Codigo Etico
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Codigo Etico
La profesión de la Contaduría Pública ha sido y es una profesión que se autorregula, emite y aprueba Normas de Contabilidad de Aceptación
General que reglamentan todo el proceso de cuantificación, registro, resumen en estados financieros y revelación de la información financiera.
Adicionalmente, emite y aprueba Normas de Auditoria que rigen todo el proceso de auditoría hasta la emisión del dictamen.
Tanto la corrupción como el fraude siempre han representado grandes desafíos a los auditores independientes de una organización, motivo
por el cual han desarrollado técnicas y prácticas que han evolucionado hacia la garantía de: la credibilidad de la información financiera, la
eficiencia, economía y efectividad de las operaciones; resaltando las responsabilidades que recaen sobre una auditoría independiente de
estados financieros para identificar, investigar e informar sobre fraudes o errores encontrados dentro de la estructura contable de una
empresa.
Es por esto que el incumplimiento de las responsabilidades ha ido tomando mayor importancia en los últimos años, ya que el fraude
constituye un flagelo que está adquiriendo fuerza día a día, ayudado, en gran parte, por una mayor complejidad en los negocios, la creciente
globalización de los movimientos de fondos, las dificultades implícitas en el trato con diferentes culturas y un mayor uso de tecnologías.
Todo ello ha llevado a una sensación de mayor riesgo entre los empresarios de los más diversos sectores y países, como resultado de errores
y fraudes encontrados en las contabilidades de prestigiosas organizaciones. Tal es el caso de ENRON Corporation, compañía que en
cuestión de quince años, pasó de ser una pequeña empresa de gas en Texas, a ser el séptimo grupo empresarial de mayor valor en Estados
Unidos y la más grande corporación energética del mundo, formando parte de la lista de las empresas de mayor prestigio.
Sin embargo, a fines del año 2001, ENRON estaba en realidad al borde de la ruina, y logró ocultarlo manipulando la información facilitada a
sus auditores Arthur Andersen, los cuales, a través de la mala aplicación de los procedimientos de auditoría; además del descuido de la
aplicación de las normas respectivas. Aunado a las complejas herramientas financieras orientadas a ocultar las deudas, excluyeron de los
balances consolidados de la empresa a tres sociedades que debían estar incluidas, en las que se reflejaban enormes pasivos que afectaban
las cuentas globales de la corporación, evidenciando la verdadera y crítica situación de la misma.
Por tales motivos, el equipo de Arthur Andersen; quien fuese para ese entonces la primera firma contable a nivel mundial, conjuntamente con
los auditores de ENRON, vieron amenazada su situación tanto económica como legal, al ser acusados de obstrucción a la justicia, por
persuadir de forma corrupta a sus empleados para destruir, mutilar y ocultar documentos relacionados con la verdadera situación de dicha
empresa, generando una serie de acusaciones que conllevaron la pérdida de confianza del público y el cierre de la firma. A su vez, pueden
observarse otros casos de fraudes financieros como los de Xerox y WorldCom, donde se vieron en la necesidad de manipular las cifras de sus
balances para que la empresa pareciese gozar de una mejor situación económica y financiera.
Tal situación fue puesta de manifiesto al efectuarse una auditoria de estados financieros, iniciada a la compañía Xerox por instancias de las
autoridades bursátiles estadounidenses, la cual detectó que la empresa contabilizó equivocadamente el total de sus ingresos entre los años
1997 y 2001, en una cifra que ascendió a los 6.000 millones de dólares.
A su vez, la compañía telefónica WorldCom, reconoció un fraude de 3.800 millones de dólares al contabilizar unos gastos operativos como
gastos de capital durante el año 2001.
Asimismo, vale la pena destacar el caso de Parmalat, en el cual los auditores pertenecientes a la firma Grant Thornton, fueron acusados de
un comportamiento ilícito en el ejercicio de la actividad profesional, ya que ayudaron al grupo lácteo italiano a modificar el sistema utilizado
hasta entonces para ocultar pérdidas y sustracciones, constituyendo una filial con sede en las Islas Caimán, la Bonlat, a quien auditaban, y
hacia la cual se desviaron 500 millones de euros.
