Las Parabolas 1
Las Parabolas 1
Las Parabolas 1
LAS PARÁBOLAS
¿QUÉ SON LAS PARÁBOLAS?
Las parábolas son relatos, historias escuetas, claras, sencillas, y su finalidad es transmitir una enseñanza
del modo más comprensible y fácil de recordar
En todas destaca la pequeñez de los comienzos; y el crecimiento progresivo de este Reino; su fuerza
regeneradora para los llamados por Dios a la salvación, que alcanzarán si corresponden a esa vocación.
Jesús predica utilizando parábolas, es decir, ejemplos vivos, imágenes tomadas de la vida ordinaria,
dándoles contenidos ricos y amplios. Después de un año de recorrer los caminos de Palestina, predicando
el Evangelio del Reino y confirmando su doctrina con innumerables milagros. Muchos creen, otros no.
Jesús habla del Reino de Dios con tacto y utiliza parábolas en las que, sin ocultar que está diciendo cosas
nuevas incita a los oyentes a interesarse y les advierte: "!quién tenga oídos para oír, que oiga!".
Entenderán los que tengan un corazón dispuesto a la conversión a Dios con el rechazo del pecado,
también en sus formas más sutiles.
En resumen diríamos:
Es una forma de expresión literaria, una narración sencilla que transmite un mensaje.
Su función es comparar una cosa con otra.
El mensaje que encierra no está tanto en lo que narra literalmente sino en lo que dicha narración
sugiere.
Además de enseñar algo sobre una realidad desconocida invita a reflexionar y a modificar nuestra
conducta.
Son muchas las enseñanzas que nos dejó nuestro Señor Jesucristo, entre ellas tenemos:
A cada uno según su capacidad. Sólo Dios sabe lo que cada uno ha recibido en inteligencia, carácter,
familia, sensibilidad, dones de gracia, amigos. Los que dan frutos con sus talentos muestran la alegría
por el bien realizado. El premio es la santificación de su buena acción. Pero el siervo de pocos talentos y
perezoso, que no hace nada porque no tiene amor, en lugar de confesar su pecado critica a su Señor por
lo poco que ha recibido, por eso es arrojado a las tinieblas exteriores del llanto y rechinar de dientes.
Es la más larga de las parábolas del reino y responde a una pregunta sobre por qué se producen efectos
tan distintos en los que escuchan el mensaje del reino. La gracia es igual para todos, pero la libertad
humana lleva a respuestas diferentes.
Probablemente, todos los que escuchaban tenían experiencia de la semilla lanzada a voleo, conocían las
inquietudes por la cosecha abundante o malograda. Quizá por esto no era difícil extraer consecuencias
espirituales, pero los discípulos piden la explicación del Maestro para comprender, y reciben una primera
lección sobre la necesidad de tener el corazón bien dispuesto y sobre las malas consecuencias de la
dureza de corazón: "Los discípulos se acercaron a decirle: ¿Por qué les hablas en parábolas? Él les
respondió: A vosotros se os ha dado conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no se
les ha dado. Porque al que tiene se le dará y abundará, pero al que no tiene incluso lo que tiene se
le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden”.
La semilla tiene poder de fructificar siempre; pero el fruto depende de la libertad del hombre, que puede
estar condicionada por el maligno, por la propia inconstancia o por las dificultades –externas o internas-,
o por la seducción del mundo y las riquezas. La misma variedad de frutos muestra la calidad de la fe y de
las buenas disposiciones en los que la escuchan y llevan a la práctica la doctrina. El mensaje es claro en
esta parábola acerca del reino, que no puede darse con violencia, sino que debe ser aceptado con libertad
para arraigar y dar fruto.
Dormirse porque se han hecho bien las cosas, no es cosa buena; hay que contar con la acción de los
diversos enemigos entre los que destaca el diablo. Es un misterio que Dios permita la acción del diablo y
la malicia de los pervertidores. No hay que escandalizarse ante la presencia del mal en el mundo; la
extirpación definitiva de todos los males se dará en la fase última del reino. En la fase inicial se trata de
sembrar, en la intermedia vigilar, sólo en la definitiva, cosechar.
Y, como en la parábola anterior, los discípulos querían más explicaciones y acuden a solas a Jesús que
aclara el sentido más hondo de las parábolas. Jesús, en la explicación, ha añadido un dato importante:
existe un juicio, un premio eterno y un castigo, también eterno. Tener en cuenta esto es muy importante.
No caben indiferencias: existe el cielo y el infierno para los que acepten o rechacen el Reino. También es
importante porque coloca en su sitio la misión del Mesías que no venía a establecer un reino temporal.
AUTOEVALUACIÓN
4. Responde correctamente:
1. ¿Crees que Dios ha repartido los talentos igual a todos los hombres? ¿Por qué?