Algunas Incidencias Del Principio de Coparentalidad

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Algunas incidencias del principio de coparentalidad

por JUAN MANUEL LEONARDI


11 de Agosto de 2020
www.saij.gob.ar
Id SAIJ: DACF200172

I. Su previsión en las convenciones internacionales.

La coparentalidad es un derecho humano que se encuentra anclada en el sistema constitucional-convencional.


El preámbulo de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) reconoce el derecho de todo niño a alcanzar
un "pleno y armonioso desarrollo de su personalidad" en el marco de un contexto familiar donde participen
activamente sus dos progenitores "en un ambiente de felicidad, amor y comprensión". A su vez el artículo 7°
subraya el derecho del niño "en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos". El
artículo 9° en su primer inciso dispone que "Los Estados partes velarán porque el niño no sea separado de sus
padres contra la voluntad de éstos, excepto cuando a reserva de revisión judicial, las autoridades competentes
determinen de conformidad con la ley y los procedimientos aplicables que tal separación es necesaria en el
interés superior del niño". Por fin, el art. 18° garantiza el principio por el cual "ambos padres tienen obligaciones
comunes en lo que respecta a la crianza y desarrollo del niño".- Sin lugar a dudas, esta es la solución que mejor
comulga con la efectiva satisfacción del interés del niño (art. 3° CDN), porque le asegura el mantenimiento de
una relación estrecha y fluida con ambos padres, más allá de las contingencias que pueda atravesar la relación
de la pareja parental(1).

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), la Convención sobre la Eliminación de todas las
formas de discriminación contra la Mujer (CEDAW, art. 16, inc. d) y también la Convención Americana de
Derechos Humanos (CADH, art. 17.4) insisten en que ante la hipótesis de la disolución debe considerarse el
interés del niño. El PIDCP dice que deben tomarse medidas de protección. La CEDAW apunta a la
"consideración primordial del interés del hijo" frente a la ruptura. La CADH va más lejos y dice que los conflictos
que surjan con ocasión de la ruptura deben resolverse sobre la "base única" del interés del niño(2).

La responsabilidad que incumbe a ambos padres en la crianza y educación de los hijos, esto es, la
corresponsabilidad parental, aparece indisolublemente ligada, particularmente en textos internacionales, al
interés superior de los hijos(3), en términos que puede postularse que, a ambos padres les corresponden
responsabilidades respecto de sus hijos no tanto porque ambos tienen iguales derechos, sino porque así lo
demanda el interés superior de los niños(4), es decir, las responsabilidades parentales compartidas, reflejan
materialmente el interés de los hijos. La finalidad del establecimiento de la corresponsabilidad parental no es
primordialmente satisfacer los deseos e intereses de los progenitores, sino proteger los derechos e intereses de
los hijos. Por su intermedio se permite que se hagan efectivos algunos derechos de los hijos en las relaciones
de familia, como el derecho que los hijos tienen a relacionarse con ambos progenitores, aun en situaciones de
crisis (art. 9 CDN)(5).

II. Recepción en el Código Civil y Comercial de la Nación.

Una resumida explicación la encontramos en los Fundamentos del Anteproyecto cuando expresa:

"La incorporación de los tratados de los derechos humanos en el bloque constitucional (artículo 75, inc. 22,
Constitución Nacional) ha tenido un fuerte impacto en las relaciones padres e hijos".
"Si los hijos tienen derecho a relacionarse con ambos padres por igual, el sistema legal que mejor responde a
este principio es el del ejercicio de la responsabilidad parental conjunta, convivan o no los progenitores".

"Se diferencia el ejercicio de la responsabilidad parental del cuidado personal del hijo. El cuidado personal es
uno de los deberes y derechos de los progenitores que se derivan del ejercicio de la responsabilidad parental y
atañe a la vida cotidiana del hijo. En caso de ruptura de la pareja (matrimonial o unión convivencial), el cuidado
personal (término que reemplaza el de 'tenencia', criticado mayoritariamente por la doctrina) puede ser
compartido (regla) o unilateral (excepción)".

