Practica de Diseccion de Un Organismo
Practica de Diseccion de Un Organismo
Practica de Diseccion de Un Organismo
Cuestionario.
1. Esquematice las estructuras internas de un insecto.
2. Esquematice un platelminto (como la planaria), mostrando sus estructuras internas.
3. Esquematice un árbol señalando los principales sistemas que posee.
4. Construya un cuadro comparativo de las órganos y sistemas de vertebrados, señalando definición, función y tipos de
tejidos que lo componen.
5. Cuáles son las características que debe cubrir un organismo, para considerarlo de laboratorio. Que cuidados se deben
tener en su manejo.
MATERIAL
TÉCNICA
1. Introduce el pez en la cubeta de disección y obsérvalo detenidamente tratando de reconocer las partes
más importantes de su anatomía externa. Realiza un dibujo en el apartado de observaciones.
2. Corta el opérculo y observa en el interior las branquias.
3. Haz un corte rectangular en un lado; empieza cortando la aleta pectoral . Desde el arranque de dicha
aleta y siguiendo una línea recta, corta hasta la altura del ano (situado delante de la la aleta anal).
4. Realiza ahora un corte vertical hasta llegar al ano. Corta después desde el ano paralelamente al primer
corte hasta llegar a la altura de la base de la aleta pectoral. Termina realizando un corte vertical. Retira
el trozo de musculatura y quedarán a la vista las vísceras del pez. Realiza un segundo dibujo.
DISECCIÓN DE UN VERTEBRADO: PEZ ÓSEO
NOMBRE: CURSO:
OBSERVACIONES
CUESTIONES
OBJETIVO: Reconocer e identificar los órganos que forman los diferentes sistemas en un vertebrado y compararlos con
el resto de las clases de vertebrados.
MATERIAL
Cajas de petri
Microscopio compuesto Alfileres
Lupa Tijeras
Pinzas de disección Guantes de látex
Charola de disección Frasco de medio litro
Agujas de disección Cloroformo
Navaja de dos filos Alcohol
Portaobjetos Una rata macho y una hembra
Cubreobjetos Hidróxido de sodio
METODO
Coloca al ejemplar en un frasco de tamaño adecuado con un trozo de algodón humedecido con cloroformo.
Tapa el frasco hasta que el animal quede anestesiado.
Coloca al ejemplar en posición ventral sobre la charola de disección y procede a abrir al animal.
Observa los órganos y realiza un dibujo detallado de ellos.
Extrae cada uno de los órganos, dibújalos por separado y colócalos en un frasco con alcohol al 70%
Separa los ovarios y testículos, toma una muestra de ellos y elabora una preparación temporal,
observando al microscopio con los aumentos 10X y 40X.
Elimina piel y músculo del animal hirviéndolos con hidróxido de sodio hasta que quede el esqueleto limpio.
Arma el esqueleto con ayuda de pegamento y barnízalo.
Realiza montajes del sistema digestivo y reproductor.
CUESTIONARIO
La anatomía interna de las aves presenta modificaciones generalmente adaptadas y relacionadas con el vuelo. El
cuerpo suele ser ligero, con un esqueleto de reducido peso; huesos huecos, largos y delgados.
El aparato digestivo consta de un pico carente de dientes (tragan el alimento sin masticar). La boca tiene un
paladar secundario, lengua y la glotis. En la mitad del esófago existe un ensanchamiento (el buche) donde se
almacena el alimento temporalmente. El estómago (molleja) dispone de paredes fuertes y musculosas, con objeto
de triturar el alimento que ingieren entero. El intestino es muy largo y finaliza en la cloaca a través del ano.
Además del esqueleto, otros órganos y sistemas presentan modificaciones relacionadas con la capacidad de volar.
El aparato reproductor se encuentra reducido a tal grado que las hembras presentan sólo un ovario (el izquierdo)
en vez de dos. Los machos presentan dos testículos, los cuales son funcionales únicamente en cierta parte del
año. Las gónadas en ambos sexos aumentan de tamaño solamente durante la etapa de reproducción, llegando a
incrementar su volumen y peso hasta diez veces (en ocasiones más). Esto se ha interpretado como una
adaptación al vuelo, evitando un peso excesivo de las gónadas en las etapas no reproductivas.
