Fracturas Radiculares Horizontal
Fracturas Radiculares Horizontal
Fracturas Radiculares Horizontal
Las fracturas radiculares pueden definirse como aquellas que involucran dentina, cemento, pulpa
y ligamento periodontal y rara vez tejido óseo, se presentan con poca frecuencia y su patrón de
reparación es complejo debido al deterioro concomitante de las estructuras mencionadas. Se
pueden extender desde la porción interna radicular hasta el periodonto, pueden ser causadas
por factores; como: procesos restaurativos (al cementar núcleos y postes), traumas por
impacto, procedimientos de obturación en endodoncia, trauma oclusal y bruxismo. (1,2,3)
Para diagnosticarlas se debe tener en cuenta el nivel de la fractura, si son completas o parciales
y si involucran hueso, para posteriormente determinar el pronóstico y el tratamiento. (4)
Las fracturas radiculares generalmente están acompañadas de otros tipos de trauma dental
como fractura del proceso alveolar, especialmente en dientes anteriores inferiores. (7)
La etiología de las fracturas radiculares se puede clasificar en dos grupos: 1. Dientes tratados
endodónticamente (fractura vertical) y 2. Dientes no tratados endodónticamente (fractura
horizontal); el primer grupo son más comunes y se deben a diferentes causas como excesiva
fuerza e condensación al obturar o al cementar un poste colado; el segundo grupo ocurren en
casos de trauma severo como accidentes automovilisticos, accidentes en deportes extremos,
peleas callejeras, ect. (8)
El examen clínico los dientes con fractura horizontal usualmente presentan una ligera extrusión,
frecuentemente con desplazamiento en dirección lingual, cierta movilidad determinada por el
sitio de fractura. (7) Pruebas eléctricas con el vitalometro están indicadas, cuando la respuesta
es negativa o no responde a esta prueba, puede existir un daño severo de la pulpa en el sitio de
fractura o bien en la constricción apical. La inspección y palpación proveen información del grado
de malposición dental. (4)
Figura 1_a
Figura 1_b Figura 1_c
Las fracturas horizontales se dan con mayor frecuencia en el tercio apical y medio, en raras
ocasiones en el tercio cervical radicular, también pueden presentarse como una fractura única
transversa u oblicua o múltiples fracturas, su dirección varia considerablemente, una típica
fractura en tercio apical o medio sigue un curso vestibulo-palatino o lingual en dirección incisal
mientras que una fractura en tercio cervical tiende a ser más horizontal, estas características las
dictaminan la dirección y la técnica radiográfica. Las fracturas radiculares pueden ser
incompletas es decir un rompimiento unilateral de la continuidad de una pared radicular, estas
cicatrizan con tejido calcificado, sin ningún tratamiento. Algunos autores denominan las fracturas
radiculares del tercio apical y medio como fracturas profundas y las fracturas del tercio cervical
cerca de la cresta alveolar como fracturas en sombra. Imagen 2 (4,7)
Tomado de Mitsuhiro T. TREATMENT
PLANING FOR TRAUMATIZED TEETH,
Quintessence Publishin Co Inc. 2000
Japan
Figura 2
c
Los eventos de reparación de las fracturas horizontales son iniciados por el tejido pulpar y el
ligamento periodontal, estos forman dos tipos de reparación, cada proceso aparentemente se da
de forma independiente y algunas veces de forma competitiva. Por el lado pulpar de la fractura
la reparación ocurre dependiendo del estado pulpar en el sitio de separación de los fragmentos.
Una pulpa intacta en este sitio va a reaccionar de forma análoga a una exposición pulpar coronal
en condiciones óptimas (en ausencia de infección) donde se reclutan las células progenitoras del
odontoblasto para crear un puente de tejido duro o calcificado que une los fragmentos coronal y
apical después de 2 a 3 meses. Esta unión se da con la formación inicial de un callo que
estabiliza la fractura, seguida de una deposición de cemento derivado del crecimiento de tejido
del ligamento periodontal. Cuando hay una reparación ideal, no es posible observar
radiográficamente los fragmentos separados por lo menos 3 meses después de la fractura,
aunque toma varios meses en reparar completamente. Cuando el estado pulpar esta afectado y
la pulpa tiene daños severos, da lugar a un proceso de revascularización en el fragmento
coronal, en ausencia de bacterias este procesos tendrá como resultado la obliteración del
conducto de este; al mismo tiempo que se da el proceso de revascularización, células derivadas
del ligamento periodontal dominan en la reparación resultando una unión de los fragmentos con
interposición de tejido conectivo. Finalmente si las bacterias tienen acceso al sitio de factura, el
tejido pulpar del fragmento coronal sufrirá necrosis con acumulación de células inflamatorias y
tejido de granulación entre los fragmentos. (7)
Durante los estados iniciales del proceso de reparación, el tejido pulpar traumatizado produce
una respuesta inflamatoria y por lo tanto estimula la liberación de factores de activación
osteoclastica, debido a ello, el proceso e reabsorción radicular se lleva a cabo ya sea en la
periferia del sitio de la fractura ó en el borde del conducto radicular en el 60% de los casos, la
reabsorción puede ser evidente un año después de la fractura. Estos procesos son autolimitantes
y se detienen en 1 o 2 años posteriores a la reparación. (7)
!(imagen 3 y 4)
Este tipo de reparación depende principalmente de un estado pulpar normal y poca separación
de los fragmentos, con la presencia de un callo de tejido duro demostrado en cortes histológicos.