"El régimen compartido admite dos modalidades: el alternado (que supone que el hijo convive un tiempo con
cada uno de los progenitores) y el indistinto (según el cual ambos progenitores realizan las labores según las
necesidades del grupo familiar, con independencia del lugar donde el niño reside principalmente). Este
Anteproyecto privilegia el último de los mencionados, por considerar que es el que respeta mejor el derecho
constitucional del hijo a 'mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular'
(artículo 9 de la Convención sobre los Derechos del Niño), reafirmándose el principio de 'coparentalidad'. Hasta
ahora, la custodia personal compartida (mal llamada 'tenencia compartida') ha ingresado en la práctica a través
de los acuerdos de los progenitores celebrados tras la ruptura de la pareja (matrimonial o no) por aplicación del
principio de la voluntad cuyo límite es 'el interés superior del niño' (conf. art. 3 de la Convención sobre los
Derechos del Niño, y artículo 3 de la ley 26.061)".

A grandes rasgos podemos decir que fue concretado, en cuanto a la 'responsabilidad parental' en el art. 638 que
instituye el concepto y consigna que corresponde a los progenitores. El caso de la 'responsabilidad parental' no
ofrece mayores dificultades toda vez que es el propio Código el que establece el sistema de ejercicio compartido
(art. 641, incs. a] y b]).

En cuanto al 'cuidado personal' es definido en el art. 648 del CCyC y también consigna que corresponde a los
progenitores, preceptuando en el art. 649 las clases cuando los ascendientes no conviven, describiendo en la
norma siguiente las modalidades del cuidado personal compartido, estableciendo luego que la regla es el
cuidado compartido del hijo con la modalidad indistinta, excepto que no sea posible o resulte perjudicial para el
hijo (art. 651), motivo por el cual establece la posibilidad de que los progenitores pueden presentar un plan de
parentalidad (art. 655) caso contrario, si no existe acuerdo o no se ha homologado el plan, el juez debe fijar el
régimen de cuidado de los hijos y priorizar la modalidad compartida indistinta, excepto que por razones
fundadas resulte más beneficioso el cuidado unipersonal o alternado (art. 656).

Apreciamos así que el CCyC respeta la libertad de los padres para decidir cómo organizar la convivencia con el
hijo, pero además orienta al juez en que la regla debe ser la custodia compartida bajo la modalidad indistinta. De
conformidad con lo expresado, se incentiva a los progenitores a elaborar un 'plan de parentalidad' tras la ruptura
de la pareja.

III. Opinión de la doctrina.

La coparentalidad no es un principio correctivo de la separación física de los padres. En su matriz teórica que
nace en la década del '90, la coparentalidad surge para explicar la paradigmática interacción de padre y madre
en la crianza del hijo(6).

El "principio de coparentalidad" está detrás de las preferencias del legislador en materia de 'cuidado' y de '
responsabilidad parental'. El legislador prefiere que la 'responsabilidad parental' tenga cotitularidad de ambos
padres y que el 'cuidado' sea compartido, aunque haya una residencia principal; la variable de la mutua
compañía e interacción de padres e hijos durante la niñez y adolescencia tiene efectos benéficos
significativos(7).

El régimen normal de comunicación y de relaciones personales hace al enriquecimiento espiritual y afectivo del
niño, así como a la saludable estructuración de su identidad en cualquier familia. Pero fácil es advertir la enorme
importancia de este instituto en el orden personal y familiar en aquellas afectadas por procesos de divorcio o
quiebre de la convivencia, tan pronto se perciba que su finalidad es fomentar y favorecer los vínculos entre los
miembros de la familia, de manera que no se agraven para los protagonistas pasivos del conflicto
-concretamente, para los hijos menores de edad- las secuelas de las separaciones y de las rupturas de uniones
de pareja que acontecen entre los adultos(8).

No cabe duda de que el asunto es de una magnitud mayúscula. Es que la interacción de los hijos con sus dos
progenitores hace a la correcta estructuración del psiquismo del niño; a su autoestima personal; a generarle
confianza en el mundo; a prevenirlo contra disfunciones y patologías psíquicas; en suma, a no quedar
desnutridos en el desarrollo de su identidad al perder la mitad de su linaje(9).

