Derecho Objetivo y Derecho Subjetivo

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Derecho objetivo y Derecho subjetivo.

1. Definir derecho objetivo y derecho subjetivo.

2. Fuentes de los derechos subjetivos.

3. Condiciones de validez.

4. Diferencia entre acto y acta.

5. Definir contratos. Requisitos y clasificación.

6. Relatividad de los efectos de los contratos.

7. Definir bienes muebles e inmuebles.

8. Derechos reales y derechos personales o de crédito.


DESARROLLO
1- Definir derecho objetivo y derecho subjetivo.

Se entiende por derecho objetivo al conjunto de normas,


ordenanzas y leyes que prescriben una obligación, es decir, que
imponen una conducta o resolución legal a una situación o personas
determinadas. Son las formas jurídicas que imponen a las
sociedades obligaciones activas (obligación de hacer) o pasivas
(obligación de no hacer). Se distingue del derecho subjetivo.

El derecho objetivo, en tanto derecho coercitivo, es decir, que


genera obligaciones, puede tener dos orígenes:

El derecho natural. Que es el conjunto de derechos derivados


de la propia condición humana.

El derecho positivo. Que responde en cambio al


ordenamiento jurídico específico de una nación, impreso en su carta
magna o su documento fundamental.

Son manifestaciones del derecho objetivo:

Lo establecido en la Constitución Nacional de cada país.

Los códigos penales, civiles y de orden público que rigen la


conducta cotidiana de los ciudadanos.

Las leyes militares que se imponen a una nación durante un


evento bélico y que obligan a la defensa de la patria.

Las normativas de tránsito, responsabilidad fiscal, etc.


Cuando hablamos de derecho subjetivo, nos referimos al
conjunto de potestades, libertades y facultades jurídicas que poseen
los individuos. Se sustentan en cualquier razón admisible en
derecho como la naturaleza, el acuerdo mutuo (contratos) o el
ordenamiento jurídico (derecho objetivo).

El derecho subjetivo nace de una ley o un contrato, a través del


cual alguien adquiere un derecho sobre algo o sobre alguien, por
mutuo acuerdo y siempre dentro del conjunto de obligaciones que
contempla el marco jurídico de la nación. Visto así, se trata de las
funciones o las derivaciones del derecho objetivo.

Existen tres formas distintas de clasificar el derecho subjetivo,


atendiendo a criterios diferentes:

Según la conducta debida, el derecho subjetivo será:

A la conducta propia. Cuando permite hacer u omitir


acciones.

A la conducta ajena. Cuando permite exigir una conducta


positiva (hacer algo) o pasiva (dejar de hacer algo).

Según su efecto, el derecho subjetivo será:

Relativo. Cuando se hace valer un derecho frente a otra


persona o personas identificadas concretamente.

Absoluto. Cuando se hace valer un derecho ante el conjunto


de la sociedad.

Según su régimen jurídico, el derecho subjetivo será:


Público. Cuando se trata de facultades que se hacen valer
frente al Estado y representan los límites que éste se impone a sí
mismo.

Privado. Cuando se trata de facultades que se hacen valer


frente a particulares, se ejerce en relaciones con terceros, o frente al
Estado actuando no como ente soberano, sino como un actor
jurídico más.

Son ejemplos de derecho subjetivo:

La libertad de expresión y/o de culto.

Los derechos familiares que establecen vínculos entre los


ciudadanos.

El derecho a la propiedad, al libre ejercicio de la política, a la


libre asociación, etc.

Los derechos de autor, los derechos comerciales (compra-


venta, etc.).

2- Fuentes de los derechos subjetivos.

La facultad o posibilidad de obrar. El derecho subjetivo se


ejerce en la sociedad y, por tanto, entre sujetos.

La obligación: se estructura en un sujeto activo o titular de la


facultad o derecho, y en un sujeto pasivo sobre el que recae la
obligación. Esta obligación puede consistir en hacer o no hacer algo,
o en abstenerse de obrar.
La norma: junto con la facultad y la obligación, es la que
establece esa correlación. El derecho subjetivo se basa siempre en la
norma.

3- Condiciones de validez.

Capacidad legal

Se refiere a la aptitud jurídica que tiene un individuo para ser


sujeto de derechos y obligaciones. En otras palabras, se entiende
como la capacidad de goce y de ejercicio, desde el punto de vista de
la ley.

Los menores de edad no son capaces de ejercicio, así como


las personas mayores de edad con algún tipo de discapacidad
intelectual, motriz, sensorial o emocional.

