Informe de Psiquiatria Criminal

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


DE LOS LLANOS CENTRALES
“ROMULO GALLEGOS”
AREA TERRITORIAL ZARAZA
ÁREA DE POSTGRADO

PSIQUIATRÍA CRIMINAL

FACILITADORA;
Abg. Esp. Flores Ayerym

PARTICIPANTES;
Abg. Esparragoza Marco.
Abg. Marcano Gregorio.
Abg. Medina Pedro.

Zaraza, Junio de 2020.-


INTRODUCCION

Nuestro estudio y desarrollo, del contenido Programático correspondiente


a la unidad de Psiquiatría criminal, comprende un esbozo de esta ciencia de
la medicina, que además de ser auxiliar del derecho penal, estudia las
posibles enfermedades mentales, traumas y antecedentes psiquiátricos de
los delincuentes, a fin de determinar su responsabilidad o no dentro de los
principios criminales, también como la psiquiatría médico legal abarca el
estudio de todas las cuestiones legales vinculadas a la comisión de hechos
punibles debidamente tipificados en nuestro Código Penal venezolano.
Durante el desarrollo del presente trabajo monográfico, se ampliaran y
masificaran todas las herramientas más importantes para aplicar y debatir
en todos los procedimientos de carácter penal, accionando un correcto
peritaje psiquiátrico forense, así como conocer las diferentes técnicas
psiquiátricas en el examen psiquiátrico clínico, la debida fundamentación en
el derecho penal y criminológico y su basamento legal en nuestra legislación
venezolana.

 
CASOS ESPECIALES

Demencia Senil: La demencia es un trastorno de la razón que supone un


deterioro progresivo e irreversible de las facultades mentales. Quien sufre
demencia experimenta graves trastornos en la conducta y en las funciones
cognitivas, hasta el punto de no poder continuar realizando sus actividades
cotidianas. Se define la demencia como "un síndrome -generalmente de
naturaleza crónica o progresiva- caracterizado por el deterioro de la
función cognitiva” (es decir, la capacidad para procesar el pensamiento)
más allá de lo que podría considerarse una consecuencia del envejecimiento
normal. Afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión,
el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio.
El término demencia senil se considera actualmente erróneo, puesto que
esta enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad. es un
síndrome debido a una enfermedad del cerebro, de naturaleza habitualmente
crónica o progresiva, en el cual existe un deterioro de múltiples funciones
corticales superiores, entre las que se cuentan la memoria, el pensamiento,
la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad para el aprendizaje, el
lenguaje y el juicio. La conciencia no se halla obnubilada. Los deterioros en
el área cognoscitiva frecuentemente se acompañan, y a menudo son
precedidos, por un deterioro del control emocional, del comportamiento social
o de la motivación. Este síndrome se da en la enfermedad de Alzheimer, en
la enfermedad cerebro vascular y en otras afecciones que afectan primaria o
secundariamente al cerebro.
La enfermedad de Alzheimer representa entre el 60 y el 80 por ciento de los
casos de demencia. La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad
cerebral degenerativa primaria de etiología desconocida, cuyos rasgos
neuropatológicos y neuroquímicos son característicos. Habitualmente este
trastorno es de comienzo insidioso, y después progresa lenta pero
sostenidamente en un lapso de varios años. En el campo de la
responsabilidad penal, el papel de la enfermedad mental es determinante,
por cuanto esta materia se rige por el principio del discernimiento para el
momento de la realización del hecho ilícito

