El Carácter de La Mujer Virtuosa - PDF Versión 1 PDF
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GRANDEZA COMPETITIVA
Estar en la mejor forma, cuando se necesite lo mejor de ti. Saber
disfrutar de un desafío difícil.
EQUILIBRIO
Ser como eres: desenvuelto en cualquier situación. Nunca pelees
contra ti mismo.
CONFIANZA
Nace del estar preparado y mantener todas las cosas en la
perspectiva correcta.
CONDICIÓN
Mental Moral Física.
Deben tomarse en cuenta el descanso, el ejercicio y la dieta. Practica
la moderación. El libertinaje debe eliminarse.
HABILIDAD
Conocimiento de las cosas esenciales y destreza para hacerlas, de
una manera apropiada y rápida. Estar preparado y cubrir cada
pequeño detalle.
ESPÍRITU DE EQUIPO
Una genuina consideración por los otros. Un anhelo de sacrificar
intereses y gloria personales por el bienestar de todos.
CONTROL DE SÍ MISMO
Practica la disciplina personal, y mantén las emociones bajo control.
Son indispensables el buen juicio y el sentido común.
ESTAR ALERTA
Ser un constante observador. Mantener la mente abierta. Anhelar
aprender y ser mejor. Hay que estar constantemente vivo y alerta, a
la búsqueda de formas de superarse.
INICIATIVA
Cultivar la habilidad de pensar y tomar decisiones solo. No tener
temor de fracasar, mas bien aprender de ello.
APLICACIÓN
Fijar una meta realista. Concentrarse en los logros y resistir todas las
tentaciones con perseverancia y determinación.
LABORIOSIDAD
No existe substituto por el trabajo. Los resultados que valen la pena
provienen del trabajo intenso y de una cuidadosa planificación.
AMISTAD
Nace de la estima, del respeto y de la dedicación mutuos. Como en
el matrimonio, no se debe dar por sentado sino que requiere un
esfuerzo unido.
LEALTAD
Hacia ti mismo y hacia todos aquellos que dependen de ti.
Respetarse a uno mismo.
COOPERACIÓN
Con todos los niveles de tus compañeros de trabajo. Escuchar si se
desea que otros nos escuchen.
No buscar lo que le conviene a uno, sino lo que es mejor para todos.
ENTUSIASMO
Puede haber roces con quienes se entra en contacto. Se debe
realmente disfrutar de lo que se hace.
Entusiasmo
Se pueden producir roces con quienes se entra en contacto. Se debe realmente
disfrutar de lo que se hace.
Laboriosidad
No existe substituto para el trabajo. Los resultados que valen la pena provienen de
trabajar con dedicación y de planear con cuidado.
P roverbios 31:14 nos dice que la mujer virtuosa «es como nave
de mercader, trae su pan de lejos». Sin desanimarse por la falta
de víveres en la región, al final encontraba lo necesario para
abastecer a su familia.
En esa época no existían los supermercados. Dar de comer a su
familia era una tarea dura. Pero ella no se desanimaba ante la
escasez. Persistía en seguir buscando hasta que encontraba el
alimento que deseaba. Además de traer comida de lejos, compraba
campos, los sembraba, hacía el lino y la lana, confeccionaba prendas
y ayudaba a los pobres. Siempre estaba ocupada. Se levantaba
temprano cada día para poder cumplir con su tarea.
La laboriosidad fue la ley desde el principio. Aunque la
humanidad tiene la huella de la caída, hay una promesa de bendición
para aquellos que no son perezosos. Dios enseña a su pueblo a
trabajar seis días por semana. Tenemos que trabajar para poder
comer. «Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma» (2
Tesalonisenses 3:10).
Cuando Dorcas murió (Hechos 9) toda la comunidad lloró. ¿Saben
por qué? Le guardaron duelo porque durante su vida había trabajado
muy duro. Había confeccionado ropa para muchas personas.
¿Te oigo decir que ya has colocado ese segundo bloque en tu
ascenso personal hacia el éxito? ¿Estás siempre ocupada y trabajas
mucho? Esto es un buen comienzo. Pero necesitas más que
actividad. La organización debe orientar la laboriosidad. Un niño de
dos años puede vaciar laboriosamente todos los cajones de la casa,
pero ¿con que propósito? Un plan bien pensado nos ayudará a evitar
andar en círculos, le dará un propósito a nuestra labor.