Ausencia de vicios en el consentimiento

Para que un contrato sea válido no deben existir vicios en el


consentimiento. Este tipo de inconvenientes viene dado por errores
de nulidad, violencia o dolo.

Los errores de nulidad son concepciones erradas que


sobresalen a la luz del contrato. En ese sentido, se definen los
términos del acuerdo según malentendidos entre las partes, o
definiciones equivocadas en el contrato.

La violencia también es considerada como un vicio en el


consentimiento. Siempre que el libre albedrío de las partes se vea
coaccionado por el empleo de la fuerza física o de amenazas, el
contrato pierde validez.

Por su parte, el dolo es cualquier medio fraudulento utilizado


con la intención de perjudicar, estafar, confundir o engañar
deliberadamente a la contraparte, al momento de firmar un
contrato.

Objeto lícito

El objeto de un contrato es el bien material sobre el cual se


realiza el contrato. Por ejemplo: si se trata de un contrato de
compraventa de un vehículo, el objeto del contrato será el automóvil
en cuestión.

El acto jurídico versa sobre el objeto del contrato, y el origen


de este objeto debe ser lícito, es decir, debe estar dentro del marco
de la ley.

Causa lícita

Se entiende como el propósito o la finalidad del contrato. Por


ejemplo: en un contrato laboral, la causa del contrato radica en
delimitar los términos de la relación entre el trabajador y el patrono.

Análogo al caso anterior, la causa del contrato debe ser


cónsona con las restricciones de ley. De lo contrario, el contrato no
tendrá validez alguna.

4- Diferencia entre acto y acta.


Acto se refiere a la acción, al momento en que se actúa, a la
firma del documento, a la comparecencia, etc.

Acta, como tal, es el documento en que quedan reflejados los


actos, las "acciones", los votos y todo lo relacionado con la reunión,
la comparecencia o lo que sea.

5- Definir contratos. Requisitos y clasificación.

Se denomina contrato a un documento legal que expresa un


acuerdo común entre dos o más personajes capacitadas para ello
(conocidas como las partes del contrato), que se obligan en virtud
de este documento hacia una determinada finalidad o cosa, cuyo
cumplimiento debe darse de manera siempre bilateral, o de otro
modo el contrato se dará por roto e inválido.

Requisitos

Consentimiento: es el acuerdo de voluntades sobre la materia


objeto de contrato que se manifiesta por el concurso de la oferta y
la aceptación.

El objeto cierto que sea materia de contrato es uno de los


elementos esenciales para la validez del contrato. El objeto de
contrato no es tanto la prestación pactada, que se identifica con el
objeto de la obligación que se crea, modifica o extingue con el
contrato, sino más bien un bien susceptible de valoración que se
corresponde con un interés de los contratantes. Es decir, el objeto
materia de contrato es la intención perseguida por las partes con la
celebración del negocio jurídico.
La causa del contrato hace referencia a la causa jurídica del
mismo y no al motivo personal de cada uno de los contratantes para
celebrar el negocio jurídico. Es uno de los elementos sin el cual éste
es nulo.

Clasificación

Los contratos pueden clasificarse en:

Unilaterales y bilaterales. Los contratos serán unilaterales


cuando una sola de las partes involucrada sea la que adquiera las
obligaciones, mientras que en los bilaterales ambas partes adquieren
obligaciones de recíproco cumplimiento.

Onerosos y gratuitos. Los contratos onerosos son aquellos en


los que hay gravámenes y beneficios recíprocos entre las partes, y a
la vez ambos emprenden una cierta cuota de sacrificio, como en el
caso de las compra-ventas. Los gratuitos, en cambio, brindan el
beneficio para una sola de las partes, dejando a la otra las
obligaciones, como en los contratos de comodato.

Conmutativos y aleatorios. Esta clasificación aplica sólo a los


contratos bilaterales, ya que los conmutativos son aquellos en que
las prestaciones comprometidas por las partes son ciertas desde que
se celebra el acto jurídico, como en la venta de un inmueble. En los
aleatorios, en cambio, la prestación dependerá de algún evento
futuro o fortuito, como los testamentos.

Principales y accesorios. Los contratos principales son piezas


autónomas de jurisprudencia, no dependen de nadie, mientras que
los contratos accesorios son suplementarios a un contrato principal
del que dependen.

Instantáneos y de tracto sucesivo. Los contratos instantáneos o


de tracto único son los que se cumplen al instante mismo de
celebrarse, mientras que los sucesivos se cumplen en un período
determinado y que puede o no ser periódico, con interrupciones o
intermitentes, según mutuo acuerdo de las partes.