Retardo mental de Moderado a Grave: El individuo que padezca de este


tipo de enfermedad mental, debe ser considerado incapaz ante la
persecución penal, por cuanto se deteriora lapersonalidad en forma
progresiva. Retardo Mental Consiste en un síndrome que presenta dificultad
en la asociación, creación y comprensión de ideas, lo cual se traduce en la
práctica como un déficit en el producción intelectual, trastornos de
aprendizaje y deficiencia en la resolución de problemas prácticos.
Este trastorno está clasificado conforme al rango de inteligencia, siendo esta
determinada o medida a través del coeficiente intelectual (C.I.), así tenemos
que la inteligencia normal está entre el rango de 90 a 110, estando los
niveles de retardo por debajo, a saber: leve, moderado, grave y profundo. En
estos casos, el determinar la imputabilidad o no del autor, va a depender del
delito que se cometa, las circunstancias que lo rodean y del nivel de retardo
mental del autor; siendo evidente que en los rangos de grave y profundo será
inimputable, ya que sus capacidades de comprensión del ilícito penal es
nula. Se han clasificado conforme a su deterioro, a saber: demencias leves,
en las cuales la pérdida de memoria es leve y se altera poco la rutina,
aunque se ralentiza el aprendizaje; demencias moderadas, el deterioro es
mayor y se entorpece la vida normal e independiente y demencias graves,
donde el individuo pierde la capacidad de recordar cosas nuevas y no puede
realizar actividades solo. Generalmente, provienen de otras enfermedades
como Alzheimer, vasculares, de Pick, Huntington, Parkinson, entre otras.
Como bien lo expone  Zaffaroni, E, la capacidad psíquica de culpabilidad
hay que medirla respecto de cada delito. Existen estados patológicos en que
cabe presumir que esa incapacidad que generan opera en cualquier delito,
pero existen otros padecimientos, como la oligofrenia o retraso mental, por
ejemplo, que en su grado superficial -debilidad mental- pueden generar una
incapacidad psíquica para ciertos delitos que exigen una capacidad de
pensamiento abstracto más o menos desarrollada para comprender la
antijuricidad (como pueden ser ciertos delitos contra la economía pública), en
tanto que el mismo sujeto conserva capacidad psíquica para comprender la
antijuricidad de otras conductas, cuya valoración depende de datos mucho
más concretos (el parricidio, por ejemplo).
En este mismo sentido se pronuncia Urruela Mora, para quien en la
consideración de la imputabilidad de los sujetos con un retraso mental
requiere, de ordinario, un segundo paso común a todos los procesos de
concreción de la capacidad de culpabilidad la puesta en relación del delito
cometido con el grado de retraso mental padecido, destacando que ello
ostenta una gran importancia en relación con estas formas de trastorno
mental, dado que afectan básicamente, la capacidad intelectual. De esta
manera, lo habitual sería que el sujeto que posee un retraso mental leve,
moderado o incluso grave (no así en los casos profundos) sea capaz de
captar a poco que haya sido socializado e instruido- el valor de la mayor
parte de los bienes jurídicos penalmente protegidos y lo ilícito de toda
actuación dirigida a privar a un tercero de los mismos, pero resulte
totalmente inhábil para determinar lo improcedente de la comisión de un
delito contra el honor, por poner un ejemplo.
En similares términos, se ha dicho que es posible que algunas personas con
retraso mental moderado, que de forma esporádica hayan podido delinquir,
puedan ser inimputables respecto a las acciones antijurídicas
correspondientes a ilícitos de cierta complejidad como estafas o
falsificaciones. Asimismo, es factible admitir una imputabilidad parcial en el
caso de una persona con retraso leve, reincidente del mismo o similar delito,
en el que, fácilmente, se descubre la influencia perniciosa del medio, siendo
justificable un tratamiento reeducador más que una sanción penal.
Finalmente, se dice que otros débiles próximos a la normalidad pueden ser
perfectamente imputables si el tipo de delito, su simplicidad, su
premeditación, precauciones tomadas y motivación psíquica delictiva
demuestran que obraron conociendo el alcance y consecuencias de sus
actos y se decidieron a ello reflexivamente.
Es viable pensar que una persona con retardo mental actúe como partícipe o
como autor de un hecho delictivo, incluso bajo un supuesto de autoría
mediata (sea utilizado como instrumento, verbigracia, para vender drogas).
Todas estas circunstancias deberán ser valoradas por el órgano juzgador al
momento de emitir la sentencia
CARACTERÍSTICAS DEL ENFERMO FRENTE AL DELITO

Incapacidad para reconocer el acto delictivo: La inimputabilidad es la


incapacidad del sujeto para ser culpable siendo determinante la falta
de conocimiento de la ilicitud o la alteración de la voluntad, siempre y cuando
ocurran en el sujeto al momento de ejecutar el hecho legalmente descrito.
Las causas de la inimputabilidad serán pues todas aquellas capaces de
anular o neutralizar, ya sea en el desarrollo o salud de la mente, en cuyo
caso el sujeto carece de la aptitud psicológica de la conducta delictiva.
Cuando decimos que inimputabilidad es incapacidad de comprender o
determinarse, aludimos a los efectos producidos por determinados casos
también susceptibles de enunciación tales como estados biológicos, la edad
(niñez o vejez), o perturbaciones mentales o problemas de tipo cultural. Al
formular la inimputabilidad, pues, el Código enuncia sólo la causa del
fenómeno, o sólo los efectos del mismo, o tanto la causa como el efecto. Y
según que ello acontezca, tenemos los diferentes sistemas, a saber, el
sistema biológico o psiquiátrico.
Se alude a la demencia o enajenación o al trastorno mental transitorio
como fenómenos que constituyen inimputabilidad, pero no se dice por qué
esa demencia o enajenación o trastorno mental transitorio hace al sujeto
inimputable.
En Venezuela, la situación del trastorno mental transitorio en nuestro
Código Penal no consagra de modo expreso el trastorno mental transitorio, ni
siquiera se refiere a él, pero existe el problema psiquiátrico y claro está que,
a pesar de no estar consagrado en el Código Penal venezolano vigente, hay
que resolverlo, y se resuelve aplicando las reglas siguientes: si el trastorno
tiene base patológica, el agente estará exento de responsabilidad penal, lo
ampara la inimputabilidad consagrada en el artículo 62 (enajenación,
enfermedad mental suficiente). Si el trastorno tiene base de tipo emocional,
el agente estará amparado por una causa de atenuación y no de exención,
consagrada en el artículo 67 del Código Penal venezolano vigente. Cabe
señalar que hay que estar prevenido en contra de la simulación de este
trastorno mental transitorio, el cual puede ser provocado para alegar
irresponsabilidad en el hecho o acto cometido, por lo que se hace preciso el
peritaje médico-psiquiátrico.
Finalmente podemos definir al trastorno mental transitorio de la siguiente
manera: "Es una perturbación de las facultades mentales, de corta
duración, que luego cesa".

