Calvinismo Vs Arminianismo
Calvinismo Vs Arminianismo
Calvinismo Vs Arminianismo
Arminianismo
¿Que es el calvinismo?
Llamamos calvinismo a las doctrinas de Juan Calvino, un teólogo francés que fue uno de los lideres más importantes de la Reforma Protestante del siglo 16 (1509
– 1604). Los puritanos y los Presbiterianos de Gran Bretaña fueron influenciados por las enseñanzas de Calvino. En 1619 como una respuesta a las enseñanzas de
Jacobo Arminio, los siguiente 5 puntos fueron presentados: (algunos de estos puntos no fueron enseñados por Calvino, pero han sido aplicados por sus seguidores)
El calvinismo es a menudo llamado la Teología Reformada, y esta basada en los institutos calvinistas del cristianismo. Estos son los cinco puntos:
1. Depravación total: doctrina que enseña que el hombre esta muerto en delitos y pecados y que no puede salvarse a sí mismo. Muchos calvinistas llevan
esto un poco mas lejos enseñando que el hombre no puede si quiera desear una relación con Dios aparte de la obra de Dios en el corazón del hombre.
De hecho se enseña que Dios debe regenerar a una persona antes que ellos puedan si quiera desear venir a Cristo.
2. Elección Incondicional: la creencia que en la eternidad, antes de la creación, Dios eligió o escogió algunas personas para que tuvieran la salvación.
Algunos calvinistas llevan esta doctrina aun más allá, enseñando la "doble elección" o "reprobación" la cual enseña que Dios inclusive escogió algunas
personas para que fueran al cielo y otras para que fueran al infierno. Según esta doctrina, si usted ha sido elegido para ir al cielo, usted ira al cielo no
importa lo que usted haga; y de igual manera si usted ha sido elegido para ir al infierno, no hay posibilidad de que usted sea salvo. Juan Calvino enseño
esta doctrina, pero él admitió que era una "doctrina terrible".
3. Expiación Limitada: La enseñanza que Jesús no murió por los pecados de todo el mundo, sino solamente por los pecados de aquellos que han sido
elegidos para ir al cielo. El argumento es que la obra de Cristo en la cruz debe ser "eficaz", es decir según ellos si Cristo hubiese muerto por aquellas
personas que no le han aceptado, entonces su sacrificio no seria eficaz. Algunos calvinistas han ido al extremo enseñando que la muerte de Cristo puede
salvar a cualquiera, pero que es solamente efectiva para aquellos electos para ir al cielo.
4. Gracia Irresistible: la doctrina que enseña que Dios atraerá hacia sí mismo aquellos que han sido electos para el cielo a pesar de su rebelión contra Dios.
Es la creencia que el hombre no puede resistir la obra de Dios atrayéndolos hacia Dios mismo.
5. Seguridad Eterna: conocida también como la perseverancia de los santos. La doctrina que un verdadero cristiano nacido de nuevo no puede perder o
abandonar su salvación, ya que la salvación es la obra completamente de Dios, y no del hombre.
¿Que es el Arminianismo?
Llamamos Arminianismo a las doctrinas que de Jacobo Arminio, un teólogo que vivió durante 1560 – 1609. Arminio comenzó como un aferrado calvinista, pero
más tarde cambio su manera de pensar. Sus puntos de vista fueron discutidos en documento compilado por Johannes Uyttenbogaert en 1610 llamado "La
Demostración". La "Demostración Arminiana" fue debatida en el 1618-1619 en una iglesia reformada (Dutch Reformed Church), donde Arminio fue
desacreditado y condenado. Los arminianos fueron expulsados y perseguidos.
El Arminianismo, con su énfasis en la gracia de Dios, es la base teológica para los metodistas, Wesleyanos, Nazarenos, Pentecostales, Bautistas de Libre Voluntad,
Santidad, y muchas otras iglesias carismáticas.
Al Arminianismo enseña:
1. Elección: la creencia de que Dios en la eternidad, escogió a aquellos que habían de ser salvos basado en su conocimiento de aquellos que responderían
a su llamado y recibirían el evangelio de Jesucristo. Arminio rechazo la enseñanza calvinista de que Dios eligió algunos para ir al infierno.
2. Expiación Sin Limites(ilimitada): la creencia que Jesucristo murió en la cruz por todo el mundo, que su sangre es suficiente para pagar la penalidad de
los pecados de todo la humanidad. Enseña que toda la humanidad puede ser salva.
3. Inhabilidad natural: la enseñanza que el hombre no se puede salvar a sí mismo, pero que el Espíritu Santo debe efectuar el nuevo nacimiento en él. Los
arminianos ortodoxos no creen que el hombre esta totalmente depravado y condenado como resultado del pecado de Adán, sino que solamente es
culpable cuando él escoge pecar voluntariamente.
4. Gracia Proveniente: la enseñanza de que el trabajo preparatorio del Espíritu Santo hace que la persona pueda responder al evangelio y cooperar con
Dios en el plan de salvación.
5. Perseverancia Condicional: la creencia que el hombre puede escoger rechazar a Dios, perdiendo así su salvación, aun después de haber nacido de
nuevo. Al contrario de la doctrina "una vez salvo, siempre salvo" de los calvinistas, el arminiano cree que el creyente debe permanecer en Cristo para
ser salvo, y que el creyente puede escoger apartarse de Dios. ( El mismo Arminio, y sus primeros seguidores, confesaron que no estaban seguros de esta
doctrina y que la misma requería mas estudio bíblico. De todas maneras Arminio acepto esta doctrina mas luego.)
Una Evaluación
El punto de controversia entre el Arminianismo y el calvinismo esta en el énfasis en la soberanía de Dios por los calvinistas y la soberanía del hombre (el libre
albedrío (voluntad)) por los arminianos.
