Liter Universal

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José Calero Heras

Literatura universal
baCHiLLerato

editorial octaedro
Literatura universaL

advertencia preliminar
Los fragmentos de obras escritas o gráficas de otros autores que aparecen en el presente libro, tienen
como única finalidad facilitar a los alumnos y alumnas el estudio del lenguaje en su medio de comunica-
ción, y carecen, por tanto, de cualquier intención de promoción comercial o propagandística. Los comenta-
rios sobre estos fragmentos escritos y los juicios críticos que se contienen en este trabajo, al tener un
carácter docente, están protegidos por la disposición del artículo 32 de la ley sobre Propiedad Intelectual
de 11 de noviembre de 1987 (B.O.E. del 17 de noviembre de 1987).

nota: A lo largo del texto, siempre que se utilizan los términos genéricos profesor, alumno, etc., se
quiere hacer referencia a ambos sexos.

Primera edición: mayo de 2009

© José Calero Heras


© Ediciones OCTAEDRO, s.l.
C/ Bailén, 5 - 08010 Barcelona
Tel.: 93 246 40 02 Fax: 93 231 18 68
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright,
bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra
por cualquier medio o procedimiento.

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UNIDAD DE MUESTRA
EDICIÓN NO VENAL
T A B L A D E CONTENIDOS

I. EDAD ANTIguA Pág. 9

La historia de la literatura. Las edades de la historia. Los mitos; sus clases. Los mitos y la literatura.

1. I. Literatura china Confucio. Lao-Tse.


Literaturas II. Literatura india La epopeya. La fábula.
orientales
III. Literatura hebrea Biblia. Libros históricos, poéticos, proféticos y sapienciales.
Oralidad, religiosi-
dad, simbolismo,
Textos complementarios Tao-te-king.
fantasía. Antología de lecturas Biblia: Judit. Cantar de los cantares. Proverbios.

Recomendación de lecturas
Pág. 11

2. I. Epopeya Homero. Las epopeyas griegas. Ilíada y Odisea.


Literatura
II. Lírica Individual y coral. Safo. Anacreonte. Píndaro.
griega
III. Teatro Orígenes. La tragedia. La comedia.
Sentido de la mesu-
ra, fuentes mitológi- Textos complementarios Ilíada. Safo. Anacreonte. Aristófanes.
cas, perfección de
la lengua. Antología de lecturas Odisea: Canto I. Canto IX. Canto XXI.

Guía de lectura Edipo Rey, de Sófocles.

Recomendación de lecturas
Pág. 20

3. I. El teatro Orígenes. Plauto. Terencio.


Literatura II. La poesía épica Virgilio: La Eneida. La poesía lírica.
latina
III. La poesía lírica Horacio. Ovidio.
Dependencia de la
griega, extensión Textos complementarios Plauto. Eneida. Horacio.
en el tiempo, géne-
ros didácticos. Antología de lecturas Anfitrión, de Plauto.

Recomendación de lecturas
Pág. 37

Actividades de recapitulación

II. EDAD mEDIA Pág. 53

La sociedad medieval. Literatura oral y escrita. Los géneros literarios. Las leyendas.

5. I. La poesía épica Los cantares de gesta. Los poemas caballerescos.


Literatura II. La poesía lírica Poesía provenzal. Dolce stil nuovo. Dante.
medieval
III. El teatro Origen. Teatro religioso. Teatro profano.
Evolución de los
géneros. El Pre- IV. El cuento Chaucer. Las mil y una noches.
rrenacimiento. La
literatura árabe. Textos complementarios Canción de Roldán. Jorge Manrique. Dante.

Antología de lecturas Las mil y una noches.

Guía de lectura Farsa del Maese Pathelin.

Recomendación de lecturas
Pág. 55

Actividades de recapitulación
T A B L A D E CONTENIDOS

III. EDAD mODEr NA Pág. 77

Los cambios políticos y sociales. Los adelantos científicos. Las ideas y la cultura. El Humanismo.

5. I. La poesía lírica Petrarca. Ronsard. La Fontaine.


renacimiento II. La narración Boccaccio. Rabelais. La Fayette.
y Clasicismo
III. El ensayo Los humanistas. Montaigne.
Renacimiento, Ba-
rroco, Clasicismo. IV. El teatro Shakespeare. El teatro clásico francés.
Características.
Textos complementarios Petrarca. Ronsard. La Fontaine.

Antología de lecturas Decamerón, de Boccaccio. Hamlet, de Shakespeare.

Guía de lectura El enfermo imaginario y Tartufo, de Molière.

Recomendación de lecturas
Pág. 79

6. I. Poesía La Fontaine.
El Siglo de
II. Prosa Montesquieu. La Enciclopedia. Voltaire. Rouseau.
las Luces
III. Novela Herederos de Cervantes y la picaresca: Defoe. Swift.
La Ilustración. Los
géneros literarios. Textos complementarios Los enciclopedistas.
El Prerromanti-
cismo. Antología de lecturas Cándido, de Voltaire.

Pág. 107 Recomendación de lecturas

Actividades de recapitulación

I V. E D A D C O N T E m P O r á N E A ( S I g L O X I Pág. 123

X)
Los cambios políticos y sociales. Los adelantos científicos. Las ideas y la cultura.
7. I. Teatro Goethe. Schiller.
romanticismo II. Poesía Inglaterra. Alemania. Francia. Italia. Hispanoamérica.
Individualismo. III. Narración La novela: modalidades y autores. El cuento.
Sentimentalismo.
Idealismo. Preocu- Textos complementarios Fausto.
paciones filosóficas
y políticas. Antología de lecturas Werther, de Goethe y Antología de la poesía romántica.

Guía de lectura Narraciones extraordinarias, de E. Allan Poe.

Recomendación de lecturas
Pág. 125

8. I. El Realismo en Francia Stendhal, Balzac, Flaubert, Zola.


realismo y
II. El Realismo en Rusia Dostoievski, Tolstoi, Chéjov.
Naturalismo
III. En Inglaterra y EE.UU. Dickens, Mark Twain, Melville.
Temas y técnicas
narrativas. Antología de lecturas Madame Bovary, de Flaubert.
Pág. 151
T A B L A D E CONTENIDOS

9. I. La poesía en Francia Francia: Parnasianismo y Simbolismo.


Posromanti-
II. La poesía en otros países Portugal. Estados Unidos. Hispanoamérica.
cismo
III. La novela inglesa El esteticismo: Wilde. La aventura: Stevenson, Kipling. La fantasía.
Literatura de fin de
siglo: La rebeldía. IV. La renovación del teatro Naturalista: Ibsen. Strindberg. De vanguardia: Jarry.
La bohemia. El arte
por el arte. Textos complementarios Verlaine. Rimbaud. Walt Whitman. José Martí. Conrad.

Antología de lecturas Las flores del mal.

Recomendación de lecturas
Pág. 163

Actividades de recapitulación

V. E D A D C O N T E m P O r á N E A (SIgLO XX)
Pág. 183

Panorama histórico-social. Innovaciones científicas y técnicas. Corrientes filosóficas y literarias.

10. I. Las vanguardias poéticas Futurismo, Cubismo, Dadaísmo, Surrealismo…


La poesía II. Hacia una poesía pura Francia, Portugal, Grecia, Alemania, Inglaterra, EE.UU.
Principales corrien- III. Poesía existencial y social Rilke, Ginsberg / Neruda, Vallejo, Guillén.
tes. Características.
Textos complementarios Apollinaire. Tzara. Huidobro. Éluard, Ginsberg, Neruda, Vallejo,
Nicolás Guillén.

Antología de lecturas Antología de poesía contemporánea.


Pág. 185

11. I. Las inquietudes religiosas Un cristianismo sereno. Un cristianismo trágico.


La novela II. La angustia existencial Precursores: Kafka. Sartre, Camus, Kerouac.
Principales corrien- III. La novela social Generación perdida. Neorrealismo. Realismo socialista. Realismo
tes. Características.
crítico alemán. Realismo mágico hispanoamericano.

IV. Las nuevas técnicas narrativas Proust, Joyce, Virginia Woolf. Nouveau roman.

Textos complementarios Joyce.

Antología de lecturas Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.

Guía de lectura La metamorfosis, de Franz Kafka.

Recomendación de lecturas
Pág. 201

12. I. Tradicional y de vanguardia Tradicional: Francia, Inglaterra, EE.UU. Teatro independiente.


El teatro II. Existencial y del absurdo Pirandello / Ionesco, Beckett. Otros cultivadores.
Innovaciones. Prin- III. Teatro social Teatro épico. Jóvenes airados ingleses. Realismo crítico
cipales corrrientes.
norteaméricano.

Textos complementarios Ionesco, Bertolt Brecht.

Antología de lecturas Esperando a Godot, de Samuel Beckett.

Recomendación de lecturas
Pág. 220

Actividades de recapitulación
I Edad A Ntigua
La historia de la literatura

La palabra literatura viene del latín littera, que significa letra.


Extraño origen para un nombre que designa algo que es anterior a
la invención de la escritura. Porque la literatura, el arte que utiliza
como medio de expresión la palabra, fue primero oral; las obras
cantadas o recitadas ocuparon un gran espacio en las épocas
antigua y medieval, aunque sólo una parte ínfima haya llegado hasta
nosotros. Para que fuera escrita hubo de producirse el segundo gran
milagro de la historia de la humanidad: la escritura, es decir, la
perpetuación de la palabra a través del tiempo. El primer milagro
había sido la palabra misma.
La historia de la literatura es el testimonio de esos milagros,
que consisten en apresar el espíritu de cualquier época y
transmitirlo a la posteridad por medio de unos sonidos o de unos
humildes trazos es- critos. Leyendo y estudiando las obras
literarias más representativas realizadas por el hombre a lo largo de
la historia, a sus autores, sus temas y las corrientes o movimientos
más significativos, podremos conocer cómo han vivido, sentido,
pensado y disfrutado nuestros antepasados, desde los tiempos más
remotos hasta la actualidad. Porque la historia de la literatura de
cada pueblo encierra, además de los grandes temas que siempre
han preocupado al ser humano –el sentido de la vida y de la
Detalle de un fragmento de un Kudurru (estela) de muerte, el amor, el paso del tiempo, la violencia…– las creencias
piedra con escritura cuneiforme. Museo británico.
Londres.
propias de ese pueblo, sus tradiciones, sus costumbres, su manera
de sentir y de pensar, en definitiva, sus señas de identidad. De manera
que, conociendo sus principales obras literarias, conoceremos mejor
los países donde fueron compuestas y nos conoceremos mejor a
nosotros mismos.

Las edades de la historia

Para estudiar ordenadamente los autores y las obras principales


de la literatura universal, nos ajustaremos a las grandes épocas en
que se divide la historia:
• edad antigua: desde la aparición de la escritura hasta la
caída del Imperio Romano en poder de los germanos (siglo
v).
• edad Media: desde la caída de Roma hasta la toma de
Constan- tinopla por los turcos (s. vi-xv).
Biblioteca del monasterio de Yuso donde apareció
el primer escrito en lengua castellana, el Códice
• edad Moderna: desde la toma de Constantinopla por los
Emilianense (año 964). Vista del interior del archivo. turcos hasta la Revolución francesa (s. xvi-xviii).
San Millán de la Cogolla, La Rioja, España.
• edad Contemporánea: desde la Revolución francesa hasta nues-
tros días (s. xix-xxi).
Dentro de cada una de estas etapas ordenaremos las obras
literarias, bien por movimientos, bien por géneros.
9
Los mitos

Con la palabra mito calificamos hoy a aquella persona o


aconteci- miento que sobresale por alguna razón, y que la gente
admira y toma como modelo. Desde este punto de vista, son mitos
determinados artistas, deportistas, proezas o personajes literarios. Pero
su significado original era otro. Platón lo definía como «un relato
que concierne a los dioses y a los héroes». El mito así concebido
ofrece características peculiares:
• Es la narración de un suceso anterior al tiempo histórico.
• Participan seres sobrehumanos: dioses, héroes, animales o
perso- nas de naturaleza superior.
• Intenta explicar alguna de las grandes cuestiones de la
existencia, lo que lo diferencia del cuento, que no tiene otra
finalidad que proporcionar entretenimiento y placer.
• Tiene, por ello, un significado religioso.
Los mitos encierran los esfuerzos de los primitivos seres
humanos por desvelar los misterios que los rodeaban; de ahí que,
«El mito de la caja de Pandora». Pandora abriendo
la caja. Ilustración de Walter Crane, 1895. aunque discurren por caminos diferentes a los de la ciencia y la
filosofía, fueron, y siguen siendo, un medio válido para acceder al
conocimiento y la sabiduría

Clases de mitos

Los mitos cosmogónicos se refieren a hechos naturales: origen


del mundo y del ser humano, invención del fuego, fenómenos
meteoro- lógicos, sentido de la muerte, etc. Son los más
abundantes y antiguos.
Los mitos sobre prácticas del culto tienen su origen en rituales
de carácter mágico-religioso para dominar las potencias naturales.
Los mitos sobre dioses son más tardíos. Se forman cuando las
fuerzas primitivas de la Naturaleza se elevan a la categoría de
dioses.
Los mitos sobre héroes versan sobre personajes famosos
magnifi- cados por la leyenda, transmiten un suceso histórico
memorable o en- noblecen los orígenes de una ciudad. La función
principal de los héroes era servir de nexo entre los dioses y los
hombres; de ahí que muchos pasaran a ser semidioses.

Los mitos y la literatura

Lo mismo que no hay pueblo sin literatura, tampoco hay en la


anti- güedad un pueblo sin mitos; mitos que constituyen, en todos
«Belerofonte montando a Pegaso». Belerofonte, los casos, los primeros materiales con que contaron los narradores y
héroe de la mitología griega, mató a la Quimera y
domó al caballo Pegaso con la brida que le dió la
los poetas. La mitología, pues, es un tema omnipresente, tanto en las
diosa Atenea. Ilustración de W. Crane, 1895. letras como en las artes figurativas de todos los países a lo largo de
la Edad Antigua; tan omnipresente como lo será el cristianismo en la
Edad Media de Occidente.
Pero no solamente eso: la mitología griega, por ejemplo, ha
influido de una manera decisiva en la cultura de Occidente a lo
largo de toda su historia, pero especialmente en algunas épocas, en
que se ha dejado sen- especial, como en el Renacimiento o el Clasicismo.
tir con una fuerza

10
1 Literaturas
orientaLes

La humanidad ha ido avanzando en la dirección del


sol: de Oriente a Occidente; de ahí que sean las
literaturas orientales las más antiguas. Esa antigüedad
se manifiesta en dos características: la pervivencia de
rasgos de carácter oral y su fuerte impregnación
religiosa y mitológica.

La cultura se transmitió primero de palabra y sólo


después de muchos siglos comenzó a fijarse por escrito.
Cuando el hombre llegó a la conclusión de que había
poderes sobrehumanos a los que era preciso implorar para
librarse
de las malas cosechas, enfermedades y desgracias,
surgió una casta sacerdotal encargada de dirigir las
ceremonias para el culto. Con el tiempo, los sacerdotes
fueron fijando por escrito, con signos ininteligibles para
el común de
los mortales, las plegarias, los ritos, las canciones, los
acontecimientos importantes para el pueblo, el pensamiento
de los sabios sobre sus dioses, la vida, el mundo… Esos
libros, producto de varias generaciones, en que la
literatura está sobre todo al servicio de la divinidad,
fueron, y siguen siendo, doctrina sagrada para numerosos
creyentes.

Las literaturas orientales se caracterizan también por su


tendencia al simbolismo y por su desbordante fantasía. El
hombre primitivo era más imaginativo que reflexivo; de
ahí la frecuencia con que utiliza, para la expresión del
pensamiento, los símbolos y alegorías, las fábulas,
apólogos, parábolas,
etc. Por la misma razón abundan los personajes terribles,
los hechos descomunales, los ambientes lujosos y de
ensueño… Con ellos transmitían la idea de un poder
omnímodo, sobrehumano, indestructible, al que había
que someterse.

Estudiaremos a continuación tres de las más


interesantes literaturas orientales de la antigüedad: la
china, la india y
la hebrea; interesantes, tanto por la calidad de sus
1. Literaturas orientaLes 11
obras, como por la influencia que algunas de ellas
tendrán en el arte, la literatura y el pensamiento de
Occidente y, más concretamente, de España.