Enajenación mental del paciente Psiquiátrico: Ha sido considerada como


una forma de inimputabilidad, incluso en el Derecho romano, en donde se le
denominó "factua infelicitas". Los dividió en los siguientes casos:
-Estado mental “furiosus”
-Estado mental demens"
-Estado mental "mente-captus"
El furiosus era considerado como inimputable absoluta, a menos que
realizara el acto en un intervalo de lucidez mental.
En cuanto a los otros dos, se les consideraba las causas de la excitación o
de depresión con el fin de aplicarles atenuantes.
Para la medicina clásica se agrupaba en cuatro clases: los idiotas que es la
falta congénita de las facultades mentales. Los imbéciles que son aquellos a
quienes se les detienen el desarrollo mental, o desarrollo cerebral. Hay
factores exógenos como el alcoholismo, las drogas y otros psicotrópicos que
hacen que el cerebro se detenga en su desarrollo en cualquier edad.
Los maníacos, que son aquellos que padecen de alucinaciones, creencia de
sensaciones inexistente de los sentidos, especialmente la vista y los oídos.
Los alucinados creen oír voces que les hablan, ven fantasmas y hasta llegan
a decir que hablan personajes que han muerto muchos años atrás y sienten
unas androlatria por ellos. Padecen incluso de toxicofobia y creen sentir
venenos en sus comidas; creen en las falsas ilusiones que pueden ser
generales o "polimanías" o simplemente parciales o "monomanía".
El maníaco alberga ideas de personajes que les han abandonado, o ideas ya
obsoletas que desea actualizar a su manera y a su gusto para sentirse bien
ante la creencia de que todos los demás se las aceptan como ideas
maravillosas de su ingenio. Las ideas de maníaco flotan en su espíritu, sin
orden ni lugar como pensamientos incontrolables y dirigen su conducta con
tanta irresponsabilidad, por absurdas e incongruentes que sean. La manía
puede ser crónica, aguda, recurrente o continua.
En la manía recurrente, la causa puede durar días, semanas o meses, pero
algunas veces son de corta duración y el enfermo recobra la razón y aparece
como una persona nueva, distinta y hasta conciliador, virtudes estás que
desaparecerán luego para presentarse con el perfil de enfermo mental que
realmente es. Por su puesto que el maníaco es muy peligroso por cuanto se
convierte en un excelente esposito mito maníaco.
Finalmente la demencia se caracteriza por la incoherencia de leguaje, habla
sin tener conciencia de lo que dice; padece de una incongruencia que nunca
coordinan y lo ataca la amnesia.
Los artículos del Código Penal venezolano son muy claro al señalar lo
siguiente:
Artículo 62.- No es punible el que ejecuta la acción hallándose
dormido o en estado de enfermedad mental suficiente para privarlo de
la conciencia o de la libertad de sus actos.
Sin embargo, cuando el loco o demente hubiere ejecutado un hecho que
equivalga en un cuerdo a delito grave, el tribunal decretara la reclusión en
uno de los hospitales o establecimientos destinados a esta clase de
enfermos, del cual no podrá salir sin previa autorización del mismo Tribunal.
Si el delito no fuere grave o si no es el establecimiento adecuado, será
entregado a su familia, bajo fianza de custodia, a menos que ella no quiera
recibirlo.
Artículo 63.- Cuando el estado mental indicado en el artículo anterior
sea tal que atenúe en alto grado la responsabilidad, sin excluirla
totalmente, la pena establecida para el delito o falta se rebajara
conforme a las siguientes reglas:
En lugar de la de presidio, se aplicara la de prisión, disminuida entre dos
tercios y la mitad.
En lugar de la prisión, se aplicara la de arresto, con la disminución
indicada. Las otras penas divisibles se aplicaran rebajadas por mitad.

FACTORES PSIQUIÁTRICOS QUE INCIDEN SOBRE LOS AGENTES


DEL DELITO.
ALCOHOLISMO: Los médicos legales, Psiquiatras y psicólogos,
quienes son los que manejan la calificación de enfermedad mental, estado
mental transitorio, atenuación de la pena por responsabilidad mental
disminuida y la perturbación mental perturbación mental proveniente de la
embriaguez. el trastorno por abuso de alcohol con un modelo problemático
de consumo que provoca un deterioro o malestar clínicamente significativo y
que se manifiesta, al menos, por dos de los hechos siguientes en un plazo de
12 meses: consumo de alcohol con frecuencia en cantidades superiores o
durante un tiempo más prolongado del previsto; deseo persistente
o esfuerzos fracasados de abandonar o controlar el consumo de alcohol;
inversión de mucho tiempo en las actividades necesarias para conseguir
alcohol, consumirlo o recuperarse de sus efectos; ansias o un poderoso
deseo o necesidad de consumir alcohol; consumo recurrente de alcohol que
lleva al incumplimiento de los deberes fundamentales en el trabajo, la
escuela o el hogar; consumo continuado de alcohol a pesar de sufrir
problemas sociales o interpersonales persistentes o recurrentes, provocados
o exacerbados por los efectos del alcohol; abandono o reducción de
importantes actividades sociales, profesionales o de ocio; consumo
recurrente de alcohol en situaciones en las que provoca un riesgo físico; se
continúa con el consumo de alcohol a pesar de saber que se sufre
un problema físico o psicológico persistente o recurrente probablemente
causado o exacerbado por el alcohol; tolerancia, definida, a su vez, por la
necesidad de consumir cantidades cada vez mayores de alcohol para
conseguir la intoxicación o el efecto deseado o por una notable reducción de
los efectos tras el consumo continuado de la misma cantidad de
alcohol; abstinencia, manifestada por la presencia del síndrome de
abstinencia característico del alcohol o por el consumo de alcohol (o de
alguna sustancia muy similar, como una benzodiacepina) para aliviar o evitar
los síntomas de abstinencia. La concurrencia de 2 ó 3 síntomas determina la
calificación del abuso como leve, la de 4 ó 5 como moderado y la de  6 ó más
como severo. Considerando esa y otras referencias legales y doctrinales,
existe un cierto consenso a la hora de presentar a la embriaguez o
intoxicación etílica, genéricamente, como un estado fisiológico inducido por el
consumo excesivo de alcohol y que conlleva una perturbación, más o menos
extensa, del nivel de conciencia, de la cognición, de la percepción, del
estado afectivo, del comportamiento o de otras funciones y respuestas
fisiológicas o psicológicas, pudiendo llegar a provocar trastornos mentales de
diversa intensidad o, incluso, la incapacidad de comprender y determinarse.
Estas consideraciones son perfectamente aplicables a los términos
embriaguez o intoxicación contenidos en las normas que
estamos analizando. Cuestión distinta es la determinación de la clase
concreta de embriaguez que fundamenta, en cada uno de los tres textos
punitivos, la apreciación de la atenuante.
Farmacodependencia: Constituye un fenómeno derivado de la adicción de
un sujeto al consumo de una droga determinada, de la cual no puede
prescindir por cuanto presenta una gama de síntomas y signos, que
modifican su conducta, siendo conocido como síndrome de abstinencia.
Existe una clasificación de las drogas que producen dependencia, como son
las depresoras del sistema nervioso central, drogas estimulantes del sistema
nervioso central, drogas alucinógenas.
Dentro de esta gama de sustancias que pueden causar trastorno, nos
encontramos Alcohol, opioides, cannabioles, sedantes, hipnóticos, cocaína y
otros estimulantes como cafeína, alucinógenos, tabaco y disolventes
volátiles. Las cuales afectaran al individuo dependiendo de la dosis, tiempo
de consumo y del tipo de droga. En cuanto a la responsabilidad penal, va a
dependen del análisis psiquiátrico que determine el grado de afectación y
comprensión de sus acciones. Asimismo, el artículo 180 de la Ley Orgánica
de Drogas (2010), establece una gradación entre atenuantes, agravantes y
eximentes de responsabilidad al consumidor, siendo reputado como enfermo
y tratado como tal, ya que la referida norma establece un procedimiento por
consumo y la aplicación de medidas de seguridad.

