Pandilla Salvaje

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Capítulo 1

En la ciudad transcurría una noche como cualquiera. Había algunos animales en la calle, y no
de estos era Oskar quien estaba esperanzo que el cartero se distrajera para robarse el periódico;
este después se quedó mirando al final de calle, donde había un hombre con uniforme y un
enorme perro. Que por la astucia de Oskar al perderse en la oscuridad este no lo pudo atrapar.

Atravesó las aguas subterráneas hasta que llego a la salida, subió a la superficie y se fue por
otro sumidero. Encontró el lugar llamado el paraíso, ahí estaban varios de los animales que
pertenecen a la pandilla salvaje como las dos cacatúas blancas llamadas Kaká y Tua; Shiva; y
Ludvig. Se despertó Barnabas y vio la foto en el periódico pero como era antigua no lo impactó;
pero Oskar leyó el artículo y empezó a gritar por todo el paraíso.

Capítulo 2
Toda la pandilla se despertó y se estremeció asustada por el grito de Oskar, Hamlet le pregunto
a Oskar que pasaba y este regreso a donde estaba el periódico y de repente toda la pandilla se
amontono para ver qué era lo que decía.

Oskar era el único que sabía leer, metió el pico entre las páginas y empezó a leer despacio y
entrecortado. En el periódico decía que una banda de animales que comete abusos en
construcciones y grandes almacenes; estos representaban un peligro público y su origen
todavía no se esclarecía. Teobaldo weber, el vigilante que esa noche vio al gorila en el
estacionamiento del almacén confirmo las travesuras de los animales, y exclamo que pensaba
que lo que vio esa noche era producto de su imaginación. Luego leyeron la parte en donde
Augusto Schwarzhaupt afirmo que iban a empezar una búsqueda incesante por toda la ciudad
para atrapar a estos “criminales salvajes”.

Después de todo lo que habían leído, la pandilla se sintió realmente amenazada y preocupada
por todo lo que había provocado su imprudencia y que nunca habían tenido en cuenta si los
humanos los observaban o no. Todo esto empeoro cuando Ludvig empezó a regañarlos, ya que
lo que estaba pasando ya él se los había advertido; nadie lo reprocho ya que él tenía toda la
razón. Inmediatamente Hamlet mandó a las dos cacatúas a observar toda la ciudad para saber
cuántos policías los estaban buscando.

Capítulo 3

Los animales de la pandilla no fueron los únicos preocupados por lo que el periódico había
publicado, el director Muler quien era el dueño del zoológico de donde se habían escapado
Hamlet y Barnabas; y que por su mala administración estos animales se habían logrado escapar;
pero según su pensamiento solo él podía cazar a esos animales

A todo esto se le sumo la aparición de Gisela Schlücker, una reportera del periódico “El
Mensajero” quien decidió ir a zoológico y entrevistar a Muler, pero cada pregunta que ella
hacia; él podía evadirla sin darle alguna pista sobre si él tenía algo que ver con los animales que
estaban buscando y este afirmo que el lobo y el gorila no eran de su propiedad y que estos
estaban muy chiflados como para alguna vez haber pertenecido a su recinto.

Para desgracia de Muler, cuando entro a su casa se encontró con una no muy grata sorpresa; ahí
estaba Augusto Schwarzhaupt el oficial encargado de cazar alas “bestias”. Este sabía que Muler
había dejado escapar a el gorila y el lobo y estaba dispuesto a contarlo todo ante la prensa si
este no accedía a encargarse de la búsqueda por su propia iniciativa; Muler tenía la obligación
de que una vez encontrara a la pandilla salvaje debía avisarle a los hombre de Augusto para que
ellos llegaran y se encargaran de las “bestias”.

Capítulo 4

Mientras el encargado del zoológico debió aceptar la propuesta del oficial, en la ciudad estaban
volando Kaká y Tua en busca de dichos cazadores que se mencionaban en el periódico, pero
hasta el momento no habían encontrado ninguno; de repente vieron a Spi, un colibrí verde
esmeralda que les informo que había visto a los hombres de verde con los enormes perros
merodeando por la ciudad y este llevo a las dos cacatúas a donde estos se encontraban. Al
verlos se dieron cuenta de que estos no estaban tan lejos de la entrada del paraíso y con el olfato
de los enormes canes, tardarían un par de en horas darse cuenta que los rieles oxidados del tren
subterráneo llevaban a el escondite de los animales; esto era inevitable ya que el aroma de un
gorila o de una pantera, pues no eran los más comunes en esta metrópoli.