12 I. edad antIgua
i Lit e r at u r a CHin a

La literatura china es la más antigua de las que se conocen y


una de las más ricas, aunque parte de ella se haya perdido con el
tiempo. Su antiguo soporte, las tablas de bambú, no resiste el paso
de los siglos, por lo que ha sido necesario copiar los manuscritos
una y otra vez.
China tuvo dos escritores de excepcional categoría, cuyo
pensamiento ha ejercido gran influencia tanto en Oriente como en
Occidente: Con- fucio y Lao-tse, ambos de los siglos vi-v a.C.
lanco y negro se unen en diversas proporciones para formar una amplia gama de grises, el Ying y el Yang, mezclándose, dan lugar a todo lo que existe: animales, vegetales, mine
personas es as- pirar a la no lucha, al no enfrentamiento, a la armonía…, en definitiva: a la conciliación entre el Ying y el Yang. Confucio

Como Sócrates en Grecia, Confucio (551-479 a.C.) fue un


reforma- dor de las costumbres individuales y colectivas, un moralista
dedicado íntegramente al estudio y la enseñanza, cuyos
pensamientos fueron recogidos con posterioridad por sus
discípulos en un libro, Lun Yü (Los diálogos). El confucionismo es
una doctrina práctica: más que teorizar sobre la divinidad, tiende a
regular la conducta de las personas.

Lao-tse

Lao-tse (s. v a.C.) fue un sabio


que gustó del retiro y la soledad
y que predicó el amor, la
humildad y el desinterés: no
obrar, no desear, no saber,
conformarse… Sus ideas
religiosas y filosóficas las reunió
en el tao-te-king (Libro del Tao y
del Te), especie de Biblia de la
religión taoísta y máxima
expresión del pensamiento chino.
Representación de Lao-tse Está redactado en un lenguaje
predicando
oscuro, de difícil interpretación.

1. Comenta el sentido de este capítulo del Tao-te-king necesita ponerse en la última fila.
y señala algunas reiteraciones y paralelismos, recur- sos muy frecuentes en las literaturas orientales.
Así el santo está encima del pueblo
10 y el pueblo no siente su peso; dirige al pueblo
y el pueblo no sufre.
Lo que hace que el río y el mar puedan ser reyes de los Cien Valles,
es que saben ponerse por debajo de ellos.
He aquí por qué pueden ser reyes de los Cien Valles.
He ahí por qué todo el mundo le empuja gustoso a la cabeza
15 y no se cansa de él.
Puesto que
5 Igualmente, si el santo desea estar por encima del pueblo, tiene que rebajarse no rivaliza
primero con nadie, nadie rivaliza con él.
en palabras;
si desea ponerse a la cabeza del pueblo,
ii Lit e r at u r a in Dia

Entre las literaturas orientales, es la india la más conocida y la


que más ha influido en Occidente, sobre todo a través de los
árabes.
ienes lo instruyeron en su oficio. En cierta ocasión, un anciano sacerdote al que había agredido le hizo reflexionar sobre su conducta. Valmiki, arrepentido, oró durante varios año
os versos en la que cantaría más tarde las gestas de Rama. La epopeya

Las grandes epopeyas indias comenzaron a componerse entre los


si- glos xii-x a.C., aunque sufrirían numerosas refundiciones hasta
adquirir su forma definitiva en el siglo ii d.C. Relatan los mitos y
leyendas de la India, en un estilo brillante, muy adornado.
La más famosa es el Ramayana,
atribuido a Valmiki, que narra, en
50.000 versos, las luchas del
príncipe Rama (encarnación de la
valentía, la bondad y la
religiosidad) por resca- tar a su
fiel esposa Sita del poder de los
demonios. Destacan la belleza de
las descripciones (ya sean de ba-
tallas, de sentimientos o de
paisajes)
el dios protector del mundo,y
se la riqueza
encarna en Rama,del estilo,
hijo de un rey. A los 17 años logra disparar un arco para cuyo manejo se necesitaban 800 hombres y recibe como premio la ma
La joven se somete a la prueba del fuego, que la respeta, signo inequívoco de que se ha conservado pura. Ambos vuelven a su patria, donde reinarán hasta que Rama, cargado d
plagado de símiles, metáforas,
aliteraciones, juegos de palabras
y todo tipo de
recursos ornamentales. Miniatura de un manuscrito del Ramayana

La fábula

Es natural que la fábula (narración edificante de animales que


hablan y se comportan como personas) naciera en la India, dada la
creencia de sus habitantes en el animismo y la reencarnación
después de la muerte. La recopilación más famosa es el
Pantchatantra (Los cinco libros), compuesto entre los siglos i-iv,
seguramente para la educación de algún príncipe. Sus setenta
cuentos breves nos adoctrinan sobre la amistad, la guerra y la paz,
el poder de los débiles, el valor de la experiencia, etc.
La influencia del Pantchatantra en la literatura universal fue
enorme: alcanzó a Don Juan Manuel, el Arcipreste de Hita, Ramon
Llull, Chaucer y La Fontaine. Cuentos tan famosos como el de La
lechera tienen su origen en esta colección india. Su camino hacia
europa es apasionante: fue traducido al persa (s. vi) y de éste al
árabe (s. viii), de donde proce- den las dos versiones más
importantes (s. xiii): la castellana de Alfonso X el Sabio y la hebrea,
traducida al latín por un judío converso. De la traducción latina
derivan las numerosas versiones occidentales.

2. Expón lo que recuerdes de Alfonso X, Don Juan Manuel y el Arcipreste


de Hita, escritores que hemos citado a propósito de las fábulas.
iii Lit e r at u r a He br e a

La Biblia

Se designa con este nombre la colección de escritos (Sagradas


Escrituras) donde se fundamentan las religiones judía y cristiana.
mbién asesinatos, guerra, matanzas y demás. Es el libro más difundido del mundo y el de mayor influjo en la
civilización
n estructurada, con multitud de giros argumentales, llena de invención,
Umberto ECO
occidental.
con la cantidad Consta
exacta de piedad y sin caerde antiguo
nunca testamento, 45 libros
en la tragedia.

ABC Literario, 26-III-93 escritos en hebreo, desde el siglo xiii al i a.C., y nuevo testamento,
27 libros escritos en griego en el siglo i d.C.
El antiguo testamento recoge la historia, creencias y tradiciones
judías antes de la venida de Jesucristo. Contiene cuatro tipos de
libros, de estilos y géneros muy diversos: históricos, poéticos,
proféticos y sapienciales.

Libros
históricos y poéticos

Los más importantes libros históricos son los cinco atribuidos a


Sucedió en el trono a Saúl, tras llorarlo en una magnífica elegía, que cuenta entre las muestras más destacadas de la poesía bíblica.
Moisés, que los cristianos llaman Pentateuco y los judíos Thorá
festó su piedad y arrepenti- miento en setenta Salmos, especialmente en el Miserere, que se convertiría en la plegaria de todos los pecadores. Viendo próxima su muerte, nombró
(Ley), porque recogen, además de la historia remota de Israel, que
se mante- nía en relatos orales, los preceptos esenciales dictados
por Jehová. Hay otros que cuentan interesantes historias
particulares llenas de belleza y sensibilidad: Ruth, Ester, Judit,
Tobías…
Entre los libros poéticos destacan: el de Job, poema dramático
sobre el dolor y la adversidad; los Salmos, himnos de alabanza o
arrepenti- miento destinados al culto, la mayoría compuestos por
el rey David; y el Cantar de los Cantares, atribuido a Salomón.
El ritmo de la poesía hebrea no se consigue con la medida de
las sílabas y la rima, sino con los acentos, el desarrollo del
pensamiento (paralelismos) y otros artificios literarios: asonancias,
reiteraciones, símiles, metáforas…

Libros
proféticos y sapienciales

Dios hablaba, vaticinaba, bendecía o reconvenía a su pueblo a


través de los profetas, que escribían lo que predicaban, y la gente
aprendía y recitaba sus elocuentes discursos. El de Isaías es el libro
profético más notable desde el punto de vista literario, por su tono
solemne y arrebatado y por la audacia de las imágenes.
Los libros sapienciales son conjuntos de enseñanzas morales en
forma de máximas. Los Proverbios y el eclesiastés se atribuyen a
Salomón. El último, que da una visión muy pesimista de la
existencia, debió de componerlo al final de su vida, hastiado de los
placeres y convencido de la vanidad del mundo.
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

planteaban y resolvían, con un criterio y una belleza bIbLIa antIguo


admirables, teStamento
los problemas capitales de Dios y el Hombre, del Bien y el Mal, de la Vida
el origen del mundo y del hombre, el diluvio universal, la historia de Noé y sus hijos, y la de Abrahán y sus descendientes, hasta la muerte d

Página de la Biblia de Gutenberg, 1456

Judit

Judit, la heroína nacional de Israel, fue una viuda joven y piadosa que utilizó sus
artes de seducción para destruir al general del ejército asirio que sitiaba su ciudad.
Esta sugestiva historia de una mujer, a la vez fuerte y delicada, figura entre las más
celebradas de la Biblia, por el magnífico trazado de la protagonista y por la sencillez
con que está contada. La literatura, la pintura e incluso la música se inspirarán
después repetidamente en esta historia.

El campo de los asirios, su infantería, sus carros que ella por sí administraba. Nadie podía decir de
y su caballería los tuvieron cercados por espacio de ella una palabra mala, porque era muy temerosa de
treinta y cuatro días; de manera que a los Dios. Era precisamente la hora en que se ofrecía
habitantes de Betulia se les agotaron todas las en Jerusalén, en la casa de Dios, el incienso de la
aguas. Quedaron vacías las cisternas, y el agua se tarde, cuando clamó Judit con gran voz al Señor,
les distribuía con medi- da. Desmayaban las diciendo:
mujeres y los niños, y los jóvenes desfallecían de
«Mira que los asirios tienen un ejército poderoso,
sed y caían sin fuerza en las calles de la ciudad y
se engríen de sus caballos y jinetes, se enorgullecen
en los pasos de las puertas.
de la fuerza de sus infantes, tienen puesta su
Vivía en su casa Judit, guardando su viudez confianza en sus broqueles,1 en sus lanzas, en sus
hacía tres años y cuatro meses. Era bella de formas arcos y en sus hondas, y no saben que tú eres el
y de muy agraciada presencia. Su marido, Señor que decide las batallas, cuyo nombre es
Manasés, le había de- jado oro y plata, siervos y Yavé. Quebranta su fuerza con tu poder, pulveriza
siervas, ganados y campos, su fuerza con tu ira, porque han
1. broqueles: escudos.
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

resuelto violar tu santuario, profanar el tabernáculo que no sea verdad. Yo misma te guiaré por en
en que se posa tu glorioso nombre y derribar con el medio de Judea hasta llegar a Jerusalén y haré que
hierro tu altar. Pon los ojos en su soberbia, te sientes en medio de ella y los conduzcas como
descarga tu cólera sobre su cabeza, dame a mí, ovejas sin pastor. Ni un perro ladrará contra ti.
pobre viuda, fuerza para ejecutar lo que he Todo esto me ha sido comunicado por revelación y
premeditado». para anunciártelo he sido yo enviada».
Una vez que cesó de clamar al Dios de Israel se Díjole Holofernes: «Bebe y alégrate con
quitó el saco que llevaba ceñido y se despojó de los nosotros». Y contestó Judit: «Beberé, señor, que yo
vestidos de viudez; bañó en agua su cuerpo, se tengo este día por el más grande de toda mi vida».
ungió con ungüentos, aderezó los cabellos de su Tomó lo que la sierva le había preparado, y comió
cabeza, púsose encima la mitra, se vistió el traje de en presencia de
fiesta con que se adornaba cuando vivía
Holofernes, el cual se alegró
su marido Manasés, calzóse las sobremanera con ella, y
sandalias, se puso los bebió tanto vino cuanto
brazale- tes, ajorcas,2 anillos y jamás lo había bebido desde
aretes y todas sus joyas, y el día en que nació.
quedó tan ataviada, que
Cuando se hizo tarde, los
seducía los ojos de cuantos
siervos de Holofernes se sa-
hombres la miraban. Entregó
lieron aprisa y se fueron a
a su sierva una bota de vino y
sus lechos, pues estaban
un frasco de aceite, llenó una
rendidos porque el banquete
alforja de panes de cebada y
había sido largo. Quedó Judit
de tortas de higos, envolvién-
sola en la tienda, y
dolo todo en paquetes, y se lo
Holofernes tendido sobre su
puso a la esclava a las
lecho, todo él bañado en
espaldas. Siguiendo la
vino. Puesta entonces en pie
dirección del valle,
junto al lecho de Holofernes,
caminaron hasta que les salió
dijo en su corazón: «Señor,
al paso una avanzada de los
Dios todopoderoso, mira en
asirios, que la apresaron y le
esta hora la obra de mis
preguntaron: «¿Quién eres tú
manos, pues ésta es la
y de dónde y adónde vas?».
ocasión de ejecu-
A lo que ella contestó: «Soy tar mis proyectos, para ruina
Judit decapita a Holofernes, de Rembrandt
una hija de los hebreos. Voy de los enemigos que están
a sobre
presentarme a Holofernes, general en jefe de diré a mi señor esta noche cosa
vuestro ejército, para indicarle el camino por donde
puede subir y dominar toda la montaña, sin que
perezca ni uno solo de sus hombres».
Cuando oyeron tales palabras y contemplaron
su rostro, que les pareció maravilloso por su
extremada belleza, le dijeron: «Ve, pues, a su
tienda; dos de los nuestros te acompañarán hasta
entregarte a él».
Llegada Judit a presencia de Holofernes y de
sus servidores, todos se quedaron maravillados de la
belleza de su rostro. Postróse ante él, pero los
servidores la le- vantaron. Díjole Holofernes: «Ten
buen ánimo, mujer, y no te intimides, que yo nunca
hice daño a nadie que estuviera dispuesto a servir
a Nabucodonosor, rey de toda la tierra». Judit le
respondió: «Oye las palabras de tu esclava, que no
nosotros». Y acercándose a la columna del veces en el cuello, cortándole la cabeza. Envolvió el
lecho que estaba a la cabeza de cuerpo en las ropas del lecho, quitó de las
Holofernes, descolgó de ella su alfanje; columnas el dosel y, tomándolo, salió enseguida,
llegándose al lecho, le agarró por los entregando
1. Resume elaargumento
la sierva yladivídelo
cabeza ende Holofernes,
partes. Indica qué que
es
cabellos de su cabeza al tiempo que decía: éstaloechó en la alforja de las provisiones,
que te ha gustado más de cada fragmento y por y qué.
ambas
«Dame fuerzas, Dios de Israel, en esta salieron juntas como de costumbre.
hora». Y con toda su fuerza le hirió dos 2. Cuenta oralmente otros episodios del Antiguo Testamento
que recuerdes.

2. ajorcas: argollas de oro, plata u otro metal, que se ponen en las muñecas, brazos, cuello o pies.
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

Cantar de los Cantares

Es, sin duda, el mejor libro poético de la Biblia. La tradición lo atribuye a Salomón,
hijo de David, que lo habría compuesto en su apasionada juventud. Es un intenso diá-
logo amoroso entre dos enamorados, en un delicado ambiente pastoril. La Iglesia lo
ha interpretado como una parábola del amor de Dios a su pueblo, o de la unión
mística del alma con su Creador.

la Esposa
El Esposo

¡La voz de mi amado! / Vedle que llega /


¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres!
saltando por los montes, / triscando 3 por los
/ Son palomas tus ojos a través de tu velo.
collados.
Son tus cabellos rebañitos de cabras / que ondulan-
Es mi amado como la gacela o el cervatillo. /
tes van por los montes de Galaad.
Vedle que está ya detrás de nuestros muros, /
Son tus dientes cual rebaño de ovejas de
atisbando por las ventanas, / espiando por entre
esquila / que suben del lavadero todas sus crías
las celosías.
mellizas, / sin
que haya entre ellas estériles.
El Esposo Cintillo de grana son tus
¡Levántate ya, amada mía, / labios, / y tu hablar es agrada-
hermosa mía, y ven! ble. / Son tus mejillas mitades
Que ya se ha pasado el in- de granada / a través de tu
vierno / y han cesado las velo.
lluvias. Ya se muestran en la Es tu cuello cual la torre
tierra los brotes floridos, / y de David, / adornada de
ha lle- gado el tiempo de la trofeos, / de los que penden
escarda, / y se deja oír en mil escudos,
nuestra tierra el / todos escudos de valientes.
arrullo de la tórtola. Tus dos pechos son dos
Ya ha echado la higuera mellizos de gacela / que
sus brotes, / ya las viñas en triscan entre azucenas.
flor es- parcen su aroma. / Eres del todo hermosa,
¡Levántate, amada mía, / ama- da mía; / no hay tacha
hermosa mía, y ven! Paloma en ti.
mía, que anidas en las Prendiste mi corazón,
hendiduras de las rocas, / en her- mana, esposa; /
las prendiste mi
grietas de las peñas escarpadas, / Miniatura de la Biblia de Savigny, de fines del siglo xii corazón en una de tus miradas,
dame a ver tu rostro, / hazme oír / en una de las perlas de tu
tu voz. / Que tu voz es dulce, / y encantador tu sombras,
rostro. / vuelve, amado mío, semejante a la gacela o al cervatillo,
/ por los montes de Beter.
la Esposa

¡Cazadnos las raposas, / las raposillas que


destrozan las viñas, / nuestras viñas en flor!
Mi amado es para mí, y yo para él. / Pastorea
entre azucenas.
Antes de que refresque el día / y huyan las

1. Literaturas orientaLes 17
collar. osa

Mi amado es fresco y colorado, / se distingue


l
entre millares.
a
Su cabeza es oro puro, / sus rizos son racimos de
dátiles, / negros como el cuervo.
E
Sus ojos son palomas / posadas al borde de las aguas,
s
/ que se han bañado en leche / y descansan a la
p
orilla del arroyo.