Si pasamos un tiempo juntas, nos vamos a dar cuenta de si eres o
no una persona bien organizada. Si tu casa está desarreglada y tu
vida desordenada, indicaría que tu alma probablemente también está
en desorden. Una vida ordenada habla de un alma ordenada.
¿Han observado que la mayoría de las mujeres activas en la iglesia
y en la comunidad son las que suelen tener sus casas más prolijas?
Estas mujeres han aprendido a aprovechar cada minuto. La
organización y la planificación bien pensada son el secreto.
La laboriosidad debe incluir el equilibrio. No vamos a poder evitar
interrupciones en nuestro bien planeado programa de trabajo.
Tendremos que ir ajustándonos según el desarrollo del día (lo más
urgente debe hacerse primero). El polvo sobre el piano puede
esperar, mientras le damos prioridad a un paseo con un hijo; el
montón de ropa para planchar no se moverá mientras nos vamos a
nadar; la canasta de ropa para remendar va a sobrevivir a los colores
del otoño; y los platos sin lavar son menos importantes que pasar
una hora tranquila, sentada junto a la estufa en una noche fría de
invierno. Pero asegurémonos de que esas interrupciones no sean
excusas.
El conocimiento es tan importante como la organización en la vida
laboriosa. Si nuestras familias deben comer una dieta balanceada,
tenemos que aprender en qué consiste una buena dieta. ¡Y aprender
también da trabajo!
La encantadora mujer de Proverbios 31 no tenía facilidades para ir
a comprar comida como las tenemos nosotras hoy. Ella misma
plantaba las semillas, o mandaba a buscar las provisiones desde muy
lejos. (¿Ustedes piensan que hubiera ido al servicio de comida
rápida a buscar hamburguesas para la cena, si tal cosa hubiera
existido?)
Cuando utilizamos el conocimiento realizamos mejor el trabajo.
Algunas personas parece que siempre reciben ofertas de trabajo. No
andan en busca de trabajo. ¡Son personas buscadas!
Nuestro hijo mayor es un buen ejemplo de esto. Desde muy joven,
siempre consiguió trabajo, aunque otros se quejaban de que no había
empleos disponibles. ¿Cuál era el secreto? Era y es un obrero fiel,
buen trabajador, no uno de los que dicen: «hoy no puedo ir a
trabajar», o «consígase otra persona pues yo no sé hacer ese
trabajo». ¡Si no sabes...entonces, aprende!
Aprende a trabajar cuando dispones de horas de ocio, averigua si
hay una madre enferma que necesita ayuda para cuidar sus niños.
Puedes hacer los mandados de una persona anciana Ofrécete a
ayudar en alguna tarea de la iglesia. Aprende a decir: «¿Qué puedo
hacer?»
Enseña a tu familia a ser laboriosos. Las abuelas y las ancianas
deben exhortar a las mujeres más jóvenes, siendo un ejemplo de
laboriosidad para ellas.Tito 2:35 enseña este principio. ¿Qué hay que
enseñarles? Se debe enseñar a las más jóvenes a amar a sus esposos
y a sus hijos, a cuidar de su casa, a ser buenas y obedientes a sus
propios maridos. ¿Por qué? Para honrar la Palabra de Dios.
Es fácil volverse perezosa. Es fácil diferir nuestras
responsabilidades para otro día. Comenzamos a aprender malos
hábitos y, lo que es peor, contagiamos a otros con nuestro mal
ejemplo. Hay ojitos que nos miran, y pies pequeños que siguen
nuestras huellas. Nuestro ejemplo podría muy bien determinar su
fracaso o éxito futuros, como jóvenes, esposas y madres.
Comencemos nuestra aventura hacia el éxito haciendo de la
laboriosidad un hábito. Ser laboriosas no es una opción para las
personas cristianas, sino ¡una obligación! Si nos sentimos tentadas a
ponernos perezosas, no nos rindamos. Nuestro trabajo va a tener
recompensa.
Amistad
Nace de la estima mutua, del respeto y de la dedicación mutuos. Como en el
matrimonio, no se debe dar por sentada sino que requiere un esfuerzo unido.