Existe una controversia de la naturaleza del tejido duro que une los fragmentos, se ha
encontrado en el sitio de la fractura dentina, osteodentina y cemento; en la mayoría de los casos
se observa dentina, la primera capa de esta es una dentina celular y atubular mientras en las
capas posteriores se forma una dentina tubular de aspecto normal; mientras que en la periferia
se puede observar la presencia de una reparación incompleta de cemento, razón por la cual la
línea de fractura es discernible radiográficamente cuando los fragmentos de la fractura se han
consolidado completamente. (4,7)
Después de una reparación con tejido calcificado se observa clínicamente: movilidad normal del
diente, respuesta normal a la percusión, las respuestas pulpares a pruebas de sensibilidad
ligeramente disminuidas y obliteración parcial del conducto en el fragmento apical es un hallazgo
frecuente. (7)
Figura 3
Figura 4
!&(imagen 5 y 6)
Este tipo de reparación aparentemente esta asociado a un daño moderado en la pulpa, donde la
revascularización y reinervación pulpar debe completarse antes que los odontoblastos inicien la
reparación. Debido a este proceso las células del ligamento periodontal dominan el proceso de
reparación. Histológicamente esta se caracteriza por la presencia de tejido conectivo entre los
fragmentos. Las superficies de la fractura están cubiertas de cemento y fibras de tejido
conectivo paralelas a la fractura; la dentina secundaria forma un nuevo ³foramen apical.´ Un
ligero ensanchamiento del ligamento periapical entre los fragmentos de la fractura indica una
actividad funcional celular entre ellos. Radiográficamente en este tipo de reparación se observa
una línea radiolucente continua separando las porciones radiculares y obliteración del conducto
radicular en ambos segmentos. (4,7)
Clínicamente hay movilidad normal o pueden presentar ligera movilidad, a la percusión responde
con dolor leve y las pruebas de sensibilidad con respuesta normal. (7)
Figura 5
Figura 6
!(imagen 7 y 8)
Clínicamente los dientes están firmes en el alveolo y responden normal a las pruebas de
sensibilidad, la obliteración total del conducto radicular es muy frecuente. (4,7)
Figura 7
Figura 8
Clínicamente, si la porción coronal no esta ferulizada puede haber extrusión de la misma, hay
sensibilidad a la percusión, fístula a nivel de la fractura, inflamación, pruebas de vitalidad
negativas. (4,7)
Figura 9
Figura 10
Diferentes tipos de técnicas se han descrito para inmovilización del diente. Hoy en día, .
/ &$0/ para permitir la movilidad fisiológica del diente su duración
depende del tipo de trauma pero usualmente, en fracturas radiculares el periodo de uso es de 2
a 3 meses, aunque periodos cortos como 4 o 5 semanas parecen ser suficiente en algunos casos
para favorecer la reparación. Las férulas rígidas están contra indicadas porque pueden conllevar
a efectos adversos tales como desplazamiento de los fragmentos durante su posicionamiento,
anquilosis y reabsorción por reemplazo. Durante el periodo de ferulización es importante darle
seguimiento al diente, hacer observaciones radiográficas y realizar pruebas de sensibilidad para
determinar la vitalidad del diente. (4,7,8,10,11,12)
3. Reposición de del fragmento coronal y ferulización, con férula pasiva flexible de 4 a 5semanas
hasta 3 meses. (4)
La proximidad de la fractura al surco gingival y presencia del líquido crevicular puede dictaminar
el tratamiento, el pronostico para este tipo de fracturas es muy pobre debido a la movilidad del
fragmento coronal, y contaminación por saliva. Una opción de tratamiento puede ser la
extracción del fragmento coronal, endodoncia convencional del fragmento apical seguida de
extrusión ortodontica. La decisión de extracción depende del largo del fragmento coronal
(relación corona±raíz), la separación de los segmentos, acceso para instrumentación y
obturación del fragmento apical. Si la línea de fractura esta localizada a nivel coronal pero por
debajo de la cresta ósea, varios estudios han demostrado que puede haber una reparación por lo
que el tratamiento es más conservador debido a que no hay presencia de bacterias por no tener
comunicación con el surco marginal y el tiempo de ferulización requiere periodos más largos.