Para decirlo en muy pocas palabras, no tener vínculos con uno de sus progenitores genera en el niño o
adolescente una grave pérdida de su patrimonio yoico, que es el sustento de su identidad. De ahí que, en el
mantenimiento de una adecuada relación con cada uno de sus padres está en juego el mismo porvenir del
niño(10).

La coparentalidad continuada implica involucramiento más o menos compartido y equitativo de ambos en el


cuidado de sus hijos. Ello ha de favorecer su mejor acceso a ambos padres, y el mantenimiento de los dos -en
roles parentales efectivos, con un sistema cooperativo y solidario entre ellos. No se discute que la meta más
preciada de la co-parentalidad, que emerge de su buen funcionamiento, será la seguridad emocional de los
hijos(11).

IV. La jurisprudencia.

Como toda modificación, y en materia de familia fue trascendente e innovador, la jurisprudencia -voluntaria e
involuntariamente- ha resistido su aplicación plena manteniendo los criterios utilizados con la vigencia del código
velezano.

Sin embargo, algunos Tribunales han resuelto en concordancia con los nuevos principios incorporados al Código
Civil y Comercial de la Nación por la Ley 26.994 que entró en vigencia el 01/08/2.015 (conf. art. 1° de la Ley
27.077) modificando decisiones adoptadas en instancia de origen que no se conformaban por completo e
incluso rechazando la pretensión de cuidado individual del progenitor a pesar del desinterés manifiesto
exteriorizado por la progenitora.

Como ejemplo de ello podemos citar los siguientes:

(1) En materia de contacto de los niños, cuando se produce la ruptura de la convivencia, el art. 655 CCC
estimula a elaborar un 'plan de parentalidad' para decidir cómo organizar no sólo el tiempo que cada uno de
ellos permanece con sus hijos, sino las responsabilidades que cada uno asume respecto de las actividades que
realizan. Si no logran arribar a un acuerdo y deciden canalizar el conflicto judicialmente, el juez adoptará la
decisión teniendo en cuenta prioritariamente la conveniencia del niño (art. 656 CCC).

No obstante, en virtud del principio de coparentalidad mencionado, salvo que razones prácticas lo desaconsejen
(distancia con la escuela y las actividades del domicilio, imposibilidad horaria por su trabajo de acompañar al
niño/a en sus proyectos, etc.) siempre que el padre quiera y pueda destinar su tiempo al cuidado cotidiano de su
hijo/a, en igual medida que la madre, debe otorgársele el mismo tiempo que a ella (art. 16 CN y arg. 651 CCC),
dentro de las posibilidades. Ello sin perjuicio de que no asiste razón al apelante respecto a que significa un
'riesgo' para L. y M. el traslado a las 22 hs. o que implique un 'desgaste' trasladarlos a la casa materna, y que el
régimen ideado por la juez a quo no viola el derecho a la igualdad, sólo es más equitativo y refleja en mayor
medida la coparentalidad que propicia el nuevo código(12).