Cooperación
Con todos los niveles de tus compañeros de trabajo. Escuchar si se desea que otros
nos escuchen. No buscar lo que le conviene a uno, sino lo que es mejor para todos.
1. ¿De qué manera puedo trabajar con más eficacia con otros
cristianos?
Romanos 12:10, 16
Hebreos 10:24-25
1 Pedro 3:8-9
4. ¿Cuáles son algunas de las cosas que Dios espera que sus hijos
hagan juntos?
Salmo 34:3
Isaías 52:8-9
Romanos 12:15-16
Filipenses 1:27
capítulo 5
Lealtad
Hacia ti mismo y hacia todos aquellos que dependen de ti. Respetarse a uno mismo.
1. ¿Cuál sería un buen ejemplo de lealtad del uno para con el otro?
Lucas 10:27-37
2. ¿Qué pasa si experimento dificultades con alguien que siempre
consideraba como amigo bueno y fiel?
Efesios 4:31-32
Control propio
Practica la disciplina personal, y mantén las emociones bajo control. Son
indispensables el buen juicio y el sentido común.
Aplicación asidua
Fijar una meta realista. Concentrarse en los logros y resistir todas las tentaciones
con perseverancia y determinación.
Estar alerta
Ser un constante observador. Mantener la mente abierta. Anhelar aprender y ser
mejor. Hay que estar constantemente vivo y alerta, a la búsqueda de formas de
superarse.
¿H assintió
observado alguna vez un venado en el bosque, en cuanto
tu presencia y antes de salir huyendo? Sus patas no
están separadas y firmes en el suelo. Tiene una pata delante de la
otra y está listo para salir corriendo, las orejas levantadas, el cuello
extendido. Cada uno de sus músculos está en máxima tensión. Este
venado es la personificación del estado de alerta.
Estar alerta tiene una manifestación física, como vemos en el
venado, pero en realidad tiene que ver con la mente. Cuando
estamos alerta, estamos conscientes, atentos, vigilantes, diligentes.
Sabemos lo que está pasando.
La mujer de Proverbios comenzaba el día temprano, «se levanta
aun de noche» (Proverbios 31:15a). ¿No es planear, la mitad de la
batalla,en el manejo del hogar? Ningún buen ejecutivo querría que
sus obreros llegaran antes de haber decidido lo que se debe hacer.
No resulta casi inimaginable comprobar todo lo que lograba nuestra
heroína de Proverbios? Cosía y vendía, consideraba y compraba,
agasajaba y hacía posible el bienestar y felicidad de su esposo.
¿Podríamos tú y yo hacer todas las cosas que ella hacía? ¡Es
probable que sí! Si fuéramos tan avispadas como lo fue ella. El vigor
que hace que nos levantemos antes del amanecer a fin de organizar
el día es lo que hace que las cosas sucedan. (¿No tienes tú ese vigor
tempranero? Entonces, ¡fíngelo! Estar alerta es como muchas otras
cosas en la vida. Actúa como si lo tuvieras, y vas a descubrir que lo
tienes).
Por supuesto que en general no deberías tener que fingir que estás
alerta. He aquí algunas ideas prácticas te ayudarán a lograrlo y
mantenerlo. Duerme lo suficiente. ¿Demasiado obvio? ¡No! Muchas
madres jóvenes (y mujeres no tan jóvenes) son lentas sólo porque
están físicamente exhaustas. No es un pecado hacer la siesta
mientras la hace el bebé, o dejar una tarea sin terminar cuando es
tiempo de irse a la cama, si tu cuerpo necesita dormir. En realidad,
es pecado abusar del cuerpo, y privarse de dormir es un abuso.
Por otra parte, ¿has notado que dormir demasiado es tan peligroso
como dormir poquito? Si duermes toda la mañana, te despiertas
aturdida. Si duermes más de lo que requieres, llegas a necesitar
dormir más. Proverbios 6:9 pregunta: «Perezoso, ¿hasta cuando has
de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?» Si tienes el hábito
de dormir demasiado, despiértate. ¡Haz algo!
Y no solo estés despierta. Sé perceptiva. «Ve que van bien sus
negocios» (Proverbios 31:18a). Percibe que su mercadería es buena.
