Cuento La Fuga
Cuento La Fuga
Cuento La Fuga
Cuando llegué al suelo, comencé a sentir que me observaban, pensé que era la
Señora tratando de llamar mi atención, pero no, ella todavía iba adelante dándome
la espalda, comienzo a mirar a todos lados, pero no percibía ningún animal,
comencé a caminar un poco más rápido, y puse mis sentidos en alerta por si
escuchaba cualquier ruido, y eso pasó, escuche un fuerte ladrido, miré a mi
izquierda donde había escuchado el ruido y vi con horror cinco Batas-Blanca, tres
de ellos tenían escopetas en sus manos y los otros dos tenían las linternas
apagadas y correas en sus manos sosteniendo a dos pastores alemanes, los
perros comenzaron a rugir suavemente, adoptando poses de ataque, no lo pensé
dos veces, comencé a correr en dirección al río, escuché como maldecían los
Batas-Blanca, soltaban las correas de los perros y comenzaban a correr en mi
dirección, sentía como las hojas de los arbustos me raspaban las piernas y
brazos, de vez en cuando miraba hacia atrás para saber dónde se encontraban,
me daba la sensación que estaban más cerca de mí, hasta que distraída choque
mi pie con una rama levantada y caí estrepitosamente al suelo, me levanté rápido
no deteniéndome a revisar si estaba herida, y seguí corriendo, ya podía escuchar
el rugir del río, estoy cerca, si cerca, ya casi, ya casi, si puedo, si puedo, si puedo,
pensé mientras me abría paso entre los arbustos, hasta que lo vi, el río, se veía
tan impoluto y fuerte, el sonido del agua siendo arrastrada por la corriente, me hizo
renovar mis esperanzas, corrí con más apremio, no me detuve ni cuando escuche
un fuerte grito donde decía: “ DÉTENTE!” antes de llegar a la orilla del rio miré por
última vez hacia atrás sin detenerme, contemplé mi pasado, y luego salté.
FIN