3. triscar: retozar, enredar.

18 I. edad antIgua
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

Sus mejillas son jardín de balsameras, 4 / teso5 de 3. Señala los elementos de ambiente pastoril que aparecen
plantas aromáticas; / sus labios son dos lirios / en el fragmento e indica las tres imágenes que más te
que destilan exquisita mirra.6 hayan gustado.
Sus manos son anillos de oro / guarnecidos de
4. El paralelismo es el recurso más peculiar de la poesía
piedras de Tarsis. / Su vientre es una masa de hebrea. Puede ser sinonímico (si el 2º versículo expresa
marfil / cuajada de zafiros.7 el mismo pensamiento que el 1º), antitético (si expresa lo
Sus piernas son columnas de alabastro8 / contrario), sintético (si lo desarrolla y completa), etc. Pon
asentadas sobre basas de oro puro. / Su aspecto es algunos ejemplos.
como el Líbano, 5. San Juan de la Cruz se inspiró en el Cantar de los
/ gallardo como el cedro. Cantares para escribir su Cántico espiritual. Releedlo en
Su garganta es toda suavidad, / todo él, clase para comprobar las semejanzas.
encanto. / Ese es mi amado, ese es mi amigo, /
hijas de Jerusalén.

Proverbios

Es una colección de sentencias escritas en versos breves, directos, de suma


eficacia. Las hay referidas a Dios y al culto, pero la mayoría tienen que ver con la
moral: toda forma de pecado, injusticia y maldad es corregida y condenada. Comienza
con unos consejos a un joven, puestos en boca de la Sabiduría; continúa con unas
recomendaciones contra los vicios, la impiedad, el adulterio, etc., y termina con unas
exhortaciones acerca de la vida. Todo el libro destila cordura y sentido práctico.

provErbios dE salomón, hijo dE david, No te vayas con ellos, hijo mío, / ten tus pies
rEy dE israEl
muy lejos de sus sendas;
Para conocer la sabiduría y la disciplina, / para Porque corren sus pies al mal / y se apresuran a
entender sensatos dichos, derramar sangre.
Para alcanzar la disciplina y discreción, /
justicia, equidad y rectitud; ExcElEncias dE la sabiduría
Para procurar astucia a los simples, / Bienaventurado el que alcanza la sabiduría / y
perspicacia y circunspección9 a los jóvenes. ad- quiere inteligencia,
Oyéndolos, el sabio crecerá en doctrina / y el Porque es su adquisición mejor que la de la
en- tendido adquirirá destreza. plata / y es de más provecho que el oro puro.
Es más preciosa que las perlas / y no hay tesoro
las malas compañías que la iguale.
Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre / y Lleva en su diestra la longevidad / y en su
no desdeñes las enseñanzas de tu madre; siniestra la riqueza y los honores.
Porque serán corona de gloria en tu cabeza / y De su boca brota la justicia / y lleva en la
collar en tu cuello. lengua la ley y la misericordia.
Hijo mío, si los malos pretenden seducirte, / no Sus caminos son caminos deleitosos / y son paz
consientas; si te dicen: todas sus sendas.
«Ven con nosotros / pongamos acechanzas para Es árbol de vida para quien la consigue; / quien
derramar sangre, / tendamos sin razón lazos la abraza es bienaventurado.
contra el puro», Con la sabiduría fundó Yavé la tierra, / con la
inte- ligencia consolidó los cielos.

4. balsameras: plantas aromáticas con las que se hacen los 7. zafiros: piedra preciosa de color azul. Aquí, por venas.
bál- samos. 8. alabastro: piedra blanca, de apariencia marmórea.
5. teso: colina baja, llana en la cima. 9. circunspección: prudencia, seriedad.
6. mirra: resina aromática.
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

atEncionEs dEbidas al prójimo


El borracho
No niegues un beneficio al que lo necesita, /
No mires mucho al vino cuando rojea / y
siempre que en tu poder esté el hacérselo;
cuando espumea en el vaso;
No le digas al prójimo: «Vete y vuelve, /
Éntrase suavemente, pero al fin muerde como sierpe
mañana te lo daré», si es que lo tienes a mano.
/ y pica como áspid;
No trames mal alguno contra tu prójimo /
Y tus ojos verán cosas extrañas / y hablarás sin
mientras él confía en ti.
concierto;
No pleitees con nadie sin razón / si no te ha
Te parecerá estar acostado en medio del mar / y
hecho agravio.
estar durmiendo en la punta de un mástil.
No envidies al violento / ni elijas sus caminos;
«Me han pegado, y no me ha dolido; / me han
Porque el perverso es abominado de Yavé, / que
tun- dido, y no lo he sentido; / cuando me
sólo tiene sus intimidades para con los justos.
despierte volveré a buscarlo.»
la pErEza

Ve, ¡oh perezoso!, a la hormiga; / mira sus 6. Resume la introducción (donde se expresa la finalidad de
la obra) y cada uno de los apartados. Añádele tú otro en
caminos y hazte sabio. el mismo tono y estilo.
No tiene juez, / ni inspector, ni amo.
Y se prepara en el verano su mantenimiento, / 7. El término sabiduría designaba para los hebreos cierta
reúne su comida al tiempo de la mies. agudeza de ingenio para hallar la salida en casos
apurados y para obrar con rectitud y bondad. Se adquiría
O ve a la abeja y aprende cómo trabaja / y
por la atenta observación de la naturaleza y por la
produ- ce rica labor, / que reyes y vasallos buscan reflexión. Comenta cómo se la describe en el texto.
para sí / y todos apetecen.
Y siendo como es pequeña y flaca, / es por su 8. El título del libro en hebreo es Mishlé (Comparación),
porque las sentencias se exponen en forma de símiles,
sabi- duría tenida en mucha estima.
fáciles de interpretar y retener. Comenta algunos.
¿Hasta cuando, perezoso, acostado? / ¿Cuándo
despertarás de tu sueño?

recomendación de lecturas

Hay versiones modernas del Ramayana muy interesantes y de fácil lectura. También la Biblia contiene libros breves que cuentan hermosa

La literatura india cuenta en el siglo xx con autores tan conocidos como Rabindranath Tagore. Para conocerlo lee El cartero del rey.

Siddhartha, del escritor alemán Hermann Hesse, es una bella novela ambientada en la India tradicional.

A Jean Giraudoux, un escritor francés, pertenece la tragedia Judit, en la que muestra a la heroína enamorada de Holofernes y dividida ent

Escena del Ramayana

1. Literaturas orientaLes 19
2 Literatura
GrieGa

Grecia ha sido, junto al pueblo hebreo, la cuna de la


civilización occidental. Su política, su pensamiento, su
arte, su literatura alcanzaron tal perfección y
profundidad, que han determinado, en mayor medida
que ningún otro país, el desarrollo cultural de Occidente.

Todas las manifestaciones culturales del pueblo griego se


caracterizan por un hondo sentido de la mesura, del
equilibrio; de ahí su gusto por la sencillez, la claridad y la
proporción.
Su arte y su literatura, hechos a la medida de la
naturaleza humana, son fáciles de comprender y de
admirar, porque carecen de las exageraciones, la
desbordante fantasía, el lujo y la grandiosidad propios
de los pueblos orientales.

La fuente principal de inspiración para los griegos es su


mitología: el riquísimo tesoro de creencias y leyendas
religiosas, que ellos consideraban la prehistoria de su país. La
tradición oral les había legado tantos acontecimientos y
anécdotas en torno a sus dioses (largas y crueles guerras,
truculentas historias familiares, amores y odios, aventuras,
venganzas…), que no tuvieron necesidad de inventar nuevos
argumentos; les bastó con recrear los ya existentes. Los
dioses griegos no presentan
el aspecto terrorífico ni encarnan la perfección absoluta
que caracteriza a los de otros pueblos; son primero y ante
todo humanos. Están muy próximos a nosotros, porque
tienen todas nuestras debilidades y nuestros vicios, pero
también todas nuestras virtudes. Esto es lo que les hace
tan atractivos.

No hubiera sido posible una literatura tan perfecta sin una


lengua rica y desarrollada, adaptable a la prosa y al verso,
a la expresión del sentimiento y de las ideas. Y el idioma
griego lo fue, por la abundancia de su vocabulario, la
flexibilidad
de su sintaxis y su entonación casi musical.

Donde más destacaron los griegos fue en los géneros


propiamente literarios: la poesía épica, la poesía lírica y el
teatro, aunque cultivaron también la filosofía, la historia y la
oratoria.
i La ePoPeYa

Homero

La tradición atribuye a Homero, un rapsoda ciego del siglo viii


a.C. que
orias fabulosas, lances se oganaba
de amor de muerte delaprofundo
vida significado,
cantando deanécdotas
sencillas ciudado relatos
en ciudad, la
de gran ex- tensión. Todo ello transportado a un mundo y una época ideales en
autoría de las dos grandes epopeyas griegas: la Ilíada y la odisea.con la dramática biografía
de los héroes griegos a su patria; otras relataban la historia patética y truculenta de un linaje, como la de Tebas, de Edipo y el terrible fin de sus hijos E
Martín de RIQUER
Probablemente existirían con anterioridad numerosas canciones Historia de la Literatura universal

que glorificaban las hazañas de los antiguos guerreros y Homero


sólo fue el refundidor que supo estructurarlas y darles unidad;
pero eso no quita mérito a su labor.

Las epopeyas griegas

Las epopeyas griegas no se compusieron para ser leídas, sino


recita-
audillos griegos, enojado das:
porque ante los jefe
Agamenón, nobles, que leseha enorgullecían
de las tropas, deretira
robado una esclava, se sus del heroicos
campo de batalla, lo que acarrea sucesivas derrotas a los sitiadores. Patrocl

antepasados, o ante el pueblo llano, que admiraba las gestas de la


clase dirigente. De ahí que conserven muchas fórmulas de la
literatura oral.
La acción se desarrolla en ambientes aristocráticos y caballerescos,
sin apenas participación de gente humilde. Los dioses intervienen,
aunque no como protagonistas: se parecen a los hombres en sus
pasiones y defectos; suelen entrometerse en sus vidas y tomar
partido, pero no son omni- potentes. Por encima de ellos está el
Hado, fuerza misteriosa que
gobierna su destino y el de los seres
humanos.
El poeta, que se considera
inferior a sus criaturas, narra con
absoluto respeto y objetividad,
sin mostrar sus sentimientos u
opiniones sobre hechos y personas
que están muy por encima de él.
Además, utiliza un lenguaje culto,
elegante, adecuado a la categoría
de los interlocutores, plagado de
bellas comparaciones y de
minuciosas descripciones.
Aquileo dando muerte a la amazona Pentesilea

La ilíada

Varias razones hacen de la Ilíada la epopeya por antonomasia:


– La variedad y la fuerza de las pasiones que mueven a los
personajes (ira, orgullo, amor, generosidad…), entre las que
destaca la amistad, verdadero motor de la acción.
– La atmósfera heroica que se respira en toda ella: sus personajes
son guerreros esforzados y valientes, que cifran su mayor gloria
en com- batir y salir victoriosos.
– La dignidad y el temple moral de los protagonistas, que
encarnan las virtudes ideales para el pueblo griego.
no hace explíci- tas las cosas, pero de todas formas es un bombón. Grandes momentos dramáticos, un gigante con un solo ojo, caníbales, incluso algo de drogas, pero nada ilegal, p
ente; se lee como la seda. El tono es más tranquilo, pondera- do, pero no pesado. Y luego el montaje, el uso de flashbacks, las historias dentro de las historias… En una palabra, e
Umberto ECO
ABC Literario, 26 - III - 93.

Odiseo y las sirenas Homero

La odisea

Cuenta las numerosas aventuras que le ocurren a ulises,


caudillo griego que participó en la guerra de Troya, de vuelta a su
patria, donde le están esperando su mujer y su hijo. El campo de
batalla de la Ilíada es sustituido aquí por el mar, con sus peligros y
portentos; y el guerrero valeroso, por el hombre hábil, prudente y
audaz, capaz de sortear todas las dificultades que lo apartan de su
hogar.
En la Odisea persisten la participación divina y el tono
legendario y maravilloso propios de la epopeya (el gigante
Polifemo, las Sirenas, la hechicera Circe, etc.), pero a la vez se
describen con gran realismo escenas de la vida familiar y de
ambiente marinero, que revelan en el poeta una gran capacidad de
observación.

da: 15 tal
brillaba la pica que Aquiles llevaba en la diestra, maquinando maldades contra Héctor divino y buscando en su piel el lug
pero todo su cuerpo cubrían las armas de bronce
uedo eludirla; pero al menosque,
no después de matarlo,
quiero morir a Patroclo
sin esfuerzo quitó, exceptuando
y sin gloria, sino haciendo algo grande que admiren los hombres futuros.
20 la garganta, ese sitio en que es fácil al alma perderse. Le clavó allí la lanza, atacándolo, Aquiles divino, traspasó el fino cuello
robusta,
y el
el águila rauda que se lanza caudillo
hacia troyano
el llano fue de
a través a tierra, ya herido
las nubes de muerte.
sombrías y arrebata la tierna cordera o la tímida liebre.
imo lleno de ira atroz; defendía su pecho el escudo precioso,
cuatro bollones, en el cual ondeaban al viento las crines doradas, abundantes y bellas, que Hefesto fijó en su cimera.
de estrellas el Véspero1, que es el astro más bello de todos los que hay en el cielo,

2. Busca en un diccionario de mitología información so-


bre los personajes que aparecen en el texto (Aquiles, Héctor, Patroclo, Hefesto) y en otras partes del tema (Pa

3. Lo más peculiar del estilo de Homero son las com-


paraciones y la adjetivación, recursos con los que embellece los hechos y engrandece a los personajes. Señala

1. Véspero: Venus, el lucero de la tarde.


ii La LÍr iCa

Lírica individual y lírica coral

Los griegos solían entonar en las fiestas unos cantos acompañados


por la lira. De ahí proviene el nombre de lírica, con que acabó
designándose la poesía que no narra objetivamente acontecimientos
externos, sino que expresa los sentimientos y emociones íntimas del
alma.
En las canciones interpretadas por un solista el poeta expresaba
sen- timientos personales; así, Safo y Anacreonte. En las
interpretadas por un coro, el poeta se convertía en portavoz del
sentimiento de un grupo: una familia, una ciudad, un Estado; así
ocurre con Píndaro.

Safo

safo (s. vii a.C.) dedicó su vida a instruir a las jóvenes en la


as flores de oro» y llegó a la ancianidad. En alguno de sus poemas la poetisa se retrata con los cabellos ya encanecidos y sosteniéndose difícilmente sobre las rodi- llas, pero mant
música,
se habría suicidado la poesía
arrojándose y el baile.
por un precipicio. Sea comoEn los
fuere, escasos
nadie fragmentos
en la antigüedad ha cantado,que
como han
ella, la vida, la juventud, la belleza y el amor.
llegado hasta no- sotros, canta insistentemente la belleza y el amor
en todos sus matices: melancólico, dulce, alegre, fugitivo, doloroso…
La poetisa, a veces tierna y dulce, otras audaz y apasionada, asombra
siempre por la naturalidad de su lenguaje y por la ausencia de todo
artificio retórico.

Anacreonte

Medio siglo después que Safo, anacreonte de teos alegraba con


sus poemas los ratos de ocio de príncipes y nobles. Cantaba los
placeres de la vida (el amor, el vino, la buena mesa, la música, la
amena naturale- za…) en un tono ligero y burlón, no exento de
delicadeza. Este tipo de poesía, llamada «anacreóntica» tuvo gran
influencia en la Edad Moderna. Los españoles José Cadalso y Juan
Meléndez Valdés, sintieron especial predilección por ella.

Safo Dionisio
Píndaro

Es el poeta más excelso de la lírica coral. Vivió en el siglo v a.C.