¿Cómo podía saber que su mercadería era de buena calidad? Usaba
sus sentidos. La examinaba con sus ojos y dedos. De ser necesario,
probaba el producto y, de ser posible, lo escuchaba. Tenía la
capacidad de probar los productos y de tomar decisiones.
Las Escrituras nos dan a entender que en nuestra vida espiritual
deberíamos ejercitar todos los sentidos. «Probad y ved que el Señor
es bueno» (Salmo 34:8a). «Puestos los ojos en Jesús, el autor y
consumador de la fe» (Hebreos 12:2). «Olor fragante, sacrificio
acepto, agradable a Dios» (Filipenses 4:18). El Buen Pastor conoce
sus ovejas y «las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por
nombre» (Juan 10:3). «Y tenemos confianza respeto a vosotros en el
Señor, en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado» (2
Tesalonisenses 3:4).
Cada día la Palabra juzga las circunstancias. El Dr. Bob Jones,
padre, nos dijo: «No juzgen lo que ven, sino juzgen lo que ven por
lo que la Palabra de Dios dice acerca de lo que ven.»
¿Desean elegir en forma corrrecta? Sumérjanse en las Escrituras.
¿Con qué clase de muchacho debería salir? Y, más importante aún,
¿qué cualidades deseo ver en aquel que vaya a ser mi esposo?
¿Cómo se deben portar los hijos? ¿Cómo aplicarles una disciplina
piadosa? ¿Cómo debo cuidar de mi propia mente y de mi cuerpo?
Las familias que tienen cada día devocionales llenos de significado
en torno a la Palabra de Dios, llegan a obtener respuestas para estas
preguntas. Capacitamos, aprendemos y percibimos desde el punto de
vista de Dios. Aprende cómo discernir entre lo bueno y lo malo.
Vivimos en un mundo pecaminoso, pero no debería contaminarnos
ni influirnos su filosofía impura.
Vivir es emocionante cuando nos despertamos cada mañana con
planes útiles para poder lograr algo. Hay que tener funcionando
proyectos interesantes. Cambiar el orden de los muebles no cuesta
nada; le da más atractivo a la casa y ha salvado a muchas amas de
casa que estaban aburridas a no poder más. (Nota: Si alguna de
ustedes se dedica a cambiar los muebles de lugar dos o tres veces a
la semana, es posible que necesite más ayuda que la que les puede
brindar este sencillo estudio).
A menos de que estés dotada de una memoria extraordinaria,
comienza por hacerte listas: de comestibles, cartas, compromisos,
quehaceres diarios, llamadas por teléfono, peticiones de oración.
Conserva estas listas de “ahorro de tiempo”, en un lugar donde las
puedas ver.
Si acabas el día sin haber concluído las tareas, cómprate un buen
libro sobre administración del tiempo, y haz lo que se te sugiera. El
sistema que uses no es tan importante; lo importante es estar
conciente de las necesidades y tener un sistema para lograr
cumplirlas.
Mantén la mente alerta. No pongas el cambio en punto muerto.
Que de ninguna manera te resulte aburrido considerar las mejores
formas de llevar a cabo aún las tareas mundanas como lavar los
pisos o lavar la ropa. ¿Porqué comenzar a barrer allí donde estás?
¿No sería más fácil trabajar en el otro lado?
Estoy segura que has escuchado la historia de aquella joven que
siempre rebanaba un pedazo de carne antes de ponerla a asar. Una
amiga le preguntó por qué lo hacía. «Bueno, esta es la forma como
lo hacía mamá, –respondió–. Mamá lo aprendió de la abuela, quien
dijo que ella lo hacía porque nunca tuvo una parrilla lo bastante
grande como para que cupiera todo el pedazo de carne entero». ¿Por
qué haces lo que haces?
¿Cómo puedes organizar mejor la cocina? ¿Qué va a remediar ese
desorden y embrollo de los estantes? Si guardas los platos en el
armario, lejos de la mesa del desayuno, ¿por qué no te tomas un
minuto para ver si hay una manera de colocarlos más a mano? Una
hora o dos dedicadas a reorganizarte pueden cambiar la actitud de
toda la familia respecto a las labores de la cocina.
