimonio podrá comprobarse, para los efectos
de la reclamación de sus derechos, por uno de los cónyuges u otro
interesado, mediante los trámites que determine la Ley.

Podrán, no obstante, oponerse a que se haga la inscripción o impugnarla


después de hecha, el Ministerio Público en interés de la moral y de la Ley,
o los terceros que aleguen derechos susceptibles de ser afectados por la
inscripción, si la declaración fuere contraria a la realidad de los hechos.”

Es importante que hagamos un análisis sesudo como seres pensantes y


preguntarnos lo siguiente, ¿en qué me afecta a mí como individuo que dos
personas del mismo sexo se casen, en qué afectaría al Estado panameño
en su gobernabilidad, son mejores o peores cristianos las personas del
mismo sexo que se casan, afecta a la sociedad el matrimonio igualitario?

Estas mismas preguntas y muchas más se hicieron en algunos países


desarrollados y no desarrollados donde después de muchas discusiones le
dieron un valor legal al matrimonio entre personas del mismo sexo, en los
cuales la corte suprema o las cortes constitucionales en ocasiones jugaron
un papel preponderante al reconocerles el derecho al matrimonio
igualitario en dichos países.

Vivimos en un Estado de derecho, en donde cada persona tiene derecho a


marchar, unos defendiendo los matrimonios igualitarios y otros
defendiendo la familia natural, pero sobre todo debemos también defender
cualquier acto que no atente contra la vida, libertad, la democracia, los
bienes y honra de los ciudadanos que viven en este país.

Hay que empezar a tener tolerancia con las distintas formas de


pensamiento y comprender que las políticas de Estado van cambiando y lo
que hoy es intolerable para algunos sectores de la sociedad, mañana
puede ser avalado por la mayoría e inclusive por los órganos del Estado,
como ha ocurrido a lo largo de los años, cuando los gobiernos han
permitido, por ejemplo: que las mujeres ejerzan el derecho al voto, en que
se puedan casar parejas interraciales, al igual que se abolió la esclavitud.
Todas estas fueron situaciones que en su momento fueron repudiadas por
sectores de la sociedad que querían que estos derechos no fueran
reconocidos.

Esto nos lleva a la conclusión de que las políticas de Estado son


cambiantes, y no se descarta que en algún futuro se pueda legalizar en
nuestro país el matrimonio igualitario.

Para esto, tomamos en consideración el hecho de que en Panamá se


reconoce al derecho internacional como fuente de derecho en muchos
temas. Esto crea otro marco jurídico, que por ende debemos, como
miembros de un Estado democrático, entender que es elemental
desarrollar tolerancia social ante criterios diferentes.
Ahora debemos recordar lo que sabiamente decía el Che Guevara: “En la
tierra hace falta personas que trabajen más y critiquen menos, que
construyan más y destruyan menos, que prometan menos y resuelvan
más, que esperen recibir menos y dar más, que digan mejor ahora que
mañana”.
PROHIBICION
ARTICULO #35 ESTA PROHIBIDO EL MATRIMONIO

• El menor de 18 sin consentimiento del que ejerza la patria


potestad

El Parlamento de Panamá aprobó una ley que prohíbe el matrimonio entre


menores de 18 años de edad, para adecuar su legislación a la Convención
de Viena de 1993, informó hoy una fuente oficial.El proyecto de ley que
establece la prohibición fue aprobado el viernes pasado en tercer y último
debate por la Asamblea Nacional de Panamá, indicó en un comunicado el
Ministerio de Desarrollo Social.

La nueva norma "modifica y deroga disposiciones del Código de la


Familia, con el cual se prohíbe a los menores de 18 años contraer
matrimonio", precisa."Estas modificaciones al Código de la Familia, se
encuentran estipuladas en los artículos del 33 al 36, con lo cual los
menores de edad (14 años para las damas y 16 años para los varones)
como se establecía con anterioridad; no podrán contraer matrimonio a
partir de la sanción y promulgación de esta Ley",

añade.El Código de la Familia de Panamá establecía que los menores de


edad podrían contraer matrimonio, siempre y cuando fuese con el
consentimiento de sus padres, de lo contrario cabría una emancipación,
perdiendo así la Patria Potestad.
• La mujer cuyo matrimonio se haya disuelto durante los 300 dias
siguientes

Está prohibido el matrimonio: A la mujer cuyo matrimonio haya sido


disuelto, durante los trescientos días siguientes a la fecha de la
disolución o antes de dar a luz si hubiese quedado embarazada, a
menos que, acredite, con certificado médico, que no se hallaba en
estado de gestación al momento del divorcio.

En los casos de la mujer divorciada o cuyo matrimonio haya sido


declarado nulo, el término se contará en la forma en que señala el
Capítulo VII, del Título I de este libro

• Los padres que administren bienes de sus hijos, mientras no


exista inventario

Toda persona al momento de su muerte deja un conjunto de derechos y


obligaciones que conforman su patrimonio y que son susceptibles de ser
traspasados, ya sea por medio de la sucesión testada o intestada.

El artículo 628 del Código Civil patrio define la sucesión como la


transmisión de los derechos activos y pasivos que componen la herencia
de una persona muerta, a la persona que sobrevive, a la cual la Ley o el
testador llama para recibirla. Será considerado heredero al que sucede a
título universal, y legatario al que sucede a título singular.

En el caso de la sucesión intestada, nos referimos puntualmente a aquella


transmisión patrimonial que efectúa una persona cuando ésta no
manifestó, en vida, su última voluntad sobre el destino de sus bienes por
medio de un testamento, es por ello que en tales circunstancias la Ley será
la encargada de indicar que personas, en un orden específico, tendrán
derecho a heredar los bienes dejados en vida del de cujus de acuerdo al
parentesco, tal cual lo establece el artículo 646 y subsiguientes del Código
Civil. En cierto modo, se podría considerar a la sucesión ab intestato como
un testamento basado en lineamientos jurídicos que determinarán quienes
serían supuestamente los herederos del causante como si hubiera sido su
última voluntad.

• Al tutor y a sus descendientes con la persona que está o ha


estado bajo su guarda, hasta que, fenecida la tutela, se
aprueben judicialmente las cuentas de su cargo.

Artículo 36. El matrimonio celebrado con infracción de las prohibiciones del


artículo anterior es válido, pero los contrayentes, sin perjuicio de lo que
dispone el Código Penal, quedarán sometidos a las siguientes reglas:

1. Serán nulas las capitulaciones matrimoniales celebradas por los


cónyuges y ninguno de ellos podrá recibir del otro cosa alguna por
donación ni herencia.

Esta regla no se aplicará en el caso del numeral 1 del Artículo 35, cuando
él o los cónyuges menores adultos hayan llegado a la mayoría de edad,
así como tampoco en el caso del numeral 2 del mismo artículo, si se
acredita con información, declaración o cualquier otro medio de prueba
judicial, no haber hijos o hijas del anterior matrimonio;

2. El cónyuge púber no recibirá la administración de sus bienes hasta que


llegue a la mayoría de edad, si se casa sin el consentimiento de su
representante legal o del funcionario autorizado. Entre tanto, sólo tendrá
derecho a los alimentos sobre dichos bienes;
3. En el caso del numeral 3 del Artículo 35 se presumirá, salvo prueba
concluyente en contrario, que todos los bienes que están en posesión de
los infractores pertenecen a los hijos o hijas; y

4. Cuando el tutor o sus descendientes contravengan la prohibición del


numeral 4 del Artículo 35, no podrá ninguno de ellos heredar al pupilo y el
tutor perderá, además, la administración de los bienes de éste.

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