El calvinismo enfatiza que Dios esta en total control de todo y que nada puede ocurrir que el no planee y dirija, incluyendo la salvación del hombre. El
Arminianismo enseña que el hombre tiene libre albedrío y que Dios nunca interrumpirá o violara el derecho del hombre para escoger su camino. Enfatiza que Dios
se ha obligado a sí mismo a respetar la capacidad que el hombre tiene para escoger. Ambos puntos de vista son razonables y ambos tienen muchas escrituras para
sostener cada uno de sus puntos de vista. En mi opinión ambos puntos de vista están correctos en algunos puntos y ambos tienen algunos puntos extremos.
Ciertamente la Biblia enseña que Dios es soberano y que los creyentes están predestinados y elegidos por Dios para pasar una eternidad con Él. En ninguno de los
pasajes bíblicos se asocia la elección de Dios con condenación. De igual manera enseña que Dios elige para salvación, pero que los perdidos están en el infierno
porque ellos así lo decidieron. Cada pasaje en la Biblia que trata de la elección, en su contexto esta relacionado con la salvación, y nunca con condenación.
El concepto de total depravación es consistente con la Biblia, pero la doctrina de la ‘Expiación Limitada’, que Jesús no murió por todos los pecados de todo el
mundo, no es consistente con la enseñanzas bíblicas. La Biblia claramente enseña que Jesús murió por los pecados de todo el mundo, y que todo el mundo puede
ser salvo si se arrepienten y se vuelven a Cristo. La doctrina de la expiación limitada no es bíblica.
La mayoría de las denominaciones arminianas se enseña que el hombre es responsable para salvarse a sí mismo a través de sus buenas obras de devoción. Aunque
esta no fue la enseñanza de Arminio o Wesley, las enseñanzas de algunos púlpitos pone el énfasis en los esfuerzos del hombre y no en la gracia de Dios. En un
extremo enseñan que si el creyente peca ha perdido su salvación y debe nacer de nuevo una y otra vez. (¿Cuantos de nuestros pecados estaban en el futuro cuando
Cristo murió en la cruz? ¡Todos ellos!) Debido a esto hay muchos creyentes viven en un temor innecesario. Por otra parte algunos creen haber alcanzado un grado
tan espiritual que menosprecian a los demás creyentes.
Ya que creen en la doble elección (predestinación para el infierno y el cielo) no practican el llevarle el mensaje a los perdidos sin Cristo. Y de igual muchos viven
vidas apáticas al Señor ya que creen que es imposible que se pierdan y vayan al infierno.
Por W. J. Seaton
(Pastor de la Iglesia Bautista Reformada de Inverness, Escocia)
Prefacio:
Difícilmente hay otra palabra que despierte tanta sospecha, desconfianza y aun animosidad entre quienes profesan el cristianismo, como la palabra Calvinismo. Y
sin embargo, el rechazo que brota contra este sistema y contra todos aquellos que lo abrazan y lo predican, es un celo que no es conforme a ciencia. El siguiente
artículo ha sido escrito con la esperanza de que mucho del insulto que ha sido arrojado sobre el sistema de teología calvinista sea retirado; y de que la verdad de
esta gran enseñanza, la cual fue la columna vertebral de nuestros padres en la fe, y fortaleza de la iglesia en una época mucho más gloriosa que la nuestra, pueda
ser vista con claridad.
Introducción
Debemos iniciar en Holanda, en el año de 1610. Jacobo Arminio, un profesor holandés, muere, y sus enseñanzas son formuladas por sus seguidores, conocidos
como "arminianos," en cinco puntos principales de doctrina. Hasta ese momento, las iglesias de Holanda, en común con la mayoría de las iglesias protestantes de
Europa, habían adoptado las Confesiones de Fe de Bélgica y de Heidelberg, las cuales se apegan a las enseñanzas Reformadas (es decir, calvinistas). Sin embargo,
los arminianos querían cambiar esta posición, y presentaron sus cinco puntos en la forma de una queja o protesta ante la Corte holandesa. Los cinco puntos del
arminianismo eran los siguientes:
1. El libre albedrío o la capacidad humana. Este punto enseñaba que el hombre, aunque afectado por la caída de Adán, tenía la capacidad espiritual de escoger el
bien espiritual, y era capaz de ejercitar la fe en Dios, a fin de recibir el Evangelio, y de este modo obtener por sí mismo la salvación.
2. La elección condicional. Este punto enseñaba que Dios puso Sus manos sobre todos aquellos individuos que sabía, o preveía, que iban a responder al
Evangelio. Dios eligió a aquellas personas que Él vio que querrían ser salvadas por medio de su libre albedrío, a pesar de su estado natural caído; por supuesto que,
de conformidad al primer punto del arminianismo, este estado no era de caída total o de depravación total.
3. La redención universal o expiación general. Este punto enseñaba que Cristo murió para salvar a todos los hombres; pero sólo de un modo potencial. La
muerte de Cristo hizo posible que Dios perdonara a los pecadores, pero únicamente a condición que ellos creyeran.
4. La obra del Espíritu Santo en la regeneración está limitada por la voluntad humana. Este punto enseñaba que el Espíritu Santo, cuando comienza la obra
de traer a una persona a Cristo, puede ser eficazmente resistido y Sus propósitos frustrados. No podría impartir vida a menos que el pecador quisiera
voluntariamente que esta vida le fuera impartida.
5. La caída de la gracia. Este punto enseñaba que un hombre salvo, podría final y definitivamente perder la salvación. Esto es, por supuesto, el resultado lógico y
natural de todo el sistema. Es decir, si el hombre debe tomar la iniciativa en su salvación, es él quien debe retener la responsabilidad del resultado final.