(2) Los artículos 648 y subsiguientes del Cód. Civ. y Comercial, prevén que el cuidado personal de los hijos tiene
tres formas de desarrollarse: puede ser de manera compartida, con sus modalidades indistinta y alternada, o
unilateral. La norma establece como principio general que debe otorgarse el cuidado personal compartido y sólo
de manera excepcional se puede atribuir exclusivamente a uno de ellos. Ello refleja con claridad el derecho a la
co-parentalidad de los hijos que 'encuentra sustento en la idea de compartir y en la importancia de observar el
acceso a ambos progenitores como un derecho humano del niño' (Cfr.: Culaciati, Martín Miguel: "Determinación
del ejercicio de la responsabilidad parental. El derecho de Niños, Niñas y Adolescentes a la coparentalidad", en
Fernández, Silvia Eugenia: "Tratado de derechos de Niños, Niñas y Adolescentes", Abeledo Perrot, Buenos
Aires, 2015, T. I, p. 760). Por otra parte el art. 653 dispone con claridad que el otorgamiento del cuidado
'unilateral' es de carácter excepcional y que para su viabilidad deben ponderarse las pautas que el mismo
artículo enumera. La jurisprudencia ha sido clara en este camino destacando que 'la ley dispone la preferencia
del cuidado compartido indistinto, que permite consolidar un lugar de residencia fijo para el hijo. A partir de estos
lineamientos, la normativa vigente aporta una regla general dirigida al iudex que establece que ante la falta de
acuerdo de los/las progenitores/as a pedido de uno o ambos progenitores o de oficio, el juez debe otorgar, como
primera alternativa, el cuidado compartido del hijo con la modalidad indistinta, excepto que no sea posible o
resulte perjudicial para el hijo (art. 651), determinando como supuesto de excepción el cuidado personal
unilateral (art. 653). La reforma privilegia el cuidado compartido en la modalidad indistinta al ser considerado el
sistema que mejor asegura el derecho constitucional del hijo a 'mantener relaciones personales y contacto
directo con ambos padres de modo regular' en igualdad de condiciones (arts. 9° y 18 de la Convención sobre los
Derechos del Niño) y respetar así el principio de coparentalidad" (Cfr.: Cámara de Familia de 1ª Nominación
Córdoba, Auto N° 28, 16/03/2017, "Cuerpo de apelación en autos: R., N. E. c. R., G. - Juicio de alimentos -
Contencioso. Recurso de apelación". En Tavip, G. (director): "El derecho de las familias a la luz del Código Civil
y Comercial de la Nación. Reseña Jurisprudencial. Compilado de los primeros pronunciamientos", Nuevo
Enfoque, Córdoba, 2018, p. 250). También se refiere que 'el nuevo paradigma que recepta el Código Civil y
Comercial de la Nación prevé que el cuidado personal unilateral sólo será fijado de manera excepcional, cuando
la primera alternativa no sea posible o resulte perjudicial para el hijo (art. 651 Cód. Civ. y Comercial). En
consecuencia, para que se resuelva adoptar dicha modalidad de carácter restrictivo corresponde al peticionante
probar exhaustivamente el grave perjuicio que la aplicación de la regla general le importaría a la niña' (Cám. de
Flia. de 2° Nom. Cba., Auto N° 150, 13/10/2016, "V. A., N. A. y otro - Solicita homologación - Recurso de
apelación". En Tavip, G. (director): "El derecho de las familias a la luz del Código Civil y Comercial de la Nación.
Reseña Jurisprudencial. Compilado de los primeros pronunciamientos", Ob. Cit., p. 2563)(13).

V. Incidencia (1) en la fijación del régimen de cuidado de los hijos y (2) en la fijación de la cuota alimentaria.

Acorde al principio de coparentalidad el CCyC establece que la 'responsabilidad parental' tiene cotitularidad de
ambos padres (art. 641, incs. a] y b]) y que la regla general es el 'cuidado' compartido (art. 651).

El caso de la 'responsabilidad parental' no ofrece mayores dificultades toda vez que es el propio Código el que
establece el sistema de ejercicio compartido (art. 641, incs. a] y b]).

En cambio, el 'cuidado' de los hijos es más complejo y ofrece diversos matices y variantes en su concreción.
"El Anteproyecto respeta la libertad de los padres para decidir cómo organizar la convivencia con el hijo, pero
además orienta al juez en que la regla debe ser la custodia compartida bajo la modalidad indistinta; ... De
conformidad con lo expresado, se incentiva a los progenitores a elaborar un 'plan de parentalidad' tras la ruptura
de la pareja;..."(14).

(1) Incidencia en la fijación del régimen de cuidado de los hijos.

Este es uno de los supuestos en que tienen incidencia las directivas convencionales y legales supra
mencionadas; ellas obligan y, por tanto, deben ser tenidas en cuenta tanto por las partes cuanto por los
Magistrados al momento de fijar el "plan de parentalidad" en caso de inexistencia de acuerdo entre los
progenitores o ante la falta de homologación del plan presentado, priorizando la modalidad compartida indistinta,
excepto que por razones fundadas resulte más beneficioso el cuidado unipersonal o alternado (art. 656). Las
razones fundadas que autorizan la excepción deben estar basadas sólo en el "interés superior del niño".