Se dio a conocer a los 20 años, cuando recitó en público una oda en
honor a un vencedor de los juegos olímpicos, y desde entonces su
ca de Argos, los nemeos en honor a Hércules.
vida fue una larga carrera de triunfos. Su prestigio llegó a ser tan
grande,
tirados por mulas; carreras de caballos; y el pen- tatlon, que constaba quepruebas.
de cinco los atletas tenían se
A los vencedores por el mayor
les coronaba honor
de olivo, laurel ser celebrados
u hojas de apio; se lesen
celebraba en him
sus poemas.
Píndaro es el cantor de la vida feliz, de la belleza, de la fuerza y
el vigor juveniles. Estructura sus odas en tres partes:
1ª) elogio del vencedor y de su victoria.
2ª) elogio de su linaje: antecedentes legendarios de su familia,
tradi- ciones de su ciudad, mitos relacionados con los juegos, etc.
3ª) Consejos morales.
Así, desde un hecho puntual
(una victoria atlética), se eleva a
leyendas mitológicas llenas de
poesía, ejem- plaridad y sentido
religioso.
Píndaro maneja un
vocabulario muy rico y gusta de
las frases am- plias y densas. su
estilo es majestuo- so, lleno de
colorido y de imágenes atrevidas,
como corresponde a los
temas y al tono con que los Corredores griegos

canta.

4. Indica con qué recursos lingüísticos expone Safo en 5. Resume el sentido de esta Oda a Eros, de anacreonte:
esta oda a los efectos del amor:

Me parece el igual de un dios, el hombre


que frente a ti se sienta, y tan de cerca
te escucha absorto hablarle con dulzura
y reírte con amor.

5 Eso, no miento, no, me sobresalta


dentro del pecho el corazón, pues cuando
te miro un solo instante, ya no puedo
decir ni una palabra,

la lengua se me hiela, y un sutil


10 fuego no tarda en recorrer mi piel,
mis ojos no ven nada, y el oído
me zumba, y un sudor

frío me cubre, y un temblor me agita


todo el cuerpo, y estoy, más que la hierba,
15 pálida, y siento que me falta poco

para quedarme muerta.


Compade
cido
salgo, y a
helado
rapazuel
o con
alas,
carcaj y
arco
reclino
junto al
fuego.

5 Elcalor a sus manos


con mis
manos
devuelvo y
cuidadoso
enjugo
sus húmedos cabellos.

Repuesto ya del frío,


10 –Elarco
dame; quiero
ver si la
tensa cuerda
pudo aflojarse al cierzo–

dice, lo
templa y
lánzame
venablo tan
certero,
15 que clávase,
cual tábano,
del corazón
en medio.

6. Anacreonte será imitado, sobre todo, por


los poetas neoclásicos. Busca
información sobre Juan Meléndez
Valdés y lee alguno de sus poemas.
iii eL t ea t r o

Orígenes

El teatro griego tuvo su origen en la lírica coral, concretamente


en los himnos religiosos que los campesinos, disfrazados, cantaban en
bres? honor a Dionisos, dios del vino y de la fertilidad de la tierra. tespis, en
elporsiglo
mente por esto, robar el a.C.,sagrado
vi fuego tuvoy entregarlo
la feliza los
idea de introducir
hombres, a quie- nes Zeusun personaje
pretendía quecrear una raza nueva, éste lo encadenó a una roca del Cáucaso,
aniquilar para

dialogara con el director del coro. Había nacido el género


dramático, una de las más altas cimas de la literatura griega, en dos
de sus principales modalidades: la tragedia y la comedia.

a) La tragedia

Es una obra dramática que gira alrededor de las grandes


dades de los poderosos.
pasiones humanas, encarnadas en personajes elevados (dioses,
o que es conducida a pri- sión. Allí se suicida, cuando Creonte ya ha decidido liberarla. Hemón, hijo de Creonte, se suicida también ante el cadáver de su amada. E igual hace su m
héroes, reyes…), tomados de la mitología. Su desenlace es siempre
funesto, con objeto de infundir lástima, inquietud o terror en los
espectadores, y su tono y estilo, elevados y solemnes. Grecia contó
en el siglo v a.C. con tres grandes trágicos: Esquilo, Sófocles y
Eurípides.

Esquilo

esquilo (524-455 a.C.) dio forma definitiva a la tragedia, tanto


en sus aspectos externos (decoración, vestuario, máscaras, etc.) como
internos (la pasión, el terror y la piedad, como principales resortes). Sus
personajes son pocos pero grandiosos; y sus temas, hondos
problemas religiosos y morales, en especial la inevitable sujección
del hombre a su destino, fuerza invisible que doblega a héroes y
reyes.
Entre las obras de Esquilo sobresalen Prometeo encadenado y la
trilogía orestíada, donde Orestes da muerte a su madre,
Clitemnestra, y a su amante, Egisto, para vengar el asesinato de su
padre, Agamenón.

Sófocles

sófocles (496-406 a.C.) llevó a la perfección la tragedia griega.


Desde que, a los 27 años, derrotó en un certamen a Esquilo, se
sucedieron sus éxitos y atesoró enorme fama y riqueza. Aunque
extraídos del mismo fondo mitológico que los de su predecesor,
sus argumentos son más variados y están mejor desarrollados. El
destino sigue pesando sobre los personajes, pero ya no son héroes
movidos por la fatalidad sino hombres con voluntad propia, por lo
que inspiran más piedad que terror. En con- secuencia, el lenguaje
es más llano, menos majestuoso que el de Esquilo.
Conservamos siete obras suyas, entre las que destacan
antígona, electra (sobre el mismo tema de la Orestíada de Esquilo)
y edipo rey, considerada la tragedia perfecta.
Eurípides

eurípides (480-406 a.C.)


revolucionó la tragedia, pero sus obras
gustaron poco a sus contemporáneos
por su excesivo realismo y pesimismo.
Con él sube al escenario el hombre de
carne y hueso, que obedece a su
propia conciencia, no al destino, y se
rebela contra unos dioses que, a
menudo, no son sino una caricatura de
sí mismos.
Entres
que la hace morir abrasada. Para vengarse del marido, mata a cuchilladas a sussus obras
propios destacan
hijos y logra medeaél econtempla
escapar, mientras Hipólito. Enlosésta
horrorizado última,
cadáveres.
Fedra,
ternura, violencia; y la razón, locura. Lamenta su condición de mujer, ofendida
se siente ultrajada por
por unla indiferencia
hombre al que no estáde su hijastro
dispuesta a renunciarHipólito, que no todo lo que h
y llora, desconsolada,

corresponde a su amor, se suicida tras acusarlo de haberla


seducido. Teseo, su mari- do, pide a los dioses castigo para el hijo,
que muere al desbocársele los caballos y después de proclamar su
inocencia.

b) La comedia:
Aristófanes

La comedia es un subgénero dramático que pretende divertir


me- diante el humor y la sátira; busca sus temas no en las grandes
pasiones humanas, sino en los vicios y defectos comunes y en las
vicisitudes de la vida cotidiana; sus personajes, en vez de dioses o
héroes del pasado, son individuos corrientes, de la calle, que
utilizan un lenguaje vivo, ágil y procaz, nada elevado ni
majestuoso.
Su creador, y uno de sus máximos cultivadores, fue aristófanes
(siglo v a.C.). Dotado de un gran ingenio y de un talento especial
para mostrar el lado ridículo de las cosas, atacó a los políticos en
Lisístrata y La paz, a los filósofos en Las nubes y a los escritores
en Las ranas.

vieja 3.– (Agarrándole un brazo.) No te burles de mí.


. En aquí.
Ven esta escena, un joven que va tras una muchacha se ve acosado por tres viejas, a cual más fea. Leedla o representadla en clase.
vieja 2.– (Agarrándole el otro brazo.) Te digo que aquí.
vieja 3.– Te digo que no te soltaré nunca.
y15lavieja
ve.)2.–
¡Oh,Pues yo tampoco.
Heracles, Panes, Coribantes y Dioscuros, si este horror es mucho más funesto que el anterior! Pero, por favor, ¿qué extraño engendro es és
joven.– ¡Que me descuartizáis, mala muerte os lleve! vieja 2.– Tú tenías que haber venido conmigo, según la ley. vieja 3.– No, si aparecía otra vieja más fea

manos, cómo20 podré llegar al lado de aquella hermo- sura? (Señala a la muchacha.)
vieja 3.– Eso es problema tuyo.
joven.– Pero, ¿con cuál de las dos me tengo que acostar primero para quedar libre?
5

8. Escribid una breve escena cómica que se desarrolle en


un lugar público: discoteca, consultorio de la seguridad social, mercado, autobús…
10
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

as narrativas: el relato empieza in medias res, a mitad de laHoMero La odISea


acción, pues es contado por el héroe cuando ya está a punto de concluir su a

Canto i
Telémaco se enfrenTa a los preTendienTes de su madre

Los dioses, ausente Poseidón, soberano del mar y enemigo de Ulises, acuerdan
que éste regrese a Ítaca, tras la guerra de Troya. La situación en casa del héroe es
crítica: Penélope está rodeada por una nube de ambiciosos pretendientes, que la
creen viuda y esperan heredar el trono y las riquezas que ha dejado su marido. La
diosa Atenea, protectora del héroe, se entrevista con Telémaco para animarle a que
busque a su padre. El saberlo vivo anima al joven a enfrentarse a los parásitos que
merodean por su casa.

El aedo famoso cantaba ante aquéllos, que


estaban escuchando en silencio el aciago regreso
que Palas Atenea infligió a los aqueos
volviendo de Troya. En el piso de arriba
escuchaba la hija de Icario,
5 la discreta Penélope, el canto, que al alma
llegábale. Por la larga escalera bajó de su alcoba,
no sola, porque dábanle fiel compañía a su lado
dos siervas. Cuando estuvo la joven divina ante
aquellos galanes, se paró, se apoyó en la columna
que el sólido techo
10 sustentaba –un espléndido velo cubría sus
mejillas– y con llanto en los ojos hablóle al aedo
divino:
–Tú que sabes, ¡oh Femio!, contar tantas cosas
Telémaco dirigido por Atenea
amables, cántales una de ellas y cesa esta historia tan
triste,
porque mi alma al oírte se
angustia en el pecho
acordándose
15 del varón cuya fama es tan
grande en la Hélade y Argos!
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

Y, volviéndose a ella, le dijo el discreto Telémaco:


–Madre mía, ¿por qué no deseas que aedo tan digno
nos deleite en la forma en que quiera su mente
inspirarle? Los culpables no son los aedos; es Zeus,
que concede
20 a cada hombre de ingenio los dones según se le antojan.
No reproches a Femio que cante el aciago
destino de los dánaos. Tu espíritu tenga valor
para oírlo, pues no sólo perdió tu Odiseo la luz
del regreso
Penélope y Telémaco
allá en Troya, que innúmeros héroes también perecieron.
25 Pero vuelve a tu alcoba; allí atiende a tus propios
quehaceres, el telar y la rueca, y ordena el trabajo a las
siervas,
porque hablar corresponde tan sólo a los hombres, y entre
ellos principalmente a mí, pues ostento el poder en la casa.

Asombrada, la madre marchó a su aposento, pensando


30 en las sabias palabras del hijo. Una vez que entró en
él, por su esposo Odiseo lloró, hasta que al fin
Atenea,
la de claras pupilas, vertió dulce sueño en sus párpados.

Los galanes, en tanto, en la sala sombría


gritaban, porque todos querían yacer con la
dulce Penélope,
35 pero entonces alzóse el discreto Telémaco y dijo:
–¡Con qué audaz insolencia os mostráis ahora aquí,
pretendientes de mi madre! Pensemos tan sólo en gozar del
banquete
y acallad vuestros gritos, que es grato escuchar a este
aedo, cuya voz se parece a la voz de los dioses eternos.
40 Ya mañana, al albor, en el ágora, todos reunidos,
os habré de decir sin rebozo el deseo que tengo:
que salgáis del palacio a buscar otros nuevos festines
y comáis lo que es vuestro, invitándoos por turno unos a
otros. Mas si acaso estimáis que es mejor y más cómodo a
todos,
45 devorar la fortuna de un solo varón,
arrasadla; pero yo elevaré mi clamor a los
dioses eternos,
por si Zeus algún día castiga por fin vuestras obras.

Así dijo, y mordiéronse todos los labios, atónitos


del valor que mostraba al hablarles el joven Telémaco.
Penélope
50 Mas después los galanes la danza y los cantos
alegres reanudaron dichosos, en tanto llegaba la
noche.
Sólo entonces se fue cada cual a dormir a su
casa. A su alcoba subióse también el discreto
Telémaco,
y con teas ardientes, tras él, la por diez pares de bueyes, apenas llegada a edad
hija de Ops Pisenórida, púber; la honró siempre en palacio al igual que a su
55 Euriclea, la sierva que había casta mujer y jamás la tocó por temor a que aquélla se
comprado Laertes1 airase.

1. Laertes: padre de Odiseo, que está retirado en el campo y triste por la ausencia de su hijo.
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

1. La Odisea evoca numerosas esce- Ella daba a Telémaco luz con las teas, pues era,
nas domésticas con gran verismo y 60 por haberlo criado de niño, quien más lo quería.
minuciosidad, lo que revela la gran En llegando, la puerta le abrió del labrado
capacidad de observación del poe-
aposento, él sentóse en el lecho, quitóse la túnica
ta. Comentad el detallismo con que
describe la vida hogareña en este fina
fragmento. y la puso en las manos de aquella prudente sirvienta,
quien, habiendo compuesto sus pliegues, de un clavo que había
2. Los recursos más habituales que 65 junto al lecho labrado, colgóla; salió
utiliza Homero para embellecer su
lenguaje son las comparaciones y prestamente de la estancia y, tirando del aro de
los epítetos. Señalad y comentad plata, la puerta entornó y echó luego el cerrojo
algunos ejemplos. con una correa.

Canto iX
la avenTura con el giganTe polifemo

Mientras los pretendientes siguen acosando a Penélope y Telémaco sale en busca


de Ulises, éste llega a la corte de Alcinoo. Allí cuenta los peligros que ha logrado
sortear desde que salió de Troya, diez años atrás: el cíclope Polifemo; los gigantes
devorado- res de carne humana; la maga Circe, que convirtió en animales a sus
compañeros; las sirenas, que atraían con su canto a los marineros; la bella Calipso
que, tras albergarlo, quiso retenerlo a su lado, etc. He aquí el final de la aventura con
Polifemo.

Llegó el cíclope, ya por la tarde, trayendo el rebaño


de vellones hermosos, que entró en la caverna
espaciosa. Levantó el gran peñasco y tapó la salida.
Sentóse, ordeñó a las ovejas y cabras balantes, con
orden,
5 y le puso a cada una su cría. Acabado el trabajo,
a otros dos compañeros tomó y preparóse su cena.
Cogí entonces un cuenco de vino en las manos
y, con tiento, acercándome al cíclope, hablé de este modo:
–Bebe, cíclope, vino, después de comer carne humana,
10 y verás qué bebida en la cóncava nave traíamos.

Así hablé; él lo bebió y me pidió que le diera otra vez:


–Dame más, no escatimes, y dime tu nombre en seguida,
porque quiero entregarte un regalo que habrá que
alegrarte.

Así dijo; otra vez le ofrecí vino rojo y ardiente,


20 y tres veces aún, y las tres lo bebió sin medida.
Cuando al fin enturbióse su mente, le hablé con dulzura:
–¿Me preguntas mi célebre nombre? A decírtelo voy:
pues bien, Nadie es mi nombre; así, Nadie, me llaman mi
madre y mi padre, y también los amigos que vienen
conmigo.
Ulises dando vino a Polifemo
25 Así hablé, y con cruel corazón respondióme al momento:
–Será a Nadie
al que en
último
término
habré de
comerme;
comeré a sus
amigos
primero, será
éste el regalo.
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

Hacia atrás se cayó, la cerviz inclinó y se


durmió. De su boca salían, mezclados con vino,
pedazos
30 de los hombres comidos e igual que un borracho eructaba.
Yo metí en el rescoldo, bien vivo, la estaca y a voces
animaba a mis hombres, no fuera que alguno, asustado,
desistiera. Empezaba la estaca, a pesar de ser verde,
a encenderse, lanzando un fulgor intensísimo en torno,
35 cuando yo la saqué de las brasas, Tomáronla ellos,
levantáronla e hincaron la punta en el ojo del cíclope,
y yo, echándome encima, empecé a darle vueltas. Del
modo en que un hombre con una barrena taladra las
tablas
de una nave, así dentro del ojo la estaca girábamos
40 y brotaba, caliente, la sangre. Al arder la
pupila el vapor ardoroso quemó las pestañas
y cejas, y, al calor, crepitaron también las
raíces del ojo.
Como crujen con ruido las hachas o gruesas
segures2 que en el agua muy fría sumerge el
herrero entendido
45 para darles buen temple, que es toda la fuerza del
hierro, así en torno a la estaca de olivo chirriaba aquel
ojo.