Arrebatos de intenso dolor o conocido también como Trastornos


emocionales reactivos o de estrés, tal y como lo establece, nuestro código
penal en su Art. 67, hace referencia a la reacción del individuo inmerso en
una situación conflictiva, las cuales pueden ocasionar alteraciones en sus
psiquis, haciéndolos padecer de gran cantidad de síntomas y signos, siendo
que dichos trastornos pueden ser agudos o crónicos. Puede clasificarse en
tres maneras, la primera se refiere a la reacción aguda al estrés, siendo
definido por Francisco Verde y Yolanda Alvarado médicos psiquiatras (2006)
como “un trastorno transitorio de una gravedad importante que aparece
en un individuo sin otro trastorno mental aparente, como respuesta a
un estrés físico o psicológico excepcional, y que por lo general remite
en horas o días”. De lo antes transcrito se vislumbra que su duración es
poca, que obedece a una reacción a un evento traumático sufrido, logrando
volver a su condición previa, una vez superado el conflicto. Los trastornos
por estrés post traumático, se generan luego de que el individuo sufre algún
tipo de amenaza grave a su vida, a la de los familiares o los bienes, presenta
diversa sintomatología. Y por último los trastornos de adaptación, se derivan
de circunstancias estresantes de larga duración.

EL trastorno mental transitorio es una entidad psiquiátrica forense que puede


considerarse como eximente o atenuante de responsabilidad penal. Gisbert
Calabuíg, define esta entidad como “estados de perturbación mental
pasajeros y curables, debidos a causas ostensibles sobre una base
patológica probada, cuya intensidad llega a producir anulación del libre
albedrío, con su consiguiente repercusión en la imputabilidad”.

Características:

1. Desencadenado por una causa inmediata y de fácil demostración.

2. Aparición brusca o, por lo menos, rápida.

3. Duración breve.

4. Curación rápida, completa, sin secuelas y sin probabilidades de repetición.


5. Base patológica probada.

6. Anulación completa del libre albedrío e inconciencia u obnubilación


temporal.

Formas: Son dos:


1. No psicótico o incompleto.

2. Psicótico o completo.

En el trastorno mental transitorio incompleto o no psicótico, hay un estado


crepuscular de la conciencia. El juicio crítico sufre una obnubilación temporal.
Las funciones mentales superiores y el control de impulsos están
disminuidos. El paciente no recuerda partes (amnesia lacunar) o recuerda
poco (hipomnesia) de los hechos inmediatamente anteriores o posteriores al
trastorno. En el trastorno mental transitorio completo o psicótico hay un
estado de alienación mental, una psicosis. El juicio crítico sufre una
anulación pasajera. Las funciones mentales superiores están abolidas. El
individuo no recuerda nada del hecho y de lo que paso inmediatamente antes
o después del mismo. Base Patológica: Debe existir una predisposición. Esto
implica la razón por la cual no todas las personas, ante los estímulos
desencadenantes, reaccionan con un trastorno mental transitorio. Es un
deber del perito médico valorar el papel de esta predisposición.