Los cinco puntos del arminianismo fueron presentados al Estado y fue convocado un Sínodo Nacional de la Iglesia para reunirse en Dort, en el año de 1618, para
examinar las enseñanzas de Arminio, a la luz de las Escrituras. El Sínodo de Dort sostuvo 154 sesiones durante un período de siete meses, pero al final no se pudo
encontrar ninguna base sobre la cual reconciliar el puno de vista arminiano, con lo expuesto en la Palabra de Dios. Entonces, el Sínodo de Dort formuló sus cinco
puntos del Calvinismo, para contrarrestar al sistema arminiano, afirmando así la postura sostenida por la Reforma, y formulada por el teólogo francés Juan
Calvino. Algunas veces estos puntos son presentados en forma de un acróstico, usando la palabra "TULIP" (en inglés), como sigue:
Como puede verse con facilidad, estos cinco puntos están en completa oposición a los cinco puntos del Arminianismo. El hombre es totalmente incapaz de
salvarse a sí mismo, porque está "totalmente" caído, a causa de la caída en el huerto del Edén. Y si es incapaz de salvarse a sí mismo, entonces Dios debe salvarle.
Y si Dios debe salvarle, entonces Dios debe ser libre para salvar a los que Él quiera. Si Dios ha decretado salvar a los que Él quiere, entonces, es por éstos por
quienes Cristo hizo expiación en la cruz. Y Si Cristo murió por ellos, entonces el Espíritu Santo les llamará eficazmente a la salvación. Entonces, si la salvación ha
venido desde el principio de Dios, también el fin vendrá de Él, y así los creyentes perseverarán para el gozo eterno.
Estos son los así llamados Cinco Puntos del Calvinismo. Vamos a proceder ahora a examinarlos con más detalle, puesto que están basados firmemente en la
Palabra de Dios; y fueron sostenidos tenazmente por nuestros antepasados "en la fe que ha sido una vez dada a los santos." Y por aquella fe estamos dispuestos a
contender con valor. Veremos la verdad a la cual se refirió Charles Haddon Spurgeon, cuando declaró: "No es ninguna novedad, entonces, lo que estoy
predicando; no es una nueva doctrina. Amo proclamar aquellas grandes doctrinas antiguas apodadas Calvinismo, pero que son verdaderamente la verdad revelada
de Dios, tal como es en Cristo Jesús."
1. LA DEPRAVACIÓN TOTAL
Al considerar el primero de los cinco puntos principales del Calvinismo, ciertamente lo que debería impresionarnos es el hecho que este sistema comienza con algo
que debe ser fundamental en el asunto de la salvación, es decir, la correcta valoración de la condición espiritual de la persona que ha de ser salvada. Si tenemos
puntos de vista deficientes o superficiales acerca del pecado, entonces estaremos sujetos a tener puntos de vista equivocados en relación a los medios necesarios
para la salvación del pecador. Si creemos que la caída del hombre en el huerto del Edén, fue solamente algo parcial, entonces muy probablemente estaremos
satisfechos con una salvación atribuible parcialmente al hombre, y parcialmente a Dios. Cuán sensatas son las palabras de J. C. Ryle en este punto: "Hay muy
pocos errores y falsas doctrinas," dice, "cuyos principios no puedan ser atribuidos a un punto de vista defectuoso acerca de la corrupción de la naturaleza humana.
Errores en el diagnóstico de una enfermedad, siempre traerán consigo fallas en la administración del remedio. Igualmente, conceptos equivocados acerca de la
corrupción de la naturaleza humana, traerán siempre equivocaciones acerca del gran antídoto y cura de tal corrupción."
Completamente conscientes de la situación, los teólogos de la Reforma y todos aquellos que formularon las enseñanzas reformadas en estos cinco puntos en el
Sínodo de Dort, con recomendaciones basadas firmemente en las Escrituras, declararon que el estado natural del hombre es un estado de depravación total y, por
lo tanto, hay una incapacidad total por parte del hombre para ganar o para contribuir a su propia salvación.
Sin embargo, cuando los calvinistas hablan de depravación total, no quieren decir que todo hombre sea malo hasta el límite de su maldad, ni que el hombre sea
incapaz de reconocer la voluntad de Dios; ni tampoco que sea incapaz de hacer algún bien a sus semejantes, o aun de rendir una lealtad externa en la adoración a
Dios. Lo que quieren decir es que, cuando el hombre cayó en el huerto del Edén, cayó en su "totalidad." Es decir, que la personalidad completa del hombre ha sido
afectada por la caída, y el pecado se extendió a todas sus facultades: la voluntad, la mente y los afectos o las emociones. Creemos que la verdad que afirmamos es
la enseñanza irrefutable de la Palabra de Dios. Los siguientes pasajes de la Escritura representan una selección de algunos pasajes que confirman la enseñanza
calvinista de la depravación total.
La Biblia enseña con absoluta claridad que el hombre, por naturaleza, está MUERTO: ". . . como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la
muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron" (Romanos 5:12). La Biblia nos enseña que los hombres son ESCLAVOS: "Que con
mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están
cautivos a voluntad de él." (2 Timoteo 2:25-26). La Biblia enseña que los hombres están CIEGOS Y SORDOS: "Y les dijo: A vosotros os es dado saber el
misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan" (Marcos
4:11-12). La Biblia nos enseña que el hombre natural (no regenerado), CARECE DE ENTENDIMIENTO ESPIRITUAL: "Pero el hombre natural no percibe
las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente." (1 Corintios 2:14). La
Biblia habla del hombre como siendo NATURALMENTE PECAMINOSO: 1) Por nacimiento: "He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió
mi madre." (Salmo 51:5). 2) Por práctica: "Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del
corazón de ellos era de continuo solamente el mal." (Génesis 6:5).
Este es entonces el estado natural del hombre. Por tanto, debemos preguntarnos ahora: ¿Pueden LOS MUERTOS resucitarse a sí mismos? ¿Pueden LOS
ESCLAVOS liberarse a sí mismos? ¿Pueden LOS CIEGOS darse la vista a sí mismos o LOS SORDOS el oído? ¿Pueden los que CARECEN DE
ENTENDIMIENTO ESPIRITUAL enseñarse a sí mismos? ¿Pueden los que están INCLINADOS NATURALMENTE AL PECADO, cambiarse a sí mismos?
¡Ciertamente no pueden! "¿Quién hará limpio a lo inmundo?" pregunta Job. Y él mismo responde: "Nadie." (Job 14:4). Del mismo modo, el profeta Jeremías
pregunta: "¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas?" Y concluye "Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?"