Dio un horrendo gemido; la peña, a las voces del


cíclope, retumbó y, asustados, huimos. Se extrajo él la
estaca, toda sucia de sangre, del ojo, con furia
tremenda
50 arrojóla muy lejos de sí y a otros cíclopes, quienes
habitaban las grutas cercanas en cumbres ventosas,
los llamaba con gritos horribles. Vinieron
aquéllos y, parándose en torno a la gruta,
inquirían la causa:
–Polifemo, ¿qué males padeces, que das tantas voces
55 en la noche inmortal y de pronto nos rompes el sueño?

Desde el fondo del antro clamaba el feroz Polifemo:


–Nadie, amigos, me mata con tretas, que no con la fuerza.

Contestaron con estas aladas palabras los cíclopes:


–Pues si nadie te ataca y habitas tú solo la gruta,
60 evitar no se pueden los males que Zeus nos envía.

Ulises escapando de Polifemo

2. segures: hachas grandes.

30 I. edad antIgua
Esto dicho, se fueron y yo me yacija en que aquel monstruo infame dormía; el de en
reí contemplando medio llevaba debajo agarrado a un amigo
cómo habían podido y los otros, a izquierda y derecha, ocultábanlo al cíclope.
engañarlos mi nombre y mi
astucia.
El
peñasc
o
quitó
de la
puerta
el vil
cíclope
; al
punto
en la
entrad
a
sentós
ey
tendía
los
brazos
,
querie
ndo
65 impedir nuestra huida, mas yo
meditaba la forma
de evitar
a mí
mismo y
mis
hombres
la muerte
funesta. Y
esta fue
la mejor
solución
que me
vino a las
mientes:
allí había
unos
gruesos
carneros
de
espesos
vellones;
tres a tres, en silencio, a
amarrarlos me puse con
mimbres
70 que quité a la

1. Literaturas orientaLes 31
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

Al mostrarse en el día la Aurora de dedos de


3. Resume el argumento e infórmate rosa, a pacer, presurosas, dejó que salieran las
de quiénes eran los cíclopes. reses,
75 por su lomo pasando la mano; el muy simple ignoraba
4. El rasgo psicológico que más
destaca en Ulises es su astucia. que mis hombres estaban atados al vientre lanudo.
Indica cómo se manifiesta en este Mi carnero fue el último en irse: marchaba cargado
pasaje. con su lana y conmigo, angustiado por graves
cuidados. Cuando lejos estábamos ya del corral y la
5. Indica el cambio de punto de vista
narrativo que se ha producido res- gruta,
pecto al fragmento anterior y señala 80 me solté del carnero; después desaté a mis amigos
los rasgos de estilo que te hayan
llamado la atención. y, empujando a las reses robustas, de gráciles
patas, a la nave llegamos por fin, dando muchos
rodeos.

Canto XXi
el arco de ulises

Ulises entra en Ítaca disfrazado de mendigo. Su perro Argos lo reconoce y muere


de alegría. También lo reconoce su hijo, pero no Penélope, que narra sus angustias
al forastero sin saber que es su marido. Asediada por los pretendientes, los somete a
prueba: aquél que logre tensar el arco de Ulises y pasar una flecha por doce anillos,
será su marido. Sólo la supera el viejo mendigo que, con ayuda de Telémaco, mata a
los rivales y, finalmente, se da a conocer a su esposa.

5. barbas: puntas traseras de la saeta.

Ulises y el arco

3. eumeo: fiel servidor de Ulises.


Siendo niño, lo había comprado
como esclavo Laertes, quien, después
de educarlo en palacio, lo destinó a
guardar la piara de cerdos.
4. Filecio: otro sirviente de Ulises,
que cuidaba el rebaño de vacas de
Ulises consistía la prueba que a los
preten- dientes les había impuesto
Penélope.
Eumeo, Es posible que alguno como éste posea en su casa,
3
el o quizá quiera hacerse otro igual: de tal modo lo mira.
porquer
o, al Al igual que a un cantor entendido en la lira y el
pruden canto con la nueva clavija le es fácil tensar una
te cuerda,
Odiseo 15 sujetando a ambos lados la tripa enroscada de oveja,
dio el tensó el arco Odiseo y, probando, tiró de la cuerda,
arco; a que sonó como el trino sin par de jovial golondrina.
su vez, Agarró un dardo agudo que halló solitario en su
sigiloso mesa, lo ajustó sobre el arco y tiró de la cuerda y las
, salió barbas.5
del 20 Desde allí donde estaba sentado apuntó y disparó
palacio hacia el blanco: de un ojo al otro ojo pasó las
Filecio,4 segures, sin marrar una sola, la flecha. Y le dijo a
y amarró los portones del Telémaco:
patio, de sólidos muros, –No te humilla este huésped que tienes sentado a tu
con el cable de un corvo navío; mesa, pues el arco tensé y pude dar, como viste, en el
después volvió adentro blanco,
5 y de nuevo 25 por más que estos galanes poco antes de mí se burlaran.
sentóse en
la silla en
que
estuvo
sentado,
sin dejar
de mirar a
Odiseo,
que ya
manejaba,
volteándo
lo, el arco,
observand
o de un
lado y del
otro,
por si el
cuerno
comió la
carcoma en
su ausencia
tan larga. Y
al que estaba
más cerca le
habló uno de
aquellos
galanes:
10 –En
verdad
debe ser
entendid
o este
huésped
en arcos.
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

Y mandóle una seña a la vez con las cejas.


Telémaco se ciñó la agudísima espada, asió luego
la lanza
y quedó junto al padre, vestido de bronce
brillante. Se quitó los andrajos entonces el sabio
Odiseo
30 y saltó al gran umbral con el arco, la aljaba y las flechas,
que esparció ante sus pies, y habló a aquellos galanes soberbios:
–Acabáronse ahora estos juegos que a nadie interesan.
Hay, no obstante, otro blanco que nadie ha logrado
6. antínoo: el más insolente de los alcanzar, mas veremos si acierto y Apolo me otorga la
pre- tendientes de Penélope. gloria.

35 Dijo así y una amarga saeta apuntó contra Antínoo,6


que en las manos alzaba una copa dorada, muy
bella.
Con la flecha Odiseo acertó en su garganta y la punta
traspasó el tierno cuello. Hacia atrás desplomóse y la
6. Aquiles es impetuoso e irreflexivo.
copa se cayó de sus manos. Lanzaron un chorro de
Ulises, muy al contrario, destaca sangre
por su paciencia y serenidad, 40 sus narices y al dar bruscamente un gran golpe a la
además de por su astucia. mesa, se esparcieron el pan y las carnes asadas. Al
Compruébalo en este fragmento. verlo, levantaron un gran alboroto los otros galanes:
7. Busca infomación en un diccionario por la sala a correr se lanzaron mirando los muros,
de mitología sobre Palas Atenea, mas en ellos no había un broquel ni una lanza
Zeus, Alcínoo, Circe, Calipso y Po- potente.
seidón. 45 A Odiseo increparon entonces con voces airadas:
–Forastero, has matado al más noble de todos los
jóvenes itacenses; aquí servirás de comida a los buitres.

Así hablaban, creyendo que había disparado


Odiseo sin querer a aquel joven, y no reparaban
los necios
50 en que todos tenían pendiente sobre ellos la muerte.

32 I. edad antIgua
recomendación de

De la Ilíada y la Odisea hay versiones modernizadas y de fácil lectura en colecciones juveniles.

También hay libros que cuentan, de manera sencilla y amena, las prin- cipales leyendas de la mitología griega: La guerra de Troya, Jasón y

Si, tras la lectura de Edipo rey, quieres conocer otra gran tragedia de Só- focles, elige Antígona. Cuenta la dramática historia de los descen

2. Literatura
GrieGa
33
G U Í A D E L E C T U R A

de Sófocles y una de las tragedias más profundas y representativas sÓFoCLes


del teatro griego:
antea: si alguien se salta a la to- rera las más elementales normasedIPo
de laReY
naturaleza, aunque sea inconscientemente, ¿debe ser castigado?
con que la verdad va siendo des- cubierta por el protagonista, lo que hace que la estructura de la pieza sea perfecta.
do psicológico de Edipo, que se ve forzado a elegir entre la verdad, que amenaza destruirlo, y la mentira, que le prolongaría indignamente
erosa plasmación literaria del desgarro íntimo que ha de superar el niño para convertirse en adulto y hacerse un lugar en la familia y en la
en como finalidad facilitar la lectura de la tragedia y la puesta en común en clase. Para proceder ordenada- mente, la hemos dividido en esc

Escenas 1-4

1. diálogo enTre el sacerdoTe y edipo:


• Razones por las que el sacerdote y los jóvenes visitan a Edipo.
• Descripción de la ciudad de Tebas asolada por la peste.
udió • Porsin
a Yo- casta, aunque qué está
darle agradecida
explicación alguna deTebas a Edipo
su decisión, y por
cosa que qué aéste
le ofendió hatalde
ella de modo que, después de hacer que se emborrachara, consiguió que volvie
ayudarla de nuevo.
• Actitud de Edipo. El remedio que ya ha puesto en práctica.
2. diálogo con creonTe:
• Remedio que le ha dado el oráculo a Creonte.
• Noticias que se conocen sobre la muerte de Layo. ¿Qué impidió a
los tebanos hacer entonces las necesarias averiguaciones?
• La decisión que toma Edipo.
3. el coro :
• El coro era un personaje colectivo que comentaba y juzgaba lo
que ocurría en las tragedias. Explica quiénes lo forman y a qué
dioses invocan en este primer parlamento.
• Las consecuencias de la peste sobre Tebas.
4. diálogo enTre el corifeo y edipo:
• Órdenes de Edipo para encontrar al culpable y penas que
establece para quien no colabore.
• Edipo recurre a Tiresias, por mediación de Creonte. Rumores que
circularon sobre la muerte de Layo.
G U Í A D E L E C T U R A

1. Haz una breve exposición sobre las cualidades que a tu juicio deben tener los
políticos. ¿Era buen gobernante Edipo? Pruébalo con algunas frases de estas
escenas.

2. Propón a tus compañeros alguna adivinanza. Si no conoces ninguna, pregunta a


tus padres o abuelos.

Escenas 5-8

5. diálogo enTre edipo y Tiresias:


• Negativa de Tiresias a hablar.
¿Cómo interpreta Edipo esta
actitud? La sorprendente
reve- lación del adivino.
• Incredulidad de Edipo, que le
obliga a repetir su vaticinio.
Segunda revelación, no
ervaba el futuro. «¡Aléjate del altar, desdichado! –le gritó la pitonisa, con menos asombrosa.
repugnancia–. ¿Quién
¡Matarás a tu padre y te casarás con tu madre!»
Dáulide se encontró con Layo, quien le ordenó asperamente que saliesepiensa del camino Edi- po aque
y dejara pasar está Se debe explicar que Layo iba en carro y Edipo a pie. Edipo r
sus superiores.

a los caballos e hizo que éstos lo arrastraran y le mataran. Layo se estaba tramando
dirigiendo altodo
oráculoypara
porpreguntarle
qué? cómo podía librar a Tebas de la Esfinge.
• Defensa de Tiresias de la
acusa- ción de ceguera.
Nuevas preci- siones, que
Edipo no entiende. Yocasta y Edipo

• Pregunta directa de Edipo


y
contestación enigmática del adivino. Ampliación y concreción de sus
vaticinios.
• Desconcierto del coro ante las predicciones de Tiresias.
Determinación a la que llega.
6. diálogo de creonTe con el coro:

• Razones de la venida de Creonte. Explicaciones del corifeo.


7. dispuTa enTre edipo y creonTe:
• Indignación de Edipo. Sus sospechas. Actitud de Creonte.
Parentesco que les une.
• Juicios de Creonte sobre el poder y la amistad. Qué está
dispuesto a hacer si se descubre su culpabilidad.
• ¿Se aplaca la ira de Edipo? Cómo pretende castigar a Creonte.
Argu- mentos con que éste le hace frente.
8. yocasTa Tercia en la discusión:
• Cómo intentan Yocasta y el corifeo aplacar a Edipo.
• Resolución de Edipo. ¿Ha perdonado a Creonte?

3. Basándote en las ideas de Creonte, haz una exposición sobre las ventajas e in-
convenientes del poder.

4. «Perder un buen amigo es perder el más preciado bien, la propia vida.»


Desarrolla en ocho o diez líneas esta idea de Creonte.
G U Í A D E L E C T U R A

Escena 9-12

9. yocasTa quiere enTerarse del moTivo de la dispuTa:


• Qué le dicen el coro y Edipo.
• Qué cuenta ella para quitarle fiabilidad a los vaticinios.
• Cómo reacciona Edipo. Precisiones que le pide sobre la muerte
de su primer marido.
• Terrible conclusión a la que está llegando Edipo. Secretos del
pa- sado que le cuenta a su mujer. Posibilidades de que no sea él
el asesino.
10-12. comenTarios del coro y noTicias de corinTo:
• Lo que dice el coro sobre las leyes divinas, sobre los hombres que
las infringen y sobre los oráculos.
• Lo que se dispone a hacer Yocasta y por qué.
• Las noticias del mensajero la tranquilizan. ¿Por qué razón?

5. Tema de debate: La adivinación del porvenir.

6. Imagina el diálogo entre Yocasta y Layo, cuando éste decidió deshacerse del hijo
por la predicción de los oráculos, y escríbelo.

a ciudad de Tebas porque Layo había raptado en Pisa al niño Crisipo; habiéndose instalado en el monte Ficio, cerca de la ciudad, proponía a cada viajero tebano que pasaba por a
Escenas 13-16
Esfinge, mortificada, saltó desde el monte Ficio y se despedazó en el valle de abajo. En vista de esto los tebanos, agradecidos, aclamaron a Edipo como rey, y se casó con Yocast
13-14. la llegada del
mensajero:

• Temores de Edipo al segundo


vaticinio, cuando se cree a
salvo del primero.
• Idea de Yocasta sobre los
orácu- los y la vida.
• Sorprendentes revelaciones del
mensajero. Nuevas dudas
de Edipo.
• Ruegos desesperados de
Yocasta y decisión irrevocable
de Edipo.
• Reafirmación de Edipo ante el Edipo y la Esfinge

coro de su necesidad de saber.


15-16. las confesiones del
ancia- no boyero de layo:
• Sus temores. Sus revelaciones. Edipo ya sabe la verdad.
• El coro canta la antigua gloria de Edipo, hoy convertida en la más
horrible situación.

7. Analizad la progresión con que se Edipo va descubriendo la verdad.

8. Comparad los personajes de Edipo y Yocasta. ¿Qué lugar ocupan en ellos el


amor, la amistad, la felicidad, la verdad, la rectitud…?
G U Í A D E L E C T U R A

Escenas 17-21

17. noTicias del mensajero que sale del


palacio:

• El suicidio de Yocasta.
• El castigo que se aplica Edipo.
18. edipo y el coro:
• Lamentaciones por no haber
no esconde su satisfacción cuando su progenitor se halla ausente o parte de viaje. A veces, llega incluso a expresar de viva voz sus sentimientos y promete a la madre casarse con ella.
muertoy de
ninas, forman en la niña un cuadro encantador que nos hace olvidar la gravedad niño. consecuencias posibles de esta situación infantil.
las peligrosas
Sigmund FREUD
Introducción al Psicoanálisis • Justificación del castigo que
se ha aplicado.
• Ruego que hace al coro.
19. edipo y creonTe:
• Comportamiento de Creonte.
• Deseos de Edipo. ¿A quién re-
cuerda Edipo con más cariño?
20. con anTígona e ismene:
• Emotiva despedida de sus
hi- jas.
• Últimas recomendaciones de
Edipo a Creonte. Edipo y Antígona. Grabado por Brendamour

• Petición que le
hace.
21. conclusión con que el coro cierra la Tragedia .

9. «Venciste muchas veces –acaba diciéndole Creonte a Edipo–, pero tu estrella


no te acompañó hasta el final de tu vida.» Analizad la participación del Destino
en la vida de Edipo.

10. Modernizad el argumento. Ejemplo: una novela policiaca en que el asesino sea
el mismo detective que investiga el caso.