Finalmente y a continuación, a los fines de ilustrar en función del tema en


desarrollo, citamos la siguiente sentencia de la Sala de Casación Penal:

“Sentencia Nº 152 de Tribunal Supremo de Justicia - Sala de Casación


Penal de 18 de Mayo de 2010”

DE LOS HECHOS

El Tribunal Primero de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Trujillo,
estableció los siguientes hechos:

…Producto del análisis de los testimonios de los ciudadanos que


declararon sobre hechos y circunstancias anteriores a los hechos
juzgados, a la luz del artículo 67 del Código Penal que consagra la
circunstancia de atenuación de la responsabilidad penal, cuando el
hecho punible es cometido en un momento de arrebato o intenso dolor,
determinado por una injusta provocación, norma esta suficientemente
interpretada por la jurisprudencia patria, traducida en literatura y
doctrina sobre el asunto, que también trajimos a colación para abonar
la valoración de las referidas pruebas, llegamos a la conclusión que la
tragedia del matrimonio R.B., fue el producto de un conjunto de hechos
y circunstancias relacionadas con las pasiones y sentimientos de los
seres humanos, que en momentos aciagos de la vida son víctima del
excesivo e incontrolable modo de asumir las circunstancias de la vida,
por cuanto, quedó demostrada la relación afectiva existente entre el
agente y la víctima, que se convirtió en tragedia, al producirse la
degeneración de tal sentimiento, que produjo la ruptura de la relación
de pareja, cuyas circunstancias desencadenantes posteriores fueron
asumidas y percibidas de manera diametralmente opuestas por los
sujetos de la relación delictual, ya que debemos asumir que la ruptura
del hecho del nexo marital con su esposo, no inhibía a A.G.B.Z. de
llevar una vida normal y mantener relaciones de cualquier naturaleza
con distintas personas, y así debió entenderlo, y así ocurrió de manera
objetiva.

Por su parte, J.E.R.T. sumido en un mundo de contradicciones,


inseguridad, conjeturas, depresiones, congojas y tristeza, observando
que su segundo matrimonio y con el su grupo familiar también se venía
a pique, se forjó la idea que las razones del alejamiento de su cónyuge,
se debió a que era pretendida por P.J.A.P., quien igual que él, laboraba
en la misma empresa propiedad de la familia de su esposa, entendiendo
la relación amistosa de esta con el referido ciudadano como un posible
romance, que constituye un secreto a voces entre sus viejos amigos,
amigas y familiares del círculo de su ciudad de origen, Boconó, Estado
Trujillo, pero que a pesar de la separación se mantuvo laborando en la
empresa hasta el día antes de ocurrir los hechos y que el día en que
estos ocurrieron se trasladó hasta la población de S.A. para traer
algunos enceres a petición de su cuñado M.B. y cuando cumplía tal
cometido, observó que su esposa tripulaba un vehículo conducido por
el ciudadano P.J.A.P., constituyendo tal circunstancia la provocación
suficiente que lo condujo en medio del estado emocional que le
provocó aquello a agredir a su cónyuge ocasionándole la muerte sin
comprender que la víctima seguramente no se comprendía con el
conductor del vehículo; pero que con su candidez y porque no, su
inocencia provocó tal reacción, lo que nos lleva a la convicción que
J.E.R.T. dio muerte a su cónyuge A.G.B.Z. bajo la circunstancia de
arrebato o intenso dolor por injusta provocación…

DE LA COMPETENCIA

El artículo 5 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia señala las


atribuciones que corresponden o competen a este M.T., y concretamente el
numeral 48, prevé la competencia para conocer de oficio, o a instancia de
parte, alguna causa que se encuentre cursando ante cualquier tribunal de
instancia para resolver si se avoca al conocimiento del mismo si lo estima
pertinente. Y en virtud de ser de naturaleza penal la causa sobre la que
recae la solicitud de avocamiento, corresponde a esta Sala de Casación
Penal pronunciarse sobre la misma.

FUNDAMENTOS DE LA SOLICITUD
Señala el solicitante que en fecha 27 de marzo de 2009, el Juzgado Primero
de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Trujillo, condenó al ciudadano
J.E.R.T., a cumplir la pena de quince (15) años y seis (6) meses de prisión,
por la comisión de los delitos de Homicidio Calificado y Porte Ilícito de Arma
de Fuego, previstos en los artículos 406, ordinal 3°, y 277 del Código Penal,
decisión contra la cual la víctima interpuso recurso de apelación, planteando
tres denuncias apoyadas en el artículo 452, ordinal 4°, del Código Orgánico
Procesal Penal.

Alega que el 20 de noviembre de 2009, la Corte de Apelaciones declaró con


lugar la apelación, decretó la nulidad de la sentencia condenatoria y ordenó
la celebración de un nuevo juicio oral y público contra el acusado,
contrariando lo dispuesto en el artículo 457 del Código Orgánico Procesal
Penal, el cual establece que si la Corte de Apelaciones declara con lugar el
recurso por alguna de las causales previstas en el numeral 1, 2, 3 del artículo
452, eiusdem, anulará la sentencia impugnada y ordenará la celebración de
un nuevo juicio y en los demás casos dictará una decisión propia sobre el
asunto con base en las comprobaciones de hecho ya fijadas por la decisión
recurrida.

Plantea el solicitante que según el artículo antes referido, la Corte de


Apelaciones, debió dictar una decisión propia con base a los hechos ya
establecidos por el Tribunal de Juicio, ya que las partes estaban conforme
con los hechos que resultaron probados en el debate oral y público, por
cuanto en el recurso de apelación sólo denunciaron “la aplicación del
derecho en algunas de esas comprobaciones de hecho y la falta de
aplicación en otra, por ello, resulta evidentemente contrario al debido proceso
que la Corte de Apelaciones ordene la celebración de un nuevo juicio…”.