(Jeremías 13:23).
¿Podría la Palabra de Dios mostrar más claramente con base en esto, que la depravación humana es total, y que nuestra incapacidad para desear o procurar la
salvación es también total? Este cuadro es una descripción de un muerto; un muerto espiritual. Somos como Lázaro en su sepulcro; estamos atados de pies y
manos; y la corrupción se ha esparcido por completo en nosotros. Tal como no había ningún indicio de vida en el cuerpo muerto de Lázaro, así tampoco no hay
ninguna chispa de receptividad interna en nuestros corazones. Pero el Señor realiza el milagro en ambos casos, el muerto físicamente, y el muerto espiritualmente.
Porque la Escritura dice de Él: "Y él os dio vida. . ." nos hizo vivir a aquellos que estábamos "muertos en nuestros delitos y pecados." (Efesios 2:1). La salvación,
pues, por su propia naturaleza, debe ser "del Señor."
2. LA ELECCIÓN INCONDICIONAL
Nuestro rechazo o aceptación de la verdad bíblica que enseña que la condición del hombre por naturaleza es la depravación total, determinará en gran medida
nuestra actitud hacia el siguiente punto analizado en el Sínodo de Dort. La elección incondicional es correctamente expuesta en la Confesión Bautista de Fe de
1689, la cual citamos enseguida como un resumen útil. La elección incondicional es también sostenida, casi en términos idénticos, en la Confesión de Fe de
Westminster, en los Treinta y Nueve Artículos de la Iglesia de Inglaterra, y en las principales confesiones de casi todas las iglesias que tienen raíces históricas.
"A aquellos de la humanidad que están predestinados para vida," dice la Confesión Bautista, "Dios (antes de la fundación del mundo, según su propósito eterno e
inmutable y el consejo secreto y el beneplácito de Su voluntad), los ha escogido en Cristo para gloria eterna, meramente por Su libre gracia y amor, sin que Le
moviera a ello ninguna cosa en la criatura, como condición o causa." (Capítulo 3, Artículo 5).
La doctrina de la elección incondicional se desprende en forma natural y lógica de la doctrina de la depravación total. Es decir, si el hombre está de hecho muerto,
cautivo en el pecado, ciego, sordo, sin entendimiento espiritual e inclinado naturalmente al pecado, entonces, el remedio para solucionar toda esta condición, debe
encontrarse fuera del hombre mismo, esto es, en Dios. En el punto anterior hicimos la pregunta: ¿Puede el hombre resucitarse a sí mismo? Y la respuesta inevitable
es: por supuesto que no. Sin embargo, si algunos hombres y mujeres son resucitados de su muerte espiritual, (nacidos de nuevo es el término usado por el
Evangelio de Juan), y puesto que ellos no son capaces de llevar a cabo esta obra por sí mismos, entonces debemos concluir que fue Dios quien los resucitó
espiritualmente. Por otro lado, puesto que muchos hombres y mujeres no han sido nacidos de nuevo o vivificados, de la misma manera debemos concluir que es
debido a que Dios no los ha resucitado. Si el hombre es incapaz de salvarse a sí mismo, ya que la caída en Adán fue una caída total, y si sólo Dios puede salvar, y
si no todos son salvados, entonces la conclusión debe ser que Dios no ha elegido salvar a todos.
Esto no es una filosofía ciega, sino que es algo extractado de, edificado sobre, sustentado por, y revelado en las Escrituras de Dios. El tema es tan vasto como el
océano mismo; nosotros hemos citado sólo unos cuantos versículos claves y Escrituras que nos sirven de guía en este portentoso mar.
La historia de la Biblia es la historia de la elección incondicional. Es extraño que quienes se oponen a esta doctrina, no puedan reconocer esto. Algunos creyentes
tienen dificultad en creer que Dios pudiera pasar por alto a algunos y escoger a otros; y sin embargo, no tienen dificultad aparente en creer que Dios llamó a
Abraham para que saliera del pueblo pagano de Ur de los Caldeos, y dejara a los demás en su paganismo. ¿Por qué escogería Dios a la nación de Israel como Su
"pueblo especial"? No tenemos necesidad de especular al respecto, porque el libro de Deuteronomio nos da la respuesta: "No por ser vosotros más que todos los
pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó. . ." (Deuteronomio
7: 7-8). (Nota del traductor: la versión King James en inglés traduce: "El Señor no ha puesto su amor sobre vosotros, ni los ha escogido, debido a que vosotros
fuerais más numerosos que todos los pueblos; pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos. Sino porque el Señor os amó. . ."). ¿Por qué escogería
Dios, haciendo completamente de lado las leyes familiares de Israel, al hijo más joven de Jacob, en lugar del primogénito Esaú? Otra vez debemos remitirnos a "la
ley y el testimonio." La Escritura dice: "(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección
permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor servirá al menor. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí." (Romanos
9:11-13).
¿Cuál fue la doctrina que Jesús predicó en la sinagoga de Nazaret, sino la doctrina de la elección incondicional? "Y en verdad os digo que muchas viudas había en
Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; pero a ninguna de ellas fue enviado
Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino
Naamán el sirio." (Lucas 4:25-27). Nosotros conocemos el resultado de que nuestro Señor predicara este mensaje: "Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se
llenaron de ira; y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para
despeñarle." (Lucas 4:28-29).
La falta de espacio nos impide hacer una descripción detallada de la soberanía de Dios al escoger a Su pueblo; pero la verdad es clara: "No me elegisteis vosotros a
mí, sino que yo os elegí a vosotros. . ." (Juan 15:16); "¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para
deshonra?" (Romanos 9:21); y ". . . a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia. . ." (Romanos 9:15), y "según nos escogió en él antes de la
fundación del mundo. . . habiéndonos predestinados para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad." (Efesios 1:4-5),
y así sigue el testimonio de las Escrituras.