11. Coleccionad las frases que más os hayan gustado.

12. Haced una valoración personal de la obra.

13. Si queréis asistir al enfrentamiento entre Antígona y Creonte, leed otra tragedia
de Sófocles: Antígona.
3 Literatura
Latina

Al Imperio Romano hay que agradecerle la vivificación


y la difusión de la cultura griega, cuando ésta ya había
entrado en franca decadencia. Gracias a Roma, la literatura,
el arte y
el pensamiento clásicos fueron universalmente conocidos
y aceptados.
Tres rasgos caracterizan a la literatura latina:
• Su dependencia de la griega: los principales
géneros (la epopeya, la lírica, el teatro) se cultivan
siguiendo los modelos griegos, lo que, sin embargo,
no les resta a las obras calidad y grandeza. Incluso la
mitología, el más
rico filón del que siguen extrayendo sus argumentos
los escritores romanos, es un calco, con ligeras
variantes, de la griega. Sólo en los géneros
secundarios
(oratoria, historia, sátira) se percibe una
mayor originalidad en los cultivadores
latinos.
• Su gran extensión en el tiempo: no sólo abarca las
producciones realizadas mientras perduró el Imperio
Romano (siglo iii a.C.-siglo v d.C.), sino mucho de lo
escrito durante toda la Edad Media (siglos v-xv), ya
que la lengua latina siguió siendo el vehículo
transmisor
de la cultura en Occidente. Incluso en el
Renacimiento, los humanistas redactaron muchas de
sus obras en latín clásico. Y la iglesia católica lo ha
utilizado en el culto hasta el siglo xx.
• Su preferencia por los géneros didácticos (tratados
morales, historia, oratoria, ciencia…) y por un
lenguaje sobrio y austero, como corresponde a un
pueblo de mentalidad eminentemente práctica, que
acostumbraba a yuxtaponer, o anteponer, lo útil a lo
bello.
Nosotros nos centraremos en el estudio de los
géneros y autores que más sobresalieron:
• La comedia: Plauto y Terencio.

31.
LiteraturasLoatriinena
37
• La épica: Virgilio.
• La lírica: Virgilio, Horacio y Ovidio.

38 I. edad antIgua
i La CoMeDia

Orígenes
del teatro latino

Entre los etruscos debió de existir un teatro popular,


improvisado, que quizás no llegara ni a escribirse. Algunos tipos,
que después em- plearán los comediógrafos (el fanfarrón, el
Desde que la muerte se llevó a Plauto, la comedia está de pedante,
luto, el viejo ridículo, el tonto…) parecen provenir de esas
el escenario está desierto; primitivas representaciones.
por eso la Risa, el Juego y la Broma, y los Ritmos interminables
han llorado juntos. Los dramaturgos cultos, sin embargo, tomaron de los griegos
los argumentos, la estructura y los personajes de sus obras, aunque
las «la- tinizaban» introduciendo variantes, tipos y asuntos
romanos.
Los dos dramaturgos latinos más celebrados, Plauto y
terencio, vivieron en los siglos iii-ii a.C. y escribieron comedias.

Plauto

De origen humilde, Plauto (254-184 a.C.) escribió para divertir


al pueblo. De ahí la rapidez que imprime a la acción, su búsqueda
a toda
costa de la comicidad y su gusto
por la caricatura, más que por los
análisis psicológicos. Trabaja con
persona- jes tipo, que repite
constantemen- te: el astuto esclavo
doméstico, el soldado fanfarrón, el
viejo verde, la prostituta
descarada… Y utiliza una lengua
de gran riqueza y colorido
(neologismos, refranes, juegos de
palabras, expresiones callejeras a
veces obscenas, etc.) con la que
nos transmite, sin caer en la
vulgaridad, las ideas y el habla del
olterón. Una caterva de criados, cocineros y músicos invade la casa de la novia, pero Euclión, que ve en cada uno de ellos a un posible ladrón, los echa a todos con malos modale
pueblo llano. Las comedias más
famosas de Plauto son: La olla,
anfitrión y el
Bajorrelieve con una escena de teatro cómico
soldado fanfarrón. Sus temas, sus
situaciones, sus personajes reaparecerán en los grandes cómicos de
todos los tiempos, como Shakespeare o Molière…

Terencio

terencio (h.195-159 a.C.) fue un esclavo africano que logró


acumu- lar una gran cultura y triunfar en el teatro. Murió a los 35
años, en un naufragio, cuando hacía una gira por Grecia.
Los asuntos de sus comedias son parecidos a los de Plauto:
equívocos de enamorados, argucias de esclavos, intransigencia de
padres con las bodas de sus hijos, inverosímiles hallazgos de
familiares desaparecidos… Pero él aspiraba a agradar a la gente
culta, no al pueblo; por ello, en sus comedias hay más reflexión, más
refinamiento en el lenguaje, mayor
carga moralizadora y una más precisa caracterización psicológica de
los personajes, aunque menor comicidad que en las de Plauto.
Su lengua y su estilo siempre fueron tenidos por un modelo de
mano Esquino, educado por su tío con libertad y comprensión, es sincero, atrevido y noble. El padre, Demea, cree que por haber crecido junto a él en el campo, Tesifonte es un mu
clasicismo;
temas educativos, cualesquiera y susean,
que obra, más leída
no consiguen que representada,
tener sujetas influyó también
nunca las nuevas generaciones a las antiguas. Por eso, al final, los dos ancianos, después de haber procura
en muchos dramaturgos posteriores. Escribió La suegra, Los
hermanos y el torturador de sí mismo.

Escena de Los hermanos en una miniatura medieval

alguna su localidad mientras en la escena haya un actor. A los


1. Plauto, deseoso de agradar al público, se dirige a él
en muchas de sus obras para darle las más pinto-
rescas recomendaciones, recurso escénico de gran
comicidad y modernidad. Resume las simpáticas
pinceladas de ambiente que contiene el prólogo de
El cartaginesillo:

acTor.- (Sin la máscara.) Con toda tranquilidad se


acomoden, pues, en sus taburetes los que aquí
vinieron hambrientos y los que hartos llegaron. Los
que habéis comido hicisteis bien, y los que todavía
no habéis
5 comido saciaos… de comedia. ¡A fe, qué solemne ton-

tería, teniendo la comida ya preparada, haber venido


por nosotros a sentarse aquí sin probar bocado!…
(Al trompetero que hay junto al proscenio.)
«Ponte en pie, pregonero, haz que te escuche el
pueblo.» Hace algún
10 rato que estoy esperando a ver si sabes desempeñar tu

cometido. Levanta esa voz, gracias a la cual vives y


vas saliendo de apuros; porque si no gritas, el
hambre, a la chita callando, se te va a meter en el
cuerpo. (El prego- nero hace el pregón.) Vamos:
siéntate de nuevo ahora,
15 si quieres que te den doble paga. (Al público.) Haríais

bien en observar escrupulosamente mis ordenanzas;


ved cuáles son: que ninguna ramera vieja vaya a tomar
asiento en el proscenio y que ni al alguacil ni a sus
varas se les oiga, y el acomodador se abstenga de
transitar por
20 delante de los espectadores y de indicar a persona

1. Literaturas orientaLes 39
que se entretuvieron durmiendo en su
casa, ociosos, les toca ahora resignarse a
estar de pie: así aprenderán a no dormir
tanto. Respecto a los esclavos, que no se
apresuren
25 a ocupar los asientos, para que así quede

lugar suficiente para los hombres libres,


o que paguen por obtener su libertad. Si
a esto no se conforman, les valdrá más
que se marchen a sus casas, evitando, al
tiempo, que caiga sobre ellos un doble
infortunio, a saber: que les zurren
30 aquí la badana a varetazo limpio, y con

las correas se la zurren en casa si no


cumplen con su obligación, cuando
hayan regresado sus amos. En cuanto a
las lactantes, que aguanten en sus casas
a sus nenes en vez de traérnoslos al
espectáculo, con lo que evitarán que ellas
pasen sed y
35 los pequeñuelos perezcan de hambre y

vayan balando por ahí como cabritillos.


En cuanto a las matronas, que asistan
en silencio a la función y se rían sin
alborotar demasiado, y atemperen el
timbre metálico de sus voces, reservando
para la intimidad del hogar sus temas
de
40 conversación favoritos, al objeto de evitar

hacerse insu- fribles a sus maridos aquí y


allá. […] ¡Por Hércules!, que cada cual
(por la cuenta que le tiene) recuerde bien
estas disposiciones emanadas de mi
autoridad… histriónica. Mas ahora
deseo pasar al argumento de la obra,
para
45 que os enteréis de él tan bien como yo…

2. Sin Terencio, La Celestina, de Fernando


de Rojas, hubiera sido muy diferente.
Explica lo que recuerdes de ella.

40 I. edad antIgua
ii La ÉPiCa

Virgilio

Publio Virgilio (h.70-19 a.C.) nació en un pueblo cercano a los


Alpes, de una familia de labradores. Marchó a perfeccionar
estudios a Roma, donde fue protegido por un noble llamado
Mecenas. Ya al final de su vida, el emperador Augusto le
encomendó la composición de la Eneida, una de las obras literarias
más admiradas e imitadas.

La eneida

La Eneida cuenta el origen mítico de roma, que Virgilio atribuye


a Eneas, un héroe troyano que arriba a las costas del Lacio
huyendo de la destrucción de Troya por los griegos. Su
originalidad radica en cantar las glorias del Imperio situando la
acción cinco siglos antes de su fundación. Es como si los hechos y
personajes tuvieran una doble proyección temporal: una mítica y
otra histórica. Eneas es Eneas, pero a la vez la imagen de Augusto
que aspira a fortalecer el Imperio y a instaurar en él la paz.
Su modelo directo es Homero, aunque Virgilio no se siente,
como aquél, un elaborador y transmisor de las tradiciones orales de su
cuenta el incendio de Troya y las demás peripecias de su viaje. Dido, enamorada de Eneas y despechada porque él la abandona para cumplir su destino, se suicida. Eneas arriba
pueblo,
na vez, reta personalmente a Turno, que sucumbe en el duelo. Casado sino un
con Lavinia, literato
ocupa culto
el trono del Lacio,que
dondepretende contribuir
posterior- mente a la
surgirá Roma, gloriala de
e inaugura dinastía de la que
su patria inventándole un nacimiento a su medida.
La Eneida ha sido alabada siempre por la perfección de su
estruc- tura, especialmente su comienzo a mitad de la acción, como
el de la
Odisea; por su carácter de poema
total, en el que se mezclan con
habilidad materiales muy
diversos: mitología e historia,
filosofía y reli- gión, heroicidad y
sentimientos, etc.; y por la
complejidad psicológica de sus
personajes, menos heroicos,
menos activos, pero de mayor hu-
manidad y más vida interior que
los de Homero. Entre ellos destaca
el piadoso eneas, fiel al destino
que le han trazado los dioses,
aunque para ello deba renunciar a
algunas de sus aspiraciones como
hombre.
Virgilio sentado entre las musas Calíope y Talía

La poesía
lírica

Virgilio fue también un gran poeta lírico. Sus bucólicas constan


de diez églogas o historias pastoriles, que serán repetidamente
imitadas en la literatura posterior. Tanto las figuras humanas
(rústicos que sienten y hablan con el refinamiento de la urbe) como
el paisaje (irreal, de tan
bello y armonioso) están sometidos
a una fuerte idealización
literaria. La Arcadia, donde se
que participa-desarrolla
rá en la vida de losla
dioseségloga X, else
y que presenciará mundo pacificado por las virtudes de su padre. Cuando ese niño sea un hombre, la humanidad mejorará y alcanzará
n Jesucristo, aduciendo algún pasaje de las profecías de Isaías que presenta sorprendentes similitudes con la égloga. De ahí que en la Edad Media intentaran cristianizar a Virg
convertirá con el tiem- po en
símbolo de la región perfecta
donde vivir en paz y en
comunión con la naturaleza.
Las geórgicas es un largo
poema con el que Virgilio pretende
adoctri- nar sobre los trabajos del
campo e infundir el amor a la
tierra. Está di- vidido en cuatro
libros: el cultivo de los cereales, el Escena de vendimia
cultivo de los frutales y la vid, la
ganadería y la apicultura. La
naturaleza no sufre aquí ningún allá en la Divina Comedia.
proceso idealizador; muy al contrario Virgilio nos transmite con
delicada sensibilidad su experiencia y su conocimiento del medio
rural.

20 cual mugidos de un toro que, herido, se escapa del ara, sacudiendo


3. En este pasaje de la Eneida, Eneas cuenta a la del cuello la cruenta segur que erró el golpe. Los dragones se
reina Dido la caída de Troya. Resúmelo y señala arrastran después hacia el alto santuario de la diosa Atenea; y allí,
algunos procedimientos que utiliza Virgilio para se acurrucan tranquilos.
dotar de veris- mo y solemnidad a su narración y a
sus descripciones: detallismo, adjetivos, símiles…

Laocoonte ofrecía a Neptuno en su altar un gran toro,


cuando (¡horror!) dos enormes serpientes de rizos
inmensos desde Ténedos surcan la quieta llanura del
ponto
y a la playa se acercan. Sus pechos y crestas sangrientas
5 por encima del agua aparecen; el resto del cuerpo

se retuerce en anillos sin fin, que en las olas


ondean, y a su paso el mar brama. Ya alcanzan la
orilla, inyectados sus ojos ardientes de sangre y de
fuego, y, vibrando las lenguas, relamen sus bocas
silbantes.
10 Escapamos sin sangre en el cuerpo, aterrados de
espanto.
Ellas van a Laocoonte derechas, cada una rodea
con su abrazo a sus hijos pequeños y engullen sus miembros
a mordiscos. Después se dirigen al padre, cuando iba
a auxiliarlos lanzándoles dardos; en torno a su cuello
15 con su cuerpo escamoso le tienden dos fuertes anillos,

elevando sobre él sus cabezas y recias cervices.


Con las ropas manchadas de pus y de negro veneno,
él intenta romper con las manos los rígidos nudos,
y a los astros eleva sus gritos de horror y de angustia,
Se añadió un temor nuevo a los pechos transidos de
espanto:
25 alguien dice que expía Laocoonte su crimen
horrendo por clavar en el vientre del
monstruo1 su lanza sacrílega. Gritan que
hay que buscar un lugar a la efigie en la
villa y ganarse el favor de la diosa.
Rompemos los muros
y dejamos la villa indefensa; en los pies del caballo
30 unas ruedas ponemos y cuerdas de estopa
en su cuello. La muralla atraviesa el
ingenio fatal, lleno de armas, y a su lado
doncellas y mozos elevan sus himnos
y se alegran si pueden tocar con su mano la soga.
Se atrancó en el umbral cuatro veces el monstruo y las
[cuatro
35 en su vientre sonaron las armas.
Nosotros, en cambio, con mayor frenesí
todavía al trabajo volvemos.
A la villa, hasta el centro, así llega la gran amenaza.
¡Ay, Ilión! ¡Ay, mi patria, morada de dioses eternos!
¡Ay, murallas dardánidas2 que hizo famosas la guerra!
40 Se atrancó en el umbral cuatro veces el
monstruo fatal y en su vientre, otras
tantas, sonaron las armas; nosotros, sin
embargo, insistimos con más frenesí e
inconsciencia y lo entramos al fin al
alcázar sagrado. ¡Infelices!

4. Recuerda qué gran poeta del


Renacimiento español imitó el idealizado
ambiente pastoril de las églogas de
Virgilio.

1. monstruo: el caballo de madera fabricado


por los griegos, al que más tarde también
se le denomina efigie, ingenio fatal o terrible
amenaza.
2. dardánidas: porque se atribuía a Dárdano,
un hijo de Zeus, la construcción de Troya.
iii La LÍr iCa

La poesía lírica latina, en la época del emperador Augusto (s. i


a.C.), cuenta, además de Virgilio, con otros dos cultivadores de
primera mag- nitud: Horacio y Ovidio.
r sobre ella los de- bidos sacrificios. A la edad de seis o siete años, esta primera formación en los nobles ideales de la bondad y la religiosidad era incrementada con el ingreso del
Horacio
, según los modelos de los sabios griegos.
n viaje y estancia en algunas de las capitales del saber: Atenas, Pérgamo, Alejandría…
Quinto Horacio (65-8 a.C.) fue también uno de los poetas
Vicente GARCÍA PITARCH favoritos de la corte. Amigo de Virgilio, aunque sin sus grandiosos
Historia del mundo
ideales, destaca, sin embargo, por su sentido de la moderación, por
su escepticismo, y por la concisión y fuerza de su estilo.
En sus Épodos y Sátiras caricaturiza con ironía los vicios y
com- portamientos de determinados tipos de su época: poetastros,
nuevos ricos, avaros, hechiceras, amigos pegajosos que no te dejan
ni a sol ni a sombra… Horacio defiende la mesura, predica el
disfrute del ocio y los pequeños placeres, y condena la
exageración, el inconformismo y las aspiraciones desmesuradas. La
más conocida de estas composiciones juveniles es Beatus ille, uno de
ometiendo abandonar la poesía, pero… ¡la carta estaba escrita enlos poemas
verso! Y es quemás
«todoaplaudidos
lo que intentabaeescribir
imitados de la literatura universal.
Horacio alcanza su máxima altura en las odas, donde convierte
del Mar Negro, y ordenó que se retiraran de todas las bibliotecas públicas los ejemplares de Arte de amar. Allí murió Ovidio, entre gente bárbara y primitiva, sin que le valieran sus rue
en poesía universal lo cotidiano: un gesto pasajero, un objeto
intrascen- dente, una pequeña anécdota amorosa, un pensamiento
fugaz. Se ha hecho famosa aquella en que aconseja a una mujer que
aproveche el día (carpe diem), que disfrute la juventud, porque será
tan fugaz como el florecer de una rosa.
En las epístolas vuelve a la temática de las Sátiras, pero con mayor
refinamiento en el lenguaje. Tratan asuntos filosóficos, morales, di-
dácticos o literarios. La Epístola a los Pisones o Arte poética, inspirada
en Aristóteles, ha servido de guía a los preceptistas literarios de
todo tiempo.