Las aves son ovíparas, es decir, el desarrollo de los embriones se lleva a cabo en una estructura protegida fuera
del cuerpo de la madre, la cual se llama huevo. Esto evita también que la madre tenga un peso excesivo durante la
etapa reproductiva y pierda su capacidad de volar.
El aparato digestivo (Figura II.2) también presenta modificaciones importantes. Una de ellas es la presencia del
buche, que es una bolsa derivada del esófago en la que algunas aves como las gallináceas, los loros y las
palomas, almacenan alimento por algún tiempo antes de digerirlo. Los flamencos y las palomas presentan en el
buche unas glándulas especiales que producen sustancias que, mezcladas con alimentos semidigeridos por los
padres, son alimenticias para las crías. Por su consistencia y color se ha llamado a estas sustancias leche.
El estómago se encuentra constituido por dos secciones; la primera, llamada proventrículo, es donde se
encuentran las glándulas que producen las enzimas que ayudan a descomponer los alimentos; la segunda se
conoce como molleja y es una bolsa musculosa, que en algunas ocasiones puede estar llena de pequeñas piedras,
cuya función es triturar el alimento, supliendo así la función de los dientes. Los intestinos desembocan en una
abertura llamada cloaca, donde confluyen los aparatos digestivo y genito-urinario.
El aparato urinario está formado por un par de riñones bien desarrollados y los conductos excretores que
desembocan en la cloaca. Las aves, en su mayoría, excretan ácido úrico, que es una sustancia pastosa de color
blanco que sale mezclada con las heces fecales. Esto significa que no forman orina líquida (que es urea que sale
del cuerpo disuelta en agua), por lo que no presentan vejiga urinaria, a excepción de las avestruces, lo que evita un
exceso de peso (la vejiga llena) durante el vuelo.
Los riñones son altamente eficientes para desechar sustancias no aprovechables. Las aves marinas, debido a su
modo de vida, tienen que beber agua de mar, la cual está cargada de sales que los riñones no pueden eliminar.
Para solucionar esto, las gaviotas, pelícanos y otras aves similares poseen unas glándulas especiales arriba de los
ojos llamadas glándulas de sal, a través de las cuales se filtra el agua salada, eliminándose las sales en gotas muy
concentradas a través del pico.
BUENA VISTA Y OÍDO PERO MAL OLFATO
El sistema nervioso de las aves es complejo, consta de un cerebro muy desarrollado, de gran tamaño, y órganos
de los sentidos que actúan de manera diferente a otros grupos de vertebrados. El cerebro es mayor en proporción
al de los reptiles de tamaño similar, y es capaz de realizar una serie de funciones complejas gracias al desarrollo
de una sección llamada hiperestriato, que es la que coordina la inteligencia.
El sentido más desarrollado es el de la vista, lo cual se refleja en el tamaño tan grande de los globos oculares
(Figura II.3), de estructura muy semejante a la de los mamíferos, que ocupan casi 15% del peso de la cabeza. Los
ojos tienen además un anillo óseo que le da rigidez, y una estructura interna llamada pecten, que es un pliegue
lleno de vasos sanguíneos que se localiza en la córnea y que ayuda a que tengan una visión a larga distancia
sumamente nítida. Es obvio pensar en la importancia que tiene la vista en las aves puesto que dependen del
reconocimiento visual para identificar a los miembros del otro sexo o a sus enemigos, así como para la localización
de sus presas a grandes distancias, como en el caso de las aves rapaces. Curiosamente, se ha comprobado que el
espectro de luz que las aves son capaces de ver es mayor que el de nosotros, pues alcanzan a percibir algunas
longitudes ultravioleta.
El oído está también muy desarrollado, pues gran cantidad de especies dependen de señales auditivas, cantos y
llamadas, para comunicarse entre sí, conseguir sus presas, defender sus territorios y atraer a la pareja. El oído
está compuesto por un tímpano y el hueso del oído medio, llamado columela, que es similar al de los reptiles
(Figura II.3). Algunas aves tienen un sentido del oído tan fino que les permite orientarse en la oscuridad mediante
el eco al igual que los murciélagos, como es característico del guácharo de Sudamérica. Otras aves nocturnas
como los búhos, pueden localizar sus presas de manera muy eficiente gracias a una asimetría en la disposición de
los oídos, pues el de un lado está situado en un plano ligeramente arriba de el del otro lado, así el ave puede
triangular sus oídos con la presa haciéndola más fácil de localizar.