Teniendo en cuenta que el Cód. Civ. y Com. privilegia el cuidado personal bajo la modalidad compartida
indistinta por considerar que es el que mejor respeta el derecho constitucional del hijo a "mantener relaciones
personales y contacto directo con ambos padres de modo regular" (artículo 9 de la Convención sobre los
Derechos del Niño), reafirmándose de esta manera el principio de "coparentalidad", si no logran arribar a un
acuerdo y deciden canalizar el conflicto judicialmente, el juez adoptará la decisión teniendo en cuenta
prioritariamente la conveniencia del niño (art. 656 CCC).

Igual temperamento debe adoptar el juez en caso de que lo solicitado unilateralmente o lo acordado por ambos
progenitores desatiendan tal directiva (el cuidado personal bajo la modalidad compartida indistinta) y no existan
razones fundadas que aconsejen cualquiera de las otras dos modalidades (cuidado unilateral o alternado).
Obrar de manera contraria o indiferente es perjudicar el "interés superior del niño" ya que el cuidado compartido
en la modalidad indistinta es considerado el sistema que mejor asegura el derecho constitucional del hijo a
"mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular" en igualdad de
condiciones (arts. 9° y 18 de la Convención sobre los Derechos del Niño).

Resulta evidente que el niño necesita de la convivencia con ambos padres para alcanzar su pleno desarrollo. La
Corte Interamericana ha ido más lejos aún, y ha señalado que la separación de los hijos de sus padres embarga
la adquisición de la plena autonomía(15). Producida la separación, ese vínculo con ambos progenitores es una
exigencia que solo puede desvirtuarse si el vínculo con ambos resulta en menoscabo del interés del niño de
acuerdo con las constancias del expediente. Ni siquiera las circunstancias excepcionales de una guerra, peligro
público o emergencia que amenace la integridad del Estado(16) permiten alterar ese derecho, que se refiere a la
protección de la familia y al derecho de los niños y adolescentes(17).

A pesar de haber cumplido ya cinco (5) años de vigencia el CCyC, todavía no son muchos los precedentes
judiciales que se ajustan estrictamente a las directivas de la Convención sobre los Derechos del Niño y respetan
el derecho humano a la coparentalidad en su verdadera dimensión. Al no observarlo plenamente, ponen en
riesgo el derecho del niño a (i) alcanzar un "pleno y armonioso desarrollo de su personalidad" en el marco de un
contexto familiar donde participen activamente sus dos progenitores (Preámbulo de la CDN) así como (ii) ser
cuidado por sus padres (art. 7° CDN) y, al mismo tiempo, prescinden considerar que "ambos padres tienen
obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y desarrollo del niño" (art. 18° CDN). Recordemos que
todo ello es necesario para asegurar el mantenimiento de una relación estrecha y fluida con ambos padres, más
allá de las contingencias que pueda atravesar la relación de la pareja parental, lo que tiende a la efectiva
satisfacción del interés del niño (art. 3° CDN).

Pero otros Tribunales (como los citados en el Capítulo anterior) han resuelto en concordancia con los nuevos
principios incorporados al Código Civil y Comercial de la Nación por la Ley 26.994 que entró en vigencia el
01/08/2.015 (conf. art. 1° de la Ley 27.077) (i) modificando decisiones adoptadas en instancia de origen que no
se conformaban por completo e incluso (ii) rechazando la pretensión de cuidado individual a pesar del
desinterés manifiesto exteriorizado por la progenitora.

En el primero de ellos, la Cámara modificó el plan de coparentalidad determinado por el juez mediante el cual
los niños debían pernoctar 9 noches con su madre y 5 con su padre, y dispuso que se reparta equitativamente
el tiempo que puedan compartir los niños con sus padres, a fin de que éstos puedan cumplir con su cuidado
cotidiano y la responsabilidad de asistirlos en sus actividades; máxime si los menores manifestaron estar de
acuerdo con tal decisión, opinión que debe ser tenida en cuenta conforme al art. 707 del Cód. Civ. y Com.(18).

