Personalidad PDF
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INTRODUCCIÓN
La etimología de la palabra persona tiene su origen en la lengua griega, significando
etimológicamente "máscara", es decir, algo asumido, que no es propio de uno, algo que no es
sustancial sino añadido. Los actores del teatro se ponían máscaras (personas) para
representar los distintos papeles de la pieza teatral; y éste es el origen del primitivo significado
de la palabra. En el siglo III, los teólogos cambian el sentido del vocablo y entienden por
persona algo interior, de matiz sustancial o esencial. Y en el siglo VI, Boecio añade a esta
concepción el atributo de la racionalidad. En psicología conviene destacar la interpretación
de Jung, discípulo de Freud, para quien el término persona significa cara (mascara) que el
hombre presenta a la sociedad en que se desenvuelve. Cara que puede ser distinta a sus
sentimientos e intereses reales.
La personalidad es el resultado de la articulación dinámica de los aspectos psicológicos
(intelectuales, afectivos, cognitivos y pulsionales) y biológicos (fisiológicos y morfológicos)
característicos de cada persona y que le distinguen de las demás. Durante un largo período
de tiempo, se consideró que la personalidad era inmodificable. Una de las características de
la máscara en el teatro antiguo era su permanencia, su fijeza, por eso probablemente se
adoptó el término personalidad para designar los rasgos característicos de una persona. En
la actualidad esta idea está totalmente descartada.
En nuestro caso vamos a adoptar la definición de W. Allport:
1. El Temperamento
2. El Carácter
Etimológicamente el término carácter proviene del griego y significa "marca" o “sello" que
distingue inconfundiblemente a una persona. El carácter es el que determina formas
constantes y típicas de actuar de una persona.
"Carácter es el conjunto de rasgos de personalidad, relativamente perdurables, que tienen
importancia moral y social".
La niñez y adolescencia son etapas muy importantes en la formación del carácter, tanto
positiva como negativamente. Las fallas, lagunas, distorsiones, experiencias traumáticas, así
como las costumbres, vivencias felices y satisfactorias, normas y prácticas morales y éticas
van señalando y matizando el carácter. El hogar, la escuela los grupos de amistad, son los
ambientes más influyentes en la formación del carácter. Todas las teorías del carácter tienen
en común la idea de que no se manifiesta de forma total y definitiva en la infancia, sino que
pasa por distintas fases hasta alcanzar su completa expresión al final de la adolescencia.
Todos los elementos que integran el carácter se organizan en una unidad que se conoce como
estabilidad y proporciona al carácter coherencia y cierto grado de uniformidad en sus
manifestaciones, con los cambios lógicos que ocurren a lo largo de la vida. En él intervienen
principalmente las funciones psíquicas, así como la acción del ambiente. A partir de esos
elementos se desarrollan los factores individuales, que conforman el particular modo de
reaccionar y enfrentar la vida que presenta una persona.
3. La Inteligencia:
En sí la inteligencia no es algo material, sino un concepto abstracto al que se ha llegado por
un proceso de análisis y síntesis de sus consecuencias.
En eso que llamamos «inteligencia» confluyen una serie de elementos que tienen que ver con
el aprendizaje, la adaptación a situaciones nuevas, la solución de problemas, el proponerse
fines, la capacidad de valoración y autocrítica.
Según Gardner “La inteligencia es la capacidad de comprender el entorno y utilizar ese
conocimiento para determinar la mejor manera de conseguir unos objetivos concretos”.
Sabemos que cada persona se adapta a la realidad de una manera diferente, entonces la
inteligencia es una forma de interactuar con el mundo, y engloba habilidades tales como el
control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la
empatía, la agilidad mental, etc. Estas habilidades configuran rasgos de carácter (como la
autodisciplina, la compasión o el altruismo), que resultan indispensables para una buena y
creativa adaptación social.
Por lo tanto, ser inteligente es una forma de comportarse y actuar, de vivir: es, si así quiere
decirse, una forma de ser.
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4. Status y Roles Sociales:
Estos dos términos tienen significado muy preciso en sociología. El status es definido por
Krech: "Es la posición o situación de un individuo en la jerarquía de prestigio de un grupo y
que en un momento determinado le será respetado." Es el conjunto de consideraciones
otorgadas al puesto que un individuo desempeña. Es decir, es algo que no merece el
individuo por sus cualidades o características relevantes, sino que se le da por desempeñar
un puesto independientemente del valor de la persona.
El rol lo define el mismo Krech así: "Es la estructura de necesidades, objetivos, creencias,
sentimientos, actitudes, valores y conductas que los miembros de una comunidad esperan
que debe caracterizar al ocupante de una posición." La personalidad de un individuo se
halla moldeada por el rol y el status que ocupa en la sociedad. Todo individuo tiende a
encuadrar su personalidad de acuerdo con la posición y el papel que desempeña en la sociedad.
Así, al que ocupa el puesto de ejecutivo, la sociedad lo considera altamente, y le exige un
determinado comportamiento: cierto tipo de relaciones, utilizar un carro lujoso, tener chofer,
vestir de una determinada forma.