Reconocemos que hay una 'clase de elección' que es sostenida por muchos creyentes hoy en día. Hablando en términos generales, esta elección se basa en
Romanos 8:29 "Porque a los que antes conoció, también los predestinó, etc. . ." La idea de esta elección es más o menos como sigue: Dios, dicen, previó a todos
aquellos que iban a aceptar a Cristo, y de este modo Él los eligió para vida eterna. En oposición a este punto, nosotros señalamos que:
1.- La presciencia de Dios es descrita en las Escrituras en conexión con las personas y no con ninguna acción que la gente haya realizado. La Escritura dice:
"Porque a los que antes conoció. . ." Y otra vez Dios habla de este modo a través de Amós: "A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra. . ."
(Amós 3:2). Esto quiere decir que, sin tomar en cuenta ninguna acción, buena o mala, realizada por ellos, Dios los "conoció" en el sentido de que "los amó" y "los
escogió" para que fueran Suyos. Es de este modo que Él conoce previamente a Sus elegidos.
2.- Es inútil decir que Dios nos eligió debido a que Él vio algo que nosotros haríamos, es decir, aceptar a Su Hijo. No somos escogidos debido a que realicemos la
buena obra de 'aceptar' a Cristo, sino que somos escogidos para hacernos capaces de "aceptarle." "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas
obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas." (Efesios 2:10).
3.- Tampoco sirve decir que Dios previó a todos aquellos que creerían y que por esto los escogió. Hechos 13:48 deja esto muy claro: "y creyeron todos los que
estaban ordenados para vida eterna." La elección no se debe a nuestra fe, sino que nuestra fe se debe a que somos elegidos, debido a que somos "ordenados para
vida eterna."
4.- De igual manera, decir que ejercitamos la fe cuando aceptamos a Cristo, y que Dios previó esta fe, y por lo tanto, nos eligió, solamente nos conduce un paso
más hacia atrás, porque ¿de dónde obtuvimos esa fe, para poder ejercitarla? Las Escrituras nos dan la respuesta, afirmando que la fe es un don de Dios y no de
nosotros mismos: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios." (Efesios 2:8).
Ciertamente, en lugar de argumentar en contra de estas cosas, deberíamos estar haciendo lo que el Espíritu Santo nos manda a través del apóstol Pedro: "Por lo
cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección. . ." (2 Pedro 1:10).
3. LA EXPIACIÓN LIMITADA
Esta doctrina no solamente nos trae al tema central de los cinco puntos, sino también a la realidad central del Evangelio, esto es, al propósito de la muerte de Cristo
en la cruz. Esto no es accidental. Los teólogos que asumieron la tarea de defender las verdades de la Reforma Protestante, en contra de los ataques del partido
arminiano, fueron siguiendo una línea bíblicamente lógica en sus formulaciones, habiendo llegado así al eje mismo de la salvación.
Ante todo, ellos habían preguntado: ¿quién ha de ser salvado? La respuesta fue 'el hombre.' Pero las enseñanzas bíblicas a este respecto mostraban que el hombre,
en su estado natural, es totalmente incapaz de salvarse a sí mismo. Así nosotros tenemos la enseñanza de la Biblia acerca del hombre, resumida bajo el encabezado
general de depravación total, o incapacidad total.
Segundo, puesto que algunos hombres y mujeres son indudablemente salvados, entonces debe haber sido Dios mismo Quien los salvó, en distinción del resto de la
raza humana. Esta es la elección: "para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese. . ." (Romanos 9:11). Sin embargo, como dice Spurgeon,
esta elección sólo "marcó la casa donde la salvación llegaría." Todavía se requería de una completa, perfecta y satisfactoria expiación por los pecados de los
elegidos; así Dios podría ser, no sólo un Salvador, sino un Dios justo y Salvador. Esta expiación, como todos nosotros reconocemos, fue consumada a través de la
sumisión voluntaria de Cristo a la muerte en la cruz, donde Él sufrió bajo la justicia de este Dios justo, y obtuvo la salvación que Él como Salvador había
ordenado. En la cruz, entonces, y sin duda todos nosotros aceptamos esto, Cristo llevó el castigo y obtuvo la salvación.
Surge una pregunta ahora: ¿el castigo de quiénes llevó Cristo? Y ¿la salvación de quiénes obtuvo? Hay tres opciones que podemos examinar, para considerar este
punto:
1.- Cristo murió para salvar a todos los hombres sin distinción.
2.- Cristo murió para no salvar a nadie en particular.
El primer punto es sostenido por los llamados 'universalistas.' Dicen que Cristo murió para salvar a todos los hombres y de esta manera ellos, por lógica, suponen
que todos los hombres serán salvados. Si Cristo ha pagado la deuda del pecado, ha salvado, ha rescatado y ha dado Su vida por todos los hombres, entonces todos
los hombres serán salvados.
El segundo punto de vista es el llamado "arminiano," que sostiene que Cristo obtuvo una salvación potencial para todos los hombres. Cristo murió en la cruz,
según este punto de vista, pero aunque Él pagó la deuda de nuestro pecado, Su obra en la cruz no llega a ser eficaz hasta que el hombre 'decide por Cristo' y de este
modo es salvado.
El tercer punto de vista acerca de la expiación, es el llamado Calvinista, y dice que Cristo murió positiva y eficazmente para salvar a un cierto número de
pecadores merecedores del infierno, sobre quienes el Padre ya había puesto Su libre y soberano amor electivo. El Hijo paga solamente la deuda de estos elegidos,
satisface la justicia del Padre por ellos, les imputa Su propia justicia a éstos y así, están completos en Él.
Entonces, la muerte de Cristo sólo pudo haber sido por una de estas tres razones: para salvar a todos; para no salvar a nadie en particular; o para salvar a un
cierto número. El tercer punto de vista es el que sostienen los calvinistas y generalmente es llamado expiación limitada, o redención particular. Cristo murió para
salvar a un número específico de pecadores; esto es, por aquellos que el Padre ". . . escogió en él antes de la fundación del mundo." (Efesios 1:4); por aquellos que
el Padre le había dado del mundo, todos aquellos "que me diste; porque tuyos son." (Juan 17:9); aquellos por quienes Él mismo dijo que derramaría Su sangre:
"porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados." (Mateo 26:28).