En el segundo, el Juez decidió rechazar el pedido de cuidado personal unilateral de dos niños realizado por el
padre y, en su lugar, dispuso que el cuidado de aquellos sea con la modalidad compartida e indistinta y la
residencia principal en el domicilio paterno, pues la incomparecencia de la progenitora al proceso y el contacto
no frecuente con sus hijos no son circunstancias que permitan resolver la causa en base a la excepción que
marca el art. 653 del Código Civil y Comercial, ni tampoco se infiere de la escucha personal que la forma de
cuidado requerida sea la que mejor haga al interés superior de los niños(19).

Sin lugar a dudas que sendos precedentes han satisfecho plenamente las directivas de la CDN (art. 18)
beneficiando sus decisiones el interés superior de los niños.

(2) Incidencia en la fijación de la cuota alimentaria.

La obligación alimentaria es uno de los deberes a cargo de los progenitores que ha tenido una importante
evolución doctrinal y jurisprudencial gracias a la Convención sobre los Derechos del Niño (artículo 27), hoy con
rango constitucional(20).

"El Anteproyecto prevé que la obligación alimentaria puede ser cumplida en dinero o en especie, según las
posibilidades del o los alimentantes y las necesidades del alimentado, tal como acontece en la práctica.
Reconoce, en forma expresa, el valor económico de las tareas personales que realiza el progenitor que tiene a
su cargo el cuidado personal del hijo, por lo que debe ser considerado un aporte"(21).

Teniendo presente que el cuidado personal compartido es esencialmente beneficioso para el niño y que la
obligación alimentaria puede ser cumplida en especie así como que se reconoce en forma expresa el valor
económico de la tarea que realiza el progenitor que tiene a su cargo el cuidado personal del hijo, frente a
situaciones en que judicialmente haya que determinar la cuota alimentaria a cargo del/la progenitor/a no
conviviente, deberá contemplarse como primera alternativa la de establecer un plan de parentalidad fijando un
régimen de cuidado de los hijos y priorizar la modalidad compartida indistinta, excepto que por razones
fundadas se acredite su inconveniencia basadas en conductas concretas del progenitor que puedan lesionar el
bienestar del niño o adolescente (art. 656 CCyC).

De esa manera, a la par de que se beneficia al niño respetando su derecho humano a la coparentalidad, lo que
es fundamental, se tiende a concretar el objetivo de la reforma de evitar la figura del progenitor ausente o
periférico que se limita a abonar la cuota dineraria en concepto de alimentos; así se involucra en el cumplimiento
de su obligación parental. Obviamente que no queda excluido algún importe económico como complemento si
correspondiere.

Además -en lo que aquí interesa- el CCyC avala y sustenta esa alternativa. En efecto, la regla general es que
ambos progenitores tienen la obligación y el derecho de alimentarlos (art. 658); los alimentos están constituidos
por prestaciones monetarias o en especie (art. 659); las tareas de cuidado personal tienen un valor económico y
constituyen un aporte a su manutención (art. 660).

Sin embargo no se logra localizar fallos publicados que observen ese temperamento, a los que se accede,
directamente aplican las soluciones que brindaban el código velezano; y ello así, a pesar de que siempre dejan
constancia que de esa forma se beneficia el interés superior del niño. A pesar de que dicha frase
invariablemente está presente en las decisiones judiciales que se ocupan de los alimentos para los niños,
generalmente nunca es explicada por qué se la considera conveniente ni en pasaje alguno consideran al
principio de coparentalidad que la mayor de las veces es ignorado; de esta forma el derecho humano del niño a
la coparentalidad queda reducido a la cuestión económica; mientras que el/la progenitor/a no conviviente abone
la cuota en dinero, el derecho constitucional del hijo a "mantener relaciones personales y contacto directo con
ambos padres de modo regular" (art. 9° CDN) está dispensada por los juzgadores.

Algunos precedentes seleccionados permitirán apreciar la total falta de ponderación a esta alternativa de
solución; el derecho constitucional del hijo a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos
padres de modo regular (art. 9° CDN) directamente no es tenido en cuenta al fijar los alimentos.

