Anaxágoras y Empédocles

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Anaxágoras y Empédocles

Álvaro Bravo Álvarez 4º ESO B1

Buenos días, soy Álvaro Bravo y voy a presentar mi trabajo sobre Anaxágoras y
Empédocles. Espero que os resulte interesante. Podéis ir planteándome las dudas que os
vayan surgiendo durante la exposición.

Anaxágoras y Empédocles eran dos filósofos presocráticos.

Anaxágoras vivió en el s. V a.C., por lo que fue uno de los últimos presocráticos, y
nació en Clazomene, en la actual Turquía, que por aquel entonces era una polis griega.
(poner mapa). Fue el primer filosofo “famoso” que se estableció en Atenas, de la que
tendría que huir posteriormente debido a sus pensamientos sobre la formación de los
planetas y, sobre todo, en lo relativo a la teología, para irse a vivir a Lámpsaco, donde
moriría. En su filosofía une los pensamientos de la escuela de Mileto (formada por
Tales, Anaximandro y Anaxímenes), los cuales aprende de sus vivencias en la región
jónica de la que él provenía con los pensamientos especulativos de Parménides.

Según él, todo objeto que se puede sentir o percibir de alguna manera estaría formado
por una mezcla, cuya fuente de cambio es el intelecto o noûs. Para que entendáis mejor
esto: para él, al inicio de los tiempos, todo estaba formado por la mezcla, y esta fue
separada por el noûs de manera que se formaron todos los objetos, sabores, colores, etc.,
y este pensamiento fue el principal motivo por el que lo expulsaron de Atenas, dado que
ese pensamiento iba directamente en contra de la religión griega, que era politeísta.

Según él, nada se crea ni se destruye, simplemente es la mezcla transformándose. A


crearse lo llama mezclarse y a destruirse, diferenciarse. Esta creencia surge debido a la
gran influencia que tenían los pensamientos de Parménides sobre él. En esta teoría las
sustancias son las realidades sensibles tal como se nos presentan a la percepción, es
decir, las cosas que percibimos, que están formadas en unas proporciones fijas por la
mezcla, en las que predominan unos ingredientes u otros dependiendo de la cosa.
Los ingredientes son los componentes de la mezcla, cuyas proporciones determinan
todos las cosas en el universo. Según Anaxágoras, la mezcla es infinita, y siempre puede
existir un objeto que sea más pequeño que el objeto más pequeño del universo, y otro
que sea más grande que el más grande del universo. También defiende que hay la
misma proporción de todo en el universo, por ejemplo, si en la tierra hay más aire que
oro, habrá otro sitio en el que el oro sea más abundante. Él dice que no existe el vacío,
puesto que la mezcla está presente en todo el universo.

El concepto más importante que Anaxágoras define es, probablemente, el noûs o


pensamiento. Es la causa a la que se debe todo cambio posible en la mezcla, es lo que
forma los pensamientos. Los estudiosos modernos han centrado el debate sobre la
naturaleza del noûs en la cuestión de su inmaterialidad. Hoy en día, la mayoría prefiere
pensar que se trata de un ente físico, parecido a los demás ingredientes en todo menos
en que no tiene mezcla; con todo, desde el siglo XIX hasta nuestros días, varios
estudiosos han considerado el noûs una realidad verdaderamente inmaterial, como un
dios. El argumento principal dado por la interpretación materialista radica en que el
noûs sea «la más sutil entre todas las cosas» algo que lo convertiría en una cosa más;
además, se habla de un noûs «mayor» y otro «menor». Por el contrario, quienes están a
favor de su condición inmaterial usan como argumento la fuerte línea divisoria
establecida por Anaxágoras entre las cosas mezcladas y el noûs, que sería la única
realidad sin mezcla, por lo que lo considera un ente independiente e infinito. El noûs es
para Anaxágoras la causa de todo conocimiento sensible, que significa que domina los
pensamientos de las cosas que posean alma, tanto las que tengan un alma grande (noûs
mayor), como las que tengan un alma pequeña (noûs menor).