Expresamente, el solicitante del avocamiento, señaló:


…La Corte de Apelaciones del Estado Trujillo ha debido dictar una
decisión propia con base en los hechos que quedaron demostrados en
el juicio oral y público, era evidente que las partes estaban conformes
con los hechos que resultaron probados en el debate, tan cierto es lo
dicho que ni la defensa ni el acusado recurrieron del fallo que dictaba
su condenatoria, por el contrario demostraron su conformidad con el
mismo al momento de la audiencia oral ante la Corte de Apelaciones; y
por otro lado, las víctimas y sus representantes sólo objetamos la
aplicación del derecho en algunas de esas comprobaciones de hecho y
la falta de aplicación en otra, por ello, resulta evidentemente contrario
al debido proceso que a Corte de Apelaciones ordene la celebración de
un nuevo juicio.

Sí la Corte de Apelaciones advirtió, como en efecto lo hizo, que era


errónea la aplicación de la norma contenida en el artículo
67 del Código Penal venezolano, así como era errónea la aplicación del
artículo 277 ejusdem y faltó aplicar a los hechos la agravante prevista
en el ordinal 11 del artículo 77 de la misma norma sustantiva penal, ha
debido dictar una decisión propia y ajustar los hechos ya comprobados
en juicio a las disposiciones sustantivas pertinentes, pero nunca
ordenar la celebración de un nuevo juicio y mucho menos sin
motivación alguna que justificara el resguardo de la inmediación y la
contradicción.

En el análisis de la primera denuncia, la Corte de Apelaciones evidencia


que la razón asiste al recurrente, en el sentido de que no medió injusta
provocación del sujeto pasivo que justificara el supuesto arrebato e
intenso dolor del agente y en consecuencia la aplicación del artículo
67 del Código Penal, coincide la Corte de Apelaciones con el recurrente
en advertir que hay unos hechos suficientemente probados que
evidencian la falta de provocación y en consecuencia el exceso en la
aplicación de la atenuante de la pena prevista en el mencionado artículo
67, declarando con lugar la denuncia como consecuencia de un análisis
pormenorizado de la sentencia del a quo.

Así mismo, la mencionada Corte de Apelaciones en el análisis de la


segunda denuncia planteada en el recurso afirma lo expuesto por el
recurrente en el recurso y expresamente en la sentencia: ‘Observando
esta Alzada, que ciertamente el Juez incurre, en la omisión de la
agravante consagrada en el ordinal 11 del artículo 77 del Código Penal,
omisión esta que atenta los derechos del imputado, el derecho a la
defensa y al debido proceso, en razón de ello, se declara con lugar la
presente denuncia. Así se decide…’.

Dicha denuncia fue planteada y atiende a unos hechos ya demostrados


en el debate, que en nada fueron controvertidos ante la Corte de
Apelaciones y que debían ser decididos emitiendo una sentencia propia
y no ordenando un nuevo juicio.

La tercera denuncia planteada en el recurso también encuentra eco en


la Corte de Apelaciones y es declarada CON LUGAR por ser evidente la
errónea aplicación de la norma prevista en el artículo 277 del Código
Penal, no siendo en ese caso necesario debatir nuevamente los hechos
por cuanto ya estaban plenamente probados y constaban sin lugar a
dudas razonables en las actas del debate….

Agrega el solicitante que la sentencia de la Corte de apelaciones y su


evidente subversión al debido proceso expone la buena imagen del Poder
Judicial, al cual recurrieron las víctimas en búsqueda de oportuna y
adecuada respuesta y contrariamente consiguieron una decisión que retarda
de manera injustificada el proceso con una respuesta que no se adecua al
ordenamiento jurídico vigente.

Indican que la solicitud de avocamiento obedece a la ausencia de recursos


que restituyan el orden procesal vulnerado, toda vez que contra la decisión
de la Corte de Apelaciones de anular la sentencia condenatoria y ordenar la
celebración de un nuevo juicio oral y público, no procede el recurso de
casación.

Finalmente, solicita que: “para garantizar la oportuna respuesta requerida se


remita el expediente a un Circuito Judicial Penal distinto a el del Estado
Trujillo a los fines de evitar las previsibles inhibiciones de los jueces
profesionales de la única Corte de Apelaciones del Estado Trujillo, la
designación de sus suplentes para decidir la futura inhibición y el posterior
avocamiento de éstos sobre la causa…”.

FUNDAMENTOS PARA DECIDIR

El avocamiento es una institución jurídica de carácter excepcional que le


otorga al Tribunal Supremo de Justicia, en todas sus Salas, la facultad de
solicitar, en cualquier estado de la causa, bien de oficio o a instancia de
parte, el expediente de cuyo trámite esté conociendo, a cualquier tribunal,
independientemente de su jerarquía y especialidad y, una vez recibido,
resolver si asume directamente el conocimiento del caso, o en su defecto, lo
asigna a otro tribunal.

La Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, establece que el


avocamiento procederá sólo en casos graves o de escandalosas violaciones
al ordenamiento jurídico, que perjudique ostensiblemente, la imagen del
Poder Judicial, la paz pública, la decencia o la institucionalidad democrática
venezolana y se hayan desatendido o mal tramitado los recursos ordinarios o
extraordinarios que los interesados hubieren ejercido (artículo 18, aparte
11vo).

En el presente caso, el solicitante del avocamiento alega que la Corte de


Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Trujillo, vulneró el debido
proceso, por cuanto al declarar con lugar el recurso de apelación propuesto
por la víctima, de conformidad con el artículo 452, ordinal 4°, del Código
Orgánico Procesal Penal, no podía anular el fallo apelado y ordenar la
celebración de un nuevo juicio oral y público, sino que dando cumplimiento a
lo dispuesto en el artículo 457 eiusdem, lo procedente era que dictara una
decisión propia sobre el asunto con base en las comprobaciones de hecho
ya fijadas en la decisión de la primera instancia.