"La cuota alimentaria fijada a favor de un niño de siete años debe confirmarse -en el caso, por $10.000-, aun
cuando el progenitor demandado invoque que sufrió una merma en su trabajo como consecuencia de la
emergencia sanitaria por coronavirus COVID-19 y que la cuota supera el 30% de sus ingresos como taxista,
pues tanto sobre el apelante como sobre la progenitora recae la obligación de realizar todos los esfuerzos
necesarios para atender la asistencia de su hijo, sin que puedan excusarse de su cumplimiento invocando falta
de trabajo o de ingresos suficientes, cuando ello no se debe a imposibilidades o dificultades prácticamente
insalvables (Bossert, Gustavo A., Régimen jurídico de los alimentos, Edit. Astrea, Buenos Aires, 1993, p. 207,
núm. 231), que en el caso no invocó.- Bajo este marco es preciso destacar que la valoración de la razonabilidad
y proporcionalidad de la cuota alimentaria ha de partir de la consideración del interés superior del niño, principio
que con carácter general proclama la Convención de las Naciones Unidas del 20 de noviembre de 1989
-aprobada por la ley 23.849-, al disponer que 'en todas las medidas concernientes a los niños que tomen las
instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos
legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño' (art. 3.1); y que de
manera específica recoge el artículo 639 del Cód. Civ. y Comercial al enunciar los principios que rigen la
responsabilidad parental"(22).

El fallo si bien se sustenta en la más autorizada doctrina (Bossert, año 1.993) ello estaba acorde al Código
derogado, inaplicable sin más al instituto con los nuevos caracteres impuestos por la reforma del CCyC que se
viene exponiendo.

No obstante invocar a la CDN no expone cómo de la manera decidida se beneficia el "interés superior del niño"
si sólo está considerando la prestación monetaria sin intentar primero aplicar el principio de coparentalidad que,
está demostrado, es el que mayor favorece. Reitero, sin perjuicio de que se fije algún complemento económico
si correspondiere.

Otro precedente al que sería factible aplicar la prestación en especie con clara observación del derecho humano
a la coparentalidad, dado que el alimentante -según consigna el fallo- habría sido desvinculado laboralmente, es
el siguiente:

"Corresponde ordenar la suspensión y renovación de la licencia de conducir del progenitor hasta tanto
cumplimente la deuda alimentaria o preste caución suficiente para satisfacerla, pues el derecho alimentario
constituye un derecho humano básico que deriva del derecho a la vida y el incumplimiento del pago de la cuota
compromete el derecho de los hijos a un nivel de vida adecuado, por otro lado, su conducta omisiva configura a
todas luces un caso de violencia de género de tipo económica y patrimonial, donde la falta de pago de la
mesada alimentaria afecta directamente a la madre, ocasionándole un deterioro de su situación económica, ya
que debe cubrir de manera exclusiva las necesidades materiales de su hija, con la consiguiente limitación
injustificada de sus propios recursos económicos"(23).

Por lo que surge de sus considerandos, no se intentó ni se le ocurrió aplicar la alternativa de priorizar el principio
de coparentalidad que es el que más respeta el derecho humano del niño, tampoco argumentó su imposibilidad;
directamente se acudió a sancionar al incumplidor alimentante.

Dos derechos humanos elementales para el niño: el de "alimentos" y el de "coparentalidad" no deben


contraponerse sino buscar una solución que permita armonizarlos. El desequilibrio entre uno y otro lo produjo la
consideración "económica" de la madre a quien también se intentó resguardar, aún a costas de relegar el interés
superior del niño (coparentalidad).

Opinión: Siempre que sea factible y no se den los supuestos de excepción contemplados por el art. 656 CCyC,
se debe buscar -a través del régimen de cuidado personal de los hijos bajo la modalidad compartida indistinta-
hacer cumplir la prestación alimentaria en especie, porque es la que mayor beneficio aporta al derecho humano
a la coparentalidad del niño.

La finalidad del establecimiento de la corresponsabilidad parental no es primordialmente satisfacer los deseos e


intereses de los progenitores, sino proteger los derechos e intereses de los hijos.

Notas al pie:

1) KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída - MOLINA DE JUAN, Mariel F., "Una visión transversal de la ley, la
sociedad y la praxis judicial en la responsabilidad parental. El desafío de compartir", Publicado en: LA LEY
2015-E, 1137, Cita Online: AR/DOC/2970/2015.