Donde vivimos ahora no tengo un cuarto para lavandería, y mi
vida se complica debido a las pilas de ropa sucia. He aprendido que
lavar uno o dos montones de ropa cada día es más fácil que esperar
mi habitual día de lavado. (Y, entre paréntesis, ¿estás conciente y te
das suficiente cuenta de que lavar incluye doblar la ropa y
guardarla?)
¿Han leído acerca de los años que se calcula pasamos haciendo
varias cosas durante una vida de duración promedio? Veinte años
durmiendo, cinco años vistiéndonos, seis años comiendo, siete años
esperando haciendo colas y hablando por teléfono (agreguen más
años para algunas personas), seis años viendo televisión, cuatro años
tendiendo las camas, quitando el polvo y lavando platos, y un año
buscando pertenencias en medio del enredo en la casa y en la oficina
(se multiplican por tres en mi caso), tres años en reuniones, y casi un
año abriendo correspondencia inútil. Algunos de estos años se
pueden usar bien. Oren por los hijos mientras los están vistiendo.
Oren por un amigo, o un misionero concreto, mientras quitan el
polvo y tienden las camas. Memorizen las Escrituras mientras hacen
una cola o se detienen en la luz roja del semáforo.
Estar alerta es importante también en otras áreas. ¿Te das cuenta
de las personas que están pasando por alguna necesidad? ¿Has
pensado en hacer algo por esa amiga enferma que precisaría que
alguien le diera una mano con los niños más pequeños? Pensar y
satisfacer las necesidades son cosas que van juntas. Practiquen estar
alertas respecto a las necesidades de las demás.
¿Estás consciente de cómo marchan las cosas en tu familia?
¿Notas cuando tu esposo está preocupado? Un problema grande con
un hijo, ¿te toma desprevenida? ¿Has notado un cambio en la actitud
o conducta?
Hubo un tiempo en que nuestra hija estuvo muy quieta y aislada.
Notamos el cambio en ella tan pronto cuando una joven vino a vivir
con nosotros, compartiendo el dormitorio de Cindy. Descubrimos
que Cindy ya no se sentía como una hija especial sino sólo como
una compañera de cuarto. Le dedicamos más tiempo y se resolvió el
problema. Era una pequeña dificultad y se sanó en una forma
sencilla, pero significó mucho en cuanto a la actitud de nuestra hija.
¿Haz experimentado por lo menos una vez frialdad de parte de una
persona amiga, que suele ser cálida? ¿O estabas tan desatenta que no
lo advertiste hasta que esa frialdad llegó a ser dura como una roca?
Darnos cuenta de un cambio en el comportamiento nos permite
responder y corregir más rápido el asunto y que se limite a ser un
pequeño montículo en vez de una montaña.
Mi esposo y yo notamos que estábamos predispuestos a discutir en
la semana que precedía a sus extensos viajes. Descubrimos la causa.
En nuestro subconciente estábamos alterados, por temor a la
separación que se avecinaba. Ahora que estamos alerta al problema,
procuramo no desperdiciar en riñas esos días antes de sus salidas.
Permite que la Palabra y el Espíritu Santo actúen en tu vida. Pide
percepción y un despertar. Mantente alerta frente a los engaños de
Satanás, quien trata de desviarnos para que no seamos cristianos que
irradian. Es tan importante estar alertas respecto a las
responsabilidades espirituales con el estudio de la Palabra de Dios,
como lo es estarlo en lo que concierne a los planes del día.
Procura que la mujer virtuosa sea tu ejemplo. Levántate temprano,
alerta y preparada para el día tan ocupado que tienes por delante.
Mantente alerta y perceptiva, prudente en la administración de tu
vida, y tu itinerario hacia convertirte en una mujer exitosa, ¡resultará
más fácil e interesante!
Iniciativa
Cultivar la habilidad de pensar y tomar decisiones solo. No tener temor de fracasar,
mas bien aprender de ello.
Habilidad
Conocimiento de las cosas esenciales y destreza para hacerlas de una manera
apropiada y rápida. Estar preparado y cubrir cada pequeño detalle
Deuteronomio 31:12-13
Gálatas 6:6
Condición
Mental, moral, física.
Trabajo de equipo
Una genuina consideración por los otros. Un anhelo de sacrificar intereses y gloria
personales por el bienestar de todos.