Para Anaxágoras no somos capaces de percibir la realidad tal y como es por culpa de los
sentidos, es decir, que es idealista. En el universo de Anaxágoras todos los entes son
inertes, están desprovistos de la capacidad de moverse a sí mismos, incluidos los seres
vivos. Por tanto, el noûs es la única cosa con consciencia propia. Esto no obstaculiza
para que se sirva del poder de la mezcla de manera instrumental y que unos cambios
provoquen otros. Sin embargo, sería un error atribuir al noûs una intervención en la
realidad parecida a la de un dios que va cambiando el destino del mundo y luego lo deja
funcionar y ya. El noûs de Anaxágoras no permanece inactivo tras cambiar el destino.
Sería justo atribuirle al menos estas intervenciones: la creación del universo, el
movimiento de los cielos, que no se mueven solos sino por su acción y el control de los
seres vivos. Además, la intervención del noûs no se produce porque sí, el noûs es un ser
inteligente que va cambiando el destino de todo el universo constantemente.

Anaxágoras explica el universo a partir de una cosmogonía, es decir, un momento


histórico en el cual el cosmos fue generado. Según él, antes del inicio del cosmos existía
una mezcla de tamaño infinito, en la que no se podía presenciar alguna apariencia
perceptible, si bien ya se encontraban allí todas las cosas que ahora pueden percibir los
sentidos. El tiempo habría comenzado cuando el noûs inició su intervención en la
mezcla, es decir, cuando empezó a manipular el universo. Según Anaxágoras, las dos
primeras cosas que aparecieron formadas por la mezcla fueron el aire y el fuego. El aire
es aquello a partir de lo cual nacen el agua y todas las cosas sólidas, incluida la tierra,
puesto que, en comparación con el éter, que es un fluido hipotético que llena todo el
universo, tiene unas cualidades que lo hacen más próximo a ella.

Anaxágoras ve todas las cosas como objetos incapaces de actuar y de moverse por sí
mismas, excepto al noûs. Sobre el cosmos, la principal aportación que hace es la
llamada perichóresis, que es el movimiento circular que sucede en la periferia del
cosmos y que explica todos los fenómenos astronómicos. En el inicio del universo, tras
formarse el aire, éste empezó a condensarse en la mitad de la esfera formada por la
rotación. Esta condensación se debe a un efecto de compresión, que es efecto del
movimiento de los materiales sólidos que están suspendidos en el aire. De este modo, la
tierra es formada por aplastamiento y se mantiene en el centro del universo gracias a la
presión del aire que la rodea. Es plana a lo mejor debido a la consecuencia de esta
fuerza de empuje. Su forma plana también le da una estabilidad sobre el medio gaseoso
que la aguanta. De este modo, la rotación explica la formación de la tierra y también su
posición en el centro del universo. Al mismo tiempo, justifica la gravedad, porque los
cuerpos sólidos se mueven hacia la posición de la tierra no por una tendencia sino por el
efecto de la presión del aire.

Al inicio del mundo también se originaros los astros que hoy conocemos. Éstos
debieron de formarse al mismo tiempo que la tierra. Se trata de grandes condensaciones
de material sólido, pero bastante más pequeñas que la tierra, puesto que, para
Anaxágoras, el Sol sería de un tamaño un poco más grande que la península del
Peloponeso, que tiene aproximadamente el tamaño de la provincia de Badajoz. A
diferencia de la Tierra, fueron formados en puntos de las afueras del universo, de modo
que siguen moviéndose con el aire en circulación. Por ello, a diferencia de la tierra,
tienen una alta proporción de productos ligeros e ígneos, los cuales se van
desprendiendo durante su movimiento, que hace que se aleje hacia el éter; así, los astros
absorben grandes masas de material incandescente. Dado el gran tamaño que ya tiene el
cosmos, el movimiento en espiral hasta la tierra es muy largo y el aire que los sostiene
mantiene en suspensión a los astros, pero el empuje en espiral hace que, cuando se
desprenden de ellos pequeños fragmentos, éstos caen hasta la superficie de la tierra,
explicando así la formación de los meteoritos. El considerado hoy en día como el logro
más importante de Anaxágoras en astronomía es su explicación para los eclipses, que
sigue siendo correcta a día de hoy.

Para él, los animales fueron formados a partir de la calidez y la humedad de la Tierra, y
el noûs también los domina.

Anaxágoras también explicó grandes cantidades de fenómenos físicos, pero sólo


sabemos de esta parte de su obra gracias a los escritos de otros filósofos.