Al mismo tiempo, la firma Deloitte & Touche fue la responsable de la contabilidad del grupo en Italia, entrelazando un complejo entramado
financiero destinado a ocultar las pérdidas y constituir sociedades en paraísos fiscales, en lugar de revelar las irregularidades presentadas en
los balances.
De todo esto se desprende que los acontecimientos acaecidos en dichas empresas, así como las consecuencias del escándalo provocado por
aquellas, pueden ser impensables, ya que van desde el abandono de muchos clientes, el encarecimiento de nuevos financiamientos, hasta la
pérdida de confianza y credibilidad en la empresa y en sus auditores.
Durante los años 90, la contabilidad se centró cada vez menos en el principio de prudencia, poniendo en duda la independencia de las firmas
auditoras y la responsabilidad de los profesionales de la contabilidad, quienes perdieron credibilidad.
En este contexto, vuelve la exigibilidad de la ética, tanto en las organizaciones empresariales, como en las firmas auditoras, ya que deben
tener como principal activo la confianza; encontrándose ésta seriamente menoscabada. Frente a los escándalos financieros, la profesión ha
sido profundamente afectada en su esencia misma la credibilidad, siendo el desafió actual lograr recatar esa transparencia y obtener la
confianza de los grupos de interés en la actividad empresarial.
A partir de estos hechos se ha observado que al Contador Público le incumben grandes y diversas responsabilidades para con sus clientes, la
sociedad, demás miembros de su profesión y para consigo mismo, si desatiende cualquiera de éstas, o se da lugar a que alguna se deforme o
se desproporcione en relación con las demás. El contador público está fallando con el debido cumplimiento de sus deberes profesionales.
Estas son las razones por las cuales es de gran importancia el papel que desempeña un Contador Público dentro de una organización,
además de la responsabilidad que tiene el mismo ante la revelación de información actual y significativa que permita evaluar, dirigir a las
empresas, detectar la existencia de posibles anomalías dentro de su contabilidad, así como valorar su posición financiera, su evolución y
cambios.
Lo que conlleva a un sistema actualizado de información periódica que genere información en forma eficiente, accesible, comprensible y que
refleje apropiadamente los riesgos y beneficios que soporta la situación de la empresa. Por ello se hace necesario que los contadores sean
realmente independientes y, en particular, deben eliminar la posibilidad de un conflicto entre aumentar sus propias remuneraciones a cuenta
de la protección del público inversionista, ya que su fidelidad a la causa de información clara, completa y entendible debe ser inclaudicable.
En tal sentido, todos estos elementos constituyen la conducta ética que debe formar parte de la actuación de todo profesional de la contaduría
pública, establecidos en códigos de ética que sirven de guía moral y conceptual para dichos profesionales.
Por su concepción la contaduría pública constituye una profesión que posee un rico acervo de conocimientos al mismo tiempo que logra un
reconocimiento general dado a su responsabilidad de servir y contar con la confianza del público guiada por diversas normas de admisión, por
lo tanto, la falta de ética por parte de un contador puede originar una aptitud negativa del público hacia estos profesionales. En consecuencia,
se han diseñado códigos de ética que contengan las directrices prácticas que permitan a sus integrantes mantener una actitud profesional,
además de garantizar a los clientes y el público en general que se mantendrán y cumplirán normas rigurosas.
Atendiendo a estas consideraciones, el Código de Ética Venezolano, emitido por la Federación de Colegios de Contadores Públicos de
Venezuela (FCCPV, 1996), tiene el propósito de enunciar los principios que deben guiar, tanto la actitud como la conducta del profesional,
para el logro de elevados fines morales, científicos y técnicos, dando al cuerpo profesional un conjunto de normas éticas, para evitar
comprometer el honor y probidad del profesional, además de la imagen de la profesión.