El solicitante acompañó su petición de avocamiento con copias certificadas


del expediente, de las cuales se observa lo siguiente:

El Tribunal Primero de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Trujillo, el
27 de marzo de 2009, condenó al acusado J.E.R.T., a la pena de quince (15)
años y seis (6) meses de prisión por la comisión de los delitos de Homicidio
Calificado, con la atenuante del arrebato e intenso dolor, y Porte Ilícito de
Arma de Fuego, previstos en los artículo 406, ordinal 3°, en relación con
el 67, y 277 del Código Penal.

Contra esta decisión interpuso recurso de apelación la abogada B.Z.B.Z., en


su condición de víctima por ser hermana de la fallecida A.G.B. DE ROSARIO.
En dicho recurso planteó tres denuncias: La primera, referida a la errónea
aplicación del artículo 67 del Código Penal, señalando que los hechos
probados demuestran que no hubo una injusta provocación por parte de la
víctima que desencadenara el arrebato e intenso dolor del acusado. En la
segunda denuncia se alega la falta de aplicación del artículo 77, ordinal 11,
eiusdem, aduciendo la impugnante que el juzgador, a pesar de haber
establecido que el acusado dio muerte a su hermana utilizando un arma de
fuego, no aplicó la agravante prevista en dicha disposición legal, la cual fue
objeto de acusación privada. En la tercera y última denuncia, se planteó la
errónea aplicación del artículo 277 ibídem, argumentando que el
sentenciador condenó al acusado por el delito de Porte Ilícito de Arma de
Fuego, a pesar de no constar en autos la experticia sobre el arma de fuego
por no haber sido colectada.

La Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Trujillo,


integrada por los jueces BENITO QUIÑONEZ ANDRADE, L.R. DÍAZ
RAMÍREZ (ponente) y A.M.M., en fecha 20 de noviembre de 2009, declaró
con lugar el recurso de apelación propuesto por la víctima, anuló la sentencia
dictada por el Tribunal Primero de Juicio del mismo Circuito Judicial y ordenó
la celebración de un nuevo juicio oral y público en contra del acusado.

La Corte de Apelaciones declaró con lugar la primera denuncia por


considerar que:

“…no está probada la injusta provocación, por parte de la víctima hacia


el ciudadano J.E.T. (sic), pues si observamos las declaraciones de uno
de los testigos presenciales, no se desprende que haya habido injusta
provocación, pues el simple hecho de haber estado acompañado de su
hija y demás amistades, en la parte trasera del vehículo que tripulaba el
ciudadano J.A.P., el día en que ocurrieron los hechos, no es motivo
suficiente, para determinar si dicha acción desplegada por la víctima, la
hizo con intención de provocar al ciudadano J.E.T. (sic): no obstante a
ello, se desprende de la declaración dada por la ciudadana A.M.A.G.,
testigo presencial de los hechos que a ciudadana A.G.B. deT. (sic), al
parecer venía de la ciudad de Barquisimeto, acompañada de su hija y
demás compañeros de la Empresa donde labora, de la cual al llegar se
encuentra de frente al ciudadano J.E., quien se acerca al vehículo tipo
camioneta preguntando en donde estaba su hija, donde al parecer, se la
lleva y posteriormente acciona el arma contra la humanidad de A.G.B.,
no considerando la Alzada, que la víctima haya incurrido en injusta
provocación, pues la provocación según la doctrina es la excitación o
reacción contra un hecho ofensivo, un hecho provocador, las violencias
o injurias reales, los golpes, los ultrajes al pudor, los ataques, no
observándose en el contenido de la sentencia, que los testigos hayan
presenciado actos como estos al momento de ocurrir los hechos, en tal
sentido, consideramos, que la acción desplegada por la víctima en el
presente caso, hayas estado enmarcada en la injusta provocación, por
lo que, no compartimos el criterio del juzgador, al aplicar dicho
dispositivo legal a favor de J.E.R.T., haciendo ver esta Alzada, que
actuó bajo la circunstancia de arrebato e intenso dolor, por injusta
provocación, cuando esto no fue lo que se probó en el debate oral y
público, en consecuencia, estamos de acuerdo, que hubo errónea
aplicación de la norma y a tal efecto, se declara con lugar, la presente
denuncia. Así se declara.

En relación a la segunda denuncia, la recurrida expresó lo siguiente:

…Observando esta Alzada que ciertamente el juez incurre en la omisión


de la agravante consagrada en el ordinal 11 del artículo 77 del Código
Penal, omisión esta que atenta los derechos del imputado, el derecho a
la defensa y al debido proceso, en razón de ello, se declara con lugar la
presente denuncia. Así se decide….
Finalmente, la Corte de Apelaciones al conocer la tercera denuncia
planteada por la impugnante, señaló:

…En lo que respecta al señalamiento hecho por el recurrente en su


última denuncia, basada en la errónea aplicación del artículo
277 del Código Penal, por cuanto no consta en el proceso la experticia
del arma de fuego.