Ovidio

Las primeras obras de Publio ovidio (43 a.C.-17 d.C.) giran


alre- dedor del tema amoroso, tratado con gran atrevimiento y
desfachatez. En amores relata con mucha gracia sus experiencias
amorosas con una muchacha. Heroidas está compuesta por cartas de
famosas heroínas de la mitología a sus esposos y amados,
quejándose de su ausencia y de los celos. Escribe Penélope a
Ulises, Dido a Eneas, Helena a Paris, Hero a Leandro, Medea a
Jasón, etc. En arte de amar aconseja a los hombres cómo tener éxito
con las mujeres y a las mujeres cómo retener el amor de los
hombres. Los atrevimientos de que hace gala escandalizaron en su
época, pero durante la Edad Media fue ampliamente leído e imitado.
La obra cumbre de Ovidio es metamorfosis, conjunto de fábulas
mitológicas en que los personajes sufren alguna transformación (Dafne
en laurel, Narciso en flor, Atlas en montaña…), que Ovidio relata
con
un vigor y una elegancia magistrales.
Exiliado lejos de Roma por razones que desconocemos, Ovidio
es- cribió tristes y epístolas del Ponto, donde se lamenta
insistentemente de su situación y adula a los poderosos para que le
levanten el castigo. Estos libros no alcanzan el valor literario de los
anteriores, pero son un impresionante testimonio del sufrimiento de
un ciudadano romano que, acostumbrado al éxito social y a los
placeres de la urbe, es desterrado a una tierra salvaje, de rudas
costumbres y con un lenguaje desconocido.

5. Explicad el significado de las palabras subrayadas


o con red engañosa,
en esta traducción del Beatus ille de Horacio, hecha
35 o la extranjera grulla en lazo obliga,
por Fray Luis de León; resumid el sentido del
que es presa deleitosa.
poema y analizad su estructura.
Con esto, ¿quién del pecho no desprende
cuanto en amor se pasa?
«Dichoso el que de pleitos alejado, ¿Pues qué, si la mujer honesta atiende
cual los del tiempo antiguo, 40 los hijos y la casa? [...]
labra sus heredades, no obligado No me serán los rombos más sabrosos,
al logrero enemigo. ni las ostras, ni el mero,
5 Ni el arma en los reales le si algunos con levantes
despierta, ni tiembla en la mar brava; furïosos nos da el invierno
huye la plaza y la soberbia puerta fiero.
de la ambición esclava. 45 Ni el pavo caerá por mi
Su gusto es, o poner la vid crecida garganta, ni el francolín greciano,
10 al álamo ajuntada,
más dulce que la oliva que quebranta
o contemplar cuál pace, la labradora mano,
desparcida al valle, su vacada. la malva o la romaza enamorada
Ya poda el ramo inútil, o ya ingiere 50 del vicïoso prado,
en su vez el extraño; la oveja en el disanto degollada,
15 o castra sus colmenas, o si quiere
el cordero quitado
trasquila su rebaño. al lobo; y mientras como, ver corriendo
Pues cuando el padre Otoño muestra fuera cuál las ovejas vienen;
la su frente galana, 55 ver del arar los bueyes que volviendo
con cuánto gozo coge la alta pera, apenas se sostienen;
20 las uvas como grana,
ver de esclavillos el hogar
y a ti, sacro Silvano,3 las cercado, enjambre de riqueza.»
presenta, que guardas el ejido.
Debajo un roble antiguo ya se sienta, Así, dispuesto un cambio, ya el arado
ya en el prado florido. 60 loaba y la pobreza.
25 El agua en las acequias corre, y Ayer puso a sus ditas todas cobro,
cantan los pájaros sin dueño; mas hoy ya torna al logro.
las fuentes, al murmullo que levantan,
despiertan dulce sueño.
6. Releed la oda de Fray Luis A la vida retirada,
Y ya que el año cubre campo y cerros
versión libre del Beatus ille de Horacio. Y el soneto
30 con nieve y con heladas,
XXIII de Garcilaso, que recrea el tema del carpe
o lanza el jabalí con muchos perros
diem.
en las redes paradas;
o los golosos tordos o, con liga 7. El Arcipreste de Hita tuvo muy presente el Arte de
3. silvano: dios romano que confiere fertilidad a los amar de Ovidio para la composición de su Libro de
campos, cuida los bosques y jardines, y protege a los Buen Amor. ¿Qué recuerdas de esta obra?
campesinos y pastores.
8. Salid un día al campo, observadlo todo atentamente
y componed una descripción.
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

PLauto
scritores cristianos y muy leída en las escuelas de retórica medievales. Aún hoy sigue manteniendo fresca su comicidad y hace reír a los es
anFItRIÓn
para componer con ellos una farsa llena de gracia. Reduce el nacimiento de Hércules, uno de los semidioses más venerados, a un vodevile

cuando se encuentran con unos dobles suyos, y en la vivacidad y la «chispa» de los diálogos que esa situación provoca. La prueba de la

Escena del Anfitrión en la que aparecen Júpiter (Anfitrión) y Mercurio (Sosia), y Alcmena
en la ventana

acto i, escena 1.ª

Júpiter, deseoso de pasar una noche con Alcmena, toma la figura de su marido An-
fitrión, que está en la guerra. Entretanto vuelve Anfitrión victorioso y envía a su criado
Sosia a dar a Alcmena la noticia de su feliz regreso. A la puerta de la casa, Sosia se
encuentra con un doble idéntico a sí mismo, que no es sino el dios Mercurio, que ha
tomado su aspecto para ayudar a Júpiter; un doble que le propina una paliza y lo
sume en la mayor confusión.

sosia.– (Suplicante.) ¡Déjame hablar sin pegarme…, despierto?… ¿Acaso no acaba de apalearme este
por favor! hombre?… ¡Sí! ¡Claro que acaba, por Hércules,
Mercurio.– está bien. Te concederé una tregua. que aún me duelen las mandíbulas! Entonces,
sosia.– No hablaré hasta que no hayamos firmado la digo yo, ¿por qué no entro en nuestra casa?
paz, puesto que en puños me ganas.
mercurio.– (Le cierra el paso.) ¡Eh, eh, eh!… ¿Cómo
mercurio.– Di lo que tengas que decir. No te haré «en nuestra casa»?
nada. sosia.– ¡Sí, justo!… ¡En-nues-tra-ca-sa!
sosia.– (Seguro de sí mismo.) ¡Yo soy Sosia, el de mercurio.– (Zarandeándolo.) Atiende, estúpido: el
Anfitrión! verdadero Sosia, el esclavo de Anfitrión, soy
mercurio.– (Violento y amenazador.) ¿Otra vez? ¡Este yo,
hombre no está en su juicio!
¿me entiendes?… Esta misma noche hemos
sosia.– (Aparte.) Pero, vamos a ver… ¿es que yo no llegado del Golfo Pérsico; allí hemos vencido a
soy Sosia, el de Anfitrión?… ¿Es que no he las legiones teléboas y Anfitrión mató con sus
llegado esta noche?… ¿No estoy parado delante propias manos al rey Pterelao.
de nuestra casa?… ¿No llevo un farol en la
sosia.– (Aparte.) Desconfío hasta de mí mismo al
mano?… ¿No estoy
oírlo hablar: relata fielmente cuanto sucedió allí.
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

(A Mercurio.) Pero, dime: ¿qué regalo ha sano juicio… ¡Bah! Este tipo debe ser algún loco
recibido Anfitrión de los teléboes? que anda suelto. Pasaré sin hacerle caso y
mercurio.– La copa de oro en que bebía el rey entraré por la puerta.
Pterelao. sosia.– ¡No te digo! ¿Y dónde está la
mercurio.– ¿A dónde vas?
copa? mercurio.– En una cajita, sellada con el
sosia.– A casa…
sello de
mercurio.– Aunque subieses a la cuadriga de Júpiter
Anfitrión. para huir de aquí, no podrías escapar de la
sosia.– ¿Y qué hay en el sello? paliza que se te avecina.
mercurio.– El sol naciente y su cuadriga. ¿Quieres
sosia.– ¿Es que no puedo darle a mi dueña el
cogerme en algún renuncio, carne de horca? encargo de mi amo?
sosia.– (Aparte.) Me ha convencido… Tendré que mercurio.– A la tuya lo que quieras. A la mía, ni
buscarme otro nombre… ¡No! Voy a tenderle
acercarte… Y si me enfadas, te meto una paliza
una trampa, porque esto lo he hecho yo solito, a que te machaco los riñones…
es- condidas, sin testigos, dentro de nuestra
sosia.– (Aparte.) Será mejor que me marche. ¡Oh,
tienda. (A Mercurio.) Si tú eres Sosia… ¿Qué
dioses inmortales, yo os in-
hacías dentro de la tienda en lo más encarnizado
voco! ¿Dónde he muerto yo?
del combate? Si me lo dices,
¿Dónde me han cambiado?
me doy por vencido.
¿Quién habrá robado mi
mercurio.– Había allí un tonel aspecto?… ¿Me lo habré
de vino. Yo llené una de- jado en la guerra, sin
botella. darme cuenta? Este
sosia.– ¡Caliente, caliente! majadero tiene los rasgos
mercurio.– Lo trasegué a mi que tenía yo… ¡Me hacen
estómago tan puro como había en vida lo que a otros de
salido del vientre de su madre. muerto! Iré al puerto y le
sosia.– ¡Es cierto! ¡Me bebí una contaré todo a mi amo, si es
botella entera de vino! ¡Ni que él me conoce. mercurio.–
que hubiera estado el tío este (Solo.) Nues- tros asuntos
metido dentro de ella! marchan ahora a
mercurio.– ¿Ya te has conven- maravilla. He alejado al
cido de que tú no eres Sosia? mayor estorbo para que mi
sosia.– ¿Quieres decir que yo….
no soy yo? Máscara de teatro
padre pueda continuar abra-
mercurio.– ¡Cómo no voy a zándola con tranquilidad.
decirlo, si yo soy el que «soy yo»! en mi
sosia.– ¡Yo te juro por Júpiter que yo soy el «soy yo»
y que no te miento!
mercurio.– Y yo te juro por Mercurio que Júpiter no
te creerá y que me hará más caso a mí sin
juramento que a ti con ellos.
sosia.– Entonces, dime… ¿Quién soy yo si yo no soy
Sosia?
mercurio.– Cuando yo me canse de ser Sosia, tú
podrás ser Sosia, pero ahora que Sosia soy yo…
¡Mira! ¡Márchate, márchate de aquí si no
quieres que te machaque a golpes! ¡Anónimo!
sosia.– (Aparte.) ¡Por Polux! Cuando lo miro me
recuerda mi propia figura, que tantas veces he
vis- to en el espejo: el pie, la pierna, la ropa, el
pelo…
¡todo! Pero cuando pienso en mí, estoy seguro
de que soy yo mismo. Ésa es nuestra casa, estoy
Sosia le contará a su amo Anfitrión que el
esclavo Sosia le ha echado de la puerta.
Anfitrión se fi- gurará que miente y no
creerá que haya llegado hasta acá, como
le había mandado. Voy a llenar de
confusión y aturdimiento a los dos, y a
toda la familia de Anfitrión, hasta que mi
padre se sacie de su amada.

1. Haced una lectura dramatizada, cuidando los gestos,


mo- vimientos e inflexiones de la voz.

2. Un dios todopoderoso juega con un ser humano. Indicad


las actitudes que adoptan uno y otro.

3. Señalad algún juego de palabras y alguna ironía,


recursos que abundan en Plauto.
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

acto ii, escena 1.ª

Mercurio queda solo y afirma: «Voy a llenar de confusión y aturdimiento a los dos, y
a toda la familia de Anfitrión, hasta que mi padre se sacie de su amada.» Júpiter, con
figura de Anfitrión, se despide de Alcmena, tras haber pasado con ella la noche, y le
deja como recuerdo una copa de oro. Mientras tanto, el verdadero Sosia cuenta al
verdadero Anfitrión lo que le ha sucedido.

anfiTrión.– ¿Te atreves a sostener, gran bellaco, que anfiTrión.– No sé qué maleficio le habrán echado a
estás en casa al mismo tiempo que estás a mi este hombre, desde que se apartó de mí.
lado? sosia.– Cierto, me han machacado a golpes.
sosia.– ¡Es la verdad! anfiTrión.– ¿Quién?
anfiTrión.– Los dioses te castigarán por esto. (Dán- sosia.– Yo mismo a mí mismo… El que ahora está en
dole.) Y yo lo voy a hacer en su nombre. casa, vamos…
sosia.– Puedes hacerlo, pues soy tu esclavo. anfiTrión.– Ten cuidado de no responder más que a lo
anfiTrión.– ¿Quieres burlarte de mí, canalla? ¿Cómo que te pregunte, ¿eh? Vamos, Sosia, haz memoria.
osas afirmar lo que nadie ha visto aún, lo que Explícame bien quién es ese Sosia…
no puede suceder jamás: que un hombre esté en sosia.– Tu esclavo.
dos sitios al mismo tiempo? anfiTrión.– (Dándole.) ¡Contigo tengo más que de
sosia.– ¡Tal y como te lo cuento, Anfitrión! sobra!
anfiTrión.– ¡Júpiter te confunda! ¡Bah! ¡Estás borracho! sosia.– Mira, Anfitrión: al llegar a casa te encontrarás
sosia.– ¡Ojalá! a otro Sosia, hijo de Davo, o sea de mi padre,
anfiTrión.– ¡Anda, quítate de mi vista! con la misma traza y los mismos rasgos que
sosia.– ¿Y eso por qué? yo… Resu- miendo: te ha nacido un gemelo de
anfiTrión.– Porque tienes la peste. Sosia.
sosia.– Pues yo me encuentro sano y robusto. anfiTrión.– (Aparte.) ¡Qué cosas más extrañas, dioses,
anfiTrión.– Olvidaste lo que te encargué y ahora qué cosas! (A Sosia.) Y… ¿viste a mi mujer?
vienes a reírte de mí. Pretendes que me trague sosia.– No; no se me permitió ni siquiera entrar en la
co- sas imposibles. Pero yo te aseguro que se casa.
volverán sobre tus espaldas. anfiTrión.– Pero, ¿quién te lo prohibió?
sosia.– Mira, Anfitrión, la desgracia peor que le sosia.– El Sosia del que te estoy hablando… El que
puede ocurrir a un criado fiel que dice la me atizó.
verdad, es verla doblegada por la violencia. anfiTrión.– ¡Maldito seas! ¡En sueños habrás visto tú a
anfiTrión.– A ver, hombre, a ver… Piensa conmigo. ese otro Sosia misterioso!
¿Cómo demonios puedes estar aquí y en casa? sosia.– ¡No suelo yo cumplir en sueños tus órdenes!
¡Venga! Explícamelo. Despierto lo vi, como despierto te veo, como
sosia.– ¡Te aseguro que estoy aquí y allí! Te podrá des- pierto hablo y como despierto estaba
parecer extraño, porque más me lo parece a cuando él, también despierto, me atizó con sus
mí... puños.
¡Que los dioses me valgan! Si ni siquiera yo anfiTrión.– ¡Camina, camina! No dices más que ton-
mismo, Sosia, podía creérmelo, hasta que el otro terías…
Sosia, o sea, yo mismo, me lo aclaró. Me explicó
con mucho detalle lo que ocurrió en el frente.
4. Comparad el lenguaje de la comedia, coloquial y
Me ha robado la figura y el nombre, y ni una
desenfa- dado, con el de la tragedia y la epopeya,
gota de leche se parece a otra gota de leche elevado y retórico, poniendo algunos ejemplos.
como él se parece a mí. Cuando tú me enviaste
a casa… 5. Plauto no pretendía ni criticar ni moralizar; sólo hacer
reír. Comprobadlo en los fragmentos leídos.
anfiTrión.– ¿Qué?
sosia.– Ya estaba en ella mucho antes de llegar.
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

acto ii, escena 2.ª

El verdadero Anfitrión llega a casa. He aquí el encuentro con su mujer, Alcmena.