Figura II.3 Anatomía interna del ojo (arriba) y del oído (abajo).
Por el contrario, el olfato está mal desarrollado, tanto que podríamos decir que la mayoría no percibe los olores. Se
sabe que los zopilotes tienen un olfato relativamente desarrollado, que les permite localizar a los animales en
descomposición a cierta distancia. Las aves pelágicas como los petreles, también pueden localizar a sus presas
mediante el olfato. Sin embargo, los kiwis son las únicas de las que se sabe tienen un buen olfato, pues sus
nostrilos (las aberturas nasales), se hallan localizados en la punta del pico, lo que les permite encontrar gusanos y
larvas debajo de la tierra (Figura II.4).
Podemos deducir que el sentido del gusto está también poco desarrollado, aunque se piensa que pueden percibir
algunos tipos de sabores al igual que los mamíferos. Esta deficiencia se hace notable si se sabe que algunas aves
tienen no más de 70 papilas en la lengua, mientras que la lengua humana cuenta con alrededor de 10 000.
A diferencia de todos los otros vertebrados, las aves han desarrollado dos sentidos más. El primero es la
percepción de los cambios de presión barométrica, que les permite detectar diferencias de presión muy sutiles. Se
piensa que este sentido está localizado en el oído medio. Por otro lado, son capaces de detectar cambios en el
magnetismo terrestre, lo cual es una ayuda invaluable como orientación para realizar las migraciones. Este sentido
se encuentra localizado cerca de los nervios del olfato en forma de cristales de un mineral magnético, la magnetita,
la cual reacciona con los cambios del campo magnético de la Tierra. Este interesante tema será retomado cuando
se hable de la migración.
LA POTENCIA DEL CORAZÓN Y LOS PULMONES
El sistema circulatorio de las aves está compuesto por un corazón y un sistema complejo de venas y arterias. El
principal avance evolutivo que presentan con respecto a sus parientes los reptiles (con excepción del cocodrilo) es
que el corazón está formado por cuatro cavidades, dos aurículas y dos ventrículos, como en los mamíferos, lo cual
evita la mezcla de la sangre venosa "sucia" que viene del cuerpo, con la oxigenada que ha sido purificada en los
pulmones. Otra diferencia es que los glóbulos poseen un núcleo en comparación con los eritrocitos anucleados de
los mamíferos.
Figura II.4 El kiwi de Nueva Zelanda, la única ave con los nostrilos en la punta del pico.
Como buenos vertebrados terrestres, las aves respiran por medio de pulmones. Este sistema de respiración aérea
es el más efectivo que se conoce y su forma y funcionamiento son diferentes a los que conocemos en mamíferos y
reptiles. En estos últimos, el pulmón es una bolsa que se infla y desinfla rítmicamente, existiendo un momento de
inhalación para el intercambio gaseoso y otro de exhalación, que no se pueden llevar a cabo al mismo tiempo. En
las aves los pulmones son estructuras semirrígidas, a partir de las cuales se proyectan varias bolsas delgadas en
forma de globo llamadas sacos aéreos (Figura II.5). Estas estructuras tienen una función primordial en la
respiración, pues se encargan de inflarse y desinflarse, ayudados por los músculos de la pared del cuerpo puesto
que las aves no tienen diafragma, provocando una corriente continua de aire que pasa por los pulmones para un
intercambio gaseoso constante. Estos sacos pueden variar en número de 7 a 14 dependiendo del ave, y muchas
veces se extienden hasta ocupar las partes internas de los huesos. Además de su función en la respiración, los
sacos aéreos sirven como mecanismo para desechar el calor excedente producido por los músculos del vuelo y el
canto.
Figura II.5 Esquema del aparato respiratorio de un ave, mostrando los sacos aéreos y su localización.