Al respecto cabe destacar que revisado como han sido las actas
procesales, no consta el acto de imputación formal, por el delito de
porte ilícito de arma de fuego, previsto y sancionado en el artículo
277 del Código Penal, ni tampoco consta acto conclusivo presentado
por el Ministerio Público, por ser el titular de la acción penal, conforme
el artículo 11 del texto adjetivo penal, en los delitos de acción pública,
ni en el auto de apertura a juicio, que el ciudadano J.E., haya sido
acusado por ese delito, razón por la cual, esta Corte no comparte el
criterio sostenido por el ad quo, al señalar en su sentencia que el
referido ciudadano, queda condenado por el delito de Porte Ilícito de
Arma de Fuego, en consecuencia declaramos con lugar la presente
denuncia, concluyendo que lo procedente aquí es declarar con lugar el
recurso interpuesto por la abogada B.Z. BRICEÑO ZAMBRANO, (…) y
en consecuencia se ANULA la decisión proferida y se ordena la
celebración del juicio oral ante un juez distinto al que la pronunció, de
conformidad con lo establecido en el artículo 457 del Código Orgánico
Procesal Penal. Así se declara…

Ahora bien, el artículo 457 del Código Orgánico Procesal Penal, establece lo
siguiente:

Decisión. Si la decisión de la Corte de Apelaciones declara con lugar el


recurso por alguna de las causales previstas en los numerales 1, 2 y 3
del artículo 452, anulará la sentencia impugnada y ordenará la
celebración del juicio oral ante un juez en el mismo Circuito Judicial,
distinto del que la pronunció.
CONCLUSIÓN

La presencia de profesionales de Psiquiatría forense, que evalúen la


conducta, ostenta especial magnitud a la hora de desvirtuar, si el sujeto
activo posee conducta antijurídica, y ostenta la capacidad suficiente para
responsabilizarse de su accionar, bien por padecer una anomalía psíquica o
una alteración de la percepción desde el nacimiento o la infancia, o bien por
actuar en estado de intoxicación plena por consumo de bebidas alcohólicas o
sustancias estupefacientes, o bajo el síndrome de abstinencia por la
dependencia de tales sustancias.. Tal intervención es precisa para ilustrar al
juzgador sobre la presencia de tales situaciones e ilustrar sobre su influencia
en la capacidad de comprensión del carácter ilícito de su comportamiento o
de determinar su voluntad en aras a evitar la comisión del hecho punible. La
enfermedad mental es aquella que es capaz de alterar al hombre en su
coexistencia con los demás y en la construcción de su mundo. Existen
diversas teorías para tratar de explicar que produce la enfermedad mental,
estados de perturbación mental pasajeros y curables, debidos a causas
ostensibles sobre una base patológica probada, cuya intensidad llega a
producir anulación del libre albedrío, No hay una definición clara y concisa de
enfermedad mental que englobe a sus múltiples variedades y características;
diferentes opiniones de reconocidos especialistas quienes todos concluyen y
opinan, que éstas son psicológicamente específicas del hombre; López Ibor
la define como: El ser humano, por aquella riqueza y singularidad de su
posición ante el mundo, es por lo que es capaz de enfermar de ese modo
extraño y personal que es la enfermedad mental.

El alzhéimer, es un trastorno mental generalmente severo que desorganiza la


personalidad, incapacita psicológicamente al sujeto y lo desconecta del
mundo real al tomar por verdaderas sus propias producciones mentales
patológicas (alucinaciones, ideas delirantes, etc.). Otro rasgo distintivo del
paciente, es que carece de conciencia de enfermedad mental o insight, es
decir, no se considera enfermo. En consecuencia, la intervención de la
Psiquiatría Forense en el campo jurídico sobre todo en el derecho penal es
de gran importancia, en virtud, de que a través del informe psiquiátrico y
psicológico forense el operador de justicia podrá declarar la imputabilidad o
no de un individuo en determinado hecho punible, para afrontar el proceso
penal y su consecuencia jurídica de ser hallado responsable. Siendo que a
través del diagnóstico dado, el juez podrá llegar a tres decisiones posibles,
en primer lugar, de determinarse que la capacidad de: Juicio, raciocinio y de
actuar libremente están conservadas habrá imputabilidad y se aplicará la
pena en su totalidad, sí está atenuada habrá imputabilidad disminuida y se
tomará como eximente incompleta de la responsabilidad para atenuar la
pena y sí la capacidad está nula, el Juez declarará la inimputabilidad del
sujeto y aplicará una medida de seguridad en vez de una pena.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alberto, A, Sánchez. (2006). Derecho Penal Venezolano. Decima edición:


Caracas, Venezuela.

Dr. Dennis A, Castro/ Dra. Arema Dickerman de Castro. (1994), La medicina


Legal / Psiquiatría Forense, Psicogenesis Delictiva.

Carnelutti, P. (1997). La Prueba Civil. Editorial Acayú, Buenos Aires

Código Orgánico Procesal Penal, (2012) publicado en Gaceta Oficial Nº


6.078 de fecha 15 de junio.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Diciembre 30)


Gaceta Oficial Nº 5.453 (Extraordinario).

Cabanellas, G. (1976). Diccionario de derecho usual. Buenos Aires,


Argentina: Ed. Heliasta, S.R.L.

Echandia, H. (1987), Biblioteca Jurídica, Edición Colombiana, Tomo II

Florian, E.(1990), De las Pruebas Penales, Tomo I. Editorial Temis- Colombia

Pabón, P. (2013), Manual de Derecho Penal, Tomo 1 y 2, Editorial, Doctrina


y Ley.

Ignacio José SUBIJANA ZUNZUNEGUI (1997), La Depresión y otros


Trastornos psiquiátricos. Editorial Academia de Medicina legal de Mexico.

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