Alguien no se encontraba muy contento por la propuesta de Schwarzhaupt, pero Muler estaba
dispuesto a encontrar a los animales antes que los oficiales para así no perder su “riqueza”, y así
no tener nada que ver con augusto. Este de inmediato se subió a jeep y cuando iba por una de
las avenidas vio a uno de los oficiales con esos perros arrugado, en ese instante se estaciono y
bajo de su automóvil con su muy especial acompañante, su bastón con una empuñadura
plateada de la cabeza de un perro salchicha que alguna vez le hablo, pero él prefería no
acordarse de eso porque lo hacía lucir loco y no le gustaba esa sensación.

Muler observo a una corneja en una caneca de basura luchando para llevarse una caja de papas
fritas, en ese momento se le ocurrió una idea; los animales deben estar hambrientos, en los
últimos días no han asaltado ningún almacén y de seguro deben estar en el basurero y lo más
probable es que los hombres de Schwarzhaupt no sepan esto; de inmediato se subió a su carro y
arranco como si no hubiera un mañana.

Capítulo 5

En ambiente en el paraíso estaba muy tenso, todos estaban esperando la llegada de las cacatúas
para ver qué información tenían sobre los cazadores de animales. De repente se escuchó un
ruido, se acercaba Semáforo, un camaleón quien era el encargado de construir un barco para que
la pandilla salvaje pudiera escapar de su escondite. Este estaba muy entusiasmado ya que sabía
cuántas tablas de madera y ramas de árbol necesitaba para esta construcción, él hablaba de su
gran ayudante Rosita, una tortuga que recordaba todos los números que el calculaba, en cambio
las Houdinis, unas cabras que estaban con él pero no le eran de mucha ayuda; también
menciono a Bíber, un castor quien es un gran matemático. Semáforo estaba súper encomiando
por todo lo que había logrado y estaba sugiriendo el robo en las construcciones para así poder
conseguir los materiales, pero a los animales se las había contarle a él y a sus 4 ayudantes lo que
habían leído en el periódico y la razón por la que estaban tan preocupados.
En ese momento tulipán decidió contarles a ellos lo que estaba pasando, pero llegaron Kaká y
Tua, pues con muy malas noticias, estas dijeron que los cazadores se acercaban y que los
descubrieran era algo inminente, ahí semáforo entendió lo que en realidad pasaba y se puso
totalmente gris. Todos se preguntaban que iban hacer para que no los encontraran y miraban a
Hamlet, ellos lo consideraban un líder aunque él no estaba muy cómodo con ese rol; había que
distraer a los oficiales pero todavía no sabían cómo. Estaba la posibilidad de esconderse en la
cueva de cristales en donde estaban construyendo el barco, pero el problema era que la única
salida de ese lugar conducía al paraíso y con el olfato de esos perros en minutos los iban a
capturar y en ese instante Hamlet dio un gran salto y se subió a la escalera que no conducía a
nada y los miro a todos diciendo ¡tengo una idea!

Capítulo 6

En lo más profundo de la ciudad, más allá del paraíso existe una cueva en donde sus paredes
tiene cristales transparentes, algunos eran grandes otros en cambio muy pequeños; una luminosa
cascada se transformaba en niebla al caer de una gran altura; en este lugar tan paradisiaco se
encontraba Biber que cuando silbaba estos cristalinos tomaban un color amarrillo como el del
sol, este castor llevaba poco tiempo en la pandilla lo habían rescatado del zoológico.