Equilibrio y confianza
Ser como eres: desenvuelto en cualquier situación. Nunca pelees contra ti mismo.
La confianza nace del estar preparado y mantener todas las cosas en la perspectiva
correcta
Grandeza competitiva
Estar en la mejor forma, cuando se necesite lo mejor de ti. Saber disfrutar de un
reto difícil.
Ambición
La clase de ambición que, bien enfocada, puede ser grandiosa, pero mal enfocada
puede ser dañina. (John Wooden, op.cit., p. 91)
4. ¿Qué puedo hacer para tener éxito ante los ojos de Dios?
Proverbios 3:56
Timoteo 2:15
Adaptabilidad
Debes adaptarte para trabajar con otros y encarar el desafío de las diferentes
situaciones. (John Wooden, op.cit., p. 91)
¡A lorganizado,
fin has puesto en orden tu vida! Has escogido las prioridades,
arreglado. Hasta los roperos están ordenados y
sabes dónde encontrar las cosas. Entonces, ¿qué sucede? Dios
cambia los planes. “Espera, Señor, eso no va a funcionar. Apenas
acabo de aprender el manejo de las cosas. Estoy cómoda aquí. ¡No
puedo cambiar ahora!”
Pero los cambios vienen, ya sea que nos gusten o no. La familia
aumenta, o los hijos crecen y se van; nos trasladamos a otra ciudad;
perdemos el trabajo; o conseguimos un trabajo nuevo.
Uno de los secretos de la mujer exitosa es su capacidad de
adaptarse a los cambios. Se sabe ajustar a cualquier situación. ¿Has
aprendido el secreto de este éxito? Estás constantemente ocupada.
Las exigencias de un tiempo muy lleno, ¿cambia tus prioridades? Si
no puedes equilibrar esas demandas para que se adapten al tiempo y
lugar específicos, vas a fracasar en el manejo de tu vida.
Nuestra heroína del libro de Proverbios debe haber sido una
experta en adaptabilidad. Cuidaba de la familia y de los sirvientes de
una manera espléndida. Las Escrituras no nos da los detalles en
cuanto a esa habilidad de ajustarse. Pero ¿no la podemos leer entre
líneas? A veces fue costurera (cosió tapices según el versículo 22), o
una mujer de negocios, o agricultora (compró y plantó, según el
versículos 16). Y era tan buena esposa, que su marido llegó a ser
realmente célebre ante los demás (versículo 23). No puedo pensar en
que se tratara de un judío honorable (se sentaba en la puerta de la
ciudad, un lugar de honor) para dedicar mucho tiempo a adaptarse a
los deseos de una esposa que quería tenerlo todo. No, yo pienso que
ella era exitosa en todo lo que se propuso hacer porque aprendió a
ser flexible.
Tal vez sea el matrimonio la relación más difícil y que ejerce más
presión. No es una experiencia para retractarse de nuestro
compromiso de permanecer juntos hasta que la muerte nos separe.
Dos personas completamente diferentes que llegan a ser uno,
procedentes de ambientes diferentes y una sensibilidad social y ética
distintas, que conducen a, diferentes habilidades y perspectivas
físicas, emocionales y mentales.
Ahora, compartimos una vida. ¿Recuerdas cuánto tiempo te llevó
descubrir, después de la boda, que había que hacer algunos
cambios? Él se subía al carro (después de ayudarte con amabilidad a
entrar, y de cerrar gentilmente la puerta, por supuesto) y ponía el
aire acondicionado. Tú estabas sentada ahí, sintiendo como cubos de
hielo en las orejas. Pero, así era cómo le gustaba a él. Más adelante
descubristes que quería dormir con el zumbido del ventilador como
música de fondo. Tú preferías el silencio. Quería que el té ya tuviera
azúcar cuando se lo servías en la mesa. No, para decir verdad, no
tomó mucho tiempo descubrir los cambios que había que hacer.
Aprendimos a adaptarnos para poder vivir con aquel a quien
amábamos.
En el intento de lograr intimidad personal, se crean problemas que
pueden conducir a crisis profundas. Los problemas financieros
acercan o separan. Surgen diferencias de opinión en toda una serie
de temas. Sólo si aprendemos a ser flexibles, tanto como sensibles,
abiertos y pacientes, bajo el control del Espíritu Santo, tendrá éxito
la unión.