2) Conf. BASSET, Úrsula C., "Principio de coparentalidad: un fallo y un decreto subsecuente", Publicado en: LA
LEY 18/05/2020, 4, Cita Online: AR/DOC/1516/2020 Nota a Fallo del Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo
Civil Nro. 23, de fecha 27/04/2020, in re: "G. F. M. c. T. G. D. s/ régimen de comunicación", Publicado en: LA
LEY 18/05/2020, 4, Cita Online: AR/JUR/14896/2020.

3) Art. 18 Convención de los Derechos del Niño y arts. 5 y 16 de la Convención sobre la Eliminación de todas
las Formas de Discriminación contra la Mujer citado por ACUÑA SAN MARTÍN, Marcela, "Responsabilidad
parental, corresponsabilidad y cuidado personal de los hijos en Chile", Publicado en: SJA 09/08/2017,
09/08/2017, 18 - Cita Online: AR/DOC/3817/2017.

4) BARCIA LEHMANN, Rodrigo, Fundamentos del derecho de familia y de la infancia, PuntoLex Thomson
Reuters, Santiago de Chile, 2011 citado por ACUÑA SAN MARTÍN, Marcela, "Responsabilidad parental,
corresponsabilidad y cuidado personal de los hijos en Chile", Publicado en: SJA 09/08/2017, 09/08/2017, 18 -
Cita Online: AR/DOC/3817/2017.

5) Conf. ACUÑA SAN MARTÍN, Marcela, op. cit.

6) Conf. BASSET, Úrsula C., op. cit.

7) Conf. BASSET, Úrsula C., op. cit.


8) Conf. MIZRAHI, Mauricio L. - HERSCOVICI, Pedro - DÍAZ USANDIVARAS, Carlos María, "Niños y
adolescentes atrapados en graves conflictos parentales. Una visión interdisciplinaria", Publicado en: LA LEY
2019-B, 1002, Cita Online: AR/DOC/872/2019.

9) Conf. MIZRAHI, Mauricio L. - HERSCOVICI, Pedro - DÍAZ USANDIVARAS, Carlos María, op. cit.

10) Conf. MIZRAHI, Mauricio L. - HERSCOVICI, Pedro - DÍAZ USANDIVARAS, Carlos María, op. cit.

11) Conf. MIZRAHI, Mauricio L. - HERSCOVICI, Pedro - DÍAZ USANDIVARAS, Carlos María, op. cit.

12) Cámara 2a de Apelaciones en lo Civil y Comercial de La Plata, sala I, 06/08/2019, "T. L. N. c. G. M. V. s/


Cuidado personal de hijos", Cita Online: AR/JUR/27565/2019.

13) Juzgado de Familia de 2a Nominación de Córdoba, 12/03/2019, "G. C., G. F. S. c. P., E. J. s/ Tenencia", Cita
Online: AR/JUR/5442/2019.

14) Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación, ed. La Ley 2012, p. 502.

15) Corte IDH, "Gelman vs. Uruguay", Sentencia del 24 de febrero de 2011, pars. 129-130.

16) CADH, Art. 27 inc. 2°.

17) Conf. BASSET, Úrsula C., op. cit.

18) Cámara 2a de Apelaciones en lo Civil y Comercial de La Plata, sala I, 06/08/2019, "T. L. N. c. G. M. V. s/


Cuidado personal de hijos", Cita Online: AR/JUR/27565/2019.

19) Juzgado de Familia de 2a Nominación de Córdoba, 12/03/2019, "G. C., G. F. S. c. P., E. J. s/ Tenencia", Cita
Online: AR/JUR/5442/2019.

20) Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación, ed. La Ley 2012, p. 502.

21) Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación, ed. La Ley 2012, p. 502.

22) Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala I, 30/04/2020, "P. M. L. y otro c. A. J. s/ Alimentos", Cita
Online: AR/JUR/14919/2020.

23) Juzgado de Familia de 8a Nominación de Córdoba, 27/04/2020, "M, E. E. y otro s/ solicita homologación",
Cita Online: AR/JUR/20996/2020.

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