Obras de Misericordia
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Obras de Misericordia
Observamos
https://www.youtube.com/watch?v=DRYTFyH7zbg
https://www.youtube.com/watch?v=PnDIR_cEoKQ&feature=emb_logo
OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES
Esta obra de misericordia consiste en brindar un buen consejo a la persona que te lo pida o lo quiera o de
verdad lo necesite. Para ello quien pretenda dar un buen consejo debe, primeramente, estar en sintonía con
Dios. Sólo así su consejo podrá ser bueno. No se trata de dar opiniones personales, sino de aconsejar bien al
necesitado de guía.
3) Corregir al que está en el error:
Esta obra de misericordia se refiere sobre todo en corregir a la persona que se encuentra en el pecado, no a
cualquier tipo de error. Hay que hacerlo desde la humildad y desde el amor: desde la humildad, reconociendo
que también nosotros nos equivocamos y desde el amor, no para herir al hermano sino para ayudarle y
dignificarle.
4) Perdonar las injurias y ofensas:
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I.E. VICTOR MANUEL MAURTUA – PARCONA – ICA
PROGRAMA DE APRENDIZAJE REMOTO POR EL ESTADO DE EMERGENCIA SANITARIA 2020
Es una obra de misericordia que nos invita a la oración por los demás, estén vivos o muertos. Cuando oras
por alguien te solidarizas con él, lo quieres como a ti mismo. Orar por los demás te hace bien a ti mismo,
porque te ayuda a amar y te compromete para hacer realidad, en la medida de tus fuerzas, aquello que pides.
Los difuntos que están en el Purgatorio dependen muchísimo de nuestras oraciones. Es una buena obra
rezar por éstos para que sean libres de sus pecados.
7 OBRAS DE MISERICORDIA CORPORALES
Las obras de misericordia corporales consisten
especialmente en dar de comer al hambriento, dar
techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los
enfermos y a los presos, enterrar a los muertos (cf Mt
25, 31-46). Entre estas obras, la limosna hecha a los
pobres (cf Tb 4,5-11; Si 17, 22) es uno de los
principales testimonios de la caridad fraterna: es
también una práctica de justicia que agrada a Dios (cf
Mt 6, 2-4) . (Catecismo)
1. Visitar a los enfermos.
Nuestros hospitales están llenos de enfermos
olvidados por sus familiares, o bien, personas que por
la lejanía con el centro hospitalario, no reciben visita
alguna. Es bueno dar dinero para los necesitados, pero que bueno es darnos nosotros mismos.
Compartamos de nuestro tiempo con ellos y llevémosles una palabra de aliento, un rato de compañía a esos
cristos en su monte de los olivos.
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I.E. VICTOR MANUEL MAURTUA – PARCONA – ICA
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