Y apenas has aprendido a vivir con este esposo, cuando llega el
bebé. Más ajustes, muchas cosas más a las que adaptarse. ¿A dónde
se fueron las románticas cenas para dos, a la luz de unas velas? ¿A
dónde han ido a parar aquellos tranquilos sábados por la mañana, y
las vacaciones lejos de casa? Pocos años más tarde (apenas cuando
has comenzado a poder dormir una noche sin interrupciones) tu casa
se llena de adolescentes. Aprendes a adaptarte a los constantes
ruidos, a pelotas de baloncesto que golpean con fuerza el piso (o en
el costado de la casa), interminables llamadas por teléfono, risitas
tontas. Y ¿cómo te adaptas a tener la puerta del refrigerador abierta,
muchas cajas de pizza vacías, y largas listas para ir a comprar más
comida?
Luego, deberás adaptarte a la vida sin los hijos y, tal vez
demasiado pronto, te quedarás sola en la casa. ¿Cómo te adaptarás a
la soledad?
Y no es sólo la familia que requiere tantos ajustes, sino que
también el cuidado de la casa demanda adaptación. Si el sueldo de la
semana no alcanza para comprar los alimentos, ajústate de buen
humor a un menú más barato. Si las cortinas se encogen al lavarlas,
vuelve a hacerlas en otro estilo diferente. Adapta el abrigo del año
pasado, porque quizá tenga que durar otro invierno. ¡Literalmente
habrá que adaptarlo! Habrá que subirle o bajarle el ruedo y
cambiarle los botones.
Nosotras las mujeres usualmente reaccionamos frente a los
problemas en una de estas tres maneras: explotamos, o escondemos
la cabeza como el avestruz, o hacemos un examen detenido de la
situación. En primer lugar, podemos desmoronarnos: explotamos,
gritamos y chillamos o derramamos copiosas lágrimas. Estamos
enojadas y nos volvemos irracionales; cuando nos calmamos nos
sentimos avergonzadas. Después, confesamos nuestro pecado,
primero a Dios, luego a aquel (o aquellos) que se vieron afectados
por el espectáculo que les dimos.
En segundo lugar, podemos hacer caso omiso del problema; el
síndrome del avestruz. En lo más hondo, reconocemos que tenemos
un problema, pero aparentamos como que nada anda mal y que no se
precisa ninguna solución. Cuando el avestruz presiente el peligro,
esconde la cabeza en la arena. ¿Ves el peligro? No, yo no veo
ninguna cosa mal. Si escondo mi cabeza el tiempo suficiente, el
problema desaparecerá. Pero, la táctica del avestruz no funciona. La
pobre criatura solo se mete en nuevos problemas: empieza a ver
borroso a causa de la arena que tiene en los ojos y, al final, pierde la
vida.
O, en tercer lugar y por último, podemos elegir emplear el sistema
del examen concienzudo. Esta es la elección más difícil, pero la más
exitosa. Examinamos minuciosamente el problema y damos los
pasos necesarios para resolverlo. Pedimos a Dios sabiduría
suficiente para tratar la situación de acuerdo con los principios
bíblicos. Decidimos con conciencia resolver nuestros problemas,
haciendo cambios donde sea necesario.
Los pacificadores, que reciben alabanza en las Bienaventuranzas
(Mateo 5:9), usaron el sistema del examen minucioso. Es obvio que
quienes llegaron a ser conocidos como pacificadores, no se retiraron
de una batalla, ni disimularon o dejaron de lado el problema, sino
que actuaron de una manera semejante a la de Cristo, a fin de traer
paz y calma a los que estaban preocupados. Hay una bonificación
extra: ser llamados hijos de Dios.
La adaptabildad es parte del llamado misionero. Mi esposo y yo no
recibimos el llamado a las misiones en el extranjero hasta que
nuestros hijos estaban ya grandes. Aprendí tarde las dificultades de
tener que adaptarme a una nueva cultura y a un nuevo idioma. Pero
aprendí a sobrevivir sin las comodidades modernas a las cuales me
había llegado a acostumbrar. Aprendí a querer a nuestros amigos en
Uruguay y a mantener mis relaciones familiares vivas por medio de
la correspondencia, en vez de visitas personales. Incluso, como
representantes de nuestra misión en Estados Unidos, he aprendido a
adaptarme. Nos hemos acostumbrado a vivir con las valijas hechas,
a dormir en camas diferentes, a comer comidas diferentes y a
experimentar climas variados.