De repente del agua empezó a burbujear y de las profundidades una inmensa bola de pelos de
dirigía hacia la superficie, Biber se asustó mucho pero después se do cuanta de que era
Barnabas y poco a poco fueron saliendo el resto de integrantes de la pandilla, excepto las dos
cacatúas que estaban más seguras sobrevolando la ciudad. Todos se reunieron a la orilla del rio,
en donde Hamlet les estaba terminando de explicar el riesgo que corrían por los cazadores de
animales, pero la posibilidad de regresar al zoológico estaba súper descartada.
Tenían un plan que era distraer a los hombres, pero el problema era que todo rio desemboca en
el mar y no a todos les gustaba el agua; entonces se preguntaron ¿De dónde viene el rio?, Biber
respondió con la idea que tenis de los castores más viejos en donde todo rio tiene un nacimiento
y ellos necesitaban nadar contra la corriente para llegar a ese lugar; ya sabían lo que tenían que
hacer pero ahora ¿Cómo se iban a transportar hasta allá? En ese instante Barnabas uso su
“cerebro de mono” y cogió la viga que se encontraba allí para que los animales se subieran en
ella y hacer empezar a ejecutar el plan.

Capítulo 7

Mientras que la aventura de la pandilla salvaje estaba por empezar, El director de zoológico se
encontraba en el basurero, estaba decidido a en encontrar a los animales y este pensaba que
como hace días que no hacían destrates lo más probable es que estén hambrientos y por eso se
iban a dirigir a estas enormes torres de basura que tenían un olor espantoso y en donde las
gaviotas se paseaban para conseguir la mejor de los desperdicios, Muler pensaba que los
oficiales no estaban listos para perseguir a las “bestias” y este se había cambiado su traje negro
por uno de safari para así sumergirse en el vertedero y su bastón se hundió hasta la empuñadura,
pero en in instante se puso detrás de un sillón y con uno de los alambres su trajo se rasgó y se
contuvo de maldecir ya que tenía que capturar a un joven lobo y estos eran silenciosos para
cazar.

Muler empezó a sentir un poco de hambre y su estómago crujía con mucha fuerza, así que
decidió comer algo que encontrará en esta lugar ya que la si los animales buscaban comida aquí
de pronto no sabía tan mal; él en ocasiones compraba alimentos que ya habían caducado ya que
son más baratos y de todos modos se los terminaban comiendo; entonces cogió un pan con
salchicha un poco seco y pues no sabía anda mal. De repente alguien lo llamo, él se sorprendió
no pensó que alguien que estuviera ahí lo reconociera y este era Teobaldo Weber el vigilante
del almacén y está también estaba buscando a los animales y después de una charlas bastante
larga en donde ambos estaban de acuerdos en que los oficiales no eran muy inteligentes para ser
cazadores y Muler y Weber decidieron aliarse para capturar a los animales.

Capítulo 8

Los animales continuaban nadando en contra de la corriente, Semáforo ya había contado


noventa y nueve veces hasta el 100, rosita estaba cansada y había subido a la viga y Shiva se
quejaba ya que todo estaba más oscuro y hacia más frio. Hace tiempo estaban navegando y anda
pasaba ya los líquenes fluorescentes que creían en las paredes eran más escasos, pero Hamlet
insistía en seguir adelante y aunque Biber y Oskar le pidieron para hacer una pausa, él lo único
que dijo fue que la harían tan pronto se pudiera. El joven olfateo pero no percibió ni el más
mínimo aroma, por eso nadie aunque tuviera el olfato más fino podría perseguir se olor pero por
eso mismo él no podría saber que les esperaba a ellos; en ese momento Caramba salto desde al
gua hasta el lomo de Hamlet, la pobre rana ya no aguantaba mas dijo Oskar y el murmuro del
agua era tan fuete que ahogaba su voz, pero un sonido los había acompañados desde que
estaban ahí, algo que cada vez se hace mas fuerte aumentaba la sensación de amenaza.

Un problema bastante grande se les presento ante sus ojos, empezaban los rápidos, unas
corrientes agua que viajaban a gran velocidad y chocaban con rocas formando espumas y
parecía que le agua bajara por una escalera de rocas, lo que simbolizaba a un acantilado y el
agua también pasaba por canales estrechos que lo hacía lucir fascinante pero bastante tenebroso
a la vez. Se dirigieron así una roca plana y ahí pudieron descansar un poco, pero todavía tenían
que cruzar los rápidos, así que Biber dijo que los antiguos castores le dijeron que solo se
superaban como los salmones, ósea, saltando entre ellos y la primera que lo hizo fue Caramba y
después continuo Biber, Hamlet, Barnabas, Shiva con Tulipán y semáforo en su lomo, las
Houdinis, Oskar y por ultimo Ludving con rosita. Estos logaron avanzar hasta el agujero y la
corriente empezaba a disminuir.
Capítulo 9

Los animales habían llegado a un lago que estaba invadido por desechos pero estos solo se
encontraban en la superficie y no afectaban la profundidad de este, todos estaban bastantes
sorprendidos por el ruido que había allí, a pesar que era bastante tarde en la noche, habían
bastantes hombres son overoles y construcciones grises de donde salía un espeso humo blanco y
negro. ¡Son fabricas! afirmo Ludvig, dijo que ahí los hombres fabricaban lo que necesitaban.