anfiTrión.– ¿Afirmas que llegamos ayer, Alcmena? anfiTrión.– ¡Tú misma confiesas los hechos! ¡Que
alcmena.– ¡Pues claro! Tú me saludaste… Yo te saludé estuviste acostada conmigo! ¿Puede haber algo
y… ¡un buen beso que te di! más osado que esta malnacida? Si no te queda
sosia.– ¡Huy! Esto de empezar por un beso no me ya vergüenza, ¡pídela prestada al menos!
gusta nada. alcmena.– ¡Ay, no! Por aquí ya no paso. Me acusarás
anfiTrión.– (A Alcmena.) Sigue, sigue… de adulterio, si quieres, pero no podrás
alcmena.– Te bañaste… demostrar- lo. ¡Se acabó! Mi alcurnia no me
anfiTrión.– ¿Y luego? permite escuchar estas calumnias.
alcmena.– Te reclinaste ante la mesa… anfiTrión.– Sosia, ¿no es verdad que yo cené anoche
sosia.– ¡Sí, sí! Tú pregunta, pre- dentro del barco?
gunta… alcmena.– Yo también tengo
anfiTrión.– ¡No la interrum- testigos para confirmar lo
pas! Continúa… que digo.
alcmena.– Nos pusieron la s osia .– Yo no sé qué opi-
cena, cenamos juntos, me nar de todo esto, a no ser
recosté a tu lado… que… bueno, es un
anfiTrión.– ¿En el mismo decir… pero… a no ser
triclinio? que… por ahí…, pues,
alcmena.– En el mismo. claro… haya otro… otro
sosia.– ¡Ay, mi madre, que esta Anfitrión que, en tu
cena se me indigesta! ausencia, se ocupe de
anfiTrión.– ¡Déjala que aca- be! tus… asuntos y que…
(A Alcmena.) ¿Qué pasó Por- que si lo de mi otro
después de cenar? Sosia es extraño, lo de tu
alcmena.– Dijiste tener sue- ño. Anfitrión es más extraño
Levantaron la mesa y nos todavía.
fuimos a la cama. anfiTrión.– Sí es extraño, sí…
anfiTrión.– Y tú, ¿dónde dor- No sé qué mago tendrá
miste? engatusada a esta mujer.
alcmena.– Contigo, en la alcmena .– ¡Te juro por el
misma cama, en nuestra Supremo Rey Júpiter y por
habitación. la madre Juno –a la que
anfiTrión.– (Desmayándose.) tengo singular respeto–
que nin- gún otro mortal,
excepto tú, me ha tocado ni
un pelo…!
¡Me has matado! Vista del frontis del teatro romano de Mérida anfiTrión.– ¡Ya me gustaría a
sosia.– (Socorriéndolo.) ¿Qué mí que fuese verdad!
te ocurre, Anfitrión? alcmena.– Estoy diciendo la verdad, pero en vano,
anfiTrión.– Esta mujer acaba de quitarme la vida. puesto que no quieres creerme.
alcmena.– ¿Por qué? Dímelo, por favor. anfiTrión.– anfiTrión.– Eres mujer y… no te preocupa jurar en
¡No me hables! ¡Triste de mí! En mi vano.
ausencia, han mancillado mi honor. alcmena.– La que es inocente puede permitirse el lujo
alcmena.– ¡Por Cástor! ¿Cómo puedes decir tales de ser atrevida y hablar con audacia para defenderse.
cosas, esposo mío? anfiTrión.– ¡Audacia! ¡Ja, ja! ¡Demasiada… audacia!
A N T O L O G Í A D E L E C T U R A S

alcmena.– ¡Lo propio de la mujer honesta! anfiTrión.– alcmena.– ¿Mi cuñado Náucrates? Sí, sí, que venga.
Sí, sí, honesta… De palabra. alcmena.– Tengo anfiTrión.– ¡Muy bien! (Señalando el equipaje.) Sosia,
por dote, no lo que otras, sino el lleva esto para adentro. Yo voy a la nave a buscar a
recato, el temor a los dioses, el amor a mis Náucrates (Sale.)
antepa- sados, el serte fiel, el ser caritativa con los sosia.– Ahora que estamos los dos solos, dime la
pobres… sosia.– Por Polux, que si esto es verdad, va verdad: ¿hay en casa algún otro Sosia que sea
a resultar igual que yo?
la mujer perfecta. alcmena.– ¿Quieres largarte de mi vista, digno esclavo
anfiTrión.– Está bien, está bien… Estoy tan de tu amo?
abatido que ya no sé ni quién soy. sosia.– Me voy, me voy… (Entra en casa.)
sosia.– Seguramente eres Anfitrión, pero ándate con alcmena.– (Pensativa.) ¡Qué extraño que mi marido
cuidado y no te dejes arrebatar tu cuerpo, se haya comportado así! ¿Se habrá trastornado
porque aquí, desde nuestro regreso, todo el con la guerra? De todas formas, sea lo que sea,
mundo se transmuta. enseguida lo sabré por mi cuñado.
anfiTrión.– Mira, Alcmena; estoy decidido a no dejar
sin aclarar este asunto.
alcmena.– Me alegraré mucho, por Pólux, de que
así lo hagas. 6. Alcmena es un personaje trazado con gran delicadeza
anfiTrión.– Si trajera de la nave a tu cuñado Náu- que encarna a la matrona romana. Plauto no la satiriza,
crates, que hizo conmigo la travesía, y él niega la presenta como víctima de los caprichos de los
hombres y los dioses. Enumerad algunas de sus
que sean ciertas tus afirmaciones, ¿sería suficiente
virtudes.
para que te repudie?
7. Escribid una breve escena teatral de carácter cómico.

Mientras Anfitrión marcha en busca de un testigo que confirme su versión, Júpiter


vuelve con Alcmena, que cada vez está más confusa. Por fin se encuentran los dos
Anfitriones sin que nadie pueda determinar quién es el verdadero. En esto, Alcmena
se pone de parto y da a luz gemelos: un niño de vigor extraordinario (Hércules), hijo
de Júpiter, y otro normal, hijo de Anfitrión. Éste se enorgullece al saber que ha sido un
dios, no un hombre, quien le ha suplantado con su mujer.

recomendación de lecturas

a de Virgilio, editada en colecciones juveniles, resulta de agradable lectura.

os como Emperadores, Dioses y Héroes de la Mitología Romana, que narran, con amenidad, las creencias, tradiciones y leyendas de Roma.

n un diccionario de mitología, la historia de las grandes parejas de enamorados: Penélope y Ulises, Dido y Eneas, Helena y Paris, Hero y Leandro, Medea y

historia de Hércules, hijo de un dios, Júpiter, y una mujer, Alc- mena.


Edad A Ntigua
EDAD ANTiGUA LiTERATURAS CLÁSiCAS
CArACTEríSTICAS 1. grIEgA
• La historia de la literatura
1.1. Epopeya
• Las edades de la historia
• Homero: Ilíada y Odisea
• Los mitos. Sus clases
• Los mitos y la literatura 1.2. Poesía lírica
• Lírica individual: Safo y Anacreonte
• Lírica coral: Píndaro
LiTERATURAS ORiENTALES
1.3. Teatro
1. CHINA
1.3.1. Tragedia
• Confucio: Lun Yü • Esquilo: Orestíada, Prometeo encadenado
• Lao-tse: Tao-te-king. El Taoísmo • Sófocles: Antígona, Electra, Edipo rey
2. INDIA • Eurípides: Medea, Hipólito
1.3.2. Comedia
2.1. Epopeya: Ramayana
• aristófanes: Lisístrata, La paz, Las nubes
2.2. Fábula: Pantchatantra
2. LATINA
3. HEBrEA
2.1. Comedia
• La Biblia: Antiguo y Nuevo Testamento
• Plauto: La olla, Anfitrión, El soldado fanfarrón
• Libros históricos: Pentateuco, Ruth
• terencio: La suegra, Los hermanos
• Libros poéticos: Cantar de los Cantares
• Libros proféticos y sapienciales: Proverbios 2.2. Poesía épica
• Virgilio: Eneida
2.3. Poesía lírica
• Virgilio: Bucólicas, Geórgicas
• Horacio: Sátiras, Odas, Epístolas
• Ovidio: Heroidas, Arte de amar, Metamorfosis

49
LITErATurA rELIgIOSA EPOPEyA

CHINA HEBrEA INDIA grIEgA LATINA

Confucio Lao tse Bibli Homero


Virgilio
Históricos
Lun Yü Tao-te-king saPienciales Ramayana Ilíada Eneida
Poéticos Proféticos Mahabarata Odisea

Pentateuco Job Isaías Proverbios


Ruth Salmos Eclesiastés
Ester Cantar
Judit de los
Tobías Cantare
s

POESíA LírICA

HEBrEA grIEgA LATINA

individual coral Virgilio Horacio Ovidio

Salmos safo anacreonte Píndaro Bucólicas Sátiras Arte de amar


Cantar Geórgicas Odas Metamorfosis
de los Epístola Tristes
Cantare s
s

TEATrO

grIEgO LATINO

tragedia comedia comedia

Esquilo Sófocles Eurípides aristófanes Plauto terencio

Orestíada Antígona Medea Lisístrata La olla La suegra


Prometeo Electra Hipólito La paz Anfitrión Los
encadenad Las El soldado hermanos El
o nubes fanfarrón torturador de
sí mismo

50 I. edad antIgua
C A D A O V E J A C O N S U P A R E J A

Autor Nacionalidad Obra género, tema, personajes

1 Lao-tse india Cantar de los Cantares Visnú y Sita


2 Valmiki Judea Beatus ille Polifemo
3 Anónimo Grecia Odisea Ying y Yang
4 Salomón Roma Odas Canta los juegos olímpicos
5 Homero India Metamorfosis Hija de Edipo
6 Píndaro Roma Prometeo encadenado En castellano, Calila e Dimna
7 Esquilo Roma Anfitrión Caballo de Troya
8 Sófocles Grecia Ramayana Diálogo entre esposa y esposo
9 Eurípides Roma Eneida Castigado por desafiar a los dioses
10 Plauto Grecia Antígona Sosia y Alcmena
11 Virgilio Grecia Medea Traducida por Fray Luis de León
12 Horacio China Pantchatantra Jasón
13 Ovidio Grecia Tao-te-king Transformaciones de personajes mitológicos

T E M A S P A R A EXPONER A D i V i N A L A O B R A

1. Las literaturas orientales: características, paí- 1. Me ha robado la figura y el nombre, y ni una


ses, autores y obras principales. gota de leche se parece a otra gota de leche como
él se parece a mí.
2. La literatura griega: características, géneros,
autores y obras principales. 2. Su gusto es, o poner la vid
crecida al álamo ajuntada,
3. La literatura latina: características, géneros, o contemplar cuál pace, desparcida
autores y obras principales. al valle, su vacada.
• • • 3. La muralla atraviesa el ingenio fatal, lleno de
4. Religión y literatura en la Edad Antigua. armas, y a su lado doncellas y mozos elevan sus
himnos y se alegran si pueden tocar con su
5. Mitología y literatura en la Edad Antigua. mano la soga.
6. Las grandes epopeyas de la humanidad. 4. Yo no sé, de tener ojos, cómo hubiera podido
7. Los grandes poetas griegos y latinos. mirar a mi padre cuando vaya al Hades, ni a la
pobre de mi madre, porque ahorcarme no es
8. La tragedia y la comedia en la antigüedad bastante para purgar los crímenes que contra
clásica. ellos dos he cometido.
• • • 5. Este huésped es alto y robusto, y él mismo se
precia de tener como padre a un varón de muy
9. La Biblia. Libros principales. La poesía bíblica.
noble linaje.
10. La Ilíada y la Odisea. Estudio comparativo: Así pues, entregadle ahora el arco y veremos lo
ar- gumento, temas, tono, personajes, [que hace.
ambientes...
6. … Y un temblor me agita
11. El amor, la naturaleza y los placeres de la todo el cuerpo, y estoy, más que la hierba,
vida en la lírica antigua. pálida, y siento que me falta poco
para quedarme muerta.
12. Edipo rey. Argumento, estructura, temas,
per- sonajes y estilo. 7. Traspasó el fino cuello la punta y salió por la
nuca, y el caudillo troyano fue a tierra, ya herido
13. Anfitrión. Argumento, personajes, humor y de muerte.
lenguaje.
8. Cintillo de grana son tus
14. Una leyenda mitológica. labios, y tu hablar es
agradable.

aCtiViDaDes De reCaPituLaCiÓn 51
L A M i T O L O GÍ A E N E L M U N D O ACTUA L

Haz corresponder cada signo del zodíaco con aquello que representa
La balanza de la diosa de la Justicia, Astrea o Dike, que pesa con ella el alma de los difuntos y el destino
1 Aries
de los seres humanos.
Los delfines que mandó Poseidón para que le trajeran a la nereida Anfitrite, que había huido de él y a la
2 Tauro
que haría su esposa.
Cangrejo enorme enviado por Hera para que ayudara a la Hidra de Lerna a vencer a Hércules, que el
3 géminis
héroe aplastó con el pie.
Ganimedes, el más hermoso de los mortales, a quien Zeus raptó y convirtió en su copero, para que le
4 Cáncer
escanciara el néctar.
Cástor y Pólux, hijos gemelos de Leda, su esposo Tindáreo y Zeus, quien se transformó en cisne para
5 Leo
unirse a ella.
Animal en que se metamorfoseó Zeus para raptar a Europa, quien, confiada, se montó sobre él, que se la
6 Virgo
llevó a Creta.
El carnero alado, con la lana o vellocino de oro y dotado del don de la palabra, que fue sacrificado en
7 Libra
honor a Zeus.
El león de Nemea, que asolaba el país devorando a personas y ganados, con cuya piel, después de
8 Escorpio
matarlo, Hércules se hará una capa.
La cabra Amaltea, que amamantó a Zeus niño, y con cuya piel y la cabeza de la Medusa se haría luego la
9 Sagitario
égida, el atributo con que se le representa.
Escorpión gigantesco que Artemisa mandó contra el gigante Orión, cuando éste intentó violarla, y que le
10 Capricornio
picó en el talón.
El centauro Quirón, educador de Aquiles y otros héroes, a quien Hércules asaeteó cuando acudió a poner
11 Acuario
paz entre él y los centauros.
Astrea, diosa de la Justicia y símbolo de la virtud, que vivió entre los hombres en la Edad de Oro y volvió al
12 Piscis
cielo en la de Bronce.

Haz corresponder los nombres de los planetas con sus equivalentes griegos y su explicación
Padre de Zeus y de otros hijos a quienes devoró para que no lo destronasen, cosa que al
1 mercurio Zeus
final hizo Zeus.
Heraldo de los dioses, patrono de comerciantes, viajeros, atletas y ladrones. Lleva alas en
2 Venus Hades
las sandalias y en el sombrero.
Padre de los dioses y los hombres, casado con Hera, aunque tuvo numerosas amantes,
3 Tierra Ares
tanto diosas como mortales.
Diosa primigenia que nació tras el Caos. De la unión con Urano, su hijo, nacieron los
4 marte Poseidón
Titanes, a quienes derrotó Zeus.
Dios de la guerra, que goza con las matanzas y la sangre, y padre de las Amazonas. Fue
5 Júpiter Hermes
sorprendido en el lecho con Afrodita.
Dios primigenio del cielo, que se unió a Gea para engendrar a los Titanes, el más joven
6 Saturno Afrodita
de los cuales, Cronos, pudo destronarlo.
Dios del mar, hermano de Zeus. Castiga a los mortales con golpes de su tridente, que
7 urano urano
provocan inundaciones, sequías y terremotos.
Hermano de Zeus y Poseidón, a quien le correspondió el mundo subterráneo, donde van
8 Neptuno gea
las almas de los humanos tras la muerte.
Diosa del amor y la belleza, nacida de la espuma del mar, casada con Hefesto, cojo y feo,
9 Plutón Cronos
y amante de Ares, dios de la guerra.

Haz corresponder los nombres de los días con su origen latino y sus equivalentes griegos
1 Lunes 2 martes 3 miércoles 4 Jueves 5 Viernes
Mercurio Luna Júpiter Venus Marte
ares afrodita Selene Hermes Zeus

52 I. edad antIgua

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