Nosotros afirmamos que ésta es la postura que realmente hace justicia al propósito de Cristo al venir a esta tierra para morir en la cruz. ". . . y llamarás su nombre
JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados." (Mateo 1:21). No a los judíos, ciertamente, porque los judíos no fueron salvados como un pueblo. Jesús
"amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella." (Efesios 5:25). "El cual fue entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra justificación."
(Romanos 4:25). ¿De quiénes habla el Espíritu Santo cuando dice nuestros, nuestra? ¿Acaso está hablando del mundo? Si es así, entonces los universalistas
tienen la razón, porque Cristo fue entregado 'por los delitos del mundo' y 'resucitado para la justificación del mundo;' y así el mundo queda justificado delante de
Dios. "Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados." (1 Corintios 15:22). Esto sólo puede significar que toda la posteridad
de Adán muere en Adán, como de hecho muere, porque "así la muerte pasó a todos los hombres." (Romanos 5:12). Pero toda la posteridad de Cristo, es decir, la
iglesia por la cual Él mismo se entregó, es vivificada en Él. ¿Por qué es esto así? Ciertamente es así, porque ¡Él se dio a Sí mismo por ellos! "Por su conocimiento
mi siervo justo justificará a muchos, y cargará con los pecados de ellos." (Isaías 53:11, RVA). Y cuando Él consumó esto, estando colgado en la cruz, dice Isaías
en aquel gran capítulo 53 de su profecía, que "Verá el fruto de la aflicción de su alma y quedará satisfecho. . ." (Isaías 53:11). El trabajo de Su alma al derramarla y
ofrecerla por nuestros pecados, producirá hijos espirituales para la alabanza de Su nombre, y Él será satisfecho, cuando vea esta obra consumada.
No estamos pasando por alto el hecho que hay algunas Escrituras que se refieren al 'mundo,' y muchas personas las han tomado como su punto de partida en la
cuestión de la redención. Sin embargo, cuando comparamos la Escritura con la Escritura, vemos que el uso de la palabra 'mundo' no implica necesariamente a
'cada hombre y cada mujer en el mundo.' Los fariseos dijeron de Jesús: "Ya veis que no conseguís nada. Mirad, el mundo se va tras él." (Juan 12:19); sin embargo,
no todas las personas iban tras de Cristo. La expresión significa "toda clase de persona," normalmente para referirse juntamente a judíos y gentiles. (Nota del
traductor: vea Romanos 11:11-12 y note cuidadosamente el uso intercambiable de las palabras "gentiles y mundo." Para un estudio más a fondo de este tema
recomendamos la lectura del libro "Vida por Su Muerte," del doctor John Owen). La pregunta siempre debe ser la intención Divina: ¿tuvo Dios la intención de
salvar a todos los hombres o no? Si Él no intentó salvar a todos los hombres sin excepción, sino solamente a los elegidos, entonces la obra de Cristo en la cruz fue
un éxito glorioso y estamos en lo correcto al creer que "Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí. . ." (Juan 6:37). Por otro lado, si la intención de Dios fue salvar
al mundo entero, entonces la expiación de Cristo ha sido un gran fracaso, porque un vasto número de hombres no ha sido salvado. ¡Cristo pagó nuestra deuda! ¿La
deuda de quién? ¿La deuda del mundo, o de los elegidos? Ciertamente, si un hombre ha sido rescatado por un redentor, entonces la ley que él ha quebrantado debe
quedar satisfecha, en razón de la obra o del pago que el fiador hizo en su beneficio.
4. LA GRACIA IRRESISTIBLE
Una vez más, este cuarto punto de la creencia del sistema calvinista, es el resultado lógico de todo lo que hemos visto anteriormente. Si los hombres son incapaces
de salvarse a sí mismos debido a su naturaleza caída, y si Dios se ha propuesto salvarlos, y Cristo ha consumado la salvación de ellos, entonces, se deduce por
lógica que Dios debe también proveer los medios para llamarles a los beneficios de la salvación que Él ha obtenido para ellos. Sin embargo, el sistema calvinista
de teología, aunque profundamente lógico, es mucho más que un mero sistema lógico. Es un sistema de creencia bíblica pura, que se encuentra firmemente
apoyado en la Palabra de Dios. Entonces, la doctrina de la gracia irresistible no es un invento de los hombres que redactaron los Cinco Puntos del Calvinismo en el
Sínodo de Dort, sino la manifiesta revelación de la santa Palabra de Dios. Por ejemplo, Romanos 8:30 dice: "Y a los que predestinó, a éstos también llamó." Es
decir, Dios no sólo elige a los hombres y mujeres para la salvación; Él también llama a todos aquellos que Él ha elegido.
¿Qué quiere decir "gracia irresistible"? Nosotros sabemos que cuando el Evangelio es predicado en la iglesia, o al aire libre, o a través de la Palabra de Dios leída,
no todas las personas hacen caso de su llamado. No todas las personas llegan a ser convencidas de sus pecados y de su necesidad de Cristo. Esto explica el hecho
de que hay dos llamamientos. Existe no sólo un llamamiento externo; sino también uno interno. El llamamiento externo puede ser descrito como: "las palabras
del predicador," y este llamamiento, cuando es realizado, puede obrar de diferentes maneras, en decenas de diferentes corazones, produciendo diferentes
resultados. Sin embargo, hay una cosa que este llamamiento no puede hacer: no efectuará la obra de salvación en el alma pecadora. Para que una obra de salvación
sea forjada en el alma, el llamamiento externo debe ir acompañado por el llamamiento interno del Espíritu Santo de Dios, porque es Él quien "convencerá de
pecado, de justicia y de juicio." (Juan 16:8). Y cuando el Espíritu Santo llama por Su gracia a un hombre, a una mujer o a una persona joven, este llamamiento es
irresistible: es decir, este llamado no puede ser frustrado, porque es la manifestación de la gracia irresistible de Dios.