Ellos se dieron cuenta de una gran retroexcavadora que cogía troncos de árboles para pasarlos a
una máquina que los convertía en tablas, estaban asustados y a la vez fascinados por lo que
habían visto; todos pensaron que ese era el momento de obtener la madera para el barco pero
Hamlet dijo que lo importante era hacer que los humanos no encontrarán el paraíso y entonces
se le ocurrió que los tenían que llevar hasta las afueras de la ciudad y solo había un manera
ARMAR UN CAOS y la pandilla se lanzó al ataque.
Capítulo 10

Los primeros en entrar fueron Hamlet, Barnabas y Shiva ya que eran los más rápidos, mientras
el gorila se trepo en los contenedores, los otros fueron por el primer pabellón. Todo transcurría
con normalidad y había hombres hundiendo palancas y botones por todos los lados hasta que no
grito ¡una pantera! y las cosas se empezaron a descontrolar; mientras Shiva espanto a un
conductor, y recibió una descarga eléctrica, del otro lado el joven lobo había derrumbado unos
estantes como unas fichas de dominó. De repente entro el gorila atravesando el techo y el resto
de animales entraron y empezaron a hacer sus travesuras a excepción de Ludvig y rosita; pero
un hombre tomo un teléfono y llamo a la policía.

Mientras en la fábrica había un caos, Muler seguía en el basurero con Teobaldo y ya está un
harto de las tonterías que este decía, sobre los animales y los abrigos de piel; y Muler estaba
sospechado que este no era el lugar para buscar ni Weber el mejor compañero. Cuando del radio
se escuchó una voz que informo a los oficiales de que los animales estaban en la zona industrial
y este se deshizo del vigilante nocturno para poder dirigirse a las afueras de la ciudad; el caos de
los animales había parado pero Barnabas había hecho algunos desmanes como apagar las luces
de afuera y ya semáforo no podía avisar los carros que llegaran y así el jeep de Muler llego sin
ser percibido por nadie.
Capítulo 11

Los animales ya habían asustado a los hombre de la fábrica y ahora tenían que engañar a los
oficiales, haciéndoles creer que se dirigían al bosque para que no los buscaran en la ciudad,
tenían un plan bastante bueno y Biber estaba personalmente entusiasmado ya que nunca había
experimentado tanta adrenalina, pero de repente unos rayos deslumbrante irrumpieron a través
de la ventana y estos sabían que eran los oficiales y era la hora de poner en marcha lo planeado;
Tulipán empezó a esparcir su espantosa secreción para confundir a los perros; de inmediato se
abrió la puerta y entraron los hombres con sus perros y la pandilla se encontraba escondida
detrás de los muebles sin terminar y la oscuridad impedía que los vieran. Data descubrió donde
estaban los animales pero su humano no podía verlos y entonces el animal llamo a los otros
perros para que rodearán al “botín”. Esto molesto a Barnabas y quería destruir a data y su grupo
de Waldis como los nombro, pero Hamlet hizo que se calmara y les dijo que la actitud de esto
era impuesta por los humanos; ya el lobo esta hastiado y dijo que había que continuar con el
plan pero lamba cuatro había encontrado el interruptor y ellos quedaron expuesto y en eso
Hamlet vio una cinta transportadora y todos los animales saltaron hacia ella pero esta estaba
apagada y de inmediato la mofeta vio un botón rojo y no dudo en presionarlo, esta se empezó a
mover pero no se dirigía hacia la salida si no hacia la dirección contraria en donde los esperaban
los cazadores.