Lo mismo pudiera decirse de las diferentes profesiones: socialmente unas son consideradas
superiores a otras, y de acuerdo con este nivel se exige una conducta determinada a quienes
las ocupan. De este hecho pueden derivarse conflictos a nivel personal, cuando las
características de un individuo no se acomodan a las exigencias del status. Y de esta misma
situación se origina también la falsa concepción de la personalidad en la que se identifica la
conducta que se le exige por ocupar un cargo determinado, con las características internas
que un individuo realmente posee. A su vez, el rol profesional está moldeado por la
personalidad, ya que cada individuo desempeña el papel social que le corresponde
imprimiéndole sus características personales. Se produce una interrelación mutua: el status
y el rol exigen un comportamiento determinado del individuo, y éste imprime ciertas
características de su personalidad, a su actuación.
Personalidad, pautas de pensamiento, percepción y comportamiento relativamente fijas y
estables, profundamente enraizadas en cada sujeto.
La personalidad es el término con el que se suele designar lo que, de único, de singular,
tiene un individuo, las características que lo distinguen de los demás. El pensamiento, la
emoción y el comportamiento por sí solos no constituyen la personalidad de un individuo;
ésta se oculta precisamente tras esos elementos. La personalidad también implica
previsibilidad sobre cómo actuará y cómo reaccionará una persona bajo diversas
circunstancias.
Aquí agrupamos a las teorías que describen la personalidad a partir de “rasgos”. La noción de
rasgo es equiparable a la de disposición psicológica. En el sentido etimológico del término, un
rasgo es un carácter distintivo de algo; sin embargo, el rasgo no se puede tomar en su sentido
etimológico sino como una nota regulativa o representativa de muchas otras notas conductuales.
El rasgo se puede definir como un atributo funcional relativamente persistente que inclina al
individuo, por hacerlas más fáciles, hacia cierto tipo de respuestas o hacia cierta clase de
situaciones. Los psicólogos descriptivos han desarrollado una serie de procedimientos de medida
para clasificar a los individuos en torno a unos rasgos.
Por lo tanto, cada individuo posee una constelación de rasgos de la personalidad, que
pueden ser inferidos de su comportamiento Ejemplo de la evaluación de rasgos es el Test
BIG FIVE INVENTORY, el cual mide cinco rasgos o dimensiones de la personalidad.
Las teorías de los rasgos son esencialmente descriptivas. Ofrecen un medio para clasificar
las personalidades, pero no explican por qué éstas son como son. Con todo, estas teorías
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tienen la ventaja de que es muy sencillo someterlas a comprobación experimental; además,
la investigación apoya su utilidad para identificar la personalidad.
Afabilidad
Individuos con puntuaciones altas: condescendientes, geniales, comprensivos, indulgentes,
corteses, generosos, flexibles, modestos, íntegros, afectuosos, realistas, espontáneos.
Individuos con puntuaciones bajas: antagónicos, incomprensivos, exigentes, descorteses,
crueles, altaneros, irritables, engreídos, obstinados, desconfiados, egoístas,
insensibles, ásperos, tortuosos, prejuiciados, hostiles, volubles, tacaños, mentirosos,
insensibles.
Escrupulosidad/ Confiabilidad
Individuos con puntuaciones altas: organizados, eficientes, confiables, meticulosos,
perseverantes, cautelosos, puntuales, decididos, mensurados, consistentes, frugales,
ordinarios, analíticos.
Individuos con puntuaciones bajas: desorganizados, descuidados, inconsistentes,
olvidadizos, apresurados, vagos, perezosos, indecisos, imprácticos y rebeldes.
Estabilidad emocional
Individuos con puntuaciones altas: no excitables, no emotivos, autónomos,
individualistas.
Individuos con puntuaciones bajas: inseguros, ansiosos, quisquillosos, emotivos,
envidiosos, crédulos, entrometidos.
Cultura/intelecto/apertura
Individuos con puntuaciones altas: introspectivos, profundos, intuitivos, inteligentes,
creativos, curiosos, refinados.
Individuos con puntuaciones bajas: superficiales, poco imaginativos, poco observadores,
ignorantes.
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BIBLIOGRAFIA
Morris (2000). "Psicología". Prentice Hall.
Allport, G. W. (1937). "Personality: A psychological interpretation". Prentice Hall.
Cattell, R. B. (1950). "Personality: A systematic, theoretical, and factual study." New
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personality (4th ed.). Englewood Cliffs, NJ: Prentice Hall.
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Holland, J. L. (1973) Making vocational choices: A theory of careers. Englewood
Cliffs,
NJ: Prentice-Hall.
Holland, J. L. (1985). The self-directed search professional manual. Odessa, FL:
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Kertész, Roberto, (1993). "Análisis transaccional en vivo", resumen cap.1 y 2.
Buenos Aires: Editorial IPPEM,
Thompson y DeBold, "Introducción Sistemática a la Psicología". Ediciones Paidó
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