¿Y saben qué otra cosa he aprendido? ¡Que puedo hacerlo! ¡Me
puedo adaptar! Y lo disfruto. Es imposible contarles de cuántas
maneras se ha enriquecido mi vida. (Tampoco puedo contarles en un
pequeño libro todos los problemas que Dios utilizó para enseñarme
la adaptación). Baste decirles, basada en mi experiencia personal,
que es posible aprender a adaptarse. Y el aprendizaje merece el
esfuerzo.
Pablo pudo decir que aprendió a estar contento a pesar de su
situación; ya fuera en escasez o abundancia, con hambre o con
suficiente alimento, había aprendido a adaptarse (Filipenses 4:1112).
A pesar de las dificultades involucradas en ser misionero ambulante
y ser encarcelado, pudo escribir: «Regocijaos en el Señor siempre.
Otra vez digo: ¡regocijaos!» (Filipenses 4:4). ¡Pablo fue un maestro
de adaptabilidad!
Amiga cristiana, tú puedes crujir de dientes y hacer que todo siga
igual, o puedes con alegría cambiar, y adaptarte a las diferentes
circunstancias de tu vida. ¡Elige adaptarte y disfruta!
PARA UN FUNDAMENTO MÁS FIRME DE LA
ADAPTABILIDAD
1. Ser adaptable, suena bastante fácil, pero hay quienes rehúsan ser
pacíficos. Entonces, ¿qué?
2 Timoteo 2:22-26
Ingenio
Debes mostrar ingenio porque en casi todas las situaciones es necesario el buen
juicio (John Wooden, op.cit., p. 91).
Lucha y determinación
Recuerden esto a lo largo de vuestra vida: Mañana va a haber más que hacer...Y el
fracaso les espera a todos aquellos que se apoyan en algún éxito logrado
ayer...Mañana van a tener que intentarlo de nuevo.Y aún con más fuerzas que antes
(John Wooden, op.cit., p. 94).
Integridad
Ocúpate más de tu carácter que de tu reputación. Tu carácter es lo que tú realmente
eres, mientras que tu reputación es lo que otros piensan que eres (John Wooden,
op.cit., p. 69).
Honestidad y sinceridad
«Procurad lo bueno delante de todos los hombres» (Romanos 12:17b). Alguien que
considera los derechos de los demás antes que sus propios sentimientos, y los
sentimientos de los demás antes que sus propios derechos (John Wooden, op.cit., p.
151).
1. ¿Alguna vez has hecho bromas con tus hijos o amigos, acerca de
haberle hecho aceptar tus ideas a tu esposo? ¿Tramastes alguna
vez hacer que se comportara de una manera, o hacer algo que
prefería no hacer?
2. ¿Alguna vez dijiste a tus hijos (o a tu esposo) algo que no era toda
la verdad, porque pensabas que a ellos les beneficiaría no saberlo?
3. ¿Alguna vez permitistes que alguien creyera algo que no era
exactamente la verdad, no porque dijeras algo falso sino porque
no dijiste nada?
4. ¿Alguna vez has hecho algo en ausencia de tu jefe que no
hubieras hecho de haber estado él presente, porque sabías que no
lo aprobaría?
5. ¿Alguna vez has escrito cartas personales en tu horario de trabajo,
porque nadie estaba cerca para verte?
3. ¿Qué cosas puedo evitar, para tener una vida coherente y honesta?
Mateo 6:2,5,7
Romanos 13:13
Colosenses 3:8, 9
1 Pedro 2:13
6. En las Escrituras, ¿la oración está unida con qué otras cosas?
Hechos 2:42
Colosenses 4:2
Santiago 5:15
Tarea: Leer el Capítulo de la fe, Hebreos 11
capítulo 23
Paciencia
Las cosas buenas llevan su tiempo. La paciencia es perseverancia...la paciencia va
a triunfar (John Wooden, op.cit., p.111).
El carácter de la mujer virtuosa, © 1999 por Marilyn Jensen y publicado por Editorial
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