Capítulo 12
Estaban asustados, habían provocado tanto caos para que al final los atraparan pero cuando
quisieron escapar cuatreo redes envolvieron en grupos a los animales, pero Caramba era tan
pequeña que se salía de las redes, uno de los oficiales intento tocarla pero otro le advirtió que
era una de esas ranas suramericanas que tenían una piel venenosa y si la tocabas te provocaba
un desmayo; pero algo inesperado paso, de alguna parte entro silbando un pequeño objeto que
provoco que los humanos y sus perros se quedaran dormidos, la pandilla estaban bastante
asustada, no tenían ni idea de lo que pasaba pero de las cortinas de la banda transportadora se
asomó Muler que quien con su escopeta anestésica había inmovilizado a los oficiales; este
demostró su aroma a codicia y estaba dispuesto a dormir al joven lobo, pero algo muy extraño
paso, el bastón de Muler le empezó a hablar y le digo que cometería un gran error ya que si lo
hacia lo iban a destituir de su cargo de director y quien ocuparía su puesto seria Augusto
Schwarzhaupt, este estaba dispuesto a hacer lo que sea para que esto no sucediera. En ese
instante su bastón le indico la caja en donde estaba Caramba y este le dijo que tenía que besarla
para que el seguiría siendo el director, pero apenas los labios de este tocaron a la rana, se
derrumbó de inmediato.

Capítulo 13
Durante algunos el silencio reino en la fábrica, pero después los animales empezaron a gritar
que lo habían derrotado y de todo esto aprecio una mancha blanca con algo de verde esmeralda,
por supuesto eran Kaká, Tua y Spi; y el bastón no le había hablado a Muler, todo fue en truco
de ellos y le dijeron a este en “lenguaje humano” lo que tenía que hacer; estos habían estado
deambulando por la ciudad y vieron que todos los oficiales se habían dirigido a sus autos y
entonces decidieron seguirlos y habían visto todo pero no tenían idea de cómo ayudarlos hasta
que hicieron esa broma con Muler, pero ellos no estaban seguros si iba a funcionar por que no
sabían si lo de la piel de caramba era verdad, pero después todos se preguntaron por qué a ellos
no les afectaba ese veneno y semáforo dijo que era por el pelaje y que solo afectaba a la piel
delgada como la de los labios humanos; las aves lograron desatar la primer red y así después de
unos minutos todos están libres, en uno de los radios se escuchó como uno de los hombre se
encontraba afuera y era suficiente con que este los viera “huir al bosque”.
Pero el oficial que estaba afuera quedo tan sorprendido que apenas se podía mover, los animales
de dirigieron al bosque, este intento perseguirlos pero se dio cuenta de que eso no iba a
funcionar; cuando la pandilla sintió que están a salvo, decidió ir al rio para así volver a su
paraíso; pero había una cadena de troncos que impedía el paso y estos decidieron llevárselos
para así poder construir su embarcación y Barnabas hundió los troncos saltando en ellos y se
dirigieron hacia la cueva.

Capítulo 14
El camino hacia la cueva de cristales fue toda una fiesta, estos iban bastantes contentos y
cuando este lugar se abrió ante sus ojos, estos tenían que apurarse con llevar los troncos hacia la
orilla antes de que la corriente se los llevará; Semáforo conto cuantos pasos de camaleón tenían
los troncos y le dijo el número a Rosita para que esta lo recordara. Hamlet se dirigió hacia los
animales diciendo que habían logrado escapar de los cazadores y que tuvieron mucha suerte en
que nada les saliera mal, pero debían tener cuidado ahora porque estos pensaban que ellos
habían escapado hacia el bosque, tulipán pregunto por la comida y el lobo le dijo que todavía
tenían provisiones de su asalto al almacén y luego Oskar pregunto sobre la construcción del
barco y lo que se dijo es que para conseguir todo lo que necesitaban, van a trabajar desde la
clandestinidad.
Mientras Teobaldo Weber estaba llegando a su casa y su esposa le pregunto dónde había estado
pero este evadió su pregunta, ella le comento que en la radio habían dicho que los animales
habían sido ahuyentados por los oficiales y que habían huido al bosque, pero este pensó en que
el invierno se acercaba y que los animales estuviera allá significaba que no se podían alimentar
del basurero, entonces este subió un plato lleno de comida hacia su chimenea y al día siguiente
ya este se encontraba vacío.

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