(7,9,13)
En los casos cuando no es posible un tratamiento conservador el diente debe ser extraído con
mucho cuidado pues se puede dañar los tejidos adyacentes y causar una atrofia en el área,
especialmente en dirección vestíbulo-lingual, formando un colapso del proceso alveolar que
compromete la estética del tratamiento restaurativo. La solución para este problema es la
remoción del fragmento apical con una mínima o no remoción de hueso vestibular, esto se logra
removiendo coronal y el segmento apical sale por el alveolo, luego se reimplanta el segmento
coronal; de no ser posible y la extracción debe realizarse quirúrgicamente entonces el
procedimiento es el siguiente. Se levanta un colgajo triangular mucoperiostico, se realiza una
pequeña osteotomía y se realiza presión al fragmento para que este salga por el alveolo; bajo
ninguna circunstancia se debe eliminar una gran cantidad de tejido óseo. Otra alternativa para
evitar el colapso óseo es dejar la porción apical, que regularmente contiene tejido pulpar vital.
(7,14)
El tratamiento de las fracturas horizontales radiculares tiene un buen pronostico, incluso mejor
que traumas por luxación sin fractura radicular (9), la explicación a esto es muy sencilla; la
reparación y cicatrización depende principalmente del tejido pulpar y la revascularización de este
por medio del ligamento periodontal, esta revascularización en lesiones por luxación es limitada
a los tejidos periapicales mientras que en las fracturas hay una comunicación más intima que
facilita el restablecimiento del riego sanguíneo. Otro punto importante es que la presión que se
da por la inflamación pulpar puede librearse a través de la fractura minimizando la presión
dentro del conducto radicular. (7)
La necrosis pulpar se presenta en un porcentaje del 20 al 44%, muchos tratamientos han sido
considerados para en manejo de fracturas, el punto más importante es considerar la vitalidad
del fragmento apical, básicamente el tratamiento será endodoncia convencional del segmento
coronal, este tipo de tratamiento tiene un alto porcentaje de éxito. (7,9)
2. En raras ocasiones ambos segmentos están necroticos, esto se puede reconocer si persiste la
sintomatología después de la pulpotomia del segmento coronal o por la presencia de una lesión
en el ápice. En este caso se debe de realizar terapia endodóntica a los dos segmentos, después
de la preparación se coloca hidróxido de calcio y cuando se evidencia reparación, se debe
obturar los conductos de forma convencional. Cuando se realiza el tratamiento endodóntico a los
dos segmentos y el material de obturación fluye a través de la fractura el porcentaje de fracaso
es muy alto, esto puede deberse a que tejido contaminado no puede ser removido y estando en
relación directa con el material de obturación puede contaminar el mismo deteniendo así la
reparación. (4,9,14)
Existen ciertas variables que pueden afectar la reparación, entre ellas se encuentran el grado de
desarrollo radicular, se ha demostrado que la fusión de los segmentos con tejido duro ocurre
regularmente en dientes inmaduros; dislocación del fragmento coronal y diastasis o espacio
entre los segmentos, la reparación con tejido calcificado es más frecuente en dientes sin o
pequeña dislocación entre los segmentos; sensibilidad pulpar en el momento de la fractura es
una variable clave para la reparación; la reposición o reducción de la fractura, estudios
demuestran que si se logra una reducción optima la reparación se llevara a cabo con más
frecuencia. Existen también variables que no afectan la reparación como la posición y tipo de
fractura, el tiempo que transcurre desde la fractura hasta el tratamiento, la utilización de
antibióticos ha resultado tener un efecto negativo (no significativo), el tipo de férula siempre y
cuando sea pasiva y el tiempo que se feruliza, debido a que es necesario que el diente
traumatizado este bajo estrés funcional. (10,11)
3/ .
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/
La reabsorción radicular aparece en aproximadamente el 60% de los casos y se puede detectar
radiográficamente 1 año después de la fractura. La reabsorción radicular se manifiesta de cinco
formas:
/"
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