Empédocles nació en Agrigento, una ciudad situada en el oeste de la isla de Sicilia,


entre los años 483 y 495 a.C. Debido a esto se le conoce también como Empédocles de
Agrigento. Su niñez es prácticamente desconocida para los historiadores, pero se sabe
que nació en una familia rica, gracias a la cual pudo acceder a unos buenos estudios y
convertirse en médico y científico.

En esa época, Agrigento era gobernado por un tirano, Terón. Después de morirse éste, el
poder fue heredado por su hijo Trasideo, que acabó perdiendo el poder. Empédocles
aprovechó esta situación para conseguir hacer de Agrigento una democracia, hecho que
le granjeó muchas amistades, pero también muchas enemistades, por las que tuvo que
huir a exiliarse al Peloponeso griego. Sobre su muerte hay varias especulaciones y
leyendas. Hay un mito que dice que él mismo se arrojó al volcán Etna. Se hubiese
suicidado así para poder ganar fama entre los vivos y ser reconocido como algo
parecido a un dios al morirse de una manera tan espectacular. No obstante, esta historia
ya fue desmentida por el historiador Hipóboto. Sin embargo, la historia más fiable la da
el historiador griego Timeo de Taormina, que dice que murió en su exilio en el
Peloponeso, en el mismo año 423 a. C., por lo que murió a los 60 años de edad.

La filosofía griega anterior a Sócrates había supuesto siempre la existencia de un arjé,


que es un principio constitutivo común en la naturaleza, es decir, algo que forma todas
las otras cosas, parecido a la mezcla de Anaxágoras. Empédocles no establece solo un
arjé, sino que dice que hay cuatro elementos: el agua, que fue el arjé de Tales de Mileto;
el aire, que fue el arjé de Anaxímenes; la tierra, que fue el arjé de Jenófanes; y por
último el fuego, que fue el arjé de Heráclito. La diferencia entre los cuatro filósofos que
he mencionado es que para Empédocles el arjé no se convierte en todas las cosas del
universo, sino que es la combinación en diferentes cantidades de esos cuatro elementos
lo que crea los diferentes materiales y seres vivos de la realidad.

Para Empédocles los elementos se mantienen siempre iguales, no importando el objeto


o ser vivo del que estén formando parte. Los elementos cambian de proporción y
cantidad por la acción de dos fuerzas cósmicas, Amor y Odio. El Amor hace que los
cuatro elementos se mantengan unidos y que lo diferente se mantenga unido, y el odio
hace que los cuatro elementos se separen, por lo que todo lo que se parece también se
separa.

Cuando el Amor es la fuerza que predomina, se genera una esfera perfecta, igual e
infinita. Una vez se alcanza este grado de perfección el Odio empieza a actuar,
deshaciendo toda esta esfera hasta que hay la separación más absoluta, que sería
representada como un caos total. Ante este caos el Amor volvería a actuar uniendo todo.
Así, las dos fuerzas trabajarían de una forma cíclica, dando vida a las formas variadas
de materia en el universo, y generando orden y desorden.

Empédocles tuvo un gran interés por la observación de los fenómenos naturales que
ocurrían en Grecia. Sus investigaciones contribuyen al conocimiento de su tiempo sobre
zoología, fisiología y botánica. Además, tuvo ideas muy novedosas acerca de la
evolución de los seres vivos y sobre la circulación sanguínea. Empédocles creía que el
lugar donde se originaba el pensamiento era el corazón, cosa que fue aceptada por la
medicina durante mucho tiempo.

Empédocles también creía en la reencarnación. Para él, todos los seres vivos arreglan
sus pecados y delitos reencarnándose. Según esta idea, todos los seres humanos hemos
sido varios animales antes de ser humanos, y después de morir nos seguiremos
reencarnando en un ciclo eterno. Incluso podríamos haber sido otra persona en una vida
anterior. Cuando una persona llega a la purificación total, deja de reencarnarse para irse
a vivir al mundo de los dioses de forma permanente.

Muchas gracias por haberme escuchado. Espero que os haya gustado mucho mi
presentación y que hayáis aprendido algo sobre la figura de Anaxágoras y Empédocles.
¿Alguien tiene alguna duda?

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