A su vez, Código de Ética de la Federación Internacional de Contadores Públicos (IFAC, 2004) se ha propuesto el objetivo de guiar al
profesional contable por medio de estándares basados en un código de ética, formado por un conjunto de reglas o guías de conducta, que
aseguren la credibilidad, profesionalismo, al igual que la calidad de los servicios del auditor, haciendo énfasis en principios fundamentales
como: la integridad, objetividad, competencia profesional, confidencialidad y estándares técnicos que permitan tanto prevenir como detectar
fraudes, errores o actos ilegales cometidos por sus clientes.
Se evidencia que en los lineamientos establecidos en el (IFAC, 2004), en cuanto a la actuación profesional de los contadores públicos, se
resalta la importancia de la aplicación de un código de ética que satisfaga las necesidades de los usuarios y complemente las
responsabilidades de los profesionales en la práctica contable.
Por tal razón, el auditor por supletoriedad, recurre al código de ética de la IFAC, ya que complementa todos aquellos vacíos existentes en el
Código de Ética Venezolano, garantizando así la credibilidad, además, la confiabilidad en su trabajo y en su opinión no sólo a nivel nacional
sino también a nivel internacional.
En tal sentido, en la práctica profesional es esencial que se tomen en cuenta ciertos estándares de conducta para ejercer la profesión, ya que
el comportamiento del auditor debe ser intachable en el ejercicio profesional y el mismo no debe tener intereses ajenos a los profesionales, ni
estar sujeto a influencias susceptibles de comprometer, tanto la solución objetiva de los asuntos que le son sometidos, como la libertad de
expresar su opinión profesional.
Asimismo, debe ser honesto y sincero tanto en la realización de su trabajo como en la emisión de su informe, manteniendo una actitud
imparcial en todas sus funciones, sin ningún tipo de influencia o perjuicio de criterios.
En relación a la competencia profesional requerida, el Código de Ética Venezolano establece que el contador público debe poseer una cultura
amplia, es por eso que deberá actualizar constantemente los conocimientos necesarios para su actuación profesional, para así poseer la
capacidad y la destreza necesaria para realizarlos tanto eficaz como satisfactoriamente.
Además debe aceptar respetar, al igual que considerar ante sus colegas y el gremio en general indistintamente, la posición política, religión,
raza, sexo, nacionalidad, situación económica o cualquier otra situación de discriminación que obstaculice el libre ejercicio de la profesión
entre colegas o contratantes. Asimismo, el auditor debe considerar sus responsabilidades tanto éticas como profesionales ante terceros y; de
acuerdo a la legislación vigente en el país en que se desempeñe, la posibilidad de denunciar las irregularidades descubiertas ante las
autoridades competentes.
Esto, respetando el principio de confidencialidad, y considerando siempre la búsqueda de asesoría legal y consulta tanto de las leyes como
las normas vigentes en el país en el cual ejerce sus funciones, de manera que pueda salvaguardar la confiabilidad de sus dictámenes, su
objetividad, integridad y la ética tan importante en su actuación profesional.
Ambos códigos señalan que el contador debe mantener una constante independencia de acción además de criterio, guardando el más
estricto secreto profesional, asimismo se debe esforzar constantemente por elevar su capacidad técnica, exaltando así la dignidad, el prestigio
y el honor de la profesión. Aunque si el profesional contador es deshonesto y desmerita la profesión con conductas inapropiadas, dichos
códigos no servirían de nada; en este caso particular se debe entonces revisar el entorno educativo en el cual se está desarrollando este tipo
de “profesionales” para analizar un cambio social.
Sin embargo, se observa que la FCCPV (1996) no estableció en el Código de Ética Venezolano aquellas situaciones que puedan ser causales
de conflictos éticos, bien sea entre colegas, o entre contadores y clientes, mientras que, si nos remitimos al código de ética internacional,
acusa una serie de conflictos que se pueden presentar y las posibles soluciones a aplicar, en tanto que en el de Venezuela no especifica
nada.
Consideraciones finales
Por tales motivos, deben estar capacitados para desarrollar sus habilidades de perspicacia y escepticismo profesional, ya que los errores e
irregularidades cometidos por los miembros de una organización, generalmente, no son fáciles de descubrir, sobre todo en aquellos casos en
los que la administración carece de planificación, organización, dirección y control suficiente sobre cada una de las actividades realizadas.