Esta enseñanza es sustentada una y otra vez en la Palabra de Vida de Dios, como por ejemplo, en los siguientes versículos y pasajes:
1.- "Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera." (Juan 6:37). Note que son aquellos que el Padre ha dado a Cristo (los
elegidos), los que vendrán a Él; y cuando vienen a Él, no son echados fuera.
2.- "Nadie puede venir a mí, a menos que el Padre que me envió lo traiga; y yo lo resucitaré en el día final." (Juan 6:44, RVA). Aquí, nuestro Señor está diciendo
simplemente que es imposible que los hombres vengan a Él por sí mismos; el Padre debe traerlos.
3.- "Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí." (Juan 6:45). Los hombres
pueden oír el llamamiento externo; pero son aquéllos que han sido enseñados por el Padre, quienes responderán y vendrán a Cristo. Así, con Simón Pedro:
"Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos." (Mateo 16:15-17).
4.- "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios." (Romanos 8:14).
5.- "Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia." (Gálatas 1:15).
6.- "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable." (1 Pedro 2:9).
7.- "Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo. . ." (1 Pedro 5:10).
Ciertamente, una ilustración notable de esta enseñanza de la gracia irresistible o llamamiento eficaz, es el incidente del cual leemos en Hechos 16. El apóstol Pablo
predicaba el Evangelio a un grupo de mujeres junto al río, en Filipos; y mientras él estaba hablando: "Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de
la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía." (Hechos 16:14).
Pablo, el predicador, habló a los oídos de Lidia, y este es el llamamiento externo. Pero el Señor habló al corazón de ella, y este es el llamamiento interno de la
gracia irresistible.
Los arminianos creen que hombres y mujeres tienen la capacidad de resistir el llamado del Evangelio de Dios, y así lo hacen. Por lo tanto, ellos se oponen diciendo
que no puede haber tal doctrina de la gracia irresistible de Dios. Nosotros creemos que hombres y mujeres no sólo pueden resistir el Evangelio de Dios, como de
hecho lo hacen; sino que también, debido a su naturaleza caída, deben resistir el Evangelio de Dios. Por lo tanto, es necesaria la existencia de una doctrina como la
doctrina de la gracia irresistible. En otras palabras, nuestras almas deben ser puestas bajo una influencia más grande que nuestra propia naturaleza, más grande que
nuestra resistencia, o de lo contrario estamos destinados a ser condenados para siempre, puesto que "el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios." (1 Corintios 2:14). Hay tres grandes fuerzas que trabajan en la obra de la salvación del hombre:
¿Cuál de estas tres fuerzas tendrá la victoria? Si la voluntad de Dios no resulta victoriosa en este asunto de la salvación, entonces, resultará victoriosa la voluntad
del Diablo, porque él es más fuerte que nosotros. Thomas Watson, un antiguo puritano del siglo XVII, describió el asunto, vívidamente, en las siguientes palabras:
"Dios cabalga con fuerza, conquistando en el carro de Su Evangelio. . . Él conquista el orgullo del corazón y hace que la voluntad, la cual se resistía como una
fortaleza real contra Él, se rinda y doblegue ante Su gracia; y hace sangrar al corazón de piedra. ¡Oh, este es un poderoso llamamiento! ¿Por qué, entonces, algunos
hombres parecen hablar de una persuasión moral? ¿Por qué dicen que en la conversión de un pecador, Dios sólo persuade moralmente y nada más? Si en la
conversión, Dios sólo pudiera persuadir moralmente y nada más, entonces Él no pondría mucho más poder en la salvación de los pecadores, de lo que el Diablo
hace para su destrucción."
¿Cuál voluntad obtendrá la victoria? ¿La nuestra? Pero, ¿acaso no se resistía, de hecho, como una fortaleza real en contra del Señor? "Y no queréis venir a mí para
que tengáis vida." (Juan 5:40). ¿Acaso la victoria será de la voluntad del Diablo? Entonces, quién podría ser salvado jamás, puesto que la voluntad suya será
siempre más fuerte que la nuestra. Pero, ciertamente, este es el Evangelio, que "uno más fuerte que el fuerte" aparece conquistando y para conquistar, en el carro
de Su Evangelio; y Él, efectivamente, conquista a Satanás, como también al hombre débil, todo para la alabanza de Su irresistible gracia. (Vea Lucas 11:21-23).
Ahora, como punto final, la doctrina de la perseverancia de los santos. Con el fin de resumir, vamos a referirnos otra vez a la Confesión Bautista, la cual está de
acuerdo en este punto con las otras confesiones históricas de fe. "Aquellos a quienes Dios ha aceptado en el Amado, y ha llamado eficazmente y santificado por Su
Espíritu, y a quienes ha dado la preciosa fe de Sus elegidos, no pueden caer ni total ni definitivamente del estado de gracia, sino que ciertamente perseverarán en él
hasta el fin, y serán salvos por toda la eternidad, puesto que los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables. . ." (Confesión Bautista de 1689, Capítulo 17;
párrafo 1). Nuevamente vamos a demostrar que esto es exactamente lo que las Escrituras nos enseñan.
"Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos
hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. ¿Qué, pues,
diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?. . . Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor
nuestro." (Romanos 8:29-31; 38-39).
Otra vez, tenemos que reconocer el hecho de que, todo lo que los hombres del Sínodo de Dort (y todos aquellos que enseñan de la misma manera), estaban
haciendo, era poner dentro de un pequeño esquema, en una forma sistemática, las enseñanzas del Evangelio de la libre y soberana gracia de Dios. Si el hombre no
puede salvarse a sí mismo, entonces Dios debe salvarle. Si no todos los hombres son salvos, entonces Dios no ha salvado a todos. Si Cristo ha hecho la satisfacción
por pecados, entonces, esta expiación es por los pecados de aquellos que son salvados. Y si Dios se propuso revelar esta salvación en Cristo a los corazones de
todos aquellos a quienes Él escogió salvar, entonces, Dios proveerá los medios necesarios y eficaces para realizarlo así. Por lo tanto, si habiendo decretado
salvar, habiendo muerto para salvar, y habiendo llamado a la salvación a aquellos que jamás se salvarían por sí mismos; entonces, Él también preservará a
aquellos salvados hasta la vida eterna, para la gloria de Su Nombre.