Consensuales y reales. Los contratos consensuales son


aquellos en los que el acuerdo manifiesto de las partes basta y sobra
para establecer el acuerdo; mientras que los contratos reales
concluyen cuando una parte entregue a la otra la cosa sobre la que
verse el acuerdo.

Privados y públicos. Esta clasificación depende de si se trata


de si las personas que lo suscriben son entidades privadas (terceros),
o si se trata de una contratación con el Estado, respectivamente.

Formales, solemnes o no solemnes e informales. Los contratos


son formales cuando la ley ordena que el consentimiento entre las
partes se manifieste por un determinado medio para validar el
acuerdo, y serán informales cuando ello no fuere necesario. Al
mismo tiempo, los contratos formales serán solemnes cuando
requiere además de ciertos ritos para cobrar vigencia (como el
matrimonio) y no solemne cuando no lo requiera.

Nominados y atípicos. Los contratos nominados o típicos son


aquellos previstos y regulados por la ley, mientras que los
innominados o atípicos pueden ser híbridos entre varios contratos o
acaso formas novedosos del mismo, aún no contempladas en algún
código legal respectivo.

6- Relatividad de los efectos de los contratos.

Según este principio jurídico, la eficacia del contrato es relativa:


éste sólo produce efectos entre las partes contratantes. Así se expresa
con la locución «res inter alios acta tertiis nec nocet nec prodest» (lo
convenido entre unos ni perjudica ni aprovecha a terceros). Ahora
bien, los derechos y obligaciones nacidos de un contrato son
transmisibles por herencia, salvo que, por su naturaleza, por pacto o
por ley sean intransmisibles. En todo caso, los herederos de un
contratante no son parte en el contrato hasta que se opera la
transmisión hereditaria.

7- Definir bienes muebles e inmuebles.

Los bienes muebles son aquellos que pueden trasladarse


fácilmente de un lugar a otro, pero que no solemos llevar encima
cuando nos desplazamos. Los bienes muebles deben tener la
característica de mantener su integridad completa y la del inmueble
en el que se ubican. Por ejemplo, en este caso hablamos de
mobiliario de un lugar, de los vehículos, la decoración, los aparatos
electrónicos, los productos a la venta, etc.

Los bienes inmuebles son aquellas posesiones que están


anclados al suelo, por lo que también se les denomina bienes raíces.
Están unidos de forma inseparable al terreno por lo que en este
grupo englobamos a las parcelas, las casas, o las naves industriales.
Así pues, se diferencian de los anteriores en que no podemos
separarlos del terreno sin ocasionar daños a dichos bienes.

8- Derechos reales y derechos personales o de crédito.

Un derecho real es el poder jurídico que permite a su titular


tener poder y obtener ventajas económicas de una cosa frente a
todos. Es decir, el resto de personas no debe hacer uso ni disfrute
de esa cosa. Los derechos reales tratan, por lo tanto, las relaciones
jurídicas que se crean entre las personas y los bienes.

Algunos ejemplos de derechos reales son: el derecho de


propiedad (es el derecho sobre el bien por excelencia, ya que
permite usar, disponer y percibir frutos de la cosa), la posesión, el
dominio, el usufructo, el uso y la habitación, la servidumbre y la
hipoteca inmobiliaria, entre otros.

Características de un derecho real

Los derechos reales están caracterizados principalmente por


dos aspectos:

El carácter inmediato y directo (reipersecutoriedad), que


relaciona a la persona con la cosa sin necesidad de la intervención
de ninguna otra persona que haga de intermediario.

El carácter absoluto y excluyente (erga omnes), debido a que


puede imponerse frente a todos.
El derecho personal, en cambio, permite a su titular reclamar
de determinada persona la prestación de un hecho ya sea negativo o
positivo que puede consistir en un daré (transmitir el domino sobre
algo) o prestare (realizar un acto sin inmediatas consecuencias
visibles, como cuando se garantiza una deuda ajena o cuando uno
se hace responsable de cuidar de un objeto o se declara dispuesto a
posponer el cobro de un crédito). Estos derechos personales son
correlativos a un deber individual por parte del deudor.

El derecho personal es la prestación de una cosa, hecho o


abstención. Consecuentemente, en el derecho de crédito o personal
el objeto es una prestación del adeudado. Los derechos personales
son relativos, ya que únicamente pueden ser efectivos contra
determinados sujetos que estén ligados por una relación jurídica.

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