En este sentido, cabe destacar que la responsabilidad del profesional de la contaduría pública es la de evaluar los riesgos y detectar en una
auditoria de estados financieros los errores e irregularidades cometidos por los integrantes de una organización; atendiendo a reglas de
carácter internacional que, por carácter de supletoriedad, rigen los procesos de auditoría realizados en Venezuela. Atendiendo a estas
consideraciones, es deber obligatorio para el contador público evitar incurrir en faltas, por tal razón este debe tener mucho cuidado al elaborar
una auditoria y no debe dar aprobación con su firma y numeración de colegiatura a informes que no estén elaborados bajo su respaldo o
supervisión, o que aún estos no hayan sido terminados o redactados.
Además, debe aplicar un conjunto de principios básicos para la realización de una auditoria de estados financieros, y guardar discreción de la
información recolectada con el propósito de demostrar que es profesionalmente confiable y responsable de todos los casos que estén bajo su
tutela.
Sin embargo, tal como lo establecen las normas profesionales establecidas para el ejercicio de sus funciones, si el auditor cumple fielmente
tanto con los principios y las normas venezolanas e internacionales, así como con las normas éticas propias de su profesión, no se le
designaría como responsable de los hechos o circunstancias que dieran lugar a errores significativos dentro de los estados financieros, sino a
la organización.
Pero es responsable de cumplir a cabalidad con las normas y principios establecidos para su actuación profesional, así como de detectar
cualquier anomalía en los estados financieros al aplicar dichos procedimientos, ya que es la aplicación de los mismos la que le permite velar
por el cumplimiento de sus obligaciones éticas, legales y profesionales.
Los seres humano tenemos comportamientos por medio de la cual diferenciamos lo bueno y lo malo por ello existen valores y normas para así
tener un buen desarrollo como personas. La ética es una reflexión sobre el hecho moral de las obligaciones que rigen el comportamiento del
ser humano en la sociedad en fin es la conducta humana. Cuando hablamos de la ética profesional este es de gran importancia ya que es
una guía que contiene la normatividad para nuestra actuación en todas las labores que realicemos y se ocupa de nuestra responsabilidad
hacia la sociedad en genera. Elprofesional contador público tiene un papel especialmente importante en la sociedad, ya que a través de la fe
pública que se le otorga; los inversionistas, acreedores, empleadores, el gobierno y colegas, confían en él para tener una sólida información
financiera, así como un consejo competente acerca de una variedad de materias en negocios e impuestos.
Se espera de un Contador Público que presente información financiera en forma completa, honesta y profesional, de tal modo que sea
comprendida en su contexto. La información financiera y no financiera debe mantenerse de manera que describa claramente la verdadera
naturaleza de las transacciones, activos o pasivos del negocio, que clasifique y registre las partidas en una forma apropiada y oportuna, por lo
que deben hacer todo lo que esté dentro de sus posibilidades para asegurarse que así sea.
que muchos valores comunes se incluyen en leyes para permitir que la sociedad funcione en forma ordenada. De tal manera que se concluye
que toda persona tiene un conjunto de valores, aún cuando puede que hayan sido considerados o no en forma explícita, tal como lo expresan
los códigos de ética para grupos de profesionales como los Contadores Públicos que los contadores públicos deben establecer conductas
éticas inviolables, en cuanto a su actuación profesional, es deber obligatorio para el contador evitar incurrir en faltas tales como: el
encubrimiento de hechos que lleven a conclusiones equivocas ante cualquier caso o circunstancia; negligencia al emitir un juicio sin respaldo
profesional o auditoria de parámetros de aceptación general; o inducir y aconsejar el falseamiento de estados financieros a sus clientes.
Igualmente, debe guardar discreción para demostrar que es profesionalmente confiable y responsable de todos los casos que estén bajo su
tutela, así como de cualquier información que maneje, adquiriendo un compromiso serio y leal con sus clientes de acuerdo a lo previsto en la
ley del ejercicio de la profesión.