De este modo, siguiendo la depravación total, la elección incondicional, la expiación limitada, y el llamamiento eficaz, llegamos a la perseverancia de los santos.
"Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo." (Filipenses 1:6). La Palabra de Dios
contiene múltiples referencias acerca de esta bendita verdad. "Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada,
sino que lo resucite en el día postrero." (Juan 6:39). "Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano." (Juan 10:28). "Porque si
siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida." (Romanos 5:10).
"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús. . ." (Romanos 8:1).
Este es el sello del creyente, que él pertenece a Cristo; que él está perseverando en las cosas de Cristo; que él está procurando tanto más hacer firme su vocación y
elección. (Vea 2 Pedro 1:10). El creyente en Cristo puede caer en la tentación, pero el Señor "no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará
también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar." (1 Corintios 10:13). Así que el creyente se fortalecerá y seguirá fortaleciéndose cada vez
más, en las cosas relacionadas con su salvación, para la gloria de Cristo.
Los versículos incomparables de Romanos 8:28-29, muestran la lógica en la salvación eterna de Dios; la lógica que el Calvinismo afirma. La salvación que
comienza en la mente y el propósito de Dios, debe terminar en el completo cumplimiento de Su inquebrantable propósito de que "aquellos que antes conoció,"
sean unidos eternamente con su Salvador.
CONCLUSIÓN
Entonces, en una forma general, esta es la enseñanza que algunas veces es llamada Calvinismo. Lejos de ser una innovación del hombre, esta es la doctrina de la
Palabra de Dios, claramente formulada y expuesta.
Sin embargo, seguramente surgirá la pregunta: pero, ¿no estorba la obra evangelística, esta doctrina del Calvinismo? Una rápida mirada a la historia de la Iglesia
de Cristo en este mundo, será suficiente para invalidar tal opinión. Porque encontraremos que el Evangelio ha florecido más en los lugares y en los tiempos en que
el pueblo de Dios ha sostenido estas doctrinas de gracia cerca de sus corazones. Pensemos en el celo de William Carey, que le condujo desde su taller de zapatos
hasta hacer la obra evangelística por Cristo en la India. William Carey era un sólido calvinista, como también lo fue Andrew Fuller, otro bautista que ayudó a
formar la Sociedad Bautista Misionera. Considere las siguientes palabras del piadoso David Brainerd, aquel hombre que creyó que los indios pieles rojas, al igual
que los hombres blancos, tenían también un alma: "Y entonces tuve dos deseos," escribe Brainerd en su diario, "mi propia santificación, y la salvación de los
elegidos de Dios." Uno de los más grandes evangelistas de los tiempos modernos fue el también calvinista George Whitfield; no obstante, su calvinismo nunca
frustró o impidió su predicación del Evangelio de Cristo: "Con cuánta pasión divina," se dijo de él, "exhortó a los pecadores a volverse a Cristo."
El Calvinismo, si podemos usar esta palabra sin que seamos malentendidos, fue también el Evangelio de Robert Murray M'Cheyne, como también lo fue de
Andrew Bonar, y William Burns, aquel gran líder del avivamiento y misionero en China. Mártires, Reformadores, líderes de la Iglesia de Cristo en la tierra,
cuando hablan del Evangelio que ellos predicaron y por el cual murieron, hablan del Evangelio de la gracia salvadora de Dios para su rebaño elegido. ¿Cómo
podría comenzar uno a enumerarlos? Lutero, Calvino, Tyndale, Latimer, Knox, Wishart, Perkins, Rutherford, Bunyan, Owen, Charnock, Goodwin, Clavel,
Watson, Henry, Watts, Edwards, Whitefield, Newton, Spurgeon, todos ellos son sólo un puñado del noble ejército de testigos de la verdad de la gracia soberana.
¿Acaso su labor para el Señor sufrió tropiezos por lo que creían? Y, ¿qué es lo que creían? Ellos creían que Dios es el Soberano Señor. Ellos se atrevieron a creer
que adoraban y servían a un Rey que hace "todas las cosas según el designio de su voluntad." (Efesios 1:11). Bien dijo el príncipe de los predicadores, Charles
Haddon Spurgeon: "He conocido hombres que muerden sus labios y rechinan sus dientes llenos de ira, cuando predico la soberanía de Dios. . . los doctrinarios de
hoy admitirán un Dios, pero claro, Él no debe ser un Rey." ¿Acaso podemos decir que Spurgeon estorbó al Evangelio? Y sin embargo, ¡cuántos se han levantado
en lucha contra él, a causa de su doctrina! Él diría: "somos menospreciados como 'sectarios' (hipercalvinistas), escasamente algún ministro voltea a vernos o habla
favorablemente de nosotros; debido a que sostenemos fuertes convicciones acerca de la soberanía de Dios, y Su elección divina y amor especial hacia Su pueblo."
Quizás una palabra del mismo gigante de la iglesia servirá como una exhortación final, para que nos aferremos con firmeza a estas benditas verdades de la Palabra
de Dios y las proclamemos con denuedo, para la alabanza de Su nombre. "La antigua verdad que Calvino predicó, que Agustín predicó, que Pablo predicó, es la
verdad que yo debo predicar hoy o de lo contrario sería falso a mi conciencia y a mi Dios. Yo no puedo darle forma a la verdad, y no sé cómo limar las asperezas
de una doctrina. El Evangelio de John Knox es mi Evangelio; aquel Evangelio que tronó a través de toda Escocia, debe tronar otra vez a través de toda Inglaterra."
Amén y Amén.